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Hoy iniciamos una nueva serie, y es una nueva serie de mensajes: sobre la Biblia.
Nosotros como iglesia, como cristianos creemos que la biblia es la palabra de Dios.
Aunque algunos crean que la Biblia es anticuada, obsoleta o un libro arcaico como muchos
le dicen… Y por eso creen que algunas prácticas que están en la biblia y que se consideran
inmorales, indecentes, ilícitas, prácticas pecaminosas (Como por ejemplo: el divorcio, la
fornicación, la homosexualidad, el aborto, entre muchas otras)… ahora son aceptadas y
bien vistas por la sociedad.
2 Timoteo 3:16-17.
La biblia no es un simple libro que leemos para informarnos, la biblia la leemos para
transformarnos.
Y todos debemos entender, que las palabras escritas en la biblia, no son palabras
pensadas por cualquier hombre… son palabras pensadas por nuestro Dios, el creador del
cielo y la tierra. (Él, las pensó y luego fueron escritas en este libro).
Es por eso que no son solo palabras, sino que son palabras que tienen todo el poder para
cambiar cualquier situación y transformarnos cuando las leemos y meditamos en ellas.
Cuando decidas leer la biblia, y hayas escogido el texto que vas a leer o el que el Espíritu
Santo te guio a leer… No le pases por encima rápidamente, como queriendo sacártela de
encima… No la leas como quien cumple un requisito y ya…
Diciendo: “hay cosas más importantes que hacer y yo aquí perdiendo el tiempo”…
Cuando te sientes a leer las escrituras, saborea cada palabra, cada letra, cada verbo, cada
adjetivo, cada tilde, cada coma, cada punto, cada texto, cada enseñanza a tu disposición.
Medite en su significado, que significa para tu propia vida, repítase cada palabra para ti y
aprópiate de cada palabra escrita como si fuera escrita para ti o pensando en ti…
Permite que cada palabra de Dios penetre en lo más profundo de tu corazón…
Luego nos sentamos y hablamos de los resultados de esta decisión…
¿Dónde debe estar la palabra de Dios? Es decir, ¿Cuál es lugar de la palabra de Dios? ¿En
la sala de la casa abierta en el salmo 91?: No… ¿en un cuadro colgado en algún lugar de la
casa?: No… ¿en el celular como fondo de pantalla?: No… ¿en una imagen para subir a
instagram o Facebook?: No…
Aunque no está mal que la palabra de Dios esté en cualquiera de estos sitios que nombré,
El lugar correcto y donde cobra un poder inimaginable es en mi boca y en mi corazón.
(No se aparte de tu boca, porque el día en que la apartes de tu boca, también la apartaras
de tu vida, y de tu familia, y de tu casa, y de tu trabajo, y también se apartará de los
colegios, universidades, y de todos los lugares… por eso el mandato es claro: No se aparte
de tu boca la palabra de Dios).
Una vez exponemos nuestra vida a la palabra de Dios, nuestro vocabulario cambia,
nuestro pensamiento cambia, sufrimos una interesante transformación, porque la palabra
de Dios tiene ese poder de penetrar y destruir estructuras falsas y fortificadas
equivocadamente y puede transformar todo lo que encuentra a su paso.
Si saturas tu mente y tus pensamientos con la palabra de Dios, no puede salir otra cosa de
tu boca si no el vocabulario celestial… si saturamos nuestra vida con la palabra de Dios,
hablaremos, reaccionaremos, nos comportaremos y viviremos de acuerdo a la voluntad de
Dios y no a la de este mundo.
Ahora, el principio es simple y sencillo: Si saturas tu vida con otras cosas, eso mismo saldrá
en tu vocabulario, en tus reacciones, comportamiento y se notará en tu estilo de vida de
que saturas tu vida…
Si nuestro corazón está lleno de la palabra de Dios, de eso hablará nuestra boca, será
inevitable… no tendremos que hacer esfuerzo alguno… es algo natural… es un principio
espiritual.
Pero para que eso suceda, primero tenemos que tomar la decisión de hacerlo, de llenar,
de saciar, de saturar nuestra vida con la palabra de Dios…
Y ahí, es donde es importante la meditación en las palabras aquí escritas.
¿Por qué? Porque cuando yo leo un versículo y medito en él, es decir, lo leo cuantas veces
sea necesario para entenderlo y comprenderlo, y lo analizo, y busco el significado de las
palabras que no entiendo…
Ese texto empieza a llenar mi corazón, y empieza a confrontarme, esas palabras llenas de
vida empiezan a causar un efecto que no podemos entender, ni explicar, pero comienzan
a cobrar vida en mí y a poner en orden mis pensamientos, y a sanar heridas en mi vida, y
convencerme de cosas que estoy haciendo mal, y todo se empieza a esclarecer como si
ese texto fuera una lámpara que me alumbrara y ahora me dejara ver cosas que antes
estaban muy oscuras y confusas, ahora veo cosas que antes estaban escondidas…
Iglesia, si tan solo comprendiéramos el poder que hay en la palabra de Dios, meditaríamos
en ella noche y día, a cada momento, la llevaríamos a todo lugar, y la hablaríamos como
parte de nuestro vocabulario diario.
Como es el consejo del apóstol pablo a los primeros cristianos de la iglesia en Colosas, él
les dice: Sea vuestra palabra siempre con gracia, sazonada con sal, para que sepáis cómo
debéis responder a cada uno. 4:6 RVR (Es decir, que nuestras conversaciones deben ser
agradables, de buen gusto, inteligentes, respetuosas) y la única manera que esto es
posible, es llenando nuestro corazón y nuestra mente de la palabra de Dios, porque de la
abundancia del corazón, habla la boca.
Mis hermanos, que lo que hablemos, sea ese tipo de conversaciones que edifica a los
demás como dice 1 corintios 14:26: En resumen, hermanos, cuando ustedes se reúnan,
unos pueden cantar salmos, otros pueden enseñar, o comunicar lo que Dios les haya
revelado, o hablar en lenguas extrañas, o interpretarlas. Pero que todo sea para
edificación mutua. DHH
1 Tesalonicenses 5:11: Así que aliéntense y edifíquense unos a otros, tal como ya lo
hacen. NTV
Iglesia, el propósito de leer la biblia y meditar en ella es: “Obedecer y hacer conforme a
todo lo que ahí está escrito”
El propósito no es adquirir conocimiento, el propósito es desarrollar obediencia.
“Yo no leo la biblia para conocer, yo leo la biblia para aprender a obedecer”
(Hay personas que se saben la biblia al derecho y al revés, pero su vida es un completo
desorden… y uno les va a hablar y se saben todos los versículos, y de que les sirve saber
tanto, y no ponerlo en práctica… el propósito no es llénese de conocimiento, el propósito
es ponga en práctica lo que aprendes)
¿Saben por qué? porque la promesa es que cuando lees la biblia, meditas en sus
enseñanzas y las pones en práctica, esto producirá un cambio de pensamiento, un cambio
de actitud y se verá reflejado en la manera en que hablamos y actuamos, porque estamos
saturados de las palabras de Dios en nuestra vida.
El salmista David dice en el Salmo 19:14: Que las palabras de mi boca y la meditación de
mi corazón sean de tu agrado, oh Señor, mi roca y mi redentor. NTV
David está diciendo: Señor gobierna con tu palabra mi boca y la meditación de mi corazón.
¿Por qué? Porque eso será lo que gente escuchará de mi boca, verá en mis actitudes y
conocerá en mis decisiones.
Saben, mientras la biblia nos moldea a la manera de Dios, como es el anhelo de su corazón
y su propósito para nosotros, seremos prosperados y nos irá bien en todas las cosas.
Por eso dice: Nunca se aparte de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche
medita en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito;
porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien.
Si nos damos cuenta, Dios no promete prosperidad porque venimos a una iglesia, o
porque lo deseamos y ya… Él promete prosperar y bendecir nuestra vida, nuestra familia y
nuestro trabajo solo cuando leo la biblia, medito en ella y la aplico a mi vida.