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En las clases presenciales los alumnos hacen los deberes, interactúan con debates participativos y
usan ese tiempo para analizar ideas o elaborar trabajos en grupo. El profesor en el Aula invertida
actúa como faro o guía, siendo un facilitador de las tareas. Además, las clases se apoyan en todo
momento en las nuevas tecnologías, reflejando así el nuevo modelo del siglo XXI.
La importancia de este método está en que coloca al estudiante en el centro de todo el proceso de
enseñanza. Estrategia didáctica que quiere ir más allá de una simple instrucción y busca toda una
experiencia educativa.
No obstante, lo antes indicado no implica que el facilitador pierda la relevancia de su rol. Por el
contrario, es aún más determinante. En él recae la responsabilidad de organizar, dirigir y evaluar
todo el proceso de aprendizaje.
-Una persona que estudie en un modelo de aprendizaje basado en el método de aula invertida se
beneficia en varios sentidos:
-El conocimiento adquirido es más perdurable y profundo. Ya que deberá invertir más tiempo en
crear, hacer análisis y llevar a la práctica los conocimientos adquiridos.
-El enfoque de aula invertida ayuda a consolidar el conocimiento adquirido, gracias a la resolución
de dudas y al intercambio de ideas en el aula.
En un modelo de aula invertida, suelen encontrarse recursos de aprendizaje que pueden ser muy
útiles. Veamos algunos:
Contenido que atrae la atención. El contenido suele presentarse en formatos que captan la
atención y el interés de los participantes. Suelen ser interactivos y divertidos, dependiendo de la
edad de los participantes y su manejo de la tecnología.
De esta forma, la motivación se mantendrá elevada y la receptividad por parte del alumno se
incrementará significativamente, lo que favorece la retención de los conocimientos.
Chats en vivo.
Aulas virtuales.
Apps.