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DIMENSIONES
NAZARETH SERRANO
Nazareth Serrano (Madrid, España, 1991) es
Auxiliar de enfermería (Título ampliado en
Psiquiatría y Salud Mental y en Pediatría) y
escritora.
A pesar de ser estudiante de la rama de ciencias,
su mayor pasión es la historia. Sobre todo la
historia oculta y los misterios que la ciencia no
puede explicar. Sus mayores aficiones son la
lectura y la escritura, y a ambas dedica la mayor
parte de su tiempo libre.
Autora de “El Legado Atlante” presenta “Dimensiones”, su segunda
novela editada.
Una obra donde el espacio-tiempo cobrará un nuevo significado. De nuevo,
una trama donde historia y ficción se mezclan para ofrecer una nueva
perspectiva del “mundo real”. Los universos paralelos se entrelazan para
formar una historia que cambiará tu manera de ver el mundo.
Se añade a la historia un punto detonante, la fecha de caducidad de nuestro
planeta: 2030.
Una novela que evoluciona y engancha hasta el final.
Contacto:
www.nazarethserrano.com
nazarethserranoautora@hotmail.es
© 2011 Nazareth Serrano
© 2011 Lulu, 3101 Hillsborough Street Raleigh, NC 27607 United States.
(www.lulu.com)
ISBN: 978-1-4476-7344-6
Registered in England No: 001256
CID: 9573269
Diseño de portada: Nazareth Serrano © 2011
Diseño y preimpresión: Nazareth Serrano.
Imprime: Publidisa.
WWW.NAZARETHSERRANO.COM
AGRADECIMIENTOS
1. UNIVERSOS PARALELOS
2ª PARTE
_________________________________________________
1. UTOPÍA
4. DIMENSIONES
CAPÍTULO 35: TERRA 681-684
EPÍLOGO 685-686
DE ESTIRPE ATLANTE-HUMANA:
DE ESTIRPE KORADI:
GUARDIAS:
DOCTORES:
JUDÍOS:
Madre: Apodo de una judía por ser la más mayor del grupo.
OTROS:
ATLANTES:
LEMURIANOS:
Noah: Profeta.
Kort-Vilhelmmor: Emperador
Kort-Voverkam: Príncipe
OTROS:
Fernando Pessoa
1ª PARTE
______________________
Vi en la mano derecha del que estaba sentado en el trono un libro
escrito por dentro y por fuera, sellado con siete sellos. Vi un ángel poderoso
que exclamaba con fuerte voz: “¿Quién es digno de abrir el libro y de
romper los sellos?”. Y nadie ni en el cielo, ni en la tierra, ni debajo de la
tierra podía abrir el libro y leerlo. Yo lloré mucho porque no se había
encontrado a nadie digno de abrir el libro y de leerlo. Uno de los ancianos
me dijo: “Deja de llorar; he aquí que ha vencido el León de la tribu de Sudá,
el vástago de David, de suerte que Él abrirá el libro y sus siete sellos”
Apocalipsis 5
Jamás se desvía uno tan lejos como cuando cree conocer el camino.
Proverbio chino.
Proverbio chino.
Corán
8 de enero de 2013
PLANETA TIERRA
EN LA NOVENA PUERTA
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PLANETA TIERRA
ÁREA DE EXPERIMENTACIÓN “LA COLMENA”
GRAN AUDITORIO
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LA RAZA ELEGIDA - DIMENSIONES
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Durante muchos años se creyó que la Tierra era hueca, pero hasta 1968 no hubo
ninguna prueba de ello. Ese año, unas fotos tomadas por un satélite mostraban
claramente un agujero enorme en el Polo Norte. La posibilidad de que la Tierra sea
hueca, de que se pueda entrar en ella a través de los polos Norte y Sur, y de que
civilizaciones secretas florezcan en su interior, ha espoleado las imaginaciones
desde tiempo inmemorial. Así, el héroe babilónico Gilgamesh visitó a su antepasado
Utnapishtim en las entrañas de la Tierra; en la mitología griega, Orfeo trata de
rescatar a Eurídice del infierno subterráneo; se decía que los faraones de Egipto
comunicaban con el mundo inferior, al cual accedían a través de túneles secretos
ocultos en las pirámides; y los budistas creían (y creen todavía) que millones de
personas viven en Agharta, un paraíso subterráneo gobernado por el rey del mundo.
Ver imagen 1 al final del libro.
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NAZARETH SERRANO
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SS: Schutzstaffel (escuadras de protección).
3
Ver imagen 2 al final del libro.
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LA RAZA ELEGIDA - DIMENSIONES
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La designación de Freikorps (del alemán "cuerpos libres" o "cuerpos francos")
fue aplicada originalmente a los ejércitos voluntarios formados en pequeños Estados
alemanes entre los siglos XVII y XVIII.
Los primeros Freikorps fueron reclutados en 1762 por Federico II el Grande de
Prusia durante la Guerra de los Siete Años, como combatientes voluntarios sujetos a
disciplina militar pero manteniendo su carácter de irregulares. Otros Freikorps
aparecieron en Alemania durante las Guerras Napoleónicas para combatir a los
franceses, estaban formados por tropas irregulares (muchas veces por estudiantes o
jóvenes aristócratas) y fueron conducidos por militares profesionales como el
general prusiano Ludwig Adolf Wilhelm von Lützow, líder de los denominados
Lützowsches Freikorps de 1810-1814.
Los Freikorps fueron inicialmente vistos con bastante desconfianza por el ejército
regular prusiano, de modo que fueron utilizados principalmente como centinelas y
para los deberes de menor importancia al considerarse como poco expertos en el
combate; no obstante el Romanticismo nacionalista alemán de inicios del siglo XIX
elaboró una imagen idealizada del Freikorps como combatiente movido por un
impulso idealista y patriótico, en contra de un invasor extranjero, y más allá del
deber de un militar profesional.
5
SA: Sturmabteilung (sección de asalto)
6
Ernst Julius Röhm (Múnich, Alemania, 28 de noviembre de 1887 – ídem, 1 de
julio de 1934) fue un militar alemán. Fue comandante de las SA (1931) y ministro
sin cartera del gabinete Adolf Hitler (1933).
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>Finales de marzo del veintitrés. Herman Göring asume el mando, para
toda Alemania, de un verdadero y poderoso ejército que se constituye en
compañías y regimientos, dotándose de fusiles, ametralladoras y algunas
granadas.
Echa un vistazo al frente, como barriendo la zona.
-En el interior de las SA se distinguió una pequeña pero importante
formación con una magna tarea: ¡la defensa de la pureza racial nacional
socialista y de su caudillo!. Un grupo de élite que reunía a los primeros
partidarios del movimiento, llamada en sus comienzos Guardia del Cuerpo.
>Aunque muy pronto asumiría el nombre de Stusstrupp Hitler –Tropa de
asalto de Hitler-, teniendo como insignia un emblema perteneciente a los
húsares imperiales, la calavera.
>Entre el ocho y el nueve de noviembre de mil novecientos veintitrés se
8
frustró el Pustch organizado por mí, en Múnich.
>Pocos meses después, recién salido de prisión, pedí noticias actuales
de mi movimiento, ¡nunca desfallecí ni dejé de creer en mi sueño!, ¡el sueño
de grandeza y pureza racial!. Me puse a reorganizar todo y al cabo de dos
meses, junto a cuatro mil partidarios, reconstruí el partido. El nueve de
9
noviembre del veinticinco, decidí reconstruir la Stusstrupp , y confié tal
10
misión en un fiel guardia del cuerpo; Julios Schreck . Mi nueva
organización sería conocida como Szhutz Stafell –escuadrilla de protección,
más conocida como la SS-.
>El seis de febrero de mil novecientos veintinueve confié el grado de
11 12
Reichsführer-SS al, entonces joven, Heinrich Himmler , quien a propósito
7
Herman Göring: (Rosenheim, Alemania, 12 de enero de 1893 - † Núremberg, 15
de octubre de 1946) fue un político y militar alemán, miembro y figura prominente
del Partido Nazi, lugarteniente de Hitler y comandante supremo de la Luftwaffe.
8 Se conoce como Putsch de Múnich o Putsch de la Cervecería al fallido intento
de golpe de Estado del 8 y 9 de noviembre de 1923 en Múnich, llevado a cabo por
miembros del Partido Nacional-Socialista Alemán de los Trabajadores (NSDAP) y
por el que fueron procesados y condenados a prisión Adolf Hitler y Rudolf Hess,
entre otros dirigentes nazis.
9
Stosstrupp: las tropas de choque o tropas de asalto son infantería formaciones,
junto con sus unidades de apoyo, creado para dirigir un ataque.
10
Julius Schreck: (13 de julio de 1898 – 16 de mayo de 1936) fue uno de los
primeros miembros del NSDAP y el primer líder de las SS (Schutzstaffel). Schreck
se unió al NSDAP en 1920 con el número de ficha 53, el mismo año en que Adolf
Hitler, logrando así una gran amistad en los primeros años de existencia del
nacional-socialismo.
11
Reichsfürer-SS: Fue el máximo rango militar de las Schutzstaffel (SS) existente
entre los años 1925 y 1945, es un término en alemán que significa "Líder del
Imperio". Este grado jerárquico fue utilizado exclusivamente para denominar al
Comandante en Jefe y Mariscal de Campo de las SS. En principio Reichsführer-SS
fue simplemente un título, recién a partir desde 1925 a 1933 y, después de 1934, se
convirtió en el más alto rango de las SS. Ver tabla 1 al final del libro.
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LA RAZA ELEGIDA - DIMENSIONES
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Heinrich Luitpold Himmler: (Múnich; 7 de octubre de 1900 - Luneburgo, Baja
Sajonia; 23 de mayo de 1945) fue el Comandante en Jefe Reichsführer de las SS y
más tarde Ministro del Interior y fugazmente Comandante de los ejércitos del
Vístula durante el sitio de Berlín.
Gestionó la orden de la matanza metódica y sistemática de millones de judíos,
polacos, gitanos, homosexuales, comunistas y enfermos mentales, muchos de los
cuales fueron usados en experimentos.
13
Reinhard Tristan Eugen Heydrich: (Halle del Saale, 7 de marzo de 1904 –
Praga, 4 de junio de 1942) fue el segundo al mando de las SS, organización del
régimen nazi liderada por Heinrich Himmler y que desde el año 1939 dirigió la
Oficina Central de Seguridad del Reich.
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PLANETA DE HIELO
CERCA DE LA FRONTERA
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lugar. ¿Acaso no presienten, como él, la brutal erupción que se dará al caer
la tarde?, ¿no pueden entender a la naturaleza, hablar con ella, creer en su
advertencia?. ¿Quiénes son esos paganos en tierra de Dioses?, ¿por qué
portaban ese tipo de armas extrañas?. ¿Debería ayudarlos o dejar que
mueran y olvidarse de todo lo que ha visto?, ¿qué hacer con las armas que
ha confiscado?, ¿por qué tienen esos colgantes unos tipos así?
El ser niega con la cabeza y se marcha… en dirección contraria a la han
tomado Wolfgang y Samuel.
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PLANETA TIERRA
ÁREA DE EXPERIMENTACIÓN “LA COLMENA”
SALA 256 DE ENTRENAMIENTO
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Rango equivalente a un Coronel en el Ejército Español, a un Orbest en la
Wehrmacht y a un Orbest d.P. en la Policía. Ver tabla 1 al final del libro.
15
Studiengesellschaft für Geistesurgeschichte‚ Deutsches Ahnenerbe e.V.,
(traducido del alemán como "Sociedad para la Investigación y Enseñanza sobre la
Herencia Ancestral Alemana"), conocida como Ahnenerbe o también, SS-
Ahnenerbe, fue una entidad pseudocientífica alemana constituida formalmente en
1935 por dirigentes e ideólogos del Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán para
realizar y divulgar investigaciones con fines propagandísticos en apoyo de la
ideología nazi y en particular, de sus teorías racistas relacionadas con el mito de la
raza aria y su supremacía. En 1942, durante la Segunda Guerra Mundial, la
Ahnenerbe fue integrada en la estructura de las SS, organización fundamental del
aparato de Estado del Tercer Reich, y dirigida, bajo la presidencia de Heinrich
Himmler, por Walther Wüst y Wolfram von Sievers, orientando su actividad hacia
el apoyo de experimentos brutales sobre prisioneros víctimas del holocausto. Al
final de la guerra, quedo disuelta y sus actividades investigadas en el marco de los
juicios de Núremberg, siendo declarada organización criminal en 1946 junto con las
SS. Sievers fue juzgado y condenado a la pena capital como criminal de guerra. Por
su naturaleza, la Ahnenerbe y su historia son uno de los temas abordados por las
controvertidas teorías sobre el ocultismo nazi.
16
Wewelsburg: es un castillo renacentista situado en el norte del Estado federado
alemán de Renania del Norte-Westfalia, en el pueblo de Wewelsburg, que a su vez
forma parte de la ciudad de Büren, en el distrito de Paderborn, en el valle del Río
Alme. El castillo tiene planta triangular de época renacentista y es comúnmente
conocido porque en 1934 las SS de Heinrich Himmler lo escogieron como sitio de
culto. A partir de 1941 se desarrollaron planes para ampliar la edificación y
convertirlo en el "Centro del mundo". Imagen 2 de “El Legado Atlante”.
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Rango equivalente a un Feldwebel en la Wehrmacht y a un sargento en el Ejército
Español. Ver tabla 1 al final del libro.
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Juventudes Hitlerianas: (en alemán Hitlerjugend, abreviado HJ) fueron
establecidas por el Partido Nacional Socialista Alemán de los Trabajadores
(NSDAP) en 1926 para crear un nuevo sistema de adiestramiento para los jóvenes
alemanes con el fin de proporcionarles un entrenamiento militar y desarrollar su
entendimiento y obediencia a la ideología nazi. Los principios de ésta son similares
a los de otras organizaciones juveniles de la época, siendo el nacionalismo, la
actividad física, la camaradería, la vida al aire libre y el formar líderes y hombres de
bien en el futuro los pilares en los que se sustentan. Ver imagen 3 al final del libro.
19
La Sociedad Thule (en alemán Thule-Gesellschaft), originalmente Grupo de
Estudio de la Antigüedad Alemana (Studiengruppe für germanisches Altertum) fue
un grupo ocultista, racista y völkisch de Múnich, notable principalmente por ser la
organización que patrocinó al Deutsche Arbeiterpartei (DAP), más tarde
transformado por Adolf Hitler en el Partido nazi. Ver imagen 4 al final del libro.
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Golpe en la cara, que hace que se abra otra pequeña brecha a la altura
de la ceja izquierda, algo más arriba tal vez.
-¡El más importante es…!
-Adolf Hitler, Führer, canciller del Tercer Reich y Führer de Alemania.
Golpetazo en el hombro con la fusta.
20
-Rudolf Hess, lugarteniente del Führer y SS-Obergruppenführer .
Le da con la fusta entre el cuello y el hombro y ordena:
-¡Otro miembro!
Rudolph empieza a estar más que harto de los golpes. Su voz se
muestra temperamental. No mueve un músculo, pero se nota contenido.
-Herman Göring, mariscal del Reich y SS-Obergruppenführer –golpe-.
21
Heinrich Himmler, SS-Reichsführer y ministro del Reich –golpe en la oreja,
que le hace sangrar-. Alfred Rosenberg, ministro del Reich y NS-
Reichsleiter –golpe en el brazo-. Hans Frank, doctor honoris de causa, NS-
Reichsleiter y gobernador general de Polonia –golpe en el pecho-. Julios
Streicher, Obergruppenführer y Gauleiter de Franconia –golpe en la cara-.
Karl Haushofer, profesor, doctor y Generalmajor retirado –recita al borde de
su paciencia con la voz medio quebrada por el aguante -golpe en la nariz-.
Se queda callado.
-¡Siga!
Le golpea.
-¡Vamos, siga nombrando!
Golpea de nuevo el instructor al alumno.
-¡Venga!
Rudolph sigue recitando mientras su instructor sigue golpeando.
Gottfried Feder, Dietrich Eckart, Bernhard Stempfle, Theo Morell, Franz
Gürtner, Rudolf Steiner, W.O. Schumann, Trebisch-Lincoln, Condesa
Westrap...
Cuando termina tiene la cara llena de sangre y el cuerpo lleno de
azotes.
-¡Al exterior a correr en ropa interior, ahora!
Rudolph lo mira con ojos de asesino en serie. Aprieta el puño derecho y
está a punto de estamparlo en la cara del Standartenführer. Pero no lo
hace, lo que sí hace es estirar el brazo y, con un saludo militar, expresar un
“sí, señor”.
-Y quítate la ropa.
-Sí, señor.
Se quita las botas, se quita los pantalones, la sudadera y la camiseta.
Luego vuelve a calzarse y se coloca en firme.
-¡Corra ahora mismo al exterior a dar vueltas!
-Sí, señor.
20
Rango equivalente a General der … en la Wehrmacht, a General d.P. en la Policía
y a General de División en el Ejército Español. Ver tabla 1 al final del libro.
21
Máximo rango de las SS. Ver tabla 1 al final del libro.
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CAPÍTULO 3: EL LIBRO
9 de enero de 2013
PLANETA TIERRA
ÁREA DE EXPERIMENTACIÓN “LA COLMENA”, ANTÁRTIDA
ÁREA X, CELDA DE MÁXIMA SEGURIDAD 052
Laaferrado
camilla trasporta a un espécimen inconsciente, fuertemente sedado,
por los tobillos, muñecas, tórax y cuello a la estructura. Es
prácticamente imposible que pueda soltarse por completo, pero, como no
se sabe hasta qué punto puede llegar la fuerza de este espécimen, es
trasladado con cuatro guardias alrededor. Estos, por supuesto, están bien
armados. Además, el espécimen tiene su reglamentaria pulsera y su collar.
La primera, como método de castigo. El segundo, que sólo se usará en
caso de que sea estrictamente necesario -y eso, hasta ahora no ha ocurrido
con ningún otro espécimen-, es para matarlo. Claro, que lo que se define
como estrictamente necesario en un tipo como él… no abarca nada. Las
vidas humanas no valen nada, pero la de él… en fin, cuestión de
prioridades.
Sheila, la nueva gerente del área X, acompañada por varios novatos en
esta área, trasladados de otras de alta seguridad, y que ya son de
confianza, acompaña al espécimen y a su comité por los pasillos.
Mientras ella, haciendo alarde de su palabrería y contenta con una
dieta, que según ella, ha dado fantásticos resultados, no hace más que
comentar todo, ajena incluso al espécimen. La verdad, a ella le gustan más
los “monos” que siguen llegando de fuera. En este momento está
interesada en la evolución favorable que pueda tener un nuevo adolescente
que ha llegado recientemente a “La Colmena”. No recuerda su nombre, ni
falta que hace. Aquí sólo será uno más.
Uno de los guardias, uno cualquiera, comienza a sentir un agradable
cosquilleo en sus sienes. Su cabeza parece estar envuelta en una nube de
algodón. Un seductor y misterioso bienestar se apodera de su cuerpo. Es
como si un dios juguetón estuviera acariciando su mente, entrelazándose
con sus pensamientos, disipando cualquier rastro de dolor, remordimientos,
o cualquier mal recuerdo y, a cambio, le diera tan sólo buenas evocaciones.
Un placer insólito, pero muy satisfactorio. Ya ni siquiera está pensando en
el prototipo. Se ha olvidado por completo, aunque sólo por unos segundos,
de que es el guardia que está “programado” para garantizar la seguridad en
ese traslado.
Y de repente, todo lo bueno desaparece sin dejar rastro. Su mente es
avasallada por malos recuerdos, verdaderos o ficticios, que le hacen
experimentar distintas formas de angustia, dolor y demás sensaciones
desagradables.
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AÑO 1270 DC
PLANETA DE HIELO
BASE AVANZADA DE LA RESISTENCIA
EN EL INTERIOR DE UNA DE LAS CELDAS COMUNES
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MIAMI BEACH, FLORIDA
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Peter vuelve a casa a las siete de la mañana. Sus ojos están hinchados
y rojizos por el espesor del humo, y así se reflejan en el espejo de su
coche. Desde su paso por “La Colmena” son vulnerables al humo y a las
luces de ese tipo.
Se frota los párpados y se apea del vehículo. Activa la alarma con
ayuda del mandito y el todoterreno pita a la par que hace parpadear sus
intermitentes.
Sólo entonces se acuerda de la alianza, que recoloca en su respectivo
lugar.
Cubre la porción de terreno que le separa de la entrada y abre con llave,
por supuesto, no espera que su mujer o su hermana… o hija, le esperen
despiertas.
Entra en el salón a oscuras y sube a la planta superior palpando el
pasamanos y procurando no tropezar con los escalones, en la más
completa penumbra. Eva se despierta con el más leve indicio de luz, y
aunque tiene la puerta cerrada, es como si tuviera un sexto sentido. Y claro,
cuando ve que Peter -o Hugo, como ella lo llama- ya está en casa, no hay
quien la haga volver a dormir. Aunque, seguramente, tendrá que levantarse
dentro de poco para acudir a su centro de estudios habitual.
La puerta de la habitación conyugal está cerrada. Se quita los zapatos y
los coge con una sola mano. Abre la puerta suavemente, procurando no
hacer ruido, entra, y entorna tras de sí.
Su mujer respira lenta y tediosamente. Parece profundamente dormida.
Se desviste, tira la ropa en un rincón y se tumba a su lado, procurando
ser delicado, colocándose en el extremo de la cama, para no despertarla
con el roce de su cuerpo.
Ahora tendría que dormir profundamente después de una noche
agotadora. Pero su conciencia no le deja. Es la primera vez que besa a otra
mujer. Bueno, de joven, con doce años, besó a Lilith, que tenía trece, pero
poco más.
Esa chica seguramente es más joven que él, su busto generoso, sus
ojos color miel, sus labios pintados de color ocre, su tez delicada, suave, su
pelo sedoso, ondulado, de ese color castaño claro… ha sido la gota que
colma el vaso, pues Peter, a decir verdad, ha tenido más “insinuaciones”
que siempre ha rechazado.
Se intenta contentar excusándose, pensando en que su mujer apenas le
hace caso por las noches. Bueno, en realidad no le ha hecho ningún caso
las últimas quince noches y así ha venido siendo desde hace dos años.
Cualquier intento de roce es radicalmente rechazado. Cuando no le duele la
cabeza está dormida. Peter no pretende tenerla a sus pies los siete días de
la semana, se conforma con menos. Tal vez por eso le ha pasado, por
conformista.
<Bueno, lo hecho, hecho está…> -piensa, no sin cierta aflicción-.
Al menos no se ha acostado con ella. Aunque, en cierto modo, el mero
hecho de intentarlo ya es inexcusable en su mente. Lo bueno –o malo,
según cómo se mire- es que, por alguna extraña razón, no puede serle infiel
a su mujer, quiera o no, porque su cuerpo no responde… o al menos, no ha
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-Mira. Los animales son estúpidos. No saben dónde van o por qué.
Nosotros, que somos seres inteligentes, buscamos un refugio. Y ellos,
vagabundean por ahí todo el día.
-No es así. Los animales son más listos de lo que parecen. Y si se
alejan de algo, es porque tienen unos sentidos más desarrollados y
adaptados al medio que les hace saber qué va a pasar, mucho antes de
que puedan estar en peligro.
Wolfgang bosteza.
-¿A sí?. Entonces, ¿por qué las presas no usan su sexto sentido para
saber que se las van a zampar para desayunar?
-No es lo mismo.
-Pues yo sigo pensando que será mejor buscar refugio. Y pronto, pues
va a atardecer en breve. Sigamos escalando.
Wolfgang se levanta y sacude el polvo de sus partes traseras. Samuel
sigue teniendo un mal presentimiento.
-Anda, por una vez, sólo por una vez, hazme caso y volvamos. Puede
que sea sólo una tontería pero…
-Pero si volvemos, pasamos la noche a la intemperie.
Samuel asiente con la cabeza.
-Creo que me preocupa menos el frío y los animales que este lugar.
Wolfgang medita unos instantes.
-Bueno. Yo sigo subiendo, tú baja, explora y nos encontramos… ¿aquí?,
¿al amanecer?
Samuel niega con la cabeza.
-Será mejor que no nos separemos. La vegetación es frondosa y todo
parece igual. Podríamos perdernos. Y, la verdad, creo que estamos
perdiendo facultades. Deberíamos tener más atentos los sentidos… pero
parecemos drogados.
-Entonces…
-De acuerdo, seguiremos escalando. Desde luego, no te dejo solo.
-No soy un bebé.
-Tienes razón. Un bebé es más listo –bromea Sam. Wolfgang eleva la
ceja, pero no contesta-.
Al fin y al cabo, Sam está feliz. Sí, perdido, hambriento y cansado, pero
con su hermano. Nunca pudo ni podrá hacerle daño. Aunque, algo dentro
de él, le dice que ese sentimiento no es recíproco.
Wolfgang chasquea la lengua y comenta:
-Me cagaré en tu madre, que es la mía, cuando pasemos la noche a la
intemperie. Pero vale, te haré caso. Bajamos.
El ser que les quitó las armas, las esferas y los collares decide hablar
con alguien a cerca de los extraños forasteros a los que ha visto. El
chamán, más que alarmado, reúne a todo el poblado.
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que ya transitaron este camino antes, que nos quieren advertir, ayudar,
para que en nuestra próxima vida sepamos qué hacer, y no andemos
ciegos, siguiendo un camino circular, que siempre nos lleva al mismo lugar.
Pero saber que la muerte llegará no es suficiente, no para poder
mentalizarnos. A veces pensamos en ella, pero, simplemente, es mejor no
saber que está allí, esperándonos, pues no sabemos cuándo o cómo nos
secuestrará.
Los muertos no sufren ya, no si han cumplido con su deber. Pero los
que dejan en la el plano material tienen que aprender a vivir sin ellos. Y
eso, en ocasiones, es difícil. Una montaña que escalar con la única ayuda
de tus manos desnudas y tus pies descalzos. Un camino demasiado
empinado, que desde el llano parece no tener fin, algo aparentemente
insuperable. Las heridas se reabren varias veces por el largo camino de la
aceptación. Una canción, un olor, una frase, un sonido, un objeto, un
lugar… cualquier cosa puede hacer que los recuerdos afloren a nuestra
conciencia.
Aunque sin duda lo peor es el primer instante, cuando lo niegas, cuando
no puedes creer que eso te haya pasado a ti, cuando te preguntas ¿por
qué?, cuando piensas que darías años de vida a cambio de pasar unos
días más con esa persona, para decirla todo lo que nunca la dijiste, para
contarle todo aquello que día a día fuiste dejando dentro de ti, dando por
hecho que esa persona sabe cuánto la quieres, aunque no se lo digas.
Esos momentos en los que pides sólo unos minutos a su lado, para
darle un último abrazo, un último beso, para decirle un último “te quiero”.
Peor aún cuando nunca se los has dicho.
Ese segundo en el que tu corazón se desgarra, en el que el pecho se
oprime sin piedad, en el que las lágrimas no se pueden reprimir y manan
cual ríos en busca de un mar donde yacer. Ese segundo en el que quieres
estar muerto, como aquella persona que te ha dejado.
Todo en un segundo, todo en una milésima parte de tu vida, todo en un
suspiro… mil y una sensaciones en tan poco tiempo.
Jack, abatido, se deja arrastrar por el moreno, sin oponer ya resistencia
alguna.
Aunque lo intenta con todas sus fuerzas no puede evitar que unas gotas
de agua salada manen de sus ojos, ni puede secar sus mejillas, pues las
cadenas no dan más de sí. Sin poder tragar el nudo que tiene en la
garganta, sin poder quitar esa presión que oprime su pecho, sin poder dejar
de sentirse vacío, llora por segunda vez en todas sus vidas…
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CAPÍTULO 5: GIGANTES
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MIAMI BEACH, FLORIDA
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Ver imagen 5 al final del libro.
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Ver imagen 6 al final del libro.
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Se denomina Mioceno a la cuarta época geológica de la era Cenozoica y a la
primera época del periodo Neógeno. Comenzó hace 23,03 millones de años y
terminó hace 5,332 millones de años.
25
Ver imagen 7 al final del libro.
26
Ver imagen 8 al final del libro.
27
Ver imagen 9 al final del libro.
28
Ver imagen 10 al final del libro.
29
Ver imagen 11 al final del libro.
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Teseo: fue un mítico rey de Atenas, hijo de Etra y Egeo, aunque según otra
tradición su padre fue Poseidón, el dios del mar, quien habría abusado sexualmente
de Etra en el templo de Atenea.
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Lalongitud
serpiente luminosa muerde y devora su cola sin cesar, más su
nunca mengua.
Evelyn se siente extrañamente bien. Una paz inigualable inunda su
corazón. Su mente se ha liberado de todos sus pensamientos y, disponible,
se ofrece a captar todas las buenas sensaciones que le ofrece ese corredor
oscuro, sólo iluminado por la fluorescente serpiente.
Evelyn no camina, si es que puede hacerlo, pues se siente flotando en
el aire, sin embargo cada vez está más y más cerca del círculo luminoso.
Cuanto más se acerca, más hipnotizada está. Cuando más se aproxima,
más paz inunda su ser. Cuando más se allega, más goce deleita su
espíritu.
Está muy cerca de esa serpiente. Ya puede ver su color, turquesa. Y
puede observar el matiz de sus ojos, esmeralda, brillante, hermoso.
Entonces de la luz blanca que cubre la parte interior del círculo que forma el
reptil sale una sombra.
Evelyn no teme nada. No teme la oscuridad que rodea el resto del
corredor, no teme a la sombra, ni teme por sí misma. Sólo siente paz y
tranquilidad.
Al principio la sombra es oscura, pero, poco a poco, va delineándose un
rostro y un cuerpo. Ese rostro… sí, Evelyn lo reconoce.
<Abuelo> -piensa Evelyn, sabiendo que no hace falta hablar en esos
momentos-.
Una sonrisa en el rostro de su abuelo y Evelyn siente una enorme
energía purificadora que hace que se estremezca.
<Evelyn, debes volver>
<No. No, por favor, quiero seguir adelante, hacia la energía, hacia la
felicidad>
Hay contacto al fin. Su abuelo la toma de las manos. Ella siente una paz
suprema. Quiere sentirse así para la eternidad. Quiere acompañar a su
abuelo hasta el otro lado.
<Evelyn, cariño, tu hijo te necesita. No le abandones.>
Evelyn niega con la cabeza,
<No. Él puede seguir sin mí. Ha llegado mi momento>
<Debes comprender que, a veces, debes aplazar el viaje. Esta vida
terrenal aún no ha tocado a su fin. Debes cumplir con todos tus deberes
antes de partir>
<¿Qué deberes?. No creo que haya dejado nada por hacer>
<Has dejado a dos almas que te necesitan. Mira…>
El centro de la serpiente deja de mostrar su luz blanquecida. En su lugar
muestra a Jack, siendo arrastrado y, de vez en cuando, pateado por un tipo
que le lleva hacia algún lugar. Está completamente destrozado y Evelyn
puede sentirlo en sus propias carnes. Llora y tienes los ojos enrojecidos.
Nunca antes pensó que podría verle así de frágil y vulnerable. Al fin le ha
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NAZARETH SERRANO
AÑO 1270 DC
PLANETA DE HIELO
BASE AVANZADA DE LA RESISTENCIA
EN UNA HABITACIÓN CUALQUIERA
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LA RAZA ELEGIDA - DIMENSIONES
Está tapada hasta el cuello. Sólo tiene una sábana encima, eso sí, que
emite un calor muy agradable y un tanto extraño.
Parece estar en una habitación, una futurista. El metal se autoproclama
como el material por excelencia, pues no hay ni un sólo mueble de madera.
La luz parece manar de todas partes, no hay foco o lámpara visible, pero
todo está bien iluminado. Un espejo, o algo parecido, incrustado en la pared
de enfrente, muestra su propio reflejo y, de paso, imágenes de algún lugar y
datos en un idioma que no alcanza a comprender. Es como si no hubiera
nada “sencillo” en ese lugar.
Evelyn está bastante bien. No sufre mareos, ni magulladuras, ni siquiera
un leve dolor de cabeza. Está mejor que nunca, si todo hay que decirlo. Es
como si tuviera quince años y aún le gustara tanto la gimnasia rítmica.
Empieza a asentar sus pensamientos y, lejos de preocuparse de dónde
está, sólo puede pensar en una sola cosa, bueno, en dos:
-¡Blake!… ¡Jack!…
Se destapa con rapidez y se incorpora más ligeramente aún. Ni siquiera
se percata de que está semidesnuda. Descalza, se dirige hacia la puerta,
que se abre de forma automática, pero sólo porque alguien lo ha pedido
desde el lado contrario.
Evelyn mira a las mujeres que entran en el cuarto. Para su sorpresa, y
en parte, para su alivio, no son rubias de ojos azules. Parecen
completamente normales, bueno, casi. Una es castaña y la otra morena.
Ambas tienen los ojos pardos y visten como hombres, pues llevan
pantalones holgados y camisetas sin mangas por arriba. Y es que podrían
parecer marines, pues, desde luego, esos músculos que presentan ambas
son poco femeninos y hacen que Evelyn se sienta como la diva del lugar.
No está del todo mal, pues ya iba pensando en Jack mirando a
cualquier “extraterrestre” de ojos grises. Vamos, que si ha sobrevivido al
viaje, ella misma lo mataría, piensa, pues ya no recuerda nada de su
extraño sueño… ¿sueño o realidad?
-¿Qué haces levantada? –pregunta la morena en un lenguaje extraño,
que Evelyn, no sabe cómo o por qué, comprende-.
Evelyn no tiene tiempo para respuestas, sólo para preguntas.
-¿Dónde está mi hijo?, ¿y mi… mi…?. El otro, el rubio –pregunta en el
mismo lenguaje-.
La castaña es ahora la que habla:
-¿Quién es tu hijo?
-El moreno de ojos verdes.
Ambas forzudas se miran, como si acabara de decir una soberana
estupidez.
-Y… ¿Qué tiene que ver el atlante contigo?
-Jack no es atlante. Es… -Evelyn intenta recordar el nombre que Jack
mencionó en la nave, hablando con Blake-. Era algo así como Koro…
Kora…
Las amazonas se miran de nuevo.
-¿Koradi? –pregunta la morena-.
Evelyn asiente con la cabeza.
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NAZARETH SERRANO
-Eso era…
Ambas mujeres se largan a toda prisa y sin dar más explicaciones. La
puerta metálica se cierra tan rápidamente que Evelyn no puede hacer otra
cosa que mirar con la boca literalmente abierta como, de nuevo, se ha
quedado encerrada.
-¡Maldita sea!, ¡que alguien me diga dónde están!
Estampa el puño contra el metal que conforma la puerta y, de repente,
alguien aparece a su lado. Alguien holográfico, un hombre.
-Me encantaría que no golpeara la puerta –comenta el holograma con
una voz robotizada-. No está autorizada y no pienso abrir. De paso, y
aunque no tengo demasiadas ganas, me presento. Soy Omega, el
ordenador que maneja toda esta plataforma. Si necesita algo, pues
simplemente me avisa. Y eso no significa que yo esté dispuesto siquiera a
contestar, ¿de acuerdo?. Adiós.
El holograma desaparece también.
Evelyn se percata de algo. Ese ordenador con malas pulgas acaba de
hablar en una lengua que ella, supuestamente, desconoce. Y ha entendido
cada palabra. ¿Qué diablos está pasando?
Por un momento, recuerda brevemente algo sobre su propia muerte y
ese extraño moreno.
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LA RAZA ELEGIDA - DIMENSIONES
15 de enero de 2013
PLANETA TIERRA
MIAMI BEACH, FLORIDA
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NAZARETH SERRANO
El guardián, algo aturdido aún, sólo puede ver como la puerta se cierra
en sus narices.
-¡Vale, esperaré aquí fuera! –comenta intentando mantener la calma-.
¡Pero reconsiderarlo!, ¡traigo algo que os pertenece!
Ni un sólo sonido se puede escuchar al otro lado de la puerta. El
guardián suspira y se pasa la mano por el pelo.
-Me cago en mi suerte… ¿y ahora qué diablos hago?
Amin-Hat aparece frente al joven.
-No tengo demasiada paciencia, como para andar perdiéndola con esa
tía… -comenta el guardián quemado-. ¿Quién se ha creído que es?
El moreno, con semblante serio, comenta en la mente del joven;
<Dale tiempo, es cuestión de una confianza que, evidentemente, no
tiene en ti. Mientras, podrías ir a ver a otras personas…>
El guardián se muerde el labio inferior.
-Voy… pero no desaparezcas. Necesito algo de ayuda.
<Hay más personas que necesitan mi ayuda. Así que, por ahora, sigue
tu camino en soledad>
Y desaparece.
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PLANETA DE HIELO
BASE AVANZADA DE LA RESISTENCIA
EN EL INTERIOR DE LA SALA DE RECUERDOS
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EN LA HABITACIÓN
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NAZARETH SERRANO
-No… digo, que puede… -piensa que no está bien aprovecharse del
estado mental de su “querido” y, finalmente dice-: que no. Definitivamente
no.
-Ah, lo siento. Es que sé que tengo mujer, pero no cómo era.
Evelyn suspira. De repente se siente muy acorralada con Jack así de
cerca, así que en un acto inconsciente lo intenta retirar con la mano. Al
tocarle el pecho da con algo duro, y no es músculo, precisamente.
-¿Qué tienes ahí?
Jack abre su traje y deja al descubierto su tórax -ese que servía de
almohada a Evelyn en otros tiempos no tan lejanos-. Entonces da con un
libro muy extraño. Coge el libro y lo observa.
Sus tapas son negras, brillantes y parecen estar echas de metal. No
tiene título ni dibujo alguno que delate su contenido. Las páginas no se ven,
pues la “pasta”, que en realidad es metal, lo cubre todo. Está cerrado y no
presenta cerrojo o cosa similar, por lo que tendrá que abrirse de otro modo.
Jack parece embobado con el libro.
-Claro. Mi misión es buscar al decimosegundo guardián. La puerta de
este planeta es la doce. Tengo que hacer que abra el portal para que los
universos conecten y podamos llegar a la Tierra de forma segura.
Evelyn aprovecha que la mente de Jack anda tocada para ver si puede
sacarle más información.
-¿Y para qué quieres llegar a la Tierra?
-Para evitar su destrucción.
-¿Qué?
-Debo evitar que se repita todo.
-¿Que se repita qué?
-Si los atlantes consiguen matar a esos niños, el planeta perderá su
protección. Y si intentan entrar desde la otra dimensión, se producirá una
distorsión en el continuo espacio-tiempo. Y, como podrán controlar el
proceso, las dimensiones colisionarán y fusionarán.
-¿Qué?
-Pero esta vez no habrá Big Bang. Si no una destrucción catastrófica. El
planeta detendrá su rotación y se invertirán los polos…
Evelyn recuerda que Jack le contó algo similar alguna vez, pero eso ya
ha pasado, ¿no?
-¡Frena!. No entiendo nada.
-No hay nada que entender. Tenemos que destruir a los habitantes, no
al planeta.
-¡¿Destruir qué?!
-Estamos en la Tierra. Sigo en la Tierra. Estoy en casa.
Evelyn lo mira con cara de extrañada.
-¿Qué estamos dónde?
-Claro. Tenemos que volver al pasado para salvar a mi raza. No tengo
que buscar otro planeta, sino salvar el mío. Ahora lo entiendo. Es como si lo
hubiera olvidado en algún momento de mi vida.
-Estás loco.
-No. Confía en mí. Nadie me cree. Pero tú sí, ¿no?
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LA RAZA ELEGIDA - DIMENSIONES
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NAZARETH SERRANO
-Sí, jefe. –sonríe-. Bueno, quiero decir que no, jefe. Porque en realidad
ya no es usted el jefe. No aún. Le quitaron tal privilegio hace veinte años.
Jack eleva la ceja.
-Me encargaré de eso luego. Ahora tengo que ir a... Espera aquí. –le
dice a Evelyn y se marcha sin dar más explicaciones-.
Gerhard entreabre los ojos. Lo primero que puede ver el severo rostro
de Amin-Hat.
-¿Dónde estoy? –pregunta medio balbuceando-.
Apenas siente dolor, y es que apenas siente nada. Su cuerpo parece
estar hecho del material de las nubes. Su cerebro se encuentra en medio
del río del delirio y la tierra de la realidad. Y es que las medicinas que le han
dado las sanadoras le tienen bastante sedado.
-Hola, príncipe, sacerdote… ¿prófugo? –comenta Amin-Hat-.
-¿Eh?
-No sé ni cómo llamarte. Desde luego, esta es la peor vida que has
desempeñado. ¿Acaso involucionas?
-Mire, me cuesta seguirle. Dígame de una vez dónde estoy y qué hago
aquí.
-Necesito que vuelvas a ser el que eras. Sé espíritu.
-No puedo. El tipo de mis sueños no soy yo.
-Eras tú. Y rompiendo todas las reglas de la eternidad, te has convertido
en un humanoide involucionado y ciego. Ni iniciarte te ha servido de nada.
Busca de una vez tu destino.
-¿Bromea?. He acabado aquí por culpa de mi destino. Yo quiero volver
con mi mujer y con mi hijo.
-En el pasado no dudaste un segundo en morir y dejar atrás a tu mujer y
a tu hijo a cambio de salvar la vida de otro. ¿Y ahora te quejas por
separarte de ellos?
-Soy Gerhard, no Alkari. Que quede claro.
-Tú no eres Gerhard, ni Alkari, ni nadie. Eso son sólo trajes. Tú eres
alma, y ese alma que escondes tras ese traje de Gerhard debe emerger.
Busca a Dios y a ti mismo.
-¿A Dios?. ¿Dónde busco a Dios?, ¿en un templo? –comenta con
sarcasmo-. ¿Por qué no me ayuda Dios ahora?.
-¿Quieres saber dónde está Dios y por qué no escucha tus plegarias?
-Sí, me encantaría saberlo.
Amin-Hat posa su mano en el pecho de Gerhard.
-Aquí está Dios.
Gerhard se ríe.
-¿En mi corazón?
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LA RAZA ELEGIDA - DIMENSIONES
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NAZARETH SERRANO
-¡Es absurdo!
-Al nacer no traes nada contigo. Vas a nacer en esta vida, así que no
necesitas equipaje.
-Pero…
-Sólo confía.
Gerhard lo medita unos segundos.
-Vale. Confío. ¿Cuándo marcho?
-¿Acaso sigues esperando?
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ÁREA DE EXPERIMENTACIÓN “LA COLMENA”
GRAN AUDITORIO
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31
Rango equivalente a Generaloberst en la Wehrmach, a Generaloberst en la Policía
y a Teniente General en el Ejército Español. Ver tabla 1 al final del libro.
32
Ver imagen 12 al final del libro.
33
Rango equivalente a Oberfeldwebel en la Wehrmacht y a Sargento Primero en el
Ejército Español. Sin equivalencia en la Policía. Ver tabla 1 al final del libro.
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CAPÍTULO 8: EL REFLEJO
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-Escucha…
Sam agudiza su oído. Es cierto, escucha el galopar de algún animal.
-¿Qué crees que es? –pregunta Sam-.
-Desde luego, no me quedaré para comprobarlo. Prefiero ir a buscar
algo de comer. Aunque sea fruta.
-Estoy de acuerdo.
Ambos se levantan y se encaminan hacia el espesor del bosque. Están
perdidos, así que intentarán subir a alguna copa para situarse, o al menos,
buscar algún rastro de civilización. Si es que existe en un lugar como ese…
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Gerhard suspira y cierra los ojos. ¿Qué debe hacer?. No, eso lo tiene
claro. La pregunta es, ¿quiere hacer lo que debe?.
16 de enero de 2013
PLANETA TIERRA
ÁREA DE EXPERIMENTACIÓN “LA COLMENA”
ÁREA K, SECTOR 13, HABITACIÓN INDIVIDUAL 025
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recoge todo su pelo, si es que lo posee, pues a menudo son rapadas por
cuestión de higiene.
Rudolph puede echarla de allí a patadas, es más, debería hacerlo. Pero
piensa que la sirvienta no sabe que él hoy va a salir más tarde del cuarto y
supone que por eso ahora está cambiando su ropa de cama tarareando una
canción alemana, que seguro no sabe, es un himno al Führer.
Rudolph no entiende como esa chica puede andar cantando así, cuando
sabe que seguramente ha pasado ya la mitad de su vida, porque a los
treinta se deshacen de ellos. Si él estuviera en su lugar, sabiendo las
aberraciones que hacen con ellos, se pegaría un tiro.
Rudolph se descubre sonriendo y se siente muy mal consigo mismo.
¿Cómo ha podido sonreír ante una judía?
Piensa en echarla, pero no quiere gritar a esas horas, así que vuelve a
mirarse al espejo. No atina con las tijeras y de seguir así se cortará el labio.
Deja el instrumento sobre el lavabo y mira de reojo a la joven, que sigue
cantando y se dedica a estirar las sabanas bajeras, para ello inclina el
espinazo. Rudolph se fija en que el pantalón de rayas se está pegando a
los glúteos de la joven, y sin darse cuenta, se pasa la lengua por los dientes
superiores, como si quisiera sonreír y temiera tener algo entre ellos.
Sin darse cuenta se muerde el labio superior y despeina su bigote, esto
le hace volver a la realidad y se pone de nuevo frente al espejo. Con un
pequeño peine recoloca su “felpudo” y se toca la cara, para comprobar que
el resto del rostro está impolutamente afeitado.
Es hora de salir y ponerse el uniforme, pero no puede presentarse en
toalla frente a una judía.
Carraspea y la joven deja de cantar. Mira a derecha e izquierda y sólo
entonces se percata de que la luz del baño está abierta.
Llevándose las manos a la boca, se pone cara a la pared más cercana y
agacha la cabeza. Eso es lo que debe hacer si, por casualidad, se cruza
con un soldado o cualquier miembro de la “Colmena” pero, habiendo
irrumpido en una habitación ocupada, ¿se debe seguir el mismo método?.
Irse es una insolencia imperdonable y no puede pedir disculpas, porque no
puede dirigirle la palabra a ninguna persona que sea de raza superior a ella.
¿Qué debe hacer?. Nada, piensa, esperar a que le den una buena
tunda por no haberse percatado de la presencia de ese soldado. Mirando
de reojo al galán de noche que hay junto a la cama, se percata de que, para
colmo de males, ha entrado en la habitación de un SS-Hauptscharführer,
reconoce sus insignias y el uniforme. Si un soldado de segunda le hubiera
dado una buena patada en el culo para echarla, alguien como ese hombre
la matará por tal insolencia.
Rudolph comprende que la chica no se va a marchar, algún tipo de
código debe impedírselo, así que se decide y sale.
No sabe cuál de los dos está más avergonzado, él por estar en toalla o
ella. La verdad, ella está más asustada que otra cosa y mantiene los ojos
cerrados. Rudolph hasta se percata del temblor de sus manos, que
mantiene a ambos lados del cuerpo.
¿Cómo debe dirigirse a ella?
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MIAMI BEACH, FLORIDA
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Ver imagen 13 al final del libro.
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LA RAZA ELEGIDA - DIMENSIONES
PLANETA TIERRA
ÁREA DE EXPERIMENTACIÓN “LA COLMENA”
ÁREA K, SECTOR 22, AULA 009
35
Ancel es un militar con grado SS-Sturmmann . Es rubio, tiene los ojos
azules, luce bigote y va rapado. Se siente muy orgulloso de sí mismo y de
sus actos. Él está bajo las órdenes de Rudolph, pero a menudo se las pasa
allá por donde queda la bragueta de sus pantalones negros.
Rudolph sabe que sólo es un estúpido engreído, y su mano derecha así
lo muestra. Su dedo meñique ahora es un muñón feo y arrugado a la altura
del metacarpo. Del dedo donde debía colocar su alianza de casado, ya que
lo está con una alemana, sólo queda la falange proximal y al dedo central le
falta la falange distal, por lo que el muñón queda a la altura de la falange
media. Por supuesto, que esto le pase a alguien salido de “La Colmena” es
difícil. Ancel se dedicó a jugar con un cuchillo de orichalcum, diciendo que
no se cortaría, hasta que terminó llorando como un auténtico crío, que es lo
que era cuando tenía once años, al perder los dedos o parte de ellos. Ahora
no le importa tener dedos de menos, ya que, según él, sólo necesita una
parte de su cuerpo para vivir. Rudolph ni tiene que pensar de qué parte del
cuerpo habla, pues es bien sabido que su mujer tiene más cuernos que un
ciervo macho poderoso y orgulloso.
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Rango equivalente a Oberscütze en la Wehrmacht y a Rottwachmeister en la
Policía. Sin equivalencia en el Ejército Español. Ver tabla 1 al final del libro.
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NAZARETH SERRANO
Rudolph no entiende por qué a las mujeres les gustan tanto esos tipos
babosos, orgullosos de existir, que no ascienden sin tener que pasar por el
despacho del Reichsführer-SS, llamado Otto, al menos una vez por
semana. Y es bien sabido que el que entra allí tan a menudo, casi siempre
saldrá con el cinturón desabrochado o la cremallera sin subir. Ese gordo
miope al que Rudolph tiene que obedecer sin rechistar, por supuesto, ha
intentado llevárselo a su terreno, pero el joven no piensa dejarse manosear
por tal carcamal a cambio una medalla o un ascenso.
Ancel se ha empeñado a declararle la guerra abierta a Rudolph. El muy
necio se cree que Otto va a salvar su, seguramente, bonito culo. Pero Otto
no salva a sus “ligues extraoficiales”. Rudolph es paciente, pero tiene su
límite, así que espera que en esta ocasión Ancel se comporte como es
debido.
Cuando llega a la gran sala lo ve riendo y gesticulando junto al resto,
que lo escuchan con atención. Al parecer está contando las batallitas de
una noche o en encuentro fugaz con alguna judía.
La sala tiene el aspecto de una clase cualquiera, con las mesas de los
alumnos, ordenador incorporado en cada una, y la pizarra holográfica
flaqueada por dos banderas de la esvástica. Hay fotos de Führer por
doquier en forma de póster a tamaño real.
Rudolph se coloca en el frente de la clase, pero no los corta. Quiere
escuchar a Ancel para mandarlo fuera antes de empezar con algún motivo
aparente.
-… joder, me gustó besarla, a pesar de que fuera una puta –refiriéndose
a que es judía-. Tanto que la hice sangrar de un mordisco…
Rudolph se cruza de brazos y toma asiento. Todos siguen sin hacerle
caso. Suspira y escucha al “gallito”.
-… y tras hacer eso, la puse contra la pared. Era muy delgada, así que
con una mano bastó para mantenerla a raya. Ni siquiera se resistió. A esa
zorra le gusta que la manoseen.
-… luego conseguí que me hiciera todo lo que mi mujer no me hace…
¡porque me pediría el divorcio!
Risas retumbando en la cabeza de Rudolph, que es como si hubiera
entrado en otro mundo. Aprieta los puños, pero es como si no pudiera
moverse. Quiere matar a ese cabrón, pero su cuerpo está rígido, tan tenso
que parece que se vaya a desquebrajar con cualquier movimiento. Intenta
tranquilizarse, pero es que le es imposible.
-… no sé cómo podía ser virgen, pero que nadie se preocupe, ya está
todo arreglado. Esa zorra gritaba de placer y me pedía más con su lenguaje
corporal, tengo unos arañazos en la espalda que... –resopla provocando
más risas-. Que fiera… Por cierto, tiene un culo muy bonito –sonríe y
mueve las caderas de forma peculiar-. Sí, muy grato –todos se ríen sin
prestar atención a Rudolph-. Deberíais haber hecho algo con ella antes de
mandármela, chicos. Bueno, como no podía dejarla marchar después de
haberme desecho la cama –risas-, me la volví a…
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AÑO 1270 DC
PLANETA DE HIELO
BASE AVANZADA DE LA RESISTENCIA
j ack eleva la ceja. Está detenido frente a un largo pasillo flaqueado por
celdas. A su lado un soldado koradi, que es más alto que él, y si cabe,
más fornido.
-Pero…
-Lo siento, jefe, pero… bueno, técnicamente, ya no eres el jefe. No
puedo soltar al espécimen sin permiso del jefe.
Jack sonríe amargamente.
-¿Y qué debería hacer para volver a ser el jefe? –pregunta-.
Jack recuerda que, en determinadas circunstancias, alguien puede
quitar tal puesto a otra persona. Pero no recuerda bien cómo se debe
hacer.
-Si pretendes recuperar tu puesto, tendrás que vencer a Trohm.
-¿A quién? –eleva la mano-. Es igual. De acuerdo. ¿Y cómo le reto?
-Lo acabas de hacer, exponiendo todos estos deseos de ocupar su
lugar.
El koradi mira de arriba abajo a Jack y sonríe.
-Espero que ese espécimen al que llamas Blake sea importante para ti,
porque acabas de cometer una estupidez.
Jack se encoge de hombros.
-No será para tanto…
Jack ladea la cabeza de forma inconsciente para ver bien al coloso que
se coloca frente a él. Ese gesto lo suele exponer cuando ve algo curioso o,
por el contrario, cuando preferiría no estar allí para verlo.
<De acuerdo, la he cagado… -suspira-. En fin, más vale maña que
fuerza… O eso espero>.
Ambos están en lo que todos llaman “El Foso”. Se trata de una
estructura cilíndrica que perfora la base desde la planta superior a la quinta
subterránea. Está hecha de metal y sólo tiene una entrada y una salida. En
cada planta superior hay varias plataformas que, con su forma espiral,
llevan a la torre vigía, que se encuentra a nivel del terreno exterior. Cada
plataforma conecta con la siguiente a través de una escalera y todas están
valladas, aunque malamente.
No hay decoración alguna en “El Foso”. Algunos tubos con aspecto de
desagües se entremezclan en una maraña confusa más allá de las cabezas
de Jack y Trohm. Hay cadenas gruesas que desciendes desde la primera
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NAZARETH SERRANO
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LA RAZA ELEGIDA - DIMENSIONES
20 de enero de 2013
PLANETA TIERRA
MIAMI BEACH, FLORIDA
-¡Noooo!
-¡Síiiii!, ¡ahora verás!
William coge a su hija, que intentaba escapar en una desesperada y
divertida carrera hacia la puerta de la habitación conyugal.
-Te tengo.
La levanta y, con un rápido movimiento, la pone patas arriba,
sujetándola con un brazo ajustado a la cintura, mientras con la mano libre
revuelve la melena que cae más allá de su cabeza en forma de cascada
morena, levemente ondulada en las puntas.
-¡Por favor, basta! –pide la niña entre risas-.
-No hay clemencia para ti.
Deja de desbaratar el pelo de la niña para hacerle cosquillas en los
costados. La niña intenta en vano liberarse de la opresión y de las
cosquillas con sus pequeñas manos.
-Vamos, por favor… -ríe-. Me las pagarás.
-No amenaces a tu padre o saldrás perdiendo.
La deja sobre la cama.
-Bueno, te dejo por esta vez.
Se da la vuelta para ponerse aposta de espaldas a ella. La niña se sube
de un salto a la espalda del padre y se aferra a su cuello con ambos brazos.
Las piernas las usa para ajustar su peso y equilibrio.
-Ahora verás tú –comenta y le despeina sin piedad-.
-Para…
Le hace cosquillas y el padre intenta cogerla en vano.
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TÚNEL GAMMA 2, ANTÁRTIDA
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gloria y, cómo no, una cerveza que apuró cuanto pudo. El resto, degustó
sopa de nabos insípida y fría.
Llega la cena y él espera, como el resto, tumbado en su cama. El hedor
varonil, sudoroso y antihigiénico, se impregna en sus fosas nasales.
Procura respirar por la boca y no mirar hacia el resto de hombres, que
observan como ardillas inquietas su colchón y su somier.
Todos esos mugrientos judíos, con las manos ásperas, las uñas llenas
de Dios sabe qué, el cabello rapado y la cara ennegrecida, por no seguir
dando detalles. A menudo lucen heridas infectadas y, seguramente,
mortales a corto plazo. Ese olor a putrefacción hace que Rudolph maldiga
36
su suerte. La carne en proceso de necrosis huele a tumba profanada. El
SS procura no vomitar, pero las náuseas persisten muy a su pesar.
No ha tenido tiempo de ducharse en todo el día, y por lo que puede ver,
no le van a dejar lavarse. Espera la cena con poco apetito, seguramente
dejará en el plato la mitad de la comida, y los demás mirarán salivando más
que el perro de Paulov como se llevan tan suculento manjar que luego irá a
parar a los perros, si se trata de carne, o a otros animales con los que
experimentan.
Aunque Ancel no le ha dado demasiado trabajo a Rudolph, él supone
que esto sólo acaba de empezar. Tendrá tiempo de convertir su vida en un
infierno.
Un par de golpes en la puerta, y antes de que nadie pueda decir
“adelante”, se abre. Entran tres mujeres judías. La primera lleva unas tazas
de latón, la segunda una olla de sopa de nabo fría, la tercera una bandeja
tapada.
<Eso es para mí> -piensa Rudolph-.
La iluminación de la estancia es escasa y pobre, por eso Rudolph no se
percata de que su “camarera”, esa que con la cabeza agachas le ofrece la
bandeja, es Sara.
La mujer por la que se ha metido en este lío. Tiene claro que no hará
nada semejante. Espera que su pequeño percance no llegue a oídos del
Führer. No van a molestarlo contándole cosas semejantes, o eso piensa él.
Luego volverá a su impoluto comportamiento y se olvidará de esa chica que
tantos problemas le ha causado. Y es que si quiere mantener algún tipo de
relación con ella, que sea estrictamente sexual.
De repente la insolencia. Ella le entrega la bandeja y le mira a los ojos.
Rudolph se paraliza y no hace nada para aceptar la comida. Es como si el
resto de personas hubiera desaparecido, sólo están ella y él. Él no es un
SS-Hauptscharführer y ella no es judía. El hechizo de los ojos verde
esmeralda de la chica dura un segundo. Luego Rudolph coge la bandeja
con cierto desdén y pone cara de malhumorado.
La joven está a punto de retirarse con la cabeza, de nuevo, agachada,
cuando Ancel entra en la sala, la coge del brazo y, zarandeándola
inclemente, grita:
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Necrosis: Degeneración del tejido por muerte de las células.
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LA RAZA ELEGIDA - DIMENSIONES
más interna a la que puede acceder. Pero eso no hace que deje de
escuchar todo. Aunque de forma apagada y ahogada, oye lo que pasa en la
habitación contigua.
Tardan tres cuartos de hora en ir a buscarlo. Está arrugado, pero limpio.
El agua no se ha quedado fría, supone que al menos la bañera tiene unas
resistencias incorporadas. Una técnica rudimentaria, pero eficaz.
Ancel, con cara de goce y una espléndida sonrisa dibujada en su rostro,
entra sin llamar. Como si no pasara nada, se va abrochando los pantalones
mientras comenta:
-A dormir, moreno.
Rudolph se seca y viste bajo la atenta mirada de Ancel. Se pregunta si
es un desviado o si sólo le hace favores al general por el interés. No le mira
de esa forma, o eso piensa Rudolph, pero de cualquier modo no le quita la
vista de encima, y eso hace que Rudolph se incomode. Cosa tonta, ya que
hasta que le ascendieron ha estado lavándose en duchas comunes.
Ancel en persona le conduce hasta el cuarto.
Rudolph está a punto de entrar cuando Ancel lo agarra con la mano
mutilada por el hombro y acercando su boca a la oreja comenta:
-Que duermas bien solo. Y tranquilo, tu zorra sólo está magullada. La
tendrás entera cuando vuelvas a tu puesto. Mientras tanto, es mía.
¿Entendido?
Rudolph no hace caso a tal provocación.
Ancel agarra su cara y Rudolph siente algo extraño cuando lo hace con
esos dedos cortados. Ahora entiende por qué su mujer siempre duerme
cuando Ancel llega al lecho.
-¿Entendido? –pregunta a tan escasos centímetros de su cara que
puede oler su aliento. Un hedor mezcla de tabaco negro >–está prohibido
fumar y Rudolph se pregunta si lo consiguió cuando salió de “La Colmena”
para capturar a un tipo-< y comida sin determinar abofetea la nariz de
Rudolph-.
-Que te den por el culo, Ancel. Y esta vez, que no sea Otto quien lo
haga.
Ancel expone una mueca de descompostura. Coge el fusil que lleva a la
espalda y estampa la culata contra el estómago de Rudolph, que se dobla
por la mitad, aunque no tarda en recomponerse y volver a colocar su
espalda recta.
Ancel hace el amago de volver a golpearlo, pero cuando pasan dos
soldados desiste en el intento.
-¡Vete a la puta cama, Rudolph! –grita escupiendo saliva y parte de los
restos de comida que aún tiene entre los dientes, que como proyectiles en
un fuego a discreción, impactan en buena parte del rostro de Rudolph-.
Le deja en paz el resto de la noche.
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AÑO 1270 DC
PLANETA DE HIELO
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-Has sido muy valiente –solloza-. Estoy orgullosa de ti, y seguro que
Jack también.
-Eso me lo dirá él. Cuando se recupere.
Evelyn asiente con la cabeza y lo vuelve a abrazar llorando.
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21 de enero de 2013
PLANETA TIERRA
MIAMI BEACH, FLORIDA
losventanera
rayos del Sol naciente se cuelan a través del cristal de la gran
que da a la terraza e iluminan todo a su paso.
Las ramas de los árboles del jardín bailan al compás de una suave brisa
matinal. Las pocas nubes que cubren el cielo escampan para dar paso a la
luz solar. Los pájaros alzan sus cantos al dios celeste y revolotean entre
árbol y árbol, jugueteando y cortejando a las hembras. El agua fluye a
través del arroyo artificial y las carpas coloridas se mueven formando
serpenteantes formas.
El rottweiler bosteza, se despereza y se rasca la oreja con la pata
trasera.
Olisquea el ambiente y, perezoso, se encamina hacia el piso superior.
Sube las escaleras con ligereza y se planta frente a una puerta cualquiera.
Se pone sobre dos patas y con ayuda de sus extremidades delanteras
oprime el picaporte a la vez que empuja la puerta, la cual se abre casi de
golpe.
El perro visiona la cama de matrimonio y, jadeando y salivando, se sube
sin temor ni permiso a los pies. Luego pisotea a los que duermen
intentando despertarlos y consiguiendo lo que quiere.
-¡Coronel!, ¡basta, Coronel!
El rottweiler se baja de un salto, se pone frente al cabecero y ladra sin
parar.
Elisabeth niega con la cabeza y se cubre por completo con las mantas.
El que duerme a su lado la abraza y se vuelve a dormir, o eso intenta,
mascullando una maldición algo incoherente.
El perro no se da por vencido. Coge las mantas entre sus dientes y
estira y estira, a la par que gruñe, hasta que destapa a ambos. Cualquier
intento de mantener la ropa de cama sobre el cuerpo es imposible.
El guardián suspira, atusa el pelo de Elisabeth y la besa en el cuello.
-Buenos días.
Elisabeth se pone boca arriba para recibir un beso en la boca y, tras tal
acto, comenta:
-Buenos días, señor expulsado de la máquina.
El joven había llegado en plena noche. No le costó demasiado encontrar
a Elisabeth en la casa del desaparecido Alex. Y a Elisabeth no le había
costado nada llevárselo a la cama a pesar de que estaba muerto de
cansancio y sueño. Él no ha comentado lo que ha hecho durante el tiempo
que ha estado “desaparecido” de su vida.
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PLANETA TIERRA
ATLANTA, GEORGIA
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PLANETA TIERRA
WASHINGTON DC
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AÑO 1270 DC
PLANETA DE HIELO
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ENFERMERÍA
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-Te quiero –dice él sin más-. Nunca podré olvidarme de ti. Con o sin
lavado de cerebro, eres la persona que da sentido a mi vida.
Evelyn lo mira atónita. No esperaba tal muestra explícita de
sentimientos.
-Y yo… -dice al fin-. Yo también te quiero.
Se vuelve valiente, se pone de puntillas y le besa en los labios. Un beso
fugaz y un tanto temeroso.
Él intenta besarla de nuevo, pero ella retira la cara.
-Creo que… será mejor que lo dejemos así.
Él la rodea con sus brazos.
-¿Por qué?. ¿No me quieres de la misma manera?
-Sí. Pero…
-Entonces, deja que te bese como Dios manda –comenta él y Evelyn
vuelve a ver al mismo Jack que conoció-.
Él vuelve a intentarlo y esta vez ella no se aparta cuando él intenta ir
más allá del roce de labios.
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22 de enero de 2013
PLANETA TIERRA
MIAMI BEACH, FLORIDA
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AÑO 1270 DC
PLANETA DE HIELO
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Blake está más que harto de hacer de líder. Jack, por su parte, dice
estar demasiado débil para asumir tal cargo. Él ya tiene planeado
deshacerse de tal carga en cuanto Jack se recupere, pero la relación que
ha comenzado con su madre le dice que va a tardar en recuperarse un
poco más…
Tener que pensar por todos y cada uno de los soldados que están a su
mando es demasiado. Si alguien desobedece él tiene que decidir qué hacer
con él. A Blake el hecho de matar a alguien por pensar de manera diferente
le parece una aberración, así que ha dicho que, simplemente, le encierren
un par de días en una celda. Espera que el soldado recapacite y se dé
cuenta de que esa segunda oportunidad es valiosa, pues si Jack asume el
mando… las cosas podían cambiar.
Blake entiende que sin miedo no se puede controlar a tanta gente y si
no le respetan… la cosa podría acabar muy mal.
Pero es que él no entiende contra quién lucha La Resistencia o por qué.
Sólo sabe que los territorios están malamente marcados y que, por el
momento, están en una tregua no pactada de no agresión.
Ha tenido que comer con sus soldados. Un completo desastre, pues
parecen vikingos. Hay quien hasta comía la carne cruda, sangrante y…
Blake no quiere recordar la escena de ese tipo con la cara llena de líquido
vital.
Él ha comido carne de no sabe -ni le interesa- qué. Sea lo que sea, lo
que ha comido estaba duro y sabía a colilla, pero para ellos dice ser un
manjar. Para Blake un manjar con pelos, pues tenía bastantes.
El hambre ataca y él ha pasado por alto todo. El agua allí sabe a cloaca,
y Blake no se ha puesto a pensar de dónde sale o qué proceso sigue para
ser potable… si es que lo es.
Su madre, sin embargo, no ha podido con la comida e,
irremediablemente, ha salido del comedor a toda prisa buscando el baño
más cercano.
Por último, después de comer y no vomitar, le han dado una bebida
extraña, que sabe a sangre mezclada con alcohol, que ha hecho que su
garganta arda para una semana. Ellos lo llaman “Jioty” y nadie le ha dicho
que contiene el líquido.
Todos están contentos con tener un líder más indulgente, pero nadie se
sale de las normas, gracias a Dios, piensa Blake, pues él no es nada
autoritario.
Las mujeres son un mundo aparte. Comen por separado, no siguen las
órdenes de Blake, al menos, no directamente y, de vez en cuando, hasta le
llaman “flaquito”, le pellizcan el costado o le besan en la cara o en la boca,
indiferentemente.
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-Estuve lo bastante lejos como para que sólo me dañara medio cuerpo –
señala su ojo y ofrece una mano a Blake, como si quisiera que se la
estrechara-.
-No… -indica el guardia-.
Pero Blake acepta el gesto. Nota al instante que la mano no es
exactamente como debería ser una normal.
-Vale. En ocasiones un soldado debe saber cuándo retirarse para librar
otras batallas. El honor no significa morir imprudentemente, ni en vano
cuando todo está perdido. Ahora, la pregunta es, ¿volverías a luchar junto
aquellos que te han apresado?
-Sí, si tú nos guías.
-Bueno… por ahora sí. Libéralo.
Tanto el guardia como el preso parecen asombrados. Lo del indulto va
en serio, pero ninguno de los dos había creído a Blake, aunque Gort tenía
una leve esperanza que él mismo ha disipado en un segundo, para no
llevarse más decepciones con los líderes.
-Es una orden –dice y se siente extraño. No quiere ordenar nada a
nadie, pero aquí las cosas funcionan así-.
El guardia le quita los grilletes. Gort lo agarra por los hombros, le besa
en la boca ante la sorpresa de Blake, que no se acostumbra al gesto y
añade:
-Prometo protegerte hasta la muerte.
Blake no sabe que eso es una promesa muy real que, en ocasiones, los
necropilioms o koradis de La Resistencia ofrecen a sus superiores.
-Vale. Gracias.
Y Blake sigue con su trabajo.
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Blake rodea a la joven sin dejar de mirarla hasta que queda a sus
espaldas. Desde esta perspectiva puede ver que tiene las piernas
enredadas en unas cadenas que cuelgan desde una plataforma. Sus
manos intentan sujetarse a estas para impedir caer en caso de que el
enredo se suelte.
Blake, sin querer, fija la vista en el culo de la joven. Un culo que se
delinea sin tapujos por los pantalones ajustados de color negro.
-¿Sigues ahí? –pregunta ella intentando voltearse y consiguiéndolo,
aunque sólo brevemente, para luego dar la vuelta entera y quedar como
estaba-.
Blake traga saliva y se siente mal consigo mismo por mirar las partes
traseras de una joven apurada de este modo.
-Esto… voy… enseguida te bajo.
Alza las manos pero no sabe por dónde tocar.
-Mejor desde arriba –comenta él-.
-¿Desde arriba?
-Subiré a la plataforma y te liberaré.
Ella impulsa su cuerpo para voltear y esta vez se frena soltando una
mano de las cadenas y cogiendo el hombro de Blake, que ahora tiene su
cara muy cerca.
-¿Quieres hacerme caer?. Mejor sujétame mientras yo misma me
suelto. ¿De acuerdo?
-Por supuesto.
Él agarra sus brazos y ella sonríe.
-Voy a necesitar las manos, mi niño.
Coge una de las manos de Blake con la mano libre y la deposita en su
abdomen. Es fuerte, pero no tiene músculos como la mayoría de las que
hay por allí.
-Con las dos manos, que no muerdo –comenta al ver que Blake no va a
pensar en ello por sí solo-. Casi nunca…
-Sí. Con ambas manos –comenta sonriendo cual bobo-.
Blake la sujeta con firmeza y, por todos los medios, procura no mirar los
senos que se entrevén en su camiseta sin mangas, de estilo militar,
ajustada y más escotada que ninguna que haya visto en una mujer, lo cual
no es mucho, la verdad.
-¿Listo?
-Sí.
Ella se deshace de las cadenas sin siquiera usar las manos, pero Blake
no se percata de tal cosa. La sujeta y, cuándo se quiere dar cuenta, la tiene
cogida como un recién casado tendría a su mujer justo antes de entrar en la
casa.
-Gracias –comenta ella que, “casualmente”, tiene su brazo por detrás de
los hombros del joven-.
-De nada –dice él y ella mira su boca mientras habla-.
Él no la suelta y ella no hace nada por bajar de los brazos de Blake, que
si bien no son, ni mucho menos, tan fornidos como los de los koradis, son
más resistentes de lo que parecen.
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Blake mira la bolita plateada que tiene entre sus dedos. Jack entra en la
sala que hace de “despacho” al líder, hecho una furia y el koradi que
acompañaba a Blake se retira.
Es una estancia pequeña y angosta, con una mesa, una silla y una
estantería de esferas, todas estas cosas de metal de color plata vieja.
-Blake, tienes que quitarme de encima a esa mujer. Dile que me olvide y
que diga lo que diga la estúpida ley, ahora mandas tú y me indultas y me
das el permiso para casarme de nuevo…
Blake lo mira muy serio y Jack de repente se siente muy pequeño.
-Para casarme… -intenta seguir, pero no lo consigue-.
Blake, con los codos sobre la mesa y la esferita aún en la mano le mira
esperando que termine la frase. No parece el mismo. No, ahora parece un
ser extraño, con esa barba rara –una barba que cubre casi por completo su
cara, con una línea ligeramente inclinada afeitada bajo cada pómulo, una
especie de bigote al estilo presidiario que baja por sus comisuras hasta la
mandíbula y una barbilla afeitada de forma parcial, con una pequeña línea
rectangular que empieza bajo su labio inferior y que termina más allá de su
mentón- que le han hecho y esa coleta larga en la parte posterior y ese
pelo más corto por delante, malamente peinado, que deja caer inclementes
mechones a ambos lados de su frente, insolentes, y un tanto ondulados,
siendo el resto del pelo que no está recogido más corto que los flequillos.
Por no hablar de ese uniforme de color negro ataviado con insignias y muy
parecido a los que llevan los soldados de la guardia del emperador. Está
muy raro, pero aún así es muy guapo y Jack tiene que admitirlo, ese estilo
le da un atractivo que hace que su cara de “bueno” haya quedado atrás en
el espacio-tiempo.
Jack se pone frente a la mesa y se fija en el vaso de Jioty.
-Jack, ¿estás bien?
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-Claro…
-Eres mi humano favorito.
-Si lo soy, harás lo que te diga. Acudiré al diálogo en tierra neutral. Y tú
y mi madre os largáis con los emisarios, de vuelta a tu antigua vida.
-¡Estás loco!
-Sí. Pero eso ya lo sabías cuando me reclutaste en tus planes –sonríe-.
-No voy a dejar que hagas eso…
-Jack, te olvidas de que soy el líder. Te estoy ordenando que salgas de
mi territorio, te cases con mi madre y esperes a que vaya a rescataros
cuando consiga descifrar el libro y encontrar la máquina.
-Blake, imagina que seremos… como enemigos.
-Es que no me caes bien –comenta sonriendo y le ofrece una mano,
como si quisiera cerrar un pacto-.
Jack la coge, pero en vez de estrecharla, tira de él y lo abraza.
-Te juro que te protegeré. Aunque no lo creas, os protegeré a tu madre y
a ti, con mi vida.
Cuando se separan Blake pone cara pensativa.
-¿Qué tramas?
-Soy el nuevo líder, cruel y sanguinario, que ha matado a tu mujer y a tu
hija.
-¿A mi hija?
Blake se encoge de hombros.
-Claro. Yo la cuido.
Jack pone la cabeza de lado.
-De acuerdo. Más te vale…
-Bien. Pues soy el tipo malo de la película que ha matado a tu mujer y te
tiene retenido.
-¿Retenido?
-Tenemos que hacer que por ningún motivo piensen que eres
simpatizante de tus antiguos soldados o podrías meterte en un lío. Tus
hombres te han repudiado…
-Sí, lo han hecho… -comenta con lastima Jack-.
-Pues eso. Pero no te voy a matar…
-Porque espero mi ejecución –termina Jack-.
-Eso es.
-¿Y por qué me llevas contigo al diálogo?
-Pues… ¿qué razas habitan este planeta?
-Pues los necropiliom, que son como llaman a los koradis de La
Resistencia, los hark, que son extranjeros de otro planeta…
A Blake le chispean los ojos.
-¿Puedo parecer un hark?... Bueno, creo que me confunden con uno de
esos…
Jack lo mira de arriba abajo.
-Sí, bajito, flaco, moreno y de piel algo oscura… Bueno, con un poco de
cambio en la higiene y en el comportamiento… Oye, sí.
-¿Los hark hablan igual que nosotros?
-No todos. Tienen su propio idioma…
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MIAMI, FLORIDA
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MIAMI BEACH, FLORIDA
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ÁREA DE EXPERIMENTACIÓN “LA COLMENA”
ÁREA B, SECTOR 12, LABORATORIO 003
Peter abre los ojos. Una luz brillante lo ciega… como pasó la otra vez.
Cierra los ojos.
No sabe cuánto tiempo ha pasado. Se ha despertado varias veces, pero
apenas ha durado unos segundos en el mundo real. No recuerda nada de
lo que ha escuchado, aunque sabe que ha escuchado voces de vez en
cuando. Breves flashes de imágenes inunda su mente, pero no consigue
sacar nada en claro.
Intenta moverse, pero no puede. De nuevo atado. De nuevo siente el
frío metal en su espalda.
Le duele la cabeza y el cuerpo entero, sin embargo, parece que todo le
es ajeno, su cuerpo, su mente, su voluntad.
Se percata de que está amordazado de forma especial, su lengua está
bien aprisionada contra la mandíbula.
Siente como un líquido frío inunda, vía venosa, su brazo derecho. No ha
sentido el pinchazo, supone que tiene una vía puesta.
De repente se siente menos dueño de sí.
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HOSPITAL
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-No… Eres el Dios Gemelo. Y te entrego esta flor para aplacar la ira de
tu hermano.
-Ah… -Sam sonríe-. ¿Soy el bueno?
-Sí. Cuando el Dios creador tuvo un hijo, lo dividió en dos. La parte
buena y la parte mala. ¿Verdad?
-Sí. Verdad.
-¿No vas a dejar que tu parte mala destruya a nuestro pueblo?,
¿verdad?
-Claro que no.
Luego Sam indica a la pequeña que le enseñe el poblado. Desde que
llegaron y fueron recibidos como Dioses Gemelos se han mantenido ocultos
en el templo, para que esa extraña civilización, un tanto involucionada a su
entender, no descubriera que, en realidad, no son más que seres de una
raza algo superior y, sí, tal vez un tanto fascinante para gente como ellos,
demasiado supersticiosa y crédula.
La pequeña guía a Sam por el poblado. Las casas bajas están hechas
de piedra, al igual que los templos. Los templos son grandiosos y su
arquitectura es más “civilizada”, en cambio las casas no tienen decoración y
son bastante grotescas.
Los caminos que hay en el poblado son de arena y en ellos crecen, de
vez en cuando, malas hierbas. Parece que no saben siquiera colocar
algunas piedras que hagan más fácil el tránsito.
En los templos predomina el lujo, pero en el poblado nadie le da
importancia a los objetos de oro, plata, a las piedras preciosas o
semipreciosas… Todo eso son, dicen, cosas de dioses y, por lo tanto, esos
objetos permanecen en los templos, como ofrendas.
También hacen ofrendas en los “altares” de fruta y flores. Y, desde que
Wolfgang ha llegado, a él le ofrecen carne. Según la leyenda, el Dios
Gemelo “malo” come carne animal y humana, así que para no enfurecerle,
sacrifican animales para Wolf. Sam, que tiene que ser la parte “buena” del
Dios, sólo come carne a escondidas.
El poblado está rodeado de montañas y abruptos, por lo que llegar a él
es difícil, también salir. Por ello los hombres cazan en el bosque que rodea
el llano, y procuran no cruzar las montañas que, según ellos, delimitan la
Tierra Sagrada, donde, según ellos, están a salvo de los “seres de los
abismos”. Sam no sabe qué o quiénes son esos seres. El chamán le ha
contado una leyenda que a Sam le ha parecido un tanto extraña, así que se
ha quedado con las ganas de una buena explicación, si es que realmente
existen esos gigantescos seres demoníacos.
En los templos se los representa, pero también podría ser todo una
exageración.
Cuando la gente del poblado ve al Dios caminar de la mano de la niña,
todos se asombran y, dejando sus quehaceres, arrodillan ante su
presencia.
Sam los manda levantarse diciendo que, por ahora, el Dios no quiere
que lo adoren.
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Las mujeres vuelven a coger sus cestas llenas de fruta y los hombres
las armas, un tanto primitivas, que han dejado en el suelo en muestra de
humildad y respeto ante el Dios, pero nadie sigue con sus quehaceres.
Sam pronto se ve perseguido por todo el poblado. Los niños son los que
más cerca se atreven a estar.
Un tanto sobrepasado por la situación, se retira al Templo del Creador.
Pasa por algunas estancias muy bellas pulcramente decoradas con
grabados, columnas y demás hasta llegar a la habitación donde ellos
suelen pasar la mayor parte del tiempo.
Encuentra a Wolfgang echado sobre una esterilla acolchada con pieles
que ha depositado sin ningún pudor sobre el altar, donde deberían estar las
ofrendas, que de seguro, ya se ha comido.
Wolfgang luce una tupida barba. Allí nadie tiene barba ni utensilio para
combatirla, así que los “Dioses” o se afeitan con los cuchillos de orichalcum
que ya les han sido devueltos o se dejan crecer el vello facial. Wolfgang ha
preferido la segunda opción. Sam va afeitado.
Wolfgang también deja crecer su pelo, Sam lo lleva más corto.
El “Dios Maléfico” está recostado bocabajo sobre el altar, con tan sólo
un taparrabos como vestimenta. Una joven del poblado está extendiendo un
aceite de muy buen olor por su espalda, a la par que le da un leve masaje.
La pobre está tan abrumada con el hecho de tocar a un Dios que parece
estar en trance.
Wolfgang abre un ojo y sonríe a Sam.
Samuel carraspea devolviendo a la joven a la realidad, la cual, también
viste exclusivamente con un taparrabos.
-Quiero hablar conmigo mismo –dice Sam, lo que significa que quiere
hablar con su otra parte, o lo que es lo mismo, con Wolf-.
La joven se retira. Wolf ni se levanta, sólo saca la lengua a su hermano.
-¿Por qué la has espantado?. Ahora que estaba contándole por qué los
Dioses somos tan guapos…
-Idiota.
-Nenaza.
-De acuerdo. No la fastidies. Hasta que sepamos cómo salir de aquí,
mantengámonos al margen de todo. Debemos parecer dioses y los dioses
no caen en placeres mortales.
-Ja. Mira Zeus…
-No somos Zeus, somos otro tipo de dioses.
Wolfgang bosteza.
-¿Me das tú el masaje?
Sam se cruza de brazos.
-Vale, vale… -se levanta pesadamente-. ¿Qué te preocupa?
-Los seres esos del abismo. El chamán dice que presiente su llegada.
-No existen… -sonríe-. Que idiota eres, hermanito. Son todo cuentos
para niños.
-¿Y si de verdad hay algún tipo de raza que mata los animales sagrados
de este poblado?
-Bueno, ¿y qué?
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¿Es usted un demonio? Soy un hombre. Y por lo tanto tengo dentro de
mí todos los demonios.
Vi entonces el trono y los cuatro animales, por una parte, y los ancianos
por otra, un Cordero en pie, como degollado. Tenía siete cuernos y siete
ojos. Se acercó y tomó el libro del que estaba sentado en el trono. Cuando
hubo tomado el libro, los cuatro animales y los veinticuatro ancianos se
postraron delante del Cordero teniendo cada uno en la mano un arpa y
copas llenas de perfumes. Ellos cantaban un cántico nuevo “Tú eres digno
de tomar el libro y de abrir sus sellos, porque has sido degollado y has
rescatado para Dios con tu sangre a los hombres de todas las tribus,
lengua, pueblo y nación…
… Después vi y oí la voz de una multitud de ángeles que estaban
alrededor del trono de los animales y de los ancianos; su número, miríados
y miríados y millones de millones. Y decían con voz fuerte: “Él es digno, el
Cordero que ha sido degollado de recibir poder, riqueza, sabiduría, fuerza,
gloria y alabanza”. Y todas las criaturas que hay en el cielo, en la tierra,
debajo de la tierra y sobre el mar, el universo entero, oí que decían: “Al que
se sienta en el trono y al Cordero la alabanza, el honor, la gloria y el poder
por los siglos de los siglos”
(Apocalipsis 5,6-5,14)
2. ÁNGELES, DEMONIOS
Y HUMANOS
LA RAZA ELEGIDA - DIMENSIONES
16 de febrero de 2013
PLANETA TIERRA
TÚNEL GAMMA 2
Tiene los ojos vendados. Se mantiene de pie, firme, con las manos
engrilletadas a su espalda y los pies igualmente unidos. No puede ver
a los soldados, pero escucha sus pasos, su respiración, sus latidos… su
presencia.
Está calmado, como si fueran a quitarle un gran peso de encima. Va a
morir, pero algo le dice que no todo es tan malo como puede parecer.
Sin saber por qué, se siente relajado, ligero… libre.
Va a morir por una judía, va a morir por ella y junto a ella. Está a su
lado, asustada. Nota su miedo y quisiera decir algo para calmarla, pero no
sabe qué decir, así que no dice nada.
Ancel dirige el grupo de fusilamiento. Rudolph aún puede imaginar su
cara de regocijo. Sonríe plácidamente y alza la cabeza.
Seguramente Ancel habrá puesto una mueca de mal humor al no verle
asustado, pero la verdad, no le importa qué haga ese tipo. Algún día todos
morirán, de una forma u otra, así que no son tan distintos.
No van a cargar con una bandada de balas contra él, eso no lo mataría.
Lo van a matar con unas armas espaciales, armas atlantes.
Sólo espera que tengan buena puntería. No debe de ser agradable estar
vivo cuando tu piel, músculos, tendones, ligamentos, huesos y hasta el
mismísimo tuétano se está desintegrando. Puede ser doloroso, Ancel lo
sabrá, tal vez por eso apuntarán mal aposta siguiendo sus órdenes. No
importa, les han enseñado a no temer al dolor y, menos, a la muerte. Es un
SS, no puede temer a nada ni a nadie… o eso le dijeron.
-Soldados, tomen posición –la voz de Ancel-.
Rudolph respira hondamente y todo parece ralentizarse. El tiempo pasa
despacio cuando vas a morir, piensa él. Vamos, que acaben ya, añade en
su mente.
-Presenten armas…
Rudolph aprieta los párpados.
-Apunten…
<¿Quién será mi padre, y mi madre… tendré hermanos?>
Tal vez ese sea su último pensamiento. Nadie en “La Colmena” conoce
a sus progenitores, ni a sus consanguíneos.
<¿Será Ancel pariente mío?>
Desecha ese pensamiento. No quiere morir pensando en él. Piensa en
Sara mientras espera la descarga. Su rostro, su forma de cantar
despreocupada…
-¡Fuego!
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En anatomía humana el hueco poplíteo es una depresión más o menos romboidal de eje
mayor vertical, localizada en la región poplítea, que se aprecia en la parte posterior de la
rodilla, especialmente cuando la pierna está en flexión o semiflexión.
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pared de los acantilados. El koradi es quien lo tiene cogido por el pecho con
uno de sus imponentes brazos.
No sabe cómo, pero de repente se ve volando por encima de los
acantilados y aterrizando… bueno, el que aterriza es el koradi, que él, al
estar agarrado, sigue sin tocar el suelo. El koradi lo deja en el suelo y
sacude su cabeza como lo ha hecho antes, cuando miró bajo el agua.
El atlante que lo ha derribado ya no está.
El koradi lo mira, lo olisquea y pretende tocarle. Thomas se queda
quieto. El koradi levanta levemente la chaqueta de Thomas hasta que da
con la pistola, la cual coge y sopesa. Thomas traga saliva, esperando que
no le vea como una amenaza.
-Gracias, humano –dice el koradi con una voz ronca y potente-.
Luego desaparece de la vista de Thomas… sin devolverle la pistola.
-De nada –dice él con un hilo de voz, aunque piensa que ya está solo-.
Se toma otra pastilla y cierra los ojos fuertemente cuando, por
casualidad, mira hacia el cadáver del degollado.
<Si esto fuera una batalla entre ángeles y demonios… entonces yo
acabo de salvar al demonio> -piensa al comparar el físico de los atlantes y
el de los koradis con figuras celestiales y demoníacas, respectivamente-.
<Bueno, el diablo siempre gana…> -añade pensando en que él, a pesar de
ser “el malo” frente a Peter, le ha ganado la partida… por ahora.
1 de marzo de 2013
PLANETA TIERRA
ATLANTA, GEORGIA
EN EL CASINO
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LA RAZA ELEGIDA - DIMENSIONES
AÑO 1270 DC
PLANETA DE HIELO
BASE AVANZADA DE LA RESISTENCIA
SALA DE ARMAS
Blake resopla y pone los ojos en blanco. Nada de eso va a servir para
que se libre de asistir a la cacería. Jack le ha dicho que tiene que
acompañar a los cazadores, porque un buen líder tiene que tener su “baño
de sangre”. A él todo eso le parece salvajismo puro y duro, pero tiene que
parecer invulnerable y no una nenita que se achanta ante un animal... uno
gigantesco, por lo que ha escuchado.
Se encuentra en una sala metálica, donde cada porción de la pared está
cubierta por una estantería especial o, en su defecto, por una vitrina.
Ambas cosas automáticas, ya que las estanterías poseen unas ruedas en
cada balda que hace girar para ofrecer el arma elegida, y en cuanto a las
vitrinas, completamente metálicas que no dejan ver su interior, tienen una
obertura que saca el arma que se le pida, siempre y cuando la persona que
la pide esté autorizada. Igual pasa con las armas de las estanterías, que
aunque parecen desprotegidas, es completamente imposible sacarlas de la
rueda sin permiso, ya que las baldas están cubiertas por un campo invisible
de fuerza.
Blake ya está vestido para cazar. El traje pesa mucho, tanto que lucha
en vano por no moverse como un robot. Nadie le ha explicado aún como se
controla la gravedad del traje, para que, por lo tanto, pese menos y él
prefiere no enredar con los cacharros que lleva su indumentaria. Por
encima del traje lleva una especie de coraza, de color negro brillante, con
forma de chaleco, ya que sus brazos quedan al descubierto, que llega hasta
la cintura. El traje deja también sus brazos al aire, y aunque bastante
musculosos, gracias a su intensivo entrenamiento y a cierto tipo de
sustancias que le han dado, se quedan cortos al lado del resto. En los
codos lleva una especie de placas que se adaptan a la medida a la
articulación y la protegen. No entiende el porqué de proteger el codo y no
otras partes, pero acepta llevar ese cacharro. También lleva algo similar en
las rodillas y en los hombros. Los pantalones son negros y demasiado
ajustados a su entender, pero es que adaptan a su cuerpo a la perfección…
muy a la perfección, para su gusto. En el cuello lleva una especie de
collarín metálico, que no le molesta, para su sorpresa y le da total libertad
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NAZARETH SERRANO
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LA RAZA ELEGIDA - DIMENSIONES
AÑO 1270 DC
PLANETA DE HIELO
BASE AVANZADA DE LA RESISTENCIA
SALA DE VIAJES INTERDIMENSIONALES
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NAZARETH SERRANO
El círculo que encierra al grupo se ilumina bajo sus pies. Otro círculo,
este colocado en el techo y puesto exactamente en la misma posición que
su opuesto, se ilumina a la par.
De repente suena un zumbido sordo, que a Blake se le asemeja al vuelo
de una abeja demasiado cerca de su oreja.
-Introduciendo parámetros de destino…
El zumbido se hace más fuerte.
-Bueno, pues ya sabéis. No salgáis del círculo, no os separéis y volver
enteros y no por partes. Conectando dimensiones… ¡buen viaje!
Se forma una columna de luz entre los círculos, que se mueve como un
torbellino. Cuando desaparece ya no están ni los koradis ni los perros.
El “técnico” se sienta frente a los paneles y pantallas desde los que
controla todo el viaje y va pulsando cosas en la pantalla holográfica que se
mueve cuando la echa de la zona a golpe de mano, dando paso a la
siguiente que muestra otro tipo de parámetros, estos sobre el estado
médico de los “trasladados”.
-Bueno, pues han llegado bien. Ahora a ver si vuelven enteros… la
última vez perdimos a todo el equipo y no consigo encontrarlos, ¿dónde
estarán?
PLANETA TIERRA
MIAMI BEACH, FLORIDA
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LA RAZA ELEGIDA - DIMENSIONES
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NAZARETH SERRANO
Mitch se paraliza sin saber por qué, pues su cerebro pide que salga
pitando de allí.
-¿Un besito, amante despechado? –comenta el koradi entre risas al ver
que su presa, seguramente, no se da cuenta de qué es lo que tiene
enfrente-.
El filo del metal resplandece bajo la luz plateada cuando el koradi, en un
movimiento rápido y preciso, arremete contra el cuello de Mitch…
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LA RAZA ELEGIDA - DIMENSIONES
A este koradi le gusta cazar de esta manera, pero otros llevan armas
que alcanzan a la presa desde más distancia. Cada uno lo hace como
quiere.
El koradi lame la hoja de su cuchillo y sus labios se quedan
impregnados en sangre. No la retira, sino que comienza a preparar todo
para trasladar a la presa hasta el vehículo central.
Blake no puede más. Ver morir a los animales no le parece bien. Sí, él
come carne, pero no ve como matan a su comida. Se separa del grupito
central y decide ir por libre, como otros tres han hecho, entre ellos Jack, al
que sí parece que le gusta la caería.
Blake se sienta en una roca y espera a que todo pase. Se siente
observado, pero por más que mira a su alrededor no puede ver nada.
Consulta su muñequera. La cosa no ha hecho más que empezar, pues lo
que es media hora en el mundo de los koradis aquí, en otra dimensión, da
para mucho. Nadie le había contado tal cosa, pero el temporizador de su
muñequera le advierte del tiempo que tiene.
Algo sobrepasado intenta tranquilizarse. No quiere cazar a nada ni a
nadie. Se queda solo unos minutos, justo antes de que un koradi montado
en una de esas motos voladoras “aparque” junto a él arrastrando la presa
que lleva sin problemas a remolque gracias a la antigravedad.
-¡Hola, jefe! –brama como si estuvieran solos en la selva… y tal vez lo
están, bueno, solos los koradis-.
Blake sonríe y el koradi, se baja del vehículo y, sin dar más
explicaciones, embadurna la cara de Blake con sangre caliente y viscosa.
-¿Qué diablos…? –comenta Blake al tiempo que se levanta y retira-.
-Vamos, si no has cazado nada, yo te presto la sangre de este
grandullón –comenta señalando a un animal enorme con apariencia de
elefante, sólo que algo distinto-. No te preocupes, jefe. En las primeras
cacerías a todos se nos escapan.
-Ya… -comenta Blake quitándose parte de la sangre con los guantes-.
Pero…
-Jefe, el baño de sangre…
Blake se da cuenta de que “el baño de sangre” no sólo es un nombre
grotesco para la cacería.
-Ah… -expone una sonrisa forzada-. Yo no… prefiero… ya cuando caze
uno…
Aparece otro koradi y el grupo central. Uno de los koradis lleva en las
manos lo que parece ser un cachorro de uno de esos “osos grises”, que si
bien es bastante grande, parece un recién nacido.
-Me cargué a la madre –comenta y señala la presa que lleva en su
“moto”-. Pero reservé a este pequeño para el jefe –le entrega el cachorro
vivo a Blake, cogiéndolo por el pelo de cualquier manera y el líder lo toma
con delicadeza-.
-¿Qué tengo que…?
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cual animal. Sus pupilas se vuelven líneas y su rostro se colapsa, tal vez
más por el enfado que por el dolor, o tal vez no.
Mitch aprovecha el momento de debilidad para patear la cara del koradi,
que parece no inmutarse ante eso, siquiera ha movido la cabeza, pero se
queda un segundo quieto. Ese segundo lo aprovecha Mitch para quitarle el
cuchillo, que utiliza para cortar el cordel metálico y, sin quitarse el gancho
de la pierna, y viendo como todo a su alrededor se queda paralizado
durante un segundo más, se levanta como puede y, apoyando todo su peso
en la pierna sana, intenta degollar al koradi, que apresa la muñeca de Mitch
cuando este está a punto de alcanzar su cuello.
Y, por un instante, sus ojos cruzan una mirada.
Elisabeth no sabe qué hacer. Salir con el niño en brazos puede ser
imprudente, pero quedarse también. Tirarse por el balcón, con Ramsés en
brazos, una locura… ¿qué puede hacer?... ¿sólo esperar que Mitch no esté
muerto y que los salve?.
Ha cerrado con cerrojo. El picaporte se mueve lentamente indicando
que alguien intenta entrar. Elisabeth aprieta a Ramsés contra su pecho y
espera pegada a la pared opuesta a la entrada.
El que quiere entrar lo hace pegando un fuerte golpe en la puerta con el
pie. En la penumbra y con los nervios, Elisabeth tarda en sacar algo en
claro en cuanto a la cara del visitante.
-¿Estás bien? –pregunta él-.
Ella con cara de extrañada, pregunta:
-¿Alex?
Sí, es él con el pelo despeinado y una barba completa y descuidada,
pero es él.
Él se acerca y tomándola entre sus brazos con cuidado de no dañar a
Ramsés, vuelve a preguntar:
-¿Estás bien?
-Sí, pero…
-Se ha ido. Ha salido por el balcón cuando lo intenté matar. Lo he
perdido de vista. Ya está, todo ha pasado…
-¿Y Mitch? –pregunta ella temblando-.
-¿Eh?
-¿Dónde está?
-Pues… el koradi llevaba algo al hombro… pero es que apenas he visto
nada…
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Blake, sentado en la arena, espera, junto al resto del grupo central, a los
últimos cazadores. Les sobra tiempo, ya han cargado casi todo y están en
el lugar donde se abrirá el portal que los devolverá a su mundo. La carne
está en el vehículo central, cuyo conductor es él mismo, pues en realidad
es un vehículo automático y robótico. Los perros han sido guardados y sólo
llevan encima unas cuantas armas. Algunas motos aún están en tierra, y
algunas aún cargan con presas, pues la cacería ha sido fructífera y todo no
cabe en el vehículo de trasporte.
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MIAMI BEACH, FLORIDA
Elisabeth toma el mentón del joven y hace que lo suba para observar
con más detenimiento la herida, que a pesar de que ya no sangra, no
parece dispuesta a cicatrizar como de costumbre.
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Alex comprende por qué Philip no contestó ante los gritos de Elisabeth.
El koradi se ha encargado de él, piensa y se ríe.
Alex, un fingiendo estar abatido, se encamina hacia el otro ala de la
mansión para ver si hay más bajas, aunque sabe que no es así. Se topa
con Mitch, que usa las paredes como apoyo, ya que su pierna suelda mal y
se rompe con facilidad con cada paso. Entre gemidos ahogados por sus
propios labios, el joven intenta dirigirse hacia la salida, con sus objetos más
importantes, es decir, los atlantes, metidos en un macuto.
Alex lo intercepta de inmediato.
-Oye, Mitch, ¿dónde vas?
-A tomar por culo, que es lo que falta que me hagan.
Mitch intenta pasar por al lado de Alex, pero para eso tiene que afrontar
un trayecto sin la ayuda de la pared, por lo que al primer paso mal dado
acaba en el suelo, gimiendo, sangrando y maldiciendo.
Alex le ofrece una mano, que él desprecia.
-Hablemos. Seguro que no es para tanto. ¿Estás enfadado con
Elisabeth?
-¡No me hables de ella! –grita y se levanta como puede-.
Alex lo agarra por los hombros y hace que se detenga.
-Mitch, vamos, por una discusión no te vas a ir, ¿no?
-No debería estar aquí. En realidad yo… tengo otra misión.
-¿Qué misión?
-Eso es cosa mía.
Mitch se sacude a Alex de encima y, apoyándose en su lanza, sigue su
camino.
Alex mira el arma de reojo y prosigue.
-No sobrevivirás allí fuera si ese tipo sigue merodeando por la zona.
Mitch se detiene y suspira. Alex tiene razón. El koradi no ha usado su
mejor arma, de ser así lo hubiera matado con la primera herida… pero
podría pensárselo mejor la próxima vez y usar otro tipo de metal.
<Pero eso ahora me da igual…> -piensa Mitch-.
Sigue su camino. Alex ve que el chico está a punto de llegar a la puerta
y se pone nervioso.
Se interpone entre la salida y el herido y alza las manos.
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-Vale, Michel Angelo. Si quieres puedes irte, como siempre. Pero acabo
de llegar, dame una oportunidad para que te explique por qué he estado
tanto tiempo desaparecido y lo que he descubierto. Luego, si no te interesa
quedarte y seguir mi plan, pues te vas.
-Antes seguiría a Jack.
Alex sonríe.
-Jack es un koradi, como el que te ha atacado.
-No…
-Sí. Tengo sus informes y los de todos vosotros. Hay cosas que tal vez
deberías saber antes de largarte y dejar que cualquier ser te mate de un
buen tajo en el cuello.
Mitch agacha la cabeza.
<Sí, está a punto de caer> -piensa Alex-.
-Vamos, Mitch. Creo que ya tienes más cicatrices que un gladiador
romano. No tientes más a la suerte o lo próximo no va a ser un recuerdo
grabado en tu piel. Vamos, tengo la información que necesitas.
<Y tú lo que yo necesito> -piensa, pero no añade-.
-De acuerdo. Pero quiero verla ahora y si no me interesa, me largo para
no volver.
-Ese es mi chico –comenta Alex más que aliviado-.
-Pero no seguiré el plan de matar a mi hermano, que quede claro.
-Eso ya lo decidirás después…
Mitch lo mira con una expresión vacía, como siempre. Alex sonríe.
-Sí. Lo decidiré yo.
Alex posa una mano en su hombro y Mitch nota mucho peso para tan
poco músculo, pero no dice nada. Tal vez sea sólo cuestión de que está
algo más débil.
Mitch lo mira de repente con el ceño fruncido.
-Estás raro.
-Cansado del viaje –comenta él riéndose-.
-¿De qué te ríes?. Esta noche han matado a Philip, casi me matan y tú
apareces… justo cuando el koradi me tira en el jardín… vivo, en vez de
matarme. No entiendo de qué te ríes. En realidad no entiendo nada.
Se pone serio.
-Lo siento. No sé... con los nervios… Es una mala noche, sí.
Mitch expone un gesto de no entender nada, pero no pregunta más.
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medita y mira hacia el templo donde Sam y Wolf se han retirado con cara
pensativa.
En el interior del templo Wolf muestra a Sam un collar.
-¿Qué quieres con eso? –pregunta Sam lavándose en una pila de
piedra que siempre está llena de agua aromatizada-.
-Encontré el collar en la mano de un koradi muerto. Tenía una raja de la
tripa hasta la garganta. Asqueroso. Pero está claro que hay algún atlante
entre ellos.
Sam hace memoria.
-Claro, el moreno bajito que estaba inconsciente era Blake.
Wolf mira el collar y sonríe.
-Hay que devolverlo –comenta Sam-.
-No –replica Wolf-. Es muy importante para él, ¿no?. Parte de su
espíritu y, sin él, no puede controlar nada como decimosegundo guardián.
-Por eso…
-Por eso me lo quedaré.
-Pero…
-Esa nenaza llorona no merece este collar.
Sam suspira.
-Wolf, por favor…
-Sam. ¿Vas a ir tú a verlo para devolvérselo?
Sam niega con la cabeza. Wolf tiene razón, no pueden ir allí sin más y
dárselo.
-Pues ya está. El niño de mamita se queda sin collar. Mami, mami, no te
vayas… -comenta en tono burlón-. Maricón… y de los de verdad. Un día
entré en su mente y no sabes qué cosas hacía.
-¿Eh? –pregunta Sam mientras se pone una túnica-.
-A ese tío le gusta que le den por culo. Pues eso es exactamente lo que
voy a hacer –comenta mirando el collar con cara de inicuo-.
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Alex le quita más armas, que Norbert ni se había fijado que tenía.
Luego Alex aparta la espada de Norbert y se pone frente al koradi, que
pone cara de ángel, o eso intenta, aunque su rostro no se lo pone fácil.
-Norbert, trae unos guantes de goma, por favor –comenta Alex-.
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No acaba la frase. Le sumerge y esta vez le deja ahí hasta que siente
que está a punto de desmayarse.
Cuando lo saca el chico se mantiene en postrado a duras penas. El
koradi le mira con cara de abatido y expulsa agua acompañada de sangre
por la boca.
-¿Dónde vive?
-En una casa.
-Muy gracioso.
Alex lo voltea sin piedad y le clava un cuchillo de metal negro en el
abdomen. El chico gime cuando el mango se pega a su piel. La hoja se le
antoja fría en estos momentos. Con los ojos muy abiertos se lleva las
manos en un instintivo movimiento a la parte dañada. No puede dejar de
gemir de dolor cuando Alex va volteando, poco a poco, el arma dentro de
sus entrañas. La sangre brota sin timidez manchando los pantalones y
hasta el suelo.
-¿Duele?
-Sí… mucho… sácalo, por favor –articula entre dientes-.
Alex sigue girando el mango ante la desesperación del koradi, que nota
como el cuchillo activa otro tipo de función. El olorcillo a quemado va
acompañado del grito que la mano de Alex, puesta en su boca, ahoga.
Los intestinos del koradi se van desintegrando muy lentamente. Alex
desactiva la función secundaria y retira la mano de la boca, más no el
cuchillo del abdomen.
-¿Cómo se llama?. Vamos, colabora y te juro que te dejo ir.
El koradi le mira a los ojos y hasta le cree.
-Vale… -deja salir la sangre de su boca tras una regurgitación de tal
líquido y continúa-. Se llama… -piensa en mentir, pero prefiere no hacerlo,
porque piensa que Alex va a hacer algo mucho peor con él en ese caso-
Thomas –articula al fin-.
-Iba a preguntarte dónde vive… pero ya lo sé. Ahora dime, ¿dónde está
el resto del grupo?
-No lo sé…
Alex da un rápido giro al cuchillo y el koradi empieza a ver todo muy
nublado. Gime de nuevo y, en un acto inconsciente, se aferra al brazo de
Alex, que no le retira cuando aprieta.
-No te he oído bien. ¿Dónde has dicho que estaban?
-No lo sé… te lo juro… nos separamos… me dejaron solo y no volvieron
al lugar de reunión.
Alex intenta entrar en su mente y el koradi deja que haga lo que quiera
con él. No miente en esta ocasión, no sabe dónde está el resto del grupo.
Alex mira algunas cosillas que le interesan y luego deja su cerebro en paz.
-¿Vas a dejar que me vaya? –pregunta el koradi-.
Alex se ríe.
-Bueno, te he dado mi palabra. No voy a matarte.
Saca el cuchillo de un tirón. El koradi ahoga un gemido e intenta, en
vano, parar la hemorragia. No se atreve a levantarse, aunque cree de
verdad que ese atlante va a dejarlo ir. Mira a uno y a otro y pregunta:
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-¿Puedo irme ya?... por favor… -añade por si eso es lo que espera que
haga-.
Alex mira a Norbert y asiente con la cabeza.
El chico vacila unos segundos, luego alza la espada.
El koradi, de trece años, no cierra los ojos, pues eso, en su cultura, es
una muestra de debilidad. Dicen, que tienen que mirar a la cara a aquel que
lo mate para, en su próxima vida, recordar que de él no puede fiarse y ser
ellos los que, en esa ocasión, maten al enemigo.
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EN EL CASINO, EN LA SUITE PLATINUM
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Blake consigue ver todo como si sus ojos fueran cámaras infrarrojas.
Huele la sangre. Las partículas volátiles transportan su característico olor
hasta sus fosas nasales. Sus pupilas se hacen más grandes y todo su
cuerpo responde de forma extraña. Sigue mutando, le duele horrores la
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Blake indica al perro que se agazape tras una gran roca y el can, como
si pudiera entenderse con el “humano” a la perfección, hace justo lo que le
mandan.
Blake suspira, visiona sus alrededores y sale del escondijo que ha
escogido para el can. Parece que su mutación sigue paulatinamente, pero
al menos, ahora no le duele tanto la cabeza y el calor se ha disipado. Su
equilibrio anda algo tocado, pero consigue moverse con rapidez y entrar en
el templo indicado.
Lo primero que ve es un extenso pasillo cuyas paredes, techo y suelos
albergan extraños grabados. Blake no se para demasiado a mirar, pero no
puede evitar echarle un vistazo a la historia sobre los Dioses que allí se
cuenta.
Pasa por debajo de un gran arco y accede a una sala circular que tiene
tres salidas. La sala está también decorada con diversos grabados, en el
centro hay una estatua, la de un Dios, y también hay una especie de pila a
la derecha y un altar de piedra a la izquierda.
Blake coge el camino central y transita un nuevo pasillo, este sin
grabados.
Sigue caminando por el pasillo en la penumbra, pero igual que en los
anteriores, usa su nueva capacidad visual y, sin demasiados problemas,
camina y camina por el vaivén que conforma el corredor.
Accede a otra sala, esta cuadrada, que está decorada con varias
estatuas, diversos grabados y tiene doce salidas… o entradas, según se
mire.
Blake no se lo piensa, entra por el quinto arco que precede la entrada y
camina y camina sin cesar hasta dar con una antesala pequeña.
Más allá está la “habitación” donde Wolf y Sam dormitan tendidos sobre
esterillas acolchadas con pieles de animal.
Blake se vuelve a encontrar mal. Consulta su muñequera y ve que el
tiempo se acaba.
204
LA RAZA ELEGIDA - DIMENSIONES
No puede hacer otra cosa, nada más que, con paso lento y tedioso
acceder a la sala. Wolf y Sam no parecen despertarse con sus pasos,
aunque a Blake le parecen demasiado ruidosos, pues retumban
inclementes en su cabeza, haciendo que cada paso le parezca su sentencia
de muerte.
Visiona la penumbra en busca de objetos. Ve el altar, sobre el que
duerme Wolf, a Sam en el suelo, las estatuas y las pilas de agua.
Por más que mira no encuentra su collar. Supone que alguno de los dos
lo lleva encima, y como conoce a Wolf, se decanta por la idea de que él lo
haya encontrado y haya decidido quedárselo.
Con paso lento y todo lo sigiloso que le sale, se acerca hasta el altar,
con cuidado de no pasar demasiado cerca de Sam, que duerme en el
suelo.
Wolf parece profundamente dormido. Blake visiona dos collares en su
cuello. Se coloca en la cabecera. No es capaz de distinguir el suyo con
tanto cambio en su cuerpo, así que, pensando que puede volver aquí y
enmendar el “robo” que piensa cometer, extiende una mano temblorosa que
se acerca paulatinamente al cuello de Wolf.
Una partícula de sudor mana de su palma y se queda colgando de su
dedo índice en forma de gota vacilante. Blake está a punto de tocar los
collares, justo cuando la gotita cae e, irremediablemente, alcanza la cara de
Wolf.
Eso sería suficiente estímulo para despertar a un koradi… y también a
Wolf, el cual siente la presencia extraña, se levanta de un salto y lo
siguiente que sabe Blake es que una luz azulada deslumbra sus delicados
ojos.
Blake cierra los párpados y Wolf usa su espada para arremeter, sin
piedad ni desacierto, contra el tórax de Blake, al que acierta de lleno.
Blake siente que una energía lo traspasa de lado a lado. Le cuesta
respirar y, sin previo aviso, se ve derribado por una onda de energía.
Inmóvil en el suelo piensa que no le duele tanto como pensó, pues
ahora debe estar desintegrándose poco a poco…
Abre los ojos y se palpa la zona dañada. La coraza está intacta. Si Wolf
hubiera apuntado a su cuello las cosas hubieran sucedido de otra manera,
pues Blake no lleva el collarín. Pero Wolf no ha pensado, sino que sólo ha
actuado.
Se levanta a la par que lo hace Wolf, el cual se ha quedado atónito al
ver que su espada ha sido repelida por una simple coraza. Él también ha
caído a causa del choque de fuerzas.
Sam, con tanto jaleo, termina por levantarse y, de repente, las antorchas
del templo prenden y arden con un fuego rojizo y un tanto fantasmagórico.
Lo primero que visiona Sam es la cara de Blake, que arrullada por el fulgor
de las llamas brilla por el sudor que cae sobre su tez bronceada. Sus ojos
esmeralda está enrojecidos y parece estar enfermo, pues sus músculos se
muestran tensos, duros como piedras. A Sam le sorprende el estilo de
Blake en cuanto a peinado y barba, pero más le sorprende su indumentaria.
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WASHINGTON DC
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38
Ver mapa 1 al final del libro.
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kilómetros por hora. En la latitud quince Norte confluyen las corrientes del
atlántico sur con las del Noreste y avanzan rodeando el Mar de los
Sargazos, hacia el poniente. Un poco al Sur de Puerto Rico, una gran rama
se desvía hacia el Norte, lame las costas orientales de Cuba y Florida y
cobra rumbo Noreste hacia las Bermudas, reuniéndose con el curso
principal que llega desde el Golfo de México. Frente a las Bermudas
nuevamente se desprende un brazo del río que toma rumbo Sureste hasta
alcanzar la latitud treinta Norte y allí se desvía al Sureste para recomenzar
el remolino.
>Dentro de esos límites, en un periodo de veintiséis años, tras el
término del Segunda Guerra Mundial, en mil novecientos cuarenta y cinco y
hasta mil novecientos setenta y uno, han desaparecido más de mil
personas. Se han esfumado.
>Más de un centenar de barcos y aviones han desaparecido en este
lapso de tiempo de igual manera, en medio de una atmósfera transparente.
-¿Y dónde fueron?
William se encoge de hombros.
-De estas desapariciones no se ha podido encontrar ni un sólo cadáver,
ni un despojo, ni un pequeño fragmento de barco o avión.
>Por cierto, antes me refería a desapasiones reales e inexplicables.
Luego han habido en esa zona otros naufragios de barcos y aviones que
tendrían, supuestamente, una explicación natural. Aunque estas
explicaciones resulten rebuscadas y llenas de “coincidencias”. Y tampoco
hemos tomado en cuenta los hundimientos por borrascas o huracanes. No,
sólo me referiré a las desapariciones que no tengan causa explicable, como
es el caso de la célebre escuadrilla de cazas bombarderos Avenger llamado
“El Vuelo 19”, que alcanzó ribetes alucinantes de horror y desconcierto.
>Y con este caso estalló en el mundo entero la celebridad del Triángulo
de las Bermudas.
Anastasia está más que interesada, por eso calla y deja que su padre
continúe con la historia. La niña ha abandonado el regazo de su padre para
tumbarse, bocabajo en el sofá, sosteniendo su cabeza con sus brazos
semiflexionados, mirándolo con detenimiento.
William continúa.
-El cinco de diciembre de mil novecientos cuarenta y cinco, el estado de
ánimo en la Base Aeronaval de Fort Lauderdale, próxima a Miami, Florida,
era de optimismo y buen humor, tanto para los instructores de pilotos de
combate como para los pilotos alumnos. La guerra había terminado con la
victoria absoluta de Los Aliados. Los Estados Unidos habían ratificado su
condición de primera potencia absoluta en el planeta y la sombra de la
guerra parecía haberse disipado en un cielo tan despejado y puro que se
había sobre sus cabezas: azul transparente con escasa nubosidad alta.
Una temperatura de dieciocho grados Celius soportaba muy bien la brisa
liviana del sureste cuya velocidad no sobrepasaba los diez nudos. La
visibilidad era excelente, el horizonte podía marcarse con la precisión del
filo de un bisturí.
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39
Ver imagen 14 al final del libro.
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>A las catorce cero cinco horas, se hizo contacto con un nuevo avión,
40
un poderoso anfibio MartinMariner , bimotor, con diez tripulantes,
preparado para amarizar y efectuar eficientemente cualquier misión de
rescate en mar abierto. El potente aparato informó que, a mil ochocientos
metros de altura, había fuertes vientos.
>Fue el último mensaje que trasmitió el avión de rescate. Se había
sumado a la lista de la inexplicable desaparición.
Anastasia mira a su padre con una críptica expresión en el rostro.
-¿Y por qué piensas que pasó eso?
-Es bastante irracional pensar en la desaparición de seis naves de
guerra perfectamente equipadas para situaciones de emergencia.
>Uno de los portavoces oficiales de la Comisión Investigadora formada
por el Pentágono para examinar este hecho, que fue un escándalo para la
Seguridad Nacional de los Estados Unidos, hubo de reconocer en
conferencia de prensa: “Está perdida… se presenta como un misterio
completo. Es el misterio más extraño que jamás ha investigado la Aviación
Naval.”
>Otros miembros de la Comisión fueron igualmente cautelosos en sus
declaraciones, aunque debieron admitir el fracaso de las investigaciones. El
capitán W.K. Wingard dijo: “Los miembros de la Comisión no hemos podido
ni siquiera llegar a formular alguna suposición aceptable acerca de lo
ocurrido”.
>Uno de los participantes, comandante de la Guardia Costera de la
Marina de U.S.A., admitió con lúgubre sinceridad: “¡No tenemos ni la menor
idea sobre qué demonios ocurre allí!”.
>Y no era para menos. Conociendo la ruta a seguir por la escuadrilla, el
área de rebusca era relativamente limitada. Se la recorrió palmo a palmo y,
de hecho, no se descuidó ni siquiera recoger fragmentos de basura tan
pequeños como un guante de goma, un envase vacío de refresco y una
camisa de mujer. Y nada de lo encontrado pertenecía a los seis aviones y
diecinueve aviadores desaparecidos. Las playas fueron revisadas
minuciosamente, con igual resultado. En esa región de aguas claras y
tibias, entre las islas más bonitas del planeta, había ocurrido lo que un indio
41
de piel roja del norte calificó como “la medicina mala de Wendigo ”,
40
Ver imagen 15 al final del libro.
41
"El Wendigo" (también conocido como windigo, windibum o witiko) es una criatura o
espíritu propio de la mitología de los indios algonquinos y otros grupos afines culturalmente,
que se supone habitaría en los bosques más septentrionales y profundos del continente
americano. Aparentemente es una personificación de la llamada atávica -y la fascinación
rayana en la locura- que los bosques profundos y la naturaleza más salvaje provoca en los
hombres y, en su faceta más oscura, un mito para explicar la bestia en la que se puede
convertir un ser humano cuando hace caso de dicha llamada. Este mito podría estar
relacionado con historias entre los pueblos indios acerca de casos de canibalismo para
sobrevivir a los duros inviernos de estas duras zonas del continente.
El Wendigo se personifica unas veces como el viento sobre las copas de los árboles o como un
espíritu, otras como un ser musgoso que habita en lo profundo del bosque, otras como una
terrible criatura mitad bestia mitad hombre. El Wendigo "llama" a sus presas por su nombre,
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→ y cuando éstas oyen su llamada no pueden evitar el correr a las profundidades del bosque y
perderse para siempre.
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42
Ver imagen 16 al final del libro.
43
Ver imagen 17 al final del libro.
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PLANETA TIERRA
MIAMI BEACH, FLORIDA
losencomienda
músculos de sus brazos se tensan. La vasodilatación periférica, que
el organismo para irradiar calor y así ajustar la
temperatura, se hace incuestionable. Pequeñas gotas de sudor se hacen
evidentes en su frente, brillantes bajo la luz fluorescente.
Mitch mantiene los párpados cerrados y, sin esfuerzo, eleva y desciende
las pesas tumbado en una estructura que deja sus piernas semiflexionadas
y sus pies pegados al suelo. Sobre su cabeza se alza el soporte de las
pesas. Está en el gimnasio, que tiene varios aparatos destinados al cultivo
del cuerpo.
Elisabeth lo observa de pie, en el costado derecho. No ha entablado
conversación con él desde la noche en que su posthumano favorito le dejó
claro que estaba harto de que lo tratara como a un juguete.
Si quiere recuperarlo tendrá que usar sus armas de siempre, así que no
tiene pudor alguno en agacharse y darle un beso a la altura de la cintura.
Mitch flaquea y deja las pesas en su sitio, a la par que abre los ojos y
visiona el rostro de Elisabeth, la cual sonríe, se sienta sobre sus piernas y
acaricia sus abdominales.
Michel Angelo suspira y, sin incorporarse y mirando al techo, pregunta:
-¿Qué quieres? –con sequedad-.
-Ya lo sabes…
Le intenta bajar los pantalones. Mitch se resiste y se los sujeta con
firmeza.
-Joder… Elisabeth.
-También se puede decir así…
-No voy a acostarme contigo. Así que si no quieres nada más… pues ya
sabes.
Mitch flexiona el cuello para mirarla a los ojos. Ella se ríe. Mitch se
incorpora haciendo que ella se quite de encima y queda de piernas abiertas
sobre la estructura de las pesas.
Elisabeth imita su posición y se sienta frente a él. La joven pone cara de
buena y le intenta atusar la barba. Él retira la mano con delicadeza.
-También quería hablar –aclara ella-.
El echa aire por la nariz y asiente con la cabeza.
-De acuerdo –dice mirándola a la cara-. ¿De qué quieres hablar?
-Lo siento.
-¿Qué sientes?
-Haberte tratado como a un perro.
-No. A Coronel le tratas mejor… -comenta Mitch y se intenta levantar,
pero ella lo coge por los hombros y lo devuelve a la posición con
delicadeza-.
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todos puedan pensar, puede cumplir su destino, sea cual sea, pues nada
teme y nada anhela. Se podría decir que no tiene nada que perder, salvo,
por supuesto, a su madre. Y alguien que no tiene nada que perder, tiene
mucho por ganar. Aunque, por ahora, eso Blake no lo sabe.
Antes de llegar a la Atlántida, Blake ha viajado a otros lugares que le
han impresionado. El primer destino al que viajó era un lugar precioso. La
naturaleza en estado puro. No había ni rastro de civilización, ni una sola
roca pulida, ni una sola huella de calzado, ni un sólo olor artificial… Nada.
Era un lugar extraño, pero cautivador.
Había un río de aguas claras que dejaba ver el fondo arenoso. Había
muchos árboles, y muchas plantas y flores. Brillaba el Sol cuando llegó,
coronando un cielo despejado, iluminando con sus rayos dorados todo lo
que tocaba.
Él apareció a orillas del río, que plácido en ese momento, arrullaba las
orillas al igual que una suave brisa arrullaba las ramas más jóvenes de los
árboles.
A Blake no le importó perderse en ese momento y, siguiendo las
instrucciones de Jack, se quedó en el sitio, esperando a que volvieran a
abrir el portal.
Eligió una roca cualquiera y allí reposó. Cerró los ojos y no pensó en
nada. Escuchó la naturaleza, sintió la brisa y se dejó llevar por el aroma
original.
No sabe cuánto estuvo allí sentado, aunque le pareció poco,
seguramente fue mucho, pues se necesita tiempo para conseguir no pensar
en nada, para dejar que los sentidos se inunden por una vez de la pureza
del ambiente.
De repente abrió los ojos y vio a alguien frente a él. No podría decir si
era hombre o mujer, pues aunque parecía desprovisto o desprovista de
ropa, en ese ser no distinguió sexo, o tal vez, no se fijó. Tampoco podría
decir si era alto o delgado, o cómo era su rostro. Sin embargo estaba allí
pudiera o no vislumbrar su cara o su cuerpo.
Quiso hablar, pero no pudo. Siquiera pudo emitir un sonido. Por esto no
se preocupó, tampoco por la presencia del extraño, que llevaba algo en las
manos. En una de las manos, no sabría decir cual, llevaba una fruta y en la
otra un cuenco de lo que parecía ser oro con agua dentro.
El ser le preguntó si quería beber o comer, pero sin abrir los labios en
ningún momento.
Blake no tenía hambre ni sed, así que alzó las manos y sonriendo,
intentó decir que no necesitaba eso.
El ser dijo “si te quedas con el agua, puedes quedarte con el cuenco. En
él puedes ver algunas cosas, saber si tus miedos van a convertirse en
realidad”.
Blake pensó que el cuenco era bonito, extraño y seguramente valioso,
ya no por el material, sino por la antigüedad y más aún por lo que decía el
extraño acerca de ver el futuro, o más bien, parte de él. Sin embargo, no
tenía sed.
Entonces, de repente, pudo hablar.
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“Bueno. Tal vez puedas matarlo con tus propias manos… si quieres”
Y desapareció. Gerhard se vio de repente trasportado por su mente a
otro mundo.
Luego Blake viajó a otro lugar, tras haber recibido algunas extrañas
enseñanzas, que por ahora no comprende. En el nuevo lugar no podía ver
nada. Y en medio de la oscuridad que afectaba a sus ojos, se escuchaban
lamentos, gritos de terror y de auxilio. Los elementos descargaban su ira
contra todos, el suelo temblaba violentamente, el aire era irrespirable,
volcanes en erupción y lluvias torrenciales alternaban su turno o luchaban
entre sí.
Al principio Blake se quedó dónde estaba, paralizado, escuchando a la
gente a su alrededor siendo presa del pánico.
Estaba asustado, sí. Asustado por no volver. Pensaba que si no volvía,
su madre y Jack nunca podrían regresar a la Tierra, y no sabía qué podría
pasar con ambos si él, como líder de La Resistencia, no hacía algo al
respecto, o qué pasaría si no podría ayudarlos como guardián número
doce.
Luego pensó que lamentarse de nada serviría. Tal vez había llegado su
hora. Después de todo, estuvo a punto de suicidarse con el revólver con el
que mató a Edmond. También piensa en la promesa que le hizo. No podrá
cumplir su última voluntad si muere, pero morir o vivir, en tales
circunstancias, no estaba en sus manos.
Entonces sintió una presencia a su lado. Se agachó sin ver nada y
estirando un poco la mano palpó el hombro de un niño. El chaval estaba
llorando, hecho un ovillo, agazapado sobre sí, sentado con las rodillas
pegadas al pecho y los brazos estrujándolas. Su cabeza quedaba hundida
entre tal amasijo de extremidades. Pero eso Blake, no podía verlo.
-No llores.
-Tengo miedo –dijo el niño-.
-No puedes tener miedo.
-¿Cómo que no?
-El miedo no existe.
Aunque Blake no pudo verlo, el niño alzó la cabeza.
-¿Cómo que no?
-Lo prometo. Mira, el miedo es un instinto que nos ayuda a sobrevivir.
Pero a veces, abusamos de él. Y si todos hiciéramos caso al miedo, pues la
gente no conocería planetas lejanos, o no aprendería a nadar, o no
exploraría cuevas oscuras…
-No es lo mismo.
-A ver. El miedo surge cuando estás en peligro, como ahora. Pero no
debes temer nada. ¿Sabes por qué?
-¿Por qué?
-Porque cada vida terrenal tiene un principio y un fin, pero el espíritu es
inmortal. Por eso, temer a la muerte es algo absurdo. Y aunque dejes cosas
por hacer, o aunque dejes o pierdas a personas queridas, no debes temer
esta transición.
-¿De verdad?
230
LA RAZA ELEGIDA - DIMENSIONES
-Claro que sí. Porque en cada vida te vuelves un poco más sabio. Y
cuando seas muy sabio, no temerás a nada, porque todo tendrá una
explicación lógica y comprenderás que sólo se teme a lo desconocido.
Cuando conoces todos los procesos, cuanto captas la esencia de todo,
entonces, el miedo no existe, ni tampoco el valor.
-No lo entiendo.
-Verás. El valor no existe sin el miedo, ni el miedo sin el valor. Pero
ambas cosas son sólo los extremos de la balanza. El sabio siempre tiene la
balanza equilibrada en su mente y en su espíritu. Es decir, el sabio, al no
tener miedo a nada, no puede ser valeroso. Entonces, las polaridades
desaparecen. Igual pasa con el amor y el odio. Sin uno no hay otro, y
cuando amas a alguien, el paso al odio es corto, pues cualquier obra o
gesto puede hacerte sentir mal. El sabio no odiará a nadie, y el amor será lo
normal, tanto como el hecho de beber agua. Entonces, sin odio, el amor no
existe, es sólo lo natural. Del mismo modo no hay diferencia entre la vida o
la muerte, aunque parezca extraño. La muerte es sólo un proceso, la vida
otro. Son distintos, pero naturales. No debes temer a ninguno de los dos.
-Vale. Pero, ¿y si en mi otra vida sufro mucho, como en esta?
Blake suspira.
-A ver. Si tú no supieras qué es el fuego, ¿intentarías cogerlo?
-Puede, sí. Es bonito.
-Y al intentarlo, te quemarías.
-Sí.
-Y entonces aprenderías que el fuego no se puede tocar.
-Sí.
-Con un poco de dolor, aprenderías algo que seguro que no olvidarás.
-Sí. Pero también alguien podría haberte advertido de que quema. O
simplemente, ser cauto y no tocarlo.
-Ya. Pero yo te puedo decir algo, creer que es verdad o no es cosa tuya.
A lo mejor tú pensarías que quiero el fuego para mí, y por eso digo que no
lo puedes tocar. Y ser cauto está bien a veces, pero para aprender debes
dejar a un lado tus miedos y explorar nuevos mundos.
-Tal vez…
-Hay veces en las que un maestro debe dejar que el discípulo tropiece,
para que la próxima vez mire más hacia el camino. De la misma manera, a
veces tenemos que pasar por fases malas en la vida, para que aprendamos
algo. Además, de esta forma, seguro que cualquier cosa buena será mejor.
¿Verdad?
-Sí.
-Entonces. ¿Vas a tener miedo por estar aquí?
-No.
-¿Y por qué?
-Porque tampoco está pasando nada malo. A lo mejor es el final de
nuestra etapa en esta vida. No pasa nada, ¿no?. Vendrá otra y luego otra,
así hasta que seamos sabios y tal vez entonces, ya no tenemos que
quemarnos para aprender.
-Claro.
231
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LA RAZA ELEGIDA - DIMENSIONES
5 de marzo de 2013
PLANETA TIERRA
ÁREA DE EXPERIMENTACIÓN “LA COLMENA”, ANTÁRTIDA
ÁREA K, SECTOR 22, SALA DE REUNIONES BETA
235
NAZARETH SERRANO
44
William Reed: fue el autor de El fantasma de los polos, publicado en 1906, en el
que propuso su teoría de que la Tierra es, de hecho, hueco , con agujeros en sus
polos .
45
Richard Evelyn Byrd (Winchester , Virginia, 25 de octubre de 1888 — Boston,
Massachusetts, 11 de marzo de 1957), fue un gran explorador y aviador
estadounidense, sus conocidos audaces vuelos sobre la Antártida que permitieron
conocer mejor la configuración geográfica del continente helado.
46
Floyd Bennett (octubre 25 1890 - abril 25, 1928) fue un aviador que pilotó para
Richard E. Byrd en su intento de llegar al Polo Norte en 1926.
47
Ver imagen 18 al final del libro.
48
Ver imagen 19 al final del libro.
236
LA RAZA ELEGIDA - DIMENSIONES
49
Alfred Ritscher (23 de mayo de 1879 en Bad Lauterberg - 30 de marzo de 1963
en Hamburgo ) fue un alemán explorador polar. Capitán de la marina alemana,
dirigió la tercera expedición científica alemana Antártida en 1938-1939, que asigna
la Nueva Suabia ( alemán : Neuschwabenland) área de Queen Maud Land . Ritscher
pico y las tierras altas Ritscher que llevan el nombre de él.
50
Ver mapa 2 al final del libro.
51
Ver mapa 3 al final del libro.
52
Ver imagen 20 al final del libro.
237
NAZARETH SERRANO
hasta los topes. Algunos autores de ficción dedican sus páginas a intentar
imaginas nuestra maquinaria de construcción de túneles y a intentar
entrever lo que los científicos de la Neuschwabenland llevaban a cabo en
este lugar.
>Las actividades del Reich y sus planes, así como los de la
53
Kriegsmarine fueron más allá de instalar simples bases en este territorio.
Los alemanes reclamaron la soberanía sobre el territorio helado. En este
territorio se construyó en secreto varias bases permanentes, complejos de
experimentación, colonias y la principal base denominada New Berlín.
54
>No en vano el almirante Dönitz , que estaba al mando de la flota de
submarinos del Tercer Reich, había declarado durante la guerra: Die
deutsche U-Boot Flotte is stolz darauf, daβ sie für den Führer in einem
anderen Teil der Welt ein Sangri-La gebaut hat, eine unennehmbare
Festung –la flota alemana de submarinos está orgullosa de haber
construido para el Führer, en otra parte del mundo, un Shangri-La, una
fortaleza inexpugnable-.
>Sin embargo la historia de la exploración alemana antártica se remonta
55
al año mil ochocientos setenta y tres, cuando Eduard Dallmann por
encargo de la antigua Sociedad Alemana de Viajes Navales Polares, con su
barco Gönland descubrió nuevas regiones y pasos en las aguas antárticas.
56
Dallmann descubrió, entre otras, la llamada isla Kaiser-Wilhelm en la
57
sandalia Oeste de la Bismarkstrasse a lo largo de las islas Biscoue . Los
alemanes, ya entonces se mostraron innovadores en la exploración de las
regiones polares.
53
La Kriegsmarine («Marina de Guerra» en alemán) era la armada de la Alemania
nazi entre 1935 y 1945, durante el régimen nazi, sustituyendo al tradicional nombre
de Reichsmarine (Marina Imperial). Estaba compuesta por submarinos, fragatas,
acorazados, acorazados de bolsillo, cruceros destructores, etc. También se utilizaron
dos antiguos buques de la Primera Guerra Mundial como barcos de entrenamiento.
54
Karl Dönitz (Berlín, entonces Imperio Alemán, 16 de septiembre de 1891 -
Hamburgo, entonces Alemania Occidental, actual Alemania, 24 de diciembre de
1980) fue un marino alemán que participó en la Primera y en la Segunda Guerra
Mundial. Comandó la Kriegsmarine de la Alemania Nazi entre el 30 de enero de
1943 hasta el final de la guerra, con el rango de Großadmiral. Fue designado
sucesor como Reichspräsident de su país por Adolf Hitler, cargo que desempeñó
por 23 días entre el 30 de abril y el 23 de mayo de 1945.
55
Eduard Dallmann (11 de marzo 1830 en Blumenthal, cerca de Bremen - 23 de
diciembre 1896 en el mismo lugar) fue un alemán ballenero comerciante y
explorador polar.
56
El archipiélago Wilhelm comprende todas pequeñas islas y rocas costeras
situadas frente a la costa oriental de la Tierra de Graham en la península Antártica,
desde el estrecho de Bismarck por el norte hasta el pasaje Southwind por el sur,
extendiéndose hacia el occidente haya la roca Lomus. Está rodeado por el
archipiélago Palmer y las islas Biscoe.
57
Ver mapa 4 al final del libro.
238
LA RAZA ELEGIDA - DIMENSIONES
58
Gayo Plinio Cecilio Segundo, conocido como Plinio el Viejo, fue un escritor
latino, científico, naturalista y militar romano. Nació en Comum (la actual Como, en
Italia) en el año 23 y murió en Estabia (hoy Castellammare di Stabia) el 24 de
agosto del año 79.
59
Pierre Teilhard de Chardin S.J. (Sarcenat, 1 de mayo de 1881 - Nueva York,
10 de abril de 1955) fue un religioso, paleontólogo y filósofo francés que aportó una
muy personal y original visión de la evolución. Miembro de la orden jesuita, su
concepción de la evolución, considerada ortogenista y finalista, equidistante en la
pugna entre la ortodoxia religiosa y científica, propició que fuese atacado por la una
239
NAZARETH SERRANO
e ignorado por la otra. Suyos son los conceptos Noosfera (que toma prestado de
Vernadsky) y Punto Omega.
60
Peter Kolosimo (Seudónimo de Pier Domenico Colosimo, Módena, 15 de
diciembre de 1922 - Milán, 23 de marzo de 1984), escritor y periodista italiano.
Destacado divulgador científico, es considerado uno de los fundadores de la
pseudoarqueología, junto a Erich von Däniken. Se licenció en Alemania en
Filología Moderna. Se propuso estudiar los orígenes de la civilización con teorías
no aceptadas por la comunidad científica. Sostuvo que el hombre es apenas un
eslabón en una cadena evolutiva iniciada en algún lugar del Cosmos y luego
continuada en la Tierra. Recopiló innumerables casos en los que, según su tesis,
quedaría demostrada la intervención extraterrestre en distintos momentos de la
historia.
240
LA RAZA ELEGIDA - DIMENSIONES
241
NAZARETH SERRANO
se fue haciendo más intensa. Finalmente fue a parar a una gran ciudad
subterránea en la cual permaneció durante algún tiempo viviendo entre
personas extrañas que lo acogieron con discreta hospitalidad caritativa. El
anciano no estaba en condiciones de proporcionar muchos detalles sobre la
vida de aquellas gentes, excepto que eran muy raros, hablaban una lengua
incomprensible y se nutrían de cierta clase de alimentos que no le
parecieron muy sabrosos y que no eran de origen natural. Quizás con ello
el anciano se refería solamente a que no eran ninguna clase de alimentos
que le resultaran conocidos. También el anciano mencionó que aquellos
seres vestían con ropas hechas con algo que parecía cuero, más no lo era.
>Esa descripción nos lleva, obviamente, a pensar en los materiales
plásticos, pero según la época en que surgieron tanto la historia del anciano
como la de White, los plásticos todavía no se habían desarrollado, ni menos
se podría pensar en una clase de plástico con que se pudiera confeccionar
trajes.
>Existen otras leyendas indias sobre redes de túneles, algunos de los
cuales se hunden en las profundidades tan recónditas que el calor se hace
insoportable y no es posible respirar. Los apaches, diestros en utilizar
cavernas naturales como escondrijos, tienen historias que nos resultan
difíciles de creer. Por ejemplo, una de ellas habla de una comunicación por
cavernas profundas entre su territorio y el altiplano incaico.
>Cuentan también que un grupo de sus antepasados, huyendo ante el
ataque feroz de otra tribu, tuvieron que refugiarse en esos túneles. Una vez
en ellos, realizaron un viaje de varios años que les llevó hasta el lejano país
de Suramérica. Y algo más impresionante, según aquellos indios, se
trataría de túneles muy despejados, excavados por la mano de seres
inteligentes.
>Basándonos en historias más acordes a nuestra forma de pensar, los
budistas tibetanos afirman que existe un vasto reino subterráneo con ríos,
61
campos de cultivo y numerosas ciudades. Este reino se llama Shambhala ,
y dicen que moran en él una raza de hombres superiores que buscaron
refugio bajo tierra para salvarse de un cataclismo monstruoso. Las
tradiciones de los lamas dicen que de esos hombres superiores surgirá
algún día un héroe o santo, en todo caso un conductor gobernante de gran
61
En varias tradiciones religiosas Shambhala es un reino mítico escondido en
algún lugar más allá de las montañas nevadas del Himalaya. Se dice que cuando el
mundo entre en una era de guerra y odio, y todo esté perdido, el rey de Shambala
saldrá de su ciudad secreta con un gran ejército para eliminar el odio y comenzar
una nueva era dorada.
Según otros budistas, en Shambala habrá 32 reyes, que reinarán cada uno durante
100 años. Durante el reinado de Rudra Chakrin, el 32.º rey de Shambala, los seres
humanos (que ya no creerán en la religión hinduista) atacarán Shambala con una
armada enorme, equipada con armas terribles. En la última gran batalla, el rey
Rudra Chakrin destruirá él solo a toda la humanidad perversa.
242
LA RAZA ELEGIDA - DIMENSIONES
62
Maitreya es un nombre que aparece en la religión budista para referirse al
próximo Buda histórico. Según la literatura sagrada budista, el bodhisattva Maitreya
nacerá en la tierra para lograr la completa iluminación de un Buda y enseñar el
dharma. El Buda Maitreya será el sucesor de Siddhartha Gautama (el Buda histórico
actual) el cual anunció a Maitreya como el nombre del próximo Buda, aunque en
algunas culturas se le conoce como Lau Ravivet.
63
Agartha (también denominada Agarthi, Agharta o Agarttha) es, según la
tradición oriental, una ciudad o un reino constituido por numerosas galerías
subterráneas extendidas por toda Asia y el mundo. La capital de este nuevo mundo
subterráneo, denominada Shambala, se encontraría bajo el desierto de Gobi, y allí
reinaría aún el Rey del nuevo mundo.
64
Antoni Ferdynand Ossendowski (nacido el 27 de mayo 1876, Ludza, Rusia ,
ahora Letonia - 3 de enero de 1945, Żółwin ) fue un polaco escritor , periodista ,
viajero, gran viajero, explorador y profesor universitario.
Él es mejor conocido por sus novelas sobre Lenin y la guerra civil rusa , una guerra
en que participó.
243
NAZARETH SERRANO
65
Rango equivalente a Stabsgefreiter en la Wehrmacht y a Oberwachtmeister en la
Policía. Sin equivalencia en el Ejército Español. Ver tabla 1 al final del libro.
244
LA RAZA ELEGIDA - DIMENSIONES
Blake se descalza y deja todas sus armas frente a una roca rojiza,
que parece un altar, pues tiene forma rectangular y la parte superior
es bastante lisa.
Luego se quita la coraza y las protecciones, y deja todo encima de la
roca.
Ya ataviado sólo con el traje negro que llevaba, se sienta al borde de
una obertura oscura que hay en el suelo de la cueva.
Está en una especie de plaza enorme, de forma más o menos circular,
que tiene varias entradas o salidas. En el centro de esta enorme “plaza” hay
una abertura un tanto estrecha, cuyo fondo se pierde en la oscuridad en la
que están sumidos los alrededores. Alguien coherente no se tiraría por ahí,
pero Blake piensa que él nunca fue coherente, ni listo, ni nada, y un tonto si
se tiraría por el agujero en busca de aventuras, aunque sólo sea siguiendo
su instinto.
El perro lo mira con la cabeza ladeada y las orejas estiradas.
-Tranquilo. Voy a volver y ambos llegaremos sanos y salvos a nuestra
casa… mi nueva casa… -añade con cierta carga en su voz-.
El perro lloriquea y él le da unas palmaditas en la espalda.
-Vamos, ¿qué puede pasar?
Si el perro pudiera hablar, seguro que diría algo más sensato que la
idea de tirarse por ahí, pero como no puede, Blake cierra los ojos, suspira y
se tira sin pensárselo dos veces.
En caída libre teme golpearse la cabeza o cualquier parte del cuerpo
con la roca, pero esto no sucede, pues el túnel se hace mucho menos
angosto a unos dos metros de la entrada y él, milagrosamente, está
cayendo justo por el centro.
Con los ojos cerrados nota un cosquilleo en el estómago y se pregunta
si eso es lo que se siente en una montaña rusa, pues nunca ha montado en
una.
Y de repente, todo su cuerpo se ve sumergido en un gélido agua. El
chapuzón no se lo esperaba, y la diferencia de temperatura hace que suelte
un poco de aire por el camino.
Con el impulso con el que caía, toca suelo y se impulsa con sus pies
descalzos que acarician la abrupta roca. Tarda un tanto en emerger y dar
una larga bocanada de aire.
Sus ojos visionan la oscuridad y ofrecen fieles datos al cerebro. Está en
una especie de túnel, aparentemente cerrado, de roca. El agua cubre todo
245
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LA RAZA ELEGIDA - DIMENSIONES
6 de marzo de 2013
PLANETA TIERRA
WASHINGTON DC
247
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6 de marzo de 2013
PLANETA TIERRA
ÁREA DE EXPERIMENTACIÓN “LA COLMENA”, ANTÁRTIDA
ÁREA K, SECTOR 22, SALA DE REUNIONES BETA
66
Azerbaiyán (en azerí: Azərbaycan o Азəрбајҹан, en ruso: Азербайджан),
oficialmente la República de Azerbaiyán (azerí: Azərbaycan Respublikası), es un
país euroasiático situado en el Cáucaso al borde del mar Caspio. Limita con Rusia
por el norte, con Georgia y Armenia por el oeste y con Irán por el sur.
251
NAZARETH SERRANO
67
El camello bactriano, camello asiático o simplemente camello (Camelus
bactrianus, llamado a veces Camelus ferus), es una especie de mamífero
artiodáctilo de la familia Camelidae, una de las dos especies de la familia que se
pueden encontrar actualmente en el Viejo Mundo. Está muy emparentado con la
252
LA RAZA ELEGIDA - DIMENSIONES
253
NAZARETH SERRANO
>Este tipo de observaciones han sido recogida por los que opinamos
que los misteriosos habitantes de Shambhala o Agarthi pueden ser seres
llegados del espacio, con una civilización enormemente más avanzada que
la nuestra, que han preferido recluirse en un mundo que finalmente no sería
muy distinto al interior de una inmensa nave, en el cual pueden controlar
fácilmente la contaminación biológica, el clima, los cultivos necesarios y el
orden de sus existencias. En virtud de una tecnología avanzadísima, ellos
podrían cortar las rocas como si fuesen mantequilla, remover grandes
masas de materiales y obtener materias primas y fuentes de energía, sin
necesitar para nada el mundo exterior… ni a nosotros.
>Y hasta puede que alguno de ellos sienta un enorme desagrado por
nuestro mundo exterior, como vosotros los sentís por la tierra que habitan
los impuros.
Todos asienten con la cabeza.
Ahora toma la palabra el astrónomo.
-Ciertamente no existe, por ahora, un fundamento suficientemente
sólido para afirmar que los extraterrestres hayan llegado a la Tierra en un
tiempo tan remoto, pero sí existen argumentos para suponer que eso no es
una locura. Tres de las más importantes figuras científicas de la actualidad
en el mundo “real” concuerdan en que hay suficientes pruebas para
suponer que esas visitas extraterrestres son una posibilidad real. El
69 70
astrónomo Carl Sagan y el físico soviético M. Agrest se muestran
inclinados a creer que realmente se efectuaron esas visitas, basándose en
pruebas sustanciales de que muchos siglos antes de Cristo fueron
elaboradas figuras representando el Sistema Solar incluyendo los tres
planetas que serían descubiertos mil años después: Neptuno, Urano y
Plutón. Además de otro planeta que no ha sido descubierto por los
astrónomos “reales” pero sí por nuestros astrónomos, causante de graves
cambios futuros en las órbitas, como ya os conté.
>Y por si esto fuera poco, en esta célebre figura que representa los
planetas interiores y, entre Venus y la Tierra, se ven nítidamente marcadas
unas líneas que señalan, sin lugar a dudas una relación significativa entre
ambos planetas.
>Para algunos astrónomos y teóricos de la vida extraterrestre, es
posible que Venus haya sido un planeta como imaginaban los poetas y los
escritores de la ciencia ficción antes de que los aparatos terrestres
mostraran que se trata de un lugar infernal, con una temperatura cercana a
69
Carl Edward Sagan (Brooklyn, Nueva York Estados Unidos; 9 de noviembre de
1934 – Seattle, Estados Unidos; 20 de diciembre de 1996) fue un pionero y popular
astrónomo, ex biólogo y divulgador científico en todo el mundo.
70
Matest M. Agrest (julio 20, 1915 - septiembre 20, 2005) fue un ruso etnólogo y
matemático conocido principalmente por ser uno de los primeros defensores de la
existencia de antiguos astronautas , que alcanzó su pico de popularidad en la década
de 1970.
254
LA RAZA ELEGIDA - DIMENSIONES
71
Miguel Serrano Fernández (Santiago de Chile, 10 de septiembre de 1917 –
ibídem, 28 de febrero de 2009) fue un diplomático, explorador y escritor chileno.
Perteneció a la generación literaria de 1938, siendo conocido por su extensa obra de
255
NAZARETH SERRANO
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LA RAZA ELEGIDA - DIMENSIONES
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NAZARETH SERRANO
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LA RAZA ELEGIDA - DIMENSIONES
PLANETA TIERRA
WASHINGTON DC
W
del teléfono.
illiam pulsa el botón verde un par de veces y maldice ante el
incesante tono de llamada. Ninguna voz contesta al otro lado
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NAZARETH SERRANO
260
LA RAZA ELEGIDA - DIMENSIONES
-Que era broma –abre los brazos-. ¿No me abrazas?, ¿sigues siendo el
hombre de hielo?
Michel Angelo cruza los brazos sobre su pecho.
-Sí. Y tú el descontrolado de la familia.
William se lleva la mano a la nuca y comenta:
-Sí, puede que sí… Bueno, pues dime dónde has estado. ¿Conseguirte
cumplir tu destino?. Bueno, ¿has cenado?.
-No.
-¿Quieres bajar?, ¿o prefieres hablar aquí?
-Aquí mejor –responde con rotundez-.
-De acuerdo. Claro… Sabes, te he echado de menos… un pelín. Y la
próxima vez camas separadas, ¿eh?
-No he venido aquí para bromear.
-Claro… has venido para hablar. Lo siento…
<No exactamente para hablar….> -piensa Mitch llevándose una mano a
la parte inferior de su espalda-.
-Yo sí que lo siento.
William pone cara de no entender.
-¿Qué dices?
Mitch palpa el cuchillo de orichalcum.
AÑO 1270 DC
PLANETA DE HIELO
EN LA BASE CENTRAL, EN LA SALA DE ENTRENAMIENTOS DEL
EJÉRCITO IMPERIAL
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NAZARETH SERRANO
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LA RAZA ELEGIDA - DIMENSIONES
263
NAZARETH SERRANO
por los pelos, librarse de la raja. Kiexerus pisa la espada del que está en el
suelo, deteniendo el impulso del alumno que quería cogerla. El otro vuelve
a la carga y lo siguiente que ve el príncipe, que ha sido sacado del vínculo
de repente, es al alumno volando por los aires y estampándose sin remedio
contra la pared, pues el resto de alumnos que los rodeaba se ha retirado
para no recibir el impacto.
Luego cae al suelo de cabeza y, extendido, se limita a no levantarse,
haciendo entender que ha tenido demasiado para un novato como él.
El otro no se rinde. Kiexerus deja que se levante y hasta le da la ventaja
de permitir que recupere el arma. Eso, desde luego, en un campo de batalla
no pasaría. Estarían muertos ambos, si Kiexerus fuera un enemigo real y no
hubiera tirado las armas para demostrar a sus alumnos cual tontos son.
Kiexerus repele cada acometida del alumno en cuestión de segundos y
con una facilidad pasmosa, sin el uso de arma alguna.
Tras unos minutos de diversión, el instructor captura el brazo del alumno
y, con una rápida y contundente torsión, hace que suelte el arma, que no
llega a tocar el suelo, pues la impulsa con el pie, como si de un balón se
tratara, y la captura con la mano izquierda.
Lo siguiente que sabe el alumno es que está pegado al suelo, con el
instructor sobre él y el filo de su propia espada a ras de cuello.
-Querías un combate real. ¿Acabamos esto como si fuera un combate
real? –pregunta Kiexerus-.
El alumno, con cara de malas pulgas, masculla un: “No, por supuesto
que no”.
-Entonces piénsatelo dos veces antes de volver a contradecirme.
Y tras decir esto Kiexerus se retira y deja que el alumno se levante. El
instructor tira la espada al vuelo, esta voltea un par de veces y desciende
con rapidez, quedando de nuevo en la mano del instructor, sólo que por la
parte de la hoja, permaneciendo el mango hacia el alumno, el cual la coge
con recelo y se coloca con el resto del grupo.
El instructor señala a dos y dice:
-Al centro a luchar.
El príncipe dice algo al consejero que tiene al lado y este asiente con la
cabeza.
Cuando el hark termina el entrenamiento, se dirige hacia las duchas. El
consejero lo intercepta interponiéndose en su camino.
-Aquí huele a hark –comenta el consejero abanicando su mano frente a
su cara-.
-Sí. Pero puede que huela a muerto si no te quitas de en medio –
comenta el instructor e intenta rodearlo, pero el consejero se vuelve a poner
frente a él-.
-El Kort-Voverkam tiene la bondadosa generosidad de dejar que hables
con él.
-Oh, qué generoso. Pero creo que no he hecho nada por lo que tenga
que ir ante su presencia.
-El Kort-Voverkam no insiste. Ya sabes, ¿no?
-Ah, sí. Claro… estoy emocionado. ¿Cuándo va a recibirme?
264
LA RAZA ELEGIDA - DIMENSIONES
-En cuanto dejes de apestar… -le mira de arriba abajo-. Bueno, dentro
de lo posible.
El instructor expone una media sonrisa y se encamina hacia las duchas,
no sin antes hacer chocar su hombro contra el del consejero, el cual se
aparta muy indignado.
-Un poco de educación. Bueno, comprensible es que sin padres…
El instructor se detiene y ladea la cabeza para mirarlo por encima del
hombro.
-Tengo trabajo –comenta el consejero y se marcha en dirección
contraria-.
-Algún día…
El instructor no termina la frase. Simplemente niega con la cabeza y
continúa caminando.
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NAZARETH SERRANO
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LA RAZA ELEGIDA - DIMENSIONES
7 de marzo de 2013
PLANETA TIERRA
MIAMI BEACH, FLORIDA
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NAZARETH SERRANO
-¿Y tú no?
Peter acciona el arma y lo apunta con la escopeta tras exponer una
mueca de disgusto.
-No.
Thomas eleva las manos.
-Vale, vale. Pero baja el arma. Estoy de tu lado.
-No te voy a disparar.
-Pero puede que tengamos un accidente indeseado. Bájala.
Peter expone una media sonrisa y da un par de pasos al frente, sin dejar
de apuntarlo.
-¿Accidente indeseado?
Sigue caminando lentamente hasta llegar al sofá, el único mueble que
separa a ambos.
-Ah, ya. Como el que tuvo tu hermano con tu padre, ¿no?
-Sí… eso… fue un accidente.
-Un accidente. Y no queremos tener otro, ¿no?
-Claro que no. Soy tu hermano.
Peter niega con la cabeza.
-Tú no eres mi hermano.
-Sí, sí que lo soy. Lo siento. Estoy completamente arrepentido de
haberte vendido.
-No te arrepientas, hombre. Ahora he encontrado mi camino. Pero
sigues sin ser mi hermano. Porque mi madre es la Patria y mi padre el
Honor. Tú no puedes considerarte hijo de tan grandes dones.
-Ah, claro… -Thomas da un paso atrás-. No, no… yo no…
-Entonces cierra la puta boca.
Thomas enmudece.
-Tengo que irme. Pero cuando vuelva, hablaremos más tranquilos. ¿De
acuerdo, americano?
Thomas asiente enérgicamente con la cabeza.
Peter le lanza la escopeta, que Thomas caza al vuelo. Luego deja el
trapo sobre la mesa y, tras dedicar una enigmática sonrisa a su hermano,
se larga de allí cerrando la puerta de la calle de un portazo. Se dirige hacia
la casa de Leon.
Thomas vuelve en sí segundos después. Se sienta en el sofá, deja la
escopeta a su lado, cierra los ojos y se masajea las sienes.
<Está completamente loco… Verás cuando le vea mamá… Por cierto,
¿dónde están mamá y Eva?>
Abre los ojos, suspira y tranquilizándose a sí mismo, o intentándolo, se
encamina hacia las escaleras. Antes de poner un pie en el primer escalón,
pregunta:
-¿Mamá?, ¿estás en casa?
Pero nadie contesta. Comienza a subir mientras llama a su hermana, la
cual tampoco da señales de vida.
Las busca por todas las habitaciones y estancias de la casa, pero no da
con ninguna de las dos. No hay muestras de que allí haya pasado nada,
pero eso no le tranquiliza.
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LA RAZA ELEGIDA - DIMENSIONES
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NAZARETH SERRANO
-¿Líder de quién?
-Líder de La Resistencia… -comenta Blake y se arrepiente, pues si no
sabe dónde está, puede que sea en territorio del emperador-.
Horstrehm niega con la cabeza.
-No me lo creo.
-Ya, ni yo… En fin. Vencí a Trohm alentado por salvar mi vida y la de
Jack… Bueno, tal vez tú le conozcas como Drake.
Horstrehm da un paso al frente.
-Drake no volvió jamás de su misión.
-Si ha vuelto… Sólo que más tarde de lo que pensaba… -comenta Blake
sonriendo-. Aunque parece que en vuestro planeta no ha pasado el mismo
tiempo.
-¿Bromeas?
-No, no. Lo prometo.
-Eso espero, porque hablamos de mi padre.
Blake pone cara de sorpresa.
-Ah. Vale. Genial, se alegrará de verte. Si conseguimos volver…
Horstrehm eleva las manos, y por consiguiente, el arma que tiene en
una de ellas.
-Espera. ¿Crees que voy a creer en tus palabras?
-No creo nada. Sólo digo la verdad. Intento ayudar, nada más.
-¿De qué conoces a mi padre?
-Es el novio de mi madre.
Horstrehm medita unos segundos y luego comenta:
-Entra ahí –y señala con la espada la puerta de la fábrica-.
-Vale, como quieras…
AÑO 1270 DC
PLANETA DE HIELO
EN LA BASE CENTRAL, EN LA SALA DE MAPAS
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LA RAZA ELEGIDA - DIMENSIONES
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NAZARETH SERRANO
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LA RAZA ELEGIDA - DIMENSIONES
Él no tiene tiempo para esas cosas, tiene que preparar a los mejores en
poco tiempo, para poder garantizar la seguridad de un príncipe. Kiexerus
siempre pensó que no hay nada imposible con fuerza de voluntad, y ahora
no va a cambiar de opinión.
PLANETA TIERRA
MIAMI BEACH, FLORIDA
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LA RAZA ELEGIDA - DIMENSIONES
10 de marzo de 2013
PLANETA TIERRA
WASHINGTON DC
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PLANETA TIERRA
WASHINGTON DC
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NAZARETH SERRANO
AÑO 1270 DC
PLANETA DE HIELO
BASE AVANZADA DE LA RESISTENCIA
Blake lleva un corte de pelo de estilo militar y una barba, que aunque
extraña, es más escasa, tipo perilla.
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LA RAZA ELEGIDA - DIMENSIONES
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NAZARETH SERRANO
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LA RAZA ELEGIDA - DIMENSIONES
-¿Yo?
-¿No te ves capacitado?
A Horstrehm nunca nadie le había confiado nada. No va a perder la
oportunidad. Le ha gustado ser el jefe, aunque sea de un pequeño grupo,
en un planeta lejano. Puede hacerlo.
-Sí, señor. Me veo capacitado.
-Entonces ya está. Reúne a los hombres que prefieras y necesites para
mantener vigilado nuestro territorio. En cuanto a las armas, pues tendrás
que utilizar las disponibles, aunque va a haber cambios en la armería…
-¿Lo decido yo?
-Claro. Yo no puedo encargarme de todo.
-Claro, sí. Confía en mí.
-Eso hago.
-¿Y yo qué hago? –pregunta Láncela levantándose, la cual, al estar
metida entre los soldados más grandes, ha pasado desapercibida a los ojos
de Blake-.
El líder la mira y medita. No quiere parecer un machista y no darla un
puesto, pero tampoco quiere que corra peligro alguno.
-Señor líder –comenta ella y se acerca hasta la mesa. Le mira y él
agacha la cabeza-. Soy una buena piloto, por si le interesa.
-Ah… genial. Podrías ser instructora de vuelo.
-¿Qué significa eso?
-Enseñarás a los que no sepan pilotar.
Ella medita y se lleva la mano al mentón.
-Vale, por esta vez te haré caso, flaquito… digo líder.
Algunos koradis se ríen y ella se sienta en la mesa en la que está
subido Blake. El joven procura no distraerse y sigue con su tarea.
-Haber. Necesito que me mostréis vuestras capacidades. Ya sea en tiro,
armas de mano, reparación… Cualquier cosa.
-A mí se me dan bien las reparaciones –dice uno-.
-Y a mí –comenta otro-.
-Yo sé usar bien las armas de precisión.
-Y yo manejo bien la artillería de las naves aéreas.
-Bueno, pues yo puedo conducir naves de tierra sin problemas, bajo
presión y por cualquier terreno, por muy mal que esté el hielo siempre he
conseguido escapar de todo.
-Pues yo podría ser un infiltrado, se me da bien espiar y sacar
información.
Blake asiente con la cabeza.
-Vale. Demostrarme lo que sabéis. Y los demás, pensad bien. Los que
no tengáis experiencia en nada, pues… aprendéis de los demás.
Organización ante todo y nada de peleas y tonterías. Por cierto, Lánzela –la
joven le mira-. Podrías hablar con las mujeres, por si están interesadas en
colaborar.
Ella sonríe.
-Seguro que sí.
Jack se palpa el mentón y sonríe.
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NAZARETH SERRANO
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LA RAZA ELEGIDA - DIMENSIONES
11 de marzo de 2011
PLANETA TIERRA
ÁREA DE EXPERIMENTACIÓN “LA COLMENA”
ÁREA B, SECTOR 13, LABORATORIO DE INVESTIGACIÓN
CLIMATOLÓGICA 14
72
Louis Rodolphe Agassiz (1807-1873), naturalista estadounidense nacido en
Suiza, uno de los especialistas más preparados y competentes de su tiempo, tenía
gran habilidad para despertar el interés del público por las ciencias naturales.
Nacido en Motiers, Agassiz estudió en las universidades de Zúrich, Heidelberg,
Erlangen y Múnich.
Fue catedrático de Historia Natural en la Universidad de Neuchâtel de 1832 a 1846.
Durante este periodo redactó y publicó Investigaciones sobre los peces fósiles
(1833-1844) y Estudio sobre los glaciares (1840). Como resultado de sus
observaciones en los Alpes suizos, planteó la teoría de que en un tiempo la mayor
parte de la Tierra estuvo cubierta de glaciares (véase periodo glacial). En 1846
Agassiz ofreció un ciclo de conferencias en el Instituto Lowell de Boston,
Massachusetts, que tuvo como resultado su nombramiento como catedrático de
Historia Natural, en 1848, del Lawrence Scientific School de la Universidad de
Harvard, cargo que ocupó hasta su muerte, además de fundar el Museo de Zoología
Comparativa de Harvard.
73
Milutin Milanković ( 28 de mayo 1879, Dalj, Osek, imperio Austrohúngaro (hoy
Croacia) – 12 de diciembre 1958, Belgrado, Serbia) fue un ingeniero civil y
geofísico serbio, muy reconocido por su teoría de edades de hielo, relacionando las
variaciones de las órbita terrestres y los cambios de larga duración del clima, hoy
nombradas como variaciones orbitales o ciclos de Milankovitch.
287
NAZARETH SERRANO
74
Ver imagen 21 al final del libro.
75
Ver imagen 22 al final del libro.
76
Ver imagen 23 al final del libro.
77
Wladimir Köppen (1846-1940), climatólogo y meteorólogo alemán nacido en
Rusia, fue el primero en trazar las regiones climáticas de la Tierra. Se trasladó a
Hamburgo en 1874 para dirigir la división de telegrafía atmosférica y meteorología
marina en el Observatorio Naval Alemán. En 1884 trazó los cinturones de
temperatura del mundo de acuerdo con el promedio de temperaturas durante los
mismos meses. En 1900 clasificó los climas en cinco tipos diferentes basándose en
la cantidad de precipitaciones y en la temperatura. Después de 1919 coeditó una
obra de climatología en cinco tomos: Manual de climatología.
78
Cesare Emiliani ( * 8 de diciembre de 1922- 20 de julio de 1995) fue un geólogo
italiano, y muy reconocido micropaleontólogo e isotopista geoquímico, fundador de
la paleo-oceanografía.
288
LA RAZA ELEGIDA - DIMENSIONES
79
Friederich Wilhelm Gustav Spörer ( 23 de octubre 1822 en Berlín , 07 de julio
1895 en Giessen ) fue un alemán astrónomo . Llevó a cabo investigaciones en el
campo de las manchas solares y los ciclos de manchas solares.
80
Ver mapa 5.
289
NAZARETH SERRANO
81
Ver tablas 1 y 2 al final del libro.
290
LA RAZA ELEGIDA - DIMENSIONES
291
NAZARETH SERRANO
82
Samuel Heinrich Schwabe (Dessau, 25 de octubre de 1789 – Dessau - 11 de
abril de 1875) fue un naturalista, botánico y astrónomo alemán descubridor del ciclo
de las manchas solares.
292
LA RAZA ELEGIDA - DIMENSIONES
83
William James Durant (5 nov 1885 a 7 nov 1981) fue un prolífico de América
escritor, historiador y filósofo . Es mejor conocido por La Historia de la
Civilización , 11 volúmenes escritos en colaboración con su esposa Ariel Durant y
publicados entre 1935 y 1975.
293
NAZARETH SERRANO
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LA RAZA ELEGIDA - DIMENSIONES
11 de marzo de 2011
PLANETA TIERRA
MIAMI BEACH, FLORIDA
295
NAZARETH SERRANO
sucias. Las coloca a un lado y mira las medallas y las insignias que hay allí.
Hay un paquete hecho por un trapito. Lo coge y desenvuelve. En el interior
hay una insignia militar. La misma que su padre regaló a Thomas cuando
aún sólo era un crío.
Se la guarda en el bolsillo del pantalón vaquero y comienza a guardar
los uniformes. De uno de ellos cae una foto.
Deja la chaqueta sobre la cómoda y se agacha para recuperar la
fotografía. Es una fotografía suya, de niño, con una gorra de plato
demasiado grande puesta sobre la cabeza, quedando el tocado
parcialmente ladeado. Sale sonriendo, pero poniendo la mano a modo de
saludo militar. Viste con una camiseta caqui y unos pantalones de
camuflaje. Thomas sale reflejado en el espejo de pie, el mismo que ha visto
antes, luego la foto se tomó en la habitación de su madre, pero ella no
aparece. Tampoco, por supuesto, el fotógrafo, que debía ser su padre,
supone, porque la foto no es buena y él nunca sacaba fotos buenas, más sí
su madre.
-¿Qué miras?
La voz que proviene de sus espaldas le hace reaccionar. Se voltea
rápidamente y coloca la foto contra su pierna.
-Lo siento… Estaba limpiando.
Margaret coge uno de los uniformes y lo extiende ante sus ojos. El polvo
mana por doquier.
-Eran de mi difunto marido.
-No quería… lo siento.
-No tienes la culpa de que esté muerto. Debería tirarlos ya. Sólo son
trastos inservibles y de nada sirve que los tenga aquí –comenta tirando la
chaqueta al interior de la caja-.
-Son recuerdos…
Ella lo coge por el mentón.
-Tengo una nueva vida, prefiero no recordar -baja la mano para coger la
suya, y le quita la foto, la mira y la tira dentro de la caja-. Te ayudaré a
limpiar.
-No… no hace falta. Descansa.
-¿Piensas que soy una vieja con osteoporosis?
-No… no pienso eso… ¿Quién era el de la foto?
-¿El de la foto?
-Sí, la foto que has dejado… -señala la caja-.
-Ah –se retira un poco-. Nadie… Bueno, te lo contaré. Era mi hijo, pero
murió.
-Vaya… lo siento… no hago más que recordarte cosas dolorosas.
Ella deposita sus manos en las mejillas de Peter y le besa en los labios.
-No. Desde que llegaste a mi vida no hay nada que me pueda hacer
daño.
-Ya, pero la muerte de un marido y un hijo no se supera nunca, ¿no?
-Hay que superar todas las pruebas que el señor quiera mandarnos.
Además, mi hijo, en cierto modo, está donde tenía que estar.
-Muerto…
296
LA RAZA ELEGIDA - DIMENSIONES
-Exacto.
-Tuvo que hacer algo realmente horrible para que una madre diga eso.
-Sí, pero ahora no quiero hablar de ello.
-De acuerdo.
Ella se sienta sobre unas cajas.
-Hugo, tenemos que hablar de otras cosas…
-Sí, lo sé.
-Desde que has vuelto no he querido sacar el tema, pero ahora que
Thomas y Eva no están en casa, me parece que deberíamos hablar sobre
tu… desliz. Y ya que Dios ha querido que vuelvas a hablar, pues todo irá
mejor, pienso yo.
-Pero ma… Margaret. Te juro que no pasó lo que puedes suponer
viendo las fotos.
-¿A no?
Él se arrodilla para salvaguardar la diferencia de altura, más acentuada
al estar ella sentada.
-No. Sí, la besé, sí baje con ella hasta el garaje, sí, pensaba hacerlo…
pero no, no pude. Te lo juro.
Ella le besa.
-Eso es fantástico. Puedo perdonarte unos cuantos besos.
-Gracias.
-Eso es que me quieres mucho.
Él se levanta sin responder. Luego la mira y comenta:
-Sí, hasta podría decirse que es una enfermedad querer tanto a alguien.
Ella frunce el ceño.
-Es un piropo un tanto extraño.
Él no contesta. Ella sonríe, se levanta y posa sus brazos sobre los
fornidos hombros de su marido.
-Sé que eres joven y te gustaría tener más sexo. Lo entiendo y voy a
complacerte, como toda buena esposa.
Él está serio, con la mirada aparentemente perdida en algún oscuro
rincón de su mente. Ella le besa, él parece una estatua de piedra, pero al
menos reacciona para mirarla cuando se retira.
-Comprendo tu situación –comenta ella atusándole la barba incipiente-.
Entiendo que buscarás fuera lo que yo no te daba. Pero a partir de hoy, te
prometo que eso va a cambiar.
Él no dice nada, simplemente continúa exponiendo una mueca de
seriedad.
-¿Quieres que bajemos un ratito al cuarto y luego seguimos recogiendo
esto?
Peter mira hacia la caja por encima del hombro de Margaret. Luego la
mira a ella.
-Sí, claro. Bajemos.
Esta vez Margaret no vislumbra la cara de Peter cuando está con su
marido. Al parecer sus fantasmas la han abandonado.
297
NAZARETH SERRANO
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LA RAZA ELEGIDA - DIMENSIONES
PLANETA TIERRA
“LA COLONIA”, ANTÁRTIDA, TIERRA DE LA REINA MAUD
299
NAZARETH SERRANO
Rudolph lee un poco más sobre las características del sujeto, pero esa
información no le aclara nada, así que pasa a los informes médicos y del
personal de cuidado.
Informe 76:
23 de enero de 2007
300
LA RAZA ELEGIDA - DIMENSIONES
Informe 77:
24 de enero de 2007
301
NAZARETH SERRANO
302
LA RAZA ELEGIDA - DIMENSIONES
303
NAZARETH SERRANO
Rudolph hace lo que puede por no dejar caer los papeles de sus manos.
Luego consulta unas tablas que hay al final de los informes.
304
LA RAZA ELEGIDA - DIMENSIONES
GÉNERO HOMO
>KORADI
305
NAZARETH SERRANO
>RAZA X
>HARK???
>MUTACIÓN ATLANTE CON CROMOSOMA 24
>SUB-RAZAS HUMANAS DE TIPO B
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LA RAZA ELEGIDA - DIMENSIONES
12 de marzo de 2013
PLANETA TIERRA
WASHINGTON DC
EN UN HOTEL
307
NAZARETH SERRANO
que tenía miedo de que muriera su hermano, una parte de él, una parte
Adolph…
Recuerda la charla en la habitación, y recuerda que cuando iba a salir
Wilhem le preguntó, aún cansado y herido, “Oye, ¿tú me quieres?”. Y él,
tras pensárselo, respondió un seco “sí” y quiso irse de allí antes de que
preguntara más cosas. Pero Wilhem preguntó algo más: “No me harías
daño, ¿no?”… “No. Mira siento lo de tu nariz…”, respondió él. Pero Wilhem
replicó: “No importa. No me refiero a eso…”. Tras meditar un poco más él
dijo: “No, nunca te haré daño”. Wilhem dijo: “¿Y si te lo ordenan?, si formara
parte del plan de esta gente que dice que nos protege de no sé qué, ¿qué
harías?”. Él sólo respondió: “No” y se marchó.
Wilhem le contó que el espectro dijo que lo mataría… Él decía que eso
era una estupidez…
-Cariño… -dice Elisabeth sacándolo del pasado-.
Él recupera su mirada eléctrica.
-¿Qué?
-¿Te arrepientes de algo?
-¿De qué sirve?
-De nada… -dice ella y le besa levemente. Él no responde-. Mata a ese
chaval y a la madre, ¿vale mí Angelo?
Él asiente levemente con la cabeza.
-Tengo que irme. Mi mujer es muy celosa… -comenta él-.
Ella le da una sonora bofetada que le deja momentáneamente
paralizado.
-¿A qué viene eso? –comenta cuando reacciona y se lleva una mano a
la mejilla-.
-Por tirarte a otra.
-Pero…
Le besa.
-Y esto por ser obediente. También lo anterior… -comenta sonriendo-.
-Estás loca –dice él levantándose-.
Ella observa la espalda de su amante, que ahora está sentado al borde
de la cama, y recorre la columna con su mano. Él se queda quieto un poco.
-Yo también me tiro a otro, que lo sepas.
Él ladea la cabeza para mirarla.
-¿Por qué?
-Estoy sola por las noches.
-¿Quién es el hijo de puta ese?
-¿Celoso?
Mitch la mira los pechos y luego vuelve a los ojos.
-Un poco, joder…
-Entonces no te diré quién es, no vaya a ser que te lo encuentres.
-Dímelo –comenta él levantándose y quedando desnudo frente a la
cama-. No haré nada, sé que esta relación es… abierta. Y lo acepté.
-Peter. Al pobre le costó arrancar, pero luego hice que su mente se
abriera.
-¿Igual que tus piernas?
308
LA RAZA ELEGIDA - DIMENSIONES
309
NAZARETH SERRANO
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LA RAZA ELEGIDA - DIMENSIONES
12 de marzo de 2013
PLANETA TIERRA
MIAMI BEACH, FLORIDA
311
NAZARETH SERRANO
312
Quien nace mortal, camina hacia la muerte.
Calino
Víctor Hugo
Oscar Wilde
Anónimo
Miguel de Unamuno
Génesis 1
La serpiente era el más astuto de todos los animales del campo que
hiciera Yavé Dios. Y dijo a la mujer: “¿Es cierto que os ha dicho Dios: No
comáis de todos los árboles del jardín?”. La mujer respondió a la serpiente:
“Nosotros podemos comer del fruto de los árboles del jardín. Sólo el fruto
del árbol que está en medio del jardín nos ha dicho Dios: “No comáis de él,
ni lo toquéis siquiera, de otro modo moriréis”. Entonces la serpiente dijo a la
mujer: “¡No, no moriréis!. Antes bien, Dios, sabe que en el momento en que
comáis se abrirán vuestros ojos y seréis como dioses, conocedores del bien
y del mal”.
Génesis 3
3. LA CREACIÓN DE UN
NUEVO MUNDO
LA RAZA ELEGIDA - DIMENSIONES
PLANETA TIERRA
ATLANTA, GEORGIA
EN EL CASINO
Todos los aglomerados miran la ruleta que gira sin parar. Entre risas,
copas y la compañía de bellas mujeres, traídas del brazo o
encontradas en el casino, los jugadores despilfarran el dinero, aunque
alguno que otro se lleva una buena pasta, de vez en cuando.
Un tipo orondo, con gafas de pasta celeste, pelo castaño peinado hacia
detrás y perfectamente engominado, que luce un traje de firma, se acerca a
la mesa, donde uno de los presentes agradece la suerte y mueve las
manos de una forma particular cuando el rastrillo mueve las fichas hacia su
rincón de la mesa.
A su lado, un tipo alto y fornido niega con la cabeza. Tiene mucho
dinero y no le importa nada perder un poco en estos juegos, pero es que la
suerte nunca le sonríe.
Apuesta una fila de fichas al número dos y deja que los demás
apuesten.
El de las gafas celestes echa a una joven que intenta seducir al de la
pésima suerte, a pesar de que este ni siquiera se había enterado de las
miradas o los “casuales” roces de la joven, que se marcha con viento
fresco.
-Doctor Morrison… -comenta el de las gafas a sus espaldas-.
-¿Sí? –pregunta él sin apartar la vista del tapiz. Sale el número
dieciocho y él sonríe-.
Se dispone a apostar, pero el de la gafas agarra su muñeca de forma un
tanto insolente. El doctor mira a su “invitado” y deja momentáneamente el
juego.
-¿Nos conocemos?
-Sí, a decir verdad, sí.
El doctor se encoge de hombros.
-Creo que se equivoca.
-Mi jefe quiere hablar con usted.
-¿Y quién es su jefe?
-El dueño del casino.
Morrison se encoge de hombros.
-No dirá que estoy haciendo trampas. Si lo pierdo todo…
-No, caballero, no estoy insinuando nada parecido.
-Entonces…
-Mi jefe lo ayudó a usted cuando… escapó de su jaula.
Morrison expone una mueca de seriedad.
317
NAZARETH SERRANO
-Ya no tengo nada que ver con él. Mire, dígale que tengo una nueva
vida, que me dejaron al margen… dígale que no quiero saber nada de esas
cosas.
El doctor se intenta escabullir, pero Eduard lo intercepta, o al menos se
pone en medio. A pesar de ser más bajito que el doctor, este se detiene.
-Mi jefe previó que diría algo así. Me ha dicho que si se niega, tirará su
carrera por la borda, porque puede mandarlo de cabeza del lugar de donde
salió. Quiero decir, que si no acude a esta… velada, mi jefe moverá los
hilos adecuados. ¿Entiende?
-No tan alto, Eduard. Lo entiendo.
-Veo que me ha reconocido.
-Mierda de… Vamos, que no quiero que nadie escuche nada de esto.
-Veo que estamos de acuerdo. Por favor, acompáñeme.
Eduard comienza a caminar entre el tumulto de personas, luces de neón
y camareros. Morrison lo sigue.
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13 de marzo de 2013
PLANETA TIERRA
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LA RAZA ELEGIDA - DIMENSIONES
Se forma una fila, más o menos, pues entre los soldados normales y los
experimentos hay cierta separación.
Rudolph sabe que los experimentos, por libre, podrían ser un auténtico
caos, así que no tiene más remedio que dejar las cosas claras.
-Cada SS que haya sido instruido hará pareja con un novato al que
vigilará, de paso. Ancel –este da un paso al frente y se mantiene en
posición de firme-, usted empareja con el señor… -dice señalando al
coloso, que da un paso al frente-.
-Enill… -dice él-.
-Lo que sea.
Ancel suelta aire por la nariz y se pone al lado del experimento.
-Gustav.
Gustav da un paso al frente.
-Conmigo.
-Sí, se… ñor.
Ancel masculla algo entre dientes. Rudolph hace caso omiso a tal
contratiempo y continúa con su tarea.
Tras terminar de formar las parejas con las que tener controlados a los
experimentos, esperan a que el camión esté listo para albergar su llegada.
Se dividen en dos grupos, pues hay dos “camiones”. Rudolph se separa de
Ancel y del coloso en ese momento, pero se queda con el “pequeño ángel”,
que ha entrado en la partida de su grupo.
Enill mira todo con curiosidad y detenimiento, pero apenas habla o hace
nada, menos aún cuando entra en el “camión”.
PLANETA TIERRA
MIAMI BEACH, FLORIDA
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13 de marzo de 2013
PLANETA TIERRA
MIAMI BEACH, FLORIDA
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NAZARETH SERRANO
suponer según los estudios que tienen esos humanos de “La Colmena” y,
por supuesto que no, no quiero hacerte daño. Y sí, estoy dispuesto a
ayudarte con ese tipo que te ha dado la paliza si tú me ayudas a convencer
a Leon de que me lleve con él.
-Pero…
-A otra dimensión. Leon planea viajar a través de una puerta que se ha
abierto tras el viaje que Anton ha realizado. Sí, Anton ha estado aquí, pero
sólo puede quedarse por un tiempo limitado. Realizó dos viajes. Uno falló,
luego, siete días después, llegó a su destino, cogió a un ser de este mundo
y se lo llevó. Sí, eso puede provocar distorsiones y ambigüedades en
ambas dimensiones, pero tiene que correr el riesgo.
-Por favor, deja de leer mi mente. Me siento… extraño –dice llevándose
las manos a la cabeza-.
-Lo siento. Es la costumbre.
-¿Y cómo piensas ayudarme con Michel Angelo?
El koradi sonríe y despliega un tumulto de armas impresionantes que va
dejando sobre la cama. Peter se encoge al ver tal arsenal que el koradi ha
ido sacando o desplegando de distintas partes de su cuerpo.
Peter traga saliva y asiente con la cabeza.
-Hay más en un almacén. Se las dejaron mis ex-compañeros de viaje.
-De acuerdo. Entonces –extiende una mano, aún medio incorporado en
la cama-, ¿Cerramos el trato?
El koradi lo coge por el brazo, hasta un poco más abajo del codo,
cerrando así el trato con su particular estrechar de manos. Peter cierra la
mano a la misma altura cerrando también el trato.
-De acuerdo –comenta el koradi-. También me encargaré de tu madre y
tu hermano.
Peter sonríe.
-No te cueles en mi mente –comenta retirando ya el brazo-.
-La costumbre… -comenta el koradi replegando todas sus armas en
apenas dos segundos-.
PLANETA TIERRA
ATLANTA, GEORGIA
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LA RAZA ELEGIDA - DIMENSIONES
-Mamá…
Rebeka se voltea y su hijo enmudece.
-¡Tú menos!. ¡Os habéis vuelto locos!
-¿Es una pregunta? –pregunta Johann-.
-¡Lo afirmo! –grita en la cara del chaval-.
-Yo también –aclara el doctor-.
-Menos mal, alguien coherente.
-Alguien primordial en mi proyecto –se apresura a decir Leon-.
-¡Leonhard!, ¡te prohíbo que utilices al pobre chico para tus locuras!, ¡y
mi hijo no va a ninguna parte!
-Pero si él me lo pidió…
-¡Me niego!
Leon se levanta, la coge por los hombros y la mira a los ojos.
-Rebeka, cariño, tranquilízate…
-¡Me he enamorado de un loco!
-No. Un momento… ¿enamorado?
Rebeka se relaja un segundo.
-Eso no viene a cuento. No quiero que te trague una máquina ni nada. Y
se acabó la discusión.
-Mi amor. No pasará nada…
Ella empieza a caer en su red.
-¡No se deje engañar, Rebeka! –se apresura a decir Johann
levantándose casi de un salto-. ¡Moriremos todos!
-El doctor Morrison tiene razón.
Leon resopla y mata a Johann con la mirada. Rebeka se quita de
encima a su novio y vuelve a dar vueltas por la sala.
Johann sonríe al ver a la novia de Friederich plantada en el marco de la
puerta. La joven, con su acento ruso, mira a su novio y pregunta:
-¿De qué diablos estabais hablando?
-Os dije que no discutierais aquí –comenta Friederich-.
Johann extiende una mano, que la chica acepta un tanto aturdida.
-Doctor Richard Morrison, a sus pies –comenta inclinando la cabeza-.
-¡Deja a mi novia! –brama Friederich leyendo la mente de Johann-.
-Para lo que me necesite –sigue Johann sin soltar la mano, que la chica
intenta retirar-.
Thomas sonríe a la joven y Friederich se levanta. Johann suelta la mano
a regañadientes.
-Cariño, ¿me vas a contar qué diablos pasa y quiénes son estos
hombres?
Friederich se encoge de hombros.
-Hablábamos de un guión. Una serie que me han ofrecido…
-¡Me crees tonta rusa! –chapurrea en inglés, como cada vez que se
pone nerviosa-. ¡Soy estudiante de física, no tonta rusa con pechos silicona!
Johann mira su escote. Friederich le da un codazo.
-Cariño… no puedo explicártelo.
-¡Sí poder!
-No…
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NAZARETH SERRANO
AÑO 1270 DC
PLANETA DE HIELO
CERCA DE LA FRONTERA OESTE DE LOS LÍMITES DE LA
RESISTENCIA
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LA RAZA ELEGIDA - DIMENSIONES
-En Fingux hay recursos, tierras para cultivar, animales y un clima más
bondadoso.
-¿Pretendes que te ayude a conquistarlo?
-No. Ofrezco un refuerzo para aplacar el ejército imperial a cambio de
recursos y tierras.
El hark medita unos segundos.
-Tierras… -repite-. ¿Cuánto terreno ambicionas?
-No quiero conquistar el terreno de Fingux. Sólo pido que los koradis
puedan establecer allí bases en paz y conviviendo con los hark que lo
habitan. Y en cuanto a los recursos, supongo que podríamos llegar a un
acuerdo para intercambiar materiales o alimentos por otras cosas que
pudieran interesar a los líderes hark.
-Pero si ayudamos a las tropas de Fingux nos aplastarán aquí, en este
planeta.
-No movilizaremos a todo el ejército.
-Pero ni la Resistencia unida a nuestro pueblo puede con el emperador
si mermamos nuestras defensas.
-Mi plan es otro. No sólo combaten los humanoides de carne y hueso.
-¿Qué dices?
-Si utilizamos robot con inteligencia artificial…
El hark lo medita.
-Pueden ser incontrolables. Podrían revelarse, es arriesgado.
-No si los construyes de cierto modo…
-¿Qué modo?
-Confía en mí.
-Eso intento.
-Por otro lado, puedo construir armas muy poderosas con los recursos
necesarios.
-¿Qué clase de armas?
Blake piensa en el libro.
-Puedo hacerte una demostración si me das una oportunidad.
El hark se palpa la porción de barba que cubre su mentón.
-¿En la base de la resistencia?
Blake se encoge de hombros.
-¿Qué tal en tierra neutral?
El hark asiente con la cabeza.
-De acuerdo. Demuéstrame lo que puedes hacer y hablaré con el resto
de líderes para negociar.
Ambos cierran el trato con un “estrechar de brazos”.
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NAZARETH SERRANO
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LA RAZA ELEGIDA - DIMENSIONES
PLANETA TIERRA
MASSACHUSETTS
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NAZARETH SERRANO
-Ya te ayudo yo –dice depositando sus manos en las sienes del chico,
que no tarda en verse envuelto en un mundo de luz blanca y poderosa-.
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LA RAZA ELEGIDA - DIMENSIONES
Se arrodilla.
-Por favor, si no me ves, estoy de rodillas. Siento mucho todo lo que te
dije. De verdad… Necesito ayuda. Estoy perdido… voy a morir aquí si no
me ayudas… Tú no me puedes dejar aquí sabiendo mi situación. Tú no
eres como yo… Eres como Sam… por favor… -suplica al borde del llanto-.
Blake reaparece frente a él, erguido y con los brazos cruzados sobre su
pecho. Viste con su coraza habitual y en el cinto lleva una única arma, una
daga negra.
Wolf, con los ojos brillantes por las lágrimas, a la vista de Blake, lo mira
desde su posición postrada.
-Lo siento, Wolfgang. Pero no puedo llevarte conmigo.
-¿Por qué?
-Porque donde voy no pueden ir los atlantes.
-Pero… pensé que Adolph estaba contigo.
-Es una excepción.
Wolf se agarra a sus piernas, como un crío que no quiere que su padre
se vaya sin él.
-Por favor… haré lo que quieras… haz otra excepción…
-No puedo arriesgarme a que me vinculen contigo y los atlantes.
Wolf le mira a los ojos.
-Por favor… no puedes dejarme aquí. Tú no puedes hacer esto. Va en
contra de tus principios.
Blake suspira y se palpa la perilla.
-No debería haber venido…
-No digas eso. Tal vez tenías que venir para ayudarme.
-Levántate, por favor.
Wolf vuelve a la bipedestación y se enjuaga con disimulo los ojos.
-¿Vas a dejar que vaya contigo?
Blake suspira y dice:
-Haz que no me arrepienta o tendré que mandar que te arresten y te
aseguro que no te gustaría quedar en manos los koradis.
Wolf se abraza a él y dice:
-Gracias.
Blake le da unas palmaditas en la espalda.
-De acuerdo. Tenemos que irnos antes de que se cierre el portal o se
bifurque y acabemos en un lugar indeseado.
Wolf se retira.
-Vale. Te sigo.
-No hay tiempo. Te llevo.
-¿Eh?
Wolf se ve volando por los aires y siente un imponente brazo aferrado a
su cintura. Cierra los ojos y se agarra al cuello de Blake, y esta vez no se
siente menos hombre por tal posición.
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LA RAZA ELEGIDA - DIMENSIONES
PLANETA TIERRA
MASSACHUSETTS
14 de marzo de 2013
PLANETA TIERRA
WASHINGTON DC
Mitch mira de arriba abajo a Elisabeth, que está tumbada sobre la cama
de matrimonio, desnuda, sonriente y esperándolo.
-¿Qué te pasa?, ¿el viajecito te ha sentado mal?
Mitch, serio, se queda dónde está.
-No me gusta usar la esfera para este tipo de… encuentros… -mira a su
alrededor y abre la puerta del baño privado-.
Elisabeth lo mira con el ceño fruncido.
-¿A quién buscas?
-A nadie.
-La próxima vez ven en coche y deja de hacer el tonto –palmea la
porción de colchón que queda a su lado y se mueve como una gatita
mimosa-. Ven, quiero pedirte perdón por lo del otro día.
Michel Angelo, que viste con traje, echa un vistazo al balcón.
-Voy…
Pero no se mueve.
-¿Qué te pasa? –se pone seria-. No me enfades, Mitch.
Se quita la chaqueta a la par que dice:
-Sí, ya voy.
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NAZARETH SERRANO
Deja la chaqueta sobre el diván que hay a los pies de la cama y mira a
Elisabeth, la cual se atusa el pelo.
-Elisabeth. ¿Podrías decirme que me quieres por una vez?
Ella pone gesto de abatida.
-Te quiero, Mitch.
-Genial… -saca un cuchillo de su cinto y ella pone cara de susto a la par
que se encoge-.
-¡¿Qué pretendes?!
-¿Quién eres?
La ilusión se desvanece y la cama queda vacía.
Mitch siente una fuerte energía traspasando su cabeza y, en general, el
resto de su cuerpo y, luchando con todas sus fuerzas, pierde la batalla y se
desploma en el suelo sangrando por todos los orificios de su cuerpo y con
los ojos en blanco.
Peter y el koradi se dejan ver, aunque, en realidad, han estado ahí todo
el tiempo, Mitch ha sido incapaz de concretar donde, más sospechaba
claramente que las cosas no eran normales.
Peter mira al mole de músculos que hay tendido en el suelo,
convulsionando ferozmente y gimiendo apagadamente.
-¿Lo has matado?
El koradi guarda una especie de pistola de recudido tamaño.
-No. Me lo pediste vivo.
-¿Cuánto tiempo tengo antes de que vuelva en sí?
-Veinticuatro horas, tal vez veinte, porque es bastante fuerte.
-¿Cómo lo vamos a sacar de aquí?
-Seremos invisibles para el cerebro de todos.
Peter sonríe.
-Vale. Ahora me toca a mí cumplir mi parte del trato.
El koradi asiente con la cabeza y coge a Mitch, que está muy quieto
ahora, por debajo de las axilas.
Peter lo coge por los pies y entre ambos lo levantan en vilo.
-Vamos, híbrido, no hay tiempo que perder.
Peter asiente con la cabeza. La puerta del hotel se abre sin que nadie la
toque y se cierra tras la salida de ambos y el inconsciente.
A pesar de que pasan por delante de una señorita del servicio, de la
recepcionista y de un tumulto de turistas, nadie parece verlos. Aunque, por
lo menos, deben tener cuidado de no chocar con nada ni nadie.
Llegan al coche sin problemas, meten a Mitch en el magno maletero del
todoterreno y, mientras el koradi escoge los asientos traseros para
agacharse, cansado ya de crear ilusiones, el híbrido se pone al volante y
sale de allí tan pronto como le es posible, pero sin exceder la velocidad
permitida, no quiere que la policía lo pare.
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AÑO 1270 DC
PLANETA DE HIELO
BASE AVANZADA DE LA RESISTENCIA
SALA DE RECUERDOS
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AÑO 1270 DC
PLANETA DE HIELO
BASE AVANZADA DE LA RESISTENCIA
AEROPUERTO SUBTERRÁNEO, HANGAR 13
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NAZARETH SERRANO
-Mis recuerdos.
Blake sonríe.
-Sí, claro. No, no los he mirado. Tú sí has mirado los míos, ¿no es así?
Jack no contesta.
-Pues ya sabes más sobre mí que yo mismo.
-No quería… necesitaba saber si puedo confiar en ti.
Blake suspira.
-Jack, yo confío en ti. Y no quiero mirar tus recuerdos, aunque podría
hacerlo como líder, porque no quiero que lo que hicieras en el pasado
cambie mi forma de verte. No quiero que mi madre se quede sin el hombre
de su vida por el hecho de que su hijo no quiera entender que todo el
mundo merece otra oportunidad para demostrar que tiene algo bueno
dentro de él.
-Entonces… ¿podrías devolverme mi memoria?
-Hombre, tanto como eso… Te puedo devolver los recuerdos, pero no
sé volver a meterlos en tu cerebro.
-Sí, claro. Quiero mis recuerdos, por favor, líder.
Blake le mira con una sonrisa extraña expuesta.
-Jack, me estás haciendo sentir… todos escondemos cosas… pero creo
que lo tuyo es… consistente. ¿Qué escondes con tanto recelo?
Él se queda callado.
-Tienes mis recuerdos en tus manos, si tanto quieres saberlo, míralo tú
mismo, porque no sé qué escondo.
-¿Cómo?
-Sé que era el único que conocía ciertas cosas… o ciertos lugares…
Pero no recuerdo cuales eran mis secretos. Y sí, he hecho cosas de las que
debería arrepentirme, pero ya no lo hago, porque para eso estoy en esta
vida, para intentar enmendar mis errores… O eso espero. Si de verdad
confías en mí, dame mis recuerdos ahora, por favor. Y destruye cualquier
copia o fragmento, por tu bien y el de todos.
Blake alza las manos a la altura del pecho y abre la boca, pero no dice
nada.
Cuando asimila brevemente las cosas, dice:
-De acuerdo, Jack. Cada vez que he confiado en alguien, he acabado
mal. Pero tú no me has fallado y sé que quieres a mí madre. Con eso me
basta. Vamos a la Sala de Recuerdos y te daré lo que me pides. Borraré
todas las copias delante de ti.
Jack sonríe complacido y extiende una mano con la que ayuda a Blake
a volver a la bipedestación.
-Por cierto, ¿cómo sabes arreglar esto?, ¿y cómo vas a mejorar el
armamento?
-El libro tiene…
El maestro aparece a la derecha de Blake. Como siempre lo ve sin
rostro o forma definida. No habla, ni establece contacto telepático con él,
pero entiende perfectamente el mensaje.
-Hasta aquí puedo leer, Jack. Tendrás que confiar en mí.
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-Sí, claro…
-Tú querías que fecundara a esa puta. Qué mejor madre que yo misma
–comenta sonriendo-.
El gesto de Alex hace que Elisabeth baje el tono de los insultos hacia su
“rival”.
-Lo siento, Alex, de verdad. Sólo quiero protegerte –pone cara de fingida
aflicción-.
-¿Qué hacías en casa de Arabelle?
-¿Y tú?
-La respuesta es clara. Quiero ligármela.
Elisabeth sonríe.
-De acuerdo, Alex –le atusa la perilla-. Estaba allí porque necesito la
ayuda de Norbert.
-¿Para qué?
-No te lo puedo decir.
Alex cierra los ojos y se palpa los párpados con los dedos índice y
pulgar.
-De acuerdo –abre los ojos-. De acuerdo…
-¿Vas a hacerme caso? –pregunta haciéndole cosquillas en la nuca-.
-Sí, supongo que sí.
-Entonces, empieza por buscar a Mitch. Discutimos y no consigo
contactar con él. Estoy preocupada…
Alex asiente con la cabeza.
-Sí, madre.
-Recuerda que esto nos afecta a todos.
-Sí, madre. Lo recuerdo.
-Entonces, ¿vas a dejar de visitar a la mujer equivocada?
Alex sonríe.
-Sí, estaba equivocado.
-Eres tan bueno, Alex, que a veces tengo que protegerte…
-Lo sé.
-Ve a buscar a Mitch, cariño. Yo estoy cansada y quiero acostarme.
-Sí, madre. Por cierto, ¿dónde está Ramsés?
Elisabeth sonríe.
-Ve a buscar a Mitch. Ramsés está bien, dormido.
-Pero…
-Ahora, Alex.
Alex asiente con la cabeza y se marcha en dirección a su propio cuarto
con la intención de buscar un atuendo más apropiado para salir.
<Soy un idiota… -piensa camino a la habitación-. Ramsés no estará a
tus pies, madre. Tengo claro que no será como yo>
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ATLANTA, GEORGIA
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… y dejad que vuestras lágrimas se unan al curso del río, que en la vida
nace y en la muerte desemboca para, en un último suspiro, proteger lo que
queréis, pero nunca poseísteis; lo que tenéis, pero siempre perdisteis; lo
que buscáis, pero nunca encontrareis. Llorad como el Dios lloró el día del
fin del conocimiento, inundando con sus lágrimas hasta la última porción de
esta Tierra Sagrada, más no derrames ni una gota de sangre en tan fértil
pueblo o la condena será eternamente cruel…
… ni una gota de sangre en tal fértil pueblo… o la condena será
eternamente cruel…
…proteger lo que queréis, pero nunca poseísteis; lo que tenéis, pero
siempre perdisteis; lo que buscáis, pero nunca encontrareis…
…ni una gota de sangre…
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PLANETA DE HIELO
BASE AVANZADA DE LA RESISTENCIA, EN LA HABITACIÓN DEL
LÍDER
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Falta parte del texto, tal vez una hoja entera. Blake continúa leyendo.
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WASHINGTON DC
Tal vez el olvido envuelva por completo las palabras del más sabio
entre los hombres, tal vez no se le recuerde tras su muerte, pero yo, que
siempre he comprendido su mensaje, nunca podré dejar, mientras aún me
quede un suspiro de vida, de pensar en su última visión de este mundo. La
batalla librada no es comparable a ninguna otra que los ojos de seres como
nosotros hayamos podido ver, pero de nada ha servido su sacrificio, lo supe
cuando escuche sus últimas enseñanzas, las que sólo a mí me quiso
grabar en la memoria…
Más allá de los tiempos, más allá del bien y el mal, más allá de nuestra
pobre existencia, todo estuvo en orden. Pero la bestia despertó de su
eterno descanso, la despertamos con nuestras palabras, con nuestras
acciones, y el ser llego hasta las tierras, hasta los mares, hasta los infinitos
cielos. Y reino el caos durante siglos, y las almas fueron abatidas por el
mal, incluso la de los inocentes.
Y el profeta llegó a la tierra, se hizo carne a semejanza nuestra para que
todo volviera a su lugar, y nos advirtió del peligro. Pero nadie le escucho, y
el caos siguió reinando.
El agua se convirtió en fango, y desde las entrañas de la tierra surgió el
fuego y libero a los seres. Nuestros imperios fueron devorados por las
aguas, el cielo se convirtió en ceniza, y el aire se hizo impuro.
La bestia se durmió de nuevo en las entrañas de nuestra tierra, reinando
sobre las almas que vagan sin poder escapar de ella.
Sólo unos pocos conseguimos refugiarnos bajo los suelos. Entre ellos,
yo mismo, aunque ya no existe la esperanza. Pues esta tierra es el mal, y
en ella quedaremos atrapados todos por siempre.
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15 de marzo de 2013
PLANETA TIERRA
WASHINGTON DC
G erhard intenta por todos los medios explicar que debe devolver al
niño a su madre, y que por eso necesita saber el número de
habitación en la que se hospeda, pero la recepcionista insiste en llamar a la
policía y, de paso, a la seguridad privada del hotel.
Gerhard se ve pronto flaqueado por dos gorilas y se siente pequeño.
Puede que en la Tierra sólo hayan pasado unos meses, pero en su mundo
han pasado años. Está flaco, escuálido y demacrado, y aunque no se ha
mirado al espejo desde hace mucho, mucho tiempo, ahora lo empieza a
notar.
Gerhard niega con la cabeza.
-¿Pero se cree usted que si rapto a un niño voy a venir aquí y montar
esto?
La recepcionista se encoge de hombros.
-Será mejor que me dé el niño a mí, señor… -comenta uno de los
guardias-.
-Ni hablar.
-Entonces, tendrá que mostrarme su documentación y algo que
identifique al pequeño, por favor.
-No puedo…
-¿No puede mostrarme su documentación?
-No.
-¿Puedo preguntar por qué?
-Me la he dejado… en otra cartera.
La recepcionista más veterana indica a los guardias que se lo lleven. No
quieren problemas en la recepción del hotel.
Gerhard se ve agarrado por los brazos.
<Pero bueno, demacrado o no, soy más fuerte que los humanos…> -
piensa-.
Está a punto de dar una buena lección a esos tipos antes de salir
corriendo, cuando Elisabeth se presenta en la recepción y, sin previo aviso,
se abalanza hacia él.
-¡Ramsés!
Le arrebata al niño y Gerhard se siente un tanto extraño sin el contacto
del pequeño, pero no hace nada.
-Oh, Dios mío, gracias a Dios que estás bien –comenta Elisabeth
mientras acurruca delicadamente a su hijo en su regazo-.
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-No mereces a la mujer que te has apropiado. Ella se enamoró de ti, sí,
pero en el pasado. Ahora eres otro y ella está ciega. Vete, es lo mejor que
podrías hacer si de verdad la quieres.
-Sí, y dejarte vía libre. ¿No?
Alex se ríe.
-No. A mí tampoco me quiere. Me ha rechazado, ¿sabes?. Está
sufriendo por tu muerte, sí. Pero lo superará. Si vuelves, harás que su vida
sea otra vez un infierno. Tu hermano volverá a por ti, pondrás en peligro su
vida y la de tus hijos. ¿Entiendes lo que te juegas?
Gerhard lo mira a los ojos, chispeantes, y sí, un tanto vacíos.
-Sólo quieres retirarme…
Afloja un poco la presión.
-No, Gerhard. Sólo quiero protegerla. ¿Cómo has llegado hasta aquí?
-No te lo puedo…
-Sé que mi hermano te ha ayudado. Bueno, más bien una proyección de
mi hermano en el futuro.
Gerhard enmudece.
-Sí, Gerhard, lo sé todo. Pero no puedes forzar las cosas. Por más que
huyas del destino, este te encontrará, pues caminas en círculos, algunos
son más amplios, otros más fugaces, pero elijas el camino que elijas,
volverás el mismo punto.
Gerhard no dice nada.
Alex se quita de encima, más o menos. Al menos no lo mantiene
inmóvil. Él no hace nada por levantarse.
-Mírate, estás destrozado. ¿Quieres que tu mujer y tus hijos se
consuman con el mismo fuego que tú te has impuesto?
-No…
-Entonces vete y no vuelvas nunca.
-¿Y dónde iré?
-Te daré dinero, una casa, identidad y un trabajo. Empieza de cero,
cásate con otra si quieres, o sueña con tu mujer. Me da igual, pero no la
metas en tus problemas. Si la quieres, no lo hagas. Y yo te prometo no
acercarme a ella nunca más, así no caerá sobre mi cabeza tu espada.
<Así que sabe lo del trato con Amin-Hat…> -piensa Gerhard-.
-De acuerdo…
<¡No!>
El “Ramsés adolescente” aparece frente a Gerhard, desnudo, de nuevo.
Alex parece no poder verlo o escucharlo, por lo que vuelve a la
bipedestación y ofrece una mano a Gerhard, que este acepta, aunque algo
abstraído por la presencia del Adolescente-Dios.
Ramsés se acerca a Gerhard, que ya está de pie.
<Gerhard, mi pobre alma perdida, no te dejes convencer por esta
serpiente…>
Gerhard mira a Alex, pero sólo con escuchar la voz de Ramsés se
siente en trance. El chico deposita un brazo sobre sus hombros y él siente
que vuela.
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LA RAZA ELEGIDA - DIMENSIONES
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NAZARETH SERRANO
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LA RAZA ELEGIDA - DIMENSIONES
PLANETA TIERRA
MASSACHUSETTS
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LA RAZA ELEGIDA - DIMENSIONES
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NAZARETH SERRANO
Seth al exilio. Seth, al estar muerto, no podía ser matado de nuevo, pero
podía ser apartado del conocimiento perdido.
>Ptah era un místico, y sus conocimientos eran tan grandes, que no
eran comprendidos a menudo por los seres inferiores. Ptah era mortal y
tuvo más vidas. En sus sucesivas vidas usó su conocimiento para edificar y
tapar las puertas a otros mundos, demasiado peligrosos para los habitantes
de la Tierra.
>Seth no podía reencarnarse, exiliado en la ignorancia, repudiado por el
mundo, temido y evitado por los humanos, se encontró sólo y desolado en
su mundo, sólo acompañado por las almas que lo seguían durante sus
escapadas al mundo terrenal.
>Seth no sabía que en cierta fecha iba a reencarnarse, Ptah sí. Por eso,
dejó una advertencia…
El paisaje se disipa de nuevo en la luz rojiza.
Aparecen en Chichén-Itzá.
Allí está Ptah… él mismo.
-Ptah, ante las visiones que los Dioses le regalaban, decidió instruir a
los hombres en su sabiduría. Pero como no podía revelar todos los
secretos, los codificó.
>Los indios lo llamaron Kukulkán. Y antes de ser desterrado por
Tezcatilpoca, la primera reencarnación de Seth, advirtió su vuelta y la del
malvado Dios, que exigía sacrificios humanos, antes prohibidos por el
místico.
-Tezcatilpoca no tenía apenas poder, pero Seth volvería en una
determinada fecha con todo su poder. Y Ptah la dejó cifrada en el
calendario maya. El veintiuno de diciembre de dos mil doce.
>Cuando la luna tape al sol, el dios encarcelado podría ser liberado. Y
esta vez tendrá todo el poder. Sin embargo, antes de la llegada de este
Dios, Horus volverá a la Tierra. Sin memoria y sumido en el abismo de su
propia existencia, tendrá que luchar contra Seth, el culpable de sus males.
Pues Seth, desde su inframundo, intentará, aún antes de nacer, anular el
poder de Horus, relegando su existencia a una vida difícil. Además, Horus,
al nacer entre humanos, no imaginará cuál es su verdadero destino hasta el
último momento, cuando, por fin, se tenga que enfrentar a Seth de nuevo.
La luz roja, un intenso dolor colmando la totalidad del cuerpo de
Gerhard y aparecen en su cuarto.
-Tengo que irme. Mi estancia en el mundo terreno me es difícil y estoy
débil.
-No, espera… necesito que estés a mi lado –comenta él, ahora de
nuevo tumbado en su cama y con Ramsés agachado sobre él-.
-Y lo estaré, Gerhard, lo estaré.
Se agacha un poco y Gerhard espera que lo bese. Pero ni siquiera lo
roza.
Ramsés, sonriendo por primera vez ante sus ojos, se yergue, camina
rodeando la cama y se pone frente a Arabelle, que duerme bocarriba. Se
agacha y, ante la mirada de Gerhard, la besa en la boca, degustando
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NAZARETH SERRANO
PLANETA TIERRA
MIAMI BEACH, FLORIDA
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AÑO 1270 DC
PLANETA DE HIELO
BASE AVANZADA DE LA RESISTENCIA
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NAZARETH SERRANO
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LA RAZA ELEGIDA - DIMENSIONES
Es casi tan grande como Trohm, pero mucho más listo y curtido en
batalla.
Alzando una espada sobre su cabeza, hace que todos aclamen, bueno,
casi todos.
Los hijos de Jack están callados. Lánzela no reacciona y Evelyn hunde
su cara en el pecho de Jack, que tiene preparada una pistola.
-¡Yo te reto! –comenta el grandullón-.
El arma que usa el grandullón es de combate cuerpo a cuerpo. Podría
usar una pistola si el líder hubiera utilizado una, pero no sería honorable ni
respetuoso usar armas de larga distancia contra armas blancas en retos.
El grandullón sí lleva protecciones. No se las quita, pues el líder ha
elegido no llevarlas, pero él no pierde honor o respeto por salvaguardar sus
articulaciones y, sobre todo, su cuello. No es un suicida.
Blake, con los brazos estiraos a ambos lados de su cuerpo, dice:
-Cuando quieras.
El grandullón ataca y a Blake sólo le hace falta una fracción de segundo
para mandarlo volando contra la pared.
El grandullón se palpa el esternón dañado. Su espada ha quedado lejos
de su alcance. No tiene tiempo de reacción antes de que Blake le ponga el
pie en el pecho y de un tajo en su collarín con la daga, haciendo que este
se rompa en dos.
-A muerte –comenta Blake y deposita la punta de la daga en la nuez-.
-A muerte… -repite él sin moverse, esperando lo inevitable-.
Blake se retira.
-No voy a matarte. Levántate.
El koradi mira con cara de no entender y se levanta.
-No aprendéis. Si nos matamos entre nosotros, nunca podremos ser
fuertes. Necesitáis saber qué diablos es la unión, porque sólo pensáis en
quitarle el poder a otro, sin pensar si es lo mejor para vuestra comunidad.
Estoy asqueado. No creo que merezca la pena seguir con esto. Así que me
retiro y me largo de este planeta. No voy a seguir con esto, ya puedo volver
a mi casa…
Evelyn mira y suspira al ver a su hijo entero. Luego mira a Jack, que no
sabe si Blake lo dice en serio o no, porque, realmente, la nave está en
mejores condiciones que cuando la usó por primera vez, mejor que en su
primer viaje. Puede volver a casa, siempre y cuando sepa qué camino
tomar, ¿lo sabrá?
Blake se encamina hacia “Tierra” y esta expone sus luces y restablece
sus escudos al estar cerca de su amo y señor.
-Si te vas es que eres un cobarde –comenta uno-.
Blake se da la vuelta y barre la zona.
-¿Quién ha dicho eso?
Un hark sale del grupo de koradis.
-Yo.
-Dicen que una retirada a tiempo es una victoria.
-¡Maldito lunático!, ¡cumple con tu deber! –brama el hark señalándolo
con el dedo-.
385
NAZARETH SERRANO
Blake se ríe.
-¿Mi deber?
-¡Sí, tu deber!
-No tengo ningún deber en este lugar.
-¡Eres un egoísta!
Blake se ríe de nuevo.
-Oh, sí, ahí me has pillado.
-¡Idiota, no pongas en peligro tu vida!
-Pero, ¿quién diablos eres tú para decirme estas cosas?
-Yo no soy nadie, pero tú sí, Señor del Hielo.
Los ojos de Jack chispean al escuchar eso. Sus neuronas realizan un
frenético trabajo, recuerdos vuelven a su conciencia en un torbellino de
imágenes, pensamientos y palabras.
Los ojos de Blake se tiñen de grana, poco a poco el color carmesí vence
al esmeralda, dándole un toque demoniaco con esa sonrisa lunática, que
hasta asusta, aunque sólo un poco, a su propia madre, la cual lo mira con
expresión seria.
-¡No me nombres de ese modo! –dice perdiendo su expresión risueña-.
-Pero si ese es tu nombre. En mi idioma Bla-ke significa Señor del Hielo.
-Silencio…
-¡Suicida!, ¡mata a todo el que te rete o en el futuro te traicionará!
-Cállate…
-¡Si no nos vas a ayudar, vete al infierno!
-¡Cállate de una puta vez!
-¡Eres débil y un soñador!, ¡un imperio se forja sobre sangre y la carne
despedaza del enemigo!, ¡o es que en la batalla ibas a perdonar al que
intenta matarte!
-He tenido suficiente, gracias por los consejos –comenta sonriendo,
pero de mala leche-.
-¡Pero ¿es que no hay nada que te haga reaccionar?!
-¿Qué diablos quieres que haga?
-¿Es que hay que llamar puta a tu madre para que me des un buen
puñetazo?
Blake no contesta ni reacciona de modo alguno.
-¿Qué tengo que hacer para que intentes matarme?, ¿rajar la garganta
de esa humana que te engendró?
Nada, ni pestañear.
-¿Y después de matarme llorarías como un niño arrepentido?
Nada. Algunos koradis se ríen, pero nadie interviene.
El hark da un paso al frente.
-Venga, demuéstrame lo que sabes hacer, chico.
Blake lo mira de reojo. El hark saca una daga parecida a la suya y la
blande delante de su cuerpo formando zigzagueantes figuras con precisión.
-Vamos, cobarde, don nadie, sumiso ser, ven a por mí.
No se mueve. El hark lo rodea con una caminata, manteniendo una
distancia prudente, más o menos.
386
LA RAZA ELEGIDA - DIMENSIONES
-Si es lo que piensas tú. Que no vales para nada, que tu vida no es
valiosa, que eres un simple mortal. No te he dicho nada que te pueda
ofender, porque todo eso ya lo sabías.
Blake no se inmuta en absoluto.
-¿Qué te pasa?, ¿te has meado en los pantalones al ver a un
contrincante digno de ti?
Nada.
-Vamos, ojos bonitos, dame un besito o alza tu espada.
No reacciona. El hark se acerca y coloca la punta de su daga en el
cuello de Blake, el cual se queda exactamente como está, incluso cuando
aprieta haciéndole sangre.
-Si no te mueves voy a ahorrar tiempo a tus hombres y te decapitaré
ahora mismo.
Blake deja de mirar hacia Jack un momento, para dedicar un vistazo al
hark.
-Entra en la nave –dice-.
El hark baja el arma sonriente.
-Eso es, chico.
El hark utiliza la escalera para subir a las plataformas que Blake ha
dispuesto alrededor de “Tierra”, Blake sube de un salto a la plataforma que
da acceso a la entrada y espera al hark con los brazos cruzados.
-¿Qué va a hacer? –pregunta Evelyn-.
Jack se encoge de hombros.
-No lo sé, simplemente, ya no sé quién es.
Ambos entran en la nave “Tierra”. Una porción enorme del hangar se
abre de forma automática y la nace se “esfuma” delante de los presentes
sin dejar rastro de luz o sonido alguno.
-Buen trabajo, Blake –indica Jack mirando como el techo vuelve a
“reaparecer”-.
-Pero si no sabe pilotar –indica Evelyn-.
-Sí sabe –afirma Lánzela, que está “casualmente” a su lado-. Aprendió
en un día –añade con cierto orgullo, pues fue su instructora-.
-¿A sí?, ¿y qué más aprendió a hacer ese día, guapita?
Lánzela la mira con la ceja levantada. Jack, abstraído no se mete en los
líos de sus “nenas”.
-Pues nada, porque alguien interrumpió… -responde Lánzela-.
-¿Lo dices por mí?, mira que a mí me da igual…
-Ya, una madre muy liberal.
-No voy a perderlo de nuevo.
-Ni yo.
Y se larga dejando a Evelyn a punto de explotar de rabia.
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NAZARETH SERRANO
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LA RAZA ELEGIDA - DIMENSIONES
PLANETA FINGUX
Lamano
nave aterriza con la misma suavidad que una pluma, como si la
de un niño-dios la hubiera posado sobre el terreno caótico.
La puerta principal se abre tras la salida de la rampa auxiliar.
De “Tierra” salen dos hombres. Blake sigue llevando la misma
indumentaria con la que entró. Kiexerus lleva un traje espacial que aísla su
piel de la radiación y demás peligros exteriores y un casco que le da
oxígeno.
A Blake le cuesta respirar y su pecho se oprime ante la tóxica
atmósfera, pero desoyendo los consejos del oficial, baja de la nave,
descalzo, sintiendo el calor bajo sus pies, el calor que la placa ha captado
del ambiente.
Mira un cielo oscuro, sin estrellas, sin luna y sin nada.
-Muerto no vales para nada –indica Kiexerus a través del micrófono del
casco-.
Pero Blake no da marcha atrás para satisfacer sus necesidades de
oxígeno. Sus ojos se irritan y su piel arde y escuece, pero sigue caminando
hacia el final de la placa, hacia el caos.
Kiexerus sigue al joven tozudo con cierto recelo.
Blake obliga a su organismo a bajar el ritmo, y su corazón, sus
pulmones, su digestión… todo se ralentiza hasta casi paralizarse. Los
nervios ya no dan más información al cerebro sobre el dolor de piel o la
quemazón, y este es el único que funciona a todo gas, bueno, el cerebro y
sus sentidos, que captan toda la atención del cerebro.
El olor le es característico.
-¿Cómo diablos puedes respirar esto sin morir? –pregunta Kiexerus-.
-No respiro –responde él mirando a su alrededor con sus ojos, ahora
esmeralda-.
Ha visto esto antes, pero… ¿dónde, cuándo, en qué vida?
Sus pies tocan esa “ceniza” extraña. Kiexerus lo acompaña, pero
calzado con unas botas gruesas que lo protegen.
-¿Cómo es el Kort?
-¿Cuál de los dos?
-El príncipe.
-Alto, grande, estúpido y engreído…
-¿Y cómo es su rostro? –pregunta caminando hacia… ¿ninguna parte?,
pues todo a su alrededor parece igual-.
-No lo sé, siempre lo lleva cubierto, por una máscara. Igual que el
emperador. Mira, será mejor que nos larguemos, puede que alguien…
389
NAZARETH SERRANO
-No te preocupes, esto está desierto. La guerra se lleva a cabo más allá
–y señala en una dirección-.
Kiexerus no se sitúa, pero le cree.
-¿Me vas a ayudar?
-¿A vengarte? –pregunta volteándose y posando sus ojos rojos en el
casco de Kiexerus, a la altura de los ojos de este, a pesar de lucir un cristal
plateado que no debería dejar ver nada-.
-Sí... en cierto modo.
-No.
-Pero, pensé que…
-La venganza te convierte en el mismo ser del que te quieres vengar.
Además, es algo que te domina y que te consume. Y al final, harás lo que
sea con tal de conseguir calmar el dolor que han infringido en tu ser. La
oscuridad de un deseo vengativo acaba consumiendo cualquier llama de
luz y te lleva derecho al abismo de la existencia terrenal, vendando tu
mente y engañando a tu espíritu, relegado a un segundo plano ante una
vida terrena, que al fin y al cabo, acabará. ¿Y luego qué?.
-Al infierno con el espíritu.
-Si quieres verlo así...
-Es una expresión. Quería decir que me da igual todo…
-Si quieres venganza, has buscado en el lugar equivocado.
-¿Y tú qué diablos vas a hacer entonces?, ¿marcharte a tu planeta y
dejarnos aquí a todos?
Blake no contesta. Kiexerus explota e intenta dar un buen puñetazo al
joven, que se retira y lo deja caer en su propio impulso.
-Muy gracioso –comenta el oficial levantándose un tanto avergonzado-.
-Lo ves, hay que pensar con serenidad antes de actuar. No puedes
provocarme, lo siento.
-Ya, lo sé.
-¿Antes intentabas hacer que perdiera los nervios delante de mis
soldados para que vieran lo estúpido que soy?
-Sí, claro que sí –comenta sacudiendo las cenizas de su traje-.
-Anda, serénate y sígueme –comenta Blake poniendo una mano en el
hombro del oficial-.
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LA RAZA ELEGIDA - DIMENSIONES
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NAZARETH SERRANO
Kiexerus, parado frente a la puerta de salida, puede ver como las naves
enemigas alcanzan la suya.
Por un momento todo pasa a cámara lenta. Su madre gritando que se
aleje de la puerta, su padre maldiciendo mientras intenta controlar la nave,
su hermano con la mirada clavada en la nave enemiga y ese rayo blanco
que se dirige hacia él.
Salta de la nave y cae bocarriba. Malherido, puede ver la explosión de
amasijos antes de quedar inconsciente con un dolor insoportable
recorriendo su cuerpo.
Kiexerus vuelve a ver los ojos de Blake.
-Los abandoné… salté… los dejé morir y me salvé… me salvé al saltar
de una nave en marcha, qué paradoja inútil e idiota. ¡Debería haber volado
en mil pedazos!
-Es el instinto de supervivencia, y no, no los abandonaste. Morir de nada
hubiera servido.
-Muéstrame un poco más.
El Kort-Voverkam. Eso es lo que ve tras abrir los ojos el niño, que
malherido, apenas puede moverse.
El príncipe deposita su pesada bota sobre el pecho del chaval y este
gime ante la presión en sus costillas rotas.
La punta de una espada en su cuello.
-¿Quién eres? –pregunta el enmascarado con su robótica voz-.
-¿Y tú, quién eres? –pregunta el niño notando el sabor de la sangre en
su boca-.
-Insolente. Te daré tu merecido…
El niño espera que lo mate. El príncipe alza la espada y, justo cuando va
a descenderla sobre el cuello del afligido, aparece otro hombre.
-Vuelva a la nave, señor. Tenemos que reunir las fuerzas, vienen los
rebeldes.
-Coge esta basura y haz lo que puedas para que sobreviva.
-¿Señor? –pregunta el soldado, como queriendo recriminar la decisión-.
-Ya lo has oído. Me servirá y ese será el castigo a su insolencia. Matarlo
sería benevolente, pues yo dirigía la nave que destruyó a aquella en que
viajaba y de la que saltó. Su familia está muerta –se ríe-. Y él vivo. ¿Qué
mejor castigo a su insolencia que servir al asesino de todo lo que quería?
-De acuerdo, señor.
El soldado lo coge en brazos y, llorando, se desmaya.
Kiexerus cae de rodillas, un poco mareado. Blake recupera el color
esmeralda en sus ojos y sus pupilas.
-Tranquilo, yo te llevo.
Kiexerus deja que le coloque el casco y luego se deja coger por el
fornido joven, que parecía menos fuerte.
Lo lleva hasta la nave, donde lo sube y lo deja en una de las cámaras
para que descanse.
-Descansa. Se te pasará en unas horas.
Y cierra la tapa de cristal blindado. Kiexerus se deja llevar por el sueño
reparador.
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NAZARETH SERRANO
Su perfecto cuerpo es azotado por sus propios miedos, hasta que todos
son relegados a un segundo plano, autoconvencido de su victoria, ahora
que sabe cómo obrar.
Cuando despierta se siente extasiado y un tanto derrotado. Apenas
tiene fuerzas para respirar.
-Sin mis poderes, mi actividad en el mundo terreno es limitada.
Concededme tras mi prematura iniciación algunos poderes, por favor –
comenta tirado en el suelo, bocabajo, con la cabeza ladeada, cara al rostro
del reptil-.
El reptil zigzaguea por su cuello y Ramsés siente de nuevo su conexión
mental.
Tras un pequeño momento, el reptil desaparece tras la luz verdosa.
Ramsés descansa allí mismo. Mañana comenzará su iniciación y debe
estar en plena forma.
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AÑO 1270 DC
PLANETA DE HIELO
BASE AVANZADA DE LA RESISTENCIA
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LA RAZA ELEGIDA - DIMENSIONES
84
En la mitología sumeria y babilónica, Enki (En = Señor, ki = tierra), o " Ea " como lo
denominaron los acadios y babilonios (en realidad es una denominación de origen sumerio, se
trata de un nombre compuesto por los signos E = casa y A = agua), es el " Señor de la tierra "
aunque se le asocia principalmente con el mundo acuático. De hecho Enki/Ea, según esta
mitología, reina en el Apsu, un lugar situado en las profundidades de la tierra, mientras que es
Enlil ("señor del aire") el que ostenta la soberanía en la superficie.
85
Adad en acadio y Ishkur en sumerio y Hadad en arameo , son los nombres del dios-
tormenta en el panteón de Babilonia – asirios.
86
Isthar, en la mitología mesopotámica, diosa babilónica del amor y la guerra, de la vida, de
la fertilidad, y patrona de otros temas menores. Ishtar era principalmente asociada con la
sexualidad: su culto implicaba la prostitución sagrada; la ciudad sagrada Uruk se llamaba la
"ciudad de las cortesanas sagradas", y ella misma fue la "cortesana de los dioses". Ishtar tenía
muchos amantes.
87
Hapi es el nombre del dios asociado al Nilo, el gran río de Egipto que tenía a la vez realidad
física y mitológica. La importancia simbólica del Nilo viene de su capacidad para generar
riqueza cuando inunda y deja limo fértil en sus márgenes. El nombre Hep proviene del periodo
predinástico de Egipto. Asociado a la región de Gebel el-Silsila. Creían que residía en una
cueva de Bigeh, cerca de las cataratas, con su harén de diosas rana, de donde emergía
anualmente para generar la inundación.
401
NAZARETH SERRANO
88
En la mitología griega Hermes (en griego antiguo Έρµῆς) es el dios olímpico mensajero, de
las fronteras y los viajeros que las cruzan, de los pastores y las vacadas, de los oradores y el
ingenio, de los literatos y poetas, del atletismo, de los pesos y medidas, de los inventos y el
comercio en general, de la astucia de los ladrones y los mentirosos. El himno homérico a
Hermes lo invoca como el «de multiforme ingenio (polytropos), de astutos pensamientos,
ladrón, cuatrero de bueyes, jefe de los sueños, espía nocturno, guardián de las puertas, que
muy pronto habría de hacer alarde de gloriosas hazañas ante los inmortales dioses.»
89
En la mitología griega y romana Apolo (en griego antiguo Ἀπόλλων Apóllōn o Ἀπέλλων
Apéllōn) es uno de los más importantes y polifacéticos dioses olímpicos. El ideal del kurós
(joven imberbe), Apolo ha sido reconocido variadamente como dios de la luz y el sol; la
verdad y la profecía; el tiro con arco; la medicina y la curación; la música, la poesía y las artes;
y más. Apolo es hijo de Zeus y Leto y hermano gemelo de la cazadora virgen Artemisa. Es
conocido como Apulu en la mitología etrusca, influenciada por la griega. Apolo fue adorado
en la antigua religión griega y en la romana, así como en el neohelenismo moderno.
90
En la mitología griega, Artemisa o Ártemis (en griego antiguo Ἄρτεµις —nominativo— o
Ἀρτέµιδος —genitivo—) fue una de las deidades más ampliamente veneradas y una de las más
antiguas. Algunos investigadores creen que su nombre, y de hecho la propia diosa, era
originalmente pregriega. Homero alude a ella como Artemis Agrotera, Potnia Theron,
‘Artemisa del terreno virgen, Señora de los Animales’. En el periodo clásico de la mitología
griega, Artemisa fue descrita a menudo como la hija de Zeus y Leto, y la hermana melliza de
Apolo. Fue la diosa helena de la caza, los animales salvajes, el terreno virgen, los nacimientos,
la virginidad y las mujeres jóvenes, que traía y aliviaba las enfermedades de las mujeres.
91
En la mitología clásica, Dioniso (en griego antiguo ∆ιώνυσος Diônysos o ∆ιόνυσος
Dionysos) es el dios del vino, inspirador de la locura ritual y el éxtasis, y un personaje
importante de la mitología griega. Aunque los orígenes geográficos de su culto son
desconocidos, casi todas las tragedias le presentan como «extranjero».
92
Eleusis (griego antiguo/katharevousa Ἐλευσίς, griego moderno Ελευσίνα/Elefsina) es una
ciudad de Grecia, en Ática, a unos 18 km al noroeste del centro de Atenas, en la llanura
triásica, ribereña del golfo Sarónico, en su extremo norte. Es la sede de la administración de la
prefectura de Ática occidental.
93
El monte Aventino es una de las siete colinas sobre las que se construyó la antigua Roma.
402
LA RAZA ELEGIDA - DIMENSIONES
94
En la mitología romana, Mercurio (en latín Mercurius) era un importante dios del comercio,
hijo de Júpiter y de Maia Maiestas. Su nombre está relacionado con la palabra latina merx
(‘mercancía’). En sus formas más primitivas parece haber estado relacionado con la deidad
etrusca Turms, pero la mayoría de sus características y mitología fue tomada prestada del dios
griego análogo Hermes.
95
En la mitología griega Medea era la hija de Eetes, rey de la Cólquida y de la ninfa Idía. Era
sacerdotisa de Hécate, que algunos consideran su madre y de la que se supone que aprendió
los principios de la hechicería junto con su tía, la diosa y hechicera Circe. Así, Medea es el
arquetipo de bruja o hechicera, con ciertos rasgos de chamanismo.
96
Esón o Aesón (en griego antiguo Αἴσων) en la mitología griega, era el hijo de Tiro y Creteo,
los cuales también tuvieron sus hermanos Feres y Amitaón. Esón era el padre de Jason y
Promaco con Polímedes, la hija de Autólico. Otras fuentes dicen que la madre de sus hijos fue
Alcímeda o Anfínome. La madre de Esón, Tiro tuvo otros dos hijos, Neleo y Pelias, con el
dios del mar Poseidón.
97
Jasón es un héroe mitológico griego. Según las diferentes versiones, su madre fue Alcímede,
hija de Fílaco, o bien Polimede, tía de Ulises, aunque también son mencionadas Polimela,
Eteoclímene, Polifeme o Teogneta. Su padre fue Esón, rey de Yolcos hasta que su propio
hermano, Pelias, lo destronó. Según otro relato, Esón confió el reino a su hermano Pelias,
hasta que Jasón alcanzase la mayoría de edad. Un día que Pelias, tío pues de Jasón, fue a
consultar sobre su futuro, fue advertido por el oráculo de que tuviera cuidado con un hombre
calzado con una sola sandalia, porque pondría en peligro su trono.
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98
Gonzalo Fernández de Oviedo y Valdés (Madrid, 1478 - Valladolid, 1557) fue
un escritor, cronista y colonizador español.
99
Francisco López de Gómara (Gómara, Soria, 1511 – ibídem, 1566), fue un
eclesiástico e historiador español que destacó como cronista de la conquista
española de México, a pesar de que nunca atravesó el Atlántico. Aunque tampoco
viajó al Nuevo Mundo, escribió muchas obras que se refieren a su conquista.
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100
Pedro Mártir de Angleria los describe así: .. los nuestros encontraron
gente que se dedicaba a la caza de hombres y si les faltan enemigos con
quien guerrear vuelven contra sí mismos su crueldad, y se destruyen o se
ponen en fuga. De ahí provino la plaga grande sobre los miserables
habitantes del continente y las islas.
La hermosa leyenda de la fuente encantada se fue perdiendo en medio
de los avatares de la Conquista del Nuevo Mundo y por los eruditos que en
sus estudios e investigaciones no se cansan de volverla a contar: La ilusión
de los hombre por no morir nunca y siempre ser jóvenes.
Como siempre, el hombre reta al creador e intenta comer la fruta
prohibida para ser como él… pero, realmente, ¿qué es el hombre sin el
sueño de ser Dios?, el efímero sueño de la inmortalidad, de otra vida,
terrena o espiritual… Sólo materia que se reciclará convirtiéndose en
energía, como siempre ha sido y siempre será. Concepto demasiado
efímero para la mente de ser humano. Tal vez, un ser no condenado a la
muerte, pues toda leyenda, tiene un poso de verdad y los Dioses a veces
se vuelven mortales, y los mortales, a veces son hechos Dioses…
100
Pedro Mártir de Anglería -en italiano Pietro Martire d´Anghiera- (Arona,
Milanesado, 2 de febrero de 1457 - Granada, octubre de 1526) fue un miembro del
Consejo de Indias (1520-26) y cronista de Indias (1520). Ocupó diversos cargos
eclesiásticos y diplomáticos (Egipto).
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LA RAZA ELEGIDA - DIMENSIONES
Sam mira sus labios mientras habla, como si pudiera degustar el jugo
divino de cada palabra.
-La luz siempre vence a la oscuridad. Cualquier llama disipa el espesor
de la lúgubre noche.
Ramsés alza una mano y la deposita en la nuca del chico, que siente un
escalofrío de agrado por la espina dorsal.
Ramsés le toca el nacimiento del pelo con suavidad.
-Tú tienes un poco de oscuridad dentro, como tu hermano tiene un poco
de luz. Sólo llegando a la Suprema Iniciación cualquier rastro del opuesto
desaparece y se puede alcanzar la Luz Suprema, esa que no haya en sí ni
un sólo espacio oscuro. La dualidad entonces se desvanece en lo natural.
Pero en el mundo terreno, los polos se complementan en una balanza tan
ambigua como necesaria, y así como el día y la noche, el Sol y la Luna
alternan su turno, el yin y el yan conforman al ser antes de su nacimiento y
hasta su muerte.
Sam está completamente extasiado. Su cuerpo arde en las llamas de un
deseo prohibido y nunca vivido. Se siente completamente perdido en el
mundo de los sueños y Ramsés es la nube sobre la que flota.
-Siempre ha ocurrido así. La lucha entre el bien y el mal que surgió
desde el principio de los tiempos y con ellos. Antes de que el universo
existiera, las fuerzas opuestas dieron lugar a esta vida y por ello todo lo que
hay sobre la faz de cada planeta habitado está compuesto por extremos
opuestos.
Ramsés se detiene y pega su cuerpo al del contrario, haciendo que Sam
se quede sin respiración cuando Ramsés sube la mano por su cabeza y
entrelaza sus dedos en el cabello.
Sam no le toca de forma voluntaria, pero tiene que luchar para no
hacerlo.
-Cada cual es libre de elegir su camino, aunque algunas pautas están
determinadas desde su nacimiento –susurra en su oído-.
Sam cierra los ojos y echa la cabeza hacia atrás.
-Sólo que algunos tienen el poder de cambiar su destino, y otros sólo
pueden verse arrastrados por el río de la vida hacia su misión. Y por más
que intenten nadar a contracorriente… –pega la nariz a su cuello y Sam
gime-. Nunca tendrán fuerzas suficientes para ser inmunes al destino.
Porque los mortales sólo son piezas en el tablero de los Dioses.
Le besa en el cuello y Sam casi se desmaya.
-Y para los Dioses el tiempo y el espacio es flexible y manipulable, la
muerte una ilusión y la vida, carne y la sangre, el material con el que crear
un traje con el que visitar el mundo terreno.
Ramsés se retira y Sam coge la espada de su cinto.
411
NAZARETH SERRANO
AÑO 1270 DC
PLANETA DE HIELO
BASE AVANZADA DE LA RESISTENCIA
EN LA SALA DE ENTRENAMIENTOS
Ramsés se quita con el dorso de la mano los restos de sangre que han
salpicado su perfecto rostro.
Sonriente, hace unos giros con la espada utilizando una sola mano y la
clava en un árbol cercano, haciendo que este pierda al instante sus hojas y
se marchite como una simple planta expuesta a condiciones extremas,
hasta quedar seco, desolado y despojado de cualquier indicio de vida. La
corteza se vuelve negruzca y débil al fin de tal metamorfosis.
Luego se agacha frente al cuerpo de Sam. Su rostro petrificado en el
tiempo muestra un placer extravagante, su sonrisa congelada en la fúnebre
muerte, sus ojos carentes del brillo vital reflejan el cielo, donde un águila de
plumaje plateado surca el firmamento alzando un grito que se escucha
desde el suelo.
Como lecho mortal, la tierra cubierta de sangre, que ha brotado de su
abdomen y de su cuello rajado. Una catarata de sangre que también luce
su boca.
Ramsés le arranca el collar de un tirón y lo aprieta en su puño hasta que
la piedra celeste se parte a la par que el metal.
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LA RAZA ELEGIDA - DIMENSIONES
Deja caer ambas cosas en la arena y con una sola mano cierra los
párpados del caído a manos de su propia espada.
-Bueno, guardián, ya eres mío.
Se levanta y se encamina hacia una montaña. No vuelve ni una sola vez
más la cabeza para ver el cadáver, que deja a la merced de la naturaleza.
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NAZARETH SERRANO
AÑO 1270 DC
PLANETA DE HIELO
BASE AVANZADA DE LA RESISTENCIA
EN ENFERMERÍA
18 de marzo de 2013
PLANETA TIERRA
MASSACHUSETTS
Gerhard se pasa una mano por su cara demacrada y las ojeras de sus
ojos se extienden como prendas tendidas al sol.
-A ver, niña…
Anastasia se atusa el pelo. Ambos están solos en el salón. Una mesa
de café los separa.
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LA RAZA ELEGIDA - DIMENSIONES
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NAZARETH SERRANO
-Tío, ¿cómo puede ser que toda la luz que iluminaba tu espíritu haya
sido consumida por este caos?
Se pone frente a ella, se agacha y coloca sus brazos a ambos lados de
la cabeza, sujetándose en el respaldo del sofá.
Anastasia lo mira y él agacha el cuello para quedar más cerca.
-Niña, el caos me ha dado lo que quiero. La luz sólo me intentaba joder
la vida. ¿Te queda clarito?.
Anastasia sonríe.
-Sí, tío. Pero, ¿qué precio estás dispuesto a pagar por lo que te han
dado?
Gerhard aprieta los labios.
-Fuera de mi casa.
-Reúne los ladrillos de tu propia celda si quieres, pero no nos condenes
a todos.
-¡Fuera!
-Pedazo de cobarde…
-¡Voy a…! –eleva una mano-.
-¡¿Qué cojones haces?! –pregunta Norbert al irrumpir en la sala atraído
por tales gritos-.
Gerhard se aparta y mira hacia otro lado.
-¿Te has vuelto loco? –pregunta Norbert-. ¿Qué pasa, padre?
Gerhard mira a Norbert a los ojos y sonríe.
-No soy tu padre. Tu padre murió hace tiempo. Yo soy Gerhard y sólo
tengo un hijo –eleva un dedo-. ¡Uno sólo!
-Pero…
Mira hacia la niña por encima del hombro de Norbert.
-¡Anton no es mi puto hermano y tú no eres nadie!
Anastasia sonríe maliciosa.
Gerhard intenta ir hacia ella, pero Norbert lo coge.
-Quieto, hombre…
Gerhard empuja a su hijo, pero este se mantiene en su posición y lo
detiene con facilidad.
-Vale ya, estás muy nervioso…
-Esa puta niña es un ángel del infierno, ¡que se largue de aquí!
-De acuerdo. Ya está…
-¡Que me dejes en paz!.
Se quita a Norbert de encima sacando fuerzas de flaqueza y, tras lanzar
una mirada un tanto indeterminada hacia Anastasia, se marcha y cierra de
un portazo.
Norbert se palpa el brazo dolorido y mira a Anastasia.
-¿Quién eres?
Anastasia suspira y vuelve a explicar todo. Esta vez, su interlocutor la
escucha, pero no sabe qué hacer.
-¡Ramsés!, ¡Ramsés!
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LA RAZA ELEGIDA - DIMENSIONES
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NAZARETH SERRANO
Abre la puerta del cuarto que le han otorgado y una extraña energía
azota todo su cuerpo.
Encuentra el interruptor a tientas y lo acciona.
Se trata del espectro encapuchado, que al parecer, ha decidido
reaparecer.
Está ahí, frente a la cama.
Michel Angelo entra y cierra la puerta. Quiere un poco de intimidad,
aunque, a decir verdad, las cámaras no pueden captarlo y los micrófonos
no pueden grabar sus pensamientos. Bueno, eso sí hay cámaras y
micrófonos.
Michel Angelo se acerca al espectro y piensa:
<¿Crees que debo quedarme aquí?. Es que no entiendo por qué me
has traído a este lugar. Me han raptado y…>
El espectro deposita su mano sobre los labios de Michel Angelo. La
siente como si fuera real y la energía que mana le deja, de nuevo, a su
merced.
<Yo preferiría que te quedaras, pero eres libre de irte>
<Es que no confío demasiado en Alex>
El espectro toca el cráneo rapado de Michel Angelo y sonríe.
<Te ha quitado el controlador que llevabas en la cabeza. Así podrás
usar todas tus capacidades sin restricciones. Serás un semidiós. Cuando
no lo necesitemos, podremos irnos>
<Yo no noto nada>
<Tendrás que aprender. Y sólo Alex puede enseñarte a cumplir tu
destino>
<Y… ¿cuál es mi destino?>
-Depende de qué camino elijas.
Escucha al espectro hablar como si estuviera delante de él.
Michel Angelo frunce el ceño y, con una mano vacilante, retira la
capucha dejando al descubierto el rostro de una joven de facciones finas,
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LA RAZA ELEGIDA - DIMENSIONES
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NAZARETH SERRANO
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LA RAZA ELEGIDA - DIMENSIONES
AÑO 1270 DC
PLANETA DE HIELO
EN PALACIO
Los nobles y sus hijos están dispuestos en los cómodos sillones que
forman un semicírculo en gradas decoradas. Otro semicírculo al lado
opuesto cierra el terreno de lucha del palacio.
Los sillones del príncipe y el del emperador, situados en el palco,
quedan vacíos. Sólo las esposas de ambos asisten al juego, por detrás, sus
sirvientas personales.
En el centro de esta estructura, de apariencia parecida a un “circo
romano”, está el Kort, con su máscara y enseñando los imponentes
músculos de la parte superior de su cuerpo. Sin más protección que un
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NAZARETH SERRANO
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LA RAZA ELEGIDA - DIMENSIONES
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NAZARETH SERRANO
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LA RAZA ELEGIDA - DIMENSIONES
AÑO 1270 DC
PLANETA DE HIELO
FRONTERA OESTE DE LA RESISTENCIA, EN TIERRA NEUTRAL
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18 de marzo de 2013
PLANETA TIERRA
EN ALGÚN LUGAR DEL BOSQUE…
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NAZARETH SERRANO
PLANETA TIERRA
MIAMI BEACH, FLORIDA
PLANETA TIERRA
AGARTHA
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LA RAZA ELEGIDA - DIMENSIONES
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NAZARETH SERRANO
PLANETA TIERRA
MIAMI BEACH, FLORIDA
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LA RAZA ELEGIDA - DIMENSIONES
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NAZARETH SERRANO
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LA RAZA ELEGIDA - DIMENSIONES
18 de marzo de 2013
PLANETA TIERRA
MIAMI BEACH, FLORIDA
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LA RAZA ELEGIDA - DIMENSIONES
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NAZARETH SERRANO
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LA RAZA ELEGIDA - DIMENSIONES
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LA RAZA ELEGIDA - DIMENSIONES
AÑO 1270 DC
PLANETA DE HIELO
BASE AVANZADA DE LA RESISTENCIA, EN LA SALA DE ARMAS
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CERCA LA DE LA FRONTERA
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LA RAZA ELEGIDA - DIMENSIONES
EN TIERRA NEUTRAL
El Kort aparece casi a la vez que Blake. A su lado un sólo hombre, que
cojea.
Blake se siente de repente muy pequeño y hasta le cuesta caminar
hacia el contrario.
El desierto de hielo como único lugar de encuentro, el aire que azota los
brazos descubiertos de Blake y también los del Kort. Al parecer, ambos han
decidido hacerse los machos y sienten el frío como cuchilladas que surcan
su carne.
El Kort se detiene en un punto. Blake se acerca más y empieza a
vislumbrar su máscara.
Le gustaría pararse, le gustaría decir “no estoy preparado para verte,
espera unos años”, pero no puede.
Jack se hace el sueco, no puede decir nada a Blake, ni por telepatía, si
no quiere ser descubierto. Así que no puede calmarlo. Al fin y al cabo, es el
hombre que le ha capturado, no su amigo. Tiene que aparentar que lo odia,
no que le tiene aprecio.
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LA RAZA ELEGIDA - DIMENSIONES
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NAZARETH SERRANO
Jack y Evelyn hacen lo posible por no mirar hacia atrás cuando son
liberados.
Evelyn lucha por no llorar cuando se aleja de su hijo sin poder decirle
nada, tratándolo como a un villano.
El Kort recibe a ambos en su nave, que ya parte de camino a su
imperio, al igual que “Tierra” parte de camino a La Resistencia.
El Kort revisa a Evelyn sin hacer caso a Jack y, tras saludar cordial y
fríamente al hombre, invita a la mujer a quedarse con él a solas en el
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AGARTHA
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22 de marzo de 2013
PLANETA TIERRA
COMPLETO DE LA NASA “TERRA NOVA”, LOCALIZACIÓN SECRETA
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22 de marzo de 2013
PLANETA TIERRA
MIAMI BEACH, FLORIDA
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-Será eficaz.
Friederich se encoge de hombros, prepara el puño, se agacha y da un
buen derechazo a la cara de Johann, que ladea la cabeza por el impulso y
escupe sangre.
-Otro… -indica Leon-. Y esta vez sin cortarte.
-Ah, eso es otra cosa…
Friederich se prepara.
-¡No!, que estoy bien. Estaba fingiendo. El efecto de la droga ha
pasado…
-¿Lo ves? –indica Leon-. Ha sido eficaz.
-¿Qué queréis que haga? –pregunta Johann-.
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PLANETA TIERRA
SOBREVOLANDO LA ZONA LLAMADA “EL TRIÁNGULO DE LAS
BERMUDAS”
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El mar expulsa una luz rojiza y, sin previo aviso, comienza a formarse
un torbellino rubí cuyo fin parece estar fuera del alcance de la vista.
La nave es devorada por este torbellino. La ira del viento y las olas
arrastran todo a su paso… Y todo cesa en cuestión de segundos.
No hay ni rastro de la nave.
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AÑO 1270 DC
PLANETA DE HIELO
BASE AVANZADA DE LA RESISTENCIA
Ramsés tiene la mirada perdida en algún punto del agua. Medio sentado
en la parte que menos cubre del cálido agua de la gran bañera, mantiene la
espalda apoyada a la pared de la estructura.
Anton nada hasta él y le toca el mentón sacándolo de su ensueño.
-Afeitate.
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PLANETA DE HIELO
BASE AVANZADA DE LA RESISTENCIA
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-No, mi rey.
-¿Qué haces?
-Intento construir un nuevo mundo. Un mundo en el que la gente como
yo salga victoriosa. Un mundo en el que, por una vez, el caos sea la fuente
de vida. Un mundo que renace de las cenizas del ayer.
-¿Y lo estás consiguiendo?
-Aún faltan algunas fichas.
Anton mira la nave.
-Mi hermano está dentro –comenta-.
Ramsés lo mira y Anton es quien, esta vez, no devuelve la mirada, sino
que la sigue manteniendo fija en la nave.
-De él me encargo yo –comenta Anton-.
Ramsés sonríe.
-Sí, mi rey.
PLANETA TIERRA
AGARTHA
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NAZARETH SERRANO
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2ª PARTE
______________________
Tenía razón la serpiente. No hay paraíso donde no hay amor.
Valeriu Butulescu
Eduardo Galeano
"Yo creo que todavía no es demasiado tarde para construir una utopía
que nos permita compartir la tierra"
CAPÍTULO 1: EL EXTRAÑO
25 de junio de 2024
PLANETA TIERRA
MIAMI BEACH, FLORIDA
Arnold mira todo con cara de pasmado. Sueña con tener una casa igual
cuando sea un atleta de renombre, y se pregunta si estudiando ciencias o
empresariales se consigue realmente esto.
Anastasia, acostumbrada a la casa de sus padres, camina sin
problemas por la calle que divide el jardín en dos y que conduce hacia el
porche de la entrada principal.
Anastasia se dirige hacia el porche, pero Arnold visiona una piscina
enorme y sonríe.
-Espera, muñeca.
Anastasia se voltea para mirarlo.
-¿Y si nos damos un chapuzón? –pregunta él-.
Ella se encoge de hombros.
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NAZARETH SERRANO
-Vale.
-¿Desnudos?
-¿Y cómo sino? –pregunta ella acercándose y dejando que el atleta le
pase la mano por la cintura-.
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LA RAZA ELEGIDA - DIMENSIONES
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NAZARETH SERRANO
Mitch se quita las gafas de sol y palpa la toalla hasta dar con el móvil
que suena. Elisabeth, medio dormida, balbucea algo bocabajo.
Están en dos tumbonas pegadas, en un hotel de lujo, con cócteles de
vivos colores y chicas sin la parte superior de su biquini, la mayoría con
tanga. Un paraíso para hombres, pero también para mujeres. Los
camareros están más que tremendos.
Mitch coloca el móvil frente a su cara y dice:
-Hola, mi vida. ¿Qué tal? –al ver aparecer a su hija en forma de
holograma 3D en la pantalla-.
-Papá, hay alguien en casa.
-Sí, tú –dice él al reconocer el paisaje de fondo-.
-Ya, alguien más…
Mitch da un codazo a Elisabeth, la cual protesta y se despereza.
-¿Quién, mi vida?
-No lo sé… Es un chico que… -dice mientras Mitch ve como cruza la
puerta de entrada-. Un chico extraño que…
La conexión se detiene de repente.
Elisabeth y Mitch se miran.
-Mierda… ¿Estaba en la casa de verano? –pregunta Mitch-.
Elisabeth no responde, simplemente, llama a Alex.
Mitch intenta volver a establecer conexión con Anastasia, pero el móvil
no está disponible.
PLANETA TIERRA
WASHINGTON DC
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LA RAZA ELEGIDA - DIMENSIONES
PLANETA TIERRA
MIAMI BEACH, FLORIDA
Alex aparece sin camiseta. Los trasportes con la esfera suelen dejarle
sin algunos objetos de vez en cuando, y últimamente, ha perdido varios
viajando a Egipto, Toledo, México y otros lugares.
Suspira, hace que la esfera se vuelva portátil, una capacidad que ha
descubierto hace poco, es decir, que pulsando cierto símbolo, se vuelve del
tamaño de una canica. Se la guarda en el bolsillo y mira el jardín.
Allí no hay nadie.
-¡Ramsés! –grita, pero nadie contesta-. ¡Ramsés, sal un momento!
Se dirige hacia el gimnasio, entonces se percata de la ropa de chico que
hay cerca de una tumbona. La coge y ve que es demasiado grande para
ser de su hermano.
-Pero, ¿qué cojones pasa aquí?
Entra en el gimnasio. Vacío. Utiliza la puerta trasera del gimnasio para
entrar en la casa.
-¡Ramsés!
El chico se presenta con la cabeza agachada.
-¿Qué has hecho? –pregunta Alex-.
-Nada.
-¿Nada?. Madre me ha llamado diciendo que viniera.
-No ha pasado nada. Alguien pensó que la casa estaba vacía y me
tomaron por un ladrón.
Alex masculla: “Anastasia”.
Coge por los hombros a su hermano y los nota fornidos.
-¿Dónde está el chico?
-En el salón.
Alex toma el mentón del chico y le obliga a mirarlo a los ojos.
-¿Y está bien?
-Me intentó pegar. Le di un puñetazo…
-¿Y?
-Ella está en el baño. Le he roto el teléfono. Explícaselo tú.
<Bueno, al menos no acudirá la policía>
-¿Qué has hecho?
La cara de niño inocente cambia por una expresión seductora. Sus ojos
se hacen lagos imperturbables y su voz más varonil.
-Le he roto el cuello. Pero ha sido un accidente –explica exponiendo una
media sonrisa-.
Alex aprieta la mano en su hombro hasta que Ramsés expresa una
mueca de dolor.
-Voy a arreglar esto y luego me encargaré de ti.
El chico mantiene la mirada y Alex se larga de allí con paso ligero.
Ramsés gira el cuello para mirar hacia la puerta por donde ha
desparecido Alex y comenta:
-Y yo me encargaré de ti muy pronto…
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NAZARETH SERRANO
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LA RAZA ELEGIDA - DIMENSIONES
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LA RAZA ELEGIDA - DIMENSIONES
CAPÍTULO 3: ESPECIES
25 de junio de 2024
PLANETA TIERRA
COMPLETO DE LA NASA “TERRA NOVA”, LOCALIZACIÓN SECRETA
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-¿Cómo lo sabe?
-El señor Plagge nos ayuda de forma desconsiderada. Él puede
establecer contacto telepático con ellos. Es nuestro traductor. Él sí sabe lo
que dicen.
-¿Quién?, ¿el director de los Laboratorios Omega?
-No. William Plagge.
-Pues, el director…
-Michel Angelo. Ese es el nombre del director.
-No entiendo nada…
-Hay veces, que es mejor estar muerto, para que la gente te deje en
paz. Y sino, que se lo pregunten a Hitler.
El militar lo mira como quien mira a un loco.
-Pero doctor Schmidt, ¿de qué habla?
-No importa. Mire este… -le lleva hasta otra celda-.
El militar lo mira con detalle, pero lo ve casi idéntico al otro.
-Es igual.
-No es de la misma especie.
-¿Cómo que no?
-No, el anterior es un mestizaje de dos especies. No sabemos cómo
llamarlas, por ahora. Este es “puro” dentro de lo “puro”. Es decir, el anterior
es una mezcla de esta especie y otra.
El general niega con la cabeza.
-Sigo sin entender.
-Aunque se parezcan, un chino y un japonés no son del mismo país,
¿no?
-No.
-Pues ellos no son del mismo “país” dentro del mundo de las “especies”.
-Pues a mí me parece un tonto.
-Según él, es un príncipe.
-¿Y qué hace aquí y cómo ha llegado?
-Dice haber sido expulsado de su reino por un malvado que quiere, o
mejor dicho, ha conseguido el control de su “mundo” y lo ha exiliado.
-¿A nuestro mundo?
-Bueno. En realidad es un fugitivo.
-¿Y confía en nosotros?
-Más bien, no deberíamos haberlo visto.
-Y si no se fía, ¿por qué iba a decir la verdad?
-Porque nosotros buscamos algo que él busca.
-¿Qué?
-Un ser extraño nacido en esta tierra.
-¿Qué?
-Un niño, que ahora debe tener doce años, y que podría ser un punto
clave en nuestra investigación.
-Y además de nuestros “visitantes”, ¿lo busca alguien más?
-Pues… nadie vivo, por ahora, de nuestro bando. Los investigadores
unidos al proyecto “Raíces” han fallecido en extrañas circunstancias,
incluido nuestro mejor fichaje, un tal Steve. Bueno, al menos, este tipo dejo
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LA RAZA ELEGIDA - DIMENSIONES
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NAZARETH SERRANO
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LA RAZA ELEGIDA - DIMENSIONES
CAPÍTULO 4: LA RECONQUISTA
AÑO 1274 DC
PLANETA DE HIELO
EN TERRITORIO DEL EMPERADOR
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NAZARETH SERRANO
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LA RAZA ELEGIDA - DIMENSIONES
-¿Y mi niño?
-Castigado.
Jack pone cara de pena.
-¿Por qué?
-¡Se ha vuelto a escapar de casa!, ¡y casi lo espachurran!
-Pero es que no le he visto desde… desde que era tu barriguita.
Evelyn sonríe cuando Jack la toca el abdomen.
-¿No tenías otra cosa que hacer antes de irte a la guerra que dejarme
embrazada?
-Pues… no, la verdad. Seis meses, ¿no?. ¿O ha sido gestación
humana?.
-Seis meses. Y es clavado a ti.
-¿Guapo?
-Malísimo… -aclara Evelyn entre risas, pero con cierto poso de verdad-.
-Venga, dile que baje.
Evelyn sonríe.
-De acuerdo. Pero sólo le levanto el castigo porque has vuelto.
PLANETA FINGUX
EN TIERRA DE LA RESISTENCIA KORADI-HARK
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NAZARETH SERRANO
PLANETA DE HIELO
EN LA BASE CENTRAL, EN LA SALA DE MAPAS
Voverkam brama:
-¡Quiero estar solo!, ¡fuera!
Todos los consejeros se retiran inclinando el espinazo.
Voverkam se derrumba en un sillón y este se adapta a su cuerpo al
instante, le proporciona calor y un masaje.
-Estoy… estoy… -se ríe-. Estoy en el camino adecuado. No tardaré en
conseguir la última parte de mi creación y entonces…
Mira un holograma que muestra la cara actual del líder de la
Resistencia.
-Entonces tú y tus victorias desapareceréis de la faz de la Tierra.
Incrédulo, piensas que me has vencido… -se desajusta la máscara-. Pero
yo tengo algo que tú no controlas… El pasado.
Da una patada a la mesa y esta se cae, junto con el holograma, que tras
parpadear, desaparece.
Voverkam se quita la máscara y la tira en un rincón. Parece un rostro
pétreo, algo sin vida, con esos cristales que tapan los ojos de quien se la
pone. Es algo más que una forma de ocultar su identidad, es una pequeña
representación del que la lleva.
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LA RAZA ELEGIDA - DIMENSIONES
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NAZARETH SERRANO
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LA RAZA ELEGIDA - DIMENSIONES
25 de junio de 2024
PLANETA TIERRA
MIAMI BEACH, FLORIDA
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NAZARETH SERRANO
-El día no tiene por qué acabar así. Habías traído a un chico, se ha
indispuesto y ha venido otro, sin camiseta –sonríe-. La he perdido por el
camino. ¿Puedo besarte?
-¿Qué clase de pregunta es esa?
-Respeto mucho a las mujeres, como atlante que soy. No quiero hacer
nada que te moleste.
Como ella no dice nada, él agacha la cabeza y la besa levemente.
Ramsés lo mira con los ojos entrecerrados y masculla un “Hijo de puta”,
que se vuelve inaudible por la mordaza y por la falta de voz en estos
momentos, del chico.
Alex se retira.
-¿Vienes abajo?, ¿o vamos al lado? –comenta refiriéndose a su cuarto-.
Ramsés masculla algo. Anastasia lo mira, pero Alex la coge por el
mentón.
-Está delirando. No le hagas caso. Dime qué quieres hacer.
<Vamos, algo de magnetismo tendré, ¿no?> -piensa él-.
-Enseñame tu cuarto.
Alex sonríe y mira a Ramsés de reojo.
<Anda y duérmete –le dice a través de la mente-. Que yo estoy ocupado
y no quiero tonterías>
Ramsés se revuelve en la cama cuando Alex saca a Anastasia del
cuarto y le mira cuando su hermano mete la cabeza en el cuarto, con la
puerta entrecerrada, y le guiña un ojo.
Luego cierra.
Ramsés se debate en vano con sus últimas fuerzas, hasta tal punto que
se hace heridas en las muñecas y en los tobillos con las cuerdas. Pero con
el sedante no tiene ni fuerza para romper unas simples cuerdas.
Sus gritos ahogados por la mordaza se hacen inaudibles en la
habitación de al lado.
26 de junio de 2024
PLANETA TIERRA
MIAMI BEACH, FLORIDA
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LA RAZA ELEGIDA - DIMENSIONES
-No lo sé… es esa voz… me vuelve loco. No quería matar a ese chico.
Sólo le di un puñetazo y se le partió el cuello…
-¿De un puñetazo?
-Sí, lo juro. No quería matarlo –se lleva las manos a la cabeza-. No
quería –se dobla sobre sí-. De verdad, no me mandes a Washington.
-Es mejor que esté conmigo –resuelve Alex-. Mira lo que ha pasado.
-La casa debería haber estado vacía –masculla Ramsés aún doblado-.
-Bueno, entonces dejarme a cargo de Ana. No quiero que en un
descuido ocurra un accidente –comenta Alex-.
Ramsés se yergue de inmediato y lo mira, pero Alex sólo le ofrece un
perfil y una mueca de seriedad.
Mitch medita:
-Bueno, tal vez deberíamos dejar esta casa para Ramsés y que
Anastasia se vaya contigo a Washington.
-¡No! –brama Ramsés-.
-¿Por qué? –pregunta Mitch-.
Ramsés entreabre la boca, pero no dice nada.
-¿Algún problema? –pregunta Alex mirándolo de reojo-.
-Es mía.
Alex se ríe.
-¿Es un objeto?
-No quería decir eso…
-Además, yo la veo como a una niña, como a una hermana pequeña.
-¡Eso no lo decías ayer cuando lo hacíais en el cuarto de al lado!
Mitch se cruza de brazos. Alex carcajea.
-¿Cómo? –pasa un brazo por encima de los hombros de su hermano y
aprieta levemente-. Cuidado con lo que inventas, que me estás ofendiendo
en exceso.
-Ramsés –interviene Mitch-. Creo que puede que confundes la realidad
con tus pesadillas y demás.
-No… -articula un tanto ahogado por la presión que va atenazando su
cuello de forma imperceptible-.
Mitch mira a Alex, el cual pone cara de cansancio.
-Deliraba. Luego dirá que Santa Claus entró por la ventana y que el
Fantasma de la Ópera tocaba el piano mientras yo estaba con Anastasia.
Ramsés coge el brazo de Alex con ambas manos, pero no consigue
moverlo.
-Que es verdad –dice con los ojos vidriosos-. Que los escuché.
-¿Qué escuchaste? –pregunta Mitch-.
Ramsés se debate de forma violenta, Alex lo suelta aposta y su
hermano le da un buen puñetazo. Alex se deja caer sobre la mesa de café y
Mitch se levanta.
-¡Suficiente!, ¡ya estás otra vez con tus tonterías!, ¡vete a tu habitación!
Alex se palpa la cara y expresa una media sonrisa que Mitch no ve.
Ramsés lo mira con la cara roja de rabia y los ojos inyectados en
sangre. Aprieta los puños hasta el punto que se hace sangre con sus
propias uñas, a pesar de tenerlas cortas.
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NAZARETH SERRANO
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LA RAZA ELEGIDA - DIMENSIONES
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NAZARETH SERRANO
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LA RAZA ELEGIDA - DIMENSIONES
CAPÍTULO 6: EL FUGITIVO
AÑO 1274 DC
PLANETA DE HIELO
EN TERRITORIO DEL EMPERADOR
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NAZARETH SERRANO
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LA RAZA ELEGIDA - DIMENSIONES
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El Kort abre las puertas del templo de una patada. Con una espada en
la mano brama:
-¡Ven aquí, pedazo de cobarde!, ¡rata asquerosa, sal y lucha como un
hombre!
Un sacerdote se acerca e indica, hablando con pausada voz:
-En este templo no pueden entrar armas. Y no se eleva la voz.
El Kort dirige su máscara hacia el sacerdote y, con un movimiento de
muñeca, lo decapita.
-¡Voy a por ti!, ¡adelantemos nuestro destino juntos! -indica y se
encamina hacia la derecha dejando tras él el cuerpo del sacerdote con la
cabeza separada y el charco de sangre que va aumentando bajo el cuello
del decapitado-.
Dos soldados que lo acompañan procuran no pisar nada “de carne y
sangre” y siguen al Kort preguntándose si se ha vuelto completamente loco.
-Pero, papá…
-No, ni papá ni nada. Nos vamos.
-¿Dónde?
Jack coge a su hijo y deja a un lado la muleta.
-A casa.
-Pero, si estamos en casa.
-Silencio. No quiero que hables en todo el camino. ¿Lo prometes?
-De acuerdo.
-Es muy importante que no hagas ruido o nos matarán. ¿Entiendes lo
importante que es?
El niño traga saliva y asiente con la cabeza. Luego pega su cara al
cuello de su padre.
Jack, desde la azotea, visiona los alrededores.
Evelyn mira hacia atrás, pero Blake coge su mano y tira de ella.
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Jack Junior sonríe y lo mira todo como niño que es. Su padre lo detiene
cuando se dispone a tocar algo.
-¿Dónde estamos?
-En Tierra.
-¿Cómo?
-Es el nombre de la nave.
-¡Qué bien!, ¡voy a volar!
Jack lo coge y lo pone encima de un asiento. Intenta ponerle el cinturón,
pero es que se le sale por la cabeza.
-De acuerdo. Vas a ir conmigo, en el asiento del piloto –indica Jack-.
-¡Bien!
-Pero no me distraigas mientras conduzco.
-No, lo prometo.
Jack lo mira de reojo.
-Soy bueno.
-Ya…
Se sienta en el lugar del piloto y el holograma aparece a su alrededor,
dando datos y una visión infrarroja de los alrededores.
Su hijo se sube sin piedad y pisa la pierna mala de Jack, el cual gruñe
sin querer.
Jack Junior se ríe por tal cosa y se acomoda.
Jack ajusta el cinturón, esta vez para los dos.
-Bien. Vas a sentir que tu cuerpo se aplasta. No pasa nada.
-¿Me dolerá?
-No, sólo es una sensación extraña. Y luego, sentirás que…
-¿Qué?
-Te dolerá luego.
-Mierda…
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CAPÍTULO 7: GABRIEL
1 de julio de 2024
PLANETA TIERRA
MIAMI BEACH, FLORIDA
-¿TeRamsés
duele?
la mira de reojo por encima del hombro. No porque
quiera menospreciarla, es que ella está justo detrás y él tiene que ladear el
cuello para toparse con sus ojos.
-No.
-¿No cicatrizas en el acto? –pregunta ella-.
-No si estoy nervioso.
-¿Alguna vez estás tranquilo? –pregunta ella cogiendo el botiquín-.
Ambos están en el cuarto de él.
-No. Además, no he desarrollado todas mis capacidades aún.
-Seguro que no te deja marca –dice limpiando la herida de la espalda,
que va desde el omoplato hasta la zona lumbar. Es limpia, profunda y un
tanto diagonal. No sangra como debería hacerlo-.
-Nunca me dejan marcas en el cuerpo.
-¿Qué quieres decir?
-Hay otro tipo de cicatrices que son peores.
-¿Cómo te lo has hecho? –pregunta Ana-.
-Entrenaba con mi hermano. Se nos fue de las manos.
Anastasia termina de limpiar la herida y la mira.
-Creo que no hará falta que suture. Supongo que cerrará de aquí a la
noche.
Se queda mirando un momento las espaldas del chaval. Hombros
anchos, y estrechándose hacia la cintura. Todo músculo.
-Bueno, pues… voy a hacer las maletas.
-¿Cuándo te vas? –pregunta él poniéndose la parte de arriba del
kimono, pero sin abrochársela-.
Anastasia se topa con los abdominales, que si bien no son los de Alex,
son marcados y demasiado para su edad. Los pectorales son perfectos, el
cuello también, la cara de un Dios... de doce años, se recuerda ella misma.
-¿Pasa algo? –pregunta Ramsés-.
-No. Me voy mañana.
-Eres muy guapa –dice él-.
-Soy la novia de tu hermano.
-¿La novia?
-Sí –dice ella recogiendo los objetos de cura-. Pero en secreto, así que
no se lo digas a tu padre, ni a tu madre.
-No importa. No me creerían –comenta él-.
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CAPÍTULO 8: HORUS
PLANETA TIERRA
LUGAR SIN DETERMINAR
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AÑO 1274 DC
PLANETA DE HIELO
EN LOS TÚNELES SUBTERRÁNEOS
E velyn entreabre los ojos y los vuelve a cerrar cegada por una luz
verdosa. Siente unos brazos fornidos sosteniéndola, escucha el
latir pausado de un corazón cerca de su oreja, siente el calor del torso de
acero de su salvador.
Abre los ojos de nuevo, y esta vez la luz no la deslumbra.
Mira la cara de su salvador y masculla:
-¿Horus?
La cara del anciano se disipa en un rostro joven de ojos esmeralda,
brillantes como dos gemas, con facciones rudas, una barba de días y una
melena mojada cayendo de forma desordenada por su frente.
Por un momento piensa que esa pantera de tez morena es un sueño,
luego sonríe y piensa que no está tan mal su ADN.
-¿Blake?
-Sí, madre. Pero, ¿quién es Horus?
-Un buen hombre.
-¿No será un Dios egipcio?
-No, un buen hombre.
Y se acurruca contra su hijo, el cual sonríe.
-Por cierto, ¿qué hay de tu túnica?
-Me impedía nadar. Tranquila, sigo usando ropa interior.
Evelyn sonríe.
-¿Dónde estamos?
-No lo sé. Has sido muy valiente, madre. Me has dado la vida otra vez.
Gracias.
-No he podido evitar que te abandonara de nuevo.
-No, eso no es malo. Es mi destino y no puedes cambiar el futuro de
forma tan drástica, o las consecuencias serían fatales.
-No he cambiado nada. Bueno, casi…
-¿A qué te refieres?
-Alex tendrá un mal recuerdo mío. O al menos, uno no tan bueno como
el que tenía.
Los ojos de Blake se posan en los suyos. Evelyn puede ver como frunce
el ceño.
-Madre, creo que viajar a otra dimensión ha cambiado tu carácter.
-Eso se llama ser mujer y no niña.
-Que miedo… Espero que Lánzela siempre sea una niña a la que le
gusta el boxeo.
Evelyn pone una mueca extraña.
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AÑO 1274 DC
PLANETA DE HIELO
EN LOS TÚNELES SUBTERRÁNEOS
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-¿Yo?
-Sí. Esa piedra… -Blake se quita su collar y compara la piedra del collar
con la de su madre-. Madre, la piedra atlante.
-¿Y cómo lo he hecho?
De repente, en el centro de la piedra, aparece un símbolo plateado.
Blake la mira y se encoge de hombros.
-Pero… ¿cómo? –pregunta Evelyn-.
-Madre, creo que nunca fuiste una “simple humana”.
-Pero, ¿quién fui?
-Eso debes descubrilo tú.
-¿Qué hago con la piedra?
-Pues… guardala. Creo que es muy importante.
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AÑO 1274 DC
PLANETA DE HIELO
EN LOS TÚNELES SUBTERRÁNEOS
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-Por supuesto.
-¿Y dónde está Gerhard?. Porque no quiero que mi marido muera.
-No lo sé, madre. Pero, presiento, que tarde o temprano llegará a esta
fecha. O tal vez, ya esté aquí.
-¿Y qué planeta es Fingux?
-Bueno, antes se llamaba Marte.
-¿Marte es un planeta lleno de selvas y…?
Se agarra la cabeza.
-Más despacio.
-Madre –la estrecha contra sí-. Todo esto ya lo sabes. Sólo tienes que
recordar.
-No sé ni quién soy. Ni quién eres tú, ni siquiera sé si soy tu madre o
soy sólo una ilusión…
-Bueno, no siempre que nacemos lo hacemos en la misma familia. Y no
siempre nos enamoramos de la misma persona. Pero en ocasiones,
nuestras vidas pasadas, nos llevan a buscar a nuestra alma gemela, o a
encontrar personas que parecen de la familia, aunque no lo sean.
-¿Y tú crees que en otra vida fui tu madre?
Blake la mira a los ojos.
-Pues… más o menos, madre. Más o menos.
Se miran de nuevo.
-No importa –indica él-. Sea como sea, te quiero.
-Y yo a ti.
“La pantera” le da un beso en la mejilla y se levanta. Evelyn mira las
espaldas del chico y esas piernas de Sansón y se pregunta cómo pudo salir
de ella.
-Madre, ¿te explico cómo es un parto?
-Que no te metas en mi mente –protesta extendiendo una mano para
que la ayude a levantarse-. Además, me dolió mucho. No quiero recordar,
ni mucho menos saber cómo será parir a tu “yo koradi-atlante”.
Blake la levanta sin problemas.
-Estamos cerca –sus ojos se ponen rojos paulatinamente-.
-¿De qué? –pregunta ella un tanto asombrada por la metamorfosis del
iris, a la que duda acostumbrarse-.
-De la puerta.
-¿Una puerta en una cueva?
-La puerta número trece, madre.
Coloca la daga en su cinturón, uno un tanto especial, y Evelyn se ríe al
verlo en calzoncillos y con cinturón.
-Vale, que no vamos a una fiesta.
-Menos mal…
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AÑO 1274 DC
PLANETA DE HIELO
EN EL INTERIOR DE LA DECIMOTERCERA PUERTA
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Darko pasa por su lado vestido con una coraza y entra en una sala.
Evelyn echa un vistazo al interior. La princesa se está bañando. Las
asistentas detienen una conversación ante la entrada del príncipe. Darko
cierra la puerta.
-Puag y más puag.
Lo encuentra. Jack está en el jardín, mirando al río desde una distancia
prudente.
Se coloca en el marco de la puerta y lo ve muy alto ahora, y demasiado
grande.
Dos sacerdotisas se acercan. Jack “desaparece” para las mentes de
estas y Evelyn se esconde tras una columna.
-Como escucháis. La Suma Sacerdotisa planea incapacitar a los
guardianes para evitar la guerra.
-Que desastre. A merced de Lemuria.
-Pero Shaiva planea otra cosa…
La otra sacerdotisa mira a ambos lados.
-Contad.
-Usará a Darko como infiltrado entre la realeza y la nobleza. Cuando
llegue el momento, se enfrentará a la Suma Sacerdotisa y los guardianes
utilizarán sus máquinas y sus armas para dominar las Tierras Nobles y para
hacerse con Lemuria.
-Se rumorea que no se ha elegido al que será nombrado
decimosegundo guardián.
-Será un príncipe cualquiera.
-Según las escrituras, tendrá los ojos de color esmeralda.
-No hay hombres con tales ojos.
Jack acerca el oído sin que nadie lo vea.
Evelyn siente que su corazón late y se pregunta si todos escuchan las
pulsaciones en sus sienes.
Luego piensa que eso es una tontería.
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AÑO 1274 DC
PLANETA DE HIELO
EN TERRITORIO DEL EMPERADOR
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CERCA DE FINGUX
EN EL INTERIOR DE LA NAVE “TIERRA”
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PLANETA TIERRA
EN UN LUGAR DEL TÍBET
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Cada guerra es una destrucción del espíritu humano.
Henry Miller
Heráclito De éfeso
Adolf Hitler
Belisario Porras
2. GUERRA
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Ella, sin dejar de degustar la boca del ajeno, busca la forma de quitarle
los pantalones.
Él la ayuda a desajustas las presillas del traje de entrenamiento, y ella
hace descender la prenda con desenfreno.
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Las escaleras parecen bailar bajo los pies de Ramsés, que se aferra al
pasamanos y salta por encima de este, al tiempo que se libra de la mano de
Alex, que lo intentaba agarrar.
Cae al suelo y rueda sobre sí.
Su hermano salta tras él.
Se levanta de forma trastabillada e intenta correr. Su hermano lo
persigue y él accede a la entradita en un sprint.
Intenta abrir la puerta de la calle, pero no cede. Coge carrerilla y, como
si de un poli se tratara, golpea la puerta con el hombro. Esta cruje, pero no
cede.
Vuelve a intentarlo. El blindaje soporta la embestida del dios-
adolescente, pero da muestras de debilidad ante la acometida de tal toro.
Alex aparece y sonríe.
-¿Buscas esto? –pregunta sopesando las llaves-.
Ramsés pega la espalda a la puerta de la calle.
-Espera… -masculla cerrando los ojos-.
Un golpe en el temporal y cae pesadamente al suelo.
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PLANETA TIERRA
EN ALGÚN LUGAR DEL TÍBET
Evelyn sueña.
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-¿Tienes un esposo?
-Sí.
-¿El guerrero extraño es tu esposo?
-Sí.
-¿Y por qué se besa con Shaiva?
Evelyn aprieta los puños.
-Porque aún… será mi esposo.
-¿Es tu prometido?.
-Más o menos…
-Pero no te conviene. Se besa con otra. Yo no me beso con nadie.
-No, pero eres un salvaje, un guarro y…
-¿Y?
-Mira, busca a alguna persona que se enamore de tus ojitos.
-¿Ojitos?, ¿te gustan mis ojos?
Evelyn se ríe.
-Esto es surrealista.
Recuerda algo, durante su “viaje” hasta la decimotercera puerta,
estando sentada descansando, hablando con Blake:
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-Pero, mi madre…
-No creo que lleven a cabo el plan tan pronto… Me necesitan, según
han dicho.
-¿Y dónde nos escondemos?
-En las grutas subterráneas.
Evelyn medita.
-De acuerdo, confío en ti, Jacob.
-Es… Vale, Jacob.
Evelyn sonríe.
-Pero debería entrar a por ropa y…
-Claro, y salir por la puerta principal, como si nada… Buena idea.
-Tienes razón. Vámonos. Por cierto, ¿por qué esas botas?
-Las encontré en una nave. Es mejor que ir descalzo.
Y ambos se encaminan hacia los acantilados.
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NAZARETH SERRANO
-¿Cómo?
Se apartan un momento.
-Piensas que Blake fue a verte y realizó ese viaje para despedirse, para
pasar un tiempo juntos y para que dieras con algunas respuestas. Pero no
fue así.
-¿Y para qué hizo eso?
-Él no es nada sin ti. Necesita tu ayuda.
-¿Para qué?
-Eso sólo lo sabes tú.
-No lo sé…
-Busca las respuestas y sé valiente.
Evelyn asiente con la cabeza.
-Sí, maestro.
Y se vuelven a abrazar.
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6 de julio de 2024
PLANETA TIERRA
MIAMI BEACH, FLORIDA
EN LA NAVE PLATEADA, BAJO EL JARDÍN
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-Sí, mi emperador.
-Diversión. Tú estarás engrilletado –comenta agarrando los grilletes-. Y
él tendrá un cuchillo, casco y coraza. ¿Te parece nivelado el combate?
-No conozco el estado de vuestro hermano. Y eso no es boxeo.
-En los últimos meses le he dado de comer bien, y le he hecho entrenar
duramente. Y eso es violencia, se parece al boxeo. ¿Estarás a la altura
después de estos días de caricias tortuosas?
-Sera un combate desnivelado, mi señor. Pero si lo deseáis, lo haré
largo perdonando un poco.
-Estás débil.
-No tanto.
Anton le atusa la barba.
-Tienes razón. Diviérteme.
Ramsés agacha la cabeza en señal de sumisión.
-Como deseéis, mi emperador.
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AÑO 1274 DC
PLANETA DE HIELO
BASE AVANZADA DE LA RESISTENCIA
Losmarchan
solados caminan de aquí para allá, naves cargadas de niños
hacia Fingux, los hark se mezclan con los koradis y todos
preparan las naves, reparan robot, y en general, se preparan para la
acometida del emperador.
Lánzela corre para alcanzar a Blake, que camina como un toro en
dirección a los hangares.
-¿Y tu madre, mi padre y mi nuevo hermano?
-En un lugar seguro.
-Creí que el lugar seguro era Fingux.
-Un lugar seguro es estar lejos de mí.
-¿Cómo de lejos?
-Donde no exista.
Lánzela no entiende nada. Blake se dirige entra en los hangares y
pronto se ve interceptado por Adolph, que le hace algunas preguntas y
corre a trasmitir las órdenes.
Lánzela recupera a su chico y lo coge por el brazo, para seguirlo más
fácilmente.
-Puedo llevarte con ellos –comenta entrando en la armería-.
-No.
-Creo que es lo mejor –añade preparando su coraza-.
-Necesitas a alguien que salve tu culo –comenta palmeando los glúteos
de su novio-. Y soy muy cuidadosa con las cosas que son mías –añade
ayudándole a quitarse los pantalones, para que se ponga el traje espacial-.
-No tengo tiempo de…
Para cuando se da la vuelta Lánzela tiene el traje por la cintura.
-Bueno… tal vez un poquito…
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BASE AVANZADA DE LA RESISTENCIA
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PLANETA TIERRA
MIAMI BEACH, FLORIDA
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NAZARETH SERRANO
-¡Quieto!
Pero el poseído no hace caso. Corre por toda la casa hasta llegar a la
salida. Esta vez el blindaje cede a la primera embestida y la madera se
astilla.
Mitch jadea y frunce el ceño mientras lo persigue.
-¡Se me ha escapado! –grita y Elisabeth salta de la colchoneta del jardín
zen donde intentaba, en vano, relajarse-.
Ramsés aparece en la puerta del pequeño templo donde hay un buda
en posición de loto, flaqueado por fuentes de bambú y otros adornos
similares.
Mira a su madre con la cara congestionada, aún cubierta de sangre
reseca y con los ojos muy abiertos. Jadeante y sudoroso, no dice nada.
-Hijo, ¿te encuentras bien? –pregunta con un hilo de voz y dando un
paso atrás-.
-Desgarrarás el vientre que te engendró –dice con voz grave y
contundente-.
-Hijo, tranquilo… -se pega a la pared contraria-.
Ramsés da un par de pasos y se pone a su altura.
-Desgarrarás el vientre que te engendró –repite en un susurro-.
-¡Mitch!
Pero Mitch ha quedado lejos en el sprint del dios y sigue corriendo, aún
lejos.
-Ramsés…
Ramsés se da la vuelta con los puños cerrados. Sonríe, se relaja y se
arrodilla cuando ve a Ana.
Elisabeth la mira con cara de susto y ella sonríe forzadamente.
Ramsés pega la cabeza al cuerpo de la joven y la rodea con sus brazos,
duros como piedras por la tensión.
Ana le acaricia el pelo.
Llega Mitch, pero se detiene para no ponerle nervioso.
-Ana… -dice él estrujándola contra su cabeza-. Te quiero, Ana…
La joven le retira un poco, se arrodilla a su lado, ante la atenta mirada
de ambos progenitores y la de Ramsés.
Él la abraza y cierra los ojos. Ella le clava una jeringuilla en el cuello y
pulsa el émbolo tan rápido que le duele a Ramsés.
-Ana, ¿por qué me haces esto? –pregunta-.
Se derrumba en los brazos de la chica, que no soporta el peso y se deja
caer el cuerpo.
Elisabeth también se derrumba, porque sus piernas no soportan la
tensión.
Mitch se lleva una mano a la cabeza y suspira.
Ana se aparta un poco, temiendo que despierte, aún habiéndolo sedado
con la dosis que se utilizaría para dormir a cuatro caballos.
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LA RAZA ELEGIDA - DIMENSIONES
-¡Ramsés!
Anton coge al chico, que se derrumba. Lo tumba en el suelo y lo mira.
-¿Qué te pasa?
-Cumpliré vuestro deseo, mi emperador. Pero ser paciente, llegaré
pronto.
-No te vas a ninguna parte.
El cuerpo de Ramsés se hace menos pesado a entender de Anton, que
sostiene la parte superior en sus brazos.
Una luz roja lo deslumbra y cuando vuelve a abrir los ojos, ya no tiene
nada entre las manos.
El emperador se postra en el suelo golpeándolo con sus puños y grita:
-¡Ramsés!
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NAZARETH SERRANO
-Pero… ¿de qué habla?. ¿A dónde piensa ir sin identidad?. Usted está
muerto.
-Voy a gastarme todo el dinero que me han dado por hacer el gilipollas
interrogando a seres para los que somos sólo hormigas en la carrera de la
evolución, en putas y alcohol. Y moriré felizmente en un despacho con un
tiro en la cabeza antes de que todo comience. Gracias por todo, y nos
vemos en el lugar al que vayan los muertos. En otra dimisión, digo.
Se larga y cierra la puerta.
El doctor reacciona y va tras él.
-Sabe bien que no puede dimitir.
-Pues que me liquiden.
-Pero… ¿qué le pasa?
El doctor se detiene cuando ve a Ramsés hablando con otro tipo. Deja a
William en paz y escucha la conversación que se lleva a cabo en una sala
aislada, para ello activa el sonido exterior.
-Si hubieras hecho esa revisión –dice Ramsés-. Una puñetera revisión
al coche, tu mujer seguiría viva y tu hija caminaría. Podría ser bailarina,
como ella soñaba. Ahora la llevas en silla de ruedas. Por una puñetera
revisión al coche, que decidiste posponer hasta después de las vacaciones.
El que lo interroga rompe a llorar.
-No llores. Eres el culpable, pero llorar no va a cambiar nada.
El doctor niega con la cabeza.
-No me extraña que William haya dicho tantas tonterías. Este chico no
es normal.
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-Eh… no sé. Los vi hacer algo, pero no sé qué exactamente. ¿Hay que
dormir después de eso, en pleno día?
Evelyn se ríe de nuevo.
-Duérmete.
-Pero…
La llama de la hoguera se extingue.
-Pero, Evelyn, quiero preguntarte más cosas.
Ella no contesta y se hace la dormida.
-Vale, mañana… -comenta él-.
Y se acurruca contra ella, más por sentir el contacto de alguien a su
lado por la noche, que por cualquier otro motivo.
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NAZARETH SERRANO
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LA RAZA ELEGIDA - DIMENSIONES
Miran como el Sol nace un poco más. Ella deposita la cabeza el hombro
de él, pues piensa por un momento que está con su hijo, que eso no es un
sueño, y que no se va a separar de él.
Luego el hechizo se disipa y ella se aparta.
-¿Quieres ver la nave?
-Sí. Vamos…
Él se levanta primero y le ofrece una mano.
-Así me gusta.
La acepta y él la ayuda a levantarse, con cuidado.
-Muy bien.
-¿Caminar del brazo es de amigos o de novios?
-Ambos –indica ella-.
Él la ofrece un brazo que Evelyn acepta encantada. Después de todo,
no quiere más tropiezos y caídas.
-No estés tenso…
-No lo estoy.
<Entonces, ¿cómo serán sus músculos al tensarlos?
-Así –indica él tensando el brazo-.
Evelyn advierte que el brazo estaba agarrando estaba al natural, y
ahora es más fuerte aún. Se ruboriza por tal pensamiento y comenta:
-No leas…
-Mis disculpas, sacerdotisa –indica, y esta vez con respeto y no por
divertirse-. No volverá a pasar.
-Anda, vamos…
-Sí, sacerdotisa.
Tal vez porque es un sueño, tal vez porque Jaboc no es quien ella
recuerda, tal vez porque es sólo una adolescente, tal vez porque siente que
es su alma gemela, tal vez... tal vez simplemente, no piensa en nada.
Lo agarra por la nuca, hace que se agache y lo besa.
Él no sabe qué hacer, menos aún cuando esa chica abre su boca. Así
que la imita y cierra los ojos, aunque los vuelve abrir cuando la joven
sacerdotisa, Sopina, introduce su lengua. Ella entrelaza sus dedos en el
pelo ajeno, él no se atreve a tocar nada.
Luego la besa, pero más torpemente.
Se separan y él pone una mueca mezcla de sorpresa y satisfacción.
-¿Entiendes lo de la comida? –dice ella-.
El chico asiente con la cabeza, abstraído.
-Pues vamos a la nave.
-Sí, sacerdotisa. ¿Puedo…?
-No, otra vez no. Era sólo para mostrarte lo que tienes que hacer –
miente-.
-Ah. Vale. Vamos.
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EN ALGÚN LUGAR DEL TÍBET
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-No, tu nombre.
-No soy nada, no soy nadie. Mi nombre, el que quieras.
-Ya, que no me vas a decir Horus, como en mis sueños. Y tampoco
Blake, o el padre de Blake del pasado. O tal vez…
El maestro sonríe.
-Vale, al camino, ya voy…
Se encamina hacia la puerta, y esta vez no se vuelve.
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NAZARETH SERRANO
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LA RAZA ELEGIDA - DIMENSIONES
AÑO 1276 DC
PLANETA DE HIELO
SOBREVOLANDO LA TIERRA MUERTA
EN PALACIO
Anastasia deja que sus criadas la unten con aceites. Acompañada por
cinco nobles mujeres, conversa sobre el líder de la Resistencia. Todas
están en un amplio salón, tipo marajá, lleno de cojines y lugares de
descanso, con sauna, piscina aclimatada y una especie de jacuzzi.
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NAZARETH SERRANO
-Se rumorea que se paseó por las azoteas. Imagina que susto encontrar
a tal bruto sobre tu casa –comenta una noble, mientras come una fruta
pequeña y rojiza, que un esclavo hark deposita en su boca-.
-Y también dicen que llevaba una mujer entre los brazos. Que tan mal lo
debió pasar en manos de tal rudo, sudoroso y bellaco hombre.
-No te actives, cariño –comenta otra-.
-Digo que debió ser horrible.
-Claro, y qué tan horrible te parecería ser tomada por él en esa azotea…
Todas se ríen.
-Bueno, no voy a negar que tal bárbaro debe ser distinto en ciertos
matices. Y hasta acepto que ese cuerpo de placer no es ingrato en una
cama. Peor aún así, sólo es un simple bárbaro. No sabría tratar a una
mujer.
Ana se ríe.
-Pues yo no le veo tan rudo.
-¿Acaso lo conocéis?
-No. Pero mi marido tiene hologramas suyos.
-¿Pensamos todas en lo mismo?
Todas dicen: ¡Sí!
-Siervo, trae la esfera cero, cero, cuatro, tres, siete –indica Ana-. Y
actívala en el proyector.
El siervo desaparece tras una reverencia. Todas cierran los ojos y
suspiran un momento.
La puerta se abre.
Una de ellas abre los ojos.
-Un holograma muy real –comenta-.
-Soy real –responde Blake blandiendo una espada ensangrentada y con
el casco colgando del cinto-.
Todas miran a “La Pantera” con su coraza negra, sus brazos al
descubierto, su melena descolocada y su frente sudorosa, con restos de
sangre fresca en la cara y en la vestimenta. ¿Acaso no eran lo que querían
ver?
-¿Os he decepcionado o soy el bruto que esperabais?
Los gritos de las nobles se escuchan en todo el palacio. Pero la guardia
ha quedado mermada y lucha contra los invasores en inferioridad, pues la
mayoría está en el campo de batalla. Voverkam ha vuelto a cometer un
error.
Ana lo mira con los ojos muy abiertos y las nobles se tapan con lo que
pueden, pues la mayoría estaban semidesnudas.
-Señoritas, no teman. Tomo el palacio en nombre de La Resistencia y
del Ejército Hark. Si no oponen resistencia, serán evacuadas a lugar
seguro, como prisioneras. Buenos días.
Y cierra de un portazo.
Todas se miran.
La puerta se abre de nuevo.
Trohm sonríe y ladea la cabeza.
-¿Por las buenas o por las malas?
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LA RAZA ELEGIDA - DIMENSIONES
PLANETA TIERRA
EN ALGÚN LUGAR DEL TÍBET
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NAZARETH SERRANO
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LA RAZA ELEGIDA - DIMENSIONES
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NAZARETH SERRANO
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LA RAZA ELEGIDA - DIMENSIONES
AÑO 1276 DC
PLANETA DE HIELO
EN TERRITORIO DEL EMPERADOR
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NAZARETH SERRANO
-¿Líder?
-Wolf, retirada estratégica. He tomado el palacio y estoy lidiando con
puntos de resistencia. Necesito más hombres aquí.
-De acuerdo.
-Preparamos la emboscada.
-Sí, líder. ¡Comienza la fiesta!
Usa la muñequera para comunicar con Gort.
-Hola, guapo –comenta Gort al ver aparecer un mini-Blake en su
muñequera-.
-A los subterráneos. Voy a dejar pasar las naves.
-Dicho y hecho, líder. Todo está preparado. ¿Cómo va todo por ahí?
-Estoy en ello.
-De acuerdo.
Blake cambia la comunicación.
Horstrehm es el que aparece ahora.
-¿Líder?
-¿Dónde están papi y el niño?
-La nave del emperador ha caído. El principito me persigue. Cree que es
“Tierra” y que tú vas dentro.
-Marealo un poco hasta que se retire del grupo uno y luego el truco del
piloto automático.
-Tu esfera me encanta, Blake. Dejaré que el príncipe persiga una nave
vacía hasta que la derribe. ¡Que sorpresa se va a llevar!
-Suerte.
-Igual, líder.
Blake suspira. Fuera de los muros se escuchan voces. Sus hombres
luchan por no dejar pasar a la gente, pero se lo ponen difícil.
Se acerca a la puerta y dice a los centinelas.
-Dejarme salir.
-Pero…
-Vamos, no será para tanto.
Los centinelas abren la puerta levemente, Blake sale de lado y el pueblo
se abalanza sobre él. Los guaridas forman como si fueran un cordón
humano, pero Blake lo rompe.
El pueblo lo aclama y él intenta pasar por medio.
-¡Por favor, serenidad!. ¡Necesito evacuar a los niños!, ¡por favor,
escucharme, la vida de vuestros hijos está en juego!
Silencio.
-¡Gracias!, ¡por favor, los niños y sus madres que vayan a las naves de
evacuación, situadas detrás del palacio!, ¡los enfermos y los ancianos, a las
que están en la plaza principal!, ¡los que no quieran luchar, que vayan a las
naves que están en el claro de la frontera!. ¡Las familias se unirán en
Fingux, os lo prometo!
Ningún hombre adulto se mueve.
-¡Los que quieran ayudar a La Resistencia en combate y sepan utilizar
un arma, que me sigan!
Y entra en palacio.
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LA RAZA ELEGIDA - DIMENSIONES
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NAZARETH SERRANO
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LA RAZA ELEGIDA - DIMENSIONES
12 de julio de 2024
PLANETA TIERRA
COMPLETO DE LA NASA “TERRA NOVA”, LOCALIZACIÓN SECRETA
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NAZARETH SERRANO
-Muy vivo.
-¿Y dónde está?
-En el lugar adecuado para nuestro plan.
El fallo de las cámaras se solventa.
-Di sólo sí o no.
Wilhelm se atusa el mentón.
-Pues claro que sí, Ramsés. ¿Por qué no? –añade entre risas-. Qué
coño, ¿quién diría que no?
Ramsés lo mira. Wilhelm intenta verlo como a un niño, pero no ve nada
que se le parezca. Ni siquiera ve nada humano. Es extraño, sí,
extrañamente embaucador y atrayente.
-¿Cuántos años dices que tienes? –pregunta Wilhelm-.
-Doce.
El hombre se encoge de hombros.
-Bueno, la edad no significa poder.
Y se levanta bajo la atenta mirada del “crío”.
AÑO 1276 DC
PLANETA DE HIELO
EN TIERRA DE LA RESISTENCIA
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LA RAZA ELEGIDA - DIMENSIONES
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NAZARETH SERRANO
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LA RAZA ELEGIDA - DIMENSIONES
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NAZARETH SERRANO
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LA RAZA ELEGIDA - DIMENSIONES
AÑO 1276 DC
PLANETA DE HIELO
EN TERRITORIO DEL EMPERADOR
EN LOS TÚNELES SUBTERRÁNEOS DE LA CIUDAD
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NAZARETH SERRANO
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LA RAZA ELEGIDA - DIMENSIONES
Ana se fija en las gotas de sudor que empañan sus sienes, su frente y
su labio superior. Tiembla levemente, tal vez por el exceso de narcóticos.
-Venga, intenta abrirla.
Blake cierra los ojos y se concentra cuanto puede. Su mente es
abstracta, liviana, ajena, oscuros recuerdos se apoderan de su cerebro.
Nunca quiso recordar, ni quiso saber su futuro, y ahora todos sus miedos
inundan su alma.
-No puedo… -comenta abriendo los ojos-. Es demasiado fuerte.
-Vamos, grandullón, puedes.
Cierra los ojos y se concentra tanto como puede, teniendo en cuenta la
situación.
Su corazón deja de latir, sus pulmones dejan de moverse, su sangre se
paraliza por un momento, estancándose en los vasos. Su cerebro repele la
frenética actividad y se pausa.
Abre los ojos y su organismo vuelve a funcionar.
Ana le mira a los ojos y expone una mueca de asombro. Son celestes,
sin pupilas, brillantes, etéreos y extraños.
La puerta de “Sangre” se abre y un humo rojizo sale, como a presión, de
la escotilla lateral que da acceso a la entrada. Una luz, cómo no, rubí, forma
un túnel hasta el suelo.
-Vamos –indica Ana-.
Blake se queda parado, hasta que Ana tira de su mano y le “obliga” a
andar.
Ana se para frente a la luz, pero no la toca.
-Creo que esto es la entrada, pero no se puede pasear sobre una luz…
Los ojos de Blake reflejan el fulgor rojo y se muestran de este color, sin
pupilas. Parece un diablo, uno grande y bruto. Ana intenta soltar su mano,
pero él la aprieta. Nota el sudor de la palma ajena.
-¿Sabes cómo subir?
-¡Evelyn!
La sacerdotisa se pierde entre el torbellino de colores.
-¡Evelyn, no me dejes!, ¡te necesito!, ¡no me abandones!
Se postra en el suelo y llora como un crío.
-Te quiero, Evelyn…
Pega la frente a la roca.
-No puedo… te necesito… te quiero…
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NAZARETH SERRANO
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LA RAZA ELEGIDA - DIMENSIONES
Sí, es su cara. Bueno, más bien, según indica la cabecera del panel, la
de Jaboc.
Una cápsula más a su lado.
Blake lleva una mano temblorosa a donde supone que está la cabeza y
esta vez siente algo pegajoso y no sólido.
Mete la mano en la masa amorfa y con textura de miel, tal vez un poco
más aglutinada, coge algo y lo saca.
Su cara se descompone y suelta el cuerpo de su madre, que se hunde
en el viscoso elemento.
-Mierda…
Mira la fecha de la inversión. Año terrestre: 2042, Mes terrestre:
Diciembre, Día Terrestre: 21.
-No… No puedes ir allí, cabrón. ¡No!
Ana le mira.
-¿Está…?
-Viva.
-Pues sácala.
-Si la saco, muere.
Ana no sabe qué decir, salvo:
-¿Estás bien?
-Joder… ¡No! –grita y da un buen puñetazo a la pared-.
-Vale, quieto, que vas a romper algo.
-Nos quería atrapar.
-¿Qué?
-Si no morimos, no nos reencarnamos. Estamos atrapados en la vida
terrenal y él puede hacernos daño. Me atrapó.
-¿Cómo?
-Un alma no puede reencarnarse en dos cuerpos a la vez. Y sólo hay
doce guardianes. Los clones no sirven. Ha matado a los verdaderos
guardianes, a las almas puras y ha dejado el yan de cada uno. Todo…
Todo estaba programado para que viniera hasta él. Todo lo controla él…
Estoy perdido…
Rompe a llorar. Puede que drogado, puede que en estado de shock,
sea como sea, quiere romper todo.
Ana lo intenta detener, pero es débil al lado del coloso.
Blake estampa el puño contra su cámara y se corta la mano.
-¡He muerto y me he reencarnado!
Estampa otro puño contra un tubo y empieza a salir aire a presión.
-¡Voy a morir y me vas a meter aquí!
Ana saca una pequeña pistola.
-¡No quiero volver a esto!, ¡estoy asustado!, ¡tú ganas!, ¡me rindo a tus
pies!
Rompe unos paneles y comienza a sonar un pitido incesante.
-¡No puedo más!, ¡no hay lugar seguro en ningún universo!
Descarga descomunal y queda tendido en el suelo, babeando, sudando
y con los músculos contraídos.
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NAZARETH SERRANO
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LA RAZA ELEGIDA - DIMENSIONES
AÑO 1276 DC
PLANETA DE HIELO
EN LA NAVE “SANGRE”
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NAZARETH SERRANO
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LA RAZA ELEGIDA - DIMENSIONES
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NAZARETH SERRANO
-¿Y para qué la quieres?. Retenida ahí, en un cuerpo terrenal que nunca
podrá volver a ser utilizado.
Blake se desploma quedando de rodillas y se lleva las manos a la
cabeza.
-Estoy soñando.
-¿A sí?
Voverkam se acerca y, en un movimiento tan rápido como invertible del
brazo, raja el rostro de Blake, que se agarra el ojo derecho, gimiendo
levemente.
-¿Te ha dolido?
-Sí…
-No es un sueño. Es tu pesadilla convertida en realidad.
Blake le mira, más no con el ojo ensangrentado, que mantiene cerrado.
Pone las manos en los costados y masculla:
-Por favor, piedad, príncipe.
Voverkam sonríe.
-¿Cómo?
-Piedad, príncipe –dice más alto-. Imploro vuestra piedad, príncipe –
repite-.
Voverkam sonríe y le lanza una mirada a Ana.
-¿Y este es tu grandullón?. No te mees en los pantalones, ¿eh? –
comenta mirando ahora hacia él-.
-Por favor…
-Lo siento, pero se acabaron las oportunidades.
Blake mira hacia la ventana cuando Voverkam amenaza su pecho con
la daga.
-Sí, tienes razón. Se acabó.
Voverkam empieza a clavarle la daga en el pecho, lentamente, para que
le duela más.
Despierta, esta vez de verdad. El panorama que se encuentra es el
mismo que en “sueño”, sólo que en la realidad, Voverkam no aparece
aplaudiendo y él conserva su daga.
Mira por la ventana y medita por qué le ha dolido algo que ha soñado.
Ana se recoloca la ropa y se pone a su lado.
-¿No te gusta estar lejos del príncipe?, le has nombrado antes de
despertarte.
-Contigo encima…
-No me juzgues. Te he salvado. Pero no porque me gustes.
-Entonces…
-Antes de cambiar el futuro, tienes que salvar el pasado, héroe.
Y se retira dejando a Blake frente a la ventana, viendo como Marte pasa
por la derecha de la nave y se dirigen a la Tierra.
Suspira y masculla:
-¿Cambiar el pasado?
Blake corre hacia la cámara donde están las crisálidas. La destrucción
durante su ataque de miedo sigue perdurando. Se acerca a la cápsula
donde se encontraba su madre y mete los brazos hasta los codos.
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LA RAZA ELEGIDA - DIMENSIONES
PLANETA TIERRA
EN ALGÚN LUGAR DEL TÍBET
Evelyn mira el cielo estrellado. Medita sobre los sueños que ha tenido.
En ellos, Jaboc acabó convirtiéndose en su alma gemela, pero ella,
inconscientemente, en sus sueños, paraba la relación, porque, desde su
mente, sabe que ahora es su hijo.
En sus sueños, habían tenido que escapar de los guardianes, que
pretendían hacer algo en el Corazón de la Atlántida.
Según su madre, desde ese lugar, se puede ver todo lo que tenga que
ver con las reencarnaciones, además, se puede acceder a otras
dimensiones. Y sobre todo, a una muy especial, que queda lejos del
alcance de cualquier nave.
Y también allí, en el Corazón de la Atlántida, dicen que se encuentra la
espada que el Dios del inframundo usó contra su opuesto en una lucha, que
a ella le parece simbólica. Ambos Dioses nacieron de la misma madre, más
no eran iguales. Luego, en otra reencarnación, fueron tío y sobrino. Eso
cuadra más, a su entender. Y el resto, es leyenda.
Y para colmo, el maestro ha desaparecido de repente.
Evelyn ve una estrella roja muy luminosa. Se queda mirando el astro y
ve que se está haciendo más grande.
Sentada en el porche del templo se rasca los ojos y vuelve a mirar.
La estrella cruza la atmósfera y se convierte en un objeto luminoso.
Parece una nave.
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EN LA GRUTA
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LA RAZA ELEGIDA - DIMENSIONES
PLANETA TIERRA
EN ALGÚN LUGAR DEL TÍBET
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AÑO 1276 DC
PLANETA DE HIELO
EN TERRITORIO DEL EMPERADOR
EN UN TERRITORIO AÚN CONTROLADO POR VOVERKAM
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LA RAZA ELEGIDA - DIMENSIONES
-Sí, es tuya.
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LA RAZA ELEGIDA - DIMENSIONES
PLANETA TIERRA
EN ALGÚN LUGAR DEL TÍBET
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NAZARETH SERRANO
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LA RAZA ELEGIDA - DIMENSIONES
Las catanas chocan en el aire. Blake lanza una patada, que Evelyn
esquiva de un salto.
-¿Es lo único que tienes?, pensé que eras el líder.
-Madre… Ahora verás.
Se mueven tan rápido, que Jack apenas ve dos sombras.
Las sombras de detienen cuando ambas catanas se cruzan entre
ambos de nuevo. Cada uno intenta apartar al prójimo.
-No uses la fuerza, no ganas –indica Blake-.
Evelyn hace un giro extraño y se libera del opresor. Blake intenta otra
acometida. Falla y Evelyn escucha la catana cortando el aire al lado de su
oreja.
Le golpea en la muñeca con tal fuerza que se parte la madera de su
catana y, en menos de un segundo, pone lo que queda de ella en el cuello.
Blake ha soltado ya la catana por el golpe.
-Te corto la mano y te mato.
Blake parece paralizado. Luego se ríe.
-¡Sí!
Evelyn tira la catana rota.
-¿Te he hecho daño?
-Sí –comenta él levantándola-. ¡Sí, me ha dolido mucho estos últimos
días!
-Vale, lo siento…
-¡Es genial!, ¡estás avanzando!
Evelyn siente algo extraño estando pegada al cuerpo de su hijo.
-Anda, bájame –comenta mirándolo a los ojos-.
Él traga saliva y la deja en el suelo. Se miran un momento más y ella
dice:
-¿Está en la nave?
-¿Quién?
-Jaboc.
Blake, serio, se lleva la mano al mentón. Como siempre, lleva tres días
sin afeitarse. Mañana piensa hacerlo.
-Madre. Es sólo un cuerpo. Ahora soy yo…
-Tenía algo mío.
-Pero…
-Por favor.
Blake la mira a los ojos y luego masculla:
-Vale, pero es sólo un cuerpo. Estoy aquí, sigo a tu lado, Evelyn…
madre.
Ella agacha la cabeza.
-Vamos, hijo.
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NAZARETH SERRANO
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LA RAZA ELEGIDA - DIMENSIONES
-Me pareció… bruto decir tal cosa. Y tengo fama de bruto y de bestia.
No quiero alimentarla.
Evelyn se ríe.
-Pero si eres un trozo de pan.
-Soy un tipo raro, un poco loco, y sí, bruto. ¿Por qué me quisiste como
pareja en la vida pasada?
-¿A qué viene eso?
-Siempre me lo pregunté. ¿Cómo alguien como ella puede querer a un
tipo como yo?
-Todo me atraía. Es el instinto de buscar a tu pareja ideal. Aunque
fueras… extraño y un tanto salvaje… eras el hombre perfecto a mis ojos.
-¿Cómo en el reino animal?, el instinto…
-Somos un poco animales, sí.
-Yo sentí lo mismo al ver a Lánzela. Y cuando… ejem… en fin, que fue
todo violento y animal. Era como si hubiera perdido la cabeza.
-En el pasado, eras igual…
Blake pone una mueca extraña.
-Hasta aquí quiero recordar, madre.
Evelyn se ríe.
-Claro, deja esa carga sobre mí. ¿Sabes lo que me ha costado mirarte
al día siguiente de soñar ciertas cosas?
-Qué mal...
Evelyn duda, luego dice:
-Blake. No sé cómo decirte esto. Pero al soñar con mi vida pasada, he
revivido cosas… en fin. Que en ocasiones, tu forma de levantarme, o
mirarme, o darme la mano…
-Ah, entiendo. No más achuchones hasta que se te pase el lapsus
mental.
-Gracias.
Llegan al lugar indicado. Blake se concentra y la nave “aparece” en
forma de rayos rojizos, que van conformando su silueta. Finalmente, se
deja ver por completo.
-Bueno, ¿preparada? –pregunta Blake-.
-Sí.
-Eres muy valiente.
Evelyn sonríe.
-Claro, estuve contigo. Si sobreviví a eso…
-Madre –protesta Blake-.
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NAZARETH SERRANO
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LA RAZA ELEGIDA - DIMENSIONES
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NAZARETH SERRANO
Evelyn intenta hacerse con las riendas de su cerebro, pero en ese shock
de vidas pasadas y presentes no encuentra nada de racionalidad.
-Pero la quieres.
-La protejo. Gracias a ella, ahora estoy aquí. No voy a dejar que su
marido la haga daño. No dejaré que vuelva con él.
Le besa en los labios levemente. Blake no hace nada, para no poner las
cosas peor.
Se retira.
-¿Ya has vuelto a la realidad?
-Lo siento.
-¿Convencida de que no sientes nada por mí?
-Sí.
-Claro, soy tu hijo –comenta con evidencia-.
Evelyn se ríe llorando, y no entiende nada.
-Lo siento.
-No pasa nada. Es difícil.
Silencio.
-¿Nos vamos?
-Pero guarda a…
-¿Guardarlo de nuevo?
-Sí, por favor.
-Vale, lo que me pidas. Pero antes sales fuera.
Ella intenta voltearse, pero Blake la coge.
-Sin mirar.
-Claro…
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LA RAZA ELEGIDA - DIMENSIONES
JJ sale al jardín.
-Qué asco me dan los adultos –comenta-.
Blake lo intercepta.
-¿Por qué?
El niño pone los labios como un pez y mueve la cabeza de forma
extraña. Blake se ríe.
-Ah. Tienes razón.
-Pero si tú también eres adulto.
-Pero no me beso con nadie –miente-.
-Ah, genial. ¿Entrenamos?
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NAZARETH SERRANO
Blake se ríe.
-Tendrás que subirte a la mesa si quieres intentar darme.
-Claro, ¿por qué no?
-Vale.
-Ah, pero recuerda que soy un niño. Dejame ganar –comenta poniendo
cara de angelito-.
-Claro.
-¿Puede entrenar también el otro niño?
-¿El otro niño?. Aquí no hay más niños.
-Pues lo había.
Blake frunce el ceño.
-¿Sí?
-Sí.
-No lo creo. No lo he visto.
-Se fue al bosque.
-¿Cuándo?
-Cuando llegaste. ¿Lo buscamos?
-No. Ya lo busco yo después.
-Vale.
JJ se encamina hacia la mesa. Blake echa un vistazo a la entrada y se
palpa el mentón. Luego se va hacia Jack Junior.
JJ tiene una daga roja en la mano.
-¿Qué haces con eso? –pregunta Blake quitándosela-.
-¿Qué pasa?. La encontré.
-¿Dónde?
-En el bosque.
-Mientes –indica Blake agachándose y mirando al niño a los ojos-.
JJ se asusta y canta:
-Me la dio un hombre extraño.
-¿Quién?
-Un hombre.
-¿Cómo era?
-Raro.
-No. ¿Cómo era?. Alto, bajo, moreno, rubio…
-Sin pelo, ojos raros, alto… grande… no sé más.
-¿Te la dio?
-Estaba dormido. Se la quité.
-¿Dormido?
-En el suelo.
<O sea, muerto>
-¿Muerto?
-No entres en mi mente –masculla-.
Blake se siente estúpido, pues en un momento de confusión, hasta el
crío lee sus pensamientos.
El niño se intenta ir. Blake lo coge con delicadeza.
-Vale, no pasa nada. ¿Dónde está ese hombre dormido?
-En el bosque.
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LA RAZA ELEGIDA - DIMENSIONES
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NAZARETH SERRANO
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LA RAZA ELEGIDA - DIMENSIONES
20 de diciembre de 2024
PLANETA TIERRA
WASHINGTON DC
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NAZARETH SERRANO
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LA RAZA ELEGIDA - DIMENSIONES
21 de diciembre de 2024
PLANETA TIERRA
ÁREA DE EXPERIMENTACIÓN “LA COLMENA”
SALA DE GUARDIA CENTRAL
EN “LA COLONIA”
633
NAZARETH SERRANO
-¿Qué pasa?
-Tenemos que irnos. Estamos en peligro de muerte. Todos los virus, los
experimentos… todo fuera de control.
La mujer grita.
-¡Silencio! –dice abofeteándola-. Controlate y sube al vehículo.
Ancel coge a su hija, de siete años, y sin responder a las preguntas de
la chica, a la que lleva encima del hombro, se dirige a la salida de su “casa”.
En cinco minutos están subidos en una esfera. Ancel cierra antes de
que un soldado entre y deja que caiga al andén y sea arrollado por otra
esfera.
Su mujer y su hija están sentadas. Él atado a la pared, en su puesto de
pie.
-Vamos al exterior, no os preocupéis. Vamos a coger un avión y
llegaremos a la base, para ser trasladados a Marte.
Ninguna le cree y ambas lloran. La niña no sabe por qué, pero es la que
más llora.
-¡Deja de llorar!
La niña llora más por el susto.
-¡Putas mujeres!, ¡¿por qué no tuviste un hombre?!
Su mujer no dice nada.
La esfera llega a su destino.
Ancel las quita el cinturón y las arrastra a la salida.
-Por aquí, ¡ya!
Y arrastrando a su hija, se dirige hacia los hangares.
Cuando llega a la puerta que precede la entrada a las naves, se
encuentra con una marabunta de doctores.
-No jodas…
Saca un arma de energía blanca y apunta hacia delante.
-No mires… -indica a la niña-.
La niña cierra los ojos. El estruendo es impresionante.
La niña no abre los ojos en los brazos de su padre, que pasea por
encima de cadáveres y escombros.
Pasa por el enorme agujero que ha hecho en la puerta y visiona un
avión que sabe conducir.
-De acuerdo. Vamos allá…
Como el avión está fabricado con tecnología atlante, prueba a abrirlo
con la mente.
Funciona. Tiene forma de croissant y la cabina en el centro. Es de color
blanco con cristales en plata. Los cristales se elevan y Ancel sube a la niña
a uno de los brazos del croissant.
-A la cabina…
La niña se encamina hacia ella. El padre sube.
-¡Ancel! –escucha la voz de su mujer-.
No se para. Coge a la niña, la tira literalmente dentro, se tira él y
arranca.
Cuando llegan los guaridas, médicos y experimentos, el avión se ha
ido.
634
LA RAZA ELEGIDA - DIMENSIONES
Sólo entonces se dan cuenta estos tres grupos de que no son del
mismo equipo.
-¿Papá?... ¿papá?...
Ancel abre los ojos. Nota el sabor de la sangre en su boca y no puede
mover una pierna ni un brazo.
Lo que ve le desorienta. Un Planeta de hielo en la lejanía y un planeta
de frondosa vegetación cerca de la nave.
-¿Dónde estamos?
Ancel no dice nada.
-Papá…
-Coño, un respiro.
-No, papá… mira…
Ancel observa dos naves que se acercan.
-Me cago en la vida extraterrestre…
Un campo de fuerza inunda su nave y es trasladada a Fingux.
635
NAZARETH SERRANO
Blake no había llegado y Jack era un hombre perdido en alguna parte del
universo.
Ancel dio información sobre su planeta de origen a Voverkam, haciendo
que el príncipe se interesada por él. Su memoria recordó sus orígenes y
comenzó la creación de su nuevo mundo.
La hija de Ancel se casó con este al cumplir los catorce años, en contra
de la voluntad de la joven, ya que las leyes de Voverkam así lo permitían.
Tuvo un hijo con ella, que murió durante la guerra que lideró Blake contra
Voverkam y el Kort-Vilhelmmor, en la explosión de una nave en la que se
suponía que viaja Blake.
La hija de Ancel fue capturada junto con la princesa durante la toma del
palacio. Todas estaban comentando sobre el líder de La Resistencia y
sobre su brutalidad, cuando lo vieron aparecer.
Ancel sigue con vida atrincherado junto a muchos otros guardias en
zonas donde Voverkam aún tiene poder.
La Resistencia está machacando su ejército, ya que los desertores se
cuentan por miles. Se empiezan a ejecutar a muchos hombres, otros logran
escapar.
La Resistencia busca a su líder, Voverkam a su mujer y al líder
también. Y el emperador busca a la mujer que tiene parte del poder del
Corazón de la Atlántida en su interior.
Aunque no lo sepan, no tardarán en dar con lo que buscan.
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LA RAZA ELEGIDA - DIMENSIONES
PLANETA TIERRA
EN ALGÚN LUGAR DEL TÍBET
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NAZARETH SERRANO
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LA RAZA ELEGIDA - DIMENSIONES
-Además, ¿qué tienen que ver tus entrenamientos con esto? –pregunta
ya fuera-.
-Hombre, Blake necesitaba una figura masculina y yo le expliqué
algunas cosas…
Evelyn suspira y lo agarra de la mano, porque del pelo corto no le puede
tirar.
Caminan en silencio hasta cruzar el puente. Luego Jack rompe el
mutismo.
-Blake me ha dicho que JJ encontró a un tipo… muerto. Él ha ido a
investigar, pero no ha encontrado más que huellas y un olor que se
desvanece cerca de vuestra nave.
Evelyn medita.
-¿Crees que está aquí?
-No. Según Blake, evitará que venga y que te haga algo malo. Y
también me ha dicho que yo debía protegerte.
-Él me protege.
-¿Y quién te protege si…?. Si él no… está.
-Jack, por favor…
-En serio, cariño. Debo ir.
Evelyn se detiene y él lo hace a la par.
-¿Qué escondéis?
-Nada… -miente-. Es por tu seguridad.
Ella le atusa el pelo naciente.
-Jack, mi hijo va a matar a ese cabrón. Él me protege de todo.
-Sí…
-No temas.
Y se dirige en soledad hacia la derecha, quitándose las lágrimas
incipientes con delicadeza.
Jack la deja espacio.
<Blake te protege de todo… pero no puede protegerte de tus
sentimientos…> -piensa él con pesar-.
Si lo que le ha contado Blake es cierto, duda que hasta él pueda cumplir
con lo pedido.
Se pasa la mano por la cara y busca una solución que se escapa de sus
manos.
Tras unos minutos de soledad y pensamientos, vuelven a unirse en el
puente.
-¿Volvemos? –pregunta Evelyn calculando mentalmente el tiempo que
llevan fuera-.
Jack chasquea la lengua.
-Hombre, pues el líder suele… repetir plato.
-Ah… entonces media vuelta, soldado.
-Oficial –comenta él agarrándola por la cintura-.
-Soldado raso. Que lucho mejor que tú y que Blake.
Jack se ríe.
<Eso espero, cielo, eso espero…>
-Sí, mi generala.
639
NAZARETH SERRANO
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LA RAZA ELEGIDA - DIMENSIONES
641
NAZARETH SERRANO
Friederich se siente afortunado. Pero, sigue sin saber por qué Ramsés
le dio otra oportunidad… ¿no era tan frío?, ¿aún le quedaba algo humano o
necesita algo de él?
No piensa más en ello cuando ve la mesa puesta.
El olor a comida le vuelve un animal y no tarda en sentarse y empezar a
comer, con las manos y sin pudor. Rebeka no se corta en absoluto en hacer
lo mismo, y su chica tampoco.
Gabriel sonríe y comenta:
-Todo ha comenzado en la Tierra.
-¿Y dónde se supone que estamos? –pregunta Friederich masticando-.
-No lo sé… Pero, ¿cómo llegó la Atlántida hasta dónde quiera que
estemos?
-Sí –dice Leon dando buen uso a sus dientes-. Eso ya me lo pregunté
yo.
-¿Y cómo has llegado hasta aquí? –pregunta Rebeka-.
-Con la nave de Mitch. La que tenía en el sótano.
-Ah… ¿Y te la ha dejado?
Gabriel se aclara la garganta.
-La casa está embargada por Terra Nova.
-¿Por qué?
-Mitch, Alex y Elisabeth están muertos. Y Ramsés, el heredero principal,
desaparecido… con mis padres y mi hermano. He intentado traer lo más
importante de ese museo, para que no descubran nada que nos delate.
Leon traga.
-Pero, que me aclare. Eres el hijo de…
-Gerhard.
-¿Y ese cabrón se ha unido a Ramsés?
-Sí.
-¿Por qué?
Gabriel se encoge de hombros.
-Quiero ir a ayudarle, a quitarle de la cabeza esas ideas absurdas que
tiene. Pero no sé ni dónde está.
-Está en el Planeta de Hielo –dice Leon-.
-¿Dónde?
-En el Planeta de Hielo.
-¿Cómo se llega hasta allí?
-Con una nave con control de las dimensiones. O traspasando un
agujero de gusano.
-Lo segundo si puedo conseguirlo.
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LA RAZA ELEGIDA - DIMENSIONES
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NAZARETH SERRANO
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LA RAZA ELEGIDA - DIMENSIONES
A BORDO DE “SANGRE”
SOBREVOLANDO EL PLANETA DE HIELO
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NAZARETH SERRANO
AÑO 1277 DC
PLANETA DE HIELO
EN TERRITORIO CONTROLADO POR VOVERKAM
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LA RAZA ELEGIDA - DIMENSIONES
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NAZARETH SERRANO
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LA RAZA ELEGIDA - DIMENSIONES
Los temblores se hacen salvajes, haciendo que parte del techo de las
grutas se derrumbe. Jaboc corre con todas sus fuerzas por las grutas.
Evelyn lo estruja y piensa en qué momento quedarán lapidados.
-Coge aire, vamos al agua.
Evelyn así lo hace.
Jaboc salta a un enorme agujero que hay en la gruta y, tras unos
momentos de caída libre, en los cuales se golpea en un hombro, cae al
agua.
Saca a Evelyn primero con el brazo sano, la cual coge aire.
Se impulsa con los pies y emerge, con la cara ensangrentada por los
rasguños.
-Un poco más, amor –dice acariciándola en pelo mientras la sostiene a
flote-. Ya llegamos, pero… no entiendo qué buscas aquí.
-Confía en mí.
-La entrada está bajo el agua. Es angosta, entraré primero. ¿Tienes
fuerzas?
-Sí.
La besa.
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NAZARETH SERRANO
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LA RAZA ELEGIDA - DIMENSIONES
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NAZARETH SERRANO
Jaboc sonríe con sus dientes llenos de sangre cuando su hermano pega
el cuerpo al ajeno, tras haber traspasado su pecho con una espada, de lado
a lado.
Con sus últimas fuerzas le clava la daga en el cuello y su hermano
expresa desconcierto. Tan seguro estaba de su victoria, que en vez de
decapitarlo o, simplemente, atravesarlo y alejarse, ha querido estar cerca
de él y doblegarlo lentamente.
Se quedan quietos unos segundos, como si el que se desmayara
perdiera.
El hermano de Jaboc se derrumba al poco, quedando de rodillas, e
intentando sacarse la daga del cuello.
Palpa la empuñadura y se derrumba definitivamente. No se levanta.
Jaboc gime de dolor cuando el alma de su hermano entra en su cuerpo.
Luego es él quien se postra y, en un último acto, saca la espada de su
pecho lanzando un grito de dolor.
Tira el arma a un lado y se lleva las manos a la herida. Es mortal.
Sonríe y se apoya en una pared, mientras se deja acariciar por la Diosa
muerte. Su hermano no lo espera en la otra dimensión. Harán este último
viaje juntos.
En su último pensamiento como Jaboc, y no como dualidad encontrada,
piensa en Evelyn. Luego, su hermano echa un último vistazo a través de
sus ojos al cuerpo en el que moró.
Cierra los ojos y el cuerpo cae por la roca. El hermano lucha contra la
muerte del cuerpo físico y termina abandonando el cuerpo, llamado por el
nacimiento.
Una luz verdosa mana por el túnel y envuelve a ambos. Una sombra se
aproxima y se agacha para coger el cuerpo de Jaboc. Desaparece tras una
luz roja.
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LA RAZA ELEGIDA - DIMENSIONES
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NAZARETH SERRANO
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LA RAZA ELEGIDA - DIMENSIONES
AÑO 1277 DC
PLANETA DE HIELO
EN TERRITORIO CONTROLADO POR LA RESISTENCIA, EN
PALACIO, EN LA SALA DE MAPAS
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NAZARETH SERRANO
-Sí.
-Bien. Las cosas han cambiado mucho desde que dijiste que te
enfrentarías a él.
-Ya tienes tu venganza –comenta Blake-.
-No, chico. Eso quedó atrás. He conocido a una mujer. Quiero formar
una familia. Sólo quiero salir vivo, y tener un líder que haga resurgir la paz y
la estabilidad en este planeta, como ya ha logrado en Fingux.
Blake sonríe.
-Vale. Pues quedas despedido del ejército.
-¿Cómo?
-Tranquilo. Esto no durará tanto. Voverkam no puede rechazar mi reto.
Vete a Fingux y ten un par de hijos. Esa será mi venganza.
Kiexerus se ríe y le da un abrazo, cosa poco común en un hark.
-Sé coherente, chico. Da igual que el príncipe muera o no, sólo ocúpate
de salir vivo.
-Eso es… complicado.
-Te harán una estatua.
Blake se ríe.
-Pero de mi aspecto actual, por favor. Antes era un flaquito.
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LA RAZA ELEGIDA - DIMENSIONES
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NAZARETH SERRANO
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LA RAZA ELEGIDA - DIMENSIONES
-Adelante…
Se le atrancan las palabras al ver a Ana. No le sale otra cosa que
besarla de forma poco delicada y acogerla entre sus brazos. Ella se deja
hacer. Las explicaciones sobran ahora.
Norbert, apostado en la entrada, cierra la puerta tras echar un vistazo y
sonreír.
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NAZARETH SERRANO
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Vi a un ángel que bajaba del cielo; tenía en la mano la llave del abismo
y una gran cadena. Prendió al dragón, la antigua serpiente, lo encadenó por
mil años, lo arrojó al abismo, que cerró y selló después, para que no
pudiese seducir más a las naciones, hasta que se cumpliesen los mil años,
después de los cuales debe ser soltado por poco tiempo.
Apocalipsis, 20
¡El fin y el principio sólo son sueños...! Sin nacer, sin morir y sin
cambiar, el espíritu siempre permanece...
Maese Gregorio
Anónimo.
3. EL PRINCIPIO DEL FIN
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AÑO 1277 DC
PLANETA DE HIELO
EN TIERRA CONQUISTADA POR LA RESISTENCIA
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LA RAZA ELEGIDA - DIMENSIONES
AÑO 1277 DC
PLANETA DE HIELO
EN TERRITORIO NEUTRAL
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NAZARETH SERRANO
Blake tiene una boca que sangra en el brazo izquierdo. Esta ha sido
abierta en la última acometida. También tiene sangre reseca en la cabeza y
una herida en el abdomen, donde su coraza ha sucumbido al hierro ajeno.
Ramsés se apoya sobre la pierna derecha, pues la izquierda ha sido
perforada en un mal movimiento.
Su flequillo se tiñe de carmesí y en pleno rostro ha recibido un corte,
que ahora se muestra reseco.
Su coraza está perforada a la altura del pecho, pero no tiene heridas
graves. El hombro derecho le falla desde que Blake descargó contra él, por
lo que usa la izquierda para sostener la pesada espada.
-Terminemos –indica Ramsés-.
-Estoy de acuerdo.
Clavan las espadas en el hielo y se quitan las corazas. Evelyn y Ana,
que se han juntado algún momento indeterminado del combate, niegan con
la cabeza. Hasta este instante han pensado que alguno de los dos tendría
la sensatez de retirarse. Ahora esa idea les parece absurda.
Los dragones se quitan hasta los collarines, dejando al otro su punto
más débil al descubierto.
Cuando terminan de tirar todo el metal negro que conforma sus
protecciones hacia otro lado, vuelven a coger las espadas y se miran.
Ramsés prefiere esperar el ataque. Blake prefiere atacar, sopesando la
inestabilidad del otro, debido a la pierna herida.
Ramsés coge la espada con ambas manos y la pone frente a él, a la
defensiva.
Blake alza la espada y embiste.
Dos sombras y el fulgor de las espadas chocando entre sí. Eso es lo
que pueden ver los soldados.
Evelyn se concentra en las sombras y consigue distinguir sus
movimientos.
Blake lanza un tajo que Ramsés para con la espada, echándose hacia
atrás.
Al tener que mover la pierna herida, pierde el equilibrio y trastabilla un
paso atrás.
Blake ataca de nuevo, esta vez de abajo arriba, intentando rajar el
cuerpo de Ramsés, que se echa hacia atrás. Las espadas chocan en el aire
y una de ellas vuela hacia arriba.
Ramsés se derrumba cuando el acero de Blake lo raja desde el pecho
hasta el mentón. Evelyn ve su cara de dolor parada en el espacio-tiempo.
La espada suspendida en el aire y la sangre flotando como si fuera parte
del aire.
La herida no es lo suficientemente profunda. Blake podría haberlo hecho
mejor, pero parece que no ha querido dar el golpe mortal.
El tiempo vuelve a su ser. La espada voltea en el aire y Blake la caza al
vuelo con un rápido movimiento.
Ramsés, postrado, sangrando, mira a Ana cuando Blake coloca las
espadas en forma de X en su cuello.
La joven se agarra a Evelyn y cierra los ojos.
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LA RAZA ELEGIDA - DIMENSIONES
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NAZARETH SERRANO
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LA RAZA ELEGIDA - DIMENSIONES
Uno a uno, todos los guerreros dejan sus armas en una fila interminable,
donde antes se había formado la grieta.
Los niños miran a sus padres y se preguntan si ya no deben temer a la
muerte de estos.
Evelyn clava su daga al lado de la de su hijo, y comprende que ha
cambiado su destino. Tendría que enfrentarse a él, pero no ha tenido que
hacerlo, porque Blake ha comprendido que la lucha no es la opción
correcta.
Todo el hielo refleja los colores del cielo.
Aparecen unos extraños vestidos con trajes blancos. Varias naves
plateadas surcan los cielos.
Todos miran a los extraños, que no hablan. Los líderes también dejan
unas espadas extrañas en el hielo y luego vuelven a sus naves.
Entre unas cuantas, remolcan una nave roja.
Luego todos los vehículos desaparecen en un cielo lumínico.
Un águila plateada surca el cielo.
Todos los presentes sienten que su cuerpo levita y luego, pierden el
conocimiento.
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NAZARETH SERRANO
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Y oí llegar del trono una gran voz, que decía “He aquí la morada de Dios
con los hombres; habitará con ellos y ellos serán su pueblo, y Él entre ellos
será su Dios. Y enjuagará las lágrimas en sus ojos y no habrá ya muerte, ni
luto, ni llanto, ni fatigas porque el primer mundo ha desaparecido”. Y el que
estaba sentado en el trono dijo: “Escribe que estas palabras son fieles y
veraces”. Me dijo aún: “Hecho está. Yo soy al Alfa y a la Omega, el
Principio y el Fin.
Apocalipsis 21,3-6
4. DIMENSIONES
LA RAZA ELEGIDA - DIMENSIONES
PLANETA TERRA
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LA RAZA ELEGIDA - DIMENSIONES
EPÍLOGO
Cinco años antes…
Continuará…
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NAZARETH SERRANO
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La ciudad no tiene Sol ni Luna que la iluminen… A su luz caminan las
naciones, y los reyes de la tierra llevarán a ella su gloria. Sus puertas nunca
serán cerradas, pues en ella no habrá noche. A ella llevarán la gloria y el
honor de las naciones. En ella no entrará nada impuro, ni quien cometa
abominación o mentira, sino únicamente quienes hayan sido inscritos en el
libro de la vida del cordero…
Apocalipsis 21,23-26
IMÁGENES, TABLAS, MAPAS Y
OTRAS ACLARACIONES
IMÁGENES
IMÁGENES
695
IMÁGENES
IMAGEN 3: A la
izquierda
miembros de las
Juventudes
Hitlerianas
posando. 1933.
A la derecha
Juventudes
Hitlerianas en el
frente. 1943.
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IMÁGENES
697
IMÁGENES
698
IMÁGENES
IMAGEN 9: Megatherium es un
género extinto de mamíferos
placentarios del orden Pilosa,
conocidos vulgarmente como
megaterios. Eran perezosos
terrestres, parientes de los
actuales perezosos que
habitaron en América desde
comienzos del Plioceno o
Pleistoceno hasta hace 8.000
años, bien entrado el Holoceno, como confirman los últimos hallazgos en
Perú, Venezuela, Argentina y Chile.
Los megaterios llegaban a medir 6 m de altura cuando se alzaban sobre
sus patas traseras; la cabeza era relativamente pequeña, las patas
delanteras algo más largas y robustas que las traseras y tenían grandes
garras que utilizaban tanto para escarbar en busca de raíces y tubérculos
como para defenderse. Sus fuertes mandíbulas constaban de 16 molares (8
en cada maxilar) carentes de esmalte.
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IMÁGENES
700
IMÁGENES
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IMÁGENES
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IMÁGENES
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IMÁGENES
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IMÁGENES
IMAGEN 20:
Barco
Schwabenland.
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IMÁGENES
IMAGEN 21
IMAGEN 22
IMAGEN 23
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MAPAS
MAPAS
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MAPAS
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MAPAS
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MAPAS
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MAPAS
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MAPAS
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MAPAS
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MAPAS
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TABLAS
TABLAS
719
TABLAS
720
TABLAS
Cámbrico Animales
invertebrados. Clima 600*
cálido.
Ordoviciano Primeros vertebrados
(ostracodermos).
Esponjas, moluscos,
algas y corales. Fases
glaciales 500*
Silúrico Primeros peces y 440*
primeras plantas.
Devónico Primeros anfibios
evolucionados de los
crosopterigios.
Primeros peces óseos
y primeros insectos.
Primeras plantas con
semillas. 400*
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TABLAS
Era Cuaternaria
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TABLAS
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TABLAS
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