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MONICIONES CIERRE DEL MES MARIANO

MONICIÓN DE ENTRADA
Sean bienvenidos a la Santa Misa de hoy. Este día celebramos gozosos el cierre del mes
mariano. La Visitación de la Virgen María a su prima Santa Isabel es la Fiesta que la Iglesia
nos propone hoy para nuestra reflexión, meditación, confrontación de nuestras acciones
con el reino de Dios, pues María nos muestra la forma que Dios anhela ser amado por sus
hijos: en humildad, docilidad, ternura y obediencia a su voluntad.
Seguros de la presencia de ella aquí y ahora en medio de nosotros, pongámonos de pie y
celebremos entonando el canto de entrada.

MONICIÓN PRIMERA LECTURA

En la primera lectura del día de hoy vemos en Sofonías el cántico de júbilo de la hija de
Jerusalén: “Alégrate y regocíjate de todo corazón, hija de Jerusalén”. Aquí podemos ver
que Dios habla a su pueblo.  Escuchemos.

MONICIÓN AL SALMO
Con la lectura Sálmica de hoy tomada del libro del profeta Isaías, expresamos nuestra
gratitud al Señor. Nos unimos a esta acción de gracias respondiendo después del Salmista:
“El Señor ha hecho maravillas con nosotros”.

ALELUYA, ALELUYA.

“Dichosa tú, santísima Virgen María, que has creído, porque se cumplirá cuanto te fue
anunciado de parte del Señor.”

ALELUYA, ALELUYA.

MONICIÓN AL EVANGELIO

San Lucas nos presenta a 2 mujeres, protagonistas de la escena de hoy, 2 mujeres


sencillas, del pueblo, llenas de fe, tienen intervenciones admirables. Isabel, movida por el
Espíritu, formula con humildad una pregunta: “Quién soy yo para que la madre de mi
Señor venga a verme?”.  María sale con ímpetu, a su vez, en uno de los mejores himnos de
la Biblia, que recitamos diariamente en la oración de Vísperas: el Magníficat. Nos
ponemos de pie para cantar el Aleluya y escuchar el Santo Evangelio.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN

“Desde ahora me llamarán dichosa todas las generaciones, porque ha hecho en mí


grandes cosas el que todo lo puede. Santo es su nombre.”

Para los hermanos que van a comulgar los invito a hacer las filas de costumbre teniendo
en cuenta el distanciamiento y que la Comunión se consume en el mismo momento en
que la reciben en su mano, no se lleva hasta su asiento. Recuerden que se recibe en la
mano izquierda y la derecha se pone abajo como haciendo un pequeño altar. Luego la
llevamos con la derecha a la boca teniendo cuidado que no nos quede ninguna partícula
sin consumir ya que Jesús está completo en ella.

COMUNIÓN ESPIRITUAL
Si no has podido recibir sacramentalmente a Jesús Eucaristía, te invito a inclinar tu rostro y
hacer la siguiente comunión espiritual confiando plenamente en que Cristo entrará en tu
corazón.

Yo quisiera, Señor, recibirte con aquella pureza, humildad y devoción


con que te recibió tu santísima Madre;
con el espíritu y fervor de los santos. Amén

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