Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
El mes de mayo, es un mes especial para la Familia Marista; pues recordamos a María, madre de
Jesús y nuestro modelo. El P. Champagnat tenía una especial devoción a Ella y por eso nos dio su
nombre para que viviéramos de su espíritu.
Madre: Iniciamos este momento de oración en familia: en el nombre del Padre, del Hijo y del
Espíritu Santo. Amén.
Ahora cantamos:
Padre: Marcelino estando perdido en medio de la nieve y con un hermano desfallecido a su lado,
dirigió está oración a María y obtuvo su protección. Acudamos también a María pidiéndole que
no cuide y proteja:
María partió y fue sin demora a un pueblo de la montaña de Judá. Entró en la casa de Zacarías
y saludó a Isabel. Apenas esta oyó el saludo de María, el niño saltó de alegría en su vientre, e
Isabel, llena del Espíritu Santo, exclamó:
“¡Tú eres bendita entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo,
para que la madre de mi Señor venga a visitarme? Apenas oí tu saludo, el niño saltó de alegría
en mi vientre. ¡Feliz la que ha creído que se cumplirían las cosas que le fueron dichas de parte
del Señor!».
María se quedó unos tres meses con Isabel y después volvió a su casa.
Reflexión: La Visita de María a su prima Isabel nos invita a nosotros también a realizar un
gesto con nuestros familiares, especialmente a los que están necesitando de compañía. ¿Qué
gesto podemos tener como familia con nuestros familiares? ¿Quizá los podemos tener en las
intenciones de la oración en esta semana?