Está en la página 1de 498

INDICE.

Demostrw'ion wtólica. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7
DE LA VEIWAI>EH A !GLE~JA !>E <'LUST O.
,." 1. \ ombre y coneept.o de la Igle8irt: órclen clel dis cu r ,;o <lemosr.rati vo. . •1

l:'iSTITC CI O)i DE LA lGL}:SL\.

,." :!. Fun dación ii i mportancia de la Iglesia <le Cristo... . . . . . . . . . . . . . . . . 11


,." :~. }Iiem bros de la Iglesüt . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . n
L X ccesidad de la Iglesia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ;17
"" 'i. .\ut orichd de la lglesi[l... . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
""'~
J(;
li. Antonomía de la Tglcsia .. .. . . .. . .. . .. . .. ... .. . . . . . . .. .. ...... ... 51

,." 7. C<t 1'a " r"r e~ d e la venlader a I g lesia. de Cristo en general. . . . . . . . . . . . ra;
,." .-;. Carac;kre.,; parti cu lares do la verdadera lglesia de Crist(• . . . . . . . . . . 1;!1
lInidad ele la Tglcsia. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . G~.I
Santidad de la .::l g le:<ia .... . .... .. . ... .... .. . ..... . ..... .. ........ 75
Catoliciclad de la 1g!esia....... . . .. .. ..... . .. ...... .. . .... . .... .. 81
Apostolicidad de la Tglesia ..... .. ..... .. ..... . ... . ... ..... .. . ... . 87
!1. J uicio de las collfos iones crist.ianri.s fundado en lus si,C\·n os cli.,r i n-
tivos ........ . .................... .. . .... ....... .... ... ..... .
L a I glesia eatólico-romana se h a ll:i. en posesion rle t od os los ,:ignos . ! li')
Lo;i signos distintivos de lo. venhdera Iglosia de .J esucristo no so
encu entran en las confesim1e;; qu e se ha u separ:tdo de la ] glesia
católico-ro1nana. .. ... . . .. . ... . . .... . . .. ....... . . ........ .... . 101

CU ALIDA DES UE L\ VEHDADEJ:A I GLES IA 1m JE Sl' UJ\lsT O.

10. P erpetuidad de la I r lesia .............................. . ...... .. . l l'i


""
~ J l í11falibilidad de la I g lesia............. .. . . . . . .. ..... .... . .. .. .... J !!)
"
IJB L.\ CO:'i STLTt: CIO:'i DE LA It:L ES IA.

u.
" 1:.l.
:-j El clero y 1os seglarv~.. . . . ....... .... ...... ... .... ... . . J ;;.-l

""
D ivisio n de J::i j er:m1ufo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . l li
TOHO Il 32

http://www.obrascatolicas.com
TRATADO
DE

TEOLOGÍA FUNDAMENTAL
ó

APOLOGÉTfCA
POR

FRANCISCO HETTINGER \ _~ j.
.e :. i·
,, 1,:
Doctor en Filo sofia y Teologia, y profeso r de esta úitima Facultad en la Universidad de Wurtllu_r,go
: '.

TRADUCCION DIRECTA DEL ALEMAN


Con licencia. eclesiástica

SEGUNDA PARTE.

PRUÉBASE QUE LA RELIGlON CATÓLICA ES LA VERDADERA

T C> J.v.J: C> :X: I

BIBLI . ·. TIANA »

http://www.obrascatolicas.com
Con la censurn y aprobacion <~c l o~iústica.

:IL\DRil.! .·- Ti r ugrnffa Gutenberg· , calle ;Je \ ' ili:<L\ r, núm. 5.

http://www.obrascatolicas.com
. .
'
\~\)\
V• •;

;;:
\ I

·. ·
J · .'
.s<

PART:E S:EGUNDA

PIUJÉBASE QUE LA RELIGION CATÓLICA ES LA VERDADERA

( Demonstratio catholica)

~- - !

.,e ~

http://www.obrascatolicas.com
http://www.obrascatolicas.com
PARTE SEGUNDA

PRUÉBASE QUE LA RELIGION CATÓLICA ES LA VERDADERA


(Demonstratio catholica)

'fres fueron las verdades y hechos fundamentales gue probamos en la pri-


mera parte de esta obra: la necesidad y el hecho de la Religion; la necesidad
y el hecho de la Revelacion sobrenatural; la verdad y el hecho de la Religion
cristiana como Revelacion última y suprema.
Mas con esto, no hemos cumplido sino la mitad de nuestro intento. Si Je-
sucristo hubiera sido sólo fundador de Religion, habría podido dejar á sus
discípulos en libertad de definir la forma de la vida religiosa ordenada por
Él. Pero J esucristo fué más que eso. Porque vino á fundar un Reino "lleno de
gracia y de verdad,,, en el cual, mediante la "obediencia de la fe,, (Rom. 1,
5), en la adhesion al órgano de su divina autoridad, y el "vínculo del amor,,
(Ephes. 4, 3 ) , redujo á los redimidos á la unidad de un pueblo santo (Ephes.
2, 14, 15. Joan. 10, 16), en el cual fuese :fiel y auténticamente conservada é
inviolablemente guardada y defendida la divina verdad que se dignó de traer
consigo del cielo á Ia tierra, y aplicada á todos la salud que nos ganó en Ia
cruz , y la gracia que influye constantemente en los miembros como cabeza
invisible que es de esta santa congregacion ( Col. 1, 18. 24. Ephes. 1, 21. Cone.
Trident. Sess. VI, cap. xvr), la cual debe durar indefectiblemente hasta el fin
de los tiempos. Esta es su Iglesia, la casa de Dios en el Espíritu Santo (Ephes.
2, 20. I Cor. 3, 9, 16. II Cor. 6, 16. I Tim. 2, 15 ) , Esposa suya ( Ephes. 5,
23 sq. II Cor. 11, 2) , y cuerpo suyo místico ( Ephes. 4, 4 ).
Tres cuestiones deben ser préviamente dilucidadas:
1. 2, Ha fundado una Iglesia J esucristo, y cuáles son las notas y propie-
dades de esta verdadera Iglesia de Cristo?
2. l Ha comunicado Cristo á esta Iglesia el tesoro de su verdad y gracia,
y la ha investido con su autoridad de Maestro, Pontífice y Pastor, que ensefi.a
la fe, dispensa la gracia y dirige la conducta de la vida?
3. .; Cuál es, segun esto, la esencia y economía de la fe católica?
En la respuesta á estas cuestiones, consiste la oposicion qne média entre la doctrina de
la Iglesia, y la de las sectas separadas de ella. La situacion de estas sectas es com o sigue:
a ) Así los antiguos herejes como los autores de la reforma, no obstante las diferencias

http://www.obrascatolicas.com
s l'ARTE SEC l"'.\DA,

qne lo.' separan, convienen en conf'ernr, que cn la lglesia estableció J esucri,,to la forma uc
la rnciedad religiosa y las condiciones de la salll\1. Apol. Confc:". --""ugust, p. lH Ecdesia
11011 est tantum socie:tas externarnm rcnnn et 1it1111m sicut aliae politiae, sed principaliter

cst rncíetas lidei et Spiritus sancti in cordibus, fjltac tamen halwt externas notas, nt agnosci
poNSit. :MELAXCHTH. Loc. theol. ed. 154:): nec alihi electos ullm; esse somniernns Hisi in hoc
ipm coctu Yisibili. Por cuya razon ccostienen todos ellos, que rn Iglesir cs únicamente la
cat,)lica. Lactant. 1. e. IY. 30: Singuli quiquc euetus haeretirnrum 'e potis,'·1rnm Christia-
nos, et suam Ecc:lesiam cntholicam putant.
ú, Luégo que d protestantirn10 EC rc conucié> incapaz de snstener aun ú los ujrni de sus
1

partiLlarios, que él era la única forma wrdadern <lei Cristíauirnto. rcsol vi óse tl considerar
en l'atla una de sns scctas un fragmmto relrtfic(//l/f/ite autorizado rle la lglcsia única de
Cri.~!.;. , La Igle:'ia una en sí, hüse rcrnelto c11 rnricdad de L'f·nl't·-i<•nes é1 tipos ,Je socieclad
religiorn. Y miéntrns que esta tlisgregacion crn1fesinnal esté fu!llLu1a eu la ncce"1ria di·;er-
siclad de la Yida, t!ebe de ser mantcnida y explicada, y aun c1d1é ser descacb. )LunEXSEX,
Dogrnútica, p1íg. :l'.l4. Y tarnbicn Schenkel, ITasc, Thiersch, Kanis. Esa c.s asimismo la
illea de los puseiotas en órden ú bs Iglesias anglicana, griega y católica rnrnana. W. Pal-
mer. A Treatise on the Church of Chri't. Ecl. 3. lf'"1:2. l. Yol. prig. :10 ffj. Syllah. Prnp. 18.
l'rnt< ..,tantismus nem aliud est qnam di1·ersa Yerae ejusdem C"hristia1rne relí.~ionis forma, in
qna aeque ac in Ecdesia catholica Deo placere datmn est.
e} De esto ú negar enteramente que la Igkccia ha o-ido instituída por Jesncristo, no hay
inlts c111r: un paso. Este fué el pu11tn de Yista enip1eat1o así por 1_-'1 racionali~rnn co1110 por el
pietismo. K.LS'T (Lrt rcligioít Cíl los /i!/lilcs de la l'll~Oíl) quiw rcc·n1plaznr ú la lgk,ia coll rn
religiun natural y rn ley moral; y Uê;HR (Carta& suurc el Racionali.sow, púg. 41 G cm1-ideró
ú la fglesia como una institucion 110 11ueri.da por Cristo. \í"EGSCl!EllH:R, por .su parte, tieue
ú b lglesia por kgítinm, pero solo c·n conceptr• tle institnc'on pulagúgico-rnornl de la lrn-
nrnniLlad. Segun lhc;EL, el Estado cs la r,ctnacion dn todas las idea.' moralcs. rc spc·cto clel
1

cnal ~rgnn RüTHE; 1a Iglesia se ]w corno socie(1~H1 pnra y c~c!ti'::iYrtrnente pi<v1osa. Segun
cstu, Cllmo la 11101:tli•lau debe llernr en si el l'lcu:ento religioso, tlinto i.lelJf• e11gmndecerse
la nnion de la lgk-ia en el Estado, cuanto mús se opone éste ú la perfecciou.

El desenvolvimiento de la conciencia en las sectas protestantes incnrre nece-


Bariamente en los peligros de las ·'teorias románticas,, r, L rTH.\Rn. Dogmatik,
pág. 220 Pues en la doctrina protestante es principio supremo el de ·' sólo la
Biblia,,, es consiguiente que no haya lugar para la Iglesia (Forrn. Cone.,
pág. 570. Artic. Smalc., pág. 308); y annque una sociec1acl eclesiá:-ltica pueda
fonnarse siempre que á los hombres les mucrnn para ello su propio impulso
y sns relaciones externas, pero nunca será tal sociedacl una co11'litio si11e Qlla
iwn de la fe y de la vida cristiana. El individuo saca por si mismo :ms creen-
cias clirectamente de la Escritura, y de ella recibe cuanto há rnenester en
ónkn {, su salucl. Muéstrase, pnes, en la doctrina acerca de b Iglesia, la
grande oposicion que média entre el concepto católico y el protestante sobre
la esencia rnisma clel Cristianismo.
l'or esta rnisrna rnzon, la doctrina de la Tglcsia concuertla íntimamente con la esencia
dei Cristianismo, la fe en Dios y rn providencia. Agustin, De utilit. credc11d. e. lü: Nihil
igitur 1nodo restarf~ lJObis Yicles, ~i nobis Yita optiina et religiosa cordi e~t, ni~i ut quaera-
rnns rnpientes, q>iibus úutemj)('rmulo doiiiÍnatione111 stultdiac crndere ali~wrnrlo poss-i-
imrn. Si Dei prm·idemia non praC'siLlet rehus lrnnianis 1 nihil est de religionC' satagendum.
Sin Yero et •'pe('ies rernm omnirun ... u :Y<terior ncse:io quae conscientia Demn quaerendum

http://www.obrascatolicas.com
NO~IBRE Y COXCE PTO DE LA IGLESI.i; ÜRDEX DEL DI SCl:RSO DEMOSTRATIVO. 9

Deoqne servien<lnm meliores qu osque animos quasi publice privatimquc hortatur, non
e~t desperandum , ab eodem ipso D eo auctorita tem aliquam constitiitain, qua veluti
gradu certo innitentes, attollamnr ad Deum. C. 27 .... Cum igitur tantum auxilium Dei
videamns ... dnbitabim ns nos ejns Ecclesiae condere gremio, qnae usque ad confessionem
generis hnm ani ah apostolica Sede per snccessiones episcoporum , fru stra haereticis circnm-
latrantibus, et partim plebis ipsius judicio, partim conciliorum gravitate, partim etiam mira-
culornm rnajestate damnatis, cnlmen auctoritatis obtinnit ... quid est aliud ingratmn esse
opi atqne auxilio divino, quam tanto labore ( robore) praerlictae auctoritati velle resistere?
Eu tres libros expondrernos la presente materia:
LIBRO PRUIERO: la doctrina d e la verdadera Iglesia de Cristo.
LIBRO SEGUNDO: la doctrina de la fe cristiana, romano. católica.
LIBRO TERCERO: doctrina sobre la esencia y economia de la fe cristiana ,
del conocimiento natural y del sobrenatural.

LIBRO PRIMERO
DE LA VERDADERA IGLESIA DE CRISTO

Tertu ll. D e praescript. Cyprian. D e imita te Ecclesiae catholicue. Angustio. D e baptism.


contra D onatist. LL. VII. Contr. Lü. P etilian. LL. III. Liber de uni co baptismo eontr.
P etilian. Epistola nd Catholicos seu de unitate Ecclesiae. Brcviculus collationis cum Do-
natistis. Optat. Milev. D e schismate D onatistar. LL. VII. J\I. Canus , L oci theolog.
Lib . IV - VI. Bcllarm. Disputationes de controversiis christianae fid ei . Tom . I. Per-
roniu s, R esponsio ad regem Angliae. P ar. 11333. Stapleton, Principiorum fidei demons-
frat io. Par. 15813. Fratr. ~Wallemburgh , D e controversiis ficl ei. 2 Vol. Colon . 1670.
jf;;hler, La unidacl de la Iglesia, 1825. Pilgram., Fisiologia ele la Iglesia. jfagu n-
cia, 1860 . P assaglia, D e Ecclesia Comm entar . LL. V, 1853. Murray, D c E cclesia, V. 3,
Dublin , 1860. Kellner, Constitucion de la I glcsia. , 2.ª ed., 1876 .

§ 1. NmIBRE Y CONCEPTO DE LA IGLESE ; ÓRDE~ DEL DISCURSO


DE:líOSTRATIVO .

I. La palabra Iglesia ( x:;p":x;ó·1 scl. otx~:x, S~E, singularmente afía-


y ~s S;:ip Num . 16, 13. :Nehem. rn, 1, hxh,,,l:1.) sig-
diend o S~;t··. S:'"'.p
nifica en primer lugar, segun su etimología, reunion de hombres , de
los rn alos tambien (Ps. 25, 5. Act. 19, 32); en el Nuevo Testamento
signific,a de ordinario la reunion de los fieles, ó tambien la direccion de
esta reumon.
1. 'Exx):r,vb (sxx:x).z~\I) i. e. evocata niultitudo es (Thucydid. Debell. P eloponn.
I. 32. P olyb . H istor. V. 74 ) aplicada á los judios que se juntan par a la lectnra
de la ley ; Act. rn, 32 á una multitud amotinada, 39 á una multitud ordenada ;

http://www.obrascatolicas.com
10 PARTE Sl: GU XDA. L!Bl\O l' RDl BBO . § 1.

las más veccs :i. la congregacicn d e los cri;;rianos ( Act. 8, l ; '.), 8 l. I Cor.
1, 2. Col. 4, rn. Gal. 1, 2 - 5. Apoc. 1, 4 sq. ), particularmente COlllO hzl:r,'J('J.
0o:o:J ó Xpi.,,-:0:J á la congregacion ordenada à modo de organi smo y exte ndida
por to da la haz de la tierra. l\fatth. 1(j, 18. Super hanc p otram a cdi fieabo
E cclesiam meam ( ;;0·1 -r·r,v sxz),·r,'1(:zv ) ; cf. I Cor. G, 4; lO, :32; l 1 , 22; 12 , 28.
Ephes. 1, 22. Asi, la Escritura ora habla de una , ora de muchas Jglesias.
2. La version d e los LLX. r;u·n.;'wy-1, por l,:ij:' sólo dos veces tiene apli-
cacion à la Tglesia cristiana, Hebr. 10, 2ô. Ía ~ . 2, 2. Asi clico E PI FAXIO
( llaercs. XXX. 18 ) de los ebiouistas : '7'J'1'J.i '<u"{'r,·1 ;;:: r,0-;-r,'. Y.'l.DYJ'J'. -:·(;1 i 'l:1-:0:J
Ê:xx1-·r,,,[:1:1 , Y. 7.·~ o·)x szz):r,:rl'J.'1. En el Antiguo Te8t amento es n;;ach c ~:n p <tlahra
para .;ig nificar ora el pueblo congreg ado , ó bieu el cuerpo r di g ios•> !-;o(: Ílll de
los israelitas ( Deuteron. 18 , 18; 23 1 1; 31, 30).
II. Dernú s do este uomhre, que es el más cornun , tiene la Jgle!'ia
del NuenJ Testnn1ento otros nombres que, ó bien significan su orígen ,
ó sn fin , ó por último , su naturaleza. Aunquc p~n-a cxpresar C"'t:l tílti-
ma, sirn~n la~ parúbolas y alegorías , eu la;;; cuales se con ticno la hi~to-
1ü del reino üe Dios sobre la tierra.
1. La Iglesia es un "cuerpo ,, (Rom. 12, 4. I Cor. l :! , 13. Col. g , L"i; "cner-
po de .J esucristo ,, I Cor. 12 , 27. Ephes. 1, '2 2; 4, 11. Col. l, 2 1) ; cuorpo que
consta do muchos miembros y órganos (Rom. 12, 4. Ephes. 4, 11. Rom. 10, 14.
Col. l, 18); casa de Dios y de "Cristo,, (I Tim. 8, li). H ebr. 3, G. I Petr. 4, 17);
"casa espiritual ., (l P et.r. 2 , 5) ; "templo d e Dios,,, n ombrc r elativo al templo
del Antigno 'J'estamento, donde moraba el E spíritu San to ( I Cor. :3, lf). II
Cor. G, lfl. Ephes . 2, 20); un "Reino, ,, "Reino de los cielos , " " R eino de Dios
y de Cristo,,, ligúndose aqui con la oxpresion hebrúica D':Jt:':i ri~.:: ~·J (Dan. 2,
24. l\fatth. 2:3, l; 21 , 43. Col. 1, 13 ); "Esposa de Cristo ,, (l( C-or. ll , 2. Ephes.
5, :23); "cindad ,, (l\Iatth. 5, 14) ; pueblo d e conquista , cnyos miembi·os sou una
clase d e sacerdotes reyes. (I P etr. :2 , 9).
2. Entre las parábolas, las más expresi vas son las clel sembrador r_'M:üth. 13,
18 sq. ), las dei h ombre que sembró buena simi ente en su campo ". l\Iatrh. 13,
24, ) las clcl grano de mostaza ('Jiatth. 13, 31,; , de] tesoro 03condido (:_\fattb. 13,
33j , de la perla preciosa (Matth. 13 , 44 :, de la r ed !lena de peces ( :l\Iatth. 13,
44). Simbólicamente es r epresentada la I glesia por nna barca ( Mat th. 28, 23 i ,
por un rebailo de o vejas (.Joa n. 10, 14 ), y parece como nna espos a v ertida
del sol ( Apoc. 12 , 1 ), y una madre (G al. 4 , 2G).
El tipo de la Iglesia para los Padres es el paraíso ( Iren. C. Jfo cres. V. 20.
Tertnllian. C. Jfarc. II. 14. Augustin. Cii:. Dei. XIII. 21 ) , el Arca d e Noé
( Origeu. in Genes. Hom. II. 3. Tertullí au. De ba1!fism. c. 8. Cyprian. D e unit.
Ecclcs. n. G. Augustin. Civ. Dei:. XV. 26) , el Tabernáculo ( Augus tin. l. e. VII.
32. Grego r. Moral. X XVIII. 9) , la casa ele Rahah (Hi oronym. nd Ncpolian.),
J erusalen ( August.in . l. e. XVII. 3 ). La idea de la I glesia primitiva se ofrece
plásticamente representada eu las Catacumbas; v. KRA"L"::>, l. e.

III. De estas oxpresiones de la Escritura y de los Padres , podemos

http://www.obrascatolicas.com
XO~!BRE Y l' OXCEPTO DE LA I GLESU; (1RD EX DEL DIS CcllSO DDIOSTIUT!YO. 11

ya sacar la definicion que puerle dars c de la Igle ~i a , dicieuclo ser el


reino Yisible (fo J csucristo en la tierra , el cual debaj o del mismo Cristo,
que es su cabeza invisible , y del sucesor de Pedro , su cabeza ,·isible,
contiene ri, todos los fi eles en la unidacl de una misnrn doctrina y en la
comunidacl de unos mismos sacramentos.
1. Hé arp1í h definici on 1Je B EL AR}ITXO (l. e. III. 2 ; , ad optad:t co11rnnmente por teé• ·
lo.~ os y can onistas: Col'tus l1omi11nm ejnsdcm d1 ristia nae lidei profossione et corundern
sarra mcntornm co 111 m uni o n ~ colligatus, rnb regi min e lcgiti:nornm pastornm , ac prneci pu e
nnius Christi in tcrTis Vicarii Romani Pontificis . r~a s objccioncs contra esta dpflnicion esüín
rf'f'utadas en Li:: pou, Jnr. E cclcsiast. prnelcd. I. 11. Tou::-:cu:Y , De Eccles. i11 it. y en
J)i;1·on, Instit. cr111onic. 1. pág. 4. ed. llom. 1 i\J2. S,Jio á la l gk,i a de· Cristo le co 1Fiene
esta defi nicion. Es, pur·s, in co mpl eta la que trae KLEE (Dogmát-ica , § I. p:'tg. í fi ;: d .a
Tglesia cs e! Cristia nis 1110. segun que se manifi('stn r YÍ u· en "1 tie1npo y en el espacio . ., Y
m:ÍH diminutas so n tod:tvía las definiciones que esie autor pone de la Iglesia segun los
racionalistas (pág. 77'. Li::Trno , es tando mm en Le ip zig. la ckfini ú: l'na est sanei.a unirer.
salis Ecclesia, qu :w est p)'{ler/cstinatont1n univcrsitas. En d gr. Catecismo, p:ig. 4!J8:
' una congrPgaciun de ;;;;:ntos : 0 Sl.> a } una congregac.:ion en la cual hay súlo :-:antos, ó tolh1-
YÍa mejor, nna sa nta r011;;rc.11acfon . ' Confess. Ang. Y 1I : E-t au te m Ecelesía congregati •>
sanctorum, in gu a cvangelium rect<:> docdi1r ct recte ad111iuistrantnr sacram enta . Apol. p:'1-
gi1rn 148 : iwque n:ro rnnrniamus nos Platonica11 1 ci,·itatem ; sctl dicimtF. existcre ha11c
Ec:clesiam, vicl elicet ,-ere e redentes et justos sparws per to tum orbem. Et addirnm; notas:
pmr.m cloctrinam •:rnngelii et sacr:rnwnla. I'nr modo 't·mejanie el urt. 19 cJc.l 38. ,\._.\. ile
la fgle.<ia: para los reformista s, la Tglesia es ' la socieclad de los prerlc., tinado s. > Amb as
notas l'í•n la c on~ccne nci a dc, l:i. opini o11 prokctantc, rin C' la ;oalud s•~ aplica t an súl o al in•li·
viduo ; '- las doctrinas :•obrP los rnedin;: de rnnforir la graei a, y dei mi :iisterio 1>spirit 11:r L
rc,;ultan fal sas é ir1L°1tib;. , K1.1EFOTH, de la Igles ia, l. e .. I p:'tg. 3G. ?.lii" ntras que el pid is·
mo ib;c perdirmdo cada dia más e! sentimientc> el e la conconlia entre '''' fiel1·s, rneno spre.
ciando todo vínculo de rrsociacion cn ellos , Kant por sn parte, y los racionalititas aspira.ban
<i la di snl ucion ele la Igl esia Pn el seno uel p rotest:rntisrn o. E11 lugar ele: la Iglesia, poni:r l'l
prirnero una cornunidad moral ( la religion e n h i límites de la ra zo n ), y cl ~cgnnd n la
tcnía por una dircccion contraria :-tl desígnio de J csucristo ( It; ;HR , Ca rtas sobre el R•1•·io-
11alisJ110. púg . 410 ) , rnfriéll\loh únicamente co mo in.'titucioll pecl:ig:.'.1gico - mornl <lc la
humaniclad » Wr:c:RHEIDER, Jnstit. thcol. clll'ist., pág. G53 ,. SCHLEIE1nuc11ER constr:: yú
el conc cpto p1·otest :rntP de l:i. Jg:k ;ia sohre el pantr.•ismo ( Dortrin r de lo fe , § 11 5. 12:;' ;
las iclms de JfaGET. y de RoTJlE , p:ig . 4 ( Orígcn d1~ la Tglesia y su constitucion , l S!~í ,
mi. I ). Cierta aproximaci on á la doct ri na cató lica en :}h:;.; Cfü!EYER ( El dogma dr la
Iglesia risible é inrisiblc, 1Sij4 ), KLIF.l'OTII. l. e. Véa> e á ,J\iRG , Historia del novisimn
dcsarrollo dei protestantismo, 1858, rnl. I. pág. 300.

2. La doctrina d0 Lutero acerca de la Iglesia no es absolutamente fab ~.


Este heresiarca se fija en una Iglesia invisible, á la cual la hace él aparte de ia
visible, sacrificando á la primera esta última, que viene á ser uu como apóndi ce
accidental y ex terno, no instituida por J esucristo; pero la Igl esia iiwisible, "egn:1
el mismo Lutero, contiene en cierto modo à la visible, y la engendra y sa c. a
de sí con la predicacion y el uso de los sacramentos. Cierto, los santos son ~os
miembros más nobles del cuerpo de la I glesia , en los que obra el espiritu de
un modo más excelente, los santos, decimos , y no los que solamente lo pareceui

http://www.obrascatolicas.com
1~ l'ARTE SEG t::rnA. J.IBRO PRB!I-:RO. § 1.
ni los pecadores; pero 110 p11cde decirse que gracias á ellos subsiste y vire la
Iglcsia, sino ántes bien, ellos sou los que viveu de la lglesia, que está anima-
da del Espíritu de Dios, en la cual ;;enemos la regla y norma de nue:>tra fe.
J'IIas si ateudiendo á esta consi cleraCJion dec imos que la Iglesia es reino âsiule
ele Cristo, n o h a de inferirse de aqní, que no sea más que visible ; ~rntes el
mismo elemento invisible (alma) se presupone en la Iglesia, si bien se llama
tanto la atcncion sobre el elem"11to visible ( cuerpo ) , porque el prot.est.antismo
lo niega, y negándolo clestruye la esencia ele la Iglesia y del Cristianismo. La
Iglesia es nn cnerpo vivo, el cual tiene p or consiguiente alma; SAN AGUS'l'IN,
ln Brcuic. Collat. B. Al el t:memo invisible de la Iglesia clan testimonio todos
ar1nell o;; te.:dos en c1ue viene llamada casa, templo, morada de Dios, etc. , etc.,
la palabra del mismo Senor exige fo ~Joan. 17, 3. Marc. lG , lG. I J oan . ;) , 12),
amor de toc1o corazon ( l\Iatth. 22, B7 ) ; en la fo y el amor los miembros de la
Iglesia de Leu edificarse \ I Thes.,;al. ij, 11 ) en Cristo, cabeza, invisible ( Ephes.
1, 2:2. 23 J. Iren. /. e. IV. 2-1: "Cbi en im Ecclesia , ibi et 8pirit us Dei, et ubi
Spiritns Doi, ibi E cclesi a et ornnis gratia. 'l'ertullian. Scorpiac. c. D: Curo to to
Sacramento, CJnm propagine nominis, cum trculuce Spiritu.s sa11cti in nos quo-
qne spectat persecutionis obeundae disciplina.
La definicion qu e hemos dado se entiern1e de la que está en el mundo (se-
o mdmn st11t11m riae ) , no de la Iglesia de arriba: Manifestum est, quod dice-
batur a noLis, distiliguenda esse tempom Ecclesiae ; non eam nun c esse talem,
qualis post r esurrcctionem fnturn est; nnnc mal os babem permixtos, tunc
011111ino 110 11 hahituram, ad illam ejus puritatem, non ad lrnj u;; tempori s per-
mixtionem illa divina testimonia pertinere, quibus eam Deus praedixit ab
01nni malorum permixtione alienam . .Angustin. Contr. Ev I'11 rm e1i. II. 2. B rei:ic.
Collat. c. 7-10. A la Iglesia de allá ( sernndum stalwn patriae) pertenccen no
solamente los fieles todos de la Antigna y de la Nueva Alianza, sino tam-
bien todos los ángdes bienaventurados , pnes están unidos en conocimi ento y
amor en Cristo sn cabeza. Ephes. 1, 20 - 23 Thom. II. II. q. 8. a. 4: Corpus
E cclesiae 111ustcrin111 consistit non solnm ex hominibus , sed etiam ex angelis.
Totius autem i::itim; multitudinis Christ us est. caput ... quia de ejus infinentia non
solum homines accipiunt, sed etiam angeli. De aqui Gregor. De Vale11t. in II.
II. D . 1. p. 1. q. -!: P otest Ecclesia describi latius, nt sit eorum nrnltirndo,
qnos beneficio vocationis divinae verus Dei cultus et vera Dei cognitio indita.
q1w·11wdocu111pte conjungit ... Alio modo definitur Ecclesia augustins, ut sit
hominmn multi tudo, q uos verns Dei cultus veraq ue cognitio . . . co1;j ungit.
Postremo 111·essi11s defin itur Ecclesia, nt sit hominum multi tudo, quam in hac
vita verus Dei cultus et vera cognitio fidei christianae et in sacramento baptis-
mi susceptae conjungit.

IV. En la or<lemtcion do las prnebas que demu estrnu la venlad


ele la Iglesia c:atólictL, podemos seguir dos procedimientos: porque, ó
fundando el discur:-n cn la diviniclad clel Cristianismo, wnirn os á
parar á la I glesia c;1tólic:a, co11 sidcránclola como instnunento de la
salncl ostablecido por Jesucristo; ó lomando el principio y fundamento

http://www.obrascatolicas.com
XO>lllRF. Y COXCEPTO DE LA IGLE S!A ; ÓRDJ.: X DEI, DiSCCRSO DE)IOSTIL\T!VO. 1!1

en la Iglcsia , Yamos derechos por este camino al cono cimiento dei


Cristiauismo. El primero de estos dos m étodos es propio de la Apologé-
tica y ele la Polémica contra las diferentes maneras de sectas ó confesio-
n cs no católicas; el segundo , el que co1wiene seguir al católico y á casi
tod os los que h an salido de las filas r1e los incrédulos, para llegar :11
conocimiento ele la Yerdad dei Cristianirn10; aquel es el utmin o (1e la
cicncia y de la induccion, éste el de la fe y la deduccion; aquél de la
in n~s tigacion y exámen , és te ele la autoridad y la euseííanzn; aquél pro-
cede en form a polémica y a.b absurdo, éste directa y positirnmeute. E sta
es precisamente la razon por que aquél método puede emplearse para
ahondar con mayor profnndidad y atencion en la doctrina católica
acerca de la Iglesia.
] . Que tan grande cosa sea la Iglesia , por medi o de la cual el Cristiani smo
es testifi cado delante del mundo, y nrnesLra su efi cacia , y en la cual se conser-
va y fructifica, decláralo el Concilio Vaticano. Const. I. De fid. cath. Cap. III.
Cf. Augnstin. C. Epistol. Fundam. c. 4: Tenet me in ipso ( Ecclesiae) gremio
consensio populorum atque gentium; tenet auctoritas miraculis inchoata, spe
nut.rita, caritate ancta, vetustate firmata; tenet ab ipsa sede P etri Ap osloli ,
cui pascendas oves suas post resurrectionem Dominus commendavit, usque ad
prar:>entem epi scopatum successio sacerdotum ; tenet postremum ipsum catho-
licae nomen, quod non sine causa inter tam multas haereses sic ista E cclesia
sola obtinuit.
2. Despues de haber distinguido y aun divorci ado los protestantes al Cris-
tianismo de la Iglesia, no es posible explicar cumplidamente 10 que es la lgle-
sia y el imnenso valor que tiene, si no se refieren sus grandes y gloriosas
bata.!h ei contra los pseudo -r eformadores. Las dificultades de REINERDING (l. e.
pág. V) contra esta razon , sólo tendrian alguna si antes de sem os aseguradas
por la Iglesia infalible la inspiracion y canonicidad de los libros santos, qui-
siéramos tomar de ell os la regla de nuesta fe.
Y. La fuonte ele donde sacamos nuestro discurso demostratiyo , es
ante todo , la Sagrada E scritura como confirmacio11 docum ental , digna
do fe, de la primitiYa I glesia. En segundo lugar, la tradicion de los
primeros siglos, es una fnente donde se contiene el co nocimiento de la
idoa que t enían ele la Iglesia los cristinnos de aquel tiempo. Á lo que
debe aííadirse subsidi aria.m ente la explicacion y desarrollo ele la Jg lesia
misma , como í'ocieclacl perfecta y sobrenatural ( Ephes. ;-) , 30 - :)~) ).
Véase ántes l. pág. 272. Tal fu é el método seguido de los Santos Padres
contra los I'Iovacianos, Dona.tistas y Lucife rianos. Augustin. De 1mit. E ccl. II.
2: Inter nos et Don atistas quaestio est , ubi sit hoc corpus, i. e. ubi sit Ecclesia.
Quid ergo facturi sumus ? in verbis nostris eam quaesituri, an in yerbis capiti8
sui Domini nostri Jes!.l Christi? ... Sunt certe libri Dominici , quorum auctori-
lati utrique consentimus , utrique credimus, utrique sen -inrns ... lbi quaeramus

http://www.obrascatolicas.com
14 PARTE SEGUNDA. LlBRO PRD!ERO. SEOOION PRIMERA. § 2.

Ecclesiam, ibi discutiamus causam nostram. XVIII. 47. XIX. 49: Haec sunt
causae nostrae documentfl,, haec fundamenta, haec :firmamenta.
Dividese , pues, la doctrina tocante a la Iglesia de Cristo, en las dos seccio-
nes siguientes:
PRIMERA: De la institucion divina de la Iglesia.
8EGl7NDA: De la constitucion de la Igl esia.

SECCION PRIMERA
INSTITUCION DE LA IGLESIA
Es objeto de esta seccion, el hecho de la fnndacion de la Iglesia cristiana.
No de biendo nosotros hablar de una Iglesia tal corno se la figura la herejia
siguiendo su propio antojo, sino tal como plugo esbblecerla á J esucristo, y
tal como se mostró d.esde luégo eu y con la fnndacion del Cristianismo, justo
es que expongamos los caractéres esenciales de la Iglesia. Aqui se ofrecen
desde luégo aquellas notas quE: pertenecen exclusivamente a la verdadera
Iglesia de Cristo, distinguiéndola de cualqui era otra iglesia posterior, así como
las prerogativas con que está dotada la verdadera Iglesia.
Dividese, por tanto, esta seccion en dos tratados:
PRIMERO: D e la Iglesia como sociedad so brenatufal, visible, pcrfecta, fun-
dada por J esucristo.
SEGUNDO: De las notas y propiedades de la Iglesia.

DISERTACION PRIMERA.

De la Iglesia como sociedad sobrenatural, visible, perfecta,


fundada por Jesucristo .

§ 2. Fl"NDACION É IMPORTA::\CI A DE LA IG:LliSIA DE CRISTO.

I. Cristo ha fund ado la Iglesia y abrogaclo la Iglesja de la .Antigna


Alianza.
1. Que la Iglesia ha sido fundada por Cristo , resulta :
a ) de las palabras del Ángel en la Encarnacion , Matth. 3, 2. Marc. 1, 4.
Luc. 3, 3; b) de la predicacion de San Juan Bautista, Joan. 1, 18 sq.; e) de las
palabras mismas del Seftor,
o: ) que vino á reducir todas las cosas á la unid;td del reil'.J.O de Dios , Joan.
10, 16; ~) de la promesa que hizo á Pedro , Matth. 16 , 18; ·f) de la suprema
autoridad que segun su misma palabra se contiene en la Iglesia, l'viatth. 18, 1 í.
d) de la hi storia de los Apóstoles, que
o: ) refiere el orígen de la Iglesia Act. 2. 3. 4. 6. 7. 8. Marc. 16, 15; ~ ) su
dilatacion por Samaria y entre los gentiles, Act., 18, 5 - 15; 10, 1 - 48; 13,

http://www.obrascatolicas.com
FL"XDACIOX f. l.lfl'OHL\Xc'U DE LA H;LESIA DE CRISTO. 15
1 sq.; ·o do la solicitud de los Apóstoles por las jóvenes funda ciones, .ler. 15,
41, asi como los escritos ó cartas de ellos á Ias diferen tes Iglesias ; 0) de los
carismas de todas clases que acompanaban á la institucion y dilatacion de la
Iglesia, Act. 5, 1:2; G, 8; D, 3:2.
2. La abrogacion de Ia lg!csia de la Antigna Alianza, se prueba con las
palabrasmismas 1fo Cristo !}Iatth. 113, 18); con Ias emeiíanzas del Apóstol 1Act.
15, 18 sq. Gal. ,L l \ las cnales d '.·ahr transitori.J en razon de ser pt·climinar ó
preparacion de la Amigncc ~\.fa. '1rn lo confirman por la imperfe ecion d o la ley
(Hebr. !), l. Gal 4 , 1. ) y las predi cciones de los Profetas (Act. 15, i sq. Ephes.
2, 14; 3, 6 ). La Iglesia cristiana se explica desde ol seno de la I glesia de la
Antigua Alianza; y lo que allí eran sombras, aqni os rnalidad esencial, plenítud
y cumplimiento de las profecia;;; lo que all.í sób ten ia un valor tran:Úto r'.o, con-
cordando con el estado religi o.~o-polirico de Israel, nn vdor, p or eo n ~ig ni e ute,
típico, se resolvió en la plenitud, pnes lo que de cllo qnedó, r ee;ibió un carac-
ter infinitamente superior (Hebr. D, 1 ; 10, 1). Ann despues que las aatoridaàes
judaicas conclenaron al Senor, los Apóstoles no rompieron con k. p arte judáico-
cristiana de los íieles el vinculo religioso·politico que los ha1Jía unido en Je-
rusalen al t emplo y al órden del An :ig no Testamento; la caida ele la cincfad y
de] templo, con el qne asimismo ca:_,·,) la Yida religiüso ·nacional de los j nc1íos,
fué un golpe decisivo para las r elac iones de la Igl csia con la Sinagoga. La pri-
mera presentó con esto, ann en la parte externa, aqnella subsistencia 11ue le
es propia enfrente del judaísmo, cnya r eprobacion li abfa sellado el justo juicio
de Dics.
II. E s, por consiguiente, la Jglesia el reino fundado por Crii'to, en
el cuaJ clcben 'ºr procmados ü los hombres los efoctos ele su triple oficio
de Profeta, Sacerdote y Hey.
La mision de la Iglesiri no es sino la continuada aplicacion de la obra de
,Jesucris to; cn ella vive siempre ~u espiritu, en ella em;ena siempre sn palabra,
y en ella se difunde la dnlznra tle ::;n gracia. Cuando llliihler (Simbólii:a. IV,§ 34),
dico de la Iglesia, que es "organismo de Cristo, donde viYe el mi smo Cri sto, y
s1:. espi.ritn obra, y la palabra emitida por El resuena eternamente ,,, y cuanclo
rlesde este pnn t•) de vista contempla á la I glesia como al Rijo de Dios que en
forma humana se mnestra perpétuamente entre los hombres, siempre renován -
dose, si empre rcjuveneciénclose , haciéndose siempre hombre en ella, expresó
un p ensamiento profundamente bíblico. Cf. Ephes. 1, 23. Thom. III. q. 8. a. 1:
Christns virtutem habet inflnendi gratiam in omnia membra E cclcsiae. a. 2:
Tota Ohri sti hnmanitas secundnm corpus et animam influit in homines et
quantum arl animam et quwllwn ar/ corpus,. sed principaliter quantum ad ani-
mam, secundario quantum ad corpus secundum illud Rom. 8, 2. Q,ui suscita-
vit Christum J esnm a mortni:;, vivifica bit et mortalia corpora v estra, prop·
ter inhabitantem Spiritum ejus in vobis. Más expresamente, L ect. VIII. in
Ephes. 1, 23.
Petm· . D e incarn. XII. 11: Q i:cn1r, d11~ odum corporis membra invicem comerta et com·
pacta sunt , quo fit, ut Yitales ani rn :desque 'pi1itus per uni versa etiam rni ni ma membra

http://www.obrascatolicas.com
16 PARTI': SEGUXJlA. LlBIW Pllnn:no. SECCIOJ\ PRDI ERA. § 2.
fundantw . . . ita Christi corpus ex rn embris rnis constat, qnac sp; ritali qnodam 11c:rn fül pi
et caritati8 adstricta eopnlantur ac Rccnm paritN cohacrent ac cum capite Chrieto. Atqne
ut iu corpore caput ncrrnrum habet principiam, adeoqne sensilcs Yel animales ab co fonte
rnan ant spiritus ... sic in rnystico Christi corpore sui sunt nexus et coagrnentationes, per
quas inter se sociata et secn111 invierm velut conglntin ata membra cum (·apite j1111guntur.
Athanas . D e incarn. rerb. cult- . A rirw . e. ~1. l\.'J.: r;-:'J.'1 )2·;·~, i, IH-: :',ç . A.' '::'J.it~: ç ,,:.,
r•(\)~zS-:w 7:·5'.Ç oTzr)c; 'JGp:á/ , 0--:~ Z'.Z~ l:\.·.í?(J'I Z':J.'. X?'J'i:(>J 'Y.'J-:0'.i i7":rJ'. T/J2\I ;) thGç -:r,'.J -:0'.1 -:,f/,
'JT1VüÕV, iJ,, ü:J.~!Ç' Sv't-:l~pWcr7.~Z · o'.i -;:s;;.l ':71ç Os ó-:·r,-:~c et.0-:r)D /.S"/S~ 1 0-:~ z:<~ }\ '.'.,;;~'1" z-x! X p~cr~í1v

iT:r}·r 0-2 •1, 'l.i./. ~ -::s~·'. -:?;ç &. !ÍJFU)7:Ó -:T -:r)C' 1.'~-:r):J. r;-:'.ç i.7-:'. -::'l.-;-x T ' Ez r./:r.~'.:1.. T, i.·, J.'~-:(1J
1
1
1 1

Y.'J?E'..JOUCi'l. X'l.'. ~'l.Ci~/, s úo~xr'l. p.2-:i ':;J 'l."j":;J'I O'':'l.'J (W ÍJ'f, 1,:x~· Z'.Ú J.p~o:1.±·1 í1 2~. G' rj"J.cr~),s~J.'' ojp:t.Yfi;•,,
':.·17. o-v:J.~7. ::J !/. ~·Jv·~l ct6-:t;J, -:tfJ ~~' 'X')r;·f;'1 i~.c..r:0'1 zs-.. t~)V 'l.'1-:~ , z:tl ~·11l.:(~ri·1-:~ '1.~-:-(1 ·,
(J'.i -:r;r~ ~>.ai. ~ z1.r;
:1c;;;tu7,ç. ~le tho d. Conl'iv. dcr-rni Yir:J. Orat. rrr. S: (L-:wç ;'l.p ;z., :1.:Ú~ -;-:'J. b. ": tÕJ'I G'J":(~J'I
2·J--:r/j i".11 -:?;ç U'Y.p'/),ç ":-'r, 1 '.J.:zz/:r,:;-'.:x·1 7'J:J.tfC•l'!'f1 '12~ j'S"{'J',f..Y':L~
1
-~ç 0-f1 f_,-!J.?'1, Z'l.':'l./ S :. ~':LÇ '·;.rJ-1
)l1-:ip:x -:0'1 i·1 ':OTÇ r/.J('l.'lf1TÇ , Z'l.~7).fh'I i"J .:\ ri·;rJC" 7:prJÇZíJiJ.YlJT1 'J (~;J.2'1 0Ç ':~1 ·; v/l~i'.~ . Z"J.~ :~T.'1lt >'J'E
-:·li•, :S r.cr-::1.:r~·, -:c/.í T:i(Jr)·.;ç, Szr1'J7'.t!) Ç'" '~7:~? J..'J-:T,r: ~-;: r))'l.'1(;>'1 . "O<.t•JC" 2·~-:r)r; ~~.c.1-: tf; 7:':1. 1~ 'l.':i':'Í1 7~,
-:Y/1 'Ey.x/,Tp'.:1. 1 E·100Ç'i'1 x:ú 1'.11.cu;1.r1'1 , z'l.0-:tp'.cr'.l.c- -:<fJ /,o'J't('fJ , 7.:(r)ç Úi<.oàoz·r,\, r:0G •1rft1-:(j'J z:l:.
1

p.1z'1.p[o•J cr1.i?:J.1':rJ(° ) i1 o-7::.~ps~ p.S•1 'l.'~-:r~ç '..JT:l1f.(-;J'1 Z'l'.~ Z':l.'::l:'~u-: s·jltJ'1 2•1 -:qJ ~iÍJs'. r;r,S ';ryJ·
·J-:: rj ~i.zs-::1:~ 2~ z1~ 11.ri ;;·~o:' 0:r:r,·1 '('Y/:J.'.i'.rJr: ·ii 'Ezz /:r,'!'.:t. s~c- -:6 . ;'2'1'1~'1 -:Y1·1 7-?s-:·f,•, Z'J..'. :'.z-:.:~ trJS~ 1J.
T :i•J't·~1
y:ip z-xl. -:6 AU.;.~hscrO s. z.-x~ 'ü/.r/J0•1s.vOs T.l. r1poíJ't 'l'.~ -;:poc:-r,r.Ó1-rwç , dç 1;.±ys.0<1Ç" i'.'.t~ 1

z7.)),0ç z:ú -:: ), ~~o -~ z'1.()' i1 :i-~ F':l.'1 ':l.')~'1.'1'':1- S '1 T1 Ç r~-:'71 t; 0'.:i -:·'r1·1 J"'~·, s.:.; ~., Z':I.~ i'.'J'.'1 l•J'1 ~Y.'1 -:r,i) 1-.ó-;ov :
'J"J"/ Z:l':'l'.~'l'.~'1'ú ':0Ç" i,:1.T•1 :i-:~ r.:Ú '1~'1 , i'.'·/. i~~'! ':'.l.?i·, r;'J Y.:c:'l. -:-f ·1 3J.',<Z:1.'1TiJ'.'1
1
-:0Cí -;:-jÍJrJ·Jç.

III. Es Cristo en sí mismo ántes que la Iglesia, y Cl" la rnzon del


ser de ella (principium cssewli): pero la Iglesia es q uien nos conduce :í
Cristo, por mcdio de la cual somos hechos partícipes de los fruto s de su
salvacion (principium cognosccml1), y bajo este concepto (rprowl 1108) es
anterior á Cristo.

1. Cristo ha establecido á la Iglesia en su sangre. Act. 20 , 28. qnam sibi


acquisivit sanguine suo. Tit. 2, 14. qui dedit semetipsum pro nobis , ut nos
redimeret ab omni iniquitate et mundaret sibi populum acceptabilem .: cf. Hebr.
3, 1 - 7. Ha difundido en ella su espíritu, por la cual recibimos la fe y la
santidad, Joan. 20, 25; 13, 32.
2. Así como en el templo de la Antigua Alianza habitaba el Espiritu San-
to , así tambien habita el Espíritu de Dios en el templo de la Nueva .Alianza,
que es la Iglesia. Á los Apóstoles fuéles dado el Espíritu, y con la venida del
Espíritu Santo (Act. 2, 4 ) comenzó de hecho la vida de la Iglesia. De esta
suerte, fué y permanece siendo perpétuamente órgano por donde se comunica
este Espíritu, y no tiene, por consiguiente, parte en el Espíritu de Cristo el
que no está unido como miembro en el cuerpo de Cristo. Augustin. C. Crescoi/.
II. 40: Hic sanctus Spiritus veniens in eos, tale signum primitus dedit, ut
'}Ui eum acciperent, linguis omnium gentium loquerentur; quia portendebat
E cclesiam per omnes gentes faturam, nec quemquam accepturum Spiritum
sanctum, nisi qui ejus unitati copularetur. Aquel, por el contrario, que está en
comunion con la Iglesia, lo está asimismo con el Espíritu Santo. T ertullian.
Sr;orpiac. e. 9. Iren. l. e. III· 4: In hanc (Ecclesiam) quasi in depo:>itorium
di,·es plenissime Apostoli contnlerunt omnia, quae snnt veritatis, ut omnis,

http://www.obrascatolicas.com
P.AJtTE SEGC5D.\. 17
quicunque velit , sumat ex ea potum vitae. Haec est enim vitae introitus; prop-
tcr •1nocl oportet, qnae sunt Ecclesiae , cum snrnma diligentia diliger e, et ap-
prPhendere veritatis traditi1mcm . Por e:;ta razon aquel que (de úa cx traordi-
norio ) re cib c inmediatamente do Dio8 la gracia ele la fe, esta misma ]e mueve
á la conrnnion con la Iglesia: c\ ct. 10, ;-> sq. ( Corn elins l , ~I , G sq. í Paulns ). Cf.
Gal. 1, 18. Yeni J crnsalern. ut Yidermn Petrnm, et apml eum mansi diebns
quindecim. Ual. 2 , 2. Et contnli ( ~l.'1~0~;u,·1 ) cum illis Evangelinm, ne forte in
vactrnm cnrrerem aut cucurri ssem. Tertnlliau. D e Pmesr·njJt. e. 23: Panlus
d edncirnr ad fr~tres a fratrilrns , ut unus ex fratribus , et ad ili os ab illis, qui
ab Apostolis fidem induer ant. Deinde ascendit J cr osolymam cognoscendi P ctri
can:;a , ex officio el jl{re scilicct e,jusdem fl•ll' i et pu1cdicotirm is.

E ' , pues , la Jglesi1t arjl1cl seno n1 at ernal tlond e el Espíritn de Cristo engendr:i.:'l[eth. l. e.;
l:t 1111eva criatnrn (Gal. 11, 15 ) ; cs la Esporn dn Cri>to y madre ele los vi vi L'11tcs en el úrclen
d r b gra cirr . ,\ngustin. Ep. f!S, ií: E ccle<i;1 1,; t;1 omm·.' · i C>ta sin gnl .-•s pa rit.. Lr;o :'II. St'nJ/.
l\'. D" 11afi1·. Doiil.: .\f]u:i. bapti.<111ati.s in , ta r EA ut cri \'irgi11is, code111 Spiritu s:i.nclo
rcpJ..n te: fonte111 , qui rq1le1·it et \ 'irgin em. l'or (',>to e! qnr• bnsca :'1 Cristo, en la Iglesia le
li alb y 10ólo Cll ella. Aug11!itin. r7p. 185' iíO: Ecdc.<ia ea th(J ]iea sola est corpus Cliristi.
Ex t ra li oc (:orp ns ncrnine111 ,-ivifü::n ~pi r it11 s rn11du s .. . rk illi.< sf'ript um est (.Jud. 1·. 19) :
<1111 s<:'i psos segr<'gant, a ni111al es Spirit nm uon habent1' s ... Qni l'l'!JO vult habcrc Spiri tum
.w wdwn, rnrrat foris ab Eccfr., ia 1·, ·nwn 1Tc.

Xo hay pues, otro camino para la fe sino la Iglesi:;-.: (/ 1wm (fidem) ab J.>clc-
sia wrceptrun cust11di11ws, et quae semper a 8piritu D ei, quasi in vase bono
exirnium quoddam depositum juvenescens, et j uvenescer e faci ens ipsum vas,
in (i\10 e;;t. 1-foc e11i111 Xcd esiac Ci'edit11111 cst Dei 11111m1 s . 11uomadmodum ad ins-
pira tionem pla.smationi ad hoc, ut omni a membra vivificentur; et in eo dispo-
sita est communicatio Christi, i. e. Spiritus sanctus, arrha incorruptelae et
con iirmatio fidei nostrae et scal a ascensionis in De um. ln Ecclesic. enim,
in <1nit ( I Cor. 12, 28) . posuit Deus Apostolos, prophetas, doctorcs et uni ver-
sam reliqtrnm operationom 8piritus; cujus non sunt participes omnes, qui non
cnrnmt ad Eccl esiam , sed semeti psos fraudant a vi ta per sententiam malam
et opera tionem pessimam. UIJi cnim E u·lesia, il;i ct Spiritus Dei: et ubi Spiritus
Dei. i1lic Ecclesia et omnis r1rrdia. Spiril11s autem 'l'eritas. Quapropter, qui non
participan t eum , ilCfJIW a manúllis matris 111dl'iu11tur in vitam , neqne percipiunt
de corpore Christi procedentem nitidissimum fonte m. Iren . l. e. IH. 24. Sin la
Igl esia, que nos procura la verdad y la gracia de] E spiritu Santo, no podemos
tencr la verdad; "qui sunt extra veritatem, id est, qui sunt extra E cclesiam.,,
Td. l. e. IV. 33.

IV. L n Iglesia es ( in online essrnrli et co_qnoscenili ) ántes que la E s-


cri tnra; la cual fué escrita por la Iglesia y rnperiores de clla para la
I gksia y sns fieles hij os; no h ay, pues, Escritura sin la Iglesia.
V éa.se parte I, pág. :2õ6. ~o er a estudiando la E scritura Célmo venian los
homb res a Cristo, sino oyend o y dando crédito a la palabra de los Apóstolos y
sus sucesores, cuya palabra r ecibían como palabra del mismo Dios (I Thessal.
TO:llO II 2

http://www.obrascatolicas.com
18 FUNDACION É Dll'ORT.\NCIA m; ld IGLESIA l>E CRISTO.

2 7 13 ); y luégo que confesaban la fe, prirnero con pocas palal>rns, y drspws, á


causa d e lo<> herej es , con más , recibían el bauti::;mo 7 y con la fe y El bantismo
las 8antas Escritura:; de mano de la Iglesia. EI <} ne violaba esta" regia,,, la
Iglesia lo Reparaba de su comunion. CJ:'. Gel'Llil, D e fidei con/;·orersiis per wni-
cabiles tm11 sact loJ1CS dirimell(fis. R om. rn1n , pag. 1G, sq.
Bellarn1. l . e. IY . ~ : Rcópo11deo. si111j,1i'cila vssp Ec(' Jc,iam priorr111 et i10tinrc111 qu am
sit Script.ura. Xam Ecl:lcsia fuit a11tc Scriptur:illl , d ipsi data cst Seripti1rn n Deu, d ipsa
eam aliis tradit et cx plíeat. Tcrtullinn. l. e. e. J .j: Hu1 w i;;itm poti,;s imum grad11 111 111,strui-
mus. 11011 nrlinittendos í\'SC ( lrncret i(;o,: 1 nd 1;\la 111 de Scri1•tlll' is di.' pn t:dío11\:lil. . !Ji>11ici
tlebet , cui co111pdr1 l posscssio Scripturun1111, ne i, a<llllit t.at ur ml <·:1rn , c: ·Ji 111illn 1111.J dcJ
compelit. C. :n: Jt" 11011 Chri;tia11i 11nllu111 jns capiu11t cl1ri,tianon1111 lit(:rnn1111 . ~\d q uo'
rneri to dic:endum PSI: llui estis ·? Q11a11do et 11 11 tle Yeni;;fo;" Quid in nico a~ íti.-;, 11ou n1 Pi ~ ...
:Jfra e;o t 111,cccs.cio, .. Ji111 po:;:;ideo. pri'>r po;o,:j,Jvn. /,,, /, <'o oriyi111'Sjin1u1s ul1 ij18is f/11dori/J11s ,
quoriun f11it ns. Ego sum lrnerr:s :1pustolt1r11rn: ;c ic m '""'''rn11t t esta11w11to ,rn), ,i,·11t lidei
commiscrunt, sicut ad.inrn»enrnt , ita te11 eo . l\·rn corno la l·>cri tnrn .cú\n <'í' e nti l·11•k co11 el
espírit11 de Dios, r1tie •1 os '· nbre " l senticlt• " ( L11e. ~4, 40. At:t . 8 , :n. li l'r~ tr. 1 , :21. ), sülo
al lí, por ,.,. ,,,,igLtirn te , e.' rre!ment.. P11tc·mlicla \\u11tl e el Ecpíritu de Dios <:st:í , en la Igle-ia.
Tcrt1tlli:111. (ScorpÍilc. l' . 12): ()11i' 11tmc: 11tt ·1.lu ll:ls Scrip rnrar11m lllêi.(!Í' n •JS.'Ct q11:1111 i1,sa
Christi sc.:l1. 1 ln.'? qnos ct ;;ibi di.scipnlo~ adoptal'll, umnia 11 f i1t1tC cducu1d1i8, l't nul1 i.' 11111yis-
tros adorna vit , onmia utiqne dudnr08.

V. Est:mdu unidos 0 11 Cristo lu Yiúhle y lu im·i;-: ilJk. la (lÍ\ inid :td


con la l1t11nauidad en nna sola per:eona , res u1t nn u:-:imi:-11w unido~ l'11 la
Iglesia lo interno con lo externo, cl d emento di\·ino <.'OH cl hmnano en
unithcl inclisolnble. Es , i1or comignic11t0 , la lgksia un mga11i~mo "º-
brenatmal, cliYi110 y humano.
L o que lia.y ele in visible cn la Iglesia, es la fo interior, la esperan za, 1aca-
ric1ad , e! l::;píritu Santo con sns gracias. la vida nueva, solJrcnaturaL rce ilJida
con d bantismo y lo;; demàs Sacramcu to,.;. Y lo que hay de yj,;ible 7 cs la con-
ftisioH de la fe, el culto externo , y el ónlon j ení.n1uico (Yi11 mlum. sy11il,ulic11m
liti!19ic111; ;.. hicnud1i1:11lll ) . P ero ni lo im·isible ha elo s ep arar"e de lo yi,;iblc. 111
lo visilJ! e ele lo invisible; pu e ~ é ~te se expresa y s e ct'ecnlo. en ª'J Lttl.
Estas dos formns caml>ian de prcllicmlos: porq11e SÍ(·1Hl11 cn 0lla e! prill('ipio di1·i11n j,J ab-
solutamP11 te infaliblc, d elemen to huniallu lu es a<'imismo, como q11iu.,1 rp1e pa rn J1<J'otros
no existe "ll l a mi:-;11 1a lo di\·ino :::i n l u lurn1a11n: lo hu11 1:111u no ~ uh-.: i . . te ('ll ;sL :-:i n<> como
0rga110 y c.\'.pr<:sio n de lo diYino: "' mC>do C• ''il" <orgull o.'-'rH idealidas, i11 l·apace s lle c· c111 ccbir
la gramkz:i de 1.rnjar (k\ cielo el Hij c• de Di"' y hacers.1 hombre, no li:1n podi do de;;pm';
reco no<:1'r • ~ n sn fornrn Yi:üble la Hlilj c•stad di 1·i11a, así t.1mbie11 desde e l princi pio ,:.. la lgle-
;;ia, el ladc· ú nspedo humnno de e!la ha ;;itlt1 oc-:1,cion de qnc no . 1: cont>zca el (]i1i11 0 . P ol'
0

lo dern(1s. l:i rnntidad no se mnr:strn , [11 una e ~tr:tordinaria <lirec cion c],, la grncia ::1 al,rigo
del dc fr~eto; en ninguna socie<lad hun ~a11a Stwe1.ll' eso, ui cn la lglesia 1ul ~ m a, 4-:ll ~' - ª 111 i ~i11 u
es edu(;ar :í los ho111br(;s para cl reí11" de Dios, y esfonnn;e á ganar· pum Él ú I J1 1 o n< J~ y
malos . Por tanto, no debe extra1·iar nuestro jnicio ni i'rnn lo malo que pueda ob, errnrse en
la Iglesin; ya que csto es ohra y ~fecto de la natnraleza hu111nna, es prod!.!c:lo.> de los mismos
hombres por quienc s descendi\. >Í la tierra el Salvador. •iuc cs la mi sma perfocciün y Santi-
dad. A pe~ar de eso es Santa la Iglesia, porque lo divino c11 ella es lo que nunca pierde su

http://www.obrascatolicas.com
PARTE SEGUNDA. § 1. 19

fuerza santificante y lo que se ma nti ene constantemente inrn riablc . \-éasv ú :Jiéihlcr , Sy11t-
bolik, II. 5. Kap. § 3±. Angns tin. (C. dna8 cp. Pclag. l. 14 ) : :\'ullus in Ecclcsia pos8r.t
rect<' ordin ari mrni ;: ter, si dixisset "\pos tolus . si qui s sine pcecato , nbi ni1, ;oi quis 0ine cri-
min c est. :Jlul ti quippc baptizn ti Jid r les rnn t sine crimine , sine precato antcm in hac Yi ta
nemi11 ern dix erim ... quin. i11 nol1is in hujns Yitnc infi rmit:i tl' mm1 entibus qn otidi c fi eri non
quie;;c11 nt , qn ae fick litcr ora ntibus c-t mi sericonliter operantibu s qu utielie rcmittnntur.

Vl. Ante esa dofrnicion tle la Iglesia, caen desde luégo por tierra
las cinco fol:::a s propoc;ieioncs de los protestantes acerca de esta sagra-
da socieclad, convieuo á sabor:
a) el hacer <.livision entre Cristianismo é I glesia, y de aquí suponer
un Cristianismo sin Iglesia; l; ) el hacer la justificacion de los indivíduos
inclepcndionte de la interyencion de la Iglesia , suponiendo que con siste
en b sola relaciou imnecliata co11 Cristo; e) el considerar á la Iglesia
como una coleccion de mi embros con derechos en todo igual es, sin
formar nn cuerpo organizado con su cabeza y demás gradas jerárqui-
cos ordenados por Diof'! ; d ) la cloctrin a ele la in.-isibilidad de la \·erJa-
dera Iglesia de Cristo; y e) la de la oxistencia y conocimienlo de la
Sagrada E scritnra sin b Iglcsia.
1. Ya los :rnaba pfota;; tlrl pri111er períoclo, drsligaron ai Cri Rti a nirnui dP · tocln cuerpo
hi~t úr i ro de sneieelad . rnir<:>g:índolo :i mercerl ele las fl uctnaciones incesnnte.'> ele un a id eali-
dael ,11tin1érir:a. Xo w eDmp o1iia muy bien que digamos co n tanmiío crror cl predicar cosa
ningnna cletennin atla , por c·u~ a razun los :111:.bapt isü1s se es lorzahan parn que lu.'> predi ca-
doreo; pr'ote.' tantes i11 1pidiC.' Cll la conmlicla cio n ele la s nm·1:1.- igJ, •si:is.tocbvía materialeô, y
transi"onnarl:is en puro E'Spíritn. :Jliihl er, l. e. JI. ::>. e. B'''.!. E! ini_rn10 frnórn eno ofn:c.e11
" n ti0rn pos rn :'ts molk rn os lu ' met<• <] i, ta s; 1·. Schaff, Aiil(!1-ica, púg. ll!J.Il.asta la mita.J
tle nu cstro ;;i .~fo e! Cri:;tiani.-;1110 pro tc.- tante Lodo ha tcnicl o <•s tc canicter pura mente perso-
nal , así el snhjeti1·irn10 <l e los racionali, ta• co mo el <l e los pi('t ista.' . Th onrn sin.< , L11 Hesta11 -
racio n de la r ida ca tól;ca 0 1 R at il'i"n , l SGI.
:2. Segun Lutero f R csp. rui Ambrús. Catlwn·n. a. 1G:21) el homLre es ilustra-
do primeramonte por D ios , y despu os se anade á esta la palaLra externa. L a
Iglesia es una " sociedad de santos, ,, en qno el Evangelio es legítimamente
predicado: Gson, por con siguie nto , ante todo santos ? pues cualqui era que sea SLl
origen, extraccion y rango, pueden predicar. Segnn esto, Gde dónde procede
la certeza qu e cada cual tenga. ele conocer la verdad? Sólo de un acto pura-
mente interior, dei t cstimonio de! Espíritu Santo, cual si fuera la Revelacion
divina en J esucristo una cos a puramente in terna. "A haber querido Lutero
seguir ade lante en este camino, habría muy bien podido pasarse sin un
Cristo exterior, hi stórico, sin una Revelacion histórica.,, l\fohler, l. e. , § 42.
Hoy tambien el luteranismo ortodoxo ensefia ( Thomasius , l. e. , pág. 38G):
"Primero Cristo y la fe que causa su palabra, despues la accion de la Igle-
sia. G'rengo y& á Cristo en la fe? Pues téngole entónces en union con todos
los demás que le pcrtenocen. ,, Pero (, dónde está la « palabra,,? Si basta la
Biblia, para hacer de cada hombre que la tome en las manos urr cristiano,
no hay sino ensenar á leer á todos los niií.os y entregarles una Biblia.

http://www.obrascatolicas.com
20 H''C D.\C!O:i' É n!l'Of:TA:\CH DE LA IGLE~ U DE CRIS TO.

En estos últimos tiempos, muchos t eologos protestantes con Schleienn:-icher,


han creído traspo rtar de tal suerte l<> célebre sentencia d e I rnneo : Ubi enim
Ecclesia , ibi et Spiritu s D ei: et ub i Spiritns D ei , ihi Bcclesia et omnis grntia,
q:ie la primera parte d e ella si gnifiqne ol sentir católico, y la segnmla el
sentido protestante sobre la rel acion en tre Cristiauism o é Jg lesia . Aquólla
h ace dep enr1cr la r elar.i nn c1el individu o con Cristo de su r clacion con ht Igle-
sia ; ésta, por el contrario, hace depender la rela cion del ind ividno con la Jgle-
sia de sn rela0ion con Cristo; en la primcra, está. unido a Cristo el individuo
con un vinculo inmediato , y cn la segunda con llll vinculo mediato . Así qn iso
Irenüo separar los dos miembrns d e su s enten cia , como separar el cnerpo del
alma, a Cristo de la Jglesi a, a lo interno d e lo externo; por lo cual li am a el
mi smo Iren eo á la Iglef<i a esc11.la para sulrir lÍ D if)s. l. e.
:). E! defini rá !1t Tg!P:;in: l1t C1111urn io11 d1· /o.; ~ rodos , cs la nonna ú n·gla eh: tl, de los
lnt e1·anos: por Pl contnu·iu. dice co n rnzo n l\liefoth ( l. <.: . j ' que la Igk>ia nu ;;,·,\o ha de
s<·1· <:onsidcrnda H1bjeti1·aill1;nte como la Conrn nioll de los ;;nntn;;; porqn« c,,to única mente
c(imprende d toncejdiJ rlc la Co1111rn io11 , j!l'/'O 110 el de la .lylesia . La Jgle~ia ha de ,;er
c"n;;idernda l:IJ11 l.1iE::n " ' •.i <'lil'lnn entc c·r,1 11 0 una in-t irnciou dil'i na, l"llll .' U" leyc:, . cdicio5,
1;,,tadüs é in 21itnc:ionc> d('nlru de ln rn :rnm Igl•." ia. La Igles ia no prO(:t· dc de la 1·irt\ill de la
Cmunnion , ú 11 0 de h palabra y la ;JC:<:ion de Dios ... h 1:1rnfesiou, el sprl'icio di1·i 110, lfl
Et 11rgia y las lc·ycs ecl Psi úslic:as no pn1c1:de11 d.: l:i fr. sin o al c"<mtrari o, la fo uac:c de ellas. •
Yéa se el juicin criticv cn la Gaccla pn>festwill' d,. Baliu, ~i' de E11ero ck 18,5 0.

4. Esta violenta separ acion de la s~nta mad re Iglesia católica, n o pued e


tener otro fnu d amento sino la fal sa idea de la Iglesii1 itwisible. Lo que en con-
cepto d e la Tglesia exterior, aparece à la vista, segun los protestantes, la
" masa eclesiástica, ,, e;;o está sujcto a to d os los errores y pecados i)lud elbach
y Guericke, Hajas, .J 8ií:\ pág . 283). Á la Iglesia visible, la corn;i<leran só lo como
I glesia en sentido impropio, y p or tal llcgan a reprobarla lo,; más fa náticos.
Tod os los mi embros d e esta sn I glesia una, propi a ,·, invisible poseeu el sacer-
d ocio; p ero como ellos son invi::;ibles tambien, asi este sacerdocio comnu no
requiere notoriedad alguna. " L os reformad ores deb en conside rar qu e ellos no
han de bahérselas con sacerdote» celosos, sin o con canal la, con be,;tias; y
con este motivo se debcn alegrar de que los príncipes edu ca dos segnn L utero,
comprend iendo las enseiianzas del nnevo derecho, tomen a su cargo a l a Igle-
sia, y formen el cesaropapismo . ,. L ohe, C1J1·respo11dewia de! Sf)rle. lS:JIJ, X. 10.
;). " La Iglesia protestante, con un dogmati smo inaudito, propone co mo
única aut.oridad reguladora, á la Escritura en con cepto d e palabra aut<~n tica e
indefectible de Dios . L a inspiracio n do ella se presup on e ( ! ). ,, Lnthardt,
Dogrn., § ~2 4. V éase a Hollaz., Krn111 . ThMlog., ed. Fran cf. , pag. 13G.
Ré aquí los t6rminos co n que mnestra un protestante , .. la intrínseca false<lad de este
principio: ' La ortodoxia protestante no se ha atrevido {t contemplar imncdiatarnente cn la
Igle€ia la suprema autoridad en com; de fe ; no ha expresado con palahras claras y termi-
nantes, que se debe creer porqu e la Tgk;oia lo eurniía, sino sulamente porque lo que c1beiía
la Jglesia es la única ensciíanza cxaela y clara de la Sagrada Escritura ... Pero que yo <lebo
crce:· y aprender, porque lo en,efü1 la Iglesia, ó lo que ensciía la TgJ,;sia, 1tmbas cosas
Yienen á ser lo mismo. Si no se me permite juzgar oobrc lo que la Jglesia enseiía, ô se me

http://www.obrascatolicas.com
PART'~ SEGliNDA. 21
permite con la condicion de que hc de hacer lo que se me prescribe, a111bas cosas ticnen el
mismo 1-cHiltado; cl ca-o es, que todo csto nada tirnc qne n·r con el librc juicio y convie'
cion, seg1111 lo que 1111i1ro yo s1•r rniemlmi cie la Iglcsia. >

§ :?. VISIB1LIDAD DE LA IGLESL\.

I. La vercbdera Iglesia do Cristo os visible, en razon de mostrarse


011 el mumlo corno cosa que todos pod·emos perciliir.
1. Cnando hablamos de la visibilidad de 12, lglesia, nos referimos a la
Iglesia como tal 1 ut Ecclesiae ; pero no rprnremos c1ecir 11ue la Iglesia sea
i:isiúle c11 todo. Pon1ue inYisible es e] Dios trino y uno <}Ue en ella habita
(I Cor. il, lG; G, rn. II Cor. 2, lG. Joan. 14; 20, 2.'); 17, 20-24); invisible
es J esucristo, ,;n cabeza 1. Col. 1 , 18. 21. Ephes. 1 , 22; :"í, 23), su esposo
(Ephes. ;) , 2"31, sn invisible alimento y bebida \.Joan. G, ô4 sq. I Cor. 10, 16),
que le proporciona la vida celestial; no es visible tampoco el Espíritn Santo
que la guia en tocla Yerdad '.Joan. 1:), 1G i, prenda de amor ( I Cor. 1, 22: ô,
5. Ephes. 1 , 14), por guien todos ereemos 1) Cor. 12, D), qne comnllica sus
dones (I Cor. 12, ,j sq ), qne vivifica a la Iglesia como el alma al cuerpo, y
le comunica una vida so bronatnral ',Gal. ô, 18 - 2:J. I Petr. {, G). Pero esta
vida divina interior se hace tambien visible, al modo que la. verdaelera Iglesia
ele Dios se hace visible en sus elementos csenciales, asi como la crcacion
Yisible manifiesta las propiC'clades esenciale,; de Dios, como la clivinidad ele
Cristo habita en la humanidad, y en el hombre el espiritu gln1·ioso glorifica al
cuerpo. Es Cristo la cabeza de su Iglesia, y por consiguiente lo es no só lo
respecto de las almas, sino tambien ele los cuerpos ele sus miembros: por lo
cual la Iglesia no pnede ménos de ser tambicn Yisible. Thom. III. q. 8. a. 2:
Dicendum, quod corpus humanum habet naturalem ordinem acl animam ratio-
nalem, qnae est propria forma ejus ot motor: et in quantum quidem est forma
ejus, recipit ab anima \'Ítam et ceteras prnprietatcs connmientes humano
corpori secundum suam speciem; in quantum vero anima et:;t motor corporis,
corpus instrumentaliter servit animae. Sic ergo dicendum est, qnod lrnbet vim
influendi humanitas Christi, in quantum est conjuncta Dei V crbo. "Cncle fota
hwnanitas Chrish sccundum scl. animam et corpus influit in homines et q11mi.twn
wl corpus: uno modo in quantum membra corporis exhibentnr arma justitiae in
anima existenti por Christmn, alio modo, in quantum vira gloriae in anima
derivatur ad corpus.
2. Los reformadores tenían buenas razones para definir á la Iglesia, di-
ciendo ser la Conrnnion de los santos. "Ko puede considerarse posible una
comunidad exterior y perfecta con seií.ales visibles propias de verdaelera
Iglesia, segun el art. 7 do las Confess. Angust., y la razon es porque en ese
articulo se dice al mismo timnpo ele la tal Iglesia, que debe existir y durar en
todos los tiempos, siendo asi que esa misma Iglesia visible no tiene ele durncion
sino desde el ano de 1600 en adelante,, ( véase Scheurl, Kordling. Corre.spon-

http://www.obrascatolicas.com
22 § 2. YISIBILIDAD DE LA IGLESIA.

denzbl., 1854, Enero). "El confesar á la Iglesia invisible corresponde principal-


. mente á la fe evangélica en oposicion con la Iglesia Romana·; porque tambien la
Iglesia evangélica ha existido ántes de la reforma, sin perecer jamás; ahora bien,
Gdónde y cómo ha existido la Iglesia evangélica por espacio de tanto tiempo
ántes del afío 1517 ? ,, ( Goschel, Sob1'e la Igles ia visilJle é invisible, en H engsten-
berg, Evang. K. Z., 19 de Abril 1854 ). La misma razon obligó tambien á
Palmer á establecer la invisibilidad de la lglesia (l. e. I. pág. 2G) : In fact, the
R eformed seem generally to have taught the doctrine of the visibility of the
church until some of them deemed it necessary, in consequence of their con-
troversy with the Romanists, to ask them where their church existed before
Luther, to maintain that the church rnight sometimes be invisible. Lo mismo
reconoce J urieu segnn Bossuet ( Histoire eles Variat. XV. 17).
Ya habían lo s fraticellos presentado á la Iglesia como invisible en oposicion
á la visible. Joan. XXII. a. 1318: duas fingit Ecclesias, unam carnalem, aliam
spiritualem, in qua ipsi soli continentur ... apud ipsos solos auctoritas perse-
verat (Denz. 412, 414 ) ; los albigenses (Hurter, Del Papa Inocencio III, V. 3),
Wikleff y Hus, sostuvieron ig ualmente la invisibilidad de la Iglesia. Segun
Lutero, la Iglesia visible encierra en si á la invisible, ella es la Iglesia en
general ó sea por sinécdoque. " Es así que es verdad el artículo, creo en la
Comnnion de los santos, luego no se puede ver ni sentir a la santa Iglesia de
Cristo, ni puede nadie decir, aqui ó allí está. Porque lo que se cree es lo que
no se ve ni se siente ; y lo que se ve y se siente, no es objeto de la
fe. ,, Gr. Kalechism. pág. 498; vgl. Vom Bapstthumb, J en. Ausg . I. Bd.
S. 266. De abroganda 111issa privata. pág. 1. Melanchton ( Loc. 1543 ) defiende
á la I glesia visible en oposicion á los anabaptistas; la Iglesia es no só lo
" congregatio sanctorum, ,, sino tambien " coetus vocatorum, qui est Ecclesia
visibilis, nec alibi electos illos esse somniemus, nisi in hoc ipso coetu
visibili. ,, Calvino (Ins tit. IV. 1 ) pone de relieve áun más categóricamente la
antoridad del sacerdocio externo, áun cuando el credo reformista estableciera
la invisibilidad de la Iglesia ( Conf. Helvet. II. lí. Scotic. Art. 15 ).
< Scgun e! se ntido de! símbolo, debemris dar esta delini cion : lgl esia es la comunidacl de
cristianos, que segun su inrisible esencia es la sociedad de la fe (societas fidei) , su in visi-
ble escncia , y que abraza á los fieles y á los infi eles segun sn visibl e manifestacion , socie-
dad cunoscibl e por las palabras y por los sacramentos ( externa societtlS signornm ) . Ahora
biPn , habiéndose levantado contra este concepto así los polemistas católicos como los lute-
ranos rígidos y laxos , dicicmdo que en él se encierra un dn alismo inconciliable, razon es
confesa r que al rn(m os esta objecion se comprende bien faci lmente. Si nos fijamos eu alguna
Iglesia particnlar ( Eccl esia particularis), ,·e mos que es cierto que los hiencs ceh•stial es sola-
mente son ta les bienes para los qne pennanecen en la fe; pero si estos creyentes no forman
en espíritu una socied ad particular entónces ejercita sn celestial infi uj o sobre todos los miem-
bros llamados e! E spíritu Santo, y á que fi eles é infieles participan de los medias de la gracia .,
frecnen tan los di1·inos oficios, y eoHín bajo el cu idado de l0s pastores. De esta manera for -
rnan los ciudadanos el nervio del Estado , pero no son el E stado: Lo cual pu ede aplicarse á
tod as las esferas de la vida. Así , pues, cuando e n una sociedad particular no está bien de-
termin ada interior ni éXteriorrnente la diferencia entre fi eles é infieles, entónces tarnpoco
está bien determinada esta separacion cn el concepto de una sociedad concreta, lo ena! es

http://www.obrascatolicas.com
PAR T E SEGUNDA. 23

uplirnble á la Tglesia en general . .. Si pert.enccen á l:t ese ncia de la I glesia las palahras y
saera me nto s, no es bas tante enU,nc·c's decir <fo ell a, que es la Comn nion de los fiele s. ]\fdanch-
to n '"' rn S<'g11nda éJkica conoci."1 la fal ta de rn antcri<ll: conccplo de la Iglcsia. E n l:t últi-
ma r:di cio n de sus L 0r:i s0 expre,;ó co ntra el concepto de la I gles ia como soci erlad in visible:
< '\!'e alil1i D011s se patcfecit nisi in Ecclesia vi.-ihili , in riua sona.t vox Evangnlii , uc<' aliam

si .fi11gonn1.c; R"clesian1 -i11risibilr•n1 0t mu tua m ho111i nn111 in hac Yita vi,·enti11111, y def ine en
sn Confess. Eccl. Sax. la Iglesia : Coetus :unpl ec te nt iu111 ernnge linm Christi C't recte uten-
tium Sac r:u11(•nt is, in rtno Deus cst. pffi cax 0-t muitos ar! 1·itam act.crnam rcgen<:rat. > Kahnis,
l. r. III. púg. 528.
;1, •· f:ii volvemos al punto de partida que tomó L utero en s u polémica con-
tra el conc<ipto de la I glesia católica, ver emos que la Iglesia invisible no es,
en sus manos, otra cosa que el ariete lanzac1o contra la I g lesia de los papas,
investida de autoridad para definir el dogma , del derecho de censura , etc.
P or esc Lntero, cuando se vió estigmat.izado con el sello de la excom union,
tuvo la osadía de sostener "que las cen suras eclesiásticas no tienen virtud
par a exclnir de la Iglesia invisible.,, P or donde se ve que la I glesía docente
invisible está aqni en contrap c.sicion al órden visible de la misma y á la tradi-
cion por el~ a establccida. En oposi cirm á la I glesia id eal y empírica se mani-
fies ta entón ces el pcnsamíen to ve rdai1e l'amente reformist a isic), de que única-
ment e la fo tíene valor absoln to, mió11tras que la constitucion d e la I gle,:!Ía y
sn doct.rina están ,;nj etas á la fo rma empil'ica del tíempo. T al es el verda dero
motivo d e la cloctrina acerca de la I gl 1~s i a invi sib le, la3tante disimnlaclo y áun
olvidado cn los úl timos tiempos.,, ~;chwarz (JJcrl. Protcst. K-Z., 17 de Ivlarzo
de 18üõ \.
II. Turla nz 11ue lü Igl esia es el cuerp o ele .Jesucristo , y lü contimrn:
cion de su obra ele la rcde11('Í011 del gén ero humano, <lebemos distinguir
en ella dos e:l ascs 1le visibi li chd , C"omo cl mismo .Jcsucristo: nna p ura-
mente scusible y humana, y otrn <li vÍ110 - lrnmana. L a prin 1cra puecle
t ambien dcsignnrs e con cl nombre de risibi.lifas 1wtferialis, )' con el de
visibilítas fo rma lis la segunda.
1. Cnanclo los catci!icos h iciero11 notar á los protestan tes qne su concepto
de la Iglesia inYi sibl e era tan nuevo L:omo extra no, trataron é ~to :> de sin cerar
su teoria cliciend••, que hacían separnc irm entre la '· E cclesia vi:-úbilis , ., cons·
titnída por la " externa societas sign nr mn et rit unm E cclesiae ,, y la "Ecclesía
invisibil is,,, "quatenus est sociera s fülei et Spiritus sancti in cordibns tide-
linm hahitantis,, ( IT utt er ). Contra lo ena! se C'xpresó ya Suárez (D e/'e11s . crn1tr'b
Rc!J. Augl. J. 7 ) ; to(lavía en nuestros dia:; han r eproducído la mi::<rna doctrina
algnno" escrito res aHglicanos. Cf. 'l'lie Bri 1ish r111d Poi'cign R rrwgeliml R e-
i;ic1r. 1855. 11. 13. P ero aquélla es tau s.'ilo una "reunio n de elemelltos ecl esiás-
ticos,,, y por consccuencia , s 11 relanion 0on esta es casual y puramente externa.
De suertc c1ue , segun obsen ·a K ahnis , en el pasaje úntes citado, es pr·cciso
es tc1blecer siempre la debida separaeion entre una y otra Igl esia. Una lg lesia
meramente invísible ó gue en su parte visiblc esté suj eta á toda clase de peca-
dos y ele errores, 6cómo ha el e po cler ofrecern os una norma ele fe , externa y

http://www.obrascatolicas.com
24 § 2. VJSlll!LIDAD DE LA IGLESIA.

con garantia divina? Gcómo ha de conferir los cargos eclesiásticos, dar una
constitucion y ensenar la disciplina? Cuando atacaba á los católicos, daba
Lutero la preferencia en todos los casos á la palabra interna; por el contrario,
cuando tenía de frente á los "espíritus 6xaltados,,, que adoptaban para si el
mismo principio, se atenía á la palabra externa y á los "queridos padres.,,
( Carta contra algunos espiritus rojos, 1832. vValch, Bd. XX. página 2089 ).
Esta es la causa de que tanto en Lutero como en toda la historia de la secta.
especial que lleva su nombre, se observe una constante fluctuacion al tratarse
de Iglesia visible é invisible. Lutero admitía la existencia de las dos Iglesias,
segun lo cxigían las circunstancias, y esta contradiccion interna sirve de base
y de punto de partida á todos los ensayos hechos por el protestantismo para
sincerar su concepto de la discontinuidad ele la Iglesia, haciendo de esta ma-
nera toda solucion imposible.
2. Si la Iglesia es el cuerpo ele Cristo, de esto se deduce, con entera evi-
dencia, la distincion que ántes hemos establecido entre visibilidad puramente
humana (âsiúilitas únmediatci) y visibilidad divino-humana (vísiúilitas mediata)
Melit. De incan1. Ohr. III. a1). Routh. I. p. 121: Ehoç vx~ c;J,, Ó•J.00 -;;: x:l\.
1 1 '
iv6v,'"'WT:O.:• -:-±l~z'.OÇ 0 'l.~-:-0;::• 7~.Ç• 000 'l.~-:o0 0~7l'J.:. z~·~o":C:J:r:c:-o
' • i1 ~'I.
·fv.. T·fv 1
!J.S'1
1 e~Ó"":T";CI..
1

?'.0":a0· Õi..21. '!(;)'1 cr·r1"J.2(w·1


1
l·1 :--;~ ~'.;·~~:[:-1. 7-;~ ~J.s:-7. 7Q·13'l.;:"";~7!J.'l.'
• ' ' • 1 1
t"Í,'1 óS ~'10~0J-::ó-:·r,--:':t.
1
• ""' ~ ... ' 1 ~· 1 - ( " ! • -,.. "°'."' ' ' • "\ \ \
C1.:J'!Q:J 2') 70~Ç 7f~(l.XO'l'!'l.. 'f_,(0'10 11Ç 70~; 7:?0 '70'.J ij'l.í:7~7:J.'l."rOÇ, S'I 0'.Ç O'/:J. 70 'l.7~/\SÇ '":'G
X'l.":''l. uip%7. à.i:=:xp~;3·r1 -:'l. -:;·rjp.2 ~1. ':·(/~ 7..'J7G0 820:-·r,":'o;· xo:[7:€? tl20ç à)\·r/J-'r1ç 7epo-
a.o,wvo,o,; Ú;;'l.pzwv. Sns palabras, sus hechos, las profecías que en Él se cum-
plieron, hacen que se le reconozca como Dios-hombre. La naturaleza divina
· compenetraba la humana, y al pro pio tiempo no existía en Él lo humano sin
lo divino ( ebionitismo, docetismo ). Una cosa semejante tiene lugar en la Igle-
sia. El número de sus hijos, el culto externo, la predicacion y los sacramentos,
la direccion ele los pastores y de los maestros, los concílios eclesiásticos,
forman parte de la visibilidad humana. El esplendor de las virtudes, particu-
larmente el h eroísmo moral en actos de amor sublime hácia Dios y los hom-
bres, la unidad del dogma y del culto, la comunion en la obediencia bajo el
órden j erárquico establecido, la sangre de los mártires, la plenitud no interrum-
pida de los carismas, son las cualidades que distinguen á la Iglesia como socie-
dad divino-humana. Por consecuencia, la Iglesia es visible como tal, es decir,
como institucion divino - humana.
III. La visibilidad ele la Iglesia, en el sentido expresado, se de-
muestra: a) por la declaracion expresa ele la Sagrada Escritura; b) por
la ensefianza uniforme y constante de los Santos Padres; e) por la
analogía clel cnerpo de Jesucristo; d) por el fin de la Iglesia como me-
diadora de la salvacion del género humano; e) por la visibilidad de la
Iglesia del Antiguo Testamento.
1. Las profecias relativas al :Jiesias, pintan á la Iglesia como un reino
visible que abraza todos los pueblos; especialmente Jes. 2, 2 sq. Mich. 4, 1.
l\falach. 1 , 11. En el N nevo Testamento se compara esta socieelad augusta con

http://www.obrascatolicas.com
PARTE SEGU~DA.

una casa, un templo, un reino, una ciudad, un cuerpo y objetos análogos, ó


se representa como una institucion que tiene sus ordcnanzas, ~us funciones y
sus estados ójerarr1uías 1Ephes. 4, 11. I Cor. 4, 1. Act. 20, 21. I Cor. G, 3.
Act. 20, 28. Matth. 1G, 18), con determinados deberes y mandamientos
(Horn. 10, 10), relativos á la fe (Lnc. 12 1 8 1, ai balitismo (Marc. 16, ]() , al
amor y à la comunidac1 .Joan. 17, 2U. Luc. 22, rn. Il Tim. l, () i, á las oliras
agrada liles al Seiíor ( Matth. :5, 1G; ô, 11 Siendo absolutamente necesaria
para la salvacion, debe tamliien, por natural consecnencia, ser reconoscible
(.i\Iatth. 7, 1.->. Act. :20, :2~1. Rcm. rn, 17. I Tim. 2, + .
2. Los Santos Padres nos representan á la Iglesia como una luz (Ircn. ô,
20. Ambros. in Ps. 1 lD, 7. Cypr. De unit. e. J1, como una ciudacl situada sobre
una montaiía !• .Joan. Chrysostom. in .J es. Horn. II. :J. C!em. Alex. Paedagog.
I. H. Optat. l\Iilev. De Schism. Donatist. III. 2. Cyrill Alcx. in .Jes. 2:J, 6. Opp. ed .
l\fign. IH. p. 3ôBJ. Es el órgano visible por cuyo medi o comnnican los hcrnbres
con su cabc·za iiwisible J esucristo r Augustin. Serm. 2'.lS se halla tan patente
y visible para todos como la luz dei sol (lrcn. I. 10. Athanas. in Ps. [J8, BS.
etl. ~Iig11. I. III. :JUJ. Augnstin. Ep. 10(). De consens. Evangelist. I. 4() 1, des-
pide una lnz tan clara como la clel relámpago ! Angustin. Q. in EYang. I. '381,
es nna luz colocada >iobre el candelero ( Id. in ep. Joan. Tract. IL 9), visible
y esparcida por toda la tierrn (Id. Serm. XXXVII. 2. Q. Epist. Parmen. III.
28. C. Lit. Petilian. II. 74. Do Unit. Eccles. n. 7:2 1.

:.\. AcPrC:t de ln :rnalogfrt de la encarnacion de .fosncri'ln, ,-~ase ,\\;;Jilér. 1. '" ~ 32:


'Por ln qnr lince :í la ,-isibiliclad 1le la lgk.-ia. la últi111a m1.rm en qur· ,,, fomb <J,.\,emos
lrnscarla cn la r·ncarnacion de! \'erlio; si .fewcristo o;c lnibiese poscsionar1o 11e los cornwnes
de los honihres, sin :ll1<>plar la forrna de siN,·o, y por tanto, c;in presentar.se hajo fignra cor-
poral. sr'1lo hahría f1,rnl:1do nna fglPo;ia interna, imisilrle. Pero. muy al contrario el \'erbo
se hizo lHJrnbre. empkr'• para \':-cprernrse fu1·rnas y prnce•limientns ln11na11n.s. padeei(, y obró
como los homln·es, de t:t! suerte, que los medios esco~·idos para la consecucion ele estn objeto
cran tan adecuados y cunforrnc,; :i los 1rn'.to<lns de onlinario cmplcados eu la enscuanza y
cdncacion dP los hornlm's, segun sus neccsidacles y las condiciones de su naturakw, como
en su esencia cran los rnús prnpios que poclían aplicarsc para volver ai gó11Pro hum:mo ú la
verdadera senda. Esta circunst:rncia clehía servir de norma para determinar la natnraleza
ele lll.' rnedil!s que sP dignaría crnplear el Hijo de Di"s, clespu•:.s de sn ,-i,;i\,le partida de la
ti erra, para continuar n),rando cn e! nrnrnlo y para cl mundo. Si la divinidml en .T csucristo
hahí~t obrado por mPdio.s ordinarios y humanos, no podía caber eluda rcspccto á 111 forma
en 1111c dcbia 1·011tin1wr.se sn ol1ra. Hé ariuí por que: tnmbien d cspíritu ele ,JcsucrislrJ bajó
sobre los snyus ele uua rnanera ,-isible; los dones que conqnistó para nosotros el Saln1dor
se ofrccen ;, Jus creycntcs, bajo formas visihles, en los sacramentos. Asimismo la predica-
cion de sn doctrina sr)ln podía efectuarse por mcrlins visib1es y humanos, y rn enscüanza
tenía qne cncomendarFc ú homlll'cs visibl<:s, cnpnce.s ele ejerccr este ministerio docc11tc por
proccdimientus ordinarios al aka11ce de todo el mundo. Como entre los hombre.s !:is cosas
grandes s"'1o medran cuandrJ se realizan por accion comun, .Jesncristo ('Slableció y ordenó
una rnciedad; y sn palalJl'a cfü·ina, rn nilnntacl >iYic·11te y cl inefable nmm qne de ]~] se
derrama, cjcrcieron sobre los suyos nna i11íluencia i111erior y concentratiY:t tan eficaz, que
á su [nstitncion externa corre:.;pc111dió en todo tiempo un impnlso especial colocado por Él
en el corazon de los fieles, que dió por resultado esa nnion nrntua, nunea interrurnpida y ú

http://www.obrascatolicas.com
26 § 2. Y!SI13IL1DAJ> DE LA IGLESLL

torlos visible, que hrrce qne, cou venhd, 1mrda drcirse: en cnalquicr parte domle estén
dlns. allí estú rn Iglesia, w Instit11cio11, en la r1ne 1::1 sin ccsar YÍYe, en la que obra :m espÍ·
ritn y rcrnenrr etcrnarnente ht palahra por Él liabla<la.

4. El protestantismo antiguo opone á nnestroB argumentos la supucsta in-


\'isibilidad de la Iglesia del Antiguo Testamento, que es un tema al que se
han acogido, con liarta frecuencia, los afiliados á dicha seda. ( Comp. Bossuet,
l11strucl. pasiom/e sur lcs promesses de r É!flise. n. 21 ). Pero al referirse al pa-
saje III Reg. Hl, 18, se olvidan de que Elías se prcsentó como profeta de
Israel, apoyado por 7.000 compaiieros y discípulos que no habían dolilado su
roc1illa ante Baal y qur, precisamente al mismo tiempo, bajo el l'8Ínado de]
prudente Jmmfat, Horecía en Judú el culto del verdadero Dios con e8plendor
inusitado. Es, pues, un hecho imwgaule que, mi,'.·ntra., sub.-;istió el sacerdocio
y se practicó la circuncision, suli~istió tambien la Iglesia externa y visible dcl
Autig;rn Testame11 to, en la cnal una serie no interrumpich ,1e pro Cetas levan -
tó su voz ai lado de los sacerdotes. IT Paralip. iJ(j, lG. Mittdiat autem Domi-
nns Dens patnun suorum ad illo:-: per nrnnns nnntiorum t'nornrn, lle nocte
c<msurgens ct quotidie cornmonens. J rrem. 7, 13 .: 11, 7. Contestans contesta-
tn.~ smn patre.s \'esrro8 de die, qna eduxi eos de terra Aegypti, n,.;11ue acl diem
ha11c. 2,->, 3.. J.; 2(), 5; :29, 1D; 33, 1 l. li5. Estos trabajaron igualmente en su
ministcrio sin interrupcion y de una manera visible, particnlarmente en Judca.
Asi vemos rp1e J esncristo reconocic\ esta Iglesia visiLle del Ant ignn Tt'stamento,
con Jerusalen por centro de su actividad, llamada por eso la ci\l(lad del gran
rn mai-ca, y reconoció asimismo la autoridad de sn sacerdocio. ::lfatth . ."í, 8G;
1

21, 12. Joan. 9, E>. HJ, Matth. 7, 4: :2:3, 1. 2. Joan. 11, 4D sg_.; 18, 14).

fV. Con lo qne acabamos 11e expouer quedan refotados los argu-
mentos, ac1nciclos especialrne11t1; por los protestantes antiguo.s cuntra la
\·i~ibil itlad 11e la J gle~ia, ~, fnncL1do~:
a) c11 las palabrns del Seüor, cuanclo dice fJ ue su .Reino es espiritual;
D) en la fe en ln Iglc~ia de Jerncri~to, iucompatible con la Yisi1Jilic1acl
de esta socicdnd.
1. Luc. 17, 20. 21. Begnwn Dá intra ros cst. En contrapo,.:icion á las espe-
ra11zas carnales de los judío:i hac:e nota~· Jesncristo qne el Heino (1d ::lfrHías es
ei<piritual, sin que eso quiera decir qne no es visible; cf. Lnc. ] 7. :20, uon i·enü
i·c:11wn1 Dei 01111 r}1serrntioi1e 111.2-:'l. ;:z:z-:·r:·r,'Et•K, con aparnto . L11 mismo sig-
nifica la expresion dom11s spi>·;·t11all.1· e1~ Jo,~n. 4, .23. I Potr. :2. :). La lglesia os
un reino espiritual, á la manrra rp;e el cuerpo rcsucitado es visil>le, pero à la
ve;; e~.piritual ( I Cor. 1;) ) .
'l Del mismo moclo que los discípulos creían on la divinidad do J esucristo,
aunquc sólo veían su humaniclacl, la Iglcsia es, brtjo un pnnto de yÍsta, objeto
de contemplaciou :-;e;rnible, mién~ras qnc bajo otro conccpto, cn c~mmto 'l ne los
motivos externos de credibiliclacl acreditan su carácter divino, es oujeto de fe.

http://www.obrascatolicas.com
PARTE REGUXDA. 27

afio 1517? » dan éstos dos diferentes contPStaciones; primcramentc: "en la Sagrada Escri-
tura. ,. Pero es el caso que la Iglcsia no est(t Pn la Sagrncb Biblia, fino, por el co11trario,
ésta sr rncucntra e11 aquélla, nl pnnto de que, nclmitida 1:t hip1ítcsis de la suflci1·1wia de la
Sagrada Escritura, sustentada por los rcfonuadores, sería falsa dicha rrspnesta. La segun-
da contestacion es frcc11ente en boca de los an2licanos (Ernngelical Hcview p. :300): The
queslion which Romanist rn coufidently ask. Where wn:-• your chnrch liefore Lntlwr? is well
answercd in the homc·ly retort, Where m1s yonr face this momi1..Q· beforP it w:is washed?
(1Jurray, l. e. I. p. :lG{·. Admitido lo cunl deberíamos cow;idcrar ai prntestnntisrno como una
Iglesia Yisihle dentro de la Rornana, tambien visible. A parte de qno la Iglesia <le los Papas
>e hallaha, rn lo esencial, tan poco alterada como lo est:i l:t cara por las rnandrns; por con-
secucncia h1 scparacion, careciendo de fuudarnento, no era permitida. Bellarm. /. e. llI 14.
:3tapleton, Helect. C. 1. Qu. 3. Art. 3.

§ i3. :IIIEl\IBROS DE LA IGLESIA.

I. Por rniembros de la Iglesia entendemos todos aquellos qne real y


vercladeramente, de una manera mú~ ó ménos perfecta. aunque diferen-
te, están afiliados ü ella.
1. El Obispo y el Papa pertenecen á esta divina sociodad de diferente
manera que el simple fiel, en cuanto qno los primcros tienen mas alta catego-
ria en d organi,;mo de la Jglesia Yisible. Á su yez está unido á ella, de más
perfecta manem, ol que la glorifica, 110 solamente por la fo y la confosion ex-
terna, sí que tambien por la gracia santificante, por los carisma8 del Espíritu
Santo y por la práctica ele Yirtueles heróicas. El que sólo en eleseo y en espí-
tu, no real y verdaeleramente 1 pertonece á la Iglesia, corno sucede con los
catecúmenos, no es miembro ele esta sociedacl.
2. La Sagrada E~critura emplea diferentes expresiones para designar á
los miembros ele l<t Iglesia. Son "discípulos,, ( Act. G, 1; U, 20 ! , "creyentes,,
(Act. 2. 4. 5. G. D1, "obedientes en la fe,, (Act. n, 7), "eticogidos y Jlamados,,
( Act. fl, 15. Joan. <>, 71; 13, 18; 15, lG), "hermanos,, (Mattli. 25, 40. Act. G, 3),
"hijos de Dios y del reino,, (Joan. 13, 33. I Joan. 2, 1: 3, 7; 4, 4; 5, 21. l\Iatth.
13, 38 I Cor. 4, 17), "santos,, (Act. ~), 13; 26, 10. Horn. 12, 5), "un ;-;acerdocio
del Rey,, (l Petr, 2, 4), "corderos y ovejas de Cristo,, (.Joan. 10, lG; 21, 15),
"miembros del cncrpo ele .Jcsucristo,. 1 Rom. 12, 4 1.

II. Para ser miembro de la Iglcsia, se reqniere ante todo, segun la


Sagralla Escritura y los Padres, la fe, que cs el funclunm:.üo de 1.odo el
órclen religioso - moral de la socicdacl; el hautismo, al riue Ya unido el
derecho á la participacion de todas las gracias de la lglesia; y, por últi-
timo, la sumision ü su autoridad, que mantiene la uniclad dd espíritu
por d lazo de la paz ( Ephes. 4, i3 ). Por tanto, só lo rn11 miem hros de la
lglesia aquellos ciue esüín unidos con la Iglesia por el vínculo de la fe
( vinculwn symliolicmn ), del culto ( rinculum lituryicum) y de la comu-
nion eclesiástica (ri11c11l11m hierarcliicum ).

http://www.obrascatolicas.com
28 § 3. ;ti!,;)!BRO S UE LA IGLESU.,

1. V cremos esto con más clariclad ,; j cons ideramos laR palabrns de] Seiíor
ai cstableccr el Apostolado. Exi ge la fe ( Joan. 11, :20. Qni cred irnri sunt per
vcrbum eorum in me. Marc. J U, JG. Qni crediderit et bapti zatus fuerit, sal vus
erü ) : dice à los ficles r1ue ncan à los Apóstolcs como á maestro :; de quienes
han recibido la e11,;eúanza d~~ ia l1ivina l1oetrina y el bautismo 1 ::llatth. :28, 18),
y á los qnn deben sometorse con rendida obeclienci a \ hlatth. lG, 18,. El
miembro de ia Iglesia debe recibir las verdades de la fo, la r egla de vida, la
gracia de los sacramentos , \'i\·i endo unido con ar1nellos en quii:ne:-; se perpe-
túan hasta la consumacion ele los siglos el profetismo, el rei no y el sacerdoci o
de J esucris to. E ste tl'iple !azo :; irve tambien á los Apóstole,; para reconoccr á
los miemuros de la I g lcsía; así Ye mo;; •1uc se exige el bautismo ' Ac t. :L 38: l'J,
i'l. Rom. (i, iJ. l Cor. J, 1;); {;, 11. Ephe;;. 3, 2G. I P etr. 1 , :t): 3 , 2U. J ac. 1, ~ 8.
T J oan. H, l ; G, 4 ) , la s agrada Cena ( Act. :!, 41. 12. I Cor. 18 , 17 sii.; 11, 18),
la fe ( A ct. 2, 41; 8, 12; l(j, j 1, y muy partienlarmento su confcsion externa
e 1Thess.1, 8. Rom. L, 8. 11 - 12: ti, li. Act. :2, 46: ·1 , 32. Il Joan. D, 10.
Jud. 3), la connmion ele la Jgl csi a 1Ac:t. '1, 36; ;), 2; 1, 67; 16, :28 - élO; 20, 28.
!. .Joan. l, :i. ut non sint in vouís schismata\ que se con;wt·va en la sumision a
la autorida<l docente y gubern ntiva de los Apósroles 1::'.fartl1. lü, 18. Luc. :22,
:):2. :Jiat rh . 18, 18. II Cor. W, 8; 13, lU. I Cor. ~;, :21; ti, '3; 7, 1; 11, :. - :JG;
14 , ·lÜ. I 'rl1css. 4 , 2. I Tim. l , 20. lI Petr. 1 , 1:2. II Cor. 2, q. in omnilrns
obediente.>, cf. II Cor. 7 , L>. II Thess. n, 14 ).
2. Tal os igualmente la cloct rina de los Santos Pa(1res. Sin bautismo no
hay salvacion en la Tglesia , es la enscnanza de San B ernab é ( Ep. e. 11. lG J,
de San Ignacio '.ad P olyc. n. ti. ad Eph. n. 1 , }formas , I Yis. 3 ,, :-:ian Just ino
1.Dial. e. Tryph. 11. J:l. Apol og. I. Gl 1, San heneo ( IY. BG; II 2:2; I. 21 ; , de
Clemente de Alejandría (Paedag. I. t.i), de 'rertnlíano ( D e baptism. pass." y
d o San Cipriano 1A.d Donat. c. 'l 1. Por medio clcl bautismo recibcn los miem-
bro,; de la Iglesia el dón de la fe cpie públicamente reco:1ocen y con:fiesm1 ,
segun el testimonío del autor el e la Ep. ad Diogn. ( n. :2. 12 ) , San Bernabé
({.e . e. ll i , San I gnacio ( Ad Trall. n. G. acl 8myrn. n. lG. ad Magnes . n. l ;
con el que coucuenlan otro::i· te;;cimonios , como ad R om. n. 4. G. ad Ephes.
u. ~O. ad Trall. n. 2. ad l\fag ne;;. n. 3 J, 8an J n;;tino (Dia!. e. 'l.'rypl1. n. 42. 44),
Clemente Alejar,drino ( ::5trou1. V . 1 ), y Orígcnes ( Exhort. a d )Iartyr. n. ;)),
r eciben la fe que la I glesia anuncia y que se conserva por los Obispos eu las
iglesias particulares, pero mny partic;ularmente en la romana fundada por
P edro y Pablo. Iren. III. 24. III. 3 : Traditionem Apos tolorum in toto mundo
manifestatarn in 01111;i Ecclesia adest rcspicere omnibus, qui yera velint videre .
La sw11ision à los Obispos es oi tercer· vinculo que m anti ene l a nnion entre
los miemliros de la l glesia . Y así como la rebeldía ( 77'.Í.7"~.; ) r ompe este lazo
(Clem. Rom. ad Cor. l. 14 ) , la snrnision, por el contrario, le robustece ( l. I'.
n. l:J ). Como el cuerpo se compone de diferentes miembros, y en el ejército
h ay jefes de gradnacion má s ó ménos alta , de la misma manera hay eu la
I g le;;ia diversas jera rqnías r v. ;37 i , y és ta "0.:.07'l.';'·/,,, es c l fundam ento de la
paz (n. U. San B ernabé observa que la familia de la Jg lesi a tiene sus supe-

http://www.obrascatolicas.com
PAltTF. SEG1!XD A

riores (Ep. 11. 3 67tzpizo'l7<:.:; .l; y Hermas ( I Vis. 3. n. 3. 5), asegurn que
únicamente son miembros de la Iglesia los que obedeceu á los Obispos. San
Ignacio pone es.iiecialí simo empeno en hacer resaltar la posicion de los Obis-
pos y la importancia que tienen para conserYar la comunion de la Iglesia i ad
E p1. l n ..J. '-iX-r::../.'J.
,~
1'":' • : ... ~-...... xohc:) ) o~ . ti)~, (tJ~ ri.:..%% , r ..J.'Y. 'I·ri..JOJ
.... ... ,
J.:..Jr;'J-., '-h ,.. 1 :..., •• ,. (, ,.... '- - . . . ,-'.,. - ~ · , . ~
:' -
AtJ~cri..t:)' x1.
.- f' - •• :. • ) • ..... :
.
1 1

&>,.. 0 I·r~o:J- 'X"'•--~- -e~) -'l.-"'r ~'·r1. -'l.·J-'"' ;,1 ;,;/-·r- - ·J•J.'"t)'1~
~ ,~ ~ _.. ,.... .J .. .J'"! .. : 1. ' " ( "'' i 7''
.. -
·(
, i ' . '1
. ...
tJ.·r' ;"1 ... ,- .. ~.-. ..
.. j. - .... J .. , ...
1
.J J. 1.J- .... J • ..J

o-z7~:J.'. -;c:i i:-:-:•.nC:;-:(•l, ~'.'lz (:)'J.õ'I fJz1:i ~T:07:J.77CJ'J.:.'1r,•. !. La relacion de los Jieles
1 ' 1 ' \

para c0n los Obispos es la expresion visible y el t<ello de s us relaciones para


con Dios ( ad Magnes. n. () ) , á la vez que sirvo de base á su uni on mutua ! ad
Ph l·1a d e_l p 1l. n . 1. 11. i: '3 S '''. '7 .Ç 'J/.''Y. ~O'i':'. 'Y.%0AO'J
' - 8s~'
- ,~'J.7'~1-!~'1.'I
r 1 - ' rJSO'J- O'J' Y.l.~r,pr)··.m:J.
- !~-·) .
Por eso no se celebraba agape ni bautizo al que no fuese invitado el Obispo
( ad Smyrn. 11. 8. ad Trall. n. 2 - 7 ). Hacen las vcces de Dio8 ( ad Rom. n. !1 1,
y la union con ellos es signo, á la vez que pruelJa, de la legi timidad de la
Iglesia (ad Smyrn. n. 8). Es un mandato divi110 obedecer á los sacerdotes
como à Dios y á J esncri8to (Polycarp. ad Philipp. n. 5 1. No es posible cele-
bra r el bantismo, ni admitirá nadie en la Igle:;ia, ni conmemorar los sag rados
rnisterios, sin la presencia del quP está al frente do los hermanos 1, Justin. Apol.
I. 65 ). Para precaverse de los peligros de] cisma, es preciso obedecer à los
Obispos ( Iren . IV. 2G ). Segun el tcstimonio de San Cipriano, el Obispo es cl
fund amento de la Iglesia ( Ep. 38, l ed. Hart. ): üt E ccle sia super Epis copos
constitnatur, et omnis actus Ecclesiae per eosdem praepositos constituatnr.
Ep. 50, ti: N eque enim aliunde haercses obortae sunt aut 11ata snnt schismata,
quam indo, q uod sacerdoti Dei non obtemp eratnr, nec unus in Ecclcsi a ad
tem pus sacordos et ad tem pus jude.\'. vice Christi cogitatur.

III . Por esa razon los herejes no consti tuyen ya parto del cuerpo de
la Iglesia.
1. :Up~-;·.z6; 'l:ApcoJ-:-:o; í_ Tit. 3, 10 1, hereje, es t.odo aquol que, con libertad
y plena conciencia, niega ó pone en duela la fe de la Iglesia. D eveiti. l. r. lV.
p. 55: Haereticus est habendus non tantum, qni pervicax in onore perseverat,
quem Ecclesia tamquam haereticum condemnavit , sed etiam, qui sciens pru-
d ens in fide dubi tat. Cf. Augustin. Civ. Dei XVIII. Gl: Qui in Ecclesia Christi
morbidnm aliquid pravnmque sapi nnt, si , , . correcti r esistunt contumaciter,
suaque pestifera dogmata emendarc nolunt, sed defensare persistunt, hacretici
:finnt. Ep. 43: Qui sententiam suam quamvis falsam et pervorsam nulla perti-
naci animositate defendunt, praesertim quam a Heductis parentibus accepenmt,
quaerunt autem cante sollicitudine veritatem , corrigi parati quum invenerint,
nequaqnam sunt inter haereticos deputandi. Cf. Thorn. II. II. q. 11. a. 1. Sua-
rez, De Fid. Disp. XIX. Sect. 1: Voluntarium ct contumacia sunt de essentia
haeresis.
2. San I gnacio ( ad Smyrn. n. 4 ) llarna á los herej es &·r,p~:t. -;à. à'l9pwmí;1.op<p:t.,
" lobos, ,, "impíos, ,, "incrédulos, ,, ( ad Philad. n. 2. ad Trall. n. 10). San Po-
licarpo los llama " primogénitos de Satanás,, (Hieronyrn. catai. c. 17 ). Sou
además "seductores,, (Iren. IV. 3. 4), "à~s~~z~; xcú &o\xo\ xa\. &'lo;;.o~,, (J ustin.

http://www.obrascatolicas.com
S 3. )!] E)!BRO ~ DB LA lGT.ESLI..

Dia 1. e. Tryph. n. 3:) ) , " impii ,, 1Ambros. De fid. I. 1), "rebelles et de Anti-
christi spiritu ,. (Cypr. Ep. 73, ltJ ).
3. La mayori a. de los teólogos enseiía que los herejes ocultos, si bi en de
una man era imperfecta, tleben consitlerarso como miembros de la Iglesia.
Bellarm. l. e. III. 10. ~ o obstante, f3uárez sosticne la doctrina contraria. En
apo} o de la primera opinion está la doctrina relativa á la visibilidad llo la
Iglesia : ya qne los her ejes oculto:> conservan sn jnrisdiccion eclesiástica, de
cuyo ben eficio no pueden ser particip es los qne cstán excluídos del seno de
esta di\·ina :;;ncieclad. En favor de la segunda, se aduce el he cho d e (1ne
tambien cl sacerdote heroje y excomulgado está au torizado para dar la ab:;;olu-
cion in articulo mortis y en caso d e nece sidad ; por consecuencia, pnede admi-
tirse un a con ccsiou análoga ele la Iglesia en favor de los herej es ocultos. I>or
otra parte,(. como lrn de pertenccer á la Igle:c;ia un individuo sobre d qu0 no
ejerce influencia algnna lrt gracia de Jesn eri sto, y cuya fe es puramente ex-
terna? Cf. Bull. ... ln e/f'aúilis Dc11.1..' (D cnz. 13021: i:-;i qui secus praesmnpserunt
corde sentire, ii noverint , se .. . ab unitate E cclesiae dcfocissc.
4. L oR h ij os de los herej es, annqne hay an sid o bautizados segnn los ritos
ecl esi ás ticos, si pc n nancc:en ad icto s à los crrnres de sus padres, no son mie::n-
bros clf'l cnerpo de la Iglcsia. R enecli ct. XIV. in Ep. " Singnlari nos,, d. 9
Febr. 1749. (Bnllar. ed. l\fechl in. VII. p. 21Jr Exploratam habcmuR , ab haere-
ticis baptiza to ,;, si ad eam aetatom venerint, in qua bona a rnalis pm se dis-
pcscere po:;::;i nr, arque erroribns l1aptizan tis adhaereant, illos quidem ab E~c:l e ­
siae uni ~a t e rcpelli ..
IV. Tam11 oco los cis máticos son rnicmbrns del euerpo de la Iglesia.
1. San Jerónimo en sn ( Ep. ad Tit. 3, 10), da la siguiente definicion
del cismlttico: Tnter haern;-;im et ::;chisma hoc esse arbi trantur, quocl haeresis
pcrversum dogma l1 a.b eat; se:1i,;ma propt er episcopalem di ::;sensionem ab
Ecclesi a sep are tur; (iuod quidem in principio alicp10 ex parte intelligi potest.
Cetermn mrll11111 sr11 is11w 11on si/1/ al!a11a m co11/{11git /i rieresim, ut 1·ede aú E cclcsici
re l'essisse ci1lmf11 /'. L a mi sma teorí<>. sustenta Sa n Agustin ( D (~ fid. et symb.
c. D.): Haeretici do Deo falsa senticndo ipsam fid em violant , schi smatici
antem discissionibus ini quis a frat erna chal'i tate dissiliunt, quamvis ea cre-
tlant, qnae cre<limu s. Qna propter nec haercti ci pertin ent ad E e;clesiam ca th o-
licam, quae dilig it Dcum ; nec schismatici, qnoniam di ligit proxirnum. Optato
de M. da una defini eion verda<lcramen te clásica del cisma, cuando dice (De
schi sm. Donati::;t. I. Ui: Schi sma , sparso coag ulo pacis, tlissipatis sensiúu s qe-
neratur_. livorc uutritur, acmulatione ef litibus rnlioratur, ut deserta matre cath o-
lica , impii rilii dum foras exeunt et se scparant , a radice matri::; Ecclesine,
invidiae falcibus ampntati, errando rebelles aLscedant.
2. El hecho de que el cisma prodnce verdadera separacíon de la Tglesia , lo
han dernostrado, con gran copia de argumentos y razones, Clemente R omano
(ad Cor. n. '"W) , 8an Ignacio (ad Philatl . n. 2. 3: Õ7o'. ·::y_? fb;:j S ~7;:; z'l.'. Tr,7oC
Xp\7-;oC , oC't'o\ p.z-;i -;o.J smnoT.ou dd·; n. 4, n. 7. n. 8), y muy particularmente
San Cipriano (De unit. E ccl. 1. Ep. { 1 y !:) ad Cornel. ) , San Agustin \De

http://www.obrascatolicas.com
PARTE SEGUNDA . :n
unit. Eccl. e. Cresconium, D e fid. et symb. Serm. 46. Senn. 2;)1 '1 y Optato
d o M. (l. cJ.
V. Los cxcomulgaclos, como lo indica sn nornbre, no son miom-
bros del cuel'po de la Iglesia, toda vez que están privados de aquellos
bicnes que constitnyeu la esencia de la comuniclacl eclesiástica.
l. H é aqui por qué los exconmlgados pueden ser partícipes de tod os aque-
llos bierres que no son dispen sados por la I g lesia. Cf. B erarcl. in L. V. D ecret.
II. Diss. II. 4: Sunt in commu nionc sacra duplicis gcneris jnra, alia, r111 ae
non subsunt ecclesiasticae potesrati, scd D eo reservantur ( F e, E speranza, Ca-
ridad, caracter sacramental, etc .); alia, qua e a Dco institutore Ecclesiae liliere
eidem Ecclesiae concessa suut ita, ut pro Ecclesia ipsim; ar bitrio disponantur
(como las oraciones de la Iglesia, participacion en el cul to y en los sacramen-
tos, etc. ). P or esta razon , en s entir de San Cipriano , estar excomulgado vale
tanto como ( Ep. 28. 38. 30. -H. 32 ) : "arceri a communione,,,. "abst.i neri a
coetu fid eliu m,,, "cxsortcm in Ecclesia esse commun'.onis, ., "de Ecclesia
pelli,,, "a Christi corpore separari.,, Cf. Ambros. I'e pocnit. L 12. Angustin .
Ep. 108. Gen. a d lit. XI. 1U. En chirid. e. 40. "7.:;;o?'.~Y 0 ; , ,, ·' /•::?.c:;0x·. ~-- -:i,~
Zxxl:r1v La...;, ,, " XZ/4 h)f'.~rÉ1(;'J ":'·",; 2.xx),·117(.:zç, ;, " 'l.xry:-1w'J·r1'l'('l.. ,, Cf. l\Iorin . De
poenit.. l\'. 3.
2. 8anto 'l'omas , aceptando una croencia t.radicirJnal antigua, dis tingue dos
clases de excomuniones: e.x:co1111111111icatio iilill or y 11wjoi'. L a primera, "n on h abet
p crfectam rationcm oxcommunicationis,,, pero la segunda es " scparatio a
communione Ecclesiao: ,, Dicendnm, quod ill e, qn i per liaptümrnm in E ccksia
p onit ur, ad duo a dscribitur, scl. ad coetum fidelium et ad participationem sa-
cramentorum , et hoc secundum praesupponi t primum. Et ide o aliquis potest
extra EccleGÍam fie ri dupliciter. Uno modo ita, qnod separetu r tantum a parti-
cípatíone sacramentorum : et hacc est excomnrnnicatio minor. _.\Jio modo ita,
quod excludat m ab utroque: et sic est excommunicatio major, quae hi c defi ni-
tur. Entre los antig uos era sinónimo de -;:x'l:?./:f,;, 'l:~r,?c:;;1.6;, 'l:,7.9?.:J.x. L a Sa-
grada Escritura nos ofrece un argumento en favo r de la enunciada tésis, en
San :Thfateo, l8, 17. 8i aut cm E cdesiam non audierit, sit tibi si cut ethnicns et
pnblicanus. Cr. I Cor. ô, :i. tradcre hujusmodi Satanae in intoritum carni,;, ut
Spiritus salvu s sit in di e Domini nostri J. Chr. Tit. 3, 10. Entre los judíos se
conocen tres clases de censura, que se designan con los nombres de i~;; , o~;; .
Nm::i:f ap. Buxtorf. Lex. Talmud. p. 827. 1303. :24GG.
' - '
g, Siendo h l glesia una in stitucion divino-h umana , cs evidente qnc lo externo es en
ella insqiarabl<• el e lo interno; por consccuenci:i cs fa lsa la proposieion conteni<la en
Art. 23. Luth. damn. :<. Leou. X. Excomrn11n icatio11cs snn t tantum ext.crnae poenae, uec
pri,·ant lwmin0rn commu>1ibus Ecclesiae orntionibn;: (Denz. 647) y la de ,\.uctor Fid. P rop.
4fl. Propositio asscrens, cffectum excommunicationi,; exteriorem dumtaxat es,;e, quia tnn-
turnmodo natura sna excluclit aiJ exteriori coumrnnicationc Ecclcsiae, qnasi excommunica-
tio non sit poena S]J irit1talis. ligans in coelo, rmh1111s obligans, ex. S. Augustino (Ep. 250.
aoí como cn J·on n. Trnct. L. 12) : falsa, perniciosa, acl minus erronea (Denz. 1 '100). Tocan-
te á la conducta que deben obscn •a r los fielc:i en pre;;encia de una excomnnion lega l , pero

http://www.obrascatolicas.com
§ 3. \\fDrBROS DE !. .\ lGLE i' IA.

injn., t:L véase Sa n Agu stin, D e ,·e r:i rdi g . e. í) : Quam co11tumelia111 cnm palic1lli,sime pro
E('c],·,ia e paC'c t11lerin t . do<·<·l,ant hornin es . qn:rn tn sim·••ritnte caritntis Deo 'rrYiPndnm sit.
Ta liu111 propo:;Í t11m e.' t, ant .,ednti< re1neare t11rhi nibns . ant , si i<l 11on si nantlll", '"''' e-adem
tmnpestate p erseverante l' f' l ne suo r('ditu t alis :rnt saevinr nriatur , le nent Yo l11ntatl•rn co n-
s nlemli etiarn Pis ip,is , q11o t· 11 rn rn oti\Jll• perturhationi h11 <q11e cessPr1t11t, oine ulla t:1J n1·enti-
<:ul·11·u11t oeg regati oue u>q11 e ad rnorkm clcfemh:nlc., et l<' 'ri mon Í•) adj111·amP.' 1·an 1 fide m,
q11am in Ecck sia catholi ca praeclicari 'eiunt. llo s cornna t in occ1:lto Pater. in occul to vi-
de ns. A tenor do C''ta do("trina es pN fÍ ·l·tamcnll' justa la eou1lena cio11 de la:< 1wop•i,it io 11 e8
d<· i\"ik\eff · _\ rt. ! ~:.: . flli. •1ui dirnitt unt pra\'d ie:ire ' ive audirc ,-erl!l11 11 l ki pr••1111·r •.'xco111 -
m1rni c:it io11ern ltomin11111 , 'lllll exc1 1111rn unic ati, ct in lll' i judici11 t radit or('S liabcbn ulur
(Den z. 489 ), de H ns (Arl. li ). Sacerdote; Christi vi vente,; secun (l nrn leg(•rn (\jn:.:, et ha-
lienks Scriptu rac notitia111 ct effel't111n ~1d docendnm iwp1ilum, deh<'nl praedic:u·c· non obs-
tante prae telliia excommunÍclltionc . .\rt. 18. Q11ilibet pm cdicantis ofli cit1lll de man dato
accipit, qui ad sace rdoti11111 accedit, d illtHl 111:llldatum ,JeJ,ct exeq ui , praet•' llS:t c.\C·o111 mu-
ni1.·at ione non oli., tante ( lknz. 53fi'' . y <le Quew!'l (Prop. '.l i ) . Exc0111 m1mi cat ionis injn, tac
m1•t1i.;; mmqualll debct nos i111peclire ali illlplendo uehito noqro . .:\ u1111 11am exirn11.-< ali Eccl e-
,-ia. etiam qu :111<ki horn i11 um nequ iria 'ídemur nh ea cxp11l5i , qua ndo Deo, .fc;; u Chrislo
alqu•~ ip ~;i Ecc l1 :siae p er caritatem afli-.:i sumus (Denz . 1 30G. :\uev 11s argn nw ntus c11 a poyo
lh- l·.-tn d oct rina ha dado S:rn Gregoriu ~[ng nn, in E;-ang. Horn. X _\\'l. 0: 1w pa stor is sui
jl\lli1· ium te1rn:rc· rqirelu•mbt. y :-:\a11l< • T umás, l. e.: E t tt11 1c , si hu111 ilitcr susti 11ct ' injustam
ex (·u tnmn11icatioue 1n j, 1in111ilitati .-; i11erit11rn rccnnipensat ux. <..:o n1111unif' ;·1tion i~ <.h.u111111rn.

VI. Los catecúmenos íJU C han accptml o la fe de J esucristo son


mi em bros de la Jglesia , eu ~ entir el e Smíre1. ; pero scgnn Belarmino,
(; rngorio do Valencia y otrus rnnchos teólogos, no lo son actu, sino sola-
mente potrnt ia ó in wto.
Y6ase Suárez, l. e. 1. B elarmino, /.e. III. 3. L a última teoría nos parece más
aecptable si tememo:; eu cu enta lo que hemos expu esto a cerca de la necesidad
del bautismo para entrar en la I glesia. En favor (1e la misma est án i~nal men te
los Padres y los monum0ntos ed esiásti cos. San Grego rio l\az. in S. baptism.
Ornt. XL. J ti: ~wç sl xa-;-r,zo0;J.. s'1oç, ~·1 .-:poOúpr;•.ç s\ r;;·r1ç s~ni3s ('l.ç. Cyrill.
Hierns. Procat. n. 1. Cat. III. 14. XVI. 2G. l'IIuy particularmente la :;o,;tiene el
r ito Lautismal con sus exorcismos y sus votos . Véase T ertull. ad l\Iartyr. e. 3
y de pudici t. e. 14. Por tanto la dccision del Decr. pro Annen. del Concilio de
Florencia está fund ada en la enseüanza uniforme de la anligüedad: P er bap-
tisma membra Christi et de corpore efficimur E ccl esiae.
VIL Por el contrario, son verdadcros miembros del cncrpo de la
Jgk"ia, no solamente los justos y los pr:rfectos, sí qne tambien los peca-
dores y los in1perfeclos. E sto se desprende:
a) ele la doctrina de la Sagrada E scritura contenida en laE' parábolas
del Reino de Dios P,Iatth. 1i3 , 24 -- :w, 37 - ;rn, 4 7 "Cl· 22, 2 sq. 2õ,
1 sq.); b) de la exprcsa manifestacion de .Jesucristo y de los Apóstolos
( Matth. 18 , lf> sq. I Cor. 5 , 1 sq. XI. 29 . 130. II Tim. 2, 20); e) ele la
doctrina snstentad a por los Santos P adres, especialmen te en la Incha
contra los donatistas.

http://www.obrascatolicas.com
S 3. MIEM!lROS DE LA IGJ.ES!A, 33

l. Prop. Que;:n. i:! . ::\ota Ec clesiae Christianae est, quod sit catholica , comprehen-
de tts et omtH'S ungdo;; <:<1e!i, Pt onll1cs Plectos ct justos tcrrao et onwium rn ec ul ornm. í3.
Quid esl EC'r:l es ia nisi ccwtm; 1ilior11111 D c~ i rnancntinnt in .-iuu ej us, adoptat ornm iu Ch:-ist.o .
:mho'i st0 ntiu111 in e.i"' spi ritu , :igen tium per e,i11s grntiam et cxspedantinm gratiarn futuri
saP1·11li ·> í-1. Ecck, ia, sim i11teg(•r Christus. in cnrnntum Y l' rlrnm habrt ut caput, omncs
vcro Sanc·tos ut rne1ubrn. 75 . Ecck sia c;:t unn~ solus homo cornpnsitus ex pluribus mem-
hri;:, q11 onm1 Chri st11 s <·st r:a pu t , Yi ta. su hsiskntia, d perrn na; 11n11 .s >ol11 s Chi istns compo-
,i tus ex plnrili ns >:1nctis , quornm e,-t, rnnctificator . 76. l'iihil spntio:<ius E cclcsia Dei , quia
01111 H~i' •·lecti 0t. j11-ti 0rnnin111 saec11lor11 m iliam componunt. íí. Qni nem dm·it Yitam di-
gn:un tili o Iki et m.; ml1ro Chri sti, ce~rn t interius Demn habPre prn patre et Christum pro
capitc . i 8. Separat 11 r rp1i,o n popHl n ekd n , cnjus figura fuit popul11;; Jmlaicu s <:t caput est
.lrsns Ch rist.uR, ta m 11011 vin• 1Hlo S('C unc.lcnn Evangelium, quam nnn cre<lendo Ern11gelio.
C'f. \ 'irn. Trnti na theolng. i. h. th. Dcnz. 128í sq. ) . F on tann, B 11 lla rnigenitus theolog.
propngn . i. h . th . CI'. Anctor . Fid. Prop. 15. Doctrina, qnae propnnit Eecle;oiarn cnnsidc -
rn11dmn Yel11t um1111 corpns ni,1-st ic n11 1 co:1gmcntatum ex Christo <:a pite et fid eli!.us, qni snnt
ejn>' mc1nbrn per 11n ione1n i110 ITa bi le111, qun mirahili ter evadimw; cnm ipso Han s rnlus ;;acer-
<lo.' , un:i soln YÍct im n , 1mns ,..o]n s :11lora tor perfectns Dei l'atris in s piritu ct Yeri t.Rtc: intel-
lccta hnc 'ern; 11 , ut ncl corp11s E ccJ..,:ia <:> HOn pertin eant 11i>'i Ji.Jelei' , qni '1111i perfe<: ti ado-
ratores in ;; piritn Pl 1 eritate. hacrct ica (Dem:. 1378). Entre los primem:;, ó sea aqnell os
que :'O:<ti.. ne n r111 e la Iglr»in ,,»lo SP 1·nrn pn11e de ,instos y pcrfe C't os, ti gurnn los n1 ontani stas
(Tertnll. l>e puclic. pass. , los nOYa<: ian t>:' ( Eu>ch. H. E. YI. 43 y (',: pec:ia lrn entc la s cartas
eh San Cipriano, •·n ]'arti('ular l~ (; - t;Q . lo:; au di:rnos \ Epi ph. lf<l cr. LXX. Au gnstin.
Ha cr. L. ), los a lbi gc nsr•< , \\'ikl eff c\.rt . 4. Si epÍ' <:Opn s Yd s accrc l u~ •'.'C Íi't it iu pe<:cato
mortnli . n0n orrlinnt , non co11.'c-c:-:1.f. , non conficit , non baptiznt (De11 z . 480) .

·J San Àgnsrin opone à lo::; donatistas hts p arábolas do J ef:'ucri;;to , como


lo hizo más tardo Mo11 et2 C' nmha tiendo á los cataros y wakl em: Ps (~· eh· . Cath.
et \Yaldens. L. V. c. t> ) , parti c: nlannente la parábola de la red ll ena de p eces
s a11 0s y po clridos }fatth. 1.'3, J 1 ,' , la del campo que prodncia maleza entre el
trig o (J\fatth. rn, 411, la del l1anrruete nupcial ( ::\Iatlh . 22, 10 ) , y la de las
vírgenes prud entes y fa tnas ( i.\fotth. 2õ , 1 ).
Algun os esc riton•s modern os se han declarado partidarios de la explicacion que los clona-
tista s dahan al pnsn.ir, San ~Intr10 , i:~, 27 , supnniendo que en \;!no se alude :i la Igle.,ia y
sí al m11nd o ent ero (Thi0r;; c:h, L a·cio11 es sobi·e el Catolicismo ?J cl Protestanfomo, 1846,
I. p:'tg. 10;) . Pero ya Sa11 Agnstin c·cJJnba tió semejante exposici on ( Opp. T. IX. in Appen-
rlic. p. R:~!) ed . ,\Iign. , y aluclirndo :'t Eph. 5 , 25, hac·e la siguirnte cleclamc:ion: non
r1u:1i'i jnrn ,oit sine 111ac: rtla et rngn ' . oerl praeparctnr, 11t sit. Cf. Thom. TII. q. 8. a. 3:
E sse Eecksia lll glori ornm , non habPutem nequc maculam neq11 c rnp:am, est ulti111us jinis,
ad ']tH: m per<lncinrn r per C' lnist um. L·ude hoc erit in statn putriac, rnlll aute111 in statu
r i-a e, in 11110 :-:i di:-.:1" r Í11111 ~ ~ r1nod l'ec<'n tu m 11 0 11 habenrn s ~ nos rn ctip.;o .:. ; sed ucín111 : .: . J.
.Ton11. 1 . 8 .

;;, Entre lo s l1rch rJ S q n e hasta la e:; aciedad pruel1an la do ctri1rn. ca tólica que
ántcs h r mos expn rs to, p ocl emo,; citar: la,; conti eudas y dispuras •1ne se s usci-
taron entre los coi j 1;tÍ(' ~ 1) CrJI·. 1, 11 ; ,j , 1 ), la sentencia. condenatoria del
A póstol C:J, 1 :2 1 su <li<~tá men a cerca del <li fer ente Yaler mo ra l de los fieles ( II
T im. :2, l O, v;;sa . . . in honorem, in contumeliam ), la oracion del Se:ifor (:)Iatth.
;) ' 11 1. d imi n e n ob: s debi ta 1w;:;tra,1, el deLer de la corrcccion frat ernal (Matth.
TOMO li 3

http://www.obrascatolicas.com
34 PARTE SEGl'.XDA. LlBRO l'RHIERO. SE CC IOX PRIMER A .

18, 15 ) , el poder que tiene la Iglcsia para perdon ar los p ecados (Joan. :20, 221,
la Confesion y la Extremaunci on como sacramentos insti tuídos para alc:rnzar
el perdon de las culpas (.Jac. i), 1;\ rn 1, ~l precepto del exámen de conc:iencia
ántes de rccibir la Sagrada Eu car.istía 1'I Cor. li , :28 1, el deber que tienen las
autoridades eclesiásti cas de corregi r á los fiel es (I Tim. ô, 2U. lI 'fim. 'i , 2.
Tit. 1, 9; 2 , lô 1, y la institucíon del sacerclocio con facultad de pen lonar los
pecados á los fieles (Angustin. De utilit. credendi c. l 1.
Si el Apó stol llama á los fíeles "s;rntos ,, ( :J.·rm, xl:r,--:r,\ z;".r1~ ' l{om. 1, 7.
I Cor. 1, :2. II Cor. 1, l. Ephes. 1, l. Philipp. ] , 1), es en aten cion á la samidad
del bauti smo que han r ecibido, á la vocacion á que han sido ll amados y á la
santidad efectiva de muchos de su:'l indivíduos. Cf. Esti o i. h. 1. 'A;".r1'. se lla-
man los cristian os porque fonnan el pueblo de Israel del Nuevo T estamento, al
modo que se llamaba o,t'1i= á los isr aelitas (D cuteron . 33, B. I Reg. 1, D.
4. Entre los Santos Padr.es que han combatido la do ctrin a de los novacia·
nos, merecen particular menci on : S::.n Ambro sio ( De po e:1Ít. I. ü) : Xon dici t
familia tna, sana sum, medicnm n on r equiro, se d dicit: Sana me , Domine, et
sanabor. Ecclesiac tuae species est in illa (Matth. 9, 20) , quae accessit r etro et
tetigit fimbri am vestimenti tui , dicens intra ::;e: (.J_ni;.1 si tetigero ve:'ltimcntmn
ej us, salva ero. Haec ergo Eccle::; ia confitetur vuln era sua, haec curari capit.
ln P fl. 118. Serm. 8: Particeps ego sum omnium timentium te. Qui eompatia-
tur magis hujusmodi hominibus g_uam fastidiat eos, compatiatnr in lirmis , ut
sciat, quod unum corpus omnes sumus, et membris membra connexa , m ahe-
rum sine altero esse non possit, et cum alterum <loler, compatiatur alreri; iste
ergo recte p otest usurpare hujus voeis auctoritatem. San .J erónim n Contra
Lucif. v. 22 ) : Ut in illa ( arca ) omninm animalium genera, it a in hac E ccle!:lia
universarnm et g enti um et morum homines sun t; uti ibi pardus et h oedi, ln-
pus et agni, ita et hi c justi et pcccatorcs, i. e., vasa anrea et argenrea cnm
lig u eis et fictilibns commorantur. D e la misma comparacion se vale San Agu8-
tin (ln Joan. Tract. VI. :2. Serm. CCLXIV. õ. Serm. CXXXVII. 1 : Jesus
Christus caput est Ecclesiae , et est corpus ejus E cc[esia, et in ej u;; corpore
unitas mcmbrorum et compago caritatis tanquam sanitas existit. Qnicunque
autem in caritate fri guerit, infirmatnr in corpore Christi. Sed potens est illc,
etiam infirma membra sanare; dum tamen non nimia impiotatc praeciclantnr,
sed h aereant corpori clonec san ent nr. Quidquid enim adhuc haeret corpori,
non desperatae sanitatis est; quod autem praecisum fuerit, nec curari, n ec sa·
nari potest. Fulgent. De fiel . c. 48: in ecclesia ... bonis malos sacramentornm
communione misceri. La conciencia ele la Iglesia se manifiesta adernas, de un
modo especial, en la peniten cia y en la absolucion, en el símbolo "remissio-
nem peccatorum ,, (Cypr. Ep. 7(j") y en las oraciones que hace la misma por lo!>
pecadores.

VIII. Con mayor motivo debe rechazarse la opinion de los que sos-
tienen que únicamente los predestinados son verdaderos miernbros de
la Jglesia.

http://www.obrascatolicas.com
§ 3. MJE)!BROS DE LA lGLESIA. 35

\Vikl. Art. 8. damn. a. Martin. V. : Si Papa sit praescitus et malus , et per


conseguens membrum diabo li , non habet. potest atem super fideles sibi ab
aliqno datam, ni si forte a Caesare. Art. 15: Nullus est dominus civilis, nullus
est praelatus , nullus est episcopus, dnm eBt in peccato mortali. Hus . Art. 20:
Si Papa est malus , ct praesertim si est praescitus, tunc ut Judas Apostolus
est diaboli. fur et filius perditioni s , et non est caput sanctae militantis Eccle-
siae , cum nec sit membrum ejus. La contradi ccio n es manifiesta, ya que, admi-
tida esta teoría, debe considerarse como miembro de la Iglesia á Saulo, durante
el período de sn vida en que profesó abi erta encmistad á J esucristo; mién-
tras que no podda contarse á Júdas en el núm ero de los discípnlos del Sefwr,
por no ser del número de los predestinados ( Chrysost. in II. de Trin. H orn.
VI. 1); en tal caso tambien carecerian de sentido las amonestaciones y preven-
ciones d el Apóstol (II Petr. 1, 10. Phil. 2, 12. I Cor. 9, 23; 10, 12; 11, J!). Tit.
B, 10. Hebr. 12, 7 ) . La doctrina en cuestion des conoce además la diferencia
entre Ecclesia militans y triumphans.

IX. Annque sou verdaderos miembros de la Iglesia los injustos é


imperfectos, lo mismo que los justos y los pcrfectos, la Iglesia es sin
embargo una, siquiera abrace los tres diferentes estados , ele Ecclesia
militans, p11rgans, triumphans, correspondientes á los mismos es tado:;:
de los individuos que la constituyen.
1. La existencia de dos Iglesias diferentes segun la diversidad de sus
miembros, doctrina condenada por Jpan XXII en el ano 1318, constituye la
idea fundamental dcl protestantii:imo. En el trascurso de la lucha sostenida
por los católi cos contra los dona tio; tas , pretendieron deducir éstos, de la doe·
tri na de que tambien los pecadores pertenecen á la Iglesia, la existencia de dos
Iglesias diferentes; teoria impugnada por San Agustin (Brcvic. Collat. Cap. ~) :
Eandem ipsa:m unam et sanctam Eccl e si~,m nunc esse aliter, tnnc autem aliter
futuram; nunc habere malas mixtos, tunc non habitnram, sicut nunc mortalem ,
quod ex mortalibus constaret hominibus, tunc autem immortalem, quod in ea
nullus esset vel corpore moriturus, sicut non üleo duo Christi. quia prior mortuus,
postea non moriturus. Catechim. Rom. P. I Cap. X. Qu. 5: Militans E cclesia
est coetus omnium fidelium, q ui adhuc in ter ris vivunt; quae ideo militans
vocatur, quod illi cum immanissimis hostibus , mundo , carne, Satana perpe-
tuum sit bellum. N eqne idcirco t amen duas esse Ecclesias censendum est , sed
ejusdem E cclesiae partes duae sunt; quarum una antecessit, et coelesti patria
j am potitur, altera in dies sequitur, donec aliqu ando cum Salvatore nastro
conjuncta, in sempiterna felicitate conquiescat. Cf. Augustin. Civ. Dei Xll. D.
2. En atencion á este doble estado de la Iglesia, eu lucha sobre la tierra y
triunfante en el cielo, al último de los cuales pertenece tambien la Iglesia d el
Purgatorio, toda vez que sus individnos se ha\lan en estado de gracia que no
pueden perder, se da á la Iglesia el nombre de " Reino de los Cielos. ,, D e la
Iglesia militante se hace mencion en San Matth. 20 , l ; 22, 2 sq.; 25, 1 sq., de la
triunfante en San Matth. 5 , 3 sq.; 18, 1sq. ; 19, 23. La Iglesia militante está

http://www.obrascatolicas.com
36 PARTE SEGUNDA. LJBRO PRDIERO . SECCION PRIMERA.

unida con la triunfante por la fe en Aqu el que ti ene sns oj os fijo s en la prime-
ra; por el amor á su cabeza comun, que e;; cl lazo que mantiene principalm ente
unidos á sus individuos. Con e. Trid ent. Sess. VI. e. lG. Cf. Origen. in Lev.
Hom. IV. 4. De Orat. e. 11. C. Cel s . VIII. 13 sq. La manifestacion extern a , la
expresion de es te amor es la oracion. Ambroti. in P s. 118. Scrm. YIII.

X . Admitida la distin cion de cucrpo y alma en la Jglesía , decimos


que perteneccn á dicho cncrpo y alma todos aquellos <1ue se cncuentran
en estado de gracia sobrenatural y están unidos con la Iglesia visible
por el triple vínculo de que úntes hemos hecho mcncion . Los justos
que, sin conocerlo ni quorcrlo, se encucntran fuera de esta socíedad divi-
na, en sus trcs estados, perten ccen al alma pero no al cuerpo de la
Iglesía. Por el contrario, form an parte de Rl1 cucrpo y no de sn alma
aquellos que Re hallan dentro de la comunion ele la Iglesía, pero no se
encuentran en estado de gracia. Y por últim o , ostán fuera del cucrpo )"
del alma ele la Iglesia todos los (1ne , con pleno conocimiento , y por ,-o-
hmtad propia se han separado de ella.
l. Cf. Bellann. l. e. III. :3 ; X otnndu111 est ex Augu:, lino in bre1·ic ulo collat ionis.
('oJ I. 3 . E ccle>Ín111 ess0 <·o rpus vivum , ín qu o cst anima et. corpus, et quidc m a ni111:1 sunt
intPrnn rlona Spiri tns Sanctí , Fides, Sp<'> . Ch a ritas etc . Corpns sunt ex trrna profess i" f\dei.
et comrnnní catio Sacram cnt ornm. E x qn o fit , nt qnidam sint. rl c a nim a et de rorporc E ccle-
siae , et proinde nniti Cltristo capití int<' rÍns et <'Xlerius. et tales sunt perfect íssim e dr E ccle-
;;in ; sunt <:'nim 'ln asi mr mhra vi1·a in eor pore , 'l11nmvis et iam inter Ü;tos aliqni 111nJÓs. aliqui
mi nns vítam participent , et a lirp1i etíam rnlum initium vit ae h:tbeant , et qunsi senrnrn . sed
1w n motn111, ut rpti hahea nt füle m sine clt a rit av -. R un<11 1n ali q11 i snnl de a nima et nnn d<>
corpore , nt catcehurn eni 1·el excommu nicati , si fid cin et ch a ri tatem habeant , qurnl fieri
pot.est , 1l0nique ali'lui sunt de corpo re ct non de an im a, 11! 'l 'ii nnllam hahent i nternam
1·irlntcm l't tamen spe a nt timorP aliqno tempornli pr ofit.rn tnr fülem ct in Sacrarn enfr.; corn-
municat sub regirnine Pastorum, et tales sun t ' icut (' apilli aut ttngues aut mali h umores in
eo rpore h umano. Tho m. III. q. 8 . a . 3; Pri ll t1l et prill cipali ter Chri:; tus e>t ca put enrum .
'lui a ctu nniuntnr ei per glori a m; secundo eornrn, qui actn uniuntur ei per cha rita tem; tcrtio
eoru m , ']llÍ actu uniuntnr ei per fülem .. .. q uae uuit Christo se cund11rn quid et non sim-
pliciter, ut scl. per Chri :s tnm homo consequatnr vitam grntiac .. . P ercipiunt tame n tales a
Christ.o qnc rndam acturn 1·itae , qui esl credere ; :ácut si memhrnm mortifi catum mm,:a tur
aliqualiter ab hon1ine.

2. Ya desde antiguo se r equcría la contnmacia como condicion para ser


declarado h er cj e. Cf. Alph. Li g . llfor. D e Fid. III. 10: Pertinaciter errare non
est hic r1rTitcr et moHlicus snnm errorem tenere v el t11 ori, s ed est e111n refin ere.
ji()' f!j 11rw1 e<.m frt"11· i 11111 sufficir11ter '"'' p1 ·r,í 1(J 5/fl/ 111. R eiffenstn el ( De virt. theol.
Tract. IV. Qu. 2. n. 7): Ad h anc p erti 11n.eiam non re cJ.llÍritu1· major mora tem-
p ori s, qnam r e,1niritm· ad ho c, ut cmn plen a n1hertr ntia possit quis j nd icar e
d e veritate füloi sufric ientor sibi proposita. P or consncnenci a no basta que h aya
" impetuosidacl en la defensa del error. ,. R ase (P olcmik. p. 31 ) ) . P ero aq t1 e-
llos que no solamen te no se hallan poseídos de esa contumacia, sino que , muy

http://www.obrascatolicas.com
§ 4. XECESIDAD DE LA JGLESIA. 37

al contrario, aspiran al conocimiento de la verdad y se muestran dispuestos á


sorneterse á ella, pertenccen al alma de la Iglesia r Augustin. Ep. 43. Allocut.
Pii IX. d. n. Dec. 18fv1 iDenz. Li03): Tenendnm ex fide est, extra A postolicam
Romanam Ecclesiam salvum fiori neminem posse ... sed tamon pro certo
pariter habendnm est, qni verae rcligionis ignorantia laborant, si ea sit invin-
cibilis, nulla i psos obstringi hnjusce rei culpa ante ocnlos Domini. Cf. Encycl.
d. 10. Ang. 18G3.
Ya los antignos teólogos defendieron la opinion de que hay muchos católi-
cos que no sor. cnlpablcs en la profesion de creencias erróneas. Reiffenstuc-1,
De virtut. theol. Tract. IV. Qn. II. n. rn: Illi, qui non ex ma lo animo ant
pertinacia, sed ex simplicitate ant defectu debitae informationis errant circa
fidem, Ílequaquam sunt inter haordicos deputandi. Et hor11m multi sunt in
vulgo haereticorum: nam in defectu pertinaciae nemo est haereticus formaliter,
qni paratus est judicium suum Ecclesiae snbmittere, aut nescit veram Christi
Ecclesiam contrariam tenere, et ita dispositus est saltem habitualder, ut a suo
errore discederet, si sciret, eum esse verae fidei contrarium. La Croix II.
n. ~14: I1weniuntnr ali(111i ita simplices vel praeventi doctrina suorum mini-
strorum, ut firmiter existiment, se non debere dubitare de fide sua, simulque ita
sú1cere procerlunt cum I>co in ronscientia sua. ut si scirent, fidem suam esse
fabam, statim admittercnt nostram: tales antem non snnt haeretici; et tales
esse muitos testantur pl11ri111i . .. in Germa11ia c.1perie11ti.1·simi. Del mismo pare-
cer son Sporer ( Theol. mor. in l praec. Dec:al. cap. 3. sect. 2), 'l'anner (Tom.
III. Disp. I. qu. 8).

S 4. NECESIDAD DE LA IGLESIA.

L Cou la fnnclaciou ele lu Iglesia está clemostracla la necesiclacl de


eu trar en ella, toda ycz que á la oferta q ne el Scüor hacc tlc la gracia
de la salvacion, corresponde cl deber de aceptar esa gracia ( Matth. 18,
17; 28, 19. Marc. Hi, lG. Joa11. 10, lG; 17, 20); por consecuencia, la
Iglcsia es una socieclad necesaria.

La necesidad de entrar en la Iglcsia es de dos clases: necesidad de preccpto


y de medio. Matth. 18, 17. Si Ecclesiam non audierit, sit tibi sicut ethnicus et
publicanus. Matth. 28, 2fl. Eurnes docete mnnes gentes ( f'·:x8·r,-;2~-;-:x-;2 7:X'1-;:x
-;z iiG·n,). Joan. 10, Hi. Et fiet unum ovile et unus pastor. Joan. 17, 20. l)t
omnes unum sint. Luc. 10, 13. Qni vos audit, me audit. Á la misma doctrina
Be refieren todos aqnello::; textos que recomiendan la unidad dentro de la Igle-
sia y condcnan el cisma y la herejía. I Cor. 1, 10; 11, lD. Gal. :i, 20. II Pct.r.
2, 1. La necesidad de modio se deduce de la misma esencia de la Iglesia que
es el cnerpo de J esucristo, en el cu al únicamente vive, enseiía, perdona y
glorifica su alma. Augustin. (Ep. CL:XXXY. 50): Ecclesia catholica sola cor-
pus est Christi, cujus ille caput est Salvator corporis sui. Extra hoc corpus
neminem vivificat Spiritus sanc~mi, quia, sicut dicit Apostolus (Rom. 5, 5),

http://www.obrascatolicas.com
38 PARTE SEGUNDA. LlllllO PRIMERO. SECCION PRIMERA.

charitas Dei diffusa est in cordibus nostris per Spiritum sanctum , qni datus
est nobis. Non est autem particeps divinae charitatis, qui hostis est nnitatis.
Non habent itaque Spiritum sanctum , qui sunt extra Ecclesiam ... Q.ui ergo
vult habere Spiritum sanctum, cav eat foris ab Eccl esia remanere.

II. De lo dicho se deduce q uc toda separaeion de la Iglesia, efeetua-


da por herejía ó por eisma , equinüe á una sepamcion ele Jesucristo y
de su espíritu.
Cf. Ignat. l. e. En op1mon de San Justino, los herejes no so11 rristianos
. l . e. T ryp h . n. ,3-o ). : <•)'I
\._ D ia " 0~J02'1~
. ~ ' xr; 1.'1c.!Y1G'J:J.~'1
- : o•.' ;"1t•lpi.~o·.r;~~
"/ 'r · ' · ,, -
1. j~oJ; X1.'. 'l.7.::;JZ '.ç
' • " ' 1

• • . ' ' ' ' . ' - ' l - •IJ
X'l.'. :uzxo'J.; x:1. 7.vo:J.O'.JÇ 7.'J-:O'J~ 'J1::1.2zo'17':J.~, x:i.~ J.'1--:~ 70'.J --:0'1 ·ri"JO'J'I v.=:i_;Z .v, 1

, , • t .... ..... , X , , , .. , f\ , , , ....

0'10p.1.7'.p.ovov o:J.oAoyz ~ '); p'.IJ7 .'l.YO'JÇ S'l.U'!O'..J~ Az;'O!J'J'VI ' 0'1 'LP'J7:0V o•. sv 7 0 tç
X'l. 1. . . . 1

2fJv~7'. -:6 Õ·io?J. -:o0 fJ:::o:J ! -;:~yp 'l.70'J7'. !~ :, 1.prYi:ry.·{/-:r;•.~, xx~ 'l.·iÓ?r;'.; x:t.~ ~.ÍJ ir; 1.;
-:-s). s-;:z~; xo 1:1tü'100°7~.
San Juan hnyó del bano en cn au to se apercibió de que es-
taba en él Cerinto. Y San Ireneo observa sobre este particular ( III. 3 ): 'fan-
tum A postoli et eorum di scipuli habuerunt timoren, ut 11e vt:rbotenus ali cui
communicarent r,o rum, qni ad ul t·cra»eram yeritatern. Iren. III. 0: P olycarpus
l\farr-ioni aliqnando occurrenti sil,j et clice nti: Cognosci s nos ? re spo ndit: Cogno-
sco te primogeni tum Satanae. l. 27: Omnes, qui quoq ,10 modo adultera11t verit.a ·
tem et praeconium E cclesiae laedunt, S i mou i~ Sam aritani magi discipuli s11nt.
I ü. Y, :!O: Fugere op0rtet ;;ententi as ipsorum .. . confngereautem adEcclesiam,
et in ejus sinu educari et Dc.mini cis ::-:cripturis erudiri. Plantata est enim E ccle-
sia , paradisus in hoc mundo. T ertullian. Praescrip t. e. 37: Si ergo haeretici
Christirw i 11011 su nt, non a Christo habendo, (1uod de sua electione 8ectati haere-
ticorum nomin e admi ttunt. Cyp. Ep. 52 , 2 i (Hart. :)5) ad Antonian.: t'cias nos
primo in loco nec curi o::;os esse d ebere (J_Uid ille docea t. cum fóris doce!lt. Quis-
q ui :> ille est, et qualiscnnque est, Ch.ri stianns non est , qui in Chri ,;ti Ecclesia
non est. Cum sü a Christo una E celesia per totmn mundum in multa membra
di visa, item Epíscopatus unus Bpiscoporum multornm concordi numerositate
di ffu::;us, ille post D ei traditionem, post connexam et ubique conjunctam catho-
licae E cclesiac unitatem 111una11am cr;n et11 r Ei:d esia m f Ílcel'e. Ep. 7G i_l:ia1t. G~lí
ad l\Iagn.: Apparet, adversarios Domini esse et antiehristos, qnos co1rnt et a
cari tate atque ab unitate E cclesiae catholicae reces::;i;;se . . . mnlto magis r ebel-
les et hostes falsa altaria et illi cita sa cenlotia et sacrificia sacrilega et nomina
adnlterata fingentes inter ethni cos et publi canos necesse est computentur. Cf.
D él unit. e. Ul. 17 y las conocid as palab ras : e. G: Quisquis ab E cclesia se-
gregatns adulterae j ungitur , a promissis E cclesiae separatur, nec per veniet
ad Chri:>ti praemia, qui reliquit Ecc:l esiam Christi . ..-1/ien us est .· profá1111.\' est.
hostis est, habere non potest Deum p atrem. qui E cclesimn non habet malrein.
Si potuit evad er e quisque extra arcam ::\oe fo it, et qni extra Ecclesiam fo ris
fo eriL , evadit. San Cirilo de Alejandría di ce que lo s herejes roban el nombre
de Cl'Í8tianOS (in J eS . ~] 1 H): ";0 X('.7'\'l.'l~J'I 0'•1ü(-'l. Xf,~TC";O'l'i:ÇJ j COmeten pecado
contra el Esp!ritu Santo ( Cyrill. Hieros. Catech. XVI. G. Augustín. Civ.
Dei :\:. YIII. <i l: Dia bolus haereticos movit, qui sub rncabu lo Christiano doctri-

http://www.obrascatolicas.com
: ·f'

§ 4. NEO;SIDAll DE LA. IGLJ.:SIA.. 3\l

nae r esisterent Christianae. La apostasía de la verdadera fe conduce á la


" synagoga Satan ao ,, Hieron. in .J es. 7, 22 ). Los h ercjes son g entes expulsa-
das dr la casa d el S üií.or, que ti cncn por caudillos á los demonios (Id. in Os.
7, E>. ::\Iuy parti cnlarmente pone de manifiesto lo reprobado que es el cisma
San Agustin , Serm . 71 , 88. Contra Ep. Parmen. II. 25. III. 20. C. li ter. Peti-
lian. III. 3. C. Crescon. IV. 33. Optat. 1. e. I. 21 ).

Ifl. Si en la Iglesia y solamente en ella está Jesucristo, su verdad y


su gracia, sólo en esta sociellad divina se encuentra la salud eterna.
E:dra l~'cclesiam 111111a salus. Claramente ee desprende esto de I Cor. [>,
5. I Tim. 1, 20, así corno de la do<:trina general <le los Padres, <le los
actos de fe y de toda la disciplina de la Iglesia misma.

1. \-eamos prnehas más detalladas de la tesis que hemos s entado:


a ) L a Iglesia es el órgano regnl a r de la salvacion , sin que de sn direccion
estén excluídos aquellos que se hallan fu era dei gremio d e la mísrna, no culpa-
l1iliter y f'ormaliter. s ino invinábiliter y materioliter. Estos p ortenecen á la
Igle8ia, si no re. á lo m enos voto soltem implícito. por cl propósito q no tienen de
seguir todo lo que ha mandado .Jusncri8to. En es te núme<·o dcben contarse,
se gim el sentir um\nirne de los t eólogos, todos los li eles cristian os bautizados
con ::mjecion á lo,; ri tos de la 1gles ia , sii:;mpre que no perman ezcan en la here-
jía /órmaliter y ront1mwces , sino simplemente 1naterialiter. C±'. Augustin. Ep.
4;3; in J oan. Tract. ,:l;) y De utilit. cred. init. D e Hacresi ad Qnodvnltdeum c. 1.
/! ) Al de cir que la lglesia es el órgano de la salvacion y que no h>ty salva-
cion foera de ella , no 8e pretend e negar la necesidad de que eon curran las
otras condiciones para obtener ese favor celestial: fe , bautismo y gracia, sino
solamente qt:.e es la primera y más principal de todas, en con traposi cion al
cisma y á la herejía, que únicamente como t ales, cierran el camino á la salud
eterna.
1· 1 :N"nestra cu estion no envndve una signi fic acion subjetivo-personal, sino

formal-obj etiva ; examina la condicion de la salYaci on .e n si misma y no su


realizacion en los individuas; encierra la pregnnta: Gque es lo q ue hace bien-
aven t nrado ? pero no r. quien hace bienaventurado? Cf. Alloc. Pii IX. d. \l.
Dec. 183± ( Den z. l i)U4).
2. .\.d e m ~s do los textos que recomiendan la necesidad ele mantener la
unida.1 eon la Iglcsia 1, l Cor. ,-J , 5. Tradere huj usmodi s atanae in interitum
carnis , ef. I Tim. l, :2U; , hay otros que parten del ::;igniente principio: lo que
ei;tá fnera de la Igle8ia , es decir, dei reino de J esu cristo, es el reino de Sata-
nas ( l\fatth. 18, 17); por consecnencia, el que está foera de la Iglesia " con-
demn abitur ( l\farc. lG , 16 ), jam judicat us est ( Joan. 3, 18 ) , proprio judicio
cond·• mnatus est 1 II P etr. 2, 11, qnibus procella tenebrarum serva ta est in
aeternum ,, ( .Jud. ICJ).
B. Todos los Santo,; Padres sostienen la misma doctrina. El que sigue el
cisma, observa San Ignacio ( ad Philad. n. 3 ), no puede heredar ol reino de

http://www.obrascatolicas.com
40 PARTE SEG l:~DA. L IHR O Pl\DIERO. SE CC IUK P RD!ERA.

"1 'Y • ' Ç - r ' ' {) - ' ' -


los cielos: E • 7'.; IJ'~'·'-/J'i7'. 'l."1.0J.r;·J-Js~, °!;).'J'.J.:,V'J.'1 ,- ?J; 'J O'J z):r,p0·10;1.2~·
1
=- 1
:
1
• .; 'E.'1
1.)\i \o-;':j("J. "/ '1(:Y1.r1 1:2.J•;;::t.:-2 ~, 0·)-:r;.:: :-c:J T:~/JJ~~ 0~ 7'J'/ %'l.7'l. : ~íh-;:z:.. La herei ia. es un
~
• 1 \ 1 \ • l 1 J
veneno que cansa la muerte ! fJrrÍ.7•-:1.rJ') :;;7-.~:1.zzr,·, ·,, ad Tr:i\L e. li. 7. En ~ e ntir
de Teofilo ( ad Autolyc. II. 1-± 1 pen:c:en to d os a•1nellos <pie sigu en alguna
herejí a. Nadie alcan,;ara la bienaventnranza foern de es ta casa, os decir, foern
de la Iglesia 1, Origon. H orn. IY. in J os . '· E\ <1ue ,.,,~ salve, alcanzará la sal rn-
cion únicamente por la I g lesia (Hieronym. in J oel e. :2 ); d que no se alimente
en ell a con la carn e del c:ord ero , os prol"ano : ,,] qnc no se cncuemre de ntro dei
Arca , perecerá (Id . Ep. 1-1 ad D ama>> )· La I g lesia "" el tf·mplo de Di o:-;, "quo
si quis exieri t, a spe vitae et ~almi s aet Prna e al i<• nn :S t•st ,, 1 La cra nt. Div.
Instit. IY. ;30 ). Augnst iu. Enarr. II. XCYl ll. U: H aec ( ·:;t E r.,d e,; ia catho-
lica ... illi, qui non ei commnnica111, n on examliuntm ad vitam aeternam:
cf. Enarr. in Ps. CXXXJ. lH. ld. S erm. ;> ;i~l: Si ergo hic Ycrn trnitas est,
extra quam necesse est in aetcrnum moriaris , r1uare p:.rentes mort nos t uos
sequi vis? Cf. De Bapt. J. 10. D e Unit. E ccl. e. 2. "\ti pleh. E ccl. C ae~ ar. n. J:
Extra Ecclesiam totum potest ( haberi ) praPter sal nc em. :F ulgent.ius, J) c füle
ad Petr. e. 38: .E'i 1·missime t enc ct nnl laten us tl n bi te,;, iwn solnm paga nos, sed
etiam J udaeos, hacreti cGs et schismaticos, <[1ti extra E c'" lesi am carholicarn
praesen tem fin iun t vitam , in ignem aeternum itnr1l:>. Ci". Sy mh .•·\thanas.:
Qui cunque vnlt sal vns f',; sc, ante omn ia opn..; est, uc teneat cathol icarn fü'le m.
Y con cluye diciendo: Haec est fides eath olica, qnam 11i si qni s qu e Jid eliter
firmiterq ue credideri t, 3al vus esse 11011 voteri t. Con . Latern11. II". De tid ca th.:
Una est fidclium universalis Ecclesia , extra quarn nullu s ornn in o salvatur.
Prof. 1'1 id . Triden t.: H anc veram fidem catholi c11 m , extra (JUam n emo potest
salvus esse, sponte profit.eor. Syllab. Prnp. 2 1. Ecclesia rwn hahei pote:-itatem
dogmati ce definiendi, r eligionem E cclesi ae catholieae es,;(; uu ice Yernm reli-
gionem.

Hn,t:i Jn, c"11fe,io11 rs prote't:rnt<'' ""'tie!lr·11 '''ta <]1,ctri11:1 '.\[e!:tJ 11·h th. L1"·· p{1gi· tl"""·
na 3fi4 . . . ncc: alios e lectos ullus e;,se sonllli <' ums, 11i,i i11 l1ot ipso col"!u ri,ibili. c;erhanl ,
Lo c. tli. de El"cl. e. 7: ln "i'i l1ilis <'iee:rn run1 cnetu s c11n ti 11"tlll' rnli ,.j,il 1i li e<1nµT1'.Q:itio 1w
rncato rnlll .. . <'t ecde, ia Yoc:itornm lnt ior "st qual! < Pl ectonnn . . . Q:i icu11q 11e igit 11 r per ti-
nent :Hl Eccle,iarn in\'i,ibilern, illi dim11 arl risil1i/nn. C111 1fess. Ji, (,·et. l'º't. ""· e. li :
Commnnioncrn 1·ero <·um E("<:k, ia Ch ri,ti n ·ra !an ti fac-imns, nt n~.r11 · 1;111s. 1'0R (" il"liJI Deo
i:ii:cn• p osse , 111ti c11 1n r:er a I.'i'âesia non com ·111unfr ii11I , sc·d :ih"" se "']lilr:t111. Co11f. Beli<.
Art . 28: Crc ·di111n ~, r1 uo cl cu111 ~an('t u :-; -:: it l°(W fn ~ ct cnn~ r(•.g.:1ti11 ~ it ('o r11m, qu i :·.; t T\·:.1ri ll ebent.
et sa/us 11111/11 sit c.rlrll ea;1r; ll cmim·n1 , cnjc1.,c- un qt11· ili.~·nitati .' ant 11 011ci ni,; i- fucri t. si •;;e a li
ea. snhducere au t s0gr<'gare dl' IJere, ut sua t:1utmn cnnf.nctudi11e cn 11tf'n l1 is, H1 l 11~ a<_· .. .:1:para-
tim Yi rnt. SPd om11c·.< :ic .'i11 .~ul0 s tPnr·ri, liuil" co•:t1 1i 'é :idju11gu·,. :1 l1Jl 1e 11 11iri. J:><: le,ia1'
unitate m solli .. itll con s<-r,·m·<'. H>.,cque ill in., t11n1 doctri11ae t11m disciplinae '" l1jiccrl' . --· Qc1i-
eunq11e igitur a Yera ilia E<:ch>ia l'ecec11rnt, aut se illi ad.zregare rccusant, "l"'rte llci man -
dato repngnant.

IV. De lo expuesto se clcduce, <1 ne la tolera11cia r eligio!" a e;; i11admi-


sible, puesto que se opone:
(t) á la n ntural cza de Dios' á Sl1 \"crac:idad ' á su sauidurfa y ~ll justi-

http://www.obrascatolicas.com
§ 4. KECE SID.\D DE LA IGLESU.

eia; Z, ) al objoto de la ReYelacion y de la Iglesia, en y por meclio de la


cual únicamente puede obtenerse la Yerd ad y la salrncion; e) tt la csen-
cia ele la verd<Vl religiosa que exeluye todo errar; d) á la 11aturalcza
<lcl cspíritn huma no que , por n ecesidad , aspira á la posesion de ln v er-
dacl y 110 encuentra luz ni satisfaccion verdaclera fuera ele la Iglesia.

La toleran cia co nsiste en soportar con paciencia un mal que , como tal, ni
le qllcremoc: ni !e miramos con indiferencia. Augustin . Enarr. in Ps. 3 1: 'l'ole-
ranti a quae dici rnr, non est nisi in malis. E sta toleran cia puede aplican;;e á
las idcas , doctrinas , in~titu cio nes, y tambien á las personas. Aqui se trata de
la prime;«1 y á ella se rt>fiere tambien el dicho de San Ag ustin ( Ep. L:XIX. HJ
ad J anuar. j: Ecclesia D ei, inter multam pal eam, multaque zizani a constitnta,
mnlta tolerat , et tamen, qnae sunt contra fid em vel bonam vitam, 11011 uppl'O-
uat. UPI' tr11·d. ncr fi1cil. La I glesia renegaria de si misma , negaria á .J esucris-
to, á sn úni co Esposo, negada que hay un solo Seiíor, una sola fe, un solo bau-
tism o , re negad a de todas sus prerrogativas, si pretendiera otorgar al cisma y
á la hcrejía ignal derecho que á la verdad. 8 egura como est.á de sn orígen t:Jx -
clusivo de Dios y de que posee la verdad infalible, tiene que mostran;e in-
transigente con el error que rooa á Dios el honor que le es debi do y aparta á
los hombres del camino de la salvacion. Por eso en ningun caso está permi ticlo
reconoccr dercchos al error que se pone frente á la I glesia, ni d e pai abra, ni
de hecho; ni directa ni indirectamente, ni tacita ni expresamente. Por la mis-
ma razon, la inqnisicion romana, por decreto de 1G de Setiembre de 18G4,
prohibió á 108 católi cos tomar parte en la Association pour pror:urer Cunion des
rliverses partics de la chrétienté, fundada por los pusei tas. Cf. Sy llab. Prop.
15 - 18.

V. Si la Iglesia condena la tolerancia religiosa, en cambio no sólo


permi te sino que ordena, no tan :::ólo tolerancia, h asta amor á los extra-
viados, y esto por m otivos naturales y sobrenatu rales, á ejemplo de
J csucristo.

San Cipriano describe ,í, maravilla la imágen del amor hácia los extraviados
y pecadores , cualldo dice (De bono patientiae C. GJ: Nec mirandum, riuod
circa obandicnte.,; tali s ex::;titerit, qui J udam potuit usque ad extremum longa
patientia snstin ere , cibu m cum inimico capere, hostem do mesticum scire nec
palam ostEond ere, trndit ores osculum non r ecu::;are. ln Judaeis vero tole randis
aequanimita,; 1prnnta et quanta patientia ~ Incl'ed ulos ad fidem suadendo fl ecte -
re, obsequio ingrato s fovEre, contrad icentibus re,;pondere leniter, snperbos
sustin ern clementer, hum ili ter perseque ntibus cedere, Prophetarum interfe c:to -
r es et ad v2nrnm Deum s~mper r ebelles u,;que ad cruci::> cL pa.,;sioni,; horam
vell e colligere. Augustin. Serm. XLIX. 8 : Di ligite homines, interricite errores.
::\Iny particul arnwn te se m<tni fiesta este am or y celo por la salvacion de las
almas de lcs que están tn el error, en la oracion: T'l. --'l.~ :J.i.~2:~z'l. 00·"1.:J.:'./.
• t ' jl
.. .

http://www.obrascatolicas.com
42 PARTE SEGUlWA. LIBRO PR!ln:r.o. SECCION PRIMElU,

à.'1'l.6sr~c:~Ç2'~'1 z.p·'rl' xcú ~1 àa-z:j·(I Bó"(tJ-7.":'l. 2)\Si"zs~'I, Ttiao:'I 08 T:S'a~(~J i-.10?c:Yr:(t)'/


7t0 1.s~78:g x:ú s~zscr9z~ Únsp ,7,ç ::t.trrt7i'I v«JC·r,plzç. Joan. Chrysost. D e anath.
n. 4. Cf. Allocut. d. 8. D ec. 1854: Prout charitatis ratio po::-;tulat, assíduas
funclarn us preces, ut omncs quaquaversus gentes ad Chri stum convertantnr.
Cate eh . R orn. P. l\'. Cap. :'í. n. l: Orandnm est pro omnibus sine ulla exce-
ptione vel religionis vel gentis; nam sive hostis sit sive alicnus sive infülelis,
proximns est, quem quia jussu Dei amare debemus, seqnitur, ut prece::i quoque,
qnod amo ri s offieium est , pro eo fa cere debeamus. El amor del creyente s nfre
las faltas de las personas (Eph. 4, 1. 2. Gal. G, 2. Col. 3, 12. 13 ) , cou objeto
de ganarlas para .Tesu cristo; pero precisamente porque procc1/c de 1a /i· . 11e la
cual toma sus fines y sus motivos, es fu erte en el sufrimiento. H é aqui por qué
exige la intolerancia religiosa, á finde poder manifestar :m actividad , pero no
pide la inclilerencia, ya que ésta destruyc el fundam rnto sobrn el cual ella
descansa . .Magn11m opus , se1 f r:f' /ide. L ando superaedifüoationcm operi;, se<l
video fnnda 111en tum fid ei ( Augustin. in P,;. 31 praef. ).

YI. La potostad católica tieue derccho, y eu circunstancias cspecia-


les está obligada, á conco<lor libertnd religiosa á los que profesai1 clife·
rente religiou, siempre q1w así lo t xija ó lo con sien ta el bien público.
1

Pero clebe condenarse la tolernncia q ne <:o funda en el indiferentiYrno , ó


1 leseansa en la total ignorancia d e Lt Heligion ó parto clel prirn:ipio ele

mia libertacl religiosa ilimitada.


1. L a p1í bl ica profesion d e una r elig if) n faba es siempre un mal ; pero la
potesrad <:a tólica puede tolerada, aunqnc 111rnca aprouarla , sieinpre q ne la
intoler::rnc:ia proclujera más dai\o,; que be11eJicio s al E::itaclo, y que p os itirnmcn-
te la tolera11cia sea más bcneliciosa que la pràetica contraria. Thom. Sum. II.
11. q. 10. n.. 11: Hitus infidelium tolerari possunt vel prnpler aliquod bonum,
qu od ex eis provcni et, vel propter aliquo1l malum, qnod vitatur . .. sei. ad
vitandum ;;candalum vel di:'!:;idinm , qtwd ex h oc possit provenire , v el impedi-
mernum ~ a lntis eorum, qui pau!atim sfr tolerati co11rert1111tu r ad (idem . Véase
'l'rendelenbnrg, Derecho natural, § 172; e! Estado puedc consentir la prádica
ele una religion extrana, miéntras alimente la esperania ele venceria y de so-
meterl a bajo la influencia ele ;.;u espíritu moral. Otros datos sobre esta !itera·
tura, véanse ,,1pofagía , II. 2. p. U4.
·> P ero cl fundamento de esta tolerancia no puede ser el indi fe rentismo
nacido de la cre1•ncia de que una religi on sea tan verdadera ó falsa, tan bne-
na ó tan mala como la otra. Cf. Syllab. lG. Homin es in cujnsvis religionis
eultn viam aetcrnae salutis reperire aeternamque salulem assequi possunt.
Syllab. 17. Saltem bene sperandum est de aeterna illorum omnium salnte , qui
in vera Cliristi E cclesia neq1rnquam v er:;antur. Syllab. 18. ProtestantÍi:;mus
l!On aliud e>Jt quam diver:;a verae eju,.,dem religionis Chri:;tianae forma , in
qua aeque ac in Ecclesia catholica Deo placere datum est.
3. Los poderes católico:; tampoco pll eden otorgar libertad de cultos , par-
tiendo dei principio de la crJ111p/eta sepa racion de la Iglesia y del E sfado , eu

http://www.obrascatolicas.com
§ 4. XE CES IV.\ D DE LA IC;u;sJA. 43

virtud de la cnal éste , no haciendo distincion alguna entre la religion verda-


dera y la falsa , se pudiese creer desligado de toda obligacion d e prestarla
apoyo y pormitiese toda clase de ataques contra ella so pret2xto de que no
afec tan à la tranquilidad pública. Syll ab. 55. E cclesia a statu, statusque ab
Ecclesia sejungendus est. Encycl. d. d. 8 . Sept. l8()4: Opt.imam sociotatis pu-
blicae rationem civil emque progressum omnino requirere, ut humana societail
constituarur et gubernetnr nnllo habito ad religionem r espectu, ac si ea non
existeret, aut saltem nullo facto veram inter falsa>' que religiones discrimine.
Optimam esse conditionem societatis in qua irnperio non agnoscitur officium
coercendi sancitis poenis violatores catholicae r eligionis, nisi quate nus pax
publica postulat. Puesto que el Estad o no es un a entidad abstracta, sino qne
está constitnido por una asociacion d e gentes, formada en momentos históri-
cos, perfeetamente tlefinida, con dete rminadas ideas religiosas y mo rales, y
su única mision con siste en ord enar la fo rma de vida confo rme á determinadas
leyes, no puede , en modo algnno, hacer caso omiso d e la religion . Hasta el
Juramenf() . como acto legal, no tiene razon de ser sin fundamento roligioso.
" L a teo ria de la separacion de la Iglesia y del J:stado, es tan só lo nn invenro
para salii· de apuros on épocas de conflictos provocados por la intemperan cia.
El Estado separado de la Iglcsia, está mutilado y condenado á muerte espiri -
tual.,. Trendelenburg, 1. c. ~ 110. Toda vez que la religion es, con segnridad,
nn bien mayor que la tran quilidad pública, que la honra del ciudadano, que
la moral, y es hasta fundamento de todos estos bi enes , tie ne el Estado, siquie-
ra por miramiento á los débiles de in teligencia y de fe religiosa , el deber de
proteger la r eligion ante los ataques dei sofisma, contra los escrit o:,; :;atíricos
y las calnmnias, de la misma manera que defiende esos biene:,; de la vida pú-
bli ca. K o se diga qu e la verdad se d efiende por si misma ; tambien los p rincí-
pios moralos son in trínsecamente y por si verdaderos ; no obstante lo cual ,
tiene el Estado el deber de prestarles sn ap oyo y rl e evitar qu e sean objeto de
públicos ataques. No cabe duda que el Estado es una institu cion de nn órden
natural : pero tambi en el órden moral y el derecho, qu e constituyen el funda·
memo dei E stado, se defienden y se r econo cen con más evidencia en la pre vi-
sion actnal, mediante el hecho sobrenatural de la Revelacion; ap arte d e que
el concepto moral de los pneblos cris tianos no es un concepto abstracto y na-
tural , sino positivo y esencialmente cri~tian o. Por consecuen cia, el Estado no
puede eximirse de la obligacion de tlefe nder y reco no cer la religion positi-
va sin perderse á si propio. " Cualqui cra que sea la altnra á que el E stado
haya llega do , no solamente se le ha dado el po d er ... an te todas la s cosas se 1!'
li a e11cQ111e11da1/r; la rnsforha de l a religiMt . Ko cabe asegnrar que el Estado, qtw
deriva de la moral pública su principal sustento, pueda hacer un papel de in-
diferente en ·punto a la religion, siendo és ta la que santifica y enaltece la
moral, ensenando la verdadera fne nte de c1ue 11ace. P or mucho que ::;e quie ra
in di\·idualizar la religion , nunca podrá circunscribirse á limi t es individuales,
ya que por lo ménos reviste el carácter de una cn estion de familia. Po r conse-
cuencia , (. pnede desearse , mojor di cl.i o, e;:; siqni era posible que se ignore lo

http://www.obrascatolicas.com
44 PART E SEGl:~'1J .L L!BRO PHDIERO. SECCIO N PRB!f:l:A.

que es el Cristiani smo? Cnando la R ernlncion francesa rn odifi0ó la division


vigente de la sem ana, con todo e! calenc\ario admi tido p or los pu elilos cristia-
nos, surgió la idpa de ab olir la ensenanza d e la religi on cristian a; pero n o
hubiera logrado sn d esíg ni o si n d estrui r la unidad d ei m atrimonio, indis pen-
Rable pa r·a la exi Rt.fmc ia d e la l'amilia, ~in fom entar la exposicion <le ios hij os,
sin d err oear el prin cipio d el d erecho p enal, sin desterrar de los corazones el
amoral prój imo: hniJiera siilo p r eciso n~ nun ci a r á to das las adq 1iisiciones de la
cultura , cny a ba se PS el Cri stiani smo, para alcanzar un pmgreso fi ctício ... El
jnramento y el matl'i monio, la antoridad y la propiedad, ha~ta la santiíícacion
de cierros dias fec:tivos, no s r ecomiencla la r eligion como co m (1\l e on prim er
t érmin'.) interesa al Etnad o. ,, Dahlma1111 , P olítica , :2 .' ed., 11-\Ji , p úg. ;3.fj" y ,, j .
guiente8.

Con rn w n dice ~[ontnle mlwrt en >u obra s"bre • l. a oli'Oe rvnnr- in ele! dn111i11go, p. 2:.l
: en la .ltH 11<· de L <>11'·ai11, 1861). p. 296 > la illlliferenria en matPria. d e reliµ: i•>11, p••r park
d ei Est ado, 110 es nndr11lidad, r•:; guerra dedara<la, y oi no tuviern '" te ca rü ctcr, :;<:ria un a
i1nposil.ilidad, mrn q11illlera ... L:t lglesia y PI Estad o 8(.' hallan uniclus eolllo d al111a y t:l
c ue rpo; ,...:p n di;s püd<: n •:-:. tl i~t in to ." iw ru 1 11:-:C' p :ir~d, l e~ . J.~ Gla d:-:tone ha('C t~Ha c1111ú ..... i(l 11 ,Yén:-:e
Lc F ran•;:i i", ~J D e<:. l ~C81 : es i ml11dablc <Jll(' :i medida q ne el rn1111do >'e <·ri ,-1 ia11i zaba , se
hacía 11ninm;al el Crioli:rnismo, y:1 que 1111 sislc rna qn n :i to dos co111prende no p11t>dc estai·
con resiwcto ú la lll1i 1·crs:1 lidarl ú l:t mirnui a lt11r:t que una eo rpora cion particular. Y es qu e
. l f'~ nc r i :-: tn no lnnri,', por nlgun n:;: i n d i ,·idnn~ ~i n o por todu el lnuudo .
P or }(, 1111e hace ú l:t proteeeinn •111 c el J-:.-;lado ckl.io prestar ,., la religion , 11 ad ie pnedr·
poner en d11ila la re:ilid:id dei principio, sin o d que se liall e inspiraLlo por el i11di f't~n·n tis111 0
y el es cer•ti1· irn10. Ti c11P gran (lpo1rn11iclacl (''Ü· dicho rlf'l rn citado ~l(•ntale1111H'r t Cürres·
pund:rni , 1812. p. \.t•H; ) : < 1':11 :1 rn í es 111ud1., m(t s r·, tiuiable la 1·crdad qu (· la l ili~ r t a d . •
[núlil es adrertir qun ni lJ ios 11i la rerdacl 11 ecr·,i t..an pni- 8Í solos la prntccr·in n cl1· l Esta<lo;
pero los li on1Lres lt:in 111enester d1~ esta prokt:cion. p:irn precav (' r;;e contra la seduccion
intelectn:il y llloral; de sunte q ue 11ingnn L-1:11.ln pued c 1•.\ imin•c de e., te dehl'r. Claro e,tl.
q11e la forma y la 11 ut1 11ern de di ,pc11s:!l· e:-w pr.,teccion halir:i.n de rnr i:i r scguu '"" lu gares y
los tie1111H 1s ; a8Í vemo s que el rni ,1110 lnoeenciu XI cles:(prol16 la p ers1~ encion tl(' ·Lu is XI V,
contra lo s protestantes ( Gérin, Tllvc:-otigaci1.1111 ·s acerea LlP la Asamblea ele lli B ~ , p. 300;
ltanke, IIistMia de lo' Papas , 1·1·1. 8 . 8 i;»•. En sentir de ~Ia ca11lay, la n :rnc:ar: ion dPl
ed icto de ::\a ntes ret anl ú 1111 siglo c11tero la f.' 111a ncipacio11 de los cntúl icos.

4. Es igualmente injustificada la prctension de que h aya tolei :rnci a para


to das la::; re ligioncs. Sylla u. 7<::> . Lauda\Ji liter in qnibusdam nominis cath olici
regionibus lege cautum est, ut h omi11i lrns illud immigrantilms liceat pnblicum
proprii cujusque cultus exer citium h abere. Syllab. 19. Enimvero fa lsum e8t,
civilem c11jnsqu e culrns liboi-tatem , ite11H1ue plen am potestatem omnibus atni-
butam qn,i:;libet opinion es cogitatiou e:;que p alam , pnblicec;ne mauifesta ndi
condu cern ad populornm m or0s animosr1ue facilius corrumpendos ac indiffe-
rentismi pestem propagandam. Sanci onada semejante do ctrina, i cuá ntos de-
litos se cometería11 c: n nombre de la rdigio n ! " ~ nes rro siglo ha ~i do aún
tes tigo d e los h echos de 8C:ct.arios p oshelian os , que m ataban á lo:; h ombres
por de fon<le r su fo; ha vi o;t.o poner eu practi ca la comnuid ad de bienes y d e
mujeres por geute::; que se ap cllidaban cri stianas ; ha con ocido pietistas que se

http://www.obrascatolicas.com
§ 4. NECESIDA!l DE LA IGI,ESIA. 45

entregaban :i todos los desarreglos imaginables, diciendo que cran actos cris-
tianos pflra mortificar la carne. ,. Dahlmann, 1. c. " Tambien la tolerancia de
diferentes religiones tiene para cada Estado Hmi tes particulares, por lo cual
la República X orte - americana, fundada sobre la mas amplia libertad, empieza
á ver en los mormones un elemento incompatible con e! bienestar publico. ,.
Trendelenlmrg, l. e.
Ya en los aüos rle 1 i87 1i 1789, los escritores :'lf;;ser y R chbe rg trataron con deteni-
miento la CtH'sti on rela tirn á la tolernncia y sn alcance ( )íi..,ser. E$c·ritos tlil·cr,us , YOI. 1.
Rehher!!, Ohrns co mpl etas , LI. Toleranci n en general ). :\Iiiser !lega al rernltadn de ']Ue e!
Estado debe exnlllim1r l:ts creenc·ias rr:ligici>as ck cada partido úntcs rl e ot•> rga1hs "' apro-
bacion . Hehhcrg r"conoc·e cn e! Estado e! dt'l'echo de suprim ir ,) desterra r 1le .«t "eno aqne -
llas cornnnioncs religiosas qnc sosten gan principios y creeneins de carácter perniciooo. Tal
es la circ: nnsrH'Ccion C<Jn que todos lo;; partid os han procedido en esta mat<cria , r1ue ni itun
los autores ck b ' Declarncion de los d<'rec!tos ele! hornbre y dei "iucladano > · Cow;,it. Franc.
d e 17\ll , Art. X . . , Sí' atre,·icron :í proclamar la lib<:rta<l ril" r1lnta di; opi 11ion es en ma teria
de rcligion: nad ie ser:í molestado pnr sns opini ones . 1íu11 en materias religio8as. sie rnprc
que su manifestacion 110 turbe e! órden públi co estab lecido por la ley. > Se establecc, por
tanto , sob1·e este pa rticu lar , ln mi sma ju risprnde ncia que s<1bre la < libre c·omn11icaci on de
los pensamientos y de las opiniones , sin rn:is obligacion qne la de rcspomler dd ahuso de
esta libt·rtad en los caws determinados por la ley. > \',"ase la E11 dcl icn < :\liror ,·os> de! lõ
de Agost o dP 18:38 . cnntra e! A1·1'11it· de Lamennnis. ln Alocncion , ,Jamdudurn cernimn''
dei 18 rle ~Iarz o de 18Gl y la < Ma xima qnidem > dei !l de Jnn io de 18ll2.

f'>. Si, por derecho bien ad quirid o y fundado, es la religion ca tólica la


unica religi'-'u del Estado, debe conservarse esta unidad de la fe, como e!
mcdio más "eg1mí para llegar al perfeccionamiento de la moral y del dcrecho:
ya que la nni dad religiosa e'3 por si misma un gran bien, hasc y fundamento
de la nniclad del E stado; la cual, por consecnencia no debe abandonarse sin
motim;; mny poderosos y en ningun caso cuando à ello se oponga la voluntad
del pueblo. Syllab. 77. Aetate hac nostra non amplius expedit, religionem
catholicam habere tanquam unicam status religionem, ceteris <inibuscunque
cultilms exclusi:>.

VII. Por idênticos motiYos . nn príncipe católico puede otorgar á


los partidarios de otrrrs confesiones cl goce de los clcrechos <1e ciuda-
danía, confirmando su libre ejercicio por medio de tratados. El mismo
queda obligaclo en conciencia á obseryar cstos convenios.

Lo que on sí está permitido, pnede tam bien lí citam ente ser confirmado por
convenios. Ti ecan. :'.\Ian. ControY. V. l ;): Si cum hae reticis pactus es aut foeC:us
iniisti , ile/Jcs integre et sincere sen:arc il1is fidcm non minns, qnam catholicis.
T anner, Theol. ;;chol. Tom. III. Disp. I. D e fiel. <lll. !). dub. 4: I'a eta ct conventa.
de religionis libertate servanda sunt principi, etiamsi 'i1iilio 11//1111.s p r111/c1dcl'
fwrúd initll ... Ita vidernr habe:·c ro111mwiis xen!cu.tia. rTe ln11r.anac societatis
viiiculnm, qnod fid c pac~ornm et jnramentorum potissimum cominetur, di ssol-
vatur ... alioqni via aperirerur, <1 ua omninm prope pactorum et con\'entorum

http://www.obrascatolicas.com
4G P ARTE S El'UX ll A. LIB R O T'RD!ERO . SECCJOX P R J:ll E RA.

fid es negari aut sane in dubium vocari posset. Acerca de la signiticacion del
sal vocondncto expedi do en favor de Hns, consúltense las H ojas hi stórico- polí-
ticas, I V . vol. pág. 421.

§ iJ. AuTORIDAD DE L A I GLESIA.

l . P or autoridacl de la Iglesia entendemos el poder que le fué con-


cedido por Jesu cristc> para ordenar y di sponer todo aqucllo i p10 sea
útil ó nccesario á sn objeto , es decir, á la salud de las alma~ (:\fatth . 28,
19 sq.; 18 , 18. J oan. 20 , 20; 21, 15 ).

l. Kilber (1. c. n. J Õ. 8 1 define la autorid ad de esta man cra : .. illa per-


sonae dignitas vel excellemia, ratione cuj us r edditnr aliqno cultn vel honore
dignus . . . Solet dividi in anctorita tcm in essendo. in prae1:1] 1iendo. in fo,111endo.
adeo ut dicatur, auctoritas in essendo esse praecellen tiam naturae , per quam
quis meretur reverent; am; in praeeipiendo , per qu am praeci pien s meretur
obedienti am ; in loquendo, per quam loqnens meretur assensnm. B ajo este
tripie concepto se halla revc:>tida de autoridad la Igle;:!ia.

'> Ace rca dei objeto de la Iglesia, di ec e! Concili o dei Yaticano. De Ecel. Chr. init .:
P:i stor aetern us et epii <:opu s a ninwrn m nostrrtrum, ut salutiferum rcdemp tio ni,; opus peren-
ne redder et, sanctam aedificare E celesiam dccrevit , in q u:L vclu t i in cl omo D ei ,.jyeutis fid e-
j p,- omnes unins fülei et eh nritatis <:o ntinen· ut ur. Quapropter p rin ~ q uam clarili<"a rE·tnr . roga -
vi t Patrern n on pro Apost.oli s ta ntnm, sed ct pro eis, r1ui creditmi erant per vcr!,nm eormn
in ipsum , ut omnes umm1 cssent , sicnt ipHe F ilius et P at.c r unmn sunt . Quernad 111odn n1
igitur Apostolos, qnos sibi de m undo elegPrat, misit , sic-ut ipse m i:'su s ernt a P 81n, ; ita in
E cd esia su:1 Pastores et Doctores ns11ue ad eons umnrn tioue m saec 111i esse rn luit.

II. Esta autoricllul es llc elos clases : potestacl de órclen y potest.ad de


jurisdiccion. Los teólogos modernos hacon una tercera divisiou que, en
realidad , ya está com prendida en las elos m encionadas : la potestacl do-
cente ó de magisterio. Por consecuencia, posee la Iglosia el triplo poder
del magisterio , del rninisterio ó del ónlen y del gobierno ó de la juris-
diccion, que correspondeu á la tripie dignidad de profeta, de sacerdote
y de rey ele que se hallaba investido Jesncristo. En virtu<l de su potes-
t ad docente es la Iglcsia vivo testimonio ele la verdacl revelada , maes-
t ra y juez ( Testis, magistra , judex); en Yirtud de su autoridad de órden
ofrece y administra los Sacramentos; en virtud ele su potestacl guber-
nativa es legisladora, juez y ejecutora.

1. L os anti;;uos teólogos y canonistas (Thorn.11. II. q. ~ 9 . a. 3. Carechism.


R om. P. II. Cap. 7. Suarez, D efens. III. G; cf. Devoti. !. c. § l sólo distin-
g uen la potestad de órden y la de jurisdiccion ; potestas in corpu:> Christi ve-
rum seu sacram entale et potestas in corpus Christi mysticum. Pero los cano-

http://www.obrascatolicas.com
§ 5. AUTORIDAD DE LA IGL~~SIA. 47

nistas modernos hacen resaltar la insuficiencia de semejante division rPhillips,


Der. Can., t. II. § 7G. \Valter, Der. Can., 11.ª ed., pag. 14. Schulte, Sistema
de derecho canónico católico, II. pág. 101) y anaden la tercera que hemos
indicado. Otros ( Scheeben, l. c. I. pág. 17, Glossner, Manual de teología dog-
matica católica, pag. 70. Palmieri, De summo Pontific. pag. 1:57 sq.) conside-
ran la potestad docente como una funcion de las otras dos potestades. " Si la
facultad de anunciar la verdad puede referirse en parte á la autoridad guber-
nativa ó de jurisdiccion, la posesion de la misma verdad es, por otra parte,
fuente de esa potestad de jurisdiccion, ya que la verdad divina prevalece siem-
pre, liien sea como ley de la inteligencia, ya tambien, con fines más genera-
les, como ley de la vida. A este criterio· se ajustan lo mismo las leyes segun
las cuales gobierna la Tglesia á sus hijos, que la administracion dei Santo Sa-
crificio y de los Sacramentos, es decir, á la verdaà que ella ensefla con autori-
dad propia. ,, Esta opinion parece fundarse muy particularmente en la doctri-
na del Concilio del Vaticano, 1. c. Cap. IV: Ipso autem Apostolico Primatu,
quem B. P'.lntifex, tanquam Petri principis Apostolorum successor, in univer-
sam Ecclesiam obtinet, supremam quoque magisterii potestatem comprehendi.
2. Á los Apostoles fué concedida la potestad de ensefíar. San Matth. 28,
19. Data cst mihi omnis potestas in coelo et in terra. Euntes ergo docete om-
nes gentes, bapti"antes eos in nomine Patris et Filii et Spiritus sancti; docete
eos servare omnia, qnaecunque manàavi vobis; cf. l\farc. 16, rn. Luc. 24, 3G.
La potestad de órden: Luc. 22, 19. Hoc facite in meam cornmemorationem;
cf. I. Cor. 11, 24. .Toan. 20, 23. Accipite Spiritum sanctum, quorum remiseri-
tis peccata, remittuntnr eis; et quorum retinueritis, retenta sunt. La potestad
de jurisdiccion: .T oan. 20, 21. Sicut misit me Pater, et ego mitto vos. l\Iatth.
l. c.; 18, 18. Quaecunque alligaveritis super terram, erunt ligata et in coelo;
et quaecunque solveritis super terram, erunt solnta et in coelo. Matth. 1G, 18.
Et dabo tibi claves regni coelorum, et quodcnnque ligaveris super terram
erit ligatnm et in coelis, et quodcunque solveris super terram, erit solurnm et
in coelis. En la facnltad de atar y desatar se halla expresada la autoridad de
la Iglesia no sólo ante el fuero de la conciencia si que tambien ante la comu-
nion externa eclesiástica. Véase San lVIat. 18, 17. Si autem Ecclesiam non
audicrit, sit tibi sicut ethnicus et publicanus. " Habes hic omnia, quae sunt
exterioris judicii propria, accusatorem, reum, judicem, causae cognitionem,
sententiam, coercitionem.,, Devoti l. e. III. T. I. § 7. Cyprian. Ep. 27 r,Hart.
33): Dominus noster, cujus praecepta metuere et servare debemus, Epü.;copi
honorem et Ecclesiae suae rationem disponens in Evangelio loqnitur et clicit
Petro: Ego dico tibi ... Incle per temporum et successionum vices Episcopo-
rum ordinatio et Ecclesiae ratio decurrit, ut Ecclesia super Episcopos consti-
tuatur, et omnis actus Ecclesiae per eosdem praepositos gubernetur.

III. Los mismos Apóstoles nos surninistran numerosos testimonios


que acreditan la autoridad concedida, cn ellos, por Jesucristo á su
Iglesia: en la fundacion de iglesias ( Act. 14, 22), de la promulgacion

http://www.obrascatolicas.com
48 PARTE S EG UN DA . LIBRO PRl:IIERO. S l-: CC ION PfüM E BA.

de lcycs ( Act. 15, 28), ele la potestad el e juzgar y de castignr ( I Cor. f>,
i~ 21 ; G, 1:2; II Cor. 10 , G; 2 , 3. Act. 15 , 41), de la potest ad d ocente
(II Cor. 0, 18. 20. Ephes. 2, 19, 20. Rorn. 10, 14) de la potestad lle
órdcm (I Tim. 4 , 14. II Tim. 1 , G. Act. 2, 46; 8 , 14; 14 , 22. II Cor.
G, 18) .
IV. Ko se com prende en la Iglesia esta autoricbd sin co nsidcrn.rla,
por su natnraleza, como un reino Yisible cuyo objeto es l:t e11 ,:efln.nza y
la rnh·acion de la humanichcl sobre la tierra, ya qu e ;;:in e:;: ius poclcrcs,
ni es una socieclad perfecta ni puede cumplir la rnision q uc üc "'.'\ u c~ tro
Sefí or ha recibido.
La Iglesia es un a sociedad per foct a , es decir, posee en ;,;; mi,; 111 a todo lo qne
ne cesit a para la Gonsecucion de su fin, á la manera q ne el E :;tatl o, en el órden
Tiatnral, cs tamliien una sociedad p erfecta. Tarquini, Jns Eccle:;iast. public .
I. G; por consecueucia no puede s cstenerse que sea una s imple c<mgi·cgacion.
CoffeJi11111. l c1. 7. e.: Collegii nomine omnium consensu intelligitur sor icta s r1nae-
dam minor imperfecta resp ectu alterius societatis, intra fjli::tm co11: inctnr, q <iae
maj or c8t ct perfecta e. g. societas negotiatornm in aliqua Hocietate civili.

V.Ilahiendo fundado Jesucristo la l gles ia para to<l<w los pucl>l os y


para toclos los ti empos, hn.sta la consumacion lle Jus siglos, y pn c:<to
que los Apóstoles, habida eornlicleracion al espacio y al tiempu , 110 po-
clían rn111plir, por sí f'.'o los, los desíg nios del Salvador cn lo que se rdic-
rc á la fu11d aci on de su lglesi a, sin embargo de que la :w tnrid a d de
esta divin a iostitucion debe p ermanecer siernpre la mi sma . ya <111c ni
su objeto ni la n ecesidad ele ella se mudan, resulta q ue sn 111i~ion y su
pod er no so n otra cosa que el poder y la mi sion ll e la lgle.~ ia que, L1 e
cllos. pasaron á su s sucesores. Por tanto, se halla i1wc:<lida la Tglc"ia,
eu «ll caliclad de institucion didna , de esta triple auturid ,vl, ~ol;re la
ena] desca nsa, como fundam ento neces ari o, H l actividn\1 y su natu-
raleza.
A l escog<'r el Senor á los Apóstvles y e1wiarlos en su norn hrE', el igió y e1wió
tamhi cn C!l ellos y por el! os a los que c1ebian sucederJes en ;;n~ J'n ~ieion cs pro-
féti cas, :snc0 rdotal es y gu bernatiYas ó de 1 ey, n o sin i:.rornct crJr.:-; ig11a lmente
estar con dlos, baj o este trip ie concepto, "to dos los d ias ha sta la consnma-
cion ele los siglos. ,, J oan. 1±. lCi. R ogabo Patrem , et alin;n J1ara cLrnm chlJit
v ol:is. 11{ li i ' U/eaf c'J!Jisc111n i11 aet e1"111 1Jll . Eph . ±, 11. E>. Et i i ' s ' ~ (L<li t tiuo:-;Lhm
(1ni (lern Ap ostolos, qnosdam ant em Prophet as, alios y u·u En n:;-1.'. 1i sras , al i os
au tt.:m Pa:,; tores et Doctor es acl con.summati onem .sanc tonnn in : · 1 , ~h rninis rcri i....
do n ·~ e occ:irramus 01n nes in unitatem iiclei et agnitionj,; Fi Li Dvi, ill ,·irn m
11erl'cctum, in rne mrnra m aeta::is pl enituclinis Christi. El 1·:1 u la Igle . iia
debc cnlt iYar ..,;e h asta cl fin (':\Iatth. 13, 30.;.. Cf. 'rheopl1 yL· :. 1:, .\fa11h. ;.!:-:, :20:
ll'J
-
' 11 r;"1r,•-
1· · •-:. ;-'-:
·J -"' - 0,.,-,,·-1· 0, . .
·- o"i'·~J·••'..J"'
- :1 ''":"'.J"
-,-·'J--o 'J'-~,_~,=--o -r,' r:- ·J ·1 _:-~'I"''
''"-J1 .. - " ' " " ' .
• 1 ·J' --·.~-
.J•• J • ~'':l)

;·.-. -.:, -~-,~ _ ;:; ,_, ,;
•'· '· '·J.r.J. ,1 . J.J,

http://www.obrascatolicas.com
§ 5. ACTOR!DAD DE LA IGLESIA. 49
•• -
'l.7:/,(1J; -:r) ~;
-
'l.'J7'/J
r. -
;1.':J..rrr1 -:'l.~;.
()''J ''('l.?
' 0·r ' ' 7:ü'J ' . ' • "
rz 'l.7:0770//Z azp~ 7·r 1;;
• '
'7'.J'1'7Z),:, 1,-·1.;
1
,, .., .... v-- . , ..... ~ , - e.., , - r .... - A
2~1.:.1,1.0·1 '":,i, 1'1' "l.l.'. ·r 1 ;J.~'1 ~./J'1 Y.1.~ -:0~~ ;J.::•1 ·r1:J.'l.;
si ven1os que 'J7: 1.'7/.'12'.7'l.'. -:0"J-:0.
cnanclo San Pablo nombró á Timoteo y á Tito por sucesores snyos, en Efeso
y Creta respectivamente, les trasmitió su aLltoriclad para ejercer alli sn minis-
terio (I Tim. J, 11; ,), 17: 18, 21; 1, 3. II Tim. 12, 2. Tit. 1, 6) ··hasta la
segunda nnicb del Seiior,, (I Tim. G, 14 ; lo que quiere decir qlle San Pablo
consideralJa el cargo de Pastor de la Iglesia como esencial y necesario á la
misma, y por consecur·ncia, como una institucion permanente. Lo que dice de
Timoteo y Tito debe entenderse aplicable á sns sucesores (Act. 20, 28 1 . Attrn-
dite vobis et nnfrerso gregi, in quo vos Spiritus sanctus posuit regere Ecck-
siam Dei. Hebr. 13, lJ. Obedite praepositis Yestris et subjacete eis. Ipsi enim
pervigilant, q na~i rationem pro anima bus vestris reddituri.

\'1. He$tÜta, pues, que el mismo J esucristo lm estableciclo la orga-


nizacion ele ln Iglesia con sus cfü·ersos grados y empleos elo juriscliccion,
en la parte e~cncial. No es, por consecuencia, producto elo la actiYiclad
humana ni resultado ele un conYenio mntuo; no es tampoco consecuen-
cia do un clesenyofrimiento histórico, sino, por el contrnrio, ha si elo
instituída, eu rns elementos esonciales, por Jesucristo. En la sucesio11
de los tiempo~ se ha desarrollado esta organizacion sobre los fundn-
rnentos estableciclos por el Sefíor, en relacion y con especial aplicacion
á las necesiclacles ele la Iglesia.

1. La doctrina relativa á los dignatarios de lP. autoridad eclesiástica. á la


jerarquía, cs asunto que debe tratarse más tarde.
2. La te11ría prote,ta11te relatirn á la conc:titucion de la Iglec:ia, no tiene otro foncla-
mcnto clogrnútico que el de la doctrina de loc: ref1.1rmadore" solire la justificacion, la cual.
8S notorio, dnerrnina el círculo de todos los dogmas 1 cual centro y pnnto ele partida <Ie la
do.~·mática. E! in1füiduo se justifica por la fe; éc:ü1 empcro nace en él por la inrnediata co-
operacion dei Espíritn Santo, sin mecliacion alguna de la Iglesia; c"to se pretendi• clenrnstrnr
con el pasajc de .Jes. 5-!, 1:3. Et erunt omnes doeilJiles Dei (0~;,1 1i~):S.;. Cf. .To:rn. G.
1
-!.'í. Jac. 1. 0. Si r1nic: autem Yestnnn indiget sapientia. pornilet a lleo, qui dat omnibu"
afllnentcr. .Joan. 16. :37. Spiritus vcritatis . . . docehit YOS omncm Yeritatcm. Cf. .forem.
31, 3-!. I .Joan. 2. 20 sq. Luther. De instituernl. ministr. Eccl. fol. 58-!: Christiamnn ew'
puto enm. rp1i Spiritum sanctum hahct, qui (ut Christus ait', docchit eum ornnia. Et .Tohan-
ne;; ait: Cnctio ejus docebit vos 01nnia, hoc est, ut in smnma clicam: Christianus ita certus
est, quo1l crcdtre et non crcderc debeat, ut etiam pro ipso rnoriatur aut ccrte rnori paratus
sit. Pero to1los estos pasajcs no puetlcn scn·ir 1le pmeba. ya que cn dicha inlerprctacion no
se tiene en cuenb. <-consut-tudinem sacrac Scripturar, ut quae Deus principaliicr facit, ea
illi sic tribuat. ac si solus 011mino sine i11strnme;ilofaceret. Gregor. de \'alcntia 'Anal.
Fiel. Cath. P. I\' .. Thorn. I. II. q. 106. a. l · t'nar1uaeque rrs ah eo ,·ocatnr, innuo id esse
vidctur, quod in ea praecipuum est. Y sin embargo, Dios es tambien Aqucl por cuya Yir-
tn<l obran las cauc:as segundas. \'éase I Cor.:>. 7. Xeq1w qui plantat est aliquicl, neque qni
rigat, sed qni incrementum dat, Deus. J\Tatth. 10. 20. Apm·te de esto, es ele todo punto
e:rncto que i11terior111rnte naclie puecle obrar rnú< que Dios por rn gracia, pero sin excluir
la influencia de las funciones extcriore.s. Horn. 10. 14. Qnornoclo autem audient sine prae-
TOMO II 4

http://www.obrascatolicas.com
50 PARTE SEGcXDA. LlllllO l'RD!ERO. SECC!OX l'HI:\lERA .

.Jica11te'' Por eso to<los ,on erloui 11 Dr•,1 . . Jes. 1. e. .Joan. 1). 4.). i1n1nilsa<los por la gracia
Jonn. l:i. 44. 4:). A .ferem. 1. e. y ú I .Joan. G. 45, se refien; é,'TC' pasaje de Sall j_gustin
in h. L Tnu:t. TIL): Qnid ergo no., faci1mh, quia <locemus \O'., si 1rnctio WJS tlncd de orn-
11ilrn.', qnasi)los sine can.-a 1alJ01-;11mh ... So1ws rcr/Jor11t11 1l•hfror11n1 aun>.' perc11ti1 -
1u1gi,ter intlls csl ... admcn1erc pC1·<1mns prr strepitum nic's nostr11P. ,~i nnn est inf!ls 211i
1/•JC,.,rf, inm1is est strepitus noster . Cathcdram in coelo lrnl1C'l. ijlii eonla docet.
3. Si 1\ tenor dr: los pri11cipios prot<-stantes, el incli\-idll1l lia akanzaclu la jlls!ificacioJJ.
,-;i11 utra lnediac:it1n e>.:terna qne 1a L1i· la ~agrada E.-:critura, ü lo ~urno ( cü.'a que~ i1i los C'uú-
(11;en1 ....;, ni los rnt·tocli:Sta:::~ ui 1 .1tr~1:-: .~d-·tu:- que sun con.secnentes cou :-:us acln1ite11,
y,:,,,,,, Barcl1i. c\polop:. the<>l. p. ±~ , c-laro e"h'r que el <acerclocio e...:tcnhl, corno mediador
p<!ra nbtener la gracia de la salYacinn. es i1111ccesario, pue.stu q1w iu:'ls bicu -del)e decir:'<'
(l\\P <'~ trni·rersal el sace}'(1oci() de lü;.: ,in:-::tifica(los \1 Petr. 2, ~1 /; ~Íf'l1do tmulJien inuccesarin,

etl el i'eJJtic!o indicado, toclrt Úrnci,)11 e:'>:tc-rna clucentc, todo rnae,tru y e111·iarlo para iireclicm
l;i-; \-t·rclnde:-: c1e la .~al\-acio11. Pér p111· cna11to cl :'égin1en r1ré.snp1)nt? i::;l mini~terin y (::'l l11agi.-.;-
1)

U·i·i·-1. nc.~·aLh ln prirnera fnnclon tilrnp11,_·o p11eden e;...:istir la:-: otra~. Todos tieuc'n igual dPr(·-
"hcr :1l 11rini.-terio ele la pre,licacin11 y r',nieameJJte para eYitar de,ónlenes » cucargan fll
d1•,crnpr·üo :'L un inrli1-icl110 de la coJJ1unirlad. qne le ejerce en no1nbre de ésta, iii<111iern ese
dr:récliu 110 t<enga, c11 el sistema aln•ii,]11, Yenladera y neccrnria importancia. Luther. D"
c:apti\·, B:d1. p. :38: Chri~tim1is nih1l n1~1) jure pc,~H:· impolli '.egmn ...:iye al_1 hominibns, ~in_·
:tl_. ..\ ng(·lis, ui si quantu1n Yolnnt; El:.H:ri é11Í111 su1nns ab nrn11ilm:-: Pero corno ~en1e.iant<'
1wiucipio no podía llevarse ai tcrren" de la práctica, y tení:1, por JJ<'CesicltHl, que originarse
una t·o11fmirrn general, ,se acudi:, à la l'unfrsii. Augu,t_ Act. 1-} para atenu:1r, c·n lo ]JC•sible.
h' errn":cnr.:ncias dr tai1 falso princi1,i11 IJc online c.cclesia,tic'u d«ce11t, quocl ncmo deheat
in }:C.clésia rloccre, !lisi rite rncarn<, .\pol. p. :20:2 · liabet Ecck,ia rnandatr1rn de consti-
tuemfü rnini,tri'. ::\o olJ<tante se n111y bien tle decir en <Jtic· C-OJJ:ii,.:tc este 'rile_ :Si
la autorida<l soberana de lo:; prínci1res :1<J hubiPse interve11ido para po11er lrahas ;, la liber-
tad "vangélica, >;ep:lln lo.s principius .. nstentados por Lutero, 111111ca rn lrnbiese formado
una wciedwl ecksii'1'tica. ::lfi',Jiler. /, <', § :3\J. Luego mny p:rrtic11lannei1te, <'n co11sidera-
cio11 ,\ la :.;e1·era co1ECCHu1cia de lc·s a:1al,aptistas. se ah[tndc1h'> la ,j,,feHsa de este principio.
IJelanchthc.11, En.,ei\anza c«111tra la rloctri1ra de los anrrhaptist<1s, p. 2D4: ' ::lfo agrada so-
lrremf\lwra d que se eolnqm· la onlvnacÍ<<ll de lo;; sacercfotes en d número de los Sacra-
meJJtos. Pero en e! sentido ele CjlJe c11 la onknacion 1·aya cumprendicla la Yocacion al minis-
u•rio de la p1·edicfLCion y ú la a 1.1111i11i.--tracio11 de los Sacrmnentos; por co11:-:ccnencia esa
fnnc·irJn en t·l gcnuino ~entidn de la r!alahr:1. J\1rr1nc e.~ alta1ne11te L 1 _'CC'~ario y útil en C'xtre-
1110 riue en ]a Iglesia cri~tiana ~e tr·n~fl el c1ebic1o respeto nl mn~-i~t1_·rio de la predicncion. :-:e·

lc YCnere como cosa respetal_rle y s:1nt:1. y <Jne las gentes sepan que Dios comunica rn SaJJto
Esrdritu por oir la predicacilln y 1"'1' la lecrnra de la palal!l'a Ili1i11a y de la Escritura Sa-
grada, ú fin de r1ne nnclie bu.'quc r•tra HE-1-dacion y otra ilunrinacirm distiJJta de la qJJe "'
recilie por la prcdicacion. corno pretenrlen haccrlo los anahapfütas''
4. Entre los rn:'ts antiguos _,ectari ls que ncgaron la autoridall eclesi:'tstica, figuraJJ ea
1

primer tümino Aecio (Epiph. Haer. ;.:, ), cnyas huellas signieron los \\"aldenscs 1 .Jfarsilio
Pat,1,·ino y .JuaJJ de .Tandnno, cr,;11lrenmlu por el papa Juan X.XII .. Denz. -13:3 ). Entre los
modernos dcscuclla La llonle Principi<>S acerca de la esencia, Lt distincion y los límitcs
de los dos poderes espiritual y h'llljl'lrd \. conclenado por Benc<licto _xnr. 4 ..Marzo 17.55.
P. Oiannone (Historia dei reino de ~ttpoles, L. II). Véase Bi:mchi, De la autmidad y dr'
la política de la [glcsia, I. 5 . .Jlarnachi, Ep. II. ad FelJron. § 19. Dernti l. e. L. HI. T. 1.
§ 4. Tarquini l. e. II. Gª.
En nnestros días Anctor. Fiel. Pi·np. 4. Propo,itio affirmam, alrnsum fore auctorita-
tio Ecck~iae tran,feren<li earn nitra lirnites doc-trinae et morum et eam extendendo ad res

http://www.obrascatolicas.com
§ Ü. ACTOXO\lÍA DE LA ]f;Ll::SlA . 51

<'xteriores, et per 1·im exigr:11do id 'Jll<.>d pen<let a pu·-u n-io1i0 c1 co rd ·: ; rnm etia111 111u :t ,
lllÍnus n<l earn pe:·1 incre Pc-:igen· per ,·irn rxteriorem snl •jeuionem wi-; decrctis - qnntr·1111 •
i11deterrn innti s iliam n~ rli is exlemlernlo ad re.s ex;E:rion"> notet. n:lnt alrnwm auctori1 a1 i.c
Ecclesiae, usu n1 r:.ius potrnatis accqitae a Dt>o, qu :r U>i snnt et ip:-inwt •.\postoli in dis• ·i-
plina exteriore co11stitnelllla et ;;:rncie n1la h:w retiea. P rnp . .5, Qua part e insinuai:. E('él•.!·
~ian1 non h:ihére :1nctnrit:ttc1n ;.;ub.it'Cti n ni~ suís ile creti~ exi .~ ·t:·ndnt? a1itf?l' q11an1 pc·r i nt:dio i
q nae pemlent a iwrs unsione - quntenn.s inte nclit E ccl•"inrn non lwlwre coll at:un ,j]', j ::
Deo pot estntern 11011 soln1n dirigcncl i per couoilia et 'l11Fion0s. se<l ctiarn jt1'.1enrli J1Fr Jc.g .. ,
ac de,·io.-; co11tu1uace;:•1t1e e:-.:teriore judicio ae s11lnl:o1·ilJ11' pocnis eocrcenrli ntqne 1·og:•· '1 di
'·•x Hened. :S:lY. in Br. , ,\d assídua.' ' , : úi.rlnceil8 in ' YStC' nm alias <l a1nnatnm ut h<1:· ,.,:li-
O !lll 'Denz. 1~1i7 . .

El fundamento de la comlenacion que aca\rnmo,; de r eprodncir es e'l·idente.


Si la Igl esia es una socieàacl visible y perfecta, tiene el derec ho de n•gír bs
concieucia,; y las costumbres y ele dar, al propio ti empo, dif;posici oncs para e!
gobierno exterior de sus inc1ivic1nosl clictar leyes é imponer ca,;tigos a los 'lll8
no las cnmplan. T odo individuo, al ingresar cn el gremio ele la Iglesia, co n-
trae el inelndible àeber de cnmplir sus mandato;; , qne son para lo,; afiliado,s ú
tau augusta socieclad ley, j us r'ogens. Si para !levar al terreno de la práctica
sus leyes y preceptos sólo pudiera disponer la Iglesia ele medias interno,;, 'llHl
únicamente ejercen influjo sobre la conciencia, se pondrüt en tela de juicio sn
visibilidacl y hasta su existencia. P ero la Iglesia se halla investida de potler
coactivo, la pena es só lo medi o 1 la aedificoti0 ( I Cor. J4, 12. II Cor. 1H, 11 í
rin, y sn fundamento jurídico estriba en el poder que ;;e le ha dado de emple :i r
medias coercitivo,; para hacer cumplir la ley divina de que es depositaria. P or
esta razon el castigo impuesto por la Iglesia tiene el carácter de expia cion
( p fJe; 1a rli ulicatfr(f ) y de r emedia medicinal ( poe11.a medir·inalis). predominando
ya uno ya otro ele estos caractéres. V éase Sdrnlte, Z. r·. p. 880.
3. Con esto caen por tierra todas las objecione.s qne se dirigen contra b,
existencia del poder coactivo de la Iglesia, basadas en el hecho de que, .~ i cn­
do su autoriclad puramente espiritual 1 su poder legislativo y coacti vo ~ólo
puede tener aplicacion á la conciencia. Es cierto <1ne el poder de la Iglesia es
en todo espiritual, tanto por su orígen, como por ,;u objeto y sus medi os: pe1·0
no es un poder meramente espiritual, toda i·ez que ella misma es una instit u-
cion externa y visible; cs el reino de Dias en la ti erra.

§ 6. AnOXO)IÍ..\ DE LA WLESU.

V<'.:ase la literatura en Pbillips. Derccho ecle,ii"ico, II. p. 341 y S';. III. p. 1 y ""
Sclrnlte, l. e. II. p. 436. P. de ?IIan:a , DP con cnrdi;1 !'acerdotii et irnperi i. Par. l<JJJ.
Bianchi, l. e. Itiffcl , Exposicion bistúrica de las relaciones entre la Igl c;oia y el E.'iado,
desde la fnmlnci on dei Cristianismo liast:t Justiniano. I. :llagnncia , 183<i. \' . Drost (•, La
Igle,ia y el Est ado , :lllinster, 181 i. Scheill , Ln hl e,ia y e! Estado , )[unid1, 1818 . Gen -
gl er , _.\. forisrnoo acerca de las relaciones entre la Igl e,ia y E:l Estado, Rc,·ista trimest ral ,]e
Tubingn , 1821. Hergemi>thcr, La I gle;:ia eat,',liea y d Estallo cristiano , Friburg:J, l 8i2.
Liberatore, La Chie:a e lo Stato. :>apol. 1811. Hoja;: hi.,tórico·politicas, t. \'I. p. 69G y ss.
X. p. 209 y so. De autores protestantes son: :lf. ab H\:irnliurg ( H erm. Conring), Ex ercitia

http://www.obrascatolicas.com
1'ARTE S EGl"'.\"DA. J.IBRO PRD!EllO. SE('C!OX PRD!Ell.\,

1,, ,[i•ic. de· maj Pstatis ciYil. auctorirntc· et ofücio circ:a sacrn. Hd m;;t. lii4 G. .J ..J. )fodern,
J·>:•':·c:itia hi •to r. pol itic . rle c·oneil. et c:irca ea. sumn1ac: potcstati' unc·to rit::ne. ITel m, t. 113:;4 _
S. C. Cl:rn ;; ewi\% . Offi cia Stm1morn m i111perant. in sub rlitos . Lip s. lG Sf1. 11·1,J zog·c n et
\'e:c\fl u> . De pri11cipnlll S. H. I. potestate in sacri s Hal. 17 38.

I. De la csencia de la Iglesia fundada por J esucristo, co mo :::ocie-


da•l visible y perfccta , se <les11reude eu primer krmiuo :::n antouornía ,
eu Yirtrnl de la ena! se hnlla im·estida, dentro ele su esfera, 1lel poder
mas alto y por completo inclepeucliente de la autoriclad del E f'tfülo,
i•nesto que el Sefior 8e le ha prometido y conferido en absolut o, incon-
•1icionalme11te, y sin trn l >as ni limitaciones.
)[atth. 111, 18 ; 18, 18 ; 28, 20. L uc. 22, 32. Joan. 20 , 15 ; 20 , 21. Syll al.. Pr\ll' . l ~>.
Ec clc·sia non e;;t yera pedh·taqt1c· soci•'t:1s plan e libera. rH:que pollet suis co1 L't:1nti\Jl1.' et
pi·c•pi·i is jmibu; ~ ib i a cliY ino sn o fon cl atore co ll atis . sed ci ri lis potestatis e;;t. ckli 11 ire . qnac
,i:it E cck siae j nra :te lirnitr·s, intrn r1na.s eaclem .inra exerccre qu eat. Prop. 20. E cclesias-
tic:1 putcsta:; :; mi m auct orit"tem P XE:r c•~r e non delJct ah•r1n c ci1·ilis gu liernii n-11ia et ns;;ensu.
24. E L·desia 1·is inf,•rcncla e potc;;t:1tc·n1 non habet neqt:c p1Jte.<tate1n ull am ternpc• ral•• m ucr1ue
,"··cclarn ncq1w indirectarn . 2S. Episcopic; sine gul; ernii wnia fas non c;;t, y ~J ip.<:t' "\po;:to-
l: t:is litter:is prumulga rc . :34 . Dnctrina compara!l tium l.lom, Poll tifice m princ ipi li lJel'I:> ct
:r_c:•·n ti in uni1·ersa E cr le-ia cloc-i ri na e-t , quac nwclio ae1·0 praernluit. 41. Ci1ili ]J<'•tbtn ti
1r,: rcb infidteli imperante exercit. ae co mpeti! pot es tas inr\irecta uegatirn iu sacra ; eidelll
z,,:i1;1etit neclnm jus, riuod ,-ocm1 t E.x·'''J l!a fnr, secl etiam ju.< appella tionis. gnnm 111111 cupant
r;1, ,1 /,n s1i. -12. Tu contli ct u l e.~·n m t1trinsqne pote,tat is ju.< ciYi le praernlet. 41. Ci1i lir; nnct, 1-
rita s potest se immiscerc relin.•, quae acl religi'.llle1n, morc.s, et regin1en spiritnalr! ]'erti1wr,t .
G+. i!eges d J• l' Ínciprs non 13o]u111 ab E cclesiae jurir;dicti,1 nc exim unt ur , secl ê! Íalll in c1nae-
stic.11i bus juri.-dictionis clirirnendi.-; superiores sunt E cclesia .

IT. L ::t a~ltonomía de ln Iglesia, co11 relacion al Estado , se dec1uce


en primcr lugar de la diferencia de orígen de amhas socie1bclcs. La
Iglc:r;:ia cs nna institucion inmecliata y posifrrnmente d.e clereclw cfü-ino:
miéntras fine el Estado lo E"'' l"ólo mediata y uatu rnlmente. De donde se
declu cen las siguientes comecuencias:
o) La pot.estacl eclesiás tica ha sido instituída por Dio!" , cnmo autor
c1ne es <lel órden sobrenatural; el poder dcl E~tado procede tambien de
Dios , pero como nutor del órden natural; u ) La p otcstad ccle~iástica
fo é c1ada po r Dios juntamente co11 sn forma esen cial ; el ]>Oder 1lel Es-
tfldo fnl- co11cec1ic10 aislacbmente, ya que su forma y ma11ifostacion
concreta son resultado del cle'3enrnh·imiC11to histórico; e) La potestacl
eclesiústiea es institucion positiYamente cliYina ; el poder del Esta clo se
dió al hombre con rn propio sér en el cual está fundado; d) El poder
de la Iglesia es, por consecuencia, inrnutable eu los car nctéres esenciales
de qu e Di os le ha reYcstido; la forma del poder clel Estado os mudable
y ec.; tá suj eta ú las más dh-ersas modificaciones ; e) El poder y la socie-
dnd ele la Iglesia cs una institucio11 esencialmente sobrenatural, el

http://www.obrascatolicas.com
S 6. AcTOXO~!Ü DE L~ IGLESL<,
I
reino de Dios; el poder y la socieclad del Esta<lo es una iustitucilln
esencialmentc natural . el reino del mnrn1o .
1. Siendo la Iglesia el reino de Dios, no es de este mundo : procede inme-
c1iatameme de Dios, y la otra vida constituye su objeto imnediato. En esto .~e
funda el carácter que ha recibido do su divino fundador y en esto estriba tam-
bien su diferencia completa del E stado. Poro precisament e por esto es nna
instirncion real y visible on este mundo, y desenvuelve su actividac1 entre ln;:
hornbres y en beneficio de ellos; por eso tambien se vale ele modios visibles
y humanos, pero no puramente humanos, ya que es una institncion divino-lrn-
mana. El dicho de Optato de 1\I. , de que tant as yeces se ha abusado, no contra -
dico la teoria r1ne aqui sustentamos (D e schi sm. Donatistar. III. :3): l'lon enim
res publica est in Ecclesia, sed Ecclesia in republica est, i. e. in irnperio
Romano. Qniere decir únicamente que la Iglesia presnpone la existencia del
E stado, cuyo poder gararniz a la conservacion clel órden legal externo y la se-
gurida<l de la propiedad y de las personas; por eso aí.fade á continuacion: in
imper io Romano, ubi sacerdotia sancta sunt et pudicitia et virgi nitas; quae in
bal'lmris gen tib 11s non s1111t. et, si essent, f l(fo esse ;1on possent. Y en el mismo
senti elo dice ántes: J am tunc meditabatur (Donatus ), con~ra praecopta Apostoli
P auli potestatibus et r egibus injuriam facere, pro quibus, si Apostolmn
audiret, qnotidie rogare debnerat ( I Tim. 2 , 2 '· De suerte que la I glesia :rnb-
sistia dentro del imperio romano, pero no , formaliter ) como una ramo de la
vida del E stado, ni tampoco ( materialiter ) como si su actividml se linútase ,í.
este 1111u1r70.
2. Pnesto qne Dios qniere el progreso dei h ombre y no se puecle consegnir
aqu él sino en la sociedad, por cuanto ésta á su vez no puede subsistir sin una
autoridad snprema, es evidente que la autoridad política emana de Dios y no
es , en modo alguno, el resultado de la volnntacl de los honrbrcs ( Rousscr.;<.
Co11trnfl) soc ial, I. 5. Vattel, El de l'eclw de r1e1des, I. 4), ni t ampoco emana
del pu eblo, como de su verdadero origen. Syll ab. Pr. GG. Auctoritas nihil alind
est ni si numeri et materialinm virinm summa. La forma y el carácter del re-
presen tante de la autoridad políti ca son consecnencia del c1ese1n·olvimiento ·1e
lâ historia, habiendo servido de punto de partida la autoridad doméstica, me -
diante la celebracion de con venios en unos casos y el asentimiento de la so -
ciedacl en otros. La teoría de Suárez, sobre este particular, nos parece errónea
( Defens. Fiel. III. :2 sq. ) , por cuanto hace depender del asentimiento de la;;
masas la trasmision de la autoridacl, siquiera no exclnya el desen volvimiento
histórico (III. :2. § 9 ).

III. El segundo motivo que sirve de carácter distintivo entre la


Iglesia y el Estado estriba en sus respectivos fines. El fin propio é in-
mediato de la Iglesia es la salvacion eterna ele sns afiliados, obtenido
principalmente por la preclicacion de la fe y la administracion de ]o,.,
Sacramentos ; el Estado, por el contrario , tiene por objeto el bienestnr
temp oral ele los hombres, manifestado particularmente en la aclrninis-

http://www.obrascatolicas.com
54
'
l'ARTE::Er<C>r>_\_ l. HRO PRDIERO. S t: CCIO:S- P HlllElL\.

t rn<·iou de justici.a y eu ln com en·acion c1el órdeu externo. H é nquí por


<1 né el poder ele la Iglesin se extiende clirectamente á la conciencia, y el
1kl [ stm1o á las c:osas que afo<:tan al órden externo.
[ \'. .~ ln índole particnla r del o hj eio correspol](1en los medi 1 •8 <1ne
l"[\rl:t una de Lts r1os potestfük~ emplca para rn com ecucion. La Tg le~üt
pc 111 c en práctica m edios e~1Jirituales , amlCtUe no exclusin1mentc tales:
lr 1 ~ rn edios de <11rn se Yale el Estado sou de este mundo .
\ ". El contenido ele ln Iglesia es bmhicn diferente clel del E st:ulo.
()1,jl·W de la potcstad eclesiástica es toch la hurnaniclacl redimida ; obje-
h1 rk la potesta<l clel Estado e-; el bom lll'e, como sér natural: en Ll una
e! U ijo de Cris to ; en la otn1 el hijo d e .A.dan. D e todo esto se in1l.eren
ln~ siguientes conclusiones:
o 1 La Iglesia está destinacla, por su propia natnralczrt, á ser mm so-
C'i e1J,H1 unini-sal y á rec·iliir cn su seno á todo el g1"11ero humano; el
[,;;rndo , muy nl contrario, únicamente representa la forma ordc'nn<la de
la \·j , la para nn pneblo ó pnra una confecleracion de 1·arios puel)lo" , y
en ningun caso para la hnmanidacl entcrn, sea que el nsunto ~e co11c:i-
' lcrc prá ctica ó teórica m ent e. Por eso el carácter ec:encial de ln lgl e ~in
e~ el uni1·ersalic:mo, mit:ntrn~ r1ue el 11articularismo es el c1isti11tin1 ckl
l> tnclo; b) Por la rnisnrn rnzün es cl Estado una eutidad limitac1a eu
d (·:0:1 •acio y cn ol tiempo; la Iglesia se cxtiende no sólo á todos los
r · ~ i ; " e ~ si que tambien ü todos los tiernpo~; e) Por cso tarnbien la lgle-
~i~ t 1lerin1 su nombre de .J e3ucristo y se llama católica , es d ccir, uui-
\"l· r~:tl. ·en contraposicion al particularismo de la h erejía ; no así el E~­
ta .J o t1ue torna nornbre deJ pn eblo que por sus leyes se rige.

1ren. I. 10: Hanc pra edicatio nem cum accep erit et hanc fülem, quemadmo-
d ;1 m praediximns , Ecclesia , et r1uidem in universo mundo disseminata, dili·
gc·ntH custod.it , cinasi w 1r1111 rlt";llii l/ ll inhabitans; et similiter credit iis, viL1 elicet
·,pia,;i wwm 1mimmn habens et ww m cor, ct consonanter haec praet1icat et
do cet et tradit, quasi w 111111 possidens os. Angu stin. Brev. Collat. X. :20: B.e-
,;p·:>116nm est a catholicis, etiai1t i11rr/ fo s ecc-/cs i us in Scriptnri,; inYen eri di eta s. et
sc-pt t: ·m ad quas J ohannes scrilJit, r1nae tamen multae illius nni cae membra esse
inrc· lligerentur ; ut hinc apparcrer, multo mi nus sibi obj ici debere clnas , cnm
er.m1em ipsam unam dixerint , non talem mmc esse , qualis in resurrectione
fu tnrn esset , quandoquidem ap0stolicis litteris non objiciantnr multae, ex qni ·
\ l\h una constaret.

\-1. Por último. se dil'c:rencian la Tglesia y el Estado por sn <ligni-


,[;;,1 ~- por su importancin. Tan superior como es el alma al cuerpo y el
ci elc1 ú la tierra, e!" la Iglesin con r elnciou :ctl Estado , ya r1ue la primera
ti< ' ne á ~11 cargo cl cuidnch• 'k trJ~ intere~e" eternos de la hum nni<lncl.

http://www.obrascatolicas.com
§ 6. AUTO::\"O)!ÍA DI: L.\ IULES IA. 55
Joan. Chrysost. in II Cor. Hom. XV. õ: '~'.J/,'f1 .; %X~ 7l 1 ):J.'l.7';~ 70
•J-: -r·1
~-- .J J'
-r.-r/J-r·)-~i
.. JJ ... J
1 '1 'l.~-·r ; , ; ,....,.....,'/.-:·; ;Z':":'l°r·
. . . . . . . . . . J.-.J .. 1 · - _ _ _ .. •"
·{ ; -i",
..../.;1' j I d. D e sacerdot. III. 1:
-r-:;r/J-0'1 :'l.·1<ü- -~
.. J ' ... - . .J 1• i,. -=:7.
-~ . . tu r(3 J.,-... _ . -~
.. '
P-r
.J lJ
'..)
') -·1~
n. - 0 1•J':J.-r·
. .... )~ "l..'l.
• -" • ,...J.....1·,""'
.... "1..f .
• ;..,,
......, ;J •;; . ..... , .)
' ·- J J .
nonr;.iti
J
t o..; • •

Apost. II. 3J: ·u 7t? ·~J1.·f. 7 l:):J.'l..-:-o.; %?Z~'7:0·1; -:-r.170~ :-t;) ~.~(<•)70'1"11 En ?:J.7 1.i,s~'l. .;.
esto s pasajes se co mpara la diferencia entre la dignidacl tle sacerdot e y la
dignidac. de r ey con la que existe entre el ciel<• y la tiena. Id. l. e.: 'l.;~-:·r, ~'1.,:
( , 1 - ~· .. - , ' , , - - f ' 1 -· .. "' .... , 1
·1 'Y.fz·ri 707'; 'J70'i '7't
1 T:JjJ , .'7 .Y:r 'l-:J.2'.'iCü'i ~ O':ifJ'I 7·1
1.;
1 1
1
.; °';'"f 0 O'J?':J:;oç 1 tJ.'l./j ,rJ'i 0! X'l.~1
:;
1
.;

.-.r,)./.i:.) .-.).fo·1. Horn. in Hebr. XXXIV. 1: D e rncerdot. III. 5. Cf. Gregor. Xaz.
Orat. :s:nr. 5. Orar. II. 10. I sid. P elusior. III. ep. :2-!D. L os escri tores de la
Edacl media nsaron con frec uencia la comparacion tomada del alma y dei
enerpo, como 1 vo de Chartres ( Ep. 100 ad H enric. R eg. Angl. p. ôO ), Hugo
·le San Vi ctor (De sacr. Fiel. L. II. P. II. c.-! . el Papa ln ocencio III. 1Balnz.
Epist. Inn. I. p. 1341. 1;!1:2 , , Alej andro de Rale,; • P. III. Qu. 40 m. 2 ), Santo
T omás ele Aqnino (IL II. q. 60 a. G. ad 3. D e regi m. priucip. III. 10) , (:rerson
( Opp. III. 1083 ) , B elarmino ( De Rom . P ontif. \-. 3 ). Una fig ura semejante
ú la tomada de] alma y del cuerpo es la clel sol y la luna, usada por Grego -
rio VII. . L. VII. Ep. :2.) " Inocencio III. (L. I. Ep. -!01, , Gerhoc h de H cichers-
berg (De corrupt. E ccl. stat. praef. e. 3 ). l\Iá::; fre cuente es en los es z: l'Írore;_~
de la Edad media explicar dicha relacion valiéndose del simil ele las dos es-
padas •L uc. 2:2, 38 ', . como lo h ace Inocencio III. ' L. VII. Ep. õ4. X. Ep. lJl "
En sentir ele San Bern8rdo ( Ep. :2õn1 hasta la espada mate rial perten ece en
cierto modo á la Igle:0ia. "Perri uten1ue (glac1ius' est: alter suo nntn, alter
s ua mann , quoties necesse est, evaginandus.,, L os Papas han proclamado más
de una vez la preemineJtcia clel poder espiri tual: asi Gelas io ' Ep. ad Anasras.
Imper. Thi el 330 ) , Simaco (L ibell. apolog. 1, soure lo cual ha ce notar B o;;suet
( Defens. P. I. L. I. sect. 2. e. 3i1 ! : Potuisset dicere honorem sacerclotale1n
snperiorem esse honore regio, h. e. praestantio rem, sublimiorem, clign ior em,
111·ri11e g_11is1j11am ilegas.sd Cliristianus.

YII. Ambas peitestacles son , en su respcc:tiYa esfera, las ni:is a ltaô, y


en este con copto son indepenclientes unn ele otra: ele su mutua concor-
din depernle la pnz y la salurl do los puchlos.

1. Innoc. III. Ep . YII. õ4. Reg. Bohem.: S ic s ibi s pirit ualis et mate rialis
g ladius mutuae mutna.nt snbventionis auxilium et vicissim commnnican t vires
suas, ut à efectus ope vicaria suppleant et utcrque alterius supl'leat imper·
t't·crnm. X. U,l Comit. et Baron . Sicil.: "Cncle cmn spiriruali s et matel"iali:;; gla-
1lins mutuo se debe ant adjuvar e ... idem rex no bis humiliter suppli caYit, ut
eos , q ui tel'renam non metuant potestatem, per censuram ecclesiast:icam coge·
1·emus ad cxhibenclum si hi subsidium opporttrnmn. Y por cl contrario YII. 21:2:
U ladium , quem P etrus p er semetipsnm exerect. 11 0 11 metnnnt, qni sunr extra
ovile Domini constitnti; por cuya razon es 11 i:cesario, m saecularis gl a<liu;; po -
testatis, qui ad malefactorum vindicta::n a regilms et principibus bajulatur, a.d
\·indicandam evaginetur injuriam Salvatoris.
·> L a mi:,; ma opini on sosnwieron ya lo;; Sa ntos Padres. Greg. l\L UI. G.):

http://www.obrascatolicas.com
56 PARTE SEGU NDA. LJBRO PRL\IERO. SECCIOX PRL\lER.i.

Ut terrestre regnum coelesti regno j'ainuletur. Augusrin. Ep. CLXXXV. sq ..


Quomodo ergo reges serviunt in ti more ( Ps. 2, 11 ) , nisi ea., quae contra jussa
Domini fiunt, religiosa severitate prohibendo et plectendo? ... ln hoc ergo
:>erviunt Domino reges, cum ea faciunt ad serviendum illi, quae non possunt
facere nisi reges. Id. Civ. Dei V. 2±: Felices eos dicinrns, si juste imperant, ...
si suam potestatem ad Dei cultum maxime dilatandum majestatis ejus famu-
lam efficiun t. De donde viene el llamarse Carlomagno en las Capitulares "de-
votus sanctae Ecclesiae defensor humilisque adjutor. ,, Y Luís el germano
escribe lo siguiente (Floss, Leon. P. VIII. Privil. Friburg. 18õ8. p. 7õ ): Om-
nipotens Deus vos ideo praefecit in Apostolatus culmine, ne spiritalis orc1o
sine jure et lege laberetur in voragine confosionis, nosque vestrae pie ta ti
clementer constituit consortes, ut, quod religio reprimere 11011 valet, terror et
disciplina saecularis per nos opimlante Christo emendet.
3. Los Apóstoles reconocieron expresamente la obligacion en que están
los cristianos de someterse á la autoridad civil, pero declararon que eran inde-
pendientes de ella en cuanto á los actos religiosos. Todo el mundo está obliga-
clo á obedecer á la autoridad, es el consejo que dan Pedro y Pa blo (I Petr. J,
13. 17. Rom. 13, 1 - 6 ) ; porque es servidora de Dios sobre la tierra, puesta
para administrar la justicia. Nada tiene que ver con esto, ni la forma bajo la
cnal se ejerce, ni la condicion moral y religiosa de sns representantes. Toda
autoriclad procede de Dios, por consiguíente , la obedíencía no debe ser pu-
ramente externa y arrancada por el temor, ántes bien, ha de ser motivada por
la conciencia. Véase Chrysostom. in h. l.: Tal debe ser tambien la norma de
conducta de los cristíanos que viven bajo una autoridad pagana, segun expre-
sarnente lo manifestá Nuestro Senor, cuando dijo (l\latth. 22, 21 ) : Reddite
ergo Caesari, quae sunt Caesaris, et quae sunt Dei, Deo, cuyas palabras, si
bien se refieren especialmente á las contribuciones, com prendeu todo lo que
por el derecho y por la ley corresponde á la potestad civil. Pero tampoco debe
dársele más; pues sobre todo poder, áun el más elevado, está el Altisimo,
Dios (Joan. 18, 11 ) , á quíen debemos acatamiento, y en el caso de un confücto
entre ambas potestades, á El debemos obediencía ánres que al César; pues
"oportet Deo magis obedire quam hominibus.,, (Act. õ, 29 ).
Con estos princípios quedó sentada para siempre la independencia de la
vida religioso-moral y la de aquella institucion en y por medio de la cual debía
desarrollarse esa vida, á diferencia del paganismo bajo cuya influencia pereció
eu el Estado la religion y la moral. '' L a Iglesia, rescatada á tan alto precio,
no clebía ser nunca esclava del hombre,, (I Cor. 7, 23 '· Hé aquí de qué mane-
ra el Cristianismo ha dado orígen á dos iroportantisimas creaciones: ha enno-
blecido y moralizado los deberes ele los súbditos, considerándolos como asunto
de conciencia y ponienclo en la fe su fundamento; y ha descubierto un órden
más elevado de la vida, estableciendo como base de ésta el amor y la verdad
revelada y fundando una sociec1ad encargada de enseüarla y de fomentarla.
San Agustin ha compendiado esta cloctrina en el siguiente pasaje ( Civ. Dei.
XIX. 17 ):

http://www.obrascatolicas.com
§ 6 ..\1:TOXO~IÜ DE L .\ ](; J,ESLI . 57

l trrum vitae huic 111ort al i necesrnrinrnm utrisque ho111i11ihus et ntrirJ11e dnmu i commu11i ,;
est nsn;<; sed fini" ute11 <li cuique.su us proprius mn ltnmri uc dircrsns. l ta E-tin111 trr rena ci1·ita,;,
quae nem vi1·it ex fi tlc, ll' rrenam pace111 nppetit . .. Ci1·itas nutem coE:lt·Fri ..;, r ei pot ins pars
e,i u;;, qnne in hac mortnlitate peregrinatur, et Yi1·it ex lide. ctiam ist:1 p:1c1• neecsse est nta-
tt11', cl o11 ec ipsa. cni uilis pax ncces>a ria cA, mortnliuE trnn,em .•.\e iw1· hnc. dnm npnrl
terrenmu c·i1·itatem wlnt captirnm YÍtnm onae peregrinatio11i' agit. . le2·i l"" tPrrenae ci1·i-
tati:;, qu ihns lrnec n<llllinistrantur , q11n e smte nt anclne rnortali Yit ae accol\111 1, "l"ta rnnt , 011-
temperare non dnbitat, 11!, qnoniam com mnnis est ips:i. mortalitas, 'endm in rebm; ad
ipsn m pPrtinentibn' i11i cr ci Yitatem utrn1nrp1e conconlia. l-ni camentc cxi.,tr• moti1·0 para
un proceder contrario cuando el Esrndo se cmpeiía en ,,l,]ig·ar á la lglc.,ia ;, <111c ac<>pte ""
fal.oos ~li r. se.'; foer:i de e"tP- caso: lia('C c:oelesti'i c:i1ita'< . . cx onrn il111s g:c·ntibno cin·'<
e1·ocat, atriue in onrn ilrns lingnis perrg rinan1 colligit sc•CÍ!'latern. non cnra t. qnid in morilH1".
legilHJs institntisque di1·erH1 m est .. . nihil eorwn rcsciwlens nec ck<trne11;; , imo etia m
serva11 s ae oeqn ens, •111011 licet cli1·crs11111 iu di l'ersis natio11ilrns, acl tllllllll iarnc11 eundcmrpH·
finem tPnrnnc pac:is intcmlitnr, si nlivfo11c111, qua mnh rnmnrns et 1·crn.' Drus col<>n<lus
Jocetm. JWil Ínipt!lit . l-titnr ergo ctin111 cocle,tis ciritas in hac rn;1 )1 Cr('gTinatione pm·r·
terrC' na. et ele rcbu,; a1l mort alem horn innm natmam 1wrtincntihn-. hnrnanarnm 1·oln ntat nrn
com positionern , 'Jlirlidwn safra reli9io11c l't pieta te cu11eerlifor. tnet m a~r1 1w nppetit.
4. Bnjo el reinado ele Constancio, lii.io de Constantino, ernpezaron 11,s ernperaclorc>' (,
mezc:lnrse en los as1111tm1 interiores de ln Jgle;ia . á c:uya ingerencia se opn , icron con cleci-
sirm los Obiopos, f11111l :'111tln.<e en la autono1n ía que el Scü"r ha dado{, .'li T.c·l e.,ín . H~ arp1 í
CÚ l ll•l se exp resa rnli re d pnrticula r t.>sío de C.> rclobn. cita1lo por Snn 1\ta 11 asio , H i-tt>J'.
~\r in n . 11. -!-! ) : Jh. -: '. í1:~ 'j';_"J.'j-:.6·, s~ç -:i izz./,.,,7 '.:,( '7-:~z'l. ~ :r't:Z -;·~ -:: ~;~ -:.(/~-:.ttf; ·i.:'-T'1 7:J.,:.zz?. -
i. s ·~(// i/.i.i ?7.i,/.u,. -::'J.?. ·i.:1.tl)·, -::;~ :J.i·AJ~'IZ -=~0-::z· -;r.)'. :~~:;-~ /.~~:z·,, ;J l:)~ 0c i ·,-:.1,-:.'.~~ 7;_, ·,, ·i,~1.T·, -::Z
-:1,ç izr.l:r,.,. ~ i:iç S1:~v--=~ ·j>Js. ib. 77: D(·sde Juégo se Y i e1 1(~ J1 :L la. memoria l":-: hnrn:>1·cs prüfet i-
zad os por Dan ic:l : H~ 27 ) , al Yer: r. i~j?/0'/::t. -:t";j'1 •,r.,:J.~ ~(i;J.~'1W'1 i-:-:'.-;z ,.~ 7: t•J'' Z'l.,'. -:-:~ 0 zJ/J-f1 :i.:. ·,<1'1
"': ("'i";·, izzi:r1'; '. '.l.';':'.Zfr1'1 "-('. :;:.t1J'1. :.; GrcgP1". Xaz. Ornt. XYI[. R· l\ :t.'. r, -:r;J .\,:::;-: rJ·: ·,~:J',~
·J77r)-:'.f1r,7~·1 ·J;1.:lç -:·~, ~;;-?; S·.J '1 'l.'1-::.'.~ z'l.'. -: r;J S:J.t;J ~:·r'l:J.:f.':'. .: \:1.,.):;:.·, "/ 'l,: "/.'l..'. ':C~':'i > :-:,:c. :; ~J/,:;( u r:~ .
;.~ ': '. Z'l.'. -:·( 1·, ~J.s~~ü'. '.l. z-:/'. -:s/.s~t•J-:i~'.'1'1 'l.,':!/r>· -~ 2s'. -:0 ;:·,:.·~<J.'l. ·J7.r/f.UJ?1/:'l.'. -: ·~~ -:: ':l.,':! Z~. . z'l.'. ,..:,r1"':" r.
'('1:·.,,, '.Ç ~;'( i.-:o•Jp:i·1~'Z. La rnisma figma se lee Constit. Aposto!. II. 3± . ,J"nn. Chryso storn.
in .Jc...;. lloin. IY. 4: 1E•1s S::rw -: G1·1 o'.z.s ~w'1 r~pw 11· 7.J),r)~ 0?o~ ~~'l.j''. l,s'.:t.ç. z·:ú 'l./) . r;~ rj::-r1 ~
'.s(t1J ~:.,i·/r 1 ç· ':l.IJ :t.,.~-:Ti p.s~~VJ'1 Szs l·1·r,r . ~: C011 grnn aciertu. y 111ostrando e:~:1 .!.!'1 ·11ercisid:.Hl que
tan hi cn cnad rn á u11 criBtiano y panicu larmE-nte á 1111 Ub is po . . ·::\cn11.J rn ) dice Hil;irio
(•.\d Co11stant. 1. :! . b, : Iclcirco lalJorat is \ Cnesa res ) et rnlnta ril:ms co11si lii;; remp 11 l1lica m
regit" . ut omn es, quibus impernt.is, dul cissima libcrtate potian tnr. ('.,rtr. 1·ox exc:lauia11 -
tiurn a tna mansuetu iline exandiri dehc t., Catholicns su rn , 110\ 0 esse hacreti1: 11s; Ch ri o<tiairns
'rnm, nc111 Arimrns . ,\ cqnnmque lkbct 1·ideri rnncti tat i Tune. nt (jlli t irnc nt Domin um
Dcnrn cliY in nrnqne j;; dici nrn, non pollu;111tnr aut contarninrntnr execrnncl.is 1,J asphemiis, se•l
lrnbeant potesiaie rn. 111 ec"' sequanrnr episcopos et prnq1osit1F, qui E·t in1·j,-.\ata co nserrn1 1t
focdcrn caritatis et cnpinnt perpetuam et ' incera m halwre pacem . ..\mb1-. >'. Ep. 20: :\fan-
clatm: Tradc basilicnm. ltesponcleo, ncc mihi fas est tradere, nec tibi ucc ipere, imperntor,
expedi!. . .. Scrip tllln cst: Quae Dei Deo, quae Caesaris, Caesari. Ad irnpcrato rem pala tia
pertinent, ad rncc·nlotem ecclesiae. P11blicornm tilJi rnucninm jus comnii.-,nm est . 11011 sa-
crornm. l d. Ep. '.'.l. Q11a ndo auclisti. clc,mentissime imperator. in ca n" c fü\ ~ i laicos ele
Epi~c o po judicasse '? I111pcrator infra Ecclesiarn, 110 11 supra Ecclesiam ,. ,t: ho nus i111pera-
tor qu neri t auxil im11 Eeclc>iae , non rcfotnt. H ilar . e. A1txcm. n. 3: Q11il>11."11nrn suffrngiis
ad praedicandum ev:wgclium nsi sunt '? . . anne aliqu am sihi nssurnelia11 t t• palatio dignii.a-
tem" Xcrone ant Yespm,iano fHlt Dceio pa trocina ntibm tnC'bantnr ? _-\ in l11·os . Ep . ~1 nil
Yalcntin . '.jnn . ) : Sac:erclotes de sacer<lotilrns Yúluit ju rliC'arr·. P or sn pai 11: lt•s emp•'rador•·"

http://www.obrascatolicas.com
5S nnn: S E l i l" ~ I H. LI BRO P RD!ERO. SE CC'IOX L' H l.llElt A .

nri cl c,inro11 ,]e n•cunoccr en la l glesia e.st e cl er12cho : Enseb . \ -it. Co nstant. T\' . 2±: ' 11:1.õ!Ç'
/1·~·1 -:GJ'1 ~ ··.' ~ tt) -:?;ç Si'.z/, .,j~ ~'l.ç ·
i.·/t;J 2~ ":GJ'1 iz-:6r 0-::0 fJ?;o~ z.'l.0 ~ 0- -:-x:1.i,, ,., ç S-::l~zrJ -;:(,ç J.·, :.''.\'1.
\Tll. ,\ u m1uo la potes tad cfril es en su esfora indepornliente y su-
prema, delJe en cierto sentido so meterse á la di reccion de la autoridacl
eclesiástica, que tiene la mision de ordenar y dirigir todas ]as cosas ele
ln tierrn al último y müs alto fin de la lrnmanidad. Eu este sentido de-
11cnclc la potestud ciYil de la eclesiástica.
1. "\ este propósito debem os cit ar la explicacion q u e d a San to 'Tornâs ( D e
r egi m ine principum i : ( !timo fin d e la h nma ni dad es la bienavent ura uza en
Di os ;l, lJ ': h ácia el cual nos llevan la fe r la s virtud es sobronatnrales, baj o la
(h c• ccion del régimen espiritual de la I glesia, á cuya cabeza e,; tá el Papa: y
p nesto <1uo ni l a fo licic1a d t empor a l n i las v ir tu des 11aturalcs constituy en el
1'1h mo ti n d ei h omb r c , tambien ést as d eben dirig irse á cse tin ú lti mo. P or eso
precisamente cl saco r cl ocio, en si mis mo , " per q uod h om ines tra(l ncuntn r ad
c r;destia ,,, está po r encim a d e la dignidacl r egia, ya qu e u n órclen es t a nto
rnús sub lirn e cnanto más ele Yaclo es el :Ô.n a qtoe con cluce. P or consc cnenc ia, el
],;u1 cstar m ateri al, an nr1uo t ien e gran impo rtancia para akan zar una Yic1a
fr,li z, n o es nús •1ne ·' qn asi in strurn enrale e t secundari um ,,, tod a Yez q ne a un
e·! may or ele to dos los bienes t errenales, la union en la p az (_ nni tas p acis J, sc.ilo
pnede alc a nzarse m eLl iante la practi ca de una v ida r eligiosa y m 0ral. D e
dond e se intiero que, si b ien la p ot est ad civil es en si misma imlep ondiente,
n o lo es a h solutament e hablando , en el sentido d e qu e on to d o d ebe aspirar à
la consecn cion d cl fin último. V éase in II Sen t. D. 44. q. 2. a. il : D icondn m
qnocl p otestas spirit ualis et saecular is u traque dcduci tur a pote8late di vina; e t
i de o i 11 lr11d11111 socrn lan'.s potestas est wli spirituali. in quantum est a D eo sup -
11osita, scl. in his, qn ae ad s alutem p er tinent. Et id eo in his 1111r1; is 1·s t ol1edie11-
,1 ,, 11 1 p11ft.,\ /i' li s11i;·itwdi quam saeculari. ln his autem , q nao ad b onum ci,·ile
p cr tii1enr , l'.\' f 1w1~1 is 1J/1e1 liewl 11 m p0tesf1di S((ecu la ri lj_ ill lJJI spil'if u11/i sec. l\Iatt h.
R eddite, c1na c s nnt Caesa ris , Caesar i.

:!. J] i'u ml:i m1· 11t o ele c.-ia 1.lq1cncle ncia mornl estri ba princ:i 11n llll <' llll' c·n rj\:r: Ia, cuc stio -
1:1·, de <l c: rec ho. en ''' -' úl tima' u 1nsas. se lrn ll an ín tirnarn enlc r1'. l:H: i., 11:1.J:i , (' !! li la s de moral
.'· ,:m1' !11 1·-t:'111 ct''' la reli ;:·i,>11 . H é ar1ní por r1 u~ ~'unon e l l i c.<cr ilw a i 1nfo cipo Chigi , d 1!1
)r. }l:i rzr, 1le 1R71 1· L a pr>1 e,tnd ciY:l é5t:'t oé•mét ida ú la rc·li,cri1>' a por (·Ú·cl u de la preen1i-
1:1·11c-i :1 d <'l ...:a cc n luc-io ~ n l n-,·· d impe r !o . la c urd ::.:e fu n da en l:l p ref· 111 l11Pnc:.:ia dc· l lin ck· la
""'1 u m n·!:t('Í•)n ai •1ue t it>111: ;:eirnlado la ona : de .sncrte q nc la anl1 1ri, Ju <l d,.] i1 11pr:rio <],, _
' ' nil c• cl1.· la p111c·-11l!l tlel sacenl ocio , como las cosas lrn mnnn s tl 1°11c•mle11 1k la ; (] j,·inas . 1;,,
1,,,.,.rn alr•s , j,, ln< '''l'iri tnnles. Si e! bienesta r te mporal, qu e cnnct it11y0 1•l li n ,],, la po!Pstad
,.; ,.; 1 r·st :i .'t iliol'(]Ílla,]o ú la bie11a ,·ent11ranza ett: rna , qne es el ol1jl"tn <'spirit 11 :il <k l sacerclu-
l'in, i.110 Sl' ck cl 11ce il e <'sto q ue , para nlcanza r e! fin q ue Dios !e lia H'1i:ilado 1 ull n 1111toridad
dP he e,o l.:1 snhonl i11ada "' la otra, como está n su bordinad os los fi 11c,o qne respccli l' nmente
p:·osig11 en '! > :'; nú n ' z. ] )e Legg . I Y . \J : Regula regi minis lc111 po 1·alis, 11t sit l' PCI :1 el honPsta,
<klict t:.'"' >pi rit11:tli.'. Ergo nccessc est. 11t ip.sa met pote.stas ll: rn poralis n•g••11.Ji recruletm
l"'l' sp iritua lcm. el hoc· t.1st ill i e" e "1bj ect nm et sn borclinatam . ~L (;"rh c·rl . ]),~ l1égilirna
I·>cl<» . ]'Ote.stau" S. Jl lasi1•n. l í l) l. II~. l D nhita nclnrn 11n11 cs l , c11ll1 ti11i -; ' l'irittta li-; regi -
mini, si l 1 , )ll g•~ jJl'lll""t'u1tio•si11111s, ac homini s nd nel Pm am \'Ít a m tksti11ati 1dti 11ws c·t 811 -

http://www.obrascatolicas.com
§ 6. Al:TO~OMÜ DE LA !GLESLI. 59

jJJº('}}/118, ei omnos ulios subordinari debcre et cederr, ' i quac eolfüi o officiorum contigerit ...
Quo d'i ergo in regimine saeculari sit alir111 id. ri noel .-piritnali ol.,it, cedat 11ece8'c est potiori
imi nnhiliorique fiui; qnidquid contrn prnde't. et fo cit a.J co mH·utionem fini ,o praesta nt iori;;.
•·x p:nte ignobili ; re: i11fcrioreque com;ce:rnn<lum '°' t 0t clefe rc-ml11m pa rti ~; uperiori. \\'alter,
0

l.lcrc-cho natural y pulitirn, § 515. El Estad.o no cun'tirnyc d último fin ü que debe aspirar
1º111i t·:1me nte el inclil·i1l110 y al qu e, en caso nccesario , han de sacrificarse los derecho s perso·
1u1 le' . No es para cl hombre lo más alto, tinte.< al contrari". por encima de él cstán las
in.'tit uciones qu e tiene n por objeto la sahacion y la rcden ei on del hornlire y le aynclun {,
a l<':< nznr rn natura l tlc,.t ino. El Cri> tianismo ha r;uirnclo . u i é "IC concepl< •, al E >ta do. una
p:11't<> de su irn portancia; pero. en otro sentido. ha ~J e ,wJo i-:n cligniclacl d" una nrnnera no-
r:il1k. Segun el e:o nc1•pto cristian o es un úrclen eri.~·i do por rnlnntacl cl i1·ina para la comer-
rnciu n de la pa z y ad1uinistracion ele jnsticia, nua imúgen dei (orclen moral cn la tierra; la
n1ajestacl y pod er de la autoridad tiene rn fundam ent o eu qm' se ejerc e por órtlen ~- en re-
prcs Pntacion de Dios: por tanto, sn mi sion pri11cipal es colahornr por todos los med ios que
"·' tén :i sn alcance: :i la propagacion dei reino dé Dios é il11strar á la hnm:rnida d en todo lo
'I"" :'t rn desti no rnb renatural se re(i ere. Por consecucncia. ninguna pnt(Aad ci1·i\ es en
:ili>olnto inclependientc. < El legislador clel,e tener concien eia ele que nunca se halla en
tc'nf'no completamente inclependiente , en d que pue,Ja prnerder y di;;poner :'t su antojo.
L:1 s circunstancia;; del pafo, las costnmlires, el ~sp í ritL1 ele: la nacion son otros tant os obs ·
t"1 cnl os que li rnitan sn lihert ad de accio n. \\'a lt t:r . /. e. § :;(10. P ero la rcl igion . ante,
' " dL' . eo1i;,titnye 1t11 clc111ento esencial en la ,-ida cll' lns pnc·li lo_>:, . un facto r pri11 cipa lisin10
q11r: b potestacl ci1·il no pncde ni clehe cleseonocer. Guizot. D<' l"Égfüe . p. lfi7 e! ca rácter
1:scncial ele! espíritu cristiano es el re.<pcto ele! ,',rclen y dd derr,cho, de toil"s l<1s clerechc'' ·
l1 J rnisrno los derecl1ns de Dios que los dei homl.. re, los rlerecho'õ cl el GoJ,ierno 11nc los dei
pneJ.,Jo. Huncleshngen ( Hm·ista dei derceho canónico rk Dom . Berlin , 1SG1, t. I. p. 2M1; .
lla.io enalqnier punto ele Yista que la< cosas sr co!-.siclerf'n, den tro ele! Cristian i,1110 "e adrni-
! e sit-mprc:- com o iml11dahle . que el cil·lo es lo pri neip:il y lo 111á" elerndo ; la tierra es lo
ócl·unda rio y rn~ 1 ws importante ; r1uc la rnl rnci <• n (\te lao alma' ofrece, sin curnparacion.
m:i' interés qu e toda.- lns cosas terrenas que st: rUiere n ai bienesta r ckl l1omhre; que la
111 a.i1·.,t:1d del Altísi1w1 (-stá en grado infinito por enc ima ele todas las majestades ele! mund o,
y q11 r Lodo cuanto tie11de ú asegurar la olitcncion ele! cielo es para el hombrc ele mayor im-
port:rncia , en todo sentido , que las corns qne tiE:nE:n por objeto proporci onar y asegurar el
hiene.<tar de la ,- ida terres tre.

~l. Las r elaciones que de ben existir entre la Iglesia y el Kitado, e:s:igen
que éste no adopte medida alguna que se oponga á los fines de la Iglesia, con
cuya conducta quebrantaría el primero de los deberes de toda autoridad cris-
tiana; y que , por el contrario, favorezca con sns leyes todo lo qnti sea condu-
cente á dichos fines, siqniera, esto último, en sentir de Suárez (De L egg. III.
7 ) , no tenga el carácter ele obligacion, sino más bien de co 11Scio. Aunque el
Estado sólo pertenece al órden natural, no obstante, en el plan de la divina
Providencia se halla puesto por base y condicion clel clesarrolio de la Igl esia,
y en tal sentido guarda, con r especto al órden sobrenatural , la misma r elacion
1pte la c1aturaleza con respecto á la gracia. En la práctica esta r clacion ofrece
diferentes resultados, clependientes ele las circunstancias y condi ciones de los
pneblos. En el Estado pagano, enemigo clel Cristianismo, la I g lesia obedece á
la ley en todos lns 1·osas nw11danas, siempre c;ue sus prescripciones no se opon-
~an á los preceptos divinos. "Si un E stado intenta limi tar ó prohibir la apli-

http://www.obrascatolicas.com
60 PARTE SEGUNDA, LJBRO PRDIERO, SECCION PRIMERA.

cacion de su doctrina, ó de su disciplina eclesiástica, poner trabas al ej ercicio


de su autoridad sobre los eclesiásticos en asuntos de su jurisdiccion y siempre
que se valga de medias y correctivos puramente eclesiásticos, ántes es la obe-
diencia á Dios que á los hombres; en tal caso debe prevenirse á sufrir las
mayores contrariedades por su divino fundador, que tambien predicá su doc-
trina sin atender á prohibiciones ni aiTedrarse ante las persecuciones, hasta
sufrir la muorte del justo. ,, Schulte, Der. 0an. II. p. 439. Si el Estado hace
profesion de indiferentismo, la Iglesia se vera privada del beneficio de la pro-
teccion oficial, pero tiene en cambio el apoyo de la ley, y hasta cierto pnnto
gana, por su independencia con relacion al Estado, lo que en otro concepto
pierde, como sucede en la América del X orte. En los Estados cristianos y ca-
tólicos los derechos y los deberes mutuos marchan unidos y forman, bajo la
salvaguardia de los principias inalienables, un estado legal histórico y posdii'o,
con las particularidades propias de cada país. Á este derecho positivo se ajus-
taba el Papa, cuando lanzaba sus censuras contra los monarcas declarándolos,
/,pso facto, destronados y en libertad á los príncipes para elegir nuevo rey;
porque en sn virtud la censura de la Iglesia dejaba al individuo proscrito de
la sociedad del Estado y tenía, por natural consecuencia, el efecto ele excluir
permanentemente al excomulgado de la sociedad civil. Precisamente por ser
éste un estado legal positivo, te11ían los Pap:i,s que ajustar á él su condncta.
Schulte, Der. can. II. p. 437.
VIII. Tres son las opiniones que clefienden los escritores católicos
acerca ele las relaciones entre la potestacl eclesiástica y civil, las cuales
convienen en admitir el principio general ele la superioriclacl ele la Igle-
sia sobre el Estado, pero bajo diverso concepto: ya como « potestas di-
recta Ecclesiae in temporalia, » ó como « potes tas inclirecta » ó sólo
como « potestas clirectiva. » Segun hace notar Belarmino (De Sumrn.
Pontif. V. 1) la segunda opinion reune más motivos ele probabiliclacl y
es tambien la que acepta la mayoría de los teólogos.
Las autoridades positivas en quo clicha opinion se funda, son el citado pa-
saje ele Belarmino, y la decretal "X ovit,, (V éas e Raynald a. 1203 n. 54. Carta
ele Inocencio III a J uan-Sin-tierra Hé aqui cómo Belarmino expone la pri-
mera tésis: (De Summ. Pontif. V. 1 : Summum Pontificem jure didno habere
plenissimam potestatem in universnm orbem terrarum, tum in rebus ecclesiasti-
cis, tum in rebus politicis ... Quin etiam Hostiensis (Enrique de Segnsia,
Carclenal Arzobispo de Ostia) nlterius progreditur. Docet enim, per Christi
adventnm omne dominium principnm infidelium translatum esse ad Ecclesiam,
et resiclere in Summo Pontífice, ut Vicario summi et veri regis Christi, et icleo
posse Summum Pontificem regna infidelium jure suo clonare, quibus volnerit
ficlelium. Contra esta tésis sostiene y prueba Belarmino las tres del tenor si-
guiente: Papam non esse Dominum totius mundi ( c. 2); Papam non esse Do-
minum totius orbis Christiani (e. 3); Papam nullam habere temporal em juris-
dictionem directam ( c. 4 ). De la misma manera que el reino eterno de Dios y

http://www.obrascatolicas.com
§ 6. 0

ACTOXO,!ÍA DE LA IGLESJA. IH

de Cristo no priva de sus dominios á los principes de este mundo. asi la tras-
mision de su potestad espiritual al Papa es independiente de la pote~tad ciyil,
con la cual nada tiene de comun. El teólogo ántes mencionado expnne la se-
gunda opinion en estos términos ( l. e. c. G): Pontificem ut Pontiíicem, etsi
non habeat ullam mere temporalem potestatem, tamen habere in ordine arl
l1onum spinºt11ale summam potestatem disponendi de temporali\ms rebus om-
ninm Christianorum ... Quando politica potestas et ecclesiastica snnt conjun-
ctae, unum corpus (como alma y cuerpo, efficiunt, ideoque inferior c1ebet esse
superiori subjecta et subordinata. Itac1ue spiritualis non se miscet temporali·
bus negotiis, sec1 sinit omnia proccclere, sicut antequam essent conjunctae,
dummoclo non obsint fini spiritnali, aut non sint necessaria ac1 eum consequen-
dum. Si autem tale quid accidat, .spiritw!lis potestas potest et delwt coercere
te111poralem onwi ratione ac ria, quae ac1 id necessaria esse viclebitur. Esta
autoridad indirecta ele la Iglesia sobre la potestad civil, es espiritual, por
cuanto tiene su fundamento en la mision misma ele la Iglesia; lo temporal sólo
puede ser objeto ele esta potestac1 en cuanto haga relacion á la moral y á las
cuestiones religiosas. La Iglesia antigua se ajustó con estricta scvcriclad á
este principio: obedecemos á las potestades ele la ti erra, pero solamente " si
religionem non impedit, ,, " si non est coutra divina praecepta ,, 1 Angustin.
CiY. Dei XIX. 17. 19); por lo cual la autoridad ciYil está sujeta à la espiritual
" ratione peccati. ,, Bianchi, Della polizia della chicsa. III. 1. Tal fué tambien
la doctrina enseiiada por los grandes teólogos ele la Edad media; hasta que,
en el primer articulo ele la Declarat. Cleri gallic. del ano IG82, se sostuvo la
doctrina contraria, negando á la Iglesia toda autoridac1 directa ó indirecta
sobre la potestad civil.
La escuela que sostiene la pr,testa' r/1úttirn (Yéase Gosselin, E! Poder del
Powr en la Erlad media, Lovaina, 184,ô, t. II'!, niega que la Iglcsia tenga
verdadera autoriclad sobre lo temporal, sea clirecta ó indirecta; pero la atri-
buye, por el contrario, autoridad directi-rn ( coactiva), de suerte q uo, en sentir
de esta escuela, tiene la Iglesia cl derecho, á la vez que el cleber, de ilustrar
la conciencia de los príncipes y de los pueblos, con sus clecisiones doctrinales,
sus amonestaciones, sus explicaciones. sus consej os y mandatos, y, en caso de
confiicto ó ele duela, determinar los cleberes de cada uno y definir lo que la fe
y la moral cristiana prescriben. Yéase Fenelon, De auctoritate Summi Pontific.
( Oeuvr. T. II. écl. Versaill. 1820): Haec autem pot.estas, qnam Gorsonius
rlircctfram et ordiwdirnm nuncnpat, in eo tantnm consistit, quod Papa utpote
princeps pastorum in majoribns moralis disciplinae causis Ecclesiae director
et doctor, ele sen·ando fidelitatis sacramento populum consulentem eclocere
teneatur. De cetero nihil est, qnod pontifices regibus imperare velint, nisi ex
speciali titulo aut possessione aligua particnlari id sibi juris in aliquem regem
feuclatarium Sedis Apostolicae adepti fnerint. En realidad ele verdac1 esta
doctrina clifiere nrny poco ele la que atribuye á la Iglesia potestad inclirecta.
Yéase Gerson. De potest. eccles. Consid. XII.: Potcstas saecularis etiam apud
infideles habet propria jura, suas leges, sua judicia, de quibus occnpare se

http://www.obrascatolicas.com
62 PART E si,; 1;C'illA. LLBJ:o PK.LlllmO. SECC !OX PHI\IEl<A.

ecclesiastica potesras non pra e~nmat, ,,/si rl um redundat ouw;11,; saer:ularis pu-
testatis in im11ug11a t/011el/I. fir /t:i el Uu-~11li1:n1üw1 Creatoris et 11w11 r/('sta m potestatis
ecdesiustica e i1rjuriam: rnnc e1Jim eéclesiastica potestas habet ,/0111iniam 111oil-
1!am l'C!Jitirnm . directiiwn. reg11latic11in d onlinatirn111.
Eiit o derecho de la I g lesia se presenta, en sus aplicacion e8 concretas, bajo
muy diferentes aspectos, eu conformidad con la situacion particular de cada
pueblo y con sus ley es especial es, segnn se desprende de los diYersos aspecto,;
que ofrecc n las relacione.s f1ue existen y han existido siempre entre la Iglesia
y el Estado . Pero el clerecho en si e:'J un principio inalien al>le, y es pro pio ll ~
la esencia mi:>ma de esta sociedad divina dar. en todo tiempo, la. más alta y
1íltimn decísion , quoad per ;;onas, lege:; et j udicia ( Belarmino, l. e. 6 ) : " L a
I g lesia ha recibid o ele Dios la nli ,;ion sublime de dirigir á los hombres , ya
ind ividualmente ó en socie<lad, á un tin .1olire11atural: por consecnencia tiene
el poder y el clerecho , en virmcl ele esta mision, ele juzgar acerca de la morali-
datl y j usticia de todos los actos humanos, tanto extern os como internos, en
sn r elacion con los preceptos ele la ley natural y ele la ley divina. Y como no
es posihle despojar á ninguna accion humana de este carácter d e mornlidad y
de justicia, bien sea ordenada por una potestad superior ó bien sea proclm:to
ele la libertad individual del hombre , se dcduce que el juicio de la Iglesia.
aun que directameme r ecae sobre la moralidad de las acciones, indirectamentc
se extiende á todas la8 cosas fJ. !le !/l(tmlan alguna relacion tim rsta momlúlwl.
Esto no sig nifica que se mozcle directamente en los asuntos políticos, los
cuales, á tenor del órd en estable\!iclo por Dios y segun la ensenanza de la
misma Igl e:;ia, son dei domínio exclusivo de la potestad ciYil, qu e en este
terreno obra con entera independenr;ia. ,, Carcl. Antonelli, l. e. La misnrn
teoría sostiene Leibnitz ( Oeuvr. ed . Foucher de Careil. Paris, 18ô8. p. I. pá-
gina 2G4): Por lo que hace á la auroridad de la Iglesia en los nego cios tempo-
rales, creo que es forzoso reconocer en ella ese poder por la i11/fwncia iwlirecta
que las cosas temporal es puedan ejercer sobre la salud de las almas. La
I glesia clebe asimismo decidir los casos do conciencia con re;;pecto á la obe-
diencia qne h aya de prestarse ó negarse à los soberanos. R ehusar est0 princi-
pio equi valdr: a á deprimir la libertad de concien cia.

IX . No cabe siqniora snponer q ue la Iglesia abuse ele su antoriclad,


toda vez (1ue ésta descan sa excluúvamente en la fu erza do ln co1wiccion
y es puramente moral , rniéntras que cl Estado tiene ú su clisposiciou
toda clase de medios rnateri t~l es. Es vcn1ad que la Igles ia es cleudora al
Estado de la paz púl1lica y de la proteccion que la clispensen las leyes;
pero ella es, en cambio, la protectorn por excelencia de todos los dere-
chos civiles. Por lo que respecta á la objecion tan comunmente acluci cla,
ele que seg un nuestra teoría, relativa á la indepenclencia de las dos po-
testades, se con stitnye nu E stado dentro del E stado, piercle toda sn
fnerza con sólo considerar que las dos sociedades, eclesiústica y ciYil,
se difereneian esencialnwnle por sns fines, por su orígr.11 y por los me-

http://www.obrascatolicas.com
<lios que cada nna emplea, por lo urnl ef:: tnmbien diferente el órden de
sumision que los hombres prestan li la una ó á la otra.
X. Si bicn <:ada uu a de las llos potestades tiene seiíala<la Hl parti-
cular esfera , no puede negarse ln, existencia de las causas mi.rias que ~e
refieren, ya ú las person as, ya á las cosas pertenecicn te~ á cualq ui era rlc
los dos pod e r e~, pero liajo diferentes conceptos. La aecision de esw:o
cau sas tiene lugar por mec1io de indultos ó de coucon1atos.
El orígen ele estas causas está, unas veces en la natnraleza misma de las
cosas, como los asuntos matrimoniales, otras son consecu.encia del desarrollo
histórico de los pueblos; como aconte ce cuanclo el poder civil trasmite á la
Iglesia la dire ccion ó resolucion de asunt os r1ne propiamente le corresponden,
ó por el contrario, la autoridacl ecle8Ú\;;tica cede á la ciYil el uso de clerechos
que la pertenecen (jus patronatus ). Fuera de esto hay diYersas instirncion es
eclesiástico-civil o:-:, en cuya clireccion y desarrollo, si han de dar provechosos
frutos, deben tomar parte ambos poderes , obrando de comun acnerdo; tal
acontece, entre otras, con la educaeion y la ensenanza. :'.IIá s detalle:i sobre este
asunto, véanse en Phillips, D er. can. Il. pág. 538 y sig.
XI. Miéntras que la Iglesia católica , en Yirtucl lle la autoridad so-
berana de que fué investida por .J esucristo, m autiene rn carácter de
socieclad indepencliente y perfecta al lado y dentro clel Estado, obrando
constantemente como g uardadora üe la liliertacl ele la religiou y de la
conciencia, el protestantismo , al contrnrio, se sometió al y ngo de la
potestad civil, de donde ha resultado el cesaropapismo.
1. Lutero, para mantener y propagar sus doctrinas, vióse precisado a
llamar en sn auxilio la potestad civil, en tregando en sns manos el gobiemo de
los asuntos eclesiústicos, efecto de lo cual , en sentir del historiador A. l:IIenzel
( Historia de Alomania, t. V. pág. 4 ) entró el luteranismo en un estadio com-
pletamente nuevo. Ya el elector de Sajonia, Juan el Co11sta11te ( t 153:2 ) , á pe-
ticion dei heresiarca, mand ó constituir una Comision compuesta de eclesiás-
ticos y seglares à la que dió el encargo de revisar todos los asuntcs religiosos.
Lutero sienta explícitamente la in<licaua doctrina cuando dice (l. e. I. pág. 338):
" Está bien, mi qnericlo dnq ue Juan: á ti te recomiendo mi más caro tesoro;
tú serás como nn padre para ella; pnes quiero que esté bajo tu proteccion y
gobierno y que á ti te corresponda ese honor. ,, ~To obstante, en teoria, los
reformadores qnisieron mantener la debida separacion entre Iglesia y E stado;
pero la fuerz a de los sucesos, por un lado, y los ataques de los fanáti cos por
otro, les obligaron á continuar por el camino emprendido . Como consecuencia
de este proceder de los reformadGres, las autoridades civiles se incaularon, en
sus respectivos dominios, de los derechos episcopales, primeramente en los
asuntos relativos á la jurisdiccion externa, para luégo hacer lo propio con
todas las cuestiones de doctrina. Enri qne VIII de Inglaterra les había dado
ya ejemplo de este sacrílego espolio.

http://www.obrascatolicas.com
64 PARTE SEGl:XDA. LIBRO PRnlEl:O. SECCIOX l'ltDIE!U.

Realizado el rnovimiento se pensó en j u~tificar, con argumentos científicos,


d nuevo órc\en de cosas. dando orígen á tres diferentes si stemá s : el epi;;copal,
el territorial y el colegial.
a. Sistema episcopal. Eu virtud de la paz religiosa de Augsbnrgo, ajustada
en J .j;j.j , y de la de IYestfalia, quedó en suspenso la j nrisdicciou episcopal,
1• 0 sin que se apoderasen de ella los príncipes , declarando, para ju.stilicar tau

extrano proceder, que no se habia hecho más que devolv eria á los príncipes,
qui enes la ejercian en calidad de supremos Obispos. Extranos por d emás pare-
ci eron los derechos que en este concepto se arrogaban, tau diferentes elo los que
correspondeu à la :.\Iaj estac1 terreml. Sin duela por eso Denedicto Carpzov (16-±õí
rratú de modiricar esta teoria diciendo que esa juriscliccion fu é , en sn orígen,
nu privilegio de los príncipes usurpad o despues por los Obispos. Inútil es
advertir qu e par a demostrar la supuesta usnrpacion no se pudo presentar un
bCJl o argumento histórico, ni una sola i1rueha dogmático.jurídica.

11. El sistema territorial, desarrollado principalmente por 'Ihomasiu:; y B oh-


mer , al rlnal del siglo XVII , cnya teoria parto del prin cipio de que h potestad
edesiástica está comprendida en la antoridad civil y se halla sometida ai
príncipe de la comarca, qni en, como tal sefior, ejerce toda autoridad sobre la
Iglesia por medi o de su consistorio. '· Cuj ns regio , illius r eligio ...
e. El sistema colegial, fundado por Pfaff, hácia el ano 1719, st1pone que la
constitucion de los municipios fué en nn principio democrática y qne , con el
trascurso del tiempo , por manejos usurpadores, se foé desarrollando eu ella
la jerarquía. Ést a cayó por ti erra con la Reforma, clespues de cnya aparicion
los municipios trasmitieron á los príncip es el clerecho que les era propio, y
éstos llevan la direccion religiosa del pneblo como un derecho qnc !e:; ha sido
trasmitido. Este sistema es el que ofrece más puntos de contacto con el pro-
testantismo, si11niera no tenga un solo dato histórico en que fnndarse. D ollin-
ger, La Iglesia y las iglesias , pág. 53 y sig., ha e xpuesto la influencia que en
el desarrollo de la política ha ejercido esta doctrina.
2. Este tlosenvolvimiento del sistema religioso protestante no fu é más que
legítima consecucncia de los princípios sentados, desde los primeros momen-
tos, por los reformadores. Véase Confess. Aug . P. II. Act. 7, 10: Cnm potestas
ecclesíastica . . . twdwn e:terceafl!i' pCi' miilis'fei'i?!m t·erúi ( todo el clerecho
eclesiástico se manifiesta simplemenre en la doctriua ·1 , 11011 impc<lit politicam
administrationem, sicut ars cauendi nihil impedit politicam aG.ministrationem.
Ya combatieron, en este sentido, el pl'incipio católico el jansenismo, josefinis-
mo y el febronianismo. " ..\ucror F iel. ,, Prop. IV. }'ebronio ( De statu etc.
Tom. II. p:\.g . .-i-±2 , aconseja á los príncip e:>: " ut pergant pro jme suo suarum
terrarum eeclesias reformare. ,, De donde se infiere r1ue la Iglesia jamás ha
querido reconocer, propiamente hablando, el derecho del "Exequatur ,, ó dei
" Placet, ,, ni el del " appellati.o ah abusu, ,, ya que de lo contrario la Iglesia
no tanto estaría regida por la autoridad propia corno por el Gobierno clel
Estado, de cnya Yoluntad dependería la promulgacion de la ley, sin la cual no
puede entrar en vigor ( Papius, D atos para la historia del Placet , rn el Archi-

http://www.obrascatolicas.com
§ 6. Al"TONQ)!ÍA DE LA IGLESIA. 65

vo para el Der. can. católico, 1867, t. XVIII). Los galicanos y josefinos han
sostenido este derecho como una prerrogativa aneja á la corona. Van Espen,
De promul. leg. eccl. P. II. c. 3. § 2: Hoc jus una cum regno ipso natum est, et
potestati regiae tam inconvulse connexum, ut jus hoc a se princeps nequeat
abdicare, nisi una seipsum principatu exeat. Las censuras eclesiásticas, en
Hergenriither, l. e. pág. 819.

SECCION SEGUNDA.

Caractéres y propiedades de la lglesia.

Demostrada ya le tésis de que la Iglesia de J esucristo es un reino en el que


su divino Fundador ha depositado la plenitud de la verdad y de la gracia para
todas las generaciones que se sucedan sobre la faz de la tierra, y admitido,
como natural consecuencia, que á todos incumbe el deber de entrar en ella
( M:atth. 28, 20), ocúrrese desde luégo la pregunta: 6cuál es la verdadera
Iglesia de Cristo?
Hay caractéres visibles (notae) que anuncian por sí solos á la única y verda-
dera Iglesia de J esucristo y la distinguen de todas las falsas iglesias. Esos
signos son las cualidades necesarias, esenciales é inseparables de la verdadera
Iglesia, que la acompaií.an de una m~nera evidente y palpable y que todo el
mundo puede reconocer como tales. Sin duda alguna todos los caractéres sou
cualidades de la Iglesia, pero no viceversa, por cuanto no sou visibles todas
sus cualidades. Por consecuencia vamos á dividir esta seccion en los artículos
sigui entes:
Artículo primero: Caractéres distintivos de la verdadera Iglesia de Cristo.
Artículo segundo: Cualidades de la verdadera Iglesia de J esucristo.
Ateniéndonos á la doctrina de los caractéres ó signos distintivos, excluimos
de nuestro estudio todas las falsas religiones, miéntras que la teoría de las
cualidades nos hará ver, con toda claridad, la Iglesia como el reino de Dios
sobre la tierra.

Belarmino empieza el Tratado de los signos distintivos de la Iglesia con las siguientes
palabras (l. e. L. IV. e. 1): Controversia de notis verae Ecclesiae utilissima est; omnes
enim confitentur, in sola vera Ecclesia esse veram fidem, veram peccatorum remissionem,
veram spem salutis aeternae. Nec haeretici ea negant. Idcirco omnis haeresis ad se solam
trahit veram Ecclesiam, et alios omnes extra veram Ecclesiam ponit, ut Lactantius (IY. e.
ult.) docet. Singuli quique haereticorum coetus se potissimum Christianos et suam esse
Cntholicam Ecclesiam putant. Itaque, si in hac controversia coll'rnniremus, reliquae omnes
facile componerentur.

T0:.10 II 5

http://www.obrascatolicas.com
}',lcRTE SF.GC'.'DA, LIBlW PRLIIERO. Sf:CCIOX SEGl:XJIA.

ARTÍCULO PRIMERO.

Caractéres de la verdadera Iglesia de Cristo.

La c1octri11a de los caractéres de la verdadcra Iglcsia de J eo:mcristo abraza


los pn11to8 sigui entes, que trataremos e11 párrafos distintos:
1. Caract.éres ele la verdaclera Iglesia e11 general.
~. Caractéres de la verdaclera Iglesia en particular.
3. Demostracion de que únicamente la Igle,;ia cat1'ilica se halla en posesion
de todos estos caractéres.

§ 7. C\HACTÉHE:' rn; LA VERD..l.DER ..\. Il~LESL\ rn: CHISTO EX 1;EXElL\L.

l. Son los caractéres cfütintiYos ele la Iglcsia aqucllas cualidades


que, l'ºr radicar cn su misma esencia, la acompafian desde sn orígen,
se presentan siernpre visibles en calidacl de tales, y por consecuencia
clan á conocer, con entera certeza, la verdaclern Iglesia de .T esucristo.

Belarmino, l. !'.e. 3: Notae ... 11011 quidem faciunt evülenter uenun, ipsam
esse veram Dei Ecclesiam, sed tame11 icl efficiunt eridenter credibile . . . quia
alioqni11 11011 esset articulus fidei, hanc Ecclesiam esse veram Ecclesiam, sed
tamen efficinnt euirlentiwn creclibilitatis. Apud eos autem, qui admittunt Scri-
pturas divinas et historias et Patrum veterum scripta faciunt etiam eviclentiam
veritatis. Potest enim articulorum fidei veritas nobis esse evide11s ex hypo-
thesi, i. e. supposita eviclentia Scripturarum.

II. Divíclense los caractéres en positivos y negativos. Los primeros


distinguen clirecta y afirmativamente el objeto que caracterizan; los
segundos lo hacen inclirecta y negatiYamente, tOlla vez que sinen para
clemostrar que el objeto que carece ele los mismos no es aquel ele que
se trata.
lII. Los caractéres distintivos ele la Iglesia ele Jesucristo cleben re-
unir, para ser tales, las condiciones siguientes:
a) que pertenezcan exclusivamente á la vercladera Iglesia; b) que
sean facilmente reconoscibles, para que ele ellos puedan dedncirse otros
que no se reconozcan tan fácilmente; e) que sean inseparables de la
verdadera Iglesia.

Véase Belarmino, l. e. e. 2. Los caractéres seiialaclos por los reformadores


no cumplen ninguna ele estas tres condiciones.

http://www.obrascatolicas.com
§ 7. CARA C'J't:RJ.:S DE LA VEHDAIJERA IGLE~IA DE cmsro E:-1 1a:~EIU L. 6i

IV. Estos caractéres no so n otra cosa más que la manifestacion


visible del cspíri tu divino f!116 impera eu la I glesia, la representacion
concreta de la Hevelacion cristiuna en el tiempo y en el cspacio, que
J esucristo quiso dar á su Iglesia en el acto mismo ele coustituirla .

.A.:;í como no pnede considerarse la Iglesia como una sociedad que descansa
en princípios arbitra rio.:;, nacidos üel libre convenio de los hombres, así ram-
poco estamos autor izados para presentar los caractéres de esta Institucion
divina ele distinta manera que los eleterminaron Jesncristo y sus Apostoles,
ya que, por esta circuns tancia precisamente, se hallan inseparablemente liga-
dos á la esencia del Cristianismo y a los motivos ele credibilidad que atesri-
guan su verdad infalible.

V. En el Sirnbolo ~iceuo -Constantiuopolitano se exprcsan los ca-


ractéres esenciales de la Iglesia: Credo in u11 a rn sanctam, catholicam
1

et Apostolicam Ecclesiam.

1. Driedo (De Eccles. dogmat. L. IV. cap. :l. pág. 2) y Pedro Soto (De-
fensio fiel. Concil. Triclent. e. H clistinguen tres earactéres, Osio (E xp lica tio
1

symbol.) cuatro, Xic. San der 1 De visib . :.IIonarch. VIII. 50 ) seis, l\Iig. :\Ieclina
(De recta fide Lib. II) diez, y B elarmino dice sobre este particular lo signiente:
Nos quindecim notas proponemus, quae, si quis velit, poterit aliquo modo re-
vocare ad ilias quatuor ... Catholicitatis nomen, antiquitas, duratio diuturna, am-
plitudo, successio episcoporurn ab Apostolis, conspiratio in doctrina cum antiqua
E cclesia , unio membrorum inter se et cum capite, sanctitas cloctrinae, effica-
cia cloctrinae, sanctitas vitae Sanctorum, glori a miraculorum, lumen prophe-
ticum , confessio adversariorum, infelix fi.nis eorum, qui Ecclesiam oppug nant,
felicitas temporali s collata iis, qui Ecclesiam defenderunt.
D e los antiguos teólogos, San Jerónimo distingue dos (e. Lucifer. Calar.
c. 28 ), la Catolicidad y la Apostolicidad. Vicente de L erin (Com monitor. c. 3)
tres, la uni versalidad, la antigüe<lad y la co11se11sio ; y San Agustin ( O. Ep.
Fundam. c. 4 ) se expresa de esta manera: T enet consensio populorum atque
g eutium , tenet anctoritas miracnlis inchoata, spe nutri ta, charitate aucta,
vetustate firma; tenet ab ipsa sede Petri, cui pascendas oves suas post resur-
rectionem comm endavit usque ad praesentem episcopatum successio sacerdo-
tum; renet postremum ipsum catholicae nomen, qnod non sine causa inter tam
multas haereses sic illa E cclesia sola obtinuit, ut, cum omnes haeretici se
Catholicos esse velint, quaerenti tamen peregrino alicui , ubi ad Catholicam
conveniatur, nullus haereticorum vel basilicam suam vel dom um audeat
ostendere.
2. Los cuatro caractéres de la Iglesia: "Cnidad, Santidad, Catolicidad y
Apostolicidad sou los cuatro prin cipales criterios ó motivos de credibilidad del
Cristianismo, que nos hacen ver en él la verdadera Revelacion divina. La
unidad de doctrina es e! criterio que nos hace di~ringuir la verdadera R eligicn
que, por esa cualidad, se diferencia dei particularismo y se opone á las varia-

http://www.obrascatolicas.com
68 PAUTE SEliC:iDA. LIBRO PRDIERO. SECCIOX SEl.il"XDA.

ciones constantes del mito pagano. Fundada por Dios, la verdadera R eli-
gion es tan antigua como la hum anida cl. Augustin. in P s. XXXYI. 3 : Omnes,
qui ab initio saeculi fue runt justi , caput Christum habcnt. Illum enim ventu-
rum crec1ic1erunt , quem nos venisse j arn credimus, et in ej us ficle et ipsi sanati
sunt, in cnjus et nos , ut esset et ipse totius caput civitatis J erusalem. Cf. L eo
l\I. Serrn. XXIII. ·1 in Nativ. Dom. Thom. II. II. q. 2. a. 7 ac1 3. Esta R eli-
gion única, si bien se dió primeramente al pueblo de Israel sólo , t uvo desde
su orígen el destino de- propagarse por el orbe entero, segun lo anunciaron ya
los profetas. La verdadera Religion, por otra parte , muestra el camino de la
santidad y forma, por eso, santos. La santidad de la doctrina de J esucristo
es, tambien, un criterio esencial de su carácter divino, y aparece , por conse-
cuencia, como uno de los signos disti11tivos de su I glesia. De donde se infiere
que t odos los hechos y arg umentos que militan en favor de la divinidad del
Cristianismo, prueban á la vez la divinidad de la I glesia de J esucristo. Cone.
Yat ic. De fid . cathol. Cap. III.

VI. Los cuatl'o caractéres distintivos que acabamos ele enumerar,


si bien representan otras tantas cnaliclades de ln Iglesia, se hallan tan
íntimamente unidas, que la una no puede subsistir sin la otra. Como
que son las manifestaciones vivientes del espíritu divino y único que
anima á la Iglesia.

Sin el carácter de católica y de apostólica no puede existir la unidad, ya


qne esta es la cualidad que nos da compl eta garantia de la identidad de la
Iglesia. Sin catolicidad seria la unida.d nn signo muerto y de todo punto esté-
ril; gracias á las cualidades de católica y de ap ostóli~a, se nos presenta la
unidad tal cnal es en relacion con el espacio y con el tiempo. La unidad es
asimismo condicíon indispensable para la santidad, puesto ci ue la verdad no
pnede santificar sino cuando es una (Joan. 17, 29 ).

VII. Lo que elejamos expuesto clemuestra la falsedad de la doctrina


que sustentan los reformadores acerca ele los carnctéres de la verdaclera
I glesia de Jesucristo, que segun ellos son: la pureza de la doctrina
y la recta administracion de los Sacramentos. Los defensores de seme-
jante doctrina confunden las cualidades de la Iglesia con sus caracté-
res. Precisamente la verdadera doctrina, la Iglesia , se reconoce por sus
caractéres distintivos, por consecuencia no puedo ser ella misma uno
de esos caractéres.
Así se expresó ya Lutero ' Resp. ad libr . Ambros . Catharin. Opp. Tom. II. f. 37 6 ;:
Dices autem, si Ecclesia tota est in spiri tu, et res omnino spiritualis, nemo ergo nosse pote -
rit, ubi sit ull a ejus pars in toto orbe ... Quo ergo coguoscam E cclesiam '? ••• Respondeo:
signum necessarium est, quod et habemus, baptisma et panem et om nin m potissimum
Ernngelium. Confcs s. August. Act. VII. : Est aute m ecclesia congregatio Sanctorum , in
qua E va ngclium recte docetur et recte adrninistra ntur sacramenta. Cf. Apol. Confess .

http://www.obrascatolicas.com
§ 8. CARACTÉRES PARTICUL.1.RES DE LA VEl\DADERA IGLES!A DE CRI STO. 69

Act. IY. § 144. Los teólogos posteriores aií.adieron nuerns notas, como , legitimu s usus
cladurn, legitim a electio ministrorum , oratio publicn, psalmodia et ca techisrnus lingua n 1l-
gari, rnysterium crncis > etc., que son tambi en susceptibles de una interpreta cion subj etiva.
:>Ias admitida la doctrina luterana de la im·isibilidad de la Iglesia en cuanto á su esen cia,
caen p or tierra todos los caractéres ó notas exteriores, siquiera no se le ocurriese á Lutero
esta con se cuencia , IÍ pesar de ser ineludible. < Al decir que la Iglesia es i1wisible, por ser
una insti tncion espiritual , pero qu e á la "ez clebe ser reconucicla por signos exteriores , ;;e
incurre en un ahsurclo , cnya graveclad se a umenta cuando se aúacle, para reconciliar tan
opuestos princípios , que se encuentra allí donde se enseiía rectamente el E rnngelio y se
administran bien los Sacramentos. Segun este prin cipio dehe oc urrir una de estas dos co>as :
ú la doctrina es verdadera porque la predica un santo , es deci1-, nn h ombre preparado por
Dios para el mini sterio de la predicacion , ú se decluce qu e el predicador es santo p or hi
\'erdad de su cloctrina. Xo cabe suponer lo primero , porque de un hecho incierto no pu erlen
declucirse consecuencias ciertas; lo segundo presupon e que el qne aspira á conocer la verda-
dera doctrina ele J esucristo y en sn exámen encuentra un ca rácter distintirn ele la misma,
se lrnlh ya en posesion de la verdaclera cloctrina y por consiguiente no ha menester de nin-
gun signo. Supongamos que se presenta uno pregnntanclo cn ál es la verdaclera Iglesia de
.Jesucristo, porque quisiera entrar en el sen o de esa instituci on divina , y se le responde que
la verclaclera Iglesia se encnentra donde está la verdadern doctrina; es evidente que seme-
j ante respuesta es un círculo vicioso , porque no se diferencia en nada ele la preg unta ; por
consecuencia ésta ha quedado sin responder. > Yéase )Iêihler, l. e. § 40. Cf. Bellarm. l. e.
e. 2. Greg. de Valent. l. e. e. § 18.

§ 8. CARACTÉRE S PARTICULARES DE LA VERDADERA IGLESIA DE CRISTO. .

A. Unidad de la Iglesia.

I. Bajo tres conceptos diferentes se nos presenta la uniclacl de la


Iglesia: como unidacl en la doctrina, uni ela d en el régimen eclesiástico
y uniclad en el culto (U nitas symbolica, hierarchica , liturgica ). Bajo
este triple concepto es la uniclacl de la Iglesia, por voluntad expresa de
Dios, cualidacl esencial y signo distintivo de la misma. Esto se clednce
de los testimonios siguientes :
a) la unidad simbólica, de San Mateo, 28, HI. 20. Eph. 4, 3. Gal. 1,
6. I Cor. 1, 10; b) la unidad jerárqnica de San ~dateo , 18, 18. I Cor. 1,
11 sq. Gal. e>, 20; e) la unidad litúrgica de San Lúcas, 22, 19. I Cor.
11, 24 - 26. Act. 8, 14: sq. Joan. 20 , 23. Además se alude á la unidad
ele la Iglesia en las parábolas del reino ele los cielos (San :\Jateo, 4, 47.
50. 20, 1 sq.), clel rebano encomendado á la custodia ele un pastor (San
Juan, 10, 16. 21 , 15), de la vid á la que están unidos todos los sarmien-
tos (San Juan, 15, 5), del templo único (San Nlateo, 16, 18), clel símil
de la casa (Eph. 2, 20), ele la ciudad (:\Iatth. 5 , 14), y muy particular-
mente en el nombre que se ela á la Iglesia de cuerpo místico ele Jesn-
cristo (Rom. 12, 5. I Cor. 12, 12. 14).

http://www.obrascatolicas.com
70 PARTF. SEGUXDA . T.lllRO rRD11mo . S EC Cl O\" S EG U!WA.

1. Tambi en admiten los prnte;;tantes qne la Iglesia es una: Unam esse


prorsns E cclBsiam Dei ... in Chri sti n omine sub s tatn Novi Testamenti pro-
prie collectam, 01nnes hodie unanimiter haeretici ag noscunt et docent. Staple-
ton , Rel. e. l. q. 3. a. U. P ero di fi eren entre sí y de nosotros cuando se trata
de fija r los caractéres de esta unidad. B elarmino, por e! contrario, defi ne la
unidad bajo los tres conceptos ya mencionados. La uniformidad en la fe es el
fundamento d e la uni dad de la Jgl esia baj o todos los demás conceptos, segun
e! sentir nnánime de los Santos Padres. siqniera la nnid a d jerárquica y dei
culto den mayor importancia á la primera. Esta unidad pnede ser exter na é
interna, annque trat ando~ e de individualidad es ai sladas puede ser meramente
externa. Débese tambien esc8,bleeer la debida distincion en tre nnidacl material
ó de hecho y la unidad formal ó 1le derecho; la pri mera de las lmales es pura-
mente casual, miéntras que la segunda es produ cto del enérgico prin cipio
imnan ente á ht mism a Igl esia , '}n e la ha dado n acimiento y la sostien e. En
este sentido e;; como hahl amos de la unidad de la Iglesia. ::\o es, por tanto,
una cualidad empírica , ya que cn el organismo d e la Iglesia existe ese princi-
pio el e unid ad lJien manifiesto. En est e sentido d ecimos, pu cs, que la nof't 11 11i-
tatis es positiYa y no :'i impl emcnr e negativa. Supu esto lo cual cae por su peso
la distincion de nnid ad y unicidad de la Igl esia (Klee, l . e. I. pág. 90 ). La
Iglesia es úniea r' w1ifute nw11uir"<': sing11lr.1i"ita tis , . eon exclusion d e cualg_uier
otra, precisamente porque es nua ' unitatG :iyrnbolica, hierarchica, litnrgica\
y por esta razm1 admite en su seno a todos los que aspiran à la bienav entu-
ran za. Hé aqui por qué tambicu en la oraci on dcl sumo sacerdote Jesú:;;, se
hace especial rnencion c1e la unidad de la Iglesia , que ha de durar siempre
(Joa11. 17 , 21 sq.J-
2. Hespecto á la unidad : bajo el primer concepto, a ) los pasajes Sau l:IIa-
teo, lG, 18; 28, lD. 20 y San J u an, 17, 2G , 11•) sol amente denrne,;tran la unidacl
de la Iglesia en la fe , .~i que rnm hien sn in falibilid tu1, ya que t>in esta cualidad
seria impo::;ibl o mantener la primera.

San Pah lo hnce parti cular 111encin11 ,i,. la u11i,Ja, ] ole la Tgl1'., ia (E phe.< . J , :3-1; , 11-15 ;.
Sollieiti serrnr(' wiitat1:111 ·'11iritns in 'i11 culn P'H·i - . l"mm1 corpus ct n1111.s Spirilus , sicut
\'OC:ati cstis i11 n11n oope \'OC':1l io11is H">tr:it· . (-1111 > l>-i 111i nus, u11o fi des , 111rnm hapfrm1:i. i.-n us
llens c·t Pater rn 11 uiurn . . . Et ipse d1·dit •1no<da m 11nide rn .\po <tolos. <Jlw sdam nnt1:1 n Pro-
plu·t:1 :"~ nlios Ye ro EY a n g (•li.,ta ~, alin.;,: an tC' rn Pa :-: tore:-: e t doetores . :1d c o n t 11111111ati1n1em
sanctonm1 , in npu -; rni11 istl'rii , in ar·dili l'ationem (·11 rporio Chri Hti ; do11ec ocurranrns omnes
lil ·uíiifa lo il jidci . ad agniti1111em F ilii J l,.; , in Yi 1·11 11 1 pert;;c:t11111, in m e1"'Hram aetati,; pleni-

t1111i11i , Christi ; ut jnrn nu11 sinrn s J" 'rc;!li jl11 c1 1uo dcs, r· I circw11f<T1w1w· 011111i cento
1/o cf,·i11oc in 11er]l1it ia ho miunm , in a :'t ut:a ad circ:n nwen lionem crroris.

Yéase tambic:11 I. Tirn. 1, 20. Quidam ... circa fidcm naufragaverunt , ex


quibu,; est H y menaens et Alexander; t1uos tradidi Satanae, nt discam non
blasphemare. Gal. 1, 8. Si angelns de coelo evangelizaverit vobis praetorquam
quod evangelizavimns vobis , anathema sit.
R especto ai segundo pnnto aludido eu /1. son testimonio cn su favor las pa-
rábolas y símile,; alli citados, parricularmente el del cuerpo. Cornelio à Lapi-

http://www.obrascatolicas.com
§ 8. CARACTÉR;;s PART!Cl"LARE;S DE LA YERDAJJERA !GLESI.\ DE CRISTO. 71

de in R om. 12, 4: Sicut in corpore sunt quatuor: primo, unitas corporis: se-
cundo , di,·ei·sitas membrorum; tertio, diversitas officiorum in membris singu-
lis; quarto, aptitudo et dos cujusque membri ad suum officium exequendum,
ita prorsus per omnia se res habet in Ecclesia, ejusque singulis membris.
Pueden citarse en confirmacion del mismo asunto. San l\fateo, 1G , 18. Tu es
Petrus , et super hanc petram aedificabo eccl esiam meam, cf. Ephes. 2, 20.
Superaedificati super fundamentum Apostolorum et Prophetarum, ipso summo
lapide angulari Christo Jesu. Y la oracion del Seiíor ( San Juan, 17, 20 sq.).
Non pro eis rogo tantum, sed et pro eis, qui credituri sunt per verbum eorum
in me, ut omnes unum sint. Sicut tu Pater in me et ego in te, et ut ipsi iu
nobis unum sint, sicut et nos unum smnus; . .. ut sint consnmmati in unum,
ut cog11o~m t mundus , quia tu me misisti et dilexisti eos, sicut et me dilexisti.
Ruega J esucristo con particular eficacia, y a este fin, por la Iglesia (San
Juan, 17, 9 J· Ego pro eis rogo, non pro mundo rogo. La misma oracion •'San
Juan, 17, 11 sq.) nos ofrece un argumento irrefutable contra la teoría luterana
que só lo admite esta unidad en la Iglesia invisible, toda vez que ex presamente
dice el Sefíor que servira de signo distintivo para que el mundo los conozca.
Debe tambien tenerse en cuenta que en este pasaje no se trata del amor que
deb emos tener á todos los hombres, sin excluir á los infieles, sino del amor
que da á conocer á la Igl esia como una. De no ser asi, incurriríamos en el ab-
surdo de suponer que la falta de amor hácia el prójimo, individualmente con-
siderado, destruye la unidad de la lglesia. Véasc l'lfaldonat. in Joan. 11, 52.
l{especto al tercer pnnto, e, debemos decir que no solamente los menciona-
dos textos, sino tambien la unidad en la fe y en el r égimen eclesiástico , son
otros tantos testimonios de la unidad del culto, en su parte esencial, ya como
institncion divina, ya como precepto eclesiastico que á todos comprende.

II. Los Santos Padres presentan la unidad bajo los tres conceptos
que la hemos considerado, corno signo clistintiyo de la yerdadera lgle-
sia de Cristo.
a i L a unidad en la fe, San Ireneo , I. lÓ: Ecclesia tametsi per universum
orbem ad extremae terrae fines dispersa fid em eam ab Apostolis eorumqne dis-
cipnlis acceptam ... summo studio et cura, peri nde atque unam domum inco-
lens, consecrat, ac velut animam unam atque nnum idem1ue cor haben s his
aeque fidem accommodat et unico consensu , quasi uno ore praedita, haec
docet, praedicat ac tradit. Quanquam enim dispares inter se mundi linguae
sunt, una tamen et eadem est traditionis vis. Ac neqne hae, quae in Germaniis
sitae snnt E cclesiae, aliter credunt aut aliter tradunt, nec quae in Hispaniis
aut Galliis, aut in Oriente aut in Aegypto aut in A.frica aut in mediterraneia
orbis regiouibus sedem habent. Ut sol in universo mundo unus atque idem est,
ita etiam veritatis pra.edicatio passim lucet.. . Cum una atque eadem fi.des
sit ... vera et universa Ecclesia unam et eandem toto terrarum orbe ficlem
tenet. Id . III. 24 : Praedicationem E cdesiae undique constantem et aequaliter
perseverantem. V. 20: Nobis donans unam et eandem omuinm esse fidcm.

http://www.obrascatolicas.com

~
72 PARTE SEGUXDA. LIBRO PRDIERO. SECC!ON SEGUNDA.

Clem. Alex. Strom. VI. 13: Tanto los griegos como los judíos pueden llegar
"s~:; -:·'r"1 s·1ó-:·r,-:'l. -:·r,; d7-:sw:;." En la Iglesia existe la verdad "-;r,~:; [1-Z'I y'l.p
~fJ'JJ.0'J.Go"' s~s7-::x•. x'.I!. -:à s0~s ~·1 -:·'r·1 :Zi:f,8s•.:x·1 ,, l. e. VII. lõ. Tertullian.
1 1 • • 1 •

Praescript. e. 20: Apostoli ... eandem doctrinam ejusdem fidei nationibus


promulgaverunt. Cyprian. De unit. Eccl. c. 4: Unus Dominus, una fides,
unum baptisma, unus Deus. El carácter distintivo de la verdadera doctrina
consiste, " -:0 -;Y. ,.~J-:'l. 'l..iJ\·f),0 r;:J.o/\0"t ~~·1 , x1~ r·f 'l.p-?'·;~·r.-:-s~·) , p.·1,-:-~ -7t?0.;
1
• .; 1

h:;-:00:; :x/1-:s ,.-;p;,:; --:00; i:x:;-:(;°r1 -;::x-:ip'l.ç. ,, Athanas. De Decr. Nic. Syn. n. 4.
Si álguien tratase de indagar la manera de pensar de todos los Obispos, se
convenceria de que ·' 70:J-?t0·10•. -;:c.(·1-:s:; ~711-s·1, -:6 b :rp0vo0v-:s:;. ,, Basil. Ep.
CLVII. 7. Hieronym. in Os. c. 8: Unum esse altare in Ecclesia et unam fidem.
O. 10: Haereticorum inter se corda divi:ia et contrariis repugnare sententiis
etiam ipsi non negant, dum diversa sentiunt. Joan. Chrysostom. in Ep. ad
Eph. Hom. IX. 3: "Ü-:'.1.'I 0~ -;;:'l.·1-:s:; ,;:1-r,(10:; -;:•,7-:s0w:J.sv, --:ó-:s 2'10-:·r,:; ~7-:b.
Augustin. Enarr. in ps. XLIV. 24: Quo modo omnis varietas vestis in unitate
concordat, sic et omnes linguae ad unam fidem. Id. in Ps. LXXIV. 4: Diversa
peccata homines confitentur, unam fidem credunt. Leo M. Serm. IV. 1: In
unitate igitur fidei atque baptismatis indiscreta nobis societas et generalis est
dignitas.
b :í La unidad jerárquica ó en el órden eclesiástico. Son argumentos en su
favor los ya citados pasajes de San Ignacio ( ad Philad. n. 3. ad Smyrn. n. 7.
ad Eph. n. 4). Tertullian. Praescript. c. n. 20: Sic omnes primae et Apostolicae,
dum una omnes probant unitatem, dum est illis communicatio pacis et appellatio
fraternitatis et contesseratio. Cypr. Ep. 40, lõ (Hart. 43) ad pleb.: Aliud altare
constitui aut sacerdotium novum fieri praeter unum altare et unum sacerdotium
non potest. Ep. õ2, 24 (Hart. õõ) ad Anton.: Cum sit una Ecclesia per totum
mundum in multa membra divisa item et Episcopatus unus Episcoporum
nrnltorum concordi numerositate diffusus etc. Ep. 69, 8 ad (Hart. 66) Florent.:
Scire debes, Episcopum in E cclesia esse et Ecclesiam in Episcopo, et si quis
cum Episcopo non sit, in Ecclesia non esse ... Ecclesia catholica una est ...
connexa et cohaerentium sibi invicem sacerdotum glutino copulata. Ep. 76 , 5
( Hart. 69) ad l\fagn.: Gregem nostrum significat commixtione adunatae
multitudinis copulatum. Pero muy particularmente se demuestra esta doctrina
en la obra De Unit. Eccl. Hilar. in ps. CXXI. õ: Unum Ecclesiae corpus est...
per fidei uni ta tem, per caritatis societatem. Si la Iglesia es la Iglesia de Dios
" -i,·1w-:'l.\ x'l.i. p.(:x s7-;(·1. ,, Joan. Chrysost. in I Cor. 1. Hom. 1: Tr.í-:s -;:/:r,-:-00-:':J.•.
f. .... 1 ' '..... - , ~, ' ... , "'r 1 1
·r; X2'f'l.l~·r~' ":'072 '-:!Í\!'40'/ '1'W;J.1. ;11.'IS.":'Y.~' 0-:'l.~I o;J.Q:J ~'l.'/';S.; W(.S'.i '7'J',rf1(- ;J.:.'10'. XY.L
7:J'(Xsx0i:l:r 1:úw.. Id. Hom. III. 2 in Ep. ad Eph. Augustin. Enarr. in ps. XLIV.
31: J unctura la pi dum ( templi ) caritas est. Cf. in Ps. 01\'I. UXXII. CLXVIII.
Serro. CCLXVIII. Serro. CXCV. CXXXVIII. CXXXVII. De unit. Eccl. c. 4:
N on respondet uni ( Domino ) nüli uni tas ; en el mismo sentido abundan todos
los escritos de este Santo Padre, contra los donatistas.
e) La unidad litúrgica es una consecnencia necesaria de la unidad simbólica
y j erárq nica.

http://www.obrascatolicas.com
§ 8. CARACTÉ!iEs PARTI CULARES Do LA. VER!lAD~RA !(;LES!A DE CRI STO. /:J

III. La uniclad de la Iglesia como signo de su diviniclaLl se mani-


tiesta además en los siguientes hechos:
a) En la relacion constante que los Obispos mantienen entre sí y
con la Sede Apostólica ; b) en el uso ele las i'?:Í.:1.;1.'.1.-:'.I. xo•:1t•Y1•.x:í., ~ .. ·.:r-=-,i. 7.~
i:v~po'M-:•.x:ú eu e! acto de tomar posesion de su silla cl nuevo Obispo y
eu la salntacion y bendicion que recibe de los otros Obispos ; e) eu el
empleo de las elípticas y de las literae formafae, com111endatitiae, y en el
acto mismo por el que se borraban ele aquellas tablillas los nombres de
los que tenían la clesgrrrcia de apostatar ele la Ycrclaclera fe; d) en el
reparto de las enlogias ó manjares benditos; e) en la participaciou cu
el culto cli vino y ou las plcgarias; /) en las encíclicas ó cartas pastora-
les y en los Concílios.
Acerca de las epistolae commend atitiae voase Stapleton, Controv. L. IV.
pág. 123, ed. Par. 1578. F errari, De antiquo epistolarum Ecclesiae genere.
l\Iediol. 1G13. E:iessling, De srabili primitiv. Eccles. opc. literar. eommun ica-
toriar. connubi o. Lips. lí•.Ll. Sobre las s<.•.:r-:r:ii.'.I.;. :1.r,•:1<»'1'.%'.I.\. con~últese San
Basil. Ep. 224. DO. Cone. Illiber. can. 25. L ao dic. can. 42. Antíoch. can. 7. tl .
Sardic. can. D. Constítut. Apost. II. 78. y Cone. Chalced. e. 11 , tocante a la
proteccion que obtenían los pobres por medi o de estas epístolas. Augustin. e.
lit. Petilian. I. 1. Hieronym. Ep. 93 ad Sabin. Optat. :Milev. l. e. II. 3: Cum
quo i Sirício ) nobiscum totus orbis commercío formatarum in una communionis
societate concordar. Augustin. Ep. XL:JI. 7: Cum se videret. .. Romanae
Eccle,;íae ... et caeteris terris .. , per communicatorias !iteras esse conjunctnrn.
Consúltese tambien H efele, Historia de los Concilíos, 2." ed. I. págs. 16ô. 181.
:no. i"J 15. 771. 803. To cante ai reparto de las eulogias voase Paulin. Ep. 3 ad
Alyp.: Panem unum sanctítati tuae unitati s gratia misimus, in quo etiam
Trinitatis soliditas cont inetur, Ep, 4 ad Augustín.: Panem unum, quem unani-
mítatis judicio mi simus caritati tuae, rogamus, accipi endo benedí cas.

IY. La esencia misma y la mision del Cristianismo exigen esta uni-


dad de la Iglesia , bajo loHtres pnntos de vista mencionados. Porque si
J esucristo es el seguuclo Adam, si la Iglesia por Él fundada tieuo la
mision ele volnff á la lmmanidacl, por mcclio ele la nrdad y de la gra-
cia 8autificante, á la santidad primitiva que perdió el primer Adam , es
evidente que debe manifostarse en ella, como cualidad esencial , la nni-
dad del humano linaje , tal cual existía áutes ele la division introLlucitla
por el pecado (Joan. 16, 52 ). De donde se infiere que este único J esu-
cri8to os el fundamento sobre el que de8cansa la Iglesia una y única.
La unidad se nos presenta como la ley de forrn acion que se destaca en
todo el organismo divino-humano de la Iglesia y que , hacienclo por un
lado imposible toda diYisiou fundada eu la humana soberbia, permite,
por otro, la variedad más completa.

http://www.obrascatolicas.com
74 PARTE SEGU XDA. LlBRO PRDJERO. SEC CIO X SEGU NDA.

V. Esta unidad ele la Iglesia no es sirnplemente empírica y casual;


ántes bien es una unidad esencial y orgânica , basada en un principio
imnanente á la rnisrna Iglesia , que rnantiene en ella la unidad de una
manera permanente; por cuanto, dada la extraordinaria propagacion
de aqu élla, el carácter sobrenatural de su doctrina, la tendencia de los
hombres á dividirse en sectas y la duracion de la Iglesia hasta la cou-
snrnacion de los siglos, esta nnidad sólo puede concebirse suponienclo
que, tanto su orígen como su mantenimiento, son obra sobrenatural del
poder divino.

Asilo admite tambien Palmer ( P. I. C. 5. S. 4 ). E sta unidad se mantiene


muy particularmente por obra de la divina Providencia; y en segundo térmi-
no contribuye á su conservacion el órden jerárquico establecido por J esucristo,
como factor visible de esta unidad, con la silla apostólica que es su centro y
punto de partida.

VI. No puede considerarse como negacion de esta unidad ninguno


de los hechos siguientes :
a ) La disputa entre el Papa Estéban y San Cipriano sobre el bautis·
mo de los herejes; b) Los sucesos acaecidos en el quinto Concilio
ecuménico (Cone. Constantinop. II) y la disputa relativa á los tres ca-
pítul o~; e) La escision de l\lelesio en Autioquía; d) El gran cisma ele
Occidente.
1. San Cipriano sostiene en diferentes pasajes la unidad de la Iglesia y
seftala como principio fundamental de este hecho á la silla de Roma (Ep. 59.
45. 5ô. 43. 48); y aunque sostuvo el error de que era necesario rebautizar á
los herejes, contra el parecer del Papa E stéban (Nihil innovetur, nisi quod
tradi tum est etc. Ep. 74, 2), no se infiere de esto en modo alguno que preten·
diese negar la autoridad de la silla ro:nana ni la unidad de la I glesia; antes
por el contrario consideraba el asunto como una simple cuestion de disciplina
( Ep. 73, 26: diciendo esplicitamente que no era su intencion oponers e á que
" quorninus unusquisque, quod putat, sentiat, et quod sen tiat, faciat. Ep. 72,
3: salvo inter collegas pacis et concordiae vinculo quaedam propria , quae
apud se semel sint usurpa ta, retinere ). Tenia sobre este particular el ejemplo
de las Iglesias africanas y del Asia .M:enor, y las declaraciones de los sínodos
de Africa, Synnada é Iconio.

No tiene fundamento alguno lo que diee Reinkens en su obra La Doctrina de Cipdano


sobre la unidad de la Iglesia (1873, pág . 60): • Ciprian o recomiend a siempre la tolera ncia.
ánn en e! caso de haber di vergen cia de opiniones en puutos dogmáticos, mi én tras que el
Papa Estéban personifica la severa y ceiiuda intolerancia. > Véase Ep. 55, 20 (Hart. 5!J):
Praecipimus, inquit Apostolus, ut receclatis ab onrnibus fratribu s ambulautibus inordinate
et non secuudum trnditionern , quam acceperunt a nobis (II Thess . 3, 6 :. }{ulla societas
fidei et perfidiae ( = de la falsa fe ) potest esse. La legitimidad de los Obispos , en sentir

http://www.obrascatolicas.com
§ 8. CARACTt: RES PARTICl5!.ARl:9 DE LA YERDADER.~ !GLESIA DE CRISTO. 75

de este Santo P adre, se dcmuestra pri ncipalmen te porque son i:i n fid e integri ,' Ep. 52 , 24
(Hart. 55) ad Antouia11. 55 , 14 (H a rl. 59): <11ec cogitarc cosesse Romanos, quorum ficles
Apostolo praedicante landata est. acl quo.' perficlia habere non possit accessnm. »

~. L a condenacion de los tres Capítulos ( 7(~'.Z xs17.i,'l.'.'1. ,1 , fu é una simple


cuestion de oportunidad, ya que, en sentir de muchos, afectaba de una manera
manifiesta a la au toridad del Concilio de Calcedonia. Escritos de Teodoro
de l\Iopsnesta, de Teodoreto contra Cirilo de Alejandría y la carta de Ibas al
persa l\faris. V éase Fulgent. F errand. ep. VI. ad Pelag. et Anatol. Aun des-
pues que desaparecieron todos los reparos y la condenacion hecha por e! quin-
to Concilio ecum énico ( 553 ) fné aprobada por los Papas Vigilio y Pelagio I,
se les consideraba como cismatieos , situacion en que permanecieron hasta que
Gregorio Magno les atlmitió en la I glesia, previa retractacion contenida en
una fórmula que suscribieron. Véase Noris, Dissertat. de synod. V. (Opp. ed.
Veron. 1721. Tom. I. col. 675 °\ .
3. l\felesio fuó elegido por el Yoto comun de católicos y arrianos Obispo
de Antioquia, cuyo titular Eustar1uio ( 330 ), habiase visto precisado a abando-
n ar la ciudad (Sozom. H . E. IV. 28. Theodor. H. E . II. 31). No obstante, ambos
eran ortodoxos. Por poner fin al conflicto, propuso Lucifer de Cagliari que se
eligiese por Obispo a Paulino , con lo cual no se logró otra cosa que aumentar
la confusion y dar más vigor al cisma. l\felesio estaba en relacion amistosa
con B asilio, Atanasio, y en general, con los orientales, miéntras que los de
Occidente se declararon en favor de P aulino. Estos hechos no fueron obstáculo
para que el primero, despues de su muerte, fues e Yenerado como santo, lo
mismo en las díócesis de Ori ente que en las de Occidente. Yéanse .más deta-
ll es en Ballerini , De vi et rati one primatus, pág. 327. E! Obispo Alejandro
fué qui en , en 412, pus o término al cisma.
4. T ampoco e! gran cisma de Occidente, ocurrido de 1378 - :417, fué un
w h.isma formale, ántes por el contrario debe considerarse tau sólo como una
escision puram ente casual , person al ( véase Balleri ni , De potestate ecclesias-
ti ca, c. 5. 6 ) ; ya que ninguno de los partidos tuvo intenciou de separarse de
la Iglesia, ni se trataba de pon er en duda la necesidad de reconocer un centro
dP, la unidad de la misma Iglesia ( el Papa ); la cuestion versaba únicamente
sobre la legitimidad de este centro.

B. Santidad de la Iglesia.

I. La santidad es una cualiclad de la Iglesia. Esto se desprende :


a) De su fin (Eph. õ , 2G ; 1, 4. I Tim. 2, 1-± ); &) De su orígen, que
est:i. en J esucristo y eu Dios ( :\fatth. · 16 , 1:-1 ); e) De sus medias , que
sou la cloctrin a , la gracia y los Sacramentos (Eph. õ , :Zô); d) De la
circunstancia ele morar en ella el Espíritu Santo (I Cor. 3, 16); e) De
la rncacion de todos sus miembros á la santidad de la Yida ( Matth. G,
33: i°) ' 48).

http://www.obrascatolicas.com
i6 PARTE SEG1:NDA. L!BRO PRDlERO. SECCION SEGt:N DA.

1. La Sagrada E scritura !lama Santo a toda persona ó cosa que esta consa-
grada a Dios ; y ella misrna se llama tambien santa porque sirve de instru·
roento para la santi.ticacion de los hombres. Pero como no es digno de estar
consagrado a Dios sino ar1uel que se halla limpio de toda mnncha, la santidad
de las persona8 presup one pure.z·a de toda 11rnfü-lza, particularmente de mancha
moral. Véase Suarez, De Incarn. Disp. XVIII. S. 1: Dicitur sanctum, quod
est coram Deo purum et mundum, ut ex usu Scripturae. Benedict. XlV. De
Canon. Sanct. III. :21: Sanctitas nihil aliud est, quam ab omni immunditia
libera et perfecta et omuino immaculata mnnditia. Distinguense, de ordinario,
rres grados en la santidad personal: pureza de todo pecado mortal; pureza de
todo pecado cometido con premeditacion y 8antic1ad en grado heróico, es
decir, " Ille virtutis gradus, perfectio, seu fulgor et excellentia, quae facit, ut
homo circa materiam illius virtutis supra communem aliorum hominum (de
los justos ) operandi modnm operetur, et in hoc Deo similis sit. ,, B encdict.
/. e. c. :21. Pero ánn en esre grado, y por la naturaleza misma ele la cue:;tion,
e~ fácil distinguir diferentes graclaciones , I Cor. lõ); pues la santiclad no tan
sólo consiste en la práctica ele una virtucl; clebe rnás bien abrazarlas torlas:
P erfecta virtus moral is est habitus incliirnns in bonuin opus bene ogen<l uin. et
sic accipiendo Yirtutes rnorales , dicenclum est eas connexas esse . . . Hanc
rationem connexionis assignat Gregor. Moral. XXII. 1. dicens, quod virtntes,
:-;i sint disjunctae, non possunt esse perfectae secundum rationern Yirtutis,
quia nec prudentia vera est , quae justa et temperans et fortis non est. Thom.
I. II. q. 6õ. a. 1. ~o obstante el vínculo qne une todas las virtudes es el amor;
de tal rnanera , qne ni aqnéllas pueden exi,;tir sin éste ni éste sin las pri111eras.
:Jlanifestum esr, quocl charitas, in c1uantum ordinat homin em ad fin em 11//i1111un,
est prillCIJJlUJll Ollllti!llli UOl!Orlf m operum. l)UllC i11 fi11em 1dtimmn ordinari pú88ilill.
Unde oportet, qnod cum charitate simul infunclantur omnes virtutes morales.
Icl. l. e. a. 3.
·1 El protestantismo no pone en eluda la santidad ele la Iglesia , úrndacla
en el orígen y objeto de la misma. Ephes. ,) , :27. Ut iliam ( Ecclesiam 1 sanctiri·
caret .. . ut exhiberet ipse sibi gloriosam Ecclesiam, non habentem maculam
ant rugam ... sed ut sit sancta et immaculata. La Iglesia es santa en los me-
di os que emplea para cumplir su mision , cl primero de los cuales es la doctri-
un , " mundaus eam lavacro in verbo vitae,, l. e. Esta no debe comp,.encler,
e,,;peculafrrnmente consid erada, más que los princípios que Dios ha re\·elado,
los cuales, en la práctica, con ducen á la santiclad; por tan to en su pan e prác-
tica debe comprencler prescripciones de tal naturaleza que, por sí mismas, no
per 11 ccide11s, sean capaces de santificar al hombre. Tambien la santidad ele su
moral contribuye a fomentar y conservar el bienestar civi l y político de la
humanidacl, pero es únicamente como consecuencia y por efecto de las virtu-
des sobrenaturales que hace nacer en las almas; toda vez que el órden natu-
ral está inseparablemente nniclo al sobrenatural. Si quis voluerit voluntatem
ejus facere, cognoscet de doctrina , utrum ex Deo sit, an ego a me i pso lo-
qnar (Joan. 7, 17 j · Esta es la razon por qué la santidad de la do<.:trina se

http://www.obrascatolicas.com
§ 8. CARACTÉRE~ PARTl(TLARES DE LA YERllADERA. IGJ.ES!A. DE CRISTO. i7

halla tán íntimamente ligada con la infalibilidad de la Iglesia, puesto que sólo
la verdad santifica ( sanctifica eos in veritate Joan. 1 i , li ). Por consecuencia
al negar el protestantismo la infalibilidad, admite la posibilidad de que la
doctrina llegue á corromperse, en cnyo caso no es apta para conducir á la
santidad. Que los hijos de la Iglesia están obligados á aspirar a la santidad,
se deduce de Ephes. l. e. 2, 14. ut faceret sibi populmn acceptabilem,
sectatorem bonorum operum. Todos estos testímonios empero prneban que
la santídad es una cualidad 11ecesaria de la Iglesía, pero no la presentan
como un signo distintivo, bajo los tres conceptos anteriormente enumerados,
ya que todas las sectas protestantes atribuyen á su Iglesia la santidad, fun-
dada en su origen, objeto, doctrina, sacramentos, etc., etc.

II. La santielad ele la Iglesia, como signo distintivo, consiste en la


manifestacion visible ele la viela interior sobrenatural de sus iudividuos,
hecha:
a) Por la práctica de las virtudes sobrenaturales en grado heróico;
b) Por el uso constante de los carismas en la misma Iglesia.
Puesto que el Seftor de todas las gracias asiste sin cesar, con su presencia,
á su Iglesia, comunicándole una vida más elevada, como "la cabeza al cnerpo
y la cepa á los sarmientos,,, es evidente que no pueden faltar nunca en ella
las dos clases de gracia: la grntia gratuni f aciens y la gratis ela ta. Con respecto
á la primera, véase lo que dice Suarez, De Fid. Disp. IX. S. 7: Certnm omni-
no videtur negue fuisse neque fore unquam tempus, i11 quo non existat rera
sa11ctitas in co111ore E cclesiae atque adeo in aliquibus ejus membris . .. Ita tota
E cclesia intelligit illos articulos symboli, "Credo sanctam Ecclesiam et com-
munionem sanctorum,, ... Id etiam constat ex efficacia sacramentoritm , quo-
rum verus usus non potest in vera Christi Ecclesia deficere; unde fit, ut
necessario aliqui, saltem infantes baptizati, semper sint sancti; et idem credo
certissime de plurimis adultis.

III. Esta santiclacl de la vida, manifestada eu muchos iudivicluos


de la Iglesia, es un signo característico, real y posith·o de la vercladera
Iglesia, como lo prneban:
a) Los textos del Antiguo y N nevo Testamento , particularmente
.Joan. 17, 19. Ephes. õ, 25; igualmente que los calificativos honoríficos
con que se la designa y los símiles ó parábolas bajo los cuales se la
representa; b) Los testimonios ele los Santos Padres.
1. Ps. 72, 7. Orietur in diebus ejus justitia et abundantia pacis. Is. 11, 6.
Repleta est terra scientia Domini. Cf. Is. 62. Et vocabant eos: populus sanctus,
cf. Is. 1, 20; 9, 12. 17. 19. 21; 10, 25; 13, 5. 9; 14, 6; 30, 9. 27; 31, 2; 34, 2;
4 7, 6; 57, 17; 65, 3. Todos estos sagrados textos anuncian que siempre habrá
en la verdadera Iglesia gran número de indivíduos dotados de una santidad

http://www.obrascatolicas.com
78 PARTE REGU XllA. L IIl RO PRDI E RO. SECC IO!l S EG U::\'DA.

extraordinaria. En Eph. 5, 25 sq. manifiesta San Pablo que la santic.lad es el


fin de toda la doctrina , de la vida y de la sagrada Pasion de J esucristo;
Tit. 2 , 14. Dedit semeripsum pro nobis , nt ilOS redimen:t ab omni iniqudatc et
mundaret sibi populum acceptabilem, sectatorem bonoruin operum. Joan. 17, 19.
Et ego pro iis sanctifiro me ipsum, ut sint et 1jJsi sanctificati in t-eritate. Joan.
15, 16. Ego elegi vos et posui vo,;, ut eatis et fi-11ctwn aff'eratis et f1"11ct11s rester
maneat. El divino Salvador pi de en su oracion ( Joan. 17, 17 ) esta santidad
para los miembros de la Iglesia; por consecuencia es de necesid ad que haya
siempre santos en la verdadera Iglesia de J esucristo.
2. Dan testimonio de esto los nombres con que se designa á la Iglesia, de
"Cuerpo de Cristo,, ' Eph. 1, 23; 4, 11. 1:2. 13. 15. l G; 5, :23. 30. Col. 1, L). 18.
24 ; 2 , 19 ; 3, 15. I Cor. G, 15. Rom. 12 , 5 ) , "Esposa,, ( Eph. 5, 23 sq. II Cor.
11, 2. Apoc. 9 , 1; :W , 2; 21 , 2. 1\Iatth. 22 , :2; 25, 1), '"l'emplo de Dios ,, (Eph.
2, 21. 22. I Cor. 3, 9. 17. I Tim. 3, 15. Hebr. 3, 2; 10, 21. I P et. 2, 5; 5, 11),
"Ciudad de Dios,, (H ebr. 11, 10. 16; 12, 21. Apo c. 3, 11; 11, 2; 20, 9), •' Cam-
po y vi:õ.a dei Seiior ,, (I Cor. 3, 9. Matth. :20, 1; 21, 33. Joan. 4, 35). Confi.nnan
tambien esta doctrina la parábola del trigo y de la zizaiía ( Matth. 13 , 24 ;, y
el simil de la casa en que hay vasos de materias preciosas y viles (I Tim. 2,
:W ). Por otra parte ninguna significacion tendria el nombre ele "Santos ;,
(Rom. 1, 7; 18, 27. Eph. 4, 12. l Cor. 6, 11 ) si esta vocacion á la santidad no
llegase á realizarse nunca.
3. Hay gran número de testimonios de los Santos Padres en apoyo ele la mis·
ma doctrina, como son todos los pasajes en que se presenta á las Santas Vír-
genes (Augustin. D e morib. Eccl. cath. I. 31. Euseb. Demonstr. Evang. III. G. II.
3U. Chrysost. in Ps. XLIY. 12 ), á los anacoretas y cenobitas (Augustin. l. e)
como pruebas visibles de que existen santos en la Iglesia y de que, practicándose
en ella todas las virtudes} es católica. Cyrill. Hieros. Catech. XVIII. 22. 23:
EL:• u.~'l.'1
l
'l." 1 ~z·1 x'l.íJv),~··/.:'r 1 '1 Sxx):11 7~z·1. X'J.~0)\ 1.x·f1 11J.~'1 O~'I xJ.),s ~:-:z~ 0'.'l. -:6 X'l.:Z
j
1 ':'" - ' , n , • , , ,.. 1 -.. , ' "...., •

tt.'l..':i'"t,; :: '.'l'l.'.. -:·ri; zw.; 7tSp'.'>'..7WV, xct.~ 0'/Y. -:o r,;1fJ'J.-


0~x0:;p.~ ·1·rl;, 'l.i:O 7t2f'l.'7W'I ~,.r,ç

..... • • . n . . . . . -7.
n=1·1 z:1.&ri•zt_i_ z:z; 'l.rii•-i:r :Y-:zr:z
) , ,, ,, 1 ~
.. -=;.
· -, 'j' 1C:r•'1
• ••• .J. ·'l.·1~·w-w·1
._\' '"
, ;}~=-;-.,
,,,..
,.1 .. , _,. ;J"';'-"
.. ::.
.,

.... ..... ' , f , . ' ' ' , ' ' '


Aú'·r:1:1. ooy:1.~~'l. ' ~ ~?· ":'S Vf'l..7ú)'I %'l.~ ':l.O?'l..";W'I í:p~c';";J.'l.'";(t)V ' 2.i':O'J?'l.'J'..,(1)'/ ";2 r.. :z~
' '
~7:t.i"2'.lV'I,
' ' ' '
X'J.~ rz.z
-· ' ' r .
·r • '. . ' '
"':'J T:'l.'1 ''(~ '1 0.; ;e,dptui:t•YI 2~~ 2J'J.::~S'.'.l'I :.J~Ci";::Xa"'SS~'I , ':J.P'f.CJ'l7l.•)'I ":'2
x:.1.~ ~-:JjO'J.±'lw'I,
• .. 1
l-.t:.i".1~t 1r1 j
-:-! x::1.;. ~0 1.tü-:-tú·1 , %'l.~. ~~ z -:0 z1.Bol,•.xW~ /,:t.":':.~02 1. ·1

•J. Z·1
1
x1).
0~~~~202•.'1 'l..rc'l.'1 ~o -:-W'1 'l.11.~.:.-:•.W'1
• ~
sl0r;c, ::t~1·1 0.'l. ,~~z-~ç x'l..~. cr(üv.:1.::0:.
• 1 •
-
1: -:: 1.:-~)J:.i:;- 1
1 •

p-S'1w·1, xzx-:·(1 7~:1.'. 0~ ~-1 -:J:j-: ~~ .: 'l.7'.J.'I ~0 Z'l..·,. r~· ... 0;J.:1.~0;J. S·1·r,.; 3:. 1:.!-;·!1.; ~-1 Zp~~0•..; -;! x::x.i.
),óyo~ç z :Ú TC'/2'.J[J.'l.7'.z'.1\; .:1:1-:o(r,•.; z'l. f7:J.'.l.7'.'I. De las parábolas anteriormente
citadas decluce San Agustin la siguiente conclusion contra los donatistas (De
unit. E ccl. n. 3õ ) : Unde jam non permittantur isti suspicari, aut asserere
quod dicunt, omnes bonos defecisse de mundo, ut in sola parte Donati rema.
nerent. Véase De morib. E ccl. cath. I. 78. En sentir de San Cirilo Alejandrino
cuenta la Iglesia de Dios innumerables santos (in Am. n. Sõ): 'lJ. 0z 'Ezzi:r17(;i·.
Xp,o-'t'o!) p.:;pb.ç -;2 oc;:1.ç ~·rlw·1 'i.z O'J'-l'. x2cp'l.i,d.ç; cf. in 1\iich. n. 49. La I glesia es
madre de los vi vientes ('r ertullian. De anim. c. 43. Basil. Ep. XLI. 1. Ambros.
in Luc. II. SG) , Paraíso ( Optat. M. II. 11. Iren. V. 25. Origen. in Genes. II.

http://www.obrascatolicas.com
§ 8. CARACTÉRES PARTICULARES DE LA VERD.AllERA IGLESIA DE Cl\ISTO. 79

16. Augustin. De Baptism. c. Don. IV. 1), imágen de la Iglesia celestial


•Clem. AI. Strom. IV. 8. Cyrill. H. Catech. XVIII. 26), camino que co::iduce
al cielo (Hilar. in Ps. CXXXIII. 2 ), bano espiritual (Joan. Chrysost. in II
Cor. Horn. XV. 5), arca en la cual se salvaran los justos (Augustin. Enarr. in
Ps. XXVIII. 10. Hieronym. c. Luci~ n. 22).
4. No cabe dudac que la santidad es, propiamente hablando , una cualidad
invisible del alma, pero de tal naturaleza, que necesariamente ha de manifes-
tarse al exterior. Los actos de amor heróico, hácia Dios y los hombres, practi-
cados en el seno de esta divina sociedad, de los cuales se derivan las virtudes
de la humildad, mansedumbre, paciencia, abnegacion, etc., llevan tan ma·
nifiesto el sello que atestigua su orígen divino, que hasta el hombre más de-
gradado tiel!e que reconocer la grandeza y sublimidad de este fenómeno, y
áun los antiguos paganos, segun ha hecho notar Tertuliano (Apologetic. c. 39.
Minuc. Felix. Octav. c. 9 ), dieron público testimonio de la pureza de costum-
bres de los cristianos. El carácter más evidente del amor de Dios eu grado
heróico es el martírio; GY quién es capaz de enumerar los mártires que cuenta
la Iglesia católica, que ha.n vertido su sangre para dar testimonio de su fe y
de su a.mor á Dios? Hé aqui por qué el Seií.or ha declarado que uno de los
signos distintivos de su Iglesia es la santidad de sus miembros. Matth. 5 , 16.
Sic luceat lux vestra coram hominibus, ut videant opera vestra, et glorificent
Patrem , qui in coelis est.

5. Toda la IglcRia católica, muy particularmente por boca de San Agustin, reconoce,
como verdad indu<lable, que pueden existir virtudes de nn órclen natural no solamente
fuera de la Iglesia , sí que tambien fuera dei círculo dei Cristianismo, en general. Concil.
Trident. Sess. VI. Cau. 5. Prop . 5 damn. ab Alex. VIII.: Pagani, ,Jndaei, haeretici alii-
que hujns generis nullum omuino a Jesu Christo accipinnt intluxum: acleoque hinc recte
inferes, in illis esse volnntatem nudam et in ermem sine omni gratia sufticiente (Denz. 11 65) .
Cf. Yirn i. h. th. Prop. Quesn. 26. 27. 29. Melanchton (Loc. theol. pág. 22) sostiene Ia
doctrina contraria con estas palabras: Esto fnerit quaeclam in Socrate constantia , in Xe-
nocrate castitas, in Zenone temperantia , non debent pro \·eris virtutibus , sed pro Yitiis
haberi. En sentir de los reformadores ( Cah·. Instit. II. 3) el hombre quedó por e!
pecado en un estado de corrupcion completa ; ai punto de que t<1do euanto piensa y
hace, es pecado y, por eonsecuencia, vituperable: < no nos sorprende , al examinar Ia
absurda teoría simbólico-luterana, el que con el trascurso dei tiempo se haya clesarro-
llado, en contraposicion á ella, una nneva doctrina que considera las enseiíanzas dei
Evangelio, áun las más profundas y sublimes, como tradiciones paganas, ó cuando se
contiene en sus límites más ra zonables, mira e! Cristianismo como un desenvolvimiento
histórico natural del humano linaje, y no ve en el paganismo otra cosa qne una etapa nece-
saria de Ia cultura dei hombre. > Mohler, l. e. II . § 7. Por necesidad tienen que manifes-
tarse estas virtudes , ya que los pneblos no cristianos ( paganos, mahometanos y jnclíos)
viven tambien sometidos, en grau parte, á la influencia <l ei espíritu cristiano, como que los
más importantes princípios de Ia Religion de Cristo son tambien los que informan sus
creencias, e! de la monogamia por ejemplo. P or la Yirtud dei bautismo y de las gracias
que puede dispensar e! Seiíor ai que , sin culpa propia, vive en el error, los cristianos que
se hallan fuera dei seno ele la \·erdadera Iglesia pueden tambien practicar virtudes cristia-
nas sobrenat.urales y por consecuencia, santificarse.

http://www.obrascatolicas.com
80 PAR'n~ SEGt:NDA . LIBRO PRDIERO. SECCION SEGl":\llA.

IV. En conformidad con el plan de la divina Providencia, la sanli-


dad de los hijos de la Iglesia es recompensada con carismas , cnya po-
scsi nn comunica ú la yerdadera l glesia de J esucristo un esplendor
especial que la distingue de las iglesias falsas. Esto se desprende:
a) De las promesa~ del Scfior (:Marc. 16, 17. Joan. 14, 12; b) De la
doctrina general de los Santos Padres; e) De inn umerables hechos
históricos.

l. El principal objeto de los carismas, muy particularmente e! dón de mi-


lagros, es la gloria de Dios; aunque en segundo término sirv~ además para
confirmar la verdadera doctrina, para demostrar la santidad del que los obra
y fom entar el bien espiritual y corporal de los demás. Benedict. XIV. l. e. L.
IV. P. 1. c. 4. Thom. I. II. q. 111. a. 1 y 4: Gratiae gratis datae ordinantur
ad fi.dei et spiritualis doctrinae manifestationem. No hay duda que la santidad
es independiente de los carismas y que puede obrar milagros una persona que
no esté dotada de santidad; pero el dón continuado de milagros no puede
existir en una pseudo iglesia, mucho ménos para que le ejerza como testimonio
de su verdad. Véase \Valemburch, De sign. ver. Eccl. a. 3. § 18: Assignent
nobis Protestantes Ecclesiam, in qua successivis temporibus contigerunt et
contingunt miracula. Hoc si non possunt, jam illorum cavillationes non tam
erunt contra miracula Ecclesiae catholicae , quam contra prophetiam Christi,
ut ipsam destruant.
2. El mismo Salvador presento el dón rle milagros como una prueba irre-
futable de su mision divina; y quiso tambien que sirviese para probar la divi-
nidad de su Iglesia. Joan. lõ, 24. Si opera non fecissem in eis, quae nemo
alins facit, peccatnm non haberent. Matth. 10, 8. Euntes praedicate dicentes:
Appropinquavit regnum coelorum, infi.rmos curate, mortuos suscitate, lepro-
sos mundate, daemones ejicite. Joan. 14, 12. Amen dico vobis, qui credit in
me, opera, quae ego facio et ipse faciet et rnajora horum faciet. l\farc. 16, 17.
Signa autem eos, qui crediderint , haec sequentur: ln nomine meo daemonia
ejicient, linguis loquentur novis, serpentes tollent, et si mortiferum quid bibe-
rint, non eis nocebit; super aegros manus imponent et bene habebunt. Este
dón tiene en todos los tiempos el mismo valor y el mismo significado que al
comenzar la predicacion de los Apostoles. l\farc. 16, 20. Illi autem profecti
praedicaverunt ubique, Domino cooperante et sermonem confirmante sequenti-
bus signis.
3. Cf. Bellarm. l. e. c. 14. San Ireneo hizo ya notar lo siguiente (II. 31 ):
Non possunt haeretici caecis donare visum, neque surdis auditum neque
,omnes daemones effugere praeter eos, qui ab ipsis immittuntur, si tamen et
hoc faciunt, neque debiles aut paralyticos aut claudos restaurare; tantum
absunt ab eo, ut mortuum excitent, quemadmodum Dominus excitavit e~ Apo-
~toli per orationem et saepissime in fraternitate propter aliquid necessarium
Ecclesia in quoquo loco universa per jejunium et supplicationem multam po·
stulante, reversus est spiritus mortuo et donatus est homo orationibus Sancto-

http://www.obrascatolicas.com
-~ r .


§ 8, CARACTÉRES PARTICULARES DE LA VERDADERA IGLESIA DE CRISTO. 81

rum , ut credant, esse resurrectionem mortuorum. La misma doctrina susten-


taron San Jerónimo (Ep. XVII. é in vit. S. ·Hilarion. e. 39), Orígenes (adv.
Cels. II. 8), Tertuliano (adv. Gent. n. 23. De anim. e. 51), San Cipriano (De
laps. p. 189), San Atanasio (in vit. s. Anton. e. 54. 57), San Eusebio (H. E.
VI. 9. y De l\fartyr. Palaestin.) , San Agustin ( Civ. Dei XX. 8. De ntil. cred.
n. 3), San Crisóstomo (in II Cor. Hom. II. 4). Como observa San Agustin, este
don de los milagros 'no tan sólo se concedió á la Iglesia para el tiempo de su
fundacional objeto de ayudarla, sino mas bien por todo el tiempo de su exis-
tencia (Retract. I. 3): Non sic accipiendum est, quod dixi, ut nunc in nomúie
Christi fieri miracula non credantur. N am ego ipse, quando istum librum scripsi,
ad Mediolanensium corpora martyrum (Gervasii et Protasii, cf. Confess. IX. 9)
in eadem civitate caecum illuminatum fuisse jam noveram et alia nonnulla,
qualia tam multa etiam istis temporibus fiunt, ut nec omnia cognoscere, nec
ea, quae cognosciimts, enumerare possin..us.
4 Véas e una exposicion crítica de varios hechos milagrosos en la historia de la
Iglesia en Dieringer, Los hechos divinos del Cristianismo, II. pág. 422 y ss.; Sepp,
Vida de Jesucristo, VI, pág. 545, y particularmente: Wiseman, Memorias sobre dife-
rentes cuestiones, I. pág. 456 y ss. Tocante ã la cuestion relativa á la continuidad del
don de milagros en la Iglesia, véase Newman, "Ensayo sobre los milagros de la Igle-
sia". Acerca del procedimiento seguido para probar los milagros realizados por los
Santos, véase Benedict. XIV./. e. -Acerca de la absurda pretension del Protestan-
tismo, que, no pudiendo negar los rnilagros hechos por el Seftor durante el período
apostólico, rechaza los que se han r ealizado en siglos posteriores, aduciendo en contra
los fútiles argumentos que presenta la crítica impia contra los milagros consignados
en la Sagrnda Escritura, véase Apologia, II. 3. pág. 156 y sig. Particular atencion me-
recen en este concepto las afirmaciones de Middleton (Discurso preliminar, pág. 76);
"todos sus Padres más ilustres, en la actualidad venerados como santos en la Iglesia
católiea, entre otros San Atanasio, San Epifania, San Basílio, San Gregorio de Nicea,
San Ambrosio, San J erónimo, San Agustin y San Juan Crisóstomo, han hecho men-
cion y dado solemne testimonio de un gran número .de milagi:os que se dice fueron
obrados en confirmacion de ciertas institucionos predilectas de aquellos tiempos,
pero cuyos hechos, en sentir de todos los protestantes, lo mismo de los eruditos que
de los ignorantes ó sencillos, son evidentes ficciones, que no merecen crédito alguno."

C. Catolicidad de la Iglesia.
I. El título de católica ( xa6oÀ~icA) conviene á la Iglesia bajo diversos
conceptos:
a) Por la uni versalidad de la doctrina que en ella se ensena (Cyrill.
Hierosolym. Catech. XVIII. 23); b) por el carácter de universalidad
que revisten todas las virtudes que en su seno se practican (Suarez, De
Fid. Disp. IX. S. 7); c) por su carácter de perpetuidad, ya que su vida
eomprende todos los tiempos, desde Adan hasta el fin del mundo
(Augustin. in Ps. XOII. 6); d) por su propagacion sobre toda la
tierra y por el número de sus adeptos, oriundos de todas las partes del
globo y de todos los pueblos. En el último concepto enunciado es la
TOMO li. 6

http://www.obrascatolicas.com
'· 82 PARTE SEGUNDA. LIBRO PRI~IERO. SECCION SEGUNDA.

catolicidad un signo distintivo especialísimo de la yerdadera Iglesia de


J esucristo.
1. De la catolicidad en el más amplio sentido habla Pacia;n. Ad Sempron.
Ep. I. 4: Catholicus, ubi unum, vel ut doctiores putant, obedientia omnium
nuncupat•r mandatorurn, scl. Dei. Optat. I. 12: Catholicam facit (Ecclesiam) .
simplex et verus intellectus in lege, singulare ac verissimum sacramentum,
et uni tas animorum. Por el contrario, los donatistas pretendieron limitar el
concepto de la catolicidad en este sentido. Augustin. Ep. XCIII. 7 ad Vincent.
Rogati st.: Acutum tibi aliquid videris dicere, cum Catholicae Ecclesiae nomen
non ex totúts Orbis communione interpreteris, sed ex observatione praeceptorum
omniurn divinorum atque omnium Sacramentorum. . . Sed nempe hoc est to-
tum, quod nobis persuadere conaris, solos remansisse Rogatistas, qui Catho-
lici recte app ellandi sunt, ex observantia praeceptorum omnium divinorum
atque onrnium Sacramentorum, et vos esse solos, in quibus inveniat fidem,
cum venerit filius hominis. Da veniam, non credimus.
2. Las palabras del Seiior, expuestas en San JYiateo, 28, 20, abrazan todos
los puntos de vista bajo los cuales puede considerarse la catolicidad, muy par-
ticulannente el que la examina en el más genuíno sentido de la palabra: "Do-
cete omnes gentes,,, es decir, la propagacion de la Iglesia por toda la tierra.
La catolicidad se divide en las siguientes categorias:
a) Catholicitas f acti ó juris. La primera se refiere á. la propagacion efec-
tiva; la segunda á su destino y .á la virtud inmanente que posee para propa-
garse entre todos los pueblos. Suarez, Defens. I. c. 16. n. 4 : Tum quia pro
toto mundo instituta est, et non sicut synagoga pro quadam natione; tum
etiam quia ex tunc accepit jus praedicandi fidem Christi p er universum mun-
c1um ... tum denique, quia habet p otestatem in terris ad gubernandmn uni-
.,.
versum orbem in iis, quae ad salutem animae spectant vel ad illam referuntur.
b) Catholícitas simultanea ó .successiva. Las mismas palabras dan la signi-
ficacion de esta categoria.
e) Catholicitas physica ó moralis. A la última se refieren estos pasajés:
"Si (habet ) in mundo splendorem quendam universalem, quo possit ejus di-
gnitas et majestas cognosci, et ab haereticorum turbis discriminari.,, Suarez,
l. e. n. 10. Augustin. Ep. 99 ad Hesych.: Ut innotescat in omnibus provinciis
et in omnibus fructificet. Id. e. Crescon. IV. 61: Omnes, inquit (Matth. 28, 20)
gentes. Non dixit: · omnium gentium 01nnes homines. Unde necesse est, non
solum foecunditate crescentis Ecclesiae, sed etiam permixtamultitudine inin;ii-
corum ejus , per quos pietas ejus exerceri et probare possit, usque in finem
judiciariae separationis totus orbis impleatur.
d) Catholicitas absoluta ó relativa. L a última designa la propagacion de
la Iglesia en contraposicion á la difusion de las sectas heréticas , bien sea
que las consideremos individualmente ó en su totalidad.
e) Catholicitas materialis ó formalis. La última se manifiesta· en cuanto
q ne la Iglesia, difundida por todas partes, aparece siempre y en todos los
lugares una y la misma en la comunidad de la fe y de la caridad. Por eso

http://www.obrascatolicas.com
' ;l . ·.'' ··"-- ~ ·.·: f ;..
. ....

§ 8. CARACTÉRES PARTICULARES DE LA VE.RDADERA IGLESIA DE CRISTO, 83

únicamente la catolicidad formal debe consÍderarse como signo distintivo de


la verdadera Iglesia.

II.
La Iglesia de Jesucristo posee la catoliéidad formál, simultánea
y moral. Así lo demuestran diversos testimonios: ·
a) El Antiguo Testamento, particularmente en las profecías: Gen. 12,
3; 18, 18; 26, 4; 28, 14. Cf. Gal. 3, 8. Ps. 2, 7, 8; 21, 2'7; '71, 8 sq.; 85,
9. Jes. 2, 2 sq.; 45, 7. Dan. 2, 27 sq. 'b) Las profecías del Nuevo Tes-
tamento: Luc. 2, 30; 13, 29 sq; Matth. 8, 10; el precepto del bautismo,
Matth. 28, 20. Cf. Marc. 15, 15. Luc. 24, 46. Act. 1, 8. e) La opinion
unánime de todos los Padres, particularmente al combatir la doctrina
de los donatistas.

1. A los textos anteriormente citados deben airndirse Rom. 10, 18, in om- ·•./ .
nem terram exivit sonns eorum. Col. 1, 6. in universo mundo est et fructificat ':i
et crescit. Ephes. 2, 14-1 í. Christus fecit utraque unum, medium parietem
solvit, pacem annuntiavit iis, qui erant longe.
A este reino de bían incorporarse, pues, en el trascurso de los tiempos,
·todos los pueblos. Por consecuencia no estaba destinada la Iglesia á llevar la
. mísera vida de las sectas · que se desarrollan en un rincon escondido de la.
tierra, á cobijar en su redil un pequeno rebano de almas escogidas; ántes, p.or
el contraria,..estaba destinada, desde su principio, á ser la Iglesia universal
que posee los elementos necesarios para recibir en su seno y ennoblecer á .
todos los pueblos, para dirigir toda actividad ó toda tendencia que sea.digna
de la naturaleza humana. Ella es el grau centro de instrucciori y de enseiianza ~· :

'
para la humanidad, y i:lU purísimo espíritu ha penetrado y purificado siempre
las instituciones civiles y jurídicas de las naciones, .el matrimonio y las cos-.
tumbres, la educacion y la ciencia; todas las instituciones morales, todo lo que
es producto de la actividad nacional ó individual eu los pueblos desde J esu-
cristo acá, lleva el sello de la influencia de la Iglesia.
Jesucristo nos dió la comparacion más apropiada que podia buscarse para
ella en la parábola del grano de mostaza. Nació esta divina sociedad de una
semilla pequeiíisima; pero encerraba en su seno tal virtud que muy luégo se
extendió por toda la tierra y pudo cobijar bajo sus ramas á todos los pueblos
(Matth. 13, 31. l\Iarc. 4, 31). El Salvador completó esta bellísima parábola con
otra de la levadura, que, obrando silenciosamente pero con una fuerza irresisti-
ble, trasforma toda la masa; así la Iglesia de Jesucristo ha penetrado, progre-
sivamente y venciendo obstaculos al parecer insuperables, toda la masa de la
.sociedad humana; trasformándola pQr completo. V éase Dõllinger, l. e. pág. 22f.
2. El primero que usó la expresion de "católica,, fué San Ignacio (ad
Smyrn. n. 8: 07:0:.J :l.'J :;, Xf!.0'";0~ 'h,7o0~, SX~ ~ ·r, x<:t.60),!.láj sxxh,ab.. Epist. Eccl.
S1nytn. init.: ~i~2 1.. ç x:z~& r=civ"='1 ~Ó~o'.1 -rT":; á.yttl;; x~l x~~o)\~x·f,.; Zxx)\·11a-[:z.;
7:!:1(0\X~"-!.~). Por donde se ve que ya en la postrera mitad del siglo segundo
13e daba á la verdadera Iglesia el título de católica para distinguirla de las

http://www.obrascatolicas.com

1
84 PARTE SEGUNDA. LIBRO PRntERO. SECCION SlWUNDA.

sectas heréticas . ..\.cerca de la significacion de esta palabra , Yease .Niedner


Manual de historia eclesiástica, pág. 211: "El calificativo x':l.0o),•.)çr, sólo desig-
naha en aquel ti empo lo que, lingüisti carncnte consideraclo, podí t expresar,
·r. xa6' OÀ'fil ·d/I rr,'I, ó bien ·h xa~o).o•J lxx):r,o-t'.Z, extension ó valor en el espacio.,,
Despues de <1ich:i época todos los Santos l'adres designan la catoli citlacl como
un signo di sti11tirn de la Iglesia en contrap osicion á h herejia. Angustin. De
utilit. cred . n. Hl: l.Jna est catholica ( E cclesia), cni haer eses alia e diYersa
nomina imponnnt, cmn ipsae singulae propriis voealmlis, quae negare non
audeant, appcllentnr. Ex quo intelligi datur, judicantibns arbitris, qnos nnlla
impedit grntia, mi sit catholir:wn nomen , ad quod 0111nes 11111ui111d, trilnmulwn.
Id. De ,·em religion. n. 12: 'l'enenda est no bis chri stiana r eligio et t>jns Eccle-
siae commun icati o, quae catholirn est et catholica no111i11atur. Yelint nol i n t enim
ipsi quoqne hacretici et schisrn atum alnmni, quando 11011 cnm suis, ,.:ed oxtra-
neis loquuntur, eatholicam nihil aliud quam cath olicam vocant. :N"on (mim pos-
snnt intelligi , ni si hoc eam nomine discernant, quo ab universo orbe nuncnpa-
tur. Cf. e. Ep. ~Fnndamcnt. e. 4. Cyrill. Hicros. l. e.: p.Ó'1·r,.; 0$ 7·{,.; 'l.·,'('.I.:; x'.Z80-
)\,.x·f1.; 'Exx),·,i'~{e1.; , x~'7·~ -:·(1'1 o~x0:;1;.S·rr1 ·1 Tr.i 7'Y-'I Sz.o07·r1; --:·'r1·1 0~·1:1<J.1.:1. l)n cia.n. ad
Sompron. Ep. l , 4: Christianus mihi nomen , Catholic11s cognomen; illucl me
nnncupat, istncl o,;t endit, hoc probor, irn1o significor. Et si reddemh po~tremo
catholici vocalmli r atio est, et exprimenrh de graeca interpretatio11 e ro mana:
Catholicus uliique sum ... sed si Catholi cus ubique unmn est, idipsum David
indicat, dicons et.c. Como verdadera I glesia, observa San Clemente de Alejan-
clría (Strom. VII. 17), sólo r econocemos " fJ-O'l"r,v "·r,'1 'l.pz'J.(CJ.'I x'l1 xa0o}\Ú1'1
'Exxh,IJ'('.l.'1~ ,, cuyo sólo nombre la disting ue bien de las h orejía s qne llevan el
de sus fund adores, como Valentino , l\Iarcion ó B asílid es; ó el del pais en que
nacieron, como los frigi os; ó le derivan de los h echos que les carn etorizan,
como los eneratitas, ó de sns doctrinas , como los docetas. En t>ent ir de San
Cirilo de J ernsalen , los fielef;, cuando se presentan en una cindad, deben
preguntar por la I glesia católi ca, toda ve;.~ <J.Ue éste es cl nombre distintiyo de
la única y verdaclera Iglesia., por el cnal se la distingue ele las herejias. Del
mismo parecer sou: San Justino ( Dial. c. Tryph. n. 55 ), San I g nacio ( ad
1\fagn. n. 11 ), Paciano (l. e.), San Epifanio ( Haeres. (i~ ), San Ireneo ( I. 23),
Lactancio ( Instit. div. IV. 30 ) , San Grego rio de Nicea (e. Apollin ar. init.),
San Efren (atlv. H aeres . Serm. 22. 23. :ZJ. 56). L as sectas , muy al contrario,
derivan sus nombres de cosas accidentales y puramente huma11 as. "Sola
igitur catholica Ecclesia est, quae vernm cnltum re tinet.,, (Lactant. l. r:.) Ella
es tambien la que "prior mnndum replevit,, ántes que apareciesen los herejes.
Tertullian. e. l\'fa.rc. V. 19.
Los Santos Ptld1~es sacan los principa.les argumentos en favor de h catoli-
dad de la I glesia de las profecias del Antiguo Testamento. Eu~elJ. Caes. in
P s. LXXXI. 8: De Jesucristo se dice c1ue extenderá sus Llominios elo un mar
. t
a o ro,
" \ ~ '" ... \ (t t -
'tO CX.ítO'tsA::cr(-li:t. C>U'Jf.f.1(U'I, OTIWÇ (J.'T:rJ..'l"'C(J.XO'J
-
1rr,.; f _.
O'.~ 'rO'J J!O:J
Í: - ~
zxx ) ,
\ f,(j'.f'.I..'.
0 '
t'O'I

XP')l"':'O'I ' -
' '1.'J~O'J '
X'.J?'.0'1 ' '
(J..'l'Y.J'Gps'JO'J~'.'I.,, . J es. 3·:..>, 1 -t: "":'!' '1 CJ.1..0
I el . 111 ' ' 1:~p'l.":'C.•)Y
1
' "
ctu..:;
r.~p'.'Í.7W'I x'.l.rJr,),•xr,'1 €xx);r,o-(C('I ... 8;:1J"d~s Augustin. in Ps. XLIX. ;): Quaeri-
1..

http://www.obrascatolicas.com
§ 8. CARACTÉRES PARTICULARES DE LA VERDADERA lGLESIA DE CRISTO. 85
mus ergo, ut nohis respondere non graveris, qun,m causam fort,e noveris, qua
factum est, ut Christus amitteret haereditatem suam per orbem terrarum
diffusam, et subito in solis Afris, nec ipsis omnibus remancret. Etenim Eccle-
sia catholica est etiam in Africa, qui per omnes terras eam Deus esse voluit
et praedixi t. Pars autem vestra, quae Donati dicitur, non est in omnibu~ illis
locis, in quilms et literae et sermo et facta Apostolica succurrerunt. Cf. Enarr.
in P s. XXI. 1. :2G. 28. 29. Ep. CLXXX. 3. De agone Christ. n. 31. Brevic.
Oollat. clies 3. n. 10. Serm. OOXXXVII. 3. OXVI. G. Optat. :Mil. Z. e. II. I:
Per tot innmnerabiles insulas et ceteras provincias, nbi vos (D ona.tistae) non
estis, non (Ecclesi a) erit? Ubi ergo proptietas cor;nominis, cum inde sit dieta
ca.tholica, quod sit rationabilis et ubiqne diffusa? Nam si sic vos pro voluntate
vestra in angustum coarctatis Ecclesiam, si univerna:> subducitiH gentes , ubi
erit illud, qnod filius Dei rneruit? Ubi erit, quod libenter ei lar gitus est Pater,
in II. Ps. dicens: Dabo tibi gentes. San Gregorio Xaziancen o llama á esta
Iglesia extendida por todo el mundo (in Jul. I. G7): p.syd.À·r1 'º:) XpL01:o:J
x):r,pow.íp-l:t.. Hieronym. ad v. Lucif. Oalarit. n. 15: Si in Sard inia tantum Eccle-
siam habet (Christus), nimis pauper factus est. Los herejes han logrado exten-
derse únicamente por una peqneiia parte de Frigia, Cilicia y Pamnlia; la
II . por e1 contrano,
g esia, . , ',·ri ,?:7.0,_ '" - '
·;-r,~ nsp::i:7W'I ?:/}'· ;rr,ç ;:sp::i:7<u'I. ,,
E'I
prp ian.
Haer. Gl. San Juan Crisóstomo expone la propagacion de la Iglesia como
prueba de la divinida<l del Hijo, " 8; 7·t,'I sxxh,'.l'l.'l.'I r./:J.'17?:/r,') ,.;,; o(xonh·r,;
. €~k7s1:1s.,, Horn. LIV. :2 in l\Iatth. Cf. in Ps. XLIV. 2.
1

.
Entre los testimonios que demuestran la rápida propagacion de la I glesia
en sus primeros tiernpos, merecen particular mencion: Rom. 10, 18. Tertu-
llian. Apolog. c. 37: Hesterni sumns, et vestra omnia implevimus, urbes,
insulas , castella, municipia, concilia bula, castra ipsa, trilrns, decurias, pala-
tium, sonatum, fornm; sola reliquimus templa. Aclv. Jucl. e. 7: Iú quem alium
univenme gentes creclicl erunt, Parthi , l\fedae, Elamitae et qui habitant :Meso-
potarniam, Armeniam, Phrygiam ... etiam Getulorum varietates et llfaurorum
multi fines et Hispani arum omnes termini et Gallianun diversae nationes et
Britannorum inaccessa Romanis loca et Sarmatarum et Dacorum et Germano-
rum et Scytharmn et abditarum multarum gentium, ... quae enumerare minus
possumus.
Paciano resoh·ió ya cumplidamente la cuestion de que los Apóstoles no se
dieran á sí mismos el nomhre do católicos (l. e. n. 3): Sed sub Apostolis, in-
qnies, nemo Catholicus vocabatur. Esto, sic fue rit, vel illucl inclulge. Cum post
Apostolos haereses extitissent, di,·ersisque nominibus columbam Dei et regi-
nam por partes lacerare et scinclere niterentur . . . uonne cor;uomen suwn plebs
Apostolfra postul((V((f, quo incorrnpti populi distinguerent unitatem? ... Ego
forte ingressus populorum urbem hodie, cnm Marcionitas , cum Apollinaricos,
Cataphrygas, N orntianos et ceteros hnjusmocli comperissern, qui se Christianos
vocarent: quo cognomine congregationem meae plebis cognoscerem, nisi catho-
lica diceretur? ... Cerre 11011 est ab homine mutuaturn, quod per saecula tanta
non cecidit.

http://www.obrascatolicas.com
86 PARTE SEGUNDA. LIBRO PRBJERO. SE CCION SEG UNDA.

IV. La catolicidad de la verdaclera Iglesia de J esucristo , no sola-


mente es efectiva (ca tlwlicitas jacti). si que tamhi en de rkrecho (catlwli-
citas jm·is), segun se desprende del precepto comunicado por el Sei"íor
( Matth. 28 , 20 ) , de las predícciones de los Profetas y de la mísíon de
la misma Ig-lesia.

1. P ara que se r ealice el carácter de la catolicidad no basta la sola predi-


caci on dirigida á todR.s las gentes, sino que es tambien preciso que dé frutos
de conversiones cluraderas. Ya San Agustin refutó la objeeion que se pretende
fundar en San L úcas 12 , 32: Noli timerc , pusillm; g rex etc. (c. Crescon. IV
46): Ip si boni verique Chri stiani, qui per seips os multi sunt, iu comp aratione
malorum fal sorumqne itidem panei sunt. Sic multa grana, quibu s h orrea magna
implentur, pauca dicimus in comparati one palearum. _\nalogo raz onamiento
puede aplicarse ai pasaje de San Lúcas , 18, 8, sobre el cual hizo notar San
Agustin (D e unit. E ccl. c. 15): dictum vel propter ipsam fülei perfectionem
vel propter iniqu ornm abundanti am et paucitatem bonorum. La mi sma inter-
pretaci on debe darse á las siguientes palabras , qnc tant o hicieron r efl exionar
á Newman, siendo todavía anglicano (Historia de mis opiniones reli,qiosas, pá-
gina 132): Quapropter securns judicat orbi s terrarnm, bonos non esse, qui se
dividun t ab orbe terrarum (c. Parmen. III. 24).
2. La mayor parte de los teólogos católicos comp r enden la catolicidad
baj o el concepto de cath olicitas relativa. En sentir de l\Ielchor Cano (Loc.
IV. 6), Dri edo (L. IV. c. 2. p. 2), B elarmino (l. e. e. 7 ) y los wirceburgenses
(n. 102 , de P rincip. rlirect. ), basta la catholicitas surcessirn para que se rea-
lice el conc epto d e ca-tolicichd: " quod si sola una, p ro víncia retineret veram
fid em, adhuc vere et proprie rliceretur Ecclesia catholica, dummodo clare
ostendcr etnr, eam esse 1.mam et eandem cum illa , qnae fnit aliquo tempor e,,
(Bellarm.).

V. La Ig lesia no perclió el signo distintivo de la cato1icidad ni áun


durante el período álg-ido del arrian~ smo.
Tres períodos diferentes se distinguen cn la historill de esta h erejía. El pri-
mero com prende desd e la aparici on de b, secta hasta la mnert e de Constantino,
acaecida en 337. }~ n ól fué concl enado Arrio , quedando la Igl csia en posesion
pacíficll y exclusiYa dei Credo de Nicea. En el segund o período, que com-
prende hast a el aito 361, reina la paz en to rlo el Occident e y se celebran los
sínodos de R oma , 341, y de Súrdica, 343 , que confirman la d octrina dogmá-
t ica d e Nic ea. Y aunque el sín odo d e ::'IIilán, obramlo b::i.jo la rlirecta opresio'n
del emperador Cons tancio, dió origen á la persecucion y dest ierro del papa
Liberio y en el concilio d e Rímini adoptaron l os Obispos católicos un símbolo
ambíguo, está bien probado que ningnno de esto'4 hechos se fo ndó en convi c-
ciones arri anas , como tambien lo demues tra la hipérbol e usada por San Jeró-
nimo ( ad v. Lucifer. n. 19): Ingemuit totu s orbis, et Ariannrn se esse miratus
est. El torcer período empi eza con la muerte de Constancio, en 361. En él

http://www.obrascatolicas.com
. :· . .

§ 8. CARACT'ÉRES PABTICCLARES DE LA VERDADERA IGLESIA DE CRIST O. 87

regresaron á sus diócesis los Obispos desterrados. Bajo el reinado de Valenti-


niano y Valente sól o éste persiguió á los católicos, no sin encontrar valero:;os
y sapient!simos acblides de la fe católica en San Atanasio, ·Sau Basilio , San
Gregorio de Niceà y otros muchos. Así vemos que, apenas trascurridos tres
aiios despues de la mnerte de Constancio y de la terminacion del concilio de
Rimini , pudo escribir San Atanasio al emperador J oviano estas palabras (I.
II. p. 623. ed. l\Iigne·: " Todo el orbe recon oce la fe católica, y únicamente
un pequeno n,úmero la combate. V ease Mõhler, Atanasio el Grande y la Iglesúi
de su tiempo, 2.ª ed. de l\faguncia, 1844.

D. Apostolicidad de la Iglesia.
I. En el sentido más lato ele la palabra, es apostólica la Iglesia por-
que ha sido fundada por los Apóstoles J" ha permanecido siempre la
misma en sus elementos esenciales, es decir, en la constitucion y en la
doctrina.
R efiérense á la ap ostolicidad de la Iglesia: San l\'Iateo. 16 , 18 sq. 18, l~.
Eph. 2, 20. Superaedificati sup er fundamentum apostolornm . Apoc. 21, 14.
Manus civitatis habent fundamenta duodecim et in ipsis duodecim nomill<i
duodecim apostolornm. Todos los herejes confiesan que la verdadera IgleHia
de J esucristo debe ser apostólica, y pretenden fundar sus enseiianzas, como los
gnósticos, en la verdadera doctrina apostólica. Tertull. De cam. Chr . .e. 2.
Praescript. c. 32. Cl em. Strom. VII. 17. Tal es igualmente el proceder de los
P aulicianos CWindischmann, R evista trimestral teológica de Tnbinga, 1835, pá-
gina 49), de los cát aros (Trithem. Chronic. Hirsaug. a. 129fJ ), de los wal-
denses (Freib. K. L. u. d. N.). Palmer dice á este propósito (P. I. C. 8): "La
Iglesia de JesucrÍt.;to, segun testimonio de todos, es apostólica porque, en cierta
maneni, tiene por fundadores á los Apóstoles.,, '1'rátase, por consecuencia, única-
mente de averiguar cuiiles sean l os caractéres de la apostolicidad, muy particu-
larmente aquellos que nos presentan esta cualidad como un signo distintivo de
la Iglesia. No cabe duelar que, p ara demostrar hasta la evidencia la apostolici-
dad de esta diYina Institucion, ó sea su identidad , fal cual se encuentr <> al
presente constituída, con la de los Apóstoles , basta compararla en amb os
momentos históricos, con respecto á la doctrina, al culto y á la constitucion.
Pero, como ya hizo notar San Ireneo, semejante demostracion nos llevaría
muy léj os por demasiado prolija. (San Iren. III. 3.) Fundada la I glesia
sobre los Apóstoles, habiendo sido enviados ellos y sus sucesores por el Senor
(Joan. 20. 21. l\fotth. 28, 20) , de tal suerte que esta mision y la autoridarl
que es inseparable de la misma se mantiene en la I glesia y con carácter per-
manente, toda vez que le h a sido trasmitida, en nombre de J eRncristo, por ]oR
mismos Apóstoles y sus sucesores (Act. 6, G; 13, 2. 3. II Tim. 1, 6; 2, 2. I
Tim. 5, 22. Tit. 1, 5), es eYidente que sólo puede ser apostólica aquella I glesia
que se h alle en condiciones de probar que procede de los Avóstoles por una

http://www.obrascatolicas.com
88 PARTE SEGUNDA. I,IBRO PRUIBRO. SECCION SEGUNDA.

sucesion nunca interrumpida de sus jefes. Esta sncesion es el sello de la cles-


cendencia espiritual, á la manera que el árbol genealógico de J esucristo,
remontándoso desde María á traves de las generaciones , nos ofrece la demos-
tracion de su descendencia de la rama directa d e Davicl y de los patriarcas
hasta Adan.

II. La aposto1icidad de la Iglesia, en el mús g·enuiuo sentido de la


palabra, consiste cn la no iuterrumpida sucesion material y formal de
su cuerpo docente á partir de los Apóstoles. En tal seutido esta cualidad
es un sig·no distintivo visible de la Yerdadera Iglesia ele Jesucristo . .Así
se desprende:
a) De la sagrada Escritura, que designa à los Apóstoles y á sus suce-
sores como únicos maestros y jefes de la Iglesia. b) De los argumentos
adncidos por los Santos Padres contra los hcrejes, especialmente por
San Ireneo (III. 3), Tertuliano (Praescript. e. :32. e. 37) y San Cipria-
no (Ep. 76).
l. Además de los pasajes citados pneden nonsultar~o los siguientes: Ant. H , 20-22.
Revcrsi sunt (Paulus et Barnabas) Lystram ot Iconium ct Antiochiam, confirmantes
animas discipulorum ... Et cum 1·onsliluissent iis p e1· sinyulas ecclesias p1·e sl1yteros, et
orassent curn j ejunationibns, connnendavernnt eos Domino. I Tim. 1, 3. Roga vi te, nt
remaneres Ephesi, curn irem in lHacedoniarn, ut dennntiares quilnwlam, ne ai iler do-
cerent. Tit. 1, G. Hujus rei gratia reliqui te CrPtae, ut ecL, quae ile~ 1ud, co1·dyas et con-
stitna .. p er dvilates epi.,copos, sicul et ~go rlis1io.,11i tib·i.
2. San Ireneo, III. 3: Traditionem itaque A11ostolorlllu in toto m undo manifesta-
tam in omni E cclesia adeat respicer e omnibns, qui vera velint videre, et habemus
enumerare e os, qui ab Apostolis constituti sunt episcopi et succcssores eornm usque
ad nos, qui nihil tale do cuern;1t, neque cognov ernnt , <piale ab hi,- deliratur. Cf. 26:
Ubi ergo ch a rismata Domini, ita e:;t discern veritatem apud quos e,;t ea, •prne est ab
Apostolis E cclesiae succcssio. IV. 8il: Agnit.io vera est Apostolonnu doctrina et anti-
quus Ecclesiac status in universo mundo, et character corporis Christi secundum
successiones Episcoporum, quibus illi eam, qnaP. in rn10• tnoque .ltwo est, E p iseopi tra-
diderunt. IV. 2G: Quapropter eis , gni in EeclPsia snut presbyteris , obaudire oportet,
hi s, q ui successionem habent ab Apostolis, sicut ostcrnlimns, rt11i cum BJJiscopalus
s11.rces.,ione rha1·i,s11ia veritatis certu111 secnndum placiturn Patris a cccpcrunt. 'l'crtullian.
Pracscr. e. 32: Ceterum si quae ( haereses) amlcnt intersercre se aetati aposto!icae, ut
ideo videantur ab Apostolis traditae , quia sub Ap o~to li s fuernnt , possunrn s dicere:
Edant ergo origenes .E c clesiarum suarurn; evolvant ordinem Rpiscoporum snorurn,
ita per succcssiones ab initio decnrrent ern, ut prirnus ille Episcopus aliquorn ex
Apostolis vel Apostolicis viris, qni tamen cnm Aposlnlis pe1·severnveril ; habunit au-
ctorem et anteccssor em . Ho c enim modo E('<·IPsiae Apostolicae ccnsns suos d eferunt;
sicnt Smyrnneorum Ecdesia Polycarpum ah .Joanne conlocatum r efert; sicnt Roma-
nornm Clemcntem a Petro ordinatum edit; proinde utique et cet.e rne exhibent quos
ab Apostolis in Episcopatnm constitutos apostolici serninis tra<luees haheant. Con-
figant tale aliquid haeretici. Que termina eon las sigiüentes palabras, e. ilí: Si haec
ita se habent, ut veritas nobis adjmlicetur, quicnmque in ea reg ula ince dimn~, quam
Ecclesia ab A1wstolis, Apostoli a Christo 1 Christus a Dco tradidit, i:onstat rntio propo-
~ili nosl1·i, dcfinientis, non esse aürnittendos haer eticos ad inenndam d e Scriptnris
provocRtionem, quos sinc Suiptul'is p1·oba11111 s a, / !'frripluraa noll Jlfflin e ce. Cyprian.
Ep. 6, 3 (Hart. fül): Ecclesia non est, quae una et intus esse et fori s non potest. Si enim

http://www.obrascatolicas.com
§ 8. CARACTÉRES PAllTICULARl~S DE LA VERDADEllA IGLESIA DE CRISTO. 89
apud Novatianum est, apud Cornelium non fuit. Si vero apud Cornelium fuit, qui Fa-
biano Episcopo legitima ordinatione successit ... Novatianus in Ecclesia non ost, nec
Episcopus computari potest, qui evangclica et Apostolica traditione contempta neini•
ni succdens a ..eipso o»ln.9 esl. Habere nam que aut tenere Ecclesiarn nullo modo potest,
qui ordinatus in E cclesia non est. Todo hereje es "a semetipso incipiens , " "ncrnini
succedens," "humanam conatur ecclesiam facere,, (52, 24). Optat. /.e. II. 2: Negare
non potest, scire te in urbe Roma Petro primo cathcdram episcopalem esse collatam.. .
Sedit prior Pctrus; cui successit Linus, Lino successit Clemens, Clementi Anacletus .. .
Vestrae cathcdrae ,·os (Donatistae) originem redditc, qui vobi,; vnltis sanctam Eccle-
siam Yindicare. Augustin. Ep. Fundam. /. e.: Tenet me ... ab ipsa ,-ede Petri Apostoli,
cni pascendas oves suas post resurreetionem Dominus commendavit, usque ad prae-
sentem Episcopatum succcssio sacerdotmn. Augustin. C. Faust. XXXII. 19: Cnr non
potius evangelicae anctoritati-tam fund atae, tam stabilitae, tanta gloria diffamatae
atqne ab Apostolornm temporibus usq11e ad nostra temp ora per successiones certissi-
mas commendatae non te subdis? XXXII. 21: Quitam fundatao auctoritat.i a tcmpori-
bu~ Apostolornm usqne nd hae c tem1)ora certis successionibus custoditae atquc pro-
dnctae audcant tale aliquid dicere. Ps. e. Part. D on. :
Numeratc Sacerdotes vel ab i1isa Petri sede,
Et in ordine illo Patrum quis cui successit vid ete.
O. Juli an . II. 3±: Quod invenerunt (Episcopi) in Ecclesia , tenuerunt, quorl didice-
rnnt, docuerunt, quod a Patribus acceperunt, h oc filii s tradiderunt. De baptism. e.
Donat. III. 2: Unde Donatns apparuit? De qua terra gcrminavit( De qno mare cmersit?
De quo coclo cecidit? Eu~eb. Caesar. in Jes. 9, G (Collect. n ov. Tom. II. 11. 390):
7:ofo:;ç 7'r,:rl J ;;_?Z0'1"':':1.Ç; ),Éyw OT,, µ:(fJr,~~ç a·j-:o'J 'l.::ú ~'i':OO"tói,ouç- r;o'.Íç -:s r;f 'I -:o:)r;w't 2~':J.0o­
1
1

·x.:'ri'J úr.oôz.Z':1.p.S'1ouç- Y.':J.0' O),rjç ~r:,ç- ol'l.oup.Evr1ç-.

3. D e doncle se infiere que la sucesion de b, doctrina de los Apóstoles se


recono ce por la sucesion de los maestros apostólicos, siendo huna im;eparable
de los otros; lo im-isible se da á conocer en lo visible, la teoría fundada en el
sofisma de la herejía se descubre á la luz del hecho de la sucesion regular,
cuya evidencia es palp able a la simp1e vista. Esta sucesion es realmente una
successio fonnalis, "qni tamen cum Apostolis pen;everavit,, (Tertullian. l. e.);
es decir, qne el sucesor se halla unid o en unidac1 ele fe y do comuniclacl ecle-
siástica con la I g lesia apostólica. Y aqui se nos presenta ele nuevo el caracter
de la I g lesia bajo su doble concepto de visible é invisible, y aquélla como una
institncion divino-humana; la doctrina se halla inseparablemente unida al
ministerio regular, y este ministerio es el sello y la confirmacion de la verda-
dera doctrina emanada de los Apóstoles. San Gregorio Naz. Or. XXI. 8:
~\ ,~
~·r1.; EU!'J"Zj..:>Z!.aç, ·ri -r·ri~ r:posop~a..; ov1r.Jo"/.º.;· ~-~1 !J.E'I YrJ..? 'Ti:O J . ocr170..; C(7t
, "1' - 'I () ' ..... .... ' i'."' - \ ' )"' \
ouy. ·r(:":OV 'I '

'I / - ' li'


"' ''I ~ ( r 'l' t .._'
-. \ f 1 r
€XS~'JO'J, 7·0 OS. S~•J'J.; rz-; ZX.~!.'10'1 ~:;p~7>;2";'l. •• ·ri'I (;"f1 X'l.!. X~f'.W.; '.J7:.0A"f 1h';S0'1 OV:J..0'Y/:f1'1.
1
':-. "

TO p.E·1 ; 'l.p 0ró~('iWiJ.O'I x~I. óp.óBpr;',Uj'I' r:à os à.'l':{Üo~O'I X'l.~ à·l':-~8povo·1 . X'.X~. -;, ;;-ev
1

1 t 'li
.... , , ..._,, .... .... -
~poa-rn'(jf!.a.·1, ·r1 os r:J..A"f111:.v:J. 'I EJ...€l ovx0oz·r.;,.

III. La apostolicidad puede ser inmediata ó mediata. Ésta corres-


ponde á aquellas Igle:;ias que, habiendo sido fundadas por otras que
son inmediatamente apostólicas, han permanecido siempre · unidas á
éstas por la caridad y por la fe.
Tertull. 1. e. e. 32: Ad hanc itaque formam probabuntur ab illis Ecclesiis,

http://www.obrascatolicas.com
90 PAUTE SEGUNDA; LIBRO PRB!ERO. SllCCION SEGUNDA.:

qnae licet nullum ex Apostolis vel Apostolicis viris anctorem suum praeforant,
ut multo posteriores, quae denique quotidie in:;titunntur, tamen in ear/em firle
conspirantes non minus Apostolicae deputantnr, pro consanguinitate doctrinae.
Ita omnes haereses rul utramque form am a nostra Ecclesia provocatae, probent
se quaqua putant Apostolicas. e. 20: Apostoli E cclesias apud unamquamqne
civitatem condiderunt, a quibus traducem fidei et sernina doctrinac ceterae
exinde Ecclesiae mutuatae sunt et quotidie mntuantur, ut Ecclesiae fiant; ac
per hoc et ipsae Apostolicae d epntantur, üt soboles Apostol'icarum Ecclesiarum .
. . . Si haec ita sunt, constat, 01nnem d octriuam, quae cnm istis E cclesii,., ma-
tricibus et originalibns fid ei conspiret, '.'eritati deputandam, sine duhio tenen-
tem, quod Ecclesia ah Apostolis, Apostoli a Chri};to, Christus a Deo accepit.
Cf. Optat. ~fil. II. G: Per unum communicatis et ceteris Angelis, et per An-
gelos supra memoratis Ecclesiis, et per ipsas E cclesias no bis.

IV. De la nota de 1a aposto1icidad en el indicado sentido se deriva


la demostracion más patente, á 1a vez que popular, en favor de 1a ver-
dadera Iglesia de Jesucristo, en contraposicion á las herejías ó pseudo-
iglesias: la prue ba ele la prescri pcion.
En sentir de Mõhler (Patrología, pag. 712), la obra Depraescriplio11e es,
por su disposicion y contenido' la mas completa, la mas original y la mits
preciosa de cuantas escribió Tertuliano. "En realidad de verdad, el argumento
que .con clarisimo sentido y fuerza incon trastable desarrolla en esta obra
constituye p or sí sólo un baluarteinexpugnable para lalglesia contra tod as las
herejías. ,, (Praescr. c. 34: evictae omnes haere;;cs ). El argumeutwn praescf'i·
ptionis esta tomado del Derecho romano , á t enor del cual un título aclquiere
valiclez, de tal forma que, al cabo ele cierto tiempo, queda el obj eto como
legítima propiedacl dei poseedor, r ecayernlo sobre el demandante el onus pro-
banrli. H é aqui la i:clea fundamental que d fü-:arrolla Tertuliano mediante la
aplicacion de la mencionada clausula: La Igle:-:ia, católica no necesita presen-
tnr una sola prueba de su verdacl enfrente de las herejías; ella desciende de
los Apóstoles y el derccho de prescripcion está completamente en favor snyo;
los herej es, ai contrario, son más modernos y por consecuencia no son apostó-
licos. C. 20: Apostoli in orbem profeeti eandem d octrinam ejnsdem fülei
nationibus promulgaverunt, ac proincle Ecclesias apud unamquamque civita-
tem concliderunt. Cf. Ad. Prax. e. 2: Novelli estis, posteri estis , hesterni
estis. Las familias se clasifican en la esfera soeial segun su respectiva alcur-
nia, y así se las estima; e. 21: H inc igitur dirigimus praescriptionem ... Com-
municamus cmu E cclcsiis Apostolicis; hoc est test-imonútm verdatis. Por donde
se ve que la fede la I g lcsia es l:t fede los Apóst,oles, y toda doctrina que no
sea la de la Igl esia es indudablemente falsa: Aliquos marcionitas et. valenti-
nianos (y lo mi smo debe decirse de todos los herej es hasta, nnestros clías)
liberanda veritas exsp ectabat; iuterea perperam evangelizabatur, pcrperrtm
credebatur, tot millia millium perp eram tincta, tot opera fidei perpernm admi-
ni strata, tot virtntes, tot charismata perperam operata, tot sacer<lotia, tot

http://www.obrascatolicas.com
I .' ~- .-. '/'·.·.

§ 8. CARACTÉRES PARTICüLARES DE LA VERDADERA !GLESIA DE CHISTO. 91

ministeria perperam functa, tot denique martyria perperam coronat.a 38. t


Para eludir esta sentencia proponen los herejes una de estas evasivas: ó decir
que los Apóstoles no comprendieron bien las palabras dei Sefior ( c. 22): ó
suponer que los mismos Apó stoles no han predicado todo lo que debian anun-
ciar á la Iglesia, quaedarn secrete et paneis demandasse ( Cf. Augustin. ..~

Tract. XCVII. 2 sq. in Joan. : Omnes insipientissimi haeretici audacias


figmentornm suorum h ac occasione evangelicae sententiae ( non potestis por-
tare modo) colorare conantur; cf. Iren. III. 2: Si ita est, ut recondita myste-
ria scivissent Apostoli, quae seor sim et latenter a reli quis perfectas docebant,
certe iis vel maxime ea traderent, quibus ipHas Ecclesias traclehant, qnos et
successores reliquebant c. 26. 26); ó afirmar que la I glesia no ha com prendido
sn enseiianza, y que ele esta manera ha perdido, por culpa propia, la verilaclera
doctrina, c. 27. 28. Pero es el caso que los herejes estuvieron ántes en el seno
de la Iglesia, c. 30"; precisamente lo que han intentado es introclucir innova-
ciones y por eso han caido en el error, e. 31. Mas , (. no sería posible que su
existencia se remonte al tiempo de los Apóstoles, como pretendeu algunos
herej es? e. 32. Esto sólo podría ser cierto si demostrasen su orígen apostólico
por la no interrumpida sucesion de los Obispos, c. 32. Precisamente la impo-
sibilidad de tal demostracion es lo que hace que la Iglesia no necesite entrar
en cliscusion con los herejes, "quos sine scriptura probamus, ad Scripturas
non pertinere,, c. 37.

La misma c!ase de argumentos presenta, ai exponer c~ta cuestion, San Ireneo:


Agnitío vera est Apostolorum doctrina et antiquus Ecclesiae status i·n univer;;o mun-
do et chanwter corporis Christi (IV. 83). En la no interrumpida sucesion de sus Obis-
pos posee la Iglesi:t una prueba íncuestionable·y pública il e que su doet rina procede
i\e lo s Apústoles: Obrrndire oportet his, qui successionem habent ab A posi:olis ... Reli-
quos vero, cp1i obs istunt a principali successione et quocunque loco collig unt .. . quasi
haereticos habere ... l]bi ergo eh arismata Domini, discere oporü1t veritatem apud
quos est ea, quae est ah Apost olis , E cclesiae successio (IV. 28). Por e! eontrnrio, los
herej es han apar ecido mnchn ma s tard e , ya que los Obispos se hallaban entónces en
posesion do las Igl es ias cuya direccion Jes habian encom endado los Apóstoles: Omnes
enim ii (haeretici) vai de posteriores sunt quam episcopi, qnibns Apostoli t radiderunt
Ecclesias (V. 90). Aduce lu égo como principal argumento de esto la sucesio11 de los
Obispos en la I g lesia de Roma, y hace notar que ln. necesaria conformidad d e todas
las I glesias con la romana demuestra la apostolicidad de las primeras (III. 3): Ab
Apostolis t.raditionem et... fidem per successiones episcopornm pervenientem usqne
ad nos indi cantes confundirnu s omnes eos, q ui ... praeterquam oportet colligunt.
Efectivanwnte, tal dernostracion es in cuesti on11ble. Asi ~e expresa tarnbien Orígenes
en su obra D e princ. p raef."n. 2, y el mismo género d e arg11m entacion emplearon Ale-
,jandro de Al ejandría contra Arrio, San Estéban contra Cipriano , San Agustin contra
los pelagianos, y Lanfranc contra Berengario.

V. De lo dicho se infiere qne toda innovacion en la doctrina es


herejía, y toda herejía es una innovacion del tesoro de la fe trasmitido
por los Apóstoles y conservado por la sucesion de los Ohispos. A::iimis-
mo se desprende de esto cuán absurda es la pretension de los innova-

http://www.obrascatolicas.com
92 PAUTE SEGl':'>DA. LIBRO PRIMEI:O. SECCION SEGUNDA.
t
dores que se fundan en una supuesta doctrina secreta de los Apóstoles,
que contradice las ~seiíanzas públicas de la Iglesia.
Ejemplo de esto clieron los gnósticos, que se consideraban como los cono-
cedores por excelencia ( i~1wp(~o't:sç ), los que se hallaban en pose::;ion de una
doctrina superior oculta, diferente de la que en público ensefiaba la Iglesia,
porque era inacce;-;ible a la multitud ("o\ç .:o)J,o ~ç). Iren. III. 12: Putaverunt
sernetipsos plus invenisse quam Apostoli ... et Apostoli quic1em adhuc, quae
sunt Imlaeorum sentientes, annuntiasse evangelium, se autern sincerioros et
prudentiores Apm-:tolis esse. II. 2: Cum ex Scripturis arguuntur, in accusa-
tionem convertuntur Scripturarum ... qnia 11011 possit ex his inveniri veritas
ab his, qui nesciunt traditionem ... Cum autem ad eam iternm traditionem,
quae cst ab Apostolis, quae por successiones Presbyterorum in Ecclesia cus-
toditur, provocanrns eos, adversantui· tnuldloni.

VI. La piedra donde se prueba la legitimidad de la vcrdaclera Iglc-


sia y cl sello de la doctrina verdadera cs, por consecuencia, la mision
recibida del misn10 Jesucristo por los Apóstoles, demostrada por la
silccessio EjJiscoporuni. La falta de esta mision es, por el rontrario, el
estigma que sei1ala toda herejía y todo cisma, ya que no ca he admitir
la existencia de nna mision extraordinaria en contra de la autoridad
leg·ítirna ele la Iglesia, que en último término de bería justificarse ante
dicha autoriclad legítima con pruebas sobrenaturales derivadas de la
Iglesia clel Antiguo Testamento.
1. .T esucristo trasmitió á los Apóstoles los plenos poderes que habia reci-
bido de su Padre, al mismo tiempo que les envió á predicar el Evangelio
(l\Iatth. :28. 20. l\Iarc. 1G, 1G. Joan. 20, :21. Act. l, 8; 20, 28. I Cor. 4, 1.
Eph. 4, 11), y solamente a ellos dió rales poderes. Por consecnencia, toda
autoriclad eclesiástica debe proceder únicamente del colegio ele los Apóstoles
y trasmitirse por la mision recibida de ellos, medi ata ó inmecliatamente.
Rom. 10, 14. Qnomodo ergo invocabnnt, in quem non crediderunt? Aut quo-
rnodo credent ei, quem non aucliernnt? Quomodo antem andient sine praedi-
canter Quomodo vern praedicahunt, nisi rnittantur?

2. El hecho de lrnherse originaüo el Cristianismo de la Iglesia del Antig;uo Testa-


mentu, ha servido ú lo" reformadores ele e.iemplo para justificar su prckll<licla mision
extraorcliuaria en contra de la Iglesia. ~obre este particular ohserya, Bossuot lo
sigui eute ( Rejlex:ioncs acerca rle 11n escrito rlc J[. Clawle, I'arís, 1670, p. lill:l): Mr. Claude,
estroclrndo por el asunto, no ha si<lo capaz de mostrar, en toda la historia del Cristia-
nismo, ima sola Ig·IC'sia que con rmtera venlil<l puecla llmnarse eristiana, fundada tL la
manera cle las Iglesias ele la nueva Reforma. Ahora pucdc juzgarsc si hay alguna
serncjan2a entre lo q ne han heeho todos los herejes al oponerse á los ortodoxos y la
conclneta ele los A póstoles en cl acto ele separnrse ele la 8inagoga, pan1 q tte la reheldfa
de los primeros pue<fa justificarse eon el ejcrnplo ele los discípulos ilcl Seiior. Jesu-
cristo, al venir al mtmdo, quiso encontrar t'll él una Iglesia en el ejercicio ele to<las
sus funciones; nació y murió cu cl seno ele esta Iglesia, es decir, de la Si1tagoga; y elo

http://www.obrascatolicas.com
§ 8. CARACTÉRES PARTICULARES DE LA VERDADERA IGLESJA DE CRISTO. 93
tal mancra quiso fundar su Iglesia en medio de aquella Institucion, que los mismos
Santos Apóstolos, despues d e la Asccnsion dcl Seüor y d e la venida del Espiritu
Santo, continuarem asisticndo públicamente al servicio dei templo, que em á la sazon
el signo más auténtico de cornunion; así so vc, en efecto, que , cualesqui ern fucsen las
medidas que se adoptasen contra ellos, jamás se retiraron d el templo mit>n tras estu-
vo en pié, y la Sinagoga conservó bien su forma exterior ó siquiera alguna apariencia
externa de su anti1,: uo estado; y Dios, que- al fin quería que los }>rLganos se separasen
completamente de los ,iudíos, había hecho cesar ántes, por una reprobacio11 manifiesta,
en este pueblo ingrato el sacrificio y el sacerclocio con todos los signos distintivos de
la Iglesia, de tal rnancra que, cu realidad, fué la Sinagoga la que se desm or onó junta-
mente con su templo, y no los hijos de Dios los que de clla se apartaron; vemos que
léjos de dejar entónces algun rastro de esperanza á este pueblo, como en otras ocasio-
nes lo hiciera en la trasmigracion antigua y al verificarse la ruína dei primer tem1ilo,
hizo ver, muy al contrario, todas las seüales posibles de su furor implacable; que para
evitar que semejante caída del pueblo ántcs elegido y el divorcio declarado :i la Sina-
goga, qne ántes fuó su esposa, diesen el más leve motivo de sos1icchar que eu lo suce-
sivo riudiera ocurrir un suceso análogo, dispuso qu e todo s sus Profetas anunciaseu
esta caida y d <livoreio , que sería su consec uencia, como efecto d e sn cólera, no sin
protestar al mio;mo tiernpo 'lllC jarnás acaeceria á su Iglcsia un hecho sernejante, por-
que celebralm cem ella una alianza eterna; que á pesar de todo esto y de que la repro-
bacion de la Sinagoga se h allaba pcrfectamcnte explicadn, en la Sagrada Escritura,
no obstante que los Apóstoles no tan sólo no habian introdueido la menor innovacion
en la doctrina, sino que se habian ajustado estrictarnente á las instrucciones de Aquel
que se habia esperado hasta sns dias en la sucesion de los siglos, por lo mismo qu e
había una especie de rompimi ento con la Sinagoga, ántes la Iglesia verdadera, y á fin
de darles autoridad cn la ejecncion de tal acto, nada ménos se creyó con veniente que
la prescn eia de J esu cristo en la tierra, revestido d e toda la antoridad dcl Eterno Pa-
dre; en una palabra, que pn,ra romper con las ideas tle la Sinagoga, aunque ya se ha-
llaba convicta de error por las mismas E scrituras, fuó necesario que Jesucristo, piedra
angular que debia servir de clave ó punto de union á todo el eclificio, apareciese de
una manera visiblc , acompaftado de las pruebas ó seii<de-' incontestaUes de su mision.
Dejo ai bucn jui cio de mis lcctorcs el considerar si un ejemplo de esta naturaleza
puede servir de excusa para separarse jamás de la Iglesia de J esucristo, ó riara supo-
ner que alguna vez debía caer esta Iglesia fund ada sobre la piedra angular, ó que
pudíera s ufrir interrnpcion alguna la sncesion que tuvo orígen en J esucristo, y si
más bien no habla, en el caso presente, todo contra semejante suposicion.
Cf. p. íi: Pero, :;eüor, respondió :\Ir. Claude, no estamos de acucrdo r espccto á que
csto sea nueyo; lo que está contenido cn la Sagrada :Escritura no es nnevo. Paciencia,
caballcro , le contcsté yo; os suplico t engais en cn enta que ning uno d e l os herejes an-
tiguo s se ha convencido d e la novedad de su doctrina; ántes bicn todos han alegado
eu su favor el te stimonio de la Sagrada Escritura; pero habia una noved ad que no
podian negar. y es que el cuerpo de su Iglesia no existia ay er, y en esto han conveni-
do usted cs todos. Pues bicu, dijo por fin Mr. Claude, si los arrianos, los nestorianos y
los p elagianos huhiesen tenido razon en el fondo, no hubie sen errado en los procedi-
mient os. El que h rtyan estado ó no en lo justo, dij e yo, caballero, é,o;e !lS oi f'ondo de la
cuestion. Por otra parte, queda hien sentado qne ustedes han observado la rni srn a
conducta que ellos, los mismos procedimientos, la misma norma imra defenderse ; en
una palabra , que para formar vuestra Iglesia habeis obrado como han obrado todos
los herejes, y nosotros hacemos lo que han heeho todos los ortodoxos.

Véase l\fõhler, Simbólica.,§ 34: "Desaparecieron los siglos, y con ellos todas
las sectas antignas; vinieron nuevos tiempos y acaecieron nuevas disgrega-
ciones de la Santa Iglesia; los prin cipios que informaban todas estas crea-
ciones cgoistas eran siempre los mí::;mos, ya que todas sostenían que la Sa-

http://www.obrascatolicas.com
94 .PARTE SEGUNDA. LIBIW PRU!ERO. SECCION SEGUNDA.

grada Escritura, sin contar para nada con la Iglesia, es la única fuente de la
verdad cristiana y la única norma que tiene tambien el individuo para su
inteligencia; y este principio formal, comun á todas las sectas que se han
separado de la I glesia, á los g nósticos del siglo II lo mismo que á los cáta-
ros y waldenses dei xn, á los sabelianos del III, á los arrianos dei IV y á los
nestorianos del .v' clió lugar á las más opnestas opiniones' a las teorias más
antagónicas. Efectivamente, c;qué puede haber de más opu esto que el g nos-
ticismo y el pelagianismo, qne el sabelianismo y el arrianismo? La circuns-
tancia de que un mi smo principio se amolde á tan diversas teorias, ó mejor
dicho, que és tas, por contradictorias y opuesta:; que sean, puedan hacer uso
de ese único principio, basta por sí sola para convencemos de que la relacion
entre el uno y las otras es de todo punto arbit,rari a y de que en esto se encu-
bren tremendos extra víos ... ·
(. Quién es capaz· de presentar un fenómeno más extraii.o que el de cierta
asociacion religiosa de nuestros días, que no vacilaba en afirmar que entre la
I glesia católica y las sectas que de ella se han separado en diversas épocas,
la razon está de parte de la primera en lo materi al , y hasta llega á recono-
cer las decl araciones dogmáticas de la I glesia en estos casos, pero pone en
tela de juicio sus princípios forrnales? r:Pero pnecle subsistir esta doctrina
de la Iglesia bajo la forma determinada en que se la considera y admite,
independientemente de la rnisma Iglesia que la ha expuesto bajo esa forma?
~No son cosas que mutuamente se condicionan?

VII. Por cuanto la Iglesia de Jesncristo ha recibido del divino Sal-


vador su rnision , y con ella la promesa de que nunca la faltará su auxi-
lio para que pueda cumplirla , debe aparecer en la historia con todos
los caracteres de una Institucion encargada de anunciar .el reino de.
Dios á los pueblos y presentar , en la fecundidad de su predicacion, la
prneba visible de su rnision divina.
L a esterilidad de las sectas que han renegado de l;i verdadera Tglesia , es
una prneba palpable á la vez que ineYitable consecuencia de su falta de mi-
sion y de la absoluta carencia de un fin histórico. Así vemos que las herejias
de todos lo s tiempos 11 an dirigido todos sus esfoerzos á quitar adictos a la
Yerdadera I gle;;ia, cn vez de buscarlos entre los infieles, hecho sobre el que,
con sobr ada razon, llama la atencion Tertuliano cuando dice, l. e. e. 4:2: Cmn
h oc sit 'nego ti um ülis non Ethnicos convertendi, sell nastros evertendi; hanc
magis gloriam captant , si stantibus minam, non si jacentibus elevationem
operentur; quo1úarn et ipsum opus eorum non de suo proprio aedificio venit,
secl de veritatis destrnctione.

http://www.obrascatolicas.com

§ 9. JUI CIO DE LAS CON~ESIONES CRISTIANAS. 95

§ 9. JUICIO DE LAS CONFESIONES CRISTIANAS FUKDADO EN LOS SIGNOS


DISTINTIVOS.

Los caractéres distintivos de la verdadera Iglesia de Jesucrfsto nos ofre-


cen un medio inequívoco, seguro, público, fundado en la historia y en hechos
palpables, para reconocer y juzgar todas las comunidades eclesiásticas que
. pretendeu para si e~ nombre y los derechos de la verdadera Iglesia de J esu-
cristo. Por consecuencia, nue:stra demostracion se refiere en primer término
á la Iglesia que está en comunion con el Pontífice Romano, signo que la dis-
tingue de todas las demás confesiones que, si bien tratan de apropiarse el
honroso nombre ·de católicas, precisamente por no estar en comunion con la
Silla primera y más antigua de la cristiandad, no tienen derecho alguno á
llevar ese nombre. Está bien probado que ella es la primera y más antigua
de todas, y que tpdas las demás confesiones eclesiásticas se han separado de
ella por apostasia; por eso se remonta el origen de la Iglesia r omana hasta
Jesucristo y los Apóstoles, ha recibido de los últimos la fe, ya por la predi-
cacion oral ya por sus escritos, y ha conservado intacto el depósito de estas
·dos fuentes de la verdau eterna para comunicarle á los pueblos.
Luégo examinaremos breYemente las confesiones que se han separado de
ella á la luz de los caractéres que deben ·distinguir á la verdadera Iglesia de
J esucristo.

A. La lglesia católico-romana se halla en posesion de.


todos los signos.

1. El signo de la unidad es, ante todo, peculiar de la Iglesia cató-


lico-romana. Se demuestra esto por ser una en la doctrina, en 'el culto
y en el órden eclesiástico.

1. Prueban la unidad en la doct1·ü1a todos los símbolos redactados por


la Iglesia, desde el primero de los Apóstoles hasta el del concilio Vaticano De
fid. cath. e. 1 , las clecisiones de los Concílios , las fórmulas de las oraciones
públicas, los catecismos, los.libras didácticos eu general aprobados por la
misma Iglesia. Desde la aparicion de la grau herejía de los reformadores se
h an publicado los siguientes documentos, que tienen grandísima importancia
simbólica para determinar las creencias de la Iglesia:

a) Los decretos dogm'1,ticos llel concilio de Trento, empezados bajo Paulo III
en 1545 y terminados, despues de várias interrupciones, entre las que figura una de
diez aiios, en 1563.
b) La Professio fidei Tridentina de Pio IV, contenida en la Const itucion "lnjunctum
no bis" de 18 de Nov. de 151>4, prescrita por el mencionado concilio de Trento en su
sesion XXIV, cap. 13 de Ref. Sess. XXV, cap. 2 de R ef.
e ) El Catecismo 'rridentino ú romano, redactado por Egídio Foscarari, Leonardo
:Marino y F rancisco Foreiro con la colaboracion de tres Cardenalcs y de Pablo Manu-

http://www.obrascatolicas.com
96 PAUTE SEGUNDA. J,IBRO PRIMERO, SECC!ON SEGUNDA.

cio, pnblicado en lõGí; (Oatechismns ex rlec1·efo Ooncilii Trirlent.), el cual, aunque no


tiene importancia verdaderam ente simbólica, goza, no obstante , de gran autori dad.
tl ) Los decr etos dei concilio del Vaticano, publicados en 1870.
e ) Las clisposiciones y sentencias d e la Silla Apostóli ca en cue;;tione s relativas á la
fo, juntamente con las que provienen de las Congregaciones dei Indice y de la I nquisi-
cion , siquiera no gocnn estas últimas , por su sola autoriclad , d e infalibihdad dogmá-
tica como ln,s prirneras. ·

2-. En el terreno de la liturgia son una nueva prueba de la unidac1 de la


Igl esia todas las agendas, misales, ete., aprobac1os por la misma, y la confir-
man igualmente las investigaciones hechas en este ramo por l\Iartene (De
cintiqu,. Eccles. ritib. T.,L. III. Antwerp. 17G3 ) , J. A. Assemani (Codex litwrgi·
cus uwiversae Ecclesiae, Rom. 17õ2 ), Euseb. Renauc1ot ( Liturgiarmn orienta-
lium collectio, Par. 1716), Bona (Rerwn liturg. LL. 2. 1747 ), Denzinger (Rifas
Orientaliwn VV. 2. 1863).
3. Esta doble uniclad tiene por fundamento la nnidacl del órrlen eclesias-
tico, en virtud (le la cual se mantienen unidos los fieles con los sacerdotes,
éstos con los O bispos, y por último, los Obispos entre sí y con la Si lla roma·
na, que es el centro de la unidad de la I glesia.

II. Esta unidad de la Iglesia católico-romana no es tan sólo 1mitas


jacti , sino tam hien f1t1'ÍS, toda YeY. q11 e eu el organismo de su órden
jerarquico, con la Sede romana por punto ele partida, existe un princi-
pio eficiente de la misrna unidad, que jamas ha tenido interrupcion y
que se hall a dotado de las facultades neeesarias para cumplir su objeto.
Arnoldo, F'ra9menl o solire /a .T!Jlesia. Apéndicn 2, p. 193: "Pero en este punto, como en
otros varios, d ebe haccrse justicia á los catolicos romanos, cn cuanto que han sido
siempre eonsccuentes eon su error. Su sistema cs claro y bien arm onizado; todas sus
partes g-uardan perfecta simetria, y nadie podria negarl c la ena lidad de razonable si
estnviera bn,sado cn s<'>lidos fundamentos.,, No es m énos notable esta confesion de
Bismarek (Pn,r]arnento, sesion del 16 de }fayo de 187B. .Viseu rsos pai'/ ament., t. V, pá-
ginas 7D y 81 ): "La unidn,d de la Jglesin, es grande y verdaderamente admiralile.,,

III. La Ig·lesia católico-romana es santa. Se halla dernostrada esta


santidad:
a ) En la santidacl de su doctrina, qne no tiene otro objeto qu e el de
aumentar más y mús la semejanza clel hombre con Dios. b) En la san-
tidad de sus institnciones , por medio de las cuales se acrecienta, se
robu stece, se fom enta el sentimicnto de moralielad y se restablece cuan-
elo se ha amortiguado. e) En la santidad ele mucho::; ele sus miembros.
d) En la continua manifestacion ele los earismas, que únicamente posee,
como don perpetuo, la Iglesia eatólico-rornana.

l. Sobre la importancia y significacion de la moral cristiana, esp ecial-


mente católica, los irleales que nos ofrece por modelos, las sublimes fu erzas
con que robustece nnestra fiaqueza y los motú:os de que se vale para comuni-

http://www.obrascatolicas.com
r..

PARTE SEGUNDA. LIBRO PRIMERO. SECCION SEGUNDA. 97


,- .
"
carnos aliento, vease Apología del Cristianismo (La Iglesia católica) II. 2. pá-
gina 103 y sig.; sobre la esencia de los Sacramentos del catolicismo , idem.
(Los dogmas del Cristianismo) II, 2, pág. 103 y sig.; sobre el Sacramento de
la Peniten~i a :· e! de la sagrada Eucaristia y su significacion moral, idem,
II, 2, pág. 121 y sig.; sobre la sagrada Eucaristía en particular, idem , II, 2,
pag. 224 y sig.; sobre el Matrimonio, idem, pág. 154 y sig. Sobre las virtu-
des de la humildad y de la obediencia, de la castidad y de la pobreza volun-
taria, peculiares del Cristianismo, y muy particularmente del catolicismo, III,
3, pág. 2í:ó, 140 y s ig. Sobre la gran diferencia que hay entre las causas que
motivan la conversion de los protestantes al catolicismo y los que dan orígen
á la:> conversiones co ntrarias, II, 3, pág. 134.
2. En el hecho mismo de atribuirse la I glesia católica la perpetua p ose-
sion de los carismas y demostrarla, prueba tambien que es la verdadera
Iglesia de J e8ncristo; por el contrario, toda secta que no ose atribuirse el
don permanente de milagros y mucho menos prueb e su posesion, renuncia
·ipso facto á la prerrogativa de ser la verdadera I glesia de J esucristo.
3. l'na simple oj eada sobre la doctrina de la Justificacion que sustenta
la Iglesia católica, es suficiente para rebatir la objecion fundada en la "san-
tidad de las obras,,. Cone. Trid. Sess. VI. De j ustit. Cap. 6: Disponuntur
autem ad ipsamjustitiam, dmn excital-1: divina gratia et a#uti fidem ex auditu
concipientes, libere moYentnr in Demn c1•edentes ... illud imprimis, adeo jus-
ti'(i,can: im1,iium per gratimn ejus, per redemptionem, quae est in Christo J esu.
Can. III.: Si quis dixerit, sine praeveniente Spiritus s. inspiratfone atq1te ejus
adjutr;rio homi nem credere, sperare, diligere aut poenitere posse si cut opor-
tet, Ut ei justificationis gratia conferatnr, a. s. Cap. 8: Gratis justificari irleo
dicimur, qnia nihil eorum , quae justificationem praecedunt, sive fides, sive
opera, ipsam justificationis gratiam promeretur. Cap. IG: Absit tamen, ut
Christianus homo in se ipso vel confülat vel glorietur et non in Domino;
cujus tanta est erga omnes homines bonitas, ut eorum velit esse merita, quae
sunt ipsius dona. Ha ocurrido que algunos teólogos protestantes contempnrá-
neos, muy particularmente de aquellos que se consideran como representan-
tes del más genuíno luteranismo, sostienen que la fe que santifica es precisa-
mente la qne obra por el amor, y la presentan en oposicion á un supuesto
dogma católic0 de la justificacion por las buenas obras,,. Rase, Maimal de
polémica protest(mte, pág. 275.
4. La obj ecion que opo nen los protestantes (fundada en II Thess. 2, 9.
Luthardt, l. e. pág. 219) , al decir que" tambien el Anticristo puede hacer mi-
lagros ,,, no tiene valor alguno , tod-a vez que esos milagros, como claramente
se desprende del pa8aj e aludido, tierán aparentes (-;$prx-;:1. ~suõouç ); pero es
cosa segura que Dio:; no puede conceder el don permanente de los carismas
á una pseudo-Iglesia como prueba y demostracion de su falsa doctrina. Por
otra parte, esa obj ecion, si algo probara, probaría dema;'>iado, porque quita-
ria á los milagros del S eiior el valor que Ét mismo les atribuía de confirmar
sn doctrina y su mision,

TOMO II. 7

http://www.obrascatolicas.com
98 § fl. JUICIO DE LAS CONFESIONES CRISTIANAS.

IV. La Ig-lesia católico- romana cs católica por las razones si-


gui entes:
a ) Por<JllC clla así se titula y los mismos herej es la <lan este nombre.
b) Porque se halla exttm<lida por todas partes y entre todos los pneblos
en rnayor proporcion que todas ln,; sectns en particular y aun reunidas.
1. Que los mismos hcrejes daná la I glesia romana el n oml)re de católica, lo hemos
d emostrado ántos, pág. 83. Segun lo;; datos que ha reunido la "Revista eclesiástica de
Viena", correspomlientc al alio de 1803, c1 Cristianismo se halhiba a la sazon reparti-
d"O de la maucra siguiente :
HH.500.000 cristianos católico-latinos.
•1.500.000 cristianos griegos.
200.000 cr istianos armeni os.
530.0<Xl cristiauos maronitas.
35.000 cristianos sírios (jacobitas uni<l os ).
20.000 cristianos cal deos (nestorianos unidos).
15.000 cristianos coptos.
200.000 cristianos si ro-calcl0os (ó de Snnto Tomás).
Total: 200.000.000 do catMicos.
G1.000.000 de cri stianos g-riegos cÍSll«itictK
3.000.000 de cri:;tianos armenios.
1.800.000 cristianos de Ahisinia.
500.000 monofbitas s irios.
200.000 idem coptos.
100.000 cristianos siro-caldcos d <' Santo 'romás.
500.000 n f'storianos ealdeos.
5.000.000 r oscolnicos en 80 scctas .
Tolcil: 7i'> .<Xl0.000 cri.stianos oricntales no c;i,tólicos.
Los protestantes se lrnll an <livi didos en unas ±O sectas y sobrn .110 ag-rupaci oues de
menor importancia, entre las que sohresalen por el número de s1ts adeptos :
18.000.000 de luteranos.
15.000.000 d e anglicanos.
l:Z.000.000 ele luteranos y calvinistas unidos.
7.000.000 de calvinistas alernanes, holandeses y sliizos.
n.000.000 de metodistas.
:).000.000 d e bapti stas, calvinistas y presbiteriauos.
l:l.000.000 de secta,; diversas.
T al ai: t;0.000.000 de cri ~tiano~ in·otestantcs.

~I acaulay, en s u "Ensayo sobre Ranke,, hace subir ;\, 150 milloncs el número de cató-
lico::;: 1niéntras que~ en su sentir, no pasan de 1~0 nUllones lo.-; afilüulo~ ú. sectas acatóli~
cas. ~egun datos que surninistra la Civil Ih Callolica,lrny e11 Europa H7. l~H.OCXJ católi-
cos: cn Asia y Oeeania 9.G6G.OOO, en Africa 4.071.000, en América 46.970.000, ó sea uu
total de 207.891.0CXJ. Co11 estos datos eoncuerdan tambien los que da Keher en su C:eo-
!Jl'afía eclesiásfira .'! esla•lístiw. Ratisbona, 18GG, 2 tornos.
P osteriormente el eseritor inglês :'.Ir. \Voods Smyth , en su obra" The Bible and the
Doctrine of Rvolution , being a complete synthesis of their truth, an<l giving a sure
scientific basis for the doctrines of Scripture, L 011don, 187B," ha tratado de demostrar
la verdacl dei Cristianismo cem arg-umentos numéricos, E ~te autor, comparando los
,Jocm11ento' reli .!.': iosos ú Libras Sa)!rado~ tl e tod os l o~ puelJ!os, <:! número de adietas
que sigu eu su s doctrinas y la fecha en que tuvieron orígcu las r eligiones que repre-
sentan, obticne el resultado •lc que la Religion de la Hiblia ll eva notabili sima ventaja
à t odas las otras, tanto por el número de eus partidarios como por la antigüedad de

http://www.obrascatolicas.com
\ ;

PARTE SEGUNDA. J,IBRQ PRTMERO. SECCION ~EGUNDA. 99


su orígen. Damos á continuacion un cuaclro comparativo que ponrlrá más de manifies-
to este resultado, en números redondos:

DOCUMENTOS RELIGIOSOS. NÚMERO DE ADICTOS. EDAD DE LAS RELIGIONES.

La lMlia. 310 ó 335 millones segun 4.000 af10s desde )foises;


Dieteri ci, Mittheilungen de 1.800 aiws desde J esu cristo.
Petermann, y sig ue aumen-
tando sin cesar.
L os Ve,los ó Libras Sa- Llegó á contar 200 millo- 3.000 ano s próximamente
grados de los Brnh?Jicmes. nes; 1wro em1iezó á decaer segun ]\fax Müller y princi-
hácia el 400 á ntes de Jesu- pales orientalistas.
cristn, y hoy sólo cuenta
134 , ru diminncion.
Z enrl-A·vMla, reclactado Alca nzó su mayor esplen- 3.000 próximamente.
por Zoroastro, libro sagra-. dor enla époea de la dinastia
do <le los J!m·sis. persa de los aqueménidas,
de sde ruya feeha ha queda-
do reel ucido su número á
unos 100.000.
T1·ip itak a ó Cánon reli- Subió de uno á 156 millo- :2.400 aiios próximamente.
gioso de los Bwirlhisfas. n es : pero hoy está en nota-
ble rlc cadencia.
Libros religiosos de los Snb ió hasta 156 millones; 3.000 anos prt'iximamente;
ehinos, redactados 1ior Con- h oy está en visible deea- desde Confucio unos 2.300.
f1lrin. den cia.
Lib ros mitológico -reli- Al e:tnzó s 11 apogco en la 3.000 próximamente.
giosos de los gl'in1ns y ln- ed arl el e oro <l e la civiliza-
li nos. cion greco -1 atina. ó siglos
inm crliatos á Jesucristo.
Hoy lrn desaparecido.
Tradicion es de las demás Unos 87 millones. Indefinid o.
sectas paganas.
F.l K o)'(w del Ü;lamismo. Snbió de 11no á 157 millo- 1.260 anos.
nes. Hoy en d ecadcncia.

D edúcese de los rl atos que ante ccrlen :


a) (~ ue cl Cristianismo aventaja ;, todas las de>más relig iones por el número de sus
partidarios, contan do doble núm ero, por lo ménos, que easi todas ellas.
b ) Que ent re todas las rcligio11!»', c ny a <' da d abraza más de mil aiios , la cristiana
es la única que aparece en constante y progr esivo d esarrollo.
e) Que la Iglesia católico-rom ana es la más antigua y la más extendida de todas
las confesiones cristianas.

2. L !t catolicidad de la Igl ef!ia ca.tóli co-romana se distingue adenüs por


otros caractéres ú cual nüs imp ortante;;, co mo son:
a) H aberse propagado y sn hsistir por la sola virtud de la predicacion y
de la gra cia de Dios, y no por medi os humanos, tales como la fu erza bruta,
la astucia , las ventajas mate ri ales, etc.
b) H aberse propagado y conservarse bajo la presion ele las mas rndas
per~ecnciones ele la fuerza material y á pesar ele los ~taques de una ciencia
mal entendida.
e) Des<le su origen, los signos ó notas de la Iglesia católico-l'omana han

http://www.obrascatolicas.com
100 § }), JUICJO DE LAS CONFESIONES CRISTlANAH.

sido siempre los mismo·s: á través de los si.i\'los se ha extenclido más y más,
hajo laR circunstancias más diversas, g-anando ::;iempre en unos puntos lo que
el cisma y la herejía la quitaban en otros.
3. La obj ecion que pretende hacer el protestantismo al decir: " los nova-
cianos y donatistas ::;e dieron tambie11 á si propios el nombre de católicos,,
(Luthardt, l. e. pág. :2Hl), queda refutada anteriormente. La cuestion no está
en darse á ::li propio el nombre de católico , sino en quién lo es realmente y á
. quién atribnyen todos ese calificativo "velint nolint ,,. Tampoco tiene valor
alguno la obj ecion fundada en el dicho sigui ente: "Ecclesia Satanae 8emper
ampliar est quam Eccle:-;ia Christi ,, (l. e.), toda vez qn e con el nombre de
Iglesia católica no se quiere exprcsar la relacion de la Iglesia de Jesucristo
con el r eino cfo Satanás, sino con las falsas Tglesias ó sectas que se atribuyen
el dictado de cri~tianas.

V. La Iglesia católico-romana es apostólica, como se demuestra por


los siguientes hechos:
a ) La Iglesia católico-romana es la única que desde los Apóstoles ha
11egado hasta nuestrm; días, por la sfaie no interrumpida de sus Obis-
pos, ordenados segun los ritos legales, y de la jurisdiccion eclesiástica.
b) En y por su primer fundador e:-; tambien 1a única que ha recibido la
verdadcra rnision de Jesucristo. e) Sn predicacion ha iÜdo siempre y
es, por esa razon, fecunda en frutos.
1. Acerca <lel importante y significativo hecho de qne Roma sea, áun en la
actualidad, la única Iyles'ia ininediatamente apostólica del mnndo, y de que haya
pasado á ella el prestigio y la autoridad de todas las demás Iglesias apostó-
licas como á ~n natnral hercdera, vea8e AJJ.ología, II, 3, púg. 112. (La Iglesia
católica.) Así como el E vangelista demue.3tra b descflndoncia directa de Je-
sncristo , segnn la carne, de Ahraham , por nua serie Lle cuarenta patriarcas,
y p01' ofra no interrumpida hasta Arlan, de la misma manera podemos nos-
otro::; dcmostrar e] orígen de nnes tra Igle:-iia, s0gun el espíritu, de J esucristo
y los Apó ;;toles, por la sncesion indiscntiblc, pública y nunca intcrrnmpida
de doscientos cincuema y nu~ve Romanos P ontífices que han ocupado la
silla de R oma clescle San Pedro hasta Leon XIII, entre los cnales se cuen-
tan yeinti::<iet e múrtires, y de los q 1rn se Yeneran en los altares setenta y siete
Santos. La imce~ion no intcrrumpida rle los Obi;;pos, es e] sello que atestigna
la legitimidad de la doctrina y que la da á co11.ocer públicamente como tal.
"Neque en.im 1lnbitandum est , observa Stapleton (Controv. I. L . IV. e. '20),
enm, qui ali is legitime successit, et cui legitime successum est, in eandem
quoque fidem ac religionem snccessisse. N am si a praedecessoriH 8Hi fide
qnispiam Epi scopus recederet, non ille pro succc.1s01·e est habitus, sed et prae-
1·i;;n~ sempl'r fuit rrnt ab;;tentus.,, Cítanse en r· omprobacion de este aserto
)facedonio , N e;;torio y Anthimo, que fignran entre los Obispos rle Constanti-
noph, pero que se apartaron de la r1octrina dn sns predecesores. 'En igual
caso se encuentran los Obispos de Alejandría: Dióscoro , Pedro l\Iongus y

http://www.obrascatolicas.com
PARTE SEGCNDA. L!BRO PRIMERO.· SECCION SEGUNDA. 101
algun otro. Véase Optat. I. 7: Videndum, quis in radice cum toto orbe man-
serit, quis foras exierit, quis cathedram sederit alteram, quae ante non fuerit,
quis altare contra altm-e erexerit. Sonde esto mtts que suficiente garantia las
dipticas, la consagracion solemne en que toman parte varios Obispos, las
literae formatae, etc., etc.
2. A esta fecundidad de l~t predicacion católico -romana deben los hom-
bres el conocimiento de la doctrina cristiana. V éas e Belarmino, l. e. e. 12.
J amás lrn descuidado la Iglesia católico-romana el cumplimiento de la mi-
sion que le ha ~ido confiada, segun las palabras de San l\fateo, 28, 20, y
desde los Apóstoles hasta nuestros dias no ha permanecido inactiva un sólo
momento.
Véase l\Iamachii, Antiquit. c:hr. L. II. P. II. .c. 28-31. Hierner "El ingreso de los
pueblos alem::mes en la comnnion cri~tiana "' Schaffhause11, 18i>7, H vol. Jlem·ion, "His-
toria general de las misiones ea.túlicas., edicion Schaffliaus en, 1845-52. Hahn, "Hi sto-
ri a d e las misiones católicas descle Jesucristo hasta nuestros dias ,,, Colonia, 1837,
5 vol. Especial int.erês ofreccu, por lo que respecta á la Edad Moderna: "Cartas edifi-
cantes y curiosas de las misiones extranjeras "' Paris, 1717 -1777. \Vittmari.n, "La
magnificencia d e la lglesia en ~us misiones, desde el gran cisma. , Augsburgo, 1841.
Marshall, "Las misiones cri:;tianas, sus mensajeros, su método y su s resultados"' Ma-
guncia, 1863.

Y si esta predicacion y sus ministros dan a conocer la esencia intima de la


I glesia, no aparece ménos patente por la forma en que se lleva á cabo. Vé-
mosla siempre impulsada y plenamente penetrada por el espiritu de la fe y
de la confianza en la virtud :;obrenatural de la verdad y de la gracia, pocas
veces apoyada por las potesta<les de la tierra, casi 8iempre sufriendo perse-
cuciones y siendo objeto ele terribles ataques. l:'n sin número de misioneros
cat6licos ha sufrido el martírio, y casi todos horribles penalidades por la fe.
Todos los pueblos de Europa y la mayor parte de los que habitan el nuevo
mundo, con otro;; muchos de diferentes regiones, han recibido el Cristianis-
mo, gracias á la predicacion de la Iglesia católico-romana.
3. La objecion que hacen los protestantes ( Lutharclt, l. e.) relativa á la
antigüedad de la Igl e:-;ia, fundada en este pasaje de Tertuliano (Apolog.
· c. Hl): Sine divina literatura nullius momenti est antiquitas, antiquior quipp-e
omnibus veritas,,, no tiene valor alguno, toda vez que en él demuestra preci-
samente el gran apologista que la verdad cristiana es más antigua que el
error de] paganismo y que, cn general, el errar no es más que una corrupcion
de la verdad antigua: Omnes itaque origines, ordines , venas veterani cnjus-
que styli vestri ... ipsos inquam deos vestro,., , ipsa templa et oracula et sacra
unius interim prophetac scrininm saecula vincit, in qno videtur thesaunrn
collocatus totius Judaici sacramenti, et inde etiam nostri.

B. Los signos :distintivos de la verdadera Iglesia de Jesu-


cristo no se encuentran en las confesiones que se haii se-
parado de la Iglesia católico-romana.
I. El protestantismo, en sus diversas sectas, carece de 1inidad, ya

http://www.obrascatolicas.com
102 § 9. JUICIO DE T.AS CONFESIONES CHISTIANAS.

se las considere indi vidualmeute, ya en conjunto. Y esta completa ca-


reucia de unidad no es un hccho accidental; antes, por el contrario,
está fundada en sus mismos principias, toda vez que la unidad y el
principio protestante <lel spfritus privat1~s son cosas <le todo punto in-
compatibles.
1. Damos el nombre de protestantc>s à toda,; las (·.011frsio1ws q11e >í' ,; eparanm de la
Igl es ia en el s iglo xv1, p orqu e ollos mism os :w han <lesignado eon este n ombre. ~: l
aiio 152fl propusieron los príncipe,; catulicos á la Dieta il e Espini gne se hicifl>e obli-
gat ori a la observancia del e dicto de \Vonns á t odos aquellos que hasta entónces le
habian acatado, y que no se lllOfo., t,ase á los demá s, en n,tencion à l os d isturbios
•1<1e p odían ru:aecer al querer aholir las innovaciones i ntrod uci<las hasta que se cele-
hrase el Concilio; p ero ,;e pidió al prnpio tiempo que no se predi casn en público con-
tra el augusto sacramento ele la Eu c~ ristfa: q1w no se prohih íese en n inguu punto más
la c0lebracion de la santa Misa, y donde tal prohihi cion existiese q 1te á n adie se pu-
=-' ieran traba:-i para oÍT ú d e c;ir ini ;:.a. Picliú~e a<l eni<i:-\ qu e se recon1enda se ~í lo~ nii11 is-
tros del altar la enseiiauza del J<;va.11.!.:·1>.\i o se .! :'llll la exposicion adn1itida y a pro baila
por la Iglesia, prohibiémlole:.; toc:ar aquellos 1'1111to,; sol n.·e los enales imdieran ori gi-
narso ilisputas hasta qu e se hici e,;ell públi cas las de ci,- ioues dd Concili o. PPro los
príncipes lut er anos Jll'Ol estaron contrn esta 111·011osi.do11 t a11.f11..~tn y m oderada, y de ª'ltÜ
vinn el llamarles protestantes.
2. El principio form al de todas las ;ectas en q uü se lu1lla dividido c l Protestantis-
mo, le coustituye la do etrirrn que n•cono ce c:umo 1ini ()a a utoridad y norma de la fe
la Sagrad a Escritura. F. C. Epit.. p. Gíü, 1: lJni<•am r egulam a c normam , secu ndum
quam mnnia dogmata omnesque do etores ae.>timari etjudicari oport.eat ; 572, 7: 'sola
sacra Scriptura judex, norma et regula , ad quam ,.,,u a1l Lydiurn lapidem omnia do-
gmata exigenda snnt et juclicand a . Poro la fo cn hi Sagrada Es criturn se fon<la en el
testimoni o d el Espírita Santo, e~ decir , act u s snpPrn at11ralis spiritus sancti , per YPr-
bnm D ei attente lectum vel auditu perceptum virtute sua divin a scripturae sacrae
communicata, cor h orninis puls anti.;;, aperien t.i:,;, illurn inantis et acl obse•iuium fidei
flectentis, ut homo illurninatus ex internis mo ti lrns spirit.ualibus v ero sentiat , verbmn
sibi propo::;itum a D eo ipso esse profPdum, atque fHleo i11m10turn ipsi assen surn prae -
b eat (H oll az, / .e. 13G). Así se expresa tamhien Calvino (In stitut. I . í , :2 ): Qnod s i rogant,
undu persua dnbimur, a Deo fluxi sse \scripturam .1, p erinde est <w si r1uis roget: u nrle
clisccmus, lucc m dis cen1ere a t enehr is, alburn a nigro , strnY e ali arn aro" :Xc c enim
obseurior em verittttis suae scnsnm ultro :Scri pt uni pnie se fort, quam eoloris sui ros
alba.e ac ni gra e ~ sa.pore:-; :;uayes et a1nari. -1: E="l hae0 per:SUa::-'iO ah arf:ano te.sti1nonio
Spiritus. I, 8, 13: Tum vero demum ad salvificam D ei cogn itionC'm scriptnra satisfa-
ciet, nbi int eriori Spiritus sancti persn asione funcl ata fuerit ejus cer titu clo. Cf. Quens-
tedt, Teol ogia di dúetico -polémiea , ll iH5. D e :-;,·rip1. p. !JS . .'\las eomo gui<'ra 11ue la
r eYelaci011 d ei E spiritu Santo es p rcei,;am eute el rne1lio por el que se reconoce el
oríg<' n divino il e la Sagrada Escritura, r nsnlt a q u e la última y snprcma 110rrn a de la
fo no os la Biblia, y sí º"ª operaeion sobrenatura l rlel J>~sp íritu t>anto. 'l'amh icn los
cuáqLLeros han hed10 valer este argn111e11to. llarcla ii. Ap olog. Tlieol. v ere chri:>tian.
'l'hes. II. Apol. pàr. 16. l'ero el si:;tema protest:mte cal' n.demás, como natHral con sc-
cueucia d!' su principio fundamental , en e l enor tl el rn.ciona lisrn o. H oy en dia t iene
n.decuada aplicacion á estas confesiones lo rp1e decía ya Tertuli ano relativamente,
:11 clPstino d e todas ]a,; herejías !De pra esc:riptirm e. e. 42) : Q11 od licuit Valentino
li cet .et Vale11 t inin,nis, quod ~Iar ci oni, lteet Pt. ?IJarcionitis, dP arbitrio suo fidem
inn oYare. Deniqu e penitus insp eetac oumes haürcsl';;, in rnul tis cum n.uctoribus
,;uis üisscntientes rl eprehemlunt1ir. frcn. IV. mi: Si;rnctipso :;, q1ial es smit , ar.!..(Uunt,
d e ei :;rlem verbis non c:onscntientes. l'or el rni,;mn pro c.ed imieuto clemostraron los
:-lautos Padres la fals cclad ilel arrianisrno , 1lPdneida 1'le la.:; numerosas division es

http://www.obrascatolicas.com
r
PARTE SEGUNDA. LIBRO PRIMERO . SECCION SEGUNDA. 103
que en su seno a caecieron: como lo hizo San Ambrosio (De fic1. I. 12), San Epifanio
(Haeres. 73) y ~icéf'oro (H. E . II. 29). P or lo cual tambien ticnen perfecta aplicacion
a! protestantismo estas palabras de San Agustin \Serm. IV. 21): Qui se ab unitate
praeciderunt, in quot frusta divisi sunt?

II. La division de artirnli.fundamentales y non .fundamentales in-


troducida en el protestantismo con el fin de restablecer en algun modo
la uniclad de la fe, es de todo punto inadmisible por las siguientes
razones: a \ contradice ex.presamente la doctrina de la Sagrada Escri-
tura; b) es contraria al ohjeto y á la esencia de la Rewlacion , así
como tarnbien al concepto de la fe; e) se contradice á sí misma; d ) es
una inuovacion moderna completamente desconocida en la Iglesia; e)
conduce al indiferentismo; f) es contraproducente, puesto que con ella
no se logra la unidad apetecida.
1. Yéa se Tholuc:, , L a doctrina luterana relativa á los articulos funda-
mentales ( R erista de la áeucia cristiana, 1851, núm. H Y. ;;ig. ). La c1octrina de
l os articnlos fundamentale;; tnvo p or principal autor ai teólogo luterano Xi-
colás Hunnins, autor de la ..i•.'l.7xs•i•.; de fnnc1amentali dis:;ensu d octrinae
Lutheranae et Calvinianae. lG::W: Arti culi fülei f'undamentnles sunt, qui talem
habitudinem ad fundamentum fidei et salntis important., nt eo :;alvo ignorari
aut :;altem n egari non pos sint. Otros teólogo;; fle la mi:;ma secta, como Baier,
Hollaz, Philippi, han hecho una segunda division en arüculi f1mdamentales
primarii y secundarii. Lo;; primcros se subdividen en artic. fid. constituentes,
antecedentes, con:iequentcs. Los artic. fund. secundarii, licet ignorari p ossint
salYo salutis fundament o , n egari tamen salvo illo non p0ssunt. Por el con-
trario, de lo::: articulo.:; de la fe no fundamental e,; se elice que: sunt partes
d octrinae christia nae, qnae citra jacturarn salutis ignorari et negari po;;sunt.
Prirneramente idearon los luteranos esta doctriirn para hacer más patente la
diferencia esencial que hay entre su confesion, la de los r eformistas y la
Iglesia católica; más tarc1c se valieron de ella para justificar la indiferencia
r especto á la misma doctrina. Spener, Objeciones teoló,11icas, III. part. pág. íOG:
No me atrevo á sostener que en el mundo existaninguna Igl esia completamente
libre de error, toda yez que esto áun parece que está supra conditionem hu-
manam. Ad Yeritat.em E cclesiae, es suficiente que no haya error en la d octri-
na, á lo ménos d e esos que se oponen. á la b-ic11m:e11tura11za, es decir, errore:;
fundamentales. La ternlencÍ:J. que modernamente se ha dado ú esta idea se
halla cond enada en el Syllabus, prop. 18: Protestantismus 11011 aliud est quam
diversa verae cj usdem ehristianae religionis forma, in qua aeque ac in Eccle-
sia cat holica Deo placere datum e,,t. Sobre difereHtes opiniones ele prore,;-
tantes contemporáneo,.;, véase Apología, Los d ogmas d el C1·istianis1110, II. 2.
pág. 403 y sig. N'oticia:; históricas en \Veg scheider (Instit. theolog. chri::; t.
dogm. ecl . 8. pág. 108): No obstante, dicha distincion ticne nn fundamento
en cierto modo verdadero; pero en ella se confunde el acto indiYidual de
creer (fides, qua creditur) con el objeto que la Iglesia propone á nuestra fe

http://www.obrascatolicas.com
104 § 9. JUICIO DE LAS CONFESIONES CRISTIANAS.

(fides, quae cr editur). Es indudable que existen verdades cuya creencia es


tan imprescindible para la salvacion que en ell as debe tenerse una fe expli-
cita, ya que sin este requisito el hombre no puede conoccr ~L Dios, su fin
último, ni áun aspirar á poseer este sumo bien - actm; fülei explicitm; nece;:;-
sitate medii ; pero ai lado de éstos hay otros artículos ele fe más ó ménos
íntimamente relacionados con los primero s, que el ind ividuo pnecle ignorar y
para los que no se requiere uu acto ele fe explicito, sin o solamente implícito ,
por estar conteniclos en la creencia general en la l{eye!ft c:ion y en la I glesia,
siempre que la ignorancia de estos articules no sea cu lpable.

'l 'hom. II. II. q. 2. a. 5: Respondco dicendnm, qnod praecepta lcgis, quae homo tene-
tur implere, dantur de actibus virtntum, qui ,;unt via perveniendi ad sal ntem. Actns
a.utem virtutis snmitur secuntlum habitudinem habitus ad objectum. Sed in objecto
cujuslibet virtutis duo possunt eonsiderari: scl. id, quocl proprie et per se est obje-
ctum virtutis, quod nocessarium est in omni actu virtutis, et iternm id q uod est per
accidens, sive consequenter se habens ad propriam rationem objeeti; sicut ad obje-
ctum fortitudinis proprie ct per se pertinet sustinere pcricufo mortis et aggredi h ostes
cum pcricnlo propter bonnm commnne; secl quocl homo armetur rt ense percutiat in
bello justo, aut a liquid hnjusmodi faciat , redu citnr quidem ad objectnm fortitudinis,
. sed per accidcns. D cterminatio ergo virtuosi actus ad proprium ct per se obj ectum
virtutis est sub necessitate praecepti, sicut et ipse virtuti s actus; sed dt>terminatio
actus virtuosi ad ea, quae accidentaliter et secundari o se habent ad proprium et per
se virtutis obj ecturn , non cadit sub n ecessita te praecepti. nisi pro lo co et tempore.
Dieendum er l;'O est, quod fidei objectum per se est id, per quod !torno beatas efficitur.
Per accidens autem aut secun rlario se habent ttd obj ectum ficlei omnia, quae in Sacra
Scriptnra divinitus trallita continentur. Quantum e rgo ad pr ima credibilia, qnae sunt
articuli fidei, tenctur homo explicite credere, sieut et tenetur habere ficlem. C~ uantum
autcm ad alia crcdibilia, non tenetur h omo explicite credere, secl solum irnplic:ite, vel
in pracparatione ani mi, in '}trnntnm T•aratus est credere, qi1id•ptid Scriptura divina
continet. Sed tunc rnlmn hujnsmodi t enctur exp licite crcderP, rttia.ndo hoc ei consti-
teri1; in doctrina iidci continerí.
Cf. Lugo, De Fiel. Disp. III. n. 47: D e ordine dignitatis noll est dubium, cum aliqua
(fid0i objccta) sint rligniora ot nobiliora in sna ent,itate, ut ea, quae pcrtinent acl
J)eum in se et. rursu~ ea, quae pertincnt ad Chri st um Dorninum , et sic d e aliis. 1\ou
clico, esse rligniorn.fi 'e, sed ess e majoris dignitatis et nobilitatis in se. N equ e enim est
rlubium de ordinc necessitatis; nam rtliqua sunt necessaria s impliciter , ut esscntia et
attributa Dei, item immortalitrts animae rationalis et sim ilia. A lia >;nnt contingentia'
ut creatio mundi , passio Christi etc.

2. La Sagrada Escritura no solamente no contiene imlieacion alguna en


que tal division pnecla fnndarsc, sino que, muy al contrario, la rechaza explí-
citamente cu amlo elice: l\fatth. 28, 18 sq. docentes eos servare omnia. Rom.
16, 17. qni dissen;;iones et offendicnla praeter doctrinam. qnam diclicer unt ,
facinnt. Tit. 3, 10. Hacreticum homin em clevita. Eph. 4, 5. Tinn s Dominus,
una ficles, unum bapti,nmi. I Cor. 1 , 10. l't non sint. in vobis schi smat a , sed
ut sitis in eoclem sensn et in eadem sententia. Otros lugares corno San Juan,
20, 31 y Rom. 10, ~J - 13 no se refieren á la (ides quae, sino á la fides qua del
individuo como necessaria ad salutem nece:c;sitate meclii. Y en I Cor. 10-15
no se trata de doctrinas dogmáticas falsas , sino de faltas mora.les que por si
solas no son causa de conclenacion.

http://www.obrascatolicas.com
PARTE SEGUNDA. LIBRO PRIMERO. SECCION SEGUNDA. 105
La Iglesia ha recibido la mision de procurar la salvacion de las almas;
l quién sera capaz de probar que Dios ha revelado verdades que a lo menos
secundaria et per accidens no conducen a la salvaciori ? La doctrina de la
Iglesia no se compone de la agregacion atómica de artículos ó dogmas aisla-
dos; es un organismo grandioso y divino, en el cual un articulo presupone al
otro y le compl eta , en términos que no puede negarse uno sólo :-;in qne se
nieguen los otros. El motivo en que se funda toda la Rernlacion (oújectum
formale), es la antoridad del mismo Dios; por consecuencia, da la certeza de
todas las verdades ó de ninguna. Vincent. Lirin. l. e. c. 26: Si semel admissa
fuerit haec impiae "fraudis licentia, horreo dicere, quam exscindendae atque
abolendae r eligionis periculum consequatur; nam abdicata quadam partícula
catholici dogmatis, alia quoqne , item alia, ac deinceps alia et alia jam quasi
ex more licita abdicabuntur ... dum totum repudiatur. Serap. (359) Lib. adv.
"f · ] 9 ' • ,. •
.1.1' an1c 1. c. - ; cr<.l):JOCl:tr';W\I O"JV, u.·r,-;E 't(J)
- ~ ~ci:·1u-:ci:-:w
• • -~!J' li•JCI:\ ••• r:.oAAO\
Cl:\OS '' 1 ,
'1'CJ.O ,r
E:;
1 1 ~-,'4 1 ~ ~

o'),~y-r;ç
• ' '
Cl:rt:a·n,ç ' r •
a.p:;ap.o:vo•. '
Z\Ç •~
rt:St.O'.yoç ' '
ci:õ.O'.'t'r 'r 'li
1ç s:;szu•rr1crci:v.
p or e1 contrario, . e1
mismo escritor reconoce en la Iglesia cierto desenvolvimiento de las doctri-
nas dogmáticas, en el sentido de que se desenvuelve más y más la exposi-
cion de la doctrina contenida, como eu gérmen, eu los dogmas fundamental es
y centrales l. e. e. 38.
·3. Los protestantes no han logrado ponerse de acuerdo respecto a la
esencia de los articulos fundamentales que sirven d e punto de partida para
establecer la unidad. En sentir de Palmer (l. e. c. 4. n. 4), están indicados en
el Syniúoluin Apostolicurn; segm1 otros, son aquellos que se hallan clara y ex-
plícitamente r eYelados en la Sagrada Escritura ; algunos opinan qne son los
dogmas que se tenian ya por artículos de fe en los tres primeros siglos d el
Cristianismo, ó que no son otra cosa que la creen cia en J esucristo y en la
Santísima Trin idad, y, por último , hay quien supone que son los articulos
admitidos por todas las confesiones cristianas (:M:artensen). Para más detalles,
véase Fr. Wall emburgh (l. e. ed. Col. pag. 490 8q.).

Bayle ( cn Jurie n) t om ó á burla e! a s unto de los artí c ulos fnndamenta les, y R ousseau
(Lettr. d e Jri. C\fontagn. III) dice lo siguiente: "Ahora bien: ya est oy viendo que vues-
tros d octoros sa (' an á relu cir estos artioul os capita les, s uponiendo que m e he aparta do
de ellos. Poco á poco, seiiores: t engan u stedes la b ondad d e parar mientcs en esto:
aún no h a llegado el caso de h'Lbl ar d e mí, trátas e de ustedes únicam ente. Ante todo
sepamos cu á les son, segun n st ed es, c:;os puntos capitales, y sepamos t a mbien con qué
derecho pretendeis obliga rme á r econocerlos cuando no los v eo, y cuando no los v eis
tal v ez v o ~otros inis1nos. ,,
La Iglesia, ai fallar s obre las h or ejias, nunca ha roconocido semejante divisi on;
ántes por cl contrari o, v emo s qu e no ha admitido jamás á los apóstatas en s u seno
hasta que éstos h a n r etractad o explícitamen te t odos sus crrores. A silo demostró tam-
bien Ia Congrogacion d el Santo Ofi cio cuando, en 1857, prohibió á los fi eles tomar
parte en la Asocia cion religio sa fundada por s ect arios pnseistas, al obj eto de procurar
la union d e l as I glesias romana, anglicana y griega, precisalllJ)nte p orque esta A so-
ciacion s ostiene el error d e que la verdadera Iglesia de Jesu cri sto se halla. di vidida
en estas tres r am a s. Véase :'líarn1ing, Carta pastoral sobre un proyecto de r c1tnion de
las diversas fracciones de la cristi and a d. 1866.

http://www.obrascatolicas.com
106 § 9. JUICIO DE LAS CONFESIONES CRISTIANAS.

III. Las confesiones que se han separado de la Iglesia católico-ro-


mana no son santas. Por lo que hace al protestantismo, demuestran
esta tésis los siguientes argumentos :
a) La doctrina de los reformadores relativa á la completa incapaci-
dad del hombre para lo bueno y á la justificacion por la sola fe, así
como tamhieu su teoría relativa á la justificacion en el sentido de una
mera imputacion extrínseca ( imputatio mere extrínseca). b) Las con-
fesiones de los mismos reformadores acerca de los efectos morales de
sus innovaciones.
H.especto à la completa incapacidad en que se halla el hombrc para practicar el
bien, dice Lutero ,\V. \V. \Valch XI. 12): '"Todo cuanto cmprendes es peca<lo y per-
manece siendo pecado: por muy bellas que seau las apa.riencias. no puedes hacer otra
cosa que pecar, aunq ue pretendas otra cosa.,, Contra Erasmo so.stiene que ht voluntau
libre es una quimera, 1liciendo \\Vittenberg. Ausg. VI. ;-,Qfi;: ·· ;-ié J'Orfoctameute qué
es lo que tanto irrita ic la pedestre razon natural humana y de lo 1p1e 'e escandaliza,
y no es otra cosa sino e! que llios por volu11tad propia, y nada más <[UP por vuluntad,
abandona à los hurnbrns y àun los hace empedernidos, como si oxporimentase placiJr
en su perdicion eterna; la razon tiene por nna eosrt cruel, injusta y 11acla e11 uitativa el
que se crea y se diga de lhos seu1ejante co:-;a: u1ucho~ ho1nbro~ e1ni1wntPs tle todas la~
épocas ~e han (':->candalizado de esto~ y, en rc alidad: ;,<Fii('•n no ha ele es<'anllalizar:->e a1
1

oir ütl aíirnmcion '!,, ;-iobre lU: doctrina de lajnstilicacion por la sob fo. clico r\Vrrlch
VIII. :2730!: .. F:s im error pernicioso el que so.stienm1 los sofistas 'Li di,;ti11guir lus pflca-
dos secuu..dum su!Jsfantirunfa.,cti, es decir, segun Ias obras,con10 existeu eu ellns 1uis1nos 1
y no segnn 11ue la porsona que los comete sen, cn•yente "' inliel. Tan grande es el peca elo
en un creyente corno en un infiel; pero hay la diforencin, de que al primero se !e per-
dona~1 y 110 se !e irnputm1; al infiel, por e! contrario, se le imputan y iw sele penlonan ...
•A,_unque el creyente se hallc afectu pur el pecado, conserva, no ob,;ta11te, la cualidad de
hombre bienaventurado, miéntras que el infiel continúa siondo impío.,, Y en otro lugar
(\Valch VII. :261): "Para los que están con Cristo, por más que caigan y pequen, todo
cuanto hacen es :;aludable y útil, muy bueno, santo y di vüw." De lil1e rt. chr. (T. :2. \Yit-
te b. lat. 1562 f. Gb). "De csto se infiero en 'luó sentülo tiene el eri ..;tiano liberta1l en to-
das las cosas y sobre todas las cosas, de tal suerte qne para ser justo y alcanzar la bien-
aventuranza no há rnenester obras de ninguna clase, toda vez que la.fe lo .wple !orlo con
exceso. Si alguno comete la locura de dejarse seducir y aspira :'1 alcanzar lajustiíicacion
y la bienaventuranza mediante las buenas obras, es seguro q 11e perderá la fo CCill toda~
sus ventajas." ~;n otro lugar (Hauspostille . .Tena. [;)6i) f. Gb!: "Donclc hay fo nu pnede
causar daiio el pecado, porque aquélla nos hace propiedad ele Cristo. Ünioamentp, la
incredulidades la <[UC condena a los hombros.,, En otrrt prrrte. \Tom. ·1. \Yittnnb. f. 805):
"Decimos, pues, que los cristianos justos y santos deben sPr b11enos y háhilPs peca-
dores y contintmrán siendo santos como ántes." Jliferece rnuy particular atc;ncion este
dicho de Lutero: l'ecra fortiter, crer/e (nl'f.iu8 que se eneirnntn1 en una crtrta dirigida á
}Ielanchthon (1~pp. a Joan. Aurifabr. ooll. Jen. 55fi. J Tom. I. p. ;JJ5;: Esto peceator et
pecca fortiter; sed fortius fide et gaude in Christo, q ui victor est peccatí, mortis et
mundi; pirncandum est, quamdiu hic sumus - 8ufficit quod n,gnovimus per 1livitias
gloriae Dei agnum, qui tollit peccatn, mundi, ah hoc non avellet uos peccatum, etiamsi
millies nno die forniccmur aut occidamus. Vea,;e Di)llinger, La Reforma, III, 2"1 y sig.
Apologia II. 3. p. 121 y sig. 1.La Iglesia católica.) :E! mismo I~utero se encarga 1le dar-
nos à conocer las consecuencias morales do scmejante doctrina (\Valch XXII. 812):
"El :Evangelio ha heclw perder todo freno y toda medida à los cmnpcsinos, 'luienes
se imaginan que pueden hacer todo cuanto les plazca. Nada temen ni se asustan del
infierno ó dei pnrgatorio, ántes bien dicen: creo, y por consecuencia alcanzaré la bien-

http://www.obrascatolicas.com
PARTE SEGUNDA. LIBRO PRIMERO. SECCION SEGUNDA. 107
aventuranza ; orgullosos y tenaces hijos de Mammon , malditos av;i,ros que chupan el
país y a los que le habitan. "Vóase Apología, 1. e. p.136. El mismo Lutero había fomen-
tado tales desórden es con sn,.; peligrosos y frívolos discursos: " Si nucstro bondadoso
Dios me p erdona que le haya crucificado durante v einte aüos di cicndo misa, tambien
me permitirá que alguna vez beba á s n honor un buen trago (Brinrli~ , Eissleb. f. 33 a).
Los sucios equívocos que pronnnci alm acerca d e su matrimonio, pucd en verse en la
Carta á \\'en ceslao Link (Epp. 1'. 2 Pd. Isleb. 1565 f. 297 ). A cer ca llcl bajo concepto que
temia formado Lut ero dei matrimonio, véase Hojas histórico-11oliticas , tomo XL pági-
na 410 y si g. Dollinger, La Rú'on1w, II, p. 427 y sig. G:23 y sig. Lnte ro, y con él todos
los reformadores que a ceptarnn ~ns doetrinas, p erdieron por compl eto la creencia en
la posibilidad de que el hombre pndicra !legar á santificar~e; por tau to, las consecuen-
cias d e que tanto se lament:i.ban el h eresiarca y sus secuaces no era1.1 más que los
frutos naturales de sus propias doctrinas. Véase Apología, /.e . p. 134. y sig.

IV. Las confesiones protestantes no son católicas por la sola razon


de no tener unidad, áuu cuando se hallasen más extendidas de lo que
en realidad están. Por lo cual no han osado aplicarse á sí propios el
nombre de católicos.: ántes hicn, sig·uiendo el ejemplo de los herejes de
todos los tiempos, han tomado el de su fundador.

1. La unidad de las confe,;ione;; protestantes, si es qne alguna existe, y


las relaciones que conservan, Llescansan exclusivamente cn la p otestaà civil.
Y está bien demostraLlo que la ~cparacion de la Igle::-;ia y üel E:,;tado proclu-
ce, como inevitable con:secueucia, esa disgregacion eu innumerables sectas
que vemos en la América del Norte.
2. Dign as de atencion son las sigui entes declaraci01rn::-; <le Lutero (U n
consejo sincero á torlo,; los cristianos de abstenerse de r evneltas y sedicio-
nes, afio 1022, Edic. Erlanger, t . XXII, p. óõ): "En primer lugar, os supli-
co que no tomeis en boca mi nombre y que no os llamei;; luteranos , y sí cris-
ti,mos, pnesto que la doctrina no es mia ... Borremos, pues , lo::; nombres de
partido y llamemonos cri.~tianos, es decir, discípulo~ de Cristo, cuya cloctrina
seguimos. ,, Pero no se bizo lo que pedia, porque la c'loctrina era suya y suyo,
por consecuencia, el partido. Además, las confesione;; protestantes se dan di-
ferentes nombres; única.m ente la Iglesia católica tiene un nombre exclusiva-
mente propio , por el que todo el mundo la conoce.

V. Las confesiones protestantes no son apostólicas por las sig·uien-


tes razones: a :i ning·1ma de ellas está en comuniou con una Iglesia
apostólica; ántes, por d contrario, han tenido orígen separándose de
esta comunion; b) })OI' este mismo hecho ninguna ha reciLiclo su mi-
sion de J esucristo por mcdiacion ele los ..\. póstoles; c) ning-una ha sido
bendecida con el fruto de esta mision.
1. Tienen gran importancia estas palabras de Stapleton ( Controversiar.
I. Lib. IV. e. 12 ) : N 011 enim communicant Ecclesiis Apo;;tolicis, Romanae
scl., quae sola jam Apo::;tolica r emansit, et quae sola, cum ceterae reinanerent,
tantae tam en auctoritatis fuit, ut non nisi ex illa sede certam Episcoporum sue-

http://www.obrascatolicas.com
108 § 9. JUICIO DE LAS CONFESIONES CHlSTIA:NAS.

cessionem peterent. Tert11llianus , Irenaeus, Epiphanius, Optatus, Augustinus.


Sed etsi ceterae E cclesi ae Apostolicae , Antiochena, Alexandrina, Hierosoly-
mitana, Corinthiaca, Ephesina et aliae Christianae jam esse dcsierint, manet
tamen illàrmn Ecclesiarnm fides et doctrina illustris et usque hoclie notissima
per Episcoporum et sacerdotum monmnenta, qui in illis sedibus fiornernnt ...
utcunque de Scripturis Apostolicis a.e proph eticis gloriantur, seque eo no-
mine, qui:i. solas ilias legunt et ampl cctnntnr, Apostolicam es;;e mentinntnr
societatem et imperitis imponunt, nec Ecclesia vera nec Apostolica esse
potest. Praeterea sicut olim Donatistis Angnstinus dixit (De unit. Eccl. c. 10):
Vos ad R omanos epistolam tenetis, sed Ecclesiae Romanae non communica-
tis, et Optatus (e. Pann. C. VI.): Ut quid audetis Epistolam ad Romanos
legere, in quorum commnnione 11011 estio;? sic h odie Catholicns merito protes-
tantihns <lixerit. En todos los herej es, incluso los reformadores, se verifica lo
que Eusehio IH. E. Y. 28 ) cuenta. d e Artemon , el cual :' OStenia qne la cleca-
dencirr de la Igl esia empezó con el papa Ceferino: sólo difiercn en la feclrn,
a.l fijar la cual dejan lihre campo á su fantasía para recorrer la e,.;c-ala desde
ol período apostólico hasta los ti empos mús prósperos del Yaticano. Pero
á todos puede muy bien aplicarse 1:. sentencia de :-)an Agusrin: '"l'us padres
no creyeron lo que tu enseiías.,, (Op. imperf. II. 13.)

2. El mismo Lutero sentia con cüánta razon se atribuye la Iglesia católi ca oi


s igno d e la apostolicídad y echabtt de ver en si mismo la falta de mision ( \'II. 2501)
cuando dice : " Se vc uno acometido de un es tremecimiento pareeido ai que sentiria
si, faltando á un carro la rueda, fuese lanr. a do ai suelo, cuando oye prodamar al Papn,
y á los suyos que ollos const.ituyen la Igle~ia ele. Cristo. La expresion sani."lci ecclesia
le prodnce à uno espa nto; en el acto se le;-a,ntan y di cen: predica y haz cuanto quieras
y puedns, que no por eso dejará de estar aqui la ecclcsict chrütiana. Aqui está la nave
de San Pedro, qufl puede muy bien vacilar ai empuj fl de las olas dei mar pero jamás
sucumlJirá ni se irá á pique; n osotros somos el verd adero pueblo de Dio, , la Iglesia
de Jesu cristo; (. qné pretendes tú haccr ~ ... AI oir csto acude á la m ente un tropel
confuso de pensamie11tos como (~sto s: i ahorn veo que he obrado mal ! ; ojalá que nunca
hubiesc acometido tal empresa y que jam(ts hubies e predicado una palabra ... Difícil
cs manten er esta situacion y pn·dicar teniendo en contra e.sta censura." Asi fué que,
respecto á la mancra de lleva r à cabo su pred icacion contra la Igksia, m udó de opi·
nion catorce vcce; en el trascurso de veint.icuatro aüos. (Dollinger, La R e/ornw. 18±8.
III. pág. 20"2 y sig.)
Eu l!l22 habia ya. nr~g a1lo la ner,esida rl de la ·vocar.ion: "'1Jn cril"tiano ~e hnlla investi-
do de poderes tales que, áuu en medi o d e los cristianos y sin ser llama do , pnede y
debc presentarse para, enseÍHtr donde quiera que note ltt falt a de maestro, por más
que deba hacerlo ele tal suerte que resplandezca en sn manera de obrar la moralidad
y la moclestia. " CW aleh 18Cl2.) K o obstan te, combatien do à Carlstadt, sostiene que
debc u110 sentir Yocacion al ministerio de la pred icacion ('\Val ch XX. 65), y aüad e:
"Será lanzudo á los infiernos todo aqnel que sin ser llnmado ejerza la prcdicacion. P or
lo ena! tiene el propósito de no dejar al diablo rincon donde pueda ocmlt(Lrse , porque
sabfl que, contra su voluntacl y desco, el cons ejo de \Vittenberg le llamó á de$empeüar
cl minister io de la prcdicacion." Com o puede verse cn Düllinger ILa Ji ,•fo n1ia, III.
pág. 203 y sig.) , declaró muchas veces que sou embaucadores y d emonios todos aquc -
llos que pretenden bnjar dei eielo á la I glcsia y rpie Dios los h(L enviado .•in recurs os
de ninguna cla,;e, por lo que hacen rnilagros del cielo. Antes h(Lbfa declarado q1w no
cran los hombres sino el mismo Jesucri sto quíen le habia constitui do en i)rerlicador

http://www.obrascatolicas.com
PARTE SEGUNDA. LIBRO PRIMERO. SECCION SEGUNDA. 109
del Evangelio: y habiendo r ecibido dei cielo su vocacion, se alegraba tambien de que
se le hubiese despojado dei titulo de Doctor y de todas las otras zarandajas papales.
En otro lugar dice ("\Yal ch V.1061): "Nunca me ha gustado ensenar, ni ahom teugo
en ello gusto; pero me he sentido impulsado y como obligado á aceptar este cargo,
}mesto que tuve que hacerme Doctor de la Sarp·ada Escritura." En otra parte asegura
que no pretende tomar al mundo por t estigo de su doctorado; pero si no hubiese em-
pezado la prác:tica de su doctorado eu la enseüanza, hubiera tenido que desconfiar y
desesperarse. ya que fuera d e su doctorado no había para é! otra vocacion con la que
pudiera consolarnc. En 1521 decía: "Esos nuevos predicadores que se dau por envia-
dos de Dios y de su E spíritu, como los Apóstoles, debicran pro bar esta mision con
signos y milag-ros ó seles d ebiera prohibir la prcdicacion; puesto que cuando Dios
quiere cambiar el órd en regular de las cosas, lo da á conocer siempre con hcchos
milagrosos." l\Iás tarde, no pareciéndole suficiente el doctorndo, dice que para tener
certeza y asegurar la conciencia contra las asechanzas dei diablo es preciso ser lla-
mado por los prínci pes del mundo ó por otra autoridad análoga (Opp. lat. Jen. IV. 8).
Ultimamente vuelvc á sostener la cloctrina de que el legítimo derecho de llaniar al
ministerio dP. la pr cdi cacion corresponde únicamente ai Obispo, y anade que sólo en
su calidad de cloctor ha podido sustraerse á su &l\toridad (\Valch VIII. 842).
El que quiera poner en práctica algo nuevo ó enseüar otra cosa cualquiera, debe s er
llamado por Dios y confirmar su vocacion con verdaderos milagros; y si no es capaz
de hacer esto qnc se vaya por dond" vino {\Valch IX. 1009 ): á todo aquel que preten-
de haceros crPer 'lllC obra im1mlsaclo por el Espíritu Santo y par inspiracion cristiana,
debeis d ecirlf': puest o que tanto hablas dei Espíritu . Santo, presenta una prueba de
ello, porque tú das testimonio de ti mismo, y la Escritura me ordena que no crea
miéntras no presentes un t estimonio diferente ("Walch XI. JDOí). A la sugestion de los
católicos que le pe.dían un milagro en confirmacion de su mision extraordinaría , con-
testaba: "Si la n eeesidad lo exigiera, d es d e luégo téHdría que someterme á ella y
presentar algun signo; mas espero que no será necesario" ( Walch XI. 1295 ). Pretende .
imitar "la cornlucta <l~ Jesucristo con los judias,, hacicmdo que los papistas no voan
ningun signo de su mision (\Valch VII. 1168 ), "por lo cual bahia pedido á Dios que no
hiciera por é>l ningun milagro, á tin tlé que rio le clominase el orgullo,,. (\Valch VI.
125. ) Luégo d echLra •tne la fuga de la tluque:;a Ursula d ei convento d e Freiberg es un
milagro extraonli11.ario de Dios, porque c1e otra suerte no lrnbiera podido salir ele un
monasterin tau porfo ctamente cerrado (XIX. 2097. :211.~J) . Repetidas veces. apela ai
éxito de s u empre.~a y à Ia ní.pida prnpagaciou de su doetrina, miéntras que, por el
contrario, di r i.giimdose à los fanáticos , observa que si bien el mundo aparentemente
recibió todo8 los e rrores y herejías con los brazos abiertos, se ha conducido con su
cloctrina como si Plla sola fuese pura (I. 19'24).

W allemlmrgh (l. e. Tract. VIII. De Missione Protest. ed. Colou. HW ) ter-


mina sn exposicion con estas palabras (pág. 1036 ): Videtis , qnaenam docto-
res vestri in hac de missione materia tradant; nunc ordinariam st ·,tu entes,
nunc ab extraordinaria opem implorantes, nunc ad ordinationem magistra-
tuum et populornm confugientes, nunc 01nnis mi,:sionis nece.:>sitatem haud
.obscure subvertentes, et ne quid desit, Sacenlotiwn laicale suscitantes; nullubi
secnri, ubique Yacillantes, snis principiis contrnriis no stris perdi ti. "En
realidad de verdad son nulos y de todo pnmo imaginarios estos dos princí-
pios fnnrlamentales ( el sacerdocio universal y la libertad religiosa ), y por
consecnencia la reforma carece de base legal en que fundars e.,, ( Thiersch,
Leccfon es sobre el protestani'ismo y el catolicismo, 184G, I. pág. 136.)
3. El protestantismo no sólo noharecibido mision alguna, pero ni ánn pre-
tenderla puede, toda Yez que ha dejado pasar un siglo entero sin pensar siquie-

http://www.obrascatolicas.com
110 § 9. JCIC!O DE LAS CONFESIONES CRISTIANAS.

ra en la propagacion del E vangeho. L a primera mision protestante de que se


ti ene noticia fué enviada en 164() por e l Gobierno rle Inglaterra, baj o la di-
reooion de Jnan Elliot, al obj eto de rifirmar el prestigio de la metrópoli en
las colonias norte-americanas; es verilad qne han tratado de si nccrar tal des-
cuido dicienclo que tenian en casa bastante,; infieles que conve1tir; pero, como
h ace notar ya Tertuliano, todo s los herej e:; han lmscado el mismo pretexto
para encub rir la eHt erilidad ele sus cloctrinas ( P raescr. e. 42 : Cnrn h oc sit
negotium i.llis non ethnico,o; co1wPrtenc1i , secl nastros eYertendi ). P or otra
part e, di sponi enclo las mision e,; prot estantes de medios diez veees mayores
que las católicas, sns resultados distan muchísirno de poderse comp arar con
los que éstas obti enen en t odas partes. Véase Apologia , II. 3. pág. l!'i8 (La
I gl esia católica), y Marshall , l. e.
Pero tam poco entre los católicos hace prosélitos el protestantismo. "Entre todas
las innumerables forma;; que ha afect.ado el e,;píritu d el dogrna.ti;mo despnes de la
R eform a, ni 11na sola ha mostrado hallarse d otada d e fucrza s nficieute para atraer á
su s eno á los que viv cn más allá d e las front cra.-; dcl E,.;tado. L o que pierde el catoli-
cismo, pasa a cngro sn,r las filas d el racionalismo.,, HartpoJc Lecky, lfistoria de l a rivi-
lioacion en Eu ropa, 1868 , I. pitg. 134. La misma declara cion ha cen otros mucho ,.: es-
critores. Coleridgc (TaMe T alk , 24 .Julio de 18<l0): "Difícil por domas os resolver la
cucstion de por q11 é, cl es dc medi ado,; dd siglo XVI, cl protestantisrno no h a prngresa-
rlo un sólo parn en E nrnpa.,, Y \'i'hat.elv (Yotris .<oln·e Ihtcon, pág. 82): "E! est.acln com-
pletamente est acion ario ó más b ien de rctroces o en que vi,-o ln. R eforma hace pri>xi-
mamentn tres s iglos , e~ nn h ech o que contradice totlas las esper anzas yue los ritpi dos
progre:Sos d e 8Us prün 0ro .. .; afro::: h ici eron c·<.1ncebir {" a1nig-os y rt dYcrsario ...;,., En la
W eslminsf e1 · Re l!inr·. Encro, 1858 . púg. 1B3, )cpm ns: "En ménos d!' c1tarenta aiios , con-
tados des de su enfermizo nacimiento . hiz o el protestantismo vastas y rá]'ida::; con-
quistas cn FJuropa ; pero desde aquel la fecl1 a l' ffiJHlzú á r etrocC' dcr. y n o ha. sido siquie-
ra capaz d e recon <1ni,;tal' el terreno penlido. ~;u t odo el siglo xvu gozó el protes t,an-
ti smo d P completa lib,wtacl para. predi r,nr :rn do ctrina en la. mayor parte de las
naciones europe a.s . y. sin embargo, 110 ga1 H°J nn pa.lmo de terreno ... }:n una pala.bra,
áun on la época en qu e g·ozú d e amplia li berta r[ imra ha cer propaganda, y di -. poniendo
d e toda ela.se <l e r ec11!'sos. no h a si.1lo capaz d e h accr una conquista notable en el
campo d 1' s11:; n.dversa.rins papi stas ... DD 'I.'utschd'f (.l fenu>dn r er/{ll'fw /ri ú insfrrnl'ia s
ri.e/ emperrido» Yi<-olú 8 acm·cri rlc fo cneslfon 1'01Jwna. - J( qv i8ta rle a111lios 11wnrlos, 1. 0 de
Eu cni d e l fii'>Ü) son estas palabras: "En la actuali da d , todos los q ne <' n Occi<le11te profe-
san p ositi vament e el Cr istianism o v ive11 atlliados, ya explicitamente ya por a linida-
cl es m{ts ú menos palpahles, al catolici,.;mo romai10, cuyo nentro de a(' cion y cuya
clnve es 01 Papado. $in nin.u:nn ghiero rlc ilncb, co11 t ocla, las con diciones de existon-
cia, que. lc han <lado ln, siglos ... .E! Papa<lo es la columna qu e ;;o,;tiene t od o el peso
del ed1ficio eristiano <le Occidentc, <1ue p~rmanoee en pié d esp ues del g r an d errum-
bamiento d d siglu X Vi y de las tremenda:; sac ndi das yu c poster iormente lian ocur-
_rjdn . ..

El h ech o que ate:;tiguan los pasaj es anteri ormente citac1os pruel1a, e11 con-
tra:1o>'icio11 ú lo.' ince,.;aut e::; progreso:; de la doctrina cató l ica , la exi ~ tencia
de otros factol'es fnnr1ados en el ti empo ó en 18.' circunstancias, p ero que
nada tienen que Yer cn u la verdacl y la gracia divina, y que fueron la cau:3a
de la r ápida propCTgaeion dei protc:Sbntismo . Yéa::;e Stapleton , Comrov. I.
Lib. IV. cap. 21: Quod in sola Eccle~i a Romaii a et per Epi:;coporurn m ea
successiones fuerit per univenmm orb em ficlei propaga.tio.

http://www.obrascatolicas.com
; .

112 § 9. JUICIO DE LAS CONFESIONES CRISTIANAS

union de los cismaticos, no dieron res.u ltado alguno. En Rusia empezó á de-
clararse el cisma en el siglo xn, hasta cuya época esta Iglesia había perma-
necido unida a la de Roma. AI ser trasladada la corte <te Kiew á Moscou, se
trasladó tambien á esta ciudad la Silla metropolitana. Entre tanto, y á con-
secuencia·de la toma de Constantinopla por los turcos, ;:;e aflojaron más y
más los lazos que la unían ít esta capital , al punto de que en 1588 el metro-
politano de Moscou se declará patriarca independiente con jnrisdiccion sobre
todo el Imperio· moscovita, hasta que, prévia la deposicion del "santo Síno-
do,,, acaecida en 1721, la Iglesia greco-rusa quedá convertida en una institn-
Cion nacional, d ep.endiente de la autoridad suprema del E stado. La Iglesia
neo-griega es gobernada por un sínodo, con>itituido á semejanza del rnso,
hajo la suprema autoridfl d del rey ( 1833 ).

Que los griegos cismáticos pueden absolver in artic ulo mortis, no ofrece duda algu-
na. Pero si lo pueden hacer fu cra de este caso, y en gene~·al si son aptos para exten-
der actas de jurisdiccion legales, es as unto sobre el que no estan de acuerdo los teú-
logos. Sosticnen la negativa , entre otros, Thomas de Jesus (De union e schismatico-
rum curo E cclesia romana procuranda, c. II. a. 8 y 9). Fagnani (Comentar. in Lib.
V. Decretal. T. III. pág. !Jl ), Fr. a Brerino (1Ianuale mi ssionariorum oriental. 'l'. II.
L. III. e. 2 ). Por el contrario <lefienden el pro d o la cuestion Arcndius ( De col!cordia
Eccles. Occidental. et Orient. L. IV. e. 5), Vcrricelli ( Tractatus d e 3'Iissionib. Aposto-
lic. qu. lü3), Cardenal Albitius (De inconstant. in fid. c. 20). La primera opinion cs
la que h oy cuenta con mayor número de partidarios; véase Be1wdict. XIV. De
Synod. VI. 5. .

3. L a I g lesia anglicana, es decir, la "Igle"ia establ cci11a por la ley,,,


"Ecclesia con;:;tituta,,, "High church,, admite corno insti tueiou div:11a el
órclen j erárqnico, juntamente con sn consngrncion y su mi . ion. ( Ac:t. 3G de ~- 1

los 38 artícul o;; de la fe. ) Pero aún está por r eso lver la cm1stion relativa á la
valiclez de las ónlenes conferi1bs por anglicanos. Sábe.,:c qne Mateo Parke.r,
nombrado obi spo d e Cantorbery, se hizo consagr ar por el obi · po B arl ow, qne
habia abraz:11lo la reforma, y que él, á su vez, con fi.rió las ónlenes sacerdo-
tales á los demá,; ministros anglic:rnos. La fórmula rle 11 con,.;agracion epis-
copal que da el ritual de Eduardo VI tuvo que modificarse en 11!62 por ser
demasiado general y Yaga. Ha;;ta la r ei na I sabel :se creyó con clerecho á cor-
1·egir algunos de sus defectos. V éas e Milner, Objeto y fin de la,; controver-
sias r eligiosas, Francfort, 1828, pág. 333 y sig. , y de obra::; rec iente .~ merece
consultarse: Estcourt, Discusion acerca .de la::; órdenes anglicana,; , Lón-
dre,;, 18í3.
Por últim o, son dignas de atencion estas palabras d e Macaulay ( Historia , vol. I ,
pág. 59): "La autoridad real designaba por sí y ante si los Prelado~ , y la misma autori-
dad por si sola convocaba sus Concilios, los dirig ia , los prorrogaba y los disolvía.
Sin la sancion real no tenían valor alguno sus cánones. A tenor d e uno de los artícu-
los de su cr edo no podía reunirse legalmente ningnn Concilio ó Sínodo eclesiástico
sin el benepláeito de la autoridad régia. De todas sus sentencia.s y decisiones podia
apelarse, en última instancia, al soberano, cn toda ulasc de as untos, au1111 uc se tratase
de resolver si una tésis clebía consid erarse como herética ó si había tenído valid cz la
administracion de un Sacramento.

http://www.obrascatolicas.com
l

PARTE SEGUNDA. L!BRO PRIMERO. SECCION SEGUNDA. 111

VI. La Iglesia cismático-oriental se compone principalmente de


tres grandes fracciones: la griega, con el patriarcado de Constantino-
pla; la griega-uacional, cuyo centro está en Atenas, y la Iglesia rusa,
à las que pertenecen otras sectas heréticas de ménos importancia, como
la de los nestorianos, jacohitas, etc. Tampoco estas confesiones tienen
unidad, á lo rnénos por lo que respecta al régimen eclesiástico, y las
últimas sectas uombradas se difereucian tambien por dogma,,; esenciales
de la fe. Por consecuencia se hallan igualmente privadas de los signos
de apostolicidad y catolicidad, ya que están separadas de la Iglesia de
Ifoma, que es la única que verdaderamente posee el sig·no ele Apostólica,
y, por otra parte, se han rehajaclo á la categoría de iglesias nacionale::;,
estando por completo privadas de toda virtud para propagarse.
1. Acerca dei cisma griego, consúltense: Hergcnrlither, Focio, Fnburgo, 1867, 3
vol. Pichler, Historia de la separacion de las Igle,;ias ele Oriente y elo Oceielente, }Iu-
nich, 1861, 2 Yol. Tosti, Historia dei orígen dei cismti griego, Florencia, 18513, 2 vol.
Jager, Historia de Focio, 2.ª cd., l'arís, 1845. l'itúpios, La Iglesia oriental, Paris,
1855, 4 vol. Héfelé, Historia de los Concilios, t. IV. p•ig. 230 y sig. Entre los escritores
antiguos mercccn particular meneiem: l\iiaimbourg S . .T., Historia dei eisma de los
griegos, Paris, Hiíí. Le Qnien, Oriens christianus, 3 vol., París, lí-10. Acerca de la
Iglesia rusa: l'ichlcr, 1. t .. t. II. Schlo.<ser, La Iglesia oriental ortorlox» de Rnsia y el
Occidente de Europa, Heidelborg, 18lô. Philarct, Historia de la Iglcsia de Rusia, 2
vol., Francfort, 18í2.

2. Las raices fondamentales del cisma gnego deben lrnsc:arse en la im-


portanc:ia que aclr1uirió B;zanc:io despues de trasladarse a ella la c:apitàl del
Imperio. Ya se prn1o Yer esto en e! concilio I de Constantinopla, Can. XIV,
qne atribuye al Obi,.:po de esta c:irnlacl ,,7'l. -;:ps7~'.'I. ~'.'!. 7·{,::, 7'.;ú,::, ;1.s7'l. 70'1 p(;):n,::,
sd7X07:0'1 6. 'l. 70 s\n•. '.'l.tr:·'r,v vh'I Pw:J:r,'1;" y muy partic:nlarme11te el c:'t-

11011 XXVIII clel Sínodo de Calcerlo11ia ( 150 amantissimi J<~piRcopi, sanctis-


simo novae Romfle throno aequalia privilegia trihueru11t (que á la antigua
Roma), recte jrn1icantes: urbem, quae et imperio et senatn honorata sit, et
aequalibus ctmt a11tiquissima regina Roma privilegii.~ fnrntnr, etiam in
ecclesiasticis, no11 o;ecµs ac illam, extolli ac magnifieri, securnlmn post illarn
existentem), contra cuya declaracio11 protestó el papa Leon I. Algun tiempo
àespues los Obispos de Com<tn.ntinopla empe;oaron a darse d titulo de "prt-
triarcas ecuménicos.,, atrihucion que les negó oxplícitament<é el papa Grego-
rio el Magno ( Thomassin. Antiqu. Eccles. d:scipl. T. I. Lih. 1. e. 11 i. La
ingerencia elo ]o,; Emperadorcs en cuestiones dogmaticas había ya motiva(lo
excisiones temporales en la Iglec;ia, como la (Exffa7'.Ç -;1,::, T:b7S(•)Ç) bajo Hera-
clio en 638, el 7Ú7.oç de Constante II en G48 y ántes el Henoticon de Zenon
en 482. La desmesurada ambicion de Focio y ele Miguel Cerulario tomó por
pretexto algunas divergencias en la liturgia y en la disciplina, y particular-
mente la cuestion suscitada con motivo de la aclicion del yocablo fi/ioqne al
Símbolo para provocar el cisma de Oriente en 1054. Los osfuerzos de los
concílios de Lyon en 12í4 y de Florencia en 1439 para llevar á cabo la

http://www.obrascatolicas.com
~ 10. PEHPJ.;TUWAD DE LA IGLE8IA. 118

ARTÍCULO SEGUNDO
Cualidades de la verdadera Iglesia de Jesucristo.
Entre las cnalidades qHe po see !:t verd:tdern Ig·lP>Úa de .Jesncl'Ísto, hay
elos qne merecen particular exámcn: á saber: la perpetnidacl y la infalibili-
d ad. La última g uarda con la, primem. la mi srna relacion q ue el efecto c:on la
causa; ya qne nua Igle,-ia que es c:tpa-. de err ar en matcria d e fe no puede
Sfü' la verdaclera I gle:'ia de Jcsneristo ' p or cnanto esta no pnerle tC ll ('l' otro
fundamento qu e l a venladcra fe. Y amns, pnes , á trahir por sep arn(lo Jn,.: dn s
c11est ion es signientcs:
1. T<'·sis relativa á la perpetn irlad de la vercbrlern Iglesia d e .Jesncristo
( indefectibil ita s snu p erennitas Ecclesiae ) ;
2. T ésis de la infalibiliclad el e la venlaclera Igl esia de J csucristo ( infalli-
bilitas seu i11el'rantia Ecclesi;1e j .

~ 10. PEHPETUJHD DE LA IG LE SIA ( hdefectibitilas Ecclesirte ).


Atribnimos á la Jgkún el clon de la p erpetnidad l i ajo lo,; sig ui entl'S cnn-
ceptoc;:
a) En cnanto á ;:.: u t otalidad , no n~spceto á los iudiviclii os y sc•eied a1lcs cs-
pceiales q u!\ l'ntran á fo n narla:
b) No tan sii!o hajo el Jilmto ele vista de sn inYisibilidad , si qn o tambien
como in stitution vi,.;ihle , ya c1 ne cn f' l primor con cepto admit en tamhicn esta
cnal i1lad los r e fnnna clores. B ellannin . l. e. III. 13: Xota11c1nm e,.;t . mnltos ex
nostris t empus terere , dum proliant, ah,;olnt e .Eecle,.: iam non 11ns,.:c d eficere;
n am Calvinns ct ccteri h aeretici id ,., oncednnt ; secl dicunt , id int.elli g i deb cre
<l c J<~c c l esia invi si bili.
e J Esta ind<'fectibilida<l o p erpetni1b.c1 ,.:e extien<l e ú to<lc.s l os clones y á
todas las c n ali11ade.~ rl c qne .T esncristo d otá ú ><n I g le;;ia c011 el carácter de
esencialcs.
d) Segnn eso la venlacler a I glesia do ,fosucr ist o sn bsi:::tir:'t hasta el fi nde
los siglos, sin Axperimentar cambio al g uno en sns cnaliclad os c1>e11ciaJcs; es
cleci r , tal cual ha subsistido desde ;.;n fn ndacio11 hasta nnestros clfas.

I. La indefettibilidad de la venladPra Ip·lesia de Jesu cristo, eu el


sentido que acabamos de enunciar, tiene e11 su fa vor los testimonios si-
guicntcs:
a) Gran número clP pasnjes de1 _.\ntigun y :1\uevo Testamento,
corno Dan. 2, 44. Cf. Lue. 1, :32. Jcs. 9, 6. Os. 2, 19. :'.llatth. Ili, 18:
28 , 20; ó) Las declaraciones e:xplíeitas de los Santos P adres : Y e) El
proceder de la rni:'irna Ig lesia.
1. A la cab cza de lo;; defensores de la imlefecti hiliüad de la venl adera
I gl esia fignran San Agu;,tin y Optato d e 1\I. , comlrntiendo it los tl onatistas,
TOMO II 8

http://www.obrascatolicas.com
114 PARTE :<EGl"NDA. LlllRO PHD!EIW. SE<'C!ON SEGl"NDA.

quienes, al negar la catolicidad de la Tglesia, 11egahan ele nna nrnnera indi-


reeta el clon de la perpetuiclad. El fomlo de la argumentaeion ele San "\gns-
tin estriba en haber 1lemostrnt1o qne, a1lmitic1a b fal.'a doctrina de Donato,
era ineYilalile la completa rlc,.;composieion de la Igle:-<ia. Angu;.:tiu. De
hacresib. e. ;>fl: Douatiani vel Donatistac sunt, qni primmn prnpter onli11a-
tum contra siwm Yohmtatem Caeciliannm 1 por lrnlier ,ciclo onlenado ]'111' Fé-
lix de Aptnnga '1 Eu·lesiae Carthaginieusis scltisma fecenrnt, objieiente,; ei
crirnina 11on probnta, et maxime qnod a trnditorilm,.; scriptnr:umn cliviw1ru111
foerit onlin<üns. Se11 post C<rnsarn cum eo dictam atque tinitain fabitatis rei
depl'ehensi. pertimll·i 11issensi1>1te finnati, in lia1;n·siin sd1i,.;ma H'l'tt"l'lll1t,
1<1rn1narn Eedrsin (_'hristi proph'l' cri mina Caecili:rni, :<eu H'1'c1, se11 C[l!Od
magis jmlicilrns apparnit, falsa, de tot(l t erranun orbe lll'l'ierit, nl 1i flltura
promissa ""t, atqne in .\fric:rna Dona ti parte rem:rnse1·it, i11 :dii:-: p:1 rtilrns
q11:1,.;i contap;ione ('01\illlllllÍonis ('X,;tincn1. Cf. e. Cre,.;con. II. :31. e. (~amlen­
timn I. Fl. C. lit. Petilian. II. 18. De unir. Eccl. XYI. 43. l'or consiguicnte,
,.;<·gun la iloctrina t1P los donatist:is, ,foc:u<'risto lialiría pPnlillo su hcrencia,
(i rn• es to1b Li tierrn, ú tcnur de las prc1me::ms tlc las Sagradas E:-:('J'ituras.
111 Ps. XLIX. a. lfrfiriómfosc it la expresion iitper,, Eccle,;ia ,. dice ( in Ps.
CI Serm. TT. 11. 8 'j 'JlH' üebc rnchazarse como: vocem abomiu,iliilcrn, 11etesta-
bikm, nuia111. temernriam, prneC'ipitem, pcrniciosam.

Lo:-; prot(:~t:u1te.:-: su:->til'11r•n. de cu1uun ac11t't·do: la i11d(•fect1bilidnü üu la Jgle ...;ia in-


Yi:iible: pen> <«lrniten la po:iibilirl:td c[p qrn· J!l'l'Pzca ln. lg:IPsia Yi'4ihle. y afirman que,
r•n n•alidnd. lia pcrf'!'idn. Conf. .\ ug:ust. Art. 7. C011f. Saxon. .-\1t. 1:2. C011f. :-:1te\·.
Art. 15. Cul!t'. Tldg. Art. :::1. Conf. f;<lll. Al't. F .. Hclv. Art. 1.':l. Cah·i11. Jn,tit. IV. I ~ :J.
I..uten_1, l)e .-...;er\·. arb.itr. pa~s.

:2. Je,_. !1, 1; . .1Iu\1iplicabi111r f'_jus imperimn Pt pacis non erit finis: secl
"nper solillln DaYi(l Pt snper rcgnmn ejn,.; ,.;cclehir, nt confinnC't illnd et corrn-
horet in jm1ic·io et jt1,.;titia, amo11o E't n,.:que in sempitcnrnm. Dan. 2, 4c1. Sus-
citahit Den,.; coeli J'P!!)lllln, qmitl in aeternnm non (1issipnbitnr et regnum eju::;
alreri popnlo non tr:uletnr: c·nrnutinnet :\\item et consumet imiyer,;a regna
lrnPc, et ipsnm stnlJit in aeten111m. O,.;. :2, lU. Spm1,;abo te rnihi in aetc·nrnm
ct ,.;pom;alrn te mihi i11 jnstitia d judicio et in benig11itate et in misl'riconlia.
Et :<pon;,;alic• te mil1i iu ride, et c·ognos('e:-; Dominnni.
El Xueni Te:0tamt·11tn ,-;nrni11i,.;na las ,_ig·tiiente,; pntPbas ei1 r·,1,·or ele la per-
petnidad 11(' la Iglesia.
a) I~a parúhola (lel trigo y de la zizai'ia, .l[atth. rn, 41 sq. /1) La enseii:illZ[t
re1atiYa ú la relacion rn que estú la Tglesia con Jesucri,;to, la C'.ltal es sn
tuerpo Ephes. 1, :2.S: ±, 12- F>. lti: 'i, ill. 3:.!.i, sn esposa; Ephes. ;), :2Dl.
1:) Las declaraciones relati-n1s i1 la pn,tlicacion permanente del Evangelio
con el auxilio de J esucristo . .lfotth. :28, :20. Ecee ego yobiscmn snm ( doeete
ornues gente,,, :;.:/i-r,7'-~:;:1::s - haptizantes eos) omnibns L1ielms n,;qllc ad
con;,;ummnriunrm ;:;aecllli ( ft,J; -:·7,; 7'J'l7õJ,õ~'.1.::, -:oC '.1.~i:r1r;;; ).

8os::;uet da una explicacion venla<leran1flnte (·lúsica de las prcnnc:~rn:--: que conti(•nen


e,;tos pasajp, ,Instruccion pastornl acerca <le las prome,;as liedia-, ,,, la Iglesia, Lieja,

http://www.obrascatolicas.com
§ 10. l'ERl'f~TU!DAD DE I,A JGT,ESIA. li&

llLU;. Despues de distinguir (·on :->nn .-\gn;;t.in \:-i emi. CCXXXVIlI. 3) d os clnses
de promcsus, unn,s que se refioren 1l la vidt1 fut.urn eh; la I gles ia ( I Cor. li.í, 8. Ephrs.
5. 271, otras à la vida presente. y dr pro bar que óstas sem la garantia ele las primoras.
dice: este pasajc 1Luc. 24, 47. Act. L S) nos permite ext.cnder la mirada desde Jernsn-
lcn hasta lo s últimos confin ps ([e! mundo ... Una conver,;ion tan nnivcrsal de todos los
p11 ('blos e n cl nomb rc y p or ln. ,·ü·tutl ele .lPsucristo crnr: ificaclo y r esncitado, arratJeÚ
á los es pectadores de ohrn. taa g-rmulr· b co11 fesi on de qnc vcr1ladera.111ente Jcsncrist(•
e1·cc Todopodoroso para rcalil. tW lo <[ 118 promct ín,, y 11110 si por tirn visible mila.'..\Tl>
r en nia con tal rap iU•3Z iL los pueb!o~ todo:< <lol uni.-orso bn,j o su hanclera , h:wiêndolc;:
crrcr en sn nom1He 1 bú' u podía rP11nirlcs w1 dia para hacerlcs etcnrnment.P folic es r•n
la Yision d0 su glorja, PPro aún f'~ inú:-; notahh! la ..;.;eguuda part e de la 1H'on1e ... a.
(l\Ia.Uh. 28 , 18 -20 ). E stas prtlabras 110 n ccesitan eorncntario; lo rine dice cn ella:< cs
tan granrle como incrni hle: t·.-< decir. •1ue mm so cit·clAd com111H'sta de hombn\5 ha clt>
pPrrnanccer innrntahle hastn la co11 .-<11nrncio11 de los $iglos, y r1 11c lrny, por consecnl'n-
cin . a lgo hajo la bi'1\' 01la. ceh» t o que 110 sP 111nda: 1>1·1·0 !ta d a do lambi en á sn p1·oniesa
esta inmntablc has e : Dat.n, c·.-<t mil1i 1•nmis potP,ta;; in coelo et in tc1orn, ... Es iHútil
prcgunbr si ostri nu eva corporncio11 si.>rá l'isi.ble, ytl. que yi;;ilJlemento se componP dP
lo:< •iue hn.n de s11ministrar la !'ns r·lrn nza y d P lo" 'l ne lrnu dê r~cibirla , de los que han
d e lmutiz:w y los que recihirú11 e! hnutis1n<). .. J:.qa Igk..;ia, :\todas lnc:os dirigida por
un solo gobierno, unida adernits por la prPdi cacion y por la profesion de lo;; rnisrn,-,s
sacra1nentos , ti.ene preclsar1Lm1 t-0 eu 0.;.;to;-; tr ü ~ n1Pdio ...; ln:" carn.ctére::- 1nàs patente:-' do
que se la. hubi cra podi(lO l'C\'Cstir ... r:ccp ego vobisc nm Slllll. Tr:ítase prnpiamm1 t(.•
lrnblando de lo fotnr o : ma.e; c·s tc \·n c::cl.Jo "c· c·c:e .. 1ln, ic la ('Xprcs ion car:ccter clP pre,;cntc'
por la ccrt c.7.a <lcl r e,niltado: Pgo ,·.,hisc111n snm. e.< nn:i mn1t.,ra especial el e ha.bl:w
e m picada cn ciort os ]"tsaje~ elo la :'iagrnda Escritura 1;Jnd. 6, l:!. 13. H. 15. rn. Ps. :!2.
4 . .Tob 6. i:; ) para ,-ignifiear 11n:t pnH•·ccion ,-cgurn. é Íll\'l'1wi.ble 1lel St>i1or...
l'oro (,<pté significa c.s te '' \'ol>iscn.111 .. en la JH'OllW.'a 11P .Jr.sneristo? "con yo;;otros C>J1-
seitando y bautizantlo:.. los '[ llC qui<'rnn s<' r L' BSPi1ado' por Dios basta que os c rean ;,
vo;;otros, como lo s q1w •1nienrn ser bautizn,tlos HO tern lrún 1rnts qu e dirigir.s e à \'l> .s-
otro;;. Pero laca.so poclr:'i sufri r intet'l' <qieion <'sta. promPs:t: "ego vobi scum sum?" No,
Jc ~ ncristo no olúda nada: F;.(o Ynhi"<·nm "um o nrnibns di eb u~. e, Qni\,n podrá. temC'l'
un n. int crrnpcioll ante palahras t:i11 C'xpliüitas y (·.la1"1.'? l\fas para (l1le natli e ptwd.a
suponer que un auxilio tan r.101 rnon 1011to y tan c>iicaz ·""' 'ºs e ha prornPt ido por tiern1•0
limitado, ailadc: vobi,cum smn onrnihtb 1li('hns 11sgnP n,d co11snmma.tionPrn saoen li:
p or consccncnc in,, no ~ó lo e:-t:1 ró co1i los '1 u.n me escucha.11. es dccir, con mis Apóstolc;;:
.el curso de su Yida es limit ado . pero mi prnrn cs a nt mrn·lto mit.s léjos. porqu e on ('J]n,
significo bnnbjen á. s ns sue0 .... ores. y ú, L;stn:-' pn• (:i:-:n111cntc 1uc refi .:ro cnando rli;..;·o:
Ego vobiscum sum: pro patrihns nat i •mnt. iil ii <'P s. H. lli: E'llos clej:m'm hcrederns :;- ·
janHl:-: faltarún L'n pos de si .~nee:-;or('~ '1ne l r'~ .~u~tiruya11. d e snprte (1ue esta raza tto
terrninnn\. Hitnea .. . H;thrá. ;;icrnpre 1·sciirnla los eu f'l se no mismo de la I glesia y d
in1·•' "lllt<' C'U idarlo el e rt'prirnirif.,, (·oustituir:t una pnrt< · de ~u trabajo; mas por lo 1111e
toc:·n l~ ln" l rrorc .. .; y hercjias, 11nos y otro:-; :-1orún l'.xtc•nni.nados sin exce11c·.iou. Jcsu-
1

cristo hahla únicamont.f' de la duracion de la preclic,aeinn y ele los Sacramentos: Enn-


te" prgo ,)o('ete, haptizant es f' •i ..;: mn,- c orno ln pr0di caciou ha de pro<lncir s11s fruto,;,
la <~ ar.idad. no desaparecerá nunca <11.· ~a Igl p,.;.;ia.

Yéasc I Cor. 11, 2G. Qnotiescnnqnc mandncalJitis panem lmnc et calicem


bib etis, mortem Domini anrnmtiabitis, clon ec wniat. Eph. 4, 11 - lJ.
Posnit ... pa"1ores ct doe tores in opus ministerii, ad consummationmn San-
ctornm, in aedificatiouem corpori:; Christi, n,;que dum occurramus 01nnes in
nnitatern ti.dei rt agnition is Pilii Dei, in vinnn perfecturn, in mensuram acta•
tii; plenitudinis Christi,
H. Matth. Hi, 18. Sup er hnrn'-petrnm t1ecliíicabo P.cclesi:i.m meam, et polLte

http://www.obrascatolicas.com
1113 PAUTE SEGl l:'iDA. LlllllO l'llDO:HO. SECCJOi\ SEGCNDA.

i11feri 11011 praevalelmnt adyersn,,: eam. 8egun fostimonio de los mismos


rseriton~s protestant<'s, e;; ta,; pala lira,; (·nntif'nen la promesa d e que la. Igle-
;.;ia snbsi,;t.irit hasta la con,;nrn acion <te lo:-: ;.;iglos ( Thiersch, l. e. I. púg. llD ),
;'11111 en el su1rnesto elo que con las palabras 7:~J,'1.'. ~00·; se hayrt querido signi-
ficar únicaniente la mnerto. Es nntorio que entre los puelilos de la antigüedacl
era cost nmhre r1no los jneces fH' .sentasr11 ú bs pnertas ,fo las ciud::u1es parn
n1lm ini,;trar jnsticia: por tanto, la pnPrta ;.;irnbnlizalm pod er, antoric1a<1. Y el
"!-fades, cn yas pnertas, e:" <1erir. ]><H:1er ~- antoridac1, no ti en en domínio alg1mo
sobre l~t Tglesi a, es m1em;\.s la nw1·ada <1e lns poden'" de,,: t rn ctores y tPnebro-
;.;os ( Cantic. Cantic. 1' , 6. <1nra si<·nr. infr'l'nll s aemnlatio. l)etron. Sat. G:2: miles
fortis ta11r1uam m or ,.: .1 . Y i'.a:"e I\: ni nod i. h. L :Pero la 111111,rt e h :t tcni1l o orígeu
f"ll el pecado, por cllva razon e,.: Sata11;'1s priucipt> <le la rnnerte y dei 111m11lo
s11bterr:'ineo 1 Jle hr. 2, 14 i. De <l<•w.le ;;e intic·n· r1He la cl nhle fignra de la u1,.:a
e<lificaüa sobre roca, en opo:;icinn ú aque!I:, otra. leYantad:i sobre arena
( 1\Iatth. 7, 24 - 27 :, ~- dd rei110 qu e 11n podrú ser 1lestruic10 por el otro reino
d J1 la mnerte, <lel JWCfldo y del demonio, signitica b p enmnidad ele la Iglesia.
t'f. Joan. 14, 11í. Et ego rogalio Patn·m et alinm r,1rncli tum dabit Yobi,.:, nt
rnaneat Yobiscum in netenrnm, Spirirnm n:rirati,.:. I Tim. 3, F>. ln Eu-le,;ia,
<1nae est colmnna et. finn:u11 entn111 n•ritati::;,
-.!, Todos l o,; sim liolo;.; snn t<:-,;rt m011 i ns <JH<' conJi rmau la perpetnirlad de ln
l glesia: Creflo in miam J<~r·clesiam. L:i prnehan f'll p rimer t érmino l o,.: arg11-
me11 tos 1•mplca1los pnr l os <1 t:f'e t 1,.;<)l'h 11n l a I g les ia catú li ca co ntra ]o,.; doua-
ti :.;t.as y noYa<"iano>'. Ran AmbnLsi0. JfrxaP111. IV. 7: Ecclesia tem pora s ua
Jmbet, p er::.ecntiou i,.: YideJi,. et r·t p:i<:i."'. Y i1ktnr ,.:icnt lnna ddi cerc, sed 11011
,7,.(icd. Ohumhrari J>ntc>st , 1fc/iarc i1011 pofe.c;f: r111 ia a 1ir1uormn quidem in perc<e-
v1 1ti ow' <lisc0s,.,.inne 111innitnr, nt 111art.\T11m ""nCes,.:ionibns impleatnr cr effnsi
pro Christo :-;angni11is clru·iiicatn Yictorii,.:. ma.ins 1le\·oti011i;,; snao et fülei toto
01·he lumcn efft1ndnt. ln P,.:. XL. :10: Ipse es1 l'etrns, cu i <1ixit: Tu e,; Pen·n;-;
et super hanc petrnm nrnlifi ca hn Eu·lr,siam mean:. T.Jbi ergo Petrn::; , ihi
r-:('de;;ia: nbi Ec·cle,.:i:1. ibi 11nlb llt(•J'c<. seCl 1·i1a Gr·tc·rna. Et idPo additlit: Er
i •orta e inferi 11011 pram·aldmnt é•i. Id. "De _\hrnh. II. 11. i11 P:::. 118. ChnrnH'i
11. 7. ~.\.11gn'3tiu. Enarr. in J',.:. XL. t'í: Xnn Yin1·Ptnr Eeclc;-;ia, non era<licahitur.
W)C cedet quihuslihet tent:tt ionii.>11,.: , ,[onr:c Ye11iat l1ujus saecnii iinis. l':1rticu-
lnnne11tc in Ps. 11. Rerrn, JT. JL !-:: Exi,.:tnnt. qui 11ir·ant.,. se<l illa J;;cde,.:ia,
qna e est onrnimn gcmiurn , jam nrin e ~t, pe1·iir. Hoc dicwit, qui in ilia 111J11
s1mt. O imprnlmltem voc·rm '. llla 11ni1 est . qni·t 111 in iJl a non es? .. lfam:
cocem obo111i1111/Jile111, rlefestlfl1i/e111, 11ra1:s111uplir1J1is et /it!sitatis p/eJ1wn, 1111/1<1 1'ti'i-
llfle su.ffúltam, 1111.lla satJie11tio illm11in11fi1m. u1!//o safe 1·011dilnm, 'Uanam, tcmenr-
rio.111, pmecipiff'111, pen1icio.,rw1. pnu•r·i11ir Spiritlt~ D ri, et tanqna111 conrr:i ill():-;:
·~::..:igu i ta.tcm .Jirrnm m eon un a1mmt1' i:t mihi ... Exiguit.a» dicr um nsr1uc i11
ti 11rm saecnli Pr it: r·xiguitas idN1. r1ni:t totmn ho<' tempus , 11011 dito ab )10-
tl icrno die usqne in tin em saecul i , serl ah c\c1am n:-;r1ne ad finem saecnli exi-
i-'.·11:.1 g utta e;;;t comparata aeternitati. I<l. EH:irr. in P ,.:. CIII. Serm. 2. I,1.
:-lc nn. rl c Svmh. ad Catecl1. n. H. Atlianasius. in P s.- LXXXVI. 28: ÍJ(;0'1Ci~
., 1 . 1. -

\,:.'.'j'-:o:J Z·1·1r;z~. -:·f,v ~xx/.:r,7~1·1.,. ~7.:t.'11.":::i:J::-::x•. "','7.,:i 'l.'J-:·~.',. ...,..;


~--:l' ~ r.~·1 ~';"'1
.J ·~·r'S).. ·; ' ·í,._;xx)·r-
•• ,,

http://www.obrascatolicas.com
§ 10. PERl'ETClDAD DE LA J(;LESIA. 117

a[':t. Xo'
!.
. . 7'"C'O~ X7:~1/17:i~TC'":O!Jfj~
' !.
xry),, l'.;tilTltei!JO"O: ":'·f,·v ln:' 0Uo':t.vÓ·1, xct~. u.Svo:Ja-':t. Õ•:r,'1zxbj.:
j • ~ \ -

Ó -'/).,r;:; X'.'1.\. -~ r:rr).-1,v-r,. L o:> Obi,;pos reunido,,; ()Jl el Sínodo Je Alejandría en

320 ó 321 ( H ard. I. 30G) : p.\7.·1 x:t!. :J.~·n,v x'l.fJoJ!.Ú,·1 -;·(;1 :.i:;:.o-:r-;0J,•.ú;1 i:xxl:r,-:r\'l.'1
. ' • - ) ' ú • ' • ' .. -· ' • ' - • - r.i. "
( 0?0/,fj;'O'J~2.'I , tJ.XCJ.1J'l.',,?S-;r;'I :J.S'1 -':J.?.. 1. , "/.'X'/ 7::t; (J X'1'1'(J.'.i.; ':t.'J7'f 1 ~01-.Z?S ~'/ r'O'JJ,"f(: -".J.'º
'l'.X"f(~(/:;ov
• 1
OE 1.,1:/.cr·r1:. '":Y1·ç S:-:::~oõóEt1Y1
• \ • ·
Z1:1J..'1Cl7"':ck'T:::t•>:..
' · .
s~87.ocrs
1
1~. ·iitJ.iç
·11
xa":'':J.VXS0:t.7etVTO~•
':o·J o~xo0s'J"i:Ó'":O:J ':J.~-::r,:.. 0 1.~ -:o0 :jr):j:r B:t.:i1'S~"':2. ~ .. ,(:.> •12•Ax·r,x1J.. '":0·1 xdcr1J..0'1. Joan.
.
- . 1 ' ' ' j '

.
Chrrnost. ln P:>. LXXXYIII. :W: -:6·1 0z -;o0-:r,·J 0·.i:o.on•. fJ~0·10·1 oi. i:·1 -:00-;0·.~. zx
--;· . . 'l.'J-,j
.. , ~. ,.)
~'IJ.~Q""'rf· -"'o-:;'6=0rJ ·1-=--
J ... 1,. 1 ~h,,,l-_,l~_,I._ ·-~·
;\J 1 %'l~ f· ·r '1::"1. ·I ,,. .,~,'i
··•"•1'"'·1--;' 1.J • • • . ::i ( t -r-0·
- . J..,1,)~
:;Fr.~· -o0-'
.J":-~~ ..

2'77 1, 0r.-x0ü·;,o'J~ -:o0 1.?01·r17Z'I0?±'1r1J 7:):r,p-~J..::i:fi7·'l.'. cr:.>p-(~-~~ 0~~ p.E·1 -:c:>'I cl:rr~­
--:o.J.;
...,,01J..S'1t,r1 a.·J-:o ~:: $r-;,1.77'Y.J..~-l/1f;'l7'J. 0 1.(1)"/'~J.(~)'I. -:6'1 02. ÍJ:JÜ'.Uj'/ o~x 277~'. T:ZIJ'S ~'I. o:J0Z
j 1 • 1 1 jl ' '

--:0 21,zó.; rr;'.) G1.1'j'x::0d.-7(!) ~ XJ.\ 00x :: ~;:::•; ii:. 'J.~-:c-:J'I ~ !J..),)\~ ~..::~ :t.07o0 Y, ":f)') fj20-
x~ptii;. Id. H orn. de c:q •t. Emrop. 11. J. n: 6 ; o00s·1 ";'it.? sxxJ:r,T~'.'1.;
'l'J'J, :;, ';f)'J

t<:r;ypo-:~po·1 . Homil. a.11 te Exil. 1. ~- Hi erony m. in J es. 4 , <;: Supra 'l11am


( petram ) aodificata }_.:cclc:;ia nulla tempesta tn concutitur, milla tnrbin e ven-
ti sque snhY ertetur.
C1. Hé aquí por quó lia exi,gi11o "iPmpre la lgle"ia qu e ,;e crea en sn pcr-
petuidacl: Credo in nnam ~ anc tarn Ecclesiam , y por qné ja1uú" ha reconoei,1o
á ningun h er f(je el derecho d e pretlicar una uncYa do ctri11:1 , corno pret eudfan
ya los montauistas , bnjo ('! prewxro d e que la T!-(le,;ia había caido en el t•rror.
Angustiu. D e Baptism. C' . Donat. lH. 2 : l ' mlP D onatu.s apparnit? de qw1
terra germinavit? de qno mari eml'rsit '! d e quo coelo cecidit '!
(i. La p erp etnidad <le la I g le,;ia d cdúcese <lc sn rnision mi,.;ma, qn c eon,
siste en la ,,;alvacion d e la :,; alma " ( T Tim. 3, :-) ) ; de ,;n e:;ern:ia , como cn e rpo-
t emplo Y e,;posa de J p,,.; ncri sro : tlc la di g nidad 1l c su Fnnd:1<l(lr, que e ,; ;,:iem-
pre fiel á ,;n s promesa,.; , omni scir•ntc y T od opodPrn:so ( II Tim. :2, 13. R oHJ. 0,
8); de sn unidad. y de la imposibiliila<l de concc·11irla inclep ernlientemento del
Cristiani::>mo.

lL La objecion (111e lo;; reform:Hlore.~ fnndm1 e11 la Ig·lcsia de l Anti-


g-uo Testamento, la ena) pereci(> 110 ohstm11e las prnmesar; que~ se la
hicieron, queda refutarh con ,;ólo fij a r ]a ateucio11 eu ]as signieutes
consideraciones:
a ) Las promesas que :-;e hicÍl'l'llll ú la Ig-lesia del -~11tigno Te;;tamcuto
fueron condicionales, 110 ab;:;olntas. b) La lgk:-:ia del Autig·uo Te:;ta-
mento no de bía tener mús que lllla existe11t·ia limitada, bien sea <pie
]a con:"ideremos segu11 ;;u est'ncüt ó :;eg-11n ,;n obj eto. e) En taJ1to que
sub:;istió la Ig-lesia del c\.ntig-110 'fr,.:tamento. 110 :;e iutl'lTll111pió ni cles-
apareció el sacerdocio y la prediracioll púhlica dele ley de Dio;;. d ) En
realidad de verdad 110 ha perecido la Ig·I""ia del _.\.ntig-uo Testamento:
Antes, por el contrario, lia adopt<11lr1 una fornia mncho rnú:-; sublime e11
la Ig-lesia cristiana.

Véase Bossuet, Segunda T11 str111·rio11 pr1sloral sobre las pro mesas de J esncr·ísto
ú su Iglesía. La condiciou b::ijo 1:1 ena! ;;e prom ete la pre.~ e ncia d e Dio,;i III

http://www.obrascatolicas.com
llH PARTE SEG L: KDA. LJBJ{() PHl~lEI((). SEl: l."101' SEGUKDA.

Reg. IX. 3. Erunt oculi mei et cor mcmn ibi cuncti::; diebu s . 'J'u quoqne si
amlmlaveris coram me, sicnt amlrnlavit pater tn11 6 in si mplicitatc conli ..: et in
aeqnitate , et feceris omnia, qunn pra e«epitti bi, ct legi tima ntea et.j ndiei a mea
s erntYeri". Si autem :ffer,<ione aYer~i fm·ritis \·os et filii Yesti ... anferam
Israel de snperficie terrac etc. Cf. IL I'arn lip. 7, l!J. La promesa ll e u11111te\" O
~ ac erdo c io y de UI] llllCYO ,;:u:rificio E' ll :llal. 3, 1. .Jercm. rn, 31. Hebr. 8, 7.
:N"arn. si illud prius culpa vacasseL 110 11 ntiq1w scc m1di locus inquireretm·. Yitu-
perans enim eo s di ci t ... Dic ewlo mttPrn uuyurn , Yeter:11·it prius. Qnod antem
antiqnatnr et senescit, prope int eritnm e;;t; cf. 10 , lG. Act. 3, 22. La existen·
eia no intcrrumpicla \le nn magi .-teri o p1'1blic" y fle un :;acenlocio en la I.:;lesia
1l el A ntiguo Testamento, en J erem. 7, J3: 1 1 , 7: 25, 3; 2G , 1;) ; 2!) , Hl; :);'>, 1-1.
Prov. 31, :2~J. Particular referencia al ,,;ncenlocio liaeen estas palal1ras d e Eze-
quiel , 44 , 16. Sacerdot e,; ant em et L cvi tae füii S atloc, qni cw;todi<•runt caere-
moni as Sanctuarii mei, cnrn errnren t Ji lii l,;rnel a m e, i psi ac:cedem a1l me et
mi11i,;trent mihi , cf. ,\8 , 11. L a ]gle,-in •1 el Xue H• Test amento no es otr:i. cosa
rp1e cl complemento rln la del A11tig110. _\11:.;·11stin. Ser111. ele Sac. et Es.: Eccle-
siam accipite non in hii; soli,.; , 1111i po,;t D o111ini :Hhentum ct nativitat em es,.:e
coepcnmt sancti; sed quotqno t foenrnr ;;an cti, :Hl ip::;;un Eec.lesiam peninent.
Civ. Dei XVII. G: Qnando ei ( ,;;1cenlntio _.\:11'01 1it ico ) aeternitas ln·omi;.;,;a esr,
non i psi nmbrac ac fignrae, s e•l ei, •1110ll per ÍJ•>'mn a<l umhrabatnr et tigura-
ln tnr, promissnm est. A :>í YenF>:' qu p ;·] St:l101· rPruuoc ió tamhien la ant orida1l
1le la Iglesia dd Antiguo Test :u11enh' Jw;;rn el rnom<.mto en que olla .1nism,i.
pronunció t:u :-;(·nte1wia reclrnzanclo :1 l ~a ll·ad 1Jr: por lo 1lem;\,; J es111TÍ:>to
llama á .Teru:ial en urbe; magni rPgis ( Mattli. Cl, n;> ; 21 , 12. Joan. 2, 1 õ ), reco-
noco la autoridade],,] ~a ce nloci•i (.;\Lnrh. '" ~ 1 \' ;1con sPja la olwllienc ia ú ,;u,;.
inandatos ( l\:fatth. 2;3, 2 ).

III. De lo cliclto sr ileducc l1Ul'YaJllcnk 111ie toda 1:;eparncion de la


Iglesia de be eondenar~ e .

l. Jud.17. Hi sm1t , qni ><<·.:.::n•g:int semetil'""s: en ln cual co11.ci,;teb


esencia de toda her ~jfa y d e t01lo ci,.;ma, y por .lo cual tarnbie11 rodo lierej e
p,;t:'t (Tim. 3, 10) propriojrnlicin eo111lemn nt u:-;. Cypria11. Ep. f):.2, 24 (Hmt. i);)C>)
ad Antonian.: Qni s quis i!J e est.. ct q11aliscn11qu c e:-:t., Christ ianus non e,.;t, qui
in Eccle:sia Christi non e,.;t. De unir. E cd . e. J:2: Dmn co1ffenti cula :-;ilii di-
,·ersa constituunt, unitatis caput. atq11e originem 1lerelinquernnt. Ep. ciL l. !' •..
hmnanam conatnr Ecclesimn focere. Qneda si em pre vi,;ibhi la hericla por la
que se reconoce la horejia '1ue :-<e h a :-<epar:ido <le ln Igles[a univers al, a la
manera 11ne el rni eml ll'O se s ep:ini del cuerp o ~·ln raurn clel tronco tAngnsti11.
in Ps. e. 1 ). El enor ele la h erejía est.it yn 1lemo:-;tra1lo en e! nwro h echo lk
~er su oríg:en posterior al ele l a lgle:-; ia IC'lem. ~\lc·x. Strom. YII. 11). Por e~ o
•!sta e:l la única depoc<itari:i. d e h ver<l:.i1l e1·a cien eia , miéntra,.; qu e 011 ln s hern-
jías no se encuentran má:-; qu e º i'inio 11e:-; í r//,7~'.; YII. lG). Así Yerno,; 11ue los
h erej es se esfoerz an por dividir 0n mnehns reuuiones la I glesia, en nrmonfa
con lo que acaece en sn s prnpi a.~ asawlile:1,; 1 'l.)J(t:J-::•:n.>. 7'J';-//'J7~',; ). Augn:ot.

http://www.obrascatolicas.com
§ 11. INFALIBILlDAD DE LA IGLESIA. 11!)

Scrm. IV. Hl: Qni se ab unitate praesciderunt, in qnae frnsta divit'i sunt.
2. H<': aqui por qué tambien, segun hicieron ya notar, con jnstísima razon,
J.is Rantos I'ar1res, el orígen de todas las herejías se funda cm que al!-':m10s
sr\lo tenian oidot' para escuchar lo que les era agradable, y no para escnchar
la wn1arl (CIPrn. Alex. VII. lG): juegan con frases y yocablo,.; sin atenderá
ln Yenlarl teológ·i ca ( 7~·;·10/,0•.-r,0-; 1.'1. o~ 6zo/.o-,00-; :1. Basil. E1). 181. Dan ú la,o
._ ' .. j ) j
1
-

palabras signiiicnr:ione,.; sofisticas, al objeto de atraer hfoia ellos las miradas


de los inexpertos: porque ellos mismos no tienen firmeza, buscan ~1 lo,; fhco,;
ele nnestra comm1ion y se complacen en introdncir imrnyacionrs i Gregor.
Kaz. Orat. XXXII. j: XXIII. 2; XLn-. 27). lo que no implica para qne de-
jen ele c011siilrrnr ú los católicos como un rebailo de gente sin enltnnl (Au-
gu,.;ti11. Op. imperf'. I. 12. HH. +1. II. 2. 102).

IV. Los pasaje;; (Luc. 18, 8. II Thess. 2, :3:1en que fornla11 sn ohje-
eicm los protesta11tes, no prnehan en manera alg-una que la Tp·le:'Ía lmeda
perecer, toda Yez qne esto eontradice manifiestarnente Ja,; palabra:-;
del Seiior y del A póstol ( Matth. 24, 31: 18, 17: 1:3, :3(). Lm. 21 , 28.
I Cor. 11, 24).
Veamo,.; lo que di('e Rnárez sobre Luc. 18, 8 y II The8s. 2, B (De my,;ter.
vit. Chr. Ili:-;p. LIV. R. 6 ): Dicendum est per hanc per,.;ecutionmu majorem
fortas:-;e fü1elimn partem a Christo clefecturarn; nihilominus tamen militar1tem
E('.clesiam non E:sse vi persecntionis extinguendam. Postremo pars de nele
cert.a p,;t, nt nota vit Augustin. CiY. Dei XX. 11, et ideo <lici t Christns: Pro-
pter electos ln·eyiahuntur dies illi. Por el contrario, Belarmino se expresa de
este modo ( l. 1:. III. 1í)): Dico, Chrishm1 non loqni de fide simplú:iter, srnl de
eximi:1 qmHlam füle, quae iu paneis reperitur et in pancissimis rnperietur in
nltimis his cliebns. Ita Hieronymus adv. Lucifer. et Angnstin. De Unit. E.,cl.
e. lG. Esto es lo que tambien se dednce de l\Iatth. 24, 12. Et ep1011iam alrnn-
da,·it iniquitas, refrige,.;cet caritas multormn.

~ 11. l'-'FALIBILIDAD DE LA IGLESIA Unfallibi/it(ls El'dfsiae .

Entendemos por infalibilidacl aquel clon sobrenatural otorgfülo pol' .Jesn-


<Ti,.;to á su Igle.-;ia. en Yirtucl rlel cnal está exenta ele todo error en ma teria de
fe. Divi<1ese en infali Lilidad p11sh:a y actica: la primem es un atributo rprn
cmTcs1rnnrle á la Iglesia entera, mientras c1ue la i'egnnr1n ,;,',lo exi;;t<· en el
cnerpo docente imesto por el mismo .J esncristo en la Igl<'si:1 ( i11fallil1ilitas
pa;;,.;iva sen in cre<lern1o, infallibilitas activa seu in clocendo 1. Como enalidad
vrimifrrn la i nfcil i hilidad só lo existe en Dios, qnien h1 trasrni te ú la,.; rTi a tu-
rns i·acionale>'. 1'01· conseruencia, en el órclen actual del universo es nu don
sol>l'enatnral de sn rni,.;erieonlia que sobrepuja á todas las foerzas de h natn-
raleza. Adan poseía esta cnalidad en el e:<taclo primitivo ele sa11tir1ad ~y ele
gracia, y los Profetas~' los Apóstoles la recibieron jnntamell1P con el don de
la iirnpiracion.

http://www.obrascatolicas.com
120 PAHTE SEGUNDA. LlllHO PIHMERO. SE CC ION SEGl'líDA.

En la cucstio n r elativa {t la in fali hilidacl de la lgl csia, hay qn c clistingnir


t r es cosas:
a 1 La cxi ste11cü1 !lo la infalilJilid ad p a;;i\·a, cuyo snjero e;; la I g lesia
cntera.
b :1 F.l i'ujcto de la i11faliliilid:Hl acti rn.
e) El objeto de la infalibilidad.
Como los asuut.os ennnciados en b y r estiin int imamente relaciona1los con
la cHestion r elatin1 á la e;-;ei1 cia y significa('io n del magisterio de l a Iglesia,
nos limitaremo,,; i1 exponer aqui la d odriH:1 de la i11 fa li bi l idad tlc la l g lesia
en gm 1eral. .En nuestrn senti1·. t'S trmto m:'i,.; razonaiJle este procedirni e11t1•
cnauto que el m:1gi;<terio cl1~ la lgle,.;Üt s e ejerce en ,;en·icio d e torla ella
( Eph. 4 , 1 ii: clci ncc or;11rram 11 :; onmcs i n rn 1i tat e m füfoi ), por l o (' nal la cau,.;a
final más inmedinta 1k las fun ci ones qne ,;o ej ercen cm la Igle;;ia e;; la u111-
chc11le la fr . Jo:rn . 20 , 81. 11t cr t>rlenu·s Yit:nn h a lwati,.; in nornine ejus.

I. La Ig-1e:-:ia e:-: infa1ihle en todo lo 1p1e ;-;(' refierc al depó:-:ito de la ·


fo. Dc11úce,;e e,;to :
a ) De la;: prnme;:a:; del Seílc1r: :'ifatth. 16. 18: 28, :!O. b ! Del man-
dato del Seiior: .Yfatth. IX, 1:) :;q . Lut . 10, Hi. e) De la miion de .Tesu-
cristo con ;:u Igle;:ia: Eph. 1 , ;2:3. Eph. -t d ; De la dodriwt del .\.pó:-:-
to1: I Tim. :3, lr.í . e) De ln ei1.~ efürnza rl e lo,; Santo;: Padre:'. / ' De la
manera de obrar de la mi,;1w1 Jg le,;i:1. // ) lk lo que :':ilH'.edía eu la Ig le-
:3ia dd _.\.utig'lHJ Te,.;ta11w11to.
1. D e lo anterinrmente expnp,.;ln :-; r~ rle;;prcnile <j llf.' ln :;; p ri mno;; y princi-
pale,.; en emigos <lo la Lglesia ;;on la,; l1 erejía:;, pnc;;to riue la arre!Jata11 el te-
<"nro ele la fr. que es r aiz y fnmlamento dr la salntcion. D r aqui proYimie la
insi:-;t.ci1cia cem <ttW e l Apfo;t.ol r ecomic!l(la qne ;;e guanle el te soro de la f'e .1·
;;e lrnya el e ln" 1l nr-tri11:i,.; eni'1i18a>'. 1 Tim. l i, :20. () Timntlwe, de p o,,:itnm cns-
tmli, <l1'1·ita11,.; prnfnnas voc11m 110 1·itatn,; et <>ppositiones fal si no minis sciei1-
tine , qnam qnidalll promittcnt e:-:, 1·irc:1 Jide111 exl'itl er11 11t. II .Joan. 1O. Si q ui s
veni t <vl ni,.;, et lume doctriuam non affrrt. uolite recipere enrn in domnm,
nec aH· ei di xerit i~. P or -;:ji,'l.•. ~.0r,·; (: 11tie1ufon lns Sumo,; l'acln·s la ohra d e
Rata 11:·,,., , ln,s lH'n':i ías; n\a;;n HiPronym. i. li . 1.: Porta,; inferi r eor 1·itia at.q11r·
peccarn., vel cerre haen:tic nnun 1loctrinas, per 'lªª" d 1: cti hnmi11e,; cluc1mt111·
>Ul tartannn. Gregor. }[. in l\;, p i;enit. P:>. ;-,. 2G: l'ort:w inferi h anese,.; sunt.. .
.~nut ,; ni m porta (· infrri [Híte~rate.~ huj1 1,.; m1111rli. Epipban. ,.\nc:or. e. !L -;:ji,'l:.
0S ~00'J Y.~. :1J.227z H rH'r. '74: 7:i7'l.'. ~~. 'l.i. 2±7Z'..;. Joan. (~ hry:--:o~t. Qu c1 d C~hr. sit
1
.;.

Deu,; 11. 12: )(i:10·y,r,í. õ'.7•:1 d~ 'l.0·r·1 )('.J.7'l."r,r:z~. _.\ este propó;-;ito dice Orígencs
( in }fatth. Opp. Tom. III. ·l'·· ~>~l 1, ,, c::vh .11110 de aqnellos que ,;i enhm nn:1
1

doctrimt contraria ú la ;< cr eencias de la. I g lesia , corno :\Iarcion, Ba,;íli ll e;.; y
Yalentino, lr:vanta una nue1·a rrn erta 1lel iuficrno." Itúrlor. P elus . I Ep. 2.'31':
-•'1"1,.,-;;;-0 •1rt(j-
' "' "' , J.~ -:""",,,, J
""; r- ../(
:..J~
. . ~r-: •.1,..;"'J-~--- ) ---· 1 ~c.:. )' .-,, )"';,._ ,_ ' .. ,_- , ~ .... :.. _ .. , r:J"1 M-
~ .;i "--::.,-.A -..:. .;.:. .. ':.!."'! ., (1), J..7::..lt / ... )..(1_.,.1.-:, ... 'Y.~ .,.(t}/Cf_. .;::..>:.(J)/ij ~J...; -
1 1

r
,,..f'J;'l._
·\· ·,, ~~ _.. .;: ..;, -'l.-':f.•- 'l.·lJ=--c_;,.-'l.
:1. i --,,-t jv • .J ··": •• _j .. j.
·i- -,
1 .J
.; f1-:0·J
-
;xxi·r-:'1. -'l.-
- · · . 1.J• . ·"'!
..
'J~'J Y.'l.-'J.."
,·- ....
'tl'1:v-:-1•
; 1 ·-:: - - ...

!Jí:O r;S ":'(1)'..i 0 'J X'l.7'l.X'J('.:'.'.J.Z":'?'.'•.

http://www.obrascatolicas.com
§ 11. IN~'ALIBILIDAU DB LA IGLESIA.

2. l\Iatth. 28, 18 sq. l<~n este pasaje deriva el Sefior la mision de los Após-
toles y ele sns sncesores ele la :rnya propia (Joan. 21 ), y de la potestad q 1rn á
Él se le ha dado en el cielo y en la tierra; en virtucl ele tal potestad les envía
( euntes ergo) á predicar, á conquistar discípulos ( r-:r.9·ri"súo-:r.';"s) y á lmuti:t.ar,
no sin prometerles que estaria con ello,.; hasta la conBumaGion de los siglos .
El carácter BubJime ele las palabras del Sef1or, el pod er de rn apoyo: el tin
para que promete e,.;te anxilio (que es la predicacion de la doctrina, la admi-
ni;;tracion l1c los Sar:ramentos , el estahlecimieHto y consm·Yacio11 de la disei-
plina clogm~iti ca ) , y ha sta el nso comun de] lengmije, denrnestran la infalibi-
lidad como efecto de la a,;istencia de Aquel qne ti ene toda potesta!l en el
cielo y en la tierra, y qrn, ha prometido inconc1icionalnwnte esta asist ell(: ia.
Por donde se ve que Dio::; y .Jesucristo prestan á la Iglesia nn apoyo eficaz,
po<1eroso y con:st nnr.e que la mantiene en posesion ele la 1·ei·dadern. fe.
Joan. 14 , 16. 11. :2'1. 2U. Et ego r ogabo :Patrem, Pt alium Parnditum dabit
vobis, ut maneat vohisc11m in aeternnm, Spiritum veritatis, qnem rnnn(lns
11011 potcst accipere, quia non vidct eum; ncc ,;cit emn; vos autern cognoscetis

eum, quia apud vos manobit , et in vobis erit ... :Paraclitns antem Spiritns
sanc.tus, quem mittet Pat.er i11 nomine meo , ille vos cloc ehitomnia etsnggrret
vohis munia, qnaecunqne dixero Yohis . l G, l:L Atlhnc multa halwo Yohis
dicrre, sed 11011 potestis portare modo. Cum autem ven rrit ill e Spiritns vcri-
tatis, doce.bit vos omnem veritatem. De todos estos pasaj es se intiere que el
Espíritn de la Ycrclcvl e11:-; eftará {t los ,\póstoles y ú sns snc ewres to<1a :-; las
cosas ( omnrnn Yeritatern l sin interrnvcion hasta el fin del mumlo í nt rna-
neat vobiscnm in aeternum )-
3. Annq11 e roa ménos eYÍ!lencia demne,.tran la mism a dortrina los pa;,;aj es
Matth. 18, li. Luc. 10, lli. L:t Ig1esia, es decir, los jefo:-; de la mi,.;1rn1 (Joan.
Chryso:-;t. i. h. 1. J, :se hallan investidos d e la i:mprema antoriclad: oponer:sc á
ell os equiYale a oponersr al wismo Jesucristo. Y corno <'s notorio , el <:ampo
de la fc es d primem y mas importante <l e lo:-; terrenos en que lllle!1 0 ejrr-
cerse la autorida<l de 1a Iglesia. Bellann. l. e. 14. l'\Iús dircctamente sn:st enran
la doctrina Pn cnestion lo.~ títulos qne el 1-ieftnr da á su lgle,-ia cirnrnl o la
llama ,;u cucrpo. su templo, sn esposa ( vÉ:ase arriba II. p. l O 1: ya q ne nsi
como la cab eza no piwde separarne dei cucqio, ni d esposo ;1bandona la es-
po:-m, a::;i tampoco se apal'tari111 el Scüor y su E::;píritu d e Ja lglesin , de :-nt
templo, ni la a lmndonarii jami1s el espíritu d e verdad qt1e la anima, la 110-
mina y la guía. Esos que se dejan lleYar acá y afüt (le todo:-; lo;-; viemos de
opiniones lrnrnanas se encuentran fuera lle la Iglesia , no en ella ( Epl1. t
14 ), siendo victimas de "la mentira y de la sednccion de la astucia hn111a-
na ;,, por e! co ntrario , la I g lesia sin·e ú todos de guía para arribar ú la uni-
dad de una mi::;ma fe y de un mismo co nocimiento del Rijo d e Dios
( Eph. 4, 13 ).
Por cso llanrn San Palilo ( I Tim. 3, lõ ) á la IglEsia mny oportmwm crit8
"columna ( o--;~),o;) et tirmam cntum ( i:02:r.lt1>:;-'.Z ) veritatis,,. Pues ni en d con-
texto ni en los Santos Padres tiene razon n,lguna en que fonclarsc la opinion
d e los que pretendeu ( Rosenmüller, B:;ngel ) referir este ca iificativo de la

http://www.obrascatolicas.com
122 PAUTE SEGU:l\DA. LlBOO PHlMEHO. sEC:C:ION sm:c:-<DA.

lglc,3ia à la oracion siguicnte , ú manem de A.nticlinrnx. Yéase l\fack, Las


cartas pastorales ' a este pa saje. P or COllSC('ll Pn cia, la lgl csia es garantia abso-
luta de toda venlad, es decir, de toda la H·nlad revel<Mla por J esucristo, por
cfecto de la mision qne la ha sido enc:(l111 ewlada y e11 virtud d e un privilegio
divino.
4. Los te .~ t imcmios ele lo,; ~antos P a dr e,.: en pro ele cst;1 enestio11 se remon-
tan ú los primeros siglos dei Cristiani s mo" lrrn. III. ~ - 1: (~1rnm (fid em ) p erce-
ptam ab Eccle:-;ia c:u:::todimus, Pt quae sernpm· a Spiritu Dr:i, quasi in vase bono
eximi um quorldam depositum j unm escen s, et j nY enescerc faciens ipirnm vas , in
qno est.. . C/li e1tim Ecdesiu, iúi et Spirilus D ei, et 11 lJi ~piritus Dei, illic
Eeclesia et omni,.; gratia : ,','pi1·d11s rwfrm 1.·critu s. Qua propter qui 11011 partici-
)lllJd eu111 , ner1ne a marnmillis matris 111ifri1/lll11r in rit11111 , i1e(1n e percipiunt de
corpore Christi proceclente111 nitielissimmn fontem, se<l e ffodiunt. sihi lacus
detritos de fo ssi s t.erreni:-; ct d e coe110 pntidam l1ilmnt aqnam c l'fngiPntes
ti<1 em E celPsiae, 11 e traeluc-a11tm: rejicie11tc•,; yero Spiritnrn , nt non errnlia11tur.
Ali1·nnti vern a Ye1·itate , rlig11e .in omni volntanmr crrnre ... Son enim sunt
(1111datl super 1/1111111 petram, sccl snper aere1wm. Cf. IY. :21i ; Y. :2. Origcn. in
JHatth. Comm ent.. ser. n. 4f.í: Q11nflcnn1111e profesRi fneri11t. d e Script11ris ( los
hen>jes ) ... nolito crederc , qua e dicuntnr. Y erita;; n1im simili;; cst fnlguri
t•grcdienti ali Ori ente et apparenti usqnr a1l Occidentc~m, qualis e,;t veritas
E ee.lec;iae D ei: alJ ea enim s ola :-:orn1s i11 011mrm t erram '"xivit , et vel ot iter
cnrrit sola nrn 1·eritas Dei. CJ'. ibid. Jl. 4(i. Íll G enes. Horn. 1. :1. ü. 7. in
.Tcrrrn. Hom. Y. lG: ·r, ~xxl:r,7l7. -:lj0 ~<;j·1-:r,; ffr.ri.J -:~.:~·:1:-7:ú·n, 0r;:o .:Ti~ (/_):r/hb.;
-:r,·) l.0;r/J. T ertnllian. Pnwscr. ('. :27: ~.\g t> nnm. , omn1\c; e1TaYerint ... 1111llam
rnspcx erit Spil'itus sanctus, nti cam in n·ritatem dednc1•r ct, ael ho c mi,.;sns a
Christo , ad hnc postnlatns 'lc Patre , ur !:'S.' '' t c100tOI' \'Prita.tis; 11eglexe.rit
officimn Dei villicus, Christi vi(:arius , si1wns E c clesia,.; aliter interim intelli-
gen', ali ter cre<lern , quod i p:-:e per A post o los praedi cabat: ecquid verisimile
rst , nt tot a<". Nrntae in unnm fiel em e1Tavcrint? Xulln,; intn muitos cventus
est nnus exitns: ,·ariasse delmerat e1Tor cln ctrina e E cclesianun. Crt crum,
quod apucl rnnltos 1rnnm inve nirnr, non e:'<t crratum , ,;ed traditum . Srndeat
ergo ali quis cl icen:, illos m·rn::rne , qui tracli<lerunt. C:yprian. Ep. 5f>, 7 (Hart.
fi!l ) : Signifi<·ans ( .Joan. ri, llfl ) eos , qni a Christo rN:esserunt, cnlpa sua
perire, Eccl esiam tamen, q11:1e in Christnm ('J'f~ dat et qua e s emel icl qnncl co-
gno \·crit teucat, 11 1mqnam ali"'" nnrnino di .,;1·ed Pre, et eos e,.;se Ecclesi:nn, qui
in domo Dei iwnnanent. J oan. (Psendoi Chrysost. Horn. in illml , in qua
potest, n. 8 ( probahlemente <le uno ele Rns sacerdotes): d),:1:rí.; €-:r.:w 2072-
J , ( ' ..... , , ' .. ' ' ....._ ' 1 ' ' ....
·r, ~xxJ:r,7'.:1., O'J x·J:.J.'.Xo:c.r1 o.~<.1:r,?t» [J.:0'1r,·1, :1.1-1,:1. r;:~-:r-:::co>.; ','>;J.0'1· O'J ·n:n.'(S ~
[:,,~·.'.X~

.-:7.2 · ·r1p. ~·1 70 -:·r,; 'J~07.7%'l.l.•.1:,J.; '7X':J.?0.;~ 0'J -:-·1'7:-::.:-'l.. 0·1 -:'1..2'l..-:-::.-:'J.'., o'J / .. :.'.:J.'l.-: :·.::'1.L
• ' ..... ' - · ..... .... ... 1 • ' ' ' , ' ......
1
••

à.ii'\ .
e\- =·);" r ·1 i 1 •J~ 'l'l. :i- -'l.- •1 :;·;7:- -(-) 'I -f·1 x'.J . . r ·1 :y_ .. ,'1-c )·1-cr1 / ... ,J ; v=-·p 1<1 in
'r': - .• ~·:, ··..:..:- · , - · - : . ~ · : r '. -~
1
"',.J ,.· t:J ·;, ... ' : Ji·\;·~-· ...... · -·
"'li
1
1

Ps . ] X . íJ: º?'); 0s -:·r,·1 z:xxl:t/'J"VJ:1 X'l.~ -:0 '7td'1 00~1 :1.:J.-:t•)'I 'l.X'l.-:'l.;"c0·1v~--;0·1 X"J.J.s ~ .
..i\.than as. a.dv. A1·ian. n. 35: -:-& -:r;~'l'J'I ']r;:J0i:1J.c,>v )\S),:J--;'l.'., 'J"X .&: ·v'l..~ ~,v, -r'l. bZ 1

1 ' •
-·r· -;,_xj-,~:'1-
"I~'-· ,,:J .... ~
-f;,.'l.,.._'1.''
I J~ . J,. .•
-=ÍJ:1J_:j:()-'l.' .. ,7,.. ;_~
"-- i - · · ' ~·•, - ~ -1~ ..
_"...,,,
I
-~-'"'
'""-""\"
.'J.'J "J x?'.i
....
-új'.1.'
'""
'l.00·;00
• ·•:

'
X.'1.7'.7/.. 'J70'J7'.'J ' -
'Y.'J-:·r,;. B as1·1 . 1n
. ..J' ;-;. I'-
...:).... ~.l: 'l' 'l../7.
. -:·r' 1·1 sxx.J:r,7'
' - '.. 'X'I -/,2"';'S
' 1• r..0J.•:1
,. ""J'..'1.
' '
' 1 ""I ' • • - · ... , .... ' ' - · , (j .... 1
':V 'j"'.J'J""";·r,p.ct. z 1
.'11. 1
• '1'.1:.J.'.;J.tt)~ 'J'."l.'J'J;J.?_'J'J'I" -:-..2pi.'1/_-r,; r)z. ')'.'J. -:·r,·1 -;·r 1ç 7:'.'7:-Stü.; <S'JP.iJ01:r1·1.

http://www.obrascatolicas.com
l:J 11. INFALIJlILIDAD DE LA IGJ,J<;SIA. 123
Enseh. Praep. Evang. I. 3. Isid. Pelus. Ep. I. 238: Ilú),::1.; ~Õo·; o fh~o; /,o;'o;
' t"' ' - , ú' ' ' _. ~ r Q"' ·' '' •
!."/..t.t.l.S'Sê. 7'.1.:; 7Cü'I (J..JJStU'I ":''.11-(1)p 1.. ct.;, 7:t,; "':fJJ'I ct. .. pS17Sl1J'I J//J.7'fºf/f~ct:;, Cl'.. Ç':''.O"~ í:'Y.':irJ.'.,;
1
à.'1Ús7-:c'7J'1'et.. ·í, -:o·J Yso0 Zxx):r,·,{:x --:?!:• 1.u.S·; Xct.77."''t,>'1~~27'.1.'... Ln:à ÕS -ri:r1 o0 Y.Cl"'C'ClY.'J-
j • ,

('-EÚS7'.'I.'.. En ,.;pntir de San Cirilo tle J erusalen la Igle,.;ia m; tambien católica


( Catech. XIII. 2 ) por la razon de que enseíia todo,; los dogmas íntegros, sin
mntilaciones. (~regorio de Nicea (lice de la IglP:'Ía que es una creacion nuesa,
b:duarte de b fe en J esucristo (Horn. in Cant. Cmitic. Hom. XIII. l\Egn. I.
1048); por cnya r:1wn el que ve á la lglesia ve á .Tesncri,.;to. En opinion de
San Epifanio (Hner. LI. 2í, la Iglesia es el arca recuhirrta de pez por ilenh'o
y por fuera ~~ 'i/.º'Jü'Y.. 7:;,:; ;_lj'ti):ro'J 7·(1'1 ~ÚY:xp. 1.'1~ 7·(1·1 ?:i:oOtt:.>xo·Jrr.1·1 -:'l.. Os ~>1-x xa.~.
Q}s-r·/ip'. ct S?i:S'7c:Jó·r Ü õcZ;":J.ct.~x,~. Por eso lo::; hercj es son irnpotentes en sn~ ata-
1
1..

qnes contra la Yenlad, ";;:{, ~7/.00'r::2::, X:t.";'.l 7·(,ç il:r/!d'.'l.ç" 1Haer. L:S::S:V. 1 r1,
tnrla vez qne ést:l se conser;·a intPgra y sin variRcion algnna ( iz2"'-'1";(1JÇ '1 en
la Iglrsia ( Ancor. n. H2 ). A este propó,.;ito dice San Cirilo de Alejandría:
(.l~:x,.,_;,Nr.tJ'1 1\~\·r,.,.-o·•r-1 ~·-·
,'.J ... i..1 .. :J~.',.J - _ ~º'.LºJ
...... ' - \ - \ ";()Y.º'1
0
'''"- ~.,...1.:; .. J"=' ;_,
ó Xri--~- -~-''.'l.'1
..dl.·i~- ... ~ -·r"
" ' 1 ;:x:x·rr,,:CJ.'1
'-·'"'1"'.
, -
)1
' '... ,, .... , , ,, \ ' ,.. 1
~ -
·~· _. '
X7..'. T:.'Jl,':J.'. ':{fJ(J°) ()') X':J.7'l.7/.'J70'J7~'; 'J.'J--;;·r,;. ·r,X'.77'1. :J.S',1 i''XP et.; ..r) ~ -:·~I XO'.'l.1) X'.1..~

&7:&.v-rc1l'; 7(~)'; à~~~ ~:;ov:: ~'; s~(0fjó-:-(1)'; S1..scr-fJ1.1• DóEri, xo~';o-:0 1J..s·~ xat p.Ü';o.: O:~'l:;[cr~(•>C
70 ooxo:J•1 1 e. Kes;;)l', III. 1 ). Hacp notar Pl 1nismo S~nto Padre ~ue la Igle~
0
1

,;ia sigue constantemente it .Tetmcristo y nunca se aparta de };J ( o~x 'l.-;:0'107-


r~~27'.'I.'.. De a<lorat. in Sp. V.): porque Él la protege y la instrnye de ta 1 suer-
tc, qne ningun daf10 puetlen causar en ella palabras yanas, pnesto que la ha
foncbdo para que ~mlJsista. eternamente ( iu .T es. õJ, 11 -· 13. Migne. T. III.
púg. ] 211 l. En rlla tienen prrfecta aplicacion las palnlJra,; clel Profeta: tõ00
.... , , , , 1 ' -· ,.... 1 ' ~·.... , , , - (I
7..0A•.ç ~rr1_yp1 X(l~ Vl1Yr·r,p .0'I ·r,~.(1)',I" í..'JAet. • j'l.?
1 ~fJO'J O'J X'l.'! .'1'/~U(jQ'Jr:J'~'; '.J..U7~,,~ ' 11
.fos. 2H, 1. Mign. /. e. pág. ~iGTJ. Y ella ha recibiclo de .fosucristo "7Õ'1 (Js?ii,0H1
X'.'I.~ 'l.:x'.'l.7:1.-:;2 .770'1 0-;:0:~'l.82'.'1.'J,, ' in Ps. XLV. 13 ). Goza de la prnteecion de los
1

:'tngeles y del apoyo (lel mismo Dios ( in P,;. X:S:Xl. 2 Bilil. noY. ed. l\fai
Tom. II. Suppl. púg. 144 í- H,\ aquí por qné nada pueclen contra ella los ene-
migos dP la \'erd~ul ( iu Zachar. 12, n ibirl. pág. 782 '1. Sn mús precioso adomo
consiste "-:-r, -;t;)v 0o'".L'l.7(ü'I r)~íJó-;·r,7~" ( in J oau. 14. 11 ).
' jl 1

En opinion Ü<' San Ambrosio, la Yerdacl pasó dP b Igk•sia del Antiguo Testamento
ú. la lglcsitt cristim1a. Sola Eccle,.;ia veritatem pio affectn possidet (in Ps. 118 Limed).
Eec!Psía inter tot rnnndi freta taJH1narn supra ..\cpostolicam 'wdifieata petrnm irnmobí-
Jis nrnnet ('t i11<'011J'.l/SSO pcrset'Ci'(I/ fwwlnmi.n~ (Ep. II. 1). Hieronyrn. in Amos 9, 14: r:x
<]HO intelliginrns, l':!'clesiam nsqrn· ad finem nrnndi concnti <1uiclcm persccutionibns,
sc,z He</llOrjlW lil ·"'') '"'l'li: tenta ri, 11011 supera ri. Et. hoc fiet. qni'1, Domin ns Dcns omnipo-
1c'1is, sive Domiuus Dr:rn.-; ejus, i. e. Et'.<"lesiae SP factorcm esse pollicitns, cnjus promis-
sio Jpx natnrac ""t
C. Lncifor. e. 28: Potcram om1w,; propositionum (úL1sarnm'1 rivnlos
uno 1'7r,clcsiae .<>:o1e sicean'. Ang-u:--;tin. (in Ps. 80. Enarr. ±): Coutradicunt lin,gnae innltae;
diversa.e haen_':-;e.-, ~ (li versa s<.'hi~1nata persona11t: ling:u:v~ innltae co11tradi.en11t veraci
doctrinae; tu curre a<l tabernaculum Dei, J<:cclesiarn catl1olicam t.enc, a rng·nln Yorita-
ti .. .:; noli reeedt>n' e1- protP_g·prj~ ü1 trtbr-n1a<·111o a co11tradietio11c linguaruni. De ~yn1b.
a<l Catech. Scrrn. I. li: lp.sa est eeclcsi:t sanda. <'CC!P.sia una, ecclesia vera, ecclesia ea-
tliolica, contra omnPs Jrncrcses pugnans; pngnari potest, e;tpugna.l'i tnmen non pai '81.
]faereses 01nnes dP ilia cxi0rnnt. tarn1uam sarmenta inutilia dP vitc praccisa; ip,.;a
anten1 n1aunt in radice ~na. ln charitate sua.

http://www.obrascatolicas.com
PARTE SEGUSD.\ . Lll!RO PIU~ll mO . st:CC!ON SE\.iUWA.

Ki las ala banzas que aquí se prodigan :i la Iglesia visiule, ui l a importancia


que d eriva de sn mi:;ion de mae,;trn. y gn ín ele l a Yerdad, teu drían f und amen-
to algnno si en cn estiones dogmitti cas p mliese incnrrir ea el m á;; leve error.
Y si los San tos Padres hub iescn admitido l a. posilJilidad ele que ta l sucediesc,
,.:eguramentc h abrian t r atado de precan'r it los fi el e,.; de seme.iante p cligro ánte,.;
que reco m endarles alJso lnt a confiau za en 1ma autorillad expnesta ai (•rror. Pero,
muy al contra.rio, la :mtigüe(1:i ([ e ntern :-;e dedara en favo r ele h tésis que
s ustc·ritamos, y á nadiP se le ocurrió ent«n1ces r1ue b. I glr:;ia pudir.•ra eqnivo-
carse.
4. Tam1i en la manem de proceder de la I g l llsia atest ig 11a su iufali1ilidad.
Fnndimdose en la tr:uli cion , r11ie en ell:1 :.;e co11,;erva COll c·.arúcter imnmable,
rec l1 aza todc1, doc trina fals a y arr oja de su ;;eno ai fautor /i rnant(•J 1l:tl or de ln.
rnisma si p ersiste ea el error. Como con gran oport1111iJad out>erva Sau
Atanas io (Ep . acl E pict. ecl . .Mign. II. 7:23), ba sta clecirlc,;: és a no e,; la cloc-
trina rle l a Igl(:sia catr'.il iea ( 'l.?~~;., 0:•. r,·)z. s7:•. :1.0:'l. :'r,~ z.'l.ÍJr,i,•.ú,~ ~z.z./,·r,7!.:·.1.ç,
ouõs u0-.:i. ol -rr:i.-.spzç ~'?Pº'1·r,71.'1 )· Y los J>adro,; del concilio tle ::\icea, on
asuutos ele fe hicieron la l'.'igniPntP rlec bnir:ion: a,;Í lo crno la I glesia católica
( De syn. n. ~> ) . D e la mi:-mrn m:mera qnf' t•l concili o de l\°i("Pa proccclieron lo,;
de E fes o y d e Calcedonia. P ero ade mú,.; la Igl e,;ia 110 t o11dría derecho par:1
excluir de su seno à lo...: qne prnl'e,;an ot.ra,; doctrin;1s si n o o l>rn se (:on p erfec-
ta conc:ien ci:i. ele su info lil.>ilitbrl. \ -é a,;(, \\.alle111li. D e 11erpetua prubatio rl('
ficlei p er te;:;tes l. e. pú ,!J;. 730. 8:111 Amlm1,;io e:-;t ú liien ex plícito a l d eclarar
( Ep . XXI. 14) : a t r actat.u Nicae11i Conci l ii nec morre nec g larl io se,.;e p atitm
separari: San Leon el 'Jfagnn i1iega el n ombre ele católicos ú todos a quell o.~
( Ep . CLXII. 3 ), "(JH i definitio11<"s Yen ern bili,; Sy11odi :licaenae ,.d C'halcP-
don onsis Co11cilii regulas non :-;cqnuntnr.,. San Uregorio Pl Grarnlc lleclar<1
que tiene la mi..,;1m1 fo cu lo:; cn atro primero..,; Cn11cilios que en lo:-: cuatrri
EYange lio..,;. La I g lesia manifi P:-:t a en much as y muy din ,r:-::1:-; oca:;in11 es e..,; ra
conciencia rl e ;;u infal ibilida.d , com o eu e!: Plaenit Spirit 11i :-m nct o et nohi,;
( A ct. HJ, 28 ), Y éase Héfele , ][i,fo,·io d1 los Cm1ci/ios, I. 2." eol.. pú .~. ~11: y sig.
B ell arm. D e Co nc:il. lI. 0 sq .: A ftinnanr. Patre;-;, Conci l ii g enera !is :;enten-
tiam esfle in causa fü lci ultirn nm Ecelc,.;Í rLe jwlie imn, a rp10 appcllari no11
pos:-;it , quo dq 11 c nullo mn,1o irrit ari ye J r etTactari queat. l:lin c ant em aperti:-;-
sime ;;equitnr, i11iquissi1111111t esse r·o,qere cltristirwr1.1·,. ttt 11011 <l]ip ellen t ali eo ju-
clicio, qn od erron eum e,.;:-;e pot nit .
5. Por l o que á la 1.!e;lc...;ia el e ! .\n tigun Testamento re,;pecra, y.1 sC' lta de-
mo.-m ·;vlo ame riormelltl' que ,;e hallaha r eve stida (fo un:i ant orit.b1l tlo cente
regnlar y pú lilic:i, q ue tenfa la conesp on1l ie nte c:m 1c ion Joga i. De 11 teron. 17,
8 f'(l· E t fa e:ie,.; (1nocleiwc11ie dixeri11t, qni praesnnt loco qu<'m eleger it Domi-
nns , et d oc11eri11t t e .i nx t:1 legem ej ns: ,;eq ner isqne sent('nt iam po n1m , ne1·
declina1is ad (lexteram 11equ0 ad :-;ini,.;rram. Qni antem :-;up erbierir. , nol en,;
obedi re sacerdotis imperio, (pti eo temp ore m inis tras .Domino Der1 tuo, et
<l ecret:ojuc1icis , rn orietm· h omn il lir·. et ai1f.>re,.; m al nm dehrnel. Ct .. Joan. 11 ,
~il. H oc aut em a semer ip:-;o ( Ca i['l1 <lS } 11 011 olixit, ,,;cdcum c,;set Pontifux an11i
illiu,;, prophetavit, qnod .J esns n10riturus erat p ro g ente .•J nn tarnent o con el

http://www.obrascatolicas.com
§ 11. INFALIBILIDAD DE LA IGL!lo!A. 125

ministerio saccrd(Jtal orclinario subsistia el mini:-;terio profético, cuyos repre-


sentantes sólo :tparecian en casos extraordinario:-;: por consecuencia, hahía
nna autoricla<l infolible suficientemente caracterizada , es clecir, tal cual la ne-
cesitaban los rielcs fle aquella Igle:;ia dado el descm·olvimiento de la revela-
cion. Pero como t\sta tuvo perfor·to complemento en J esucristo ( Hcbr. T. 1),
cs evidente cin c. :'1 la vez que e! mi11isterio saecnlotal y eclesiástico de J esu-
cristo , pa8Ó tam!Jien á sus r epr esentantes YÍ:"il;le:-; en la I glesia sn ministerio
p]'(,f'ético, sicini<'ra este tránsito no deba entenderse cn el sentido de que é:;tos
hayan ele anunci ar nuevas revcla ci ones , y rprn ellos puedan aumentar
con adicione,; cse nciales el te,;oro de la fe , sino más bien e11 cl sentido
de que han l:t>cibido la 111isin11 de ensefiar lo,; 1logmas recibidos cnn ca-
rúeter de infolihl es . de dar testirnonio de ellos ~· condenar el error. Lafl
rlos Iglesia", la de l Antigno y la rlel X nevo Testamento, tienen <le comun
la autoridad i11 stirn ida por Dios. F.lltre ambas existe, no obstante , notabilisi-
ma difer encia en sn constitucion: la primera es la lg;lesia de la proparacion,
tle las sombras y de las imágenes; la otrn es la Tgl e,,;ia del cumplimiento y
de la plenitrnl tlc la. revelacion , la cnal por eso mism o, traspasarnlo los es-
t.r echos limites de la. na cion .iml:'tiea. se extiende por el mundo entero. P or la
misma razoll. i10 sr) lo el conte11i1lo de la fe y torlo,.; lo.~ elementos qne dan Yida
á esta divina Insritucion son mú,; sublimes en la nne\'a que en la antigua
Igl esia., sino t:unhicn las prome,;:1,.: <lcl Nuevo Testamento en gen eral son de
carácter más clcva<lo y ele más rico conten iclo r111e las del Antiguo.

II. La infaliliiliclacl Je ln Iµ-ksia se declrn·e, rnmo corolario y natural


consecuencia, dl' la Revelaeio11 <1ue se nos lm dado cn Jesucri sto, lo rual
se funda en la,; :-:ignientef; raznu es:
a ) El proü',;t-m1tismo es para nnsotros una prncbn segura de la 11ece-
sidacl de una autoridad infalible t>n materia,; tlc fr, que se nos ha dado
por la Revp]acion. b! Mas para. r1ue esta venlacl iufalible ele la Heve-
lacion co11te11ida Pn la Sagrada Escritura te11;ta para nosotrns ('se cnrác-
frr de n~nlad i nfalible, es nccc:-:ario admitir y resnher dos co::;as, por
cuya mecliacirm llc>gn á n osotros : la e:-.:iste1H'in ele la Sagrada E:-;critnra,
Inspiracion y Cimon, y la i11telig·e11cia de la misllHL Escritma, es decir,
una i11telige11('Ía lingüística , lógico-histórica y teológica. e) Em pero
nna medial'ion puram ente lmma11a y sujetiYa estit en abiPrta eoutra-
diccion c:on la esencia de la f'p y tlel bauti:;rno. d Hé aqui por c1u é la
HeYelacion presnpone, como co11rlicion indi:-:pensa ble, la existenein de
nna autoridad 111c'diaclora , hasad a en un fuuclnmc11to divino y por con-
secuencia infalihle, el magisterio infalible <lc la Iglesia.
1. La cucstion relatiYa a b antoridad infalihle ó falible de la Iglesia en
materia.s que ataflen al tesoro de la ReYelacion diyina , es precisamente el
}'Unto en que m:'ts patent e~ se manifiestan todas las diferencias de la Igl esia
católica y clel protestantismo. Aqui e:; donde el prin cipio form al del prores-

http://www.obrascatolicas.com
12G PARTE ShGl'l>DA. LIBRO PRl~!ERO. SECClOI\ SE\;L'l'lJA.

tantismo aparece más patente y en su mús rígillo carácter. Cnalesqniera scan


las (liferencias que existan en la,; creencias y direccion tlc cada una de las
sectas prote,.;tantes en e! seno de sus (li versas confesione,:, toda,; aceptan el
prineipio de que "la Jglesia piwcle equi\·ocarse en nsunto::; l1ogmáticos,,, corno
que sin el llO }rnbÍera11 lrnlJaflo modo de justificar, lli Cll apariencÍa., Sll aposta-
Sla ó separacion de la misma Tglesia. l'or donde ,.;e ve que el sujetiyismo e,.;
la marca miti'l visible 1le todas la,; confesiones prntesta11tes, como lo ha ,.;i1lo
siempre de toclas las !terejías; por el ('Ontrario, la base en que f'tmllan sn f'e
lo,.; católico,; e,; la antori1lad olijcti\·a de Dios, ejercida, con carúct•T de infa-
lible, por el mini,;tel'io docente de la Iglc,.;ia. E:,; verdall 1pw el protestanti,,;-
mo creyeJite pretende rechazar dicho carúctcr ,-ujeti\·o :- ·'º~nene co11
mucho enfosi,; que PI fnn1lamento ele sn fe ('S b :rntori1l:Hl ohjt'ti\·a de Li
Sngntlla Escritura, q 11e estit mny por encima .lc toda im•c:-;tigacio11 lrnman:i.
Pero preci,;nmente pnrqne no tie11e otn1 fundamento qned:1 cogiclo en la::; rede-
del snjetiYismo, toda yez rp1c el simplt> s1\jeto, e! indil'id110, explic(I la Biúliu
ya segnn las sugestione,; de] E.->piritu ~a11to ( spiritns prirntus) ó segun las
inspiracioneo.; de su propio e,.;piritu. Pero cn uno y otro cnso es el iwliYicluo el
que con la Bililia en la mano, colocirntlo,,e sobre la aislada cáte1lrn 1le su .'W·
construye sn fo de,;de esa altma y por la sola mc1liacion de la mi:'nta Biblia.
Pero;, que sucederá si el tal illili\·idno lnice qne la im·esti.!..(ac:ion qne debiera
coHtenerse cn los limites de la J3iblia ,;e eleYc por encima de ella? En tal
caso, y por razon del 1n·oce1lirnimiento, queda 1lestrnido cl fin de la Reyela-
cion (liYina y positiY:1. He n11ní <le qn•" manem. el protest:rnte ort(}(loxo, q11e
desprecia la razon y la libertarl y sólo se <leja gni:u por el F:spírirn Santo •·11
la ÍHtcrprehwion de la Sagnula Escri1ma, se encnentrn, bajo el pnnto 11P
vi:-ita formal, en ignal :,;ituacion que el cdtico elo ideas rn:1s av:rnzadas, ya
que éste, por razon di'1 principio prote,;tante que afirma la faliliilitlad ele la
Iglesia, goza de igual :rntoritl:ul que el primero. De clornle se ii1fiere que cl
protestantismo creye11te, al ccrn fundir Pll 1m solo ataque al racionalismo y :.
la lglesia católica, HO lrnce otl':1 cosa q1w recrmocer al primero 11erechos 1111e
no le corre.sponden, y cso por el nwro hecho 1le dirigir :1 la vez sns ti1 u.~
contra la diyina institncion tle Jesncristo.
:2. De la misma manera qne no::;otro,,, trata el protestautismo ereyente 1le
prolrnr la necesidad <le una fteYelacicn1 diYina y po~iti\ a, á fin de qne
todos llegnen al eonocimientn ele la ven1ac1, cm cnestio1ws qne ataiien ú 11.1
saln,cion. por el camino núc: corto, con infaliL1le certeza y ;.;in mezela algn11a
de enor.

Calvin. I11stit. chri:;tian. I. :í: (~uia nltimus houtae vitae finis in Dei cognitionc posi-
tus e,;t, ne cui pracclusns csset ad folicitatc·rn a1litus, nem solnrn homiirnrn rnentibi"
imlidit illml, quod diximus religionis sE,1rn•n: secl ita se patcfecit in toto rn1mdi O[Ji-
ficio, nt aperire oculos llfHJHeant, cprin aspieerc enm cogantur ... Sml euirn, utcumq1w
homiunm vitio imputanclnm sit, •11wd semen notitiac Dei, ex rnirnbili rnrtnrae ar11-
ficio mentibus suis inspect11m, mox corrmnpnnt, verissimum t:im011est,11\llla ista et
simplici testiftc,Ltione, •1mie Dei gloriae a creaturis magnifice rcdditnr, iwqnaqnarn
nos sufficientcr erudiri. Simul enirn ac modicum divinitatis gustnrn ex nnmdi spec11-

http://www.obrascatolicas.com
\:j 11. INFALJRILTDAD DE LA lGLESIA. 12'i

latiouc delibaYimu', \"ero Deo prnetermi~so, ej us loco somnia et spectra eer ebri no s-
0

tri erigimus, etc. D o a qui se dcdn ce la necesidnd de la Reve la cion, /. e. (i: };rgo, q uam-
q uam J1omin um ii1 gratit 11tline m sat i,; snperqne o mni patro ci nio s p oliat fulgor il le, t111i
i li eo elo et in b: rra omnimn oculís ingerit ur ... al iw l lurnen et ·m diu« atlminic nlum
o.cc ed at, neces~e e,;t, quod nos pr ob r a d i p,;nm mmH1i cr eature.m tlírigat. Itaq ne ncm
fr ustrn \·erbi s1d fa 11ten ",./r/.í•Ul , q 110 innotesceret ad .;a.lute m ... na.mque sicut senes
ve l lippi, et rtuicu11 11uc ocnlis caligant , ,;i vel pulch r,rrirnmn v ol umen illis ubjicias.
'l 1Hun ,·is agno~cant : es.se aliqn id ;o;eriptu111, Yix ta 1n e n flua ~ Yoces c..:ont ex.(• re potoru n t,
,;pccill is a u tem interpositis adjnti, clistinc:te legerc inc ipient : ita :-:;r:ripturn ctrnfusarn
alioqn i D ei notit ia n1 in n1entilJll.':' 11ostri....; c:olligf•n..;;: di ... c:u:.-;--;a, cal igine li11ui do nobi;-;
vcnuu Deu1n os ü m dit. L a fú nn nla <l e an' u enc:ia d crnnestra .l a exist.enc ia •le ln. Reve-
lacion como f'if;i ca111 ente necc,;nria , :'t const·cu enc·ia del pe catlo y de :ilB de ctos. Epist,
II. 57D. Homini s illt ol.l ectu s et ratio in r cl:ms s piritualibns prorsus s nnt cacca , nihilque
propri i., virihns 1111.',;mt\ i11tC'lligere. H nlrn ( 'f'eo rín r/e /11 /e. :2." cd., piig. ti:-, ; ha d('HllTO-
lla1lo "·' t" doctrinn f1md:'111tlo,;p rn ]a ,; c·c111traclict·io1!l'S de ln r azun en h •:.; difl'rentt'''
;.;i~temas fil o,;(1fico,;. t> H la n eee,;ida <l ele u 11 a autorida1.l supre ma, df' la sa ncim1 diYiua
d e las doe.trina;. reli gi osa s , dr una ens eiia nza .iufalibl r, et c. Hé aq t1í p or •t né t::unbit•n
csbi eu:seiian za infalihk y esta a lltori da d s nprem<t. igualmente cxe nta ele e rror,
rlcben se r l os me di o.' por los •pi e lle g11 e á 110sotros la lfov elacion.

3. Esta ens61nnza aln·aza do.~ partes : la exi,;tenci a ele b R e1·e laci o11 y ~n
conten ido. ~~s ve n lad que Ln tero admitía como C{ISa natura l la exist eneia 1le
la in:<pi rncinn ( L11thanl t. /. e. p. 211 .1, pero los partida rios ll e su :;i,;tem;i.
teológico, pnest o,; en d inel ndible caso tlc contestar ~t esta preg tmta de los
católico=- : ";. cómo pue1le el r: reyeute adquirir certeza sin h antoridad de la
lgl e si a ?,, n o s upi ero11 8alir del paso ,;ino a triliuyendo identico sign ificallo
á la Hevelacion 11ne ú la Sagra1l a E scritura: Theologia chri,;tiana nititm
principio cogno,;1· endi ce rti ,;~i nw , ncrnpe revelatione diYina , et r1uidem pro
h odierno E ccle::;iae statH r c1·ela ti one divina mecliata, scnj1tis prophetanun et
A.postolorwn co111prelw11.1·0. l'n de pri ncipimn tlrno lngi :tc complexnm al1:-,;olute
prinrnm est : Quidquid D eus re\'Clavi t , infallibiliter certum est. Prineipium
ejnsdem s ec:nndttm qairl ct pro lc111pore praesenti prinrnm est : Qnidqui d :;acr;t
Scrip t. nra tlocet, infallibiliter cer tum PSt ( H ollaz , l. e. p. 74,). Elcarácter
tli,·ino de la Sagrnda E snitttra ,;e cle mnesrrn pn r cri tcrios externos: la allti-
güedad de la Bihlia, el inqucbrn11tablc amnr de :ms autor('s :1 1:1 1·enl :ul , los
milagros qne se lmn 11liradu en confirma(;Íon t1e su do1:tri1ia, d tes ti monio
uniforme d e la l glesia on pro de la divinillad d e la Sagra da Ec;eritura , el de
los múrtires, el t1e sus particlariu,; y únn Pl d e sn::< e1wrni6º" on fanir de la,
snblimidacl tle las tloctrinas el e la Biblia, la histori a li rilla11t e d cl Cri:<t ianis-
mo y Üe sus incomparalile>< triu nfos y ol ju ici o •111 e han merecido su:;: adv er-
.sarios y p er:<egni1l ores en toclo::< los tiem1)(l,.;. D c· mnéstrase tambi (• n por crite-
rios intern os; D ei de se ÍfhiO in sac ro coclice tes tantis rnaj estas, :;tili biblici
,-;irnpli citas et grnsita,; , my:;terinm d iYinornm , qnae Scriptura pandi t , subli-
mitas, omnium assertionum ve ritas, prae c0ptonun :;:meti tas, s. Scripturac
" d salutem :-,;nffi cientia. ::\Ias toil os estos testimonios sólo pueden producir
tina fe humana ( Hollnz, l. e.) . E;;te es r:;,l puuto en que principalmente :; e
fund ó Bossnet (Con ffr ence acec Claudr) para arra ncar al protestantismo estl\
preciosa confesion: "Si no tieneu más que una per,masion puramente humana,

http://www.obrascatolicas.com
128 PARTE SEGUNDA. LIBRO PRIMERO. SEC C!ON SJ,GCNDA.

no pueelen tener má.;; que una persuasion dudosa, y, por consecuencia, han
de duelar necesariamente ele lo que, segun usteel mismo confiesa, constituye
to.do el fíuulwnento de fo f'e; son, en una palabra, infieles.,, e: En que se funda,
pues, la fe divina? En el testimonio interno del Espíritu Santo, ó sea, actus
supernaturalis Spiritus sancti , per verbum Dei attente lectum vel auditu
perceptum, virtute sua divina scripturae sacrae communicata, cor hominis
pulsantis, aperientis, illuminantis et ad obsequium ficlei :flectentis, ut homo
illuminatus ex internis motíbus s piritualibus vere sentiat, verbum sibi pro-
positum a Deo ipso esse profectum atqu e adeo immotum ipsi assensum prae-
beat ( Holla,z, l. e. Quensteelt, Loci I. 94. D7. Ca,lv. Instit. I. 4): "K o cabe ya
discutir sobre estos hechos internos, sobre estas circunstancias que pertene-
cen plenamente al terreno de la sujetividad.,, Schwegler (Anrtles de Teología,
tomo V. p. 133 y sig. ). De aqui provienen los extravíos clel sujetivismo en
d os di stintas clirecciones: la, de los fanaticos ( Carlstadt, 'l'h. l\iünzer, los
cuáqueroB) y la de los rncionalistas. Así vemos que Lutero, contestando á
los católicos, :-áempre se fundaba en la palabra interna, y oponiendose á las
sectas d e los fanáticos ap elab a á. la autoridad ele la Iglesia, cual puede verse
en su escrito á Alberto de Prn sia contra algunos espíritus rojos (\Valch XX.
2089. V éas e Hajas histórico-políticas, tomo VI. p. 3!3G. tomo XI. p. 413 ). De
aqni provienen sus vacilaciones consta,ntes en la cuestion relativa á la exis-
tencia de una Iglesia visible ó invisible , ele una palabra interior ó exterior,
que sirva de guia y fundamento para admitir ó rechazar una doc:trimt, efecto
de la cual unas veces la Iglesia visible condena á la invisible y otras al con-
trario. D e aquí la inclecision ele los luteranos en lo s tiempos snbsiguientes, al
<lecidir si debían a,dmitirse entre los canónicos los libros simbólicos y hasta
qué pnnto eran obligatorias sus doctrinas, asi como al determinar su r elaci on
con lns otros libros de la Sagrada Escritura; de aquí provino tambien la cli-
versidad de pareceres al determinar si Lutero li abfa admitido la existencia
de una Igl esia visible ó sólo invisible. En rea.!idad fué partidario de una y de
otra, y ens efi.ó cosas contradictorias á ambas: "lina vez admitido que el indi-
viduo ha de ser el que decida lo que dehe creerse como h echo histórico y
enseilanza divina, tenemos por necesidad que ver innumerable;;; variaciones
en la doctrina ele J esucristo, porque todo c1rnnto el individuo admite como
verdaclero lo pone á la vez en boca del divino Salvador. De donde resultá
que b R evelacion de Jesucristo se hiz o ridícula en este sistema, ya quetocla
Revelacion que nos cl(O\ja á oscnras respecto á su contenido y que no ofrece á
sus mismos particlarios una comprension uniforme, inquebrantabl e y dura-
dera, en r calidacl no revela nada, puesto que por eso mismo se contraclice y
se refuta á si propia.,, Mõhler, l. e. § 42.
Todos los esfuerzos del protestantismo para demostrar la evidente claridacl
ele la Sagrada Escritura han sido vanos: Sacra scriptura clogmata fid ei mo-
rumque praecepta, cognitu factuque h ominibus aeternam salutem aclepturis
necessaria, modo luculento verbisque adeo perspicuis proponit, ut ab homine
docili, attento, praecon ceptis opinionibus vacuo et idiomaüs, quo scnpturam

http://www.obrascatolicas.com
~ 11. I);l'Al.IBIL!DAD DE LA I GLESl.\. 12 ~)

legis, guaro ( '. ) focile int elli gi r1ueat. P orque la Biblia ,;ólo e,; eYidentemeute
dara coi1ditio11ate pero no (ll;s0lute. K o e:;; capaz d e com prend er la Sagnub.
E:;;critura :;;ino aquel qne ha sido r egenerado ( Holiaz , l. e. Quen;;tedt, l. e. I.
4G), que se halla en p osesion de los meclios ordenados ú este objeto , como
lo:;; conocimi entos lingüi,,:ticm;, y esto sólo in his, quae scitn neces,;aria sunt.
ad salntem. J'.Ias la Sagrada Escritnra precisa ser comentada y explicada
ba.io trc,; cli,·er"os punt o,; de Yista para que pue(la ser comprend ida y reci -
bida en espfritu y Yen1acl: el l/11.qiíístico, el Zóuico-hi.stórico y el teológico. Ya
Lcs;;ing ( co ntra Giítz e, Obr. Derlin , 182:S , tomo YIII. p. 22 y sig. ) hizo
notar la imponai1 cia tlel primer elemento (le exégesis bíblica; f-itrnn,;s ha
hecho indicacionos acerca ele la extension que el seg undo abra7.a (Teoría de
la fé. I. p. 1!.ID. II. p. lllJG!: fon1bdos en la misnw esencia c1r la Escritnr:1, todo;;
lo;; Santos Padre,,; clan la preferencia al elemento teológico. II Petr. 3 . ln.
I Cor. 2, U. Luc. 2J, 18. 27. BJ. 4õ. Ps. 118, 3J. Hieronym. ad Pnnlin.
Ep. L \~ III. D: Si tantns propheta tenebras ignorantiae confit et ur, qna nos
putas parntlos ac p8'e11e lactentes in,;citiae nocte circmmlari? Ep. LIII. p er
tot. especialmente e. li: Haec a. me perstricta snnt breviter ut int ell igere,;, te
in scriptmis sanetis sin e prae\·io et monstrante semitarn 11011 posse ingredi ...
Sola Scriptura est, r1nam silii omnes passim únrlicant , qni qnir1qni<1 dixrrint,
hoe legem Dei ]m/r(}I/: wl SCllSll/11 .S)l(l}lt iuco11gnw (lji/Wd leslimr111ia. K adie mas que
el es;iíritn de D ios pnede explicar la palalJra <li\·ina , que permanece siempre
en bs ,;ombra,; cbl misterio para el espíritn creado, I Cor. :2, 10 S( 1. Pero la
wlion crm ltl lglefiia es prenda :;;egura tle que el espíritu que on nosotros hahlo
es el espíritn lle Dios. Augnstin. Ep. CLXX:XT. 00: Kon lrnbent iraque
f'piritnm :,;anctnm, qni snnt extra }~ccl es iam; in Ps. L YII. G: Ideo locnti
sunt fa lsn, qnia erra\'enmt a \·entre. ln \'entre ([Hippe Ecclesiae Yeritas
manet. Tan descabella<la y absnrda e;; la pretensio11 del protrstantismo que
funda exclusiYamenre en el testimonio lle la Bibl ia :;u fe, f1;dr1 e11rnelto e11 el
inisterio, segun expresion propia, y e,; o en toda;; la s edades y lo mismo tra-
tándose do inteligencias ilustraclas <J ue de personas incultas y rndas, p or
cnyo medio supone riue se ev ita t oda mezcla rle error; tau infundado es tal
principio que dista muy mucho d e :,;atisfacer la necesidad religioso-m ora l del
hombre, nece sidacl r1ne nunca se satisface por el método de la i1n-esti ga cion
indi\'idual. ::'\o debe, pnes, mara\'Íllarnos que teoria semE'.jante no haya en-
contrado particlarios en las mismas confesiones prot estant es, en las cuales,
lo mi smo r1ue en la Igles ia cató lica, lo;; maestro:;; y prerlicadores sirnm r1e
intermediarios de la fe.
Oigamos lo 'llll' dice Kalmis (l'cúln!;Ía ''º!Jl1uílica /11lcrc111u , III. pág. W7 ): "Los anti-
guos teólogos tm·ic·ron n n pequeita clificultacl para cl0frn(kr esta cualicl acl, ya contra
los partidarios de la Iglesia roma na. que, d0 a e uerdo con \'icente de L erin ( C'onrn wnil.
e. 2i. y fnnclándose en <J.UP cada uno da una íntPrpretacion di fer ente ú la Sagrada E~­
critura. sostienen la nece"idad d p una intrrpretacion autenticn r\e la I g les ia ;,í. qnC'
ateners e . ya tambiC>n contra los reformistas. a rmin ianos, socinianos y místi co.s qne
prctendian deducir dP la Escritura resnltados de t odo punto coutrarios ... Los l'rofr-
tas y las cartas dp los ApústolPs , c·nya intPli.g encia o(•·ece 1Ufi.c11llrules ti11n para los tcr;-
logo·i, no puoden ponerse Pn mano;; dC' los firlC>s, por ilu;;traclos que sran, si no vaa
T<n1r> lí

http://www.obrascatolicas.com
HO PART E Sf.G t::!'>DA. LlBRO PHDIEI((). :-<ECC U:> PHIME1'.~.

ar~c·m 1 1 a i'ia ;Ji. , s de f'Xp.l i!:ae:i n11es ... ]:>.,r rnú .-; •111 e el E "pfritu ~ant1.1 :;ea 01 fuud arn<'uto
Jlara la inteligeucia do la :O-:agra1la E'critnra , 1rnjo n ingun CO!lCe]>tO debc crigir:;c en
n o rma ó gu ia de e;:a imeli g-encia la l'Oncicn cia in diúdu a l, por mny lle11a CJllO 58 crea
dcl espíritu divino . .. ; no <leb e, 1mc•.", consti t ui rse el e;:piritn individual 011 maestro
ele ]a pa lahra , l o l'.Ua] er1UÍYa]dr ia a i"1pn 11c,· e n lugnr de C.<' /l'Jli~1·. r:Jf111u l a111 ~ 11 / o j ce l'-
1fa·fo1·a qarantía 1le tml <t e:i ·1m.~it.·i o n rr~ l'fct df'. 7(1, -'"'a.1p·a·7a, J.Ji/Jlia cs e1r;..i;: JJÍl'iln11u~ p1·esi1le
rÍ t ~1 I~;lesi a .'J la 1·igc. ~Ia~ (h.:.te e:-"piritu llO ~e ha]]a, a.f(~('tO ;\ de tPr1niI1a<1o ...: t'. ,rg·.:nH)5,
1·tHno prete11dc la lgl e:-;ia rn1nana~ qr10 ú1iica.1nente Je adn1itn Pll cl 1•onsr_·ns11.-: 11 ator111 ,
en l•)s Con<-i 1io~ f''_;u1w'·ni e1H ó f'll la ~ e c_l e r<.n1Hu 1a. F :' ~ p(1\ ' r:011:-;i g ui 011tf•, t? 1T1'11 1Pa tn1la
Pxro··lielou 11ue ~ig-a Ja coneicnc·ia, clfl la lg·l0-.,ia co1no norma y h a:":.ü para la iu tehµ:en-
c·in. dn la E~1:ritu1a~ porque 1:·sta ~ ~ e g;nn henJo:; Yi~ttJ: P:"i l~t. que d etr•nnínn, la fe dt•ntro
d<' l a Ig-lc~í a. De· domln provienc la díver,;idad •1ue <'Xist<' ele cxpo,;icion c:,; confP.siona-
Jr • . Y e,;rn di n~r,;idac.l •le Px po,-i cione ·,-. (.ll•• 0 .:; 1111a prneba p al pabl c de la <>'c uri1l ad del
>' (' ll!ido d e b E;writura? En realiolarl. lo •1H e prHPha e,; '!" º no 1l an ltt Vl'nlael <'r a Pxpo-
::.:icion del S agraao tf)xto a quel1n :-; 1pu• trata n 1..ll~ halla r ~ u ~eHtido ~ 1 11 Pl auxili o (le la
n 1is1na Es critura. La Yel'dnder:1 e:·qio~iclo11 ln 1la la rni:-:1na E.;; critnra.: :--egu11 d.rc ían
ya los ant i.:.;-nos, Jl<'l'O ate11i<·ndo.-<e a la f'xperi'"ncrn d e 10dos l<J s ,;iglo.-< . ccrnfnrrne a l
t 1 ~ piritu <10 la I ;. dPsirt uniYer:"'al. ú111c:a i: ~ _) 1ptf1 deh<' a~11 i rnr ú. po1H' l' 1;a,:a Yl?4 11ul..; pa·
ü·nt e J,,,, t e" •>ros ole l:t palahra 1l e D;.,,.,,

Qnede , pu e,.; , sentado •1ue únn cn el :-rn11nesro de que fo era po,.:il>l e obtener
c0mpleta certeza, tant o ,.;obre la exi:-:ten•:ia c<•mo ,;ohre el :,:enti<lo d e la ~a­
g:rada Escrituni, no sería suti cie11te puni /ú1u/a1" sol!l"e ellet la (e. Así lo han
reconocido los protf'Sta lltes al exigir cnmo olij ecrnm formale ó nwriyo nna
amorielad infalible. Y pne:-t<i qnc el protc,.:tante no posce trtl autoridad en la
lgl esi a, (, cn qrn~ pnede ftmelar l:c fo en la 11iYi11idaü de la Escritura y el sen-
tido r1ne p or ,.;n sól o esfnerzo in11iYi•lnal enc1wmra en el :'nµ: ratlo texto? En
el Espiritn Santo. ~Ia s corno quiera que este le r ecibe en el acto mismo de
leer los sa .~rados textos y nnn ca úmes , result a c.011 eYidencia rp1e n o riene
certeza infalihle ni sobre la in;;piracinn ni sol1re e! sentido 1le ln• mismos, y
p or consigniente, n o tiene certeza infalihl e, cli vina , de las Yerdades rl e la fe.
R ossuet, R f(f n·ioiics sobre 1n1 esNdo de JJ1-. C/111((/e, p. U G, cll. Lil a ll e 1110:
" Cuando nno que no ha lei<l o la Sagrada Escritnra la cr ee palal1r:c tl e Dios
con fe hunrnna poniiie se lo li a dicho su padre, se halla en el estado de ca-
t ecúmeno; pero cnaPdo él mi :S lll'' ha Jei1l r1 e,- rc :-<nnto lihrn y lia sentido ,;u
eticacia, lc cr ee palabr:c de Dios , no cou fo humana pon1ue se lo h a cli ch o así
sn pallre, sino con fe divina, poniue d mismo ha senti1lo inmediatarn ente su
cli Yini1lad: e;::e cs el e"ta•lo tl el fi el.,, H é nquí por qné el principio d el protes-
tantismo le arrastra há eia la tlud a y, cfecti vamente, le hace 1l11dar d el símholo
apostó lico hasta tant o rpie el mismo ha probacl o t odo,; los dogmas •1ue con-
ti ene, y, mediante e::;te exámcn, los e11 cue11rra lrn sa1l os cn la Sagrada BiLlia.
De donde se intiere que {mtcs de li acer e.~ ta prnelm no es cristiano, y por la
influencia 1.l el cúnccr de la chllla arroja de sí la i;ratia d e la fo y de la:' Yirtu-
cl e,; que se !e infurnli ó por el bant ismo. Bossuet, ('rmfi:renáa con Jlr. Ciawle,
}'· ~>8 . E fectos muy lliferente;; prollujo la predicacion de los Apó,;toles, qnie-
!H'S ~amiz :uo n á nrncho:; qu e al1rieron lrts puerrn s 1le s11 corazon ú la fe eles-
pues de oir aquella predicacion ( Act. :2, 41; 4, 4; H, 1:2 ) ; y sin em burgo de
(]Ue é,.;tos no babian aú n conocido ni confesa<lo todo:-J lo s <logmas qne eran
ohjeto <le s n fe , delJian creerlo y ob ,;enarlo todo ( Tit. 3 , 10. I Tim. 1 , 6.

http://www.obrascatolicas.com
§ 11. l~FAL!B!LIDAO DB J.A l<;LE~IA. LH
Acr. ii"J, :21' h :;in renel' libertad para negar ó contradecir nna pane (:ualquicra.
"E;;t o no era posil>le :;ino admitiendo l a existencia de una anto1·itla<l infalilJle,
<1ue re,.;idia y a e11 l o,; Apostol es por Yinuc1 d e la grnc:i2, extraonlinaria ele la
inspiraci011, y qne lnégo r ec:ibió una forma l ega l y constant e p ara to<los los
tiempos en el primer conciiio de J ernsalen. No tiene fondamento alg1mo la
objecion propnesra por Clarnle cuanelo elice qne lo;;; mismo;;; creyentes católi-
co,; tropiezan con esta cliticnlta<l enfrente <le la ant o!'idatl d e la Igl esia, supo-
sicicm <1ne rechaza el mismo Strnn,.;s (Teoría de la (e, I . p. 13'3 ) , ,.;iqniern haya
he ch o mella en algmios teólogos católicos ( yéase Brngere, D e J:cdcsia ('hl'is-
ti j1mele1:tio;u:s 11oute, Paris , l 81H, p. 408 ). L os qne asi j nzgan 110 tiencn pre-
sente qne lrny mi:i gnrn <1ifcrencia entre tlemosn·ar la <livinida<l de mia Es -
critura y la d e una In;;tituc ion como la Igle:;ia. ·' E ;;rn, se rlemnestra rí si núsma;
jm1tarnent c C(ill l:t fe en el Símbolo apost6lico, propone ya rrl niüo ,1ue ::;e
liamiza en su ,;eno la creencia en su mi,;ion diYina, y para pro bar {~~ta ::;e
Yal e de lo,; mi,;mo,; motiYo s de cre(libilidad con r111e confirma sn propin esen-
cia y la cr edi J.ili<lad <le d ich o Símbolo. Cone. Yatic. De F iel. cath. e. 4.

TIL De la rni,.:rna e,:eueia de la Iµ·le,.:ia, e,; decir, del rt'ii1 0 de .J e"u-


cri,.:to, que t•,; mia :-:ocit>datl perfrda, com1me,.:ta tle mae,.:tro,.: que <'n,.:c-
iian y (liscíp nlo,; f1 ne apn·nckn, de caLeza y de rnit•m hros, de jcfe,; y
<le :-:úl:dito,.:, ;;e dellnce:
ri ) l, a llec(',;irlad <le <1lH~ haya en ella nna antori<lad; b) qne rija y
perfeccio11e la edm:acion reliµ·i o,.:o-moral <k :'lli> in<liYid110;;, y qtH~ por
e;;a razon . por ,.: er la ll orma de nuestra,; crecncin:-:, e) lia rle ,. : er <'Orn -
pleta, ,;uticicntP y por lo mi;:mo d ) i;~falible.
1. Cr,]Yii I<l n•e on"ce ex plicitame nt e la. autoridad <le l n, I ;.<:]eo;ia ( l n~ tit. I\". 1'. : Pasto-
re,; f' Ofü< tituit ª''
doetorcs (])eu,; \ 111101·urn ore sLIO:' •l oceret: eo~ a u<·tori tate in struxi t;
nihil ueniq11e omi.<it, quou r1d .'< a.1idum fülei crm ..;ensnm nt rectum ordinem facernt.
P ero no estii.b a en condiciones 1] P declncir to da,; la.'< curn<rrmenc:ias r1ue dr. e,;a, r:onfe-
sion se d esprenrl <ell, Yl1 •1n e hubi 0ra, i"n ta,] ••aso cond en a d0 su propia nhra, p nr cuya,
razon }p Ye1n os v aci lar cn etorna. contra1licc·i011 <;on~l g o nli:-;1110.

·) Hé aqui como ae,.;arrolla esrn pruelm d e )faistre , D el I'ap11, ed. de


Frnncfort de 18:2:2, I. p. :2: "Ign oro si al tratar e;;ra, gran c1rnstion , como
tantas otra.s, se lrn prestado la r.le1Jitla atencion à que la,.; YerdaLles teológic:i.s
no son ( ?) otra co;;a r1ue verdades de un onl en general, reYela<hi! y por
tanto reconoci,las como de orígen diYino en los círculo;:; de la Igle:-;ia: <le
su erte que no :'.e pnede atacar una ,.;ola sin atacar á la vez su principio uni-
Yersal. La infahbilidad en el <'mlen espiritual y la so/1erco1ía e n el 6rden civil,
,.;on dos palabra s (1ue si gn itican una rni;;ma co;;a. t-na y orra d esignan esa
autorielael suprema que todo lo domina y qne ;.;Íne d e nornrn á todas la;:;
demás votesta<les, que rige ~ in ser reµ;ida por uadie, que jnzga ;:;in ser por
ntro juzgadn. Al d eci r que la Igle.-;i a e,; infalib1e n o preten clemo,; atrilmirla
:-:iqniera un priYilegio e;;pecial ó exclu~iy 0 : sólo peclimo;; que se la d ej e en
pose::;ion d A sn r1ere clio, f1 ne es comun á t0cb am orielad suprema, de cual-
'luiera clasA qne ~ea,, etr. I nclurlabl emente. dnnde no se nece~ita rnús que el

http://www.obrascatolicas.com
13:2 PARTE :;E(;L'NDA . LllHW Pl\D!fü\O . ~EC C I ON PRDI E IL\.

acto externo para dar cnmplimient o ú L1 ley, cnuw :,;uce.k en la,; 1\•h c: io11es
de Lt Yi d a ciúl, pne ll e la :rntwidad lim it ar ;;e à una ;;impk inapebl.1i !i ,'bd , e~
decir, ú un a iufalihili dad fo rmaL y d elie limitar;;e ú e;; to ya q1te l a iclc·;1
intema no tae tlentro de l a jnris di ccion Llel jnez. Ma ;; e n la ,; c:ne:::ti 1.•n rs de h'
y ele m oral lo externo ;; ó lo tiE·ll(e Ya lor l' ll c: nantn •itte es C'(•nfesion y PX [lresir.1,
de lo interno; por con secnen::ia, ii l a antoriclarl eclesiústic8 no le hri;;ta e,;:1
inapel ah ilidatl ó infolil.1ilidarl /imn(ll, ú11t es bi en <l elie balbrse r en stirb t1r·
infalihilicla1l rm/.

rv. :'.\o solamc11te del fin y ele ln mision <k la Iµ· lesia, <l,· la e:::e n-
cia y de la uaturakzn de la fl' se <lt•d uce la necesidad <le la infalíhili-
da<l, "ino 11ne ade1ni1" es ('()lltlicioll y fnntlanwnto 1k toda ,; ln,; otra"
cualidades eseneinks 1le ln mi:-:nrn . rorno la 1111itlacl. ;-;antidad. rntoliei-
dad y apo,;tol icidarl.
l\lc•hler (/. e. 4.'' eil., p. 3E; J y :;ig. ) lin desnrrolla clo este pensarni ent ci. L:1
nnith<l , la uni\·ersali1la c1, la a11tigüet1a1l üe la 11nctrina y la cert eza inque-
hrnnta1J le e n la fe, s on r·le m e lltos cine ,;e· condicinn a n nrntnamente .

V. Los c;-;crúpnlos y ol~jel'ione;; qne "e prPc:e ntan rnntra ia infalihi-


litlad de la Igle;;i:i :-:t' fnnda11 en faba:-: 11 ipóte;;i,; y rn nu co ttce pt''
erróneo, ó it lo rn(·11 u,,; poco darn. 1k la esencia dt' e:-: t:i c11ali11'lll. l'orno
Sl' <lednce de lo,: hPl'lJO,: :siµ·11it·11t e;-; :
a ) Seg-n u la crt>1'11CÍa rnit:-: proha 1111·. la I1:de:sia clt•l _\lltit-!·n o Te"ta-
me11to fué infalihle ,>r attl1. :.23. 3: : y á m1 en d :-:u JHH'sto eh· q Ht' iw lc•
fucra. los israelitas knían 1111 mediu seg-urn para atlquirir C"erteza 1le
la,; wrcladl'" reYelarlas por lliu,.: e11 la,.: e11,.:elíanza:-: l':\traordiiiaria:-: ik
lo;-; Profeta,;: b) del pa:saje dl' Sall )fateo. :2~. 20. no se tl etlue e eli
numera alp:nna que los sucesores de lo,; Apóstoles sean infalihle,.; en s11
Yidn priYatla . ;-;ino :-:olarnedt' en la predica('io11 ele la <loctriua y en la
arlmiui:;trneiou de los SaC"nrnwntos: e) la infalihilidad es e] 1-fecto de
1111 anxilio c:-'pecial de Dim; ( a,;,;istentia effkax. 11 011 neeessitau:-:), q nc
realiza su:-: planes con "Y por medio <ll' la Yolnntacl lilirc tlel ll(lmhre : r1 ·
por e:-'ta raF.011 la i11falihili1lad no exclu:-e la ac-tividad lrnmana , ~mtc.~
por tl contrario la prcsnpom'.
1. Oigamo,,; lo 11tte dic•? l\Ielclwr Cano ( L oc. theo/. Y. p. 13:2 e1"1.
Yenet.) t ocante á la acrividad humana en asuntos r elatin>s á ln fe: Con-
cilium et Po ntifex huma na \·ia ince<lunt , rati onemqu e seqnnntnr, atqnt>
argmnentm1il.o vernm a fa l so <li seernunt. A dhi bere c:on s ilinm ne ce ~ ,;e est , et
expcrnlere ntrinsqne partis nrgnmenta: tum deind e sequetm anxilinm Dei .•.
Ex qno perspicnnm Pst, non clonnienti lins et o;.;citantibns Patribu,; Spiritmn
sanctnm ris~iste re , s e'l diligent er hnma n,1 ,·ia et rati one r1n:ierentilins rei. (1•·
qn:i rlisseritnr, Yeribt r m. Sol•w b co nformidad r111e ex is tP entre in f:1 l ih ilida d
y nnirlad, eli ce San Ag nst.i n , De corrept. et ~ra t. XI\'. 4õ: K nn est d 11 llirn ndum,

http://www.obrascatolicas.com
S 11. l!>FAL!BILIDA D DE LA IGLESI A.

\'O]umati Dei hmnana :> Yolnntare:> non po;;:Se re:;istere, iluominus faciat ipse,
11 uod Ynlt, qnando qui dem etiam de ipsi,; hominmn ,-olnntatilrns fJ 1rod rnlt,
, wn rnlt, fúcit . . . Sine dub io habens humanorum conlinm , qno placeret,
inclinanc1ormn onrnip otenti ssimam volnntatem ... XII. B8: nt ( volnntas lm-
mana ) divina gratia i111ledi1w"úiliter et i11s11pera"úllila ageretnr, et icleo qumw:is
111/irnw, 11on ta111en rlejiceret, ne1prn atl versitat e aliqna vinceretnr.
:2. Se calific ::t rle circulo vicioso b prneba r1ne se saca de la !-4agra(1a Escri-
tura en frt\'Ol' de la infa libili dad el e la Igle sia y tle :;u con ;;titnci on en general,
J'Ol' cnanto luégo se acu1l e á la antorichd < le la misma Igl esia para d emo,;tr ar
Ja antenticidacl de dicha prn elia. llfas como ya se pro1Jó anteriormente ( I. p:'t-
óna :213 ) , no exi:-lte tal circulo vicioso por la sencilla razon de qne en nues-
rra disc n~ ion con el protestantismo usamos la Sa g rada E scritura comn fnente
('Onrnn, para lo cual 11os asiste perfecto derecho: ele consiguiente partimos de
~ n mi:'mo pnntn de Yi sta nara dem ostrar la esencia y natnraleza ele la I glesi a.
Por ona parte , en esta cuesr i on consideramos la ~agrada F:scritnra como
docnment o puramente histórico, h acienrl o ab,tracci on de su carácter de libro
inspirado, y para nuestro tin apologetico tarnpoco acudimos a la expli cacion
infalible de la I gle,;ia á fin de conocer s n venlac1 ern cnntenido, cnal ln r e-
•iui ere la teologia rlogmú.tica. Pern además e;; falsa de t ndo pnnto la snposi-
"ion de qne nosotros sa•1uemo s de la Biblia la d cmostraci on en fay or de la
Igl esia; ésta se rlemuestm â si misma pnr su propia existencia , como todo
organiBmo vivi ent c, es decir, por su vida y poJ· sn histo1·ia, e:nya pl 'Ínrnr a. y
más importante manife:;tacion , e:-l verdad, se encuentra en la Biblia , pero no
Ja única representacinn, ya que la Iglesia es an terior á la Biblia y los ho m-
lire,.; c;·eian en •1icha instirn ci011 tliYi n a únte,; r1ue ex isti era el ~::1grac10 Libro.

SECCION SEGUNDA.
De la constitucion de la lglesia.

D el hecho mi::mo <1e ser la I glesia el reino Yi~ible ,1e Dios en la tierra,
rle "er nn organismo bien ordena•l o, al que se dan poresa razon los nombres
•1e cuerpo , casa , r ei no , h ogar, :-;e deduce que cl ebe tener una constitnci on
rleterminacla, regular y establ ecida por expresa vnluntacl ele su fundador. La
euestion es, p ue~, ~ cnitl es esta constituci on dada por J esucristo á su
Iglesia? El sólo enun ciado de la tésis p one de manifiesto su importancia ex-
traordinaria. P nrque así com o no pu ede exi stir una Iglesia invisible sin la
visible, así tampoco puede haber l glesia visible sin una organizacion y cons-
ti tn cion que ordene los acto s de su viela.

r:>- t a fué la primera fals ed ad que comct ió Lut ero y los jefcs de to da s la,; sectas que
naci0ron de su d octrina. al sup oner que Jo;: neles no r eciben instruccione'l d e nadie
má,- que d e Di os, exduyeJHlo toda cooperacion h u mana, todo in;;trumento externo, y
si n teiwr para na,la cn cuenta el pror:e1hmiento l]Uf' se siguió en la form a cion de la

http://www.obrascatolicas.com
P.\l{TE SEG l :SD .\, J.iHi{ O Pl{DfERO. SEf'CIOX :"'.iEGC~D.\.

pri1110ra c o rnunidad ec lc,;iást i,·a c•n ;J0rusal ea. por n 1cdio d<· la predi eacio n 1k los
. i\.p
. ó--t 11 le~ . <lel b a uti~111r 1 y d0 la c-e li•h rnc:io a ele la ~anta cenn ! .•:\... ct . :2. !:2 ': 1·ur ta l su-

po s i1·i o n :;(' cxdnyp tarnbien t<>d'l d C' j•<'ndencia dc una autorída.d i11Pdiaclora y se a.d-
nlit !! ú11ie~111 P 1ite u11a I ..<.!·l(' . . ia irl\ i ~ihJ(~. ~·a que tn1la t'OC'i(ldad \·i::::ihlc' . en tn.l eon<:epto.
carec-Pria d(' objeto. De <·,;tn Jg<e ;;i1t im·i,;ilile suponr qnc ,; (' d eriYa lu i·g· ,, !a Yisihle
con Pl "pnhlicnrn rninio;terimn in \'('rbo C't ofticio ext0rno,. (l)e .•erur1 11;·/,if1·. Opp.
Tom. III. fol. 18:2). aunrptP no s0 d e ciilió li hacer tal concri<io11 hasta 01 ai10 t:'>:2''· cnan-
rlo yri los sPr·tarios fanúticos habian <.lndncido cl<' sus ti•orías ennsrcttencias qu0 (·! n<>
c•spernlia. Ante,.; liabía lH•cho r,;tl clr,c larnc io11 cnntra Fms er (Obr. Ed. rk Erlang·,>1t.
'l'. XXYII. pitg. 2:-ll í: "Asi lrn. '1tee1li1lo en t.ndos los t.iPrnpos i[1tP cm hs ci1111adrs (Tis-
ti an:1:-.: , C01110 r1niera qup lo lt1s st?an erlPsitf.~fi,·o.~ r11 ?!/na/ !f1·a1l11, ~~ C'JP _g Ía llllO dr Prl tl'P
t odo ..-. ya e1 más aneiai to. ú r i más ;;abio ú f'l rnú ."< pia <l ""º' para que des<'mpel1:i,,;p e!
<·argo clE' s iPrvo. g11ardian .v tnt«r e n la pr<'<lic-aeion drl Evangi'lio .'· rn ln a<l m ini s tra-
(;ion d f' los Sacrarn!'nto'-. á la 1.1an0ra 1.p tP ri.:' Pntrf' una rnultitrnl 1le l'Íltdadan"s sP
eligP r l b 11rp;omaP str0 tk la c i tulad." Confr»<s. Augnst. :-,: Ut Jrnne ti d cm 1·1)11ser1iutmu1-,
inst i tntum p,;t ministC'rinm d o e0ndi p,·an.g·pl ii et pnrri.ge11di 1-' a,.rant(•1tta. A. 1-'. 1)(' po-
testatf' et prirnatn papar l'· 8 1'i: :;\ rc·Psse p,;t fateri, qttod r:l:tYes uon a1l per.<onarn
uniu.s cPrti hominis, ;;e<l ad E<·1·l es iam pertineant. - 'L'rilrnit 1Christus 1 igitur prinei-
palitrr c·lan' > E('(·]p;üap í't imrn e liatt•. ;;ie11t et 011 earn eansam prinl'ipalit0r F.ccle.'<ia
habPt .ias nwationis ... p. 2~1:-l: l:bi <•st i,gitm Yí'ra }~l'elesia. ihi nr<·esse <"'t E''-'"º .iu'-'
c>lig('Jt•.li rt nrdinandi mi11istro,;. Cf. Apo!. ]'. 20:2: Halwt Ftl'l r:<ia rnanrlatttrn ,jp cun-
stit11 011di:; rninistris. En opinioa de lo:< tE'úlo.gos mndentos, c.ontra la,; doe-trinas clP los
anahaptistns. enáquero:-;. rtc .. r~ nf' c·r:-;a ria ('.;;tn 1·01 ·atin lr~ritimfl y 111 r• d 1'ata parn todo;.;
y cadn 11110 rlc> lo :; sC'rYitlorC':< tl<> ·. a Jg·]p;;ia, no tall sól o porq11P a$i lo exig·c· PI bnf'n ré-
gimc•n d0 la misma . si <[ll C' ta11thi E'n <·11 c·on:< o naneia. c•on E'l nu111dato •l<:> Dios !l Tit . L
;). Hr·hr. ?J. 4-. Rom. l(J, 1'>. rr Cor.~). :20 1 H(lllaz. r. 1r. p. S(i"J: A prinwra YÍ><ta se <l f''<C U-
bre la falta 1le claridatl e11 t odo <·Stl' proN'so. P01·11nc> i. rptién fnndn. la l .g l0s ia s ino 01
? 1ti ni .~·tr 1·io? l'ero 110 el lnli 1 i~tc·ri(• c·t11no u11. < :<Ht(·(lpto 1lllf•:.;trn. ~jnn por n1P•l io rle l. quP
le d e,.;f'mpcitri (Rnrn. 10. 14 1. (~uomodo c·rP<lent. si rnm anüient ~ Qnomo•lo anrlient
sine praecliennte "? Por <·onsr(·uPnc-ia. r. c1',nto ha (lP pr(H·ecler rl0 la l~1 P ~i:1 ('l n1ini~te­
rio ~ i. A c- núl ele la" do" Jg-J p;;i:rs CPJTP '-'}W 111lf' la pote;.tail clel ministrrio, :\. la vi.;ihle ,·,
á la invisihle? Hi PS á c•o;ta última. 110 e:; pnsiblP admitir un úril en f'Xternn: si. por 01
contrario . :\la primem. 1.qni,··n pcHlrú te1wr cert<•za dP 'ln e stts mir•tnbros lo son á la
vez dr• .l a I.:.;lesia invisíl1lr·, quf' r> la. que'<' ÜÚ•P lP_gitimn. r (. Ko vernlria ;\. caer. P!l tal
easo. la I .(!·](',.;ia lrn.io p] ,/om.inio ,7, ln., ?il('-'/"l'Íag _J Por últirnn. si ln I g-Jp.;ia e,iPrce d
1nini;..;t rrin por s n~ n1an1latariu;..;. Gnn nttUT(' 1?nt1'>nc·f> s q ne su;..; 1nien1liro;:o. s0 ah ..;,;1101 ~;ea
á si llli~n10 .'-' : v· Pas<• J é'trg. !. r. Tl. pú~·. t; y ~ i~. Apnlo:río. 11. 2. púg·. 1:.t.

En contrapos icion á esta teorín vamos á demostrar lo s ig11i ente:


1 i La Ig-lesi:-l es una sotief,1.s· iw1 e 1p10/I.~. en la r1ne imos en;;eflan, otrr•,.; eo--
cnchan, éstos mandan, aqlH\llos ol,edrcen.
2 ·, L os ministros d e esta a1.1tnritlacl forman una categoria r·:special y clrter-
minada, el sacerdocio, l\i,-7,?;~, en contraposicion al r est o d ei pnelJ!o, :\1.0~,
seglares.
3 ) El clero, exclnsiyo representantr de la pote:-:tad eclesiástica, constitnye
un (inlen .ie rárqnico drl qne f.wmrln prlrte O bispos, sacerclotP~ y diúcono,.;.
4 ) Los únicos sncesores le gítimos dP los Apóstoles son los Obiopos en el
tripl e ministerio ele ln enseiianza ( mrlgisterinm ) , de b cons::t.!!;racic.n ( minis-
terium ) y <'l el gobierno ( regimen).
5 ) Sobre t odos lo ..; Obi:spcs :-<e hall::t estahlecúlo un o . qn e es el J1 ri 111r ulr,,
p or e,;tar inves tido de la supremrl antoridad de la Tg lesi::t.

http://www.obrascatolicas.com
§ 1'2. EL CLElW Y LOS S1':!;1,ARES. 1B;)

DISERTACION PRIMERA.
LA JERARQUÍA ECLESIÁSTICA.

~ 1°2. !·: L C L E HO \ L O S S J: G L ,\ H E S •.

V ea; r 1:1 lite ratu rn ('ll P h ill i]'"· !. r . l. p. :201. l' ('tlt\·io. D P Hi erarchia c•e clesí a,; t ica .
16U. Th oma,;,;ín. \' pt u;; C't n< >rn E c:cle~ i a P disci plin a. P. 1. L . 1. 1766. :-;eholl inc r . Dt'
Hieran:hia eccle;;i a,tir-a catholiea. 11,-,.;. }lamach i, Origüws et antiqu itates chri .,; tia -
nae. Vol. IY. 171H. ~elvagg i o, Antiquita t e;; christiauae L. I. 1787. Mori11us, De sa eris
Ec cle,; iae ordinat ionilms. 17-li'i. Rian ehi , /. r. T . IV. P. d<' :\[ar ca 1. r. L. YI. Corgnc ,
Defen.-a rl P los cl cbr rr> d e lo" Obii;pos. '.! Yol. rim. :-;obre lo,; a ngli can os. "Lsher. D 0
·orig in P r pi ., cop onun Pt rnetro l'olitarurn. WH!. H a.111mnnd, f) p episcopis C't presbyt C' r.
diss ert. IY. Binglw m, Orip;in r s Pt antirp1i t ates ece!Asiasticae. 10 Yol. 17i'>l.

I. .Te::;ucristo . al fnmlm :;u fg-le,-ia , <·stahleció nn wrdadero sace r-


doeio ex.terno, rnya dig-nidad no es ('Omun ú todos los indiYiduos afili a-
dos á la rnismn, y que se ha tra,;mitido por medi o ele la eo11,;ag-racio1t
desde lo,; ..\.pó,;tole:s. Dedúcen,.;e l'='to:; he cho,;:
a ) lle la iu:;;titucion dd sacriticio real, ex.temo y Yi,.;ihle ( HeLr. 5,
1. Matth. 26, 26. Mare. 14, 23. Lnc. 22, 14. 19. I Cor. 11, 24: b) de
la pote:;tad otorg-acla á lo,; ..\.p1),;tolc,.; para enseiiar y para administra!'
los Sacramento" (Mattli. 18, l\l . .Joan. 20, 23. Act. 8, 14-. 1 Tim. 4,
14. II Tim. 1, ü' : e) de la potcstad que ~e les clió para dil'igir y go-
bernar la Igle;:ia ( ~Iattli. 18. li. 18: Hi, Hl j ·
1. Cone. 'fridcntin. S es:;. XXIII. Can. I: S. q. d., 11 0 11 e:;se in K ovo T e:;-
tamento :;acerdotium vi si hi le et ext ern mn, vel non esse potest atem aliq uam
cons ecr:rndi et offerendi ,·ernm corpn,; et sangninem Domini et peccat a re-
mittendi et r etin endi ; sed officium tantum et nutlum ministerium praedicandi
Evangelium vel eo s, qui non praeclicant, non esse Sacerdotes, a. s. Cap. 1:
Sacrifieitim et i' acerclotinm ita D ei onlinatione conjuncta snnt, ut utrumq ue
in omni lege extitcrit. Cap. 4: Docet in:;nper sacrosancta Synodns , in ordin a -
tione Episcoporum, sacerdotnm et ceterorum ordinum nec populi nec cujm;-
vis saec nlaris potestatis et magistratns cons ensnm, si,·e vocat ionem si\·e
auctori w tem ita reqniri , ut 1; ine ea inita sit ordinatio ; qnia pot iu:; decernit,
eos, qui tantummo1lo a populo, aut sacculari potestato ac magistratu vocati
et institnti acl haec minis teria exercemla ascernlnnt, et q ui ea propria tem e-
ritate assnmunt , munes non Eccl e:;; iae ministro:;, secl fores et latrones , p Pr
ostium non ingre:;sos , habendos esse. Sess. XXII. Cal_J. ~: "Gna enim eadem-
que est hostia, idem nunc offerens sarerdotum ini11iste1·io, qui seip sum tun c in
cruc e obtnlit, soh offerencli ratione llinrsa. Así como la Iglesi a existe lwj o
el doble concept o <l e Igl e;; ia visibl e (, invi s ilJl e, así tambi en e:ooperan do:;

http://www.obrascatolicas.com
13(; PAHTE SEGL'XDA. J.llmO l'HB!EIW. SEU'JO:\ SE<;l';>;DA.

poc1e:·e:3 ú sn fundacion, c<msr·i·yacion y complemento: la accion iuYi"iblc de


.Jesncristo y la visible ele su,: representantes, órganos é instrnmentos: pero
"º ci; ac1J1W. A la cabeza iin-i,;ible corre,,poncle exclu:-;ÍYamente la clirecciou
interio1· é irnnet1iata de las almas me<liante la dispensacion ele la gracia: por
p] contrario, el ministerio externo corre:<ponde ú los representantes r'i instru-
mentos visililes 1X eqnc qni pl:rntat, est alirp1i<l I Cor. 3, 7 'i. La antm·idad
resi<1e en él como en sn odgc;11 y foeme ,\e <1ne pn,ce<1e ( originaliter), ~· :'US
rApresentante..; vi,;ible:-; la ejercen i1 manem ,\e comision recibi<h <1e .Je;,n-
rTi~to rministerialiter, minis:ri Chri,;ti, ·'nrJ ele la com1mi<1ad,, Horn. l:'J, 1~1.

Thom. III. 'l· :-; a. li: l11tenor iníiuxus ,c;Tatiac n011 e-;t ab ;iliqu<J ni--i a 'ºln Clnisto,
<:nj;1,; hmnanita,; ex hoc. r1nod "'t ,[iYillitat1 C:<mjm1cta, habet virtutem ju,.,tifir·andi:
:-~ccl jnfinxus in n1eniln·a EcclPsian quantnn1 acl r;,1,_·ff!1·ion'Yn q1tbeJ'iiationen1 pote.~t alii ..;;·
i·nnvenirc ... 1r'i.r.'fei·rnfe1· ta1Jir:il rr. ('hl'isfn. Pril110 pliden1 atl hne, (FlOtl Clll'i~t1l:'> e~t
1

1·aput omnium enrum. '11ii arl Ef'cle,-iarn peninrnt sccnndum omnem lncnm et tem-
r,us f't statun1; a.lii antent hnnli:1PS c1ir:u11tur <'apita ~PC.Ul.l(lllrn quaeda.111 :-:;pecia1ia Ioca,
,.;;ient ep.i:-:;co1~i suan1111 }:C·cle~ianun; Yel 0tia1n ~(l(·U11<ln111 det0rn1i11at11111 ten1pus~ :-:;icut
1'ª1'ª e,.,t <'.ajlnt tutiu,- Ec<'lesiae. "''l. ll'lll]HJY<' --ui 1•ontificatu-;: rt -;0cmHlurn cletenninn-
tnm Rtatnm, prout scl. sm1t in statu viatnris ..\lic1 mor lo, <jUia Christus est caput Eccle-
~ia(' jJi'Oj1i'ia ri1· 1ute Pt anctoritate; alii tli(~llntnr c·apitD 1 in qnant111n yir:e111 g·crunt
Christi -;ecm1dnm II Cor. :2, 10. DonaYi ]'J'O]'lPr Yn.s in prrsona Chri,.,ti Pt II Cor. :i, 20.
Prn Christo Jop;;itiono fungirnm'.

" El vocal)lo ordo, 7::Í.; .; , clesi.gna el estado de aqnellns (jlJe han sido
consagrados trnlemnemente ai sen·icio diYino y ,;e hallan inye,;ti<1os para
e,;tp olJjeto de poderes sobrenatnralAs, <le los cnalAs no participan lns demús
miemhros de la lglesia, y el acto mismo d8 h consagracion (',1.'-'·?070'1\"J.,
/Y,?0~S'7~'l.), por virtnd r1e h ena! r1urdan ha hilitados y e,;cogidos para el
(1esempefio ele esta mision. El mi,;mo Jesncristo eligió sns Apostoles élec
entre la mnltitncl éle los honbre,.; (Ego elegi vos .Joan. EJ, Para ocnpa1'rn ).
el lngar de Jndas, por <1isposicion <1ÍYÍ11a <1esignó la ,.;ncrte ;\ :\fatía.s 1 Act.
1, 2tl'!, como lnégo foé escogido Pablo para p] apostola<1o por PS]WCial YO-
cacion (le .J esncristo 1Rom. l , 11,

II. Dióse imnediat~ y exdusin11ne11te ú los :\póstoles e:'te mml:'i-


terio. <1ue com prende en :'Í el triple poder de la enseiianza, de la con-
sag-raciou y del g-ol1ierno. y 110 se dió ú la Jg-lesia ni ú las potestade;;
de la ti erra para que le trnsmitiesen á los A póstoles. Prue han esto los
~ig-nientes testirnonios:
a) Laspalahras del Seiior, Luc. 12, -±.Joan. 15, 15. Lnc.10. Hi .
Joan. 13, :20; b) la manera tle obrar del Seiior, ..\Iarc. :3. 1:3.
Ln('. 6, J:3.
1. .J esucristo llama ~1 los Apóstoles sus amigos (Luc. 12, 4 ; lt ellos les
es <1ar1o conocer los ,;ecretos del reino r Joan. 13, 15 :1, por cuya razon r1uien
les oye á ello~ á tl le oye, r1nien les r1es1(]'ecia a elJ013 á Él clesprecia 1Luc .
10, Hi. Joan. 13, 20 ). Lo E 8ligió á ellos de una manera especial ( l\larc. 3,
13. l\Iattb. 10, 1) despne,o de haber pasado una noche en oracion (Lnc. !\

http://www.obrascatolicas.com
S 12. EL CLERO Y LOol SEGLAHES. 137

1:2 1. }'actmn e:->t antem in illi,; cliebus, exiit in montem orare, et crat pcmo-
cta1;,.; in oratinne Dei. 1B. Et cnm die,.; factns e,;set, vocavit discipnlo,; :mos,
e: elegit 11nodecim ex ip,;is, 11nos et Apostolos yocaút. Despnes de nna pre-
paracion de trcs aüos lo,,; fonaleci6 con su espíritn, eclrnndo sobre ello,; sn
aliemo como para :<imliolizar qne les trasmitía e:;e e,-píritn y el poder qne lrn-
bía 1·ccibido de lo alto. Desde ent6nccs, por la virtnd de Aquel qne obra
dentro de ello,.;, qnedan convertidos cu fondadores c1e la Igle:-;ia, cremlores
<1e la nueva lrnmanidacl, cti:-;pensadorc,.; y conservadore,; de la nneYa vida.
Por donde se Ye qne Él mismo institny6 en el avostolado un sacen1ocio espe-
cial . cuyns imli\·idnos se diferencian de los 11emÚ>' micmbn1,.; de la Iglesia
por sn vocacion y por las particulares gracias que ,.;e les concedeu; en este
,.:acenfocio tuvo principio la Igle,.;ia. Segm1 esto hay 1]os elas e,.: de cristianos,
11ns estados en la Iglesia: los mws á quienes incumbe, como en e! Antigrn•
Testamento, iL la tribu 1le Leví Xmn. 18, :20) e! senicio dei Seilor, fonnan
cl clero Ki:r,;;0;, onln). los otros constitnyen el puelilo. Hieronym. ad
K epot. LII. 5: :Jiinistri Dei propterea vocantnr Clerici, qnia de sorte snnt
Dornini, vel 11nia Dominus sors, i. e. pars Clericorum est. Cf. Jiamachi.
l. e. I\T, 1.
') Lutero predico por vez primera la doctrina dei saccnlocio universal de
rodos los fieles, ai objeto dejnstiíicar sn rebeldia contra lajerai·qnía eclesiás-
tica. Pero así como el sacenlocio general, intemo y espiritual de todos los
israelitas 1. Exo11. HI, 13) no excluía ni se oponía ai sacerdocio especial exter-
no y yen1ac1ero hasado en la descendencia segnn la carne, asegurado cn la
familia de Aarnn, :'mtes bien presuponía su existencia, asi tampoco e! sa-
cerclocio místico. interior é impro1iio, el '' sacenlocio santo, la dase de sacer-
<lotes reyes,, ( I Pctr. :2, 5. U), no excluye e! ::mcerdocio externo, visible y
verdadero, que por gcneracion espiritual se perpct\rn desde .J esucristo.
Por eso precisamente ordena el A p6stol San Pedro (l. r·.) rpie se ofrezcan
víctimas espirituales ( Hebr. 13, 5. ·' hostias laudis ,,, es ,]ecir, ac1Jiella
"J.:t.":~~(:t. /.0"'•.x·/, ., 1Rom. 1:2. 1 1, la ofrcnda de nosotros mismos en la oracion
1 • ,, .' 1 ;,

( Apoc. 8, 3. 4 1. e! fruto de labios que bendigan su santo nomlire 1Hebr. 13,


15), ai que siguen las ohras de la caridad (.Jacob. 1, :2í). E! sacerdocio uni-
versal mistico de todos los cristianos ( •.\poc. 1, 5) debe entenderse en e!
semi,1o de que todos son miembros del cuerpo único del Sumo Sacerdote y
rey .J esuc1'Ísto ( Augnstin. Ci\·. Dei XX. 1), por lo cual precisamente de
Ri ervos han pasado á ser librc,.; ( Id. Tract. XI. 3 in .Joan. 1, de tal suerte que
ahora tienen <1ominio sobre e! pecado, e! mumlo y e! demonio, y tern1rán
algun dia ven1adera participacion en la soberanía de Cristo ( Apoc. 3, 2:2.
I Tim. 2, 1:2. Eph. :2, G). En y con el sacriíicio de este divino y etemo Sumo
Sacerdote se ofrecen además todos los días a sí mismos, del mismo modo
11ue cn e! Antiguo Testamento el puehlo entero tomaba tamhien parte en
el sacrificio dei Sacerdote. Cf. Can. ::IIis>'.: ]fomento, Domine ... onmium
circumstantinm ... pro qnibns tihi offerimus, uel qui tibi o((erimt hoc sacrifi-
cium laudis ... Hanc igitur ohlationem servitutis nostrae, secl et cunr:tae /ami-
lioe t11r1e, quaesumns. Domine, nt placatus accipia,;:. Al institnirsc el santo

http://www.obrascatolicas.com
138

:;a c r ifi C' io d e la Cena institnyó::;c bm hi en e l sace rdPcio exte rn o y \·i~ ibl e . p~ 1«1.
e l ctu l qn ería cl 8 efl nr escog•'r::<e ú sí m i ~m o d ignos ministro:; entre' lns pu c·-
blos gentil es ( .Tes. GIJ, :21. 2\Ialu ch. 3, 1 1. A los i11lli>·iclno,,; d e e ste ;:;a ce rrlocio
co1n-iene11 lo:; titulo:; de i .::'.--:r;·J:··r/. 1.::'.--:','.J:"r;J·1--:::: ( ) .. ct. 13 , :2. Hel ir. ~ - 1. :2 i
1 1 0 j • '. I /

eon mús p ropiedad y en más e leYaclo ;;enticlo •[l~e á lo,; cl ,•J A11( gno Tr-.;t~-
mento. Cf. Schlens1wr s. h. 1·
Subre la IJa,.;e ()el ~ace rd o( io de t odos los israf'litas d t:''\·et ..;e el :-'a ce rcloc io
e:>p ecial 1le Anro11 , que no e:> mús q u e nna tignra d el sacenl oc:io de .fe,-uc ris te>
n rnd10 111 ~1;; sul il ime qu e el jW imrro, ()e la misma man e r:.i que ,; e• fl[lliC''.l el
t ítu lo de Rijo <le Dios ú todo Isrnel 1. Exo,1. 4,, :2:2 . .Tes. 4;3, G) , ann que este
e pi u it o co1Te,.;ponde en mús alto grado ~·, \a:; pe rsonns te ocrúti cGs ( P;;. 1-i l , ii.
II Reg. í , 14 J, y en sentiüo mú,.; propio y mús s nb lime á .Tesuc ri,.;to (J oa n. :20,
3 1 \ y á la manera r11w se apli ca ú todo I,;rael el título üe rey (Exod. l!J, liJ,
nun•1ne D aY id lo es e n mú;; alto sentid o y á n a<lie le co rres p ornle en tfln al t o
grad o y eon ta nta vcrdacl com o á Je;:;ncristo ( l\Iatth. 21 , 11 !· H a:· ent r e lo;;
;;acerdocios y las dos filiacion es la di ferenc ia qne existe entre b e:-;pera nzG ó
promes:.i y sn enmplimiento. De este ;;acenloci o nniversaL interno y e;piri-
t1rn l parti c ipan igua lment e la s mt\jeres , ú qni ene:-;, s in emharg o, se man•l >'.
gna rdar s il rnc io cn b Iglesia, .'· únn si t nYirsen r1ne pre.guntar Gigo se ias
r!'comienda que lo h rigG n á s11s m:wi(lo,.: en sns cas8s (I Cor. 14, !)4 ). Por lc•
cnal San P er ho , sin inc nrrir en cc• ntrG tlicrio n cons igo mismo , nc en túa dr rn rn
m a n era e • pecia l la e xi;;ten cÜ1 de l i;ace r cl oc io i erúrq nir:o ( >'> , l - ~i. -;:;:;7'~·~-:-:::r,•..
'J'J?7::?Z'T;~0-:z20.;. 2-;-: 1.7Y.0T-00'·r;~.; ~
1 1 1

<l. L os nrgurn0 nto ~ ndncido~ 0n pro rlel sac-enloeio uni n~rsal dt' to •lo.; lo~ c r i~ t i'1 ·
n o:; . con 0xc lu s ion de i saeenlo .. io e~pe ci '11 , funda1lo" en mia exp res ion de T ertuliaac ,
sac'1 da d P su e:;c-.rito rnontanista Exhort. C:1stit. e. í, no tíenen Ya!or a lgun o : Yani
erimus, si puta verimus, quod Saeerdotibn,; non lic: N, la icii; li cere. Xonne et laic1
:-;acerdotes s11 m11s: Sc:riptum e,;t 1, Apoc. l , 6 ;: R <:gn nm q11 oqne nos et <,;aee r clot e., Deo et
P al ri :;no fe c it. Differ <:'ntia m in rer ordüw m <:'t pleb em co n~titu it E cdP~ ia.• a uct urita"
( t hono r per onlini .. ; conses snn1 ~anctifi eatu:-: : A.clC'o nbi pc·clPsüi..::;tiei unli ni.":'< !1on est
1

con,;es,;ns. 0t offPrs. et tingi> et sace rdos es tihi snln,-. Sed ubi t res. Ecclesia es t. !1cet
laiei ... l g-itur s i lrnbe,; j11s s acc·rdotis in t e m etipso. 11bi 1w«.es><e f' st ; habeas etiam dj,.
<; iplinarn ~aeerdoti:-o , uhi neces:::;e s it habe re j n;-; s ac.:crdotis. Digarnus tingi~ , Jiganuu;
offr rs? ... L :;que adeo , nisi et la ici ea. obser n• nt, per qu n.e pre,;byt eri allegnntur, q 11c.-
rn odo Prnnt presbyteri, qtti de 1ai 1:is alkguntnr? l:rgo l'ª·~·na1·e de ben rno ant<• laicllln
.ins:s11n1. a :-; pc·u ndo n1ntri1no11i o ab.-.ti11er0. (lun1 presh ytr r ('3Sf' n on nl iu:-; p ote .. t. "Lllarn
lni«us. qui s0 mPl fu erit maritu,:. P ero e l mi , mo 'l'ertulinno confiesa y rcco1eo ee la cloe-
trina d e la Ig-l esia. no só lo Pn ,us escritos católicos 1 De pracscript. e. 4l: H aere tici ...
et bieis sacerdotalia m u n era ü1j ungnnt 1. sino tambicn C'll 1'1 obra m ontmtista De ::\Io-
n ogarni'1 \e. 1:2í: Quum e xtolliuur a d versu,; cle rum, tun<; unnm omnPo surnu~, tunc:
orn nes SaccnlotPs, q u ia Sa«0 nl otP:; nos D <"o N. Patri frc it; q uum ittl peraPq 11ation cm
rli sciplinae :;acerdotalis provo.- a111 nr, dPp0nim n:; infulas et im]'f\l'f's ;n1mus: y muy
]'articularmente De Baptism. e. 17: Damli 'I nii.l em hab et jns smnmu,; sacerdo:; . q 11i e,:t
ep i:; <'o p1B. D eliinr pr(>., byteri et diaconi. n on tanwn ~in e t•pi:;copi anc tmita t0 pro pter
E c« lesiae honorem. Qno ~a h·o. sa h·a pax Pst. Al ioquin 0tiam lai cis j u ~ est. El rni;: m o
obj<'to rle s u f'Xpos icion presnpnnf' la Pxiste1wia d c> l Sacc•rclocio prop iamen te <licho.
l' uesto q nc 110 pnPd e ser ,;ac-erdote (1uicn hay'1 r·ontraido segundas 1rnp cia,;, rl ebr e l
c:ri;;tiano ab:;tencr:<e de di as à fin de no penler 1'1 aptitu d pa ra el ''ª"''rdoc in. La:.
pru0ba;; quP d eriva d e la Saf;rRda K,crit 11ra ;; 1· r di.er0n ún i c~. m<:>nt<' al i< '1<'e rdoc ic•

http://www.obrascatolicas.com
§ 1:2. EL CLEHO Y LOS >EGLARES. lfüJ
impropiu, al cual va tambiea a1wjo e! dereclw que se oturga á lo,; seglareo para bauti-
zar en an~e11cia rlel ~acC'rdot0 y para clar~e ú si 1ni.,1no~ la cnrnunion en su .. .; propiet:-;
casa~. ('ll época~ (le per~r>cucione:-; offer:-: ). P0ro no pued( int'·nos de rc·conocer la. (lif\_'-
1

rcncia iHler orrUnem et pfplu:1i1 q llf' s0 ohsPrYa eon reliµ;io~o cuidado e11 la Igle...;ía, cnrnu
explícitamente lo elice San Cipriano Ep. 5~>): Pust d1únnm jndiC'inm, pupuli ,'<uffrn-
giunL epi.:-:eoportnn ('On~ens111n.

III.Los Ap6"tole,; ohran como n•Ye:-'tidos <le ei'ht autoridacl que il


11adie más rzue rÍ elios f111~ t)'(!SJllÍtida inmedúrtamente por Jesucristo.
,;obre la cual descan:-'a el edificio de la Iglesia de Dios y por la que ésta
e,; dirigida, y la ej ercen de nrny di ver,;a,; rnaneras en todas las lgle,;ia~
que fnndaron.
1. La eleccion de bCTn Matías por la snerte ln hizo el mismo ,f esucristo,
i10 la comnnidncl tle lo,; fieles, toda yez qne dehin recihir la :rntoriclad ::ipo,.;-
tólic:i, 11ne 11a1lie podfo otorgar ~t los doce nüs qne d Sah·::ir.lor. Ac:t. 1, 24.
Tu Domine. qni nosti corda omnium, ostende, (j_llem ele,qeris ex his dnohns
nrnim .. acc:ipere locmn ministerii lrnjns et Apo,.;tolatns. Los Apóstoles obran
como el princ:i pio constitnyente y fonmulor ele la Iglesia; asi como la famifo
no ;;e da á si misma la calJez::i, sino qne de éstCT nace la prinwra, y los Após-
tole,; no eligieron ú Je.-mcristo, sino qne Este los eligi('i á ellos (Joan. Ui, lli),
asi t8ml1ien son Pllos los Padres de las Iglesias (l Cor. 4, HJ. Philem. 10),
em·iado,; por J esncristo como és te lo fné por S\l Padn> (Joan. 1í, 18). Por
dornle claramente se ye qne no son mini:,;tros ó mandatarios de la commli1bd,
sino ministros 1!e Jesucrislo.

I Cor. :1. 1. Sic- no~ C'XÍ:-'tirn0t lionHl. ut i11ini.c.;lros Cli i'isfi Qt JisJH?nsolo/'es lil.'/sle;·irJ;'um
Dei. II Cor.'" l>i. :2(1, Omnia aut<>m "-" Jlco, <pÜ nm; reC'oncilíaüt ,;ihi iwr Cltri,.;ti:m r·t
rlerlit 11olri8 n1ini::4eriun1 r0conciliationis. l_)l'o Chrisfri r>1·.110 le9ofione fungünnr, tan,1ua1n
Deo exhnrtante per nos. Saben 'lne .;on el fnrnlarnPnto de la Ig·Iesia, y "orno tales ,;e
deelaran: son lo~ órµ;ano:-; por inP<lio de lo:-- cuales .re~11<'rÜ.;to (·1_n1d11ce las ahna~ à ln
verdad y á la salva('ion. Ep!t. 2, 1~1. :20. Ergo jmn non esti.; ho.;1Jitp.; et advPnar, sPrl
esti.-.; ciy0~ tianctonun et don1e~tici 1 >ei, SHJ>e 1·ae'li.tiro ti ..,.,, )Je r /11ndunu:nf11Ji1 Aposfof11-
r111,i et Prophetarum, iJ"º s11rnmo lapide angulari Chri.;to .Tesu. Eph. 4, 11. 1:2. Et ip.<P
d edil qwisdam quidcm A po,;tolos, qnosdam antem Propheta.;, ali os n•ro Eva.ngel i,;ta.;,
alios autem Pastores et Doctore,.; ad co1t><nnmrnti01wm in opus ministerii. E,.;te mini,-
terio pertenPee exelnsivanu•nte i1 lo.; A11<>stoles. por lo ena! se dice II Cor.12, 28-30):
1\urnqnicl onme.; Aposto li~ :\umqui1l 011mes Doeton•,.; ~ Asi <'Orno la X neva Alianza c·s
muelrn má,; excPlsa que la AntE;·ua. tambien e! ministerio ele> la prirnera debr hallar,;c·
revesticlo de ma.,·or esplendor. 11ue ha recihido dr Dio,;. II Cor. 3. H. Hi rninistratiP
da1nnationi~ gloria Pst: inulto inagi:--; abundat 1ninisterinn1 jnstitiae in gloria. l~ con1()
en la ~.\utigna L0y nndie pudía apropiarse 0sta clig·nidad ~ ;<-;ino el <jlH? Pra llan1arlo f·~
clla. como Aaron !Hebr. ''· 4 , rn11cl10 rn1"no,.; p110de hacerse tal 11surpacion 011 la l\uc-
va, de la c:nal era tan séilo irnágen la Antigua \Hebr. 10, l;.

f'an Pal>lo veía acercarse aqnellos tiempos en qne los homLre,; lrnscari::rn
doctore,.; sin vocacion, propio:,; para satisfocer su,.; desordenados de::;eo,.; (II
Tim. 4, 3. 41: éstr es el tiempo <le h tentacion y ele la apostasía. Da solenrne
testimonio de sn antoridad apostólica, en virtttd ele la cnal trasmite ámplias
facnltac les sacerclotales á Timoteo y Tito, q ne ej erc:en el ministerio evangélico
fln };fe,;o y en Creta ( I Tim. 1, 3. 4): únicamente lo,.; Apóstoles son lo:-: que

http://www.obrascatolicas.com
140 PARTE SE GC ~DA. 1.!Bl:O l'I:rnEIW . ó'E l'C lO!>: SEG \."~ D A.

trasmiten e:>ta aut or idacl y h hacen mediante !a impo:::icio11 d e la:; manos


( Act. k, 15 ); ell os tlan instrncc ion es sril Jre la m:m era de ejerc er el .;aé'.rnclo
ministerio ( I P etr. ~>, õ ) y solirn la elf'cc i0n d e :::ncesore,o; tli gn o::; ( I Tim. 1,
3. II Tim. 1, 2 ). l)or el COlltl':trio, ni mia ;;ola ve;-: d eclaran que su min is terio
0

t enga Ol'Í J,!en en la comunio11 d e los tie l<'s y c1ue t '. ,.;to:> le hayan rra,.; mi t i11o á
ellos; úntcs bien ,;e conduc en co n ell •):-J cnmo padre,.; co n sns hijo,;. con amor y
seried at1 h aciendo tambien .1so de la Yar:t ( I Cor.:\ :.!l - 11 , l:.!. II Cor. JO , (i ) .
2. Obrando como A pó stol es, ó sea en v iados tle .Jesucri,.;to, y no tle la co-
mnni <hil , ejer cen el p oder ,·e <111e ;;e hallan inYe:'ti d o:;; fnn chn I gle;;i a,.; en las
eiuc1a<1 e,;, es tahlec('ll p rep ó,,i r.1s en eJla.; i, Act. H, :.!:.! ) , y tlictan p re.-<(' ripcio-
nes acerca ll e la ,1isciplina ecle,.;iast ica ( A ct. 15 , :2k ), y c11i1bn ele qn e :-;e ob-
serve esta en tocbs la:i I g lei-Í a,; ( A ct. lo> , :21 :' ; ejen:en igu alment e el •lerecho
penal, expulsarn1 o 11c la I g lt>,.:Í;t á lo,; 1h ·lincuente,; y r ecihirm\ o ele 11n r 1·0 en
su seno :, lo s exp nL::aclos r, I l\•r. 5, H. II Cor. :2, Pi>
3. }~,; verclad q ue e] Seü or otorgó Pl Llon de los carism as á mn ch o,.: , com o
la g racia 1le curar, 1le hahlar tnclo gé11ero de le11gu:ts y el •le interpretar las
palabra,; '· Eph. J , 11 . I Co,·. 1:.! , :28 ') : nrn:-5 la Ye r11;H1era inrerpretac ir·n el e la
<1octrina Pst1n-o ;,;Í empre e1m1mendac1a al jnicio elo ln:i .-1.póst oles y d e aqnellos
que p oseían el carisma ele la c1i screcion ll e espfritns rI Cor. l:.! , 10. Ual. il, :2.
:) ; !) , 1 1. Pero es eYid ente qn c esto;; cl ones exrrannli nari o,; no s•m esenciales
en la Iglesia ele Di o,; toda Yf'I: •111e lo,; YPmos cle,.;aparecer rnn~· pronto, ~·a en
Yicla el e los Apósto lc>', al p1P1to tle que en las Canas t1e San Pablo á los eolo-
senses y it los d e Filip po no se h ace la menor irnli cacion <1e los cnri;-:ma8,
miént1·a,; r1n e en la última se citan los 01Ji." pos y <liú conos cnm n r epnc. ,-cnrnn-
tes ele] mini sterio 1le la I g le,ia. D e la mi,,;ma manem en la,.; Carta:> pa,;rcwales
y en la,.; d e :-:lan Jna n ,;e representa á la Igle,~ia, tlíl'igida pnr est es repn~,.;en ­
tantes dei minis tcl'io ecle,-i.\ ,,;ticri ort1inarin, sin <111 e se ha,~2:ª la mús le\·e aln-
~ i o n á ]o,; ea ri:>m a,.: .

IV. E:;te poder :;e contirió á los _.\.póstoles, no para <pie le ej crcita-
ran como una prerrog-ati va personal su ya q ne clel1iera e-.:ting·uir,.:c ú su
muerte, ;:ino como una fn11ci on perlllanente 'flle dehía tra;:rn itir:-:e de
nna generacion à otra iara el bien de la Igle:;ia y en provecho de
todos los pueblos hasta la emrn nmaei on de }o ;; ,.;i glos. _.\.sí lo prn ehan:
(l) Las pala hras del Seiior , San .\la teo, :2H, rn ;; b) La;; de clarncio-
nes y el proceder íle los A :lC:,stoles (Eph. 4 , 11 - 15. I Cor. 11 , :.!fii ;
e) El fin y el obj eto del ministerio ed e:-iástico (Eph. 4 , 12 ).

_\c erca d el pasa,ic de San :Jfateo, :2~ , 1 U obsm-va Theoíi lacto ( Commen t .
. l). 1. )·o:
). . 'J 1
1
'
/.fj/(j.":
, ,. -;''-
JC.
- ";' ..
.J; . ~
'- -/--,,,.
'l.i..f l'7 .. .Jl. h--: J;J JJ
- .- -_ ,t_.:._. -- _, ,.... , - -~·,
'J1.:....J/:... .. 0, .. J ..1'Jl :.. .l'J. •
1 ,· _ ~- ..
':J.JJJ.": i 1./-l ,'Y.
; ~ ... '

x1)
.o
-i'l" '1 cí:-)W,.
H -.,
1
;
-,Jr·- 'l.U-o0
.,'~ ~- "~ "Y"~~ ~, t
'J.'1.8·r-'l.'T-· r)~ .. ,2l .. ;.;-r'J r~
1 ..... • ~. " ·~\ ... j ( , .l/n~ f .l.o
'l.-r'yT-r/0 1
,h - · ") \ •
'l.·; . . , . ",j"
..,,·
. . .; ..
, l.J•

"7'J'l"':Sl,t.~"Y.~ €'fS l , JJ°.J 'I "":·~1·1· X'.J.'. ·r.:.1.•:1 (,1'.J'I X:<.'. -;r, •. .; :i-2rJ ·r.:J.7..; 'J7:.'.7/??..'.7'l.'. 7(J°J7JJ. (}J;.:
:Y:;.2·. -::;;.; 7:.J'l:si.:.~Y.; 7:.'l..2t0·1, :1. s:-~ -:·'r ·1 7'J'1-:ii,2 .'J.'1 'l.-;:27:-:-1.•.. · 'l.T..'l." "2 ~ ~x-:r./:s ~,:y__?
1
1
1

~ . . ;w-
1
1J..ii )rJ'I
, ·· 70·r:7-"Y.' - .... z-:1.ÍJ'l.
·· ·r• . -rJ '1 Y.:t)
'"'(: ) --=-'"'r ··· ,..,.'1.'10- -= -r ·1 · T~ ...,·t'
........ . -;.J - ":- ' r~
"' .. Jl_
-( . -'l.0-'J.
1;.-=--X .....J ~

i·1:u.ps ~~, E·1ÍJ:-1. ~·1 :.02s'J-0 xz~~:.·1(.'1 S·1 7·0 "1 '~'l.~·0 · 20z.-x?'.77·f '7Y.'1-::.; r;0·1 -:c'.J xJ ~~c~ 7(""i> 1

http://www.obrascatolicas.com
S 1:2. EL l'LERO Y LOS SEGLllrn>. 141
, ~rJ , ' ~ 1 - , r·, ~ , ,~ , .. ,
SV-;'J..'J 1. 7'J'l0'1'7'. ·r,:J. ~')~ XY.'. 7':.'Y.'I 'Y.i''l. .J'J'I zop-ri;'O'Yl'";'. X'."L'. í:'l.l.'.'I O"'J'IS'JO:J.2'.Jt:) 72/.~(!)7~-
pr,•1 :;s-;'l. -;·r,·1 -:;:n-;D,s,'l.'1. Las Actao-; y las Cartas <le los Apóstoles, sin Pxcep-
cion, atestiguan el ejercicio 1w interrmnpiclo de f•,;te ministerio <les(le lo"
inismo::; A;,ó~rnles. Asi Yenws qne San Pablo llama ;\Éfeso á los jefp,- clr la
Iglrsia, <k la cual el Espiritn Santo les habia in:,titniclu ministros por la im-
posici1m ele la,.; manos, Yalitrnl(lse de! Apóstol ( Act. :20, :21:1. cf. I Tim. 4, 13.
II Tim. 1. li 1: Timoteo y Titc1 l·ecil1en instruccionP,; 1·elativas á la eleccicnt ele
aqnelln,; ú quieHes han ele impoucr de igual ma1wrn la,; manos, para encomen-
darles el mi11i,;te1·io ecle,;iústico en las cindades ( I Tim. ~J, :22. 'l'it. 1, ~1. I
Tim. 3. l ,;r1. Tit. 1, 7. '1 Para PI spn·icio ele :rns I.1Jesia,.; <le Éfeso y ck Cl'rt:i
se les trasmiriernn las mismas facnltacles que tenía San Pablo en las rp1e ti
había fornh1lo. parn b aclmiuistracion ele los Sac!'amPntos ( I Tim. 4, 11 !:
para d Pjen·icio dei derecho eck"iústico ( I Tim. 'i, 17: l!l, 21 1 , p<ll'a la
eleccion \' con::;agrncion ele los miuistros ( I Tim. 1~, 11. II Tim. 2, 2; 'J'it. L
5 ). El precPpto del Apóstol Pxhortando á Timoteo ú guardar lo marnlado
hasta la wnida <lo J esncristo ( I Tim. G, 14), Jll'm'11a tambien la permanencia
dei miuisterio en la Iglesia. En el Apocalipsis <lPscríbense ii marnYilb los
principalt':o; 1lel1Hes de los prep(1sito::: ( :.;_','",'2l.0'.) dr las Iglesias ( Apoc. 1, 1:2:
2, 1 , :'i c1nie11es tenia olih!.(acion de o1Jedecer el pnPblo ( Hrbr. 13, 7. 1í !·
MementotP praepositormn ye:-;tn1rnm ( ·r::0'J?2w.1'1 1 ••• Olieclite prnepositis n·:-:-
tris ( ·r,;''''<Ú·10•,:;) et obsecnrnlate: ipsi enim prn·ig·ilaut, pro animalms ye,;tris
qnasi rntioucm 1·edditnri. EI mini,;terio episcopal e1t :-;Í es una lmena obra
( I Tim. 3, l ). :-;j quis episcopatum ( k•.no-;:·r,:;) desidernt, bonum opus de::;i-
derat. YincPnt. Lirin. Comnwnitor. e. 27: O Timothee, 1lqiositnm cnstodi (II
Tim. 1, 14 1: •1uid est hoclie Tiuwthe11s nisi Yel generaliter nniYersa Ecclesia
yel :::1wcialitor tnl/lm corpus Pmepositorwu, qni integram rliYini cnltns scien-
tiam Yd ip;;i halJere c1ebent Yel aliis infnnclere.
Rcsp0cto (t la 1lurac.10n drl rni1tistPr10 en la Iglci'ia, tienPn aplicacion á él la,,; ,_j_
guientes palalm1s de Salnstio IDe lwll. Catilin. init.): Omrn' imperium iisdem artilrn'
retinetur, qniln1t< partum est. Cna \'Pz clernostrado que la lglcsia es la obra de Crü;to,
en quien Pst:'t su ('(W8a inlenw ct /ll'Í)ll'I')'-', y de los Apóstoi(•s, que son respecto dC' dla
causo e.rf~'J'ilrt ri hl?..Hi'Jeriali.~·~ rp1P<la ta1nhien probaclo quf' C'Sta relacion clebe snb;-;i::-:-
tir inYarúilJlc Pll todo:< los tiern11os. Habrá siempre en ella maestros. adminü,tr:ulor0s
de lo,; :-:acn1m011tos y Obispm': p0ro PI Seüor es el único r111e puede hacer í'Pcuwla sit
actiYidacl. Cf. l'et<ff. De Hiernrch. PC'd('s. III. 15.
V. I11tiércse de lo dicho qm· <lebemos co11siderar ú los Apóstoks
bajo elos <liferentes puntos de Yista: como Apóstoles en el germino sen-
tido de la palahra, es rlecir. eíl1:iados extmordinaJ'ios de Jesucristo,
inwstido:-; de especiales pocltTl'S y clones adeC'nados á la mision qm·
recibiero11, y, en sentido rnús úmplio, como los primeros maestros y jefos
ordinarios <h' las Ig-lesias c1no ellos fnndaron. E11 el primer concepto i10
tuYiercm :-;ncesores ni poclía11 tcncrlos, ya que e11tó11ces quedó termina-
da ó completa la ReYelacion de .Jesncristo. anunciada por ellos ú los
puehlos: t'll el :-;eg·unclo conc·epto tienen suC'esores que se continuaráu
sin in terrn pcicm hasta la consurnacion de los sig-los.

http://www.obrascatolicas.com
142

1. La !mica raí:;, ú nrígell ,~e este ]•O<ler y <lo11 e.~ extra1Jrdin arins d e los
A11ósrules, está en <1ue sob r, , ello s s e li alia editic a'h la I gle:'ia, Eph . :.? , :20.
~ n perftPd i tieat i ,:nper faH ch :nél1rnm A P''" t0lnn11n et Prnphetarnm , ip-0 ,.; nm -
.r
m, lapide an g nlari Christo e;;<1. fr en. III. J : Xnn cnim p er alio.-; c1i"P º "itio-
1w m salnti ,.; n nsr.rae cog novimus , qnam p er eo;;, per •1uo,.; E\·m1g< 'l imn p e1·ve-
ni'" ac1 nos: qw1<1 'inid em nrn c 11n1<·,c·n11a\·er1111t, pnstea vero 1.cer Dei \· ohrnta-
rem in ~ c1·i ptm·is 1111bis trallic1e rnn t , fo miamentnm et. columnam lidei n n,;trae
t'n tn rnm . X ec enim t'as nst 'li cern , r111onia m a1ne prne<1icavenrnt, quam pcrfe-
er mn li a herent ag n i tiow~m . :::.ir·nt <' 1nid:un : p aníc11hu·m01n e los marcic nitas) 0

~li 1'1en t dic ere glori ant P:", -;e cm011 1lat11res es se A11 o ~tnl1onrnL Pn:::t0a e11im,
<111am s mTexi t IJomi1111 ,; 11os :er a m ur t nis , et indtt ti ,;1m t s n1w 1-veHienti,.; Spiri-
tns ,;ai1c ti virtnte ex al to , <1~ ou111ilrn,; a1li11111leti .' llllt, et h abnenrn t ped e ctam
Gg11ítione111: exiernm Íll ri ncs t en ae, ea ;1nae a Dl"o n obis h•i na snm e \·angeli-
zante;,: , et eoelest ein p acem hmniiiihns amrnntiantes , 11ni <Jnid r m cr omnes
µarit er et singnli eorm n ha liemc;; C\':mgelinrn D <· i. D e aqní pnn-i e1Je ~n 11ri111 e-
ó""'"
i''' J•i 't't"1'0[!'diu1, b .1e ,;er elegi, lo ,; y ei 1\·ia1lc·s i1;111e11iarame me p 111· .Jesu-
cri ,.;to. (.;. ai. 1 , 1. Panln s ... n eqne ah h <1mini l1u,.: neqne per li nmin em , se•l per
.Jesnrn Clll'i,.:rnm D onm<pie P ane m. Act. 1~1, l~J . Ya•l e , 1_1n oniam \'a;; electio-
nis e~t mil1 i iste, m p orret ll•)lll•"n mernn coram gemibn,.; et r e.:.:·ibn,- r::r rilii,;
brnel. Cf. A ct. 1 , :21> con nla ci1m it 8ai1 ::\I::tín,; . I~a :'!egnn11a cnn,;i,.: te en su
W• Cacin11 para ;-;er úrgan os i11spirado,,;, an tent ico,; 1; in falib le;; 11e la RC\· elaci on
cristiar:a <111 e lia tel!ido c•:i mp lement•l en elln.'. ~.\cr. l i'J, 7. Elegit 1: D eus ) p er
o,; m e;1111 :rn•1irn gente,; Yerlrnm enmgelii et cre1l1•re. EplL B, 1 - 7. H ewla-
rn m A postolis iu :-;pirirn. l CoL :.? , 7 - -· 10. P e l' r evelation em .fosn Ch1·i ,;ti.
G:tl. l , 11. Inrima mem e li ,.;ada con esta elec cion , cn do é Íll,.;pil'acinn ii1me-
cliara;: "e halla la ff' l'Cera r ·i·enn!.iati\·a, <Í "'' ª e ] d on ,fo (' f\l'Í" nrn,; II Cor. 1:2,
1:2. fü-.m. FJ , l!I. l\farc. J f) , 1 7 - - l!i. A ct. :2. i3. ~, . k. 10. 18. 1t> . l ~1. :28. L a
c nan a JirenogatiYa con ,.;i,;w e u la i· Ien a pote,;rn11 d e r1ne se lialla l1a im· e,;tido
ca•1a 1mo ell os ]'<1. l'a el Pje rcici0 1le "n mi ui~t Pri o en foi/a /,t l ijlesio . .Jfarc . lG,
J 1.i. I n murnlum univenmm . .l\fa.tth. :28, 1!l ; p ero maii teni enclo al propi o tiem -
pq la 11;tida<l cn11 Pe1lro , .Joan . :20 , :2:2 . .Jfotth. lli , i,-..:. .Joan. :20 , l:J. Cy prian .
D·· r! 1it. E ccJp,.;, e. ·l : (luanl\'Í,.; Al' n::; toolis pns t J'CS11l'l'CC tÍOll 8Jll ,;ua11 t parPm
P''tesnitem trilrnat ct di eat: Ric nt mi,;it .. . Tamen, n t nnit ate m manifes t al'et.
nnitatis ejn;;:dmn origi1 iem ab nuo iu('ipi enrem s11a ancroritate clisposnit .
. , La prime ra prenogatiYa no ,,;e t rn,;rnite á los "uce;:nrr, ,; d e lo,; ..\p<'o.st o-
]e,;, por que es to,; ::;011 l os qrc ]e ,.; en \'ía ll inm mliatnm cnte, s iernlo ('!l\'Ía1l os l"Ólo
me diat ameme por Jesn crisro 1, Tit. 1 , ~' ) Reli<1ni t e Cretae. Tarnpoco pa,.;a á
ellos la ,.;egmhla, pm· c n a n to ni r ecil1en ya m1 e\'as reYelacione,; dt ) .Je,-ncris t0,
i; i est(rn inspinu1os, ni cad:t nno d e por si es i11falilile: p or lo que ca d a cn al
tien e ya m arcai\ a la mi ,;ion 11ue li a 1l e cn mplii" II Tim. 1 , 14. D eposilwn cu s-
tn,.lj II Tim. 3 , 10. 14. Tn :rnt em s e cntn .~ e,; m eam d1)cninam .. . pcrnurn c iil
iis , (p ia e !l i<licist i et creilin s1111 t ti lii , ,.;ciens a qno 1lidiceris. I Tim. 4. ;,, II
Tim . 1 , rn. Rom . ltí, 1 ~ ' - Ol1senetis eo,;, qni di ssensi one :-; et offendic11ht.
J1r ac!u rlod1·i;;a111 11uw1 l'IJS Jirliclsiis foc innt . Col. :2 , 7 . .\m b nlat e in Christo ...
ra'licat i et sn pen\f~(lific at i ii1 i]' ~ º <.·t confi rniati tir1c. ~i cnt f>t 1li<1icistis. La

http://www.obrascatolicas.com
§ 12. ET. CLERO y LOS SEm ..rnEs. 148

rn 1swn (le los :-;ucesores de ~º" A póstole;; en la lgle.~ia con,.;i:ste en guanlar el


•lep!,~it'l de la fe segun las en,;eiianzas que de aquéllos rec:ibieron. Horn. 11:),
17. l C"r. 11, :2. Ccl. :2, 7. II Tlwss. :2, 14. Depositmn cnstodi, i. e. ,111011 tibi
creclitmn est, non qnod a te inventum; 'tnnd accqiisti, non quod excogitasti;
res 11on ingenii, secl <1octrinae, non rnmrpationis pri1·atae, se<l pnlilicae tradi-
tionis. Yincent. Lir. Common. e. :27. Cf. Angusti11. C. Jnlian. II ..l±: Qnod in-
veneru~n in Eccl e,;ia, tennernnt: qnod <liclicenrnt, <loenernnt: q nod a Patri-
b ns acc(penmt, lwc tiliis trndidenrnt. En ]n, economía <lel ~nevo Testamento
no 1rne•le lrnlwr nnevas nJYelacinnes, mrnvas rnanifestaciones <lel Espfritu
~amn, en e! ~entido en r1ne la,.; f\<lmiten los montanista,~, ,;we<lenl.orgim10,; é
in·ingianos, pnesto r1ue hs Apóstole.,.; lrnn en,;efrndn melo ln qne reveló .Je,.;u-
crist'i }fatth. :2>-:, :20 i. Cf. Heln'. 7, 11. Hic 1. Ch1·isrns) antem, eo <1nocl
maneat in aeternurn. su11pit1 n11un lwl1ct saccnlrifi11111. 1:2, :27. (~nod antem
·' adhuc semel .. Hagg. II. 7) di1:it, declarat mobilium trnnslatinnem ... ut
rnar;eant ea, quae snnt immol1ilia. Itaqne regnnm i1111110/1i/e su'°'cipientes, ha-
bemns gratiam. Por cuya cansa preci:-:amente se <1ice <1ne la lglesia del XneYo
Testamento h!< entrado in 110Yissirni,.; diebns. Helir. 1 , 1. Act. :2. 17. 1 Petr.
1, :20. Gal. 4, 14. Pii'llií111lo tempnris, es s1111rcma r Hebr. 1:2, :27) é imn11tal1le
( Ual. 1 , 7 ). tnicamenrn )legaremos á tem,r conocimiemo pleno <1e lo rpie en
e]Ja ,,e 1;os ha dado cuam1o yeamos á Dios cara. á carn ( I Cor. J il, 1:2. II
Cor. ~J. ')·

La doc·t.ri11a Cl}HH'Sta pucde ver:-:e Cll rrertuliallo (l)e YC'l&llí.l. Yirgini1_1, e. 1 ; Per EYan-
geli11n1 1.Ju ..;;titia ,' efterl>uil i11 juv('11tute1n, Hunc pe1· Paraeletun1 ccn11po11itur in inatn-
rjtatern. C'f. TJe ::\IoJJ1)g(n~1. e.]._!. Tocnnte á los irvjngiano .. . ; y(,a .._e .Türg·: 1. r~. IL 11. 77 y
s}g~. Thiel'S(·h. !. r;, T. p. 7:2. 10:111a. :'<JbrP s,n~·denborg. La Yen1adcra reliq:io11 C'l'i~tia­
naj Cl_lll la ex1io.-.:1ein11 ele la rreolo.zia u11iver~a1 de la ~~lCVU I.zlG.5Ül. Lúndre~. 1817.
Yo'.. l I. l'· 541. :\f;ihJ<'r, 1. "· II. e. 4. Baju el punto de vista cmólico haliía refutado esta
orini<>11 cl m1'<mn T0rt11liann 1.De ]'l'ar•>cript. e. :2:2;: Latuit <tli•1nid Petrurn, n,ed1fican-
cbe Eccle.siar• pl'tram dict,un, r-laves J'(•gni c"elorum con,.;e•11rntunL et "ohcrnli <·t alli-
gm1di in coelís c·t in terris potestatem? Latuit et .f nmmem alir1uicl, dilectissimum
Domino, pec-tori ejn.s incuhantem, cni soli Dominui< Jrnlam proditorem pracrnon.-;trn,-
yjt; 11uen1 loco ~110 tiliu1n ::\Iariae <le1na11lla.yit~ Quid ergo co.~ jgnoras ...;e voluit, quibus
f~tian1 ;:.?;kH'ia1n snan1 ex11ib11it. et ~Ioy~cn et H_eha1n ('t in~u11er de coelo Patri~ YOC-Pn1'? ...
IgDor:ivernnt uti•11rn et illi. quibus post r0s111Tec:tionem sun,m •11101pie in iti1wre om11es
Scriptnrri ..;; edis:"erere clign:i.tu~ est~ ... ~-i.djicien.;: cun1 ve11erit i11e Spirüus veritatú·,,
ip~e vns dedncet in 01nnen1 vt:ritat0n1: o:--;ten<ht illo~ nihil i~. !:i1ora:;;: ...;;e~ quo:" 011111ern ve-
ritn,tem consequuturos per Spiritum Ycritatis repromiserat. Vincent. Lirin. Commonit.
n. :21]: Jlirari .-mti~ ne•1uco t:rntn,m ... 'l <10rundam hominurn errm1di lihidinem, ui. con-
tC'l'.ti uon :-:int tradita sernel et accepta. a.utiqnitus r:n?df'ndi regula; sed nova ac nova
iD clü~1n riuaerant. sen1perq ne a.lü1 uid ge~tiant reli,;..::ioJ-: i ar1de1·e, n1utarc; detraherc•;
qua.si 11011 coPleste ílogrna, ~it, quod ssme11·cc-:Tut1un esst; su/tfriaf.

Tal e,: tambicn f'l fnn·hmento de la argmnenrncion cmpleada por la Iglesia


contra ln,.; herejcs ,le todos los tiempu~: Xihil innoYetnr, 11isi quorl trarlitum
est. Pero al decir e,:to nri excluye la po,.;il.>ilidad <le <1ne existan recelariones
partic111ares: únicamente en~eiia qne tales reYelaciones no pertenecen al teso-
ro de la fe, de (jUe es depositaria h lglesia católica ( (le füle catholica 1. Thnm.
II. II. q. 174. a. G. acl 3: Singulis ternporibus non llefnenmt alirp1i prophetiae

http://www.obrascatolicas.com
lU PABTE s;.:Gc~DA. L!Bl{'() PlU~lEH.O. SECCIO.\ ~EC:t:~D.\.

spiritum lrnbentrs, 11011 rpu'de1it wl 1101·mn 1loctri1111m fidei dcprome1/llu111, se,1 ac.l
hnma11onun actnnm directionun. Xo obstante, lián menester en to11o caso 11e
la aprolmcion de la Iglesia, } ánn entónces ,·,sta nu las propone ú ,;ns hij<•s
corrn• enseilanza clngmútica r, fü11• diYina cn•dernb i, sino solament1' confirm:l
qne JHlcden ::H10]'üm;e (fic1e lrnmana'1 ~· lcerse para rditicacion clcl espíritn. por
cnya razon e! qne la;-; desprccia comete ignal t1e:-:acuto con la Iglr,;Ü1. Bene-
1lict. XIY. De Cano11izat. s:-;. II. 3:2: Sermoncm institnemlo de earnm appri ,_
batione, sciendnm est, approhationem Í8tam 111kil esse a/hui fjll(l}ll pennis.1;'r,-
11c111, nt rduntnr u11 fidelinm i11stit11tionem et ntilitatem post matnrmn exame11 .
3. Tampoeo \·a inseparnb]emeute nni11a ú la sncl'sion dr los Apósh•les la
trrcera prerrogati \'a. (, sea d do11 de l'Ctrisma.1 c.;'/i'uorili11arios. La,; Cartas pas-
torales d0l Apóstol exigen qn' los mini,.;trns (lcl Ernngelio, Obi,;pos y (liú.cc-
nos, sean irreprensilJles y 1lo:nilos c1e gran in~tniccinn ( I Tim. 3, :2 s(i. Tit .
1, 1; sq.), c1ue sean hi11Jiles para la enseüanza r Tit. 1, !I ! , ,.;ol1rios, etc .. pern
no hac:e la mús ligern mencio11 ile ,lone,.; extraonlinarios que se reqnieran 11ar::i.
el desempeílo c1e este minisrerio, ni mucho mé11os cmpone cpie ,.;ea necesaria
una reYelacion extraon1inarir, para 11i,:tingnir it los que ,;on llamnclos ú esta
dignitlad, para cuy:i eleccicn hastan Lts prnc'bas y testimonios onlinnriP,;
il Tim. 3, 4!· La e nana i1rerrngatiYn e:; i.gualmente pecnliar clP lo:' Ap(,~tr•les,
ya rtne la jnriscliccion c1e cac.a nno 1le sus snceso1·ps no se extiemle i1 t<•cla la
lglesia, sino únicamente ú la gTeY cnyo cnic1a11o se le encomiemb Pspecial-
mente (per singnlas ci\·itate' Tit. 1. ~J. 7 ·,, I Petr. ~), 1 - i 1. Pnscite. qni
in rour's rst, gregcm Dei. Cf. Angnstin. Ep. 3J acl Enseb.: Hnc riilicnlmn est
clicere, qnasi a1l me pertineat cnra liropria ni:ú Hipponensis Ecclesiae ... fn
aliis enim ciYitatilrns tantnm n.!.:·imn:', qnnntmn \·el nos permittunt \·el noliis
imponnnt eanmc1ern ciYitatmn episcopi. Cone. '11 ri1l. SPss . .S:.S:III. CrqJ. 4.
Yatican. Cnnstitnt. I. De Eccl. Cnp. 3.
4. Perr• el minisrerio onlinnrio ele rpie ::;e lrnllaban im·estidos los Apó~t:.­
les, en calit1a1l ele pastores y maestros de la Igle:iia, ha pasatlo á su,; sncesu-
rrs, qne lo son clel Cnlegio apostólicc1, en armonía consigo mismos y cün
Pedro: unidos co11 d snceso·' de Pe11n• son los \·er1lnclf'ro,.: cleposit~ffios de l•s
promesas tlel Sennr.

VI. La lii,;toria ele la [glesia atc:;tig·ua la perrnanencia del mini::;h'-


rio de los Apú,.:toles en ella. trasmitido de la manern indicada ha,-ta ln
eonslunaciou <le los siµ·lo>;, como se denrnestra:
a' Por lo,; diYersos uoml1res 1p1e se dan ú los ;:;ucesores <le los Apó:'-
toles: b: por lo,; mús antµ·uos docnmeutos litúrgicos 11ue ;-:p contiemn
en d ritual de la con,;agTacion de ,;n,; suce::;ores: e' por la hi,.,toria
particular ele ca<la Ig·lesia. <p1e ,;e lialla siempre íntimamente ligada
c·on la s~rie dl' sn,: Obi,;pcs: rt' por las li,.:ta,; ele los mi:;mo:'. rpte akan-
zan ú los tiempo:' más remotos: e· por d h'stimouio ex preso <lt l1i,;
Santos Padres.

http://www.obrascatolicas.com
§ 12. EL CI.ElW Y LO;) ~ECLAHES. 1-Fí
1. ..ill re 1o~
Et .
.~rLegos oc. nrren l· 1
o:; no1ndres: ''
7:20202'.:1. ~
"
r::=-o;.r"fº'·, ~,,
"::?'JY.:J.'JS.fi?'·J..,
~-1-·r·-·' ;._: ·r - • .' .. ~·',-
:.1 ... jZJiwf1.. .;.i ... -:r:l..Ji..O •• ri
, ,, l',...
OJ J.;.IJ.a ,,...._~ ;._,_ ..)JJ.~' '-,.. .' .. (C' n
_ ·1e1n. n,orn.
E p.
1. .11.01 .. .;.~~ 'Y.i.JJ"T.J;
1 1
'.:.. .;l1J~'J Jf
1 1 1
I. ad Cor. e. 4:2. I!:natius Ep. pass. Clem. Alex. Strom. Yl, 13. Just in. Ap r,I .
I. GZ>. En seb. H . B. III. 4. H erm. Past. ~imilit. !I .i : entre los latinos se les d P-
signa con los de : praesilfos, praepositi, pa stores, summns sacenlos ( Oypr.
Ep. li!I C(l. Hart. (ili ':--"Hieronym. in J es. õ3, 2. Tertullian. De baptism. e. J :l.
Angustin. Ci». D<"i XX. S '· .\cer ca (1e los órclenes jerárqnicos Yéase l\fart ene,
De a11tiqn. E celes. ritihus . Anhn'q 1. líü3. Goar. ;,0zr,j_,:,.,"º" siYe Rituale
Graecor. Yenet. 1í:lO. La li sta de la séri e ele los Ohispo; eu' cada una d e b ;;
I glesias Yéa se (' li San Ire11. /.('.III. ;.;, T ertnll. e. _jfarc. IY. õ. Pmescrirt.
e. 4. EJ'· 4:2. C. Fanst. XXXII. :21. En,;eh. H. E. III. 4. 11. 14. fa :2:2. 34. 3~1.
:2. En opinion de San I g nacio, los Obispos q ne se halbn al frente d e toch s
las I gle,.ia:; so n lt> :-: repre,;p nt antes <1e S\\S r especti rns c1i1)c"f":>is y tot1os esrú n
en la nl1ligacion tfo presra rles ohediencia. Tod os los actos eclesiást i('o;; nece -
sitan, para ser lcgales y \-:d i,Jos, la aprobacion y cnoperacion de! Olii spo , s;11
cuyo requi sito nn pneden e jeeutarsr tnles actos , como rl Bautismo, la E uca -
ristfo. Agap e y ::'.lfatrimo11i.->. Asimismo d el.ien todos com·enir cnn d Obis1 1<1
en to1lo lo que atn11e al dogma. Ad ~fogn es . e. 4: (;J77:'-2 Z."J.i. -:•:1z; i: -;::,;z.r,-;:r,.,
\ .... - • .... , , ... ' 1 f - .... , ... • .... ,

}J-S'J X':J.JJYJ7 1.'1 , /Y>?'..; r.Js 'J. :.r:ry; 7.'.1..'J'7'l. T..?'l.770'.JV'.'I' rJ'. '7'.J'.'Y..r:fJ'. r)s f.J'J% 2 'J7'J'i'i.. 1.r,;·1,--:r; 1•

'J.0'. 2 l'1'l.'. -.;7.;:10·1-:·'l.'. L. e. f: •;:r?J'i 0•1.2 ~.: 'l.·12·; --:o0 ~7:'.7X07:~J·; x'l.~. -:0J·1 -;:~2~..'~·;7~:it1r1
• 1 ' 1 ' • 1 1 •

·;.·1;'~'1
, .)..,.
_1. _,;--=-=
J J• .J.J - • • •
'tl ·T1· Jl 'l·
..._-\._o
0
tl. - ·
-~·1""'''''~''1
J. J. r• . J . , ) r,·'..,"1 ._J
; __• •;,I ~ I J 1 .... t
t"i--=· -r>=~-=
i • . ) , ... , . , ... ~ ;;,,=·; -r·;-
J • .., • .1
1
1 1

i-:: .7x0r:r:i'J ;x1/;'i·1 -::2-:J.772•:1 0;J.'l..; . .A. d S1nyrn. 8: 7:7.·1--:2.; ":'~) Zi: .7x01;<;> 'l.x0/,0:J~Z~'7S ...
1 1

• , r r , , ' , 1 { ' , ' ' , 1 ~ ,, .... ,, • • , , 1


~XS'.'l"f, /Js/;'J.'.'X ~'.J'/ 'l.pr.77'/J. .,j~~;.•,7 J(t) ·r, 'J7:0 '-;fj ' ) !i:'.7XfJ7:f/) f;'J 7'1.~ .,1 <:) 'l..'J "J.'J'70; S 7: '.":'?S '':"~·
;·-,. :· . .....;, .r i) :_ ;,_ ..,,-, .. : ..,- ~ _; _ .., .-,1), . ;:,__t ) (..'J•.:.
) ___ ,.. ; ·-, . :: • .~, ., .,., __ ;_ ( .,,_,.- ..
;,./J J.I ,I ,,_\. ..,,J.,J~
;, ,. )') ':J.) ;.1.1 ;_,..,,Jr.J •• .J-:• ,:. ,.:,.,
11
· J-: , ; . J . I ' .J •· , 1 J.1'J.., J
1 1 1

ixs ~ ·í, x'l4r;i. .x-f. Sxx/:11 7~:t.. _-\11 ~rnyrn. ~: 0 i. :t.~?7. 2:-;:'.7x0-;:r.)·; 7'. -;:2'l..77t1>'1 . ":'e:) 0.:t.-
1 1

;:loi,t:l i,'.Z-:2:::.íz•.. La Iglesi a t> e halla fornlada sobre el Obispo, el sacerdote y e!


diácono, ad Trall. <·.• 3: /.'"?\.; -:o:.Í-:<tJ'I i:z.x):r,7:.'.Z r,0 z.zi.z~-::t.'.. Cf. ad Ephes. e.
G, acl Trall. e. ;), rt1l nlagn c;;. e. G. a11 P olycarp. e. G. ad l\Iagnes. e. 3. Análo-
gas expresiones nsa Cl em. R om. Ep. ad Cor. n. 44 al hablar de los j efes de
la Iglesi a: " z-;:vrz.o-;:-/,, ·'r:/o:.Í;1.õ'l'1'. ,, . Los mismos Nantos Padre;; han demostrado
la nece~idad d e e,;ta snce:;ion nn interrumpitla. Yeanws cómo ,;e expresa
Pacian. Ep. I at1 Sempron. n. 1!: Setl et qnocl per sacer cl otes facit , ipsius po-
testas est. Kam r[liicl est illncl, qno11 Apostnlis clicit: qnae ligaveritis in
terris ... an tanrnm hoc Aposto lis licet '! ergo et haptizarE' solis licet, et Spi-
ritum s :rnctum rbrP solis, et solii• g:Pntinm peccata pnrgarr, quia totum hoc
non ali is, quam Apostolis imperanun est. Quod si nn o in loco et resolutio
vincnlnrnm et S[lcramenti pot estas datnr, ant totmn ad nos ex Apostolorum
forma et potestatc dednctnm est, ant ne c illud ex d ecretis relaxatum est.
E go, inqnit ( I Co r. 3, 10 1 fondame11rn111 posni , alius antem supcraeclificat .
Roe ergo superaedificantes , qnocl Apo,;tolonun tloctrina fondavit. Deniq ue et
episcopi apostoli nominantnr, sicnt de Ep aphrorlito Paulns cdisserit ( Philipp.
:2, :2:-J !. Si ergo ct la»acri f't charismati s pot e,;ras majornm et longe chari::.-
matnm ad episcopo,.; inde d escE'ndit: et ligamli qnoque jnoJ adfnit atqne sol-
vendi. Y viceversa, mnchos Santos P:1d r es, como S an Ireneo , T ertuli ano,
San A_g nstin , San .Jerónimo , Orígenes ( De prin cip iis, praef. i , San E pifa n io
TO ~ O ll 10

http://www.obrascatolicas.com
lJfj PARTE l'EGL !í CA . L!Bf;O f'R!MEHO. SEC CJO ~ >EGL'!íDA.

1 Baer. 81 '1, S. Optat0 (/.e. II. i3), elo la misrna no inte:rrnmpic1a suces1 on ele
los O bispos á partir <1e los Apó,.;toles dedncen la ven1ad l1e la :-;agnvla Escri-
rnra :· de la. doctrir:a católica. En r ea lidat1. es aquéllR tan indi><pensahle :· se
halla tan intinrnmente ligada con la existencia de la Iglesia, qne San Cipria-
no '. Ep. f)ÇI , Han. GIJ, ad .Flor. ) no Yaci la en declarar que la Iglesia cs ·'plcbs
sacerd oti coadnnata et pastori sno grex a(lhaenms. r.;nde scire dehes, Epi-
SCO}Jlllll in Ecclesia es;;e, e1; Ecclesinm in Episcopo, et si c1ui:-:: cum Episcopo
non sit, in Eccle;;ia non e>;s3; ... qnando t;cclesia, r1 nae catholica etnna e;;t,
;;cis~a 11 011 sit, sed sit utique connexa et cohricrentinm silii im·icem sacerdo-
turn glutino copulata. Por ] .J cual trnh herejia reconoce por cansa ó presnpo-
ne la clesol1edie11cia al legitimo Obi,,:po i, Ep. 1;;-J, 3. Han. 3, acl R ogat . 1: Haec
snnt etiam initia ha er eticor1m et ortns atr:J ne conntns schi:.nnaticornm male
cogitantium, nt sibi placewd , nt pra epositmn superbo tmnol'8 contemnanr. Sic
de E ccle:-;ia recedirnr, sic altare profanum foris coll ocatur, sic contra pacem
Christi et ordinationem at<]ue nnitatem Dei 1'8liellamr.
3. _.\.nnr1ue todos los Ol1ispos :;;on, en e! mús lato y genninn sentido ele la
pahbra, sncesol'8S r1e los :\póc;tol eól, por cnantn éstos fuernn pa;;t ore.~ y maes-
tros t1e t<h1a la Igl e,;ia y aquéllns ejercen tamliicn Hl ministeri o en la I glesia
entera , en virtncl de la mr.on <1ue existe entre ell os , y qne todos á sn vez
mamienen con el ~n ce;;n r de P edro, no ob,.:tante, la .inrisdi ccion de cada
Obispo en particnLw no se extiendc ma:-; aliá c1e nna cl iócesis r1etcnninada.
Leo :i\I. arl Anastas. The,;sd. Ep. 14: Hacc connexio rntius qniclem corporis
unai iimitatem requir.it , sed praecipu P- exigit cnn conliam sacenlotnm, qnibus
cum dignitas sit r:ommunis, •wn est tamen ardo ,qc11eralis: qnoniam et inter bea-
tissimo:; ..\po,.;rnlos iu simi litrn1i ne honori,.: fnit 'llla o1lnm lliscretio potestatis,
et cnm omnium par e,;set electio, uni tamcn datmn cst, nt ceteris praeemine-
ret. De 211a (or11w qnoquc rpiscopornm est orta c1istinctio, et magn a orclina-
tione provisum est , 11.e Olit.'tes .\'ibi omnia i.:iwlir:nrent, sc,1 essent i n ,;ingulis
pro\·incii:; :-::ingnli, q 11 ormn imc1· fratre:; ha herernr prima sentem ia : et rnrsns
quidam in majoribu,; nrliilms constitnti sollicitm1inem su;;ciperent arnpliol'8m,
per yuos ac1 unnm Petri selem nnivcrsalis Eccle siae cura confineret, et nihil
usqnam a suo capitc c1is"i'leret. Por donl1C se ve que el obispo r1e Roma es el
suce;;or lle San Pecl rn, miéntras qne los clem(1s Obi,.;pos no son rncesores de
éste ó dei otro Apóstol: y ~i cada un o ejeree antorifl ad sobre toda ln Iglesin,
es t.an só lo en union con t.o rlos loa miemlJro:3 del Epi•copailo , cnya cabeza es
el Papa romano. P m· eso t1i ~e mny bien San Cipriano ! Ep. Gí, 4. Hart. G8, ad
Steph. ): Etsi pastorns mnlti sumn,.;, un mn tamen gregem pascimus et oves
uni\· ersa~, quas Christt1s sangnine 8\10 et passione r1uaesiYi t. Cf. A('t. 20, :28.
I P etr. 5, 1 - 4. Pascite, <1ui in Yobis est., gregem D ei. Cada uno de los Obis-
}'ºs apncienta inme(1iatamente :<ólo su reliail.o ( fJUÍ in Yobis e:;t :1 , mas como
miem bro r1el Episcopado católico " posnit 1: illnm ) Spiritus sanctus regere
E('clesiarn Dei (-;·r,'1 ~xx}·r,7(::1.'11. Concepto r:Jne i1esarrolla tambien ~ an Cipria-
no enando dice (De U nit. Eccles. e. ;, ) : Episcopatm; unus est, cujus a singu-
lis pnrs tenet ur. Cons 1'ilt e ;;i~ sol>re esto Zaccaria , ..\ ntifel.Jr. YiJ1(1icar. Tom. I.
p. 4G2 sq. Phillips , Der. cr.n. I. p. 11:2 y sig.

http://www.obrascatolicas.com
§ 13. DIVM ON DE LA JlmAHQUÍA. 147

4. Sígnese de lo dicho que:


u , L os Obispos no son sucesores de los •.\póstoles, en cuanto (pie éstos
recilJi ernn dei Sefior una mision extraordinari a y por con secuencia pasajera;
ma;.; :;on rales :;ucesores en el sentido de que los Apóstoles fueron tambien
mae., nos, pasto1 ·es y testigos de la wrdad reY elada i. Act. 1, 8. )lattb. 28, 20).
11 ! E! Colegi o de los Obispos, qu e tambien comprende al Sucesor de Pedro,
prin cipe de los Apóstol es, ha herr<lado dei Colegio de los Apóstoles , con
Phho á la cabeza , la pl ena autorida<l. del mini sterio apostólico sobre la Igl esia
illii \'C'rss l: por el contrario, cada Obispo en panicnlar no cleriya ele nn .:\ pé•:'lt ol
1letcnninaclo la autorida1l sobre toda la Igl esia , sino e11 cuanto que cada
Apóstol escogió 11na Igle,;;ia especial parn gobernarla.
r; ·! L os Obispos indivillnalment e sn ceden á lo::; Apostoles en la clireccion de

,_;ns rPspectinls Iglesias, y el obis1•0 ele R oma sncecle en la direccio11 (]e la


Igle,.:Íf\ univer:;al a San P edro , en cnyas manos pnso el Seilor la autoridad su-
prema de su Igl esia. P or c011secuencia, los Obispos , aisladamonte considerados,
snced e11 a los A]JÓ,,;toles cn cuanto qnc son ésto,; lo,; fundamentos de las Igle-
sias que indi,·iil nalment e gobern aron, miéntrns que e] oliispo de Roma es
sucesor de San P edro, fn1111amento 11e la Iglesia universal.
d ) L os O bispo,;, como tale::; sucesores ele los A póstole;;, ,;e hallan coloc:ados
bajo la antoridad dei Ro1na110 Ponti fice, suce,;or de P edro, del mismo modo
que Jo:; Apostoles ej erc:ían la snya en nnion con y baj o la antoridad de P edro.
Tal es la ol'g<rn izacion qu e di ó .J e::;ncristo á la potestat1 de la Igle;;ia y al
6n1en ele Li mi,;ma. El Episcopado e,; la continnftcion del Colegio de los Após-
:oles: y así como éstos se mantlffierou unidos à Pedro , de la mi sma manera lo
están los Obi spo,; it la Se1le Roman a, centro il e la nniclad de la Iglesia. De
J esucristo emmia toda la antoridad y se extielHle á los miembros dei };pisco-
pado, pero de tal modo (1 ne éste corn;tituye un cnerpo orgánic:o que mantiene
perfecta nnida<l entre si y c:on su centrn, alrede(l or del ena! gira y de! que
procede el prin cipio organizador, la unidad de cp1e derin sn foerza ( ~~'n.?'~
Sx":'.:d.). Por tanto, la bennosura y b foerza de la Iglesia, cnerpo místico de
J eslH.:risto, desca nsa en e,;rn perfecta unnonía entre la cabeza y sus miembros.
Con e. Yatic. Cono;t. D ogm. l. De E ccles. Chr. praef.: Qn emadmodum igitur Aposto-
las, quos sibi de mundo elcg-erat, misit, ,;ieut ips e nüs,;us crat a P:1tre: ita in Ecd esia.
sua Pastores ct Doctores US <JU C ad co usnmmationcm saeculi esse voluit. Ct vera
cpis copatus ipse un as et indivis a s essct, ct pe1· coh acrcntes s ibi invi cem ;;accnlotes
cred cntium multitndo un iYer;;a in fidPi N communion is uni t atc conserYarctnr, bea -
tum Pctrum cet Pri,: Apost olis praepon ens in ips o in, tituit p erpctunm utril""l'lú uni-
tatis principium ac vi ..;ibile funclamentum , 1rnper cuju,; fortitudinom aeternum cxstrue-
retur t emplum, et E cclesiac c:oelo infer cnda. sublimitas in hujus ficl ei finnitatc con-
'un:;erc t. (Leo ::\1. Scnn. IY. :2 in diem Xat. sui.)

§ i:3. DJVISIO:-; DE LA JERARQ U ÍA.

I. Los incliYiduos drl clero forman la jrrarquia eclesiástica en la


que reside la potestad ;:.anta, trnsmitida por Jesu cri sto á sns Apó stoles

http://www.obrascatolicas.com
y en ello,; ú "li"
snce,.;on•,;. parn la administracioH de lo:' ~anarneHto~.
predicacio11 de la doc·trina y µ-ohiemo de la fgle,;ia.
1. Couc. Tri(lent. Ses,.;. XXIII. Can. li: S. q. d., i11 EC'cle::;i:1 eatliolica wm
8858 hiernn·hiarn di\·ina Pnlinatione irn;titnt:mL qrnw COfü'tat ex Episco)'i~.
pre,.;byteri,; et mini,.;tris, n ,;. F~l primero qne n,;ú el nicablo '·jernrquüi,,
1 :.o::'l. 'l.~-;·r, 1 fné ( PsPmlo- 1 Di011Y,;in,; De C(lelP::;t. hierarch. e. i:l. Se ha clarlu á

la Igle~i; toda pote::;tad para la ~:mtificacin11 II Cor. li:l, 10, potP::;ta,; in aC'di-
ricationem. Yé:1,.;e l\fatth. :-1, 4t<: ]'Ol' cr•11secnencia, e,; mm potesw1l scrnta: ],, e~
por ,.:11 orígen, Dio,: Padre y .Jr,;ncrisbi: por sn fin, la e(lificaeinn rlf•l cnerp'.1
mí;;tico ,k .Tesneristr• (EplH',;. -L 1:2, en sns m0dins la palalm1. ln~ Saen-
mentos y hi discipli11a ech•s'ástic:i . Xo ejrrce sn antnrirla1l mer1i:1nte 1:1 Yiolen-
eia ." el capricJir,. c11mo las pc•t<'."tarles de la tierra, :\fotth. 10. U -- 4G. Lnc.
:2:2. :2:-1 - :2~. :-;i110 q 11e sn,.; r?pre:-;enta1Ltes linn 1le considernrse c:omo ;-;en·irlnres
rle Cri:,;to, t~ i11,;trnnw11to,; l1•3 :-m graeia, sienrlo \·enladeramentC' decl1acln,-; 1le
la grey, I Pen. ;-) , :2 - ;'J. Brrn:m1. De con,;i1ler. II. 1i : Pornrn A ]'OStnli•:a
haec est: dnmi;1atio intenlicitnr, i111licitnr ministratio. Esta <'diticac:ion se
1le~l'ierta y i'e fomenta n·mllYir11do ],-,,. ol1stúcnlos qne se oponl'11 ,\ ella y apli-
carnlo castigos it lo:--: qne mrrncen correctÍYP . .Joan. Cluysost. in II Cor.
Ho1n. XXII. l: 0-: 'l.~-:0 -;rJ~;-;rJ ;1.'l.j.',77J_ r;~"/JJ0r<;:f1 .:; 2~0r;.:; 27-:'.'1 1 -:6 -:'l. %t»i,0:J-'l.7'Y.
1

7.·1'Y.'.?2 ~.'1 . . . 2~; -:00-:r; :1.S·1 rJ~·1 S/,'l.:~o:J.2'1. ~'.-r1. r;~x00r<J.i:');J.2'1' ~'l.·1 0~ -: 1• .:; 7: 1.x-:20·{1 x:Ú
-e i =·r~ z0
i . ) '-1 ·':~• "'· • ·•
'l·> :rrJ~- ·{ ·
• • •• ,1
z-;."
• ·•
-;;
",1
;->-;.
- w-1-' ,·
·;.1-'--r-r'-1 =rJ'l• ;,,=-·'=;-;.
l.J JI · - - """t 1 - • ,·~ z-;.rn,
• •
·r ·)·,-=
••tJ ·-~
- -;.·)-~
. •.) '1 z-;.'•
• ••
)( 'l.7'l.~~'l)) f;'/70:;.

2. De la 1li \·isio11 1le [,, jJOtt ..~tad 1·11 hie1·an-hin (lnlinis pr:•tt·stas i11 corp:~s
Chri sti wrnm '1 ~- hiernrc h ir j nri "'1ictinnis ( potesta,.; i 11 cnrl'n" Christi my.~ti-
1·nm ! herno8 halibclo irnte:' II. p. 4Ci. Thnrn. Snmm. II. II. <111. ;)~I 8. il: :-:1;iri-
tnali,.; potPstas 1lnp]Px rst. n11:1 qni(1Pm s~icr:imentalis, alia j'lris1lir·tin11ali,.:.
Sacrame11talis q nidem pote,; tas Pst, q nae pe1· a 1iq11:1111 c011:-;ecratinnr>m co11fr1·-
tnr ... et talis pote,;tac; 1'PcmHl11111 sn:im essenti:nn remanf't in hnmine. qni per
con,;ecrationem eam Pst a<kptns, qnamdin viút, sivc in schism:1 sive in haere-
,;im labatur. Sin eniliargo, (·sto:-; últimos pierde11 el <1Predw ele ejercer sn anto-
rid:vl; si la ejerceH '· eoru:n l'"te,.;ta::; effoctmn halrnt i11 :-mcrnmentalilrn,.; ...
Pote:;tas antem.inris1lictir111 s est, qn:w ex simplir:i injnnctione li"mi11is confor-
tur. Et talis pote:-;ta:-; 11011 immol1iliter a<lhauret. UndP in ::;r:hismatici:-; et
haereticis nem manc·t: iuHlP !lllll possnnt nec al1sol1·ere, uec c:xcommnnicare,
nec indnlgenti:is facere rn•c alirpiicl lmjusnrndi. Qnodsi fecrrint, nihil est aetnm.
Cf. III. r111. fii:l ad 1.

II. Ell el órclen jerár<1uico ocnpa el prirnt'r lugar el 01Jispo. que. por
derecho <liYir10. es supet·ior al sacerclote. como único ,.:nce"or ele lo:--
Apó,.;tole,.:.
1. C'onc. 1'ritlt-:int. 1. e. Cau. 7. S. 1. dh ('pi~c·opo~ non essP pre:'.'byterls ~uperiore.-.: \"el
1

nem lmben• pote,tatem confirna1ult ct or.Jinawli; Vf'i eam c1uam ltabent. illí,; es,p cu1u
pre-sbyteris corn1ntu1e111: Yel crdil10~ ah ipsís ('ollatos sinP populi Yel potestati.5 sac·cu-
1ari-.;; ('011.5flllSH aHt Y(JC'atiOllf' rrito."' e.":-'('. ant PO ....;: itlli lH_'(' ah 0CClf'.-.;}a.-.;tica iJOtl-':--itcltl'
rit0 ordin:tti n0c 1ni~::.-i ~nnL ~rd alinndr \"Pniunt~ leg·itin1os essp verhi pt f'-;a<·ra.rnf'nto-

http://www.obrascatolicas.com
S 13. DJVISION l!E LA JERAHQCÍA.

rurn rnini,.;tros, a. s. Cap. J: (~uod.,;j quis omnes chri><tianos 1n·omí,sione ~ov1 'l'csta-
rnemi ,c;acerdote.-; e.,;,;e, aut onmes pari inter se potestate spirituali praedíto.,; aftirmeL
nihil aliud facere videtur, quam ecdesia,;t.ieam hierarchiam, quae est ut eastrorum
rrciP'< ordinata, confurnlere: perinde ac .-;i contnc B. Panli <loctrinam onrnes ..\ po,;toli.
om11e,; Prophetae, omncs Evangelistae, munes 1"1,.;ton•,;. omnc.-; sint Doctores. l'roinde
sacro ....;ancta Synodus dcelarat, praeter cetcros cecle:-.:ia:--;tico~ gracln~, episeopo;-.;: qui i11
Apo,tolicum locnm succe,;serunt, a<l hunc hierarchicum onlinem prnecipne pertinere
f't po.sitos, sicut idem Apostolus ait, a ;-;piritu saneto, regere Ecclesiam Dei cosqnP
pre,byten> c;uperiore.'< <'>>e.

Los primero,; <1ocmnento,; que pruelrnn Cbta <1octrina ,,;011 las Acta,.: y la,.:
Cana,; de los Apóstoles. ~an Palilo U Tim. 4, 11; ó, li; ]!1, :21) tra,.;mite á
Tirnoteo y ;, Tito la autori<hd <1ne el ha1Jía ejerci<1o, para que respectivamente
rijau las lglesia,.; ele Éfeso y de Creta, es decir, b pote::itatl de la en,.;eüanza
' I Tim. 4, 11 1, <1e la commgracion ! I Tim. ó, :2:2 i y ele! regímen ó <1el go-
bierno 1) Tim. Ti, 11); cem la última panicnlannente recil1en e! derecho de
estahlecer presl1íteros y diúcorn1,.; (II Tim. :2, :2. Tit. 1, •i 1, la facnltad ele
juzgar conforme ai dcrecbo eele,:iústico, ele recil1ir actt,.;acio11c:o, (le examinar-
]as y ele imponer ca,.;tigos ( I Tim. ó, li; l!i, :21 :. E! rninisterio e]'Í,.:copal apa-
rece elarnmente retratado e11 los jefes (le las feligre,;ías que ~an Pablo mand1'>
reunir en .3Iileto 1Act. :20, :28 1; e11 las ,.;Íeteº ~lesia,; ele A.süt ( c\.poc. 1, ] li. :20:
:2, 1 En Filippo ej erce el t:argo de olJispn Epafrodito ( Phi !. :2, :25); siurnl-
táneamente aparece ~an Policarpo, como Bncesor 1le lo,.; Apóstoles. en Smyrna
(Iren. III. 8), ~an l\Iitrcos ,.;ucede á San Pedro en Alejandría (Petav. l. e. I.
~J ), y Evnilio goliierna la Iglesia de Antioquia \fd. l. 1·.). Eii las últimas Ca1·-
tas de San Pahlo, particnlarmeute en las Carta,; pastmales, aparece ya per-
fectamente desanollada la con,.:titucio11 de la Iglesia, tal ena! existfo poco
ánte,; de la m1rnrte de] Apóstol, y precisamente la cirl'.nnstancia ile no apare-
cer únn bicn determinado,.; lo,; nombres con que 11eliía ilesignarse cada catego-
ria, puesto que unas veces se da al jefe de la mi:-<ma Iglesia la denorninacion
de presbítcrn y la de Obispo otras, e,; inequÍYocR prueba de qne n11s encnntra-
mos cn e! momento critico en que termina el período apostólico y comienza e!
siguiente, y que ,.;i no :'e habian aún tijado con entera precision ln>< nom lwes,
ya existian los nuevo:-; órganos r:ine dehían :rnstituir ú los Apóstoles. Véase
Hagemann, La 1qlesia ronuwa, 1í-<íi4, 1>. 1-llí-<.
') Toda la antigüedad reconoce los tres órdencs ele la jerarquía eclesiás-
tica, it la vez que la snperiorida<1 dei Obi,:po sobre e] sacen1ote. Asi vemos
que 8an Epifania llama "doctri11a incomprensihle y necia,, la ele Aerio, que
nega lia dicha snperioridad ( Haeres. Ti).

Ya Clemente Romano se expresa de c,.;te modo (Ep. I. JO': Ttp '/'Lp ip/''-F'-º '!2t'.X'.
),st'rO'JP'{tc:u 0sõo1J.É'.1'.l~ slcr~\J, x:ú -:oTç ~spsiJ·:J"t',1 '{r>r;ç i1 -:ó-::oç 7.poç:S-:'.Xx::~u Y.'.ll ).s·A-cci:ç YGtxe
2t'.Xi'.r,·,:'.X, i::-:'z2t'1':'.ltt. Y annqne e,;te escritor usa toilavia indistintamente los vocablos
i::-:ic-zo:-:o' y :-:p2c-~0':2p0t, ya e,,;pecifica los tres elementos ele la jerarquía: apostolado,
rpiH·upado y diaconado ( i:2. ±!J. cf. Ji. õit que correspondcn al ónlen jcrárquico de
Ia lglei'ia dcl Antiguo Testamento, ántes mencionado. "Los Apóstoles, dice, pn·dica-
nrn ~n diferentes países y ciudades, y establecieron á sus primeros discípulm• ... por
Obi>'j'O.'i y diáconos ele las futuras frligresias. Hay que distinguir de éstos à los Ap<'isto-

http://www.obrascatolicas.com
150 PARTE sm ;L'.NDA. L!BBO P!\DIELW. SE CC I O N :-<EG C NDA .

les y stb su c:e;;ores: en la preYi:;ion de qu 0 ,;p sn:;ciütsen contiendas acPrca d e l mi nis-


t erio epi :;col'al ( s7.,7i'.o-:-:1',ç ) . e;.ta hl e<.:ieron lo;. mism os Após tol e,; los rnen cinnado;.
O bispos y d isp11,.;ieron ttde má:< rara lo por Yenir ( :J.;:-::x~0 ST:,'11):ú;1 ~;:~(Üi'.'.%7''') que dPs-
pne,.; d e su muP rte d es0mpeüaser, sn ministerio \e! a.po.,; t ó l1 co de la. designa<:ion d1'
Ob ispos ) otros h ornhre,; dl' prob fL<h Yirtud y capacid a d." e. +!.

San J u:>tino i\L ( Apol. I. 1:;;-, ) !taco notar (pte las ofrern las se fl'C'sentan
" -;<;1 0:20s77l~J7'. 7(;i ·1 7.0ú,rt:n ,, ; Hernrn s ( Pa,;t. III. Si mil. D1 é Hipólito ( De
Chari,;m , n. 1: Yéase D<· lling e r, Hipólit(l y Ca li xw, p. 4õ>H ) emple;rn toda \"Íll
indistintarnente los n omhres O bispo y pre,;bíwro: Sm1 Ireneo ( III. 3 '! dice,
. ' l Of;e "·' P o 1·1carpo: :;.-:
re :fi nem ' ' f;~o:r;770J.<>l'1
'' Y.':l.7'X77'X íJ ;:•.;
' S'.ç ' A. 7'.':l.'1
' 7·r,·1 ' ;,•1 ' 7·r,' ,, .
-;i-:.i?r{,
S:xxl:r,7•.~ z;:(-;xr;;:r,ç. Cle m. Alex. Strom. \T 13: x-x-;'l. 7·(;1 ZXY.J:r,O"i.':J:) T.(0X'J7:':/.~.
ET.•.o-xÓ7:lv'1. ;::s0"'):.i-;i:t»'1 . i>.-x;:(,',l•>'1 ( 2~-;(·1 1 . Origen. Hom. XI. 3 in J erem.:
.. - ' : • \ 1 -· • , ' - .... . • ; - ·- . • ..... ' ' ' .. .. . •
J[J,2, .f)'I Z'((t) 'Y..7:'Y..'.':'1J(J-'l.'. 7:'Y..?'Y.. ":C.d'I f;'/1.X0'1(.1J'I; 7:1~2.'fi'I
1
f; 0'.':J.%0'10:, 7:"1.?'Y. '70'1 /.'J.'.%0'1' f)
~\ - ' ( - • ' • ' • ' ' • ... ' • 1 .. ~
rj~ 7Cü'I 7:-X'l"':'ltl'I ·r.p.<•J'I :..",'%2.'f}?·':i ?!'1'J; ':J.?l:','I ':J.'J7"f,'I -:·1,'1 z.xx1:t,7'/1.77':'1:f,'I~ !';"';'. ":':/ .?_ .0·1
1

Los Obi;;pos "Ap o.~to li s Yicnria orclinat inn e s n ccednnt ,. ( Cypri an.
à.;:':l.'. 72-;:7'X'..
Ep. GH. Hart. GG ad J<'lorent. n. 4 \. D e ellos se 'licP que están "pro Aposto li,.;
constituti ,, ( A ngnsti11. i11 Ps. XLIY. 32 ), y en sentir d e 8nn J erónimn e]
Obi s po es e l padre de los sacerdoif's ( ad K e potian. Ep. >>2 1: Esto subjectu,;
Ponti:fici tno, et qtrn~i auimae paremem snscipe. Ad Angn stin. F~p. 10:J: Yale,
mi amice carissime, a e ui te fili, (Íignitate paren~. ::->an Epifania (l. t.): -{, ;ú"
j'ª? ' . ' ' ',.. . ' - .. ' ..... , '
Z77'. 7:7..":'Z(l.0'1 ~'Z'l'l"(1";'.X:t, "':', .~ •. ~ , 7:'1..-::.21.; ~·'1.? ~-2·1·1?. -:·,:: ;,zxi:r.7'."1;~ .,; ,....iZ 7:'.1.-:::2?'..;
(

:J.·f, 0'J·11:J.i·rr ~-:.·r1?:1, -:1. 0.'l. -:r:f) i :J-::(r;0 7:1i:.· :.·1·rr 7:.':I.; -:kx·1'l. ~1 ::·1·1?. -:-~1 !xx/:r1 7~~-
1
1
1
, .....
1

Rlly fon ciones· cuyo ejereicio se re,.; er n exclnsiYllmente á los Obispos. com(•
1::1 Confirmacion. Cyprian. Ep. 73, !l: Qnnd nnn c qnoqne ap1u l nos !,(eritnr. nt
qui in E cclesia b aptizantur praepnsitis Ecclesiae affera ntnr et prr nostram
oration em et mamntm impo,;itio11em Spiritum i>anctmn con,;eq uant ur et si-
gnacnlo domiuico cottimmmer.tnr : d. Ac t. 8, 1. Cone. Illiberit . Cnn. 38. Con,; -
tit. Aposto !. III. lG. ~] úrd m1 sacrrdotal , Hieronym. Ep. Llõ ad E ning.: Quicl
facit episco pns, excepta orclinatione, q uod presbyt er 11 0 11 fa ciP Jolln. Chrysnst .
Horn. in I Tini. XI. l : -:-~~ ~' :r.2 /.=-'·?'I-:r;-1:.~. :;.r)'I~, 0-:-:::2~~2~~-f.x:t.7'. ( r). ~7'::.~x0;:0 1.\
Por lo ena! San Atllnasin h ace notar ( Ap01. c. A.ri ::111. e. 12 ) que el úrd en con-
ferido pnr el sllcei·clote Collntho ú I ~jiras no es vúlido y que , por consec ue n -.
eia, éste 11 0 es tal sacerdote.

III. Annque en el petbdo apost ólico n o St' hace aún explícita di ,;;-
ticion entre Obispo ~: sacerdote, no por C80 se confundcn las funcione-:
de ambos.
1. El no mhre 'E.-:1.-;zc,;:r,; sólo ocurrC' citado c uatro ,·er;es . Philip p. ! , 1.
Act. 20, 28. San Lúcns, A c t. 20 , 17, los llama '-? S-;~:;7~?0"J; . Tit. 1 , 7. I Tim .
8, ~. Los crÜ;tianos procedentei:l del paganismo mne,;tr:m alguna Yez extraii.ez c1
de que se ord enase de ";:?s7(!.~72p0•.,, á los homhres qne aún se hallaban en el
período de la jtn-entud; los S e te nta e mplean el Yocablo ~ .. ;.-;z0;:0'. para desig-
nar indistintamente func io1rnri (•S ecle;;iú::;ticos y ci,·iles. Por el contrnrio. l o~
co n,·ertidos dei jnda ismo e::;taban al corriente de b significllcion del nombre
;:'.);,~%7s:;1J•.
• ., •
::·:;r.
.1 .. :
como que se lrnbía t omado del Antiguo
'
Testamento. En nu

http://www.obrascatolicas.com
§ 1'5. DIVISIO:S DE L .\ .JElLl.RQCÜ . Vil

principio el ca rg0 de O bispo estuvo unido al ministerio apostólico; pero , ai


{:Onocer que :;e ace rcaba el finde su:; días, nombraron lo:,; Apóstoles sucesores
·que continuasen ,;u misiou : así fu é designado Tito para la Iglesia de CrPta,
Timoteo para la <le Éfeso, Diotrefe:;, de quie n hace mencion III Joan . H, 10,
el .,-0~:.i~'o; ;"rrtr'.r;~ ( Phil. 4, 3 ) , Arqnipo para Colossas ( Phil. 2, 2iJ, '7!JTº":?J. -
-;'.C:)-;·r,;1. Tocan te it la sin011imia de ambos vocahlos, obsen·a ya San Crisóstomo
( in Pl1il. 1. H om. 1 init. '1 : hay en esto igualdacl de nombres pero no de la
cosa: lo mismo sostiene Santo T omú s de Aqnino, Summ. II. II. cpL 184. ::i.
134 : Quantum ad nomen olim non distinguebantur episcopi et presbyteri,
sed se cnndum rem ,.;empPr inter eos fuit clistinctio etiam tempore Apostolo-
ru:n: postmod n m t::imen ::id schism::i vi tand nm necessa·rium fui t , ut etiam
nomin a clisting1wrentnr, ut scl. majores dicerentur episeopi, minores antem
presbyt eri. K o solamente los Obispos y pre:;\Jítero;; , hasta lo:; Apóstoles,
segun hace nornr San Crisó:.;tomo, eran designados con los nornbrrs de diáco-
nos , presbítero,; y co::idjutores ( I Cor. 3, õ lI Cor. 3, fi . I Thessal. 3, 2): d ii;.;e
el titido de Obispo al mi;;rno J esucristo ( H ehr. 3. 1: õ, iJ), á qnien se llama
tambien Apóstol ( II J oa11 . 1. III Joan. 1. I Petr. õ , 1 ) : y e,;te último ,,;e
.aplica ::i lgun::i s \·eces á la mujer 1, Rom. l G, í. Ph il. 2 , 20 i.

En co ntra d e e>ta opinion ~oo<tie ne P etavio (1. e. L ± y Dis; Prt. Ecclesiast. I. 1) •tu<•
la ma_,·or parte rl e lo;; pn•,;hitero;; eran Ohispos y •tu <' es posterio r el hec lw de establ c -
cer uno de entre Pi los que d rsempeúa;: r e l cargo de ,iefe dei eo lPgio d e los presbíte ro.'
-(ut schismatum s emina toll ert>ntur. Hioronym. Ep. 146 ). Uf. l\Iamachi 1. e. Tom. IV.
pág. 337.
:2. Cno de lo,; m:,, autoriwdos testirn onios qu l' sr citan en pro de la i1lrntidad dC'l
mini:<tcrio episco pa l y sa ct> rd otal, es :->an Jerónim o. Hé aqui s us palahrns \Comm. ia
".rit. 1, :») : Idem p:;t ergo pn•,;hyter, 11ui et cpiscopus , et ante11uam diaboli instinctu
studia in religione fierent e t diceretur in populis : Ego sum Pauli, ego Ap ollo, ego
a ut em Cephae , cornmuni presbyterorum consílio t'cc lesiae gubernabantur. Postquam
vera unusquisqu e f'O i', quo,; ba pt izav E'rat, suos putabat esse , nun Christi , in toto orbe
deerrtum est, ut nuns de prf'><byteris t'lc>ctus superponere.tur ceteris , ad •1uem omni~
Ecclesiae cura rw rtineret, l\t schis matum semin~L tollcrentur .. . Nove rint Epis copi.,
se magis consuctudine, quam clispositiu11is domini eac veritatC', presbyt er i~ esse majo -
res. t't in communi d ebere E celesiam r Pger e. Cf. Ep. l4G ad E vang.: Xam t't Alexandriat'
"ª }!arco Evang c li~ta nsque ad H eraclam et Dionysium epiocopos prcsbyteri sem pe r
unum C'X se eleetum, in exeelsiori gradu collocatnm, epis copum no minabant; quo-
:rnodo , si exercitu." imperatorem faci at. , au t dia coni eligant ele se, quem industriul!l
noverint , et archidiaconum ,·ocen t . Quid enim fa cit, t' Xcerta ordination<:>, episcnpus ,
·quod presbyter Hon faciatr

P ero en reali Jacl no exi:;te tal testimonio, como lo prueban los heeho:;
,siguientes: a ) ~an J erónimo declarn de una manem explicita qne el O bispo
es superior al presbítero, lrn s ta en el pa:;aje que acabamos de exponer, en el
'quB atribuye ai Obispo el exclusivo Jerecho de admini:;trar el Sacramento
·del Órden; de d onde se deduce la paterniclad espiritual del Ohi :;po con r ela-
·cion al presbítero, segun explícitamente ha ce notar en otr o pasaje (Ep. 10~>
acl August . "clignitate p::irens,, ). b ) Aún mits explícito está cuando dice:
'" Ap ostoli per singulas provincias ordinantes presbytero:,; et ep i:,;copos ( in
J\fatth . 2:J , 2G ) . reconociendo en el órden s::i cenlotal d ei _.\ntiguo Testamento

http://www.obrascatolicas.com
15:2

la ri gnra cl el :;a cenlo cio (le la ::\ueva Ley 1_Ep. 14G ) : 'Ct sciamu:; nallitione:o:
ªJJO stol ica:; sn w p rn,.; l1e vete1·i t e,.: t am ent o : (JU0(1 A aron et filii ejus atr1 ue Le-
\'itae in t emplo fu ernn t, ho<.: sibi episcopi et p resl,yteri et t1i acoui vindicent
in E ccl e,;ia. S an Jerónimo , 1.pe ,;n,;tenia l'•rn extraon l inario celo la dignidad
sac erd otal , ve ia qnc ht condncta de lo,; Ol1isp o,; y tlc lo,; diúcono,.; que adrni-
nistrai.>an los ],i enes de la I.i.!;lesia p odi a ll egar ú mcrmar su pre::;tigio, y lcs
acusaba llc qu e , l imirn mlo el circnlo (fo sn ac ti vic1a (1, cerc en alrn n rnml1ien sn ,,;
medio,,; d e :rnk;istcn cia, ap art e d e (111 e , p or rnotiYos impuros, eleYnhan al
sacen1ocio :\ p er sona s indig n a,,; 1,i11 Tit. l. e. ) : 11t n on qna erant eos , q ni pos-
-.:um E ccl esiae plnc; pro<1 esB e. et in Eccl esi a erigem col mmrn s, :>e(l qnos v el
ip;;i amam, ve l quor íun sunt ) OSPqniis deliniti , vel pro <1nilrns nrnjornm qni-
-:piaic r og :werit et . .. qni, n : Clerici ti er PllL mnneribus im p etrarnnt . L ué g o
hace n otar qu e, si l1i en estaL"ec e el Apó::;tol lns mi,.;m as cornlici(1nes pnra e l
sacerdote q ue para el Ol1isp o, con lo cual p arec e in dicar fJHC ;:011 idénticas
:1mb a,.; fnnciones, est o sólo 11ebe entender" e eu cmrn to ú la,.; cn ali d a11e,; qne
para ese rninisterio se re qni er en y rn rn anto á h ad minis tra cio n. qne era
cnmnn en nn principio. <:) P :1ra este Santo P a(he f· l Obispo rs el fnrn1amen-
to de l a I glesia ( A(her s. L11eifer. Di al. n. !I ) : Eccl esiae salu,; in summi
:-lacPrd oti:> clig nitat e pendet; cni ,,;i 11 0 11 exsnrn 11u ae11am et a li omnilrns
eminens detur p ot e~ ta s, tnt in E ccl esii s efncientnr schismata, quot sunt
sacerdotes. lili1 e YCJiit, u t si11 ~ chrismate et episcopi jn:;si on e neqne pre.< byter
neqne diatonu ,.; jus habean t b ap tiza n,1i. Ep. Jl all :Jforcell.: Apostolonun
Jocum epi scopi teneut. A<h. J oan. Hierosolym. n. i.l 7: X anfrng inm in p or tn
focernm, qnicnnque docent r:ihil inter episcopnm et prcsbytermn interes,;e
Pand cmqn e es;;c di.~nitate m et mittenti,.; et mi~si. P <11· cuy a raz on a!iade luégo
(ad Ti t. l. e.): imitante::; )foy,;en , r1 ni curn 11 aher et in polcstate, sol11s pmeesse
populo I~rnel, septuaginta ek;~it , cmn qnihn;; p opnl mn jndicar et. Que en la:>
l'al a lJraS ll e San J en'mimo lw hia ci en a exageraci r.> n , producida pnr la a\·er-
:-;ion à los mismos d efectos (] ne trntaba 11c corre gi r, ln prneba el h ech o tle
(1e,,ignar á los d iácono:> como "mcnsarnm et yi ,Jnarnm miuister,, (1. e. ) , si en-
1lo a,.; i que e;;te Santo P adr e t'fmoeia perfedanwnt e las func iones c1Pl r1iú cono
~n. e l serv,1.. c~~
.
. l.l e1 _
ª lta;r . I g n a t~~ ~(1 T_ 1~a. ll . e-. :.! : r/J. i'''Y-? i~?(t):~-~-:t1r1
' ' ' - '.'Tt'
X7.'. T:~'7t•>'1 :: 1
:.:1.1: ô.Zzl:r,7'.'l.; fhr, '. J :;-;:·r,2;,-;x•.. _.\.mb r<.> s. De Ofh c. I. 41: ~ m111nam
r,,:i:zr,·,r,.,,
,;acriliciurn sine mini strn offcrre c<msnevera,; ! Dn:1<1e ex p 1ícitame11te re con oc e
•1•1e la dignida,l del cliac•ma1b perten cce ai ÓJ'11cn j crúrqnico, p uc ~t o 'I ue e;;
" : eni11s in sacerd otin gradu s ,, i Ep. H ad Heli nr1. ).
San Cipri ano Pxpon e 1Ep. l)i', ::>. H art. 1)8) C'l <l f' recho com1m eel c siú"t ico eu ln 11.ue " e
:,di el·e á la ele ccion de lo" Obis1J11s: Do tra1litio11c d ivi na ct apo,,toli ca ohserrn,t ione
""1·van1lnrn est , quod apud nos •JU O<Jlle et fere per }'rovii1eias müY r r,a s olitinctur, u t
ad ordinationes rite celebrnndas ad eam plehern, cu i praepositn s ordinetur, epi "copi
ejusdem provin ciae proximi con 1·eniant et cpi"· opus d eligatur pl eb P pr ac>.<entc. qua e
'mgnl orum vita rn plenissime n ovit. U. Ep. 55 , 5 (Hart. ;,\}) : post divinum judi eium,
l'''puli suffragi u m , cocpiscop on1m eonse11 !'urn . Le o ::\I. Ep. :X . 4: Vota civium, t e;.ti -
rn onia popu lorum , eleetio e;Jerí Cl•l'Um.
Por don d e se ve que el Epü,copado, como tal, Ps cltl institu cion divin a; pPro 11 0 debe
at1·ibu irs e e~ te orí ge n a 1as d if~rc 1Jt e ~ categ o ria ~ qu e en tl se cli~t) n g nen: de nu:.tropo-

http://www.obrascatolicas.com
S 13. DJVJSJO)> DE LA JEUA!(QCÍA. li»3

litann:S,Jiatriarca~ y 11rin1ado_..; i la:~ cuale:-; ~on de derecho ecle~lástico ó apo~tólico­


ec:lesiást ico, á lo ménos por lo •JUC re,.;pecta á las :-;illa." patriarcales ele Antio,p1ía.
Ale_jai;dria y Rornn. Loo :\l. Ep. XIV. :2.

IV. La antiµ·üedad innwmurial de ,.:n cjen:icio prneha que los Ohis-


pos se hallan i11Yestic1os de tal autoridad como sncesores únicos y legí-
timos de lo,; _\ pódoles, pne:' «lo qne practirn la Iglcsia nniYer:-:al. y.
:-:in <Jlle lrnya si<lo decretado por los Concilio,.:, se ha oh,;erYarlo siernpre.
e,.: por<1ne proce,le de los _\póstoles). Angustin. JJe baptism. IV. 25.

Entre lo,; protestante:-; e,; general la creeneia tle que lo,.; Ol1i,;pos han n,.;m-
pado e,;ta antoriclad. ::\las lles,le lnego salta á la Yista iJHe un acontecimiento
<le esta naturnleza, acaeci,lo simnltú.neamente en tolla la Iglcsia y á raíz dei
período apostMico, 110 po<lía lleYarse ú caLo sin proYocar resi,;tencia, de la
ena] daría cucnta la historia, como la <h ,]e onos hechos únn ,]e menor im-
porrnncia, tales como la relatiYa á la c·elehrnc:ion <1e la Pa"C'na, el hanti:'<mo
,]e los herej e:-:, etc. Tampocn pnede (·onsidcnuse esta snpcrinri11ac1 1le los
Ohispo,.; com" i·psnltatlo de circnn;.;ta11cias históricas :y de combinaciones
casuales que lrnyan fayorericlo e! estableeimiento de esa ant01·idacl, :·a <[lH'
una constitncion taii nniforme en todas parte". qne aparece Yigente en las
Iglesia:< más aiitigrnis de] Cri,:tianismo, delie reconocer tambien nn nríge11
cnm1rn 11ne ha cansarlo por dnrp1ier identico efecto.

V. Lo,; diáconos son ,;ucesores de los ,;icte linmmeros estabkcidos


por lo" _-\. pó;;tole,;, los au>.iliares de los Ohi,;pos 1 _\ct. (i, 1-6 ·. l lel
diaeonado se de ri rnrou de;;pues los órdenes inferiore;;, de ;-:u hdiáconos,
acólito;-;, exorcistas, lectore;o; y o,-tiario,;.

Las condiciones que "e exigían en los qne ,]eLían :-;er elegido,.; diúcouos
(plenos Spiritn ,.;ancto et t<apientia. Act. ti, 3 J prueLan que se trntaba ,]e nna
funcion dn snperior c·ategol'Ía que la de l'imple limosnero. J,os dii1co11os,
efectivamente, l'1·eclicahan y hantizabau ( Act. 7. 8. 1:2. 88. 40. I Tim. 3, 8 ;.
Yarios escrit••res les presentan como anxiliare,.; ele los Obispo,.; en el santo
sacrificio: asi San Ignacio r ª'1 Trall. e. :2. ad :Jfagnes. e. r;. ac1 Philipp. e. ri,
ad Smyrn. e. 11 Y San Cipriano ( Ep. ()5, Hart. 3:í): ::\Iemi11isse rliaconi
debent, qnoniam ... c1iaconos 11ost a;-;censmn Domini in coelos apostnli sibi
constitnerunt episcopatus et ecclesiae mini"tro,.;. Constit. Apo"tnl. II. 44:
f77~'/ 0 0 /:Í."/..0'/'J.:. ~7: 1.7XÓ7:0'J :Xxo·f, X'l.~ º'.;}J'l./,•J.0:.
1
X'l.i. :r:0 J.'X.., x:z~0~'l..
1 1
7S X'l..i. ·~'J/';.
Las diaconisa~ ( Rom. lG. 1 ) v las s;cenlotÍsas ( -;::s'7~oJ7'.~ 'Tit. :2. 3) t~ní~~1
la mision de cui.dar á los ,enfe.rmos, de coadyuvar' á 'ia e;1seftanza é i11struc-
cio11 de las seiloras má,; jóvenes y de prestar servi cio en e! bautismo de las
mujeres. De orclinario eran elegidas de entre las vindas l I Tim. :í, !t ), pero
no ,]esernpeiiaban ninguna funcion litúrgica ( I Cor. 14, 34), Cf. Pankowsky,
De diaconissis Commentatio. Ratisb. 186G. En Occidente desapareceu estas
ministrantas al empezar el siglo v, y algun tiempo clespues en Oriente. Yéase
Hefelé, Histor. de los Concil. I. p. 740 y sig.

http://www.obrascatolicas.com
154 PAHTE SEGt:NDA. LIBLW PllDIERO. SECCION SEGcNlH.

En las Iglesias de mayor importancia se reconoció muy luego la necesidad


de repartir los diferentes sen·icios que presta han los diáconos entre las clases
mas liajas dei clero' e:> clecir, lo:; subdiúcono:-; ( 0;:00'.::Í.xr:J'10'., :);:·r,2i--::1.'. , lecto-
res ( i·n'(IW'T":'l.'. ), acólitos, exorcistas y ostiarios. Los suhdiáconos empiezan
á figurar en Occidente á mecliado,; clel :;iglo III Cypr. Ep. :2. 3. :2U. 30. 791:
en OriEmte apareceu en la primera mitad clel IV. Pero en sn principio no pres-
taban serTicios de carilcter litúrgico, ni se le,.; ordenaba mediante la imposi-
cion de las· manos. Asi es 'Ilte por mucho tiempo, no ,;e contó al 1:mhdiaco1rnc10
entre la,.; órdenes mayores. Cf. Devoti, /. e. p. l 4:'i.
La primera de las Onlen•"S menores es la de lo,; lectores ( T ertull. De
praescript. e. 41): Casi al mismo tiempo se creú la de los acólitos, en la
Iglesi(t de Occidente, que no tenían otra nüsion qne la de acompailar ai
Oliispo; á los exorcitas se encomendá el cuidado de los energúmenos ó pose-
sos (Cone. Carthag. n·. Cnn. DO - D:2 '· La mi,;ion dei lector era gnardar los
Libros Sagraclos, leer trozos de los mismos ú los ±ieles que concnrrían :t los
di\·inos oficio,; y en,.;eilar ú los catecúmeno,; (l. e. e. H): los o,;tiario:; 8·J?•>?0;,,
aeditui ! eran los encnrgados de Yigilar las pnertas de las iglesia:; ( /. e. e. H!·
Tales sou las Ordenes menores y mayores, que constitnyen los grados pre-
parafrrns para llegar al sacerfocio. Cone. Trident. l. e. Can. :2. S. q_. d., prae-
ter sacerdotinm non esse in :E:cclesia nlios on1ines, majores et minores, per
qnos yeJnt per grndns qnosdn11 i11 ,.;acenlotinrn tendatnr, a. s.

La in:;titucion de los párrocos no e,; de derecho divino en la Iglcsia, como han so:<-
tenido Uerson i De statíbus Ecclesiac y el eoncilío de Pi:<toya 'Deuz. 137~. 137;3'. toda
J

vez quP su crnacion, particularn:entc en las ciudades, e,.; muy posterior al período
apostólico. Dífcréncia:;e el pitrroco dPl simple sacerdote cn que el primPro recihc del
Obispo. en virtnd del cargo rp1e ;;e ]e confierc, el dereclw y el deb0r de admini5trar á
sus f01igrese~ la predieacion }T los Sacra1nPntosJ por lo cnal á :-;n yez lo~ felip;re~es
f'~tán en la obligacion de dirig-ir~e á i·l en todos lo~ a.~untos espiritual0~ (l ue le~ con-
cicrnen. Deniti. l. e. L 2137, 25:1.

DISERTACION SEGUNDA.
EL PRIMADO DE LA IGLESIA.

Th. de' Roccaberti, Biblíotlll'ca maxima pontificia. in qua auctores mcliori,; notae.
í!UÍ hactenus pro sancta Sede Ron1ana. ~erip:-;prunt~ fpre on11H'S contü1entur. Ro1n. l!).'3~1~
21 Tom. fol. Bcnettis, Privilegias. 8<><lis vindicata. 1) Tom. Rom. 1756. Daude, :VIajes-
tas hierarchica Eccle,<iae. '.Yiirzb. 17:-,0. Bianchi 1. '" Zaccaria. Antífebronio et Antife-
broniti,; vindicatus 17fi7. Coeffrtea u, 8. :VIonarchia Ecclesiac catholicae. lll:2'2. L. \-e1th,
De primatu et infallibilitate Rom. Pontificis, nueva cdicion, :VIecheln 1824. Roscnvany.
El primado del 1'apa cn todo,; los siglos, :VIaguncia. 1S3f3. il tomos. Ballerírn. D<' ,-; et
r::itione prima tu,; et de potestate Ecelesia,;tíe.a. Y eron. 17GG. Bolgeni, L't'pisco;1ato.
1824. Kenrick, F:l primado dcl Papa, Kueva-York, l'f'iil. Schrader, DP Unítat0 Rr1:1,11'1:c.
2 tomo,. 1866. l'cbsaglia. De praErog-ati,·is R. Petri Apo>toli. 1852. De :\Iai.'tre. D;i
Pape. 182:). Hergenrothcr, La Iglesia catúlica y c>l Estado cri,;tiano. b72. Vim1c>nzi,

http://www.obrascatolicas.com
§ U). D[VlSlOi'i DE LA JERARQUÍ.\. lGií
De He braeorum et Christianornm s:icra Monarchia. Rom. 187:'>. Palmieri, Tractatus
de Rom. PontificP. Rom. 18Ti.

Eu nnestro,; días , el papa Pío \-I ha llamad o mny particularmente la ate 11-
cion acerca de la importancia de la doctriua relatini al poder del primado de
la Iglesia, en el Breye: "S nper soliditate ,. del 28 de X oviembre de 1í8fi,
impugnando el e~crito de Eybel: ";,Que e;; el Papa!,,

~up Pr ,;o liditate Petri f1 mdatam :i Chri~to E cc lt's iam l'etntm•1ue sing nl ar i Chri,;ti
mu1tere prn e <:eteris elt' ctun1. qui vicaria potesta te Apostolic i ch o ri princcps cxisteret,
t otius<p1e a d eo g n •gis pa,;eeudi, fratres confinn arnli toto rg te orbe ligandi ae sol ve ndi
su1nn1am cura1n auctoritate n1qu p i11 suece~~ orr~ on11ü aevo propaganda1n .~n1 5c: ip e r t::~ t~
dogma cath olieu m e:<t, quocl ore Christi a cceptnm. perenni. Patrum praedicatiune
traditum ac drfen,;um. Eeclt'sia uni versa ornn i aetate sanctissimC' rPtinuit saepiusri tte
ad ver s nrn n o\·atorum errore' snm mornm pontificmn conciliorumque dPcrPtis co nfirma-
vit. ln hoc sei/frei Apo8fnlirae ca therlraP princ ipat n tirmum v o lnit Christus cu1btri-
ctumque t ('ne ri unitatis ,·inc ulum. rl110 E cclesia pe r universum mnmlum propag:anda
ex rnembris quantumeunquo di:<siti,, mutua omnium in un o capite consoe iatio ne in
unam corp oris com pagem e;oalese;ernt fieretqu e ade o, ut hujns vis et l'ote.--tati:; non
ad primae ~ eltis amplitndin r m , 'ed et maxim e a ,/ coi'J'°''i s toti11 .• i11'egl"itat P111 i>11:ol>1 -
rnilate111qu c val P,.el •. De donde se signe rine la doctrina relati va ai Primado es fumla-
meuto vis ible :'Obre PI ena! d escansa todo e l edificio de la Reli gion c rist iana \Pius IX.
Encycl. 9 XoY. 18-Hi). Hnnc i, P etr uni 1 enim in consortinm in,Jividna P matat is a.,;sum-
ptum id. qnoc\ ip;0 !.Chri:.;tn, ) erat . voluit n orninari dicendo : Tu e" Petru,,, etc.; ut
aeterni templi ae dificatio mira bili munere grn.ti ae DPi in Petri soliditate eonsi:<tE' rC't
Leo }f. ad Ep. Yieun. Ep. 10,
Hé ar1ui por riut> todos los enemigos <lei Cristian ismo y d e la I g le,;ia han extrrma d o
sus ataqu e' contra la Sede R omana, com o lo hizo ya n otar Thoma' Moro (R t>s p. a d
Luther. e. 10): • Xo hay enemigo dei Cristianismo que no lo sea tamhien dei Papa, ni
hubo jam á;; en emigo de é•ste qu e , tarde "' t emprnno, no .-;e il ec lara'e adn•rsario Lle l
Cristianismo. " Cf. Bellarm. 1. e. praef. Quaestionis de Snrnmo Pontifice magnitud o et
utilitas e~, d11 oln1.• pot.issimurn int elligetur: ex wagnil1f'iine rei , d e qlrn agitur qnaeque
in dubiurn r evocatur et ex 11111 l til1dine et conl entione adn'rsariorurn . Etenim , de qua
re a.g1tur: B r e ,·is,ime dic:arn: D e 811111111a rei C h.ri-<lia11a e. Id en irn q naeri t ur, d C'h eatnE'
Ecclesia d iutins consist ere, an \·ero dis,olvi et con ciden' , Qnid enim aliud est qnae-
rere, an oportC'at ab aedifi cio fundamentum r emov er e , a grege. pastorem, ah exercitu
impera torem, so lem ah astris, caput a corpore quam an oport eat aedificiu rn rtH're,
gregern di;; sip ari. exPrcitnm fundi, sidPra obscnrari. corpusjncC' re? Forro advt>rsarii.
i. e, haereti ci. cnm in aliis dogmatihus non minus inter se rinam a nobis di ssentiant ,
in hoc tam en mnn es conveniunt , ut totis viribn s summarl'te animi conteutione. Roma-
ni Pontific is Sed em oppu g11C'nt. Xul l i f11er11nl 11n'I"ª"' hostes C hl"i,, 1; el R crlesiae , 'i'';
sim>1l ,.,, ," fiar 8"'1e 1wllum non 'l" ·"~ ~ >"int . D (',;pl!Ps ele Pnumerar á los diferent e;. enern i-
gos riu e ha tenido la Iglesi a, dl'sde su origem. las herejias d e> los primeros siglos , el
cisn1a de los griegos, la:-; lu c:ha:-: y disputa~ d o los E1nperad ore s, las sedic iones d e i
mismo pu eblo romano y d gra n cüma de Occ id ente. termin a con (';tas palabras : Ac
ne fort0 putarem ns. oh \"itam in eo rruptam C't morf's intP gerr imos :::>nmmorum Ponti-
ficurn tamdiu stetissP h a nc se de m , permís it ad extremum D r us , ut etiam <1 uidarn
parum probi l'ontific:es aliqnanrlo hane sedem t r nE'rent ac r eger ent.,. Itaqn P n ihi l
es t . quod haereti ci tanturn laborent in qu orundam Pontificu m \"itiis c:onqnirendis,
Nos enim agn osccimus et fat e.mur, ea fuissP. n on panca: SE'd tantum abest, ut iis gloria
hnjlB 'edis obscuretur vel minuatur, 111 iiwlew. pofiu8 vehement e>" r1·escal el ampl~ ,ri.-e-
1,, ,.. Hinc Pniln intelligimus , non hu mano eonsilio, prudentia, viribus Roma n u rn Pon-
tifi!'atnm tam <lin con sistP re. se rl q nia haec pl'tra ita a D omino roborata , divinít,us
funda.ta , Ang<:> lorurn cu>< tod ii ,;. septa , i<ingulari DPi providen t ia et protectione rnunita

http://www.obrascatolicas.com
f.'~t:ut adversus ea111 portae infe.ronnn nulln n1oclo praevalere r,o~ ..;;int, ~ive illis pnrtis
;1er:'c 11untio tyrannorun1 ..;;iYC' rabir~ harretj(·orlun. ~iYP .~c·hi~n1ati('orun1 furor. ~ive­
~c0lcra et iiagitia dc·~ignentul'.

La lógica (lel error se r«lebnta ú nne,;tro,; razonamiento,;. Así rc,;ulta qne,


rechazac1o el primado, l:t Ig:esia se convierte en una instituc:ion pnramc:nte
humana. H1n;1mwm conantnr Ecclesiam facere. Cyprian. Ep. ;J:2, :2-± 'Han. :-i;1)
ad Antonian. Por consec:nencia c"tá co]](lena11a á Ji('1'8Cer, como tnilo lo hu-
mano: in qnnt frnsta scissi :'lnnt, 11ni 1le Eccle.-ia CRtholica reces,;enmt i Au-
gastin. Se:m. IY. !l:2 .. Pores'} tambien los elementos de qne deriYa to1la su
fuerza, mi<'.ntras sn hsiste, son exclnsiYmneme humanos, como el poder de
los Príncipes y el espiritn nacional. El l'rimero 11e los cnales no solamente es
incapaz de infondir amor y nspeto á la Religion, ,:Íno que tiende à desper-
rnr en el pneblo recclos y sospechas contra elh: el segundo, á pesar c1e toda
la importancia qne sele :itribuye, esr:1 (1e onlinario en al1ierta oposicion al
espíritn del C'ristianismo, en el cnal 1iri se lrnce distiucion <1ejudío ni g1·iego,
ámes 11ien ,.;ólo Pxi,;te mrn 1111('.Ya criatura cn el ~eflor (Gal. li. ló ; por
<1onde se ve qne ese espÍl'Ítn nacional cs nn retrnceso al paganismo ! C+en. 11,
4 ). Como es 110torio, el g:dic:anismo, cl fehrnnianismo y jnsefini,;mo no son
más qne engcnclros de ese principio ta11 11iametralmente opncsto :'t la unidacl
católica. Por lo cnal preci,.;an:ente los católicos, alcc('iona11ns por las perse-
cuciones de los últimos siglos, han esuecha11o mús y más los laztls que les
nr.en al sncesor de Pedro ("loco Petri ., Cypr. Ep. 5:2, 8): porque cn la Santa
Sede roma1rn ven , conjn,.;tísiJica rnzon, la cirnhdela y el inexpngnahle bahrnr-
te qne garantiza la permauencia de la fo y de la comnnion 11e la Iglesia ca-
tólica ! cf. _\llocntio Pii IX. d. 11. :21). J an. 181;7
Aún existe un tercer pnnto de vista hajo el cnal tiene especial importancia
la doctrina 11el primado 11c la Iglesia. Efecfrrnmente: la Iglesia cat1.1lica es la
1'inica t]Ue lrn eoncehido y r1ernrrollado cl pensamiento de la unidatl del gé-
nero hnmano y qne le mantiei~e incesantemente inct'ilnme: ella sola ha reali-
zado este ideal, formando nna institucion social ha,.:ada en el podp1· del espi-
ritu y 11e la c:oncie11cia, r1nc en la actnalidad se halla extendicla por to11o el
mm11lo y se ha mantenidn i111 arialJle en el trn,;cur.-;n de ca~i dos mil aüos.
Es m1 fenómeno é,.;te tan gran1lioso y único ell ln, hi,.;toria, que por precision
hay r1ne consiilerar ú la Iglesia como la obra maestra, el mo11elo mi1s acaba-
(lo entre todas las institnciones ,;nciales. La Sede Romana es la liase y el
principio fundamental sobre el rp1e descRnsa. Fnitatis ejnstlem originem ah
l~no incipientem Dominns) :ma auctoritate (1ispo,,:nit. Cyprian. De l~nit.
Eccl. e. IV. Sabemos que en el plan de la Divilla PrnYidencia existe intima
relacion entre el ónlen de la gracia y el i'irden natural, la cnal debe. por ctm-
secnencia, existir tambien entre la sociedad sobrenatural, la Iglesia, y la
natural, el Estado; de tal ,.;ue::tc r1ne lo r1ne es pe1jrn1icial á la una es igl!al-
mente nocivo :1 la otra. De ckrn1e se illtiere que el PRpadci es el rnús alto y
genuíno representante del pri1,c:ipio de autoridad en todas las esferas ele
la vi,1a y en toJo el nrnm1o: por cnya razon rnmbien los secta,ios r1e la

http://www.obrascatolicas.com
r ? 1.Jo. DE LA COT. .\ClO~ llEL PE!)!..\DO .i. PEf.lW.

R eYolucion. lo mismo los de rtbajo que los qn e i'-(' sienta r: en los trono,; .· rro.
Fí7

fesa n o-:l io im nlaca l, le :'i esrn in:;titucioll Yenera ncb.


Para mayo1'. clarida1l di\·idim os b doctrina c1d primado e11 tres art k nlos :
J. Del prima r1o de l apbsto l San P edr o.
2. Del Pnpa ro1m11 io como s1tces or de Ra1l Pedro y prima•1o (lf' b Igl e,.;i3.
3. Di:> la antoridacl ,.;npremG del PapG ro1rn111n en 1:1 Iglesi~1.

ARTÍCULO PRIMERO.

Del primado del apóstol San Pedro.

C i!1co son las t e,.; i;:; ([lle <l eh emos est ndi:1r Pn la c nestiou r Plati rn :11 pnrn8.-
do de San Pedro:
l.ª El prima ..10 s e eontirió r ealmente al apó;;tol Ped ro.
2.ª Este primado es nn prim::ulo dP juriR,liecion y de antoridad , w; sirn-
ple mente d e honor ó ele j erarqnía.
3.ª El prinrn 1lo así consiilera.'lo fue co nferido exclu;:;innne nte ~; P ed ro.
4.ª Este pri11H11lo ,.;e confi ri ó inmecliata y primeramentl' ú Pe,\ro.
<1." El prima,lo 11e la I g le:;i a es 11e institncion di,·ina.

~ 14. UE LA COLACW:\ UEL PHI\IAllO ,\ PEllllO.

I. Je,; neri,.;to eontie1"l' á San Pedrn el primado entre todo,; lo;,: Apó;.;-
tole,; ( :\fattl1. 1(), lfl ) . COlllO ,.;e dednC(' de lo,: ::;ig-uiente,: hecho,;:
a ) Le e,.;tnblt>ce por fondameu to de ,:n Ig·le,.;ia : ú) eon tra e,.; ta lg·k;;ia
fundada por Él no prevalcl'erún la;; pucrtas del infierno: e) á él le l'll-
treg·a la,.; llave:-: ckl r<'ino de lo,.; cielos: d J lo que Pedro ate y cle,.;ate en
la tierra. sná tambien atíl!lo .'" de,.;atado ('11 lo,; eielo,.;.
1. Contra e,.; te d ogma se h Gn d eclarado todas las ~111tip;nr1,; s ectas prCltes-
tantes. Lnthn. propp. damn. a Leon. X. prop. 2:-1. 2G.

pr. 2:>. RurnamL• Pontifox , l:'\'tri .' u c: eC:<:<or, tH!ll C>t Christi \"ie<U'ilb ; upc·r ornul!'
t ot ins 111undi Eccl e~i a,: nh ip.' o Chri,;to in B. Pctro ill>titut u,.;. pr. 2fi. Yf.'rbum Chri;;ti
ad Petrum: Qnorl<:.un•1un ,;ol\·er i:< ;;u.per terram eu:. Pxtenditur <lurntaxat a •l li.gata ah
ipso P Ptro (Dt•nz. G.l!t i· La llli;;m a tloctri11a :<ostierwn Ualvino, lo:< a11glicano;; y lo.'
griego.' .•lnt e:< hnhia " oncl en ado ya Juan XXJ.L l'll la Cunstituc:ion del 28 de ü ctubn·
<le 1327. ia~ s iguie nt.Ps proposicione;: d e l\I arsili o Pata,·ino y d e .luan de Jnnduw•
(Denz. 4:24). p1:. :2. (~\wd 13. Petrns Apo;;tolns non plns a ucto ritntis habuit, qnarn alii
Apostoli habuerHnt, n ec aliormn Apostolorum fuit caput. Item , <tUOLl Christns nullun1
caput 11 imisit Ec<:lesine, Hec ali•p:ern Yi ca rium sni frcit . pr. 3. Quo1l ad impera torem
spPct.at.. papam in;:titnen•. de:< titne re a c p11nire. pr. 4. Qnod omnes :<acPrdot.es, sin• s it
papa sin' archi epis copn .' siv e sn,cerdo., simple x, sunt ex in,;titutio ne Christi auctor.i-
t atis <'t jurisdictionis aC'111rnlis. Entre la.; propo~i cio ne' d e \Yiclef condcmada~ p o r
Martin i;· 01 :?:"! dP F'ehrero d r• UlS, merecell parti cul ar 1nencion ln,;; si;.;uiente .; i. Denz.

http://www.obrascatolicas.com
1SS PA t:TE ~EGL'~D; .. I. lBHO Pl:I~IERP. :'ECOí•~ ~E GL' XDA.

f"'>lB) pr. 37: E celCl.:--:ia R o1nana 0~t synagog a ~at an ae. n ec Papa (\ st rroxi1 n n~ Pt iuuue-·
<liatus Yicari u' Chri :;ti ct J.p t.,,•t<•lornm. pr. 41. :Xon e.o;t d(• nece>">"itat e salutis , c:reder e,
R.om. Ecdesiam esse "11premam inwr alias Eccl!'~ias (D en:<. 5Gõ. ;-~)9) . E ! protestantis-
m o ortocloxo ele otnH tiemp o' re c:ono cia cn e! Pa pa do a l v enladero Auticri>to. Art.
Smal. ]'· 8H: Papam e,;,;c ipsmn ·;ermn _.\. nti"bristnm cf. F. C. S. D. X. p. 785: dei n1is -
mo se11ti r son los teólo gos m ás antignos rl c esa comunion , corno Qu!'11stedt i. •'· IV.
p. F1:27: J'nntifox Romami.> po>t fact nw apost a'< iarn ;, panir el e Gre goriu el c; rnn cle),
í»t Antiehri stn~ í lle magnn, , df qno Daniel prnphPta, P anlu;; _.\.po sto]u ,- et .J oannes
tlieologu ;; fu er !l vati<:.in ati , cnm onm ia . q nae sanct 1 illi Dei homines A11tichrísto tri-
h~1a1~t: 11apa e R 'nnan o (~x acte co11 Ye11i<U1t . H () ll az . / . r· . II. ~,0 7.
L os ]'l'otestante s m oderno s, p<Jr el eontrano, no ni egan el pl'irnaclo dn I>edro , pero
tnttan <l c disrninuir ,; u i mport an :: ia 1, le enu> id eran úni"ament<' como una pr0noga-
t iva per,;onal ,](>] Santo Apúi'to l, qnp i10 .<e lia tra>rnitido à sus :'1l<:e.'< or0,;. A.\\". }le-
yer, }Iannal ele c;xége,;i,; criti ca sobre el }~v:rnge lin 1l e San }Iatf'.o , 3." ed., 185B. it es te.
pa,;aj e. d ice: "Este p rimado dE bC' a dmit ir >e s i ,,,, <.1uicre pro<:('der c:o11 impan:iali-
da<l. ~~De la nü:-:1na opi11ion ·"'ºll üls11a11."::e n, ~ (·}1ell i 11g y on·o :--:.

La,;; princi pale,; c1i,;1wsic inn e;; •1e l a I gle:>ia ,; obre e:-:t e panicular son
las del Con cil. Fl or em. Sess. XXV. D ecr. Cnion . in Bnlla Eugen. IV.
"Laerr ntnr coeli ,,, y Vati c. Constit. r1ngm. De E cc l. Chr. Jesu .

La primcra (Jlenz. :-,S!J ): D rfininu.' ;; nnct arn Apn,.;toli cam ,- edcm et R om a.num Po n-
tific em ill un iYCl'>'lllll nruem tc·n e:·e j•r irna turn. et ij•.'l ll11 J'<llltifiC:('lll R oma num ,;11c·ces-
,.;or em C»"e B. Petri prineipis ..\ post olorum, PI. \"!ll'Hrn Chri,;ti viea.rinm t ot.i nsqu P. E<:cle-
~'.iae ca.put et 01uniun1 Christi a11nrurn }1Rtre1n et dnetoren1 (•xisten': et jp~i in B. Petro
ra~c enrl i. re gen(l i ac .!!nbr rna11 1.li iuúYt:rsal en1 Eccl 0:--:iarn n -Do1nin<J nostrn .Je su Cliris to
plenarn potesta.tem tra <l itam (•,;s?-; •11w.nrn.<1rn od urn etia.m in gp,.;tis oef' umeni<:ornm
"n11e:ibornn1 et in :3-al'ri~ ca1Hmib u .-.; r.·nn ti1H_'t llr. I.a:--: últiin as ( 1. e . Cap. I.'< Du <: pn1us
itnc1u e f't cle darn mus, .inxta E\' a r.gf'li i te..-tirn unia l'rim atn m jurí>dictionis in 1111 iver-
'ªm Dei Eccl e,iam irmne diatP ct din•ete Il. Petro A po.,tolo prolllissnm atqnl' <:olla-
t um a C'l1ri:'tO Domino fn issf'. rn ·rn1 f'll i lll ~i lll O llf'lll . r:ui .iam pri1km dix ('rat: T n vo-
cau eri;; Cepha,; r..Joan. 1, J:2\ p n,;tq nam ille . nrnm eclid it C(m fos sionem, inqniern;: 'l'u es
Cb·istn:<. Fili us Dei vi vi, sol1•m11ilm,; his YC' r uis allücutn,; est Dominus: B catns es,
S imon lla r-.Jo na , 11uia ('aro et '<a1: g11i,.; n on r e\' elaYi r, tibi, ,;r•<l P atí' r meu:', <Jlli in eoelis
Pst: et ego d ieo tibi, q11ia tn es :E'c1ru;;, et super hanc pr,tram ac difi cabo Ec: clesiam
rneam. r·t porta <' inferi non prae \·alehnnt achersn> eam: c·t tibi dauo c]a,·p, reg-n i coe -
lonim: f't quodC"1111qu e l i;::-aY e r i,.; sn1wr t enan1. erit li gatnm f't in cne li:': et q uoclcnnq ue
,.; olveri ;; ,.;np er trrram Arit sol11 t11m et in eo elis (}fatth. lfi, lii-Hl ). Atqn<> uni ~imoni
J'Pt.ro C'<•ntnlit Jr,.;ns pn>t suam resunecti01 1rrn summi pa>toris et rectoris j uri;'llictio -
1 H~n1 i n to tum ~u11 111 oYi IP: dieeus: P a.;-;<:e agn os n1cos , pasee ove;õo; 1neas (.J( ,an. :21 1 l ;J -
J7 '1... S i q u i .~ if/i fu ;· rl'iJ'.e r it ~ l1 ent11),'/ Pet ru ni Aposfolum Hnn P, .t:_çr~ a Ch 1·i.~· to /Jn111i 110
co ll --titutum -"l""'tolormn onrn im n 1•rincipPrn et rotiu;; Eccl e.'iiae mili tan t is Yi>ihile
<·aput: v!'l eun•l em honoris taHturn , 11<'•1l a11t em verae p r opriae•Jllü jurisdictioni s pri-
nrntum ab eodem Domi no no,;tro .J r .-<u Chri>t o direete et imme clíate acr:epis sP, a na-
thc ma si t.

3. l\Iatth. l. e. Tn es P etrus et ;;up cr han e petram aer1ificaho E cc lc,.;iam


meam, et porta e inferi non pr8 e-rnlebum :t rh·ernns eam; a cnyo pa;,;aj e, como
ú todos los de la Sagrada E,,;critnl'a , dehe apli earse e:;te axioma de los Santos
Pad res, que pronun ció p ol' primem Yez ~ an J Pl'ónimo '. in Eph es. 3, í ): Sin-
gnli sermones in div inis scrip-:m is ... pl eni sunt 8ensi bns. Cf. Chrysostom.
in Gene;:. H orn. XXI. l. T enn ll la1i. DE" i11ololatr. e . J!!; En este 1.1asaje rene-
mns que con sid erar:

http://www.obrascatolicas.com
r § i.i. DE LA COLAC!01' IJEL PRIMADO À PEDRO. 159
a J La significacion metaf6rica de '' petra ,,.
z, 1 La significacion de la palabra "Ecclesiam meam ,,.
f') La significacion c1e "super hanc petram ,,.
d l Lo c1ne significa "portae inferi,,.
Sobre a) Cnando Simon, hijo de .Tonas, fné pre':'entado por Arnlrés al
Seü or, l e mi ró e] Salvador y dij o (Joan. J , 42): Tu es Simon, filim; J ona ! tu
vaca beris Cephas, quod interpretatnr Petrus ( ;u,:;;i.;, 0 ~?f!-·r,'1õ'.Íõ7'1:'. lls-;;po.;J.
Es notoi'Ío que los nombres propios antiguos tienen generalmente alguna
:"ignificacion profunda, cprn hacía relacion i't algun liecho importante en la
historia del individno ó dei olJjetn; asi, el cambio de nombre tiene por objeto
l'iempre exprcsar un nneyn estado ó mm nueni clignidac1: y si es Dios mismo
el qne impone e! nombre, es para significar nn nncvo destino y cnalidad en
h erionnmia clel plan divino i Genes. 17, õ 1. Asi Ahraham por Abram, Israel
11or .Jacob i Gen. 32. :28 1, Emmannel ( .J es. 7, 14 \ En el original arameo
apai·ece ~~·::i i por e! lrnbreo :e;:, que es norn brc apelativo y propio a la vez,
,.;in va1·iacion <le género, rniéntras que en la vension griega se usa unas veces
Hi:-;;po.; y otras <.s-;;px, pero siempre para designar 1ma fnerza extraordinaria,
la firmeza, la dnracion permanente. Asi le vemos empleaclo para significar
el sólido furnlamento que da inquehrantable segurida<l nl eclificio <tne sohre
é! c1escansa, como en la parábola expucsta en San }Iareo r, 7, 24 - 27 Assi-
mila bitnr viro sapienti, qni neclifica\·it dommn ,.:umn supra petram. et des-
cenllit ]'lnYia et Yenenmt flumina et flavernnt ve11ti et irrnernnt in clomum
iJlam et non cecidit: fnndata enim er:lt supra petram. Et OJnnis. qni audit
Yerba mea haec, et 11011 facit ea, ,.;imilis erit viro stulto, qni aediricavit do-
mum snam snpra arenam: et de,,:cernlit plnvia, et vcnerunt flnmina, et flave-
rnnt venti, et innenmt in dom um illam, et cccic1it, et foit ruína illins magna.
Cf. Ps. 17, 3: Dominus firmamentnm meum ( "=:':Q) Ps. ài, ó: In petra (~'1:.:~)
exaltavit me. 39, 3, Statuit supff petram ( ;·~w,) pedes meos. 40, 3; In petra
exaltasti me. .
Sobre /,) '' Ecclesia mea,, tanto si nos atenemos al sentido literal como al
contexto, no pnede ,.;ignirica1· otra cosa que toda la Iglesia de J esucristo. Cf.
I Cc:r. 11, 1G: 12, 28. Ephes. 3, 21 - B2. Act. 20, 28. Las Iglesias particu-
lares se designan por sns respectivos nombres. Act. 8, l; !J, 31; 11, 22: 13, 1.
Rom. HL 1. Refiérese. llllCS' á la Iglesi:t que va a fundar J esucristo' y que
por eso es sn Iglesia, es decir, la Iglesia uni ver sal.
Sobre e) La Iglesia se halla edificada sobre la piedra, por cuya razon se
mamiene siempre inquebrantable y firme. l'ero además esta piedra es ga-
rantía ,.;egura de perpétua unidad, por lo cual la lglesia no puecle dividirse
ni fraccionarse.
Sobre 1l) De esto hemos hablado ya, pág. 121. Sólo tencmos que hacer
notar sobre este punto que, segun obserYa Cornelio á Lapide, i. h. L, la ex-
presion: no prevalecerún contra ella, equiYale ~l decir qne ella saldrá triun-
fante, corno c1e consnno lo exigen el sentido y el uso del lenguaje. Cf. Passa-
glia, De praerogatiYis B. Petri II. J 05: noli timere, i. e. confide; non stabit,
i. e. corrnet; non YÍncet, i. e. snperabitnr.

http://www.obrascatolicas.com
lfiO l'Aln'E SEGüXDA. LlBlW PHDlElW. ,-ECCIOX SEt:t::s DA.

Cnanclo el ~eii.or dice: et :mper hanc petrnm ( ~-:-:;, -:'l.0-:~, -:'.~ -::s-:2?-). co11 el
Yocal,lo petrnm qniere ,;ignificar ú Pe1lrn, lllle e,; la roca ,;olJre la ena! edifica-
ra s tt Iglesia, y no ,;e· llesig: w ni a si mi,; mo, 11 i ú los (lemás A pt'i,;toles, n i
tampoco se ref1ere á la fo ó á la confesiou de Petlrn. L"nicamente Petlro habh
confesado la 1li ,·inida• l tle .J eH1cri,;to ( l 1;, 13 sq. •: lo hizn además P:<pontánea-
mente, pnesto t1ne no nbró instigado por algnno de lns Apostole,;, qnienes
apéna,.; se tli,;tinguiernn entónees, en sn iirofesion 11e fe, tlel resto de las gentl·~.
tomando al ~eünr ya por Juan Danti"ta. ,.a por Elías, ya pM J eremías ó pnr
nno 11e los profetas: n
só lo descnella entre todos pr•r la fr 11ne lwlJía recihi1lo
del Paüre cek:::tial, v úl só lo reconoce y coníiesa á J esncristo. Así como el
Padn• le re\·ela la i1ig·ni11ad 11rl Hijn. 1le la misma mni1ern le nLrnifiesta Pl
Hi.i<> la c1igni11ad qno ic· confü1·e l1e ser fomlame11to de ,;n Iglesia, .\· así le 1h
la ex]'licacion 1lel nornhrn Cefos, con r111e le haliía úntes <1esig·nac1n. Ko siem1o
la Iglesia nna pnrn ahstrncc'o11. sino mm entidad fonna.\a ele l'er,.:onas. ,](.
sérrs \'i,·ientes, no pne1le ser Li fo c1Pl Api'1stol ni sn cont'Psion lo qne h sin·<·
ele fonchmento, sino e! mismo Apóstnl qne desc1wlla solire todos los demús
por sn fe y i11n· la co11frsion 11nr hizo de .Je:-mcristc•. Precisamente pn1· hallarse
edificada ;-:,ilire él ]:i,.; pnertas 11el infierno .iarniis pre,·alecer:'111 eontra h
Iglesin.
J. Tnmhie11 los 1-'antos P11lres reco1111cen 1p11' estas palabrns (•xpresan !:1
fnn1lncion 11e la Igle,;ia sc•bre Pe<ho. y no sólc• n·n en rll:is la promesn de s11
innrntabiliéla<1 y pernrnnencia, sino tmnliien una prneba <lo sn caráctn divi1w.
San Cirilo de Alejarnlría ( ap. >Iign. Tom. Y. l'· 1:23): El 8eüor. ~ti fnnchr sn
Iglesia y cnneederla el C[ll'Úctrr 1le imnnrnlJle y permanente, obrn como dnelio
de to11as las firnrzas y 1le todc,s los podel'es. Esto lo hizo em pero, l'stahlecien-
do ú Pedro pnr pastol' <le ella. Cf. Tom. YI. p. :21~1: Dió ;il Apóst11l e! nomhre
Pe1hn, de -::~-;:'l.. pne~tc• qne .;o]J]'(• él ( ~-:-:· '.l.~-:c:i "'Y.: 1 qniS<J elliticar sn Iglesi:1.
San Jnan Cri~ústomo iin .:\Iattl1. Horn. XLIY~ ~!:
1

\ '
·'Yes cómo El mi:m;o (.Te- \

sneristo) se nffela y 1b ú conncer por estas 11os prome,.;ns que es e! Hijo 11e
Dios. Pnesto 1111e pn,mete cbr poderes 1111e 81'iln estún e11 la m:rnn de Dios,
como son pen1onar los pecadcs, mantener inmo\·ilile á la Iglesia ('li medio de•!
terrihle emlrnte (1e las olas y 'Jtorgar á 1111 pescai1or nna firmeza superior ú la
de las rocas mús sóliüamenu asentadas, sie1111o objeto de los ntaqnes 11el
mundo entero.,, Cf. De Poeni1e11t. Horn. III. J. Hom. ill Aposto!. 1lict.: H"c
antem scitote n. 4. Gre.gnrio ele Nissa ( ) .. lteJ. larnhtio 8. Srephan. T. 3 :3Iign.
p. 7341: ·E-;: 1.7-:·r,2~~2-:'l.'. 02 ·{ ~Ezxl»r/J;.J_ -:0·J (~)2rJ0. ()0-:0.; "NY.? ~7-:'. X'l.-;'l. -:·'r ·1
1 1
1

' L ' ' - ' - L' ' ' ' ' ' ' ' ' ' ' ' ' ,.
r;(j'J2 '.7'J.'I '.Z'J':(:) í:'l.?'Y. 70'J 1\. 'J?.0'... ')(!)2~::J.'1 .,l 1-(?'1-~··rl.; X'l.'. 0z'J:c1>7'l.";'(I -::~-:2'l.~ S?, ·r,·1

~tü-:·r,2 c;Jxoor):i-·r.7õ. (P,.:ernln i. - B:isilins (De poenitent. Mi.gn.


-;·r,·1 'Exxl:r,-,i.'.1:1 r;
T. III. p. GORi: J esnni,.:to es o<acen1nte, por ln l'nal institnye sacer1lotes, ...
ror:1 ~ y por PKn institnyP nna t·oca ( -;:S-:2T1 7:0'.2 ~. ~ x'l.''. -;'l. ;.0'.'l. /.Y-?;·~2-:z'. --:0 ~.;
000/,r,•.;. l Basil. ( T. III. p. 22 l ) : IE-:20;. ,; -:-:'l.'17(»'1 ?Z'I -;i;r1 ;n8·r,-;t~r1 -::2r;xp•.8õ(;,
0 -:'l.; x/.s \; -;·(,; :~'l.7'.J,õ(-:1.; -;i;r1 "~('.l.'1(':i·1 T.'.77S'J8õ(;. Orígenes 1in Exo1l. Horn. \".
4): \'i11e mRgno illi Ecclesiae fnnclamento, et pE'trne solidissimae, :mper qnam
Christns fundavit Ecclesiam, quid dieatm a Domino. Cf. Cnmment. in JYiatth.
T. XIII. n. 81. In Joan. Tom. Y. 3. In ep. ad Rom. \'. 8. Gregorio Kaciancc-

http://www.obrascatolicas.com
, -~.:. . , ; .

§ 14. DE LA COLA.ClON DEL PRIMADO Á PEDRO. 161

no ( Orat. XXXII. 18 ) : R ecibe el nombre de petra, y se le confian los fun-


damentos ele la Iglesia (Carm. 8 ect. II. Carro. I. v. 489): d-;p·r,; ;_pf7.yfo;. San
E pifanio ( Ancorat. n. !). ) : Aquella roca inmoble , sobre ln. cual está edificada
la Iglesia. Asterio de Amasea (Hom. VIII. in S. Petr. et P aul. Mign. XL.
p. 267): 0z[L±Ài.ov 'ºvIlhpov OVO[L~Çz•. -;-·~~ 'Exxhia-l7.ç.
Entre los Padres latinos merecen particular mencion: Tertullian. Praescri pt.
e. ~2: L n.tnit aliquid P etrum , aedificanclae E cclesiae petram clictum, cb ves
reg ni coelorum consecutum ? D e l\Ionogam. e. 8. Cyprian. Ep. õõ, 7 (H art. 59):
P etrus, super quem aedificata a D omino fuerat Ecclesia. Cf. Ep. 69. íü. 73.
D e habit. Virg. n. 10. De Bono patient. n. !}. Ambros. D e füle IV. 56: Qi1 em
(P etrum) cum petram clicit , firm:unentum E cclesiae indicavit. Id. in P s. XL.
30: Ipse est P etrus, cui dixit (D ominns): Tn es P etrus , et super hanc petram
ae\lificabo Ecclesiam meam. Ubi ergo Petrus , ibi Ecclesia. Hieronym. E p. XLI.
:2: Apostolus P etrus, super quem Dominus fu ndavit J.:cclesiam. Icl. Dial. adv.
P elag. I. 14. "stabili mole fundata est ,,. Ang usti n. in P s. XLIX. 4: Petrns,
qui paulo ante eum confessns erat filium Dei , et in illa confessione appellat us
est petra , supra quam fabri caretur E cclesia. Id. Ep. LIII. 2.

II. Es ver<lad que algnnos Santm; Padres reti er en las palabras


« Et super hanc petram », ya tL la fe de San Pedro y á ;;u c011fesion de
la<liYinidad de J esucristo , ya ú la persona del mismo Jesucristo, :ya á
los Apóstoles en general: pno sicmpre se ven como obligaclos, al dar
esta explicaeion , por cirrnnstancias especiales, por fines particulares y
po1· motivos de carácter prúctico -:-' oratorio, nunca con formal intento
de negar el sentido natural y literal de las palabras. No cabe dudar
que la fe de Pedro y su confesion de la, divinidad de Jesucrísto es la
piedra fundam ental de la Ig lesia , pero iuseparahlc de la persona del
Apóstol que la hizo, ya qne tanto la fe corno la confosion no pne<len
exif,tír sino en y por el que cree y confiesa. Jesucristo es tambien la
pied ra fundam ental sobre la que se lrnlla edificada , pero cs piedra inYi-
sible ( I Cor. 5, 11 ) que no exclnye la visibk , Pedro. Los Apóstoles
son asimismo piedras ang ulares de la Iglesia ( Eph. 2, 20 ) por la pre-
dicaçion de la fe, como los profetas lo son por las promesas de la misma;
mas no lo sou por sí sólos, sino en un ion y liajo la obediencia de Pedro.
l. Los Santos Padres que declaran fun dame nto de la I glesia la fe ó la
con fesion de P edro , emplean por metonimia el abstracto en vez del concreto.
Hilar. De T rin. VI. 36: Super hanc igitm confessionis petram E cclesiae aecli-
fi catio est ... Haec ficles r egni coelestis h ahet claves . .. Hinc regni coelorum
habet claves ( Potrus), hinc t errena ejus j udicia coelestia sunt. Ambros. De
incarn. n. 34 : Hic e::;t ergo P etrus, qni r espomlit pro ceteris , immo prae cete-
ris: et ideo (w lllamentwn clicitur, quia 11ovit non sol um proprium , secl etimn
commune servare. Cf. Id. De interpell. J ob et Dav. I. 5 , 15: Fides ergo
ambulavit in Apostolo (super aquas) non caro. F ides ergo est Ecclesiae fun da-
mentum ; 11011 enim de carne P etri, sed ele fi de dictum est , quia portae mortis
TOMO II. 11

http://www.obrascatolicas.com
162 PARTE SEGUNDA. LIBRO PRIMERO. SECCION SEGUNDA.

ei non praevalebunt; sed confessio vicit infernmn. Joan. Chrys. Horn. XLIV.
2 in Matth.: Sobre esta roca q uiero edificar mi Iglesia, -:ou-:' Ê:cr-:1., -:~ r-1.cr-:s•.
-:'l,ç ÓtJ-o),oyl.õtç . . . sobre un pescador contra el cual se estrellarán los ataque,;
del inundo cntero ( i'l6ptuTC0'1 1:/\1. ±~ h±:-p~ç TC~Tt,ç :i7:o~rf1 'I~'.. a---:-s,~pó-;spov , ":~f1~
olxoufl-sw,ç 7.o),sfJ-oÚ·;..,,ç &.r.ácr·rç ). Cyrill. Alex. De Trinit. Dial. IV. (Mign. VIII.
~107): Roca se llamó en cierto modo, con un nombre simbólico (r.:xp<JJ'IÚtJ-wç)
la fe inquebrantable dei discípulo ... Por consecuencia, si San Pedro se halla
adornado ele tan especiales clones, etc. Véase Luc. 22, 32: Ego rogavi pro te,
ut non deficiat fides tua; et tu aliquando conversus confirma fratres tuos, en
cuyo pasaje aparecen identificados Pedro y fides tua, constituyendo el medio
de que el Seiior se vale para fortalecer á los hennanos en la fe.

2. San Agustin refiere en dos pasajes el vocablo pctra á Jesucristo (Tract. in


Joan. CXXIV. 5. Serm. De Verb. Evang. LXXVI. 1), pero lo lrnce atribuyendo á las
palabras del sagrado texto una. significacion lata y alegórica, sin excluir en manera
algnna á Pedro. Asi dice en el primern: Cujus Ecc]Psiae PetrusApostolus,propter Apos-
tolatus sui prima tum, gcrebnt fignrata generalitat.e personam. En el segundo: Ipse enim
Petrus in Apostolorum ordine prinrns. Cf. Zaccaria, Antifebr. C. 1. pár. 2. cf. Retract·
I. 21: ln quo (libro contra epist. Donati) dixi in rp10dam loco de Apostolo Petro, quod
in illo tanq nam in potra fundata sít Ecclesia ... Sed seio me poste a saepissime sic
exposuisse, quod a Domino dictum est ... ut super hunc intelligeretnr quem confessus
est Petrus ... Non enim dictnm est illi: Tu es petra, sed tu es Petrus. Pctra autem erat
Christus, quem confossus Simon, sicnt eum tota confitetur Ecclesia, dictns est Petrus.
(La derivacion de Petrus dcl vocablo ;:hp:x, eu favor de la cual se declaran tambie11
Orígenes, in Matth. Tom. XII. 11. Ambros. ín Lnc. VI. 97. Cyrill. in Joan. 1, 40, cs con-
traria á las leyes gramaticales :r etimológicas). Harum autem duarum sententiarurn,
quae sit probabilior, eligat lcctor.

III. Demuestran a,;im[smo el primado de Pedro los dos últimos


miembros de la prorne,;a ( Matth. 16, ln): Et tibi dabo claves regni
coelorum: et quoclcunque ligaveris super terram, erit liga tum et in
coelis; et (p10dc1111que solveris super terram, crit solutum et in coelis.
En cuyas palabras el Seiior promete á Pedro la autoridad suprema de
su Iglesia.
1. Desígnase en este pat'qje la Iglesia con el vocablo smommo "regnum
coelorum ,,. Las llaves sou el símbolo del sumo sacerdocio. J es. 22, 15 - 22.
Vade acl Solmam prnepositum templi ... Expellam te (Sobnam) ele statione tua,
et ele ministerio tno deponam te. Et erit in die illa: V ocabo servum meum
Eliacim filium Helciae, et induam illurn tunica tua; et cingulo tuo confortabo
eum, et potestatem tuam dabo in manu ejus; et erit quasi pater habitantibus
Jerusalem et domni Juda. E-s dabo claves domus David super humerum ejus;
et aperiet et non erit qui clauclat, et claudet, et non erit qui aperiat. Sepp,
Viela ele J esucristo, III. e. 85. Lightfoot Horne Talmudic. i. h. 1. Gesenius,
Com. á Isaías, l. e. Tamhien la sacerdotisa griega es designada con el símbo-
lo ele las llaves, Callim. Hymn. in Cer. 44. Eurip. 'froad. 251. Iphigen. 355.
Aeschyl. Eumenid. 752. Supplic. 267. Véase tambien Klee, Dogmática, I. pá-
gina 186. Con los pasajes citados pueden compararse los siguientes del Nuevo

http://www.obrascatolicas.com
rr
r··.: ·
""
§ 14. DE LA. COLACIÓN DEL PRIMADO Á PEDRO. 163.

Testamento: Apoc. 1 , 18: Ego sum vivens in saecula saeculorum, et habeo ·"
claves mortis et inferni (símbolo de su poder sobre la muerte y 'el infierno)
l. e. 3, 7: qui habet clavemDavid (símbolo del reino de Jesucristo) fJ, 1: data
est ei clavis pntei abyssi ( el poder sobre las destructoras potestades del abis-
mo) 20, 1. En la legislacion de algunos pueblos, como de los romanos (Cicer.
Philipp. II. 28) y de los g ermanos ( Grimm, Ant igüedades jurídicas de Ale-
mania, p. 27G), figuran las llaves como símbolos del poder que el marido tras-
mite á la esposa para que gobierne la casa; d e donde venía el considerar la
r eclamaci on de las llaves como símbolo del divorcio ó del repudio de la mujer.
De todo lo cual se infiere que, así como la primera promesa nos presenta á
Pedro como fundamento de la Iglesia , la segunda hace referencia al poder
supremo que ejer ce en la Iglesia, d erivado de su carácter de fundamento de la
nusma.
2. l\fochos expositores católicos ( vease Phillips, l. e. p. 100) no ven en la
última promesa, del poder de atar y desatar, mas que una continuacion y des-
envolvimiento del símbolo de las ll aves. Pero Dõllinger (El cristianismo y la
I glesia, p. 342) y l\furray (De Eccles. II. p. 389) han demostrado que no tiene
fundamento la suposicion de que los hebreos cerraban las pnertas con cerro-
jos sujetos por medio de cordones ó correas, y que, en su consecuencia, las
llaves eran más bien el instrumento empleado para abrir ó desatar estas co-
rreas, hipótesis gratuita que sólo se apoya en ciertas expresiones de la Odürna
de Homero. Nada menos qne en sesenta pasajes del Antiguo Testamento ha
encontrado l\furray los vocablos " cerrar ,,, "abrir,, ( segnn lii. version d e los
Setenta x),sLw, à.voí.ytü), y ni una fml a vez se usa en este sentido "atar,,, "des-
atar,, ( Õkw, ),Útü ). En sontir de D üllinger , y ántes de él sostuvieron la misma
opinion Theofilacto, E ut himio y muchos escritores protestantes, estos pasajes
se refieren al poder otorgado ú Pedro y á los Apóstoles para perdonar y rete-
ner los pecados ( .lYiatth. 18, 18. J oan. 20 , 23 ) ; mas esta potestad só lo se pro-
mete aquí á P edro; de donde se i11fiere que los Apóstoles no pueden ejercerla
sino en tanto que se mautienen miidos con él. No obstante, el vocablo ),ú s~'I
nnuca acompaiia en la sagrada E,;critnra la voz "áp.()'.p-rí.()'.~,, ( J es. 11, 2; 22,
14; 27, 9; 40, 2.1\íatth. 6, 12. 14. ló; 9, :2. õ. G; 12, UO- 32; 18, 21; y Õfr1
áp.~-;Lxç no ocurre en el sagrado texto. Además, en el pasaje citado ele San
Mateo se dice en terminos completamente generales "quodcunque ,,; por el
contrario, en el d e San Juan "quorum remiseritis peccata ,,, en el primero
"ateis,, y "desateis,,; en el segundo "perdoneis,, y "retengais,, ( ~yr,-rs,
xp:t.•~'1."E ); allí se expresa en primer término el "atar,, (legislativo), aqui el
"desatar,, (perdon de los pecados ). Por consigniente, los vocablos ÀÚs'.'I
= :-;.,-.:; , Ôs ~-1 = ..,~ ~, q ne significan permitir y prohibir ( Geseni ns, Dicciona-
T T - 'f

rio-Manual, s. h. v. Lightfoot, \Vetst. Kuinoel. i. h . 1.), sirven para designar


la suprema autoridad de jurisdiccion en la I glesia , que comprende la potestad
legislativa y la, judicial.

IV. Ejércese esta potestad suprema y esta autoridad, conferida á


Pedro, para la edificacíon de la Iglesia; por lo cual Jesucristo le establece

http://www.obrascatolicas.com
164 PARTE SEGUNDA. LTBRO PRIMERO. SECCION SEGUNDA.

de una manera especial maestro y guardian de la fe, cncargado de


fortalecer á sus hermanos, y en una oracion tambien especial pide
para él la gracia necesar::a para el cumplimiento de esta mision. (Lúc.
22, 31- 32.)
1. Luc. 7. e.: Ait autem Dominus : Simon, Simon, ecce Satanas expetivi t
vos, nt cribraret sicut triticum; ego antem rogavi pro t e, ut non deficiat fidcs
tua; et tu aliquando convenns ( Y.'.'1.\. 7:) T.07S i:;-; 1.77( ~'}'.'I.; ) confirma fratre s t nos .
Así como eu San ll:fateo lG, 18 designa bajo el nombre de portae inferi á los
enemigos de la I g lesia , cn San Lúcas , 22 , B2 , presenta como enemigo de los
Apó stoles á Satanás, que los habrá de perse>gnir con el mayor encarnizrimiento
( véase Amos , 9, D). Se los ponc delante á Pedro con el encargo de fortalecer-
les en la fe, como él es fortalecido por el Seüor de un modo maravilloso . EI
vocabl o }:7·r1pl(w nsado en varios pasajes, Act. 14, 22; Hí, 41. II Thess. 2, 17.
I P etr . õ, 10, significa confe>rtami ento espiritual contra la tentacion, y ' E-.~­
cr-:p ~•}ct.ç volviéndo;;;c , vnelt o, aunquc algnnos lo tracluccn por "al contrario,
ele nuevo,,. Véase Schra<ler , l. e. II. li'H; la expresion latina haria r efer encia
en ta.l caso á la iu fnsion c1el E;-;píritn 8 anto. Cf. K rmpeners, D e Uom. Pontifi c.
primatu p. G7. Y es tanto m{ts digno (1 e con,;icleracion el me nrionacl o pasaje,
cuanto que, estando librrs <le todo error lo,; Apóstoles, en virtnrl ele b divin a
inspiracion que r cribieron El dfa de P enterostés , las palabras de J csucristo
sólo pueclen referir:-;e al r'mlen fu turo de sn I glesia. Ballerini , De Yi et rat.
primat. p. 22. p. 8 7. B os:rnd , Sermon sobn~ la uniclad ele la I glesia. 'l'éngase
tambicn presente que J e;;n cristo no ha orado por él en Yano, pu m; salJe que el
Padre le escucha ~iernpre ( .Joan . 11 , 42. Hcbr. :S , J l ) ; por cuya razon ha pe-
dido para San P e<lro la inqnehrantahlc firmeza en la fe . Angustin. D e corrept.
et grat. e. 8: Qumulo rogavit ergo, uc ticles c;jus cleficeret, quid aliud rogavit,
nisi ut ha hcret in fül e lihcr :·imam, forti ssimam , invictissimam , per::;everan-
tissimam Yolunt atmn.
2. Tal es tarnl 1ien la explicacion que ele este pasaj e <hn los Santos Padres.
San Juan Cri sóstnmo, in Act. H om. III. a, di ce : P edro fué cl primero que
ejerció su auto rida(l, puc,,; todos foe rn11 encomemhclos á o;u cuid ado (i7s '.'l.~70~
o;:'.i'l7'.'l.Ç S°';'/~'-("78z!.; ') : COlll O lo t1Í Ó á f'l1 tenclcr J CSl1CI'ÍStO Cuan(lo c1 ij o: Y tú ,
volviénclote alguna vez, confirma á tu::; bennall oR ; palabras que Sau Cirilo
Alejandrino, i. h. 1., expone di cienrlo: Sé cl so;:ten y el mae>stro d e todos
( 'j' Z'IO'.J v-:·l.p~·n1.::1. Y.a\. Õ•.Õ'l.7Y.'l.i,o; ) los que vicnen :'i ti por la fo. Amhros. De
fiel. IV. õ. iJ(;: rt scias, qu[a secundmn hominem rogat, divinitatc imperat,
habes in Evangeli o quia P etro clixit: R oga.vi pro te , ut non deficiat fül es tua.
E idem autem supra dicenti: Tn es Christus , Filins Dei YÍYi, resp ~111lit: Tu
es Petrus, et supra hanc pEt r:~m aediticabo E cclesiam meam; et til.ii clabo
cl:wcs r egni coelorum. Ergo r ui propria anctoritate regmun dabat, hujn s
ficl ern firm are non potera t , 'luem cmn pet ram clicit, fi rmamen tnm E cclesiac
indic:wit? Quando igitur r oget , quando imperet, considera. Rogat, quando
passn rus osienditnr, imperat, <1nanclo F ilius Dei cr eclitur. Id . in P s. XLIII.
40: Potius J~ ccl esiae praeponitnr, postquam t entatus a diabolo est. Ideo ante

http://www.obrascatolicas.com
... ..
· ~. ~·

§ 14. DE LA COLACION DEL PRIMADO Á PEDRO. 165

significat Dominus, quid sit illud, quod postea eum pastorem elegit dominici
gregis. Nam huic dixit: 'fu~~utem conversos confirma fratres tuos. Leo. III.
Serm. IV. 3 in auniv. assumpt. suae: Specialis a Domino cura suscipitur et
pro fide P etri proprie supplicatur, tanquam aliorum status certior sit futurus,
si meus principis victa non fuerit. In Petro ergo omninm fortitudo munitur
et divinae gratiae ita ordinatur auxilium, ut firmitas, quae per Christt.m
Petro tribuitur, per Petrum Apostolis conferatur. Pelag. II. ad Episc. Istr.
ep. 3: Veritas mentiri non potuit nec fid es Petri in aeternum quassari poterit
vel nutare: nam . . . pro solo Petro se Dominus roga::;se testatur, et ab eo
voluit ceteros confirmari . An~tloga interpretacion dan los comentadores:
Theophylact. i. h. l.: 7--;/1 2~~0'1 '":"O~~ ),o'~T:o~.;· 7o0-:-o r..po~~f.xz~ -:ro~ W; p.z-:' €p.S Õ'J"':~
-:7,~ ~xx):r.cr\::1.; ;:~-::;::1. Y.'.:t.~ ~-=·r,:1(~'1J.'.7.";''.. L anzen, t'ltimos dias ele J esus , p. 196.
\ . \ j\ .,

R eischl, La Sagrada E scritura , l. e. Schegg, Los Ernngelios, VI. p. 252.


Bisping, L os Evangelios de San Marcos y San Lúcas, p. 42G.

V. Así como San Pedro, que descollaba sobre todos los discípulos
por la firm eza de la fe, fué escogido por el Seiior parn ser fundamento
de su Iglesia, de la misma manera, para premiar el acendrado amor que
profesaba al Maestro, le estableció por supremo pastor de su rebano
(Joan. 21, 15 sq. ), con cuya dignidad le fué conferida la plenitud de la
jurisdiccion espiritual sobre todos los rniembros de la Iglesia.
1. Joan. l. e.: Cum ergo prandissent, dicit Simoni P etro Jesus: Simon
.Joannis, diligis me plns his? Dicit ei, etiam, Domine, tu seis, quia amo te.
Dicit ei: P asce aguos meos. Dicit ei iterum: Simon J oannis, diligis me?
Etiam Domine, tu seis q nia amo te. Dicit ei: Pasce agnos meos. Dicit ei tertio:
Simon Joannis, amas me? Contristatns est Petrns, quia elixit ei tertio , amas
me ? et elixit ei: Domin e, tu omnia nosti ; tu seis, quia amo te. Dixit ei : Pasce
oves meas. En gran número de pasajes ele la Sagrada Escritura se emplean
las voces pascerc, ~Ó~sw, 1ro~p.!1.l';sw para designar la potestad de jurisdiccion.
Joan. 10 , 11. J erem. 23, 1. 2. 4. Ezech. 34 p er tot. II Reg. 5, 2. Ps. 57, 15;
79, 2; 40, 10. Mich. 5, 2. '!. Apo c. 12, õ; 19, 15. En H omero ocurre "r.o~p.évsç
),!1.wv ,,. Iliael. II. 243; IV. 413; V . 5G6; XVI. 2; XIX. 35. 2õl. 38G. Odyss. IV.
r)32; XIV. 4D 7. Confiérese esta potestad á P edro sobre toda la grey, lo cual
aparece evidenciudo en la elistincion de "corderos,, y " carneros,, ( es decir,
imperfectos y perfectos, súbditos y jefes). Cf. B ellarm. l. e. I. 14. No una
sino tres veces se dirige á él J esucristo, y otras tantas le repite las palabras
en virtud de las cnales le confiere esta potestad, en memoria de sus tres n e-
gaciones; y para dar á entender la importancia suma del cargo que le conferia,
"precisamente lu repeticion inmediata de las preguntas expresa á maravilla
d énfasis que J esucristo, queria dar a sus palabras.,, Olshausen , i. h. 1. Ber-
nard. De Considerat. II. 8: Habent illi sibi assignatos greges , singulos ; tibi
nniversi crediti , uni nnus ; nec modo ovium, sed et pastorum t u unus omnium
pastor ... Nihil excipitur, nbi distinguitnr nihil.
2. La tradicion confirma plenamente esta explicacion. Oigamos lo que

http://www.obrascatolicas.com
:·· · ....

166 PARTE SEGUNDA. LIBRO PRIMERO. SECCION SEGUNDA.

dicen algunos Santos Padre3. San Juan Crisóstomo (inJ oan. Horn. LXXXVIII.
1): Le manifiesta que debe 1;ener confianza, y, haciendo caso omiso de su nega-
cion, le establece por jefe C.e todos SUS hermaUOS ( E'(ZZ'.f(~z":'Y.\ '--'i'I T.:fO'j'";'':J.'.I('Y.'I
-rw'; :>:õú,ri;°)v). Mas adviénase que dijo: Si me amas dirige á los hermanos
( r.:pob-:'.7.(l'O -rwv ?.ÕE}cpw'1 ). De Origenes (in Ep. ad Rom. V, 10) son estas pala-
bras: "A Pedro, que recib:ó el encargo de g uan1ar las ovejas ... sólo sele
exige la confesion explícita de nna virtud, la del amor.,, Aster. Amas. l. e. p<\-
gina 281: "A P erlro, por C·J nsecuenci;t, se le encomienda el cuidado del uni-
verso entero; porq ne así como no hay más que nn solo pastor, así no ha de
haber más que un rebano; y al dirigirle las palabras : apacienta mis ovejas, el
Salvador le estableció por padre, pastor y maestro á la vez de todos aquellos
que entran cn el santuario de la fe.,, De un modo análogo se expresa toda ln.
Iglesia oriental en :m escrito dirigido al papa Simaco (Mansi T. VIII. p. 221),
del que tomamos las siguientes palabra::>: Todos los días te enseila el Apóstol
que has de apacentar las OY•=ijas , que estan encomendadas á tu cuidado eu el
Universo mundo. Cypr. De unit. Eccl. n. 3. Et iterum eidem post r esurrectio-
nem suam dicit: Pasce oYes meas ( Joan. l. e.). Et quamvis Apostolis omnibus
post resurrectionem suam parem potestatem tribtrnt et dicat: Sicut me misit
etc. (Joan. 20), tamen, ut emita tem manifeHtaret, uni ta tis ejusdem originem
ab uno incipientem sua auctoritate disposuit. Super illum unum aedificat
Ecclesiam suam, et illi paseernlas mandat oves snas. Ambros. in Ps. XLilL
40. in Ps. 118. Serm. 13. in Luc. X. 175. Leo M. l. e. Gregor. M. L. V. Incl.
13. Ep. 20. Yéanse los comentario:; de Olshan sen á este pasaje: Lo que aqt1í
se dice á P edro como reprernntante de los Apóstoles, tiene aplicacion á todos
ellos (? ); pero lo q ne es ev<.dente, y nadie _puede negarlo, es que a Pedro se
nombra tal representante de hecho.
3. Carece de todo fundamento la obj ecion que pretendeu hacer algunos
protestantes, como Salmasic•, Barro,,·, Bengel, N eander y Lange, al decir
~· -· que en el pasaj e citado no eotorgó J esucristo ningun poder especial á Pedro,
sino que, por el contrario , i10 hizo otra cosa que rehabilitarle en el Aposto-
lado que había perdido por efecto ele las tres negaciones; suposicion gratuita
que contradicen los siguicntE s hechos:
a) Ninguno de los Evangelistas nos dice q ne Pedro perdiera su Apostolado,
ántes muy al contrario siempre le presentan <'t la cabeza d e los discípulos, lo
mismo ántes que d espues de la:,; negaciones. Así Joan. 21, 8: Dicit autem
Petrus: Vado piscari. Dixenmt ei: Venimus et nos tecum. Por eso r ecibe tam-
bien con ellos el E::>piritu Santo. Joan, 20 , 23.
b) El Apostolado propian:.ente dicho, no se confirió á los discípulos del
Se:fior hasta despues de sn Resurreccion. :Matth. 28, 20.
e) Cuando San Cirilo de Alejandría, comentando este pasaje, dice: ":>:w1.-
'i~tu-•-
'"' ""'"'":! ,,...,r
(f!\l't"·-<:"'" _,,_ _:-, ,
lo-•":I "' 1":1
!'(fJ'f: t;oº-=~-.,-
U .... ·..J ,.., ~,t'\..i,.·J.J"'
_,.,__,,_o'J:-f·,.
'I~
ri•'.-(-\
.J., !--' ..;l':'1;_(lNI ';o-:'7-NI
...i.. .. J~•
,_o''; ll~-N~I\
r-·~~-.1
..... '
A'.JOUaC1. -:w·1
U>J

.... 1
~'7(1 1.a-r~-:w·.1
j j
'
.
....
o·;s•.0 crp.ov , 1
.•
,
x:x~
1 '
-:·r1'1 z.x
...
J•

- ,
_,..,..JIJ.,,_.
ú
"':·r1 ~ 0:'111pwrct.vr1ç
, l o ' "

o..cr svst.cx.; p. .xpo-


1

·-Jicizltlv E!;tly'Y.vlÇoucr-tl ,, , no pretende en morlo alguno exclnir la concesion del


primado que iba unido á su dignidad de Apóstol.

http://www.obrascatolicas.com
§ 14. DE LA COLACION DEL PRIMADO Á PEDRO. 167
VI. En conformidad con todo lo que dejamos expuesto, Pedro figura
siempre en primer lugar en todos los pasajes de la SagTada Escritura
que hacen mencion de los Apóstoles, no en cuanto á la vocacion , sino
en cuanto á la dignidad y categoría, así como Judas figura el último.
1. En la enumeracion de los Apóstoles aparece siempre el primero (:Marc.
1, 36. Luc. G, 14. Act. 1, 13 ), y hasta se dice expresamente que es el primero
(l\fatth. 10, 2). Es tambien el primero que se levanta despues de la Ascension
del Seiior, el que dirige el acto de completar el número de los Apóstoles, el
que primero dirige la palabra al pueblo (Act. 1, 15; 2, 14) ; el que obra el pri-
mer milagro ( 3, 1 sq.), el primero que comparece a dar cuenta ante el Sane-
drin ( 4, 1 sq.), el que practica la primera visita a las Iglesias ( 9, 32 sq.), el
primero que por inspiracion especial predica el Evangelio a los paganos ( 10,
5 sq.); es el que preside el concilio de J erusalen ( 15, 7 sq.), el que pronuncia
la excomunion contra Simon, primero entre los herejes (8, 20), confirma los
escritos de Pablo (2 Petr. 3, 15 ), y éste, a su vez, se apresura a visitarle para
recibir de él la confirmacion y el sello de la comunidad eclesiástica (Gal. 2,
2), permaneciendo a su lado quince dias antes de emprender su ministerio.
2. Bossuet "Sobre la unidad de la Iglesia" dice: Era preciso que viniera á verle
(á Pedro) Pablo, el grau Pablo que volvia del tercer cielo; no á Santiago, por más que
éste fuera tan gran Apóstol , h ermano dei Seiior (Gal. 1, lU), o bispo de J erusalen, !la-
ma do el justo é igualmente respetado por cristianos y judíos; no era á éste á q nien
rlebía irá ver Pablo, sino que fué á verá Pedro, y le fué á vor por su valor y su re-
presentacion original, como se va á ver una cosa llena de maravillas y digna do ser
vi~itada; á contemplarle, á estudiarle, como observa San Juan Crisóstomo, y a verle
por ser no sólo más antiguo sino mayor en categoria que êl ; pero á verle, no para ser
instruído, pues no lo había menester aquol a quien Jesucristo mismo instruyó por
una revelacion tan expresa, sino á finde clar ejemplo y norma a los siglos venideros,
y para dejar sentado el precedente de que, por docto y santo que uno sea, aunque
fuese uno un San Pablo, es necesario ir a ver a San Pedro. "Pedro se halla distin-
guido con tal evidencia y r egularidad en los Evangelios; aparece siempre colocado
al lado de J esu cristo tan. visiblemento para servir de único intermediario entre ~~l y !
-~
los demás Apóstoles, que ninguno de éstos puede compararse con él ba,jo este con-
cepto. Todos l os momentos importantes de la vida de Jesucristo tienen alguna rela-
cion especial con él, que no tienon los otros discípulos: así el Maestro enseiia desde
la nave de Pedro (Luc. 5, 1 sq.); a él le anuncia que sera pescador de hombres (Luc. 5,
ü. 10), es·el primero a quien lava lo s pi és (Joan. 13 , 6) y el primero tambien á quien
ordena expresamente que se anuncie su Resurreccion (l\farc. 16, 1. I Cor. 15, 5); la
historia del Nuevo Testamento no hace mencion de las faltas y hurnillaciones de otro
discípulo fuera de Pedro, de tal suerte que en e.l momento mismo de hacer notar la
firmeza de su fe y de su amor, y de anunciar las distinciones que ha de recibir en pre-
mio, describe con minuciosos detalles la profundidad de su caida. Pero tampoco hay
otro discípulo a quien .Tesucristo haya instruíd o y formado con mayor cuidado, a
quien comunicase tantas y tan importantes enseftanzas (J\farc. 5 , 37. Matth. 13, 11; 17,
24. Luc. 22, 24), a ninguno más que á él anunciá su martirio al propio tiempo que
su exaltacion a la más alta dignidad de la I glesia, y es el que mas se acercó ai Seftor
por cl género de muerte que recibió. Cf. Düllinger, l. e. p. 32. Passaglia, De praeroga-
tivis B. Petri I . 150 sq.
8. Relativamente al cambio del nombre d e Simon en Pedro, antes mencionado, hace
notar Belarmino (l. e. I . 17): Etsi (Mar c. 3, 17) imposuit nomen filiis Zebedaei, Boaner-
ges, tamen fuit illud potius r.ognomen, quam pl'Oprium nomen. !taque nusquam postea

http://www.obrascatolicas.com
168 PARTE SEGUNDA. LIBRO PRB!ERO. SECCJON SEGUNDA.

ab E vangelistis vocantur B oan erge s, sed tanturn Jacobus et Joannes, ut antea voca-
bantur. At potius deinceps fen semper vocatur P etrus et Paulus (Gal. 2). Petrurn
saepe n ominat , a ut nnnqnam alitc r quam P ctr um aut Cepham, qnod est i dem: J oaa-
nem autem saepe quidem n omitiat, sod Joannern perpetuo , nunquam Boanergem.

VII. Los hecho5 y pasajes de la Sagrada Escritura con que se pre-


tende refutar esta suprem a autoridad de P edro , en vez de anularla ,
más hien la sustentan y coufirmau. Así, la disputa de los discípulos
sobre quién de ellos era el primero , :mpone preci>'amente que había
cierto órden jerárq11ico, á la vez que la amonestacion del Seiior, funda-
da en su t:icmplo , ela á conocer el verdadero objeto de la autoridad
espiritual ( Luc. 22, 25 sq. ). La fraternal correccion que P ablo dirig-e
á San Pedro ( Gal. 2, 14 .' ' Pll la q1ie funda el primero el valor de su;-;
palahras, es tambien evidente prueha de la alta cat egoría y ele la in-
flu encia del ::;egul1l1o. Indicio de su elevada posicion en el apostolado es
tambien la eleccion que E.e hizo de él y de Juan para ir á Samaria
(Act.8,14 ).
Sobre el pasaje Gal. 2 , 14 , cita San Agustin ( De baptismo II. U) estas pa-
labras de San Cipriano ( Ep. LXX. 3) : N ec P etrns, quem primum D ominm;
elegit, et super quem aedific ayit Ecclesiam snam , quam secum P anlus de
circnmcisione postmodmn ch;ceptaret , vindicavit sibi aliquid insolenter an t
arroganter assumpsit , ut diceret se primatum t encre et obtemperari a novel lis
et posteris sibi potius oportere. N ec de::;pexit Paulmn , q uod Ecclesiae prins
per,;ecutor fuisset etc . Y luég o prosigue : E cce ubi commemorat Cypriann,:,
quod etiam nos in scripturis sanctis didicimu:;, Apostolum Petrnm, in qno
primatus Apo:;tolorwn tam excdlent1º grafra praeemiu et, ali ter quam veritas po,.;-
tulabat de circumcisionc ager e solitum a post eriore Apostolo Paulo esse cor-
rectum. San Ambrosi o cita asimismo este hech o como prueba de la supr ema
autoridad apostólica (in Gal. 2, 11 ), y dice: Quis eorum auderet Potro prinw
Apostolo, cni claves r egni codorum D ominus d edit, r esistere, nisi alius tal is,
qui fiduciit electionis suae sócn8 se non imparem, constanter improbaret,
quorl ille sine consilio facer et. No r epr ende San P ablo al obispo de J erusalen,
à pe;;ar de haber compartido con P edro la respommbilidad del hecho, objeto
d e la reprension, sino á ést e :;ó lo; porque, como hace notar Bossnet, a él e,;-
taba encomendado el gobierno de la I g lcsia , y él podia, por com;ecnencia,
mejor que nadie alejar el pelii;:ro de que se impusicra la obserYam,ia d e la ley
jndúica á los cristianos procedente,; del paganismo.

§ 15. E N QUÉ CONSISTE EL PllDIADO CO NCE DIDO AL APÓSTOL


SAN PEDUO.

I. El primado ofrecido y conferido por .Tesucristo á San Pedro , n o


es tan sólo de categoría y de honor ( primus in ter pares), sino de juri;,;-
diccion suprema, de autoridad y de supremacía ordinaria, plena ~,

http://www.obrascatolicas.com
:...~'-·

§ 15. EN QUR CONSISTE EL PRIM-'DO DE 8-'N PEDRO. 16Q

soberana sobre to<l.a la Ig·lesia. El texto de las palabras, los símbolos y


parábolas bajo los cuales el Seiior expuso la concesion y el objeto de la
potestad conferida á Pedro, designan el primado en el sentido que
acabamos de explicar, excluyendo toda interpretacion distinta.
1. Algunos reformadores han declarado hallarse dispuestos a admitir un primado
de honor, entre los que mereceu 1mrticular mencion: l\:Ielanchthon (Ep. ad Camerar. pa-
gina 148. lf>l) y Salmasio (De Primatu Papae), con los articulas de Schmalcalda (Ap.
Rase, Libri symbol. protest. p. 288 sq. Melan chthon, Opp. ed. Bretschneider Tom. IV.
p. 271), y muchos de la sccta anglicana (Rev ista de Dublin, 18G7). Tampoco Marco An-
tonio de Dominis (De republi ca ecclesiastica) reconoce cn el primado de Pedro más
que una prerrogativa puramente honorifica, opinion sustentada por los galicanos de
ideas avanzadas en este particular, corno L. Du11in (De antir1na Eccles. disciplina.1G81.
Disscrt. IV. e. 1). En cuyas t eorías se inspirú Just. Fcbronio (:'.'i"ic. von Hontheim) para
redactar su obra: De statu Ecclesiae et legitima potestate Romani Ponti:ficis liber
singularis. Frankf. et Lips. 1763. En concepto de este escritor "1irimac;-ae Ecclesiae
regímen collegiale fuit", "non alia B. Petro collata fuit potestas quam Suspectionis et
Directionis"' no ern otra cosa que "primus };celesiae Episcopus". Tom. II. e. 1. pár. 2.
Cf. Retract. del ano 1798 P. 1. 2. J, essing califica (Jacobi, Obras, II. JJ. 334) su afirma-
cion de "desvergonzada adulacion a los Prín cipes, pues los argumentos adncidos con-
tra los d erechos d e los Papas, ó no son tales argnmentos, ú podrían aplicarsc con doble
y triple motivo à los mismos Príncipes". Han adapta do su opinion Yal. Eybel, Teof.
Ries, Riegger, Rautenstr auch y otros, juntamente con el congreso de Erns, a l que con-
currieron los arzobispos de Magnneia, Tréveris, Colonia y Salzburgo, que aprobaron
un conve c.: io de veintitres artículos en 1786 , que fu eron condenados por Pio IV eu 1789.
Véase Stigl , Historia dei congreso de Ems , 18G7. Eu Italia sostuvo tambinn 'l'arnbu-
rini una proposicion análoga, diciendo: "B. Petri Romanique P ontificis Primatum
haud verae ac Jll'opriae jurisd ictionis esse, sed ejusdem sp ecie i ac jura metrop olitica
et patriarchica,,, que fué condenada el 11 de Enero d e 1796 y el G de Setiembre de 1819.
Cf. Gerdil, Opp. T om. XII y XIII.

2. Si Pedro es la roca que sostiene y sobre la cnal descansa toda la Igle-


SÚt, debe convenirle, r especto al gobierno de la misma Iglesia, todo lo que
conviene al fundamento sobre el que descansa el edificio materinl; es decir,
que Pedro establece y conserva la unidad que mantiene en pié el edifício de la
I glesia, como tal Iglesia. Cf. Gregor. M. Ep. VII. Ind. XV. 40: Quis enim
nesciat, sanctam Ecclesiam in Apostolorum principis soliclitate firmatam, qui
:firmitatem mentis traxit in nomine ut P etrus a petra vocaretur? Cui veritatis
voce dicitur: Tibi dabo clayes regni coelorum. Cui rursus dicitur: Et tu
aliquando conversus confirma fratres tuos. I terumque: Simon Joannis, amas
me ? Fasee oves meas. Cyprian. Ep. 05, 14 (Hart. 59): Navigare audent et
ad. Petri cathedram atq ue acl Ecclesiam principalem, ex q na unitas sacerdotalis
êxorta est. Id. De U nit. Eccl. n. 4: Super U num aedificat ( Dominus) Eccle-
siam suani ... Exordium ab unitate proficiscitur, nt Ecclesia nna monstretur.
Ep. 70, 3: Una, est Ecclesia a Christo Domino super Petrum origine unitatis
et ratione fnndata. Y es uotorio que no podría mantener la unidacl de la Igle-
~ia sin hallarse investido de verdadera y propia autoridad de jurisdiccion. Cf.
Hugo Grotius (Pro pace Eccl. Tit. VII. Opp. ed. Basil. Tom. IV. p. 658, y
Discuss. Rivet. Apolog. ibid. 685 ) .
.
http://www.obrascatolicas.com
170 PARTE SEGUNDA. LIBRO PRIMERO. SEC CION SEGUNDA •

. II. Aun cuando Jesucristo dió á los Apóstoles, en union con Pedro.
la potestad prometida en estas palabras: « Todo lo que vosotros atáreis
sobre la tierra atado será en el cielo, y todo lo que desatáreis sobre la
tierra será desatado en el eielo » ( Jlatth. 18 , 18 ); y á todos les dijo
t:lmbien: << Así como el Padre me envió á mi, del mismo modo os envío á
Yosotros >> ( J oan. 20, 21. ~'2 ), únicamr.nte á Pedro que, cuando aúnes-
taban los clemás Apóstoles enn1eltos en tinieblas sobre el particular, hizo
la explícita eonfesiou: « 'f( eres Cristo , el Hij o <le Dios vivo >> ( Bilar. in
Matth. 15, 17 ) se lia conferido el primado de la jurisdiccion especial y
personal. De donde se infiere que el gobierno ele la Ig lesia es esencial-
mente monárquico.
1. M. de Barcos y A. Arnauld sentaron las dos proposiciones que á continuacion
se expresan, condenadas por decreto de la Inqui sicion de 24 de Enero de 16±7 (Barcos,
De la grandeza de la Iglesia ronana establecida sobre la autoridad de San P edro y
San Pablo, París, 1645. Arnauld, De la autoridad de San Pedro y San Pablo, que resi-
de en su sueesor el Pftpa , Paris , lG-15 ) : Propositionem hanc: S. P etrns et S. Paulus
sunt duo Ecclesiae príncipes, qui unicum efficiunt, vcl sunt duo Ecclesiae catholicae
coryphaei ac supremi duces summa inter se unitate conjuncti, vel sunt geminus uni-
ver salis Ecclesiae ver tex, qui in unum divinissime coaluerunt , vel: sunt duo Eeclesiae
summi pastores ac praesides, qui unieum caput constituunt, ita explieatam, ut ponat
omnimodam aer1ualitatem inter S. Petrum et S. P aul um sine subordinatione et suh-
_jectione S. P auli ad S. Petrum in potestatc suprenrn et r í'giminE' universalis Ecclesiae,
haereticam eensuit et de claravit 1Denz. 965). :Marco Ant. ele Dominis hizo tambien la
declaracion signi ent e: "Disparii atcm inte r Apos tolo ~ esse humanum inventum, in
S. Evangelio et divinis literis minimc subsistens,,, condenada como heretiea y cismá-
tica por la Facultad de la Sorbor,a el aii.o 1617. Del mismo carácter es la afirmacion de
F ebronio (L . c. Tom. II. 347 sq. ): ::\fonarehicum statum Ecclesiae non convenire,
quippe qui in Despotismum fa•)ile de clinet, indoli regiminis Ecclesiastiei repu-
gnantem."

2. Acerca del primado como dignidad exclusiva de Pedro, véase S. Optato


l\Iilev. C. P armen. VII. 3 : Bouo nnitatis B. Petrus prneferri onwibns Apostolis
meruit, et claves regni coelon.m communicandas ceteris solus accepit. L eo M.
ad Ep. Vienn. E p. 10: Hujus enim muneris sacramentum ita Domiuus ad
omnium Apostolorum officium pertinere voluit, ut in B. P etro Apostolorum
omnium smmno principaWer collocaret, et ab ipso quasi quodam capite don a sua
velit in corpus omne manare, ut exsortem se mysterii intelligeret esse divini
qui ausus fuerit a Pefri soliditate recedere. Cypr . D e U nit. Eccl. n. 4: Hoc
erant utique et ceteri Apostoli, quod fuit et Petrus, p ari consortio praediti et
honoris et potestatis. Secl exordium ab Unitate proficiscitur, ut Ecclesia una
nwnstretui·. Precisamente el principio de la unidad que reside y descansa en
Pedro sup one, como inevitable consecuencia, subordinacion á él en Ia autoridad
de los otros Apóstoles. El es e:. supremo P astor de la Iglesia, inferior única-
a
·mente J esucristo, y los d emás P astores tienen que dirigir la Iglesia en
union con él y , por consiguien1e, baj o su dependencia. Una potestad dividida
por igual entre varios , precisamente por su misma di vision es limitada; por
el contrario, la potestad conferi da a uno só lo, sobre todos y sin restriccion , es

http://www.obrascatolicas.com
§ 15. EN QUÉ CONSISTE EL PRJllADO DE SAN PEDRO. 171
_/"

una autoridad suprema que no tiene más limite que la ley positiva sobrenatu-
ral. Cf. Bossuet, l. e.: Esta primera expresion: "Todo lo que atares,,, dirigi-
da á uno sólo, ha colocado por si sola bajo su autoridad á todos aquellos á
quienes despues se dice: "Todo lo que atáreis,,; porque las promesas de J e-
sucristo, lo mismo que sus dones, no admiten retractacion; de suerte que lo
que una vez se da con carácter indefinido y universal, es irrevocable; y mién-
tras que el poder conferido a muchos lleva su restriccion en el hecho mismo
de estar dividido, la autoridad otorgada á uno sólo y sobre todos sin excep-
cion lleva consigo la plenitud; y no teniendo que dividirse con otro, tampoco
tiene más limites que los que prescribe la ley ,,. "Sólo á Pedro se entregaron
las llaves de la Iglesia y á su cuidado solamente se encomendá la Iglesia
entera, á la manera que se entrega una casa cerrada y bien custodiada; á él
únicamente se confiere el poder de permitir la entrada en esta casa en últi-
ma instancia, y de prohibir la permanencia en ella; del mismo modo que las
llaves de una casa ó de una ciudad sólo pueden encontrarse en manos de una
persona, aunque haya otros que tengan llaves de diferentes departamentos del
edificio ,,. Dollinger, l. e.

3. Reinkens (La doctrina de San Cipriano sobre la nnidad de la Iglesia, 1873, pá-
gina 45) defiende la igualdad absoluta de los Apústoles con Pedro, negando a éste
el primado, y se funda en este pasaje de San Cipriano, De unit. n. 4: Et quamvis (Do-
minus) Apostolis omnibus post resurrectionem suam parem potestatem tribuat et
dicat: Sicut misit me Pater et ego mitto vos etc., tamen, 111 unitatem man~festaret, uni-
tati.• ejusrlem originem ab uno inci7iientem sua a11cloritate dispos11it. Hoc erant utique et
ceteri Apostoli, quod fuit Petrus, pari consortio praediti et honoris et pote~tatis,
s~-i e:ro1·rli11m ab unitate! proficiscilnr, ui Bcclesia una momlretur. Pero la dificultad
queda resuelta con sólo fijarse en las palabras subrayadas del pasaje. Esa supuesta
igualdad de los Apóstoles con Pedro se balia limitada por los vocablos "quamvis"'
"tamen", "sed", aparte de que todo el pasajo alude exclusivamente á la igualdad
in ralione Apostolatus, y de ningun modo in ratione pl'imatns.

4. La autoridad del Primado, que hemos calificado de suprema y de carác-


ter monárquico, se distingue del régimen monárquico civil por tres caractéres
esenciales: a) La autoridad suprema del Primado es, efectivamente, la más
alta pero no la única potestad de la Iglesia, toda vez que los Obispos, en ca-
lidad de sucesores de los Apóstoles, se hallan tambien "puestos por el Espí-
ritu Santo para go bernar la Iglesia de Dios ,, ( Act. 20, 28) ; por lo cual dice
San Bernardo, l. e. III. 4 : Summa potestas, sed non sola. b) Esta potestad se
aplica y se rige por la constitucion fundamental que dió J esucristo á su Igle-
sia, por su ley y por su palabra; por cuya rnzon el primado de la Iglesia ej erce
verdadera potestad, pero tal como conviene á "siervos, administradores y
representantes,, de J esucristo ( I Cor. 4, 1. I Petr. 4, 10 ). e) Tampoco debe
ejercerse á la manera que la autoridad seglar, sino con humildad y amor
(Luc. 22, 25. 29), principalmente por medi o de palabras afectuosas y siendo
el Pastor dechado y modelo para sus ovejas ( I Petr. 5, 2 - •i ).

III. Jesucristo confirió esta autoridad y pleno poder inmediata y di-


rectamente á Pedro, elevándole por ese medio sobre todos los demás

http://www.obrascatolicas.com
172 PARTE SEGl'NDA. 1,m1:0 PRIMm:o.- Sl:CCJON SEG UNDA.

Apóstole:;. De donde con eYidencia se infie t·e que recibió dicha potes-
tad para la Iglesia, ma:; no de la Iglesia, cual si únicame11 te fuera su
representante y mandataria. Y es de todo pr.nto imposible qu e tal suce-
diera, puesto que, al Yerificarse la promesa y la conccsion del primado
de Pedro, se trataha precisamente de fundar la Iglesia sofre Cefas, pero
no estaha en manera alguna fundada; con ,o qne para este objeto, e:;
decir, para la edificacion y conserrncion de la Iglesia, único reino de
Jesucristo , le otorgó el Seiior este supremo poder, a él inmediatamente
y á los Apóstoles hajo su autoridad, \' no se la concedió la Iglesia ui
sus jefes, ni rnuchos ménos los fieles.
1. D esde los primeros tiernpo~ de la Reforma se apli có al Primado el principio
protesta nte a nteriorm cllte expueEto qne considera à la Igl e~ ia corno sujeto inmc1liato
dcl ministerio . .K Richcr ( De pob.\sbctc Ecclcsiastica , lGll , cond enado por Pablo V cl
aiio 1613 y por Gregorio XV eu lfi:23J habia senta clo lu s pri11cipios si g ui e1 1tes:
a) J es ucris to , a l fundar SU lglesia , Ja dió a esta 811 SU totalitlad ]as lJaY eS, irntcs,
más inmediata y más escncialmente ( prius, immedia1 ius et ess entialius ) que á I'edro
y á los Apóstolo:;.
1, ) Por es o la jurisdiccion eele:liástica co rrespondo en primer termino, 1iropia y
esencialmente ( primario , proprin ct essentialiter ) ic toda la I glesia, en t anto que ai
Papa romano y à los Obispos ún::carncnte Jcs corrcs :)ontlc, en su calida.tl d e instru-
m entos , ~i ervos y órgan os ejccntorcs ( instrum cuta liter, ministerialitcr et q no a d
executionem ), como la vision a i oj o.
e ) Jesueristo no dió à Pedro indivirluahrn.> nte las JU,ves infalibles, sino à la unidad.
1l ) L a Igl esia es una rn onarq nía en cuanto ;, su estado ( rp10ad statum ), mas no en
cuanto á su gobierno; baj o este ccncq,t o es más bicn aristocracia, que eu general es
la mejor forma de gobierno.
e) P e dro recibió dei t-l eli.or las llaYcs, no por si pr )pio , sino para la Igles ia y en
nombre de toda la I glesia ; no con:.o pastor universal;· cahcza, s ino como siervo \mi-
nister) y ej ecutor.
Vnelven á rep ro ducir estas mismas opiniones :u. } .. d e Dominis, La11110i (Lib. II.
Ep. 5 ad Hadrian. Vali. ), Dupin ( L. c. Diss. YI. pàr. 1 1, van E spen (De Ccn sur. C. II.
pár. 1: ipsa clavium potestas p rincipaliter rnrnan et ct 1ema11sura est penes Ec clesi am,
cui a Christo in pers ona P etri et Apostolorum data E st, cujus no mine ea m exernent
ministri). Qucsncll Prop. 80 ("Jlull. Ulligenitus,,): EcclHsia habet au etoritatem excom-
municandi , ut eam exer ccat per primos pastores, ;/e co.,sen-rn saltem praes11mpta fot-iln
co1·poris (Denz, Hl05). Febronio (1. '"Tom. I. Cap. 1 p:\r. 6): l'otestas claYinm i.rn iversi-
t.,•li E cclcsiae a Chl'islo d ai" es/. Ilia m haec per mi11i;.tros snos ex ercet, inter quos
liom. Pontifex primarius quid crn (•st, nihilo tamen rninus UniYer sitati suhordinatus.
'.fambien las d efo ndió e! sín odo d e Pístoya " Auctor. :?id." Prop. 2. Propositio, quae
statuit , potestatom a Doo datam Ecclesiae ut comrnunicarntur pastor·ibus, qui s unt
ejus rninistri pro salutc animarnm; sic intellecta, ui o comnwnilatr. fi·le/ima in J1asto-
1·es derfret11r E cclesfrp.{ici minislei·ii ac l'cgiminis poll's/ .is, lwe i·e/ica . Prop. 3. Insnper
quae statuit, R omam('))i Pontijicem esse caput minisle1·iale; sic explicita, Romanns
Pontifex non a Christo in p e r~ on:i B. Petri , sed ab Ecclesia })Otcs tatem ministerii
ac cipiat, qua velut Petri successor, verus Christi Vicarius ac totius Ecclosiae caput
pollet in universa Ecclesia, hacretica (Denz. 1366). De Friedrich son estas palabrus
(La es encia dei autiguo Catolicismo, Carlsruhe , 18i'i3, p. D): "Hemos r eflexi onado y
descubierto que la potestad do cent e de la I glesia no reside eu un solo hornbre, aun-
que lleve el nombre de P apa , ni en los Obispos , :í.un cuando ;;e hallcn r eunidos cu un
Concilio universal, como tales Obispos, sino que rcsi:le ... en la comunidad de los
fieles .•

http://www.obrascatolicas.com
§ 15. EN QUÉ CONSISTE EL PRIMADO DE SAN PEDRO.
173
2. Las palabras del sagrado texto no permiten que se dé otra interpreta-
cion distinta de la que nosotros sostenemos. En los tres principales pãsajes
relativos al asunto, habla el Senor á Pedro únicamente ( Matth. 16, 18; Luc.
22, 32; Joan. 21, 17); só lo á él exclusivamente le llama bienaventurado á
consecuencia de la confesion que hizo de su divinidad, que le fué revelada
por el Padre; (i ninguno más que á Pedro pregnnta el Seiior si le ama más
qne los otros Apóstolos, y á continuacion de su respuesta le confiere el cargo
de Pastor supremo, á él que de una manera tan senalada descuella por su
acendrado amor sobre todos los clemás Apóstolos; por último, leda el encar-
go ele confirmar á sus hermanos en la fe, colocánclole tambien en esto por en-
cima ele los otros Apóstoles. Es, pnes, evidente que así como Pedro no hizo
en nombre de los demás su confesion de fe ui :-;u declaracion de amor á Jesu-
cri:-;to; así como no negó al Senor en nombre ó en representacion ele los otros,
as{ tampoco recibió la potestacl suprema en nombre y representacion de sus
compaiieros ele apostolado. 'l'ertull. Scorpiac. e. 10: Memento, claves Domi-
num Petro, ct per Petrwn Ecclesiae reliquisse. Fulgent. De Fiel. ad Petr. e. 10:
Poenitentia peccatori tunc prodest, si eam in Eceles'.a catholica gerat, cni
Deus in persona B. Petri ligandi solvenclique tribnit potestatem. EI uso ele Ia
expresion "raput ministcriale,, sólo puede aclmitirse para designar esta con-
dicion ele siervo y ele representante con relacion á J csucristo.
3. Indm1ablemente qne, en cierto senti elo, puecle muy bien clecirse que
Pedro ha recibido las llaves en calic1acl de representante ele la Iglesia, toda
vez que se le han entregado para la Iglesia, para su eclificacion (II Cor. 13,
10). Augnstin. Enarr. in Ps. 108. 'l'ract. CXXIY. 5 in .Toan. Cf. Serm. CCXL.
3: Hinc ergo Petri e:xcellentia praedicatur, quia ipsius universitatis et u11ita-
tis Ecclesiae figuram gessit. I'etav. De Hierarch. Eccles. III. 16; precisa-
mente representa á la Iglcsia porque es sn cabeza, á la rnanera qne un rey es
el representante de su reino y im padre lo es de sn casa. San Agustin llama
la atencion sobre este pensamiento ( in Ps. 108) : Ecclesiae fiei;nram portans
Apostolatns prineipatum tenem;; 'l'ract. cit. in .T oan. CXXIY. 5. Propter .Apos-
tolafas sui primatum. Senn. CXLIX. 7: Petrns personam gestat Ecclesiae,
maxime illo in loco, ubi clictum est: 'l'ibi chbo clarns reg1ii coelorum ...
Numquid istas claves Petrus accepit, et Panlus 11011 accepit? Petrus accepit,
et J oannes et J acobus non accepit et ceteri A posto li? Aut non sunt istae in
Ecclesia clarns, ubi peccata qnotidie remittuntnr? Sed quoniam in significa-
tione personam Petrus gestabat Ecclesiae, quod üli uni datwn est, Ecclcsiae
datwn est. Contra el error de los mont::tni;,;tas y novacianos, que negaban á la
Iglesia la potestacl ele perdonar ciertos pecados graves, eiiseüan los Santos
Padres que Ias llaves no se entregaron tan sólo á la pcrson:i do Pec1ro, de
suerte que con su muerte acabasen loH poderes de que se hallaha investido,
sino que los recibió para bien ele la Iglesia y representan, por consecneucia,
una autoriclad permanente que se trasmite á sns :-mcesores. 'l'ertull. De pndi-
eit. e. 21: Quia clixit Petro Dominm;: Super hanc petram . . . qualis es ernr-
tens atque immutans manifestam Domini intentionem, perso11alitcr hoc Petro
conferentem? La misma opinion sustenta San Ambrosio (En. in Ps. XXXYIII.

http://www.obrascatolicas.com
174 PARTE SEGUNDA. LIBRO PRIMERO. SECCION SEGUNDA.

37): Tibi, inquit, dabo claves regni coelorum. Roe N ovationus non audivit,
sed Ecclesia audivit; ideo ille in lapsu, nos in remissione; ille in impoeniten-
tia; nos in gratia. Por donde se ve que Pedro, en su calidad de portador de
las llaves , es una realidad histórica á la vez qu·3 tipo de la potestad eclesiás-
tica; por lo cual San Agustin le representa como símbolo de la Igl esia mili-
tante y de la vida activa, miéntras que, en sentir de San Juan, es el tipo de la
Iglesia triunfante y de la vid:t contemplativa ( '.C'racrnt. ult. in Joan. ).
IV. Por cuanto este Primado fué conferido inmediatamente por
Jesucristo á San Pedro, no debe considerarse como una institucion
apostólica ó eclesiastica, sino corno nn carg·o instituído por el Seiíor,
inmediatamente y por derecho divino, en la Iglesia.
1. El mismo :Melanchthon y á nn Lutero admitian n1 P rimado por derccho humano,
como lo hacen algunos angli canos, e ntre los r1ne mernce particular mencion Blondell
(De primat. in Ecclcs. p. 2·1). Muchos protestantes modernos le consideran como eon-
secuencia de un desenvo!Yimiento hist órico c•n la Igl1 ~sia, y por tanto declaran su insti-
tucion justificada por h echos histórieos. Véa:;o sobre esto Opp. S. Irenaei ecl. Stieren,
p. 170 sq.
2. Todos los dones y facultade::i que la Iglesia ha recibido de J esucri sto ,
su potestad, su::i prerrogativa~;, su autoridad su:Jrema, su unidad y su infali-
bilidad, en virtud de los cuales es precisamente la I glcsia católi ca , los ha
recibido en y por su cabcza; mas no es su cabeza la que ha recibiclo de ella
su autoridad. Leo M. in anniv3rs. ass. Serm. IIJ .: Chri::itus nunquam nisi per
ipsum (Petrum) dedit, quitlquid aliis negavit. Bonifac. I. Ep. 8: Ista privi-
legia hui e E cclesiae (Romana e) a Christo dona ta, a Sy11odis non donata, sed
jam solummodo venerata et celebrata sunt.

§ 16. EL PRIMADO D8 PEDRO SEGl"N l.OS SANTOS PADRES.

I. Hé acp'í los hechos y testirnonios de que sacamos las pruebas de


los Santos Padres en favor c.el primado conforido por Jesucristo á San
Pedro:
a) Los nombres con que lesignan á San Pedro; b) las explicaciones
que dan á los pasajes de San .Mateo 16, 18 y San Juan 21, 17 sq.;
e) su doctrina acerca del objeto del primado en la lglesia, sobre cuyo
asunto hay completa uniforrnidad de opiniones; d) sus declaraciones
relativas á la trasmision no interrumpida de la autoridad de Pedro á
sus sucesores, en lo cual ex;ste la mi:mrn uniforrnidad de pareceres.
1. Como conscc uencia del primado conferido por e l Seiior à San Pedro, designan á
éste los Santos Padres con los nombrcs de: primus Apostolorum (Augustin. 'l'ract. LVI.1
in Joan. 'l'heodoret. in Genes. interrog.110 ), ca put Apo.1tolorum ( Optat. ~Iil. II. 3. YII. 3.
Gregor. Nyss. Laudat. alter. S. StE,ph. l. e.); ó l'.opur<Xfoç -.wv à..:01J"'1:ó),wv, ó xopu<ptÓ't<X-;oç
'twv à7:o•nÓÀwv (Theodor. in Gal. 1, 18. Cyrill. Hieros. Catech. II. 19. Epiphan. Haer. LIX.
7. Euseb. in Ps. LXVIII. 8); ó ..:ci•,,:wv <Xu-;w•1 ..:pox$l'.,P~[J-ivoç, 'tW'' ) .•OtT.WV ã: ..:X,-:wv T.F<J7j-
1opwy (Euseb. Demonstr. evang. III. 5. H. E. II. 14); princeps Apostolornm, Apostolatu.,

http://www.obrascatolicas.com
···'

§ 16. EL PRIMADO DE PEDRO SEGUN LOS SANTOS PADRES. 175


(Hilar. in Matth. VII. , 6. Ephraem. Serm. LVI. adv. Haer. ); janitor coe/i (Hilar. in
Ps. CXXXI. 4; in Matth. XVI. 7); ó xop1J9atói:ai:oç xa( Tipoai:cii:11ç i:wv !l:r:oa-;ó).wv, -;T,ç
~:xatÀEtaç i:wv oupavwv úuôouzoç (Cyrill. Hieros. Catech. II. 19 ; XVII. 27; XI. 3; VI. 25);
fun'1.amentum Ecclesiae (Hi!ar. /. e. Joan. Chrysostom. Horn. de debit. n. 3); paslol'
B cclesirie (Augustin. C. Faust. XXII. 70. Ambros. in Ps. XLIII. 40); ó i:T,ç o\xo'Jii-h.,.,ç
iÀts!Jç (Joan. Chrysostom. 1. e.);'º a-::óii-:x -::wv rmoa-;ó).wv cidv-::wv, Ti XE'fCl'.).lj -::T,ç 9p:x-:ptCl'.Ç
txs:v·~ç, ó -::'iíç olxo'Jii-h.,.1ç ó:r.ciar1ç r.poa'tcii:11ç, ÔtÔciaxú.oç, ii.pzwv i:T,ç olxouii-tv1"1Ç', ó 0EfJ.O.toç
-::r1ç 'E1.xhpt2ç (Joan. Chrysostom. Hom. in illud: Hoc scitot. n. 4. Quod frequenter
conveniend. n. 5; Horn. in S. Ignat. Martyr. 1; in Act. Hom. III. 3); ó:px_r1yóç i:wv 'ATioa-
-::6).w•, (Epiphan. Haer. LI. 17); xop'J<fr1 -::wv 'Ar.oa-:6).wv, r.Fwi:r,ç sv -:f1 'E1.xh1a[qi, -11 r.hpa
Ti ó:p{:afr,ç (Joan. Chrysostom. H om. De poenitent. III. 4. Gregor. Naz. l. e.) ; r1 y).w-:-;a
~wv p.Cl61rtWv, _~tõv Y~Y1 púxwv 1' ~wv·f1 , ~wv 'Ai:oj'-:óÀtdV 1) O'f!ç, ~wv o~p~,,fov O 9ó)\~~, ó "'CWv
xÀstÕoúzwv ó r.pw-;o-::óxoç (Ephrem. in ss. Apost. T. III. p. 4C>i); r.e-:p:x i:'ijç r.ta'tswç x:xl
llsii-Hmç Y.:xl :Jr.o~ciOpa 't'ijÇ 1.nó: Osr)v sxxÀr,at:xç (Aster. in App. Pet. et Paul. Combef. I .
p. 142); Ti ~wv 'AT:.ov-:0).wv Clz.pü-:·r1ç, Tj :J.Z"í::Í),Ti ~r.ç Sz.z.),r,~t~ç- xpTpdç (.i\iaxim. Conf. in
Script. Qu. 2í).

2. Diez y siete Santos P adres, entre los que figuran todos los más nota-
bles de los cuatro primeros siglos, refieren las pala.bras del pasaj e de San
l\foteo 16, 18, á la autoridad conferida. por J esucristo á San Pedro sobre
todos los demás; Origen. H om. 'V. in Exod. n. 2. In Matth. Tom. XIII. n. 31.
Comment. in Rom. V. 10. Tertullian. De praescript. e. 22. De monogam. c. 8.
Basilius l. e. Epiphan. Ancorat. n. 9. Gregor. Naz. l. e. Cyrill. Alex. l. e. .,
Cypr. De unit. EcC'l. n. 3. Ep. 70, 3. 73, G. Firmilian. Inter. Epp. Cyprian.
Ep. 7:"J, 16. Ambros. De virg. c. 16 in Luc. VI. 97. Hieronym. in Matth. 16,
18. ad Damas. Ep. 15. ad 1\'farcell. Ep. 40. Augustin. Retract. I. 21. Maxim.
Taurin. Horn. I. in Nativ. P etr. et Paul. Gregor . Nyss. l. e. Aster. Amas. l. e.
La misma interpretacion dan á San Juan 21, 17. Origen. Comm. in Ep. ad
Rom. V. 10. Chrysostom. Horn. LXXXVIII in Joan.; toda la Iglesia orien-
tal en su escrito al Papa Simaco ( Mansi VIII. 221 ). Cyprian. De U nit. Eccl.
e. 3. Ambros. Enarr. in Ps. XLIII. 40. Expos. in Ps. 118. Serm. XIII. 3. in
Luc. I. 10. Gregor. M. V. Ind. 13. Ep. 20.
Veinticuatro Santos Padres · consideran la roca como símbolo de la fe
anunciada por San Pedro; entre otros San Hibrio, San Gregorio de Nissa,
San Ambrosio, San Crisóstomo, San Agustin, San Cirilo de Alejandria, San
Leon el Grande , San Crisólogo y Euquerio. Véase Ballerini, l. e. e. 12 sq.
3. Decla.ran además que el objeto y la mision del Primado es fundar y
mantener la unida.d en la Iglesia; Iren. III. 3. Gregor. N az. In carm. vit.
snae n. 37. Cyprian. Ep. G5, 13. De unit. Eccl. n. 3. Firmilian. Z. e. Optat.
Mil. II. 2. Pacian. ad Sempron. cp. 3. Ambros. in Ps. XL. 3. Hieronym. adv.
Jovin. I. 26: ad Damas. ep. 15.
4. Declaran expresamente que San Pedro continúa ocupando su silla
apostólica, desde la cual ensei1a á la Iglesia. Cone. Ephes. Act. III. Con. VI.
Act. XVIII. Petrus. Chrysolog. Ep. ad Eutych. inter Epp. Leon. Ep. 25.
Cf. Ballerini /. e. ºª1'· 12 sq. Theoph. Reynaud , Corona anrea super caput R. P. Opp.
'l'om. X. p. 9 sq. Gerdil , Opp. Tom. XII. XIII. XV. Benettis /.e. Tom. I. p. 43 sq. II.
176 sq. III. 20 sq.

http://www.obrascatolicas.com
176 PARTE SEGUNDA. LlBRO PRIMERO. SECCJON SEGUNDA .

ARTÍCULO SEGUNDO.

El primado del Papa romano como sucesor de Pedro.

La doctrina católica sobn este particular se halla expuesta en el Cone.


Vatican. Constit. dogm. De l<;ccl. Chr. C. II:
Quod autem in B. Apostolo P etro princeps pastc•rum et pastor magnus ovium Do-
rninus Christus Jesus in perpetuam salutem ac pen nne bonum Ecclesiae instituit, id
eodem auctore in E cclesia, que.e fundata super potram ad finem saeculorum u sque
firma stabit, jugiter durare n ec•3sse est. Xulli sane <lnbium, imo sacculis om nibus no-
tum est, quod sanctus beatissin:usque P etrus, Apos1olornm princeps et caput fid eique
columna et Ecclesiae catholica'' fondam entum , a D omino n ostro J esu Christo, Salva-
tor e hum ani generis ao R edem ptore, claves r egni rcccepit; qui ad hoc u;;que t empus
et sem per in suis successoribus, episcopis sanctae lfomanae Seclis , ab ip:rn fund atae,
(\jusque consecratae sanguine, vivit et praesi det ü juclicium exercet (Cone. Ephes.
Act. III.). Uncle quicunque in lrnc catheclra Petro sncceclit, is secun dum Christi ips ius
institutionem primatum P etri in nniversam Ecclesi:lm obtinet. "'.\.fanct ergo clispositio
vcritati s , et B. Petrus, iu a.ccepta fo rtitucline P etra•3 p ersev erans, susccpta Ecclesiac
gubernacula non reliquit (L eo i1L Serm. III. 3). }Iac d e musa. acl Romanam Ecclesiam
propter potentiorem principalit:ttem n ccesse sem per fuit omnem convenire Eccles iam,
hoc est, eos qui sunt unclique fii eles, ut in ea Sede, a qua veneranda.e communionis
j ura in omnes dimanant, tamquam m embra in capite consociata, in unam corpori s
eompagem coalescerent (S. Iren. adv. H a er. III. 3. Cone. Aqui!. inter ep. S. Ambros.
ep. XI. ).
Si quis ergo clixerit , non esse e x ipsius Christi Domini inst.itutione seu jure divino,
ut B. P etrus in primatu super univers am E cclesiam hab cat perpetuos ;;uccessoros;
aut Rom. Pontificem non esse B. P et.ri in eodcm pr.. matu su ccessorem ; auathema sit.

§ 17. PERPETUIDAD DEL PRDIAD•) EN LA lG LE SIA.

I. El objeto del primado conferido á Sa:1 Pedro no es otro que fun-


dar y rnantener la unidad de la Iglesia. Y puesto que la unidacl es un
signo esencial y permanente ele la ·verdulera )g·lesia de J esucristo,
infiérese que tambien el Primado clehe ser una institucion esencial y
permanente de la rnisma Ig-lesia, á manera de principio estahlecido por
el Seiior para fundar y mantener esa unidad; por lo cual Pedro tendrá
constantemente un sucesor, al que se tra~mite la potestacl que le fné
otorg·ada por derecho diYino.
1. ~.\.tenor ele una interpretacion el e los cita dos pasajes, muy corriente entre los
protestantes mas moderad os , se r econocen en San :Pedro ciertas prerrogativas y po-
<lcres, pero únicamente con el carácter de persona!E s; ele suerte qu e caclncaron con la
muerte del Santo Apóstol. Entre los antiguos mer ece particular mencion Salmasio
(De primat. appar. p. 2 ) , y entre l os mod ernos alem 1nes Thiersc-h, Olshausen, Sche-
lling y otros.

2. Con su acostnmbracla profundidad demuestra San Ju an Crisóstomo la

http://www.obrascatolicas.com
. ,. ;-,·

§ 17. PERPETUIDAD DEL PRIMADO EN LA IGLESIA. 177


estrecha relacion que existe entre la esencia de la Iglesia y su unidad: Horn.
I. in Ep. I. ad Cor. 1: "El mismo nombre lglesia significa unidad y confor-
ml'd a d ,, ( 'rO' yct.p - 'I'
' ";""fjÇ ' ~XX):t,'nct.Ç
' OVOfLct.
" ' zwp~!T(J-OU,
OU - ct.AA
'• •' EVW!TZWÇ
, , ' E!T";"~ Xct.~
1
,

crup.1'tuv(ct.ç Õvop.ct. ). Imágen eterna de esta unidad es Dios uno, la unidad de


las tres divinas Personas entre si; lo que ha dividido el pecado debe unirlo
de nuevo la gracia en el reino único y uno de J esucristo, que constituye una
familia, diferentes miembros de un cuerpo mistico, Joan. 5 , 19; 11, 52; 17,
11. I Cor. 12, 12 - 20; 10, 17. Eph. 4, 4 - 24. Las mismas palabras con que
el Seiior oró por la unidad de la Iglesia, nos presentan esta cualidad como
signo distintivo de la verdadera Iglesia y de la R evelac:ion ( Joan. 17 , 11 ):
Pater sancte, serva eos in nomine tuo, quos dedisti mihi, ut sint unum, sic:ut et
nos ... ut credat mundus, quia tu me rnisisti ( 17, 22 ). Por lo c:ual es evidente
que esta oracion del Salvador no sólo tuvo aplicacion y efecto sobre los
Apó stoles, cuya vida habia Üe tener fin, sino sobre toda la Iglesia, que h1bía
de subsistir h asta la consumacion de los siglos, y ele aiiadir sin c:esar nuevos
miembros al cuerpo mistic:o de J esucristo en la unidad de la fe. Con dichas
palabras expresa el Sei1or la constitucion fundamental y esencial de su Igle-
sia haciéndola s eficaces por su oracion, que nun ca deja de ser escuchada por
el Padre. Y no puede ser otro su sentido, ya que, con las elevadas prerroga-
tivas de que estaban arlornados los Apóstoles, con la inspiracion personal y
la santidad de que se h allaban dotados no había peligro alguno de cisma ó des-
avenencia, el cual existía <1osde el momento en que, terminado el período
apostólico, empezase á, funcionar la potestad ordiuaria en el gobierno de la
I glesia.
3. La obra de San Cipriano, De unitate Ecclesiae, tr::tta de la unidad de
la I glesia y del Primado, que es su causa instrum~ntal y visible; y aun supri-
midas las interpolaciones que se snponen introducidas en ella, el fondo de la
obra no sufre alteracion esencial ni sus argumentos ;;e debilitarían por eso.
Cypr. De unit. e. 4. 5. Resulta, pues, que para este 8anto Padre el Episcopa-
do es uno " cujus a singulis in solidum pars tenetur,, (l. !?. e. !) ) , y la Iglesia
una "quae in multitudinem latins incremento foecunditatis extenditur ,,. Cada.
Obispo, pues, ej erce su jurisdiccion episcopal sobre nna porcion determinada
de toda la Iglesia, mas no independientemente de ésta ni separada de ella,
sino en comunion con todos los otros Obispos, p or consccnencia y en primer
término con aquel á quien fué conferida la plena potestad en la Iglesia, al
que por la misma razon todos de.ben estar subordinados. Cf. Ep. 70, 3:
Una Ecclesia a Christo Domino super Petrum origine wútatis et ratione fún-
data, es decir, segun el origen y la constitucion, ratio = Constitucion. A sí
Ep. 27 (H art. 33) y Cicer. De orat. I. 4G: r egendae reipnblicae ratio. De orat.
III. 3: ratione naturae. En la catedra de San Pedro tiene su fundamento
la unidad del sacerdocio, como se hace notar en Ep. 55, 14 (Hart. 55) ad
Cornel.: E cclesia principalis, unde unitas sacerdotalis exorta est. Y en Ep.
73, 11: Ad Ecclesiam, qnae una est , et super unnm, qui et claves ejus
accepit, Domini voce fundata cst. Ep. 40, 5 ( Hart. 43) : Deus unus est et
Christus unus et cathedra una super Petrum Domini voce fundata. Ep. 73, 7:
TOMO I~ 12

http://www.obrascatolicas.com
178 PARTE SEGUNDA. LIBRO PRIMERO. SECCION SEGUNDA.

Petro primum Dominus, super quem aedificavit Ecclesiam, et nnde unitatis


originem instituit et ostendit, potestatem istam ded~t. Sobre Pedro "aedificavi: 1
Dorninus Ecclesiam suam,, ( Ep. 71, 3), sol,re él "fundamenta Ecclesiae
collocata sunt ,, ( Ep. 7õ, 17 ).
Ya Prudencio }faran (Praefat. in Opp. St. Cyprian.) refutó con ~ólidos argumentos
la hipótesis de Dodwell (Diss•irtationes Cypriani<). Diss. VIL Oxon. 1684. p. 155),
yuelta á resueitar por Reinkem; (La doctrina de Setn Cipriano sobre la unidad de ht
Iglesia, 1873), á tenor de la cua. este Santo Padre sólo habla de la unidad de su Iglc-
sia particular, aparte de qne :>emejante intcrpret;icion contradice abiortamente las
palabras rlel Santo (De U nit. e. 5). La Iglesia "per orbom totum rarlios suos porrigit"'
"in uniyersam torram,,, "per totum mundum,,, "ubi<[Ue conjnncta catholicae Ecclesiae
uni tas,,, "coepiscoporum corpu:; et Ecclesiae nnitas. Ep. 32 \ Hart. 55). El que se sepa-
ra de la comunion de los Obispos tambien ;e sep:tra rlc la uniclarl ele la Iglesia "a
coepiscoporuin suonw1 et ab Ecc'esiae unitate descisccrct. (1. e.) "a catlwlicne Rcclesiae
l'el'ilalc atque a corporis nostri el sacer lotii censemi011e disce.sserít., Ep. 88 (Hart. 67).
:E;n otra lugar declara explícita.mente que esta unillad abraza todas las Tglcsias parti-
culares (J<;p. 69, 7. Hart. G6): B'c!esúie múversae p:ir totum nrnnclum nobis unitatis
vinculo copulatae. La Igle.,ia dcl papa Cornelio y la suya 110 es más que una y la
misma Iglesia (Ep. 57, 1. Hart. 60): cum no bis et Ecclesia una sit et meus juncta et
individua concorclia. En esta e omunion con la Seile romana consisto la esencia ele la
catolicidad (Ep. 4'1, 3 Hart. JS): ut te nniversi colleg ae nostri Gt conununicationem tuam,
irl est catlwlicae Erclesiae 11nitate111 pariter et carit8tem probarent.

Pacian. Ep. 3: J esi.1crist11 se dirigi ó á uno só lo: "ad unum ideo, ut unita-
tem formaret ex uno,, Optat. ::\IileY. e. Parme1. YII. 4: Bono unitatis beatum
Petrum ... praeferri Apostolis omnibus menit. Hicronym. adv. J ovin. I. 14:
Propterea inter duodecim unus eligitur, ut capite constituto schismatis tolle-
retur occasio. De la silla de Pedro parten todas las Iglesias, como los ríos
" de natali suo fonte ,, , ( Ir.noc. Ep. 2U ad Ccnc. Carthag.): aquí tiene orígen
y fundamento la dignidad y el prestigio dcl nombre episcopal "per quem et
Apostolatus et Episcopatus in Ecclesia cccpit exordiurn ,,. Icl. acl Victric.
Rothomag. e. 2.
4. No existe el más leve indicio por el que pudiera creerse que las Igle-
sias particulares debian juntarse gradual y paulatinamente 'para formar la
gran Iglesia universal; ántes bien, partiendo de un centro Yisible cstablecido
por Jesucristo como principio y base de la Fnidad, y en comunion constante
con este centro, había de propagarse la Iglesia hasta abrazar en una sola
comunion á todos los puel>los y en todos l•JS tiempos. ~e suerte que el pri-
mado es la piedra fundamental oobre la que se levanta la Iglesia visible del
Nuevo Testamento; él la sostiene, la consen'a y mantiene su unidad, pero no
es simplemente la piedra angular que ha d13 aparecer y formarse en el tras-
eurso de los siglos. "Por eso ha derranrnd•J J esucristo sn sangre, para res-
catar aquellas ovejas cuy:1 guarda encomendá á Pedro y en él á sus suceso-
res.,, Joan. Chrysostom. :Oe Sacerdot. II. 1. Antes que 8e lrnbiese consumado
el sacriricio :sangriento y 1ue esttwiese fundada la Iglesia ya se había esco-
gido esta piedra fundamental para la Igle:iia única, ya estaba designado el
supremo pastor que habfa ele reunir á los fieles pam formar un sólo reba:íio
de Cristo. Institutio nniYersalis nascentis Ecclesiae de B. Petri sumpsit honoce

http://www.obrascatolicas.com
,>~:~ :~;,>~!~<'.~,:;: ''···~·· ~'-~~' ~"~/;}~~~{~· n:~11i!F1~'·~-:(•>; ~~~7,."f'~j~
~'

§ 17. PERPETUIDAD DTuL PRIMADO EN LA IGLESIA. 179


})rÍnc1prnm, in quo regimen ejus et smnma consistit. Bonifac. I. Ep. XIV.
ad Episc. Thess. De donde se infiere que así como no es la lglesia ó la comu-
nidad de fieles la que ha creado el ministerio, sino que, por el contrario, el
ministerio es el que formó la Iglesia, así tampoco es la Iglesia, establecida
de esta manera, la que instituyó el Primado como expresion visible y pro-
ducto de esta unidad, siendo, por el contrario, és te el principio enérgico que
rnunió á la muchedumbre para formar la unidad. Por eso dice San Leon el
Grande, Ep. 10 ad Episc. Vienn.: Exsortem se mysterii ess e divini sicut, qui
ausus fuerit a Petri soliditate recedere. Hieronym. a<l v. J ovin. I. 26: Quicun-
que exti:a hanc domum agnum comederit, profanus est. C.n)rian. Ep. 40, 5
(Hart. 43 ): Quisquis alibi collegerit, spargit; adulterurn c;-;t, impium est,
sacrilegum est, qnodcunque humano furore instituitur, ut dispositio diviil.a
violetur. Hieronym. adv. Lucifer. n. 0: E cclesiae en im salus in summi Saê'et-
dotis dignitate pcndet, cui si 11011 exsors quaedam et ab omnibus eminens
detur potestas, tot in E cclesia effici entur schismata, quot sacerdotes.

II. Si el objeto por el cual instituyó Jesucristo el Primado es fun-


dar y consenar la unidad de la Ig-lesia, resulta que la :sucesion en el
Primado es de derccho divino. Efectivamente: el fundamento debe
durar tanto como dure la lglesia; la potestad de las llaves debe subsistir
todo el tiempo que sea necesaria á la Ig-lesia; es preciso qu e haya un
pastor ilupremo rniéntras exista el reba.fio que necesite ele su conduccion.
1. Entre los protestantes m od ernos hay muchos que r oconocon hi importancia y
significacion histúrica dol Primado, no viendo ya en él un sim plc producto de la
usurpacion y del engo.fio, sino que, poi: el contrario, admiten cicrt o derecho histórico
en el Papado. Véa~c Planck, Historia de la constitucion de la soeiedad cristiana, Han-
nover, 1803. Engelhard t , H istoria d e la Iglesia, Erlangen, 1883, I parte , p . 312.
Marheinecke, Hi otoria c cl esiàstica : p. 308. En s entir de estos escritores, las causas
que insensiblemente han traido à lo s Obispos d e Roma á la posicion que hoy ocupan
son: la purei::a de la fe, que se h a consery a do siempr e en la Silla romana; la l)roteccion
que eu todo tiempo cnc ontraron en ell a lo s fieles que han snfrido persecucion por sus
creencias ortodoxas; las virtudes y la sabiduri.a que h an adornado{, lo s Papas, ha-
biendo contribuido asimismo á tal resultado la traslacion de la capit al d ol imperio á
Bizancio. Rothe (L os primoros tiempos de la Iglesia cristiana, I. p. 311 y sig. ) da por
supuesto que el Epi~copado es una institucion apo st ólica , creada por l os Apóstoles
inmediatam ente dcspucs de la d estruccion d el templo y d e la ciudad de ,Jerusalen, y
que de ella nació despu es como consecuencia n ecesaria e! Primado.

2. La objecion anteriormente expuesta contra el Primado (pág. lGO ),


oonfirma precisamente la doctrina católica relativa á su pennanencia. Si al-
gunos Sa:Q.tos Padres han declarado que las llaves se dieron á la Iglesia, que
PiJ}ro es el representante de la I glesia, etc., es únicamente para mej or ex-
presar la permanencia del Prünado y de todos los poderes que le acompaflan
y para mejor evidm1ciar que la sucesion en él es de derecho divino. Cf. Petav.
De Eccles. Hierarch. III. lG. Al prometer Jesucristo que estaría con Pedro
y los Apóstoles hasta la consumacion de los siglas, dió tambien á entender
que nunca faltaría en la Iglesia el pastor supremo, al que permanecerian

http://www.obrascatolicas.com
180 PARTE SEGUNDA. LIBRO PRBIERO. Sl:CCIOX SEGUNDA.

unidos los demás pastores, el portador de las llavcs, el maestro universal


que confirma en Ia fe , y íIUe nunca se agotaria la fuente de la unidad, "radix
et matrix unitatis ,,. Cyprian. Ep. 4li, 3 ( Ha,rt. 48 ). Tales el pensamiento que
clesenvuelve San Pedro Crisólogo en el siguiente pasaje ( ad Eutych. presb.
inter Epp. Leon. ]lf. Ep. 25): P et rus som per in propria sede et vivit et prae-
sidet, ut praestet qnacrentihrrs fülei veritatem. Philipp. Leg. in Cone. Ephes.
Act. III. ap. llfansi IV. E~%: Nulli dnbium , imo saeculis omuibus notum
est, quod sanctus beatissimusque Petrus, A postolornm princcps et caput
fid eique columna et Eccl esiae catholicae fonclamentum a D. N. J. Chr. claves
r egni coelcstis accepit, solvondique et liganrli peccata potestas ipsi data est,
qui ad hoc usque t empus et semper in suis rnccessorihus vivit et praesidct
et judicium exercet. Leo M. Serm. III. 3: Petns in accepta fortitudinc petrae
perseverans , suscepta Ecdesiae guhernacul1 non reliquit.. Id. Serm. V. 4:
P etrus sedi suae praeessc nnnqnam desin et. ld. Senn. IV. 2: Ut omnes proprie
regat Petrus, quo s proprie regit et Christ.ns. De donde cou entera evidencia
se infiere c1ue lo que se prometió, se dió y se encomendó á Pedro, se prometió,
se clió y se encomendo ele la 'nirnrn man em á su s sucesor es en el Primado,y que
Ia autoridad suprema qne le fn é otorgada se trasmite por derecho di vino, por
la voluntad y disposicion expresa de J esucrisi o, á sus snc esores: ele tal suerte
que Pedro, áun despnes de muerto , contim'tL viviendo en s us sucesores. El
Pontífice Homano os , pues , I'etrus, Vi cririus Petri, como claramente se dió á
entender en aquella famo sa 3xclamacion ele los Santos Padres: Petrus per Leo-
nem locutus est. (Cone. Clrn.lccd. Act. 2 ) : Petrus per Agathonem locntus est.
(Cone. Constantinop. III. Act. 18 ). Cf. Leo l\I. S erm. IV. 2 de assumpt.
Coustant. Epist. Il. Pontifc. praef. n. 18. Bossuet, l\feditaciones sobre los
Evangolio:-J, moditacion 80.

~ 18. EL OlllSPO DE HO:>IA ES EL St:C ESOR DE PEDRO.

I. La ida de San l)ed ro ú ]foma, ;;u r1~sidencia y rn actividad como


Obispo en ella, así como su martirio, son hechos con tal evidencia pro-
bados y tan íntimamente ligados con toda la historia de los primitivos
tieinpos ele la Iglesia, cpe el negarlos '~quivalclría ú negar todos los
hechos eclesiásticos de ac_uella época.

Cuanclo San P aulo escribió su carta á los romanos, hácia el afio 58, ya
estaba " echado ai li cl fundament o,, ( Rom. 15, 20 - 24 ) , y la celebridad ele
su cloctrina habiase extendido por todo el 1r.undo ( 1, 8 ). Comprémlese que
no podía suceder esto sin una Iglesia cri:itiana cstablecida sobre sólida:;
bases y perfoctamente or~rnnizada. Probabh:rnente fu é s u fundador Pedro,
toda vez que , segun lo C)nvenido en Jerusalen, San Pablo se abstenía de
predicar cn los lugares evangelizados por lcs demás Apóstoles ( Galat. 2, D).
Las Actas d e los Apóstoles guarclan absoluto silencio acerca de la persona
de San Pedro eu la época que siguió al bautismo de Cornelio, en la cual, por

http://www.obrascatolicas.com
§ 18. EL OBISPO DE ROMA ES EL SUCESOR DE PEDRO. 181
consiguiente, hay un período de tres anos en que puda tener lugar el viaje á
Roma y el regreso del mismo, que es, efectivarnente, aquel en que la tradicion
supone que San P edro ejerció su ministerio apostólico en Roma. Como
quiera que sea, es más probable que este viaje á Roma ocurriese despues de
su prision en Jerusalen que ántes , segun lo han demostrado, entre otros,
Aberle y Hagernann. ( Act. 12, 17: xcú 8ÇeÀ9wv hopd9·'l dç h·spov -rór::ov.) Su
llegada á Roma coincide con el principio del r einado de Claudio, ó sea con el
ano 41 al 42 ( Oras. Histor. VII. 6 ), fecha bastante segura toda vez que poco
despues , el 49 , ocurre la expulsion de los j udíos de Roma. Su primera carta,
fechada en Babilonia, es tambien prueba de su residencia en Roma ( I Petr.
5, 19 ) : Salutat vos Ecclesia, quae est in Babylone collecta; ya que el uso
hahia ya entónces consagrado esta expresion p ara designar la Iglesia de
Roma ( Euseb. H. E. II. 15. Apoc. 17, 1. 5. 9. 17 ). E s evidente que no puede
r eferirse á la Babilonia del Eufrates, por cuanto en aquel tiempo no habia ya
judíos en elh (Joseph. Antiquit. 18, 9 ), y por otra parte, la proximidad de
las ciudades de N earda y de Nisibis había dejado desierta la antigua capital
de Asiria ( Plin. Histor natur. VI. 24. Strab. XVI. p. 738 ). Estaba con él
Márcos ( I Cor. 4 , 10. Phil em. 24), que, segun el testimonio de Papias , es-.
cribió su Evangelio bajo la direccion y las inspiraciones del Santo Apóstol.
Toda la antigüedad cristiana está unánime en asegurar que su martírio
ocurrió 'tambien en la misrna ciudad eterna. "Los argumentos con que se ha .i

tratado de com batir estos irrefutables testimonios, se fundan en un terreno


muy diferente del t erreno de la investigacion histórica,, . Joan. 21, 19. Ignat.
ad Rom. c. 4. Clem. R. ad Oorinth. I. 5. Dionísio de Corinto y el presbítero
romano Cayo en Eusebio, H. E. II. 25. Iren. III. 3. Hippolyt. Refutat.
omnium haeres. VI. 20 ( del encuentro de San P edro con Simon el Mago),
Tertullian. De praescript. c. 36. C. Marcion. IV. 5. Cyprian. pass. Murió
" h:t -rwv -íiyoufi-bwv ,, Olem. l. e., siendo prefectos pretorianos Tigellino y
Nymfidio Sabino, el ano 67, bajo el imperio de Neron, quien á la sazon se
hallaba, de p aso, en Grecia.
La tradicion ele 10 3 veinticinco anos de episcopado de San Pedro en Roma,
se refiere á las dos épocas que r esidió en la capital clel Imperio. Por lo demás,
salta á la vista que, áun en el supuesto de no ser cierta la estancia de Simon
Mago en Roma y el hecho que con relacion a él se atribuye al Santo apóstol
( Justin. Apol. I. 26. II. 15. Dial. c. Tryph. c. 120. Tertullian. Apol. e. 13.
Iren. adv. H aer. I. 20), esto no perjudicaría en nada la tradicion r elativa a la
residencia de San P edro en Roma, probada por incontestables testimonios.
En cuanto a las advertencias expuestas por los judias á San Pablo ( Act. 28,
17 - 19 ), nada demuestran sino la prudencia y cautela con que obraban por
temor á. las p ersecuciones.

Foggini, De Romano Divi P etri itinere et episcopat u. Florent. 1741. \Vindischmann,


Vindic. Petrin. Ratisb . 1836. H erbst , Sobre la residencia de San Pedro en Roma (Tu-
binga, Revista trimestral, 1820, p. 267.). Ginzel, Sobre el ep is copado de P edro en R oma.
Pletz, Revista teol ógica, XI, cuaderno 1-4. Olshausen, Estudios y criticas, 1838,
cuaderno 4. Stenglein, Sobre los v einticinco anos de pontificado de San Pedro en.

http://www.obrascatolicas.com
~'

182 PARTE SEGUNDA. LIBRO PRIMERO. SEC'CION SEGUNDA.

Roma, Tubinga, en la Revista trimestral, 1&10, cuaderno 2 - 3. Kunstmann, El Epis-


copado del Apóstol Peuro en Romn,, en las Hajas histórico-politicas, tomo 40. Hagc-
mann, La Iglesia romana, 18Gl, p. 627 y sig. A. Hilgenfeld contra Lipsins (Revista de
teologia cientifica, 1872, p . 3t9y sig., 187H, p. 5ll y sig., 18ii, p. 561 y sig.).

II. Por cuanto el Primado, por ex.presa niluntad y disposicion ele


Jesucristo, ha de perpetuan.e en los sucesorcs ele Pedro, como institu-
cion permanente ele la Ig-lcsia, síguese <1ue nin gun Obispo puede hacer
valer sus pretensioHes ú la autoridad anej:i á cse primado fuera del
obispo de Roma, único sucesor leg·ítimo de Pedro, ya que el mismo
Santo Apóstol unió para síempre y de una manera inclisoluble d pri-
mado de la Iglesia con e] ohispado romano, de tal :rnerte que d pri-
mado y el obispado de Ifoma son en realiclac una misrna coi'a. Por con-
~- · secuencia, el Papa romano ejcrce el primaco por derecho divino, y de
ninguna manera por dispoFicion ecle:-;iústirn, rnucho mónos por efecto
de circunstancias políticas ó históricas.
1. Es verdacl que J csucristo no confirió por sí mismo, direct:J. é inmedia-
tamentc, al obispo de Rom:-i el primado ; ánt.es bicn el viaje de San Pedro a
Roma y la eleccion <Jne el Apostol hizo de esLt l glesia para titúlar residen-
cial de sn olJispaclo son las circun;c;tancias que vincul an el Primado á la ciu-
clacl de Ronrn; pero tambicn lo es que no pococ: h echos llegan a ser de dere-
cho divino, pasando á vias cb realiz acion por Hn acto puramente humano, la
consagracion y el Ór<1en, por ejemplo. Cf. J\I. C:rnns l. e. 11. 6. P ero la misma
sucesion es de clerecho divinJ , toda vez que la qui so y la estableció Jesucris-
to en persona al instituir el J'rimado y conforírsel e á Pedro, con la promesa
de que duraria hasta la consnmacion de los siglos; de donde ;;e infiere que el
legitimo sucesor de l'eclro recibe de J esucristo cl Primado. Si hubiese muer-
to en Antioqnfa el Santo Apóstol ( Cf. Hieronym. De scriptorib. eccl. c. 1),
habria dejado {1, a<1uella I gle,;ia el Prima.elo juntamente con su ohispaclo; pero
al trasladar::<e á Roma llevó consigo el Primado á esta Iglcsia.
Pero áun este simple h echo no clebe considerarse como de carácter pura-
mente humano, ya que, en opinion de los :3a.ntos Padres, la cleccion de
•"t
Roma no se hi:w ~ino por especial di,.posicicn de la Providencia. Gcrdil,
Animadversiones in Comment. a Fehron. erlit. in suam Retracb.t. pos. 9: ln
primatus nexu cum Romana Sede fact.um humanum in eo sitnm est, quocl
eam Petrus propriam sibique ultim am Sedem elegerit, quod ipsurn etiam
divino instinctu et monitu f 2cisse cre<1i fas est. Leo M. Sorm. I. De Apol.
l'etr. et Paul.: Beati ssimus Petrus, princeps Ap ostolici orclinis, acl are em
Romani destinat1w impcrii, ·Lt lux veritatis, qnae in omnimn gentium revela-
hatur salntem , efficacius se ab ip so capite per totum muncli corpus effnnderet.
Thom. III. q. 35. a. 7: Lt Dominus snam pot cstatem magis ostencleret,
in ipsa Roma, quae caput mundi erat, etimn caput Ecclosiae suae statuit
in signum perfeetao victoriae, ut exim1e victoria dcriYaretnr in univer-
sum mundum. Snarez, De J1'id. Di sput. X. Se:;t. 3. n. 10. Greg. de Valentia,
De Fid. Qu. 1. Punct. 7. Acerca de la impMtaneia de Roma como Iglesia

http://www.obrascatolicas.com
§ 18. EL OBISPO DE ROMA ES EL SliCESOR DE PEDRO. 183

primacial, vease Gõrres, Los Triarios, 1839, p. 93. Hagemann, l. e. p. 691.


2. De aquí vino el que escribiera Nicolas I al emperador Miguel (Ep. 8):
Privilegia illius sedis perpetua sunt; divinitus radica ta atque plantata sunt;
impingi possunt, transferri non pos sunt; trahi possunt, evelli non possunt.
Y Sixto III (Ep. ad Joan. Autioch. Const. 1260 ): Beatus Apostolus P etrus
in successoribus suis, quod accepit, hoc tradidit. Segun la expresion del Ge-
neral de los Dominicos en el concilio de Florencia, "ratione Petri ,, , se halla
la Iglesia de Roma en posesion de la autoridad primacial, no en atencion á
la importancia de la ciudad, ni por clecision ele algun Concilio, ni por espe- . -· -~:
cial favor otorga<lo por los Emperadores, ni tampoco á consecuencia del des-
envolvimiento histórico de la Iglesia. Oigamos lo que con mucha oportuni-
dad dice San Gebsio tocante á la iJea de que cl esplendor material de una
cinclad pueda servir de mérito para otorgarb una preeminencia en. el terreno
eclesiastico (Ep. 26, 10 Thi el 405): Risúnus, quod praerogativam volunt
Acacio compararí, quia episcopm; fuerit regiae civitatis ... Alia pote~t~s .ê st
regni saecularis, alia ecclesiasticarum distributio dignitatum. Ep. 42(Decr.
in Cone. Rom. Thiel. 455 ) : Quamvis universae p er Orbem catholicae Eccle-
siae unus thalamns Christi sit, sancta tamen Romana Ecclesia nullis synocli-
cis constitutis ceteris Ecclesiis praelata est. Ep. 11 ad Anast. Imper. (Thiel
352): Seclis illius praesuli consensus est adhibcndus, quem cunctis sacerdo-
tibus et divinitas summa voluit praeeminere et subseguens Ecclesiae g ene-
ralis pietas celebravit. Contra b suposicion arbitraria de que esta prerroga-
tiva es producto de maniobras ele los Papas, hace notar Bossnet (Defensio
Declar. Cler. Grrllic. III. 10): "Confieso que cloy asentimiento completo a la
doctrina y á la tradicion ele los Papas relativamente á la soberana autoridad
apostólica, toda yez que ellos nada ensefi:m tocante á su Silla más que lo
que enseiian y creen todos lo s dcmás Obispos y la Iglesia entera, tanto de
.Occidente como de Oriente. Y téngase muy presente que, de no h acerlo así,
podría con igual motivo decirse que no mereceu fe los Obispos ni los sacer-
dotes cuando enscilan acerca de la digniclad del sacerdocio .,,
3. Es verclad que tambien Pablo estuvo en Roma y allí sufrió el martirio
juntamente con Pedro; pero con su muerte acabá su mision extraordinaria
en Roma; "unida para siempre con la cátedra suprema de Pedro, á la que
desde un principio estuvo someticla, debía r ealzar la majestacl y la auforidad
suprema de la I glesia romana,,. ( Bossuet, Sobre la nnidacl de la Iglesia.)
4. En esto se funda la decision del cuarto Concilio lateranense (1215):
Romana Ecclesia disponente Domino super omnes alias ordinariae potestatis
obtinet principatnm, utpote universorum Christi fid elium mater et magistra.
Lugdun. II. (1274): Romana Ecclesia summum et plenum primatum super
nniversam E cclesiam catholicam obtinet, quem se ah ipso Domino in B.
Pctro Apostolornm príncipe sive vertice , cujus Romanus Pontifex est succes-
sor, cum potestatis plenitudine recepisse veraciter et humiliter recognoscit.
Antes hemos expuesto (pág. 146.) las decisiones de los concílios de Florencia
y clel Vaticano.

http://www.obrascatolicas.com
184 PARTE SEGUNDA. LIBRO PRIMERO . SECCION SEGUNDA.

Febronio, 1. e. V. pár. 4, autor del Janus, Leipzig, 18GD, pág. 347, ha vuelto á reprod ucir
la objecion de los galicanos P edrn de Marc•1, i\faimbonrg, Launoi y Bossuet contra el
texto verdadero del concilio d e F loreneia: ''c1uemadrnodum e/iam in gentis oecume-
nicorum conciliorum et in sacris canonib us continetur ,,, snponi enclo que se ha intro-
cluci do una enmienda eH el original griego y que dob e tra.ducirse cn un sentido limi-
tado: in <mm rnodum, quo et in gco;tis e/ in sacris calHrnibus (z?:IJ' <;v -:pó-;:0·1 z?:; Y•• -:J.. ),
cn lu gar de cla.rle cl sentido mas fuerte "quomadmodmn cliain ( Cf. de ]\[arca, De con-
cord. sace rdot. et imper. III. 8. l\[:limbourg, Tratado histórico d el cstablecimiento y
d e l as pr<'rrogativas d<' la l g les ia de Roma, 1685, e. r. 20). En contra de la arbitraria
suposicion d e De l\farctt ya demo,;tró Schebtrat0 (Ti act. de sensu ot auctor. decret.
Const a nt. Concil. 1G86 praef. IV. ) qu e c·n todo" los mann8critos del referi do deerPto
de Florcncia se lec "quemadmo<lun1 ctiam ,,, lcctura pcrfeet.amcute aut.én tica en el
verdad ero or iginal ele las Actas . l<;n (:ontrn de F ebronio han r es tablecido ln, Yenlad
históricn, de l os Jrnchos Manmchi y Za,ccari a, y refuta.n<Jo h~s asc rcioncs clel autor
del Janus han clemostrndo t:amb' <'n Ccceoni ( L:nin,rs del G tle Fcbre ro de 1810 ) y
Frommann (Crítica. d cl Decreto dJ uni on rlel Con<:ilio fiorft1tino, 1870), h asta no dejar
g énerO:J1.lguno de duela, <1ue cn todas las .Adas originale;; r1ue se conservan en latin se
lee li· frase "quêrnadmodnm etiim,, que tambien rn encuentra <'n las num erosas
copias:' de dichos tlocum cntos. Se lia proba do asimismc que la interprctacion primiti va
de la.-fl:.a s c en cucstion vicnc d e hs escritores latino ', rníéntras (1ue el texto grícgo
no cs m:'ts que una trad ucci on.

III. Como cunsec uen cia del derecho divi:10, que es inseparable del
obispo de Roma, como lrgitimo ~w.:csor de San Pedro, el primado de la
Iglesia no puede trasmitirse ú otra Sede epis copal. Aunque la elec<:ion
del :mcesor ele P edro corresponde á la Ig·lesia cu general, con especial
participacion de la romana, la trasmi::;i011 de la autoridad primacial
viene c:-;.clusivamente de .Jerncristo .
1. },ebronio combatió la uoctrina tlel autor (le la "Defensio Declar. Cler.
Gallic.,, P. III. 10 , relativa a la inamoviliuad dol primado de la Sede episco-
pal romana. A.si uice és te: Haec Ecelesia R omana ex a Yita et Apostolica
ordinatione eo jure, ~a dignit~ te ost, ut quemcnnqne sibi Episcopum , eun-
dem etiam Ecclesiae univorsan ducem p astoreirniue cligat. Aquél, por el con-
trario , sosticne ( l. e.§ 8 7 ) : Loci qnoque clete11ninatio11em ct Episcopi, cui
primatus competat, penes E cdesiam es se, ibiqne Ecclesiae primatmn es se,
cuicumque demum loco E cclfü ia primam 8cdern affixerit.. L o mismo enseii.an
Rautenstraud1 ( D ato~ para la H istoria ecl c~ iást ica rle nuei!tros días , III, pá-
gina 1743), N uytz (Syllab. 35: : Nihil vetat nlicujus Coneilii genernlis i-;enten-
tia aut universorum populoru:n facto l'ontifica :nm a Romano Episcopo ad
alium Episcopum alimnque urbem transferri.. Y e::; que partió del falso princi-
pio de que, siendo el primado una Institueion dd pneblo Cristiano, este pucde
trasladarla ai punto más co1 1veni ente al bien de la I glesia (In jus Eccle-
siastic. Tract. II. § UlG); segJn esta teoria, poue la aut oridad del "Concilio
general,, en frente y por encima de la d el P a:1a. Antes había ensefiado lo
mismo el autor de la obra titulada "Tratado d e la autoridad del P apa ,,,
Haya, 1720, cap. 10, y Focio sostuvo la erróne r, doe-trina de que el P rimado
h abia pasado de Roma á Biza:1cio, al traslallann á esta ciudad la capital del
Imperio.

http://www.obrascatolicas.com
§ 19. PRUEBAS TRADICIONALES. 185
2. Ballerini (De potest. Ecclesiast. P. II. e. 8. § 2) deja indecisa la cues-
tion de si podría tener lugar tal traslado de la Sede primada, á lo ménos de
conformidad y por órden del mismo Papa. Contra esta opinion existen moti-
vos poderosos. En primer lugar, la sentencia condenatoria de la mencionada
proposicion de Nuytz; en segundo, el hecho evidente de que en el trascurso
de los siglos han existido no pocas veces razones de conveniencia para
efectuar esa traslacion, á pesar de lo cual jamás se ha realizado. P ero la
misma índole del asunto es contraria al traslado. Efectivamente; despues que
P edro elevó la Sede episcopal de R oma a la categoria de Primada y murió
siendo Obispo primado de la misma, parece evidente que sólo el obispo de
Roma, y ninguno más que él , puede ser verdadero sucesor de Pedro y llevar
este nombre. Hé aqui por qué los teólogos de mas fama se declaran encontra,
tales como l\'Ielchor Cano (l. e. VI. 4 ), Gregorio de Valencia (De Fid. l. e.),
Suarez (De Fid. Disp. X. Sect. 3) y Benedict. XIV. (De Synod. DioeQes. II.
1), quien cita una série de Santos P adres que defienden la identidad de los
derecho s de la Sede r omana y los del apóstol San Pedro, fundándose princi-
palmente en el hecho de ser el mismo J esucristo quien confirió esta potestad
al obispo de R oma, en que a esta I glesia únicamente se prometió la infalibi-
lidad en la fe y en que esta admitido que sólo son católicos aquellos que
viven en comunidad con esta I glesia. E stas declaraciones tan explícitas son
una condenaci on manifiesta d e la condicion "en tanto que el Primado se halle
unido al obispado de Roma,,. Agréguese á esto que la opinion contraria favo-
r ece la discordia y el cisma, y se comprendera lo peligroso que es defenderla
en las actuales circunstancias. No se comprende tampoco de qué manera puede
compaginarse esta doctrina con la Proposicion 41 de Wiklef, que dice :
N on est de necessita te salutis credere, Romanam Ecclesiam esse supremam
inter alias Ecclesias (Denz. 517); ya que lo que una vez es dogma de fe debe
serlo siempre , porque nunca puede dejar de ser verdadero.

§ 19. PRUEBAS TRADICIONAL ES.

I. Lo expuesto eu el párrafo anterior justifica plenamente las decla-


raciones de los Santos Padres y de los Concilias, tocante á la potestad
suprema de la Sede roman a en asuntos eclesiásticos. Estos testimoníos
tradicíonales reunen los síg-uientes caractéres:
a) Se remontan á los tiempos apostólicos; b) Procedeu sin distincion
de la Ig-lesia de Oriente y de la de Occidente; e) Fundan 1a importan-
cia de la potestad primacial en los plenos poderes otorg ados por Jesu-
cristo á Pedro; d ) Consideran esta potestad primacial como un derecho
divino de la Sede romana.
1. L os test imonios procedentes del período apostólico son : San Ignacio
de Alej andría, que en su Ep. ad Rom. llama a la Iglesia de Roma: 7tpoxc&r,[J-bl\
-r7i; à.ycí.7t·r,ç; y es notorio que O:yá7t7j significa, en el lenguaj e eclesiástico, la

http://www.obrascatolicas.com
;''..:

186 PARTE SEGUNDA. :LIDUO PRIMEDO. SECCION SBGUNDA.

comunidad de los cristianos en la lglesia; véase H agemann, l. e. pag. 686,


( r-2oxixe7icr-9o.~ se refiere tambien á la autoridad de los Obispos , ad lYfagn. e. 6. ).
La carta de San Clemente á lcs corintios amonestándoles y exhortándoles á
la obediencia , con ocasion d t> haberle pedido que sancionase su proceder
antieclesiástico, ó sea la depos icion de sus j cfes, sólo se explica suponiéndole
revestido d e la autoridad prim1Cial, toda vez qu0, como simple Obispo, eran
igual•os á él dichos j efes, y lo que es muy dign o de atencion , que el hecho
tuvo :· ugar probablemente eu vida de San J nan.

2. En el sigla segundo San Ircneo ( C. Haer. III. S:!: Traditionem itaque Apostolo-
rum in toto mundo manifes tatarn in omni E ccles ia a dcst respicore omnibus, qui vera
velint. vider e . . . 8 ed quoni am valdc longum est in tali v olumine omnium E colesiarum
enumerare successioncs , maxima ~ et antiquissimae e t omnibus cognitae a gloriosis-
;
I :·
.. simis Apostolis Petro et Paulo R :Jmao fun rlatae et constitutae E ccl cs iae, eam quam
habet ab.Apostolis traditionem et 1nnuntiatam hornini bus fi d em, p er s uccession es Epis-
coporum pervenientes u sque ad n os indi c.n.nt es confandi mu s omnes eos, qui q11oquo
modo ... praet en1uam opor tet colligu nt. Ad han c eni m E cclesiam pr opter poti orern
(potentiorem) principalitatem ncc esse cst omnem COff\ enirc };cclesiam, hoc est eos, qui
sunt ·.mdiqnc ti.deles, in qua sem) er ab his , c1ui sunt mcli <1 lle, conservata est ea, quao
cst ah Apostolis traditio.

En este pasaje hay que considerar:


a ) San Ircneo se propone d emostrar á los h·~reje:> cuál es la verdadera fe
de la Iglesia universal , tomar do p or base lo qu ·~ cree la Iglesia romana.
b) Esta c1emostracion presupone que toda la Igle;; ia reconoce que el credo
de la romana es la veriladera r egla d e la fe. Acl hanc enim Ecclesiam ...
n ecesse est omnem convenire E ccl csiam , que en el texto gri ego diría proba-
blemente: a-cip-j~ai.vsi.v r-pàç "C"·r,v hx):r,cr-b.v, es clecir, con ella d el.Je confonnarse
toda la Iglesia, ó bien: [L ella d ebc dirigirso toda la Iglesia. Cf. Optat. l\Iilev.
II. 3: iu qua una cathedra unitas ab omnibus s crvar etur.
e) Las sigui.entes palabras dan la r:izon de tal preeminencia: " Propter
potiorem ( potentiorem ) prin cipalitatem ... in qua semper al.J his, qui sunt
undique, conservata est ea, quae cst ab Apostoli s traditio; es decir, que con
esta Iglesia d eben conformarse , por su mayo·· clignidad y poder ( Õ~'l. "1"1
lx:t.'M"C"sca.·1
1
r-otu"C"do.y
1
ó o.u0sy~:L:t.•1 .) , todas las clemás , ó sea los fieles de todas
part·CJS, por cuanto cn ella se ha conservado siempre la tradicion apostólica,
aceptada como tal por todos y cn tod as part< ~ s . En veintiuu pasajes de la
traduccion latina ocurren los vocablos pr incipc.litas y princip atus para ~igni­
..,. ficar fuerza, autoridad. Asi IH. 38: Principalifatem habehit in omnibus Deus .
Aug11stin. De baptisrn. II. 1: P etri principatus cuilibet episcopatui praefe-
r endus. Ep. 23: Apostolicae cathedrae principatus. Leo :M:. Serm. II. in
Anniv. Elect.: Dominus episeopalis officii volut me habere principium. Ter-
tullian. D e anim. e. 13: Principalitas, i. e. qui cui praeest. Cyprian. Ep. 55:
E cclesia principalis. Y Ammiano l\íal'celino ( Hi stor. XV. 7 ) dice que la ex-
presion potior principalitas significa: auctoritas qua potiores ( sunt ) aeter-
nae urbis episcopi.
d ) El sentido y la fuerza demostrativa del pasaje no sufren alteracion

http://www.obrascatolicas.com
S 19. PRUEBAS 187
alguna esencial, sea que in qua se r efiera a la Iglesia universal ó a la roma-
na solamente, asi como tampoco afecta al sentido el que se lea potior ó po-
tentior.
e) Es de todo punto insostenible la opinion expresada por Grabbe, repro-
ducida por Febronio, N eander y otros escritores modernos, segun la cual
" la tradicion ó la doctrina de la Iglesia romana se presta muy particular-
mente a la refutacion de enseiianzas heréticas, porque r euniéndose constan-
temente en ella , como en un centro comun, cristianos procedentes de todas
las partes del mundo, que llevan alli el testim onio de sus creencias, esta
comunicacion constante y la comparacion de las tradiciones asiáticas, egip-
cias, etc., con la romana, hacen que és ta se mantenga libre de toda altera-
cion ,,. Tal explicacion del pasaje aludido carece de fundamento, por cuanto
San Ireneo no habla en él de la ciitdad, sino de la Iglesia de Roma; no hace
referencia á los viajeros que alli concurren, sino á la conformidad - conve-
nire - dehas Iglesias; no aduce como causa y razon de su preeminencia su
poder como metrópoli universal, sino el ser la I glesia fundada por Pedro y
P ablo. Y, en realidad, ~ cómo habian de crear la unidad de la fe los extr an-
jeros procedentes de tan diversas regiones si ántes no existia entre ellos esa
unidad? ~Acaso no acudian tambien á Roma muchos h erejes y fautores de
doctrinas falsas, que tenian alli partidarios y trataban de aumentarlos preci-
samente alli más que en ningun otro punto? ~ Y no es absurdo suponer que
Roma, que mantenia incólumes sus tradiciones, habia ele buscar ens efianza
y ejemplo en los extranjeros que diariamente la visitaban? B ossuet , Defens.
Declar. Cleri Gallic. II. 15: Ludimt, qui potentioris principalitatis nomine
urbis amplitudinem designari putent ; agit enim Irenaeus non de urbe, quam
propter imperium frequentari, sed de Ecclesia fundatct cdJ Apostolis, ad quam
ea causa convenire, in qua conservare undique fideles avitam et Apostolicam
traditionem oporteat.
f) Sanlreneo no habla tan sólo de la potestad ejercida sobre la I glesia occi-
dental, sino sobre toda la I glesia, toda vez que, sienclo él griego de origen,
escribe casi siempre contra los herejes de su raza, y además se refiere ex-
presamente á las Iglesias de Smyrna y ele Efeso. Cf. Massuet, in Iren.
Dissert. III. n. 33. 34. El paralelo que se pretende establecer con San Gre-
gorio N acianceno ( Orat. XLII. 10), defendido primemmente por escritores
anglicanos (An Account of the life and writings of S. Irenaeus 1841) y resu-
citado despues en Alemania, no tiene siquiera aplicacion en el caso presente;
porque si bien habla el mencionado Santo Padre de la ciuclad de Roma, de
su fe, de su magni:ficencia, etc., no hace la menor alusion á la necesidad de
conformarse con esa Iglesia, atendiendo á esas circunstancias.
3. Tertuliano (De pudic . c. 1) !lama alo bispo de Roma, en la primera mitad
del siglo tercero, "episcopus episcoporum,,. En sentir de San Cipriano, estar
en comunidad con el obispo de Roma es signo de que se está en comunidad
con la Iglesia universal ( Ep. 55, 1): J am sciret, te secum, i. e. cimi Eccle8ia
catlwlica communicare ( Ep. 48, 3): Communicationem tuam, i. e. Ecclesiae

http://www.obrascatolicas.com
188 PARTE SEGUNDA. LIBRO PRIMERO. SECCION SEGUNDA.

catholicae unitatem. El mismo expone en otro lugar la razon de esta (Ep. 55,
14. Hart. 59 ad Cornel.): ·
Quibus etiam non satis fuit ab Evangelio rccessisse ... p ost ista adlrnc insuper
pseudoepiscopo sibi ab haereticis constituto, navigarc au dent et ad P etri cathodram
et ad Ecclesiam principalem , undc unitas saccrdotalis exortá est, a schisrnaticis et
profanis li teras ferre, nec cogitarc eos ess ec Hornanos. quorum fül.es Apostolo praedi-
cante luudata es t ( R om. 1, 8 ) , ad quos perfidi a haberc non p ossit accessum. " Uni tas
s acerd otalis,, es la nnidad entre los Obispos ( Sacerdos=Episcopu s). Bp. 71 , 3 ad
Quint.: Noc Petrus, qu em primum Dominus elcgit, et snpcr qu em a edificavit Eccle-
siam suam, cum secmn Paulus de circumcisione postrnodurn üiscoptarot, vindica-
vit sibi aliquid insolentcr aut arr•>gantcr assumpsit, ut diccrct , se primatum tencre
et obtempcrari a novellis et poste ris patins dobore. :Ep. 73 ad Jubaj. 7: Petro primum
Dominus, super quem ac dificavit. Eccles iam , et und e unitat cm originis instituit et
ostendit , potC'statem istam d 0dit , ut id soh·erot11r in coelis, quo<l ille solvisset in
t crri s. De unit. Ecel. e. J: Loquitnr Dorninus ad I'etrum: }:go di ca tibi ... Et it.erum
eidem post r csu rreeti onmn su am 1licit ... Super illum unitm aed ificat Ee closiam suam,
c t illi lJascendas m::mdat oYcs suas. Et 11unmYis Apo stolis omnibus post rnsurrect io-
n om suam parem p otcstatem tribua t et dicat: Sicnt misít me Pater .. . tamen , ut uni-
tatem manifestr1ret,, unitatís ejm, dcm ori gin em ab uno incipientem sua auctoritate
disposuit. H oc crant utique et ce':eri Aposto li , •1nod fuit Petrn s, pari consortio prae-
diti ct honoris ot p otcstatis, scd exord ium ab unitato proficiscitur (ct primatus Petro
d[ttur), ut E ccles ia una monstretur.

En la cuarta centuria escribia San Amhros:o ( in P:;. XL. :30): Ipse est
Petrus, cui dixit: Tu os P etn_s et super hanc petram aerlificabo Ecclesiam
meam. Ubi ergo Petrns, iui Ecclcsia; ubi Ecclesia , ibi nulla mors, secl vi ta
aeterna. Et ideo addidit: Et portae inferi non praevalelmnt ei: et tibi dabo
claves regni coelornm. Beatui; l' etrus , cui non inferorum porta praevaluit,
non coeli p orta ;;e clausit , se1l e contra rio tlestruxit in ferni vestibula, pate-
fecit coelestia. In terriR itaq ue positus coelnm aperui t, iuforo s clausit. Cf.
in P s. XLIII. 40. Ep. XI. 4. in Cone. Aquilej. ): Totim; orbis Romani caput
Romanam E cclesiam , atqn e illam sacrosanctam Apostolorum fidem n e tur-
bari sineret olis ecram1a fuit clementia Yestra ; indo enirn in omnes veneran-
dae communionis jnra diman:rnt. Por lo cual estar cn conrnni on con Roma
es tambion para este Santo J)aclre una pruelJa de que se esta en comunion
con la Iglesia católi ca ( De e::cess. fratr. sn[ Saty r. I. 4 7) : Ad vocaYit ad se
E pisco pum , ncc ullam verarn putaYit nisi verne ficleí g ratiam, percontatusque
ex eo es t, utrumnam cum episwpis ccitlwlicis, lwc est cwn Romana Ecclesia con-
veniret? Et forte ad id locorum i n schi,;irnde r egionis illins Ecclesia erat;
Lucifer onim ;;e a nostra tnnc tempori,; communione divi serat.
J<~n los siglos cuarto y 'JUÍnto ten<'mos el testimonio de San Agustin
( Ep. X LIII. P, : Undc nec medioeris utique auctoritati:; ( Carthago) habuit
episcopum, qni po:>sct non :·nrare con;-;pirantem multitudinem inimicorum,
cum se videret et Jfomanae J<:ccles iae, in qua semper Apostolicae cnthedrae
viguit principatus, et cetcris t ,~ rris, nnde eyangel ium acl ipsam Africam venit,
per communicatorias li tera s flSSe co1~junctum. Ps. e. part. Don.:
Kumeratc sace rdote> vnl ab ipsa Pctr i sedo,
Et in ordinc illo patrnm, 1ptis cui successit, vi det o,
I psa est petra, quam non vincunt supe rbae infororum portae.

http://www.obrascatolicas.com
_, ( -

§ 19. PRUEBAS TRADICIONALES. 18 ~

r Por eso la conformidad con esta catedra romana, "culmen auctoritatis,,


como la llama ( De utilit. credendi c. 17 ), es para él signo distintivo de
la verdad cat6lica ( Serm. 120. Mai. N ov. PP. Biblioth. I. 273 ) : Non crederis
'lleram fidem tenere catlwlicae , quae fidem non doces esse servandam Romanam.
San J er6nimo (Ep. 15 ad Damas. ) dice : Ego nullum primum, nisi Christum
sequens Beatitudini tuae, i. e. cathedrae Petri, communione consocior. Super
ill am petram aedifi catam Ecclesiam seio. Quicunque extra hanc domum
agnum comcderit, profanus est. Si quis in Noe arca non fuerit, peribit regnan-
te diluvio ... Non novi Vitalem, Meletium respno, ignoro Paulinum. Quicunque
tecum non colligit , spargit , hoc est, qui Chri sti non est, Antichristi est.
Pide que le sefiale el Obispo á que h a de obedecer para ser miembro de la
Iglesia cat6lica ( Ep. 1G ) : Obtestor Beatituclinem tuam ... ut mihi literis
tuis , apud quem in Syria debeam comrnunicare, communices. Apolog. adv.
Rufin. I. 4 : Fidem suam quam vocat? Eamne, qua R omana p ollet Ecclesia?
Si Romanmn responrlerit, ergo catlwlici sumus. Ep. G3: Sei to, nihil no bis esse
antiquius, quam Christi jura servare nec Patrum transferre terminos semper-
que memini sse Romanam fid cm Apostolico ore laudatarn.
De San P edro Crisólogo es la cleclaracion siguientc ( véase pág. 17!) ): Sei·
romano equiixtle á ser catMico, segun la decl aracion explícita ele los Obispos
africanos desterrados en Cenlefta, entre los que se encuentr a Fulgencio, en
un escrito dirigido á Juan y á Veneri o: Quid Rom ana , hoc est catholi ca 1
sequatur et sen·et Ecclesia (Mansi VIII. 589). Y S. Optato de l\I. (II. 3) elice:
Negare non potes, scirc te in urbe Roma Petro primo cathedram episcop alem
esse collatam, in qua sederit Apostolorum omninm caput Petrus, unde et
Cephas appellatus est; in qua una cat71edra unitas aú omniúus servaretur , ne
ceteri Apostoli singulas sibi quisque defenderent, ut j am schismaticus et
peccator esset, qui contra ~ingul arcm cathedram alteram collocar.et. Ergo
cathedram unicam , quae est prima ele clotibus, seclit prior Petrns; cui succes-
sit Linus ... Damas o Siricius, hodie qui noster est socius; cum quo nobis-
cum totus orbis commercio fonnatarum iu nna communionis societate con-
cordat. Vestrae cathedrae vo;; originem redclite, qui vobis vultis sanctam
E cclesiam vindicari. II. 9: Probaturn est , nos esse in Ecclesia sancta catho-
lica, apud quos et symbolum Trinitatis est, et p er cath edram P etri, qnae
nostra est, p er ipsain et ceteras dotes aptld nos esse. Precisamente por ser la
c;\.tedra romana " singularis,, y "unica ,, (IV. 2. 3) tiene tambien poder para
fundar y mantencr la unidad, que es el segundo signo distintivo de la
verdadera Iglesia.
El obispo sirio de 2Hosu l , José Bar D av id , en su obra ".-\ _n tiqu a F.cclesiae syro-chal-
- d aicae traditio circit P etri cjusqu e successornm R omanorum Pontificum di-.-inmn
primatum. R oma e 1870,,, ha d cm ostra d o, con argumentos sacados d e s us mismos
libros litúrgicos, que tanto los n estorianos como los j acobitas, seriamdos d e la co-
munion de la I glesia romana en el siglo V , creían ántes del cisma en "Pedro y en su
trono, la ro ca inexpugnable ,,. Co mpárascl e eu dichos libros con .Moises, p a ralelo que
t ambien ocurre en las pinturas d e l as Catacumbas , y d eclaran que su mision es
" mantene r á los qu e re con ocen su autorida d en la confesicn de la v erdadera. fe y cn la
u ni dad ,,; " en R oma habita P ed ro como en una ciuda d ela ,,. En los antiguos cánonc1<

http://www.obrascatolicas.com
190 PARTE SEGUNDA. LIBRO PRBIERO. SECCION SEGUNDA.

de Nicea, conocidos con el nombre de ár abes y que tienen autoridad legal entre
ellos, se lee: "Aungue el Patria:rna puede hacer con sus subordinado s t odo lo que
quiere, no obstante el Patriarca rnmano tiene jurisdiccion sobre todos los Patriar cas,
y su autoridad, como la de San P edro, se extiende á toda la cristiandad. " Tal es el
principio sentado tambien en los c;'.,,nones posteriores que citan Barhebreo y Ben Attib
del siglo xr, y tal era asimismo lL creencia corriente entre los armenios, segun ha de-
mostrado Anzarian en su obra " :E:cclesiae Armenae traditi o de Rom. Pontificis Pri-
matu. Romae 1870 ,,. Illoises de Coren e e.scriuia en el siglo v estas memorables pala-
bras : "Regocíjate , capital del m und o, que estás coronada de la luz que d espide el
rostro de tu Apóstol y que alumbras el mundo entero con los tayos de esta luz, I gle-
sia romana n· Cf. Khayyath , Syri orientales, Chaldaei , Nestoriani et Rom. Pontificis
primatus. Rom. 1870.

II. A ·esta doctrin a de la potestad eclesiástica de los obispos de


Roma ;";e ajustaban todos sus actos y decisiones, que acató siempre la
Iglesia universal , tanto en Oriente como en Occidente , sin atentar
jamás á sus prerrogativas . A.un hubo herejes qu e, como los pelagianos,
los monotelitas y otros, trataron de que el Papa romano aprobara sus
doctrinas.

1. En un principio Papa, 7t'.1.7t7tc}.ç, significaba Obispo en general y áun


sacerdote ( Thomassin. Vet. et n ov. Eccles. discipl. I. 4. II. 3. Ilfamachi l. e.
IV. p. 1. c. 4); pero desde el siglo v se us6 únicamente para designar al
obispo de Roma (Thomass . l. e. L p. 1. e. 50). Ya San Clemente romano hace ver
la autoridad extraordinaria de que estaba revestido ( Ep . I ); decide las dis-
cordias de la I glesia de Corinto, exhortando a sus fieles a la unidad; da auto-
ridad de leyes á las disposiciones que regulan el 6rden de la I glesia , deter-
mina su aplicacion en casos E>Speciales y acuerda lo que debe hacerse para
restablecer el 6rden alterado. Todo s l os pas:ijes de su carta se h allan inspi-
rados en un sentimiento de superioridad tal que s6lo puede poseerle aquel
que tiene Gonciencia del peso que sus palabras y decisiones han de ejercer
en la balanza. Véase Hagemami., l. e. p. 683. Victor I resuelve sin apelacion
la cuestion relativa á la fiesta ie la Pascua ( Euseb. H. E. V. 23 ) , y el papa
San Estéba11. decide el asunto de San Cipriano. Ep. 74 , 1: Si quis a quacun-
que haeresi venerit ad vos, nil:il innovetur, nisi quod traditum est, ut manus
illi imponatur in poenitentiam, quum ipsi haeretici proprie alterutrum ad se
venientes non baptizent, sed communicent tantum. Acerca de las causas en
que se fundo la resistencia de San Cipriano, véase pag. 74. San Estéqan si-
gui6 siempre como norma la práctica de la Iglesia romana, pero no habia
pronunciado hasta ent6nces un juicio tan perentorio, acompaiiado de la exclu-
sion de la comunidad de la I glesii:a. San Cipriano aparece luégo en comunion
con Sixto II, sucesor de San J~ stéban , lo que demuestra que se había arre-
glado la controversia. Y al decir San Agustin ( De Baptism. I. 18; II. 4; III.
4), para disculpar la r esistencia de San Cipriano, que la cuestion n o estaba
aún "universali Concilio eliquatum ,,, no es porque pretenda negar ni amino-
rar la autoridad de la Sede reomana, sino porque juzgaba necesario que se
{lxaminase la practica seguida por todas las Iglesias en una cuestion difícil,

http://www.obrascatolicas.com
,.._.

§ 19. PRUEBAS TRADlCIONALES.


1
191
que San Cipriano y Firmiliano consideraban como de índole puramente disci-
plina! (Cyprian. Ep. 75. Basil. Ep. 188. 199). V éase Ballerini, De vi ac ratio-
ne prim. XIII. 53.
Dionísio de Alejandría tuvo que justificarse ante el papa romano Dionísio
de la acusacion de fautor del sabelianismo. Athanas. De sent. Dionys. e. 12;
-rw~ç
' -rwv
- '1.7to
' ' -;-r,ç
. . ·'E,xx.J.-r,cr\'1.;
. . , ciôsA-:;wv
, <"'-
. .. , - , • '
_,
'1.'1·r1Nmv
Pwp:rri. , '
s\ç ,'
"C"r1v
1v, xci\ xcii-s\o·r1..
~
xct.aw ci•Ji-ou T.êl.?ct. "Ct~ op.tllY'JiJ.~ ciu-;ou 6."oYUcr\t:) 7~) s..:•.crxo;;~ P1.t)p.·r,ç . . . l~r.s"i-ct.
.. - ' - ' ' .. j - , ...... .. , ' , . ",

à 0V'JO"Lou ":O;; i7i: crY..ÓiCO'J r;·fi:. A). 2E'lvo~2l1.; à-;-:.o}o..l O'JU.k'10'J


1
..
1
..
• • ~l
'ii:S~l
1
fl~• s'V~:l
j l '
11Z'I s7t~O'-
1
-ro),riç x. -r. ),_ Y Pablo de Samosata, patriarca de Antioquía, fué destituído
por el Papa a causa de sus opiniones heréticas ( Euseb. H. E. VII. 30). Los
Papas dictaban igualmente leyes y disposiciones para la I glesia de Oriente.
Asi lo hizo ya Inocencio I en su escrito á los patriarcas de Antioquía sobre
el órden episcopal, division de las diócesis metropolitanas y la conducta que
debia observarse con los clérigos conversos del arrianismo (Coust. p. 851.
Dõllinger, H. E. p. 19H). La eleccion de Patriareas no era válida sin el reco-
cimiento del Papa romano. Cf. Simplic. Ep. 18 ad Acac. (Thiel 210): Nihil
omnino restare videbatur, nisi ut ... sine strepitu, quod catholicus in defun-
cti ministerium successi;;set antistes, Apostolicae quoque moderationis assensit
votivam sumeret finnitatem. Cf. Jul. Ep. I. 22. (Coust. 386): Oportuit omnibus
nobis scripsisse, ut ita ab omnibus, quod jui>tum es set , decerneretur ... An
ignoratis, hanc esse consuetudinem, ut primum nobis scribatur, et hinc, quod
justum est, decernatur? Sane si qua huju::imodi suspicio in illius urbis
( Alexanclriae) episcopum cadebat, ad hanc ecclesiam scribendum fuit. Cf.
Socrat. H. E. II. 17. Sozom. l. e. III. 10. Epiphan. Hist. trip. IV. 9. En virtud",
Ele esa misma autoridad anularon ln, eleccion de personas que no reunian las·' .,.,
condiciones de bidas. Simpl. l. e.: N on ad fastigium sacerdotal~s dignitatis
accedere potest, refiriéndose á P edro l\fongus de Alejandria. Ep. 19 ('fhieL
212): m.edicinae venia com petit, non potestatis. De la misma manera proce-
dió Félix II (Ep. 11. Thiel. 256) con Pedro Fullo de Antioquía; Simplicio
(Ep. 1. Thiel. 177) sobre Timoteo Aelurus de Alejandria (Ep. Li Thiel. 204),
sobre la ordenaciQn de Calendio de Antioquía (Ep. lí. Thiel. 206): gremio
Apostolicae sedis amplexi.
Citan à lo>J Patriarcas ante su Sínodo, á fin de que se sinceren de acusa-
ciones formuladas contra. ellos, como lo hizo Félix II con Acacio, patriarca
de Constantinopla ( Ep. 3 ad Acacium Constantinopolitanulll libellus citatio-
nis, Thiel. 239): Apud beatum Petrum Apostolum, cui preces in nobis obla-
tas pervides, et quem ligandi atque solvendi a Domino potestatem sumpsisse
non potes diffiteri, in conventu fratrum et episcoporum nostrorum respon-
dere festina.
San los guardian11s encargados de velar por el. cumplimiento de los cáno-
nes, y sólo por razones justas y en casos especiales pueden dispensar de su
cumplimiento. Simplic. Ep. 16 ad Acac. (ThieL 206): Quamvis enim profece-
rit ad quietem, quod Ohristianissimi principis jussione vel sine praejudicio
canonum a tua caritate fü.erit Antiochensibus e,piscopus ordinatus, tamen
no nest sine invidia factum, cujus cavendum deinde etiarn ille testatur, qui

http://www.obrascatolicas.com
· : ,dç~x~;;::~,:-~ ··
--·· ,. -- ;' •

192 PAR'fE SEGUN DA. LIBRO PRIMERO. SECClON SEGUKDA.

praecepit exemplum. In quo piebtis ejus gratias dignum nos est referre,
quoniam ita gloriae suae moderatus est potestatem (el Emperador), ut fidelis-
sima devotione patrum r cgulis submittere, quae jnberet (voluerit), nec in
auctoritatem recipi, quod seq uenti constituit a.etate prohiberi ... ut scilicet
id qu od factum est necessifate, suffi ceret. Ep. 15 ad Zenon, Aug. Cf. Gelas.
Ep. 6. 14. 15. 16. 17. 20 - 24. 2G, 3 (Thiel. 305): nniuscnjusque synodi con-
stitutum non aliqnam magi~: exequi sedem prae ceteris op orterc, quam
pnmam.
Destituyen á los Obi spos y Patriarcas que han prevaricado en el cnmpli-
miento de sus debere;;, exclu:réndolos clel seno ele la I glesia. Asi Félix II.
Ep. 6 (Thiel. 24B) tlestitnye á Acacio, patriarca de Constantinopla: lllultarum
transgressionnm repereri s obnoxim; ... Sacerdotali honore et communione calho·
lica n ec 11011 etiam a /hlehwn 1íumero segregatus, sublatum tibi nomen et munus
mún'.sterii agnoscc, saucti Spiritus judicio et Apostolica per nos aiictorilate dam-
natus. Cf. Ep. 7. 8. 11. San Gelasio con firma la sentencia ( Ep. 26 a.d Episc.
Dardan. Thiel. 412): Quae srntentia in Acacium destinata, etsi nomine tan-
tmmnoclo praesulis Apostoliâ, cujus erut idiq ne potestatis, legitime probatur esse
dep rornp t,a ... plurimornm ia Italia catl10licorum congrega.tio sacerclotum
ration abiliter in Acacium SE·ntent.iam cognovit fuisse probatam. Cf. Ep. 1.
Tract. II. 8 ( Thiel. 528 ) : Secundae seclis antistitem ncc ex]Jellere quisqnmn
nec revocare sine primae sedis 11ssen su velpotuit rel dcbuit. Ep. 27, 4 (Thiel. 427):
Constat , semper anctoritate senis Apostolicne 1111Jusmodi personas aut discussas
vel esse purgatas, aut sic ab aliis , quibus comp etebat, episcopis absolutas,
iit tamen absolutio earwn ex se.Zis Aposlolicae consensione pencleret. P or donde se
ve que nadie poclía evadir el cumplimiento ele la sentencia dicta(l a por la
primera Sede episcopal de la Iglesia. Gelas. Ep. 21l , 3 ( Thiel. 39G ) : ut cu-
juslibet civitatis episcopus primae secfo; juclicium non vitaret. Por e::;o el papa
Hormisdas declara que, sep;un una traclicion generalmente a(lmiticla, se
elevaba al conocimi ento del P apa , p or nna embajada especial , la eleccion de
todos los P afriarcas. Ep. 11.3 ('l'hicl. 911 ) " regularis observantia,, . Cf. Theo-
tloret. H. E. II. 23. Sozom. VIII. 3, E factivamente, San Crisó stomo dió co-
nocimiento ele su eleccion por una embajada, segun asegnra sn biógrafo Pa-
ladio, y lo mismo hiz o Anate· li o de Constantinopla ( Leon. Ep. 80 ). Dollinger,
H. E. p. 200. Las sillas patriarcales de Antioquía y de Al ~j andría fucron
creadas por el mismo San P·;dro , quiell fnmló cn persona la primera de estas
Iglesias, y por la me<li acion L l e su cli scipulo San :Már cos la segunda. Gregor.
l\L Ep. VII. 40. Thomassin. Z. e. P. I. L. I. e. D. Bianchi l. e. II. 1.
2. Bajo las persccuciones suscitadas por el arria11ismo se destaca la
Iglesia romana como baluarte de la fe , en el que se r cfugia11 los que sufren
por la integridad l1e sus creencias, Socrat. H. E. II. 15: Accusati et Ecclesiis
suis pulsi in regiam nrbem arhentant. Uhi cum Julio Romano episcopo
causam suam exposuissent , ille, qnac est Ecclesiae Romanae praero,qutiva,
liberioribus literis eos commnniYit, et in Orientem remisit (d ÓE, Ó:'rs -.z,'1ov.l'l
_, ' ·' ' ' ... , , , - 1 ' , ~ ' i ,
,."C..,,~
s·1 P(iJr·ri ~xxJ. ·ri'~'/J.~ zzG'Jc.-r/: , 7:~1.2p·r1 a-vt~-: 1.xo ~.; if:)'..~rcx.~~Y liJí(:.JftiJ~ Z'1 u.:.;-:o·J~,
x~l €;:l ~·'r;1 S-r:v:r-:0)3·11 ~.;:o~-:-t)J\s~ -:0·1 o~xz ~0·1 ix'l.1J-;<:> -;Ó.:o'I &~oó'.Õo~.; ). Cf. II. 17:

http://www.obrascatolicas.com
l -
~o:;
)
EXX
) -
;fl7 1.11.77~XO:J

Pwp:r1ç XIX'IO'IL~m 7CLÇ sxxh,cr(aç;


I
§ 19.
Y..11.'IO'IOÇ
PRUEBAS TRADICIONALES.
) I
XS ,s:;oy7oç,
. .._
p:r,
...
os w
._. ' ~
193
r
;;:.i:p:x yvwp:r1V -rou E7t~O"X07'0U
cf. Coustant. l. e. praef. p. 72. 7!) y append.
p. 51. 52. Explícitamente reconoce San Crisóstomo esta supremacia cuando
escribe al papa Inocencio I ( Coust. 785 ) : "1'e suplico que declares que no
tienen validez alg una estas injust as nego ciaciones ( p:r1 Õ~p.(11.'1 'Éyyv 1crzúv), y
que los que han obrado de un modo tan inicuo han incurrido en las penas
eclesiasticas ,, . Y en su segunda carta ( Coust. 809) dice : " Cuanto más altas
suben las olas , t anto más crecen tus solícitos cuidados ; semejas á los mejo-
res pilotos (7o0ç à2(77o:;ç -:w'1 x·;;:hp'rr,7W'1 ) , cnya vigilancia es mucho mayor
cuando divisan seiiales ele torrn:enta.,, Celestino I , en relacion con el nesto-
rianísmo, San L eon el Grande con el rnonofisitismo y San Dámaso con los
apolinaristas (Ep. adv. Apoll. ad Orient. ap. Theocloret. H. E . V. 10), se con-
ducen y obran como supremos jueces , á quienes recurren tanto el demandan-
te como el acusado , y cnya sent encia es inapelable. Así vem os que ya el
gnóstico l\farcion r ecurrió al Papa romano (Epiplrnn. Haer. 42 ); los novacia-
nos F élix y Felicisimo, al papa Cornelio ( Cypr. Ep. [i5); los euseuianos, N es-
torio, Pelagio, Eu tiques y lo s monotelitas hicier on todos los esfuerzos ima-
g inables para atraer á su partido á la Sede r omana. La misma Santa Sede ha
considerado como clerecho snyo incliscutible el que se la dé noticia de t odo s
los asunt.os importantes, y ha ordenado que se cumplan con rigor sus disp o-
siciones. Oigarnos sobre esto á San Jerónimo (Ep. 123 ad Ageruchiam): Cum
in chartis ecclesiasticis juvar em Damasum Romanae urbis episcopum, et
Orientis Occidentisqne synodicis consultationibns responderem etc. Damas.
Ep . III. ( Coust. 48G) : Constat, neque Romanum episcopnm, cujus ante ;j!
oinni'a eos decebat exspecta.re decretwn etc. Siricius Ep . 1 atl Himer. (Coust. G25): ·
Portamus oner a onmium, qui gravantur, quin imo haec portat in nobis B. I'e-
trus qui nos in omnibus administr ationis snac protegit ct tuetur haerecles ...
Nunc fraternitatis tua e animum incitamus , ut haec . . . in omniwn coepiscopo-
rum perferri facias notionem. Zosim. Ep . 7 ad H esych. ( Coust. 868): Licet
quisquis hoc proposita Pat rum et A posto licae Sedis auctoritate neglexerit, a
nobis di strictius vindicandum. Con motivo ele la hcrejia de Pelagio escribie-
ron los Obispos africanos á Inocencio I pidiéndole instrucciones y rogándole
que citase á su presencia al mismo heresiarca, on b esperanza de que mas
fácilmente cedería "auctoritati sanctitati s suae ,,. ( Ep. 27. 28. Coust. 875.) De
Inocencio ( Ep. 29. Coust. 888) : "Antiqnae t.raditionis exempla servantcs et
ecclesiasticae memores c1isciplinae ad nostrnm referenclum approbastis esse
judicimn scientos, quid Apostolicac Sedi ... rlebeatur, a quo ipse episcopatus
et tota auctoritas nominis hujus emersit. Quem ( Apostolum ) seqnentes tam
mala clamnare novimns , quam probare laudanda. San Gelasio (Ep. 5 ad
Honor. (Thiel. 321) dice : Cura seclis Apostolicae more majorum cunctis per
mundum debetur Ecclesiis. Y Cesar eo de Arlés escribe al papa Simaco lo
siguiente (Labb. IV. 1244): Sicut a persona B. Petri Apostoli episcopatns
sumit initium, ita necesse est, ut disciplinis competentibus Sanctitas Vestra
singulis Ecclesiis, quid observare debeant, evidenter ostendat. Flavitas, al

TOMO II. 13

http://www.obrascatolicas.com
194 PARTE SEGUND A. LIHRO PRIMERO. SEC CION SEGU NDA.

ser elegido patriarca de Constantinopla, declara que "optat, inde fulciri,


uncle Christo cupicnte profiuit cunctorum gratia plena pontificum ( Ep. 15),
dum scilicet ad Apostolicam Sedem regulariter destinatur, p er qnmn largiente
Christo omnium solidatur Jignitas sacerclotum,, ( Thiel. 2G7. 270 ).
3. Só lo aqnel que dcsconozca compl etamente la cnestion de que se trata
puecle ver en el cán. VI. clel concilio de Nicea una contradiccion de la doc-
trina del P rimaílo; este documen to ni c011trac1 ice ni prneha nada:, T~ 'l.f/7. ~7.
~B· ,,,_.. ...:. ;,...
. . . . r, Xr1. .. 'l. ;.,
... tu ,_.~ =. I 1\;' . .j:;
,:--
h. .. (:) -
%'1 ~• . \:-:!,' , - ~II-·-
· 1-.J:J ~I 'l.'J.• :;,l .. ,.'Y. -'~ -,
... OI. :..., " ,...--,....;, \)-~,~-:,. ..
(t)J .. .:. ~J/ l . ,;;;, .//.IJ?.:..1.'"'J
, 1 , '
STI'.7X07:fJ'I T:':J..'1'";(1)'/ ":'O:.J7t!)V E'/ .!'.'I ~ ·r, v
,, \ ~t: , , .... , \ - '
s. . . o'J~V1.'I' S~2~fJ'f, x::u. ":'<·> S'J
l)úJU.#fj STCl.Ci)~(J~W
! ~ ,

• - ' ' i 1 l

":'o·J-:o Ci',J'l"f/J±; E:1J-:-~·1 · ó:J.rJ~t~J.; x~.c:X :.\ ·r:•.0/.2'.'l.'i X'l. ~ z,1 7Cl·~; !J.)),'l..•.; 2:;-:::1.21.~'l.. 1.;
1

0Z %'l.\
,...' -,...-,.,/'j-~'
V':t.. n.r.;.:..; iJ,:. ~'l..
IY'-,..,.fj· 1 -~-;--
Q"(l)~ .;. :..; 'X_. ~ J. ·~
~ • ' . ,..,.:~,,. ,
c.X'/.l.f,:..; .. 'l.. •..,
~(J ''1r •
X -':/ . (j d'J
;).._ _ ,.. •,..; . . ., ' ;_ ,..-,,
Jc. ' \""º"': J f1J ,o I ~x,:. .. 10 '
r•,_I
(j V . e. ..
_;1.-, ,.
V"''"'
' f - ..., I ! ' ! \ · ~· ( ') 1 ~
·;t1)'j~.: "l'/(t) 1J.:f •.: 70'J 'J.:f."';")f)"j";,{J),'.70'....• "'i'S'l'J'.':0 S7::~ '7XOi:fJ.:. 7 0'/ '70'.'j'J7fJ'I
• ~ • J l • 1 1 ' . '
.'l u,.~ .../~ ,·r1 V!J'IOr)o;
1

c;)?'-'J'S ;1:r, 0s\'1 s~'l'l.'. s;; ('J'X07:0'1 X. ";'. ) .. Al1ni no se trata del P rimado' sino de
la autoridad patriarcal que Al·3jaudría y Antio<1nía ejer cen sobre una provín-
cia determinada, á semej anza do la ele lloma. I'l 1i1lips, Der. E cl. II. pag. 37.
H efele, Hist. de los Concilios , I. pág. 3!!7. Zaccaria, Dissert at io de reb ns ad
histor. atque antiquit. Eccles. pcrtinentiLns. T. I . 4. 6. Fulig. 1781.
4. H asta el emperador pagano Aureli m10 r ec:ouoció c:;ta preeminencia real
d e la Sede romana , con ocasion de la hcrej ía ele P ablo de Samosata (Euseb.
.• '- 1 H ist. E cl. VII. 30 ); Ammiano l\Iarcelino ( Rermn g est. I. 15) llarna a Liberio:
Christianae legi,; antistes. El mnperac1or V alentiniano III clió al primado de
li.orna fuerza legal en el tcrreJLo CÍ\'Íl ( In t. Opp. S . Leon. ed. Baller. I. pági-
na 642 ): N e qniü praeter auctoritatem Sedis illius illieit.a praesumtio atten-
tare nitatur, cum Seclis Apostolicae Prirnarnm 8. P etri mcritum , qui priuceps
est episcopalis coronae, ct Romariae dignitas civit atis, sacrae etiam synodi
:firmarit auctoritas ... Sed hoc illi:; omnibus pro lege sit, quidquid sanxit vel
sanxerit Apostoli cae Soclis a1 ctoritas . El emperaclor Justini ano designa al
P apa r omano con el nomLre cl·:i "Caput omnimn D ei saccrdotum , omnium ss.
E cclesiarmn ,, ; y á la I glesia de R0111a con el de "apex pontificatus ,, , cuyas
sentencias fueron, en to clo tÍEimpo, suficiente,; para vencer las herej ías. Her-
g enrõther, Focio I. p. 155 y s»

III. Son tambien palpable tcstimonio de la importancia que en todo


tiempo ha teni<lo la Sede romana, los nombrcs con que desde los pri-
meros períodos dcl Cri:stiani.smo se la lrn desig'nado .

Cathedra Petri ( Cyprian. Ep. 55. 5fL Optat. M. VII. 5. Augus tin. O. Lit.
P etil. II. 51. Hieronym. Ep. 14 ad Damas. ad P ammach. L eo l\I. Ep. 120.
Prudent. Hymn. X I. 32 ) ; Sedes Apostolica ( Augustin. De pecc. orig. c. 17.
Z osirnus Ep. ad Hesych. 1 y 1í. Athanas. Histor. .-1.rian. ad Monach. n. 35);
Episcopus episcoporum, pontife.c :naximus ( Tertullian. Pndicit. e. 1. Cf. Fleury,
H. E. V. p. 4G); Pater patrum, summus omnium praesulum p ontij'ex (Ep. Gelas.
XI. Thiel. 348. Synocl. Rom. !llansi X. 9Hl ) : 7w·1 o),t,J'I x;:;;'J,}w'I x;:;;'J,),·~
( Theodor. Studit. I. 34 ). Las pinturas encontradas en las Cat~cumbas, 'par-
ticularmente sobre cristales ó vidrios, representan á San P edro y á sus

http://www.obrascatolicas.com
/. ~.-

§ 19. PRUEBAS TRADICIONALES. 195

sucesores en el Pontificado bajo la figura de Moises, en el acto de hacer


brotãr agua de la roca. Kraus, Roma sotterranea, 2. ª ed., 1878 1 p. 340.

ARTÍCULO TERCERO.

Esencia del primado del Papa romano; su importancia.

Además ele las disposiciones ya citadas ele los concilios de Letran, de


Lyon y de Floreneia, lrn clietaclo otras aún mas explicitas el clel Vaticano,
confirmando mny particularmente las del fl.orcntino, acerca de la esencia del -,
~;.'
primado dcl Papa romano y de su importancia (l. e. Cap. III.):
Docemus proiudc et declaramus, E cclesiam Romana111, disponente Domino, super
omnes alias ordinariae potestatis obtincre primatum, et hmrn R. Pontificisj urisdictio-
nis potestatem, r1uae Yc r c (•piscopalis cst, immcdiatan1 e3se; erga quam cnjuscum-
que ritus et dignibtis pastores atquc fidelcs, tam scorsum singuli quam simul omnos,
officio hierarclticae snbordiuationis yeraeqne obedientiac obstringuntur, non solum
in r ebus , q_uae ad ficlcm et mores, sed etiam in iis, quae ad disciplinam et regímen
Ecclesiae per totum orbe1n diffusac pertiuent; ita ut, custodita cum Romano Pontí-
fice tarn communionis, quarn ejusclem lidei profcssionis uni ta te, Eeclcsiac Christi sit
unus grex sub uno summo Pastore. Haec cst catholicae veritatis doctrina, a qua de-
viare salva fide atq_ue salnte n cmo potest. Tantum autem abcst, ut haec Snmmi Pon-
tificis potestas officiat ordinariae ac immediatae illi episcopalis jmisdictionis potes-
tati, qua Episcopi, qui positi a Spiritu sancto in Apo3t,olorum locurn succcsserunt,
tanquam veri pastores assignatos sibi greges, singnli singnlos, pascnnt ac regunt, nt
eadem a supremo et universali Pastore asseratur, r obor etur ac vindicetnr, secundum
illnd Sancti Gregorii .:YI.: :!Yiens honor cst h onor universalis Ecclesiae . .i\Ieus honor est
fratrum meorum solidus vigor. Tum ego vere honoratus sum cum singulis quibusque
honor non ncgatur (Ep. VIII. 30). l'orro ex suprema ilia R. Pontifi.cis potestate gu-
bernandi universam Ecclesiam jus ei dern esse consequitur, in hujus sui mune.ris
exercitio libero communicandi cum pastoribus et gregibus totius Ecolesiae, ut iidem
ab ipso in via salutis do ceri a c regi possint. Quare clamnamus ac reprobamu s illorum
sententias qui hanc supremi capitis cum pastoribus et gregilms communicationem
licite irnpediri posse dicunt, aut canel em r eddunt saeculari potestati obnoxiam, ita ut
contendant , q_uae ah Apostolica Sede vel cjus auctoritat e ad regirnen Ecclesiae con-
stituuntur, vim ac valorem non lmbere, nisi potcstatis saecularis placito oonfirmentur.
Et quoniam divino Apost olici primatus jure R. Pontifex universae Ecclesiae
praeest, docomus etiam et declaramus, oum esse judicem suprem um fidelium (Pii P.
Breve "Super Solid.,,), ct in omnibus causis acl examen ecclesiasticum spectantibus
ad ípsius posse judicium recurri (Con e. Oecum. Lugcl. II. ): Sedis vero Apostolícac,
cujus auctoritate major n on cst, judiei um a ncmine fore retra ctandum, neq_ue cui-
quam de ejus licere judicare judicio (J~p. Nic. I. ad :Jiich. Imp.). Quare a r ecto verí-
tatis tramite aberrant, qui affirmant, licer c ab judicio R. Pontificum ad occumeni-
cum Concilium tanq_mun ad auctoritatem R. Pontifi.ce su11eriorem appellare. Si q_uis
itaq_ue dixerit, R. Pontificem h abe r o tantummodo offi.cium ins11ectionis vel directio-
nis, non autem plcnam ac supremam potestatem jurisdictionis in universam }~ ccl e ­
siam, non sol um in rebus , q_uae ad fidem et mores, sed et iam in iis , q_uae ad discipli-
nam et regímen E cclesiae per totum orbem diffusae pertinent; aut eum habere tantum
potiores partes, non vero totam plenitudinem hujus supremae potestatis; aut hanc
ejus potestatem non esse ordinariam et immediatam sive in omnes ac singulas
Ecclesias sive in omnes ac singulos 1iastores ac fideles; anathema. sit.

http://www.obrascatolicas.com
196 PARTE SEGUNDA. LIBRO PRIMEUO. SECCION SEGUNDA.

El principal adversaria qu·~ tenemos que combatir en la cuestion en que


nos ocupamos, es el galicanis:no. Los orígenes de esta escuela se remontan
hasta el siglo XIV, es clecir, hasta la época clel gran cisma de Occidente, en
la cual estalló con particular ·.riolencia la cnemiga de los monarcas franceses
contra el pontífice Bonifacio VIII y sus sucesores, y se r ecrudeció la lucha
ele los Emperadores contra los Papas bajo Luis de B aviera, ó sea ele 1313
á 134 7. Favorecida en parte por los mismos O bispos de Francia , que por
circunstancias meramente externas, y por la situacion esp ecial en que á la
sazon se encontraban con resrecto á la Corona, las tlignidacles y cargos oficia-
les que desempeiiaban, etc. , habian perdido no poeo de su im1epenclencia y
libertad de accion, y por los de Alemania, comprometidos en las Inch as de
los partidos políticos, gracias :'t su clignidacl de seflores y principes del pais,
clesarrollóse esta teoria, "que, fnmlada aparentemente en el antiguo derecho
eclesiástico, tenía por objeto trn stornar nn hecho histórico fundado en b ne-
cesidad de establecer el centro ele accion y de gravcdacl en cl Episcopado y
someter el Papa al Concilio gm1cral,,. Sclrnlte, Derecho ecles iástico , p . 183.
Los efímero::; principios de snnejante doctri na apareceu por primera vez en
Nic. de Clemangis, De mina Eecl esiae (v. d. Hanlt, J\Iagnum oecum. Const.
Cone. Tom. I.), Gerson, Con:>iderationes de pace ( Opp. T. II. p. 69) , hasta
que los publicó en t odo su dei:arrollo P edro de Ailly ( Petrus De Alliaco, De
difficultate reformationis in C.mcil. univers. ( Y. d. Hardt l. e.). Despues que
algunos individuos del Episcopado pidieron por primera vez la sancion for-
mal de esta doctrina en el concilio ele Pisa, vino la declaracion clel de Cons-
tanza , en la que se cstablece que el Episcopado es la Yerdadera cabeza de la
lglesia, á la que tambien está sometido el Papa ( Se::1s. V. Philips, Der. ecl. I.
pág. 248 ) ; t eoria que puso en práctica cl concilio ele Basilea deponiendo á
Eugenia IV ( Phillips . . l. e. p. 31 ). Mediante la Sanctio pragmati~a expedida
en 1437 por Carlos VII, rey el e Francia, penetraron estas nuevas teorias en
la legislacion civil; y aunque el Conconlato ajm;taclo por Francisco I con
Leon X en 1512 las quitó tocla fuerza legal , y si bien fu eron condenadas
por el quinto concilio de L etran y por e! de Trento, su espiritu continuó
predominando á la sorclina en algunos centros eclesiásticos.
Cone. Lateran. V. (15JG D enz. G'.~2): Solurn R omanum Pontificern pro ternporc cxis-
t entem , tanqu a m auetoritat e m s npc>r 01nnia concilia hnbentem , tam Concili ornrn
indicendorum , transfercnclorum ac di ssolYeml orum plenumjus ac potestatem habere,
nedum ex S. Scripturac testimon:.o, di ctis S. l'etrum ac aliorum Pontificum etiam . ..
sacrorumqnc canonum decretis, sed proprifL ctiam eorundem Conciliorum confessione
manifeste constat. Cone. Triden t. 8css. XXIV. e. 21 de Reform. Sess. VII. de Re-
form. init.

A peticion, y bajo la salvaguardia de la potestad civil, publicáronse los


cuatro artículos del clero galicnno en 1682, á los que siguió la Defensio decla-
rationis conventu s cleri gallicani, atribuída á Bossuet. De Francia se extcndió
esta doctrina a lo s Países Bajos y á Alcmania , fi gurando como principales
propagadores Van E spen ( üni. 'l'om. II. Col. Agripp. 1748) y Febronio.
Aparecen luégo las Actas de Ems, con el objeto especial de resucitar las

http://www.obrascatolicas.com
§ 20. LA POTESTAD SUPREMA DEL PAPA RÓllANO. 197
teorías en cuestion, cuando estalló la Revolucion francesa, que suprimió las
Sedes episcopales de Maguncia, Colonia, Tréveris y Salzburgo, ocupadas por
sus autores. Véase Stigl, l. e.; Kopp, La Iglesia católica en el siglo XIX y la
Reforma de su constitucion externa en armonía con la época, l\faguncia, 1830.
l\Iünch, El congreso de Ems, 1840.
Hé aqui el texto de los cuatro artículos galicanos (Walter, Fontes jur.
eccles. 18G2. p. 127):

I . B. Petro ej usqu e snccessoribns Christi Yi cariis ipsique Eccl esiae r erum spiri-
tualium et ad aeternam salutem pertinentium , non autem civilium et temporalium, a
Deo traditam potestatcm, dicente Domino: R egnum meum non est de hoc mundo
(.T oan. 18, 38), et iterum: Roddite ergo , quae s unt Caesaris Cacsari et quae sunt Dei
D eo (Luc. 20, 25) , a c proinde stare Apostolicum illud: Omnis anima potestatibus su-
blimioribus subdita sit: non est eni rn potestas , nisi a Deo: q nac autem sunt, a Deo
ordinatac sunt. Itaq uc qui potestati r csistit, D ei or1linalfoni r esistit (R om . 13, 1. 2).
R eges ergo ot príncipes in t emporalibns nulli ecclcsiasticae potestati Dei ordinatione
subjici neqnc auctorit::i.tc cl(l,vium Ecclflsiae, dil'ccte vel indirccte, deponi, aut illorum
subditos eximi a fid e atqu e obedientia, ac praestit o fidelitatis sacramento solvi eam-
que sententiam publicac tranquillitati n ecessariam 11ec mim1s E cclesiac quam impe-
rio utilem, u t, verbo Dei, P atrum traditioni et Sanctorum excmplis consonam, om-
nino retincndam.
II. Sic in esse Apostoli cae Sedi ac Petri s u ccessoribus , Chri sti vicariis, rerum
spiritnalium plenam potestatem, ut simul valeaut atque immota consistant sanctae
oecumenicao Synodi Constantiensis a Sede Ap ostolica comprohata ipsoque Romano-
rum Pontificum ac totins E cclesiae nsu confirmata atque ab Ecclesia Gallicana per-
J> etua r eligione custoclita decreta do anctoritate concilio n11n qeneraliuin, qnac sessione
q>tal'lci et qninta con tin cnf 11 r; nec probari a Ga.lli can::i. Ecclesia , qui eorum decrctorum,
quasi dubiac sint auctoritatis, ac minus approbata, robur infringant aut ad solum
schismatis tempns coneilii clicta clctorqueant.
III. Hinc Apostolicac potestatis usum moderan<lum per canones Spiritu Dei con-
ditos et totius mundi rcverentia consccratos; valel'e diam rcgul ct8, mores et instituta a
r egno et ecclesia Gallicaiw rece pta. p::i.trumquc terminos man crc inconcussos ; atque
id pertinere ad amplit ndin ern Ap ostolicae Sedis, ut statuta et consuetudines, t antae
S edis et Ecclosiarum co ns onsione firmata e, propriam stabilita tein obtineant.
IV. ln fidci quoque quacstionibns praecipu::i.s Summi Pontificis esse partes ejus-
que decreta ad omnes ct si.ngulas }jcclcsias pcrtinerc, nec tamen i>Tejormal;ile esse
j nrlicimn , nisi. E cclesiae consen s11R accesscrit .
Inoc enci o Xl por Breve el e 11 de Abril de 1682 (D0nz. 1189), y Alejandro VIII en la
Constitucion "Inter multiplices" d e ,_; de Ag osto do HJDO, rech azaron las cuatro propo-
siciones integTas; y si no pronuncia rou tum censura más explicita, fué seguramente
en considoracion á la críti ca situucion porque atravesaba Europa. Véaso B ene-
di ct. XIV. Bullar. ed. 2\Iechlin. Tom. XIII. Suppl. p. lO::J. Scaviní , Theol. ]\for. 'l'om. IV.
287 ed. l\Iediol. 1SG5.

§ 20. LA POTESTAD SUPRE:'.IIA DEL PAPA IW:'.IIANO.

I. El papa de Roma se halla investido de autoridad episcopal sobre


toda la Ig·lesia, por cuya razon ejerce de hccho y de derecho una po-
testad inrncdiata, plena, suprema y ordinaria sobre todos los cristianos.
Dedúcese esto del objeto mismo y fiu del Primado, que no poclrían

http://www.obrascatolicas.com
198 PARTE SEGUNDA. LIBRO PRIMERO. SECCJON SEGUNDA.

realizarse si el Papa no estuviese investido del poder necesario para


el ejercicio inmediato y vropic. de su soberanía.

1. Véase Schulte, l. e. p. Hl2. En opinion de }'ebronio, cl P apa sólo tiene


derecho de inspeccion y dfreccio1; (l. e. Tom. II. p. 273 ) '' ej nsdem curam su-
perintendentem cliversam esse a cura episcopali, quae jnrisclictionem proprie
talem excludat et potestatem coactiva m ,,. La misma doctrina defienclen: 'ram-
burini (Vera idea della Santa Sede. P. II. § 5), el Sínotlo de Pistoya ( Auct.
fül. Prop. 7. 8. 11. lG ), y cn nnestros dias K11ytz ( Syllab. n. :14 ) : Doctrina
comparantium Rom. Pontificem principi libero et agenti in nniversa Eeclesia,
doctrina est, quac medi o aevo praevaluit. Cf. Il pl'Ofos.sore :N"uytz ai suoi con-
cittadini § llG. Como asimismo Fr. Vi g il , l. e. ( conclcna(lo el 10 de Junio
ele 1851 ). Tanto Xnytz como Ey bel pretendem ignorar la cfo;tincion entre po-
testas llominii y potestas propn:etatis, la primera ele las cuales, y no la segunda,
es la que corresponde al Papa; en virtlHl de esa potestacl es , pues, algo más
que un simple "seniclor de la Iglesia ,.. L os dos mencionados escritores son
partidarios de la Iglesüt nacional.

Sylla h. n. 36. Xationnlis concilii defini tio nnllam aliam adm itt it 1lisplltati0111' m , civi-
lisqu e administ.ratio r cm acl 110scc tcrmi11os cxig·erc pot es t. Aur·t. }'ià. l'rop. 8G. Propo-
sitio enuntia ns, •I nalomoun<1trn cognitionom ccclesiastioae liistoriae sufficere, ut
fateii quisque tlebcat , CO ll\'Ocatiorn'rn COJtcilii natio nali s un am es -;c ex viis canonicis
qua finíantur in Ecclesia respcctiYnnm nationum controYcrsiao spcctantes ad reli~
gion em: sic intcllecta, ut controvcrsiac ad fülem et m ores spectantcs in l~ecl csia <JUa-
cunque sub ort::te por nationale coneil ium irrefmgahili ju(li cio fütiri v::tleant, q1rnsi
inerrantia in fid ei et morllln qnae 3tíonilms na tionali cone'lin compcternt., ;;chisma-
tica, hacretica. I'rop. 11. Sentcntia. enuntüms , vetcri maj orum institnto, ab Apo st oli cis
usqne temporibus <lucto, per m cliora. Eeclcsiac saccu la scl.'vata rcceptum fuisse, ut
decreta aut delinitiones ant sc ntcntiac eti am nrnjorum seclimn non acceptn.relltnr, n isi
recognita fnisscnt atque approbata synr><lo dioc<:es ana, falsa, t cm erari n, dcrogans pro
sua generalitate obedicntiae debita o eonsti tntionilms Apostolicis, tum et scntentiis
ab hiera rchi ca supcriore ll'gitim::t pot.estate nrnnantibus, ~chisma foycns ct haercsin.

2. La potestnd del pap:1. íl e TI.orna es ele carúcter episcopal: así como el


Obispo ej erce autoritlad sobre BH cliúcesis, de la misma manera la ejerce el
Papa sobre tocla la Iglcsia; sn cnidaLlo pastoral se extiendc á todos los eris-
tianos. L eo l\'I. Ep. G: Per om!lloH .E cclesias ( ej us ) cura distenditur exigente
hoc D omino, qui Apostolicae :lignitatis B . Apostolo I'etro primatum fidei
suae remuneratione commisit , nniYcrsalem Ecclesiam in fonclamenti ipsius
solic1itate co11stitne11::;. Porque (Bonifac. I. arl Ruf. Thessal. Const. 1037):
"Ecclesia a l'etro snmpsit iniLmn ,, , " ipsi ejusdem regimen innititur, ab
ipso veluti fon te suo onmis :E:cclesiasticus orc1o prnmanat ,,. Bernard. ad
Eugen. III. 8: Habent itaque •3p iscopi assignatos greges singnli singulos,
ipsi universi crediti, uni lmu::>. E t nec modo ovimn, secl et pa;,;torum ipse
unus omninm pastor. Oigamos .;ómo expone Santo Tomús las razones en que
se funda esta amplitnd de la potestarl del P ontífice R omano ( in IV. Dist. 24.
Qu. 4. a. 1 ) : Ubicu11que sunt multa regimina ordinat:c in lmum, oportet esse
aliquod universale reg1men super particularia regimina; alias 11011 posset

http://www.obrascatolicas.com
§ 20. LA POTESTAD SUPREMA DEL PAPA ROMANO.

esse colligatio ad unum. Et icleo, cum tota E cclesia sit unum corpus , si ista
unitas debet conservari, oportet, quod sit aliqua potestas r espectn totius
E cclesiae super Epi scopalem potestatem, h aec est potestas Papae. Cf. Cone.
Trid. Sess. XIV. Cap . 7: Pontífices maximi pro summa potestate sibi in
Ecclesia universali tradita can sas aliquas ... r eservanmt. L a potestad p apal
es una potestarl ordinrll'ia ins eparable del cargo qne lc h a si do conferido por
el mismo J esucristo, qne le autoriza para intervenir en todos los asuntos
eclesiásticos, annqne no se:tn extraordinarios ni revistan c:.racter de gravc-
dad; es inmediata por cnanto le fué conferida por J esncristo mismo, y plena
toda vez que en él r es ide totalmente y en primer término la p otestad deposi-
tada por J esncristo en b I glesia, miéntras que los demlts tl ignatarios y mi-
nistros de ella solo se l1 rillan investidos de una parte de esa autoridad y la
ejercen dentro ele limites det erminados. Cone. Lugdnn. II: acl sollicitudinis
p artem Ecclesias cet ern,; atlmittit. Cf. Thom. Smmn. III. Qn. 7. a. 9: Plene
h abetur, quod perfecte et totaliter habetur. Albert. :M. in l\fatth. c. 1G: In uni-
tate ordinis E cclesiao nnns c;;t, qni accipit (claves ) in pl eui tu<line potestatis,
qui est succesi'or P etri et P etrns in potestate. Alii autem in eadem lmitate
accipiunt in parte p otestatis , co quod vocantur in p:irtcm sollicitudinis. Y el
mismo Acacio , patriarc(l de Constantinopla, escribe al papa Simplicio (Ep.
8 Thiel. 192 ) : Solli citudinem omnium ecclesiarnm securnlum Apostolum cir-
cumferentes n os indesinenter hortamini. De San J, eon el Grande ( Ep. 14 ad
Arrastas. Thes s.) son estas palabras: Vices nostras ita tuae credidimus charita-
ti, ut in partem sis vocatus plenitndinis, non in plenitudinem potestatis ... ut ad
unam Petri Sedem w11"1;crsahs E cclesiae curu confiuerct, ct nihil nsquam a suo ca-
pite dissideret. Cf. Senn. II. de annivers. : Omnes propri e r egit P etrus, quos
principaliter regit ct Chri.stu,; . B onaventur. (Quarc fratr. minor. praedic. init.) :
Triplex est hnjns potestatis plenitnclo. 1. Quocl i psc summns P ontifex solus
h abet t otam plenitmlinem auctoritatis, quam Christus Ecclesiae contulit.
2. Quod ubique in omnibns Ec clesiis habet illam ,.;icnt in speciali sua Sede
R omana. 3. Quod ah ipso emrinat in univer sam E cclesiam omni s auctoritas,
prout singulis compctit cam p::nticipari. Es la supremn. antori<lad de la I gle-
sia, puesto que el Papn. no es responsable de sns n.cto.~ ni áun a la I glesia
universal, mucho ménos lt otra potestad de inferior categorfa; de suerte que
sólo tiene que dar cnenta ele ellos á Dios y á su conciencia. Antes hemos de-
mostrado que esta p otest:ul no excluye en manera alguna la episcopal, ni se
opone á que ésta sea tambien de c1erecho divino. Es snmma , sed non sola.
B ernad. l. e. III. 4.
3. El P apa As episcopns nni;;ersalis, decía nu axiomil. de la escuela de
P aris . Cf. Argentrée, Collectio Judicior. I. 2. p. 8G. 8G. 1G4. La misma F acul-
tad de París coml cnó cn 1413 á Hus porque negó esa tésis. Natal. Alex.
; H. E. Tom. XYII. p. l<l7. Es verclad que Gregorio el Grande relrnsó aceptar
el título de k~~xo7:o; olxo·1?•'1•.xó;, con que guiso llesignar al Soberano Pontí-
fice el con cili o de Calceclonia (sobre lo cual clebe cornrnltarse á Héfele,
Hist. de los Cone. II. p. 544 ) ; mas no hay en acto semcj ante el menor indicio

http://www.obrascatolicas.com

.\·
200 PARTE SEGUNDA. :LIBRO PRHIERO. SECCION SEGUNDA.

de que desconociese la suprema autoridad que ejercía en la Iglesia; ántes,


muy al contrario, acentúa do una manera especial su importancia en el
mismo escrito ( Ep. V. 20 ad 1faurit. I mper.: Cunctis ergo Evangelium
scientibus liquet, qnod voce DJminica sancto et omnium Apostolormn Petro
princi pi Apostolo tot ius Eccle~ iae cura commissa est ( siguen l os tres pasaj es
de la Sagrada Escritnra ) . Ecce claves regni coelestis accipit, cura ei totius
Ecclesiae et principatus committitur, et tamen nniYersalis episcopus non voca-
tur. L o que hace es únicamentE: condenar el nuevo título usurpado por Juan,
patriarca de Constantinopla, e orno contrario á los cúnones , nacido de la va-
nidad y atentatorio á los c1erec::1os y prerrogativas de lo s demás Patriarcas,
máxime cuando , segun el d erecho antiguo, el usurpador ocupaba ilegalmente
la silla de Constantinopla (Gelas. Ep. XXYI. 10. 'l'hiel. 408); es, pues, se-
guro que nada más que la novEdad d el título y el deseo de no dar motivo á
que se creyera que había el ü:t ento de ami11orar la autoridad de los otros
Obispos o negarles su caráct er de sucesor es de los Apo stole~, foeron las
causas que le movieron ~t rehumrle y ~t tomar el mas modesto de " servus
sacerclotum ,, , como contraste clel pinnposo titulo q ne ,;e arrogaba el patriarca
de Constantinopla (Ad Eulog. :·~p . V. 43 ad Joan. Constantinop. V. 18). Mas
al propio tiomp o sosticno con inque1Jrantable firm eza sus derechos de Prima-
do y se apellida "caput fidei ,. , pflr el cual '' corpus membrorum int egrnm
manet ,, (Ep. XIII. 31); los ot:·os cuatro Patriarcas se hallan tambien some-
tidos à su juriscliccion ordinaria ( Ep. II. ;J2 ) , y lo,; orientales deben igual-
mente acatar sns decr etos, por los que prohibe la lcctura d e c:ieitos libras
(Ep. YI. 6G); d ecide sin apelacion en c:nestiones üel dogma (V. ô4): Si quam
conteutionern de fid ei causa e1·enire contigerit. . . et pro sui magnitudine
judicio Sedis Apostolícae indig3at, ad nostram studeat producere notitiam,
quatenus a nobis Yaleat sine t1n1Jio sentc ntia, tenninari. Declara que 110 solo
todos los Obispos, sino muy pnrticnlarmente el de Cons tantinopla, deben su-
mision y acatamionto ~' ht SeL1e r omana (I X. U ): De Const::mtinopolitana
Ecclesia quod clicunt, quis ea:n clnbiütt Scl1i Apo:Stoli cae e8s c subjectam?
Lo8 mo11jes de Siria, en su escrito al papa H ormi sllas, le llaman , por su cali-
dad de tal, " orhis terrae patriarcha ,, ( :e~ 0(:1.ri'J;J.<:'l'.x<:) ), como lo lticieron
ántes los legados del Pontífic e R omano en la tercer;:t sesion del concilio de
Calcedonia. Ep. 39. Thi el. 814. 81G , como en Ep. G9. 70.

II. En virtud de esta a üoritlad suprema y ordinaria, todos los


miembros de la Iglcsia sin exccpcion dehen obetliencia al Papa, ya
los consideremos indiYidnalrn ::nte 6 rennillo;; eu Concilio, cnya e01wo-
catoria y presirlcucia es tam bien una de la;:; prerrogafrrns del :-;ucesor
de San Pedro, y cuyas decisiones no tieuen valickz legal sin la apro-
bacion del mismo Papa.
1. B elarmino ( De Cone. II. 7 ) declara esta proposicion de fid e o á lo
méuos proxima fülei. Pero so stienen lo contrario todo" aquellos que atribu-
yen al Concilio, os clecir, á lo,; Obisp os reunic1o8 imlepenclientemente tlel

http://www.obrascatolicas.com

---
l -·

§ 20. LA POTESTAD SUPREMA DEL PAPA ROMANO. 201


Papa, no sólo superioridad efectiva, si que tambien potestad coercitiva con
relacion al mismo Pontífice. Tal es el principio fundamental del llamado
sistema episcopal, " cuyo nombre encierra un verdaclero sarcasmo contra los
mi smos Obispos ,,. Schulte , l. e. p. 193. Cf. Luth er, Act. 28 (Denz. G52),
Artic. II. Declar. Cler. gallic. Natal. Alex. Sec. XV. et XVI. Dissert. IV.
) Art. 3 § 3. Cf. Diss ert. VIII. n. 54. Pr. 29 damn. ab Alex. VIII. Futilis et
toties convulsa est assertio de Pontificis Rom. supra Concilinm oecumenicum
potestate atque in fidei quaestionilms infallibilitate (Denz. 118G). Los parti-
darios de este sistema no han tenido cn cuenta que todas las promesas h echas
por J esucristo al Colegio apostólico se le hicieron precisamente por estar
en comunion con Pedro, y ni una sola con inclependencia de él, mucho ménos
estando en oposicion con el j efe del apostolado; por consecuoncia, los pode-
res que despues se confieron á los Apóstoles no anul an ni merman en lo mas
mínimo la potestacl otorgada á P edro; do donde se infiere que su potestad
suprema es in<lep endiome de toda otra autoridad , de cualq uier género que
sea, y que á ella están sometidas las demás autoridades do la Iglesia. Por
otra parte, una asambloa de Obispos no representa la Iglesia universal, com-
- p~1 ~sta de cabeza y miembros . SíguetJe, pue::;, que no es siquiera Concilio
univêi·sal qne represente á toda la Igle sia sino a(1uél que esté presidido por
el Papa "sicut caput memhris ( XS'.f'l.)3,1 :ú),t•>'I ) ,, , segun la conocida expre-
sion del concilio de Calcedonia ( inter Epp. L eon. M. Ep. XL VIII. 20 ). Por
eso los Padres reunidos en Efeso declaran que h abian pronunciado la sen-
tenci a condenando á X ostorio, " coacti per canones et epi,;tolam patris ac
comministri Rom. Ecclesiao episcopi,, (l1.'1'"1.yx'l.(tü; X'l.7ST.~·.z.~z'1-:s; :M:ansi IV.
1211 ), y L eon el Grande , al rechazar el cánon 28 clel concilio de Calcedo-
nia, por el que i;e asig naba á la silla de Constantinopla el lugar inmecliato en
categoría al de la de R oma, con detrimento ele lo s clerechos ele todos los
demás Patriarcas ( ad Pulcher. August. Ep. 10ri ): Consensioncs vera episco-
porum, sanctorum canonum apud Nicaeam conditorum rogulis repugnantes,
unita vobiscum Yestrae fülei pietat e in irri tum mittimus, et per anctoritatem
n. P etri Aposto li generali pror;;us clefinitione cassamn,s; las mismas declara-
ciones hizo al Emperador, que hahia pedido la nprobacion del canon men-
cionado (Ep. 10± ad nfarcian. Imper. ) á Anatolio, patriar ca ele Constantino-
pla (Ep. lOG ), y á los Obispos reunidos en Concilio (Ep. 116 ).

2. Con mucha oportunidad observa Moslwim (Dissert. acl JL K Tom.!, p, 577): Quocl
univorsis sive s íng-nlis Ece:l esii:-. Pontifi een1 pra c c.ssc dicnnt ( Gallicn.11i ), non univer-
s a e E cclcsiae, id tam mihi scitum vid~tur, ac si <JUis affirmarl't, m embra <Juidem a ca-
pite regi, non vero, quo d ex mcmbris constat , corpu s; aut, u rb es '}tlidcm omncs, villas
ct p raedia s ub essc r egi, nem vero , quae hí $ contin etur, uni versam provinciam . Y
S . Pufendorf (D e habitu chr istianac r cl ig. ::i,cl vit. civil. p:'tr . 58): Concilium esse supra
papam, thc sis est. Sed '}Uocl ist i quoque h::i,nc propositionem ::i,ssercre vclint, <JUi Se-
dem Rornanam omnium J<~ cclesiarnm centrum ::i,c Papam occurnenicum episcopnm
agnoscunt, id c1uitlmn non parmn ahsurditatis hlLb et, cum status Ecclcsiao Rom. rno-
narchicu s s it, ista autem thesis rneram a ri sto<:ratiam oleat, Cf Gerson. De potest.
eccles, Considor. VIII.: Si gencralc Concilium repraescntat universalem E ccl esiam
sufficientcr et integre, n ecesse cst, ut includat auctoritatcm papalcm. H efole, Hist. de

L http://www.obrascatolicas.com
,.; ·\

202 PARTE SEGUND A. LIBRO PRIMERO. SECCION SEGUNDA.

los Cone. 2." ed. I . p. fi4: " La cucstion que ver sa sobre Ia r elacion existente entre el
Papa y el Concilio uni vers al no d 3be tratarse tomando por bas e las categorias ~bs­
tractas d e arriba y d e almjo, si uo que m ás bien d ebe tomarsc ex v isceribus rei. El
Concilio un iYersal r epresenta la I glesia entera, por lo cual el Papa está , con r especto
ú. dicl10 Con eilio, cn la m isma r elaci on c1ue r:on resp ecto à laigl csia. La cuest ion , pucs,
debe plantearse en csto,; términos: c.J<;stá e l Papa sobre la I g lesia, ó d ebajo de ella?
Ninguna d o las dos cosas pued c r espond er,; o afirmativamnnte; esta en la I glesia, per-
t enece n ecos;1riamente :'t c lla, cs su en,lieza y su centro. l'or tanto, as i como el orga-
nismo hum ano , si 10 falta la caueza, no es YPnlad cr o cu cqio, sino más bien un tronco
mucrto, d e ln. mi sma mm1cra nmc :u, ambloa d e Obispos, por num erosa q 11 e sea, no
ll ega á constituir 1111 Co1 1cílio 11niversal si está sPparacl:t dcl Papa, que es su cn.beza.
D e donde so infie1·c <1ue ni áuu 1n··ipo11crse p ttccle la eu es tion de si el Papa 0;;tá sobre
un Concilio univ er~ al ó debaj o ie é ! , pu0s to cpw cn.rcte d e base en que fundarso.
V éase \\'alter, D er. cc l. ] 'úr. l :Jt>. I:o:;coyauy, {, e.!'· J3 y sí,;"
Léjos do somctcr al Papa á _m Conci li o universal, la I g lesia antigua esta-
bleció como principi o axiomúri co el de <1ne : Prima 'ecles a ne1nine j1Hlicatnr.
Cf. Constitnt. synocl . de 8ymrnach. nu:;olut. ( Thiel G58): Nec antedictae
Seclis anti:'õtitem minori snlJjacn i~~e j111licio ( GI G) : Qnoniam ipsi ( oJ Papa)
p er canones appellatio11es omnimn episcopornm co mmi~a e sunt, et cmn ipse
appellat, quid erit facic ndmn ? Rcs noya est, et pontifi cem Sedis istins apnd
nos andiri, nnllo constat ex orr.plo. P or cuya raz cm deciclen ( G63 ) : Cansas
Dei ipsius esse judicio committ emlas. Y el mismo Pontífice declaro: Privile-
g ia mea volnntati r egia e snlJmisi , et ::rn etorita.tem synodo d edi ( 67G ). Sobre
lo ena! hace _.\_viro d e Y iena la ohse1Tacion signiente ( Mansi YIIL 293 ):
Quia sicut nos subc1itos es se t errcnis potestatibns j nbet arbitcr coeli , .. ita
non fa cile datur intelli g i, qna vel rntiono wl lege ab inforiorih us eminentior
judicetur.
3. Antes de fnndar en la a·1roriclad d el concilio de Constanza, principal-
mente en los sucesos ocurrid oB cn sn cnarta y quinta sesion, el segundo ar-
tículo de la cleclaracion galicana , era preciso h aber clemostrado los tres pun-
t os siguientes, sin cnyo requisito d t estimonio es nnlo: a. ) Qne el Concilio,
al adoptar las resoluc:iones al udirlas, t enía carúcter de ecuménic o. E sta prue-
ba es ele toclo pnnto i1nposiblo, toda vez que en estas sesiones sól o estuvo
represe~tado el partir\11 del papa Juan XXIII , rcconocido ya p or t odo el
mundo corno ilegítimo, y ni úun sns representantes aproh::tron entónces tal As
r esoluciones anm1ue le reconcdan como legítimo ( Asch bach, Hi storia del
emperador Sigismurnlo II. p. 7li3 ). P ar a sn:;traer :-;e á las instancias de s ns
partidarios, que qne ría.n ol1lig arle !t r enirn ciar su dig nidad , t u\'o qu e apelar á
la fuga. En el Concilio no os tab:m r epresentados ni B cnedicto XIII, ni el
p apa leg ítimo Grogorio XII ; c·_e rncrte r1ne el Sínodo no tnvo fonclam ento (1e
legalid ad hasta tanto que tomaron parte en él los Padres de la obecliencia de
Gregorio XII y éste rennnció el Pap ado, despues rlc lo cnal se fné sometien-
do el torcer partido dis iclente. Véai:;e Phillips, D or . ecl. II. p. 287. Héfelo,
Hist. de los Con e. VJI. p. 104. E st it demostrac1o hasta la saciedad que la
asamblea de Constamm sol o tuvo carácter d e Concili o ecuménico en c;ns
últimas se:úones, en ]a,., cuales los Padres obraron ele connm acuen1o con el
P apa. b) A simismo era preciso demostrar que estas .d ecisiones ohtuvieron

http://www.obrascatolicas.com
§ 2Q. LA PO'l'ESTAD SUPREMA DEL PAPA ROl!ANO. 203
despues la aprob acion del Papa legítimo, hecho que tampoco puede probar-
se, ya que el pontífice Martin V sólo confirmá y aprobó, en su Bula "In
eminentis ,, de 1418, las decisiones relativas á asuntos dogmáticos, que fueron
acordadas segnn la práctica admitida en los Concílios ( In ma teria fidei p er
praes ens concilium . . . ipsa sic conciliariter facta approbat et ratificat et non
ali ter nec alio modo ). E s notorio que el decreto en cucstion, expedido en la
sesion cuarta, no se aprobó "conciliaritcr,,, sino únicamente por mayoria de
votos con exclusion de los Cardenales. Gerson, Opp. II. p. D40. En sentir de
este escritor y de P. de Ailly, sólo r eunen la coll<licion de "conciliariter ,, los
asuntos que han obtenido el yoto de los Carclenales. Héfele, l. e. p. 9!) y sig.
Al mismo tiempo expidió el Papa b prohibicion de apelar ante un Concilio
de las decisiones del Pontifice, por cuya razon el mi smo Gerson, yerchdero
promotor de aquellos decretos, reconoció que, cn virtud de tal prohibicion,
habian perdido toda su fuerza (Dialog. apolog. Opp. II. p. 3UO). e) Por
último, debía prob:use que el 'decreto en cuestion había de tener apli~cion
absoluta, aun tratánclosc de un P apa Yivo, soLre cnya eleccion no hubfose
eluda alguna, y no, segun claramente se infiere del texto del decreto , "pro
exstirpatione pra esentis schismatis ... cui quilibet ... tenetur obedire in his,
quae pertinent ad ficlcm et cxsti r pationem schismatis,,, y que, por consiguicn-
te, no era tan sólo "la confosion introclucida en la cristiandad por el cisma
lo qne moYió al Concilio a rehnsar la cloctrina relativa a la preeminencia de
la autoridad papal, hasta entónces por todos admitida ,,. Véase Gerson, De
potest. ecclesiast. X. XII.
4. De la natnraleza misma del asunto se inficre que al Papa corresponde
convocar el Concilio general, y que si en sn lugar lo hacc un Soberano ca-
tólico defensor ele los intereses de la Iglesia , sin descuidar los intereses
materiales de sus súbditos, clebe preceder ó seguir á cs e acto la aprobacion
del P apa. Héfele , l. e. p. G. Scgun el tcstimonio ele Sócrates ( H. E. IV. 327),
os
ya Julio I hizo el afi o 341 la cleclaracion signient o: ":1.·r, ~>1 7:7.f~ '('ltii'!:r,v
·rn:.i- S7'
' .7XOT.:O:J
1 ' p' w:1:r,:,
' ""'
X'l.'10'1'-,S'.'I ' ". L os ocl10 pnmeros
' SX%/,'f,7W.:,
77.:, ' ' . COllCl·1·lOS
universales fueron convocados, suspendidos ó cerrados por los Emperadores;
pero despnes todos lo han sido por los Papas, y itun on los primeros tnvieron
intervencion los Papas, soLre t odo en su convocatoria, aunque en unos apa-
rece más evi<lente esa participacion que en afros, segun pnede verse en la
citada obra de H éfele. Al Papa le corresponde b presiclenc:ia del Concilio,
como j efe supremo de la Igl esia universal, derecho qne le conceden hasta los
mismos partidarios del ll:tmaclo sistema episcopal , que sólo reconocen en el
Pontífice Romano nn primado de honor. En los ocho Concilios más antiguos
hay que distinguir d os clases de presiden cia: la direccion exterior (Eusob.
Vit. Constant. IV. 24: ~";'W os ";;)'/ sx>o~ 0..0 ÍJs(J::Í x'l.BsT:?.~.boç ) estaba enco-
mendada. al Emperador ó à sns comisarios, á q uienes se reserYaLa tam bien
el sitio de honor, mientras que los legados clel Papa presiclian la asa.mblea
de los Obispos in specie, sienclo ellos, por consecuoncia, los que presidian
x'l.-:~ 7(1. <:;'.7w. Los Emperaclores en union con los Papas eran tambien, por

http://www.obrascatolicas.com
204 PARTE SEGUNDA. LIBRO PRU!ERO. SECCION SEGUNDA.

idénticas razones 1 los que codirmaban las decisiones de los Concílios. V éase
Héfele 1 l. e.
Por cuya razon los legados de Leon I en el de Calcedonia, declaran que
liabían pedido la destitucion del diácono de Alej andria porque "-:r~'loÕov
$-:ó), 11..1.·r{;~ r.o~Y,-:r(J}. sr.. 1.-::ioTá,ç
1 #
of.·11'.J. -:r,•) à:.-:070:01- 1.xr,0 9'.lovo:;
1
(JYfansi VI. 581 ). En
cl ano 485 1 6 484 segun otros , pnblicó un Sínodo de más de 40 Obispos, pro-
cedentes de varias pro víncias <le Italia, la explicita cleclaracion siguiente: los
O bispos reunidos en Nicea "confinnatiouem r ermn atque auctoritatem san-
ctae Romanae Ecclesiac cletul erunt,, ( l\I::tnsi VII. 1140 ). Gelas. Ep. 2G ad
Darcl. ( T!ti ol. 394 ) : Prima sedes nn:unquamqne synodum sua auctoritate
confinnat et continua.ta moderatione custodit. Segun hace notar Ferrando 1 las
decisiones del concili o de Cakodonia no tnvieron fnerza legal hasta que foe-
ron aprob::Hlas por el Papa (l\Iigne T. LXYII. U:ZC . Ep. Y. 7) : Universalia
Concilia , praecipue illa 1 quib1:s Ecclesiac Roma11ae consensus accesserit, sccun-
dae auctoritatis locmn post canonicos libros tenent. Por cnya rnzon Facundo
de Hermiane llama la pote~tad papal "prima et maxima potestas,, (Pro
d efens . 3 capit. 1\Iig n. LXYII. (J77 ) , y r l c1uinto Concilio lateranense declara
cn su sesion XI: R ornmmm P ontificem tam conciliorum edi cenclorum, tran-
sforendorum ac dissolvendorum plennmjus ct potestatem h aberc.

III. De lo expn c,;to se ckrlnce, corno necesaria consecuencia , que las


1cyes eclesiitsticas 110 tienen fnerza coactiva con relacional Sumo Pon-
tífice, ni únn las q ne proYÜ·nen media ta ó inmc!liatamente de los Con-
cílios gen crales. SítTenle de norma á las que ajusta sn,; accion es, en
cuan to que, como calleza de la Igle.sia, ele be ser taml)ien el primero en
dar ejemplo de snmi:;ion y :.'l~ speto á las leyes; mas éstas no contienen
Yerdaderos mandat o,; para d , toda Yez cp1e no hay en la Ig·lesia autori-
dad alguna (1ue tc11ga facultad ó derccho para imponérselos.

Sin embargo, en el Art. III rle la Dcelaracion cl el clero galicano de 1G82


se afirma todo lo contrario 1 do : rrina que tam bi en so,;tienen Lannoi ( III. ep. 3 j1
F ebronio (l. e. IV. :Z'.20 ) y hasta Tournely ( De E ccl. Tom. II. r1u. Y. art. 2):
Etsi summus Pontifox in rebrn; spirituali lms supremns sit, pntestas nihilomi-
n us absolu ta et suprnnm apud no::; locum w m ha1J et 1 ::;ed reguli::; ac canonibus
ab antiqui;; Concilii ::; co n s tituti~· et confirmatis , atqn0 apnd no,; recepti:; reti-
netnr et coarctatur. l<'ehronio ( l. e. II. 480 J lleva sn oxigenei a hasta el extre-
mo de suponer que los decretr•s papales no tienen yalidez sin la aprobacion
del Epi;;copaclo , con lo cual dcmnestra qne clesconoce la sig nificacion clel Yo-
cablo "anctoritas,, con que se designa la;; cartas decretales ele los P ontifices 1
ya que dicha palabra significa precisamente lo contrario. Leo Ep. 150: Hanc
epistolam nostram ... ad 0111n es fratres ct comprovinciales epi:;copos faeias
pcrvenire1 nt omnium ol.iseryamiae data pro;;it auctori ras . Zosim. Ep. I. ad Bp.
Gall. ( Cou::;tant. 935 ) : Quam auctoritatem ubique nos misisse m::mifestum est.

IV. El Papa se halla tamhien revestido.~ 5e la suprema autoridad en

http://www.obrascatolicas.com
f
§ 20. LA POTESTAD SUPREMA DEL PAPA ROMANO. 205

materias jurídicas, por lo cual puede apelarse á él en todos los asuntos


eclesiásticos; pero de su sentencia no puede apelarse á ~o tribunal; en
primer lugar, porque el único á que podría dirigirse tal apelacion, ó
sea el Concilio universal, no existe sino en casos muy excepcionales;
en seg undo , porque, áun en el supuesto de que existiera, siendo su au-
toridad inferior á la dcl Sumo Pontífice , se daría el caso de apelar de
una potestacl superior á otra inferior.

Precisamente la tendencia general de los galicanos Launoi (l. e. VII. 3),


F ebronio (l. e. p. 2% ), E ybel , Pedro de Marca , R autenstranch , '11amburini,
del Congreso de Ems y otros era limitar todo lo posible las apelaciones al
Papa. El mencionado Febronio (l. e. V. § 5) sosti ene, con la escuela galicana,
que la adjudicacion del derecho de apelacion al Pap a data del sínodo de Sar-
dica. Cone. Sard. Can. III. m Õoxs~ U'J.W'I i
71)• ±·-á.:r,. Ils-;~O'.)
i
700 A.:o~-;o)m -;·r,'I
j j/

p.v·Au..·r1'J 't'.'J.-li'S(J)U..!'J , x_ryJ. . .1~t1..-.;,'l1 ·1e1. 1• -:-:ao~ ":'O:.J":'tü'I -:W•1 x~'.'1d·1-:w•1 lo·Jl-.lt0 -ri:) €7tt.O"xd;:w
• , l i ri ...., l, . ..... 1 i 1 l _, , , , i ~ , .., , i _ \
1
Pwp:r1ç, wu-:z ovt. 7W'I ye 1.':''1 1.úr1-:t1>v -r·,) Ett.rJ.?/.'·q. s~·.crxo;:c.t)v, s•. Osot. a'l~Ystu0·1,va!. -ro
1

.... 1 , ' 1 , ' , , ..... , \ ,..... ..... , .....


Gt.X.(LIJ''t"#r,p 1..0'I x~g E:í:'.ªj"VCdiJ-O'ICJ...:; C/.~":G :; T:rJ.?tlüf..ºV s~ úS p:ri U'Jü"':'f1'I~}. úUV~"'C'tJ..L ~(jt..OtJ'!O'J
' - ·y ' - · ~ .... ..... , , y 1 ~· )"' , \ J .... , ú
(l'J"';O'J é r:p'l.";'P. 'l.' (,); 7:.'l.J, :10~"/. .'l.; ·xr·~1~Z '1, 'r'Y. '.1.7:'.Z; x2xp .p.2\l("l p-·r1(L'HJ.l\ tJê,,(JTJ(J..r.,
'.'11.~ "';() 1 1 1
..
1

-;&. (;f; Ó'1 71. ~s~1.'.1. 7'J';"f.'Í.'1s•:1. En los cán. IV y V se especifican las diferentes
moclificaciones de que es susc:eptible la apelacion. Pero el mismo Natal Alejan-
clro, ferviente partidario del galic:anismo (Hist. E ccl. Saec:. I V. Diss. 28.
prop. 1 ), ha demostrado que el derecho de recibir y resolver apelaciones va
inseparablemente unido a la idea del Primado, tésis confirmada despues p or
Ballerini con nuevos argumentos ( Opp. S. Leon. T. II. 558 sq. ed. Mign.).
Realmente, la Sede r omana hahía ya hccho uso del derecho de recibir ape-
laciones mucho ántes del mencionado Sínodo, sin que se lo negara nadie m<\,s
que los eusebian os. Athanas. Apol. c. Arian. e. 22 - 25. Por consecuencia, lo
que hizo el 'sínodo de Sárclica fné dec:lararle explícitamente como uno de los
privilegias de la Santa Sede, segun puede verse en H éfele , l. e. p. 57'.2. En
éste, como en otros muchos Sínodos, la fórmula: Si placet ( d Ôoxe~ Úp.f:v) no
significa: "Si os place, vamos á introducir tal 6 cuál novedad,,; antes, por el
contrario, quiere decir: " Si os place, vamos á declarar, á especificar esta 6
aquello. ,, De la rnism:i mancra que con la expresion : S. P etri. memoriam ho-
noremus ( lis-;po:; -:00· A..:07-;l,)m -;·(,v p.Yl,p:r,·1 -;•.p--f,7toip.s·1 ) tampoco h ay el me-
nor indicio de que se pretenda otorgar al Pap a nn nuevo derecho, por ser ésa
la razon:en que se funda el reconocimiento ele todo derecho el e la Sede apos-
t6lica, cualquiera que sea su antigüedad. La prohibicion del sínodo de Car-
tago ( 418), relacionado con el obispo Apiario, se refier e al abuso que se hacía
de tales apelaciones para sustraerse á los tribunales eclesiasticos ordinarios.
Phillips, Der. ecl. V. § 217.
Los P apas han dernostrado siernpre en su conclucta que se hallan en pose-
sion de este derecho. Así San Z6simo ( Ep. 12. Coust. 974): Quamvis patrum
traditio Apostolicae Sedi auctoritatem tantum tribuerit, ut de ejus judicio
disceptare nullus auderet, ~~l~e per canones semper regulasque servaverit,
··A•.
__..: :..: :. r. ·t ..-·
. ··~~
..
http://www.obrascatolicas.com
.1
206 PARTE SEGUNDA. LIBRO PRIMERO. SECCION SEGt.:NDA.

et cnrrens adhuc snis legilrn> ecclesiastica disciplina Petri nomini, a quo


ipsa quoque de&cendit, r everentiam, qnam dehet, exsolvat; tantam enim hnic
Apostolo canonica antiquitas per sententias omnium yoluit esse potentiam,
ex ipsa quoque Domiui nostri promissione. . . cum tantum no bis esset aucto-
ritatis, ut nullus de iwstra po1·sit retractare sc11te11tia etc. Bonifacio I ( Ep. 13.
Cou::;t. 103i'l) dice: Universi fn J res intelligant, de no stro n on essejudieio retra-
ctaudurn. S. Gela,;io (Commonitor. ad }'aus t. 'l'hiel. 3!4): Canones appellationes
totius Ecclesiae ad h1~j us Sell·is examen rolnerunt ref'eni, ab ipsa autem nunquain
JH'or sus appellari debcre san:x:enod. Ac per hoc illum de to ta Ecclesia judicare,
ipsam ad nullius commearc judicinm, noc de ejus m1qumn prneceperunt judi-
cio judicari, so11tentiamquo illius constitucnmt Hon dissoh·i, cujus patins
sequenda decreta mandavernrt. Ep. 2() ad Ep. Dard. ( 'l'hiel. B99): Cun cta
per munclum 1101·it E cclesia , quoniam <p10nunlibet scnteuti is ligata p ontifiemn
Sedes Petri Apo:>toli jus h aheat resohcncli, utpote r1uod de omni Ecelesia fas
hahcat judicaml i , si qnidem ad illum de quah'Z,ct nuuuli parte canones appellari
volueri?it, ab illo mdem 11e1110 sii a11pcllare pennissus . .. Srnl nec illa praetermi-
sinrns, qnod Apostoli ca Sedet. frequenter ... more majornm sine ulla synodo
prnccedente, et ::i.bsolvencli, <;nos synocl us iuique <l:unna\·erat, er, clamnandi,
nulb existente synodo, qnos c•portuit, habuerlt facnltatem ... Sicut icl, quod
prima Sedes 11011 proLa.-erat, cou,,;tare non por.nit, ,,;ic quocl illn censnit fudi-
candwn, Bcclesia tola su.scepit. Y los pontífices Pío II, en su bula "ExecralJi-
lis ,, clel ano H iJ!I , Sixto IY, Calixto III, Juli o II y :\Iartin V han condenado
la teoria que defiende la apdaciou de 1111a sentencia. papal al Concilio inme-
diato ( D enz . G08 J : E:..:secrahilis et pristinis temporibus inauditus tempestate
nostra inolevit abusus ut a R Jmano P ontífice ... ad fut11rum Concilium pro-
vo care praesunrnnt. HnjusmoC:.i provocationes damnamus et tanquam erroneas
et cletestabiles reprohamus.

V. Síguese, pues, que El mismo .Jesucristo ha investido al Pontífice


Romano de la potestad i:'U:)rema sobre toda la Ig·lesia, la cual no se
ha1la limitada ui determinada por nínguna otra autorídacl, fuera del
clerecho natural y diYino. Carece, por consecu encia , de fundamento la
clivisíon gue se hace entre dercchos eseuciales y no escnciales ele la
Sede romana, sostenicla por la secta galicana.
1. Al d ecir d e Febronio, la lm;.e de t al distínciou es ( Tom. II. p. 310 sq.): Constrms
usus et disciplin a Eccle~iae, nem qnalis fu crit , postquarn fabi canones (ele I sidoro)
plurirna in jure 1rnblico ecclesias tico corruperant , se cl <pialem primis sex vcl sept em
sacculis viguisse convineitur. J-:n sentir el e Schenkl ( Jus <•c clesiast. ed. Scheill p. 3Hl),
hasta cab e des1)ojar á la t'iede romana ele los elercchos nccielentales contra su volun-
tael cxpresa, siempre qup, asilo exij a el bieuestar ,1e la Ig'lesia. De la misma opinion
son: :Uichl , Der. ccl. pár. H3. Ricf;gcr, Inst it. ,iurispr. eccles. I. pár. !l3. Pehcm, Prac-
lection. in jus ecdes. univ. I. pitr. 2GH. R echberger, D er. ecl. ele Austria, pár. llU. Frcy,
Comentario critico del der. ecl. I. pàr. 226.

2. LUmanse derechos ese:1ciales (jura primigenia, essentialia) aquellos


que se derivan inmediatamente del concepto del Primado, y accidentales

http://www.obrascatolicas.com
.j
§ 20. LA POTESTAD SUPREMA DEL PAPA ROMANO. 207

(jura accidentalia, adventitia, secundaria, humana) aquellos cuya posesion


se funda en motivos históricos. Schenkl, l. e. § 230, ha especificado cada uno
de estos derechos de primero y segundo órden, por más que en su enumera-
cion haya gran diversidad de pareceres entre los autores. " Tal distincion
puede admitirse como un hecho puramente abstracto, pero conste que ni cien-
tífica ni prácticamente se ha ganado cosa alg una, aparte d e que su misma
terminologia es ocasionada á despertar ideas erróneas. ,, \Valter, Der. ecl.
§ 128. El mismo autor dice con entera justicia (l. e.): "Tampoco los derechos
accidentales revisten ese supuesto caráct er de casuales; ántes bien están
más ó ménos relacionados con las necesidades de la disciplina eclesiástica y,
por consecuencia, con la esencia misma del Primado; aún más: hay derechos
que en una 8poca dada tienen importancia secundaria y que en otra son abso-
lutamente indispen sables para la unidad de la Iglesia. Considerar los dere-
chos accidentales como una trasmision ó concesion hecha por la Iglesia al
Papa es pura ficcion, es tm supuesto del que no se clescubre la menor huella
en la historia, y el pretendido restablecimiento de la antigua disciplina bajo
nuevos procedimientos exteriores es asimismo una evasiva, eu la que ade-
rnas se confunden lastimosamente las formas con el espíritu, con la esen-
-
1

cia ,,. Schulte , D er. ecl. p. 191 : " Aun cuando en los primeros mil anos,
y áun por más tiempo, no hubiese aparecido el Primado revestido al ex-
terior de todas las prerrogativas inseparables de la cabeza de la Iglesia,
nada significaria esto siempre que se quiera emitir un juicio racional y
objetivo, por cuanto J esucristo no senaló límites determinados á su accion,
ni marco los derechos fuera de cuya esfera no podia salirse, sino que esta-
bleció una autoridad investida del poder de atar y desatar en la tierra y
para el cielo, de gobernar la Iglesia, de hacer, en general, las veces de su
cabeza invisible; de suerte que todas las atribuciones que puedan ser necesa-
rias segun las circunst ancias , no son mas que consecuencias de :ese cargo
soberano. ,, Hé aquí por qué Bossuet dice con mucha oportunidad ( Sermon
sobre la unidad de la I glesia ): "No tiene más limites que los que prescribe
la regla.,, Y mucho ántes, había dicho Bonifacio I ( Coust. 1037. Ep. 14 ad
Ruf.): Nicaenae Synodi non aliucl praecepta testantur, adeo ut non aliquid
-~·
super eum ( P etrum) a usa sit constituere, cum videret nihil supra meritum
suum posse conferri; omnia denique huic noverat Domini sermone concessa.
La exposicion detallada y juicio de esta doctrina, tan importante por sus con-
secuencias , véase en Phillips, Der. ecl. V. p. 26 sq.
3. Vemos, pues, que el fundamento de la suprema potestad papal está
propiamente en la mision de la Iglesia, la cual es tambien la que traza sus
limites; siendo en rigor una simple " potestas in aedifi cationem ,, , no puede
ser ni arbitraria ni ilimitada.

Neque haec suprema ct plena Romanorum Pontificum potestas aedificationi Eccle-


siae prospiciens ipsis dominatum et arbitrarium jus vindicat. Regimen Ecclesiae in
caritate et humilitate fundatum nemo inficiabitur, si animadvertat, Christum prae-
cepisse discipulis , ut qui major est inter ipsos , fiat sicut minor, P etrumque Aposto-
lorum principem Christi mentem explicantem mandasse, ne quisquam sibi arrogaret

http://www.obrascatolicas.com
208 PARTE SEGUNDA. I.IBRO SEGUNDO. SECCION SEGUNDA,

dominari in clero. Hac de causa s. Paulus in declaranda potestate sibi a Dco tradita
humilioribus vocibus "sollicitudinis omnium ecclesiarum,, uti maluit et similiter
S . Pontífices abstinueruut a vocibus, <1uae dominatnm ct typhum potestatis s aecula-
ris spirant ... P otesta s competens primatas in universam Ecclesiam, co er ci ta inter
limites ejus, quod iu ejnsdem Rcclesiae bonum r t aedifi cationem r efertur , qnam aliena
esta dominatu monarchico, qua€, pro arbítrio et libitu quaelibet sibi vimlicaret?
Ballerini , Yindic. auctor. P ontific. Cap. III. 11.

LIBRO SEGUNDO.

DE LA REGLA DE FE.
Bellarmin. Controvers. P . II. ~;om. I. Stapl cton, l'rincipiornm fidei doctrinalium
dmnonstratio, principalm ente Liu. V. y VIH. F r. d e \Val enbu rch, De Controversiis
fidei, espe ci a lmente D e in st rnrneHti s fhlc i y De perpetua prohati one füki per t est es.
G r egor. d e Vaknt ia, A1rnl ysis fid . eath oli ca c. }[. Cauns /. '" Kill1er, Principia. theolo-
gica.. Herbipoli liíl. l' erron e, El p r otestantismo y la rcgl a d e fc , B tomos.
Lo.s reformadores se han fund a do en la Sagrada E scritura, c:omo en la más alta y
única. fu ente y norma de fe . 'l\tl es el eoncepto <p tc eo nst.it uyc cl p rin cipio formal del
protestantismo , segun el cual ül a ct o d.e la fe se r ea.liza por la. lcctnr a d e la Biblia.
Para contrarresbtr este pr in ci1iio se hizo necesari o q ne la. r.scmcla c:atólica cxaminase
más d e cerca la cuestion relativa ú, las fu ente s y tt la norrnn, d e nucstra fe . l\Ielch or
Cano (t lií60) ttbr ió el camino en esta empres"' ' oxponiendo en doce libros las fu entes
l del conocimiento t eol ógi co , '' saber: la Sagrada .F:s c:ritnm, la 'l'radicion , la Iglesia,
los Concilios, el S um o l'o ntificc, l:Js Santos Paclres , las 'E,c; cme las teológicas, la ci en cia
d el Derech o , l a H istoria y l a r azun hnnrnna. Kilb er dcsttrrolló el mi ~rn o asunto b aj o
cl epigrafe á ntes indicado, y divide est os priu cipios cm va ri as categorias: principia
const i tutirn (" qnae veritatcs ren•l ata.; com pl ecternlo objectum fi d ci ac tlisci111inae
theologica e constltu unt,, - S cri1r:u ra s. et trarlit io \ ; prind pin dil'ecti rn ( " r1uae veri-

l__
tates illas ostend cndo s nbjectum utrius•1uc fa cultatis 1lirig u11t ,. -Ecclesia, Concilia
et Summus Pontifex ) ; princi pfo arl) u vantia ( "quae easolom vcr itates veJ custo diendo
v el illust rando v el firman do utifr:atis 111üdpi rrm siv e ol ij c, ct o .-,; ivc sHbje cto m em orato
conferunt , a d quorum ordinem r el iq un, suiierius rl'ceH,ita eonfo rinrns,, ). D e impor-
tancia capita l para la cucstion · ~ ll qu e nos oc up am os fo é ya ·1a olira de Stapleton
(t lc186), escrit a d os siglos ántes. Hó aqní c:o'imo Pmpieza r .>t c atttor su Trat n, clo: "De
I•Jcclesiae pote.state injuc1icio ficl ei .. , Hoc argnment i ,genus renc so/11.• a c 111·im11 s, in
Domino rn co confid cns, institui panlloq uo q uarn ]i,L(;tenuc; a cc:1U'ati us , iiressius et
solidius hui c unico ar g umento irsistpre d ccrc1·i. Yid eo r.n im ex solei Ecclesia e sanctae
auctoritate sacrosancla ne:Jlccta et concnlcal a plur imos ct g raYissirnos crrores in orbcm
Christianum inve ctos fuisse.

Tanto el objeto como la di·1ision de este segundo libro se hallan trazado:;


en la decision del concilio del Vaticano , De fiel. cath. Cap. 3: Porro fide di-
vina et catholica ea omnia creclenda sunt, qnae in Verbo Dei scripto vel tra-
dito contin entnr et ab Ecclesia sive solemni jmlicio sive ordinario et ex uni-
versali magisterio tanquam divinitus revelata propon nntur. De aqui se des-
prenden las conclusiones siguientes:
Es obj eto de la fe católica todo y únicamente aquello que la I glesia propone

http://www.obrascatolicas.com
§ 21. NECESIDAD Y CARÁCTER DE LA REGLA DE FE INMEDIATA. 209

á sus fieles para que lo crean, como perteneciente al depósito de la fe.


Síguese, pues, que todo acto de fe católica presupone dos cosas: la revelacion
divina y la proposicion por parte de la Iglesia. La primera se halla contenida
en la Sagrada Escritura y en la Tradicion , que, por consecuencia, forman el
contenido y el fundamento de nuestra fe ( objectum materiale et formale,
ultima resolutio fidei), la regla de fe remota y mediata (regula fidei catho-
licae remota, mediata, intrinseca et constitutiva); miéntras que la Iglesia,
que ha recibido la revelacion en la Escritura y en la Tradicion, si bien no es la
razon última y formal ele nuestra fe ( ratio formalis et ultima resolutio :ficlei ),
porque ésta lo es Dios solamente, pero es la regla inmediata de fe, norma
de lo que debemos creer como revelacion divina (regula fidei catholicae pro-
xima, immecliata, extrínseca, clirectiva ). Cf. Thom. Sum. II. II. q. 1. a. 1. q.
5. a. 3. Stapleton l. e. p. 318. Por consiguiente, en la primera seccion ele este
libro trataremos ele la Iglesia como regla ele fe inmediata, próxima y clirec-
tiva; en la segunda seccion ele la Sagrada E scritura y de la Tradicion , como
regla de fe mediata , remota y constitutiva.

SECCION PRIMERA.
DE LA REGLA INMEDIATA DE FE.
Los antiguos escritores eclesiasticos eutendían por regla de fe, regula frClei,
7t[O''t"EWÇ' d XrJ.V~)V 't"Y1Ç Ex.xh1daç, el símbolo que couteuía la suma
d xrxvwv 't"Y1Ç
de los articulas que constituyen la fe cristiana. ( Clem. Alex. Strom. VI. 15;
VII. 16. Tertullian. De virgiu. vel. c. 1. Augustin. De doctr. christ. III. 2; de
symb. ad Catech. u. 1. Cyrill. Hierosol. Catech. v. 12. ) Aqui tomamos esta
palabra, en su significacion formal, como el supremo criterio de la verdad
revelada.

§ 21. NECESJDAD Y CARÁCTER DE LA REGLA DE FE INll!EDIATA.

I. La necesidad de una regla de fe inmediata no es absoluta, ni en


sí misma va inseparabl emente unida á la naturaleza de la fe, toda vez
que Dios pudo comunicar inmediatamente á cada individuo su Revela-
cion, y realmente el individuo puede hacer un acto de fe sin necesidad
de acudir al ministerio docente de la Iglesia. Pero es efectivamente
necesaria en el órden actual de la Providencia, ya que, segun el plan
del Sei.'ior, se nos debía anunciar su Revelacion por la mediacion del
ministerio docente de la Iglesia.
1. Adeo est ad credendum causa efficax solum hoc fidei donum infusum 1
ut possibile sit actu credere omnia credenda, per solam fidem infusam absque
testimonio, doctrina et magisterio E cclesiae. Stapleton, l. e. p. 277. La prueba
de esto nos la suministra la historia de l a Revelacion. Vemos 1 efec tivamente,
TOMO II. . 14

http://www.obrascatolicas.com
210 PAUTE SEGUNDA. I.IBRO SEGUNDO. SECCION PRJMERA.

que los Patriarcas, Profetas y Apóstolcs fu eron instrui dos inmediatamente


por el mismo Dios. Así lo redmna la esencia del poder omnipotente y abso-
luto de Dios y d.e su lih ertad; pues de lfl. mi><ma numera que para dispensar
la gracia d e la jnstificacion no se halla liga,lo á emplear los medios ordina-
rios, los Sacramentos, así tampoco n ecesita acudir ~L las condiciones e11.-ternas
del ministerio rlocente para implantar en las almas la venladera fo. Ipsius
imisibilis gratia ::;ine Yisibili sanctificatione qui1m:odam affo.ir, et profoit.
~'1.ugustin. QQ. in L evit. Qu. L\:XXn-.
·> A.ún hay 0tra con><icleracion que ]Jl'ne1Ja la tl~sis sentada. 8i cl ministe-
rio docente de la Iglesia fm:se 011 ;,;í y absolutamen te n ec:csario, como rcgla
tk fe inmecliata, para engendrar la fr rli 1·ina 1 fid es •.l ivina ) , es e1·iclente que
no podría creerse fide t1ivina mia r evelacion particular ( vóase p itg. 143); y
si11 embargo, la mayor parte de los t eólogos sostienen que tal r eYelacion d ebe
creerse desde e] momento que el iudiYiduo f1 ne ha ~ido farn recido co11 clla
pr0seut.a ú la vez moti vos rvi1l1nltc>< 11e cr e,libili1hd. Sn arcz l. e. Disp. IV.
Sect. 10: Revelntio prirnta ,.;nflicienter proposita snfii.cit ad fonnal e fidei
obj ectmn; sic Paulns ad Hebr. 11. lamlat fid em mnltorum conceptam ex reve-
lationihu;-; priYati,;. 1'al e .~ el :<entir clt> Lugo, l. e. Disp. I. Scct. 11. B enetlict.
XIV. De canoniz. Sam:t. So.-;ti<:•uen h opiuirm contraria lo:; Salma:ntic:. De
J<'id. Di sp. I. club. 4. § 1. 2.
3. La verdad de nno:-;tn. rési,.; se dedure t ambien de la mi:>ma naturaleza
del acto de fe, fine, hahla 11tlo con propiecbd, no ,; e fumla en el testimonio
de la I glesia , sino en el ele Dios ( a1tctorit as Dei lor111entis ). Por cuya rnzon
la propo;-;icion 1le los artíc1lo:'i d e fo por la Iglesia no conslituyc el motivo
último y supremo ( olJj edrnn fül ei forrnale) , sino r1ne es únicamente el ins-
trumen to y órgano es1w ci al pcrr el que· ~ e nn~ com unica h fe. 3fas el iustru-
mento .llO obra por su propia fu er za inherentc, sino por la virtHcl del primer
agente; por dowle se yc qu e h nmoritlacl tle la Igk .~ia tamperco es el motivo
último de la fo. Ki lb cr, I. e. n. 2:20: Picles ]Jroprie a c cn)\litive sumpta non
re solvitur ultimatim ii1 andm·itatem Eeclesi<te. Prnb . Ultima r esolutio fidei
proprie sumpta nel1nit li eri 11isi in m nri n1m ur-tui fi dei intri11sec1un: 8ed ancto-
ritas E eclesiae seu defiuitio ac propo:>itio ej 11 ;,;dem etiam nt ha bentis assisten-
tiam Spiritus s:111cti, 11 011 e~ t moti n11n ti dei intrin:;ecnm: <·.um non :-;it morali-
ter Yerlrnm Dei am re velat io rPilexa rk dirr)C t:a rnvclatioue, s Ecl sol um propo-
,.;irio et :ipplit;ati o externa infallibili:-; r eyelationis clivinae. Si lides ultimo
l"L'3ü1Yerdur in E ccle0<iae :1 uctorita rem di1-i 11am, re,;olutio lu ec committcret
vihosum cfrculum ... Qnidquitl n,d fül em ex ejus natura sccundum 8e spectata
requiritur, sine (·o nullus ·]tlei as~eJJSl\S c:i rc a qnamcunqn e \'eritatem haberi
potest ; sed clati1r aliqua verita,;, cnj1t:' as;;e11 sus potes t h aberi imlependenter
ab Ecclesiae proponentis an ctoritate, imo dependonter ah ea haberi nequit,
11 empc haec ,-eri tas: Ecclesia c:>t infrtllihilis fülei regula , ntp ote qnae a Deo
Pst revr l:1.ta.
1. D e lo anteriormenh expnesto ::;e dellnce tumbien b , posibilida tl de la
,.;alvacion p ara r1quellos á qnicnes, ::;in culpa propia:, no lia Uegado la predi-
cacion de la Iglo8ia. 'l'l1om. De Ver. qu. 14 a. 11 ad 1. Cf. in III Dist. 25 q.

http://www.obrascatolicas.com
§ 21. NECESIDAD Y CARÁCTER DE LA REGLA DE FE INMEDIATA. 211

2 a. 1 sol. 1 ad 2: Roe enim ad divinam proviclentiam pertinet, ut cuilibet


provideat de necessariis ad salutem, clummoclo ex parte ~jus non impecliatur.
Si enim aliquis talitor in silvis nutritus ductum naturalis rationis sequeretur
in appotitu boni et fuga mali, certissime est tenendum, quod oi Deus vel per
internam inspirationmn revelaret oa, quae sunt acl credendum necessaria, vel
aliquem fidei praedicatorem acl 011111 clirigeret. Hugo a S. Charo ad Rom. 2,
12: Sit aliquis nutritus in nem ore ab aliqua bestia, et post fuerit ibi diu; ...
in talibu,; judicia Dei ahyssus multa; verumtarnem quocl nec talis excusatur,
quia habuit rationem naturalem, qui, si securnlum eam fuisset, quod in se
esset, Dominus contulisset gratiam. ] 1 undado cm esto defionde Hugo (l. e.
Disp. XII. n. 60. 51 ,1 la posibilichd de que lrngau Yerdaclerns actos de fe divi-
na aqucllos que, sin ,.;er culpables ele ello, "º eucuentren fuern del seno de la
Iglesia.
Esto no obstante, os de todo punto verdadera la frase de fbn Agustin (l. cJ:
Invisibilis sanctificatio quibusclam affuit atque profuit sino visibilihus sacra-
mentis, et tame11 sacrwnentum n'siúile contenrncl/!lllln non esl, quia cout~mptor
ejus sa11ctificari in vi si bili ter nnllo modo potcst.

II. En el órden actual de la Providencia, y por voluntad expresa de


.Tesucristo, se halla cstablecido el ministcrio docente de la Iglesia para
que sirva de regla de fe, viYiente inme(liata y externa por rnedio de
la cual se comunique ú todos d tesoro íntegro de la fe sin la mas pe-
quena alteracion y en toda su pureza. Varias son los arg·umentos que
podemos aducir en pro de esta tésis:
a: El establecirniento clel ministerio docente de la Iglesia por .Jesu-
cristo, y la rnision (1ue Él mismo le ha rnemncndado. b) El precepto
de la ohediencia, al que están obligados todos los fieles con respecto al
rnagisterio de la Iglesia. e) El don de la infalibilidad de que se halla
· investido el ministerio docente de la misma Iglesia.
1. 'l'oda la economía ele la Sal vacion os una prueha rmlpable de la verdad
de la proposicion sentada. Efectivamente; la institucion ele la. Iglesia del An-
tiguo Testamento con su monarquia, su saccn1ocio y su profetismo por un
lado, la Iglesia del X nem Testamento fundada por J esncristo, con la predica-
cion del Salvador y de sus Apó,,;tolcs cuya cn"todü se lo lia encomendado, ya
se haya conservado ]JOr escrito ó hie11 por tradicion oral, poneu ele manificsto
la Yoluntad de Dio,.; 1lc no comnuicar interior é inmediatamente á cada uno
sus enseüanzas, sino por la mediacion de la Iglesia y ele sus instituciones. De
esta manera _resulta r1uc .Tesucristo y su Espíritu es para nosotros la regla de
fe suprema é infalible, en la que descansa toda la certeza de nuestro asenti-
miento .•Joan. 18, 37. Ego ad hoc natus sum, et ad hoc veni in mundum, ut
testimoninm perhiherem veritati . .T oan. 3, 33: Qui acceperit hoc testimoni um,
signaYit, quia Deus verax e~t. Jesucristo trasmitió por meclio ele los Apósto-
los al ministerio docente de la Igle,;ia esta mision, que Él había aceptado, ele
ser testigo de la verclad. Act. 1, 8. Eritis mihi testes in J udaea et Samaria et

http://www.obrascatolicas.com
212 PARTE SEGUNDA. LIBRO SEGUNDO. SECCION PRIMERA .

nsque ad ultimum terrae. Cf. Act. 3. 5; 10, 42. Praecepit nobis praedicar e
populo et testificari, quia ip se est constitutus a D eo judex vivorum et mor-
tnorum. Act. 2 , 32. Cuj us rei omnes nos testes sumus. Act. 2G, 1G. Acl hoc
appnrui tibi , ut constituam te ministrum et testem eorum , quae vi1listi. I Cor.
15, 15. Si non est resnrrectio mortuorum , invenimur falsi testes. I J oan. l, 2.
Vita manifestata est , et vidimus et testamur et annuntiamu s vohis. II Thcss.
1 , 13. II Tim. 2, 2. Act. 20 , 21. A ct. 15, 7. 8. Por lo cual ha sido pue;.cta la
I glesia como testi go de la n ,rc1ad, y su testimonio ri' el fundamento de la
verdacl y antoridarl de su " doctrina,, , ne in ipsn. doct rina crretur, nec
de ipsa tloctoris au<:toritate dnbitemus. Augustin. De m endac. e. 17. ~e
donde la viene el <leber y el derecho de ensenar. Matt h. 28, 20. Docete
omnes gentes . J o:rn. 20, 21. Sicut misit me P ater, et ego mitto vos. Rom.
10, 14 - 17. Qu omodo antf,m audient sine pracdicant c? Qnomodo vero
praedicalrnnt , n isi mittantur? .. . Ergo fid es ex an11it u , all(1itus autcm per
verbnm Christi. Ephos . 4, 11. Ipse dec1it quosdam Apostolos, quosdam
autem Prophetas, ali os vero Evangelist as , alios autern l'astores et Doctores
ad consummationmn 8anc:torum in opus ministerii , in aedificationcm corporis
Christi . . . Ut j am non simus parvuli fluct uantes , et circnmfornmur mnni
vento doctrinae , in nequitia hominum, in astutia ad circumventioncm crroris.
Su indispntable antoridad docente la d a tambien el derecho de obrar como
jnez en cuestiones relativas á la fe. D e esta manem. es la Ighlsia testigo,
maestra y juez de la fo, por cuya razon la llarna el Apóstol columna ct fir rna-
mentum veritatis ( I Tim. 3, 1.5) , y r emite á los fiel cs al rnagistcrio de la
misma como único merlio ele preca verse de fals::is doctrinas. Hobr. 1.B, 7 - 9.
Mementotc pracpositornm vestr orum, qui vobis locut i s1m t verbnm D ei, quo-
rum intuentes exitnm convHsationis imitamini fidem. D octrinis variis et
perogrinis nolitc abdnci. P ero el mi smo Seiíor ha estahlecido estrecha de-
pcndencia entre la nnidad de la fe y la pabbra de lo,; Apó stolcs, por lo cual
ruegn. por toda la Iglesia, rpe r ecibe la fe por ln palahrn <le sn magisterio.
Joan. 17, 20. N on pro his autem rogo tantum, sed et pro ois; qni creditnri
stmt per i:crúrnn eorum in me. Cnyo pasaj e expli ca San Ag nst.in de este modo
( Tract. CIX. l. 2. in J oan. ) : R elinquitur; ut si Do mi nus J esns hac oratione
pro suis Ollnibus qni cnnque in hac vita ... vel ümc erant vol fotnri erant,
ora sse crncl enrlus est, sic intelligamus quocl c1ictnm cst pa 1;erúnm eorum, ut
ipsnm rcrlJllm /irlei, ')Uod pmedicm·erunt 111 11w11do, hic: sig nifi catum esse cre-
clnmm; .. . Neqne p ropter ea non est verbum D ei, r1nia rl ictnm est verbum
eorurn, cnm dicat idem Ap cstolus Th essalonic en~e ,; exccpissc :t se, non ut
verbnm hominum , ;;ecl, sicut est vere, verbnm D ei ( I Th css. 2, 13 ). Icleo
ver bum D ei , <]nia D eus id <fonavit; eorum vero verlmm di d um est., <1 uia hoc
praedicanrlurn primitns ilfü; Deus ac praeci pue c:omrnendavit .. . Und e merito
rl.ictnm est verlmm eorum, quod est ver bum fidei , per quorl omnes in Christum
nndecuinque id audicrint , cndiderunt , vel audit nri et c:rcdi tnri smit.. Cf. II.
T im. 2, 8. secnnclum Evangelium meum, in quo lalJoro.
2. Al prec:epto d e la enseiianza impuesto á los Apóstoles y sns su ce:;ores,
corresponde el mandato ele la obedienc:ia á que e.stán obligadm> los fi cles.

http://www.obrascatolicas.com
§ 21. NECESIDAD Y CARÁCTER DE LA REGLA DE FE INMEDIATA. 213

Por donde se ve que el único camino que conduce a la verdad, para todos y
en todos los tiempos , es el de la autoridad. Así se desprende de los textos arri-
ba citados y se anuncia expresamente en San Lú cas, 10, 16 : Qui vos audit,
me ·audit et qui vos spernit, me spernit; qui autem me sp ernit, spernit emn, qui
misit me. Síguese, pues, que la obediencia que eu la fe prestamos á J esucristo
es una misma cosa que la sumision á la palabra de la I glesia, y el no creer en
la Igle;;ia es uo creer en J esucristo. Rom. 10, 16. N on Oinnes obediunt
evangelio. Isaias enim dicit : Domine, quis credidit auditui nostro? Rom. fJ,
1í. Gratias ago D eo , q uocl ohedistis iu eam formam doctrinae , i n q na traditi
estis. I Cor. 15, 11. Sic praedicarnus et sic credidistis. Hé aquí por qué el .,,.
creyente no p nede füita r seguro de q ue posee 1a verdadera fe sino cuando
obedece al ministerio do cente de la Iglesia. Gal. J , 8: Licet nos aut angelus
de coelo evangelizat vobis, praeterquam quod evangelizavimns vobis, a. s .
II Cor. 10, G. In captivitatcm redigentes omnem intellectum in obsequium
Christi, et in promptu hahentes omnem nlcisei inohedientiam, cum impleta
fuerit vestra ohedientia. Y lo qirn se dice ele los Apostoles tiene aplicacion
á los Obispos de la I glesia, únicos sucesor es de aquellos, segun se ha demos-
trado, pág. 148. Tal es, en sentir de San Agusti11, el c:amino trazado por el
mismo Dios para llegar á l::L verdad ( ad Honorat. 17. 24 ) : Hacc est provi-
dentia verae roligionis, h oc jussum c1ivinitus, h oc a beatis majoribus tradi-
tum , h oc ad nos usqne sernttnm; hoc pertmbare Yelle n,tque pervertere, nihil
est aliud quam ad vcram religionem sacrilegam viam quaerere. Quod qui
faciunt , nec s i eis concec1atm· quocl yolunt, p ossunt , quo intendunt, p ervenire.
Cujuslihet enim excellunt ingenio, nii'li Deus ac1sit , humi repunt. Tunc autem
adest , si societatis humanae in D eum tendentibus cura sit. Quo gradu nihil
firmius in coelum r eprriri }JOtest.
3. Qne la l g lesia ha r ecihido la mision de ser la norma de fe inmediata y
viva, se deduce del mismo donde la infalibilidad con que la ha dotado Jesu-
crísto para que sea l::L maestra de todos los pueblo;;. Pucsto que es evidente
que no en vano la hi;w partícipe ele tan alta y extraorclinaria prerrogativa,
ántes bien la r ecibió solamente para que cumpliera su mision de conducir á
los fieles á la verdad por el carnino Lle la :rntoriclad infalibl e. De esta mane-
ra , la misma necesidcttl d e una autoridad infalilJle prueba la infalibilirb.d de
la Iglesi a, y esta prerrngativa tienc sn demm;tracion más seg ura en el cargo
de maestra d e la fe que ha r ecibido d e su d iYino fundador.
Hé aq uí cómo resume San /\.gustin toda esta argumentacion (l. e. c. 16):
Si Dei providentia non praesid et relm::; hn manis , n ihil est de religione sa.ta-
gendum; sin vero ... n óJJ est tlispoucndum, ab eo dem ipso D eo auctoritatem
aliquam constitutmn, quo velut g radu certo inniten tes adtollamur in Deum.
Pe!'o es innega ule que e:>ta autoridad \'ive en la lglesia y en ella se practica.
Oigamos aún lo r1ue dice este Santo .Padre (l. e. n. 35 ):

Cum igitur tantnm auxilium Dei, tantum profoctum fruetumque videamus, dubita-
bimus nos ej u s Ecelesiae cond erc' g r emio, quae u sr1ue ail confessionem gcneris huma-
ni ab Ap ostolica Sed e per succHssioncs epi.scoporum, frustra haorcticis círcumlatran-
tibus et partim plebis ipsius judicio, partim couciliorum gravitate, partirn ctiam

http://www.obrascatolicas.com
214 PARTE SEGUNDA. LlllRO SEGUNDO. SECCION PRU!ERA.

miraculorum majestate damnatis, rn lmen aw:/o ritatis ol!linuit? Cui nolle primas clare
vel summae profecto impietat.is est, vel praccipiti8 arrog antiae. Nam si nulla corta aü
sapicntiam salt1ten11.tne animis v i,1 est, nisi cum oos rationi pnw colit fidc s: q uid ost
aliucl ingratum esse opi ><tque auxilw divino, <1ua m tanto laboro praeclictac auc:toritat i
vellc resisterc! Et si tm a quacque disc ipli1rn , ynamquam Yilis et fac i li~, ut p"rc:i1,i
pos sit, clocton•m aut nrng·istru m n •1uirit : r11.1icl icm crariac snperbia o plcnius, quam
1livinorum sacramcntorurn libros ct a1J intorpreti bus suis uoll e cognoscere. ct inco-
gnitos velle d::unnarc? Y cn otro lu gar. C. Ep. Fundam. n. :J: Ego vero Eva nge.l io non
cre11"rem , nisi me catl10 licao .Eccksüw cornm oyc re t auc:turita~. Quilrn ~ <·rgo obtem-
pernv i diecntibn.s: Crede EYar1gel i >, ('li. '' e i,; non obt Pmpe rr•111 d i centibu~ mih i: N•;li
ereuc re J\fanic haeis !

III . La Ig-lesia docente , en su calidad de reg·la de fr inmediata y


vi•·iente, po;;ee todaii las co ndi c io11t~; y propiedacks qne reqniere la
misma esen cia de la fe, í'll)T norma cs . Dehe , pnes, ser una reg-l a vi-
sihle, vi viente, única, derta, autoritativa y snfki(' nte para resoher
todas las cuestiones relatiYn:; ú la fc , ú todos lo,; crcyentes y en todos
los tiempos. Todas estas cna lidades y condiciones exi:::ten en la Ig lesia
docente por el mero h eeho ile rstar r evesti<1a del <l on de la inclefecti-
bilidad y de la infal ibilidad.
1. Perrone lrn trn.tado extcnsanwntc1 esta cuc;;t.ion, l. e. I. p. lél . L a exi~ ­
tencia do estas condicion es y propiod:ules se d r11uc e de1 mü;mo conc cpto de
la fe actual ,;obrenatura.l , con,;ider ada como un asent imiento de la inteligen-
cia, ordenada por la \"Olnn ta<L que presta el h omb re a ]a vcrdatl r eYela<la
por la autoridad <le Dios qu e l 1 revela ( _.\ssensm: :finnu;; intcll ectus, a volun-
tat.o imper atus veritati a D eo revelatao oh auctoritat.cm Dei revelanti:;; ). Cf.
'l'hom. Snm. II. TI. 1pt. 2. e. 1: Proprinm est cre1 lentis, ut cum ass en::m cogi-
tet. Cf. Augnstin. De pracilest. Sall(·t. n. 2: Credere est <: um <tssensione cogi-
tare. Do sp. et lit. n . 31: Qui 1l est credme, nisi <:on.som.iro, vmum esse, quo1l
dicitur? Thom. 1. e. rtn. 4. a. '. '. : Li1:et qnida m clic:rnt .-\postoli prae<licta Yerha
( H ebr. 11 , 1 ) 11011 esse ficlei d<?finitionem, tamen si q ui s rccte consideret,
omnia, ex quib us E.eles potest ilefü 1iri, in praedi cta ilesc:riptione tangu ntur. ..
Fides est habitns melltis, gn o in choatnr Yita acterna in nobis, foc:iens intol-
leetum assentire non apparen1 ibus.
Por cso precisamente la fo engcnc1rn. , ~eg un ~n propia eson cin, en el cre-
yente nna certeza infoli lile. 'L'hom. l. !' . qn. 1. a.;}; Jtatio formali s objecti
fülei est veritas prima; undc nih il potest cadcre sub füle , nisi in quantum
stat snb veritate prima, snb :tno uullmn falsum stare pote,;t, sicut uec 11011
em; sub ente et malum sub bonitate. De nna manera. in1 lir ecta ensei'rn esto
mi smo el concilio de 'l'rento, Se,;ion VI. cán. ) li: S i qui,; m:tgnum illud
usque in fin em }Jerseverantiat, don mn se certo habitunun ab~olute et infalli-
bili certitudine rlixerit, uisi hoc ex speciali rcvelatione didicerit, a. ,.;, Cone.
Vatic. De fid. Cap. 3: Plenum revelanti Deo intellectus et volnntatis oh,.;e-
<1nium fide praestar e tenemur.
2. De t odo lo cual se deduce que la r egla irnnediata de fo ha de ofrecer
eompleta certeza y ;,;eguridad infalible. Pnesto que dirige al crcyente en el acto

http://www.obrascatolicas.com
§ 22. DEMOSTRACIO.N DE J,A REGLA DE FE CATÓLICA. 215
de la fe y le trasmite la Revelacion, es claro que debe residir en ella una
autoridad capaz de obligar al espíritu hum ano á prestar su asentimiento,
fundada, por consiguiente , en la autoridad de Di os mismo, y que, en si y por
si, sea sufici ente para constituir un tribunal supremo en materias dogmáticas
y para dar una decision infalible. Y como quiera que la obediencia en materias
de fe es un cleber que á t odos incumbe, y que t odos sin excep cion deben
abrazar la fe para llegar a la salvacion, es preciso que esta norma de fe sea
una y extienda su accion a todos, como una ley general que á todos por igual
obliga. E s preciso además que sea una regla viviente que r esida en la
I g lesia siempre y sin interrupcion hasta la consumacion de Jos siglos, toda
vez que la palabra escrita, ya se halle consignada en la Sagrada Escritura ó
eu los documentos d e la Tradicion, necesita ser explicada y aclarada siem-
pre. P or último, ha d e ser visible , es decir, perceptible por los sentidos para
todos aquellos que deseen llegar a la fe, y fácil de reconocer, como lo es la
misma I glesia, instituída por J esucristo para ser órgano d e su Revelacion.

lia demostracion ele que todas estas propiedades de la regla d e fe se encuentran en


la Iglesia católica , véase pág. 125. Suarez, De fid. Disp. V. Sect. 6. 7. Lugo, z. e.
Disp. XII. Salma.ntic. 'l'. VII. p. 100 sq. \Viseman , La doctrina y los usos de la I glesia
católica, Discurso I. pár.10. Perrone, 7. e. II. p. 3 sig. Franzelin, De 'l'raditione, pági-
na 584 sq.

§ 22. DE'.IIOSTRACION DE LA REGLA DE FE CAT ÓLICA DEDTJCIDA DE LA


NATURALEZA DEL 11AGISTERI0 DE LA IGL ESIA .

I. Desde un principio aparece en J esucristo y en los Apóstoles la


palabra oral del magisterio de la Iglesia como el medio ordinario para
anunciar y conservar la verdacl revelada , donde se manifiesta la auto-
ridad de la Ig·lesia docente como reg·la inmediata de fe.
1. Antes hemos expuesto lo mas esen cial acerca de esta cuestion , T. I.
pag. 256. San Agustin resume el asunto con su acostumbrada maestria (l. e.
e. 14): I psum viclemus, quantum illa, cui et ipsi creclunt, docet historia
nihil prius, neque fortius , quem cr edi sibi voluisse: cum i.lli nondum essent
idonei, cum q uibus ei res esset, ad divina perci pienc1a secreta. Quid enim
aliucl agunt tanta et tam multa miracula, ipso etiam dicente illa fieri non ob
aliud, nisi, ut sibi crederetur? Fide ille stultos ducebat; - . Clamabat ille , ut
crederetur ... laudabat credentes ille ... Ergo ille afferens medicinam, quae
corruptissimos mores sanatura esset, miraculis conciliavit auctoritatem , au-
ctoritate meruit fidem, fide contraxit multitudinem , multitudine obtinuit ve- "'
tustatem, vetusta te ro boravit religionem. Él mismo, la verdad Eterna, de
una manera visible ( Augustin. l. e. e. 15 ) , es el maestro d el mundo y supre-
ma r egla de fe; Él, que al d ej ar la ti erra, trasmite la mision que h abía r ecibi-
do del Padre, juntamente con su autoridacl, al ministerio docente de la I gle-
sia , primero a los Apóstoles y por éstos a sus ·sucesores en la misma I glesia.,
á la que no faltará su asistencia extraordinaria h asta la consumacion de los

http://www.obrascatolicas.com
''- ~
··-· ·~·:

216 PARTE SEGUNDA. LIBRO SEGUNDO. SECCION PRIMERA.

siglos. Ellos deben ejercerla en lugar suyo, y todos cuantos aspiran á la sal-
vacion eterna están obligados á prestar la obe<'liencia de b fe, á ellos lo mi8-
mo que á Él, con igual acatamiento. Joan. 14, 1G; 15, 16; lG, 13. Luc. 24, 49.
l\Iatth. 28, 20. Luc. 10, 10. lG. ~Iar c. 16 , 1G. I 'rliess . 2 , 13. Cum accepissetis
a no bis verbum auditus Dei, ~.ccepist is illml non ut verbmn hominum, sed,
sicut est vero, verbum Dei. Rmn. 1, 5; 18. Y es que la " auctoritas Dei homi-
nis ,, "miraculis confirmab,, .ha pasado totalmente á la Iglosia, que por e,.;a
razon posee el "culmen auctoritatis,, . Augustin. e. lG. 17.
2. Sígucsc, pues , qu e ]çi preclicacion y eo11 servacion de la verdad revela-
da, de conformidad con el plan divino y b in stitucion real Lle la I g lesia cris-
tiana, se ha encomendado al rnagistcrio <iuténtic:o, verbal y v iviente establo-
cido por el Sofior en su I glo::;i ti para que h aga ::;11 ,; veces, ú fin de que perma-
uez ca en ella hasta la con snmacion de los ~igl os. Esta r egb de fe viYiente,
con t odas las condiciones y pro pie dados qno únt c:> la hemos scnalado, consti-
tuye la forma esencia/ de la pre1licac:ion y ele la conseryacion de la fe. E s Yer-
dad que no oxcluye la form a acciclemal, post01·ior y no esenci al de la propa-
gacion 6 cornnnieacion p or mcdio de la palabra escrita; vor o tampoco é;:;ta
excluye á la primera ni la qn ita nada de sn importancia, imtcs bien aparece
como un auxi liar externo de la forma primitiva. Desde un principio se ha em-
pleado la palalira escrita corno auxiliar de la comunicacion vcrlJal , únicamente
á fin de servir de explicacion y acl aracion ú los q ne ya h nn rccibido el t esoro
de la fe. El protestantismo no li a :-:;ido capaz d o pro bar que se haya introdu-
cido la menor modifieacion, cn esta forma primitiva de anun ciar la doctriua
cristiana, desde la red.accion de1initiva de la Sagrada E sc:ritura: ántes bien el
mismo Sagrado Texto prneba lo co ntrari o. II Tim. 2 , 1 : 1 , 13. Rom. 10 , 14.
Eph. 4, 11. I Cor. 12, 28; v é a~e I pane, púg. :21i:2.

II. La palabra oral dcl rn ag-isterio de la Ig lesia es, por expresa vo-
; :..·
luntad y disposi<.:íon dP .Jesnnisto , el órg-auo permanente para anun-
ciar y conservar la verdacl rcye]ada.
E5to se prucb,1 por la mi .~inn l e los Apóstolo,;, enYiados como testigos (Act.
l, 21 - 26 ) y maestros ( l\fatth. 28 , 18 - 20 ) , para cuyo cumplimiento les
arma cl Senor con una fu erza Nnp orior, l e8 comunica el dou ele la infalibüidad
(.Joan. 14, lG-18; lG, HJ. :Ilfatth . 28, 201 ~- k::: reYiste (1c mia autorirlad á
la qne todos dehen acatamie11to Cll lo llUC at:ift (' :\ la fe. ( L11c. ] o' rn. )

III. Las misrn as palahrns con que :'l' expresa la c1:eaeion del Apos-
tolado y el <lon de la infalibih<laJ que se le confiere, eontienen la pro-
mesa de su duracion hasta e: fin de los siµ;l os y nos surniuistran, por
consecuencia, la certeza de c~ lle en la Iglesia existe un ministerío do-
cente viYo, llue cs el órg-auo perman ente de la verdad reY elada.
1. De las palabra;:; de los Apóstolos y ele todos sus actos se clesprencle
que ellos vieron en la mision que los confió ol Sei1or una institucion perma-
nente de la Iglesia, y no un ,;i·nple ministerio p ersonal ó una prerrogativa

http://www.obrascatolicas.com
§ 23. DEMOSTRACION DE LA REGLA DE FE CATÓLICA. 217
pasajera. II. T im. 1 , 13. Formam ( Ú7to-rÚT.waw) habe sanorum verborum,
quae a me audisti in fide et in dilectione in Christo J esu I Tim. 4, 13. 14; 6,
13. 14. II 'rim. 1 , G. 8. Act. 20, 28. P or eso les vemos nombrar sucesor es y
encargar á éstos que, à su vez, cuiden de elegir y desi gnar personas que les
sucedan. II Tim. 2, 2. Quae audisti a me per maltos testes, haec commenda
fid elibus hominibus, qui idonei er unt et alios docere. Tit. 1, 5. ~- Vinc. Lirin.
Comm. n. 27: "O 'rimothee, depositmn custodi,, ... Quid est bodie 'rimo-
tb eus nisi vel gencraliter nniYersa Ecclesia vel specialiter totum corpus prae-
positorum, qui integram divini cultus scientiam vel ipsi habere debent vel
aliis infundere. Iren. IV. 43. Cum episcopatus successionc charisma accepe-
runt veritatis. Cf. Stapl eton l. e. Lib. V.

2. Acerca de las cosas que son com une:i, y las que sou peculiares al Episcopado y
al Apostolado, hemo.'< hablaclo en la iiág. 111 y sig.

§ 23. DEMOSTRACION DE LA REGI.A DE FE CATÓLICA, DEDUCIDA DE LA


. ESENCIA DE LA lGLESIA, DE LA FE Y, EN GENERAL DEL P LAN
mnxo DE LA SAL VACIOX.
\:,:,

I. La Yerdadcra Ig lcsia de Jcsu cristo, que no es otra que la católico-


romana, se h alla , por Hecesi dad, eu po.sesion ele las notas ó signos de
la unidad, sa nticlad, catolicidad y apost olicidad . P ero todos estos sig nos
distintivos, y por consigniente la esencia rni srna y l a subsistencia de
la verdadera Iglcsia de Cristo, descansau en la autoriclad de la regfa de
fe católica. De donde se sig·ne que sin ésta no pucde subsistir la fe en
toda su integ-ridad y pureza ni la Iglesia fundada sobre ell a, tal cual
quiere J esucristo que sea y como la establccieron los Apóstoles.

1. Toda vez que, segu11 el órden adual de la salvacion, Dios no comunica


~
su Revelacion inmediatarncnte á cada individuo, y que, por otra parte , los ;

Apóstoles recibier on la mision de enseii ar á los fieles "servare omnia, quaecun-


que elixi vobis,, (l\Iatth. 28, 20), es evidente que la unidarl, samidad, catolicidad
y apostolicidad de la fo y d e la I glesia misma sólo pnedcn subsistir por la auto-
ridacl del mini sterio docente , qne hace las vecmi de J esncristo, como su i'mico
fundamento. Eph. 4, 11: Ipse dedit quosdam quidem Apostolos, quosdam
autem prophctas, alios vero };vangel istas , ali os autem pastores et doctores;
arl consummationem Sanctorum in oput> ministerii, in aediíicationem corporis
CJuisti, donec occurrarnu:-i omues in unitatcm iidei, et agnitionis füii Dei, in
aedificationem corporis Christi ; ut j am non simus parnüi flnetuantes, et cir-
cumferamur omni vento cloctriuae in nequitia hominmn, in astntia ad circum-
vcntionem erroris. Mas esta f'e es única ( Eph. 4, 5. 13. una fides, Tertnllian.
D e praescript. c. D: Propono, unuin et certwn aliqui d in stitutum esse a Cbris-
to), es universal é invariable para todos los tiempos y lugares ( Matth . 18,
rn. 20; Marc. lG, 15). Ter tullian. De praescript. e. 20: Dchinc in orbem p ro-
fecti (Apostoli), eandem do ctrinam ejm;dem fidoi nationibus promulgaverunt ...

http://www.obrascatolicas.com
218 PARTE SEGUNDA. LTRRO SEGUNDO. SECCION PRIMERA.

!taque tot et tantae E cclesiaE, una est illa ab Apost olis prima, ex qua omnes.
Sic omnes primae et apostoh;ae, dum una onmc::; prob~mt unitatcm; dum cst
illis comrnunicatio pacis et a ppellatio frat ernitntis et contesseralio hospitali-
tatis. Qu:ie jura non alia rnfri regit , quarn eju,;dem sacrnmenti íi. e. doctrinae
e. 23) trnditio.
2. Por cuy<t r azon, segun el órden actual de b sal,::icion, el individuo n o
puede recibir la fe :-:ino en y p or la Iglc:;ia . .-\n g u;;tiu. C. Crescon . II. 14:
Hic san ctus Spiritus nmiens in eo,;, tale siguum primitns cleclit, nt qni enm
acciperent, lingui s onrnimn gentinm loq uerentur: ([11Íll portenclc bat Eccl esiam
per omncs gentcil foturnm. ner 1p1emq11nm 1w·c1if11nun 811irit111n sanctwn , 11isi
qni efus nnitati CO]J'ttlaretur . Ann aqnel Apóstol pri 1·ilegiado que recibió inmedia-
tamente de Dios el E vangelio. J>ablo ( (-Tal. l . 1:2 ) , es enyiaclo primem á
Ananías y á lo;-; Apostoles, p:ira qne ellu,; le h aga u :;a lJei· la Yohrntacl de Dios
y para dar a:;i testimo11 io d e ia unidacl y com1miclacl do ht fe por b unida d y
comuuion mantcnida co11 ello::. Ac1·. n, 11 sq . C:-al. 1 , fü. :2±. A ct. D, 21 - 28.
Gal. 2, 2. Tcr tu llian. De pne.-;cript. J - -23: Qnin llcmntatu,; ( Pauln::;) in
praedicator em de perseqnn toTe dc1lnc-itm· ad fratr es a [ratribns, ut unus ex
fratrilrns, et al1 illos ah illi s, qn i al1 _\po ::;toli,; folern im1n enrnt . D chinc, sicnt
ipse narrat , ascendit Hicro:0olyntam cognoscernli P etri cnu:::a, ex o(ficio etfnre,
scl. efusdem fidei et pracdicatio1iis. Num et illi 11011 ess ent mirati de per;;equu-
tore fact nm praelli carorem, si aliq uicl enntrarium praeclicaret : ncc D ominnm
propterea mag ni1icasse11t, qui1 :vhersarins ej us P a11lufl obvenerat. La mi;;ma
demostr,t cion se declnco ele la l1i storia d e la conver,;iou ele Cornelio, que , ha-
biendo recibido por uua reYe acion e;;pecial la rncacion ú la fo, se dirige no
ob stante á Pedrn, por ser ésto el encarw\l1o ele annnciarla. A ct. 10 , 33. Nunc
igitur nos omnc;; coram D eo hic ;;umus, ut awlianrns, c1 uaecunque tihi prae-
cepta ,;unt ... cccidit Spiritus s:mctns sn11 cr omucs, qui 1·crbum nudiebant.
3. Con esto í1nech demostrado que r-;ó lo aquella l glcsia es la verdaclera
l gl esi:i de J esunisto , y sólo c ~s ven1adera fe ac1uclla qn e ::;e anuncia y se man-
tiene lJor el mi11i"t erio llocente i11 falible, ú uicu f1n e tiene derecho para enca-
bezar toda clecision en cnestic·ne;; d ogmitti cas con la fórmula ( Act. 15. 28):
Visurn est Spiri1 ni sancto et noliis: es decir, úni co que tiene cnmpleta cer-
teza d e su infalibiliclal1. cn el en a! exi><tc: nna rr.~ l n de fo inmutabl e y YiYien-
te que anuncia sin cemrn.r la vcnlad y nvita tcH1 o error. lren. {. e. IV, 33:
Agnitio vera ( v·1w:r\: 7.h/ri :. ·( 7t;r, A-:-:r,:r-:ól,t,J'1 0•.0'.f.z·l, i l's t Apostolornm d o-
e.trina et antiq,l~u s E~clcsi a ~, s;atus in mil 1·erso nrnndo (, -:o ?;.~·
0

\
;a.";_rn -::r,ç $z;D,·r,-
·~

:rL'l.ç cr-úi:r,·r1p.O'. ) et character corporifi Chri~ti sec undum ::mcc essiones Episco-
porum, quibus il1i eam, quae i11 nnoqno<l1l€ loco cst, E cclesi::un tradideru~t;
quae p ervenit u;:;que ad n os cn:;toditione ~i ne fü:tione S eripturarum tractatio
pleníssima, neqne addifamentum n equc :1blati o11em re cipiens. Fuera de ella
no hay, por consccuen cia , ni llllil1::ul, ni i irrnriabili Jacl , lli uniYersaliclad , sino
(1ue, n1ny al contrario~ ~' ex~-:·-:-oç ~õtw; XJ'.~. S":'!ftt>.;, ~ÕLX'I 00~(1.'I T:,'1.ps .rs·f1"{'l.''(2'r 1

rl7tà ":'OÚ":"<il'I <liz'JÓÓ·


1
j·ô~".j'":QL,
.\
t!Jzu;)o-;:~or~'"fi-:a..i._
1 1 1
, Úc:'.JÕ(J.í:ÓO"~o),_o•...
i '
r}:':'.'J~c.. E:u.S~t.tjO.'I
1 1
r;·{,·J
E'1t1)cr~'1 -:Y1.; Sxxl:r/7~~.; ?Oopt.;;.'l.[(1 1. ; ),0~/o~ç xcc:-à -:o0 OzuJ x'.1.~. XCÁ'°:''l.. r:o·J Xf~'S-:o0:, .
Hippolyt. ap . Enseb. H. l<~. IV. 2'2.

http://www.obrascatolicas.com
§ 23. DEMOSTRACION DE LA REGLA DE F E CATÓLICA. 219
II. En esta autoridad dcl magisterio auténtíco de la Iglesia se fun-
da la <listincion que se hacc entre la Iglesia y las escuelas de los secta-
ri os y fil ósofos , sobre la c·ual tantas veces y con tanta insistencia han
llamado la atencion los Santos Padres.
t

El conocimi ento que nns snministra la fe no tiene :m raiz en nosotros mis-


mos, en nuestrn investigacion ó capacidad indivi dLrnl, sino Ó:;•1ci:.w. 0200", "sv
r0 x1l G.·1s'J ~(;)'/ X;:v~z ~;~ú >·10 1~'l. ,j f):r,.; 7-f 7:~77S<.d,; .~ 1 (Jlorn ..A. lex. S troni. \ T. 1. P or
1
,;

eso r f's i<l e en ella la nnirlnrl "·{, z;oz:r,


-;'r,ç sxxi:r,7:.'.J.:; , zryfJ;Í:;:2p ·{, ày/r, 7·(,ç
vucr-:-:f7sc.0.; X'l.':''l. '";º(,·; :J.')'1'l.0'l. z~-:~·1. 7:.-i:r:'J. -:'l. 'l.J),'J, Ú7: Z ( ~1~.J.l.o'.J~'l. ~~ ,~ II. 17., así
COJTIO la " s-;:•,77·/,'(.'f 1 7_/:r,4-/,~ , .• por la custodia de ]a rü.d a de fo "7·{,·1 ZXXh,7V1.7":'.-
)("f1'i 7C;)(t1r1

ô:80-:ou.(ry:1
1 i
7t~l'I 0o·1"1J.:X7<0'1 ,,· • miéntras nn I'l
c , iior el contrario , los
h ero,i c;.; só lo tienen '' o'.·r(W.ç,, VII. Hi.; por lo enal :rns r eunione s y as:.tm- -. ..:

lil eas no son otra cosa que " à.vOpwmn.t. rsuv·ri}vr;s•.ç ,, , y de ninguna manera
nna I gles::.i, por cuya me<liacion se obre en no::;otros la salvacion "dç -f)v o1
xa:ra' i:fO'fJ::~ 1,.'i 0" ,.X'l.',. O'. s;''X'l.":':/./,S''j'',;'J't'l.
1 ' ' ' '"'II
v . 1-
140 . ' . ·r.,
,,

.r.. n estaH toel o se f u nel a en el
criter io propi o í Aug ustin. D o ntil. cr ed. ml H onor. pa ..;s. ) ; en la I g lesia ca-
tólica ol fun damento <le tnrlo es la palabra de b fo, ú la que es precis o r omlir
ab;;o]uta obeclien cia Jlattli. 28, 20. Matth. 10, 40. Lnc. 10, lG. Joan . 13, 20)
liajn la pen a d e ser exdllí<l o <lc ,.;n seno ( Matth. l t-1, 17 ) , como á la palalm1
de Di o:-: ( I Th essal. 2, l:'l ) qno se anuncia con autoridaü infalible ( :M:atth. 7,
2fl. Luc. 4 , 23) ; las primem:-: tratan de convencer "iu p ersnasibilibns lrn-
nrn.nae i;apientiae verhi,; ,, ; h sci.:;unda ensefí.a " in d emm1stratione Spiritus et
virtutÜ; ,,; aquellas " in sapiPntia hominum .,, éf;h t "in virtnte D ei ,,. I Cor. 2,
4. f), Cf. ()ri,g en. e. Cols. I. (j~ i0%21 õt ;1.0•,. ~ 0-: G":t.:po·J; ;i~~'I 7VJ~~ t0~ 7:p6ç --:·'r1'I
: 1

":<.~>'I 7..Qj),(~l'I 0-=:ói,·ri'i'. '11 %'l). ~.X'l.'tf/~ .; 7:p0.; -:0 '102 ~·; -;-:):ffJ-Z"J'. X'l.~ i,S;1 z~·1, z7:~),z ;7.~z·10.:;,
xa) ·;--r ~7. ,--
• • '1'1"'·1 ~·1rJ '":- él.0-r
. ~ - ; .•'Y."/.r'·1r
,.,1.-.,J •• • - _:; - ;,• -;: :1.n'.J. -,.:(/,- ; Tr ~r 0- · 0i r ·1c:rr' &v ~-ow/íJ-r1
.JJ.'":"'1~J .J • . . . . . .":-) ,JJ~
0
- ,. .)J ... ... l 'w 1

,'.,Joirv ,~,"'10~:., .. ,,,. ·~- ·;···r~fj,.,,


.v 1 • •-:-· T.., • Jv'"-;' J.-., r.:. .,( 1 J ..ld
,.·, . . ,l)"' "~', I ? "'J.-o~:.J
J. ! ;
t .. :...~ .:,.... ,\- -,·10-~
\..IJ~ ...
_,._, ·,·,_.-,...,1J;'r1- ·..1
•v(J),.J vJ'.l . :.IJ.'": ''"'
-
li-•
"';
>•
1

III. Sólo la r egla 1le fe católica guarda propor cion con la natu-
raleza de la fe que, rlehi c'rnlo wstodi ar y so::;terwr con infalible certeza
todo lo r1ue Dios ha reYelado, requiere un furnlmn ento infalible, corno
cl <pi e se ofrece en el ministerio docente <le la Ig k sia , de cu:ya autenti-
cidad no puede duda rse, :'1 tin de que todo.~ lo;; ll:mrndos al rein o de
Dios puedan alcanzar, prnnto y con seg·urid ad, un conocirniento cierto
de la verdad revelada, cxento de toda duela y sin mezcla alg una de
errar.
En i;entir de San Ag ustin ( D e util. cred. e. 12 ), todo hombre es, con r ela-
cion á la venlad divina, " i;tult.us " ef. I Cor. 2 , 104, por lo cual hacc n otar
(l. r.): H oe ( sapienti obtomporare ) si in r ebuf; minoribus ut in mercando vel
colcndo agro, in uxore dncenda, in snscipiendi s edu candisque liberis, in ipsa
!leniqne r e fa miliari administranda expeclire nOTno ambigit , multo magi~ in
r eligione. N am et r es humanae promptiores sunt ac1 dignoscendnm, quam
divinae; et in quibuscunqne sanetioribus et praestantioribus quo mag1s eis

http://www.obrascatolicas.com
· ·:,-

220 PARTE SEGUNDA. LIBRO SEGUNDO. SECCION PRIMERA.

obsequium cultumque debemus, eo sceleratius perfritlosiusque peccatur. Nihil


igitur nobis restare amodo vides, quamdiu stnlti sm:nus, si noúis vila optima
et religiosa cordi est, nisi ut q·iacramus sapientes, quibus obtemperando domi-
nationem stultitiae nequ e ita multum sentire, dum inest nobis, et eva.dere
aliquarido possimus. ~Pero dónde, continúa , ha rl c encontrar cl necio al sa.-
bio? (e. 13 ). H uic tam -imnwni difficultati, !JUOnimn de religione quaerimus,
Deus solus mederi potcst, quen i1isi et esse et human·is mentiú1.ts opitulari cred:i-
rnus, ncc quaerere q nidem ipo:am Ycram religionem cupimu,;; viene en sn auxi-
lio valiéndose rle la autoridad que t1 mismo Jw. estalJlecido (e. lG ). Haec est,
crede, saluberrima auctoritas ... Sola est aucton'tas. quae commovet stultos,
ut ad sapientiam fe;; tineu t. Y e;;ta autoridad reside únicamente en la Iglesia.
católica ( c. 17 ) , q uae usque m1 confessionem generis hurnani ... culmen
auetorita.tis oütinnit.

IV. La rcgla de fe católica e;; la única que guarda proporcion con


la dig11idad y la Yirtnd de la vcrdad sobrenatural religiosa , que, como
palabra YÍY iente emanada del c.~piritu diYino, lia convertido en órgano
de ella rnisrna la palabra <ld rspiritu humano por la clara luz que le
comunica y alta <lireccion ·:i.ue le irn prime, de 1al sucrte yne ella sola
es capaz de enseiiar al mundo la palahra de Cristo, l>ajo la forma más
perfecta y u11iver:::al. e11 toe.os l os tiC'mpos. ú todos lo:; puehlos }' segun
las necesidadcs de todos.
La enscflanz:1 de Yen1ades relig ir,,-:as e, preciso que -:1m p opular y permanente.
"Por eso Jesucristo creyó 'l uo no bastaba 11aber m0111ifos tado la verdad nna vez para
siemprc, segun }~l lo lrnbía liec:l1c•; y porque j uzgó tal m éto do insl1fi cionte, ni cousignó
por escrito su doctrirni ui r ecorn eucló ú sus Apóstules que lo hicieran , llOr más que e n
otro caso éste llllbiera ' ido el prc ccdirn iento más expedito y al que nc e;e s~, riamcnte se
lrnbi ese recurríllo. Cnn oi propósito ele cxil' n•l er su doctrina por todo c l mundo y de
asegurar su efi.ca eia y :-;u con.s cr v aciou hasta la co11:-;un1al:ion ele ]os siglas, rcunió á
su alredodor un JlNJlWl10 cire11lo de di,oí1111!0.', pr>ltotip o d 0 la Tc;·! esia docente, y los
cnvió como Apú~tol e$ r. missi ) d e todos ]o,; pueblos, fortalccíé,JHloles con su propio
cspíritu. D e confonni1l:id co n lm; d cs i;.!nios tlcl S<>fior, la mision rle l os Apóstolos no
se r edu cía tan s.úlo it tln r t e~ti m )nio d e ,Te,ucr isto y dv 'u Enm gelio nna vez par[L
siemprc; úntes bion fut': ,; n Yol 111i-:ad 1"'1.cer perpét.uo su t.cstimonio , seg un era s11 de-
bcr. Para realizar este objeto uo apdn.ron al m edio rl e co11sig1rnr llOr esc:rito su do c-
trina, yn. que ev l<l ente 11H·n te no f11 é l>.sc el ol 1jeto c1 1~ ln q1u: l":o;cribioron , sino ú. la tras
rnision oral d e la misma, juntamente c:on e l wagisL<>rio, iL los qu e eneontraban ] >repa-
rados. 'I'al ha sido t::Lmbien d r·roc:eü imi ento ern pl c::Ldo por la lglesia hasta ol ÜÍ::L
lll'esente ,
A.hora hi en, óeuál os !.a v erdatlt:ra e:1 usa , cl fünrlamento int rínseco de cstos hc chos?
Sé>lo el espíritu vivieute del hombre puede S<'l' órg ano im ncdiato tle la verdacl divina,
y de nü1gun modo cnmvlen este (•bjeto ni la. letra muert01 1 ni un a fórmuh1 d e fe ni un
credo escrito. Valióndo.s e d el esp: r itu vivieutc clel hombre , comunica el 8 ofi or la ve1·-
clad reyclad a por su divino Espírit11 en todo ti cmpo y en cualqnicr grado d e cultura,
0

sin mez cla de err ar y tfo una m an era la más comi>lcta." Kahn, Tcol. dogmática, })á -
gi na 47. E! espíritu humano es, efec tivamente, el úr.~ ano más digno de to d a l::i. crea-
c> on para ::munci"r la palabra divina , p orqun es el "'·'r m its scmejante á Dios. 'l'hom.
IH. q u. 4. 01. l: Huma n:i. natura , in qu:i.utum ost r ationalis ct intdlectua li s, nu.ta est
attingere aliqualiter ipsum Verlmm per suam operation em , cog-nos ccnclo sei. et

http://www.obrascatolicas.com
§ 23. DEMOSTRACION DE LA REGLA DE FE CATÓLICA, 221
amando ipsum. Y así como en .Tesucristo fué elevada la naturaleza humana a la dig-
nidad de hijo de Dios, de la misma manera, enol ministorio docente infaliblc enco-
mendado a la jerarquía eclesiastica, se nos presenta una exaltacion sobren~ural de
la naturalezn, humn,nn, encargada de continuar la obra do la Redencion pt>f1le.:predi-
cacion de la verdad y la administracion de los Sacramentos. •"'

V. Este camino de la fe, seí'ialado por Dios para llegar á la salva-


cion, mediante la humilde sumision a la autoridad del magisterio de
la Iglesia, es perfectamente adecuado a la naturalcza del hornbre, que,
arrastrado por el orgullo, había caido en la impieclad y en el pecado.
Rom. 1, 22. Evanuerunt in cogitationibus suis, et obscuratum est insipiens
cor eorum, dicentes se esse sapientcs, stulti facti sunt. De la misma manera
que el paganii;mo nació del orgullo, así tambien la hcrcjia es, por su esencia,
hija de la soberbia; y ésta es la raz(m por qué Dios qniso conducir á los cre-
yentes á la salvacion "por b locura de la predicacion,, ( I Cor. 1, 21 ), preser-
vándoles del error y del engaflo mediante la obeclicncia al nrngisterio de la
lglesia. Augnstin. Confess. XII. 25: Cnm cnim veritas sit omninm nostrum,
quos ad ejus communionem publice vocat Deus, isti (haeretici) eam vo1entes
haberepi"ivatam,prirnntur ea; et dum suum volunt esse, quocl omnium est, a
communi propelluntnr ad sua, hoc esta veritate acl mendacium. La causa de
esta es que: "sua phanfasmata colnnt ,,. Et quidquid animo errante, cum
superbia et tumore, cogita.nclo imaginati foerint, religionis nomine observant.
Id. De ver. relig. c. 38: N cqne enim natae sunt haercscs et quaedam dogma-
ta illaqueantia animas, et in profundum praocipitantia, nisi dum Scripturae
bonae intelliguntur non bene, et quod in eis non benc intelligitur, etiam teme-
re et audacter asscritnr. Clem. Alex. l. e. VII. 1G: ~ó;Yiç os ETC 1.0~p.o:Jo-w ... àt
f '
E"t'Sptuv
,
TC(J.psyzc~p·r(iS(UV
, o '
Cl.'1 11ptü7:S~CJ. 1.. ç
....Ô~Ôct.cr'XCJ.
.... ) \ 1'.~.l'. .; S'IVJ':'CJ.P,2'10~
' ' osi.q.
' ~'
'i':ct.pct.oocr-s~,
rr r lj r rJ,...,, "'' "' ' ' ,...,
u;:sp '!O:J --:·rl'I ct.·.p2v 1..'1 Cí'JG":"f,G':J..'Jf)'J. 1.. • . •
f ' - '
Ui:Ep~·r,'l'.1~ GS GT:.O'JO':J.Cí':l..'1'72Ç -ro XO!..VOV -~7,Ç

·dcr't'EWç, Ei;s~·r1 üetv 't'·lr1 C!.À-l/bet•1. Detalladamrmte explica tambien esto San
Agustin (De cloctrin. Christ. I. 14): Sapientia Dei horninem curans scipsam
exhibuit ad sanandum, ipsa meclicns, ipsa medicina. Quia ergo per super-
hiam homo lapsus est, humilitatem adhibuit acl sanandnm. Serpentis sapien-
tia decepti sumus, Dei stultitia liberamur.

VI. De esta manera se nos ofrcce en la reg·la de fe católica la ley


fundamental del plan divino, segun el cnal, tanto en el órden natural
como en el suprasensible, cs sn volnntad que se rcwlen à los hombres
sus gracias y clones divinos por la mediacion de causas segundas.
Thom. O. Gent. II. 21: Uni\·ersae causae creatae sunt velnti instrumenta
respectu causae increatae seu primac. Precisamente esta reciproca relacion
causal es la que determina el órden natural del Cosmos. l. e. III. c. 69: Si a rebus
subtrahantur actiones,' subtrahitur ordo rerum ad invicem. Rcrum enim, quae
sunt diversae secunclum suas naturas, non est colligatio in ordinis unitatem,
nisi per hoc, quod quaedam agunt, et quaedam patiuntur. Dios obra, pues, por
las caasas segundas; idem effectus totus attribuitur instrumento et principali

http://www.obrascatolicas.com
222 PARTE SEGUND~ .. LIBUO SEGUNDO. SECCION PRIMirnA.

agenti etiam totus l. e. e. 70. Y lo que decimos dcl órden natural tiene asi-
mismo aplicacion al sobrendural, segun claramente lo d:m á entender oi
símil d-el: cuerpo ( :F3phes. 1, '.!3 ) , el de la familia ( Luc. 12, 42 ) , el de la casa
(Ephes. 2, lUJ y la interpretacion dada por el Apóstol (Eph. 4, 11. I Cor. 12,
14 - 27). No por la falta de poLlcr, sino por exceso <l e :unor, h a di;,puesto el
Sef1or que sean hombres l os que asi:sLan al hombrc en las n eeesidades de la
vida, lo mismo e11 el ónlen 11:ttural c1ue en el sobrenatural , para elcYartie por
ese medio á la mayor semejanza posihle con Dios , causa s11prema ele todas
Ias cosas. Thom. l. e. (i !l: :Si D eus alii;; eomnrnnicavit similitudinem suam
quantum ad esse, i n quantum res ail Psse pcrd uxit, L·onsoriuen:> est, quod com-
municavi t eis similit\l(linern suam qu ant mn rui aycre, nt et.iam res creatac
habcant proprias aetiow;,_,. ~ 1p1•lem. <1. 7:2 . a. :2: Lt e or <lo est Lli-1-initu;:; insti-
tutns in r elms, secnnclum Dionys ium (fkd. Hi e.r nr. e. 5), u t per media ultima
reducantur in D emn. 17nde cum s:rncti, qui s1mt i11 p atria, sint D eo propiu-
qui ssimi , h oe lliYinae l egis ordo r eqn iri t, nt 111•s, qui ma11ente,; in corpore po-
regrinamnr a D omino, in enm per sanctos lll(:rlios reducamur ... Sicut non
est propt er tlcfectnm <lixiuae porenti ae , qnoü meclian t ilms secnrnli;; causi"
operatur, ;;ed est atl comple1u:mt111n orrli11is 11niversi1 nt ejns bonitas multiplicius
diffondatur in r es , dm n re:-1 ah co 11011 sol mn suseipiuut ho nitates pro prias,
sed insuper r3uod nliis causa bo11irati:-: exi:;tan t; ita N iam 11011 est propter dc-
fe ctnm miseri conliae ip sius, quod oportcat qjus clemcntiam per orntiones
Sanctorum pulsai·(', sed est ad h,-•c. ut ordo prncLlictus serve tur in rebus. A la
mancra que ol padre propocioua el a li mento n ocesario para e] sostenimiento
d e la vida natural, así en cl ónlon sobrenatural administra la Ig-l esia el ali-
mento d e la yerdad y rle ln gra ci<t i1or meüio rle la prcd icaeion y de los Sa-
cramentos; y así como la h <una niclacl d e .Jcsu (' risto fué el instrumento ( ins-
trumentum conj nnct mni por el cnal la Saliiclur ia eterna trajo á la ignorancia
humana al vcrdadero conoci iniento ( A ng nstin. De util. cr cd. e. 12), rle la rnis-
ma man cra el ap o,,;tolaclo e,;t abl ec:i do p:ira descmpeiiar t;us veces es el instru-
mento clivino-lrnmano (instnnnentmn :-;qrnraturn ) por el que Dio;; qui ere con-
du cir a todo:'l ú la verdadera fe. lLl. 8uppl. q. 84. :t. 1: 1I t D eu;; in suí:i ope-
ribns reprae,;entaro rnr, 11011 ,;olu111 seeunclnm quod i11 se c,.;t, sed eriarn secun-
dum quod aliis inHuit , h an c legcrn naturalem impo;;uit omuihus, ut 11ltíma
per media r edu cerentur, et media per prima ... Et ideo , ut ista pulchritudo
Ecclesiae no11 cl ee~s et, posnit ordinem iu ea , n t quiclam aliis sacrameuta tr::i-
dercnt , s no modo Deo in hoc a;-;;;imibti , q uas i Deo cooperantes,...sicut etiam
in corpore naturali quaodam membra aliis influunt. ·":

§ 24. mmO ST RACIOX DE LA REGLA DE FE CAJ6LICA:, DEDUCIDA


DE LA HISTORIA DE LA -.IG LESlA~.-
.
I. Los Santos Padres reconocen en el rnagi~terio anténtico de la
Ig-lesia la regla de fe inmediata para todos sus miembros; por cl con-
trario, la neg-aciou de esh regfa es el carácter comun de todas las he-
rejías.

http://www.obrascatolicas.com
§ 24. DEMOSTRACION DE J,A REGLA DE FE CATÓLICA. 223
En sentir de Clemente romano (Ep. ad Cor. I. 38 sq.), la Jerarquía com-
puesta de Apóstoles (O bispos), sacerdotes y diáconos subsiste en la. Iglesia
por disposicion divina, por cnya razon no deben ser separados los prep-Ositos
ó jefes legítimos que se mantengan fieles á su8 deberes; antes, por 'el-contra-
rio, la comunidad do los fiele,; le,.; clebe en todo obediencia (e. 57). El mismo
principio sostienen Hermas 1, Past. SimiL VIII. 8. Vis. III. f'i. 9), Clemente
Alejanclrino (Strorn. VI. 12), Tertuliano (De coron. e:. 1: De Praesc:ript. e. 42;
Ad uxor. I. 7 , San Cipriano (De nnit. Eccles. pass. ). San Ignacio de Alejan-
dria ( ad Ephes. e. 3. 4; acl Philarl. e. 3; ad Smyrn. e. 4. 7. 8: ad Trall. e. 7 y
véase pág. 145) recornionda con frecnencia la snmision al magisterio de la
Iglesia, y presenta la doctrina ensenada por él como re;nec1io y antídoto con-
tra las herejías: en su sentir, la ";"1c:i:1:r1 -:o::Í b:•.7xÓ.:r:rJ,, no rn diferencia de la
"yvr.'Jp:r170::Í 8;.o::Í,, Ephes. e. B. 4. G). San Policarpo rnsume su doctrina en
estas palabras: ~; i x:z~4 7:1.:.'l. -:-ÍÚ'1 'l..7:07:-0).tJJ'I S11.-:/j2 11. 'l. xz\ ·íi 1 Exx):r1 7~'l. 7:tt~'l.Õ[-
. ' l / '

OC•J7W, &. x:z\. p.ó•n S77~'1 'l.l:r,8·7,,, (Iren. l. e. III. ;3). Segun el sentir de 'l'eófilo
( ad Autolyc. II. 14), únicamente el ministerio docente de la Iglesia ofrece
segura salvagnardia contra los embates lle las herejías y de los errores.
Hipólito (ln Snsann. Daniel. 13. 15. 22) aplica ii la Iglesia el titulo de "casta
esposa,,, á la que quieren hacer ,-iolencia todos los errores, y hace notar que
la Sagrada Escritura debe explicarne con snjecion al "??Ó'rr,;;-'I. sxx):r,-;-•.'1.7";,XÓ'i,,
( ap. Euseb. H. E. V. 28). San Ireneo reconoce cn cl magistcrio auténtico de
la Iglosia cl principio de la ycrdad, de la nniclacl y de la pureza ele la doctri-
na reóbida por la tradicion (C. }faer. III. ] sq.). Son sus genuinos represen-
tantes los Obispos, quicnes con la "Episcopatus Hnccessione,, han recibido
tambien la "potestas E\·angclii ,, , el "charisma Yeritatis certum,, (IV. 26),
toda vez que á ellos se encomendó el ministerio docente en sustitucion de los
Apóstoles, "quos et successures relinquebant, suum ipsorum locwn magisterii
tradentes ,, (III. 3, 1). De donde resulta que la Iglesia es un "clepositorium
clives,,, en el que los Apóstoles "plenissime contulerunt omnia quae sunt veri-
tatis, ut OJnnis, quicnnque ydit, snmat ex ea potum vitae,,. Por el contrario,
la esencia de la hercjía consiste precisamente cn <pte, apartándose ele la fe
de la Igle;;ia, sus alleptos no ·' mamilfü; matris nutriuntur,, (III. 24, 1 ), ni
obedeceu á los ~acerdotcs, miéntrns que" eis, qni in Ecclesia sunt, presbyte-
ris obaudire oportet,, (IV. 2Gl. Unicamente debemos aprender y buscar la fe
allí "ubi charismata Domini posira sunt, ibi cli~cere oportet veritatem, apud
quos est ~ít' quae est ah Apostolis successio. 11i enirn ... Scripturas sine pe-
riculo nobis ~onunt,, (IV. 26, õ). Esta es la regla lle fe que Tertuliano
opone á la sec~ d,f) los gnósticos (1·éase pág. 73): Quid autem praedicaverint
( Apostoli), icl est/.\l,uid illis Christus revelaverit, et hic praescribam non
aliter probari delJer,e;~>nisi per easdem ecclesias, quas ipsi Apostoli condide-
runt ( Praescrip~ c~ 2:q· ... Si haec ita sint, constat proinde, omnem doctri-
nam, quae cum illis ecclesiis " apostolicis, matricibus et originalibus fidei cons-
pirat, veritati deputanclam, sine dubio tenentem, quod Ecclesiae ab Apostolis,
Apostoli a Christo, Christus a Deo accepit: OJnnem vero doctrinam de men-
dacio praejudicandam, quae sapiat contra veritatem ecclesiarum et Apostolo-

http://www.obrascatolicas.com
' : i.;•.J · · .

224 PARTE SEGUNDA. I.IBRO SEGUNDO. SECCION PRIMERA.

( , ·\
rum et Christi et Dei (l. e.). Ad h anc itaque formam probabuntur ab illis
ecclesiis, quae licet nullnm a·::i Ap ::>stolis vel apostolicis auctorem suum pro-
ferant, ... tamen in eadem fidl' conspú-antcs non minu:_; Apostolicae depntant ür
pro con.sanguinitate doctrinae. Ita omnes haeroses ad utramque forman ( fun-
damento apostólico ó unidad en la doctrina) nostris ecclesiis provocatae,
prohent se quaqna putant ap cstoli.~as . Sed acleo nec sunt nec probare pos-
sunt quod non sunt, nec reci piunt11r in pa cem et communica.tionem ah eccle-
siis qu oquo modo apostolicis, scl. ob diversitatem sacramenti ( es decir, fo)
nullo modo Apostolici (e . 32) Ole1r. Alex. Strom. (VII. 1G): -:·'ri'1 êt.T:07"rn),•.x·r,v
y ' íj" , ~ "."" ,
X~'.
1 ,
sxx
) \ ,
\'f/I '.. t:1.':r:•. x·r1'I C"CJ.>-:<U'.J º? 0-:0:1-~~ -·1 ':Cü'.J oo yr'l..':tU'I.
Orígenes obsen·a •,De princ. I. 2) qne únicamente debe admitirse como
verdad de fe aquell o que en nada se aparta el e la " õ.'.l.p1.~oç-•.; SiocÀõ7'.::t.7-:'x-~
x::t.l. 21..-:o-;-;o),~x-/,,, Cf. in l\fatth Tr. 29. n. 46. A San Atanasio le bastn, conocer
la doctrina de la Igle;:;in, par~~ conleuar la herejía r Ep. atl Afr. Episc. n. G.
!"l1· oU "V?iG
·~ ,1 · ,.
·f ).bC,,.. ~))' ·( Ó•;ÍvG''l. r.ry.~ ·{i,--
j ·--:"""::~·'' j"' . . -,-.. y•j. . ,.(,y•rf-,
u::-'. ::07::3::::t-
••••• ll 'S''J'l:~-·rr-: ~
1 -Gv
,'..J ....
. J ..

'
7t~G"''C'O'I.

San Cipriano h ace notnr <pe el principio de todas las herejías ha sido el
abandono ele la doctrina de lL Iglt sia (De unit. Eccl. e. 4. 5): E cclesia Domi-
ni lnce perfusa, per orbem totum radios snos ponigit ... Illius foetn nascimur,
~- illius lacte nutrimur, spiritu ejus 1ni mamur ... Qui squis ab Ecclesia segre-
gatus adulterae j ungihtr, a i:-romi :;sis Ecclesia e separatur. N ec perveniet fttl
Christi pra.emia, qui rPlii1quiL Ecclesiam Christi. L actantius (Instit. div. IV.
30): Sola cat-holica Ecclesin, Est, qnac verum cultum rctinet. Hic cst f'ons ve-
ritat1's. San nirilo de J enrnalen (Cat.ech. V. 12) lmce esta recomendacion:
"Aclmite únicamenr.e la doctrina ensefiada por la Iglcsüi ( d7"tW Ôs p.0·1·r1v,
~' . . . b nsca d y conservacl con
1 1
't·r1v UítO ~·'lç F-xx A·r1crvJ.ç, Vt.>'I'.. a-oi. i7apclfJ!..00tJ-E.V·r
' - ' ' ' '
1'1
' ' )

cuidado las tradicioues qne ahora renibís y escribicllas eu vuestro corazon.


Segun San Epifanio (H aeres . LIX. 12. 13 ) : ''La Iglesia es el camino ren,l
que conduce á la Vfll'dad ... ; ea, pues , servidores de Dios, hijos de la Santa
I glesia, vosotros que conocei:> la r egla de fo cierta y segura (" 'tOV x::t.vdw1.
~-'7'f'.1.l:(i yw0ivxo•1-:z.;,,) y babeis vü;to el camino de la vcrelad, no os dej eis se-
ducir por los rliscursos de los falstJs sectarios. ,,
Hé aqui lo que sobre este particul ar dice San Agnstin ( C. Julian. VI. 5):
Verum est, qnocl antiquitns i·eraci fide r.atltolica praerl icatur et creditur per
totam J<~cclesiam. De utiL cn:d. e. 17. C. Ep. Fnrnhm. e. 5: Ego Evan gelio
non creder0m, ui si me Eccksiae eatholicae commovcret auctoritas. Enarr. in
Ps. XLVII. ll: Rxtra illarn \ Ecc-t·siam ) qui cst, nec audit nec videt, in illa
qni est, nec snrdu ,;, nec caecns es t. Amhrosius ( Ep. LXIII. a<l Yere;ell.
Eccl. n. 41 ): Stn, in E cclesia, i bi t•go tccum surn. Sta in E cclesia, ibi firmís-
sima statio tuae mentis est. Hiercnymns ( Dialog. e. Lucifer. n. 28): "Pote-
ram ... omnes propositionum rivtdos un o }~cclesiae sole siCcare ... Brevern
tibi apertamque animi mei scnten1 iam proferam , in illa esse Ecclesin, perma-
nernlum quae ab Apostolis fonda:a, usque ael diem hanc elurat. Ep. CXIX.
11: l\fenm propositnm est, antiquos legere, pro bare singula , retinere , quae
bona sunt, et a fi<le Ecclesiae .;atlwi'icae non rccederc. Vincentim; Lir. Commonit.

http://www.obrascatolicas.com
§ 2J. DEMOS1'RACION DE LA REGLA DE FE CATÓLICA.

e. 2: Sequemur ... consensioi::em, si in ipsa vetustate omnium vel certe pene


onmium Sacerdotum pariter et magistrorum definitiones sectemur.
Del objeto mismo de su obra se deduce el verdadero sentido de su axioma ( /. e. e. 2):
Quod ubique, quod semper, quod ab omnibus creditum est, hoc est vere proprieque
catholicum, quod ipsa vis nominis ratioque declarat. En oposicion á las nuevas sec-
tas que amenazaban esparcir por doquier su veneno apoyándose en ambíguas sen-
tencias de escritores antiguos (e. 7 ) , se propone San Vicente de Lerin dará los fiel es
un criterio de la verdad católica, externo y fácil de reconocer (e. 4 ); á saber: la doc-
trina de la Iglcsia docente (e. 2 ), pero no en aquello que se halla contenido en el de-
pósito de la fede una mancra os cura ó implícita ( obscure et implicite), pues tales
doctrinas es preciso que se cxaminen , se pulimentcn y se descnvuelvan ( cxcurentur,
limentur, poliantur e. 30 ), sino en cuanto á lo que la I g lesia en seiia ya clara y expli-
citamente. La norma de la fe es , irn gun él , el ministerio docente de la Iglesia, tal cual
se halla exprcsado en primor termino en los decretos de los Concílios generales y en
las declaracioncs de la Sede romana (e. 38. 42); mas si no existen estas declaraciones
ó decisiones de la Iglesia , como ha sucedi do no poeas veces , al aparecer nuevas he-
rejías los li.eles deben atenerse á las ensciianzas de los Santos Padres y de los maes-
tros católicos de reconocilh1 autoridad ( c. 4. 39 ) , es decir, á la enseiianza unánime de
los teólogos. Cf. iVIelch. Canus /. e. VI. G. Por dondo se ve que su cánon está plena-
mente justificado en sentido positivo y afirmativo !. sensu positivo et affirmati vo ),
mas no en el negativo y exclusivo ( negativo et exclusivo ).

II. En el proceder de la misma Iglesia tenemos un testimonio que


acredita sn carácter de regla ele fe. Teniendo desde un principio claro
conocimiento de su rnision y de sn dignidad, sabiendo que ella sola es
el órgano autoritativo de la revelacion divina , confiesa, enseiia y deci-
de con autoridad soberana en todas las cuestiones dogmáticas, apoyán-
dose en todos los criterios que acreditan su mision desde Jesucristo, á
la rnanera qne el Salrndor confirmaba sus ensenanzas con los divinos
hechos de su vida, cuyos motivos de credibilidad son el sello auténtico
que acreditan su deber y su dcredw de obrar corno maestro de todo;;
los pueblos en materias de fe.
1. Cone. Vatic. De fid. cath. e. 3: Ut autem officío veram fidem amplectendi in
eaque constanter perseverandi satisfaccre possemus, Deus per Filium suum Unigeni-
tum Ecclesiam instituit .~1'a c 11ie instit utinnis man~/es fi < nolis instruxit, ut ea tanquam
cuslo.ç et magi.•t.ra verbi 1'evel ali ab onmil111.• possit agnosci. Ad solam enim E cclesiam ea
pertinent omnia, quae ad evidentem fidei ehristianae credibilitatem tam multa et
tam mira divinitus sunt disposita. Quin ctiam Ecclesia pu se ip.sa. , ob suam nempe
admirabilem 2n·opaqalionem . eximiam .•ancli lat em ct inexhausta.m in omnibus bonis
foecwH1ilal e1'! , ob catholicam unitatem invictamque stabilitatem magnu1n q1rotldam
ef, per.petmon est motivnm C1'erliliilita.tis et rlivinae s11ae legationis lestimoniurn i n ~fra­
gabile.
2. El ministerio docente de la Iglesia ha obrado siempre con plena con-
ciencia de su iuision divina y del poder supremo de que se halla investida.
Tanto el Obispo eu su respectiva diócesis, como los Prelados sufragáneos con
sus metropolitanos , la totalidad del Episcopado eu union con el Pontífice Ro-
mano y, por último, éste en su calidad de sucesor legítimo de San Pedro,
encargado de fortalecer ~ todos en la fe , han confesado siempre y ense:üado
TOMO II. 15

http://www.obrascatolicas.com
~ . . :;

226 PARTE SEGUNDA. J,IBRO SEGUNDO. SECCIO:N PRIMERA.

la fe católica, han decidido laE cuestiones dndosas, condenado las herej ias y
exclui do á sus adeptos del seno de la Iglesia, empleando diferentes formas y
procedimientos diversos, pero :úempre fnndarn10 sus decisiones en el poder
soberano de que se hallan invEStidos.

~ 25. LA REGLA DE FE E>i EL PROTESTANTlS)fO.

Bellarm. De Verb. Dei Controv~r~. 'l'om. I. Controvers. U . 8tapleton , 1. 1:. Ljb. IX.
Perrone, Lo ci thoolo,g. P. Il. n. it;S sq. Kuhn, Revista, tcológic;1, 18ô8.

Es nn principio admitido por todas las sectas protestantes: Regulam aliam


11011 habemus, nt viclelicet ver bum Dei co ndat articnlos ficl ei et praeterea
nem0, ne angelus quidem. A11ic. 8malcald. P. I. 2 , lB. 1õ. Véase Lutero,
e;.
Olirns, XVI. 21530. XXII. 2(1(Jl. .:\ tenor ele la fórmula de la concordia, la
Sa.g rada Escritura, Antigno y Nuevo Testamento , es la única regla y 1wrma
segnn la cual deben ser juzgados todos los maestroB y todas las doctrinas.
F. C. de compend. doctr. forma p. ;Jlo: Creclimus nnicam regulam et nonnam,
se(:undum qnam omnia clogrnata omnesqnc 1loct.orcc; aestimari et judicari
oporteat, nullam omnino esse, quam proph etica et aposrolica scripta cum V.
tum N. T. Aún son en esto más cxplici tos lo,; simbolo,; de los reformistas.
Conf. He!Y. II. 1. f. Conf. Galli c. ~>, ,.;in excluir cl de los arniinianos y soci-
ni anos. Confess. Remonstr. I. 10 ,.;cl. Catrch. R aco\'. q. Bl sq. En ,.;u oposicion
a la Iglesia católii:a conYienen toc1os e,,;tos partidos en no rcconocer en los
símbolos de la fe nna regla segura de fn para to<los y para siempre , conside-
rándolos úni camen te como testimonios ele la fo cn épocas determinadas, por
cuya razon no reconocen en ellos, como tales, fuerza algmia obligatoria, sino so-
lamente un valor relativo, segun la mayor ó menor coufonnidad que haya entre
ell os y la Sagrada Escritnnc. J<'. C. p. 07:2, 8: Kou obtinent anctoritatem
jnclicis; haec enim dignitas ~o lis :o:acris literis dehetnr ; sed dnmtaxat pro reli-
gione nostra testimouium rlicw.t, eamque explicant ac ostcndnnt, c1nomoc10 sin-
gnlis temporibns saerae literae in ani cnli,,; coi1troversis in E cclesia Dei a
doctoribus, qni tunc \'ixenmt, imellectae nc explicata c fnerint. Cf. Hollaz,
l. '" p. GR Conf. BaBil. in fin. :Ma;, hnhi ~rnlo~e ndmiticl o unánimement e que
los símbolos concuen1an cnr la Biblia , rec ihiero11 pnr eso foerza obligntoria ,
en sn calidnd 11e normas c1e la ver<lailern fe.

Solid. Decl. 1). 6.'li:í , 10: l Jt unanini consensu apprubatam eertmn•1ne formam do-
ctrinae hab eamus, <1uam evanµ; elica c> ecf'lesiae 11o:;trae :;imul (J]ll!les agnoscant et nm-
ple ctant nr, secnndnm •1uam. r·11 m ~ r~1·l,o D"i 8il llcsm111ita. omn ia «lia .,.,.1·ipta probare
~t accomnuvlare opor tet, quate1L1s probanda sint et recipienda. Por lo cual Hntterus
(Exp!anatio Libr. Concord. init. ) atribuía inspíracion di vü 1a á la fórmula de concordia
(Librum Concordiac divinitns ·.nspiratum rnin:rne clnb itamus ): Hollaz (/. c. p. 6H\ : Non
negamus, posse scripta symbo:.ica sane sensu vocari divfrw , quonjam de Deo agunt,
VPrbo divino conformia, e/. indinctn Spi.ril11s .rnnct.i con.•cripta sunt, n ee peculiaribus
dívinae providenüae gnbcrnatt·jcis <locumcntis dcstituuntur. L o mi smo sosticnen e!
Canon. Dordr. in fin . y la Forff.ul. Consens. H e lv. :2G. A.rt. 20 Eecl. constitut.: Habet
Eccl csia ritu s si ve caeremoni'13 iustituench jns, et in fide i cont.roversiis '1Uctoritatem;
quamvis Ecclesiae non licet q_ni dquam instituero , quot1 Verbo Dei scripto adversetur,

http://www.obrascatolicas.com
§ 2Õ. LA REGLA DE FE EN EL PROTESTANTISMO. 227
n ec unum Scripturae locum sic exponere potest , ut alteri contradicat. Quare licet
E cclesia sit divinorum líbrorum testis et conservatrix, attamen ut adversus eos nihil
decernere, ita praeter illos nihil credendurn de necessitate salutis debet obtrudere.
Por el contrario, los arminianos y socinianos declararon que no querian ligarse por
escritos simbólicos.

Esta contradiccion interna respecto al carácter y autoridad de los símbolos


que tienen fuerz a obligatoria porque con cuerdan con la Sagrada Escritura,
pero sólo en cnanto que exista semejaute concordancia, se halla perfectamen-
te demostraela por la hist.oria del Protestantismo. Se ha visto tambien que no
hay solucion po8ible para esta <1ificnltlHl , habiendo resultado in suficientes los
cuatro arbitrios propuestos en parte por Schleiermacher en su segunda Carta,
y extensamente desarrollados por St,rauss ( Vida de J esús, II. p. 738 y sig.);
á saber: Exaltacion ele la comunidad L1e los fieles b~jo el punto de vista de la
especulacion; traslado del predicador al punto de vista ele la comunidad con
,.;u fe en el Cristo histórico ; abandono del esta.elo eclesiástico; reduceion de
los conceptos empíricos en su contenido espiritual, por medi o de los cuales se
pretendía conciliar la snbjetividacl del predicador protesta11te cou el símbolo
de su Iglesia. Por una parte, sin símbolo no es siqniera posible la existencia
de la Iglesia ; por otra es sp,guro que el símbolo no pnede tener autoridacl al-
guna en el sistema protestante. :Más cletalles en " Apologfa, Los dogmas del
Cristianismo , VI (ven;ion ele Aynso).

Véase s obre la ~ituacion 1le la alta Iglesia t\nglicana , Xewman , E! romanismo y el


protest antismo popular, L ect. 5 p. lGO): " El calvinista se funda cn la razon, la Escri-
tura y el Cristianismo, de,qireciando el sentido moral, la I glesia, la Tradicion y la
Antigüedad; el libre-pensaclor se funda en la razon ;, la cual subordina la Sagrada
Escritura; e! místico en lo~ sentimientos y afectos , es decir, en lo que comunmente
se llama el corazon; el político con sidern, suliciente ln, fe nacional y no se cuida de lo
d enüs; el hornbre tle mundo se guía en sns actos por el sentido comun, que es el
oráculo de los despre ocupados: para el hombre religioso de! pucblo, la version autori-
imcla de l:i, Bibli:i, es e! todo.~

I. La doctrina protestante, seg-un la cual la Sagrada Escritura es


la reµfa de fe única, última (~ inrnediata, es falsa. Esto se desprende
dt· los hechos siµ-uientes:
·'
a) Es imposible demostrar la leg-itirnidacl, integridad é inspiracion
de la Sag-ra<la Escritura por el mismo Sagrado Libro. b) Es imposible,
ànn en el supuesto ele <1ue se llegase á tener un conocimiento perfecto
de los Lihros Sagrados como tales, dedueir y dcmostrar por ellos mis-
mos esta reg·la de fe, toda vez l_lUe, e) la misma Sagrada Escritura hace
indudablernente referencia á la prcdicacion oral de] magisterio autén-
tico y autoritativo.
l. V ease I. p. :2õG. Sólo por la vía de la .Revelacion comunicada al autor
del libro ó á otro, es posible adquirir certeza de que dicho libro ha sido ins-
pirado por Dios, ya que Dios únicamente puede dar su testimonio inequívoco,
infa1ihle de este proceso, que consiste en una operacion interior y misteriosa

http://www.obrascatolicas.com '::
·.! . 3
228 PARTE SEGUNDA. LIBRO SEGt:NDO. SECCION PRIMERA .

de su Espiritu sobre el espiritc. humano, que es, por consecuencia, un caris-


ma divino que ni los sentidos pueden reconocer ni deducir la razon. Por eso
el hecho de la inspiraciou, y por consig uiente el de la existencia de ca1la
uno de los Libros Sagrauos , e3 para nosotros un misterio qne únicamente ,;e
nos puede comunicar por la yfa de una revelacion especial y que só lo podemos
conocer por medio de la fe. Tampoco de la calidad dei Apóstol, como tal,
puede deducirse la inspiracion ( opiniou :rnstentada por l\Iichaelis, Introdnc-
cion al Nuevo Testamento, I. 3. G"odc, Regula Fidei divina, Vol. II. pági-
na 10. 11 ), ya que en realidad no todo,; los Apóstoles, auuqne todos tenían el
mismo carácter de órganos de la R eYelaciou y cran infalibles en su predica-
cion , recibieron la inspiracion ele redactar e;;1critos reYelados é infalibles, y,
por el contrario, nno que ui es apóstol ni ha tenido revel aciones pnede muy
bien recibir la g racia gratis data tle la inspiracion , 11ne es por su natmalcza
pasajera, para redactar escrit )S de esa especi e; cf. Thom. II. II. qu. 17] a. 2:
Lumen propheticnm inest animae prophetae per motlmn cujusdam pas:>ionis
vel impressionis trauseuntis. A la mision ele Apó stol sr\lo "ª unida su infalibi-
lidad en la predicaci on de la:3 verdade,; religiosa", pero no esa misma infali-
bilidad en otras cnestiones, r. i mucho ménos la redaccion de nn escrito inspi-
rado, es decir, una <lireccion y im impulso <liYin o;: para redactar nu escrito
de cuyo total conteuido es Dios el autor principal. Cf. F ranzelin, De Tradi-
tione et Scriptura , p. 323. Por otra parte, los llamados criterios externos, ó
sea la antigüedad de la Escritura, cl amor que el antor profesa á la verdad ,
los milagros hechos en confinnacion de sn doctrin a . eljuicio fallado sobre sns
aclversarios, etc., así como lo ,; criterios internos: Dei ele se ipso in codíce
testantis majestas, stili biblici simplicita,; et gravir.as , mysteri orum , qnae
scriptura paudit , sublimitas , omnium assertionnm hiblicarum veritas , prae-
ceptorum sanctitas , scripturae arl salutem suffi.cientia, ( Cf. Hollaz, Exam.
theolog. acroamat. De Scri pt. p. 88) só lo engendran fe humana, segun propia
confesion clel protestantismo ortodoxo.

Para salir clf'1 paso acurle éste á un terreno cn e l qne tod a rliscnsion es imposible.
el de los fucros infrrnos. cl "t3stimonium Spiritus sancti intcrnum i. e. a ctus s uper-
naturalis Spiritns sanct i . per ver bum D ei attentc Jeetum vcl auditu per ccptum, vir-
tute sua divina S cripturac cournuni cata , cor hominis pulsantis, aperientis, illumi-
nantis et ad obsequinm lid ei fl ectent is , u t homo ill uminatus ex i ntcrnis motibus s1 •i -
ritualibus vere sontiat, verhum si bi propo.-;itmn n D eo ipso esse profeetum atcp 1e,
adeo immotum ipsi as se n~u n , pr aelieat. Holl az , /. e., refirie ndo.5e á I .Joan. 5, 6. I
Thess. 1, 5. G; 2, 13; riice: Si a ut em quae ras : estnc ille Spiritus d iv ínu ~ rrn malignus ?
Tunc ab effo ctu qui est d ivimn et salutaris,. regredimur ad probandum, f'piritum int e-
rius testantem de divinae Scrhturae ori gine esse divinum , sau ctissimum et optimm n.

Partiendo del subjetiviwn o como principio comun, se cae necesariamen te


en el fanatismo por un ladc y en el racionalismo por otro; ambos inseparables
ele esa auctoritas cansativa, normativa et judicialis que el protestantismo pon e
como primera cualidad de :a Sagrada Escritura. ( Hollaz , l. e.)
2. 'l'ambien los apologi3tas católicos han hecho resaltar siempre los crite-
rios internos, empleándolo:i tanto para demostrar la divinidad del cristianismo

http://www.obrascatolicas.com
§ 25. LA REGLA DE FE EN EL PROTESTANTISMO. 229
en general, como en particular, la de la Sagrada Escritura. Mas no con el
propósito de exponer inmediatamente y ante todo el hecho de la inspiracion,
sino con el finde probar el carácter divino de la doctrina en general, y áun
éste no tanto bajo una forma positiva, sino más bien de una manera negativa,
supuesta la existencia de los criterios positivos y con especial referencia á
ellos. Por donde se ve qne si estos criterios tienen cierta razon de ser, en la
forma unilateral y subj etiva en que los aplica el protestantismo, es única-
mente en union con la tradicion católica y con la autoridad del magisterio de
la Iglesia. Bellarm. De Verb. Dei I. 10 ad 2: Non dicimus, Ecclesiam posse
pro suo arbitratu sine nllis veterwn testimoniis facere librum canonicum de non
canonico ... sec1 tantum pos8e declarare, quis sit habendus canonicus, et hoc
non temere nec prn arbitratn , sed ex veterum testirnoniis et similitucline libro-
rum de quibus ambigitur, cum illis , de guibus 11011 ambigitnr, ac demum ex
comnmni sensu et quasi gustu populi Christiani. Vemo:;, pnes , que estos crite-
rios que pre:;ent a el protestantismo no son aptos por si solos, ánn considera-
dos como r esultado de una institucion di vina , para producir una certeza infa-
lible respecto ai hecho d e la inspiracion.

II. La Sagrada Escritura no puede ser reg·la <le fo inmediata, cx-


clusiYa y suprema; porque prescindiendo de la im1Jüsibili<lad de pro bar
la inspiracion por ella rnisma, y áun en el supuesto de que se halle de-
positada eu ella toda la revelacion, es evidente que para la mayoría de
los hombres no pnede servir ni ha servido nunca de regla de fe.
Segun el protestantismo ortodoxo, la segunda cualidad de la Sagrada .E scritura es
la perspicnitas: S. Scriptura dogma ta fidei rnorurnque praecepta cognitu factuquc ho-
minibus aeternam salutem aclepturis necessaria, modo lucnlento verbisque adeo per-
spicuis proponit , ut ab homine docili , attento , praeconceptis opinionibu~ vacno ct
idfo>nalis, qu.o S('l'ipt11ra1;i lcqil. gnaro facil e intelligi qneat. H ollaz, /.e. V. 171.

Pero áun esta misma clariclad es " ordinata,,, no "absoluta,,, e,; decir , que
depende de varias condiciones, como son: la oracion, disposicion moral, cono-
cimiento de lenguas y otras anteriormente enunciadas. Y áun Lajo tales con-
diciones no es clara "ratione rerum ,, t oda vez que éstos son misterios, sino
únicamente " verborum ,, . San Jerónimo sostnvo ya lo contrario cua11do dijo
( C. Lucifer. e. 28 ) : N ec ::;ibi blandiantur, si de Scripturarum capitnlis viden-
tur si Li affirmare quod clicunt, cum et cliabolzts de Scriptura aliqua sit loc1dus,
et Scripturae non in legendo consistant, sed in últelligendo.
2. V éase lo que dijimos ántes acerca de la necesidad de que haya inter-
mediarios para la inteligencia del Texto Sagrado , p. 12õ. Angustin. De util.
cred. c. 7, 17: Nulla imbutus poetica disciplina Terentium Maurum sine ma-
gi:;tro attingere non auderes. Asper, Cornutus, Donatus et alii innumerabiles
requiruntur, ut quilibet poeta possit intelligi, cujus carmina et theatri plau-
sus videntur captare: tu in eos libros, qui quoquo modo se habeant, sancti
tamen divinarumque rerum pleni prope totius generis humani confessione
diffamantur, sine duce irruis, et de his sine praeceptore andes ferre senten-

http://www.obrascatolicas.com
.,. ~. '- '

230 PARTE SlmUNDA . y,rnuo SEGUNDO. SECCION l'JllMEllA.

tiam. Hieronymus ( ad Paulin . Ep. LIII. G): H aec a me perstricta sunt hre-
... viter, te in Scriptnris sanctis, sine praevio et monstrante semitam, 11011 posse
ingredi ... Sola Scripturarum a.rs est, qn am sibi 01n11es passim vindicant.
H a11c garrula anu;;, hanc deli rus senex, hanc sophü;ta verhos us , hanc uuiver-
sí praesumunt, lacerant , docent anteqnam discant.
·, 3. Los protestantes aducen varios pasajes de la Bíblia p ara c1emo,;trar
estaperspicu.itas, como II P etr. 1, 10 , Prov. G, 23 , Ps. 18, 9, l\fatth . >>, 14;
cf. Bellarm. l. e. III. 2, á los ·1ue atribuyen nn sentido completamente distin-
t o clel que tienen. l\foy al con trario, los mismos autore s d e la Sagrada Escri-
tura han declarado que hay e:1 ésta pasaj es ele difícil comprension: II P etr.
3 , 16 : ln quibus s unt quaeclam difficiii a intellectu, quae inclocti et insta.biles
depravant. Luc. 24, 27. Act. 8, 30. P s. lW, 34. Hieronym. l. l'. n. !l : Si ta n-
tus propheta tenehras ignorr.ntiae confi.tetur, q na nos putas insci tia e nocte
circumclari?

III. La Sagrada Escritnra no puede ser regla ele fe imnediata. por


cuanto no fné e:m la iutenc:ion de sns autore,;, y no se lia presentado mi
sólo ar1n11nento para probar que pnede ::::erlo si11 <p1e tal inteneion cxi,;-
ta; ántcs bien se ha demostrado lo eoutrario.
1. La tercera cualiclad que e] protestantismo ortodoxo atribuye ú la Sagrada Es-
critura, es la pu(eclio sw .rnftid mfia S. Scripturae. S. Sc-riptura. perfecte. pl C'ne et ,;uf-
fi cienter continct omnia, quac ad fidcm et ,·itam christianam atque adeo ad aeteruae
salutis consecution em scitu s111 i-: ncce ssaria . Qucnst edt, Thc olo."·· didaet. polem. I. 102.
T odo esto se halla conteiiido cn el :O'i>tgrado Texto "vel ?·r,"foç, explicite, q ua literam,
vel C!'.l~OT(:!r.foç, implicit c , qua r em ct sent cnt irun. H ollaz. I . r. p. Hl!. 1\o obstante. los
t eólogos tle H elmstaüt S(' <•.,;forz:n·on por u11 i r á la Es critur::t el Consensus patrum y el
t estimoni o de la Igl e.sia, {t fin d e " tapar la boca .. á los se dari<is. La misma opinion
sustenta Puscy (7. r. p. lll. e. G): "L ~t enseüanza de la I glcsia militante, cn suestado
propio, constituye un rnedio c,.t erno seftalado po r Dios para. la produccion de la fe .•

2. L os Apó stol es rccibieron el en cargo de cnseflar la cloctrina por la pre-


dieacion oral, que es el eami. no dn la fe para to dos 1. Horn. 10, 1H. 'l'it. 1, HJ, y
de la cual es simple prepancion ó cornplenwnt:o la exposicion escrita que
por esta razon sólo se emplf,ó en casos aislaclo:; y para det enninados fines.
P or eso tambien la preee dió constantemente la predicacion oral, á la que los
fi eles deben atenerse; I Joan . 1, a. I Cor. 11 , 2. II T im. 2, lõ. R.om. 1, 8. Así ,
vemos que á cada paso hac nn alusion á la palnbra oral , qne es tambien lo
que cleben anunci:tr y conser·i'aJ' s ns :mcesores: I Tim. 1, 18; G, 20. II Tim.
1, 13. 'l'it. 1) ~); 2 , 1. l ~); 3 , :~.
Knapp , Leccioncs sobre el d cgrna c ristiano, s0gun cl concepto de la I g lesia cvan-
g.élica, r elativo á la cnseüanza , publicadas por Thilo. Halle, 18:2G. I. p. 101: '' El obj eto
iúme diat o que se propusioron bs autore s <l el ::\nevo T estamento al redactar sus es-
critos, no iba más a.llá de sus mismo' contcmporá1rno~ . Así, por cjernplo, San Pablo,
en su Carta á los roman os, no luYo presente el mundo Yeniclero , sino únicamente la
comnnid ad de los fi cles eristianos de Roma , tal cual exist ia entónces. Es indudable
que si estos e;: critos, eu sn tota .idad consi derarlos, hnhies cn tenido el especial objeto
de pasar á la posteridad, de servil' para todos los tiemp os y para to elos los eristianos,
seles habría dado otra d isposícion: fa ltar ian en cllos mn clias cpsa s, c<.• mo l o~ saludos,

http://www.obrascatolicas.com
§ 25. LA REGLA DE FE EN EL PROTESTANTISMO. 281
c·iertas referencias á las contiendas y errores del momento; pero en cambio habría
otras, muy particularmente una cxposicion coherente de las doctrinas de la religion,
que se hallan desparr:.madas f.'n diferentes pasajes; en una palabra, serían verdaderos
Manuales de cloctl"ina, en los que no se habrían incluído cosas que sólo tienen aplica-
cion á lugar y tiempo determinados. Por consiguiente, no pueden tomarse como
fuentes de la doctrina cristiana aquellos pasajes que sólo se refieren á determinadas
circunstancias del tiempo y que, siendo susceptibles de modificacion, no pueden apli-
carse en rigor eu todas las épocas ... Estando, lmes, los escritos del Nuevo Testamen-
to, por su objeto más inmecliato, destinados en cierto modo á una época determina-
da, y suponiendo, por otra parte\ en sus primeros lectores la enseüm12a oral en las
verdades del cristianismo, 110 había que esperar que se trataran y expusieran en ellos
con igual extension todas csas ycrclades. ,. }farheineckc (Sistema ele dogmática cris-
tiana, 1847, pág. 38± ): "Con esta observacion, por otra ]"trte muy verclaclera, se trata
de quitará la Bíblia su indopenclencia; por este meclio se hace referencia á otra cosa
distinta, que. pertenecc á olla oscncialmente, pero que no tiencle à dar á su contenido
clariclacl y fijeza; ele esta manera se ha pasaclo por encima del espíritu de la letra, y
oste principio exegético ele la Bihlia constituye el cspíritn y la fe ele la Iglesia. ,,

Resulta más eYiclente la proposicion sentada RÍ tenemos en cuenta el hecho,


ya aludido anteriormente, de que ánn estos escritos aislados r y pudiéramos
clecir fragmentarios, no provienen de todos los Apóstoles, sino de algunos
solamente, y hasta se cit:.rn varios que no han llcgado á nosotros ( Col. 4, 16.
Yéase Olshausen i. h. 1. ). Y Rin embargo, toc1oR los Apóstoles fueron eiwiados
á anunciar el Evangelio. "Así como en general, y rnuy particularmente bajo
el punto de vista de la exégesis bíblica, no puede sostenerse que nos baste,
por ejemplo, estar en posesion de los escritos del apóstol San Pablo, ó sólo
de su carta á los romanos, así tampoco puede asegnrarse que la pérdida de
un escrito procedente de Yarios Apóstoles, ó el carácter incompleto de los
que nos han dejado otros, son circunstancias ele poca monta que no tienen in-
fluencia algnna sobre la importancia y significacion de toda la coleccion de]
Nuevo Testamento, con,;iclerada como fnente de la fc. ,. Kulm, l. e. p. 3G.
Bellarm. l. e. IY. 4.
3. .AJ clecir los Santos Padres que se halla. contenido en la Sagrada Es-
critura todo lo concerniente á la fe y á la moral eristianas ( Augustin. De
Symb. ad Catech. c. l. De doctr. Christ. II. D. Joan. Chrysost. in II Thessal.
Horn. III. 4. Cyrill. Hieros. Cat. V. 12. Cf. Bellarm. l. e. Lib. IV. cap. 10),
no aluden á todo el tesoro do la fe, sino que se reficren únicamente á aquello
que cada uno debe creer explícitamente; mucho ménos dan a entender que el
individuo, inc1epenc1ientenwnte del magisterio de la Iglesia, pueda explicar
la Bíblia, procurándose de esta manem el tesoro de la fo, toda vez que, muy
al contrario, la Regula fidei, contenicla en el Symholum Apostolicum, ha
constituído siempre la norma suprema de toda exégesis bíblica, y la misma
redaccion de la Sagrada Escritura no se hizo con independencia del magiste-
rio vivo y de la tradicion ele la Iglesia para ensefianza de los fieles ( Staple-
ton. l. e. XII. c. 3 ). Hé aqui por qué San Vicente de Lerin pide que sea la
Iglesia la que exponga y eÀ"Jilique la Bíblia, afirmando al propio tiempo la
completa suficiencia del s:..graclo Cánon en el indicado sentido: Cum sit per-
fectus Scriptnrarum Canon sibique ad omnia satis superqne sufficiens, quicl

http://www.obrascatolicas.com
232 PARTE SEGUNDA, LIBBO SEGUNDO. SECCION PRIMERA,

opus est, ut ei ecclesiasticae intelligentiae jungatur anctoritas? Porque no


existe dicha suficiencia sino cnando nosotros "divinum canonem secundum
universales Ecclesiae tradition·os et juxta catholici dogmatis regulas interpre-
temur,, l. e. e. 38.
Xewman (Del culto de la Santísima Vírgen en la I glesia católica; Respucsta al
Dr. Pusey): "Nosotros sostenemo.i que no todos los a.rtículos d'e fe se hallan con-
tenidos en la Sagrada Escritura , d e tal suerte que sólo por ella puedan demostrarse
en todo rigor, con entera independencia de la enseúauza y antoridad de la tradicion.
Los anglicanos, por el contrario, sostienen que la Bíblia sola basta para demostrar
todos los articulas de fe con tal que se acuda tambicn á la trad icion para explicar-
los. En este sentido deben entcndE·rse los textos de los Santos l'adres. Así vemos que
San Atanasi o, para p robar sus téiis, cita con fr ecuen cia t extos cuya autenticidad
nadie reconoceria sin el auxilio dE la tradicion que explica sn sentido tlc una manera
autoritativa. Por donde se ve que vo~otr os c:oncedeis qne no basta la Sagrada Escri-
tura para dcmostrar todos l os rlogmas, y nosotros conced emos que el dogma se halla
cbntenido cn la Sagrada Escritura., annque para cer ciorarnos <le su existencia acudi-
mos al auxilio d e la tradicio11. ,,

4. Los textos rle la Es c ritu:~ a aducidos por los amignos protestantes para
probar la suficiencía de la Bíblia, Dent. 4, 2. l\fatth. 23, 8. I Thess. 5, 21.
I J oan. 2, 2í. I Cor. 2, 10, nc· hacen sic1uiera r eferencia á la exposicion del
Sagrado Texto , y los pa8ajes Joau. õ, 3U. Act. 17, 11 , se refieren únicamente
á aquellos escritos clel Antiguo Testamento cnyas alusiones profeticas á J e-
sucristo se citan como argumento para atraer á la doctrina clel Sah·ador á los
fariseos y ti los juclíos de Beroa, que se mostraban dispnestos á recibir la ver-
dadera fe; por coni;iguiente, no se hace en ellos alusion alguna á una regla
ele fe para los miembros rlc la Iglesia. Tidlarm. Z. e. III. 3. Rosenmüller. i.
h. 1.: Scrutati sunt Scripturas, nou quod dubitarcnt de veritate Pauli et Silae,
sed ut prophetica scripta cnm illornm verbis conferendo magis magisque in
veritate confirmarentur, unde alios convincerent. "El estudio atento de la
Bíblia , que tiene por objeto proporcionamos el conocimiento de los oráculos
proféticos citados por los Apóstoles y realizados en la vida de J esucristo.,,
En contra de esto declara San P edro (II Petr. 1 , 20): Hoc primnm intelli-
gentes, quocl omnis prophetia Scriptnrae proprill interpretatione non fit. N on
enim humana voluntate allata est aliquando prophetia, sed Spiritn sancto
inspirati locuti sunt sancti Dei homines. A lo qne observa Bellarmino (l. e.):
B. Petrus probat, non debere oxponí Scriptura s ex proprío ingenio , sed se-
cunclum dictamen Spiritus sancti, quia non sunt scripta humano ingenio, secl
ex inspiratione Spiritus saneti. Tola igitllr quaestio est , n bi sit iste Spirdus.
Nos enim existimamus , hunc Spiritnm . . . certo inveniri in Ecclesia, h. e. in
Concilio Episcoporum confirmato a summo ipsius Pastore.
Acerca del abuso que han hecho los herejes de la Sagrada Escritura, véas e Hilar.
( Ad Constant. II. 9): Memento naminem haereticorum esse, qui s e non secundum
Scripturas praedicare ea, quibus 'Jlasphemat, mentiatur . . . Ornnes Scripturas sine
Scripturae scnsu loquuntur. Scripturac enim non in leyewlo sunt , sed in intelligenrlo.
Vincent. Lirin. /. e. c. 2: Id circo ne cesse est, ut propheticae ct apostolicae prae di ca-
tionis linea secnndum ecclesia.• tici sen<11s ,1 1oi·tnwn diriycdm· . . , Aliter enim illa m No-
vatianus, aliter Sabellius, aliter Donatus exponit: aliter Ariu.'<, Eunomius. }facedo-

http://www.obrascatolicas.com
·t'-: ..

§ 25. LA REGLA DE FE EN EL PROTESTANTISMO. 233


nius; aliter Photinus, Apollinaris , Priscillianus; aliter Jovinianus , Pelagius , Caeles-
tius; aliter postremo Nestorius.
5. El fanatismo de los cuáqueros y metodistas, y el racionalismo, rehusan
admitir la Biblia como regla de fe, precisamente funda.dos én'. que no puede
serlo sin una explicacion auténtica y autoritativa. L os primeros· son partida-
rios de la "doctrina de la luz interior,,, segun la cual el Espíritu Santo ilumi-
na inmediatamente á los fi eles, sistema en el cual el espiritu, que comunica al
hombre el conocimiento de las Yerdades reveladas, quita á la Bíblia su ciirác-
ter de norma de la fe ( spiritus, qui jactitant se ante verbum et sine verbo
Spiritum habere. Artic. Smalc. II. 8 ) : el segundo admite la necesidad de
una exposicion auténtica para que la Bíblia sea un código legal y norma de
doctrina, ele la misma manem qne la necesita toda Constitncion ele un Estado.
Jôrg . l. e. I. p. 12D: mas como esta doctrina se opone al espiritu clel protes-
tantismo, que r ehusa toda interpretacion auténtica del Texto Sagrado, claro
está que en este sistema no puede ser la Bíblia norma suprema de la fe. A
fin de evitar este escollo idearon los teólogos protestantes la doctrina de la
eficacia de la Sagrada Escritura, de la ·' myst'ica Verbi cwn Spfritu sancto unio
intima et individua ,, (Hollaz II. 4õõ) "etiam extra usum ,,, dirigida principal-
mente contra R athmann ( El reino de la g racia, Hl21 ) , contra los sch>venk-
feldianos, los weigelianos y los calvinistas, que no atribuian tal virtud á la
palabra en si mi sma, :;ino solamente para los predestinados. Esta union inti-
ma consiste "actu primo, quae accedente usu lectionis, auditus aut medita-
tionis actu secundo sese exserii:., ita ut effectus illi gratiae supernaturales
prout a Deo , tanquam causa principali , sic ab ipsa Scriptum tanqnam a causa
efficiente instrumentali simul et junctim uno indivi so infiuxu producantur,,
Baier, Compend. th eol. De med. sol. Hollaz , l. e. Spiritus ... perpetuo cum
verbo unitns est. Ya Lutero había dicho ( Catech. maj . ed. Has. p. 42!J ): Ne-
que enim verba sunt putrida aut emortua ... secl plane viva et efficacia. Pero
desde luégo se descubro la inconsistencia de e:>ta bibliolatría, que , al atribuir
una virtud sobrenatural á la letra rnuerta, asimila á ésta la virtud y la eficacia
del Espiritu Santo, y se declara i~ la vez impotente para resolver esta cues-
tion: cDebe entenderse esta union del Espíritu Santo sólo con la palabra del
Texto primitivo, ó tambien con la palabra traducida ? Si se admite lo último,
resulta que su eficacia no depende ya de la palabra, toda vez que la traducida
no es palabra suya, á no ser que se quiera suponer que tambien la traduccion
es inspirada, en cuyo caso surge la dificultad de saber á qué traduccion debe
atribuirse este privilegio. Ya en el siglo XVIII se abandoná esta t eoria de la
eticacia de la palabra, análoga á la dei Sacramento, para atribuirla tan só lo
una eficacia lógico-moral (Schubert, Teoria de la eficacia de la palabra, 1753;
Spalding, Del valor de los sentimientos en el cristianismo, 17f31 ) , haciendo
resaltar nnos el principio subjetivo -espiritualista y otros el racionalista.
6. Sin embargo, áun en esta aplicacion exagerada del principio bíblico
hay ciertos elementos de verda,1. Es cierto que ningun sér creado, no ya una
letra muerta, pero ni el hombre, puede producir por si la fe sobrenatural y
con ella el principio de la nueva vida, á no ser por la. virtud del Espiritu

http://www.obrascatolicas.com
234 PARTE SEGU!\DA, LlBHO SEGUNDO. SECCION PRB!EHA.

Santo. Por consecuencia, el el'ror del siHtema protestante no consiste en que


exige la union mística de Cristo y de su espiritu con su órgano, la criatura,
toda vez que, como es notorio, sn santa humanidad no llegó á ser dispensa-
dora de la gracia sino por y f:n virtnd de su union hipostática con la persona
del Yerbo Divino ( Thom. III. q n. 8. a. 1 i: lo falso y lo arbitrario de su hipó-
tesis consiste en que cstablece esrn uniou misterio,.;a con la letra muertu de la
Escritura, en vez de establecerla con la Iglesia, á la qne el mismo Apóstol
ll::una cuerpo de Cristo y esposa snya ( Eph. ó, 2[> ) , y con cl cuerpo docente
de la misma, al que Jesucrioto cncomei1dó b predicacion tle su doctrina y en
el que vinculó la promesa de sn grncia. Ireneo, l. e. III. 1: N on enim per
alios dispositionem salntis no,;trne cognovimns, qnam per eos, per qnos evan-
gelium pervenit ad nos: ([lWd rinidem tnnc praeconavenmt, postea vero per
Dei voluntatem in scripturis no!Jic; trac1idcnmt fnrnlamentnm et colnmnnm
iidei nostrne fnturnm: cf. III. :24, 1: 1-lJi euim Ecclesin, ibi et Spiritns Dei et
01nnis gratia.

IY. Los mismo:-; argumentos (ple i10,: han scnido para reconoccr e11
la regfa de fe católica la 1:ausa consPrYaclora y creadora de la Iglesia.
con la totalidad de sus notas ó sigllos t1istintin1,; cn ge11eral, y el de
la fe C'atólica en particular, demuestran la irnposibilidacl de llegar á
obtener la unidaü :- uni -ersaliclad de la fe prometida por .J esucristo
1

:;ujetándose à la regla de fe protestante.


1. Yincent. Lirin. l. e.: Cnm sit perfectn>' scripturnrmn cnnon sihiqne a(l
01nnia snt.i:-; snperqne snfric' ens, r1nicl O)lll::i cst, ut ei eccle,;iasticae intelligen-
tiae jungntur auctnritas? Quin Yiclelicet Seriptnrnm pro i psa sua altitncline non
uno eodemque sensu universi accipinnt, sec1 ejusclem eloqnia aliter atque aliter
alins atque alins i11terprcta :nr, nt paene, guot 11011ú11es su11t, tot illinc sente1dioe
erui posse ridemilur . .. Alc1ne ic1circo necesse est propter tantos tam varii erro-
ris anfractus, ut propl1eticw et apostolicae interpretationis linea secunclum
ecclesiastici et cai hnlici SPnsns nornrnm dirigntnr. Iren. III. 4: Quid enim?
Si ele aliqna mollica quaes1ione (\i,.;ceptatio e,;sot, nonne oporteret in rmtiq_uis-
sinws recurrere Rc1-lesú1s, Ln w1ib11s Apo8toli conversati sunt, et ah eis de
prne,;cnti (11iaesti one snme-·e, quoa certmn d re liquidum est? Thom. II. II.
q. 1. a. 10: C1rn fü1es dehet esse totins Ecdesiae srcnrn1mn illnd I Cor. 1, 10.
Idipsnm dicnti.~ omnes, et non sint in volJis ,.:chismata: qnod servnri non
posset., ui,;i quacstio fülei exona detenninetm· per emn, qni toti Ecclesine
praeest, nt f'.'ic ejns sententia a rota Ecclesia t.eneatnr. Decir que la Sagrada
Escritura se interpreta it o-í mi~ma, es simplemente pronunciar una frn-<e falta
ele sentido ( Gerhard, Loc. theol. I. 118: S. Scriptnra e.-;t sui ipsius legiti-
mns interpres ). F;s eYidE·nte que una gran conrnnidad religiosa viviente,
como la cristiana, só lo ptude levantarse sobre la sólida base de una nutoridad
infalible viviente, que es tambien principio de su conservncion, yn que la
"investigacion libre,, tiene qne estar atenida á ln posibilidnd de que sm:ja
"un eonocimiento mejor que el snyo,, en cunlqnirr pnnto de sn trnbajo.

http://www.obrascatolicas.com
DE I,A REGL A DE FE MEDIATA.

2. E sta es la razon por que los Santos P adres han reconocido en el sub-
jetivismo de la exposicion bíblica el principio de todas las herejías. Vincent.
Lir. l. e. Augustin. in Joan. Tr. XVIII. 1: N eque enim nat11..~. sunt haereses
et quaedam dogmata perversitatis illaqueantia animas, et in. ptôfundum prae-
cipitantia, nisi dum Scripturae bonae intelligantur non bene ;:et quod in eis
non bene intelligitur, etiam temere et audacter asseritur. It.aque valde cante
haec audire debemus, ad quae capienda parvuli sumus; et corde pio et cum
tremore , sicut scriptum est , hanc tenentes regulam sanita.tis, ut quod secnu-
dum fidem , qna imbuti swnus, intelligere valuerimus, tanquam de cibo gaudea-
mus; quod autem secundum sanam fidei: regulam intelligere nonclum potuerirnus,
dubitationem auferamus, intelligentiam differamus; hoc est, ut etiam si quid
aut nescimus, bonum tamen et ver um esse minime dubitemus. Id Serm. VII. 3:
N on tamen hoc sentire deh emus ( inquirentes Scripturas), quod abhorret a
regula fidâ, a regula veritafo;. Id. D e div. quaest. Qu. L XIV. 1. ln omnihus
Scripturis summa vigilantia custodire oportet, ut secundum fidem sit sacm-
me1iti divim: exposit1·0. Id De Civ. Dei XVI. 26 : Et si quid melius , secundum
'{idem Oivitaüs h11ius ( es clecir ele la Iglesia ) intelligi et dici potest. Hoc etiam
de ceteris, quae hic exponencla sunt , dixerim, quia etsi non uno disseruntur
modo , ad unam tamen Catholicae fidei cmicoi·diam revocanda sunt. Además irn-
pugnan la r egla de fe protestante todos aquellos Padres que han defendido
expresamente los puntos siguientes:
a ) Que la. unidad de la I glesia consiste , ante todo y esencialmente, en la
uniclad de la fe ( p . 71 );
b) Que toda separacion de la I glesia implica necesariamente la separacion
d e Cristo y de su verdad ( p . 40 ) ;
e) Que la obediencia absolut a al magisterio de la Iglesia es el camino tra-
za.do por J esucristo para llegar á la fe y á la salrncion ( p. 4õ. 139);
d) Que el magisterio de la I glesia pose.e el don de su infalibiliclad ( pá-
gina 122 ).

SECCION SEGUNDA.
De la regia de fe mediata.
El magisterio de la Iglesia, que de una man era autentica, infalible y auto-
ritativa nos presenta y comunica la palabra de Dios revelada ( principium
directivum) , saca la suma de sus ensefianzas ele estas dos únicas fuentes de
l a Revelacion: la Sagrada Escritura y la. Tradicion oral (principia consti-
tutiva).
Cone. 'frident. Sess. IV. Decr. De can. Script.: Sacrosancta oecumenica et generalis
Tridentina Synodus in Spiritu san cto legitime congregata ... hoc sibi perpetuo ante
oculos proponens, ut sub latis erroribus, puritas ipsa Evangelii in Ecclesia conserve-
tur; quod promissum ante per prophetas in Scripturis sanctis Dominus noster ,J esus
Christus, D ei filius, proprio ore primum promulgavit; deinde per suo s Apostolos,
tanquam fontem omnis et salutaris veritatis et morum disciplina.e, omni creaturae
prae dicari jussit : pcrspiciens qne , hanc v eritatem et disciplinam contineri i n libri1J

http://www.obrascatolicas.com
236 PARTE SEGUNDA. LIBRO SEGUNDO. SECCION SEGUNDA.

sn·iptis et sine scl'ipto traditionil•us, quae ipsius Christi ore ab Apostolis acceptae,
aut ipsis Apostolis, Spiritu sanct) dictante, quasi per manus traditae , atl nos usque
pervenerunt , orthodoxorum Patrum exempla secuta, omncs libros tam V. quam Novi
Testamenti , cum utriusque unus Deus sit auctor, nec non traditiones ip ~as, tum ad
fidem tum ad mores pertinentes tanquam vcl oretenus a Christo, vel a Spiritu sancto
dictatas , et continua succcssiona in .Ecclesia catholica conservatas , pari pietatis
effectu ac reverentia suscipit et v•eneratur. Cone. Vatic. De fid. cath. e. 2: Haec porra
supernaturalis rcvelatio, secundum uniYersalis .Ecclosiae lidem a sancta Tridentina
Synodo declaratam , continetur i11 libris scriptis et sine scripto traditionibus , quae
ipsius Christi ore ab Apostolis ac•,eptae , aut ab ipsis Apo;;tolis Spiritu sancto dictan-
tc 'luasi per ma.nus traditac'. ad nos u sque pervcne.runt.

Por cuya ra~on la Iglesia mira con igual veneracion y respeto las dos
fnentes de la Revelacion, de 11s cuales saca el tesoro ele la fe para trasmitir-
le á los :fieles , pero sin consilforarlas como enteramente idénticas. La Sagra-
da Escritura expresa la vercbd de la Revelacion divina por la palabra de
Dios mismo, que es su auctor primarius y se sirve del hombre inspirado que
la reclacta como ele instrumento ú órgano; por el contrario, la revelacion de-
positada en la tradicion se nos comunica por lri voz humana, que contiene,
es verdad, la palabra de Dios , pero que no es la palabra ele Dios mismo: allí
tenemos la palabra de Dios eu el propio y estricto sentido de la cxpresion;
aquí la palabra de Dios en el 'entido irnpropio y lato. II Tim. :2, IG. Por eso
está la Sagrada Escritura, cono el documento de nu e:-:;tra fe redactado pvr el
mismo Espiritu divino, muy por encim~1 de toda::; la::; demás exposiciones de
la religion , porque ella ha estampado de una manera permanente y para
todos los tiempos la palabra Yiva de J esucristo y de sus Apóstoles, por lo
cual posee una sublimidad, una santidad, nna cligniclad y una virtud exclu-
:'liva de ella y característica. Hebr. 2, 1:2. Por ser la Sagrada J<~s critnra la
palabra de Dios mismo es el rrototipo inimitable y permanente para la expo-
écion de la doctrina de la I gle:<ia, y tiene por eso t.amuien una importancia capi-
tal para todo el desenvolvimicnto de la misma Iglesia. II 'l'im. 3, 16. En ella se
nos ofrece el tipo más perfecto de la doctrina y de la viela de ,J esueristo y ele
sus discípulos, tipo el mús ajustad o ú la venlad , como que se halla plena-
mente garantizado por el mi8mo Dios ; t1e donde r e::;nlta que la Escritura nos
suministra la más sublime ensefianza relativa. ú nuestra fe, comunicada Rºr
Dios mismo , y en ella eiieontrmn o,o; la r egia más acabada y el tipo más per-
fecto de la vida cristiana, á 18. vez sencillo y á todos asequible. Cf. Hieronym.
ad Eustoch. La Sagrada Escritnra constitnye, en manos de la Iglesia, un
baluarte inexpugnabl e de la fe cristiana enfrente de los judíos ( Augustin.
De fiel . c. 4 ) y de los herejes, que r echazan la Tradicion de la misma Iglesia,
y cuyos errares se ponen de manifiesto con sólo acudir al Sagrado Libro. Por
último, debemos tambien hacer notar que únicamente la religion que posee
tales documentos sagrados se halla en condiciones de poder cumplir una gran
mision civilizadora en el mundo.
Pol' el contral'io, la Tradicion e::; la primitiva forma instituida por J esu-
cristo y practicada por los Apóstoles JJara anunciar la Revelacion divina, y
por consiguiente, es tambien el método ordinario practicado por el magisterio

http://www.obrascatolicas.com
§ 26. EXISTENCIA DE LA SAGBADA ESCRITUBA. 237
de la Iglesia en el trascurso de los siglos. I Tim. 1, 18: 6, 20. II Tim. 1,
13. Por cuya razon, así como la Sagrada Escritura, de conformidad con su
orígen y con su objeto, ni contiene todas las verdades del Credo cristiano, ni
áun las que se hallan contenidas en ella están enunciadas siernpre de una
rnanera clara y explícita, la Tradicion, al contrario, comprende el tesoro
integro de la fe y reune todas las condiciones y todos los medios necesarios
para explicar la palabra de Dios. Y como quiera que los documentos tradi-
cionales en que se halla depositado el tesoro de la fo son por su forma inme-
diata de un órden humano, la exposicion es en ellos más conforme al totfd
desenvolvirniento de la vida de la Iglesia, y, ajustándose mejor al carácter de
los siglas, se presenta con más claridad y precision: de lo cnal resulta que,
sin haber la menor modificacion esencial en lrt doctrina, ésta se ofrece á nues-
tra conciencia con nrnyor riqueza de formas, aumentando así el vigor de
nnestras armas para eombatir >' rechazar el error. Vincent. Lirin. l. e. c. 32.
38. Augustin. in Ps. LIV. 22: l\fulta latebant in scripturis et cum praecisi
essent haeretici ... asserta R1mt, qnae latebant. Id. e. Crescon. I. 32.

DISERTACION PRIMERA.
DE LA SAGRADA ESCRITURA.
Véa,;c la litcraturn en: Kaulcn, Introdnccion ú los eseritos sagrados dcl Antiguo y
Nuevo 'l'cstamo11to. Frib.1876, p. 6 y sig. Bellarm. I. e. De Verb. Dei L. I-III. :JI.
Canus 1. e. L. JI. R. Simon, La inspiracion de los libros sagrados, 1G9!). Bonfrere,
Praeloquia in totam Scriptnram sacram, Ant\\·erp. 1605. Calrnet, Dissertatio de divi-
norum librorurn inspiratione, J,ncc. 17:29. Kilber.1,rincipia theolog·. Disp. I. Franzelin,
De S. Scriptura et Traditione, p. 289 sq. Marchini, De clivinitate et canonicitatc sa-
crorurn Bibliornm. Aug. Taurin. 1770. Aclemás, las Intruducciones al Antiguo y Nue-
vo Testamento de Hug, 4." ed., 1847; Fcilmoser, 2.ª ecL 1830, Herbst, publicada por
\Velte, 1840-4J. Haneberg, 3.ª ed., 18Gil, Reithrnayr, Ratisb.1852, Aberle, 1877. Kau-
len, Historia de la Vulgata. Maguncia, lSGS.

§ 26. EXISTENCIA DE LA SAGRADA ESCRITGRA.

I. La Sagrada Escritura es la palabra de Dios inspirada por el Es-


píritu Santo, que se halla eontenida en los libros de la Biblia, redacta-
dos por los escritores santos.
Segnn esb clefinicion, distinguese la Sagrada Escritura de la Traclicion y
de las c1eciRioneR doctrinales de la Iglesia 011 que éstas, si bien han sido re-
dactadas con asistencia del Espíritn Santo y son por esa razon infalibles, no
han sido inspiradas por Dios. Cone. Florent. Deer. pro Jacob.: Eodem Spiri-
tn saneto inspirante r trinsqne Testamenti Sancti locuti fiUllt. Trident. l. e.:
Omnes libros tam Veteris quam N ovi Testamenti, eum utriusque (Testamenti)
unus Deus sit auctor ... nee non traditionefi ipsas vel oretenus a Christo vel
a Spiritu sancto clictatas ... veneratur. Cone. V atie. l. e. Quae quidem V eteris
et N ovi Testamenti libri integri eum omnibus suis parti bus, prout in ejus-
dem Concilii decreto recensentur, pro sacris et canonicis suscipiendi sunt.

http://www.obrascatolicas.com
' \' .. ' :;,

238 PARTE SEGUNDA. LIBRO SEGUNDO. SECCION SEUUNDA.

Eos vera Ecclesia pro sacris et canonicis habet , non icleo, quocl sola humana
industria concinnati, sua deinde auctoritate sint approbati; nec icleo dumtaxat,
quod revelationem sine enore contineat; sed propterea, quod Spiritu sancto
inspirante conscripti Deum h2,bent auctorem, atque ut tales ipsi Ecclesiae
tracliti sunt. Las decisiones ar.teriores de la Iglesia , véase en Denz. n. 121.
2!1G. 367. 386. Con esto queda refutada la opinion de aquellos que, despo-
janclo a la Sagrada :F~s critura lle sn carácter de palabra ele Dios en el verda-
dero sentido de la expretlÍ011, la rebajan á la categoría de nna obra humana,
que el magisterio de la Iglcsia no ha hecho más que declarar exenta de todo
error, así como tambien aqnella otra ele que se han hecho eco a.lgnnos cató-
licos; pero divulgada particula mente entre los modernos protestantes, segun
la cual la Sagrada E scritura r.o es la pala bra de Dios , sino que únicamente
contiene la p alal1ra de Dio,,. Véase H olc1 en , Analy,;. fi d. Par. 1782. Chris-
mann, Regula ficlei cathol. l. :.!. Hofmann, Dem ostracio11 tl e la Sagrada Es-
<:ritma, II. p. 98 y sig.
:2. Los coucilios de Trento y c1el Yaticano dan :t los Libros Sa ~rados el
nombre de canónicos, es c1ecir, que perten ecen al Cimon de las Sagradas Es-
trituras, par::t clistiug uirlas ele los apócrifos : "/..'l:1w·1 -:·r,ç 'l.l:r/hbç, -::r,ç ;Úcr--:swç,
-:·r,ç s"/..xh;:r(rlç, =regula ficlei , regnla eeclesia:otica, la norma de la fe deposi-
tada en el magisterio ele la Ig le sia. Tertnll. Praescr ipt. e. 37; Ire11. IY. 35,
no sin especificar la li sta de leis Lihros Sagrados. Augn:-;tin. e. Crcscon. II.
31: Canon ecclesiasticns con~titntus est , atl quem certi prophetarum et
Apostolornm libri pertineant. De rlonde se sig no que de hecho coincide el
cbncepto de Libro t-lamo inspirado con el de libro canónico. Lotl libros del
Antigno Testn,ment o se dividen en: protocanónicotl y clenterocanónicos, com-
premliénclose en el primer grupo todos los qne contiene la Biblia h ebrea, re-
conocido:; tambien por los protcstrmtes y con::1iderá11rlose como denterocanó-
n i<:os aqnellos cnya canonicid ad no ha sido ;;iempre rnconocida por todos;
ta les ;ion: Barnch, TolJias, Jnclitli, I y II l\Iacab eos, Ecl es iá~t.ico , Sabidu-
rfo y los trozos ele D aniel y ele E ster, qne sólo se han cousenado en griego.

II. La cx.istcncia ele una Escritma Sagrada, e::; decfr, de una colec-
óon de Libros Santo,.; á los 'lll L' se atriÍmia especial c"!itoridad, es un
hec110 que 1wn reconociclo todas las :-:ectas <lel jndaismo . El mi::;mo Je-
s11cristo y los Apóstoles no :>olamente. la reconoce11. sino r1ne confirman
explícitamente la antoridad de la Sagrada Escritura.

1. Véanse cn Jo seph. e. Api on. J. S, la.'< pnwhas rl e h Cl'<' e1w ía en el ol'igen diTino
de la Sagrada Escritura de l .-lntiguo Testan10uto: 00 y~p p.up!iOsç ~t~À~ t,)Y E!ai 'Ttr;.p
.;jttb :Xcr'J/J.9tü1,1ttJ'1 x:ú p.7.zo:J.i 11uJ ·1 · 2·:m 01 :J.0 11:t 7:~0ç -:o '.ç s·'.'z.o~~ ~!?J,[J. -:oD r:x•1-:r';ç 'izov"t11.
zp0y0·.> -:7r1 '.i7:0";'P'l.?·f1v -:i €tr.:t'.wç fJs '~:t 7: S'7:'."J"": E.'J1J.É'l'.1 •.• ~·7i/. rú 0 ~ :r-::'I ~V{t~, -::Wç- f1 ~J.stç ':OYÇ"
1

i.Ú['J~Ç "(pcip.!J-~Cn ÃSTitO''tê.ÚX'l.!J-EV, 'i:OO'CÚí:ü'.) "'{1p ctlfiJ•iOÇ ·iíôr, ii:~pq.r1.-r1z.O-roç' oiJ-:s ~poçO:.Tvix~ 'tu;'
<.i:J-:s :t9~J1sT·.1 :<0":fÜ'.
1 , o~-::: p.s-r:xfü:r1:.c : -:s-:óÀp:rfzs.11. ll~at 0~ cr0p.~ u~Ó\I icr":t sü80ç ix. '=TiC: 7:pÚ)'!TjÇ'
·;E·Aj!hlÇ 'Jo·J0:do~ç -:0 '1o:J. t ~s!v '.X~-:i Osc/j ~6,;p.x-::x , Y.'.X~ -:o-J-:o~ç i1J.~1.S'1E:v z:xl ~1.Sp Q:•j-;W-,i, ~l
õE,n, B•d1Gx.s! 1.1 ·/1 ~Stuç. Philo de l\ilonarch. I. p. :222·: 'A)J.7: 't!(" ~7::!tp'.X'.1Úç i~'.X'i:!'.1'.XLwç 7-po-
9Ti'~riç- Oso?6PTi-:oç Oe:cr77tsr x.:<l 7:FO<?T 1 't~ast, l1t·rw•1 11.Sv o~z.sTov o:Jõt·,· o60S yctp si /.Ejs!, Oúwx-

http://www.obrascatolicas.com
§ 26. EXISTENGlA DE J,A SAGRADA E~CRITUHA. 239
~a~ x:x-:~À~~E!'I O"JZ x.ct'tEf.Ó!J-E'IOÇ 0'1'tWÇ Y.cú i"OoucrtG.n. · OG~ O'ivrJze.t't':JJ. OtEÀE.~at~~t ~~Oá:rrep
:,7.:o~:XÀ.Àwtoç hépou. 'F.pµr1vsTç; yrí.p úatv o[ 7tpocç.ij"t'.lt füoCí , Y
.:l"t!Xi'._pwpsvou 'toTç ixdvwv
<ÍV(IÍ.VO!Ç r.póç o~ÀwatY iJ°J'J iiv EflEU,a·r·· Cf. E ccl. Prol. Ya se ve aqui la division de los
libros en tres clases ~ ley ( i-.ji::i ) , profetas ( o·w~: ) y lrngiógrafos ( o~::i.~ r;:;i ) ;
todos los cuales se designan con el nombre comun de. '.Xt jp'.X'f'.X:. :Xy!'.Xt Ron~.1, 2, [spii
'(prí.µµ'.Xi:'.X II Tim. 3, 15, •li ~,~),f'.X -:à :Xyt:i I )face. 12, 9, ó simplemente de od ·rp::L'f'>if, ~
-;pa:qif1 Ma tth. 21, 42. Act. S, 32. L os Santos Padres los llaman: -:'.Xç '(F'.X'f,Xç (Clem. Rom.
Ep. I. acl Cor. n. 45), of ),Ó'(º' Os!o! (Jnstin. Dinl. e. Tryph. It. 2!l. 33), dorninicae scri-
pturae ( Irem. e. Haeres. V. 20 1, lit erac sanctac (Tertullian. Apol. e. 22 ) , •tp:.c1'.Xç 0Efa:ç
IClem. Alex. Strom. II. 2, Origen. Princ. IV. 1, Enseh. H . E. V. 28), -:à ~,~).f '.X ( Origen.
Princ. IV. 1. C. Cels. V. GO), divina e literae (Lact.ant. Inst. div. V. 2. VI. 21. VII. 1),
scripturae sanctae (Augnstin. Ep. CXLVII. 6), divini codices (Id. Senn. CXCIX. 5),
· Spiritus sancti eloquia (Hicronym . Ep. ad S11nn. ct. Fretel.\ instrnment.um \T ertull.
a<l v. ~!are. IV. 1. Aug n stin . Civ. Dei XX. 4 ), Bibliotheea divina (Hieronym. Catalog.
n. íi'>), -::iç; izpiç ~)!~).r,:i<;- íOrigen. P. e. IV. 6 ', lkt'.X ).6·;!:.c (Basil. in Ps. J,IX. 2 ), scriptu-
rae divinae (Hi larius in P s.118 n. VIL 1), /.óyo<;- IJsToç (Severian. G·abalen. De Sigill.
Serm. I. 1), -:'.X ~,~/,[c.t iChrysost. Hom . in Ep. ad Col. IX. 1. - El nombre Antiguo
T estamento ó la Antigua Ali anza, ·r1 7.:lh!i 0!'.XO!,Y:r, = i1"'j'.: se apl ica principal-
ment e a la ley mosáica (Ge1w s. 8, 17; 17, 2. Deuteron. IV. 31; Ü, 9. J erem . 33, 20), pero
tambi en se usa para designar el ónlen divino clel i\uevo Testamento -;, Y.'.X!'''• ~t'.X6f1 Y:t)
íEus eb. H. E. III. 25 ). Los escritos de] Xu evo Testamento se dividcn eu: -ro z'n:rrO,toY
y -:ó '.i7.:o:;-:0),tz 6Y scl. :;~·, -::i-;:n; ó bien: libri historiei, didactici y li bcr propheticus,
i. e. Apocalypsis. En opos ic ion ai Xu e vo Testamento y a i Evangelio se da tambien al
Anti g uo 'l'estam ento cl nombre d e / ~,,. , d erivado de su principal contenid o.

:2. Jesucristo y los Apó stole,; no solamente reconocen el carácter divino


de las Sagradas Escrituras del Antigno '11 estmnento, sino <[Ue le confirman,
unas veces explícitamente, otras buscando en ellas las prnebas de su mision
y de su doctrina. Matth. 5, rn: Don ec transeat coelum et terra, jota unum
aut unns apex non praeteribit a lege, donec 01nnia iiant. 26, 04. (~uomo do
ergo implebuntnr scriptnrae, 11uia sic oportet fieri? Luc. 18, 31; 24, 2t> sq.
Joan. 13, 18. l\Iatth. 22, 43. Quomocfo ergo David in Spiritu Yocat eum d.omi-
num? l\Iarc. 12, 36. II Tim. 3, 15. Onrnis scriptura di vinit us inspirata ( -;:~o-x
"'(f'.1..1-f, Q~ci;;·1z:.io--:r;~ ), ( clonde 4zr,;;•1zn-:r;; es probablemente el predicado del
sujeto ypr1.1-l annque, segnn la Vu lgata., debe tomarsc como calificativo de
1 ,

scriptura ) utilis est acl d ocenc1mn , ad argueudnm, ad corripi enr1um, acl eru-
diendum in jnstitia. II Petr. l , Hl. X on enim Yoluntate humana allata est
aliquando prophetia, sed Spiritn sancto inspirati locuti sunt sancti Dei homi-
nes. Pero la Iglesia ha considorado "iempre a la Sagrada Escritura ( ·(,, Y?'.1..'{~
.Joan. 3, 22; 7, 38; 19, 28; xi. "';'PX'fx( l\fatth . 21, 42; 2G, ri4; ri, 3!); Joan. 7, 54;
;y11'.1.~ ij".'.1..'. Rom. l, :2; l.z2~ iY'-r:-i-x-:x II Tim. 3, HJ) como un conjunto, una
totalidad completa, por cuya razon el Apóstol, si~uiemlo el ejemplo de Jesu-
cri,;to, busca sus argumento,; e11 la Escritura Act. 1 , lG ; 3, 18; 8 , 3:2; 15, 15;
17 , 2 ; 18, 21 ; Rom. l, 2; 3, 10; 4, 23; 9, 17.

http://www.obrascatolicas.com
240 PJdlTE SEG UíD.\ . L ;n:w S EGC~DO . $ECC LO i'i .SEG ü NDA.

§ 27. INSPIRA CJON DE LA SAGRADA ESCRIT URA.

En e! trascurso d e su p ol émica contra la l g lesia ha ido desarrollando el protestan-


tismo s u teori a d e la inspiracion de los Libros Sagrados sobre los principios tomado ;;
de la Iglesia católi ca. Dás c á los escritores sagrados los nombre s de "Dei am anuen-
ses , Christi manus , Spirit us i;ancti tabelliones seu notarii et a ctuarii " (Quenst edt, I.
p. 55). Por cuy a raz on se h a cc extensiva la inspiracion á todo cnanto hay en la Biblia,
no tan s ólo al "impulsus ad s criben d um .. , á la " suggestio r erum " l Quenstedt. I .
67), sino tarnbien á la " su ggest io ver1iorum ;,, " ·i1Ma met ''" '"''ª el voces n nuies et sin gnla s
indii:idualit er Spiri lus sand11s 8aC J'is seriplol'i/,us supperlita vil, i nspirni;it el diria vil.
(Quenst edt I. 73; á l os escritores sagrados "ipsa quoq1tP verba in calamum dictantur.
et nihil practer externurn s cribendi sw lit e, ·a ., 71i nye wli la borem conferunt. (!. 1·.)
Para explicar la diferencia d estilo se supone que el E spír it11 Santo se acom odá a í
0

carácter ó al genio d P cad a escrit or: uti in loqu endo ita in stribenclo pro sua libcrri-
ma v oluntate suo cujusque ingr nio et g eneri cliceudi consneto se accommodavit ct
ri,ttemperavit , ut ita ,·elut ex :;ua eujusq ue na.tnrnli imlole cmn ><ermo tum scriptura
e orum fluer ct (Qucn;;tedt I. 7li. Calov. Sy st. I. ]'· ?'>71). A esta inspiracion se atribuye
la pureza de lcnjuaje que so obse rva e n el Nn cvo 'l'estarn ent o : "Stylns Xo,-i T esta-
menti ab omni barlJa ris mor n m et s oloecism orum l abe imrnunis est" 1Quenstedt / .e .)
La aclmision de barbarismos " es una g rau bla.sfemia contra Dios ,,. (Qurnst. I. 84 ):
"Aliud est s~pot·f ~s! ·1, alin d ~ot;; ~ot?l ~ S!'' et croi.o! Y.l ~s !v; illud ele 1\ovo Testamento affir-
m amus , ho c ne gamu;; ... A <l rog ulas g rammaticornm oxem pltt b onorum a uctorum, et
c um primis Oso-:-:·,súcrnov, non sLmt ex1 genda , sed p otiu s ex e xernplis sac ris a c profa -
nis ampliandas et perficiendas esse stat uimus ( Q1wnst. I. 82. 84'; . 'l'ambien se ha. crei -
do inspirada la vo calizacion del texto dei Antiguo Test amento 1, Dannhauer, Hodo-
sophia I. 58), atribuyéndose á las vo calcs hel)l'cas la nlitima a ntig üedad que a las con-
sonantes, creencias qne se halbn expresa das en el símbol o más m oderno de los refor-
mistas. Form. conse ns. H elvet. Can. II.: H ohr a i t:u s Veteri;; Test a monti codex , tum
quoad consonas, tu m quoad vo calia sive puncta ipsa sive pundorum salt em pote,; -
tatem 8só7tv<:uo"'roç. Can. III.: ]~orum proinde sententiam probare neutiquam possu-
mus, qui loctionem , quam h ebraica s t extns exhibet, humano t antnm arbitrio consti-
tntam esse d efiniunt , eam que e:< LXX seniorum alior1tm que vcrsionibus graecis.
codice samaritano , Targ nmim •lhalda icis , im o q uand oque ex sola rati one emendare
r eligioni ne utiquam ducunt, at que ita Jidci nMl rae 7JJ"in ci pium C'j usque a uctoritatem
sacrosanotam anceps in dis crirn en add ucunt.
Admitida la Sagrada B scritur a como úni ca norm a <le fe , se cr<•y o que la Prov iden-
cia divina uo podía cons en t ir qu e se p <!rdies e un liliro inspirado ( I Cor. 5, ~- Col. 10,
16 1, por cuya razon n o cttbo .s up on er q ne se hayti perdi do el orig inal hebreo d e l Evan-
gelio d e San Mateo (Quen ot. I. 1:3fJ , 215 1. Xo fnf' r on menores las dificu ltad es cn que se
vierem envuelto.-; l os protestantes ai q uerer explicar las variant e;; de l os dife rentes
códices: " Disting n e inter lectic nis varietat cm et d iwrnita tcm et t e:< t us origiualis
falsitatem univcrs al em. Divcrsz.s Pt varian te;; 1liYersarnm editio num !rctiones in
plusculis lo cis fontium d ari concedimus, non tmltum quoad di ctionos, secl etiam
quoad integr as sen tentitts s iv e omissas sive immut a t a s , sive t r an spos itas. Ast inde
perperam papicolae universalom codi cum falsation om et deprtLVtitionem infe runt,
cum inter va riantes ;lias lecti or,cs etia m. verae d gen11in ae a .•se rr P, n/11 1'. Contra esta
teoria dice Ri cardo Simon (/. e. j:. 1): " J.os cat ólicos, persuadid os de qu e su religion
no deponde exclus ivamente dei t •Jxto <l e la E scritura, sino que si n·e t ambien d e n or-
ma la tra dicion d e la I glesia , n :> se cseandalizan do ver quo la inclemencia d e los
tiempos, juntamente con el descuido d e los copistas, hayan introducido en los Libros
Sagrados cambios anál ogos á los qu e se han desliza do <m los clási cos profanos. Uni-
camente los protest antes preocui:;ados ó ignorantes se es candali zan de un h echo tau
natural como sencillo." Ya Calixto y Pfaff limitaron la inspiracion simplemente á
las verdades necesarias para la ~ alud eterna , y los arminianos declararon que la

http://www.obrascatolicas.com
§ 27. INSPIRACION PE LA SAGRADA ESCRITURA. 241
inspiracion era de todo punto inútil en los puntos de carácter histórico. Por lo demás,
despues de conocidas las tendencias de la critica y de la exégesis racionalista, se dió
una solucion definitiva al dogma d e la inspiracion. V éase Kahnis, T eologia dogmáti-
ca luterana, 1. p. 659. Denzinger, l. e. II. p. 187 y sig.

I. De tres maneras distintas podemos figuramos la influencia ejer"I"


cida por Dios sobre un hombre, autor de un Libro Sagrado. La prime-
ra como una asistencia especial divina, en virtud de la cual el autor
ni de intento ni inadvertidamente puede apartarse de la verdad en la
exposicion del asunto; la segunda como una inspiracion divina que,
además de la especial asistencia de Dias, supone un impulso sobrena-
tural interno, al que el autor obedece para escribir su obra. ; la tercera
como Revelacion que supone, además de la inspiracion, la comunica-
cion de una verdad anteriormente desconocida. El primer modo no
abraza en toda propiedad la inspiracion, y ésta á m vez puede existir
sin la tercera.
El concepto de "inspiratio " se deduce de II Petr. 1, 20: Spiritu sancto inspirati
(íntà 7tvEÚp.o:'toÇ 1í:'ylo'-l <fEpop.Evor) locuti sunt sancti Dei homines. En primer término,
"inspirare " quiere decir " inhalar, echar el aliento " ( Columella IV. 17), inspirar (Id.
III. 10): Vidimus hominibus inspiratam , velut aurigam rectricemque membrorum
animam. San Agustin le u sa para designar la eficacia interna é inmediata d e la gra-
cia; inspir atio charitatis ( Ep. 147 ) , inspiratio dilectionis ( ad Bonifac. IV. 5). De la
misma manera se expresa el Con. Trident. Sess. VI. Cap. V. Can. III. Sacramentar.
Leon. (Opp. Leon. ed. Ballerin . II. praef. p. 12). Collecta. VI. pro Mense Majo.

1. Del primer modo entendi ó la inspiracion J ahn ( Introduccion I. § 19),


con el que casi concuerda Bonfrere ( Praeloq. c. 8. Sect. 1 - 4 ) al definir, en
oposicion á la "inspiratio antecedens,,, la "inspiratio concomitans,,, me-
diante la cual el escritor sagrado no escribe mas que lo que el E spiritu San-
to le sugiere. "Ita ei ( Spiritus sanctus) adstat, ut sicubi videret eum erra-
turum, inspiratione sua illi esset adfuturus.,, Sin embargo, luégo anade
( c. 6): Non deesse tamen scriptori initio inspirationem quandam generalem
scribendi talem historiam. La falsedad de esta apreciacion salta á la vista.
Aqui desaparece adernas la distincion entre el libro inspirado y libro infali-
ble. Y sin embargo, por más que la infalibilidad y la inspiracion procedan
de la eficacia del mismo Espíritu Santo, difieren en el modo de proce-
der y en el efecto. Los libros inspirados son, con toda propiedad y en pri-
mer término, obra del Espíritu Santo, y su verdadero autor es Dios; las de-
claraciones del magisterio de la I glesia, por el contrario, son obra humana-
en el sentido estricto de la palabra, aunque han sido redactadas con asisten,
eia del Espíritu Santo. De donde se infiere que en los libras inspirados la
influencia del Espíritu Santo es positiva, miéntras que en las declaraciones
del magisterio de la Iglesia es negativa y tiene por objeto alejar todo error en
cuestiones relativas á la fe y á las costumbres. Por consecuencia, los libras
inspirados son la palabra de Dios, miéntras que las declaraciones del magis-
terio de la Iglesia sólo contienen y anuncian la palabra de Dios.
TOMO II. 16

http://www.obrascatolicas.com
242 PARTE SEGUNDA. LIBRO SEGUNDO. SECCION SEGUNDA.

2. Aun ménos se ajusta la inspiratio subsequens, al concepto de la inspi-


racion sentado por la Iglesia ( Bonfrere, l. e. Sect. 7 ). Consequenter se habe-
re posset ( segun esta, sólo sostiene la posibilidad absoluta) Spiritus sanctus,
si quid humano Spiritu absque Spiritus sancti ope, directione, assistentia a
quopiam scriptore esset conscriptum, postea tamen Spiritus sanctus testare-
tur, omnia, quae in eo scripta essent, vera esse; certum enim est, tum totum
hoc scriptum fore Dei verbum, et eandem infallibilem veritatem habiturum,
quam habent caetera, quae inspiratione vel directione ejusdem Spiritus san-
cti conscripta essent. Confróntese la tercera tésis de Less y Du H amel (Hist.
de Auxil. I. 7 p. 17; cf. I. 9): Liber aliquis, qualis forte est secnndus Ma-
chabaeorum, humana industria sine assistentia Spiritus sancti scriptus, si
Spiritus sanctus postea (per a:iquem prophetam vel aliter) testetur, nihil ibi
esse fal sum, efficitur Scriptura Bacra. Sin embargo, en su Apolog. l. e. dicen:
Tertia propositio, semota pareuthesi, videtur mihi esse omnino certa, nisi sit
quaestio de nomine. Ponamus enim a liquam piam historiam ab aliquo pio
viro, qui eam optime no vi t, e~c i'nstinctu Spiritus sancti scribi . . . non vídeo,
cur talis liber non sit habituri~s auctoritatem sacrae scripturae. En análogo
sentido se expresa Haneberg (Historia de la Revelacion biblica, 3.ª ed. 1863,
página 817) : " Si por su admi:lion en el Cánon fuese declarada palabra de
Dias. ,, Cp. R. Simon, Histor. crítica, p. 279. Welte, Tübing. 0.-Schrift, 1855,
58. La "inspiratio consequenB,, envuelve hasta una contradictio in adjecto,
ya que el concepto de inspiracion implica una accion inmediata y directa del
Espíritu divino sobre el del hombre, tocante á la produccion de la palabra y
de la E scritura, y una explicacion dada con posterioridad no puede comuni-
car al acto puramente humano que antecede el carácter de una accion divina.
La aprobacion subsiguiente del Espíritu Santo sólo puede procuramos com-
pleta certeza de que el contenido del libra es verdadero.
3. El concepto de la inspiracion no exige que el contenido material del
-'!!' - ---r libro inspirado sea tambien re-rnlado, toda vez que aquélla no exclnye la acti-
vidad individual del escritor; áutes bien éste, ó puede haber sido testigo ocu-
lar de lo que escribe mediantE la sugestion del E spíritu Santo, ó haberlo
oido á t estigos de esa especie, ó tambien puede utilizar documentos dignos
de crédito; Luc. 1, 1. II Maccab. 2, 24. Thom. II. II. q. 174. a. 2: Si vera
lumen intellectuale alicui divinitus infundatur, non ad cognoscendwn aliqua
supernaturalia, sed ad judicandum secitndum certitudinem veritatis divinae ea,
quae humana ratione cognosci possunt, sic talis prophetia est infra illam,
quae est cum imaginaria visione ducente in supernaturalem veritatem; cujus-
modi prophetiam habebant omnes illi, qui numerantur in ordine prophetarum;
qui etiam ex hoc specialiter di•}lmtur prophetae . . . unde ex persona Domini
loquebantur ... quod non faciebant illi, qui hagiographa conscripserunt;
quorum plures loquebantur frequentius de his, quae humana ratione cogrwsci
possunt, non quasi ex persona Dei, sed ex persona propria, cum adjutorio
tamen divini luminis. Cf. a. 3. Con esto no se pretende negar que una grau
parte de los libras inspiradoE., especialmente de los Profetas, se hayan

http://www.obrascatolicas.com
§ 27 .. IN!PIRA.CION DE LA. SAGRADA. ESCRITURA.. 243
redactado á consecuencia de una revelacion divina inmediata. Thom. l. e.
J erem. 36, 18. Ex ore suo loquebatur quasi leg ens ad me omnes sermones
is tos; et ego scribebam in volumine atramento. Luc. 1, 70. Act. 1, 16; 3, 18,.
Hebr. 1, 1. ·

II. Descartados los dos extremo:'i , uno demasiado amplio y otl'ó


demasiado estrecho, dentro de los cuales está comprendido el concepto
de la inspiracion , sentaremos éste diciendo que debe abrazar todos
aquellos momentos que sean necesarios para que el escrito inspirado
sea obra del Espíritu Santo, en el genuino y verdadero sentido de la
palabra.
1. En más amplio sentido puede llamarse divino un libra, por razon de su
contenido, cuétndo contiene verdades tomadas de la Revelacion, aunque se
hallen expuestas bajo una forma puramente humana, como el catecismo, ó
cuando se ha redactado mediante una asistencia de Dios puramente negativa
para prec,wer todo error, como las resoluciones de los Concilias, ó cuando
se ha redactado mediante un impulso especial de la Grncia, sin que por eso
deje de aparecer el autor como causa princeps de la obra; tales el Libra de
la imitacion de Cristo. Todas estas maneras de r edaccion pueden encontrarse
en un libra inspirado ; mas lo que particularmente le caracteriza es la misma
, causalidad divina que h ace del escrito una obra del Espíritu Santo en el ge-
nuíno sentido de la expresion ( Deus auctor V. et N. T. Decr. pro Jacob.
Cone. Trid. l. e" Cone. V atic. l. e.). Tal es la interpretacion que ha dado la
Iglesia al concepto de libro inspirado, siguiendo la doe trina enseüada por
Jesucristo y 108 Apóstoles, que no hicieron á su vez más que confirmar la
creencia de lo s judíos. Así se dice: Dios ha hablado por boca de los Pro-
fetas: los Profetas han l1ablado segnn el espiritu de Dios. l\'Iatth. 22, 43.
1\iarc. 12 , 3G. Matth. 1, 22; 2, 15 ; 22, 31. Act. 1, lG; 1, 25. Rom. 1, 24.
Hebr. 4, í; 8, 8. La palabra de la Sagrada Escritura es la palabra de Dios.
Mich. 3, 8. Zach . í, 12. II Esr. 9 , 30; por consiguiente, el Sefior es qu.ien la
ha revelado; II Tim. 3, 16 ; y no trae su orígen de la voluntad de los hom-
bres ; II Petr. 1 , 21. Por donde se ve que Dios es el auctor princeps, el
escritor Sagrado es el instrumento consciente y libre, y el Libro Sagrado es '·
el producto de l a in spiracion.
2. Tal es el sentido en que explican la inspiracion los Santos Padres,
como ántes lo hicieron los escritores hebreos con respecto al Antiguo Testa-
mento. Phil o ( De monarch. I. p. 633) : Eou:r,vs \ \
~; vio1 \
e:(crw o~ -;:oodir:w.
~ '
ffaou,•
X'.1.'t'.J.'/O(J)'J.ho·; -;r,~ç hsbwv C:ovivo~ç -;:oo; õ·i),<v'j•.v, W'I •,u.b sOsH,cr·11,,. (Quis div.
/ '4\ ~ \ 1 \
rer. haer. p. 404): Iloo~·i,-:-r,ç và.o (ólw'1 u.b o·)0s'1 à..-:0~%---1s-;'.1.~, à)),ó-rp•.'.1. Ôs
' • -- • , • 1 " ' 1 _1, ' - 1 ' ,' , ) '
7:.'.1.'l't'.1. :.iT..·r,zo"Jv·rnç e:-;spo'J . . . Üf"('.1.';ov qso'J e:77'.'I ·r1zr;'J'1 xpo"Jop.e:vov xo:\ -;: ,·r,-;-;o-
p.e:vov à.opi-rwç u-;:' o:v-;r;0. Cf. Joseph. Antiqu. IV. 6. C. Apion. I. 1. San Cle-
mente romano llama los Libros Santos ( I Cor. n. 45 ) : -rà.ç àh,ae: ~ç p-1,cre:•.ç
-;:ve:0:J.'.1.70Ç -ro0 &yloci; en sentir de San Justino M., no han expuesto los escri-
tores sagrados su doctrína con ayuda de las fuerzas humanas solamente, sino

http://www.obrascatolicas.com
244 PARTE SEGUNDA. J,ffiRO SEGUNDO. SECCION SEGUNDA .

( Cohort. ad Gent. e. 8, 13. 35. Apol. I. 31. Dial. e. Tryph. e. 7) : -:~ ã'M9tv
'I
Er.~
\ ' f , " ....
-:ouç 01:ywuç 01:vàp01:Ç -
x<X-:EÀºvoua-·~
"'iv~x'1.U':OI:
' ..
otupq., - . ,. , ) , ,~, ,
o~ç ou ,oywv Eus·r,a-s -:izvr,ç,
'ÀÀ'(l( XOl:'lctpouç
O(
(). ' EctU'
' t"OUÇ
\ -:·0
- 't"OU- D.\Jô~OU
, , - , , o '
õ.'1Wp.ct-;o.; õ.!XfOl:-SX Ew EVôf"(E'.~ ' '·V ctU';O -:o
, ' '
n - ~t ' - , "' -
~E LOV E~ oupcx.vo:.J X~t'~OV -rr.A·r1X"':f'O'i'
r, ' , e,
lt)~itEp ºP~'~Vtp X • ~pct.ç ";~ vo; ~'i
1 ' " À' .
upa.; ~o~.;
.
-:- '
O~XCl.~O~Ç , " ' zpwp.;.vo'I,
Cl.V0f7.n ' ' ":W'I
-;·r,'I - n' ' - Cl.õ.OXct
'12~luV ·r,p.~'I ' À'U7tT~ ")'VW~w;
- Cf .•à. po 1.
V. 36: Kwo~·1-:o; 7.0-rov; Gdo:.i ).ó;o:.i. Atenágoras compara a los Profetas con
clarines de que el Espiritu Santo se vale ( Leg. c. 9) : ot xct-:' h:r-:w;w -:wv ~v
, - ) - , , , - e, , ,\ ~ - ,~ ,
Cl.U":O ~ç ,oy•.:rp.wv XW'f;'7!XVTOÇ CY.U":OUÇ -:o:.i ;.~o:.i ;.vsup.ct-:o.;, O( E'l'f/f.OU'l":O S~ô'fW'l'f,'SCY.V,
' - ' r• , .... ' ')' , -
~JYXP'fla"Cl.fJ.EVO:J -:ou 'õ:VWf!-7.":0Ç u:rc:~ (l(U):r,-:·r,; (1.'J ,O'I Ef!-õ.'ISU:l'CY.Ç - pero 1a compa-
racion no es apropiada ni expresa siquiera aproximadamente la relacion que
existe entre Dios y el hombre inspirado, ya que éste coopera à la redaccion
de la obra como instrumento vivo, consciente y libre. Thom. II. II. q. 173.
a. 4 ad 3: Spiritus prophetarrnn dicuntur esse subjecti prophetis, quantum
ad propheticam enunt iationem ... quia scl. ex proprio sensu loquuntur ea,
quae viderunt, non mente perturlmta , sicut arreptitii (l\Iontanismo, Tertull.
ad l\Iarc. IV. 12); sed in ipsa prophetica revelatione ipsi snbjiciuntur spiri-
tui prophetiae, i. e. dono prophetico. Hieronym. in J es. praef.: "N eqne enim
vero, ut Monta.nus cnm insa:Jis feminis somniat, prophetae in ecstasi sunt
locuti, ut nescirent, quid loquerentur, et quum alios erudirent, ipsi ignora-
rent, quid dicerent.
Para Teófilo son los Profetas o:;v;J.'n..
' i
qso0, úr.' ctv-:o~ -:ou ~wu ~·J.7:vsu-:rasv-:~~
• ~

( ad Autolyc. II. q. I . 14 ), y los Evangelisbs 7:vsup.e1.-ro?Ó?O~ (II. 22), San


Epifanio ( Haeres. 51): ov ;'ir.p ·rr1<1.u-:wv (-rw'1 su7.yrJ,1,7-;w'1 ) -:à &D:r,p. :t., 1H7.
ex 7tvsÚp.ct-:oç &yLou ·(1 õ~õ.1.:rn.U.~ct x.1.~ ·ri 'l..x.o),ou~[CY.. San Ireneo opina que en
cuestiones de importancia eqrncial se extiende la inspiracion ci. bs palabras
que emplea el escritor sagrado ( III. 16): Praevidens Spiritus s::m ctns de-
pravatores et praemnniens contra fraudulentiam eorum pflr l\Iatthaeum ait
etc. Segun la expresion de ~~ertnliano, las Sagradas E scrituras ( Apol. e. 18)
estan Spiritu divino inundati (l. e. 20) y son dh·inae voces. San Clemente
Alejandrino ( Protr. n. 8) hace notar que las promesas ó sentencias ele la Sa-
grada Escritura deben cnm) lirse necesariamente por ser obra del Espiritu
Santo. San Agustin ( De consens. Evangel. I. 54) explica de esta manera
la participacion instrumenta l de los autores sagrados y su relacion con el
auctor princeps: Cum isti scripserunt, quae ille ostendit ac dixit, nequaquam
dicendum est, quod ipse non scr/pserit; qnandoquidem membra ejus id opera.ta
sunt, quod dictante capite cognove runt. Quidqnid enim ille de suis factis
et dictis nos legere voluit, hoc scrihendum illis tanquam suis manihns im-
peravit. Roe unitatis consortium quisqnis intellexerit, non aliter accipiet,
quod narrantibus discipulis Christi in Evangelio legerit, quam si ipsam
manum Dei, quam in proprio corpore gestabat, scribentem conspexerit.
III. La expresion « Deus est auctor librorum sacrorum » usada por
la Iglesia, debe entenderse en el sentido de que esta primaria causali-
dad divina se extiende á todos los bechos y sentencias 6 declaraciones
( res et sententias) que ·~ontiene el Libro Sagrado, de tal suerte que

http://www.obrascatolicas.com
§ 27. INSPIRACION DE LA SAGRADA ESCRITURA. 245
no hay en él más que la palabra de Dios, estampada por el escritor,
que es su órgano.
1. Los hechos y sentencias que contiene un escrito forman la parte esen-
cial de la obra, la substantia liOri, y la forma, segun la expresion de las es-
cuelas, por el contrario, el modo con que se describe un hecho ó se enuncia
un pensamiento es accidental, accidentale seu materiale. De donde se infiere
que el concepto de que la Escritura no es palabra humana sino de Dios
I Thess. 2, 13 "a Spiritu sancto dieta ta,, Cone. Trident. l. e., es una verdad
que sólo puede entenderse en el sentido arriba indicado. Resulta, pues, que
estamos obligados á creer fide divina todo cuanto se halla expresado en la
Sagrada Escritura, por ser la palabra de Dios; cosa que sólo puede tener lu-
gar en el supuesto de existir verdadera inspiracion, la cual debe extenderse, ',
por lo ménos, á todos los hechos y sentencias allí enunciados.
2. La opinion contraria ha sido en todo tiempo considerada como herética;
así lo declara San Ireneo (III. 1 ) refiriéndose a los gnósticos; las homilias
clementinas ( III. 14) ensefiaron que tambien el Profeta verdadero "ou mxv-
- \ ,, . L o mismo
· asegura San E pi'famo . d e Aec10 .
1
To-re:, a.' ',,..
;''' e:vw's ... OTCon ' ' a.yvoe:
'

( Haer. 56); por el contrario, en sentir de Atenagoras, decir que los Profetas
han expresado opiniones humanas es &).oyo; ( Leg. VII). Hippolyt. De Chr.
et A nt1c . h r. n. •2 : oux ' e:ç '~ •~1 ~ 1 , ú' ' ) - ,~,
\O~a.ç óunp.e:w; e:cp1Je:yyov-ro P.'Yi 7t ,a.vw, oucie: a.7te:p a.u-ro\
" , '

' 0
epou ' ) mr:o, -:x:r:'1.
- e:x·r,p'J7:0V.
' ' E use b . m . P s. o-4 , 3 : opya.vov
" "-r,v ·r,' 7tpoq;-r;•\X"1j'
""\ - t 1 - r " - r ! ' ri t ' \
j' AW':i':ia. E'tEfO'J ':OU zpwp.e:VO'. a. U't"f 1 a.y•.ou T.VSUfLCl.TO;, OT.e:p O ypa.fLp.("J.TEUÇ, TO ypa.-
t(E'iov xa.\. d),xro; zTúyza.v2v ·ri -:wv "Pºf"fiT~iv y)J;icrcra.. Otros Santos Padres
hacen notar que todos los Salmos están escritos "$x -:-r,ç To0 6w0 T.'1e:Úp.a.-:o;
be:pye:ta.ç,,. Theodoret. in Ps. praef. Por cuya razon es evidente que no hay
en la Sagrada Escritura una sola palabra que no tenga un sentido profundo y
significativo. Greg. Naz. Orat. II. De fug. 105: I'Ip.ú; Ôe ol. Y.'1.~ p.€zp\ P::,;
-ruzouTr{,, ,
xe:pa.•.a.; ' - - , , ' 'rJ. ")
X'1.\ ypxp.p..,iç '";Ou r.vw;.i.a.Toc; -:·r,v a.xp~ 1 .,<:•.a.v E ,xovT~ç.
E n opm1on
. .
de San Basilio ( in Hexaem. Horn. X.) no hay nada inútil en la Sagrada Es-
critura, pues singuli sermones, syllabae, apices, puncta in divinis Scripturis
plena sunt sensibus. Hieronym. in Eph. 3, 7. Del mismo parecer son: San
Juan Crisóstomo (Horn. 21 in Genes.: T.O}u·1 'i:zonw eyxe:xpup.;.i.bo·1 9-r,cra.upóv),
Eusebio (Praep. Evang. IX. 7). Hieronym. Ep. 57 ad Marcel!.: Non adeo me
hebetis fuisse cordis et tam crassae rusticit atis, ut aliquid de dominicis verbis
aut corrigendum putaverim aut non divinitus inspiratum Ep. 57: Evangelis-
tas arguere falsitatis, impiorum est Celsi, Porphyrii et J uliani. Augustin.
Ep. 56: Admisso in tantum auctoritatis fastigium officioso aliquo mendacio,
nulla illorum librorum partícula remanebit, quae non utcumque videbitur vel
ad mores difficilis vel ad fidem incredibilis. Ep. 82: Ego eis solis scriptura-
rum libris, qui jam canonici appellantur, didici hunc timorem honoremque
deferre, ut. nullum eorum auctorem scribendo aliquid errasse firmissime cre-
dam, ac si aliquid in eis offendero libris, quod videatur contrarium veritati,
nihil aliud quam vel mendosum esse codicem, vel interpretem non assecutum
esse quod dictum est, vel me minime intellexisse non ambigam, cf. Contr.

http://www.obrascatolicas.com
246 PARTE SEGUNDA. l,IBRO SEGUNDO. SECCION SEGUNDA.

Faust. II. 5. Gregor. Nyss. ir Eunom. VI (Tom. II. p. 743) : on ·(, fhb.
/P'.t.f''i,,, - • ,, - · · ' I ren. I I
J,srs~, ~o:.i r.vwp.o:-ro.; s~cr~ 't"O:J u.y~o:.i 'f!JYl'.t.~.
- sc'cnptnrae
. 4{. · per-
fectae sunt, quippe a Verbo Dei et Spiritu ejus dictae. Greg. M. in J ob praef.
Ipse ( Spiritus sanctus) haec 3cripsit, qui scribencla dictavit . Augnstin. in
Ps. XC. Serm. 2: De ilia civitnte, unde peregrinamur, literae no bis vmerunt,
et ipsae sunt scripturae. Ambrüs. Ep. 8: " N on secundum artem scripserunb
sed secundum gratiam , quae snper omnem artem est; scripsernnt enim, quae
Spiritus illis loqui clabat. Santo 'l'omás expoue la opinion cle otros teólogos
más modernos Il. II. q. 1. a. 1. Ea, quae pertinePt ad humanitatt.·m Christi
et ad Sacramenta Ecclesiac vel ad r1uascumque creaturas caclunt sub fide, in
quantum per hoc orclin amur ad Deum et eis etimn assentimur propter clivinam
veritatem; similiter dicendum de om11ibus, <J.Uae in S. Scriptura traduutur.
Suarez, l. e. V. sect. 3. Sensus est, an haec Scriptura sit talis reguh , nt quid-
quid in ea continetur tanqnam de füle divinum certe recipicndum sit. El fun-
damento bíblico eu que se apoya esta doctrina es el pasaje Rom. 15 . 14: Quae-
cumque scripta sunt, ad nostram doctriuam scripta sunt, y II Tim. B, 15 - 17.
La decision definitiva la ha d:.do el concilio de Trento, l. e. Si qnis autem
libros ipsos integros cuni omni:l•ns suis partibu.s . . . pro sacris et can oni cis non
susceperit, a. s., y ha sido confirmada por el dcl Vaticano; De fü1. cath. II
Can. IV. Por la cual foé, con :}erfeGta razon, con denada la t8 sis II ele L ess y
Du Hamel: Non est necessarium, ut singulae veritates et seutentiae sint
immediate a bpiritu sancto ipsi scriptori in sp irat~te. Lo qne se dice ele la Sa-
grada Escritura en general, tiene aplicacion á todo su conteniclo: de donde
resulta que toda ella y en tod:.s sns partes es fuente y norma de la fe cris-
tiana. F ateamur potius, singnla quaeque, sive magna sive parva, a Sacris
anctoribus Spiritu sancto dictante esse edita. Id a Patribus aecel'imus, id
fidelium animis inditum et quasi insculptum est; id itaque et no~ Ecclesia
praesertim magistra et duce r•otinere debemus. Melch. Canus l. e. XVIII. 17.
H. Holden (Analys is fid. I. 5 ) fué el primero que sostuvo la peli grosa cloetrina de
que "auxilium sp eciale hagiogrnphis praebitum ad ea solunw w•lo se po rl'i gcre . quae
snnt. pure doctrinaUa , vcl proxin:.um a li quem aut necessarium habent ad doetrinalia
respectum; in iis vero, q_uae nem sunt de instituto seriptoris vel acl a lia r eferuntur,
eo tantum subsidio illi adfnisse, quod piissimis ceteri s auctoribus eommune sit. Sin
embargo, aiiade luégo: quamvis falsitatis argucre non lieet quidquid habetur in saero
codice , verumtamen quae ad r eligionem 11011 spectant , catholieae fid ei articulos nul-
latenus astrmmt. D'Argcntré (Dispu t. theolog. p. 221 ), por el contrario, de clara: Cons-
tat, Deum esse praeci1mnm auctorem s:wrae s cr ipturae, ita ut, quidqu id i11 Scriptura
eontinetur, sit proprie Dei verbnm ... ergo cum in rebus histori eis plerurnqne versetur,
maxima Scripturae pars non eri1, verbum Dei ... praesertim cum Holclenius ipsa Christi
gesta in Evangelio relata pro VE,ritat.ibus catholicis , quae tamen minime sint de fide
divina, eo quod sei. non Doo revelante scripta sint, trnducat. De un modo análogo se
expresa Chr ismann (Regula fid. eath. I. 2): Facta, quae nec antea nec in actunJi scriptio-
ne revelantur, fide divina proprin non sunt credenda. Quare tantum abest a dogmate
fidei, n t ne quidem certum et necessa rium sit , ut singulae veritates et SC'ntentiae
imm ediate a Spiritu sancto sacris s criptoribus suggerantur aut inspirentnr. Suffieit
ea iuspiratio , qua Spiritus sanctu s auctores sacros inter scribentlum direxit, ne
errarent. Omnia, quae in Scripturis referuntur, vera et certissima sunt. i'.iin embar-
go, por la última declaracion se apartan uno y otro de la teoria racionalista , que

http://www.obrascatolicas.com
§ 27. INSPiltACION DE LA SAGRADA ESCRITURA. 247
considera la Escritura" como una coleccion de obras de carácter puramente humano,
"cuyo contenido forma la historia del orígen de la Rcligion cristiana, así como tam-
bicn se apartan del supranaturalismo, segun el cual "no tiene fundamento alguno la
opinion que declara libre de todo error la palabra de la Sagrada Escritura". Philippi,
Teologia dogmática cristiana, I. p. 208. Dieckhoff, Revista eclesiástica de Kliefoth
y Meyer, 1858, p. 757.

IV. La proposicion definida por la Iglesia, segun la cual Dios es el


autor de la Sagrada Escritura, no supone en modo alguno que ia ins-
piracion se extienda á todas las palabras y giros de expresion 6 frases
empleadas por los escritores sagrados, pues « el Evangelio no consiste
en el sonido literal, sino en su significado».
1. Hieronym. in Gal. 1 , 11: X ec putemus in verbis Scripturarum esse
Evangelium, sed in sensu, non in superficie, scd in medulla, non in sermo-
num folíis, sed in radice rationis. A.si lo d emuestra, en primer lugar, el co-
mun sentir de los Santos Padres. M:il ciades (Euseb. '
H. E. V. 17): 7tzol.
1
-roC •u:},·1
Ôs ~v 7tpo1-l1-:·r,·1 s·1 sx7-::7.Ts>. J,7..J,s ~·1), San Clemente romano (Strom. VI. 605),
Orígenes, San Epifanio, San B:isilio, San Crisóstomo y San Jerónimo, con-
denan explícitamente la doctrina montanista que considera la in spiracion
como un delírio extático que trasporta al escritor, dando asi á entender que
defi.enden la actividad libre del homlJre ánn hallándose bajo la influencia de
la inspiracion. No solamente Orígenes ( Em;eb. H. E. VI. 18 ), si que tambien
los Padres que gozan ele mayor autoriclad en la Iglesia, d eclaran que las dife-
rencias del lenguaje provienen del carácter ó circunstancias particulares de
cada escritor. Augustin. D e consens. Evang. II. 27. 28: Ut enim quisque merni-
nerat, et ut cuique corcli erat , vel brevius vel prolixius e::mclem tamen expli-
care sententiam, ita eos explicasse manifestnm est . .. non tam vei·borwn
quam reruin quaerendam vel amplectendam esse veritatem. IV. 66: N e pute-
mus, quasi consecratis sonis ita muniri veritatem, tanquam D eus nobis
quemaclmodum ipsmn rem, ita verba commendet. ,, Hieronym. Ep. ad Pam-
mach. L VII. 6 : Alii syllabas aucupentur, tu qnaere sententias . .. ; obtrectato-
res mei quaerant et intelligant, 11011 1:erba in Scripturis considerancla, sed
sensus. Id. praef. in J es.: D e J esaia sciendum, quod in sermone suo disertus
est, quippe ut YÍr nobilis et urlianae eloquentiae , nec habens quidquam in
eloquio rusticitatis admistum. Icl. praef. in J er.: Jeremias quidem sermone .. ,
videtur esse rusticior, sed sensibus par, qnippe qui eodem Spiritu propheta-
verit. Porro simplicitas eloquii a loco ei , in quo natns est, acciclit. Fuit enim
Anathotites , qui est usque hoclie vicnlus. Arnob. ( adv. nation. I. 58 ): tri-
vialis et sordidus sermo. En el primer período de la Edad Media, Agobardo
de Lyon opuso al abad Fredegiso segun el cual (turpe est credere, Spiri-
tum sanctum ... rusticitatem potius per eos quam nobilitatem uniuscujusque
linguae locutum esse), esta oportuna respuesta ( Opp. Par. p. 157 ) : Laus
divinae sapientiae in sacris mysteriis et in doctrina spiritus invenitur, non
in inventionibus verborum. Por cuya razon tambien Haberto ( in Theolog.
Prolegomena ) considera nuestra opinion como la sententia probabilior et

http://www.obrascatolicas.com
,, .- '.
:, ' . ~;,,.

248 PARTE SEGUNDA. LIBRO SEGUNDO. SECCIO!I SEGUNDA.

communior. Suarez declara, l. e. Sect. 3: Non v1detur necessarium, ... ut sem-


per dictentur verba hoc peculiari modo, sed ... satis videtur, quod Spiritus
illum ... custodiat ab omni errore et falsitate et ab omnibus verbis, quae
non expediunt ... permittendo ut scriptor sua diligentia utatur in scribendo,
con cuya declaracion está con'.orme Valencia, l. e. T. III. Disp. I. de fid. q. 1.
Para comprender aquellos pasajes de los Santos Padres que en apariencia
defienden la inspiracion textual es preciso atenerse al contexto y al objeto
de sus escritos, que en los pasajes mencionados no es otro que probar la im-
portancia de la misma expresi,m en la Sagrada Escritura, toda vez que mu-
chas cosas están inspiradas textualmente, y que no hay en ella nada inútil y
que no tenga una significacion profunda.
2. Pero tambien hay motivos internos en pro de la tésis que sustentamos.
" Todo idioma posee un carácter, un colorido especial que se llama genio de
la lengua, y éste únicamente puede comprenderle y dominarle aquel que se
halla en plena posesion del idioma pero en ningun caso es posible trasladar-
le con exactitud á otra lengua. Por consecuencia, si la Bíblia hubiera sido
inspirada textualmente por D:os , no podria adquirir perfecto conocimiento
de ella una gran parte de la humanidad. ,, Kaulen , Z. e. p. 48. Goldhagen
(Introduct. in Script. 5. p. 1 ). Ko obstante la Iglesia ha declarado que la
version de la Vulgata es auténtica, es decir, fiel, completa y exacta en la re-
produccion del Sagrado Texto. Así vemos que eu el Nuevo Testamento se
citan á menudo pasajes del Artiguo, unas veces reproduciendo la version de
los Setenta, otras en libre paritfrasis. Act. 2, 17; 15, 16. Hebr. 10, 37. La di-
versidad de estilo de cada uno de los escritores sagrados demuestra asimis-
mo la verdad de nuestra tésis, que se halla explícitamente confirmada por el
autor del libro II de los Macaheos 15, 39; cf. 2, 17: Si quidem bene et ut his-
toriae competit, hoc et ipse velim; sin autem minus digne, concedendum est
mihi. Lo mismo se lee en Luc. 1, 3. De esta manera se explican tambien las
aparentes contradicciones en que incurren los Evangelistas; así, para indicar
que el Seüor les mandó que en sus viajes evangélicos llevasen consigo los
ménos objetos posibles, San Mateo (10, 10) dice: "neque virgarn,,, y San
Márcos (6 , 8): "ne quid tollernnt, nisi virgam,,; la misma pequena diferencia
se observa en la exposicion de los preparativos para la Cena: San 11fateo, 26,
28; San Márcos, 14, 24; San Lúcas, 22, 20. I Cor. 11, 25, sobre lo cual hace
notar San Agustin (De consens. evang. II. 27. 28): N on tam verborum, sed
rerurn quaerendam vel arnplectendam esse veritatem, quando eos, qui non
eadern locutione utuntur, cum rebus sententiisque non discrepant, in eadem
veritate constitisse approbamu s. Y no sólo el carácter lingüístico y nacional,
sino tambien el personal, tiene su expresion en la Sagrada Escritura; esto es
precisamente lo poco que hay de humano en la obra divina del Sagrado Libro,
que por esa razon es más de Dios que del hombre; como que todo se halla
informado por el espíritu divino y se ha hecho para su servicio. Thom. Q.
disp. 9 - 12 de proph. 7 ad 5.
3. No queremos decir con .asto que en algunos no exista una verdadera

http://www.obrascatolicas.com
....
- ; :t~\~!~P1'Y. ~f'~
.··.~t:12~,;~:•f-'~· i:1!·~·~ '.,,. '"''~"'1i''!'1'~1~·: '.:~'â'. ",:·::"· /í';':I~~~[~
' ..!
"!
(,,
§ 28. CÁNON DE LA. SAGRADA. ESCRITURA.. 249
inspiracion literal, como sucede en citas textuales de la palabra de Dios co-
municada á los Profetas (Ex. 5, 1 ) , con el vocablo €a-rt en las pai abras sa-
cramentales y con los nombres de Dios y dei Mesias (Ex. 3, 14. Jes. 7, 14).
V. Si resumimos todos los momentos esenciales contenidos necesa-
riamente en la inspiracion, vemos que comprende:
a) Un impulso sobrenatural para redactar la obra en cuestion;
b) una iluminacion sobrenatural del entendimiento acompanada de
excitacion de la voluntad; e) efecto de lo cual el escritor sagrado escribe
aquello que el Espíritu Santo quiere y de la manera que quiere; de
suerte que, d) el autor del libro está exento de todo error.
1. Bellarm. l. e. I. 15: Respondeo, Deum quidem esse auctorem omnium
divinarum scripturarum, sed aliter adesse prophetis, aliter aliis, praesertim
historieis. N am prophetis revelabat futura, et simul assistebat, ne aliquid falsi
admiscerent in scribendo; aliis autem Scriptoribus Deus non semper revela-
bat ea, quae scripturi erant, sed excitabat, ut scriberent ea, quae vel viderant
vel audierant vel quorum recordabantur, et simul assistebat, ne falsi aliquid
scriberent; quae assistentia non faciebat, ne laborarent in cogitando vel
quaerendo, quid et quomodo scripturi essent. Perrone ( Loci theol. P. II.
n. 102, segun Marchini): Inspira tio dicenda est ea Spiritus sancti ad scri-
bendum impulsio, directio ac praesentia mentem animumque scriptoris guber-
nans, quae eum non sinit errare, efficitque ut scribat, quae velit Deus.
2. Si el texto de la Sagrada Escritura pudiese contener errores áun en
las cosas más insignificantes, se abriría de par en par la puerta á la duda res-
pecto del Libro Sagrado, ya que ni es posible fijar el limite de las cuestiones
principales y de las secundarias, ni la relacion que puede existir entre la cre-
dibi~idad de las unas y de las otras. Tampoco ha sido posible demostrar que
los escritores se hayan equivocado en la exposicion de cuestiones de órden
natural; por consecuencia, es muy justa la frase de San Agustin ( C. Faust.
I. 5): Ibi, si quid absurdum moverit, non licet dicere: auctor hujus libri
non tenuit veritatem; sed aut codex mendosus, aut interpres erravit, aut tu
non intelligis. Ya San Jerónimo hizo notar que los autores sagrados se ajus-
taron en la redaccion de sus escritos á las opiniones corrientes en su tiempo
(in Jerem. 28, 10): Multa in Scripturis sanctis dicuntur juxta opinionem
illius temporis. Cf. Thom. I. q. 69. a. 2: Moyses ea tantum proposuit, quae
in manifesto apparent. V éase Kaulen, l. e. p. 40.

§ 28. C..\NON DE LA SAGRADA ESCRITURA.

Vincenzi, Sessio IV. Cone. Trident. vindicata. Rom. 1842. Welte, Sobre la importan-
cia que tienen los libros deuterocanónicos en la Iglesia. Rev. trim. de Tubinga, 1839,
pág. 224 y sig.

I. Cánon es la lista de todos los escritos inspirados. Divídese en:


Cánon del Antiguo Testamento y Cânon del Nuevo.

http://www.obrascatolicas.com
250 PARTE SEGUNDA. LIBRO SEGUNDO. SECClON SEGUNDA.

Opuestos á los canónicos son lc•s libras apócrifos 'A<.óxpu'f'X ( i~~1 de los rabinos;
véase Buxtorf, Lex. i. h . 1.), es decir, aquellos libras que en un principio se mantuvie-
ron ocultos, á los que so aplica si:cundariamcntc el coucepto de h eréticos. D espues de
los libras :1.'.Xvo·-c~óp.s•,'.X, por consiguientc ánt es que los Êv~tcHlr1 Y.'X y iir.ÓY.pu<f'.X, están los
iwr;tvwaxóp.s'1'.X, libri ecclosiastici , que se leen en la I glesia, pero sin ocupar un lugar
tan preeminente corno los libros canónicos. Eusebio (H. E. III. 24) y Origenes (in
Joan. 4, 22), hacían otra clivisíon en é,:J.o),o·;(,0p.s•,'.X, :):.,-;,),qóvev'.X y v00'.X. Cf. Augustin.
Civ. Dei XVIII. 38.

II. La autoridacl infalible ele la Ig·lesia, fundada en la Tradicion


unanirne y constante, es lh que nos ela certeza acerca del carácte r ca-
nónico de un Libro Sagrac.o, lo mi smo que de su inspiracion.
1. Por el N uevo Testamento no es posible adquirir conocimiento del Cá-
11011 del Antiguo, puesto que no se halla en él una lista completa ele los libras

canónicos. El Cánon de los j udíos de Pn,lestina ó q ne usaban el idioma hebreo


( Joseph. c. Apion. I. 8 ), sólo comprende los libros redactados eu hebreo y
arameo, que son Yeiuticuatro; mién tras que los helenistas aiiaden á éstos los
llamados deuterocanónicos, ó sea Barucb , Tobias, Libra de la Sabiduría,
J esús Sirach (Eclesiástico 1, los dos Libros de los Macabeos y la parte de
Daniel y de Ester e~c rita en griego. Sín embargo, no puede asegurarse que
los judias de Palestina rechazasen absolutamente los libras denterocanónicos,
como tampoco esta demostrndo "q ue Ezras (II Maccab. 2, 13) haya cerrado el
Cánon,, ( Kahnis, l. e. III. p. 124 ), toda Yez que las antiguas listas de los
libros reconocidos por todm: lo s jmlíos ofrecen algunas diferencias, y en ellas
aparecen algunos de los cleuterocanónicos ( Hieronym. praef. in Judith, in
Tobiam, Junil. De partib. div. legis c. 3 ). De várias citas y alusiones que
ocurren en el Nuevo Testamento , se decluce que los Apóstoles reconocian la
legitimidad de estos libros (Luc. 1, 42 cf. Judith 13, 23. Luc. 6, 13 cf. Tob.
4, 16. I Cor. 10 , 9. 10 cf. Judith 8, 24 , 25. Apoc. 21, 18 cf. Tob. 13, 21. 22.
Rom. 1, 20 cf. Sap. 13, 1 sq. Rom. 13, 1. 2 cf. Sap. 6, 4. 5. Rom. 9, 21. Matth.
13, 4. 43 cf. Sap. 3, 7. I CJr. 6, 12 cf. Sap. 3, 8. Hebr. 11, 34 cf. I Mace. 2,
39. Jac. 1, 11 cf. Eccli. 14 , 18. Eph. 6, 17 cf. Sap. 5, rn. Hebr. 9, 5 cf. Sap.
4, 10. Hebr. 1 , 3 cf. Sap. í, 26. J oan. 14, 23 cf. Eccli. 2, 18. Luc. 12, 19 cf.
Eccli. 11, 18. I Tim. G, 9 cf. E ccli. 11, 10 cf. ( cf. Vincenzi l. e. I. 13 ). Josefo
hace notar que no todos r•,conodan la legitimidad de los libros deuterocanó-
nicos (e. Apion. I. 8): "õ~i -:o p:r, i's·1b-<Jz\ -:·r,·1-rw-, "fºr·r:-:w-, à.x2~~·;, Õ\".1..Õoy}1'1,,,
y que en su tiempo no estaba, aún cerrado el Cánon; sin embargo, él se funda
en la autoridad de varios escritos deuterocanónicos y los reconoce como sa-
grados. Aunque San Jerónimo ( Prolog. gal. ) , Melito de Sardes ( ap. Euseb.
H. E. IV. 36 ) y Origenes ( in Ps. 1 Com. Euseb. H. E. VI. 25) aceptan el
Cánon ele los juclíos de Palestina, declaran al propio tiempo que quieren dar
á conocer el de los juclíos hebraizantes: etl. <cetp:i -:E 'lo:.1oettm~ xetl ·r,p-"i:·, .-:s.-:\-
T-:s:.1v.b".I..\
l
Gs °i:cl'. ~'n~etL
j ,,
Pero admitidos los libras deuterocanónicos en la ver-
sion griega de los Setenta y latina Itálica, vemos que todos los Santos Padres
y escritores eclesiásticos de los tres primeros siglos citan con igual respeto
y con fines idénti cos los libros deuterocanónicos que los protocanónicos

http://www.obrascatolicas.com
§ 28. CÁNON DE LA SAGRADA ESCRITURA. 2õl
( Vinceuz. l. e. I . 70 sq.), muy particularmente San Clemente romano ( I Cor.
3, 27. 55), San Policarpo ( Ep. c. 10 ) , Bernabé ( Ep. c. 19 ) , Atenágoras
( Leg. c. 6), San Ireneo (l. e. IV. 5; V. 35), San Hipólito ( c. J ud. n. 9 ), San
Dionisio de Alejandría ( De mart. c. 2), Tertuliano ( Praescript. c. G) , Oríge-
nes, especialmente en su escrito á Africano (Opp. I. 12 ), E usebio, que si
bien tiene conocimiento de los veintidos libras admitidos por los judíos
( ol ~x 7tEp•.:-op.-f1ç), cita de igual manera los deuterocanónicos, l\íetodio ( Con-
viv. II. II. 3 ) , sin contar San Cipriano, San Ambrosio , San Hibrio y San
Optato de l\I., de lo que podemos convencemos con sólo echar una oj eada
sobre el índice de los textos bíblicos que citan. San Agustin admite el Cânon
tal cual fué despues reconocido y aprobado por el concilio de 'rrento ( totns
canon Scripturarum ). Por otra parte, las fórmulas: 'Íj voxc·ri ),~·12~, ç·r10"L,
' 1~ ' 1 '
Ei'.,o·r(":'Y.~, vs•/o::c·::-'.I.~
j 1 ~ j '
·d.:;; x. :-. ).. , demuestran que no solamente citaban los sa-
gradas textos como argumentos científicos ó históricos, sino tam bicn bajo el
punto de vista dogmático,
2. Cuando algunos Santos Padres, especialmente San Jerónimo (Prol. gal. ),
San Atanasio ( Ep. fest.), San Cirilo de J erusalen ( Catech. IV. 33 ) , San
Gregorio Nacianceno (Carro. L 1 ) y San Rufino ( Symb. e. 37, 38 ) desiguan
los libras protocanónicos con el nombre de X'Y.'1ov1.~op.sv'Y. , canonicae scripturae,
en oposici on á los O:n;'r.vwnop.Evcx, ecclesiastici libri, lo hacen únicamente
para dar á entender que los primeros eran admitidos y reconocidos por los
judíos de todas las escnelas sin excepcion , por cuya razon servían '' ad au-
ctoritatem fidei confirmandam,, ( Ruf. l. e. Hieron. l. e.), sin que hnbiese aún
pronunciado la I glcsia un fallo decisivo sobre el asunto; pero eso no es obs-
táculo para que citen asimismo pasajes de los libros deuterocanónicos. Las
primeras declaraciones sobre este particular son las de los concilios de Hipo-
na , e. 27 (a. 393 ) y de Cartago I V. c. 4 7 ( a. 397 ) y la de Inocencio á E xsu-
perio (a. 405 ap. Coust. Ep. 17. n. 7 ). De época algo posterior es el Decretum
Gelasii, del aiío 496, que se atribuye tambien al papa Honnisdas, en cuyo
caso corresponde su redaccion al aiío 514 ( véase H éfele, Hist. de los Cone.
II. 597 ). La Iglesia oriental y todas las sectas que se han separado de su
seno estan unanimes en admitir y reconocer los libras denterocanónicos. La
confesion luterana los une al Antiguo T estamento, pero como " libros apócri-
fos que, si bien no deben equipararse a la Sagrada E scritura , son , sin embar-
go, útiles y mereceu leerse,,, miéntras que los reformistas los han excluído
del Cánon. La controversia sostenida por los protestantes acerca de su impor-
tancia, véase en Reusch, l. e. p. 167.
3. De lo que hemos expuesto se desprende que la diferencia entre los li-
bros proto y cleuterocanónicos no es esencial, ni interna, ni afecta al conteni-
do, á la doctrina, sino puramente casual, externa é histórica. Sobre esta
·.. -~
diferencia casual dice Sixtus Senens. Bibl. Sanct. I. 1: Libri canonici primi
ordinis , quos protocanonicos appeJlere libet, sunt indubitatae fidei libri, h. e.
de quorum auctoritate nulla unquam in Ecclesia catholica fuit dubitatio ...
Canonici secundi ordinis , qui olim ecclesiastici vocabantur, et nunc a no bis

http://www.obrascatolicas.com
252 PARTE SEGUNDA. LIBRO SEGUNDO. SECCION SEGUNDA.

deuterocanonici dicuntur 7 illi sunt 7 de quibus ... inter Catholicos fuit ali-
quando sententia anceps.

III. Para hacer desaparecer toda duda la Iglesia ha declarado li-


bros canónicos del Antiguo Testamento todos los que se hallan en la
Vulgata, sin establecer diferencia alguna característica entre libros
proto y deuterocanónicos.
1. Cone. Trid. Sess. IV.: Sacrorum autem librorum indicem huic decreto adscri-
bendum censuit (ss. Synodus ), ne cui duhitatio suboriri possit, quinam sint, qui ab
ipsa Synodo suscipiantur. Sunt autem infrascripti :
Testamenti veteris quinquo Moysis, i. e. Genesis, Exodus , L eviticus, Numeri, Deu-
teronomium: Josuo , Judi cum, Ruth ; quatuor Regum ; duo Paralipomenon; Esdrae
primus et secundus, qui dicitur Nehemias; Tobias, Judith, Esther, Job, Psalterium
Davidicum centum quinquaginta Psalmorum, Parabolae, Ecclesiastes, Canticum
Canticorum, Sapientia, Ecclesi3.sticus, Isaías, Jeremias cum Baruch, Ezechiel, Daniel;
duodecim prophetae minores, :i. e. Osea, Joel, Amos, Abdias, Jonas, Michaeas, Nahum,
Habacuc, Sophonias, Aggaeus, Zacharias, Malachias; duo Machabaeorum, primus et
secundus.
2. Sixto de Sena (Bibl. s. I. 3 y VIII. ed. 1566) coloca todavia los ocho últimos ca-
pítulos de Ester entre los escritos apócrifos, error que se corrigi ó eu las ediciones
posteriores de su obra. Tambi m Lamy (App. Bibl. II. 5) afinna de los libros deutero-
0

canónicos que son "non ejusd ·~m auctoritatisn, opinion que sustenta asimismo Jahn
en su Introduccion á los libros del Antiguo Testamento, V. 5. Véase II. pár. 216 de
dicha obra. Pallavicini , por el contrario, sostiene que tal hipótesis carece de funda-
mento serio en que apoyarse (Storia del Cone. di Trento, VI. 11): El torcer punto, sus-
citado por Bertano y Serbando, fue que si se sirvieso el Concilio dividir los libros sa-
grados en dos clases, una destinada exclusivamente á la edificacion dei pueblo, sien-
do reconooidos y aceptados como bucnos únicamente en este sentido ... Otra que
tuviese por principal objeto e! mantenimiento de la doctrina. Pero semejante division,
aunque tenia en su favor algunos escritores y ahora la defendi ó Serbando en unes-
crito lleno de erudicion, ... ::io existiendo razon alguna en que apoyarla, no llegó
siquiera á fijar la atencion d.e los Padres, por lo cual tampoco nosotros hablaremos
más de ella. C. 14: No se creyó, pues, oportuno cambiar el decreto, ya que exigía mo-
tivos muy graves el establecimiento de un articulo sobre el que descansa toda la fe .
'fambien Sarpi (II. p. 157. 15!J) entiend e y expone el decreto en el sentido de que los
Padres de! Concilio atribuyE,r on igual valor canónico á todos los libros de la Sagrada
Escritura.
3. Stapleton hace notar muy oportunamente ( l. e. IX. p. 340): De tali auctoritate et
judicio Ecclesiae hie disputatur, ut illa est testis divina et certíssima custos et ma-
gistra totius veritatis. Ya S.an Agustin trató esta cuestion contra los maniqueos que
r echazaban algunos de los libros sagrados (c. Faust. XI. 2): Vides in hac re quid
Ecclesiae catholicae valeat :mctoritas, quac ab ipsis fundatissimis sedibus Apostolo-
rum usque ad hodiernum diem succedentium sibimet episcoporum serie et tot popu-
lorum consensione firmatur (C. Ep. Fund. Cap. 5): Si ergo inveneris aliquem, qui Evan-
gelio nondum credit, quid faceres dicenti tibi, non credo? Ego vero Evangelio non
crederem, nisi me catholicf,e E cclesiae commoveret auctoritas. Quibus ergo obtem-
peravi dicentibus, crede Evangelio. ln locum traditoris Christi quis successerit, in
actibus Apostolorum legimus; cui libro necesse est me credere, si credo Evangelio,
quoniam 1tlramrz11e Scripluram similite1· mihi catholic a commewlat auctoritas (C. Faust.
XIII. 5): Nostrorum porro Librorum auctoritas, tot gentium consensione, per suc-
cessiones Apostolorum, episcoporum , conciliorumque robbrata , vobis adversa est
(XXXIII.19): Cur non po1;ius evangelicae auctoritati, tam fundatae, tam stabilitae,

http://www.obrascatolicas.com
§ 28. CÁNON DE LA SAGRADA ESCRITURA. 253
tanta gloria diffamatae, atque ab Apostolorum temporibus usque ad nostra tempora
per successiones certissimas commendatae non te subdis? (c. 6.) De quo libra certum
erit, cujus sit, si literae quas Apostolorum dicit et tenet Ecclesia ab ipsis Apostolis
propagata et per omnes gentes tanta eminentia declarata utrum Apostolorum sint,
incertum est? (XXVIII. 3): Cui nos (librorum) censes fidem accommodare debere? Eine
queni illa Ecclesia ab ipso Christo inchoata et per Apostolas provecta certa successio-
num serie usque ad haec tempora, toto terrarum orbe dilatata, ab initio traditum
atque conservatum agnoscit atque approbat: an ei, quem eadem Ecclesia incognitum
reprobat! (XXX. 9): Quapropter ... breviter vos admoneo ... ut si auctoritatem Scri-
pturarum omnibus praeferendam sequi vultis , eam sequamini, quae ab ipsius prae-
sentiae Christi temporibus per dispensationes Apostolorum et certas ab eorum sedi-
bus successiones episcoporum usque ad haec tempora toto orbe terrarum custodita,
commendata, clarificata, pervenit. Y San Agustin desarrolla en estos pasajes un pen-
samiento enunciado ya por Tertuliano (Adv. Mare. IV. 5): Etsi Apocalypsin ejus
Marcion respuit, ordo tamen Episcoporum ad originem recensus in Joannem stabit
auctorem ... Eadem auctoritas Apostolicarum Ecclesiarum ceteris quoque patroci-
nabitur Evangeliis, quae proinde per illas et secundum illas habemus ... Ris fere
compendiis utimur, curn de Evangeliis adversus haereticos expedimur; defendenti-
bus et temporis ordinem posteritati falsariorum praescribentem et auctoritatem
Ecclesiarum traditioni Apostolorum patrocinantem. Cf. Iren. 1. e. IV. G3.

IV. Al finar el siglo segundo estaba ya determinado el Cánon de


los libros del Nuevo Testamento; con la única excepcion, á lo sumo,
de los que aún pone Eusebio en el número de los dudosos (h-:~Àsyóp.Evrl);
mas áun éstos se hallaban universalmente reconocidos cuando los con-
cílios de Hipona y de Cartago fijaron el Cánon aprobado mas tarde por
el concilio de Trento.
Cone. Trid. /.e.: Testamenti Novi: quatuor Evangelia, secnndum Matthaeum, l\Iar-
cum, Lucam et Joannem; actus Apostolorum a Luca Evangelista conscripti; quatuor-
decim Epistolae Pauli Apostoli, scl. ad Romanos, duae ad Corinthios, ad Gaiatas , ad
Ephesios, ad Philippenses, ad Colossenses, duae ad Thcssalonicenses, duae ad Timo-
theum, ad Titum, ad Philemonem, ad Hebraeos; Petri Apostoli duae; Joannis Apos-
toli tres; Jaeobi Apostoli una; Judae Apostoli una; et Apocalypsis Joannis Apostoli.

Eusebio ( III. 25) trato de exponer la opinion predominante en su tiempo,


sobre la cual no habia recaido aún el fallo de la Iglesia, y pone entre los
~p.oÀoyoúp.EWl todos los libros del Cánon tridentino, á excepcion de la Carta
de Santiago (II Petr., Jud., II y III Joan.), que coloca entre los 1b-:1.ÀEyop.Ew.1;.
Sobre el Apocalipsis- hace notar que alg1rnos le colocan entre los '10&~, otros
entre los dp.o),oyoúp.ev~ ( g-:zpo~ õE: 1:yxpLw;cr-~ -:o 'iç dp.o}oyo:.;p.svo~ç ). Miéntras que
la version Itálica del segundo siglo contiene ya completo el Cánon tridentino,
reconocido y usado tambien por Orígenes (Horn. VII. 1. in J os. ), la version
Peschito del mismo sigla excluye los libros Jud., II Petr., II y III Joan. y
el Apocalipsis; por el contrario, en el fragmento de Muratori só lo se echan
de ménos la Carta á los hebreos, las dos de San Pedro y la de Santiago. No
obstante, la aceptacion de los O:v·nÀEyop.Ev:x crecía de un ano para otro, excep-
to en cuanto al Apocalipsis, á cuya admision opuso resistencia la Iglesia de
Oriente, basta que los dos Sínodos mencionados fijaron el Cánon en la forma
que hoy tiene. Entre los ·Padres orientales rehusaron admitir el Apocalipsis:

http://www.obrascatolicas.com

ft
254 PARTE SEGUNDA. LIBRO SEGUNDO. SECCION SEGUNDA.

San Gregorio Nacianceno (Cai·m. XXIII) y San Cirilo de Jerusalen ( Catech.


IV. 20 ); por el contrario, reconocen su canonicidad: San Atanasio (Ep. fest.
39) y San Epifanio (Haer. 76.) La razon de no reconocer algunos la canonici-
dad de la Carta á los hebreos era el abuso que de ella se hacía para fom entar
la herej ía de los montanistas y novaciano::; ( Hebr. 6, 4. 5. cf. Epiphan. Haer.
LIX. 2. Hieronym. c. J ovin. II. 3. Theodor. i. h. 1. Tertull. De pudic. c. 20.
Euseb. H. E. VI. 20 ). P or reparos dogmáticos se opusieron algunos á reconc-
cer el Apocalipsis, como San Dionísio Al ejandrino contra ol giliasta Kepote
( Euseb. H. E. VII. 24 ); ma:; tanto la Carta á los hebreos como el Apocalip-
sis gozaron de general aceptacion en los primeros tiempos de la Iglesi a , se-
gun lo ha demostrado San Jerónimo ( ad Dardan. Ep. CXXIX. 3 ) : Quodsi
eam ( la Carta á los hebreos ), Latinorum consuetudo non r ecipit inter Scri-
pturas canonicas nec Graecorum qnidem ecclesiae apocalypsin J oannis eadem
libertate suscipiunt, et tmnen nos utramque suscipimus, nequaquam hujus tem-
poris consuetnc1inem, sed vEterum scriptorum auctoritatem sequentes.
La Reforma se adhirió .:. la Tradicion de la Iglesia cat ólica, por m as que Lutero
opu so r eparos à la aumision ue la Cart a á l os h ebreos, la de Santi ago y e1 A1iocalipsis,
no tanto por motivos históricofl como por raz ones d ogmáticas; a sí. llama á la primera
(l'rol. al XueYo T es tament o, Ví24), por la supuesta contradiccion entre los pasajes 6,
4 y s ig .; 12. li' y sig., la Carta de Santi ago y la do ctrina d e San Pablo relativa à la
justificacion " mm curta vcrdaderument e de paj a", es decir, sin fündamonto: y en su
Prólo go d ei Apocalipsis dice: "Mi espíritu n o pucde nmolda r se á este libro." Por esta
causa pretencl en algunos prot3stante s mo derno s que deben considerurso estos libros
como d eu toro canónicos. ( Philippi , 7. e. I. p. 118 y sig.; Kahnis , 1. e. I. p. i>±5 y sig.
661 y s ig. )

§ 29. LA EXPLICACIOX DE LA SAGRADA ESCRITUUA.

( Exégesis bíblica. )
Stapleton, /. e. J,ib. IX. P:ttrizi, D e interpretutione Scripturarnm sa crarnm Libri
duo. R om. l SH. R eithmayr, Manua l d e h erm enéuti ca, 1874.

I. Así como el mag i:;terio ele la Iglesia nos suministra certeza infa-
lible de que la Sagrada Escritura es la palabra de Dios , de la misma
manera es el úni co r1u e tiene autoridacl para darnos á conocer los dog-
mas que allí se hallan eontenidos. De aquí se decluce el derecho que
asiste á la Iglesia para resolver infalilile y antoritutivarnente acerca
del sentido del Sagrado Texto y obligar á los fi eles á acatar sus deci-
siones.
1. Cone. Trid. /. r.: Ad co1ircen d u p etulantia ingenia dec0rnit (S. fiyn odus). ut nemo
suae prudentin,o innixus in ;:ebus fidei et mor um, n,d aedificati onem doctrinae chris-
tianae pertine ntium , sa cram Scripturam a d suos sensus d etorquens; contra eurn se n-
s urn, quem tenuit ac tenet sar.cta maler .Ecclesia, cuJus estjwlica re rle vera scns u et inte1·-
p1·etatione Scripturanini sar.ctarum , aut etiam contra unanimem consensum Patru m
ipsam Scripturam sacram intorpretari audeat: etiamsi hujusm od i interpretatione~
nullo unquam tempore in lucem edendae forent. Cone. Vatic. /. r.: Quoniam vero,
qua e Sancta Tridentina Synodus de interpretatione divinae Scripturue ad coercenda

http://www.obrascatolicas.com
§ 29. DE LA EXPLICACION DE LA SAGRADA ESCRITURA. 255
petulantia ingenia salubriter decrevit a quibusdam hominibus prave exponuntur,
Nos , idem decr etum renovantes , hanc illius mentem esse declaramus, ut in rebus
.fidei et mo1·um ad cwlificationem fi'lei Christianae pertinentium, is pro vero sensu sa-
crae Scripturae habendus sit, quem tenuit ac tenet sancta mater E cclesia, cujus est
judicare de vero sen su et interpretatioue Scripturarum sanctarum; atque ideo n emini
licere contra hunc sensum, aut etiam contra unanimem consensum Patrum ipsam
Scripturam sacram interpretari.

Siguese de esto: a ) Que, en cuestiones r elativas á la fe y á las buenas


costumbres, la Iglesia es la que declara el verdadero sentido de la Sagrada
E scritura. b ) L a explicacion que da la I glesia del sentido de la Escritura,
segun está expresado tambien, independientemente de dicha explícita decla-
racion, en el unanimis consensus Patrum, es la r egla y norma á que deben
ajustar los fieles la inteligencia de la Escritura Sagrada. Algunos considera-
ban ántes este Decreto como de car áct er meramente disciplinal, y, dándole un
sentido puramente negativo, contrario á la declaracion positiva de la Profess.
fid. Trid., sostenian que bastaha á los fieles, al cxponer la Sagrada Bíblia,
no negar un dogma de la Iglesia , sin estar obligados á admitir la exposicion
de la misma ( Jalm, l. e.), distincion arbitraria que contradice abiertamente
la decision del concilio del Vaticano y ha dejado, por consecuencia, ele ser
una opinion libre : Prof. Fidei Cathol. a Pio IV. ed.: Sacram Scripturamjuxta
eum sensum, quem tenuit et tenet sancta ma ter Ecclesia, cujus est juclicare
de vero sensu et interpretatione SS. Scripturarnm, admitto; nec eam unquam
nisi juxta unanimem consensum Patrnm accipiam et interpretabor. D esde el
momento que dicho Decreto ha entrado á formar p arte de la profesion de fe
catolica, no cabe atribuirle un sentido puramente disciplinai, maxime cuando
el mismo concilio de Trento no le incluyo entre los decretos reformistas, y
cuando, por otra parte, su significacion dogm[ttica está bien determinada
por su r elacion íntima con la doctrina revelada. e) La decision dei Concilio
Tridentino sólo versa sobre asuntos relativos á la fe y á las costumbres ( in
rebus fidei et morum, in rebus ad aedificationem doctrinae christianae perti-
nentium), no sobre cuestiones que se refieren al t erreno puramente cientifico,
á las cuales consagró tambien esp ecialísimo cuidado el Concilio, establecien-
do cátedras de exégesis bíblica. ( Sess. Y. D e R eform. Decr. e. 1. )
2. Stapleton, 1. e. X. praef.: Obsen·andum est, a gi hi c de interpretatione Scriptu-
rarum non quacunque, sed de ea , quae ad fidem vel ingener andam vel conservandam
necessario p ertinet. Etenim illa Scripturarum expositio, q uae vel ad exhortandum et
formandum in m clius m ore s vel ad subtilia investigan da ( de quibus salva fidei reg u-
la aliter sentire licet) adhibetur, hoc in lo co in quaestionem non vocatur. Rursum
agitur de illa interpretatione etiam eorum, quae sunt fidei, non qua fidem ipsam
quam firmiter jam quis habet, legendo et exponendo sibi soli nutriat atque confirmet,
sed qua aut fidem de novo inquirimus aut etiam jam accoptam alios docero contendi-
mus. Denique de hujusmodi omnino interpretatione Scripturarum hic disputatur,
quae adhibitá auctoritatem habet, et quae pro certo et germano Scripturae sen su
necessario tenenda est.

II. Este derecho inmanente al magisterio de la Iglesia es, ante


todo, una consecuencia inmediata y necesaria de su mision y de las '

http://www.obrascatolicas.com
256 PARTE SEGUNDA. LIBRO SEGUNDO, SECCION SEGUNDA.

prerrogativas con que la dotó su divino Fundador. Porque habiéndose


encomendado á su custodia el depósito de la fe, cuya fuente divina está,
adernás de la Tradicion, en la Sagrada Escritura; habiendo recibido el
encargo de anunciar el Eva;1gelio á todos los pueblos y de conservarle
intacto, hasta la consumacion de los siglos, mediante el don de infali-
bilidad que posee, sígu~se evidentemente que nadie más que la Iglesia,
por su magisterio, es capaz de dar la interpretacion auténtica de la Sa-
grada Escritura en todas las cuestiones que hacen relacion á la fe. Se
halla confirmada esta tésis por el proceder constante de la misrna Igle-
sia al explicar los textos sagrados , contra la opinion de los herejes que
han dado falsas interpretaciones.
Augustin. in Joan. Tract. XVIII. 1 : Neque natae sunt haereses, . . . ms1
dum scripturae bonae intelligantur non bene , et quod in eis non bene intelli-
gitur, etiam temere et audacter asseritur. Itaque carissimi ... hanc tenentes
regulam sanitatis, ut quod secundmn (idem, qua im buti sumus, intelligere va-
:_,: luerimus, tanquam de cibo gaudeamus. Yincent. Lir. l. e. 1. 2: Propter diffi-
cultates et vanas, quibus Scripturae dicantur, interpretationes multum necesse
est ... ut propheticae et apostolicae interpretationis linea secundwn ecclesia-
stü:i et catholici sensus normam dirigatur.

III. Siendo un derecho inrnanente al magisterio de la Iglesia el


dar la interpretacion auténtica ele la Sagrada Escritura en todos los
asuntos relativos á la fe y á las costumbres, síguese que los fi eles tie-
nen el deber de reconocer la interpretacion dada por la Iglesia, como la
única que contiene el verdadero sentido del Sagrado Texto.

Iren. l. e. III. 4: Oportet , quae sunt Ecclesiae, cum sumrna diligentia di-
ligere et apprehenderc veritatis trac1itionern. Quid enim ! Et si de aliqua mo-
dica quaestione c1isceptatio es3et, nonne oporteret ordinern sequi traditionis,
quam tradiderunt iis quibus c:>mmiserunt Ecclesias? IV. 26: Ubi igitur cha~
rismata Domini posita sunt, ::bi discere oportet veritatem, apud quos est ea,
quae est ab Apostolis Ecclesiae successio ... Hi enim et fidem nostram cus-
todiunt, ... et Scripturas sine periculo exponunt. V ease muy particularmente
á San Clemente Alej andrino 1:Strom. VI. VII ); los herej es que no se hallan
en posesion del X(J.'IWV -:'f1ç ;;b-:EluÇ, carecen de la verdadera llave para pene-
trar en el sentido de la Sagrada Biblia, al que tampoco pueden llegar por las
puertas de la Tradicion, que ellos mismos se han tapiado; miéntras que el
verdadero gnóstico, que ha envejecido en la lectura c1el Sagrado Libro,
"EXxf:r,'J'~(J.'J'":~X·ri'I atii~w·1 opOo-:op.t(J.'/ -:wv 6oyp.:X-:wv,, (VII. 16 ). De la misma
manera se expresa Orígenes : Princ. IV. 9): xavw·1 -rr,ç 'lr1aov Xp~a'tov xa'tà.
tNJ.Oof,;'r,v -:w·1 A;;o'J'-:Ó),w·1 out-1.v~o'.J $x:Ú:r,'J'L(J.ç ( In Ps. XXXVI. Horn. IV. 1):
Curo ( haeretici) Scripturas carnaliter, non spiritualiter intelligant, decli-
nant in sinistram. Si vero spiritualiter intelligant, in ipso autern spirituali

http://www.obrascatolicas.com
e
§ 29. '
DE LA EXPLICACION DE LA SAGRADA ESCRITURA. 257
intellectu Apostolicam non teneant regulam veritatis, decidunt nihilominus et
ipsi ad dexteram diabolo ( ut ita dixerim) gressus eorum non dirigente, sed
detorquendo a via recta. Tertull. De Praescr. e. 19: Ubi enim apparuerit esse
veritatem disciplinae et fidei christianae, illic erit veritas Scripturarum et
expositionum et omnium traditionum christianarum. Id. De Praescr. c. 14:
Fides, inquit ( Christus ), tua salvum te fecit, non exercita tio scripturarum.
Fides in regula posita est; habet legem et salutem de observatione legis, exer-
citatio autem in curiositate consistit, habens gloriam solam de peritiae studio.
IV. Lo mismo que en las ex:plicaciones y declaraciones expresas del
magisterio eclesiástico, se manifiesta el juicio de la Iglesia, sobre la
significacion dogmática del Texto Sagrado, en la exposicion unánime
de los Santos Padres.
1. Si consideramos á los Santos Padres como Obispos y sucesores de los
Apóstoles , su conformidad en la exposicion de la Santa Bíblia tiene toda
la fuerza de una declaracion unánime hecha por los guardianes y jueces
de la fe de la Iglesia, que concuerda con la misma fe, tal como existia en su
tiempo; si les consideramos como simples testigos y maestros de la doctri-
na de la Iglesia , su extraordinaria conformidad constituye un testimonio
irrefutable en favor de las enseiianzas trasmitidas por la Tradicion; de suerte
que en uno y otro caso deben los fieles seguir su unánime interpretacion
como norma para la inteligencia dei Sagrado Texto.
2. Por Padres de la Iglesia , en el genuíno sentido de la palabra, se en-
tiende aquellos varones eminentes por su sabiduría y santidad que han coo-
perado, con su palabra ó con sus escritos, á la propagacion y confirmacion de
la doctrina de la Iglesia eu los primeros siglos, fortaleciendo á los demás
en la fe y mostrándoles los medios de ajustar mejor á la misma los actos de
la vida, y cuya autoridad ha sido reconocida, tácita ó expresamente, por la
misma Iglesia. San Gregorio el Magno es el último de los Padres latinos, y
San Juan Da masceno lo es de los griegos. Aquellos que además se han seiia-
lado de un modo especial por su saber , se llaman doctores de la Iglesia.
Ya se deja sentir sn autoridad en el concilio de Nicea, que, fundado en sus
enseiianzas, llama al hij o dp.ooÚ7•.ov •ii"> -r::t.•pt, aunque esta expresion no ocurre
en la Sagrada E,;critura ( Athanas. ad Afr. n. 6 ). El sínodo de Constantinopla
apela al testimonio de los P adres contra los macedonios ( Socrat. et Sozom ..
H. E. ad a. 381 ) , y el de Efeso pide que se presenten los testimonios de laS-,
Santos P adres ( Mans. IV. 1183 sq.), que considera como decisivos. El síno-
do de Calcedonia ( Mans. VI. 654, D71 ) declara que cree lo que han creido
los Santos Padres, é igual cleclaracion hacen el segundo y tercero de Cons-
tantinopla ( Mans. IX. 201 sq. XI. 632. G36), con lo cual está conforme el
concilio de Trento, que considera el unanimis consensus Patrum como genui-
na expresion de la doctrina de la Iglesia ( Sess. V. praef. VI. Cap. 11. XIV.
8 ). Así dice refiriéndose á ellos San Agustin ( C. Jul. II. 34): Quod invene-
runt in Ecclesia, tenuerunt; quod didicerunt, docuerunt ,: quod a Patribus
acceperunt, tradiderunt. Talibus post Apostolos plantatoribus , rigatoribus,
TOMO 11 17

http://www.obrascatolicas.com
258 PARTE SEGUNDA. LlBRO SEGUNDO. SECCION SEGUNDA.

aedificatoribus, pastoribus crevit etc. Qui vero ab unanimi Patrum consensu


discedit, ab universa Eccle;;ia recedit ib. n. 37. Véase Melch. Canus l. e. L .
VII. Natal. Alex. H. E. saE>c. II. di s. 16. Kilber, l. e. n. 207. Perrone , Loc.
theol. P. I. Lect. II. §. 6.
3. Veamos de qué manera explica San Vicente ele Lerin la expresion
"unanimis consensus,, (l. e. 39 ) : Quidquid vel omnes vel plures uno eodem
sensu manifeste, frequenter, perseveranter vel quodam consentiente sibi magi-
strorum consílio accipiendo, tenendo, tradendo firmaverint, id pro indubita-
to, certo rat oque habeatur. Aun con más precision se expresa Duperron
( Respons. ad R eg. Brit.): Tunc unanimi s concensns P atrum cumulate pro-
batus aestimari debet, curo singularum nationum eminentissimi in alicujus
rei assertione conveniunt, ita ut inter illos nemo, qui sem per orthodoxus
semperque orthodoxis adhaesit, dissentiat.

Pallavicini, por el contrario, dice lo siguiente (7. e. VI. 18): "Es preciso determinar
cuándo los Santos Padres exponen el sentido de la Sagr ada Escritura como cosa
cierta; porque áun estando acordes entre si respecto do la interpretacion de un pasaje
de la misma , si la exponen enforma de opinion es ev idente que daná entenderá los
demás, con su propio cj emplo, que puede discutir se y áun ponerse en d uda tal inter-
pretacion; por consigniente, cbraría, sí , con t emeridad el que , sin a ducir nu evas y
graves razones , sostuviese la <•pinion contraria, mas no seria por eso, en manera al-
g una , h erej e. ~

4. Ej emplos de explicacion auténtica de la Escritura dada por la I glesia


nos ofrecen Innoc. I Ep. 6. ad E xsuper. ( Jacob. 5, 14); Cone. :M:ilev. Can. II.
( Rom. 5, 12 ), y especialmente Cone. Trid. Can. II. D e Baptim. J _!)an. 3, 5;
Can. Ill. De Poenit. J oan. :!o, 23. Can. I . IV. De extr. unct. Jacob. l. e. De
sacrif. Miss. Can. II. Matth. Luc. 22, 19. Decr. De pecc. orig. Rom. 5 , 12.
Gal. 3 , 27. Ya P allavicini hi.zo notar (l. e. VI. 18) que la decision del conci-
li o Tridentino se funda en l:L esencia misma del magist.erio de la I glesia, por
cuya r azon no puede atribuín;ela caracter puramente disciplinar, ni ser con-
siderada como una inn ovacion: " El Concilio no prescribió ni determinó con
leyes nuevas la manera de entender la palabra de Di os, sino que declaro
ilicito y herético lo que ya lo era por su naturaleza, y como tal lo habían te-
nido y declarado los Santos P adres, lo,,; P ontífices y los Concílios.,,
.> 5. Segun el sentir nnáni:ne de los teólogos, sólo es admisible y digna de
. : ~édito la explicacion de un pasaj e de la Sagrada Escritura cu ando tiene en
sn favor el testimonio expre<:o del magisterio de la I glesia ( depositivum arres-
ti seu contenti in capite aut canone), lo cual no debe entenderse de aquellos
pasajes citados tan sólo de paso ó como a.r gmnentos de una demostracion por
dicho magisterio ( V eronius Reg. fid. § 4. n. 5. l\Ielch. Canus l. e. V. 5 ). Pero
esto sólo tiene aplicacion cu:mdo la interpretacion que se ha dado, indepen-
dientemente de los cánones , no es el fundamento de la misma decision dog-
mática ; porque en este último caso queda explicado auténticamente el Sa-
grado Texto, á lo ménos implicite, y la demostracion ( motivum arresti) per-
tenece tambien al tesoro de la fe, toda vez que, no siendo así, el objeto de la
decision no se ajustada á los princípios de la lógica.

http://www.obrascatolicas.com
§ 29. DE LA EXPLlCACION DE LA SAGRADA ESCRITURA. 259

V. De lo que hemos expuesto se desprende que la crítica y herme-


néutica de la Sagrada Escritura, fundadas en argumentos científicos,
como en general toda ciencia que teng·a por objeto ayudar al recto
conocimiento de la verdad revelada, no puede obrar con tal libertad é
independencia que llegue á desconocer la analogfa de la fe católica,
la autoridad de los Santos Padres y la del magisterio eclesiástico.
Cone. Vatic. De fid. cath. Cap. 3: E cclesia, quae una cum apostolico mu-
nere docendi mandatum accepit fidei depositum custodiendi, jus etiam et
officium divinitus habet falsi nominis scientiam proscribendi, ne quis deci-
piatur per philosophiam et inanem fallaciam ( Col. 2, 8 ). Quapropter omnes
christiani fideles huju~modi opiniones, quae fidei doctrinae contrariae esse
cognoscuntur, maxime si ab E cclesia reprobatae fuerint, non solum prohiben-
tur tanquam legitimas scientiae conclusiones defendere, sed pro erroribus
potius, qui fallacem veritatis speciem prae se ferant, habere tenentur omnino.
Cf. Cap. IV. Can. 3. San Agustin llama la analogía de la fe "regulam fidei,
quam de Scripturarum planioribus locis et Ecclesia auctoritate percepit,,
( Doctr. chr. III. 1 ). El mismo nos presenta ej emplos de esta exposicion del
Sagrado Texto segun la analogía de la fe ( De Bapt. II. 4) : Nec nos ipsi tale
aliquid (la validez del bautismo de los herejes) auderemus asserere, nisi
universae E cclesiae auctoritate firmati. ( Gen. ad lit. I. 21): Cum divinos
libros legimus, in tanta multitudine verorum intellectuum, qui de paneis
verbis eruuntur et sanitate catholicae fidei muniuntur, id potissimum deliga-
mus, quod certum apparuerit eum sensisse, quem legimus; si autem hoc
latet, id certe quod circumstantia Scripturae non impedit et cum sana :fide
concordat; si autem et Scripturae circumstantia pertractari ac discuti non
potest, saltem id solum, quod fide s sana praescribit. Aliud est enim, quid
potissimum scriptor senserit, non dignoscere; aliud autem a regula pietatis
errare. ( Civ. D ei XI. 33): Etsi voluntatem auctoris hujus libri indagare ne-
quivimus, a regula tamen fidei non aberravimus. ( Tract. XVIII. 5. in Joan.):
Ad hanc regulam sanam Catholicam, quam praecipue nosse debetis, ... diri-
gamus ea, quae intelligimus, et quae forte 11011 intelligimus dirige11da ad
hanc regulam, quandoque differamus, cum ido11ei fuerimus. Cf. l. e. VII. 2,
9. De doctr. christ. III. 3. Civ. Dei. XIX. 9. Véanse más detalles en Staple-
ton, l. e. XI. 3 - 5.
VI. Este deber y este derecho, inmanentes al magisterio de la Igle-
sia, de dar la exposicion autentica de la Biblia, son de tal naturaleza
que necesariamente favoreceu el progreso científico de la exégesis bí-
blica, ya que la preservan de toda interpretacion errónea, y, dirigién-
dola con la luminosa antorcha de la fe, hacen más copiosos y durade-
ros sus resultados.
Estando contenidos en esta tésis y en la anterior los principios á que debe ajustarse
la r elacion práctica entre la ciencia y la fe , dejamos su demostracion para más tarde.
Cone. Vatic. I. e.: Neque solum fides et ratio inter se dissidere nunquam possunt, sed

http://www.obrascatolicas.com
$

260 PARTE SEGUNDA. LIBRO SEGUNDO. SECCION SEGUNDA.

opero sibi mutuam ferunt, cum recta ratio fidei fundamenta demonstr et ejusque lu-
mine illustrata rerum divinarum scientiam excolat ; fidem vero rationem ab erroribus
liberet ac tueatur eamque multiplici cognitione instruat. Quapropter tantum abest ,
ut Ecclesia humanarum artium et dis<•iplinarum culturae ob sistat, u t hanc multis
modis juvet atquc promoveat. Non enim cornrnoda ab eis ad h ominum vitam dima-
nantia aut ig norat aut. despicit , fatetur irnmo, eas, quemadmodum a D eo, scientia-
rum Domino , profectae sunt, ita, si r ite pcrtractentur , ad Deum , juvante ejus gratia,
p crducere. Nec sane ipsa vetat, no hujusmodi dis ciplinae in su o quaeque ambitu
propriis utantur principiis et propria m cthodo; se djustam hanc lib erta tom agnoscens,
id sedulo cavet , ne divinae doct;rirnie r epugnando errores in se su scipiant , aut fines
proprios transg r essac, ca, qnae sunt fidei, occupent et perturbent.
Cf. Cone. Trident. Sess. V. Decr. de Reform. e. 1: Ne coelestis ille SS. Libroruin
thesaurus, quem Spiritus sanctus summa liberalit ate hominibus tradidit, neglectus
jaccat ( statuit S. Synodus) , ut constituerentur ubique locorum. qui idonei essent ad
S. Scripturae expositionem et interprctationern populo faci endam, et i n gymnasiis
cathedrae de Scriptura S. erigerentur.

§ 30. AUTENTICIDAD DE LA Vl:L GATA.

Branca , De vulgat. lat. editionis auctoritate. l\íedio!. 1791. S. Mariana, Pro editione
vulgat. Colon. lfiü\). Brunati, De no mine, anctore, em endatoril:rns ct auth entia vulgat.
Vindob. 1827. Martianay, Prolog. in 8. Hieronym. Div. Biblioth. Yercellone , Disserta-
zioni accademich e. Rom. 1864. Id. Ya riae L ectionis Vulg. I. R om. 1860. K aulen, 1. e.
donde se hallarán copiosos da·;os bibliográficos.

I. Teniendo el magi~;teri o de la Ig·le:<ia el derecho inrnanente de


fijar el Cánon de los Likos SagTados y de dar la interpretacion autén-
tica de los mismos, síguese que la corresponde igualmente el derecho
de aprobar y autorizar una traduccion para d uso comun de los fieles
con el carácter de autén tica , puesto que toda ;-er:<Üm es la forma pri-
mitiva y más inmediata de la interpretacion: tal es la version latina
que se usa exdusi vame:1te en la Ig-le,:;ia católico - romana, la cual no
admite más Libros Sagrados 11ue los que aip1élla contiene.

1. Al formarse las primeras comunidades cristianas en los países en que


se hablaba la lengua latina, Africa, Italia, Espafia y las Galias, se d<;jó sen-
tir muy lnég o la necesida:l de una version latina de la Iliblia, tanto para los
" ' '7 usos litúrgicos, como par:1 la edificacion de los fieles, y en t iempo de Tertu-

~
liano había ya una que comprendía todos los Libros Sagrad os. San Ag ustin
cita asimismo diferentes version e,; hechas en los primeros siglos de la I g lesia
( Doctr. christ. II. 11 ) : Ut enim cuique in manus venit ( primis fid ei tempo-
ribus ) codex graecus . . . ausns est interpretari. }~n tre todas da la preferen-
cia á 1a llamada Itálica , porque "et verborum tenacior curn p erspicuitate
sententiae,, (l. e. II. 15 ), refiriéndose ú una traduccion procedente de Italia,
donde gozaba d e general aceptacion y qae se conocia tambien con el n ombre
de vetus, antiqua ( Hie:~onym. Ep. 48 ad P ammach. ), usitata ( Ep. 57 ad
eund.), vulgata ( Ep. lOG ad Sun. et Fret. ). Mucho ménos probable es la opi-
nion de los que sostienen que no existía más traduccion que la de San J e-
rónimo, que con el trascurso del tiempo sufrió diferentes modificaciones.

http://www.obrascatolicas.com
§ 30. AUTENTICIDAD DE LA VULGATA. 261
Kaulen, l. e. 119. Otros pretenden que la antigua version latina se hizo en
Africa. Vease Aberle, l. e. p. 302.
2. Por disposicion del papa San Dámaso llevó á cabo San Jerónimo una completa.
revision de la t raduccion itálica. El santo doctor sometió primeramente á un deteni-
do exámen la version latina del Antiguo Testamento, á excepcion de los libros deu-
terocanónicos, tomando por punto de partida el texto hexaplo de los Setenta; pero m ás
tarde tradujo él mismo del h ebreo y del caldeo todos los libros protocanónicos, jun-
tamente con Tobias y Judith; version que con el nombre de Vulgat a gozaba ya de
general aceptacion en el siglo VII, h abiéndose inclui do en ella el Salterio de la Itálica,
nuevamente r evisado, y los libros deuterocanóni cos. Para el :N"uevo Testamento acep-
tó San Jerónimo l a misma version Itálica, despues de introducir en ella algunas en-
miendas: "graecorum codicum collatione, sed v ete rum" (Hieronym. Praef. in Ev.).
Posteriormente revisaron de nuevo el texto , con presen cia de los mcjores manuscri-
tos: Alcuino enol siglo IX , L anfran co de Cantorbery en el xr, el cardenal Nicolao y
Estéban, abad de Citeaux, en el x1r. A pesar de las " Correct orías" ó adiciones de la
Vulgata que publicaron acompaüadas de un aparato critico, la Facultad teológica de
Paris en 1230 , y la Órden de l o~ Dominicos en el mismo afro, ofrecía. notables varian-
tes el texto de la Vulgata a] venfie;arse el descubrimiento de la imprcnta, cuyo nú-
mero aumentó cem la apari cion ele la R eforma ele Lutero, por la pctulancia con que
los herejes introd ucian enmicndas que pretendian fundar eu los t extos origina-
les , cuya tendcncia t rataron de contrnrrestar los editores de la Biblia complutense
de 1517, Rob. :Estéban eu 1540 y Juan Benedicto cn 1541, coleccionando de nuevo los
manuscritos para restaurar el verdad ero texto. Kaulen, l. e. p. 315.
3. P ara evitar los inconvenientes de la falta de una version autentica, la
Iglesia misma puso término á esta confusion. Despues de un maduro exámen
publicáronse los decretos de la Sess. IV. Cone. Trident., el primero de los
cuales ordena que se conserven los libros canónicos "prout in Ecclesia catho-
lica legi consueverunt , et in vcteri vulgata latina editione habentur ,,, mien-
tras que el segundo, ya indirectamente contenido en el primero, declara
autentica la misma traduccion, ordenando que no se haga uso de otra en los
actos públicos. Insuper eadem sacra Synodus considerans, non parum utilí-
tatis accedere posse Ecclesiae Dei, si ex omnibus latinis editionibus, quae
circumferuntnr, SS. Librorum , quaenam pro authentica sit habenda, innotes-
cat, statuit et declarat, ut haec íp sa Yetus et vulgata editio , quae longo tot
.,. saeculorum nsu in ipsa Ecclesia pro bata est , in publícis lectionibus , disputa-
tionibus, praedicationibus et expositionibus pro authentica habeatur, et nemo
illam rejicere quovis praetextu amleat vel praesumat. Siendo la conformidad
de la version V ui gata con el texto original del divino libro , que es fuente del
Credo cristiano, asnnto de la más alta importancia dogmática , siguese que
este segundo decreto tiene el mismo caracter prcceptivo. V éase Kilber, l. e.
n. 26. Sostiene la opinion contraria K aulen , l. e. p. 387.

II. Si examinamos más de cerca la importancia y el sentido de este


decreto, obtendremos el signiente resultado:
a ) °Que no contiene un simple juicio acerca del valor de los primiti-
vos textos y de las ediciones ú la sazon admitidas, sino que únicamente
se refiere á la eleccion que se hace de la Vulgata entre todas las edi-
ciones latinas de la Bíblia. b ) Que no atribuye á dicha version una

http://www.obrascatolicas.com
262 PARTE SEGUNDA. LlllRO SEGUNDO. SECC10N SEGUNDA.

conformidad absoluta con lof. textos originales, sino solamente una


conformidad relativa; es decir, en todo aquello que se refiere á la sus-
tancia y á todo cuanto es ese11cial en la Sagrada Escritura, como son
todos los puntos relativos á la. fe y á las costurnbres; de lo cual se in-
fiere: e) Que por este decreto se designa formalmente la Vulgata como
fuente verdadera de la ReYelacion, despues de habcrla usado como tal
el magisterio de la Iglesia en d trascurso de rnuchos sig·los. d) Que el
decreto no afirma que carezca de ciertos defectos no esenciales y, por
consecuencia, supone que es susceptiblc de perfeccionamiento en esos
detalles que no afectau á la esencia de la obra.
1. El vocablo A~fJsv-;;b. = auctoritas, expresa independencia, autoridad
suprema, y av6s•;-;;•.xo.; significa lc:gal, cosa que merece fe. Los juristas llaman
authentica los documentos origirales ( Paul. Dig. L. XXII Tit. 4. 1. 2); y
cuando no es posible presentar éstos , se rcconoce como autént'ica la copia
bajo las condiciones que la ley prescribe. Aplicando este concepto á la Sa-
grada Escritura, resulta que es liber authcnticus un escrito verdaderamente
inspirado, en oposicion á los apé·crifos, y en el lenguajc eclesiástico se desig-
na como tal la coleccion bíblica redactada cn el idioma eclesiástico; es decir,
la Traduccion del Sagrado Texto reconocida como anténtica por la misma
Iglesia. Por consiguiente, el concepto de una editio anthentica envuelve dos
cosas: la conformidad efectiva con el original ( anthentia intrínseca) en el
sentido indicado, y la declaracion oficial que atestigüe este hecho ( authentia
extrínseca), la cual, á su vez, puede ser de dos man eras: explicita y oficial
(explicita et judicialis) ó tácita y confirmada por la experiencia ( implicita et
vulgaris). En este sentido, pues, declara el Concilio anténtica la Vulgata; es
decir, conforme con el texto original e11 cnanto se requiere para corroborar
una demostracion dogmática. B'"llann. De yerb. Dei II. 11 : Duo enim Tri-
dentina Synodus effecit, dum Vulgatam versionem prae r eliquis , quae cir-
cumferebantur, latinis editionibus authenticam statuit ac declaravit ; nempe
testata est ejus intrinsecam co11(on11itatem cum textu primitiYo non solum in
rebus fidei et morum , verum etiam in ceteris , saltem quoad 1:mhstantiam;
eique contulit praeterea extrin se.~a111 quandam auctorüatem, qnam reliquis 11011
contulit, imo nec contulit alicui textui originali, sive hebraico sive graeco.
2. Pero el texto mismo del Decnto dcmuesüa con perfo cta evidencia que el Conci-
lio no se propuso dará la Vulgata la preforencia sobre el original. Bellarm. I. e.: Nec
enim Patres fontium ullam mentioncrn feceruut, sed solum ex tot latiriis versionihus,
quae nunc circumferuntur, unam delegerunt, qnam ceteris anteponerent; et (quod
Ec clesiae gravitatem et constantinm decebnt:i antiquam n oYis, probatam longo usu
'r ccentibus adhuc, ac ut sic loquar, <'rtidis, deniquc unam multis inter se di ssidentibus
atque pugnantibus praeh1l erunt. Lo mismo afirman Pallavicini (1. e. VI.15, 17) y los
t eólogos Salmeron y Andrf.s Vega 1Lih. XV. D P j ustif. c. 9), 'l1lC asistieron ai Concilio,
cl primero de los cuales dice (Prol. 3): Ostendamns , non ita fui sse vulgatam Hiero·
nymi editionem probatam, ut prop1:erea reje<:ta sint intelli;;enda vel g raeca vel he-
braica volurnina ... Liberum reliqu [t omnibus, qui Scriptura s profuwliv.s nwr.litanf 111·,
fontes graecos aut hebraco s, quate :~us opus sit, consulere. Y el segundo d eclara q uo:

http://www.obrascatolicas.com
§ 30. AUTBNTICIDAD DE LA VULGATA. 263
Nen cohibuit nec cohibere voluit studiosorum linguarum industriam, qui aliquando
docent, rnelius potuisse aliqua verti ... sed ... ut certo scirent fideles, ... nullum inde
haberi posse perniciosum errorem, et tuto illam et citra periculum posse legi, et ad
coercendam etiam confusionem. Por cuya razon subsisten en toda su fuerza lo mismo
la frase de San Agustin (De Civ. Dei. XV. 13): Cum diversum aliquod in utrisque codi-
cibus invenitur, quandoquidem ad fidem rerum gestarum utrumque esse non potest
verum, ei linguae potius credendum, unde est in aliam per interpretes facta translatio;
que la de San Jerónimo (Ep. 135): Quia veritati studemus, si quid vel transferentis
festinatione, scribentium vitio depravatum est, simpliciter confiteri et emendare de-
bemus. De donde se infiere que la crítica está en su perfecto derecho al ejercer aquel
imperio, por más que, dada la multitud de variantes que existen en los manuscritos
del texto original, y por consiguiente la conveniencia de restablecerle en su primitiva
pureza, es muy justa la observacion que aplica 'rischendorf al Nuevo Testamento
(Proleg. ad N. T. graec. ex Cod. Sin.): Antiquíssima textus sacri historia et ipsum stu-
dium restituendi antiquissimam ejus scripturam a nullis testimoniis magis pendet
quarn a velel'l'irno latino interprete. Así vemos que los griegos y sírios usan sus edicio-
nes especiales, que difieren en algunos puntos de la Vulgata. Véase sobre esto B. De
Rubeis (Introduccion á la Sagrada Escritura, pár. 74-75): "Es evidente que aquí sólo
se trata de las versiones latinas ... y que se prefiere, como es justo, la más antigua. No
se mencionan para nada los textos originales, ni se com paran con las versiones, ni se
posponen ni se exeluyen." Despues de citar una série de Padres del Concilio y de
teólogos que patrocinan esta opinion y prácticamente la confirman, al comparar los
textos originales con la Vulgata, prosigue: "Dichos textos tienen siempre una superio-
ridad absoluta y decisiva, y preeminencia efectiva sobre todas las traducciones ... Léjos
de disminuirse la autoridad de las fuentes, resulta evidentemente confirmada al ser
declarada auténtica y conforme á ellas, en la sustancia, esta version que se ha hecho
de las mismas fuentes originales, á tenor de las rcglas generalcs dictadas por San
Jerónimo y San Agustin, y adoptadas por la Iglesia para llevar á cabo la traduccion
propuesta. "
3. La misma opinion sostiene Belarmino, (l. e.): Nemo ex Catholicis est,
qui nunc inspirationem tueatur in latina vulgata adornanda aut qui adhuc
existimet ita eandem vulgatam esse a quibusvis librariis aut typographicis
mendis immunem, ut nequeat ulteriori subjici emendationi, id quod auctor
ipse praefationis ad lectorem in editione Clementis VIII. fatetur. In eo tamen
unanimi consensu catholici conveniunt omnes, nullum vulgata in editione erro-
rem contineri in iis saltem, quae ad fi,dem rnoresque spectant, aut etiam quae
alicujus momenti sunt in rebus atque sententiis. Quoad errores, qui rei sub-
stantiam non attingunt, utrum reipsa nonnulli in vulgata editione reperiantur,
af:S.rmant alii, alii autem negant. Las palabras mismas del Decreto corrobo-
ran esta opinion, que, por otra parte, se ajusta perfectamente al concepto de
autenticidad que hemos enunciado anteriormente. Es además evidente que la
Iglesia, al decretar que se hiciese esta version, no se apartó un ápice del de-
recho que tiene para dictar disposiciones "in rebus fidei et morum ad aedifi-
cationem doctrinae christianae pertinentium ,,. El objeto de tal medida fué
poner término á la confusion producida por el gran número de ediciones y
traducciones de la Biblia que á la sazon se disputaban la preeminencia, pre-
servar á los fieles del contagio de aquellos que se hallaban contaminados del
espiritu de la herejía, poniendo en sus manos una version de la Sagrada Es-
critura que fuese verdaelera y fiel reproduccion ele la palabra de Dios. La
tradicion á que hace referencia el Concilio no se extiende al dominio ele la

http://www.obrascatolicas.com
264 PARTE SEGUNDA. LIBRO SEGUNDO. SECCION SEGUNDA.

critica, sino que se limita únicamente a las cuestiones que atafien a la fe y á


las costumbres; por lo demas, la advertencia que acompafia al Decreto "ut
posthac haec ipsa vetus et vulgata editio quam emendatissime imprimeretur,,
deja entrever la posibilidad de q_ue haya en ella errores en cosas secundarias,
que no atanen á la fe ni a las costnmbres. V éase Vercellone, Dissertat.
Accad. p. 7G sq., Sarpi (l. e. II. ãl ), Dom. Soto in Ep. ad Rom. Prol. III.
Joan. Mariana ( pro eelit. vulg. c. :21 ). Didacus de Payva ( Defen sio vulg. L.
IV ). A. Vega (l. e. L. XV ). Digno de particular atencion es que el Decreto
no excluye siquiera el uso ele oua::; versiones siempre que obtengan la apro-
bacion de los Obispos, aunque procedan ele her ~ies, "moela hujusmodi ver-
sionibus tanquam elucidati onib JS vulgatae editionis ad intelligendam sacram
Scripturam, non autem tanquam ::;acro textu utantur ,,. Reg. III. I ndic. Cf.
Vercellone, Sobre la autenticidad de cada una de las partes de la Vulgata,
segun el Decreto del concilio 'l'rielentino, Roma, 18G6 y Prolegom. ad Var.
lectiones vulgatae edit. Tom. II. Rom. 18GO. Aunque nadie en particular
tiene derecho, por su autoridad propia, para alterar el texto oficial de la Vul-
gata, no obstante pueelen y deben hacerse trabajos preliminares para resta-
blecer el texto en su primitiva pureza , "y es de desear ... que venga un Pon-
tífice que haga llevar á cabo una edicion nueva y más correcta. ,, ( Bern. de
Rubeis, l. e. § 78. )
4. "Es evidente que la Iglesia no podía declarar auténticas las demás
ediciones ó formas que a la sazon existian de los Sagrados Textos, como la
antigua hebrea, la caldea, la griega , la siriaca ó las que se habfo.n hecho
posteriormente. En primer lugar, porque no podia reconocer un hecho que
realmente no existia, puesto que ninguna ele las mencionadas ediciones tenía
carácter de auténtica en la Iglesia oriental: en segundo lugar, no podía de
jure declarar auténtico para el porvenir lo que ántes no lo habia sido. Por
otra parte, ninguna ele estas echciones tenía para la I glesia universal la utili-
dad que una traduccion latina de la Bíblia ejecutada en las condiciones en
que lo fué la Vulgata, y es muy digno de atencion ademas que, fuera de dicho
texto latin o, ninguno gozaba ele la autoridacl y del prestigio universal nece-
sarios para que pudiera ser declarado auténtico lo mismo en Ori ente que en
Occidente. Es verdad que la perfecta integridad y pureza ele los textos podía
suplir la falta de tales testimonios; pero es el caso que tampoco existian en-
tónces, como no existen ah ora ni existiran nunca, razones suficientes en que
fundar la certeza de esa integriclad absoluta.,, Kaulen, l. e. p. 403.

En 1546 dieron comienzo en Roma los trabajos para !levará cabo una edicion cor-
recta de la Biblia, que se publico rn 1590 bajo el pontificad o de Sixto Y; pero se retiro
luégo de la circulacion por juzgarla defectuosa, sustituyéndola con otra que aparecio
en 1592 bajo Clemente VIII y fné preparada por los hombres más eruditos de aquel
tiempo. Entónces se prohibio á la iniciativa priva dn, introducir alteraciones en esta
edicion oficial: "cujus exemplari> forma . .. ne minirna quidem 11articnl.a de textu
mutata, addita vel ab eo detracta, inviolabiliter observetur" . Clemente VIII, dia 9 de
Noviembrc de 159'2. Sobre el merito literario - critico de la Vulgata , véase \Velte, De-
fensa de la Vulgata bajo el punto de vista de su autoridad en la Iglesia, Tüb. 0.-8.
1844 y Kaulen , /.e. p. 292.

http://www.obrascatolicas.com
§ 31. ,LA LECTURA DE LA SAGRADA BIBLIA. 265

§ 31. LA LECTURA DE LA SAGRADA BIBLIA, PRINCIPALMENTE EN


LENGUA VULGAR.

Malou, La lectura de la Santa Biblia , Lovaina, 1846. W elte, La lectura de la Bíblia


en leng ua vulgar, 1846, p. 1 y sig. Belarmino, 1. e. De v erb. Dei II. 16.

I. Demostrada ya la falsedad del principio formal del protestantis-


mo relativo á la suficiencia de la Sagrada Escritura, cae tambien por
tierra el precepto derivado del mismo principio, que impone á todos la
obligacion de leer el Sagrado Libro. Si bien esto bajo determinadas
condiciones, y habida consideracion á las circunstancias de tiempo, de
lugar y de la persona, no solamente está permitido, sino que es útil y
saludable, no puede, en modo alguno, considerarse como un deber de
precepto ( necessita te praecepti ), ni mucho ménos como cosa en sí mis-
ma necesaria para la salvacion ( necessitate medii ).
1. Hollaz 1. r. p. 203: Sacra Scriptura est principium fidei ct morum, necessarium
necessitate non absoluta , sed hy pothetica. No hay más que un inconveniente, y es
que el individuo puede ser ciego ó no saber Je cr. Xecessaria est S. Scriptura necessi-
tate non solnm mandati, sed et merlii ( Joan. 20, 31 ) , adeoque Scriptura tam Veteris
qnam Novi Testamenti attente legenda est ... omnibus hominibus aeternam vitam
adepturis. El jansenismo siguió en estolas huellas de los R eformadores. Cf. Consti-
tut. Unigenitu s (Denz. 1204 sq.) pr. 79. 1Jtile et n ecessarium est omni tempore omni
loco et omni personarum generi studere et cognosccre spiritum , Jlietatem, et mys-
teria sacrae Scripturae. 80. Lectio sacrae S cripturnc est pro omnibus. 81. Obscuritas
sancti Verbi Dei non est laicis ratio dispcnsandi scipsos ab hujus lectione. 82. Dies
dominicus a Christianis debet ~an ctifi eari lectionibus pietatis et super omnia san-
ctarum Scripturarum. D amnosurn est, velle Christianum ab hac lectionc retrahere.
83. Est illusio sibi persuadere, quod uotio mysteriorum religionis non debeat com-
municari foeminis lectione sacrorum librorum. Non ex focminarum simplicitate, sed
ex supcrba virorurn scientia ortus est Scripturarum abusus, et natao sunt haereses.
84. A.bripere e Christianorum manibus ~ov um Testamentum seu illis illud clausum
tenere, auferendo eis m odum i:;tud intelligendi, est illis Chri sti os obturare. 8:í.
Interdicere Christ.ianis Lectionem sacrae Scripturae, praesertim Evangclii, est inter-
dicere usum luminis filii s lucis ct facere, ut patiantur speciem quandam excoromu-
nieationis. Cf. Const. "Au cto1· Fid.,, (Denz. 1430). Doctrina perhibens a lectione sacra-
rum Scripturarum n onnisi veram impotentiam excusare; subjungens, ultro se pro-
dere obscurationem , quae ex hujusce praecepti neglectu orta est sup er primarias ve-
ritates religionis - falsa, temcraria, quietis animarum perturbativa.
2. Las pruebas que contradicen esta opinion nos las ofrece: a) La his-
toria de la predicacion y de la propagacion de la fe cristiana en los primeros
siglos de la Iglesia ; Luc. 10, 16; Col. 1, 6. 23; Gal. 1, 6. D; II Petr. 3, 16 ff.
Iren. l. e. III. 4: Cui ordinationi ( traditionis ) assentiunt multae gentes bar-
barorum eorurn, qui in Christum credunt, sine charta et atramento scriptam
habentes per Spiritum in cordibns suis salntem et veterem traditionem dili-
genter custodientes, in unum Deum credentes ... et propter :fidem placent
Deo. Tertull. De praescript. e. 14. Augustin. De doctr. christian. I. 59: Homo
:fide, spe et caritate subnixus, eaque inconcusse retinens, non indiget scri-
pturis , nisi ad alios instruendos ... itaque multi per haec tria in solitudine

http://www.obrascatolicas.com
·/
.
·~
;

266 PARTE SEGUNtA. LIBRO SEGUNDO. SECC!ON SEGUNDA.

i'· sine codicibus vivunt. b) Asimisrno aparece evidente el error de semejante


opinion con sólo examinarfo, á la luz del principio católico relativo á la fe,
segun el cual nadie más que la Iglesia tiene derecho para explicar á los fieles
el sentido de la Sagrada Escritura; de suerte que el individuo no puede in-
terpretarle por si mismo, segun su propio criterio y sin sujetarse á las ense-
fianzas del magisterio eclesiiLstico: Qui cum Epis copatus successione charis-
ma veritatis certum secundum placitum Patris acceperunt ... apud eos ( le-
gendas esse Scripturas), q Lli in Ecclesia sunt pres byte ri, apud quos est
Apostolica doctrina ... Hi enim Scripturam sine periculo no bis exponunt.
Iren. IV. 32. Augustin. Doct. Christ. Prol.: Caveamus tales cogitationes
superbissimas, magisque cogitemm; et ipsum Apostolum Paulum, licet divi-
na coelesti voce prostratum et instructum, acl hominem tamen missum esse,
ut sacramentum acciperet et copularetur Ecclesiae; et centurionem Cornelimn
quamvis exauditas orationes ejus eleemosynasqne r espectas ei A11gelus mm-
tiaverit, Petro tamen traditum imbnendum, per quem 11011 solum Sacramenta
perciperet, sed etiam quid credentlum, quid sperandum, quid diligendmn
esse audiret.
3. La lectura de la Sagrada Bíblia no es tampoco una obligacion de pre-
cepto. San Juan , õ, 39, só lo se refiere al Antigno 'rostamento para hacer re-
saltar el testimonio de los Profetas en fasor ele J esucristo; por consecuencia,
no es una cleclaracion en sentido general, y, por otra parte, sábese que entre
los antiguos hebreos nunca se leia el Texto Sagrado sin las explicaciones de
la autoridad competente. Act. 13 , 27; 15, 21; como que el medio orclinario
para adquirir la instruccion religiosa era la enseüanza verbal, II Paralip. 17,
19. IV. Reg. 22, 8; 23, 2. Por fonde se ve que en todos los tiempos ha sido
la Iglesia la que ha dirigidc la lectura del Libro Bagrado. LoR Santos
Padres se muestran siempre smnisos ~' este principio, recomendando la lec-
tura ele l a Bíblia con las limitaciones que h<l. determinado la I glesia , es clecir,
á personas que r eunan las debidas condiciones ele instruccion, recto criterio
y sana intencion.
Reunen estas condiciones aquellas personas cuyo espíritu no se halle do-
minado por preocupaci ones morale;; ó religiosas, de suerte que tal lectura les
sea efectivamente pro vechosa para lr, salvacion ele su alma, ya que su objeto,
si se hace con el propósito de f)mentar la piedad, es fortalecer la fe y des-
truir falsas ideas. Para eso es n 9cesario cine á elb presida el espíritn de hn-
mildacl y ele obediencia ú la I gksia, pnes de lo contrario la lectura de la Sa-
grada Biblia más bien despierta menof'precio que estimacion hácia el divino
Libro, segun confesion ele los mi:>mO:'l protestantes. V é ase Apología , Los
dogmas del cristianismo, VI. 'l'. Vert>ion Ayuso.
II. Si dadas las circunstancias de tiempo, de lugar y de la persona
no cabe esperar que la lectura incondicional de la Sagrada Biblia sea
verdaderamente proYechosa para el bien de las almas, tiene la Iglesia
el deber y el derecho de establecer determinadas condiciones á las que
deba ajustarse el pcrmiso para leer el Sagrado Libro.

http://www.obrascatolicas.com
§ 31. LA LECTURA DE LA SAGRADA BIBLU, 267
Reg. IV Indic.: Cum experimento manífestum sit, si Sancta Bíblia vulgari
lingua passim sine discrimin e permittantur, plus inde ob hominum temeritatem
detrimenti quam utilitatis oriri, hac in parte judicio Episcopi aut Inquisito-
ris stetur, ut cum consílio parochi vel confessarii Bibliorum a catholicis au-
ctoribus versorum lectionem in vulgari língua eis concedere possint, quos
íntellexerunt, non damnum, sed fidei et pietatis augmentum ex hujusmodi
lectione capere posse, quam facultatem in scriptis habeant. Una comision de
Padres nombrados por el concilio de Trento redactó estas reglas, que no ob-
tuvieron la aprobacion del mismo por baberse cerrado ántes que pudieran
ser discutidas. Cf. Cone. Trideut. Sess. XXIV. de Reform. e. 21. No obstante,
se publicaron el 24 de Marzo de lõ64.
Por lo mismo que la lectura de la Bíblia no es obligatoria á todos los fi eles, _-;.·

es evidente que á nadie mas que á la Iglesia corresponde fijar las condicio-
nes bajo las cuales ha de llevarse á cabo, y que éstas pueden variar segun los
tiempos y las circunstancias , como han variado otros puntos de disciplina
eclesiástica. Es hoy tau justa y verdadera como siempre la frase de San
Agustin ( Tract. XVIII. in Joan. 1 ) : N eque enim natae sunt haereses ...
nisi dum Scripturae bonae intelliguntur non bene ; et quod in eis non berre
íntelligitur, etiam temere et audacter asseritur; mas á pesar del peligro que
ofrece esta lectura para los que la practican sin la debida preparacion, la
Iglesia no ha creido oportuno decretar una prohibicion general, corno lo
prueban las numerosas traducciones de la Biblia que existen en idiomas vul-
gares con la aprobacion de los Ordinarios: quince nada ménos se conocen en
aleman alto y cinco en el bajo ó vulgar. ( Janssen , Historia del pueblo aleman,
I. p. 42. Apologia, IV. 2. p. 480. ) Más tarde se prohibió la lectura de traduc-
ciones que no hubiesen obteuido la aprobacion eclesiástica, como lo hicieron
Inocencio III ( Ep. 141. 142) y el sínodo de Tolosa ( 1229) con motivo de
los errores de los waldenses y albigenses, y el de Oxford ( 1408) contra los . J
\
wi.cleffitas ( Pallavic., l. e. VI. 12. Hnrter, Inocencio III, II. p. 425. III. pá-
gina õ08); pero áun estas prohibiciones sólo alcanzaron á determinadas co- ·., _.,
marcas. .,
Por motivos fáciles de comprender redobláronse estas precauciones en
tiempo de la Reforma, y, entre otras disposiciones , se publicó la R eg. IV
Indic. , aprobada por Pio IV. K o obstante, r efiriéndos e á ella dice Lucio
F erraris ( Biblioth. T. VII. s. Y. S.S. ) : N' on ubique locormn usu recepta fuit ,
sicuti neque additiones, quibus rigor ejusdem vel augebatur vel moderabatur;
véase lo que con respecto á Alemania dice Serarius, Bibl. c. 30. q. 3. prop. 3.
Laymann , Compend. Tract. 1. c. 15. Sin embargo, los Sumos Pontífices ja-
más han permitido , y con justisima razou , que se publiquen traducciones de
la Biblia sin notas. Como asnnto de mera disciplina , sufrió esta cuestion di-
ferentes alternatiYas; así Clemente VIII recomendó de nuevo la observancia
de la mencionada regla de] Indiçe, miéntras que Benedicto XIV trató de
dulcificarla (Decr. Congr. Ind. 13 Jun. 1757 ), permitiendo á todos la lectura
de la Iliblia siempre que la traduccion fuese acompaiiada de notas tomadas
de los Santos Padres y teólogos católicos , y hubiese obtenido la aprobacion

http://www.obrascatolicas.com
268 PARTE SEGUNDA. LIBRO SEGUNDO. SECCION SEGUNDA.

eclesiástica. Vease ~falou, l. e. p. 62. Pero en medio de estas modificaciones


que ha sufrido la cuestion, en lo que sólo hace referencia á la disciplina ha
estado siempre vigente la prohibicion de leer la Biblia en todos ios casos en
que tal lectura envuelva peligro para la fe y las buenas costumbres ; prohi-
bicion que se funda en un derecho natural á la vez que divino , reconocido
hasta por muchos protestantes.
III . Dedúcese de lo anteriormente ex puesto que, bajo la actual dis-
ciplina de la Iglcsia, está permitida la lectura de la Sagrada Bíblia en
el texto original del Antigno y ~ue ''º Testamento, en la traduccion
de los Setenta , en la Vulgata, en todas las traducciones orientales
antiguas y en las versiones en idioma vulgar que, estando ilustradas
con notas y aclaraciones, hayan obteniclo la aprobacion de la autoridad
eclesiástica .
Vease Malou , l. e. p. 60. E stá , por el contrario, prohibida, segun la legis-
lacion actual de la I glesi a, la lectura de la Biblia en traducciones protestan-
tes, porque ó contien en evidentes falsificaciones, ó no mereceu entera con-
fi anza ( Cf. Reg. Ind. III. ) ; ig ualmente que todas las traducciones que ni
están ilustradas con notas ni han obtenido la aprobacion de la autoridad '
competente, aunque est.én h echas por escritores católi cos, si quiera esta
última prohibicion pnech ser levantada por el Obispo ó el inquisidor. ( Reg.
Ind. IV. )
IV. La obra de la;; sociedades hiblicas, por tener sn orígen y fun-
damento en el principio formal del protestantismo, es directamente
opnesta á la rei.da de fo católica y ú la práctica de la Iglesia. La supre-
sion de los Libros deuterücnnónicos en ln,; Bihlias de estas sociedades,
sns traduccioncs adulteradas ~- la manera irrcspetuosa con que tratan
el Sagrado Libro, son mo ti vos que justifican hasta la saciedad la con-
denacion que contra ellas ha fnlrninndo la Sede Apostólica.
Lii. prirnera socÍ<' dad bíbli ca se funcló en L óndres eu 180±. Fueron cond enadas en
gen eral por Pío VII el 28 d ll Enero de 1811l , por L oon XII en 3 de Mayo de 1824, por
Pio VIII en 24 d e .;\fayo de 182'3, Urt>gorio XVI el 15 de A gosto <le 1840 y Pio IX el 9
(l c NoviemlJr e de 11-i±G.

DISERTACION SEGUNDA.
De la tradicion.
Fuera d e las obrfts y }fan uales el e contro versirt ya citados, rn erecen especial men-
cion Stapl et on, /.e. L. VII. X II. Canus, /. '" L. III. Bellarm. 1. r. L. IV. Franzclin,
Trnctatus de divina Tradit ione et Scriptu ra. R oru. 18íü. T anner, Sobre el prin cipio
tra cli cional cat ólico y el principio bíb lico el e ! protestantismo, Luc erna, 18l)2.
Al exponer la doctrina de la r egla de fo mediata y primem, que es la
Sagrada E scritura, hicimos ya mencion de la tradicion viviente y antorita-
tiva, considerándola como institucion docente, ó sea como cl medi o ordinario

http://www.obrascatolicas.com
····''.°" .-,:· ~

§ 32. CONCEPTO Y ESENCIA DE LA TRADICION. 269


establecido por J esucristo para anunciar su doctrina, cual q uiso que se hiciera
por el órgano del magisterio eclesiásti~. Tal institucion es, por consecuen-
cia, anterior a la Biblia, á la cual presta autoridad y apoyo contra toda alte-
racion por parte de las herejias, ilustrando además el sentido de sus ense-
iianzas. Por cuya razon, despues de la r edaccion definitiva de la Sagrada
Escritura, continúa siendo l a forma ordinaria en que se practica la enseiianza
eclesiástica; de suerte que, en principio, el d ogma católico de la tradicion,
como regla de fe independiente y mediata , subsiste al mismo tiempo que la
Sagrada Biblia. Precisamente en esta teoria se pretende fundar la creencia
de que el dominio de las verdades contenidas en la tradicion, por ser ésta la
forma primera y ordinaria de anunciar la doe trina de J esucristo , de be abra-
zar muchos puntos que no se hallan contenidos en la Sagrada Escritura; de
suerte que sin ella no puede adquirirse conocimiento de todo el tesoro de la
fe. Pero los reformadores rechazaron la tradicion en el sentido eu que la
explicá el concilio de Trento, es decir, como fuente independi ente de la fe,
con la Sagrada Escritura.
Segun ha hecho notar Pen-one (l. e. n. 33G), la controYersia entre católicos y protes-
tantes gira sobre un solo punto: la existencia de tradiciones divinas y d ogmáticas
no contenidas en la Escritura. E! protestantismo la niega, y súlo r econoce aquellas
verdades que se hallan explícitamente contenid as en la B iblia. Conf. August. p. 19, 1:
20, 1; 23, 2; 4fí, 5. Apol. p. 91. 115. 129. 133. 203. 223, con especial r elacion á la Iglesia ca-
tóli ca y áun á la Iglesia romana. Conf. Aug. p. 19, 1. 20, 1. 45, 5.

§ :32 . CONCEPTO Y ESENCIA DE LA TRADIC!ON.

I. En la cuestion relativa al concepto y esencia de la tradicion, hay


que distinguir entre tradieion conside rada corno actividad ( traditio ) y
el contenido de la tradicion ( traclitum ) : la primera se realiza por la
predicacion del rnagisterio eclesiástico; el segundo no es otra cosa que
la doctrina anunciada y conservada por dicho magisterio.
1. :2n el sentido más lato , se entiende por tradicion toda doctrina ó ense-
fianza que de alguna manera se trasmite á otros. II Thess. 2, 14: Sta te et
tenete traditiones ( -:'.lç r.:zti.oÓ'l's~ç ) qnas didicistis sive per sermonem sive
per epistolam nostrarn. En otro sentido no t an lato, es Tradicion una doctrina
ó ensefianza que se trasmite por la palabra como medio inmediato. Tertull.
De corou. e. 4: H arnm disciplinarum, si legem expostules Scripturarum,
nullam invenies ; traditio tibi praetenditur auctrix. En el verdadero y genui-
no sentido teológico, expresa un a doctrina ó ensefianza religiosa que, no ha-
llándose contenida , explícitamente al ménos, eu la Sagrada Escritura, se
trasmitió en un principio por comunicacion verbal de unos á otros, aunque
más tarde se haya consignado por escrito.
2. V éase cómo explican Mõhler (l. e. § 33) y Franzelin (l. e. p. 11) la dis-
tincion que acabamos de hacer entre Tradicion subj etiva ( active) y objetiva-
mente considerada, de las cuales la primera sirve de garantia á la segunda.
Tertull. l. e.: Traditio auctrix, consuetudo confirmatrix, fides observatrix.

http://www.obrascatolicas.com
' . •· ~ · .~--· .

270 PARTE SEGUNDA. LIBRO SEGUNDO. SECCION SEGUNDA.

Mühler, l. e.: ~ Qué es, pues, tradicion? El verdadero espiritu que impera en
la Iglesia, principalmente en su magisteri6,- que se trasmite por mediq de la
enseftanza eclesiástica con el auxilio del Espíritu Santo, y que informa todas
sus enseftanzas, es decir, su contenido ... ''Por tradicion en el sentido objetivo,
se entiende todo el tesoro do la fe trasmitido y conservado, á través de los
siglos, en documentos ó testimonios exteriores históricos, y en este concepto
se dice que la tradicion es la regla de fe. ,, Perrone ( La regla de fe, IV. pá-
gina 36 ) : "La tradi cion es aquella doctrina que, por decirlo así, se encarnó
eu y con la Iglesia desde sus comienzos, la comp enetró, creció y se conservó
en ella siempre llena de vida; de suerte qne no solamente la conservó la
.:~ .. I glesia, sino que la propagó á t ravés de los siglos.,, Staudenmaier (Teol. dog-
"
mática , p. 20): "Por tradici on se entiende la palabra viviente trasmitida en
todos los tiempos, sin interrupcion, por la Iglesia, la conciencia siempre vigo-
rosa de la misma I glesia, qtw se manifiesta como realizada por virtud divina,,.
3. Mõhler (l. e.), Montesquieu ( E sp. de las leyes XIX. 4) y Cousin ( In-
troduccion á la historia de la fil osofia , X. Sect.) han demostrado que la
Tradicion es un derecho cuya aplicacion se extiencle á todos los órdenes de
la vida humana, lo mismo á :. a sociedad en g eneral que al Estado, á la ciencia
que al arte.

II. El orígen y contrnido, el sujeto, lugar y tiempo, su fuerza


obligativa, el procedimiento de trasmision y la relacion que guarda
con la Sagrada Escritura, son tambien circunstancias que deben con-
siderarse en la Tradicion.

1. P or razon de su orígen ( ratione principii sen originis) puede ser la


Tradicion divina ó humana , segun que proceda inmecliatamente de Dios ó que
venga de los h ombres. Si lot; qne la anuncian sou los hombres por inspiracion
del Espíritu Santo ( dictante Spiritu sancto. Cone. 'r riclent. Sess. IV), la tra-
dicion es entónces divino-Jn1man[l, ( tr. divino - humana, divino-Apostolica ); si
proviene de los Apó stoles, c,ne la anuncian en su calidad de mi embros de la
Iglesia y no en el nombre d'l Dios y ba:jo la sugestion del Espíritu Santo, sino
en su propio nombre y con ayucla del mismo divino E spíritu, toma el nom-
bre de Apostólica ( tr. Apos·:olica ) ; si proviene de lo s j efes de la Iglesia uni-
versal ó de los fieles, medüi.nte la aprobacion de los primeros, se llama Tra-
dicion eclesiástica ( tr. ecclesiastica ). Asi , la institucion de los Sacramentos,
en cuanto á la materia y la forma de los mismos, es una tradicion divina; la
disposicion clictada por el Apóstol r especto al matrimonio con una mujer
infiel (I Cor. 7, 10. 12) es tradicion humano-apostólica , y la institucion de
fiestas y de ayunos en la lglesia pertenece á la tradicion eclesiástica. Por
donde se ve que la tradicion divina abraza dogmas de fe, miéntras que la
eclesiástica sólo se refiere \ asuntos de disciplina ; por consecuencia, la pri-
mera es, por necesidad, universal, al par que la segunda puede ser temporal
y local. Hé aqui cómo expli.3a San Agustin la diferencia entre tradicion apos-
tólica y eclesiástica (De baptism. IV. 24): Quod universa tenet Ecclesia,

http://www.obrascatolicas.com
§ 32. CONCEP'Í'() ·.y .ESENCIA DE LA TRADICION. 271

nec Conciliis institutum, sed semper retentum est, nonnisi auctoritate Apos-
tolica traditum rectissime creditu.t/''
Los Santos Padres atribuyen con frecueíl~ia á la tra.dicion apostóÍica y eclesiástica
el dictado de divina, porque tiene su raíz y fundamento en la autoridad de Dios, ya
que los Apóstoles y la Iglesia ejercen su magisterio con el auxilio del Espíritu Santo;
viceversa, consideran tambien la Tradicion divina como apostólica y eclesiástica, por
ser los Apóstoles los que la han promulgado en nombre y por órden de Jesucristo.
2. Por razon de su contenido se divide la Tradicion en dogmática y mo-
ral; la primera es de fe, fidei, cuando se refiere á un artículo de fe en el ge-
nuino sentido de la expresion, y es traditio credulitatis cuando el punto en
cuestion no es todavía ma teria de fe ni como tal artículo se ~a definido; á esta
clase pertenece la doctrina de la Inmaculada Concepcion de la Santísima
Vírgen ántes de su definicion dogmatica. La Tradicion moral puede ser tr.
morum, concerni ente á las costumbres cristianas en el verdadero sentido, ó
tr. disciplinae la que se refiere al régimen exterior de la Iglesia y tr. rituum
la que haee referencia á la liturgia.
3. Por razon del sujeto hay que distinguir entre tr. universalis y particu-
laris; la primera es patrimonio de toda la Iglesia, como el ayuno cuadragesi-
mal; la segunda lo es solamente de una comarca especial. ·
4. Con relacion al tiempo es Tradicion perpétua la que ha existido en
todos los tiempos, como todas aquellas tradiciones que se refieren al tesoro
de la fe cristiana, ó temporal, tr. temporanea, como los agapes, la triple in-
mersion en la ceremonia del bautismo y la comunion bajo las dos especies
sacramentales.
5. Por razon de los deberes que impone es: necesaria la que contiene pres-
cripciones obligatorias para todos, ya sean doctrinas dogmaticas ó morales,
y libre la que no implica obligacion alguna, como la seiial de la cruz, el san-
to Rosario, etc.
6. Por la forma en que se trasmite se divide en escrita y hablada, la cual,
á su vez, se subdivide eu oral y práctica.
7. Atendiendo á su relacion con la Sagrada Escritura, se divide la Tradi-
cion eu: inhaesiva, declarativa y mere oralis. La primera contiene lo mismo
que ya expresa con claridad la Santa Biblia; la segunda ensefrn cosas que la
Escritura no hace mas que anunciar someramente, como el carácter sacra-
mental del matrimonio ( Ephes. 5, 32; Cf. Cone. Trid. Sess. XIV init.); y la
tercera enseiia cosas que no se hallan contenidas explícitamente en la Sa-
grada Escritura, como la inspiracion y canonicidad de los Libros Sagrados.
III. Del concepto mismo ele traclicion que acabamos ele exponer, se
desprende que se clebe a ésta el mismo acatamiento que al principio ele
que proviene; así, à la Traclicion divina le corresponde una autoriclad
tambien divina, corno á la Sagrada Escritura.
Cone. Trident. l. e.: Synodus ... omnes libros tam veteris quam novi Tes-
tamenti ... nec non traditiones ipsas tum ad fidem tum ad mores pertinentes,
tanquam vel oretenus a Christo vel a Spiritu sancto dictatas et continua

http://www.obrascatolicas.com
272 PARTE SEGUNDA. LIBRO SEGUNDO. SECCION SEGUNDA.

successione in Ecclesia cathclica conservatas, pari pietatis affectu et reveren -


tia suscipit et veneratur ... Si quis autem libros ipsos íntegros cum omnibus
suis partibus pro sacris et canonicis non susceperit, et traditiones praedictas
sciens et prudens contempserit, a. s. San Pablo pide que se guarde con igual
respeto la doctrina recibida por medio de la predica.cion que la trasmitida por
sus escritos 6 cartas (II The'rn. 2, 14. Sta.te et tenete traditiones, quas didi-
cistis sive per sermonem sive per epistolam nostram. II Tim. 1, 13. Formam
habe sanorum verborum, qu1e a me audisti in fide et dilectione in Ohristo
J esu. Aludiendo al primer pasaje y á I Cor. 11, 2, atribuye San Basílio la
misma autoridad á la Tradici'm que á la Sagra.da Escritura. De Spir. st. e. 29):
"'i \
A7tOO"'rOAl.XO'I oe o ~~Cl'.. Xet.~ ":'O 't'C~ ~~ç ~rP:lCfO'. Ç T.:Clpet.00".JS:j 1• i:~pa~eVS'.'J.
'.">\ .,. ' ' , , "' '

§ :33. EXISTE~CIA DE LA TRADICIO~.

Los puntos que vamos á considerar son:


1. Existen tradiciones que no se hallan en la Sagrada Escritura (Cone.
Trid. l. e.); por consiguiente, no tiene razon Palmer al decir (l. e. II. p. 12)
que si todo el tesoro de la fr cristiana cstú contenido en la Tradicion, tam-
bien -lo está íntegro en la Sarita Bíblia.
2. Estas tradiciones enseilan doctrinas relativas ~t la fe y á las costum-
bres ( trad. divinae ct dogmaticae ).
3. Esta suma de doctrina, conservada por la Tradicion y enscfiada por la
Iglesia, constituye, pues, una segunda regla de fe independicnte y distinta
de la Sagrada Escritura ( en oposicion á la trad. inhaesiva y declarativa).

I. Tanto el sistema de tnseiianza nsado por .Tesucristo y los Apósto-


les, como las declaraciones explícitas de los segundos, las enseiianzas
de los Santos Padres, la doctrina y el proceder de la Iglesia, prueban
que la Traclicion constitur el fundamento y la forma clel sistema ele
ensei'íanza seguido por la I;..desia.
1. Véase Tomo I. 258 y Ir. 211, 2m y 226. Habiéndose servido J esucris-
to de la predicacion oral para anunciar su Evangelio ( Act. 1, 3; per dies
quadraginta apparens eis, et loquens de rc,qno Dei), y siendo su voluntad cx-
presa que se conservasen hasta la consumacion de los siglos todos sus dis-
cursos relativos al reino de Dios (Joan. H,, 16. 17. 25. 26; 16, 7. 8. 12-14),
por cuanto los Apóstoles anunciaron tambien, por medio ele la predicacion
oral, la Revelacion que seles había comunicado (Act. 20, 18), claro esta que
incumbe al protestantismo demostrar que todas estas enseftanzas del Seftor
y de sus Apostoles se hallan contenidas en la Sagrada Escritura. Pero tal
demostracion es de todo puntJ imposihle, ya que el mismo Libro Sagrado no
suministra el menor motivo en que fundar semejante creencia; antes, por el
contrario, el objeto y la causr, de su redaccion, su carácter y método de ex-
posicion (II Tim. 4, 12. 13. 20) dan claramente á entender que no se tuvo la
intencion de dar en él una exposicion completa de la Revelacion cristiana.
San Juan declara expresamente (21, 25) que hay otras muchas cosas que no

http://www.obrascatolicas.com
§ 33. EXISTENClA DE LA TRAPlClO.N.
.. , 273
se hallan consignadas ên su Evangelio, y ni lo.§t·JlJ~ás Evangelistas ni los
Apóstoles dan á entender remotamente que en sús escritos se halle contenido
todo el tesoro de la fe. Aun en los mismos Evangelios se echan de ménos
algunas pala bras y sentencias que pronunció J esucristo ( Beati us est magis
dare quam rccipere Act. 20, 25. y;:1scr6E -;p'.1:r:$Çi-;'.'l.1• õóx~rº'· Const. Ap. II. 36·
Socr. H. E. 3, 16 ). }focho ménos puede probars e que los escritore:-: sagrados,
por disposicion divina, nnus veces :Sin y otrn.s contra la voluntad de ellos
mismos, r edactasen un cnadro compl eto de tesoro de la R evelacion divina.
2. Resulta, pues, que los escritores sagrados declaran expresamente lo
mismo que se pretende emplear como argnmento contra la Tradicion: I Cor.
11, 2. Laudo aut em vo:;, fratr e~, quod per 01nnia mei memores estis; et sicut
tradidi vo bis, praecepta mea tenetis ( Y.'.'l.~wç 7''.'1.p$otJJXa 0p- ~'I -::7.ç "ª?'.'l.0Ócr$•.ç
xa-;zyyrs ); ibid. 32. Ego enirn uccepi a Domino, quod et tradidi vobis, quo-
niam Dominus Jesus, qua nocte tradebatur, accepit panem etc. ( aquí se pone
la sentencia tradicional dogmática por la que ,:e instituye la Sagrada Euca-
ristía ). II Thess. 2, 10. Itaqne fratres, statc et tenete traditiones, quas didi-
cistis, sive per sermon em, sive per epistolam nostram ( de donde se infiere
que la Tradicion está en igual categoria que la Sagrada E scritura ) ; ihid.
3, G. Ut subtrahatis vo s ab omni fratre ambulante in ordinflte, et non secun-
dnm tradition ern, quam acceperunt a no bis. I 'L'im . il, 20. O Timothee, depo-
situm ( -::·r:1 T:1.('1.Y.'.'l.-::1.0·l,·u,'I ) cnstodi, devitans profanas \'Oc: um novitates et
oppositiones fal;;i nominis scie11tiae, q uam quidem promittente.-; circa fi,dem
exciderunt. Cf. IT Tim. 2, :2. Quae audisti u me per multas testes, huec com-
menda fidelibus hominibus. II Tim. l, 1:2 - 14: Formam ( Ú7'0':'Ú7'«JO'~'I) habe
sanorum verborum, qnae a me audisti in fid e et in dilectione in .T esu Christo.
Bonum depo;:itnrn custodi per 8piritmn flanet nm . . . Tn ergo ... confortare
in grntia, quae e;; t in Christo J esn; et quae audisti a me per multos testes,
haec c:ommenda fidelil111s hominilrns , qui ídonei erunt et alios docere. Vemos,
pues, que la Tradicion e;; para Tirnoteo la forma por cuyo medio recibió él la
fe y de lu que debia tambien servirse para tra;;mitirla á otros. Sin embargo,
hay que adrnrtir que Sa11 Pablo escribió la segu111la Epístola á 'rimoteo la
segunda vez que estuvo preso en lfoma; es decir, en mrn época en que yu se
habian r edactado c:asi toilos los li bros y epistolas del Nueyo Testamento, á
pesar de lo cnal designa la Traclicion oral como el único medio ele anunciar
la buena nue\·a. Cf. II Joan. 1:2. III J oan. 13. non per atramentum et cala-
m um, sed ... os a.d os loqnemnr.
3. De todo esto se clednce b importaneia que ti ene b Tradicion en la
economía de la sa lvacion. El Apostolado prirn ero, y lnégo el Episcopado que
le suced e, es el depositario cl e b do ctrina r evelada por J esncristo; asistido
por el Espíritu Santo, c:oníie::;a y ensciia esta doctrina , re:::uelve todas las
cuestion es relativas al dogma y á la moral, y conserva de e:-;ta manera el
depósito de la fe hasta la consumacion de los siglos. Cf. Iren. III. 3. 4: Tra-
ditionem Apostolorum in toto m1mdo manifestatam in omni: E cclesia adestres-
picere . .. et habemus annumerare eos, qui ab :Apostolis instituti sunt Episcopi
TOMO II. 18

http://www.obrascatolicas.com

1:
2i4 PARTE SEGUNDA. LIBRO SEGCNDO. SECCION SEGUNDA.

in Ecclesiis et successores eornm nsque ad nos.. . Tantae ergo ostensiones


quum sint, non oportet adhlw quaerere apud alios veritatem, quam facile est
ab Ecclesia sumere, cum Ap,)stoli quasi in depositorium clives plenissime in
eam contulerint omnia, quae sint .-eritatis. Vinc. Lirin. e:. 27: Quid est depo-
situm? Id est, quod tibi crediturn est, non quod a te inventum; quod acce-
pisti, 11011 quod excogitasti; rem 11011 i11genii, sed doctrinae; 11011 usurpationis
privatae, secl publicae traditi:onis; rem acl te perductam, 11011 a te pro latam; i11
qua non auctor debes esse, scd cnstos; non institutor, sed sectator; non duc:ens,
sed seqaens ... catholic:ae fülei talentum inviolatum illibatumque conserva.
Por donde se ve que la sun.a ele cloctrina tra:-nniticla por la enseflanza oral,
juntamente con la forma y modo de ser trasmiticla por el magisterio ele la
Iglesia, c:on el auxilio clel :8:<píritn Santo, constituye el concepto verdadero
de 'rradicion. Por cnya razon se la aplican los calificafrrns de : Semms
Christi (I Cor. 2, 16), s'1 "('l(~;.i.·\, 9so0 Xê.(l. Xp•.7-;oC (Ignat. acl Eph. e. 3),
veritatis praedic:atio ( Iren. ITI. 3), regula veritatis immohilis ( I. D. III. 2),
regula fidei ( Tertull. De vel. virg. e. 1. C. Prax. e. 2. 3. Praescript. e. 37),
xa.vwv 'rT1ç Êxxh17la.ç ( Clem. Alex. Str. VI. 17. Origen. De Princ. IV. 9), fidei
regula, regula sanita tis, pietatis (Augustin. Doctr. Chr. III. :2. ln .Joan. 'l'rac:t.
XVIII. 1. Gen. ad lit. I. 21), ec;clesiastici et catholici sensus norma ( Vinc:.
Lirin. Commonit. e. 2 ).
4. San Policarpo e,.; uno de los Padre;; del período apostólico que han ex-
plicado en el sentido indicado el principio tradicional ( Acl Philipp. e. 7):
• "' , \ ' - -.. "' _. ' ' 1 .... .... ..... "' ' 1' \ ; ,..
A . 7:ol.~TCov-;s.; --;·1,'1 1-1-'l.'":''1..~o:-·rt='l. -:w'1 1..0J.J,W'1 xct.~ :-a.; 1rsu0001.ryJ./J"Y..'1..J,~a..~ STC~ -:ov s;
ipz·r,ç -f,[-1-~'1 .::t.tt.ÕoOi:'r;a. }ó~'0'1 s;:\7-;pi:·}t•l[l-S'1. De la misma m::rnera le expone
San Ireneo ( C. Haeres. III. 3 l: l\Inltos haereticos eonvertit in Ecclesiam
Dei, unam et solam hanc Yeritatem annn11tia11s ab Apostolis percepisse
se, quam et Ecclesiae tradidi1. Entre los Padres que combateu el sistema rle
los gnósticos, San Clemente Alejandrino ( Strom. YII. 17. 181 y San Ireneo
toman de la 'l'radicion sns principales argumentos.
Los particlarios de Valentino negaban todo valor á las pruebas tomadas ele la Sa-
grada Escritura y fuudaban su cloctrina en hi Tradicion (III. :2 i: Cum autern ad eam
iternm traditionem, quac est ah Apostolic;, quao per Sllccossionec; presbytcrorum in
Ecclesiis cnstoclit11r, provocamus eos, ad vcrc;antur traclitioui, dicentcs, se 11011 solum
preshyteris, sed etiam Apostolis existentPs sapientíores, sinceram inveni,se verita-
te1n ... Evenit itaque, ncqur, Scripturis ja111, neque rrraditioni eos cousentire (III. 3):
Traditionem itaque A11oc;tolornm in toto nrnnclo manífestatam in omni Ecclec;ia aclest
respicere omnibus, q1ti vera velin: viclere, et habcmus enurnerare eos, qui ah Aposto-
lis instituti sunt Episcopi et sncc<'ssores eornm nsque acl nos, .. Sed quoniam valde
longum est in hoc tali volumine omnium l<~cclesiarum enumerare sucees,;iones, maxi-
mae et antiquissimae et omnibu,; :'ognitae, a gloriosissimis duo bus Apostolis Petro et
Paulo Romae fundatae :Ecclesiae ,~am, quam habet ab Apostolis traclitionem ct annun-
tiatam hominibns ficlem, per succ?ssiones Episcoporum usque acl nos indicantes, con-
funclimus ornnes eos, qui quoquo modo ... colligunt ... in yua semper ab his, qui snnt
undique conservata est ca quac est ab Apostolis traclitio, .. Hac orclinatione et suc-
cessione ea, quae est ab Apostolis :n Ecelesia traditio et veritatis praeconatio pervenit
usque nos. 4. 1'antae igitur ostcnsione" cnm sint, non oportet adhnc quaerere apncl
alias veritatem quam facile est ah Ecclesia sumere, cum Apostoli, quasi in cleposito-
rium clives, plenissime in eam contulcrint ornnia, quac sint veritatis, uti mnnis qui

http://www.obrascatolicas.com
§ 33. EXISTENCIA DE LA TRADICION. 275
velit, sumat ex ea potum vitae ... Propter quod oportet devitare quidem illos; quae
:.utem sunt Ecclesiae cum summa diligentia di( de )ligere et apprehendere veritatis
traditionem. Quicl enim? Et si de aliqua modica quaestione disceptatio esset, nonne
oporteret in antiquíssimas recurrere Ecclesias, ... et ab eis de praesenti quaestione
sumere, quod certum et re liquidum est? (III. 5): Traditione igitur ... sic se habente
in Ecclesia et permanente apud nos, revertamur ad eam, quae est in Scripturis osten-
sionem ... ostendentes, etc. Luégo hacen referencia á aquellos pueblos que sin papel
ni tinta "veterem traditionem diligenter custodientes,, conservan la fe católica.
Dedúcese de esto: a) Que, en sentir de San Ireneo, la Tradicion constituye
una segunda Regla de fe, independi ente y distinta de la Sagrada Escritura.
b :1 Esta Regla ele fe es el medio primero, universal y ordinario que se ha em-
pleado siempre en la predicacion de la fe. e) El encargado de anunciarla y
conservarla es el magisterio de la Iglesia, representado en los Obispos.
d) Ella con;-;tituye el criterio para discernir la venlaclera doctrina católica.
Tertuliano almle. en varios pasajes de su olira (De praescript. c. 15 sq.), á
la Tradicion qne condena las enseilanzas de los herejes. y que nos da a cono-
cer el Cánon y la interpretacion de la Sagrada Escritura. Coron. mil. c. 3:
Quomodo usnrpari quicl potest, si traditum priu,.; 11011 est? Etiam in traditio-
nis obtentu exigenda etit, inquis, auctoritas ,.;cripta. Ergo quaeramus, an et
traditio nisi ticriptajnon debeat recipi. A seguida menciona varios puntos re-
lativos al dogma y á la disciplina que se furnlan en la Traclicion ... Ter
rnergitamur ... Olilationes pro defunctis, pro natalitiis annua die facimus ...
Harum et aliarmn ejusmodi rlisciplinarum, si legem expostules scripturarum,
nullam invenies: traditio tibi praetenditur auctrix, consuetudo confirmatrix et
fides observatrix. Rationem traditioni et consuetuclini et ficlei patrocinaturam
ant ipse perspicics am ab aliquo. qui perspexit, clisces. Interim nonnullam
esse credes, cni rlelieatur obsegnimn.
Entre los Padres antimonárquicos descuella San Atanasio por la frecuen-
cia con que alude á la Tradicion. Los Cánones y ]a;.; decretales "sx 7WV 7ta.71:pwv
+,:J.wv xa.Àwç xa.~ ~s~::t.l.wç i.a.psooO·r,cr-a.v,,. Encycl. ad Episc. n. 1. De la misma
manera se expresa A pol. e. Arian. n. 37: 0\011.cr-xa.1-l11.'1, -:·'r,v '-ª?'): -:wv <.a.7Épwv
a.v-:o•.ç 1.11.pa.oo~s(7a.'1. Ep. ad Episc. Aeq. et Lili. e. 8. C. Arian. Orat. I. n. 8.
Ep. I. ad Serap. Ep. acl Epiet. 11. 3. Otros haeen notar que es suficiente argu-
mento contra los herejes el poder decirles: ovos -:a.0-:a o~ <.a.'t'spsç EC(pov.:;;,cr-a.v.
Ep. acl Adelph. n. n. Basil. Ep. CXL. 2: :Zmp i.a.pà 7Wv 1.a.'t'sptuv Õso~óayp.s0a.,
7CX.U't'a. 't'o(ç Efl•J7W7W ·r,:úç o\11."{','!:)),ofl.E'I. Este 8anto Padre asegura explícita-
mente que para él la Traclicion tiene la misma :rntoridad que la Sagrada Es-
critura (De Sp. st. XXVII. GG): 7·r,'1 au-:·r,'I \cr-·/.)'1 EJ.Y· <-poç -:·r,'I sucr-É~E\CX.'I. En
confirrnacion de su aserto cita várias prácticas de la Iglesia pertenecientes á
la disciplina y al dogma, y aduce corno prueba del valor de la Tradi-
cion la circunstancia de no haber sido comunicada á los paganos ni á los
catecúmenos (1. e.). Hé aquí lo que elice San Gregorio de Nissa, c. Eunom.
C. IV. p. 654 ecl. Mign.: 'Apxs ~ yàp s[ç :ii.o(b~\v 7o:J ·r,f!-E7spou Àoyou, 70 sxm
l{J ~1 ' t - \ r"'."1 ?" i -·
~ 1 , i
{JI ,
i.a.-:povsv ·r,xoucr-a.v 7tpoç ·l)p.a.ç 't''fJ'I i.a.pa.oo7W, o\O'I 7\'ICI. XAY,pov o•. a.xoAOUv~a.ç sx
7W'I :i7tocr-70Àlv'I Ó\il 7W'I E(.Os!;Y:,ç
,
á:vLtv'I
J
7ta.oa.i.su.(!)8€v7a..
' 1 r
Y San Epifanio, Haer. LXI.
t): ~E ( OE xa.l •mpa.oócr-s~ xsxp1icr0a.~' ou rllp 7tclVW :i7to riíç 0da.ç 'YPªti1iç õúva.'t'a.~

http://www.obrascatolicas.com
276 PARTE SEGUNDA. L IBRO SEGUNDO. SI<;CCION SEGUNDA.

... q, , (J ... ' ' ' , ..... ' ... , • ... f


J...ct.(J-t':'.1.VS71J'.1.'... 0'..:'.1. ":':J. p.~v S'I )'PClf X ~ç, , ... , ' ,
";'IX 0$ S'I 7t:1.p(X.ôOO"S'.. 7:(X.p~owxa.'I O'.. '.1.~' 1..0 1• ~:r:o-
1

a"tO'A 01.,. H aer. Lxx~·


..1.. \: .
8 'A '1'.1."'(Y..~.t.w;
:
' ' SXX
.,, . ) :t {7'.':J.
' '":'0:.J'70
- Z~'.":SJ...s
. ' -~' í:~f'=l.000"!.V
.~ 'Aa.-
[3ou'J"l1. ita.pix. ..-.:et.-;~p(JJ'/ x. --; . ).. S:~n Cirilo de Alejandria ( Horn. pasch. YIII. 1)
aconseja que se guarde ~'-:·li; Sxxi\·r,13~~.; -;.Yi·1 1:':J.piàoa-1.'1 xx&~7i:sp '7'.. xsi.p.-f,)" ~.w Sv 1..

-ro"iç -:-líç xa.pÕl.11.ç •11.r-~s(o•.; E::1-;l.9s~ç :i, y al combatir la doctrina de N estorio


( c. N est. II. 1) ap elft á "':'0'1 •pÓ..-.:O'I ":W'I sxxÀ·r,O"b.ç Õ~ÕC1.'J"Y.:Ü,l1)'/"' no sin hacer
notar ( Exp. LV. in S. Symb. De r ect. fid. n. 17 ) qn r. 8Ólo HÍgue " -:~ 7t'.Y.p11.Ôón1•
't"W'I iiyl.tv'I &ito0"-;Ó),1.i•1,, . Y que tanto la divina maternidad de J\Iaría (Ep. I. 3)
como las disposicion es del Concilio niceno emanan de la '11 radicion de los
Santos Padres ( Ep. XVII. H; XXXI:S:. 108). Seguu la expresion de San Gre-
gorio de Nissa, la Tradicion es ~et.0" 1./, 1.Ú, dõó, ( Or. XXXI. 1:2; XXX.II. 27), y
San Juan Crisóstomo dice ( ln II Thess. Hom. IV . :3 ) : por cloude se ve que
los Apóstoles no com;ignar011 en sns Cartas t.oda la doctrina , á11tes bien ense-
iiaron verbalmente ( 'l.•/o'l.:::10; l muchas cosas que dcben trunbi en creerse: ..
" '
"itet.p:ioo71.; 27-;•., r-·1,ÕS'I .. l.so'I ~·1,-:s•. ,, ( in II Tim. H orn. III. 1 i: Ou
Õ•.ix. ;-pa.r--
p.&'twv p.Ovo·1 -:-~ -;-:p,-.x-: ±'l. 07:s":'~Ús·:o 7<) :J.a.8·r1 -:~.~ 'l./_''A' ·f.(Iri Y.'.1.~. 0 .'.l f·r,r.i-:-w'r 77.o)J\1
1

-v?:o ct.u-:i:) x'.Y.\. 'l.vzf.:::t•>~ <.::t.osÕtüY.r1. S an A g· n;,;tin i Rcnn. CLII n. 2 ) Ye en los


j ~ • 1 1 1 • \ ~ '

sufragios por los 1.l ifm1tos nn11 prueba más de la importaneia que tiene la
!,· · Tradicion: Hoc enirn a patri b1H traditum , nnin'r,.;a 1.\isPn-at E cclesia. En la
Tradicion tiene tainbicn h'lt fn11 damento la docrrin11 r e1atiYa á la ,-alidez del
bautismo de lo:> hen:j es ( De baptism. II. 12 ) : Quam con:rnetndin em credo ex
apostolica tra<litiou o ven ientem: sicut multa, q1we non im:cniuntur in literis
• eorwn (Aposto!. ) n eq11e in co11ciliis poster ior11m , oi. t. ~unen, qnia per uni ver-
sam custodiuntnr E celesiam , w•n nisi ab ipsis tnulita ot, eommendab dicun-
tur. Cf. ib. IY. 30. Dol mismo pareceres 8 an J eróui rno ( a<h·. Lucifor. Calarit.
n. 3. ) : Quae per n adit ionem i t E cclesia observan tu r, anctoritatmn scriptae
legis usurpant. No c•s rn•:enos <' xplíciro San P erlrn Cri ,./,lngo ( St?1·lll. LX ', : Fi-
dem , qnam credi mn s ct 1.l ocem ns non mram ent•:•. sr,(1s1 ,irirn,1;on1me11damns
pectori, non cha rtac. chmn s monori ae . non li lirri: cf. Serm. LXII. Los San-
tos Padres buscan en la Tradif' ion los últimos y <l Pr i;;i vo,; argumentos para
todas las cuestiones quo h acen relacion al dogma ó ;'t la li tnrgia ! Iren. III. 4.
Basil. Sp. s. XX\YII. rn. Tert. I. e.): es el fundamemo de lrt fe en Jesucristo
( Basil. l. e. X. 2G; XX\'II. IJI ) \" en la Trinidad í lcl. /. e. aclv. Eunom. I. 4. 0.)
San Greg. N nz. l Orat. XXXI. :1 2 ; da testimonio dei C:rnon de la tlagrada Es-
critura ( '11ertull. Prae::>Ct'. e. HI. ]~ useh. H . E. III. 24-. 1lleroriym. ~~p. ad Dam.
Aug. e. Faust. XXXIII. li. D; XXVIII. 2. Orig. ap. En:-;nb. l. e. VI. 2 r) ) .
5. La Iglcsia lrn obrado siempre em1fonne á e:-;ta 1loctrina. A t>í vemos que
la r egla dada por cl papa 8 an Es téban en la cuestim1 r elativa ai hautismo de
los herejes parn. pr0T"nir int.cq .r ernciones ;mbjetiy,1s ele la Sa,'.!;rada Escritu-
ra , eR la 11orma :'t (1n e todo:" a;nstaron d esp tw:" sus actn;:: Nihil innovetur ,
nísi quod trafl[tnm est ( Cypr. Ep. 75 ). Y los Concilio:-: h:rn reeha;-;ado siem-
pre las innoYacione" ap oyándo:->e en la Tradicio11 nwihida de lo s SA.ntos Pa-
dres. Vinc. Lir. 1. e. c. 23: R oe inquam $emper, ncc gniclquam praet erea.
haereticorum novitatibus excitata, conciliornm suorum llocrnt.i,; perfecit E ccle-
sia, nisi ut quod prius a majoribus sola tradition e susceperat, hoc d einde

http://www.obrascatolicas.com
§ 33. EXISTENCIA DE LA TRADICION. 277
posteri s etiam per Scripturae chirographum con ~ignaret, magnam rerum sum-
mam paucis literis comprehendendo, et plerumqu e propter intelligentiae lucem,
non novum ficlei sensum novae appellationis proprietate signando. Segun la
explícita declaracion de San Atanasio ( ad Afr. n. o. 9 ) , T eodoreto ( H. E. I.
7 ) y San Cirilo (l. e.), el concilio de Nicea ;.;e fundó en la Tradicion para con-
denar la doctrina arria.na; el de Efeso tuvo t ambi en en cuenta la Tradicion de
los ~anto s Padres, como se desprende de las Cartas de San Cirilo y de
P. Celestino á Nestorio y de las mismas A ctas ( l\fans. IV. 11. 38 sq. V. 315
sq. ). Véase H éfele , Hist. de los Con. II. En la Carta dei papa San Leon á
Flaviano , que sirvió de prclimi1rnr al con cilio de Calcedonia, se expone el
dog ma de la Encarnacion tomando por ba,,;e la doctrina ele los Santos Padres,
y el quinto Concilio funda ,;u,; clecisiones en la Sagrada Et-:critura y en el testi-
monio de los Padres de la l g lesia. P or la misma r azon el 8egundo concilio de
Nicea declara que es su volnntad conservar integras todas las Tradiciones, lo
mismo las escritas qne las oral es ( l\fans. XIII. 410 ).
6. Tambi en los herej es reconocieron el principio de la Tradi cion oral,
unas veces presentando tradi ciones <lesco11ocidas y falsas para apoyar sus
doctrinas, como los gnósticos, otras explica ndo segnn sn criterio la s admiti-
das por la Iglesia , como los arria.nos.
Ya San Vieente d e L erin ex pus o , con gran copi a de d atos , la rela cion entr e la Tradi-
cion y la Sagrada E scritura y la d e amb as con líl. Iglesi a \ Comm on itorium adv. hae-
rescs). E n su sentir, la fe pu e1le fnndars e, en con trap osicion á la lier ejía , e n dos t esti-
monios: la m1toridad de la Jpy divina, ú sea la J~ iblia, y la Tradicion d e los Padres
r Praef. e. e. 1 1: la última sirve para rcstablecer · e. 2. 2ií ) la "ecclesiastici P.t catholici
sensns norma .. , parti cu.larmente en los casos eu rp1e l a i nteligencia d el Sagrado 'Texto
ofrece d uda ( e. 29 ), ó en lo s que h a hahi do abus o d e la ;.)agrada .E s critura por parte
d e los herejes . P er o no se crea que el m en cionndo escritor a cepta como n orma de fe
cu a lquier 'rradi cion, ª'i com o tampoco a dmito cnalguier libro ap üorifo c uya redac-
cion se atribuya á un Apóst ol, y a que la I g lesi:.t es t ambi enjuez cn las cuestiones que
hagan r elacion it la Tra clicion, como en las que emanan de la Sagra da Es critura.

II. La existencia de las tradiciones, ó sea tle dogmas y de princí-


pios de disciplina con carácter dogmático que se hallan admitidos en
lâ Iglesia sin estar contenidos eu la SagTada Escritura , se dernuestra
por los hechos y tcstimonios siguientes:
a ) La doctrina relatiYa á la inspiracion y al Cáuon de la SagTada
Bíblia. b ) La doctrina sobre la rnlid ez del bautisrno de los herejes.
e ) La doctrina relativa á la legalidad y validez del bautisrno de los
niiios. d ) La doctrina de la fórmula con que se administra el bautismo
legal. e) La abrogaciou de la ley relativa á la abstincncia de sangre y
de carne de anirnales muertos por sofocacion ( Act. 13, 29 ), y el pre-
cepto que prescribe la celebraciou del domin go en vez de la del sába-
do, etc.
l. Eusebio ( H. E. VI. U), Orígeues (l. e:. 25 ) , San Agustin ( C. ep. Fun-
dam. e. 5) y otros, no reconocen otra garantía del Cánon de la Sagrada Escri-
tura que la Tradicion de la Iglesia. Oigamos lo que elice San Agustin acerca

http://www.obrascatolicas.com
278 PARTE SBGUNDA. LIBRO SEGUNDO. SECCION SEGUND~.

del bautismo de los herejes (De unit. Eccl. e. 14): Hic forte dicis, lege mihi,
quemadmodum Christus suscipi j usserit eos, qui ab haereticis transire ad
Ecclesiam volunt. Roe aperte atque evidenter neque ego lego neque tu ... Curo
hoc nusquam legatur, credendJm est testimonio Ecclesiae, quam veracem esse
Christus testatns est. (De Bapt. V. 23): Apostoli nihil quidem exinde prae-
ceperunt ( en la Sagrada Escritura); sed consuetudo illa, quae opponeba-
tur Cypriano, ab eorum traditfone exordium sumpsisse creifenda est, sfrut mul-
ta, quae universa tenet Ecclesia, et ob hor ab Apostolis prnecepta bene creduntur,
qumnquam scripta non reperiantnr. Cf. li. í. IV. 6. e. Crescon. I. 33. Hiero-
nym. e. Lucif. 23. :26. Respecto al bautismo de los niií.os, dice Orígenes ( in
Rom. V. flj: Ecclesia ab Apostolis traditionem accepit, etiam parvulis baptis-
mum dari. Cf. Horn. VIII. 3 in Lev. Hom. IX. 4 in Jos. Y S. Agustin (De
pecc. mer. et rem. I. 21i): Parrnlos baptizandos es:-;e concedunt (los pelagia-
nos), qui contra auctoritatem nniversae Eccleoüae procul clubio per Dominum
et Apostolos traditam venirP ll on possnnt: cf. /. e. III. 2. Gen. ad lit. X. 23.
Senn. CCXCIV. 14. CLXXVJ. 2, y el principio fundamental que desarrolla
en su tratado De Baptism. IV. e. 24. Irem. c. Haer. II. 22. Y éanse en Tertu-
liano las prueba:-; de diferentes tradicioues dogmático -di,;ciplinales, como las
pro mesas del bautismo, la triple inmersion, la senal de la crnz, etc. (Cor.
Mil. c. 3. 4), en San Basílio (De Sp. st. e. 27), las que se refieren ú la fór-
mula de la consagracion, lrnndicion dei agua bendit8 y del óleo :-;auto, etc., y
en la Apología, los dogmas del cristianismo YI. vcr,.;ion de Ayuso, testimo-
nios de protestantes que deli er den la n ecesidad de la Tradicion.
2. Así vemos que en la economia del Xnevo Testamento, lo mismo que en
la del Antiguo, la 'l'radicion e,,; cl medi o para llegar á la posesion de verda-
des y práctic.as reveladas por Dios. En el Antiguo Testameuto fué la Tradicio11,
hasta l\foises, la única fuente <le la fe, y despnes de l\foises ella es la que cus-
todia la Biblia y guarda el sell'ido clel Nagrado Texto, estando especialmente
repre,:entada por los Profetas. J os. Fhi \·. e. A p. I. ~: por euya razon tambien
los mismos judíos adrnitían únte;:; ele J esucristo, juntamente con la ley escrit<l
(::in::i::iw ;'i~,ri), nna ley oral (-;:::':i::::io ;'i°:'l"') que nn era lícito siquiera con-
signar por escrito. Halichoth Jlam I. e. 1. De ella se originó más tarde, al
finar el segundo Higlo, el Talnrnd. 'vVaehner, Antiqq. Hehr. I. 25!3. Je,;ucristo
( Matth. lã, 3. 11Iarc. ·1. 8 ! sól o rec-.liaza las falsas tradieione,.; humanas co11
que se pretendía alterar el espíritn de la ley, mas no la 'L'radicion en general
(Act. 6, 14.. G>tl. 1, 141. Reprobó la pervenii(lad de algnnos individuos, !"
áun tal vez de escuelas entern,s: pero eo-:ta reprohacion no alcanza en modo
algnno á la totalidad de la tfoctri11a dominante, qne tm·n plena confinnacion
en los discursos y pariibolas <li> .Jesncrishl y en las ensefianzas de los Apósto-
les. Las creencias relativas á h Resnrreccion, el Paraíso y el Infierno se lrn-
bían conservado principalmente por trnsmisio11 oral, así <:omo grau parte de
las tradiciones relativas á los i.ngeleo; ,\· ,·l lo,; ;lspíritus que prevaricaron. Cf.
Hebr. 9, 4. Gal. 4, 2G. Hebr. 11, 10. II Cor. 2, a. II 'fim. ?, , 8. II Petr. 2, 1
Jud. 6.

http://www.obrascatolicas.com
§ 33. EXISTENCIA DE J,A 'l'RADICION.

III. Aunque las tradiciones de la Iglesia no se escribieron, como


las doctrinas contenidas en la Sagrada Escritura, bajo la inspiracion
del Espíritu Santo, no por eso está ménos probada su certeza y su in-
tegridad ménos garantida, como lo demuestran los siguientes hechos y
argumentos :
a) El hallar::;e ya consignadas por escrito, desde los primeros siglas
de la Iglesia, en las Actas de los Concilias y Sínodos, en las obras de
los Santos Padres, eu los lihros litúrgicos , etc., etc. b) El haberse
:fi.jado de esta manera tales tradiciones , precisamente para oponerlas á
las innovaciones de los herejes , que reclamaban un exámen detenido
de las tradiciones subsistentes en la Iglesia. e ) La confesion pública y
general de las doctrinas tradicionalcs y su no interrumpida observancia . ·'---·-
constituían mia segura custodia y una especie de censor constante que
denunciaba toda innovacion introdncida en ellas y la rechazaba sin
demora. d ) E! encargado de practicar esta vig·ilancia es y ha sido
siempre el magisterio de la Ig·lesia, e:;;tablecido por Jesucristo para
guardar el depósito de la fe con el auxilio del Espíritu Santo; cuyo
magisterio, formando un cuerpo perfectamente unido entre sí bajo la
dependencia de la Sede Romana , constitu,ve la tradicion pura de la
Iglesia , conservada sin mezcla de error a través de los siglas, como
que esta en nu todo conforme con lo que han enseuado los Santos Pa-
dres. Así corno al rnag-isteri o de la Iglesia corresponde determinar con
autoridad infalible el Cânon y la enselíanza dogmática de la Sagrada
Escritura , de la rnisma rnanera es el único que puede explicar el senti-
do de la Tradicion y distinguir la que es de orígen divino de la pura-
mente humana.
San Agustin clescribe con nrnclrn exactitnd el cuidado d e la Iglesia en con-
ser var la pureza de sus tradiciones ( De bapti8rn. \ ". 1 ). Claro está que la
confesi on nnánime d e toda la lglesia es más digna de respeto que la opinion
particular rle San Cipri ano y de sus adeptos, " cuj us se illi membra esse
gaudebant et unde se neque ipsi praeeidenmt neq ue rliven;a sentientes prae-
cidi passi :-mnt, donec aliqnando in Domini rnhmt atc per plenari nm Conci-
limn licet post multos annos quid esset r ectius dnceret , non aliqua novitate
institnta, sed antiqnitate roborata. Iren. III. 3. 4-. Nonn e oporteret in anti-
quíssimas recnrrere E cclesias ... et ah ei 8 de praesenti quae stione sumere,
quod certmn et re liquidum ei=<t" Cf. n·. 2íi. Optat. l\IileY. De Schism. Douat ..
II. 3. Augnst. Ep. LIII. 2. Tertullian. Praescript. e. 21: Quid praedicaverint
Apostoli: non aliter probari debern .. . nisi per easdem E cclesias, quas ipsi
Apostoli condiàerunt. Los Obi spos de estas l glesias son (e. 32) apostolici se-
minis traduces. Por consiguiente, á ellos corresponde conservar y trasmitir á
los demas ( D e carne Chr. e. 2): Quod traditum erat, id erat verum, ut ab iis
traclitnm, quorum (uit tradere. Yin c. Commou. e. 29: Concilium Ephesinum,

http://www.obrascatolicas.com
280 PARTE SEGUNDA. LIBRO SEGUNDO. SECCION SEGUNDA.

cum de sanciendi s fidei regu is disceptaretur , ... universis sacerdotibus , qui


illo ducenti fere numero convenernnL hoc catholicissimum, fülelissimum atque
optimum factu visum est , ut n rrnidinm sanctorum patrum sententiae profer-
rentur, quorum alios martyns , alios confessores, omnes vero catholicos sa-
cerdotes fuisse et p ermansis~:e constaret; ut scilicet rite atque solemniter ex
;· .
eorum corrsemm atque decreto antiqui c1ogrnatis religio confirmarernr et pro-
fanae novitatis blaspbemia condemnaretn r.

§ 34. CRITERIOS QUI: E~SE:5iAN .·~ CONOCEll LA YERDADERA


TRADJCION.

Bcllarm. /.e. IV. !J. ~:I. Cano/.,·. III.!. Kilber 1. r. íJ sq.

I. Al magisterio de la Ig lesia conesponcle decidir, cn última y su-


prema instancia, si es leg ít ima una Tradicion acerca de un punto rela-
tivo a la fe 6 á las costnm bres, y si sn contenic1o es verdadero, por ser
depositario de la Traclicion y su intérprete infalible, qne se halla asisti-
do por el Espiritu Santo.
1. Cf. I Tim. 2, :2. Qnae audisti a me per 1111tltos testes , haec commenda
fic1elibns hominibns. lren. /. .·. T r rtnll. r. e. e. .3:2: H oc enim modo ecclesiae
Apostolicae cc nsns s11os 1lef,·.nrnt, ;-;Ícut 8rnyrrrn eornm f~ccle sia Polycarpum
ab Joanne collocatnm refert, :;icut R omauornm Cl ementcm a Petro ordinatum
itidem. P erinde nhiqnc et ce erae oxhibe11t quo::; ah Apostolis in epi;;copatum
con stituto ~ apostolici semini" tmduces habeant. DB d0111le se infiere que el
.iefe d e la lglet>ia romana (e . BG i es órgano y j nez de la Trndicion cn última
instancia, á la veíl que prep<'.sito ele todas las I glesias , en particular de las
apostólicas, á quicn correspo11de dar test.iino11io de b Tradii;ion 1. quorum fuit
tradere ) ; y asi como todas las ig l e.~ias fonna n u11 :iÓlo cnerpo indivi,:lihle
(e. :20: urra ornn esj, asi tambi1 ·11 e" una la Trn<li eion ele las iglesias apostó licas,
cf. Iren. III. 3, muy parti cu! armente la 1l e la lglesia romana, P ll la cual los
apostoles Pedro y Paulo denamaron co11 su san~re totam <loctrinam ( e. 3'i).
El Espíritn Sont o cs la última y suprema gantnt ía do b. venlad. Tertull. l. e.
e. 2~: AgP nunc omnes ( Pcc le,;Íae' erraYerim , 1l eceptns sit et Apostolus de
testimonio re<l<lenrlo: nullmn re.1pc:í ·erit Spiritus srmclus, nt eam in veri tatem
induceret, ad hoc mis,.;us :t Christo. nd hoc postulatns a P atre, ut esset. d o-
ctor veritat.is; neglexeri.t offic imn et villiGus, Christi vicar ius sinens Eccl esias
aliter interim intelli.gere, aliter crodere, qnod ipse per Apostolos prnedicabat.
De esta mrmera la creencia u11ÍH•r sal d e toda la lglesia e8 un <-riterio de la
verc1ac1era Tra<licion , pero SCJlo L:\jo h ,lepenclencia del magisterio eclesiás-
tico y en union con el mismo , no por sí su la , bajo la forma de opinion p úbli-
ca, ciencia, ni baj o nu concEpto clemocrútico : ya q uo el magisterio eclesias-
tico es órgano de Cristo, no ~,; órgano y r epr esentante do la comunidad.
2. La misma autoridad q.ie nos sirve de fundam ento para admitir el Cá-
non de la Sagrada Escritura y rechazar los libras apócrifos, nos garantiza
tambien la wnl acl ele las clemús tradiciones de la Igl esia; pero el magisterio

http://www.obrascatolicas.com
§ 34. CRITERIOS DE LA VERDADERA TRADICJON. 281

infalible que nos da certeza en uno y otro caso no excluye la investigacion y


el examen racional del hombre. Augustin. l. e.
3. Por consiguiente, corresponde (t la ciencia suministrar y restablecer
las pruebas tradicionales, como tambien esta en su terreno al investigar el sig-
nificado del Sagrado Texto, para dar razon de rn contenido; pero no es ella
la que saca de la Sagrada Escritura, con certeza infalible, el objeto de la fe;
esto corresponde al magisterio ele la Iglesia. Cf. Prop. clamm. ab Alex. VIII.
Prop. 30. Ubi quis invenerit doctrinam in Augustino dare fuudatam, illam
absolute potest tenere et docere, non respiciendo ad ullam Pont.ificiR Bullam
( Denz.1187 ). Of. ViYa, danrn. Th. p. 474. Pin~ IX. d. 28. Oct. 1870: l::le
ipsos singuli per suam fallil1ilem et follaccm scienr.iam inclepen<lenter ab .
auctm·itate, immo etiam contrn. a uctoritatcm hujns <li,·initus onlinati magis-
terii constituunt jnclice ..; dogmat nm, quae in fontibu,; rcYelat.ionis continean-
tur ... Quasi Yero non i,; sit onlo fid ei a Reuemptoro nostro in ::ma E cclesia
institutns, sempenprn retentns , ut ipsa llogmati;-; tlefinitio hab eri debeat per
se sola 1mfficiens, certis,;1111a et omnibus lillelibus accornmodata demonstra tio,
doctrinam definitam contineri in deposito revelationis S<'l'Íptae vel traditae.
Unde tales definitiones nece1;sari o sunt et quovis tempore fuerunt incommu-
tabilis norma sicut pro fide ita et iam pro sciemia catholica, ad cujus munus
nobilissimum pertinet ostewlerc, quomodo doctrina eo ipso sensn,. 1j1t0 defi11ita
est , in fontilms rnelahmâs ro11tinealnr. Darla la naturaleza y calidad de las
foentes de que emana la Trn·licion , e;:;, en cierto modo , más indi spensable la
explicacion legal de :ms ense:i\anzas por el magisterio de la I glesia qn~ la
exposicion del Texto ,le la Sagrnc1 a E;;critur:.t, y eu e,;te sentido e.~ cierto que
en la Tradicion se encuentra la expli cacion de la Biblú; pero it ,,u vez la Tra-
dicion neeesita ser explicada, ya que todas la::; herejia::;, hasta la prote8tante
y la jansenisra , se fnndan en una Tradic:ion faba ó á lo ménos mal explicada.
II. Hé aquí las reglas que pueden servir para examinar las tradi-
ciones :· distinguir las verdaderas de las falsas.
A. Respecto de la Tradicion dogmática:
a ) Es Tradicion Yerdadera toda doctrina que cree como dogma de fo
la Ig·lesia universal. b) Tambien es Tradicion Yerdadera aquella doc-
trina que la Iglesia ha creido y enseiiado en todo tiempo. e ) Toda dis-
ciplina dogmática que, no pudiendo ser instituída sino por Dios, se ha
practicado siempre en la Ig-lesia, proviene de Jesucristo y de los A pós-
toles. d) Es Tradicion legítima y Yercladera toda doctrina que los
Santos Padres y cloctores de la Iglesia, à lo ménos en su mayor parte,
designan como diYina, à la vez que rechazan como herética la ense-
i'ianza contraria. e) Es asimismo legítima y verdadera la Tradicion de
una Iglesia particular, de fundacion apostólica, como Roma, siernpre
que no se haya interrumpido la série de sus Obispos desde el fundador
hasta el presente.
B. Respecto de la Tradicion apostólica:

http://www.obrascatolicas.com
, :·.··

282 PARTE SEGUND).. LIBRO STfüUNDO. SE CC !ON SEGUNDA.

a) Sou instituciones apostólicas aquellas prácticas que, si .bien han


po<lido ser introducidas po·· los j efes de la Ig lesia, no tienen oríg-en co-
nocido, y sólo se sabe que han estado siempre en uso en la Iglesia uni-
Yersal. b) El testimonio de los Santos Padres en favor del carácter
apostólico de una Tradicion. e:; tambien decisivo y prueba su legiti-
midad.
C. Respectu de la Tradicion purame nte eclesiástica:
Dehen considerarse comu tales aquellas prác ticas cuya índole especial
acusa un orígen posterior al período apostólico, 6 cuyo principio eu la
Iglesia es conocido , ó que sólo tienen aceptacion en una Ig-lesia par-
ticular.
1. B elarmino (l. e.) enum era ltninqne via;;, quibu,.; iu cognitionem ve ra-
rum tradiüonum p e rveninrn .~. Qnando Ecdcsia universa aliqnid tanquam íidei
dogma amplectitur. Quaud•) uu iverna E cclesia al iquicl ::;ervat, qiwd uemo con-
stüuere potnit u i si Dens. ILL q nod in E cclc sia m1iYnsa et onmibus r etro teinpo-
ribus servatum est merito nb Apn.1·tolis creditur institnt nm. Cum 0111nes doctu-
i·es Catholici comm nui consen:m doce11t. alíqnicl c·x Aposroli ca rraditione de;;-
cendere. Id tand em sine dnbio credendnm e::; t, ex Apostolica tradihone
descendere, quod pro ta li habetm in illis E cclesiis, nbi e.st integr a et conti-
nuata ab Apostohs successio. En lo e;:;encial co11cuord :m con éstas las reglas
que dan Melchor Cano y San Alfonso :;\f. de Ligorio.
2. Sobre los puntos A. a. véa;-;e San Ireneo, III. 2. T ertnliano, /. e. e. 28.
Augustin. De B aptism. II. :2. Hieronym. ad Yigil. Ep. 75. Yiuce nt. Lir. l. e.:
Scq uemnr uni versnlitatem . . . si hanc :fidem verarn e,;;;e fateamnr, quam t ota
in orbe terrnrum coníitetnr Eecles ia. b. An gustin . l. t. II. 7. Gen. ad lit. X.
23. Yin c. Lir. e. 2. e. Ler1 Ep. XIII. ad Ang. Hieronym. Ep. ai.1 P amrnael1.
XLYJII. 15. d. Iren. JII. 3. '1\,rtulli:in. /.e. e. ilh.
Sobre B. a. Con"i'ilt esE: Ang11 sti n. De Bapti"m. III. 7. TY. :2 ;~. b. Tertnli :c-
no ; Coron. e. 3. 1. S. Basil. d E· Sp. :<t. e. :27.
Sobre C. San Yicente dl' Lerin. l. e. e. :20 - :2:2. :28.

§ :35. l·T EW 'ES Y 1'FSTB 10NIOS DE LA TJL\DICIO!\.

I. Muchas y nrny diwrsas son las fuentes por las euales se recono-
cc en todos los tiempo:; 1a Tradicion de la Ig-lesia. En primer término
dehenws contar la en::;eii.anza pública de la misma Iglcsia, que se halla
expuesta:
a ) En las decisione:: dog·rnúticas <le lo,; Pontífice;-;, ó sea de.finitiones
dogmaticae ex cathed1·a. b En las decisimws de los Concilios g·enerales
ó en las de los particulares que han ohtenido la aprobacion de la Santa
Sede. e ) En las confo;ione::; publicadas por los mismos y eu los Cate-
cismos que hau obteni do tambi en su aprobacion. d En las liturgias,
principalmente las de las Ig-lesias más antiguas. e En la práctica de

http://www.obrascatolicas.com
§ 35. FUENTES Y TESTIMONIOS DE LA l'RADICJON.

la Iglesia, principalmente en la administracion pública de los Sacra-


mentos y en el culto religioso.
1. L a enseiianza de la I g lesia no es otra cosa que la Tradicion, que en
ell a se mantiene viva y e8tá identificada con ella. Tertull. Praescr. 18: Apo·
stoli eandem doctrinam ejusdem fidei nationibus promulgaverunt, ac proinde
E cclesias apud unam eandemque civitatem condiderunt , a quibus traducem
fidei et semina doctrinae caeterae exinde Ecclesiae mutuatae sunt et quotidie
mutuantur , ut E cdesiae fi an t. P or cnya razon es falso todo lo que contradice
la doctrina de la Iglesia católica. No solamente las verd aderas d ecision es <le
los Papas ex cat.hedra, si que t.amhi cn los demás escritos, actas y disposi-
ciones de la Sant a Secl e, son otros tan t os testimoni os que acreditan la doctri-
na de la mi sma Iglesirt. Asimismo las decisiones de las Congregaciones,
como las del Santn Ofic io y del Indice, aunqne en si no tienen carácter de
infalibles , por la autoridad docente ele que se hallan investidas dichas Con-
gregaciones debe11 ser acatadas :r recibidas cou r espeto. Pius IX. ad Archiep.
Monach. d. 21. Dec. 18153: Opus es:>e, nt ( viri catholici ) se subji ciant deci-
sionibus , quae ad doctrinam pertinentes a Pontifieiis Congregationibus pro-
feruntur . T ambien las decisiones de los Concílios particulares, áun cuando
no hayan obtenido la ap ro baciou explícita de la Santa Secle, tienen gran im-
portancia, como testi monio,; de la fe , en los pabes y épocas en que se han
expe(1ido. Si, por el co ntrari o, han obtenido e,;a aproliacion, como las decisio-
nes del seguntlo concilio de Orange , en i'í23, deben consider arsc como la ex-
presi on infalihle de la doctrina de la Iglesia. Respecto drl Concilio generaL
véase la Seccion tercera.
2. Entre los Símbolos admitidos por la I glesia uniYersal figura en pri-
mer término , a(lemas d e l:i fó rmula del bauti::nno , el Símbolo de los Apósto-
les bajo sus diferentes forma:> ( Denz. n. 1 sr1.), el símbolo Niceno-Constan-
tinopolitano , el ele San Atanasio y el de Treuto ele Pio IV. El Catecismo tri-
dent ino ó romano, de Pio Y -y Gregorio XIII, goza t.amhien d e gran a.ntoridad:
pero no tiene la import ancia de un Síml1olo, aunqn e baj o este concepto aYe11-
taj a á todos los <lemas Catecismo,; que están en n~o en los diferentes países.
San Agustin tomó por ]'Unto d e partida la liturg ia para combatir á los pel a-
gianos: De don. persev. e. :23. Ep. :217 ad Vital., por cuanto " lex snpplicandi
legem statui t credendi ,,. ?::2"crnria, D e litnrg . in r cb. thcol. nsu. La misma
argumentacion clehe aplicar,;e á las liturgias de la" sectas orien tal e,; má,; an-
tiguas, que son otros tantos tcstimoni o,.; il e la fo recibida de la I g lesia matriz.
Inut il es advertir que ni dichas I g lesia><, ni su1; litnrgi:1 s en particulrtr, go zan
de una antoridacl ab:>oluta. Las cer emonias ordinarias y públicas del culto,
principal mente las que se practican en la administr acion de los Sacramento:>,
asi como todas las manifestaciones de la Yida reli gio sa , la :;eirnl de la cruz,
las relíquias , el agua bendita, la,; imágenes de los Santos, no,; ret.r atau con
fidelidad suma las cr eencias de nnestros mayores.
Los obras más n otables wbre Liturgia son: I. A. Assem a ni, Co d ex liturg. Eccle,.
univ. Rom.17!9. E. Martene , De ant iquis Ecclesiae ritibus. Antwerp. 17G3. Renandot ,

http://www.obrascatolicas.com
2S4 PARTE SEGUNDA. L!BRO SEGU NDO. SECC ION PRIME RA .

Liturg. oriental. collect. Par. l r6. Bona , R orum liturg . J,L. duo. Aug. Taur. 1747. 5.5.
Muratori, Lit urgia Romana vff;us. 2 Vol. Gerbert, :'.\íonum. vet. Liturg. alem. San-
Blas. 1777 - 79. Daniel, Codex Liturg. Eccl. univ. in Epitom. r eclaet. ± Vol. :'11'.abillon,
foturg. gallic. Par. 1()85. Denzi11ger, Ritus Orientalium in administrandis sacramen-
t is. 2 Vol. H erbip. 1863 - G±.

II. Al lado de los documen tos que de un a rnanera autentica y pú-


blica expresan la creencía uní.-crsal de ]a Iglesia, los escritos de lo:;
~; Santos Padres gozan de g raH antoridad en con cepto de testimonios de
la Tradicion eclesiástica. Considerados los Padres c·omo norma y regla
de las pruehas tradicionalEs, dche tenerse en euenta lo siguiente :
a) No todos los Padres gozan de ig ual nutoridad; pero áun el que
hajo este concepto figure á la ea heza de todos . no es por sí sólo infa-
lible. ó ) El testimonio de rnrio;; Padres, aun que se h alle contradicho
por otros, siemprt' fjllf' és to;; sea n <'ll menor número , es de mayor peso
<1ue el de uno sólo, pero r o infalil>1E" e ) El t.estimonio unáuim e de los
Padres debe consickrarse •.·omo antoridar1 "uprerna en rnateria de fe y es
infalible.
1. Debemos considerar ,\ los Padre,.; lle la I gl esia hajo nn 1loblc f•,specto :
eomo varones eminentes ell enuli('icm .:'· saber. y c:o tno 11epositar:o,.; ele la 1'ra-
dicion , ya al expon er la docüina dfe b Sagmch Escritm·; t, ya tambien en la
ensefianza de los dog mas, d1 , la mo1.,tl y 11'· l a di:>ci plina de la Ig lesia. Aqui los
·~ onsideramos únicamente bn.io el seguncfo as pect o; peru á1m en este :-:elttido debe
establecen;e la de bid a di,.;tineion <mne lu 1p1e ensci'ut mqllícitamcnte la Iglesia
y aqnellas cuestiones c1ne, sah·a tidc, aclmiteu diversa:> interpretacio ncs. La
Iglesia de los prim cros sigl "s reconoda ya la aur.oritla•l de los Santos Padres.
A ugustin. e. Jnl. II. !) : QwH1 i nY en enmt Íll Ec(' lt> c' ia . trmn ern Ili: r1uoc1 didice-
rnnt, a P at r ibns ac,ccperunt , hoc fil ii:-: tradidPr nn t. e. 1('. H os ... ah Oriente et
Ü•:cidente cong r egato::: vide· ..:;, non in ln1•11111 . (1uo navigare C'O!(amm· horriines,
sed in lihrnm, cpli nn.Yigarc possit d h!Jmines. Q:rnnrn til1i e:;;,,e ,1: is ti jndices
npr.a l)ili ores, si teneres catholi<'arn fü1(·m, t:mtn tii1i tittnt ten·ibiliores, c1nia
n1Jpngnas ta~. holi c a m íirl cm. Yi n<:ent . J,ir. l. '" in tin.: :N.:icesse e,.;t proincle
omnibns cleincep s catholic s, <1ni ,;e se Ecde,;iae nunri,; legüimos filioti pro-
bare student, nt snnetae SS. J'a1 nim tidci inhaereant:, adglntinent ur, irnmo-
r iantur; profanas yei·o profrnoru m noYitate,; dete!;rentnr, h onesnrnt, i n secten-
tur , persequantuL Pero dond e principa lmente se destaca b auroriJad de los
; · ·'
Pad res es en ln,; Con cilios. rnnv parti cularmente en los de Efeso, Calceclonia
illians. VII. lWJ y segundo de Xi1,ea. Viucent. L ir. Co mmon. e. :W: Cnm ele san-
ciendis fidei regnlis cliscep taretnr .. , rn1i,r0rsi ,.; Epi scopis ihi co ngrngatis hoc
catholicissimum, tidelissinrnm at rine optinrnm fadn visum est, nt in medium
SS. Patrnm sentenriae proferrent nr ... nt ::;cl. rire :ttque ,;olemniter ex eorum
consensu atque d ecreto arniqni clogmatis r eligio eo ufirmar etur. Yéase p. '2í7.
2. Cuanto mCLS se distingue un P aclre de h Iglesia por su S<lllli1lad y sn
saber, mayor es su ant orid ad. Angnstin. l. e. p. :!3: Absit, ut tL1 aliud sape-
l'es 1, distinto de lo que eirnefia la IgJ e,;ia católica ) , et in ea tam praecipuus

http://www.obrascatolicas.com
. . /~

S 35. FUENTES Y TESTIMONIOS DE LA TRADICION. 285

emineres; gozan tambien de particular autoridad aquellos que han vivido


más próximos al período apostólico ó que mantuvieron más activa correspon-
dencia con los Obispos de Sll tiempo. ( Augustin. l. e. I. r) ). En igual catego- ·:-·.

ría se encnentran los que han d efendirlo especialmente un d ogma del Credo
católico, como San Atanasio, San Cirilo de Alejandría, San Basílio y San
Agustin; los inmediatos :mcesores de los Apóstoles en las Sillas que estos
fundaron , como San Clemente, San I gnacio y San P olicarpo, y aquellos
otros cuyos escritos han merecido elogio:; de los mismos Santos Padres
( Augustin. De praedest. Sanct. n. 7. H. De dono persev. n. 55 ), máxime cuan-
do estos hacen snyas las opinioues y teorías allí sust entadas, como las Cartas
de San Leon el Grande , las obras de t\an Agustin acerca de l a gracia y otras.
Los escritos de los Padre,; que. habiendo obtenido la aprobacion de los Con-
cilio:;, se han cowsiderndo como regia de fe, gozan ele autoridad infalible.
( L eon. Ep. 28 ad FlaYian. Cyrill. Ep. dter. acl N est or. :1 Pero hoy, como
siempre, se consiclera fa];.;a la Prop. 30 danm. ab Alex. YIII. A,;í lo r econoce
San Agust.i n refiriend ose á sus propios escritos ( De don. persev. c. 21 l :
N eminem Yelim sic ampl ecti 01nnia mca , nt me seqnatur nisi iu iis, in quibnf'
non me errnre persp exerit. ("~d Hieronym. ep. l !) ·) : Solis iis Scriptnranun
libris, qui jam canonici appellantur, didici lume cleferre honor em , ut nnllnm
eormn auct.orum scribendo aliquid errasse fi rmissime cre11am ; alios ant.em ita
}ego, ut qnanfali bet sanctitate et c1octrina polleant, nou ideo vermn putem,
quia ipsi ir.a senserunt; sec1 quia mihi, quod a. vero 11011 abhorrent , penmadere
potuerunt. Cf. De baptism. II. 3. C. Crescon. II. 39: N on accipio quod d e
baptiz andi::; haereticis beatu,; Cyprianus sensit, qni<l lrn e E cclesía 11 0 11 acci-
pit, pro qna beat.m; Cyprianus sanguinem fudit. 'l'hom. II. II. q. 10. a. 12:
lpsa cloctrina catholi connn doctormn ah E cclesia catholicn auctoritatem
habet ; unde magis standum e:,;t auctorirati Ecclesiae, quam auctoritati vel
Augustini nl H ieronymi vel cujuscnuque doctori,;. La aprobacion eclesiás -
tica tampoco puede dar c.arácter de infalibifü1 ad ú, los e:,;critos de los Padre,;,
siquiera ofrezca la g arantia de que e! autor vi vió y murió en el seno de la
IgleRia católica ( Vincen t. L ir. /. e. e. 3. e. :29. Concil. Rom. su b Gelas. I. a.
494. Mansi VIII. 148 ) : y a1mque da test.imonio del saber profundo de sus
autores, no excluye la po sihilidad cle qne ;;:e hayan equivocado en cosas de
secundaria importancia ( Facnn d. H r rmimi. defens. trium Oapit. VI. 5. ap.
Galbnd . XI. lJ. 13 1. Viva , Trutin . p . :2 141. Su auto rida(1 se <lestac;t de una
manera esp ecial cuaml o prueban la existencia d e una dochina en la Tradi-
ciou , y a con el deliberndo propósito ele hacer ta l clenrnstracion, ya tambieu
con el intento de combatir una herejia que sost.iene la t é,.;is eo11trnria, ó redac-
tando Catecismos para la ensenanza de la üoctrina cl'ÍHtiana en general. Cf.
Pr. l\Iaran, Praef. in Opp. t:l . .Justin. P. II. c. 13.
3. El conse11sus unanimi::; P atrnm d ebc entenderse en el sentido moral.
no en el matemático . Vincent. Lir. l. e. e. 2. Así, San Agustin cita once
Padres de la Igl esia ( O. Julian. II. 03. 31 ) y doce el concilio de Efeso ( Man-
si IV. 1183-95 ); áun en cuestiones importantes r elativas á la fe es suficiente
el testimonio d e la minoría de los Padres, siempre que sean de los que mayor

http://www.obrascatolicas.com
>
2S6 PARTE SEGUNDA. L IBHO SEGUNDO. SECCION SEGUNDA.

autoridad gozan en la I glesia y que los restantes no hayan sostenido teorías


contrarias. B ellann. l. e. IV. q. Vincent. Lir. l. e. c. 30; clcl concilio de Efeso:
Quanquam multo amplior maj :>rum numerus aclhiberi potuerit, secl necesse
non fuit, quia neque multitucli:1e testiu m negotii tempora occupari oportebat,
et deeem illos non aliud ver e sensisse qnam ceteros ornnes coll egas ~mos
nemo dnbitabat. Oigamos de qné man em expone Tertuliano el fund amento
de esta autoridad del consentimiento de los Padres, Praescript. e. 28: Quod
apud multos invenitur nnnm, 11011 est errat.nm, sed traditnm; eon mits amplitud
lo hace San Agnstin, l. e. II. 3í. Y el segundo concilio de Kicea \.Thfansi XIII.
2í3) conden a la doctrina de lo:> ic;onoclasta.~, diciendo que estos herejes "se
oponen á la enseilanza de los Santos Padre,; y eoutraclieen las tradiciones de la
Iglesia ,,. Por donde se ye qm el c;omu11 ,;entir de los Padres ele la I glesia se
ha seguido siempre como norma (1e fe (Yinc. Lir. e. 3) y cem perfecta justicia,
ya que si todos pudieran equivocarse, tambien podria caer en el error la
Iglesia, que signe su doctrina '..I<l. e. 31 ). Cone. Constaminop. III. (l\fansi XI.
1)32): ,-1)1
,;;:i.,
á:vLtv'I xa.l. Exxokwv ;;a.,btv'I fJ.7.J,rJ.'IW(.~ sufJda. -;c,LB~) XrJ.'r:rJ.XOJ,o'J&·l,crw;r1.·,
j ' ' 1 ' ,- 1

cf. Cone. Constant. II. ( M:ans IX. 201 ).


' . , Chalccdon. ( .Thfansi VII. 466. lH))_, ,
Ephes. (Mansi IV. 1183 ), Athanasius ad Afr. n. () (. refiriéndose al concilio de
Nicea ).
4. La misma autoridad que el consensns Patrmn tienen aquellos escritos
de los Padres de la I g lesia qlw , habiernfo obten ido la aprobacion de los Con-
cílios, se han admitido y reco1 ocido como regla de fe . Sicndo una la I glesi a,
basta el nnanimis consensus cl:i ]os Padre,; ocei dentales ú orientales respec-
t.ivamente. Augustin. l e. Jnli8.11. I. 4 ( Puto tibi eam orLis partem sufficern
debere, in qua primum Apos1.0lorum s norum volnit Dominus g loriosíssimo
martyrio coronare ... Xon est ergo cur provoces nd Oricntis antistites, quia
et ipsi utique Christiani ;.:unt , et ntriusqne partis rerrarmn fides ista una e;.;t,
qnia et fides ista christiana es .. .
õ. En asuntos qu e ;.;ó]o ha( en relacio11 it una ciencia profana, la voz de los
Padres no tiene mas :rntorida·l que la d A otro escritor cn alquiera. Thom. in
II . Dist. 14. a. :!.
Las obj eciones que Dallaus. J . Cleri t n ~ y Bas nnge furnlan en el dissensns
Patrum se resneh·en por la simple obs en·a eion il e qne la diversidad de pare-
ceres sólo se extiencle a algun c1,.;, y ánn en la ma:voría de los casos la diver-
gencia es mfl s bien aparente qne real , ya que sOlo consiste en fórmulas ó
expresiones que tienen perfecta expli c[1cion sin :;a!irse c1el sentido católico
( Athanas. De synod. n. lB. 14. 43. Facund. Hennian . Dd'ens. trium Cap. XI.
3 ) : apart e de <1ue, como ántes clijimos , la infalibiliclad i 10 e.s patrimonio <le
cada uno de los P adres, aislai lamente con"iclera<los . P or más que la antigüe-
dacl ele los Padres da nrnyor autoricla<l ;, sus argn mentos y a su testimonio
contra las here;jía:s , no es au,;olntamentc inclispensable: asi vemos que los
sínodo,; de Efeso y de CalcEdonia tornaron sus pruebas de los escritos de
varios Padres que habian fl orecirfo poco i'tntes. Cf. Petav. De incarn. XIV. 15.

III. Despues de las obras de los Santos Padres ocupan llll lugar

http://www.obrascatolicas.com
' ..

S 35. Fl'ENTE S Y TESTIMONIOS DE LA TRADICION. 287


importante , entre los documentos y testimonios de la Tradicion eclesiásti-
ca, las Actas de los mártires y la historia general ó particular de la Igle-
sia y de las herejías.
Acerca de las Act as de los mártir e::;, véase Rninart , Acta sincer. MM.
Praef., edicion de Galura, Augsburgo , 1834. E n aquellas confesiones, tau
sinceras como sencillas , que sirvieron de fondamento á las acusaciones for-
muladas contra los Sanros , se nos ofrece la má:-; pura. exposicion de la doctri-
na de la I g1esia. Siendo los mártires person as r1e toda edad, sexo, condicion
y cultura, que se presentaban á dar cuenta de sus creen cias y opiniones en el
momento supremo de la muerte, sns Actas son un a fo ente in apreciable de
datos relativos al estado de cultura del mundo cristiano enfrente de1 mundo
pagano : pero además cleb emos Yenerar en ellas muy especialmente la obra del
Espiritn Santo , Mattli. 10 , 1 ~ 1 . L uc. 12 , 11. l\:farc. 13 , 11. Tambien la histo-
ria de las herqjía:': no:; ofrece una ri ca mina de datos y testimonios relativos á
la Tradicion dogmática, ya q ue en ella::; tenemos 11 ua palmaria coníirmacion
de la fe cat óli ca, lo mi::;mo en los dogmas que admiten ele comun con ella, que
en los errores que sm;tentan. Tert nllian. De praescr. e. 30- 32. C. Marc. IV.
~J. Iren. l. r. I. :J. Hilar. De Tri nit . YII. 4: H aeretici . . . < 1mn sibi ach ersan
tnr, fid em nostram aftirmant ( alur1iendo it las diferentes frac ciones de los
antitrinitario:-; ). L os escri tor es paga.no!'< pueden asimi smo dar t estim onio d.e la
doctrina católica ( cf. Plin. Sec. E p. X. ?,( ) .

IV. La enseiianza un ánime de las escuelas teológ:icas en asuntos re-


lativos a la fo , y áun la conformidad de todo::; los fi eles, constituyen un
testimonio cierto y seg uro en favor de la Tradieion eclesiástica.
1. Acerca d e la autoriclad que compite á, loR t eólogos . véase :M. Cano, /. e. VIII. 3:
Concord em t lwologorum scholac d e ti.de aut m or ibus sententiam contradicer e , si
haer csis non est , at ha cresi prox imum est . . . Su l/111,1 Iam 7i ,·op ri n m scli olae 1lecret111n
e81. quod vel ex saeris literis , vcl ex Apostolorum traditi o11c vc l ex Conciliornm et
Pontificu m definitionibus 1wn ha lieat reriam nri g i n~m . .. P raet erea, si qua in quaes-
tione univer si theologi eadern inter se concinunt, profecto si in co er rant, Ecclesiam
item crrancli pcric.11 !0 exponunt. Sive <'llim q ui confrss iones audinnL sive q ni ad po-
pulum habent con ciones, utri que plebem instituunt, nt a theologis a ccnpenmt. It ct jit.
ut E rclesia eol"ll ?n i n .fi-le ~01n1; 11rnem el"ro;·em d is8im ul ando C hl'isU jidele8 suo si-
len lio d eci11eret .. . ~i quas E ccles ía h aereses con d ernnavit, si qua de fid e et morib us
d ecr eta tu lit , ú 111l;·is7nc sc lwlastiro •· 1un sfu lia ct rli ! ige nlia r che m ~ n /,~ ; · a lj•lla est ...
Quamdiu Chri~ ti corpus , i. e. Ecclesia fuerit , a d divinam procurntio n em pe,.fineói t, ut
ii, qni in l!Jcclesi a 8a c rae clorl1•in ae doct 01·e8 ha!)(~nf.ui\ tanqua rn a ])eo dal i ·te ritafcrn in
fide teneant, ne popnlus p a,.ntlonun mo1·e 1·frcurnferatu r. E n esto se fu n da el derecho
que t iene la E scuela para atrib uir a u toridad à las teor ias q ue sus a deptos deficnden
de comun a cuc r do . ·cf. P ius IX. d. 21. Dcc. lR63 ad Archiep. M on ach. IDenz. 1531):
Sapientibus catholicis haud satis esse, ut, praefata dogmata llas d ecisiones d e los
Concilios y los d e<.:reto" d e l os l'apas) . .. se d ad ea quoque ext endenda 1.subject io)
q11ac 01·din a r io lolin s E"r.lesiae per o ;·!,e1;, d i;p ersa.e 11nive rsali et <'.onslanti consensu a
,,afh ol ici8 th eologis wl fi' lem 11~;· t ine r e r etincnlur .. . 211ae cm;rnwni et cons fa.nli cat holi.co-
,.um con sens11 ut th eologicae veritatis et oonclusiones tam certae , ut opiniones ejus-
dem doctrinae eapitibus adver sae, quamquam h aereticae dici n equeant, t amen aliam
theologica m me »canfu; · ccns111·a 1;1. Syll ab. P rop. 2'2. Oblig atio, qua catholi ci m agistri et

http://www.obrascatolicas.com
.' .,,....-

288 PARTE SEGUNDA. LIBRO SEGUNDO. SECCION SEGU NDA.

scriptores omnino adstr inguntur, coarctatur in iis tantum , qnae ah infallihili Eccle-
siae jU;dicio veluti d ogmatft ah or:milmB credenda prop onnntur.
2. Mas su autoridad no se limita exclusivamente al dogma. Las doctrinas
que , estando en relacion con d dügma, constituyen la enseiianza nnánime y
constante de los teólogos , pasan á formar parte d el tesoro dogmi\tico, cuya
custodia esta r•ncomendacla al magisterio orclinario de la Iglesia; por conse-
cnencia ésta no porHa en ningun caso ignorar su fo.lse dad, mncho ménos
otorgarlas su aprobacion. Véa.~e el pas:ije de M. Cano VIII. 4 , en e] que cita
el concilio de Yien a como ejempl o dei r espeto que estas augustas Asambleas
profesan ú las enseiianzas de los teólogos en general , y dei que most rá el
citado Concilio hácia la doctrina de lo:; P:ulres tocame it la gracia habitual
que r eciben en el bautis mo lo:' niüo$ .
3. Varios P adres de la I g lesia propone11 , como argumento en favor de su;;
doctriuas , la unifonnidarl de la fo e11 el pneblo; a;; i San B a:-'ilio (_D e S p. :< t.
e. 28 ) co ntra los rna cedonios, San Agnstiu cc>J1trn lo::: pdagianos ( De don.
per;,;ev. n. G3) , sobre la nece:üdad de la gracia; D n peccat. merit. et rem.
I. 34, sobr e la eficacia fl e la Euc aristia; Scrm. XL. CCXCIY. 14: so bre la
necesidad y la efic:icia del lmuti~mo. V é,.se C. Jnl. I. :-n : Et ip~ e populns
adversus vos propt crea murmurar, qn ia non est talis qnaes tio , qnae possit
etiam cognitionem fu gere p ••pularem. Di \·ites et pauper es , excolsi atque
infimi . . . novernnL qnid cuiqne aetati in bap tisn1ate remittatur ... Q.uasi
parva sit i::1tinf' verit:uis assenio, quod in hoc ticl ei finniss imo et ant iqui::1simo
fund amento ipsa in roto orbe diffusa i1on a se <1isnepa t multi tudo: cf. Vin-
cent. Lir. l. e. e. :24. Hier onym. arh. V ig ii. 11. 4.
La razon de esto se h alla cn la mis ion ,lel ma_irisrerio cató lico, en su ince-
sante vigilancia, en la infalilrlid rul d e la I .gl esia v en la fecnndidad prometi-
rla á la preclicacion <l el catolicismo i' Ephes. +, líi: I Cor. ,'. l, '2:2: R om . 10, 8 sq.
Matt h . 28 , 20. lG , l k l. P or r-;o no es ]H'J"<ililr cp1e tnrlri el pnehlo ahandone la
verdadera fe. Ang ustin. Ep. L Y . 30: E cdesia Dei , inter mnltam paleam
multaque zizania constiruta, multa tolera t, et ramen quae suut co ntra lidem
et bon am vitam 11011 apprnbat. n e·:: rncd nec facit: cf. Tertnll. /.e. e. 29. Greg.
Naz. Ep. IT. a.d Cl e(l. Athan:t-< D n Syn. 11. -±. F: n r ste sentido, y no como
manifestacion de i]l(lependern ia ó snp t'rioridad con rrl:ieion al ma.g isterio dP
la I glesia , clehe entenclerse h sig ni e11 te expre,;ion ll icha por ~an Hilario en
tiempo y con m otiYC• de la :1po,-ta$Ía de cier10:,; saeen lotes í C. --\ uxentinm
n. G) : Sanctiores s11n t anre:: pie bis í'[Ham eonfa sncerdotum. Con mucha
oporhmiclad hace n otar M. C;.no (!. e. IY. íl rprn el put> hlo sól o e,; cleposita-
rio de la Tradicion en lo qne :i.bl1 0 á las Ye rcladrs fnndarncntales llel cristia-
nismo, y áun en é;;;tas no lo es in<lep enclientern ente del magisteri o eclesiás-
Lco . Y éa::;e Val enti a Analys. ticl. YIII. D. Peta\-. De i11carn. xn·. 2.
V. La fe de la Iglesia católiea se manifiesta ele una manera especial
en las proclucciones de la Teologia monumental, obras de arqu itectura,
pintura y escultura, inscripciones y Yasos de la autigüedad cristiana.

http://www.obrascatolicas.com
§ 36. DE LAS DECISIONES DOGMÁTICAS DE LA lGLESIA. 289
L os trabajos principales sobre esta materia son: A. Bosio, Roma sotterranea. Rom.
1632. Aringhi, Roma subterranea. Rom. 1651. Boldetti , Observaciones sobr~ Íós ce-
m enterios de los SS. Mártires de R oma. 1720. 2 vol. Marchi , Monumentos de las pri-
mitivas artes cristianas en la metrópoli dei Cristianismo. Roma, 1844. G. B. De Rossi,
Roma cristiana subterránea, 2 vol. 1864. Kraus, Las catacumbas romanas. Friburgo,
1873, y otros escritos análogos de Northcote, Richemont, Desbassayes, etc. Acerca dei
concepto y dei find e la Teología monumental véase I'iper, Introduccion á la Teolo-
gia monumental , Gotha, 1867.
La Teologia monumental tiene por objeto dará conocer las creencias , las
practicas r eligiosas y las costumbres de los primeros cristianos, deducidas
de los antiguos monumentos, á la l uz de una cri tica escrupulosa. Tiene ade-
más gran importancia para el conocimiento de la simbólica y típica cristia-
nas , así como tambien para dar noticia del orígen y caracter del arte cris-
tiano.

SECCION TERCERA.
De los representantes dei magisterio de la lglesia.
§ 36. DE LAS ll ECISIONES DOG:'.IIATICAS DE L A IGLESIA EN GENERAL.

I. L& decisiones del magisterio eclesiástico eu puntos relativos á la


fe, son actos propios de la autoridad que le ha sido trasmitida por Dios
para suministrar á los fieles conocimiento de las verdades reveladas y
para custodiar el tesoro de la fe, depositado en la misma Iglesia.
1. La unidad de la I glesia abraza, por s u natu raleza , dos puntos: la uni-
d ad en la fo y la nnion en la comunidad eclesiástica, fundada en la caridad.
Ambros. D e offic. III. 3: Congregatio, quae in unum connexum corpus atque
compactum unitate ficlei atque car itatis consurg it. Ocupa el principal lugar
la unidad en la fe, por cuya raz on J esucristo ruega por que se mantenga esta
unidad ( J oan. 17, 20 ), que ha de ser el sello característico ele la divinidacl de
su I glesia. Con este mismo obj eto ha establecido la j era.rq uia eclesiástica, en
cuyas manos ha pnesto cl ministerio de la enseftanza y ele la justicia, en las
cuestiones que hacen r elacion á la fe, para que sea testigo auténtico y antori-
tativo (Act. 1, 8), maestra (Matth. 28, 18) y j uez , cnseftando y predicando la
fe á todos (J\farc. lG , lã. r.Iatth. 16, 18 ; 18, 18), ya que sólo por el camino de
la fe y sobre la ba8e d e una autoridad suprema é infalible puede llegar el
homLre al conoc imiento de la:o verdades que aquélla comprende. (Augnstin.
D e utilit. cr ecl. c. !J).
2. Las decisiones legales y definitivas clel magisterio de la Iglesia se pro-
mulgan eu decreto,;; ó juicios acordados por los Obispos eu union con el Papa,
-ó por éste solamente, y toman los nombres de decretos, constituciones y de-
nniêiones. La amenaza de exclusion del seno de la I glesia contra los que no
aceptan sus decisiones en materia de fe, es una fórmula que comunica mayor
solemnidacl al acto de la promulgacion, aunque no es necesaria para que la
última sea efectiva. La sentencia puecle reclactarse ya de una manera positiva
TOMO li 19

http://www.obrascatolicas.com
290 PARTE SEGUNDA. LIBRO SEGUNDO. SECCION TERCERA.

bajo la forma de símbolo ó de tésis doctrinal (Cone. Vatican. Constitut. I.


De fid. e. 1: Profiteri et declarare constituimus), ya tambien, de un modo ne-
gativo, bajo la forma de condenacion del error contradictorio opuesto (Cano-
nes Cone. Trident. et Vatican. ).

II. El último y soberano fundamento de la autoridad del magisterio


eclesiástico y de la fuerza coercitiva de sus decisiones en materia de fe,
no se halla en ningun principio humano, sino solamente en la asisten-
cia del Espíritu Santo, que dirige todos los actos de la Iglesia. Por cuya
razon todos los fieles le de beu obediencia incondicionada, tanto eu el
fuero interno como en el externo.
En este sentido debe entend erse la frai:;e ( Act. 15, 28) "Visum est Spiritui
sancto et no bis ,,, aunqne eskt fórmula, por si sola, no tl1st.ifica la suprema
autoridad infalible <lel magisrerio eclesiástico , to<la vez que tambien la han
usado algunos Concilios partienlares. Varios pas ajes de la Sagrada Escritura
seiialan el fundamento de esk autoridacl: Luc. 10 , 16. Hebr. 13, 17. Aet. 20,
28. Eph. 4, 12. Por cuya razon San Leon el Grande ( Ep. 50. 61. G2. 65 ) de-
signa el juicio ele la Iglesia con el nombre ele "judiei um irretmct abile ,,,
que "omnem dubitationem ren1ovet,, (Angustin. De Baptism. I. 7- 11. II. 7).
Segun la declaracion explicita ele los Concílios, todo el qu e se opone á los de-
cretos ó sentencias del magisterio eclesiástico incnrre en herejía (Héfele,
Hist. de los Concílios p. 56), ya que "nec mors nec glaclius potest separare,,
de sus clecisiones ( Ambros. Ep. 21 i: Dios ha hablado por el Concilio y sns
decretos no cadncan j amás ( .'\.thanas. ad Afr. init. ) : -:o 0$ p·r,p.'.Z -;o:j K:JflO:J
'"'·' ' ""' ' - ' - I~ ' N '
_. 1 , ' ' ' ,-
'tO º~ª ~TjÇ O~XOUtJ-S'l~)Çt,ç: ~:.JYOuOU E'i 70 l ~xrx .~ ~(SVO~.E'IO'I (-S'.IS 1• ~~ç '70V ':J.~W'HJ...
p or
consecuencia, el que se opone á sus decisiones "non potest inter Catholicos
reputari,, (Leo Ep. 78 ); no son , pne;:; , decretos humanos, sino preceptos
;:·. divinos lo que debemos acatar en sus decisiones ( Ic1. Ep. 37. 53 ) .
III. Este fallo supremo y autoritatiYo en materia de fe es eficaz eu y
por sí mismo, y no nccesitR para serlo el asentimiento <le la Iglesia uni-
versal, hecho que se deduc e del objeto mismo del magisterio eclesiástico
y del poder supremo que se le ha conferido, como tambieu de la rela-
cion en que están los fieles con la jerarquia eclesiástica.
Cone. Vatican. De Eccl. CEp. IY.: Icleo qne ejnsmocli R om. Pontificis defi-
nitiones ex sese, non antem e}: consensn Ecclesiae ineformabiles esse. El ga-
'/ licanismo empezó por exigir, :1 lo méno:;, el "tacitus consensus Epit;coporum,,
para atribuir validez á las dt-i;isiones pavales; cf. _-\.rt.ic. IV. Declar. Gallic.:
nec tamen irreformabile esse jnclicium ::;ummi Pontificis, nisi Ecclesiae con-
sensus accesserit; Febron. l . r. II. 4: quamcliu non reclamat Ecclesia. Si-
guiendo más adelante en el camino emprendido, ex igióse , no solamente el
asentimiento de los Obispos, bajo cualquiera forma que fuese, sino tambien
el de los miembros que no forman parte de la jerarquía eclesiástica. Mas se-
mejante pretension destruye por sn base el organismo de la Iglesia, ya que

http://www.obrascatolicas.com
§ 37. DEFINICION MÁS PRECISA DE LA INFALJBILIDAD. 291
el magisterio dependeria para todos sus actos exclusivamente del beneplácito
de la Iglesia universal, ó sea de la opinion subjetiva de las roasas; de suerte
que el Papa y los Obispos no serían otra cosa que procuradores y mandata-
rios de aquéllas.

§ 37. DEFINICION MÁS PRECISA DE LA INF ALIBILIDAD DE LAS DECISIONES


DEL l\IAGISTERIO ECLESLÁ.STICO.

I. La última y suprema razon de la infalibilidad del magisterio de


la Iglesia, en cuestiones relativas á la fe, es la asistencia del Espíritu
Santo, que da por resultado la ausencia de todo error en aquel que goza
de ella.
II. La diferencia que existe entre la infalibilidad de los decretos ex-
pedidos por el magisterio eclesiástico y la que corresponde á la inspira-
cion de los Profetas y de los Apóstoles, y á los autores de los Libros ca-
nónicos en general, está en que la influencia del Espíritu Santo es en
ésta positiva, miéntras que en el primero se manifiesta de una manera
negativa, dejando todo error en cuestiones relativas á la fe y á las cos-
tum bres (per modum assistentiae divinae ).
Cone. V atican. l. e.: "per assistentiam divinam, ipsi ( Rom. Pontifici) in
. ·:
B. Petro promissam.,, El dón de la infalibilidad es, por su esencia, sobrena-
tural, y proviene de Jesucristo, cabeza invisible, que por su Espíritu la
comunica al cuerpo docente, su órgano visible y causa instrumental de la
fe que reside en la Iglesia. Mas no reside en el cuerpo docente á manera de
hábito, como cualic1ac1 inmanente, ::>Íno que consiste en una direccion espe-
cial sobrenatural que le hace exento de error en la prec1icacion y enseüanza
de la verdad divina, manteniendo en él constantemente el "charisma verita-
tis certum,, (Iren. IV. 24): Cone. Vatican. l. e.: Hoc veritatis et fidei mm-
quam deficientis charisma Petro ejusque in hac Cathec1ra successoribus divi-
nitus collatum est. El dón de la infalibilidad reside en los representantes
del magisterio eclesiástico sólo como tales representantes y no como parti-
culares; y siendo, por consecuencia, un dón anejo á ese cargo, no excluye el
error en las opiniones puramente personales. Tampoco debe considerarse
como un milagro en el genuíno sentido de la expresion, de la misma manera
que no se tiene por milagro , en tal sentido, la virtud sobrenatural de los
Sacramentos, ya que ambas instituciones forman parte del órden sobrena-
tural establecido por J esucristo para la predicacion de la Buena-Nueva y
para alcanzar la gracia de la Salvacion. De Valent. l. e. Disp. I. q. 1. p. 7:
Neque hujusmodi providentia Dei miraculosa esset dicenda, sed esset potius
quiclam effectus ejus legis ordinariae, qua Deus per promissiones de veritate
sese obstrinxit Ecclesiae.
Por la misma razon indicada, la mision del magisterio infalible no consiste
en anunciar nuevas revelaciones, toda vez que la Revelacion tuvo su com-
plemento en J esucristo y fué depositada en la Iglesia por los Apostoles en

http://www.obrascatolicas.com
292 PARTE SEGUNDA. LIBRO SEGUNDO. SECCION TERCERA.

toda su integridad. Cone. Vatican. l. e.: Neque enim P etri successoribus


Spiritus sanctns promissus est, ut eo r evelante novam doe trinam pateface-
r ent, sed ut, eo assistente , traditam per Apostolos revelatio nem seu fidei de-
positum sancte custodirent et fideliter cxponerent. De aquí se vicne tam-
bien en conocimiento de la dife rencia que existe entre infalibilidad é inspira-
cion. En el magisterio infalibl r, no existe ese impulso y esa accion positiva
del E spíritu Santo sobre la crü,t.ura, que la induce á no decir mas que lo que
Dios quiere, preservándola de esta man era de todo error : la ensef1anza de
aquél está tomada de la palabrn de D ios , mas no es la misma palabra de
Di os. Por eso en las decisiones del magi8terio infalible ::;6 lo debe acatarse
como verdad infalible aquello •1ue se defino como dogma de fe, no teuiendo,
por tanto, esa cualidad las dPm~::; declaracione:; que puedan hacerse ai ex-
ponerle, ni lo::; motivos 6 pruebas en qu e se funde. Veron. l. e. § 4. n. 5:
Generaliter dicimus, eorum , q·.iae continentur in capitibus , id solum et totmn
esse de fide, quod definitur , s eu, ut loquuntur J nristae, sol um dispositivum
arresti seu contenti in capite aut canono est de füle ; motivum vero arresti,
seu ejus probationes, non sunt de fide. Him: plurima contiuentur in Concilii;-;
etiam universalilms, quae non simt de fü1e, scl. quod in ei;; est obite r dictum.
Melch. Canns Z. ç. Y . õ: Quae in Conci li.orum vel Pontificu m decretis vel
explicandi gratia inducuntur, Yel ut obj ectioni rcspondeatur, vel etiam obiter
et in transcursu praeter inst i tntum praeeipuum , de q uo crat potissimmu
controversia, ea non pcrtinent ad ficlem, h. e. non sunt catholicae rillei judi-
cia; cf. V. 18. Bossnet, Defem:. Cler. gallie. I. 3, l. Un ejemplo de esto no:>
ofrece la definicion del Con e. IV. L a ter. de An gel. cf. Perrone, De Deo
cr eator. n. 19: P er hoc decretmn doctriua de spirituali angelor mu nat ura
definita dici ne<J_uit, quia ... n instituto i Concilium) partem istam definire
noluit. Sin embargo, esta::; dei·laracion es sou dign as de especial r e;;peto, ya
que, como es notorio, lo "obit cr dictum ,, 11 0 es '' leYiter dictum ,,.
Si se admite que b Iglesia es infalible en las declaraeiones dogmáticas,
segun queda demostrn.do, no cabe siquiera poner en tela de juicio la oportn-
nidad de la declaracion que sobrr este asunto ha r ecaido en el último Concilio.

III. Toda vez que la infalibilidad cld magisterio eclesiástico, en sus


decisiones dogmáticas, no t'xcluye, ántes bien presupo11e la actiYidad
de la inteligencia hum ana y el empleo de los medios aplicados ordina-
riamente para llegar al conocimiento de la verdad y para su enseuanza,
es evidente que los representante3 ele la Iglesia docente deben cumplir
todas las condiciones humanas, prinópalmente acudir á la oracion y al
examen de las fuente;; de la ReYelacion. Por su parte, lo,,; fieles creen con
perfecta certeza que la asistencia del E;;píritu Santo ,;e extiende asimis-
mo á la realizacion de las ir:dicadas coudicione:> .
1. En las decisiones dogmáticas de! magisterio docente e~ mucho mayor
la actividad de las facultades humanas que en los 6rganos de l Espiritu Santo,
en el acto de la inspiracion, ya que los representantes de dicho magisterio

http://www.obrascatolicas.com
._,-... -•.._:, >

§ 37. Dl!:FINlCJON MÁS PRECISA DE LA INFALIBILIDAD. 293


tienen el deber de investigar y examinar las cuestiones, á fin de proponer á
los hombres la verdad bajo una forma asequible á la inteligencia humana.
M. Canus l. e.: Auctores Dei ex proxima Dei vel revelatione vel .inspiratione
scribunt catholica dogmata. N ec e11im egent exteris ad scribendum incita-
mentis, nec humana ratiocinatione e Scripturis aliis argumentantur, disqui-
runt, colligu11t. Ast Concilium et Pontifex humana via incedunt rationemque
sequuntur, atque argumentando verum a falso discernunt . . . Adhibere prius
consilium 11ecesse est, et expe11dere utriusque partis argumenta; tum deinde
seq uetur auxilium Dei; quod videlicet opus est, ut summus Pontifex i11 recta
fide contineatur. Ex quo perspicunm est , non dormientilrns et oscitantibus
Patribus Spiritum sau ctum assistere, sed diligenter hwnana vút et ratione quae-
rentibus rei , de qua disseritur veritatem. ·\

2. Bellarm. De Rom. Pontif. IV. 2: No11 posse fieri, ut Po11tifex temere


defi11iat. Qui enim promisit finem, sine dubio promisit et media, quae ad eum
finem obtinendum necessaria sunt. La Providencia divina se vale de procedi-
mientos externos y de luces interiores para dirigir á los representantes del
magisterio de la Iglesia ( Prov. 21, n ; y el que no crea e~1 esta i11terveucion
de la Providencia, se halla ele todo pu11to incapacitado para terciar en las
cuestio11es que hacen referencia á la reli gio11 y á la Iglesia. Augnsti11. De
util. cred. e. lõ. Ballerini, De vi ac ratione primat. c. 1õ: Ri profecto, qui id
timent, ... definitionetJ dogmaticas nietiuntur lmmano more, nec cogitant do-
gmata fidei estJe rem divi11am ... rlivinamque provúlentiam varits et occultis ino-
rlis posse efficere, et certe effecturam, ut, si qui Pontífices (ó tambien Conci-
lios) pro aliqua praeoccupatíone aut affectu vellent aliquícl falsum definire,
vel a definiendo impedia11tur omnino, vel contineantur inter eorum decreto-
rum limites , quae definition es 11011 sunt. De lo cual nos ofrnce un modelo el
pasaje Act. lõ, 7. No son, pues, las discmüones y delíberaciones m<is ó ménos
largas, el mayor ó menor número de jueces que entiendan en la cuestion dog-
mática , ni tampoco su virtud y su sabiduria, los fundamentos sobre que des-
cansa el valor sobrenatural de la decision: y todos los re1iaros que puedan
op<merse basados e11 las inclinaciones y flaquezas humanas , y áun en las
perturbaciones el e la inteligencia, para mermar el valor de tales decisiones,
son nulos ante el poder de la divina gracia, que, segun las promesas del Sal-
vador, realizará siempre lo qne el Seüor ha ofreciclo.
Cf. Augustin. De corrcpt. et g rat. XVIII. 1í: Aud cbis dicere, etiam rogante Christo,
ne deficer et !ides Petri , defecturam fni sse , si P etrus eam deficcre voluisset, h . e.
si ·usque in.fine1íi pcrseuel'are noluisset.'P qua.çi aliurl l'eti·us nflo mnrlo 1:ell et ~ fJUcun pro
il!o (}hristus rngarel, ut vellet? Nam quis ignorat, tunc fuisse perituram fidem Petri,
si ea , qua fidelj,; crat, voluntas ipse defi cerct; et pcrmansuram, si eadmn voluntas
maneret? Scd q11 ia praeparatw· wl11ntas a Domi n o, i1/eo pro illo Chrisli 11on posset esse
i;wnis oratio. Quando rogavit ergo, ne lides ejus defiecret, quid aliud rog avit, nisi ut
ha beret in lide lib errimam, fortissimam, invietissimam, perseverantissimam volunta-
tem? M. Canus 1. e. V.: Quilms ex verbis comprehenditur, cu ri i Spil'itum veritatis
Christus Apo~tolis eorumrrue successoribus in fidei judicia p1·orni.%1'it , nihil omnino
illis defuturum, quocl. fiil ei controversíis finiendi s fuerit necessarium.. Ac si semel hae-
reticis hanc licentiam perrnittimus , ut in quaestionem vo cent, cum Ecclesiae judices
eam diligentiarn et curam exhibuerint , quae opus erat , ut quaestio via et ratione

http://www.obrascatolicas.com
294 PARTE SEGUNDA. LIBRO . SEGUNDO. SECCION TERCERA.

finiretur; ecquis a·leo caecus est, q ili non videat, omnia 1nox Pontificum Conciliorum-
qne jndicia labefactari?,,
3. Entre los medios de que se vale el magisterio de la Iglesia para in-
vestigar la verdad, ocupan el primer lugar la oracion y el exámen de las
fuentes tradicionales. Ni la op nion pública, ni el hecho de que una diócesis
crea ó no el punto en cuestion, son motivos suficientes para determinar la
opinion del Obispo , cuya norma deben ser los testimonios de la antigüedad,
áun en el supuesto de que, por causas de cualquier naturaleza, hayan caido
en olvido. De Valentia Z. e. T. III. Disp. I. q. 1. p. 6: Ecclesia doctrinas
quasdam cmn infallibili auctoritate veluti e.r tenebris ernit, quibus quancloque ob
hominum negligentiam vel proterviam et ingc11fr perversitatem demersae latuerunt.
El ejemplo de Caifás que , sin saberlo ni quererlo, anuncia una verdad divina
(Joan. 11, 49), no tiene aplicr.cion en el caso presente , yR q ne su manifes-
tacion dogmática no se realiza de una manera extraordinaria ni por suges-
tion interior, sino solamente mediante el empleo Je sus facultades naturales
y la aplicacion de los medios •)rdinarios de investigacion, con la asistencia
del Espíritu Santo.

DISERTACION PRIMERA.
El magisterio infa.lible de la Sede Apostólica.
Además de las obras ya citadas hemos consultado: PetiMidier, Tractat. de auctorit.
et infallib. R. P. August. Vind. 1727. Orsi, Do irreformabili R. Pontificis judicio.
Rom.1739. Andries , Cathedra R omana ó e! Primado docente apostólico, Maguncia,
1872. Gueranger, La supremacia d :il Papa en el magisterio, .1Haguncia, 1871. Schazler,
La infalibilidad de! Papa deducid.a de la esencia de la Iglcsia, Friburgo, 1871. Des-
champs, La infalibilidad del Pap:t y el Concilio general, Maguncia, 1871. Ghilardi,
Rcfutatio nonnullorum ex praecip. erroribus de inerrantia R. P. Taurin. 1870. Lnd. a
Castroplanio, De Controversia Infallib. ~eap. 18í0. }fatignon , La cuestion de ln infa-
libilidad, París, 1870. vVioser, La infalibilidad del Papa, Graz, 1870. Schneemann, E!
Papa como suprema antoridad de la lglesia universal, 18fj7, Idem, La autoridad do-
oent,e de la I glesia, Friburgo, 1808. 'VIuzzarclli en la Oolcccion de sus Disertaeiones
publicadas oon e! título: }~l buen uso de la lóg ica, R oma, 1807. M. Capellari, E! triun-
fo de la Santa Sede, Roma , 1799. Litta, Cartas sobre los cuatro articulos galicanos,
Münster, 1844. Tratan de! mismo as unto mu ch~is Cartas pastorales de los Obispos y
un sinnúmero de escritos popularos sin carácter científico. Tiene especial importan-
cia en lo que ataiie á la tradicion ·le Alemaní a la obra de H. Rump, La infalibilidad
de! Papa y las opiniones sustenta<las en las obras didáctícas alemanas acerca de esta
doctrina, Münster, 1870.

Damos á continuacion la decision del concilio del Vaticano ( Constit. dogm.


I. ed. in Sess. IV. Cap. IV.): De Romani Ponti(i.cis infallibih magisterio.
Ivso autem Apostolico primatu, quem R. Pontifex, tanqua m Petri principis Aposto-
lorum successor, in universam E cclcsiam obtinct, suprcmam quoque magisterii po-
testatem comprehendi, hacc Sancta f·fodes sem1ier tenuit, perpetuns quoque E cclMiae
nsw; comprobat, ipsaque oecumenica Concilia , ea inprimis, in quíhus Oriens cum
Occidente in fidei charítatisqu e nnionem conveniebat, declaravorunt. Patres enim
Concilii Constantinopolitani quar1;i, majorum vestigiis inl1aerentes, hanc solemnem
ediderunt professionem (Ex formula S. Hormisdae Papae, prout ab Hadriano II. Pa-

http://www.obrascatolicas.com
~··..

§ ffi'. DEFINICION MÁS PRECIS.A DE LA INFALIBILIDAD, 295


tribus Concil. Oecum. VIII. Const. IV. proposita et ab iisdem subscripta est): Prima
salus est, rectae fidei regulam custodire. Et quia non potest Domini nostri Jesu Chis-
ti praetermitti sententia dicentis: Tu es Petrus, et super hanc petram aedificabo
Ecclesiam meam, haec, quae dieta sunt, rerum probantur, effectibus, quia in Sede
Apostolica immaculata est sem per catholica reserva ta religio, et sancta conserva.ta
doctrina. Ab hujus ergo fide et doctrina separari minime cupientes, speramus, ut in
una communione, quam Sedes Apostolica praedicat , esse mereamur, in qua est inte-
gra et vera Christianae religionis soliditas. Approbante vero Lugdunensi Concilio
secundo, Graeci professi sunt: Sanctam Romanam Ecclesiam summum et plenum
primatum et príncipatum supor universam Ecclesiam catholicam obtinere, quem se
ab ipso Domino in B. P etro, Apostolorum príncipe sive vertice , cujus Romanus Pon-
tifex est successor, cum potestatis plenitudine reccpisse veraciter et humiliter reco-
gnoscit; et sicut prae cetcris t enetur fidei veritatern defendere, sic et, si quae de fide
subortae fuerint quaestiones, suo debent judicio definiri. Florentinum denique Con-
cilium definivit: Pontificem Romanum, verum Christi Vicarium, totiusque Ecclesiae
caput et omnium Christianorum patrern ac doctorem existero; et ipsi in beato Petro
pascendi, regendi ac gubernandi universalem Ecclesiam a D. N. J. Chr. plenam potes-
tatem traditam es~e.
Huic pastorali muneri ut sat isfacerent , Praedecessores nostri indefessam semper
operam dederunt, utsalutaris Christi doctrina apud omnes tenae populos propagaretur,
parique cultu vigilarunt, ut, ubi recepta esset, sincera et pura conscrvaretur. Quocir-
ca totius orbis Antistites, nunc sínguli, nunc in Synodis congregati , longam ecclesia-
rum consuetudinem et antiquae regulae formam sequentes, ea praesertim pericula,
quae in negotíis fidei emergebant, ad hanc Sedem Apostolicam retulerunt, ut ibi po-
.tissimum resarcirentur damna fidei , ubí fides non potest sentire defectum (S. Bernard.
Ep. 190). Romani antem Pontífices, prout tempornm et rerum conditio suadebat,
nunc convocatis oecumenicis Conciliis aut explorata Ecclesiae per orbem dispersae
sententia, nunc alíis, quae divina suppeditabat providentia, adhibitis auxiliis, ea
tenenda definiverunt, quae Sacrís Scripturis et Apostolicis Traditionibus consenta-
nea, Deo adjutore, cognoverant. Neque enim Petri successoribus Spiritus sanctus
promissus est, ut eo revelante novam do ctrinam patefacerent, sed ut, eo assistente,
traditam per Apostolos rcvelationern seu fidei depositum sancte custodirent et fide-
liter exponerent. Quorum quidcm Apostolicam doctrinam omnes venerabiles Patres
amplexi et sancti doctorcs orthodoxi venerati atq ue secuti sunt; plenissime scientes,
hanc S. Petri Sedem ab omni semper errore illibatum permanere, secundum Domini
Salvatorís nostri dívinam pollicitationem discipulorum suorum principi factum: Ego
rogavi pro te, ut non deficíat fides tua, et tn aliquando conversus confirma fratres
tu os.
Roe igitur veritatis et fidei nunquam defi cientis eharisma Petro ejusque ín hac
Cathedra suecessoribus divínitus collatum est , ut excelso suo munere in omníum
salutem fnngerentur, nt universus Christi grex per eos ab erroris venenosa esca
a versus, coelestis doctrinae pabulo nutrtretur , ut, sublata schismatis occasione,
Ecclesía tota una conservaretur, atque suo fundamento innixa, firma adversus inferi
portas consisteret. At vero, cnm hac ipsa aetate, qua salutifera Apostolici mune ris
efficacia vel maxime requiri.tur, non pauci inveniantur, qui illius auctoritati obtre-
ctant ; necessarium omnino esse censemus, pracrogativam, quam unigenitus Dei
Filius cum summo pastorali officio conjungere dignatus est, solemniter asserere.
!taque Nos traditioni a fidei Christianae exordio perceptae fideliter inhaerendo ad
Dei Salvatoris nostri gloriam, religionis catholicae exaltationem et Christianorum
populorum salutem, sacro approbante Concilio, docemus et divinitus revelatum do-
gma esse definimus: Romanum Pontificem, cum ex Cathedra loquitur, id est, cum
omnium Chrístianornm Pastoris et Doctorís munere fungens pro suprema sua Apo-
stolica auctoritate doctrinam de fide vel moribus ab universa Eeclesia tenendam
definít per assistentiam divinam , ipsi in beato Petro promissam, ea infallibilitate
pol/e,.e, qua rlivinu .~ Rerlemptor Ecrlesiam s1w111 in definiewla rloctl'inam rlefiJe ve!

http://www.obrascatolicas.com
296 PARTE SEGUNDA. LIBRO SEGUNDO. SECCION TERCERA.

nwrihus instinctnm es.•e voluit; ideoque ejusr'lem R. Pontificis rle.finitiones ex se.•e , non
a idem ex consensn Ecclesiae, iJ')'e.furmabiles esse.
Del contenido de este documento se desprenden las siguientes conclusiones:
1.ª El Romano Pontífice es antor de las decisiones infalibles en materia
de fe.
2. ª La "definitio dogmatic t ex cathedm,,, es la forma de la decision papal
infalible en asuntos relativos à la doctrina de la Iglesia.
3.ª Como consecuencia de la decision papal infalible, los fieles quedan
obligados á acatar la doctrína en cuestion por virtnd de la autoridad inma-
nente á dicha decision y no á cansa del asentimiento de la Iglesia.
4.ª El Papa se halla investido de esta potestad docente infalible en igual
grado que todo el cnerpo docent e de la Iglesia.
5.ª Objeto ele las decisiones doctrinales infalibles del Papa son las cues-
tiones relativas á la fe :-· á las costnmbres.
6.ª El fundamento de la infalibilidad de las dccisiones dei Romano Pon-
tífice está en haber sido estal1lecido por J esucristo , como se deduce de la
Escritura y ele la Tradicion.
Examinaremos ordenadamer te todos los pnntos que abraza la decisíon del
Concilio, á excepcion del õ, que, por referirse a las (lecisioueb del Papa y de
los Conciliob, se tratará en una 1:;eccion es11ecia1.

§ 38. EL PAP.\. RmlA:-10 E:S .\TTOR DE LAS DECISIONES INFALinLES


EN ~!ATERIA DE FE.

I. Como jefe de 1a Ig-lesia uniYersaL el Pontífice romano es el autor


de toda decision infalib1e en asnntos relativos á ]a doctrina de la Iglesia.
1. Podemos considerar al Papa romano bajo dos conceptos: como parti-
cular, y como persona que desPmpena un cargo en la Iglesia. Desde luégo se
com prende qne el carisma de h infalibilídad, precisamente por ser tal caris-
ma , no se ha otorgado al obi:>po de Roma para utilidad y provecho de su
persona , sino para el bien y SPrvicio de la Iglesia: ele donde se infiere que,
por sumismo objeto, tal caris'.lllt es independiente de las cualidades de la
persona, como lo es la potesüc1 sacerdotal. Por c011siguiente, asi como ese
cari~ma no exime dei pecado á la persona •1 d Papa , asi tampoco le exime de
error, considerado só lo como i ndivicluo particular; no pucliendo eximirse en
todas las cosas de su carácter p ersonal, tampoco pnede ser en todas las cosas
y siempre infalible; por cuya razon el <lerecho canónico ( Cap. "Si Papa,,
dist. 40) parece admitir la posi bilidacl de que el Papa, como individuo parti-
cular, pueda caer en la herejía. Cf. Suarez, De Fiel. Disp. X. sect. 6. Ferra-
ris, Iliblioth. s. v. Papa II. n. •)2. Tanner, adhiriéndose á esta hipótesis (De
fiel. disp. I. qu. IV. dub. G) dice!: Aut notoria est ( haeresis ) aut occulta; si pri-
mum, jam hoc ipso Pontifex sua potestate excidit etiam ante Concilii decla-
rationem; si secundum, hoc ipso J<Jcclesiae nihil incommodi affert. Cf. l\f. Ca-
nus l •.e. VI. 8. Pero otros, tomando por Lase de su juicio los hechos de la
historia, que no registra ning1m caso de esta natnraleza, y ateniéndose á la

http://www.obrascatolicas.com
:?, ··'.._·- :' "·'... ~ ,·,, ,. ....... ~: .. .• ':.

§ 38. EL PAPA ROMANO ES. AUTOR DE LAS :'.:>ECISTONES INFALIBLES. 297


Divina Providencia, niegan tambien esta posibilidad y solo admiten la de
que pueda "errare ex ignorantia,,, mas no "ex contumacia,,. Suarez, De fiel.
Disp. X. Sect. 6. De Legib. IV. e. 7. Ferraris , Biblioth. s. v. Papa. Bellarm.
l. e. IV. 6. Viva in prop. 29. Alex. VIII. contra Valentia, Laymann y Bannez.
Tampoco es infalible el Papa cuando, como teólogo (privatus doctor), enuncia,
de palabra ó por escrito, eloctrinas y opiniones particulares, aunque en la
Iglesia goce fama ele grau antorielad en la materia. Beneelict. XIV. ele Synod.
dioeces. Praef. in fin.: Libenti animo subscribimus doctrinae egregii M. Cani,
qui de Locis theolog. L. VI. c. 8 in resp. ad D arg. de libris agens, qui a
summis Pontificibus conscripti publicantur, ait: Cum edunt libros de re qua-
libet Romani Pontífi ces, seutentiam suam ut lwmines alii doch exprimunt, non
tanquam Ecclesiae jndices de fide pronuntiant ( aludiendo al comentaria que
escribió Inocencio IV sobre las Decretales ).
2. De lo expuesto se aeduce que la infolibilidad es un dón anejo á un
cargo determinado , y la promesa de este dón se ha hecho á la persona que lo
desempena como tal; por consiguiente, sólo en este sentido corresponde la
infalibiliclad al Papa, y en tal concepto únicamente puede concederse que
es un dón personal en cuanto que, siendo la persona del P apa la que desem-
pena ese cargo, la infalibilidad ha de manifestarse en y por la persoru del
Papa r einante. Asi vemos que, ya en los primeros ti.empos de la Iglesia, la
persona del Papa r einante se halla asimilada e1i todos sus actos con la Sede
Romana, á la manera que la Iglesia instituidri por J esncristo está corporiza-
da en la I glesia visible. Ego Beatitudini tuae, i. e. Cathedrae Petri commu-
nione consocior. Hieron. Ep. 15 ad Damas. Beati Petri sedes per imiversum
orbem Papae Zosimi ore loquitur. Prosper c. Collat. n. 15. Desde luego se
comprende que la expresion de L eon el Grande (Ep. 101 ): Aliucl sunt Sedes,
aliud Praesidentes, no debe ni puerle entenclcirse en el sentido de una sepa-
racion absoluta entr e la funci on y la pers ona' toda vez que só lo quiso dar a
entender que las faltas de un Obispo, como Acacio, no pueden traer pe1jui-
cio alguno a los dernchos ele la Sede Apostólica, por la razon de que, habién-
close otorgado los privilegios à dicha Sede y no á la persona, es evidente que
su conservacion no depende de la última. Cf. Ep. 119: Etsi diversa sunt
nonnunquam merita praesulum, jura tamen pennanent Sedium. Esta diferen-
cia (no distincion) tiene razon ele ser tan solo en cuanto que la infalibilidad
de la persona ( Sedens) proviene do la infalibilidad clel cargo (Sedes , Cathe-
dra ); por consecuencia, la segunda es indepencliente de la primera por cuanto
la prerogativa cn cnestion se ha otorgado exclusivamente á la cátedra rle
Pedro, y ele aqni proviene que los Padres de la Iglesia consicleren sus deci-
siones como decisiones del mi smo San P edro. Bossuet concede el dón de la
infalibilidad al P apado, es decir, it la sucesion no interrnmpida de Sumos
Pontífices , pero se le niega á los Papas , aisladamente considerados: mas ese
es un Papado ideal, que, no siendo más que pura abstraccion, jamás puede
ofrecernos seguridad de sus actos en tiempo y lugar determinados; por con-
secuencia, admitida esa hipótesis, el objeto y la virtud de la infalibilidad
quedarían reducielos á una ilusion. En realidad, semejante hipótesis descan::ia

http://www.obrascatolicas.com
298 PARTE SEGUNDA. lIBRO SEGUNDO. SECCION TERCERA..

en la misma falsa distincion que se establece entre la idea y su manifesta-


cion concreta, en virtud de la cual el crist ianismo y la I glesia q uedan, en
último término, reducidos á un puro con,cepto ideal. A tal doctrina se opone
esta declaracion explícita de San Agustin ( Ps. c. Donat.): ln h oc ordine suc-
cessionis nullus episcopus D onatista invenitur. Aun cuando la Sede R omana
esté vac ante, permanece siempre la autoridad apostólica en la Iglesia de
Roma, no actu, sino j ure y necessitate successionis.
3. El P apa no es autor de la decision infalible en materia de fe en su
m1lidad de obispo de Roma, Metrop olitano de la província romana (Ecclesiae
suburbicariae ), primado de ItaLa y patriarca de Occidente.
II. Es evidente que no todos los actos que ejecuta el Papa como
jefe supremo de la Iglesia lle';an el sello de la infalibilidad ; ántes bien
ésta corresponde únicamente á la (( defini tio dog-matica ex cathedra ».
1. La expresion "defini tio c.ogm. ex cat.hedra ,, es una fórmula concreta,
usada , desde los tiempos más remotos, en las escuelas para designar un acto
del magisterio supremo autoritativo, cnyas clecisiones eu materias relativas a
la fe y á las costumbres envuelven nu precepto obligatorio para toda la
Iglesia. Esta le ha adaptado, no solamente porque expresa con gran precision
un hecho a la vez que un derecl.o, Ri que tambien porque su origen se remonta
a los primeros siglos de la I glesia. Efectivamente, la, expresion cathedra P etri
ocurre con frecuencia en los escritos ele San Cipriano (Ep. XLIII. 5; LIX. 14;
L V. 8; LXXV. 17 ed. Hart.) como la de catheclra una ( Ep. XLIII. 5 );
y en los de San Optato de lVI. ( C. Parm. II. 2. 3. 5. 6), San J erónimo (ad
Damas. ep. XV. ad P amach. ep. XCVII. ), San Agustin (Ep . ad Generos. LIII.
P s. c. Don.), Prudencio (P eristeph. XI. 31), que son sinónimas de "Sedes
Petri,,, y "Locus Petri.,, Desde la Cathedra se enseiia la doctrina verdadera,
con el poder autoritativo que le ha, sido conferido por J esucristo, por cuya
razon sostienen los Santos Padres 1'. San Jerónimo , l. e.) la necesidad de aca-
tar HlS decisiones.
2. No pueden considerarse como clefini tio dogmatica ex cathedra: a ) Aque-
llas ordenes especiales del Papa que se refieren a casos y hechos particula-
res (praecepta particularia et in Cf<Sibus particularibus ). b) L os juicios pri-
vados sobre determinadas personas ( I nocencio III en el Can. A nobis 28 de
sent. excom. V. 39) : J udicium E cclesiae nonmmquam opinionem sequitur,
quam et fallere saepe contingit et falli. e) Las respuestas y aclaraciones
dirigidas por los P ontífices a los Obispos ó a otras personas en contestacion
á consultas que se les dirijan. B ellarm. l. e. IV. 14: l\:Iulta sunt in epistolis
decretalibus, quae non faciunt rem aliquam esse de fide, sed solum opiniones
Pontificum nobis declarant. :M. Canus l. e. VI. 8 : Respondent enim saepe
Pontífices ad privatas hujus ve r illas Episcopi quaestiones , suam opinionem
de rebus propositis explicando, nc·n sententiam ferendo, qua fideles obligatos
esse velint ad credendum. Y au:.i en el caso en que se tocase allí alg un punto
del dogma, no puede considerarne como definicion dogmática, sino solamente
como testimonio en fa yor de la Tradicion y de las creencias de la I gles ia

http://www.obrascatolicas.com
~- .. · :f

§ 38. EL PA.PA ROMA.NO ES AUTOR DE LA.S DECIS!ONES INFALIBLES. 299

romana. d) Decretos relativos á la disciplina que no se refieren á las verda-


des de la fe. e) Tampoco son definiciones dogmáticas las amonestaciones
que dirigen los Papas á los partidos que contienden sobre cuestiones relati-
vas al dogma, aconsejándoles e1 silencio y la paz , áun cuando las circuntan-
cias reclamen la definitio dogmatica. Ballerini, De vi ac rat. Primat. c. 15.
n. 23. De potest. summor. Pontif. Append. p. 278 n. 1 ed. Veronae 1768.

III. Entiéndese por definitio dogmatica ex cathedra la decision doc-


trinal libre y espontánea dada por el Papa romano, sobre la base del
tesoro de la fe contenido en la Sagrada Escritura y en la Tradicion, en
cuestiones que se refieren al dominio de la fe católica y de las costum-
bres, con intencion deliberada de olJligar á que sea acatada por la co-
munidad de los fieles.
1. Tal es la doctrina del concilio del Vaticano: R. Pontifícem, cum ex
Cathedra loquitur, i. e. cum omnium Christianorum Pastoris et Doctoris mu-
nere fungens pro suprema sua Apostolica auctoritate doctrinam de fide et
moribus ab universa Ecclesia tenendam definit. Definire ( ópl~;:r.v) es el voca-
blo usado generalmente para designar una decision definitiva que obliga á
t,odos los fieles. Athanas. De decr. syn. Nic. 25: -::X xo:.),wç ópi.crOsv-:o:. xo:.-::X -:~;;
Ap;:Lo:.vYjç o:.lpi:crtw;;. Leo M . Ep. 156 ad Leon. Aug. : in Chalcedonensi Concilio
irreprehensibiliter rlefinita. Así vemos que los Obispos , obrando como jueces
en materia de fe, suscriben las Actas con la fórmula: Definiens ( ópbo:.;;) sub-
scripsi, véase Héfele, l. e. I. p. 20. Tambien encabezan sus decisiones dicien-
do: "do-cemus et declaramus,, C. Yatican. l. e. c. 1. ó "tenet et docet ,, Vatican.
Constit. De fid. c. 1. "credendum est,, l. e. c. 3. Thom. II. II. q. 1. a. 10 "fina-
liter determinare ,,. Suarez I. e.: "motu proprio,, excludit subreptionem; "ex
certa scientia,,; non ex deceptione aliqua; "de plenitudine potestatis,,, hanc
enim non habet, nisi quatenus Poutifex est. Aunque los vocablos no sean
en si mismos esenciales al asunto, el carácter de una definitio dogmatica ex
cathedra exige que se halle redactada en aquellos términos "quibus ex officio
et jure primatlls fidei imitatem in Ecclesia custodiendam et ab ornnibus Catholicis
JJraestandam declarent. ,. Ballerini l. e. n. 24. Bellarm. l. e. IY. 3. Suarez, l. e.
Disp. V. Sect. 8.
2. Dedúcese de esto que la expresa fulminacion del anatema contra aque-
llos que r ehusan acatar las decisiones dogmáticas no puede constituir una
forma necesaria ni servir de criterio constante para distinguir la definitio
dogmatica ex cathedra, ya que es evidente que la omision de semejante forma-
lidad no puede privar de su legítimo carácter á la decision doctrinal iufalible,
siempre que se haya manifestado de una manera indudable y clara la inten-
cion de la Sede Apostólica de emplear otro procedimiento para obligar
á los fieles á acatar sus decisiones. No es la mera forma en que el precepto se
expresa lo que debe servir de norma, sino la voluntad libre y espontánea dei
Pontífice, que impone esa obligacion en virtud de su cargo de maestro supre-
mo y pastor universal de los fieles.

http://www.obrascatolicas.com
300 PARTE SEGU NDA. LIBRO SEGUNDO. SECCION TERCERA.

3. Otros exigen, como crit erio de un a definitio dogm atica ex cath edra,
que se oiga el parecer del cole,~io de Cardenales, ó á lo m énos el de los teó-
logos que asisten al P apa, y, S•:>bre todo , q Lte á la d efinitiva rlecision preceda
un exámen general y profund o de l os testi moni os que suministran la Escri-
tura y la Trad icion acerca de lo que ha cr eido l a Igl esia sobre ese particular.
Phillips. D er. ecl. II. p. 3 30 sig. B enetti s, l. e. I. 3 sq. P ero todos cstos re-
quisitos no sirven más q ne parit indicar qu e l a supr ema autoridacl docente se
ejerce conform e á los d ictaclos de la más estricta conciencia, que en tal sen-
tido acompanan naturalmente i. te-da defiuicion dogmática ; pero no son crite-
rios absolutos de l a misma , ya porque n o pneden s er objeto de la crítica, ya
tambien porqu e pueden ser explotados en opu esto ::;entido por los adversarios,
y á veces s ervir de argumen to aparente para fundar una d ccision contraria.
P or donde se ve que la oraci(ln, la. invoc:i,cion clcl Espiri tn Santo, y demás
r equisitos anteriormente en un cia d o~, pned en sei'Yir de norma p ara carncteri-
zar los actos del Sober ano P ontifice y del Concilio, y 11eben presuponerse; mas
no constitnyen un criterio ab:;olnto para <1eterminar la validez de sns reso-
luciones.
4. :El mismo concilio tl ol Vatic r.no lrn ;,eiialado e! método que debe seguirse en la
investigacion de las crecncias trad·icionales de htiglesias sornanificsta ya por los Con-
cilios generales, ó por las manife~; tacione s de las I glesias particu.l ares, ó por la cele-
bracion de Sínodos. E n lo,; Sínodos ro manos, tle,,;de los pr imero s siglas de la Iglesia,
el voto de los Papas ern, el que decid ia 1Philli pô. V. 1:2. II. p. 339. Segnn se desprende
del escrito del papa San Gelasio á los obispos de Dardania (Ep. 2G, 14. Thiel. WO y
411 ), y dei mismo Sínodo oclebrado cn Roma cl aiío 48G C~fansi VII. 1140 ), el peso de
la decision no dependia de ;m ]Jl"O]'ia aut oridad sino de la dei Papa, "jnxta sollicitn-
dinem sibi E cclesiarum omnibus (ornnium:1 competentin m qui e<tpnt est omnium"'
que .Tesucristo tlepo sitó en e! Primado. El consejo del Siuodo romano gozaba de es-
pecial autoridad, por haber sido ]foma la ó.te1lra de Pedro: hoy l1acen sfü veces el
colegio de Canlenales y las Congrcgaciones. Con esto cae por b erra la afirmacion que
contienen estas palabras de laDefensio Cleri (fallicani, Antw. li45, T. II. p.188: Quoties
successores Potri communorn E celesiarum fü1 em ex cornrnnni traditione pro officio
proponunt, eonun decretum, pra e<lica tionem , fidern , fore Ecclcsiae fundarn cntum;
en las cuales, como en las lllle se citan a continuacion, sc llace depender la Yaliclez de
su de cision de! resultado c[p, una invPstigacüm crítica realizada cn toda la I glesia y
de la aprobacion definitiva ele la misrna. Cf. Art. I V. :Ecel. Gallic.: l n fid ei quaestio-
nibus praecipuas Summi l'ontifi ci:; es se partes, p,j usque dec:reta ad omnes et singulas
E cclesias pertinore, nec tarn en irn1formabile c·s>e judiei um , nisi Ecclesiae consensus
accesscrit. D cfonsío Decln.r. T. !"! . p. 808 : Cenum firnrnmque ha lwatur, Pontificem
pro cathedra docentem esse infall.ibilem. At cum d uh itare possis , an pro cathedra
dixerit adhibitis omnibus conclitionibus. ultima nota et tessera :;it P ontificis ex ca-
thedra do centis, cum J<: celosiae t atholi cae eous ensus ac cesserit. Yéase :\Iaret. Du
Concile genéral. II. 65. 2~J!J. Du P /e.<si.< ,J'_,frg e;il ,.,:, De auctorit. Rom. Pontif. Par. lí0'2.
pag. 286.
5. La de:finicion dogmática nx cat h edra ~e publica , ya en forma de Consti-
tucion dogmática (Constitntio r.o.gmatica), com o la "unigenitus,,, " Auctorem
fidei,, , "Unam Sanctam ,, "Ir effabi lis Deus ,,, ó en forma de Encíclica d,iri-
g ida á tod a la Iglesia ( Literae cncyclicae), en la que se expone la cloctrina
católica, ya directamente, ó de una manera indi r ecta (_ indirecte) condenando
e] error contrario, ó tambien enforma d e Cartas apo~tólicas ( Literae aposto-

http://www.obrascatolicas.com
- .' ~' .. 1 t., 1 ,·,

§ 38. EL PAPA ROMANO ES AUTOR DE LAS DECISIONES INFALIBLES. 301

licae) 6 de alocucion ( Allocutio in Consistorio habita ), que se promulga por


mandato del Pontífice. En ésta se descubre desde lnégo el carácter de defini-
cion ex cathedra si defin e explicitamente verdades teol6gicas y condena erra-
res contra la fe. Dedú cese de esto que no siempre contienen éstas diferentes
formas definiciones dogmáticas ex cathedra ó fidei seu cr edendi reg ula en el
genuíno sentido de la expresion, pue8to que, con frecuencia, sólo se condenan
en ellas determinadas proposiciones in g lobo para que los fieles sepan que
no pueden admitirlas ni defenderlas. Cf. Kilber, De grat. n. 245: Conficitur,
Bullam " Unigenitus ,, non esse fidei re,qulam in sensu stricto ; est tamen;'udi-
cium dogmaticuin, quod servit ad <lirigendos fideles in ordine fidei, prout Car-
dinales, archiepi8copi et episcopi Parisiis a. 1728 congregati pronuntiarunt de
judiciis E cclesiae qualification es tantnm. respectivas continentibus. Las deci-
siones de las Congregacione;; romanas ( S. Officii et Indicis ) tienen tambien
gran autoriqad en asuntos dogmáticos ( Pius IX ad Archiep. J\fonach. d. 21.
Dec. 1863: Opus est, ut [ viri cathoiici J se subjiciant decisionibus, qnae ad
doctrinam pertinentes a P ontificiis Congregationibus proferentur ); pero no
son infalibles, toda vez que el Papa no puede trasrnitir, por delegacion, su
prerogativa de la infalib ilidad á otr o, ya sea á un individuo ó á una Corpo-
racion. P or consecuf'ncia, sólo debemos admitirlas como definiciones ex ca-
thedra cuando, además de llevar la aprobacion del Papa, éste las propone
como decretos dogmáticos. Cf. Bouix, De Papa, p. 44U. 47tí. E s innegable
que, r especto de algunos documentos pontificios, pueden i:;uscitarse eludas de
si contienen alguna rl eclaracion obligatoria para la Igletlia universal; mas
esta mi sma dmla ocurre con algunas decisiones de los Concílios; así, es discu-
tible si la " Instrnctio pro .-1.rmenis ,, , que dió Eugenia IY en el concilio de
Florencia, contiene un a cleclaracion dogmática, ó simplemente una instruccion
práctica, en lo que dice rcspecto ele la fo rma y mater.ia de los Sacramentos.
En tales casos es preciso atenerse á la creencia un ánime de los fieles, á la
doctrina de los teólogos , y muy particularmenrn á la opini on y á la práctica
de la mi sma Iglesia . Tmmer, De Fiel. IY. duh. 6.

IV. El principal efecto de la clefinicion dogm ática ex catheclra es


producir una certeza infalible y divina ele la Yerclad clel asunto que es
objeto de la decision papal, y, por consecuencia, ohligar á todos los fieles
á prestarla su acatamiento. Pero esta certeza y la obligacion que impo-
ne provienen de la rnisrna decision dogmática ex cathedra por sí sola,
y no como consecueucia ele la aprobacion ó asentirniento de la Ig·lesia.
Cone. Vatic. 1. e.: Ejusmodi R . Pomificis definitiones ex sese, non autem
ex consensu Ecclesia e irreformabiles e:>se. Esta es una consecnencia tan natu-
ral como sencilla dei Primado del P apa en el magistcrio eclesiástico. _El mis-
mo Febronio ( l. e. II. 4) y los galicanos (Tournely D e Eccl. T. II. p. 217. 285)
reconocen que en la resolucion de cuestiones relativas á la fe corresponde
á la Sede Apostólica _una " participacion muy principal,, ( praecipuas partes);
siquiera supongan erróneamente que sus decisiones y sentencias sólo envuel-

http://www.obrascatolicas.com
PARTE SEGUNDA. LIBRO SEGUNDO. SECCION TEHCERA.

ven una obligacion provisional en tanto que la Iglesia no entable alguna


reclamacion en contra. Pero semejante suposicion en cierra una contradiccion
intrínseca. Porque creer una cosa provisionalmente equivale a creerla por un
tiempo limitado: mas la fe presupone una certeza infalible y divina, por cuya
razon una creencia provisional , en este ::;entido, envuelve una palmaria con-
tradiccion dei principio, del mc•tivo y de todo lo que hace referencia al carác-
,,
.i . . ter sobrenatural de la fe. Augustin. De agon. christ. c. 9: Fides est prima
( virtns ), quae subjugat animum Deo. Rom. 1, 5. II Cor. 10, 5. I Joan. 3, 23.
Por eso, en el caso presente , la confesion no tiene valor alguno sino como
expresion dei acto interno de fo, y sólo en atencion ~t éste puede la autoridad
eclesiástica exigir la confesion externa. Lo contra.rio ::;ería tanto como exigir
una simple sumision externa, lo que evidentemente es absurdo. Asi lo dieron
á entender los mismos Obispos franceses con Bos::;uet, cuando pidieron á
Clemente XI que hiciese la siguiente dedaracion, contenida en la Con:>titu-
cion. " Vineam Dom. ,, de 14 c~ e Julio de 1705 ( Denz. 1317 ) : Ut quaevis in
posterum erroris occasio penitus praescinrlatur, atque omnes Ecclesiae filii
ipsam audire non tacendo sol um ( nam et irnpii in tenebris conticescunt ), sed
nt interins ohsequendo, quae veri est ort!1ocloxi hominis obedientia, condi-
scant, hac nostra perpetua valitura constitutione , olrndientiae, quae praein-
sertis constirutionibm; Aposto] icis debetur. obsequioso illo silentio (silencio
respetuoso ) minime satisfieri ... non ore solum, sed et corde recipi ( dam·
natum sensum ) debere, nec alia mente aut credulitate supradictae formulae
licite subscribi posse ... , declaramus. Que es precisamente lo mismo que
declararon los Obi spos frances·~ s :í. Inoceucio X el dia ló de Julio de Hi53,
cuando afirman de las decisi01ws papales qne ·' Christiani ornn es ex officio
ipsius quoque menti s obsequi·un praestare tenentur,,, con referencia á las
sentencias anteriores de los F'apas en asnntos clogmaticos, e:;pecialmente
contra los pelagianos, contra Apollinar y 1\faceclonío, dictadas antes que
fallasen los Concílios. Por otra pa.rte, segun esta hipótesis, el Obispo, indi-
vidualmente, no está antorizat!o para oponerse it tal <lecision ( non dogmati-
zando contrarinm, quam11iu non reclamat Eeclesia. Febron. l. e. l\:Iaret, Los
Papas y los Obispos, p. 55 ) ; clígasenos. pnes: Gqui én ha de entablar la re-
clamacion? Los fieles, se dice, dcben esp erar hasta que se convoque un Con-
cilio ó hasta que se haga constar la aprohacion táci ta ó expresa de toda la
Iglesia. 1\fas precisamente la ccntroversia estriba cn averiguar si existe ó no
tal asentímiento, y entretanto 1ue eso se logra se da tiempo al error para
propagarse y desarrollarse, y, ::rnr consiguiente, la Sede Apostólica, la "ca-
thedra singularis ,, ( Optat. l\fil. e. Parm. II. :2 ) , ella l1ne es '' culmen aucto-
ritatis,, (Augustin. De ntilit. credt.nd. e. lí), y ha sido instituída por el niis-
mo Jesucristo para mantener la unidad de h fe , no podría cumplir su mision;
de suerte que sus decisiones en materia de fe no tendrian en si más valor
ni más autoridad que las de otr•J cualquier Obispo. P or lo demá:;, esta hipóte-
sis, que hace depender del asentimiento de la Iglesia universal la validez
legal de las decisiones papales ex cathedra, se op one .abiertamente á la si-
gui ente disposicion clel II Concilio lugdunense: si quae de fide subortae sint

http://www.obrascatolicas.com
~f~~~,,·~i:;r:·f.{' ~· •,,. ''·;~('?-~1?f:ç :.~·: ~~"'~*7~~'.'('~::~:~~~~·:~
i /.· , s .· ,

§ 39, LA INFALIBILlDAD .. , DEJllOSTRADA POR LA SAGRADA ESCRITURA. 303

quaestiones, suo ( Rom. Pontific. ) debent judicio definiri, que evidentemente


excluye toda aprobacion ulterior ó enmienda por parte de la Iglesia.
Schulte, Fuentes del derecho canónico, p. 98: "En constituciones dogmáticas no
cabe suponer una influencia de esta naturaleza por parte de los Obispos, toda vez que
aquéllas versan sobre asuntos que no pueden tratarse ni aceptarse conindependencia
de la Iglesia, como acontece con las disposiciones relativas á la disciplina. Y como
quiera que los decretos papales de esa índole no imeden someterse ai juicio de un
solo Obispo, es evidente que no puede en modo al g uno prescindirse de su promul-
gacion y ejecucion. Porq ue además, admitida la po sibilidad de que la ejecucion pue-
da suspeuderse, es forzoso conceder t ambien la posibilidad de que pueda sufrir alte-
raciones. Y asi como es evidente que la infalibilidad no alcanza á las opiniones pura-
mente individuales dei Papa , tambien resulta palpable, con sólo considerar la natu-
raleza dei asunto, que ni áun tácitamente puede la Iglesia declarar que sea capaz de
publicar decisiones erróneas en materia de fe. ,,

§ 39. LA INFALIBIL!DAD DEL ROMANO PONTÍFICE DEMOSTRADA


POR LA SAGRADA ESCR ilTRA.

I. La autoridad docente infalible del Romano Pontífice es una con-


secuencia necesaria de su potestad primacial, que la presupone, ya que
ésta ha sido instituída por Jesucristo para fundar y conservar la unidad
de la Ig-lesia, que , en primer término, consiste en la unidad de la fe.
1. Cone. Yatican. /. e.: Ip so autem Apostolico primatu ... supremam quo-
que magisterii potestatem comprehendi. Prop. damn. 7 ( de Pedro de Osma)
a Sixt. IV. a. 1479 ( Denz. 616 ) : E cclesia urbis Romae errare potest. 29 damn.
ab Alex. VIII ( D enz. 1186): Futilis et toties convulsa est assertio de Ponti-
ficis R om. supra Concilium oecumenicum auctoritate , atque in fidei quaestio-
nibus decernendi s infallibilitate. Todos lo s articulos de la Declaracion del
clero galicano fueron condenados, inmediatameute despues de su publicacion,
por Inocencio XI , por Alejandro YIII y por Benedicto XIV ( ad Inquisit.
Hisp. Opp. XV. 117 ). Oigamos de qué manera desarrolla Schulte (l. e.) esta ' )-,-·

prueba: " Rase otorgado al Pontífice el Primado para conservar la unidad,


para impedir toda discordia y mantener constantemente a la Iglesia en el
recto camino. Para conseguir este obj eto sele ha conferido la suprema potes-
tad legislativa. D e su mismo obj eto se deduce que su autoridad, no sólo se ·~ .

extiende a cuesiiones de disciplina, sino que tambien abraza los asuntos rela-
tivos a la fe ... L a I glesia no crea nuevos dogmas, no hace mas que declarar
lo que es dogma de fe. Y puesto que esas declaraciones son necesarias siem-
pre que surgen duelas, ó se pone en tela dejuicio una doctrina, ó se suscitan
controversias acerca del sentido de un dogma, toda vez que es absolutamente
imposible convocar un Concilio general en el momento que ocurre una cues-
tion de esa índole, y, segun el espíritu de la constitucion de la Iglesia, no pue-
de faltar en ella un momento esa antoridad, síguese que tal derecho es iruna-
nente al cargo de Pontífice r omano, y que, por n atural consecuencia, toda
decision dogmatica emanada de él envuelve una obligacion t.an ineludible
como la que encierra cualquier otro p:i:ecepto legal. ,,

l http://www.obrascatolicas.com
304 PARTE SEGUNDA. LIBRO SEGGNDO. SECCION TERCERA.

2. Sobre la autoridad docente infalible del Sumo Sacerdote en el Antiguo T esta-


mento, la cathedra :Mosis de San Mateo 23, 2, véaoe A . Yincenzi, Lucubratio prima de
sacra Hebraeorum et Ohristianorum l\Ionarchia, et de infallibili in utroque mag iste-
rio. Rom. 1872. E l Seii.or condenó ks teorias puramente humanas de los escribas, pero
no rechazó la suprema autoridad d êl magistArio cuan do tomaba nna decision ex ca-
thedra, es decir, eu cumplimiento de q l ministeri.o.

II. La infalibilidad de las decisiones papales ex cathedra se deduce


de San Mateo 16, 18 sig. Seg·un hemos demostrado anteriormente, este
pasaje trata de los puntos signientes :
a) Se refiere á San Pedro. b) Dice que es el fundamento sobre el
que descansa la Iglesia infalilile é inquebrantable. e) Lo que á él se le
concede, se concede en él á sus sucesorcs. d ) Por cuya razon el Pontí-
fice de Roma no puede errar en materia::; de fe sin que 1a misma Iglesia
incurra en error.
En este sentido se dice que ba11 P edro, y su sucesor el Pontífice rnmano,
es el instrumento Yisihle de la L:al1eza iiwisible y ]'iedra angnlar Je::;ncristo,
y que ha sido establecillo para mantener en la I glcsia la infol ihilidacl lle la fe;
por cuya razon os el mismo infalihl e, pero :;ólo en virtud de la cansa principal,
J esucristo. He aqni cómo expli ea esto San L eon el Gramlo, Serm. IV. 2:
Qui cmn dixisset: Ttt es Christts. tilius D ei YiYi , r c:.;pondit ei Jesus: Beatus
es Simon , Bar Jona , quin, caro et ;;ang uis non r evela\·it tibi, ~.;ecl P ater meus,
qui in coelis est; i. e. , ideo beatns es, quia te P ater meus docnit, nec terrena
opinio t e fefellit , sed inspira tio cqelestis instruxit: et non caro et sanguis,
sed ill e me tihi, cujus snm unigen itus Filin:3, inclicavit. Et ego, inqnit, clico
tibi; h. e., sicut P ater meus t iJ:.i manifestavit diviuitatem meam, ita et ego
notam tibi facio excellen tiam t1tam. Qnia tu es Potrus , i. e. , cum ogo sim
inviolabiUs petro, ego lapis angrfo ri s, pract<'r quod nemo pote;;t alind ponere
( E ph. 2 , 14 - 20 ) tamen tu quoqne petra r:s, q·nia mea vfrtute solidaris, ut
quae mihi potestate sunt propria, tibi sin t mecum pm·ticipatio11e commwlia. Et
super hanc petram aedifi eabo Ecclesiam memn etc . 8 nper hanc , inqnit, forti-
tudinem aeternum exstrnam temphnn, et Ecclesiae meae coe] o inferenda su-
blimitas in lwjus fid ei firnútate c1n1;11J'get. III . 2: De cujus prú1cipali aeterno-
que praesidio etiam apostolicae opis munimem acc epimus, quod utique ab
opere suo non vacat ; et finnitas r'tmdamenti , cni toti ns .Eccleiúae sup erstruitur
altitndo, nullo incum1 entis sib tcmpli mole lacessit ( lassei:;cit ). Soliditas
enim illins fid ei, quae in ..\.post .ilornm prirn;ip e est lrrndata, perpetua est: et
sicut permanet , qnod in Christo Petrus crodiclit , ita permanet, quod in Peti;o
Ch ristus instüuit. 3. Manet e r~: o dispo;;itio veritati s, et Leatus Pctrus in
accepta f'ortitudin e petrae perseL"cra11s, susceptrc Ecclcsiue guuernacu!CT 1W!I reli-
quit ... ct~jus in sede sna Yivit i: otostas et excellit auctoritas. Roe enim obti-
nuit illa confessio, quae ... omnium humanarum opinionum incerta transcen-
dit , et firinitatem petrae, quae n1'llis impulsionibu s quateretur, accepit. In uni-
versa namque Ecclesia q uotidie P etrus dicit: Tu es Christus , filius Dei vivi, ...
Haec fídes diabol um vincit., .. . haec erutos mundo inserit coelo , et portae

http://www.obrascatolicas.com
§ 39. LA INFALIBILIDAD.,, DEMOSTRADA POR LA SA.GRADA ESCRITURA.

inferi adversus eam praevalere non possunt. Tanta enim divinitus soliditate
munita est, ut eam neque haeretica corrumpere usquam pravitas, nec pagana
potuerit superare perfidia.
Bossuet, Defens. Declar. III. 10. 1: Illud immotum, quod in fide Petri omnis ab
origine agnovit antiquitas, id duplici modo a PP. intellectum: 1) ut Ecclesia catholica
in fide Petri immota consistat, 2) ut immotum aliquid et invictum in Ecclesiam quo-
que particularem Romanam (mas solamente en atencion á la cabeza) ac Sedem Apo-
stolicam P etri fide, praedicatione, sanguine, au ctoritate ac successione translatum
fuerit ... Quibus verbis (Matth. /. e.) qui suam maxime unam volebat Ecclesiam, crea.-
vit magistratum amplissima prae ceteris potestatc ac majestate praeditum, qui 01nnes
:nwceret ad unitatein, maxiine in fi 'le.

III. Pedro es el supremo pastor Yisible á quien se encarga que apa-


ciente todo el rebano, en sus diversos grados y categorías (Joan. 21,
15 sq. cf. Joan. 10, 3. 4. 8. 26. 2·7 ). Tiene que alimentar los corderos
y las ovejas con el pasto de la sana doctrina; y ellos, á su vez, están
obligados á escuchar su voz. Resulta , pues, que tanto Pedro como sus
sucesores son infalibles, toda vez que únicamente en esta suposicion
pueden tener el derecho de apacentar las ovejas, y éstas el deber de
obedecerle.
Bernard. De considerat. IV. 3: Evangelizare , pascere est. Cf. Ignat. ad
Trall. n. 6. ad Philadelph. n. 3. Aster. Horn. VIII in Petr. et Paul. p. 268
,,.
( l\'.J...1gn. T OID. XL)
-'-- : (TI'~":'po; ) E),'X
'" 1r:iJS'I ":O'I XOO"p.O'I S~Ç S7:~rs),S~(J..'/, w.; (J-~:-1.'J t:J..)'€ \ f1'I
1
' ' ' " ' ' ' ') 0

sT.~ · 7tf'Yap:f,'J Xxo'..Í7'X;, ~Ó7%S '7& Cip'Jf.':t. p.o:;· %Cll crz2ô0'1 2t'lij' Z1:.r:o0 -;à'J ~~O"':Ó'":tlTO'I
p.::t.8-rr:·ff1 ãOwxs'1 Ox0p o' -:o~, t:pocrr)\ú:-0 ç r;;a-;Spo: xat vop-So: xctl i7/:J.'.. ÕS'J'r7,v. A1nbros.
1
..
1
..

De incarn. V. 34: Fides ( Petri) ergo est E cclesiae fundamentum; non enim
de carne Petri, sed de fide dictum est, quia portae mortis ei non ( fidei Petri)
praevalebunt; sed confessio vicit infernmn. Augustin. Ps. e. Don.: Ipsa est
petra ( Petri sedes), quam non vincunt superbae inferorum portae. Cyrill.
Alex. (De ss. Trin. Dial. IV. p. 507. ap. Mign. VIII. 865): Ilhpav o1p.a•.,
r ~r ' ..... , '' ' ., 1 ' , ..., 1 - ri - r
7t=tptuv:;p.w;, E':2f0'1 OUóEV ·r, "':"f1'I ClXCl."':CL-':i'S~O"'rO'I xo:~ sàpti.1.0":a.~·r1'I ":'O'J {J-'1.IJ'Yj"C'OU ~!.a'";!.'I
.. _ ... -, :,,., _,.~
rJ.41,QX(lAW1, ;.t
~ ~ , . . , -- ' - ....... !,,,...',..-,,,...-
C/.CJ.'1.1 • .. c.u,.. .. w~
: -- . ~ ... , _:,. __ ,-,
;."(f,(.:..•"' ~':1.• .. ;. X~. 0.CL. ... ;.hft} ::.'I
.t ~ ÷f/S r.. Cl
1 X?... f 1 ;.XX
·,xpr.7-;oo;,- x::i.r.· O'.'J7::t.'.ç
, - ::t.'n/.W70Ç
, " -;::i.r.ç.,. q.ooo; ;-.o;J,::i.r.ç
"~ " sr.ç' asr.
, · o•.ry:p.s•1o'JO"::t.
· ... Theo or. a
·· ' ' , , _,, r - , - - -
Stud. Ep. II. b3 ad N aucrat. : EO':'J7ü'JÇ a;;;spp·r,;O':'I -;ou O'W[L0':70Ç 70'J Xp~7•ou, •ou
- {j ' ' r X ' ''Cl ' "\ ..... - 1 ,.. ' 1
xop'J9:;axry; 'J?O'IO'.J S'I t~ p.7-:oç € JS":'O -:~.; xJ\s --:·r,ç 7r~7-:sw;· ·r ou X'J.":!.i:izuafJ.v
1 1 1
• .; 1
.;

~
, ' '_.
Cl7t ct.!.WVoç, 0'.JO
, .... ' ''
tJ.'I Xt:J."':'.rj/.U'5WV'.
/
P.EXP'·
! "" f /) rP.....
O"U'l':Si.s~:x...; 7tU \:X. 1.. CfOO'J' ';'Y. ';W'I a.~pE't!aXWV
\ - -

~·r}.ct.0·fi 7'7Óp.::i'='1 · W; -;. -;o0 ~-,~~'JÕo0.; ú;:07z:.7 1.~.


II. 1: &'Jr'l.i.W.; ~z~·/,xo:.p.sv €;:; 1
kxsbrr1v "t'·~v ~ôp~v, Sr' -~i <ft 1cr'Lv d Xpt.cr-rOç· ~U s1 llS":'poç x. "t'. ) •• Sergius Cyprjens.
( Harduin III. 729 ; in Synod. Rom. sub l\Iartin. I. ) : ~d,p'-";'[LO': SsoT.a'(Eç Y.O':\.
àaciÀs:;-ro·;, xc.d ~··~7),ov!)x~Lct.'I Óv1..ot1..vTi -r~ç r;;[a't'Ztt.>Ç" t"·}iv a·~v &.~oa-:oÀ[x·~v xo:9€Õpo:v
,.. , ,.. , , j\ 1 1
, X , , ú ,
1
t - , - (,J (j ,...,, , ,
'·ºPU'5:X.':O, w ~sp:x. XOf 'J?º'1 ' 2~~":"0Ç o vzo; ·r,p.ti)'I . . . ~!J ':'WV ~;.~·11AW'I a~psaeW'I
.J.

n - - ' õ "' ir
xa0'.l'.?S-:·r
r õ , • - '
1ç xa 1E7't"f,xaç wç XO?'Jy'.LWÇ Y.'.l\ XO':V:'t(',7'1ç -;·r,ç opvoooço'J XQ'.~ ap.wp.·r(rou
1
1 ' r

e
T.b-7EWÇ. l\faxim. Confess. T. II. p. 72): A.-.' àpz·r,ç ':Y1Ç ;-.poç ·r1p.iç xa"Q'.~ii7€l•)Ç
-:o:;- cr:x.2x<.1Y1S'
Ll'
.r:o; (.,11sou- ) . oyou,
' '
p.o'rr _,, '1 fj '"\ ' - - -
1v x2·1/;; ~0::1. xa • vsµsA~o·1 a.~ ~".1..tsctt. 7Ca.v-:11:zou '!(t)'I
'l:. 1
XPL7,LQ'.VWV EXXAT17LW., •·r;v au-:011L [LE/'~ 7.-r,v EX't"ljCTO':V•O
- ' '\ 1 ' ' ,
... • ' " f
XQ'.L EXO'JvW' wç ouoap.w; '" -
•e:
TOMO II 20

http://www.obrascatolicas.com
306 PARTE SEGUNDA. LIBRO SEGUNDO. SECCIO:N" TERCERA.

~!"-
'
P,E'I ,
Y.'l.,~Çx:Jofl-SW1'I Y.'l.-;;'l. '°'iY 'l.:J''CTjV -;;o:J O"w-;;·r,poç
' ' , ' _, ,._ ., ....
S77.'l.'((SA~'l.V.
' ' '
u;;o '{-00:.J 77.:J ) -
,(<)'f"
' . . "' ' " ' .. ... ,. ., ' . ' ' o " ,,... , . ' ( ... , \ ..,
'l.J.I\ szo'J'j'J.'/ ":':X.; X),S ~.; 7·ri'; S~Ç 'Y.~>70'1 Of'J000~0'J T:'.. 7'7SW; X'l.~ op.o),O"";'V:J.Ǻ X'l.~ ";I') ~Ç
, r.J- , , 1 , ,, , , , , 'O ,
S'Jcr'S;..1w; ~207spzo:J.S'I0 1.. .; 'J.'IO~''{O'J':J'J.'I ";"(j'I O'l':'W~ ?'.J7S'.. X'J.~ :J.O'l"f1'I S:J'J'Sj.JS'.. 'J.'I" 7.í:O-
x),s~O:JO''l.V Õe xrú su., cpcJ.-:-:o:JO"'l.V ;;;(., 'l.bs-:~xo'1 · O"-:Óu.'l.. GreQ:. N az. Orat. XXXII.
j, ' 1 '--'
18: ó p.ev TChpa. xry;}s \-;;'l.~, X'l.~ -;;o~·ç 6sp.s),Louç 7·r1ç i:xxh10"L'l.ç ;;~O"'t'SÚsw~. ln laudib.
Virg. II. 224 ecl. Caill.: IE-:yr,ç ;,pp'l.;'fo;, ;'s·1f.7·r,ç xh1\0CJ. hzóv7oç. Basil. (in
Dav. Orat. XVII. 1.1\Iign. T. 83, p. 217): lli:-:-~r;ç 7W'I A;;o0"7ol.tv'I ó xo~:Jc'l.\o~, ó
, ' 1 1 •

'-:W\1 Xp'. 'J'"t'00 (·:x8·r,'7W'1 1:po7-;'l_-:·r1 ~, Ó -:0r; i:?'.fX 7:1.7p0.; ~í:OX'l.)\~'.}sw.; Spp.·r,·1su--;·( 1
;

'l.Xf'·l-'·r,ç.
• (J' o·ngen. m · 1\r··h
~ att . 'I' . x·1110
~ ·~,
. :. : o:.ios:J.'.'l. ""~
;;uJ:r, ,
ê.[.üo:J Y.'l.7~0"zun•. -
7T,ç
TIS":'oo:~
1 -
r-'l Sxx)-.Y1crLo:ç, -}~v Si=' o:U--r~ Xo'~~~Oç
1
o~xo0ov.~11
~. Cf. IIom. \T. in Exod.
p. 145, donde esta roca represe·lta á San Pedro.
IV. Los hermanos sou d:rig·idos à Pedro y sns sucesores para que
de él reciban fortaleza en la fo ( Lúc. '22, :32). Mas Pc<lro no podría for-
talecer su fe si és ta llegasc ú Yacilar algnna vez eu él, es decir, si no
fuese capaz ele conserrnrla siernpre en toda su primitiYa fuerza y pu-
reza. Por cuya razon, Pedro y sus sncesores, son infalibles, en su cali-
clad de maestro~ de la fe en la Iglesia uniYersal.
1. Sobre la significacion de c011v?r.ms, s7:icr-:p2'.\-'.Xç (:i.~'6) y su traduccion por" de
nuevo "' véase Schracler, De Unit. Xoman. II. p. líH sq. Katholik, 1868. I. p. 'tot sig.
Passaglia, De praerogativ. S. Petr. II. e. 13. Cf. Gcn. :2G, 18; 30, 31. J es. 6, 10. J os. 5, 2.
III. Reg. 19, 6. Ps. 8, 5. 7. Pero la rnejor explicaeion la ha dado e! mismo Bossuet
( Méclít. sur l'Evang. ::\Iédit. 70): "Corro quiera que, al reproncler la ambicion de sus
Apóstoles, había hablado de una manera que pudiera quizás interpretarse en e! sen-
tido ... de que no había dejado nin:;-nn primado on su Iglesia, y aunque había quita-
do fnerza al primado conferido á Scin Pedro, habht aquí de una forma que denmcstra
evidentemente lo contrario ... He rogado por ti: por ti en pa;·tic11lr11·; por ti separada
y dislintainente. :'\o quiere decir q10 haya descuidado á los otros; sino que da á en-
tender, segun el com1111 sentir de los Santos Padres, que, afirmando la fe dei jofe, se
proponia impedir que vacilasen los subordinados ... Quién es capaz ele poner en duda
que San Pedro ha recibido una fo eonstante. invencihle, inquebrantable y, además, tan
abundante que bastaba para confirmará los Apfo;toles y á los pastores. Cf. n. 72.
Oigamos á San Leon, Serm. IV. 3: Commune erat omnihus pericnlnm ele
tentatione formidinis, et divina(~ protectio11is auxilio pariter incligehant, quo-
niam diabolus ornnes agi tare, ornnes cupicbat elidere; ct tamen specialis a
Domino Petri cura suscipitur, et pro (ide Petri proprie supplicatur, tanquam
aliorum status certior sit futurin, si 111ens principis ricta 110n fuerit. ln Petro
ergo omnium fortitudo munitur, et diYinae gratiae ita onlinatur auxilium, ut
firmitas, quae per Christum Petro tribuitnr, per Petrum Apostolis conf'eratur.
Augustin. De corrept. et grat. n. 8: ( véase pág. 290 ). Chrysost. Horn. III.
. A et .: II fW":'OÇ
3 ln - - ' 'ú
":O'J 1:2~--{}1-'Y.."':O,; 'Y..'J'JS'l"";S - " ' ' ' ' L '
~' 'Y.':S 'l.'J70Ç T:'J.'17'1; S''tls~p 1.'S 1 JS~.;.
l'I po.; 1

;'àp 70.J7ov s1;;2'1 ó Xp•.noç· x'l.l. O":.Í ;;072 x. 7. ).. Cyrill. Alcx. ( l\Iai N. PP.
Bibl. T. II. in Luc. 22 p. 420 ): K'l.~ O":.Í 7:072 x. 7. ) .. To07' B0"7'., ybo:.i 0'7-f,p•.yp.'l.
x'l.l G~GáO"xrJ.}oç 7Üw 01.à d0"7E<»ç "PºO"'.ÓV7lv'1 2[.LOL. Theoclor. Stud. ad Pasch.
( l\1ign. T. 99 p. 1152 ) : Ilpóç O'E slp.,1xs Xp'.O''º' ó 9soç ·;1F.üw· x'l.l. O":.Í ;;07s sT.: 1. -

cr":'oS·,!,1c
1 1
x. :- . )\. i0s ó ~1.1
-
100vo:... x'lJ. O7ÜT:o.::·
- '
3o·f,8·r(>O'I ·f,•J.~'I O 0-;:0 8200 "':'S:-1v'1~±vo.; d:..
i j i .

~o0-;o· Õps~O'I z.s'.pl:J. x:1,.B' 070'1 oT.ei-r:S €'1''": 1..'1, E'1 (~ X3.~ S'":Sfj·r,:;. II--:ó·ri70'I, 0sóp~sB7..

http://www.obrascatolicas.com
§ 40. LA INFALIBlLIDAD ••• DE:MOSTRADA POR LOS SANTOS PADRES. 307

":"ov' 'l.lpE":"~xov; ~-'r,p'l.; o-:Jp~n·· ":"o::Í qdou ),6you o-w. Theophylact. i. h. 1.: ~":"-f,p~~o·1
-,J)'J-,
·',. "';\ Q.,,,.Q'J~,
t-·' - _;---__
.. O'J .. O ,..~OJflX;. .. .JQ. w., p.=. . -rê
,...-.-'·-·~' (,., . . _ ,.:·, , ",_,_:-,.;. . ......) . : --!.-....
O'I.,, .... f1'-J .::.X.X , f ,lj ,/:J.., h••rt- Xet..
}
a--.. r,rt.
,...' ....
(-
P.'l.":"1•. Y Estéban Doren se en el co ncilio de L etran, celebrado bajo Martin I
J..allSl. X
(. 1\,,. J. • s<J4) K u..~' 1U..~'l'i:'O'.
' ·~ '
n~'Ã 1..'I X'l..'.' s~~.'.OS''C'OV '' '
~0 1.. 0T:~07WT:W.: ' ' 1B
CLU':'OÇ ; s ~ (1~0":'S0:!'1
'
.
( :
,, ( \ , ' , \ \ , •
( - '

' , •

ê/}JJ'I UítSf ;ca.Yrra.; '!'fi'I ~~Ç Cl..'J":O'I '";OV X:.J?t.O'I "fi}J-W'I X7..~ ars~a.-:pê7:'tOV 7i:t.0-": 1..'I,
' .. ~

S.1tt.-

'J"":'i1.1s1
1
x:zl ~i:07't·r1 ~L~z 1..·1 cr-:-1.)\~uou.É.youç --;o0.: 01u..o-;u.·v:, ~ç 7.U7c.Ü xal 7tVEuu.cx:nxoUç
..•1 ;:o-:~ • • • l i-· 1

i0ú,10:.J;. La misma explicacion h an dado acerca de este asunto los papas


Han Gelasio I ( Ep. IV. 1. Thiel 321. Tract. II. 8. Thiel 528); San Gregorio I
( Ep. VI. 37; IV. 32 ) ; San Agaton ( Ep. ad Constantin. :Mansi XI. 242 ); Vi-
taliano ( l\íign. 87 p. 1002); Jn an VIII ( Ep. 7G. l\Ians. XVII. 65 ); Leon IX
ad l\íich. Cerul. c. 7 ( l.VIign. T. 143 p. 748 ); Nicolús I al emperador Miguel
( l\t!ign. T. 119 p. 773 ); Pelagio II ad Ep. Or. 3 ( l\Iign. T. 72 p. 708 ). San
Bernardo escribe á Inocencio II en su Ep. 190: Oportet ad vestrum referri
_.\.p ostolatum pericula quaeque et scandala emergentia in regno Dei, ea prae-
sertim, quae de fide co11ti11gunt. Dignum namque arbitror ibi potissimum resar-
ciri damn a fidei, 'ttbi non possit ficles sentire clef'ection. Haec qwippe hujus prae-
rogativa Sedis. Cui enim alteri aliquando dictum est: Ego pro te rogavi etc.?
Ergo, quocl sequitur a Petri successore exigitur: Et tu aliquando conversus
confirma fratres tuos.

§ 40 . LA l:NF.-\.LIBILIDAD DEI. RO!\IA);O PO);TÍFI CE, DE:IIOSTRADA POR EL


TESTDlONIO DE L~':i SA.\'TOS PADR ES , POR LA CONDU CTA DE LOS
P .-\.PAS í POR E L PROCEDER DE LA IGLESI.-1..

I. A los Santos Padres que hemo..; citado cn el párrafo <1ue antecede,


debemos ailadir los testimonios de San Ircueo, San Cipriano, San Op-
ta to de \lileYo, San Epifani o, San Greg-orio ::\ acianceno , San Cirilo
Alejamlrino, San Amhrosio, San Jerónimo, San Pru<lencio y San Pe-
dro Cri::;ólogo.
1. D e San Cipriano son estas palabra.s. Ep. í O, 3: Una est E cclesia a
Christo D omino super P ctrum origine et ratione fnndata ... Acl E ccle:úam,
quae una est, et super unnm, qni et claYes ejns accepit, D omini voce fundata
est . .T esucristo ha orado para que se mantenga esta unidac1 ( De dominica orat.
c. 30) , <J.Ue tiene su raiz en la Cátedra de P edro y en la E cclesia principalis
( Ep. 59 , 14 ed. Hart. el e unit. Eccl. c. 4); ya que la I glesia esta fundada
sobre el mismo P er1ro solamente (l. e. :Bp. 43 , õ ecl H art. Ep. 5fJ , 7. E p. 66, 8.
Ep. 73, 7 ) : Super quem aedificavit E cclesiam et unde unitatis originem in-
stituit et ostendit. Ep. 48, 3: Ut Ecclesiae catholicae matriccm et radicem
agnoscerent. Ep. 5D, 14: Ad P etri Cathedram atque ad Ecclesiam principalem,
unde uni tas sacerdotalis exorta est ... nec cogitare, eos esse Romanos, . ..
ad quos perfidia non potest habere accessum ( la perfidia ó sea la irreligiosi-
dad, no la infidelic1ad, cf. Cyprian. Opp. ed. Hart. III. p. 442 ). Por cuya ra-
zon, en su concepto, mantenerse unido con la Sede Apostólica ele R oma es lo
mismo que vivir unido a la Igl esia católica. Ep. 48, 3 ( ed. H art. ) : Commu -

http://www.obrascatolicas.com
PARTE SEGUNDA. LCBRO SEGUNDO. SECCION TERCERA.

,,~- '
nicationem tuam, id est, Ecclesiae catholicae unitatem pari ter et caritatern
.(·
;,;:,..
probarent. Ep. 55, 1: Ut jam sciret, te secum, hoc est, cum Ecclesia catholica
communicare. Así como no hay más que un Dios y llll Cristo, así tampoco
\';"
hay mas que una Iglesia y una Cátedra, fundada sobre Pedro por la palabra
del Seiior. Ep. 43, 5. Por consigtúente la "Cathedra Petri,,, el " locus Petri ,,
( Ep. 55, 8) es el centro que mantiene la nnidad de toua la Ig1esia. De unit.
Eccl. e. 4: Exordium ab m1itate proficiscitur, ut Ecclesia una monstretur. El
Papa es para la Iglesia universal lo que es el Obispo con respecto a la Igle-
sia particular que sele ha conflado ( Ep. 70, 3; 73, 7; 75, 17; 66, 8 ).
2. Es preciso dcjar bien sentado que el error sostenido por San Cipriano, relativo
á la necesidad del bautismo de los herejes, eu oposicion á las declaraciones del papa
San F.stéban, no J>rueba, en manern alg-una, que ncgase la autoridad de la Sede Ro-
mana, toda vez que, desde un priricipio, considero la cnestion como asunto de disci-
plina, segun claramente se deduce de sus palabras (Ep. 73, 2G): Nemini praescribentes
aut praejudicantes, quominus unusquisqu e episcoporum, quod putat faciat, habens
arbitrii sui liberam potestatem ( E11. 72 , 3 ) : Qna in re nec nos vim cuiquam facirnus
aut legem damus, quando habcat in Bcclesiac suao administratione voluntn,tis suae
arbitrium liberum unusquisque praepositus. Cfr. }~p. 75, (í .• Pudo haber fundado su
opinion eu la práctica de las Ig!e,;ias dei Asia .'.\Ienor y de Africa y en cl testimonio
de los sínodos de Iconio y de Hyr.nacla, y no o hstante confic:sa que la práctica segui-
da por él tuvo orígen en Agrippino (J~p. 73, 3). Esüí perfoctamente averiguado que no
llegó á penetrar la signifü:acion dogmática do la práctica en cuestion , ya que leve-
mos defender sin transaccionos <lo ninguna cl asEl los dogmas admitidos por la sola
tradi cion, lo mismo que las consi :!;nadas cn la Escritura, cf. Ep. 59, 20: Praecipi mus,
inquit Apostolus , ut recedatis ab omnibus fratribus ambulantibus inordinate et non
secundum traditionem, quam acc2perunt a no bis (II Thes,;. il, (i ). Xulla societas fide i
et perfidiae potest esse. Por otra parte, aun que d papa San Estéban se atuvo á k
práctica de la l g lcsia de Roma , no habia 1irommciado , al suscitarse la cuestion, una
sentencia decisiva, que pudiera dar lugar á la exclusion del seno de la Iglesia. De la
carta 80 de San Cipriano se do dnce que no se llcgó à intcrrumpir la comunicacion
entre Roma y Cartago, pnesto que el Santo Obispo sostuvo r elacion con Sixto II, su-
cesor de San Estéban. Es asimis no cYideute <1ne cuando San Agustin, para discul-
parle, hace notar que la cuestim1 111) SG habí a discutido aún cm un Concilio general
(De Baptism. II. 4 ; III. 4; I. 18). neo tuvo la menor intencion de negar ó mermar la
autoridad dei Pontífi ce, como ta'npoco puede afirmarso en manera alguna que trata-
se de aminorar la autoridad de os Concílios, ai de cir que los más modernos contri·
buyen á esclarecer cuestiones tratadas en los anteriorrs . L o único que de sus afirma-
ciones se desprende es que, atendida la importancia de la cn ostion, creyú conveniente
que se examinase la práctica de las princípalo' Iglesias. Ballerini, /.e. XIII. 53. Héfc-
·-:-. le, Hist. de los Con., 2." ed., 1. p. 117 y ;;ig.

3. Síguese de la cloctrina que elejamos sentada, que estar excluído de la


Iglesia rom ana es lo mismo qne verse privado de la pureza de la doctrina
católica y apostólica. Gelas. Ep. 2(; ( Thiel 326 ) : Ne sedes quoque Aposto-
lica per eum pollueretur confagiis perficlorum ... c1ignumque esset, a catho-
lica et apostolica integritate secludi. Hieronym. ( Apol. adv. Rufin. I. 4): Fi-
dem suam quam vocat? Eamne, qua Romana pollet Ecclesia? ... Si Roma-
nam responderit, ergo catholiâ swnus. Ep. 63: Scito, nihil no bis esse antiquius,
quam Christi jura servare , nec Patrum transferre terminos, semperque me-
minisse, Romanarn fidem Apostolico ore laudatam. Ambros. (De obit. fratr.

http://www.obrascatolicas.com
§ 40. LA INFAL!BILIDAD ... DEMOSTRADA POR LOS SANTOS PADRES. 309

Satyr. I. 47 ): Percontatusque ex eo ( episcopo) est, utrumnam cum episcopis


catholicis, lwc est, cum Romana Ecclesia conveniret. De Fulgencio, probable-
mente autor del escrito redactado por los Obispos desterrados en Cerdeiia,
son estas palabras ( l\fansi VIII. 599): Quid Romana, hoc est, catholica se-
quatur ac servet E cclesia. Augustin. ( Serm. 120 ap. Mai Nov. PP. Bibliothec.
I. 273 ) : Non crederis veram fidem tenere catholicae, quae fidem 11011 doces
esse serva11dam Roma11am. l\faxim. Conf. ad P etr. illustr. ( l\figne Ser. gr.
XCI. 144 ) : Perspicuum profecto est, q uia munis, qui eos, qui Pyrrhmn re-
probaverunt, anathematizat , Sedem Romanam, id est, Catholicam E cclesiam
anathematizat. Justin. ad Hormisd. P. Ep. 90 ( Thiel 897 ) : H oc enim credi-
mus esse catholicum, quod vestro religioso responso nobis fuerit i11timatum.
4. En sentir de San Optato, la Cátedra de P edro es la g enuína represen-
tante del magisterio universal, á la manera que cada Obispo, en particular,
es maestr o autoritativo en su respectiva Iglesia ; c. Parmen. II. 2. Esta cáte-
(lra única es el primero de los dones que constituyen el patrimonio de J esu-
cristo. Por cuya razon toda la tierra está unida en comunidad de intereses con el
papa Siricio " qui noster est socius ,, (II. 3 ). Esta Sede romana es única en
su clase : Cathedra singnlaris, II. 2; Cathedra nnica, II. 3.
5. ~ Y qué significa todo esto sino que aquel que ocupa esta silla única,
estando en comunion con la cual se está en comunion con la Iglesia católica,
en oposicion á la I glesia nacional que, segun San Opta to, se opone abierta-
mente al espíritu de J esucristo ( II. 1. 2. 11 ) , posee una autoridad docente
infalible, única en su clase, á la que todos deben sumision y acatamiento, ya
que él es el encargado de mantener la unidacl ele la fe en la Iglesia universal?
Hé aquí por que , segHn San Agustin, en e! Pontífice romano se halla el
Culmen auctoritatis ( De util. crecl. n. 17. cf. Bonifac. I. Ep. 15. Coust. 1042:
Oulmen apostolicum. Ep. 4. Coust. 1010 : Arx Sacerdotii ), cui nolle primas
dare vel summae profecto impietatis est vel praecipitis ignorantiae . .. Quid
est aliud ingratum esse opi atque auxilio divino, quam tanto labore ( robore)
praedictae auctoritati resistere ? Ep. 105: ln h ac catheclra unitatis posuit Deus
doctrinam veritatis. Por cuya rnzon, la union con la Sede romana es el sello
de la comunion católica ( Serm. 120 ap. Mai N ov. PP. Bibl. I. 273); porque
en aquella nunca ha vacilado la fe. P s. c. Donat.:
Numerate Sacerdotes vel ab ipsa P etri Sede,
E t in orc1ine illo P atrum, quis cui successit, videte;
Ipsa est Petra, quarn non vincunt snperbae Inferorum portae ...

T alis ,-i quis ad te veniat, plenus catholica fide,


Quales illos sanctos vi vos 01nnes solemus audire etc.
Cf. Ep. ad Generos. õ3.
P elagio declaro tambien que estaba pronto á someterse á la decision de
esta Silla. Libell. fid. P elag . ( in opp. Augustin. 111igne X. 1718) : ln qua si
minus perite aut parum cante aliquid forte positum est, emendari cupimus a
te, qui Petri et fidem et sedem tenes. Sin autem haec nostra confessio Apo-

http://www.obrascatolicas.com
310 PARTE SEGUNDA. LJBRO SEGUNDO. SECClON TERCERA.

stolatus tui judicio comprobatur, quicunque me macnlare voluerit, se immeri-


tum ... vel etiatn ?10n catholicum, non me haereticum, comprobavit. Cf. An-
gustin. De pecc. orig. II. 1. Conir. duas epist. Pelag. acl Bonif. II. 6. Ep. CXC.
23: ln his verhis Apostolicae Seclis ( presc\ntase aqní la Sede romana como la
Silla apostólica por excelencia \ tam antiqua atque fundata , certa et clara
est catholica fides, ut nefas sit de ilia clnbitare christiano. P or eso él y torlos
los Obispos reunidos en Cartago y l\Iilevo pidieron la sentencia decisiva ele
esta Sede , y cuando la hubieron r ecihido , dijo: Senn. CXXXI . 10: Inde re-
scripta venerunt, cansa finita cst; ntinam aliqnando finiatur errar! Cf. Ep. acl
Bonifac. II. 3: tota clnbitatio snblata e.;t. De la misma manera se expresa
Próspero ( Canu. De ingrat. V. :39 ) : P estem snbenntem prima recidit Sedes
Roma Petri. En t odas las cuesti mes la resolncion del Papa es decisiva é in-
apelable. Augustin. G. .Tnlian. I. .13: Puto tibi eam partem orbis snfficere
debere, in qua primum Aposto' ornm snorum Yoluit Dominns gloriosíssimo ~
martyrio coronari. Así se considern siempre inútil entahL'-'" nnevo pro ccdi-
miento ó exámen, c1espues que la Sede apostcdica ha emitid, -;u jnicio ( Op.
imperf. e. J uli11n. JI. 103 ). San Jerónimo, en todos los debates relativos :'t la
fe, suscitados en Oriente, acmfo al papa San Dámnso. Ep. lã: Quoniam ve-
tusto oriens inter se populorum furore collisus, indivisam Domini tnuicam et
desnper textam minntatim per frusta decerpsit ... difficile, ubi fons signatus
et hortns ille conclusus sit ( S1111bolo de la Iglesia ;., possit. intelligi, i<leo
mihi cathedram Petri et fídem Apostolico ore laudatam eensui consnlendam ...
Ego nullum primum nisi Christum seq uens, B eatirndiui tuae i. e. Cathec1rae
Petri commnnione consocior. JGp. lG ( con motiYo dei cisma de .M:elecio ): Ego
interim clamito: Si quis Catherhae Petri jungitnr, meus est. Ep. 8G ac1 Pam-
mach.: P raedicationem Cathedrae Marci Evangelistae ( en la lglesia de Ale-
jandría) Cathcdra P etri sua prne<liclttione confirmet. Ep. 81) acl Theophü.:
Se semper meminisse Romana1r fi<lem. Ep. 4G acl l\farcellam: Ibi et Christi
vera confessio. San Pedro Crisó: ogo exhorta ai abad Entiques ele Consta1iti-
nopla á qne someta sus opiniones religiosas á la I glesia de Roma que e:>, en
esta materia, la suprema autoriclad docent e (Inter Ep. S. Leon. Ep. 2õ ) : ln
omnibus autem hortamnr te , frater honorabilis , nt his quae a B eatíssimo
Papa Romanac ciYitatis scripta sunt, obedienter attendas, qnoniam beatus
Petrns, qui in propria Sede et vivit et praesidet, praestat quaerentilms fidei
veritatem. Kos enim pro stuclio pacis et fid ei extra consensum Romanae civi-
tatis episcopi causas fülei auclire ( '0•/:J."{"1Ü>'1':1.'. ) 110 1t possnmus. Cf. L eo M·
Serm. III. 3: B. Petrus i.n accepta fortitudine petrne perseverans suscepta
Ecclesiae gubernacnla non r elir1uit . De lns legado:; clel Papa es la sigui ent e
afirmacion aprobada por el conólio de Efeso ( l\Ians. IV. 12fJ5 ) : Sanctus
Beatissimnsqne P etrus, Aposto· ormn princeps et caput fid eique colnmna et
Ecclesiae cathnlicac fundamern;um ... ad hoc usque tempus et scmper in
suis successoribns viYit et praesidet et jndicinm exercet. Por esta razon se
cita, con tanta frecuencia, el nombrc de P edro para designar simbólicamente
a.l sucesor clel Santo Apóstol en el P apado, como lo hace San Ambrosio en

http://www.obrascatolicas.com
6 ' "\ --. • '
.;- .

§ 40. LA INFALIBILIDAD ••• DEMOSTRADA POR LOS SANTOS PADRES. 311 "'"'-

este pasaje (ln Ps. XL. 30 ) : Ubi Petrus, ibi Ecclesia; ibi nulla mors, sed
vita aeterna; et ideo addidit ( Christus ) : Et portae inferi non praevalebunt
ei et: Tibi dabo claves regni coelorum. De Poenit. I. 7: Non habent Petri
haereditatem, qui Petri Sedem non habent. Ep. XI. 4 ( en representacion del
Sínodo de Aquilea al Emperador) : Totius orbis Romani caput R omanam
Ecclesiam , atque illam sacrosanctam Apostolorum fiel em, ne turbari sineret,
observancla fuit clementia nostra; incle enim in omnes venerandae communio-
nis jura dimanant. Seg nn hace notar Víctor de Vita ( De persecut. Vancl. II.
15 ) , los Obispos debeu permanecer estrcchamente unidos , principalmente
con la Iglesia de Roma, qnae capnt est omnium. Y Prudencio afirma lo nlis- ~; ... ·
mo en las siguientes estrofas ( P eristeph. XI. 31 ) :
Una fides vigeat prisco, quae condita templo est,
Quam Paulns retinet, quamq ne catliedra Petri.
6. Entre los Padres griegos <lescuella San Gregorio Nacianceno por sus
alabanzas a la antigua lfoma, en oposicion á la nueva. ( De vit. sua V. 571.
ed. Caill. II. p. 705 ) :
~ · .'.!

To~-:t1r1 G~ 7:;.7-:'~.;, ·ti iJ-S'1 ·r 'I sx -;:),:::~'J'1r;.;,


1

Kx~ ·10'1 Ecr-':" .'1 ~üõpu:;.oç, --:·'r1·1 S7i:i?CJ:'1


S":'' 1

ll'l.~"1:1 Os0o'J7CJ. --=<!) 7w-:·r 1 2~~l iJ5";"<p,


l\ x8c.~).; 0~%:x~0·1 --:·'r,·1 7:fÓzÕ20·1 -:W·1 Õl.r..1r1 ~
t:IQ),:t 'I 7i130:JJ7.'J ~·f/1 0!o'.J VtHJ..~W'/~(/.'/.
1
l • ;~.

San Epifanio ( Ancorat. 9 ) llama á P edro " -:0'1 '/JJ'.:.'J':-1.'.o":'l.70'1 -:w'1 À..o-:;-:Ó-
'
),w'I ,, , " -;;:z-:p'J.'1 -:;:spd:1 ,, , y las puertas clel infierno, que no prevalecerán
.
contra ella, son " 'l.i. C1.l-.:;b2'.; x'l.l. oL 7.l.p~vdp/CI.'. ,, , él es el que da solucion á
toclas las cnestiones dif iciles relativas a la fe' " S'I -:o0-:w• •'''l.él1 S'J'7 1• 7.'l.'1":'1. -:7.
(·r,-:o0u.sn
. •
/ .s.-:.-:o/,o-,./,u.'
' \
1.7'l. -:7,;. d-:;-:stu~. s0 ~~ '.7XOU.s'n
l
,..' San Cirilo de Aleiandría
J
dirige al papa Celestino la siguiente declaracion ( Int. Ep. Coclest. VIII. í.
Coust. 1089): -::Y. fl-Cl.Xf~- ":W'I sxxh,,,~W'I $6-r, 7.sL9on 1.'1 :X'nXO'.'IOU'J'8CI.'. -:~ ,,~ Q'J'•.<kr,-:•.
(la herejía de N estorio ). Asimismo abandona enteramente á s u fa llo la cnes-
tion de si h a d e ro mp er ó no toda comunion con K estorio: o•.o 0·'1 XC1.-:'l.ÇLw'70'1
.- , -
;oxo'J1,
- ,...
.. 'Jhtu.Jct.~1,- ,
~o x:x4~ -... o.,.:.rf:J-'
,... ' ; ' ,,.. .... , . ' -
"'º~-=- Z.l''i··· .. o'lcrx.oa.o~ .. r1
- - " ,....' - ' , • -' , - ·- ,,...,'
ç .:.ucr .~(Jc; r ,.~ZrTi
. 1J ...... :x.., . ,...' -r:.,1~Ci''J':J..
.... , :. ú. 1
..
o•.& X'J.":'l.'.f'l.'l"f., Tambicn JHaximo ( l. e.) exhorta á Pirro que' ante
Y2'l.fl-[J-'l.7t.)'/
todo, dé satisfaccion á la Sede romana, hccho lo cual todos le tendran p or
piadoso y ortodoxo. F estinet pro omnibu8 Sedi Romanae satisfacere. Hoc
enim satisfacto, communiter nbique omnes pium hunc et orthodoxum praedi-
cabunt. Condenado p or sus opiniones h eréticas , T eodoreto, obispo de Ciro,
se dirigió al papa Leon con estas palabras ( Int. Epp. L eon. M. 02 ) : Ko:rp-2 ~
~, CJ..'J'7·r
os , ' 1v ( 1a c1u ~
· da d d e R. ama ) 0~C(rs20·17w.; · ·r' 1 n!.7'7'~.;·
' ' ~o:p-;ui;
xet.~ ' '~ ·
t1..ç~oxp:::w·1 o·
02c<l.; i-r:Ó~"':oi.o.: º,-JoW·1, 0-:- ·>j -;:Lo-7'~.: i>'.J.W'1 X'Y.-:'Y."."Vt)J,s--::1.~ s'/ 0),w ':(7} %Ó7!J.W. Et 0$

1
4
• 1 j 1 • ' 1 '

e-LlJ0 .
.... '"J
0=~1u~·1·r
-~ 1 .....
-~,...o] ~tu-·r,..;fJ'J
1 .. • .. J .. j.-i• • 1( l 1 • .. ~ ~-~"'
x·r,..·0""1JCl.-o- v..'Y.-rf.
J '"'-r'1. . .. ' -o-r-
.... ~
7.~''1."
·~ 4 j"Í'S-r·•
• wv .. ..,.. -00,....0
... .. ·~
1 ..

http://www.obrascatolicas.com
312 PARTE SEGUNDA. LJBRO SEGUNDO. SECCION TERCERA.

II. Los Papas han declarado, en todo tiempo, infalibles sus decisiones
dogmáticas ex cathedra , y en esa cualidacl fundan su pretension de que
se preste incondicionado acatarniento à sus decretos :;obre cuestiones
dogmáticas.
1. Julio I ( Ep. I. ad EuselJ. Ooust. 385 cf. praef. 78. 82 ) pide que se
observe la costmnbre establecid01 de acudir á él en todas las cuestiones, para
que resuelva conforme a justici:1.. Non jam ulterius Ecclesiae judicia secun-
dum Evangelinm instituuntur, sed vel ad exilium vel ad mortem dantur. Nam
si omnino, ut dicitis, aliqua fuit eorum culpa ( de San Atanasio y de sus
partidarios ), oportuit juxta ecclesiasticnm canonem et non ex pacto rem
jndicari; oportuit omnibus nobi 3 rescripsisse, ut ita ab omnibus, qnod jns-
tum esset, decerneretur ... An ignoratis, hanc esse consuetudinem, ut pri-
mum nobis scribatur, et hinc ( €·1Gs·1), quod jnstum est, decernatur. Sixto III
da la razon de esto diciendo , qtoe la Sede romana es la norma de la fe cató-
lica ( Ad Joan. Antioch. Coust. 1260) : B. Petrus Apostolus in successoribm:
suis quod accepit, hoc trrulidit. <;luís ah ejus velit se separare doctrina, quam
ipse inter Apostolos primam magister docnit? Innocent I ( Ep. rn ad Ep.
Carthag. Ooust. 889 ) : In requirendo Dei rebus ... antiquae traclitionis exem-
pla servantes et eeclesiasticae memores clisc1jJlinae vestrae rcligionis vigorem
non minus nunc in consulendo, qnam antea, quum pronuntiaretis, ... vera
ratione firmastis , qui acl nostrum ref'erendurn a:pprobast-is esse J·iuliciwn, scientis,
quid Apostolicae Sedi cmn omnes hoc loco positi ipsum sequi desideremus
Apostolum, debeatur, a qno ipse episcopatus et tota auctoritas nominis hujus
...... emersit. Quem seguentes tam m:ila damnare novinrns, quam probare laudan-
:.r da. Vel id vero, quod patrum institnta sacerdotali officio custodientes 11011
censetis esse calcanda, quod illi 11011 human a, sed divina decrevere sententia,
ut quic1quid quamvis de disj unc :is remotisque provi11ciis ageretur, non prius
1

ducerent finiendum, nisi ad hujus sedis notitiam perveniret; ut tota hujus


auctoritate justa quae fuerit pronuntiatio finnaretur, indeque sumercnt cete-
rae ecclesiae ( velut de natali f.uo fonte aquae cunctae procederent, et per
diversas totius mundi regiones puri latices capitis incorrupti manarent) quid
praecipere, quos abluere , quos veluti coeno inemundabili sordidatos mun<l.is
digna corporibus unda vitaret. Ep. 30 ( Const. 8D5 ) : Diligenter et congrue
apostolici consulitis honoris arcana ... super anxiis rehus quae sit tenenda
sententia; antiquae scl. regulae formwn seczdi , quam to to sem per ah orbe me-
cum nostis esse servatam ... Scientes, quod per omnes províncias de apo-
... stolico fonte petentibus respon:>a semper emanent. Praesertim, quoties fidei
ratio ventilatur, arbitror omnes fratres et coepiscopos nostros nonnisi ad Pe-

http://www.obrascatolicas.com
§ 4Ó. LA. INFA.LIBILIDAD .•• DEMOSTRADA POR LOS SANTOS PADRES. 313

trum, i. e., summi nominis et honorem et auctorem referre debere ... quod
per totum mundum possit ecclesiis omnibus in commune prodesse. Of. Ep. 17
( Ooust. 829 ) : Sedi Apostolicae fieri injuriam, cujus adhuc in ambiguwm sen-
tentia duceretur. Zosim. ( Ep. 12. Ooust. 975 ) : Quamvis patrum traditio apo-
stolicae sedi auctoritatem tantam tribuerit, ut de ejns judicio disceptare nullus
auderet, idque per canones semper regulasque servaverit et currens adhuc
suis legibus ecclesiastica disciplina P etri nomini, a quo ipsa quoque descen-
dit, reverentiam quam debet exsolvat; tantam enim huic Apostolo canonica
antiquitas per sententias omnium voluit esse potentiam , ex ipsa quoque
Ohristi Dei nostri promissione ... par potestatis data conditio in eos, qui
sedis haereditatem , ipso annuente, meruissent ... cum ergo tantae auctori-
tatis Petrus caput sit, et sequentia omnium majorum studia firmaverit, ut
tam humanis quam divinis legibus et disciplinis omnibu s firmetur Romana
Ecclesia ... tamen cum tantnm no bis esset auctoritatis , ut nullus de nostra
possit retractare sententía, nihil egimus, quod non ad vestram ultro nostris
literis referremns . . . non quia quid deberet fieri nescfr enms . . . sed pariter
vobiscum voluimu s habere tractatum de illo.
La Sede romana jamás ha vacilado en la fe. Sixto III ( Ep. 1. Ooust. 1234):
Sic Romana Ecclesia unum suffragium custodivit in institutione praedicato-
ris fidei, ut in ipsa fidei praedicatione unam semper sente11tiant sen:a1.;it. Non-
ne mea fides est, escribe F élix II al emperador Zenon ( Ep. I. Thiel. 224 ),
quam solam esse veram et mtlla adversitate superamlam Dominus ipse monstravit,
qui Ecclesiae suae in mea conf essione fundandae p01·tas inferi mmquam praevali-
turas esse propiisit ! A él únicamente le corresp onde la decision en todas las
cuestiones relativas al dogma. San Gelasio ( Ep. 10. Thíel. 347) defi ende
este derecho con pruebas irrecnsables : Si quantum ad religionem pertinet,
nonitisi Apostohcae Sedi jnxta canones debetztr swnma Judicii toti·ns . . . Cogitan-
tes, Christi vocem non esse superiluam, quae confessioni B. Petri Apostoli
inferni portas nunquam praevalituras asseruit. Quapropter 11011 veremur, ne
apostolica senten.tia resolvatur, quam et vox Ckristi et majortttn tradüio et cano-
num (11,lcit anctoritas , ut totam patins semper 1jJsa ecclesiam rlijudicet. ( Ep. 12.
Thiel. 3õ3 ) : Hoc est, qnocl sedes Apostolica magnopere praecavet , ut quia
munda radix est Apostoli gloriosa confessio, nnlla rima prm:itatis, imlla pror-
sus contagione maculetiw. Xam si , quod Deus avertat , qnod fieri non posse
confirlimits, tale aliquúl proveniret, vel mijam resistere muleremus errori , vel
nnde correctionem ernmtibu s posceremus ( Ep. 2G ) ?
Siempre se ha reconocido á la Sede apostólica autoridad para legalizar por
medi o de un decreto "quam maxime Sedes Apostolica comprobavit,, las re-
soluciones de un Concilio en cuya celebracion no se han observado las leyes
establecidas, ó que r.o se haya ajustado :.\, la doctrina de la Sagrada Escritura,
ni :.\, las enseii.anzas de los Santos P adres, ni :.\, las disposiciones de la Igle-
sia, por lo cual ésta le ha recusado y la Sede Apostólica le han negado tem-
poralmente su aprobacion ( quam praecipue Sedes Apostolica non probavit ).
Ep. 27 ( Thiel. 431 ) : Quos ( episcopos) si a fide integra communioneque

http://www.obrascatolicas.com
314 PARTE SEGUNDA. LIBRO SEGUNDO. SECCION TEl\CERA.

catholica putaveritis errare, cul Apostolicam Sedem referrei debuistis. Asi Ye-
mos que los partidarios del CÍ::·ma de Acacio pretendeu discnlpar sus errores
declarando "ignorasse (se), quid Sedes Apostohca censuisset,, l. e. 433. La
d eclaracion que hace San Gelasio cuaudo dice ( Ep. 42. Thicl. 4õõ ) : Est
ergo prim a Petri Apostoli Sed es Romana Eccl esia , non lwbe11s macnlam neque
rugam nec aliquid ht(f usmodi , está perfectamente de :i.cuerdo con la confesion
de Hormisda::;, citada por el concilio del Vaticano y con la de Carlo Magno
(De sacr. imag. I. 6): 01m1es catholicae ( Romanam ) debent observare
E cclesiae, ut ab ea post, Chri ,;tum ac1 mnnicndam fü1 em adjutorium petant,
quae 11011 haben,; maculam nec rugam, et porten tosa haeresum capita calcat,
et fülelium mentes in fid c corrohorat; Yéase Héfel e, Hist . de los Cone.
III. 400.
El obispo Pmi::;essor escribe al mencionado Hormisdas lo siguiente ( Ep.
114. Hormisd. Thiel. 9113 ) : Dccet et expeclit ml capitis recurrere medicamen-
tum, quoties agitar de sanitate n embrorum ... A <1uo enim. magis est nutantis
fülei stabilitas expetenda , quam ab ejns sedis pra esiéle , cujns primns a Chris-
to r ector auüivit : Tu es P etrns etc. L a Sede romana es la que tienc 1:11 encar-
g o de fortalecer la fe de toda b I glesia. Hormisclas ( Ep . 80. Thiel. 880 ) dice:
ln hnjus petrne fid e, 't. e. Apo,' dolo rum prilicipis finnitate, Orieutalis E cclesiae
f'u11damenta solidr111t1tr. P or es u se at rilrnye ta n extraonl inaria importancia á
la fórmnla dogmática redactacla por H ormisc1as el ali o 51 7 (C one. Vatic. l. e.
Mansi VIII. 441. 4G2. Vid. Düllinger, Manual d e Hist. Ecl. p . lPé. Héfele,
l. e. p. G73 ). H abiéndo se exigido la adhe;-;ion á esta fórmula á todos los
Obispos que abjnraro n el error de A cac io, como condicion previa para ser
admitidos en el seno de la Iglesia, fué s u ~c rita por el p atriarca de Constanti-
nopl a, Juan y 2. 600 Obi spos: más tarcle sólo tnvieron entrada en el octavo
Concilio general aq nellos Obispos que la habían firmado.
Á este propósito diee B oss uetc ( D cfens. D1~ chir. C ler. G11llic. X. 7 ): ümnes ergo
Ec elesiae subs ig1rnta fonnub profitoliamur Honrnnam lid em Sedis Apostolica e , et
E cclesiae R omanae fidem integra et perfccta soli ditate eunstare, acne unqua m d e-
ficiat , recta D omiui po llicit11tione firnmtam. :Nempe hanc lidem ali Episcopis a d Me-
tropolitan os, ab li is ad PatriarcLas, a Patria r chis acl l'apam crnitti opurtehat, ut orn-
nium confess ionem unam cxeipe.·ct, ac pro co nfess ioue fülci cornmunionem ornnihus
unitatomque rcpeudcrct. }fane p rnfes,ion em codem iuitio , ca dem eonclnsione , ad-
ditis snbinde ltaeresibns et hltc reticis, (1ui suis' temp oribus Eccle úam contnrlmss cnt,
per scquuta saecul a frequentatam ;;cirnu s. Ilanc uti ~an ct o H unni sdac Papae et
Sanctu Agapeto a c Kicolao !. 01r,11es episcopi foce rant; ita cisdem v erbis Hadriano II.
fa ct am in Concilio occum cnico \'III. legim1L,, Ha ec ergo u1Jigue diffusa, omnibus
saeculis propagata , au oeeumeni3o coJteilio consecr ata, qní :> respui t Christi anus? Una
d eclaraciun análoga ltizo F enc\0:1 \ Deuxii•me Maud cment sm· la Constitut. U nigeni-
tu s) y el mismo T ournely se confic sa p arti dario de es ta do ctrimi ( D e Eccl. II, 13±):
Diffici le esse in tanta test.im oui :irnm mole .. , non ag·noscerc Apostolicae Sedis seu
R . Eccles iae certam et infallibi ,em auctoritawm; et longe difficiliu ~ esse, ca conci-
liare cum d eclaratione Gallicana, a qua rc cedc re nobis 1wH p crmiltilu ''·
El papa San Agaton, alndienclo al pasaje de San Lúcas 22 , 32 ( l\Iansi XI.
24:2 ) se expresa de este modo: Haec e~ t enim vera fi dei r egula, quae in
prosperis et in a<l versis vivaci ter tenuit ac <lefendit lrnec spiritualis mater vestri

http://www.obrascatolicas.com
§ 40. LA INFALIBILIDAD .•• DEMOSTRAUA POR LOS SANTOS PADRES. 315

tranquillissimi im1Jerii , Apostolica Chr. ecclesia, quae per Dei omnipotentis


gratia~ a tramite Apostolicae traditionis nunquam errasse probabitur, nec haere-
ticis novitatibus depravata succubuit, sed ut ab exordio :fidei Ohristianae per-
cepit ab auctoribus snis Apostolo rum Chr. principibus, illibata fin e tenus per-
manet, secundum ipsius Domini Salvatoris divinam pollicitationem, quam
suorum discipulonun principi fatus est (Luc. 22) ... Consideret itaque ve-
stra tranquilla clementia , quoniam Dominus et Salvator omnium, cujus :fides
est, qui :fidem Petri 11011 defecturam promisit, confinnare eum fratres suos
admonuit, quod apostolicos pontífices, meae exiguitatis praedecessores, con-
fid enter fecis;;e semper, cuivis est cognitum.
2. Por eso la Sede romana es la que resuelve todas las cuestiones dogmá-
ticas y condena todas las herejías. Asi declara Sócrates ( H. E. II. 17 ):
€x;1.i·r- 2--- .J "• xr..J X'Y.'1l-1r)'": y_=J~0r ) ';-r- 1 ·( ;~"";,; -'Y.""'l. "'''1Wu,:1·1-00 ~-''"º1 -xÓ-o:; PWu:rI~..
1 1 6
1
• • ' •. )
l .J • " • J • .,. ,_ " )~' l 'J..., •
1 1• \"' j • l 1 " ,_ ~
.J '" 1 1

xrx·10·1\~~·:1 -:7..; sxx/;r,'.r\'l..;. En el mismo sentido se expresa Sozomcno ( H. E.


' ~"'l'. p VOfJ-0'1
III . lo ): S'~'rJ.'. ' ''·S('l..":''.XO'I,' (1)..;' C/.X'Jf·'Y.
" ST:'.'-f'l..'.'IS'.'I
' ' ':':J.' 7':~?7.' ~(IC,.>p.:t,'I
' -r::p~':'-
':OiJ.~'l'l. -:o:í Pt0p.'J.~l•YI s-::•.nÓT.r;:.i. Y Socimo escribe ( Ep. IV. acl Afric;. Coust.
943 )r. His accedit Apostolicae Sedis auctoritas, cui in honorem B. Petri pa-
trum decreta peculiarem quandam sanxere sententiam. Orandum igitur et
incessanter orandum, ut continua gratia perennique adjutorio Dei, ex hoc
fonte in totum orbem pax fidei et catholicae societatis 1mllis 111ibibus /úscata mit-
tatur. Refiriéndose al mismo asunto le dirige Paulino el diácono estas pala-
bras ( Coust. 963 ) : N unquam füles vera turbatur et maxime in Ecclesia
Apostolica, in qua pravae fidei doctores nt deprehe11duntur, ita veraciter
pnniuntur; nt moriatur in illis, si corrigant, quod male conceperant et dete-
rins pepererant, et in illis vera sit ficles, quam Apostoli clocnerunt et Rmna-
na cum omnibus catlwlirae fidei doctorilms tenet Ecclesia. Quod si, ut ceteri au-
ctores haerescos, qui j am dudum ali Apostolica sede vela patribus judicati et
.extra sinum matris Ecclesiae catholicae effecti, perpetua morte perierunt,
etiam hi ... spirituali gladio tradantur, sicut nunc Pelagius Caelestiusquc,
qui a beatae memoriae papa Inn ocentio . . . damnati sunt. Por cuya razon
Martin I cree que la mision del romano Pontífice es (Cone. L ater. Mansi 950):
infidelibus haereticis claudere regnnm coelornm fidei contraria d~judicare clo-
gmata, adeo quidem, nt haec a nemine extinguantur, nisi ab illius Sedis pa-
store. Opinion que sustenta igualmente Sergio de Chipre en un escrito diri-
gido al papa Teodoro (Cone. Later. ~Iansi X. ~114 ) : ~·) -:t:J'I r~s~·/),CtJ'I 7-1.(S'.l'SW'I
_..,., i"-" 1":.. Y.M(J~..-:--·rx'""-
Y.N[j,.,,,,..;_.,
""" 4 _ ..... ,_J" 1 ~""·~~
l,)_
'~
··/.r,..'J~'"'l."':r-
.J~ 7' .. J~ X'l.~
• ••
x'l.8·r•rr-·'r-
- • 1
j j ..
,_.-; .. ;,..fjo00~o'J
1": ... !": J~.J ~
Y.'l.;
•••
à. J.t.1J J.·f-o'J
1
"1
1
i 1~

7tlcr-:-zw.;. Y antes: I':'·f • 11


~'."/'J.'l. 8zur:'l.vS.; x'l.i.. ry_7'l_),z'J70'I X'l.~ r;-:·r),o"'1' 1~7.~L7.'I 0vy.r,;,ayT1
jl j j '

-r~~ r.:[7-;sc.0.; -:·{,'; ':r'r.'1 1\-::01J--:0J, 1.Y..-'r1·1 x1.fji0p'l.'I t0207:1.:-o Xf'/7'7Ó~.


3. Los mismos herejes han reconocido siempre esta autoriclad de la Sede
romana, en el empeno con que hall tratado de atraerla á su partido. Yéase lo
qne dice San Agustin de los pelagianos , De peccat. origin. c. 17. De gratia
Chr. c. 30. Contra duas Epp. Pelag. II. 1. Con igual intento acndieron á
Roma: N estorio ( Leo l\I. Ep. 20 ), los 111011otelitas por medio de Sergio
( l\fansi XI. 530), y otros sectarios áun más antiguos, como Valentino,

http://www.obrascatolicas.com
316 PARTE SEGUNDA. LIBRO SEGUNDO. SECCION TERCERA.

Cerdon, Marcion ( Iren. I. 1. III. 3 ), Taciano ( Euseb. H. E. V. 18. 23), Teo-


doto ( füx-;wp ... àn$~'.t.ÀE 0Eóoo-;ov Euseb. l. e. V. 26), N ovaciano ( Euseb.
l. e. V. 43), los maniqueos ( Leo l\I. Ep. 8), Praxeas ( l\fassuet praef. in
Iren. p. 80 ).
4. Hé aquí por qué de tod:ts partes se dirigen súplicas á la Sede romana
para que condene las herejías . Así lo declara explícitamente en el Sínodo la-
teranense Martin I ( Mansi X . 879 ) : N ecessitate compulsi ex diversis locis
querelas contra eos seu accusationes ad Apostolicam nostram sedem plurimi
orthodoxi detulisse monstrantnr, et tam in scripto deprecantes et conjurantes,
quamque in cominus positi et postulantes, ut totius mali tantaeque eversionis
per Apostolicam Sedem abscindatur commentum, quatenus minime totum
corpus Ecclesiae catholicae nocibilis eorum ectheseos languor disrumpere
valeat (X. 1174 ): Et majus est dicere generalitates Synodorum per sua
scripta non solum invitantes emendare propriam haeresin , sed et nos ipsos,
i. e., Apostolicam Sedem conjurantes et protestantes erigere secundum regu-
larem auctoritatem, et non usque ad finem per tot tempora permittere con-
trariorum novitatem sanctas Dei catholicas depasci Ecclesías . Y Victor de
Cartago escribe al P apa estas palabras ( X. 949 ) : Vestrum est, canonica
discretione solite contrariis catholicae fidei obviare , nec permittere noviter
dici, quod patrum auctoritas l)mnino non censuit.
5. Por eso vemos que los ::·omanos Pontífices son los que, en todo tiempo,
restablecen la paz en la Igle sia. El mismo Justiniano escribe al p apa Hor-
misdas ( Ep. 89. Thiel. 885 ): Quidquid est cautius, quidquid firmius, ut pro
sancta fide et concordia sanctarum Ecclesiarum geratur, optamus. Unde ad
Beatitudinem vestram frater noster Vitalíanus . . . rescripsit, et nos per
eandem significare curavimus, illa deb ere Beatifadinem vestram perficere , quae
pacem et concordiam sanctis concedant Ecclesiis ... Nisi enim precibus et
diligentia vestra ista quaestio soluta fuerit, veremur, ne n on possit Ecclesia-.
rum sanctarum pax provenire. Ergo . . . diligenter tractate, et firmissimum
responsum ... no bis remittite ( Ep. 99. Thiel. 894): Ut pleníssima fidei per-
fectio doctrina B eatitudinis vestrae nobis proveníat, iterum Eulogium ...
hac propter direximus , per quem valde petimus, ut per omnia responso
Apostolatus vestri circumspecto et cantíssimo in confessione ccdholicae fidei
confirmetur . Post semel enim divina misericordia donatam Ecclesiae catho-
licae unitatem quidam asserunt Chrístum Dominum ... crucifixum unum de
Trinitate debere praeclicari; quod si suscipiendum sit, paterna provisione
Reverentia vestra caritissimo suo rescripto; quid sequi, quídque super hoc evi-
tare debeamus, nos certiora debeamus ... Imponite ígitur vobis semel susce-
ptum laborem ... etiam in hoc praedecessores sequentes ... et de hac inten-
tione liberos nos properate rE:ddere et securos. Hoc enim credimus esse catho-
l'ici~m, quod vestro religioso re.iponso fu erit intimatum . . . Quoniam summo de-
siderio fidem catholicam amplectentes, vestra doctrina u.nitatem universo orbi
petimus condonari. En análog J sentido se expresa el emperador Justino en
otro escrito dirigido al mismo Papa ( Ep. 108. Thiel. 908 ).

http://www.obrascatolicas.com
§ 40. LA JNFALIBILIDAD ••. DE'rllOSTRAD.\ POR LOS SANTOS PADRES. 317

III. A esta doctrina se ajusta, en irn todo, la couducta de los mis-


mos Pontífices y de los Concílios. Así vemos que los Papas expiden de-
cretos condenando, por sí ~- ante sí, las herejías, sin intervenciou del
Concilio general; y esto ocurre en todos los tiempos.
Augustin. ( ad Bonif. I. c. ult. ) : Aut vero congregatione synodi opus erat,
ut aperta pernicies damnaretur? Quasi nulla haeresis aliquando, nisi Synodi
congregatione damnata sit, cum potius rarissimae inveniantur, propter quas
damnandas necessitas talis extiterit. Recuérdese , a este propósito, el proceder
del papa V íctor I contra los cnartodecimanos ( Euseb. H. E. V. 23), y contra
Teodoto (l. e. V. 128 ) , la decision ele San Estéban sobre el bautismo de los . .::f
herejes ( Oypr. Ep. 75 ); el acto clel papa San Zeferino condenando a los
montanistas ( Tertull. De pudic. 1 ) , y otros análogos contra las herejías de
Novaciano (Hagemann, l. e. 371 sig.) y de Pelagio (Prosp. adv. Collat c. 21):
Gladio Petri dexteras omnium ad impiorum detruncationem armavit; como
tambien contra el apolinarismo, el nestorianismo, el monofisitismo y el j an-
senismo.
IV. Los Concilias han reconocido tambien esta prerogatiYa de la
Sede romana.
Habiendo condenado el papa Leon el :Magno los errores de Eutiq ues (quae
nostro prius ministerio [ dominus J definierat. Ep. 14. 120. Ep. 28), en su es-
crito dogmático dirigido á Flaviano, patriarca de Constantinopla 1 rechaza
despues la proposicion ele someter su clecision á un nuern ex<1men ( Ep. 93 ):
Rejecta penitus auclacia disputandi contra fidem divinitus inspiratam nava
errantium infidelitas conquiescat, nec liceat defendi, quod non licet credi.
Los Padres del Concilio calcedonense declaran en el escrito que dirigen al
Papa ( Int. Epp. Leon. Ep. 98) : Quam ( fidem ) ... ex praecepto legislatoris
venientem usque ad nos ipse servasti, voeis beati Petri omnibus constitutus
interpres et ejus fidei beatifi cation em super 01nnes adducens ( 7tiç -;r,ç -;o:J
UNVN•io·; rr~--o·'J
~-- ·J..rwJ..~-_. .., y
"r' '-t·"1·-,-
U
~-!J."(i 'l '"'º "'J' • .,,,&,--,.;!J.º'IO· .,,
"-r'i ~
N\ ---,-
'• 'J.• • 1 ;.d'IO"'J -r-- 0w· -oi-_;;_,
~
1-, rw..I. .. -. J l.J.l ..., ., ' ..,,,....,.. 1 • ..,..J "'-' ,., w .. ., H,.J.",J ._.

' E' '.;;21.x0:;.2·10~


p.'Y.X:t:('.'.;";.i.0·1 ' . \J • • • Qm"b us tll qmc· 1em , s1cu . t membn.s capu t ( wv ~ a-u '
p.b, w~ x2p'l.)31 :J.ú,w·1, ·(ry2p.0·12~2·.ç) praees. Luégo condenan el delito de Diós-
coro que, no solamente ha osar1o restablecer en sn dignidad á Eutiques, des-
poseido de sn Silla por el P apa , sino que " contra ipsnm , cui vineae custodia
a Domino commissa est (\ x7.l. -;7. Y.7.7' 7.~-:-o:J -:-o•) -:-7,; &u:di.o'.J 1
-:--f,v ouÀxÚ,v 7ta.:i21.
j '

-:oCi ':l'W-:-·f1poç Sr: ':"Z7?::trp.±'1f)'J


1
.. 7 ·f,'I :1.:z·1(:z'1 s;±-;s .'IS )'
1
cxtendit insaniam' i. e. ' con-
tra tuam quoque dicimu;; Sanctitatem, et excómmunicationem minitatus est
contra te, qui corpus E cclesiae unire festinas. Rechazó se la proposicion que
se hizo de redactar un nuevo Símbolo ele la fe, no sin declarar hereje á todo
el que no estnYiese ele acnerdo con el papa Leon ( l\íansi VI. 953. 972 ) ; y
por último, piden al Papa que confirme sus decisiones ( Ep. 98 ). Rogamus
igitur, et tuis decretis nostrum honora j udicium ( -:-~p:r,'70'1 xa.l. -;a.~ç 'J"'l.~ç y-f,90 1..;
d ,v xpL'J"w ), et sicut nos capiti in bonis conjecimus consonantiam, sic et sum-
mitas tua filiis quod decet impleat. En el mismo sentido le escribe el empe-

http://www.obrascatolicas.com
318 PARTE SEGUNDA. LIBRO SEGCNDO. SECCION TEllCERA.

rador Marciano ( Ep. 110) : Ob eam rem (porque algunos tenían dudas
sobre dicha confirmacion, lo cnal infundia nueva esperanz a á los partidarios
de Eutiques á quienes alcanzaha la conc1enacion ) tua pietas literas mittere
dignabitur, per quas omnibus Ecclesiis et populis manifestum fiat, in sancta
synodo peracta a tua Beatitndine rata haberi. Unicamente por via de ense-
fian za á los obi spos de Iliria y de Palestina ( jnàicio confirmati\'o, no dubi-
tativo) se comparo el escrito del P apa con el símbolo niccno - constantinopo-
litano y con el escrito de San Cirilo <le Alejarn1ria que habia merecido la
aprobacion clel concilio de E foso , lo cnal no tuYo lugar hasta la cuarta sesion
( Ep. 120 ad 'l'h eod. ) : Qui (Deus ) nullnm nos in nostris fratribus detrimen-
tum sustinerc permi sit , serl quae 11ostro prius ministerio defin iuerat , universae
fraternitatis irretractabili ( toda vez qu o e;;tán do acuenlo con el P apa y no
obran con indepenclcncia de él ) fir mavit assemm; ut vere a se prodiisse
ostenderet, 1p10d prins a prima omninm Sede fo rmatum , totius Christiani
orbis judicinm rece]Jis:;et , et in h oc qnoque capiti membra concordent ...
Ipsa veritas ct clarins r enitescit et fortins retinetnr, duin, quae (ides prius
dor'ucrat, haec postea examinatio conJirmarit . .. ne qno<1 per se probatur
reprobnm, silent ii praejnclicio videatnr oppressmn. Tambien merecen citarse
esrn,.; palabras d e Anatolio á Leon ( Ep. 101 ) : Opns erat, nt in rectae fidei
vestrae sensmn omnium conveniret intelligentia. E l mismo romano Pontífice
dice al Emperador fit1C solo da su asenl imient o para la celebracion ele un
Concilio con el objeto ( Ep. 8J ) " nt qnaecnmqne in querelam pert.nrbatio-
nemqne venerunt, ad nnitatcm pacis et Jidei , compressa 01nni <lissensione,
revocentur; nec ullum in aliquornm corcliLns sacen1 otmn vel ::\estorianae vel
Entychianae impietati:-J vestig i mn r elirnpiatnr ; qno1u·mn mtholica (ides , qfüwi
instruente nos Spiritu Dei per Sanctos Palres ct B. Apostolis rlid:icirnus et do ce-
inus , neutrum subrepere 11ermdtit, gl o ri o ~issim e imp erat or. P ero no consiente
que se discuta como co ~a dudo,.;a su c1eci:;i on relatiYa á las on seil.anz as heré-
ticas de Eutiqnes , darn1o lugar it que se suscite de nuevo la Incha de las
di sputas carnales ; á11tes bien prescrib e que súlo se trnte en el Concilio
"quorum precibns et qnaliter annnernlnm,, ( Ep. 8:2 ad )farc. Ang . ). P or
eso dice con rnncha oportunic1:v1 B'erran<lo ( Ep. VI. 7. :i\Iign. T. G7 . p . 926 ):
U niversalia Concilia, praesertim ilia , q nibns Eccfesfrte Romana e consensus
accessit, secwulae rwclr;ritatis locum post canonico s libras t.enent. El mismo
escritor hace rnsaltar la importancia d el HÍnodo d e Calccclonia, p orque " ibi
fuit, in legafo; snis Sedes Ap ostolica, primatnm tencns universalis Eccl esiae
l. e. 5. P or la mi sma cansa, Facnnc1 o ele Hermiano llama la autoric1ac1 iiapal
·' prinrn et rnaxima pot.estas ,, ( Pro defens . trium cap. II. G. :\Iign. T. 6i.
p. 577 ). Y por es o tarnbien declaran los Padres reunidos en Calce<lonia que
Pedro había hablado por Leon ( :Jfansi VI. D71. Act. II. ).
Filipa, legado del Papa , d ecl ara en e! concilio de Efeso : Nulli dubium,
immo saeculis omnibu s notum cst, quo<l sanctus beatissimusque Petrus ,
_\postolorum princeps ct caput fideiqu e col umna et Ecclesiae catholi cae fun-
clamentum a Domino 11 . J. Chr. Salvatore humani generis ac reclemptore

http://www.obrascatolicas.com
§ 40. LA INFALIB!LID.\D .•• DEMOSTRADA POR LOS SANTOS PADRES. 319

claves regni accepit, solvendique ac ligandi peccata potestas ipsi data est; · ,:.,

qui ad hoc usque tempus et semper in suis successoribus vivit et judicium


exercet ( Act: III. Mansi IY. 129õ ).· El papa Celestino envió sus legados al
Concilio, segun hace notar en la carta que le dirige, "qui iis, quae aguntur,
intersint, et quae a noúis an te statuta sunt ( 7& 7tét.p' ·fi fJ.W'1 7.tD,'1.'. óp·.7~s·17'1.) exe-
quentes ( sx~·.~i70'.J7\'/ ). Qnibus praestandum a vestra sanctitate non dubita-
mus as sensum ( 7'.J/X'l.7:1.~$7'.V ); quando id, quod agitur, pro universalis E ccle-
siae securitate decretum ( Ep. 18. Coust. 1161 ). Y en la instruccion que lle-
vaban di chos l egados seles ord en aba ( Ep. J 7. Coust. 1152), "ut interesse
conventui dcbeatis; ad disceptationem ,.;i fuerit ventum vos de eorwn se11ten-
tiis judicare rleúeatis, non suúire cedame11. En el mismo Sínodo declara Pro-
yecto: ut ea , q uae jam dndum ante defl'.nire et n une in memoriam revoe are
dignatus est ( Coelestinus P. ) , juxta communis fidei regulam catholicaeque
Ecclesiae utilitatem ad finem ... deduci jubeatis. Y Firmo de Cesarea expu-
so ante la Asamblea: Apostolica et sancta Sedes Coelestini ... etiam ante
de praesenti negotio sententiam r egulamque pra escripsit ( ·~1,:;;0·1 E7:S7f.S x'l.l.
TÚ7tov 7<}> '-pi;·fJ.'-7'. ); quam nos qnoque secnti ... f'ormam ülmn exequutioni
mandaveriinus. Por último, los Padres declaran explicitamente que condenan ...,.
a Nestorio, obligad os por los Canones y por el escrito del papa Celestino
( O:v'l.)'Xct.[wç X.(J.":'€7.:S'.y.Otv-:z; à.1.6 7S ':0)'1 X.ct.'IÓVtt)V x'l.t Ex 7·f>; e~!.V":'o)\·r:ç) l\fansi I\7.
1211. 1287. 12DO.

San Agaton ordena que no ;.:e ponga á discusion el Símbolo de la fe, pre-
sentado por sus legados en el sexto Concilio, el cual de bia aceptarse como
asunto que no admitía dnda: 71y) ó:~),wç à.r..o),oy-/,rn.7fJ'l.'. s~; foov 'Y..U7ol.~ p.Ó%'1
$i:s:-SB·r,· (~'l'l. 1:1?;'s'1
1
1
2J"r)Jj'10-: 1• 7:~'J'T:S":'S~7<.tJ'l":''l.'. ;:~r/h ~'1?'.'. ?(i
1 •
i-.;s),2--,>1
1
?f, ;.)J,i:?:'., • .

(J_)J,'l_ -:·fi•; n~p'l.00:;'.'1 -:0Ú:-r1~ '700 'l.TI0770)\ 1.Y./J:J ~fÓ'l'J'J, x7.0W; <;)?[7ij-,i à.TIO ~-~ç
• ' ' -
7:po·r1 1rr1 '7'l.~S'.ltiJ'I 'Y.7:07"':0A'.Y.úr;
'~
;:pr;s0ptd'I ,, - '" ' 1'
s~l, 1.xpi.·1c.,); s:;1 1 ~rr 1 7'l.7fJ'l.'.
(
..J
'I ans1. XI )38.
.1. • :... )

(cf. 2"4)·
n . T--,·.
I'°:'
),-r--r ,. ·r'.·t-tl''
'1 •·,:-
J.i • .)J ... .J · ·'· I~ 1c'· ,
-r---l)
J ... ::.
, ••
-
~ 1
-·r ' " (,.r'1n-.{N.,
.. •' J(.J , j j.J.I
---·N-·r•~,.:!J.ºllN
j,,l.JVJ·•• li'':"'\ ._IJ-A..
fl t t , _r;. ... ' ' fj -
opv<!)Ç O'JZ W.,; ~Sp'. x0·1 1),<1J'I f '.),O'IS '.XS ~v, (J.f..J, ' (1)..; i;ZiJ7..'.'1. . .. '-::.1.!J"':CJ,. CJ.'J"':~ x-r,p'Jz ºf1V'l..'..
l 1 l .... , .... .... - \"' "" . (J

X'l.\. '-po:; r..:l.•17'1.:; z<.'.Z?J.7S\•1 xsl.s07·r,7'l.'.. Los Padres de este Con cilio declaran
tambien que P edro habia hablado por Agaton ( l\fansi T. XI. GGõ ), y desig-
nan la carta de San Leon á Flavirmo, leida en la sesi on 18, con el califica-
tivo de " a":-/),·r,'1 Op~o0r;~~7..~, c011sideránclola (~).; 'l.;:0 ~·~:; "/..O?Yf'Y.~x; --:i:r1 A-;:ry:;·-:ó-
) ,ttlV ~so),o~'·r,%•171. ,, ( l\Iansi XI. 684 ). Y el pontiíi ce Leon II, sncesor de San
Agaton, dej a consignado qne aprueba y confirma las decisiones del Sínodo,
<lespues de haberlas sometido ~l un madnro exámen y de haberlas encontrado
conformes con las resoluciones dogmáticas de su predecesor San Agaton
( Héfele, Hist. ele los Cone. p. 2G3 ) . .FJl segundo concilio de Orange recibe
tambien de Roma la regl a de fe ( praef. Opp. Angust. X. app. 157 ) : Perve-
nit ad nos, esse aliquos, qui de gratia et libero ar bitrio per simplicitatem
minus cante et non secundum fldei catholicae r egulam scntire velint. Unde
Íll nobis secundum auctoritatem et admonitionem Sedis Apostolicae justum
et rationabile visum est, nt panca capitula , ab Apostolica nobis Sede trans-

http://www.obrascatolicas.com
320 PARTE SEGUNDA. LIBRO SEGUNDO. SECCION TERCERA.

mi~sa ... ad docenclos alias, qui aliter quam oportet sentiunt, ab omnibus obser-
vanda prof'erre et manibus nostris subscribere debemus.
El sétimo Concilio general atribuyó igual autoridad al escrito del pontifice
Adriano que á los seis Sínodos anteriores ( Act. II. ) : r.rv),a.z6s ~urJ.'I ú..O -:w·1
r , ' , , - , , ..., " ,... '' - , ''i"' ' ~
ªY~W'I XCI.~ 7:0:'1'.. SfW'I ·r,p.<.t.>'I 7:Ct"':spwv X·'.I'..~ 0 1.. (JCJJ:IXCl.AW'I' ºí/":O~ ':WV O'..j' W,'I sç o~xo:;p.s- 1
..
- ,.... 1 , , r ,. . . i"' , , -. • , A~ - -
'l~XW'I G'J'IOOW'I • • • X!'J.\ ':rJ. op fovOÇC/. "(f'.l+Lfi-:Z':'.I. ':rJ. u'::Z),S'l'::Z Ti::Zf:Z ºP~O'.'IO'J -:·r,Ç
'
..-:psu ~jv-:sprxç 1·),
Wfl:r,ç -:ov- :zrw-::z-:w
' ' X'.1.\' ':z..-:ou-:oN.xo'J
.. - ..-:a..-::z.
· Y'l'. ai:as10. h ace 1a
1
siguiente declaracion (Act. II. Mansi XII. 1085): lh:J),oç ó fJs~oç AT.Óu-:o),oç ...
E~·rj,
1
.;j ~[771.ç úu.Wv
1
XC/.7C/."'\'""/S).}s-:-CI.'.. Sv Oi,to 1
7c_';}' xcia-U.(1),
l 1
'7·'.X:J-:-·r,j "'C'~',1--'
!LCL~":'UO~Cl
' 1
s~zcrSa. 1.
, -, ,
a..vayx-x ~0·1 S77 1.. , xct,1.. ,, º .
j j

':J. .;o'JAO'I ·riys


' -v:r rJ ':J.. 1• ~o
, r:t.'lí:V71Y.V':i2/:r
, , fJ ':1..1... ''()e.IJS'I A~op,. a.voç, 7·r,ç
- ~pslj"-
1
í-1- ú' '
1 ' ·' 1 ..... .....
t"':;-:-s2ct.ç Pwp:r1ç 7:pos0po.;, 7{!)'1 ~o:p-;upw112v7tvv 'J7:'l.P'Z<•>V :J..si-;;ozoç,
1 1
·rs; pa.1·rixs 7pa.vw;
1
' .....

' , .... ú..... - r.J (.J 1 " 1 -... - ,, , , , '" ,...


X1.~ aA·r, 1JWÇ 'tO ~ç ;:;s1J'1.l,.O:.Jp.2vo1.ç s:.r; 1
s xa 1• XC/./,{t)Ç '-z.s~'I 7·r,'1 ªPz.a.~rt.'I Tia.pa.OO'S~'I ":~flÇ
XCJ.Úo)\~x·f,ç Sxx}·r,,{Clç• ... oÜ-rcv xa.'r. t;)•J..o}oa..rf(i':l.U.SV
l j 1
x'l).. Óu.o),o
1
. .i 1 0~)1J.s'1
1
x':l.i. Ou..o).o....,rf
1 1 1
-

i:rop-Ev x. -:. ).. En el octavo Concilio general se presento á los Obispos la fór-
mula dogmática del pontífice Hormisdas ( Act. I. ) , no pudiendo tomar parte
en las deliberaciones sino aquellos que previamente la firmaron. Héfele,
Hist. de los Cones. IY. p. 30D s1g.

V. La infalibilidacl del romano Pontífice se deduce de la rnisma


esencia de la Ig-lesia, compnesta de cabeza y miernhros que permanece-
rim unidos hasta el fin, en nnidacl de la fe y ele la earidad. Si pudiera
errar el Papa en asuntos dop:mátieos, tendrían c1ue separarse los miern-
hros ele la caheza. el rebano clel pastor, y qneclaría la casa aislada clel
fundamento sobre la cnal la ha erig·ido .T esncristo; la Iglesia misma, en
una palabra, quedaría destruicla y aniquilada.
1. Los galicanos confiesan qne el Papa es infalible siempre que habla
como expresion de la conciencia de la Iglesia universal. En cierto sentido
concuerda esta cloctrina con la ensenanza del concilio del Y aticano: Roma-
num Pontificem ea infallibilitate pollere, qna Divinns Redemptor Ecclesiam
suam in definienda doctrina de ficle et moribus instructam esse voluit. Pero
es falso que semejante condicion pneda dejar de cumplirse, toda vez que el
Papa, en sn caliclad de maestro supremo, no puecle expresar nunca, en sus
declaraciones, otra cosa que la conciencia de la Iglesia universal, á tenor de
las promesas del Senor, que aseguran á esta divina Institucion una perma-
nencia inmutable hasta la con~umacion de los siglos, siendo su cnalidad pri-
mera y esencial la unidad, en virtud de la cual han de permanecer unidos
para siempre el rebano con el pastor, los miembros con la cabeza, por el
vinculo de la obediencia de la fe. Por eso, cu ando habla el j efe, no tenemos
que esperar el asentimiento de la Iglesia universal para saber si ha expre-
sado la conciencia de la misma, ya que tal asentimiento tendrá lugar impres-
cindiblemente, porque los miembros deben obediencia y sumision á la cabeza,
y segun las promesas, só lo resiste los ataques de las herejías la Iglesia que
mantiene esta comunion con el Papa, representante visible de J esucristo,
establecido para fundar y mantener esta uni~ad. Así como el Espiritu Santo

http://www.obrascatolicas.com
§ 40. LA INFALIBILIDAD ••• DEMOSTRADA POR LOS SANTOS PADRES. 321

que dirige la Iglesia en toda verdad (Joan. 14, 26; 16, 13), habla por los
Obispos reunidos en Concilio con su cabeza, de la misma manera habla por
la sola cabeza, de tal suerte, que los Obispos reconocen en sus sentencias y
decisiones la voz del Espiritu Santo. De donde se infiere que no son dos auto-
.):
ridades infalibles las que hay en la Iglesia, sino una sola baj o dos formas
establecidas por Dios, por medio de las cuales anuncia el Espiritu Santo la
verdad; son dos manifestaciones de un solo principio sobrenatural. M. Cano
l. e. V. 5: Ecclesiae vero auctoritatem eam nunc appello, quae Synodorum
etiam generalium et Summi Pontificis est. Haec enim est una res prorsus, ut
non differat multum inter Ecclesiae Conciliorum Sedisque Apostolicae judicia;
propterea quod connexa haec et colligata sunt, quemadmodum esse videmus
humanum corpus et caput. Thomassin. Dissertatt. in Cone. Dissert. IV. 30:
Capitis et corporis summa consensio est et indivulsa conglutinatio. Utrum-
que enim unus Christi, unus veritatis Spiritus vegetat. E sto nos da una
nueva explicacion del axioma tantas veces repetido por los Santos Padres:
" Ubi Petrus, ibi Ecclesia,,, porque donde está la cabeza allí están los miem-
bros de la verdadera Iglesia; y los que se han separado de él estan muertos,
porque se han disgregado del cuerpo vivo. Humanam conantur Ecclesiam
facere. Cypr. Ep. 55 ( 52 ) , 20 ed. Hart.
2. La distincion que se hace de dos autoridades infalibles: la del Papa y
la del Concilio general, no es propia ni tiene fundamento, por cuanto el Con-
cilio sin el romano Pontífice no es tal Concilio general; y sólo en tal sentido
puede afirmarse que existen dos representantes de la autoridad infalible. No
existe entre ambas diferencia externa; podemos decir que existe entre ellas
cierta relacion mutua, en sentido orgánico, ó sea considerando al Papa como
cabeza que mantiene viva la unidad de la fe con los Obispos, y á éstos como
miembros que viven unidos con la cabeza, todos animados por el mismo Es-
I/'
piritu, que obra en ellos segun corresponde a cada uno.
VI. Tocante á la supuesta declaracion herética del papa Honorio,
tan rnanoseada por los adversarios de la infalibilidad pontificia, y del
anaterna que lanzó contra él el sexto Concilio general, aplaudido hasta
la exageracion por los rnisrnos, debe tenerse cn cuenta lo siguiente:
a) Todo escritor de asuntos teológicos tiene derecho a exigir que se
entiendan y se interpreten en sentido católico sus declaraciones, en tan-
to que no se deduzca claramente otra cosa del contexto y de sus pala-
bras. b) Precisamente la severa sentencia que dicho Concilio pronunció
contra él demuestra que la Iglesia de todos los tiernpos había conside-
rado al Papa como guardian supremo de la fe. e) Entre las innumera-
bles decisiones sobre asuntos morales y dogmáticos , que han dado desde
el principio de la Iglesia los 270 Pontífices que han ocupado la Silla de
Pedro, el proceder de Honorio en la cuestion de los monotelitas es el
único caso que ha podido aducirse, con algun viso de aparente razon,
contra la infalibilidad pontificia. Mas por este mismo hecho puede pro-
ro~ n fil

http://www.obrascatolicas.com
322 PARTE SEGUNDA. LIBRO SEGt;NDO. SECCION TERCERA.

barse, por induccion, dicha infalibilidad, como una ley que, a la vez,
sirve para dar explicacion del hecho mismo. d) En el caso aludido no
existe una definicion dog mática ex cathedra por parte del pontífice Ho-
norio; muy al contrario , declara éste que no pretende hacer tal declara-
cion. e) En las dos cartas del mencionado Papa á Sergio se halla ex-
presada correctamente la doctrina católica, ya nos atengamos al sentido
literal ó al contexto. j) A lo sumo pnede achacarsc al Papa la falta de
haber omitido la expresion « dos voluntades, » aumentando así las difi-
cultades con que á la sazon luchaban los católicos 11ara defender la
sana doctrina, á la vez que infundía aliento á los herejes. g ) Sólo por
esta causa le condenó el sexto Concilio general, mas no en el sentido de
que hubiera enseuado una doctrina herética, ántes bien, sólo quiso sig-
nificar que « por su descuido había fomentado la !lama del dogma he-
rético. >>
1. Sergio, patriarca de Constantinopla, escribió una carta describiemlo,
bajo una forma tan seduct ora como solapada , el favorable aspecto que pre-
sentaba la tan deseada union de los monofisitas con la Iglesia católica y
suplicándole que interpusiera su autoridad con aquellos que, como Sofronio,
patriarca de J erusalen, habian rechazado la fórmula " :1.b: 8s:1.•1op•.lá, ~·1i?'ys•.:1.,,
usada por Dionísio Alejandrino, pero que puede entenderse lo mismo en sen-
tido católico que heretico. Cf. Cone. L ater. sub Martin. I. Act. V. Can. 15:
Si quis deivirilem operationem, quod Graeci dicunt fbx\IÕp~d·,v, unam op era-
tionem insipienter suscipit, non autem dnplicem esse confitetur secundnm
sanctos P atres, hoc est, divinam et hwiurnrmi, aut ipsam deivirilis, quae posita
est, novam vocabuli dictionern iinius esse designai'ivam , sed non utriusque miri-
ficae et gloriosae unitionis demonstrativam, -condemnatns sit. La explicacion
que dió el abad Máximo, seg un el criterio católico, puede verse en l\fansi XI.
754 ( 7:~~·4:;~'.1.'1'7 1.%(;).: .;I ~w'l"f, 01.'l. i-:W·; ~~·.~!J.f'j~U ~'IW'I ~~'j'!(J)'I 7?J..: 'l..0--:Wv i'12~vs['l.Ç
~ f ' • 1 \ ' \ 1 j• '

TI:t.psÓt0xs·1 ). Los monotelitas, abusando de esta fórmula, sostuvieron con em-


peno que no d.ebfon aclmitirse dos voluntades en J esucristo, porque semejan-
te expresion, por ser nueva, produciría en muchos escándalo y hada surgir
la opinion de que había en J esncri sto dos voluntades opuestas, la del Logos,
que aspiraba á realizar la obra de la salvacion , y la humana que se oponía á la
realizacion de esa obra (l\fansi XI. 534 : Ç2'IL(s\'1 xa~ Oop'..l~Úv -;z; ·mt1)\I O:xozç ...
Wç -:o0 p.à·1 8200 )/:l'{O'J ":Õ crw-:·/,p I.l'I 8i).o\r:-oç Sxr:l:r1 fw8-71•1c1.~ .:i6o.;, -;·f ç GS xz":''
1
1
, ' ' O , , ' - , - ú "' r ' , ' '
o.'J70'I a·1 Jpw1:o':'·r1":'0; Y.'1'7 .7': 1:'":'o'J7"r,ç ':'<:)
1 1 1
.. ':J.U70'J 1
1JsJ:r p. ~: '. Y.':1.!. 2'1'1.'r:•.ovr ~·rr 1 ;, x'.1.!.
Ev6s·1 ôúo -;o0c• -:-C!.v'.1.·1-:t~ 0í/..rJ'i'7'.1.C• J
s~tjd'\ 1 S76'l.!.'
(h:sJ\ Õ'J7ct7E1(j2.:• ). En este sentido
-

es como se propone tratar Honorio la cuestion y sólo en este sentido declara


que en J esucristo no existen esas dos voluntades, es decir : una voluntad
obediente á Dios y otra que se opone á El, á sab er; la concupiscencia, que,
en cierto modo constitnye una segund a voluntad: "la voluntad de la carne.,,
Honorio no asintió á lo manifestado por Sergio sino en el hech o de haber
declarado que no debían emplearse las expresiones " una ó dos voluntades, ,,

http://www.obrascatolicas.com
§ 40. LA INFALIBILIDAD ••. DEMOSTRADA POR LOS SANTOS PADRES. 3:i:3

a fin de no aparecer á los ojos de las gentes sencillas ó débiles en la fe como


defensores del error de Nestorio ó del de Eutiques (l. e. 543: éhw1:1. xe1. 1:1Lvp.íji
- , _,, -a-'i' '"'"'\, ' -
CfWV'fjÇ jWWO'XO\l't'Cl.L 't'Cl.LÇ Cl.jLCl.LÇ ":'OU IJSOU E:XY.A7)0'LCl.LÇ O'XCl.\IÔrJ.ArJ. 'tLX'!EL\I' f"'t17tWÇ '!'(\
Ê7twvup.ltf 'tW'I õúo Êvspys•.wv 7tpocrx6y1:1.\r;e:ç -r·r.v NSO'":'Op•.Cl.\l'fj\I p.1:1.vl1:1.v ·f;p.iç crpovs'"iv
vo~Lcrwcr-1..v· :;, st . .. 1-L~CJ.V EvSp''(S'.~V . .. Opwo}oy·rftSct'I s1ve1. 1.. Go;&.7wp.êv, ""C"·f1v p.wp?tv.
'tW'I Eu-:uxLCl.'ILO'";'W\I ... :..Í.'IO'.C1.'I óp.oÀOj'E~\I vop.Lo-Úwp.s·1 ). Si, conforme presiden a
los actos de la clivinidad ó de la humanidad, han de admitirse y reconocerse
una ó dos activiclades, es una cosa que no de be siquiera ocupar nuestra aten-
cion, ántes bien debemos dejar este asunto a los gramáticos que se precian
de enseüar á los niiios sutilezas ling üisticas (l. e. 542:
" , '')',:1. x:1.-;'.1.J,•.p..::1.vop.s•1
, . - -
·i,p.i; 7:r/,x;.Lv oux
- ) No queremos, pues,
"Pº'
ocrs1.ov, 1:1.A ':'.1.'J':'.1. -:o Lç yp:1.p.p.:1.-:~xo •.ç .

definir si existen una ó dos actividades ( definire , ópL~sw l. e. õí9 ). Dos tes-
timonios irrecu,.;ables declaran, asimismo, que esta fué Ia intencion de Hono-
rio: el abad J nan, redactor ó en cierto modo autor del escrito firmado por el
Pontífice y redactado en su nombre, su mediato sucesor Juan IV, que subió
aJ solio pontificio dos aüos despues, y el abad Maximo ( 1\fansi X. 682. 683):
non fuisse in eo, sicut in no bis peccatoribus, mentis et carnis contrarias vo-
luntates. ( G87): non enim carnis praecessit voluntas vel cogitatio, sicut in
nobis aspicitur ... non tamen perhibuit eum tanquam hominem ... non ha-
bere humanam voluntatem et naturalem, quemadmodum divinam atque pa-
ternam .. . Certiorem hunc sensum fecit presbyter Anastasius a seniori Roma
reversus , . . . insuper et J oannem, qui hanc latinis dictaverit Sflrmonibus,
affirmantem, quod nullo modo mentionem in ea per numer um fecerit unius
vo1untabs. . (~a ) ,, r " • , - º , . - , - ,r ,
1 8 : E\/ JU;r,p.1:1. ECf''ir'-'1 O!J -:·r,ç 'JSO':'fj':OÇ (J.'J';O!J XCI.~ -r·r,ç Cl.\I JptL17t0Hj't'OÇ,

?1J,J.it p.6·rr,ç -..r,ç cbOptL1.:o-:·r,-:oç, dice el abad Juan. Por cuya razon pregnnta el
.
1nenc1011a( l o il11 I .ax11no:
. 1
~' 'I"!.Ç a.;!.O~!.'T":'OÇ
'"' '"
s;·1/y·r(-:·r/~' -:·r,.;
- --:0 1.':J.'J--:·ri.;
' ' •- x1 1r•Js-
ET:!.~"':o,..:rp;
,' --· , ;~ _,.. ~, -r, o·. ..: , , , ,. . '': ,. ;.:,_, _,..,.., , , ·"' ~ ;.,
r;,r,x_1
-· '=''
,,, " O( --.:J.!J.f 1 1 -X , • .,O;W,.J:J IW.,.O'J O':Jl.'.1.,:J.,, e •• 1.c ... WI ... r, O. cl KW~-,
' X:l.(0~·1.. :1.~ 'l ."1.) ,(/.J'I':'~.;; "
" 1• ry;;:o
rr:':J..'1"': 1.VOí:OAs ' -
2. Esta es la interpretaci on que claramente se clecluce ele las mismas pa-
labras de la carta del P ontífice, tomada, en su mayor parte, de los escritos
de San Agustin ( XI. 53~) ) : E'I 4±1.-r,r'.1. ó;J.OJ.oyo·.J;J.E'I 7r,0 xupLou, s;:s•.0·(, -;;po0·/.),wç
U;r.0 --:·i.~ ~s07r,":'0.: 1:.;-.h7:.J:;,ç/J-r ·t. ·i/J.:.-:i:i':t. ~:.Í7 1 o0x &v..~1::,-::.'.l S" ix:.~·rr,,
• • 1 1 1 1 I ·
1
·f -;:~O ~-7,ç
i
• .::,
• l 1 1 l
( 1 f - • '0 fl ' Ú ' \ 1 \ ' /
ªi-1-~·?'7'.':J.; X'";'/j' j:. ;7)'..' 0'J/. ·r.-: 1
(-Z":':J. '-;ºfi'I T..!':J.?!':J.~':J.'T'.'I S'f'J~p·rl ... /.Wf ~~ 7.p.:tp-r!.':J.Ç
1
.;

""'J'I'
'...J
' ,i';'' rJ-r1 º º • u:r
- / ' ·r" I
·1 u1 ·-"' • -'"-..'•1Oêl·~• -"' ·r-I~• :1.u.:1."-·r"'éf.O''f
•-r1.-·;w·1 .J
' 1 r" l.J ·• I~• "j' 'J"'•w·
..
· ':!• :; -h·lo"'• J ·r1'j'--~-,,
n "l .J -
o· J""'
-· '
.,.. , ' - - t t , • - ' - '
.,1 CJ.'(.'1.f'7"f1':i'J.7'1.. 9v':i 1.Ç' "fi ':J.'J'7'.'7"1.'-:'70:J.S'l"f, '°:'(!j 'IGr<t> '";f.J'J 'IGOÇ ..•
f , ,
f.J':J'I ':J.7:0 ':O'J uw--;·rlpl'j~

$<.s•.0·}, ~'-E? ·16ro·1 7:lJpw-;:l·n,ç 10nwç 'i:.-:kz&·r,. Y refiriendose al pasaje de San


Mateo, 26, 3!J y San Juan, 6, 38, hace notar: o0x E~o-•. -r1:1.0-:1:1. (;..'.1.?Ópo'J fJs).-/1-
p.1:1.-:oç, 7.).),tJ, -r·r,ç olxo·1o;i-Lx;; ( el Misterio de la Encarnacion, l. e. 75G ) ú,ç
, li , - ...
9r· ,
av1J2w~o-r·r 1 -:oç -:·r 1ç .-:poçJ:r1 )s 1.~'71 ç, 'to:~":'o: "'(z.p o~ ·riro:,,; sAszíJ·r,, 01.ç o;.owxs no:pa-
- , ... ' , - ,. . . Íi "?" ..... , ..... ,

1
..... (/ ' ' -''" o ' )"' ' ' - ' (1
0:: 1.yµa . . . ~ 'ICJ. p.·ri -:o '.Ô~O'I €XCl7~0~' a ,/.':J. ':'O '70'J X'.Jff.O'J . . . 7tfO'r'.fXf10'{l 1JZ.l:r1p.a.
f '"'

Aun se expresa con más precision en la segunda carta ( 579 ) : Ou0E p.Le1.v
~ .._, ...., t fi - \ ' 0. I Y' ) ) ~ l /;
O'JOE O!JO e:vspye:~IXÇ e:-;;~ '!OU p.e:~n-:ou IJEO!J XCl.L C1.YIJfW7tWV op~ssw, (/. .A X'.1.'t'Spe1.ç ·rnç
l 1 I
i \ - t 1 ' f

I
couo-s•.ç
' - t \ ·
x - _, , / ~ ,
S\I 't!<l, E\IL . ,OLO--..t•l TI\ S\IO':'IJ'!L OSW'..l.S\ICl.Ç
\ - (j , 1 i

r 1 r· ,tJ.E't:t. -r-r,ç IJC1.'tSôO'J


, ' XOL\IWY~rJ.Ç SYEp-
,
, ' ' t ) .... , '"'! ' ' ' (j ' , - ,, ' .
you~n; X'.1.\ T.:frl.Xc•.XCl.Ç ºP.º 'ºYE ~·1 O<(SLAO[J-S'I' XCl.L 't''fj'I p.Ev IJSL:t.\I svspyouO'Cl.'I (/. E~O'~

http://www.obrascatolicas.com
· ;::- ...

324 PARTE SEGUNDA. LIBRO SEGUNDO. SECCION TERCERA.

-e - ,
't"OIJ EO'J ' ·n,v
<:', , º , , ' - , -
oe Gl.V•ipw7twr,v (J.7t0'";EAO'J'SGl.V ";GI. TY1:; rrapxoç OIJ OWj?ºfl[J-SVWÇ O'JO~
, , " , , <:',
r ~,
rruyxszup.svwç . . . a' ),A'1
, ", ,
-raç " , - 1 ' t ) -
o~o::popa.:; -rwv :pu~CJW a.xspG1.w.; op.o ,oyo'Jv-rsç ósov

T1p.iç ":àv gV(! Svspyo0vr'l. Xp~o-":'Ov E:'1 Sxix-;Ep'.l~ç -:ri~.; çpÚ7scr~v 2t),·r1eW; óp.oÀoys~v . ..
~ , , ~ ú ,
' ' , [i ' t
xa.~ -;G1.ç ouo 9urrs1.ç p.su r 1
-
p.wv , -
-;o:; XGI.~' Tt,ç
X"fl(Uçwrr~ , -;o·J-;-srr-r~ 7riç vso-;·r1
- \
rrG1.pxoç -
7r,~
() , ' - ~' ' ' , , \"o.
7tpo~ ~·r1 rQsr..rr,.; ~v ":lp zv~ 7tpo~wrc~ ... '1'j'JYZ'.J7w;, ~0 .1 .ps":wç, '.l-:-2s7:-:w; €ve:pyou-
1 ' , ' ,
) 1 1

rraç -;à ~b•.a. En estas palabras enseiia el papa Honorio la doctrina católica,
segun la expuso San Leon el Mag no en su carta al emperador Flaviano y la
definió el concilio de Calcedonia , que es la misma ensefianza adoptada por el
sexto Concilio al condenar la h erejia de los monotelitas (l. e. 266): Agit
utraque forma curo alterius communione, quod proprium est, Verbo scl.
operante, quod Verbi est, et carne exequente, quod carnis est. Véase Héfele,
Hist. de los Cone. III. 147.
3. Honorio fué condenado, no porque hubiese caido él mismo en el error y
le hubiera enseiiado, sino únicamente, como h ace notar el papa Leon II, escri-
biendo á Constant. P ogon. l. e. 731 , porque "-:a.Ú-;-r,v -;·r1v :Xo:ocr-roÀ~i-:-~v hx),·r,d':l.v
oUx ~7tE/.. sl?7i72 Ô 1.Õ7.7:.cx/,~~ 17=0-s--:0J, 1~x-f/~ 1.~p'l.0072.W~ &.··t1L7c1..1., i)J,~ -:.·-~1 ~~~·f)~~
7tpoôorrl(f p.•.a.vÍJT1VGI.'. -;·(i'1 !í.rrm),ov 7ta.2szc;Jp-ri'SE.,, O como dice en otra carta al rey
Ervica de Espafia (l. e. lüõõ ) : qui immaculatam apostolicae traditionis re-
gulam macula ri consensit; á los Obispos espaii.oles ( 1052): qui fl.ammam
haeretici dogmatis , non ut decuit apostolicam auctoritatem , incipientem
extinxit, sed negligendo confovit. En este sentido es como únicamente se
decidió á confirmar una sentencia que, tomada en más lata significacion,
hubiera estado en manifiesta oposicion con la doctrina de la infalibilidad
pontificia explícitamente proclamada en el mismo Concilio por su antecesor San
Agaton. Por eso tambien cuenta Máximo ai pap a Honorio entre los impugna-
dores de la herejía de los monotelitas ( X. 740 ).
Lo mismo se deduce de la redaccion de la sentencia dictada por el Conci-
lio, el cual no condena ai P ap a con los verdaderos herejes, sino adoptando
contra él una decision especial. ( XI. 6134 ) : -;~J ::/.nfHrª''· Õ•.xG1.~w; xa.Íi'J<-~pi­
).()u.€·1, 8s00w~o·1 7Q•J "':-(,:. <Jla:,'l.v . .. xry,'r, a-·Jv ~:J-:-()~~ ÓvW~·~o·;. ( 709): s~~ be Y.'Y..~
' l' ' ' ' , . ,~ 1 , .... • 1 1 ' - ' ,

:.:.' Ovwp~ov, ~ov xa~7.. 7t'Y..Y7'X 7ou-:o~; uuv'l.~p·2:-:·r1 v , rru'1rJporov x~~ ~s~ry_ 1.tt>7"1,v -r·r,..; ct. 1.p~-
cr~wc ( 5õ6 ) : Õ•.7. -;o . . . x-x-;7. o:'l.·1-;1. -;:;;, €x2~·10".J ' ."/(:)'J."f, s':-xxo),r;•JÍj·/,rr':l.'/-;;GI. xa.l. -:7.
a.u-r~0 àrrE~·r1 xupwrra.vw. õóyp.o:-;(J.. Cf. N~tal. Ale~.
Concludi- H. E. ·x. p. 410:
mus Honorium a sexta synodo conà emnatmn non fni sse ut haereticum , sed
ut haereseos et haereticorum fautorem atque renm negligentiae in illis corri-
gendis ... Honorius voces l\fonotheletanun usurpavit, sed mente catholica,
et sensu ab eorum errore penitus alieno , si quirlem absolute duas voluntates
Christi non negavit, sed voluntates pugnantes. Cf. Thomass. Diss. XX. in
Cone. VI. n. 18.

http://www.obrascatolicas.com
§ 41. EL CONCILIO GENERAL. 325

DISERTACION SEGUNDA.

Los demás representantes dei magisterio infalible de la


Iglesia.
§ 41. EL CONCILIO GENERAL.

Thomassini, Dissertationes in Concilia generalia et particularia. Colon. 1784. Chr.


Lupus, Synodorum generalium et provincialium decreta et canones scholiis, notis ac
historia actorum dissertatione illustrati. Venet. 1724. Bellarm., De Concil., donde se
da tambien extensa noticia de la bibliografia antigua, en la Controversia I. 2. Héfele,
Hist. de los Cone. I. Introd.
I. Concilium, cr-:.Í'1oooç, designa, en el lenguaje eclesiástico, una
Asamblea comocada con arreglo á las leyes eclesiásticas y com~esta
de personas que, estando en posesion de los requisitos establecidos, se
reunen para resolver asuntos eclesiasticos.
Ya Tertuliano expuso la significacion de esta palabra y explicó la natura-
leza de tales Asambleas. De jejun. c. 13: Aguntur praeterea per Graecias illa
in certis locis concilia, per quae et altiora quaeque in commune tractantur,
et ipsa repraesentatio totius nominis Christiani magna veneratione celebratur.
Can. Apost. n. 38: cr-:.Í'1oooç -;w'1 E7'•.cr-xo;;wv. El Concilio es una institucion
apostólica ( Act. 15, 6 sq. cf. l\fatth. 18, 20 ), pero no es absolutamente nece- · - -.
saria ( Zaccaria, Antifebr. II. 2. Antifebr. vindic. II. 2 ). Divídense primera-
mente los Concílios: en eclesiásticos puros y eclesiástico-políticos ó Concílios
mixtos, á los cuales concurren, á un mismo tiempo, representantes ó dignata-
rios eçlesiásticos y civiles, á fin de deliberar sobre asuntos correspondientes
á los dos órdenes, como ocurrió algunas veces, durante la Edad Media, en
Espaiia, Inglaterra, Francia y Alemania. El Concilio eclesiástico puro se di-
vide en general ( C. generale, plenarium' universale , cr-:.Í·10Ôoç oi.xoup.ev~x·~), y
particular ( C. particulare ). AI primero pueden y deben concurrir los Obis-
pos de la Iglesia universal; de la o(xo'Jp.b·'l , por cuya razon representa á
toda la Iglesia; al segundo asisten únicamente los párrocos de una diócesis,
si es puramente Sínodo diocesano, ó los Obispos de una província eclesiástica,
ó de un reino, de un patriarcado, ó tambien los de toda la Iglesia de Oriente
ó de Occidente. El Concilio general tiene este carácter: actiüne ó aceptatione.
Lo es bajo el primer concepto cuando reune todas las condiciones legales, ex
parte convocationis, de suerte que, convocados los Obispos de toda la Iglesia,
directa ó indirectamente, por el Pontífice , concurran eu gran número á la
Asamblea ( Ut evocatis de cunctis provinciis sacerdotibus vere possit esse
universale Ooncilium. Leo :u. Ep. 89 ad ~farc. Cf. Paul. III. Bull. indict.
Cone. Trident. Pii IX. Bull. indict. Cone. Vatican. Suarez, De Fid. V. 6.
Schmalzgrneber, Dissertat. prooem. n. 324; ex parte celebrationis, por presidir

http://www.obrascatolicas.com
326 PARTE SEGUNDA. LIB RO SEGliNDO. SECCION TERCERA.

el Papa, ya en persona, ya por medio de sus leg ados, gozando de completa


libertad cual corresponde á los d erechos de los que toman parte en la Asam-
blea; ex parte confinna tionis, si los Obisp os han suscrito las Actas y el Pon-
tífice las ha confirmado. El Concilio es ecuménico acceptatione, cuando
habiendo faltado alg una de las condiciones usuales en su convocatoria ó
celebracion , se legaliz a por el con sentimiento expreso ó tácito del Papa y de
los Obispos.
II. La autoridad del Concilio es esencial ó accidental; la primera es
inseparable del Concilio como tal Asamblca , miéntras que la segunda
proYiene de la santidad, erudicion y demás cualidades intelectuales de
los padres que al mismo asisten y del carácter de sus deliberaciones.
Dicl1 a autoridad está asimismo en razon directa de la dignidad, impor-
tancia y número de las iglesias representadas eu el Concilio.
L os trabajos del Concilio se efectúan en un a serie de discusiones ( Actio,
"Pi;•.; ) , deliberaciones ( Collatio ) ó sesiones ( Sessio ) , que constituyen la
parte activa de la Asamblea, aunqne ta.mbien se clasifican entre los documen-
tos conciliar es , en más lato sentido, todas las discusiones ó deliberaciones
preparatorias ó complementarias que hagan inmediata relacion al mismo . La
Asamblea se reune en una iglesia ó en un pal::tcio y deriYa su denominacion,
á la vez que de la ciudad , dei lugar en que ha celebrado sns sesiones; asi se
dice : Lateranense, Vaticanum, Secretarium [Cone. Lat. s ub 1\fart. I. a. 64fJ],
Trullanum [-:pr/;)),r,;, de la capilla cuya bóveda tenia la forma de concha].
Los Concílios diocesanos y provinciales se convocaban en periodos determi-
nados : cada medi o ano, cada tres, etc., aunqne tambien tenian lugar cu ando
circnnstancias especiales reclamaban su r mmion.

III. El Concilio ecuménico, celebrado eon sujecion á las prescrip-


cion es legales , goza de autoridad suprema en la lg'lesia, para asuntos
espirituales, de suerte que sus definiciones, eu materia de fe y de las
costumbres , sou infalibles .
1. Matth. 18 , 20: Ubi duo vel trcs congr egati sunt in nomine meo , ibi
sum in medio eorum. A este pasaje alude el concilio de Calcedonia ( Leon.
inter Ep. l. e.), el tercer concilio de Constantinopla ( M:ansi X. 635 ) , el ter-
cero de Toledo, el papa Celestino en su carta al sínodo de Efeso (Coust. 1155 ),
asi como el Der. Can. Dist. 20. Can. 3. Matth. 28, rn. 20. J oan. 14, 16; 16, 13.
Eph. 4, 11. Act. 15, 21. Visum est Spiritui sancto ct nobis; es notorio que el
concilio de J erusalen ha servido de norma para todos los posteriores.
2. El testimonio unanime de todos los Santos Padres demuestra la tésis
que hemos sentado. V éase pág. 28rJ. En sentir de San Atanasio el decreto de
Nicea es "p-fip.~. -:o:J x:.iplo'J ,, ( Ad Afr. n. 2 ). San Basílio reconoce explicita-
mente en las decisiones d e los P adre s la inspiracion del Espiritu Santo ( Ep.
114 ) ; San Gregorio Nacianceno afirma lo mismo cuando d ice que esta Asam-
blea es la obra del DiYino Espiritu ( Orat. XXI. 14: o0ç "º TCVEUfi-7. -:~ &.yw;

http://www.obrascatolicas.com
§ 41. EL CONCILIO GENERAL. 327
elç %v -í,yixye:v); dichas decisiones son haereditaria signacula, nullius temeri-
tate violanda. Ambros. De :fid. III. 15: "nec mors nec gladius poterit sepa-
rare,, de las decisiones adoptadas por el concilio de Nicea ( Ep. 21 ad Va-
lentin.); ya que en ellas hay que ver la obra del Espíritu de Dios ( Coelestin.
l. e.), por cuya razon precisamente son tales decisiones "irrectractabilia,,
( Leo ep. 120 cf. õü. 61. 62. 65 ). Ep. 162: Non esse inter catholicos compu-
tandos, qui definitiones venerabilis concilii Nicaeni vel sancti Chalcedonen-
sis concilii regulas non sequuntur ; a Spiritu sancto inspiratas. Id. ep. 59.
Gregor. M. Ep. I. 15: Sicut sancti Evangelii quatuor libros, sic quatuor
Concilia suscipere et ven erari me fateor ... quae dum universali consensu
sunt constituta, se et non illa destruit, quisquis praesumit aut solvere, quos
religant, aut ligare, quos solvtmt. Quisquis ergo aliud sapit, a. s. Quod plena-
rium Concilium confirmavit, hoc sequimur. Augustin. De baptism. IV. 9. cf.
II. õ. Ni una silaba puede carnbiarse de los decretos y decisiones de los Pa-
dres del Concilio niceno ( Cyrill. A. Ep. 39 ad Joan Antich. ). Por eso se
dice que dicho Concilio " ij~ó<J;;-1 sp:r:'iS:Ja'~S ~a'O'. -:~h,&'Eç sõoyp.ci.-:~vS'i ,, . El mismo
proceder de los Concílios esta en perfecta armonía con esta doctrina, puesto
que presentan SUB decisiones COlUO preceptos obligatorios a los que nadie puede
oponerse sin incurrir en la pena de excornunion. Asi lo manifestaron expre-
samente el sínodo de Efeso ( l\Iansi IV. 1471 sq. ) , el de Calcedonia ( l\fansi
YI. 951 sq. ) , y el tercero de Constantinopla ( l\fansi XI. 611 sq. ).
3. Declúcese la misrna cloctrina del hecho de representar el Concilio ecu-
ménico á la I glesia universal. Suarez, De fide XI. 2. 4. Ballerini, De pote-
state ecclesiastica. C. 6. Interrogat. a Mart. V. in Syn. Constant.: Utrum cre-
dant, quocl quocllibet concilium generale universalem Ecclesiam repraesentet
( Denz. 5õl ) ; pero no en el sentido de que los Obispos reunidos en Concilio,
bajo la presiclencia del Pontífice, sean meros delegados y mandatarios de los
:fieles de sus respectivas cliócesis ( " Auctor. fid. ,, prop. 2. Denz. 1365 ):
Propositio, quae statuit, potestatern a Deo datam Ecclesiae, ut communicare-
tur pastoribus, qui sunt ejus ministri pro salute animarum, sic intellecta, ut
a communitate fidelium in pastores derivetur ecclesiastici ministerii ac regi-
minis potestas: h aeretica. 3. Insuper, quae statuit, Romanum Pontificem esse
caput ministerial e, sic explicata , ut R. Pontifex 11011 a Christo in persona
beati Petri, sed ab Ecclesia potestatem ministerii accipiat, qua velut Petri
successor, verus Christi vicarius ac totius Ecclesiae caput pollet in universa
Ecclesia : haeretica. Con mucha ménos razon puecle afirmarse que los Obis-
pos sin el Papa representen á la Iglesia universal, lo cual só lo corresponde
al Pontífice y á los Obispos unidos con él in partem sollicitudinis.
4. D e lo que dejamos expucsto se deduce la falsedad de la doctrina sentada en la
proposicion 9 "Auct. fid ei" quae statuit reformation em abusuum circa ecclesiasticam
disciplinam in Synodis dioeccsanis ab cpiscopo et 1wrochis aequ.cilite1· pendere ac sta-
biliri debere ac sine libertate decisionis indebitam fore subjectionem suggestionibus
et jussionibus episcoporum : falsa, temeraria, episcopalis auctoritatis laesiva , regi-
minis hierarchici subversiva, favens haeresi Aerianae a Calvino innovatac. 10. Item
do ctrina, qua parochi aliive sacerdotes in synodo congregati pronuntiantur una cuni
episcopo jw1ice8 fidei, et simul innuitur judieium in causis fidei ipsis competere jure

http://www.obrascatolicas.com
328 PARTE SEGUNDA.. LIBRO SEGUNDO. SECCION TERCERA.

proprio, et quídem etiam per ordínatíonem accepto: falsa, temeraría ordínís hierar-
chici subversiva, detrahens firmitati definitionumjudiciorumve dogmaticorum Eccle-
siae, ad minus erronea. 11. Sententia enuntians, veteri majorum instituto aba.posto-
licis usque temporibus dueto, per meliora Ecclesiae saecula serva to, receptum fuisse,
ut decreta aut definitiones aut sententiae etiam majorum sedium non acceptarentur,
nisi recognitae fuissent et approbatae a Synodo dioecesana: falsa , temera.ria , dero-
gans pro sua generalitate obedientiae debítae constitutionibus apostolicis tum et
sententiis ab hierarchica 1mperiore legitima potestate manantibus, schi sma fovens et
haeresin. 85. Propositio enuntians . .. convoca.tionem concilii nationa.lis unam esse
ex viis canonicis , qua finiantur in Ecclesia respectivarum nationum controversiae
spectantes ad religionem; sic intellecta , ut controversiae a.d fidem et mores spectan-
tes in ecclesia quacunque subortae per nationale concilium irrefragibili judicio finiri
valeant ; qua si inerrantia in fidei et morum quaestionibus nationali concilio compe-
teret: schismatica, haeretica.
IV. Aunque , por diferentes motivos y para diversos fin es, concurren
á los Concilios generales hombres de profesiones diversas y de distinta
posicion jerárquica, únicamente los Obispos pueden ser miembros efec-
tivos del Concilio ecuménico y jueces en materia de fo.
1. Suarez, l. e. I. 1: " Alias constat Yocari per se, qui patres tuentur et
seditiones vitandas curant, sicut príncipes vel legati vel duces eorum; alios,
ut neg otia tractent, vel sui rationem in concilio reddant, sicut haeretici et
schismatici; alios, ut discutiant res tractandas, sintque a consiliis ipsis Pa-
tribus, sicut sapientes cujusque conditionis et dignitatis viri; alios tan quam
propria membra concilium constituentia, qui ex officio vendicant activa suf-
fragia in concilio definitionibus et statuti:-J; atque hi sunt , qui proprie con-
veniunt, et de quibus instituitur disputatio. Lo último p ertenece, como dere-
cho exclusivo, á los Obispos ( Act. '20, '28 ). P or lo demás, merece consultar-
se lo que dice Héfele , Hist. de los Cone. I . p. 18 sig., acerca de la participa-
cion que tienen en las deliberaciones de estas A sambleas los presbíteros y los
diáconos, en diferentes trabajos pero no con voto decisivo. l'IIas como quiera
que el derecho de emitir el voto no tanto proviene de la potestad aneja al
Sacramento dei órden como de la potestad de jurisdiccion ( Schmalzgrueber,
Dissert. prooem. n. 3'26 ) , es evidente que el P ontífice puede otorgar a otros
ese privilegio ( Suarez, l. e. I. 16 ), haciéndole extensivo á los Cardenales, á
los generales d e las órdenes r eligiosas y, segun algunos, á los abades. Así
vemos que al concilio dei Vaticano fueron convocados, además de los Obis-
pos y Cardenales, los Abbates nullius, y los abades mitrados d e órdenes ó de
congregaciones generales. Si los Obispos t itulares tienen derecho de votar
por sí y ante sí, es áun obj eto de controversia; opinan en pro Ferra.ris ( s. v.
Cone.). Zallwein ( J. can. I . q. 3 e. '2 ) y otros; sostienen la doctrina contra-
ria Suarez, l. e. y M. Cano (V. '2 ) ; véas e tambien Bouix, De Episcopo P. I.
T. I. e. 8. Cecconi, Historia dei concili o dei Vaticano, II. 1 sig.
2. Los Obispos reunidos en Concilio son, en la más amplia y genuína
acepcion de la palabra, legisladores y jueces. Zaccaria, Antifebron. C. 6. a. 1.
Bellarm. De Cone. I. 18. M. Canus l. e. V. 5.
V. La práctica de celebrar Concílios en la Iglesia, no es institucion

http://www.obrascatolicas.com
( § 41. EL CONCILIO GENERAL. 329
puramente humana ni positivamente divina; es de orígen apostólico.
Todos los teólogos están acordes en sostener la utilidad de estas Asam-
bleas y su relativa necesidad, pero niegan que sean absolutamente ne-
cesanas.
'·\
1. Respecto al orígen apostólico de los Concílios hay completa uniformi-
dad de pareceres entre los teólogos. Suarez, XI. 1. Bellarm. l. e. I. 3. Bouix,
Du Concile P. I. eh. 6. En favor de la opinion que sostiene que los Concílios
sonde institucion divina , se cita el pasaje de San Mateo, 18, 20, en el que,
sin embargo, no se funda una decision definitiva, porque sólo puede servir
de argumento de relacion. Suarez, l. e. Z accaria, Antifebr. II. 2. Antifebr.
vindic. II. 2. Todos los teólogos convienen, por eso, en afirmar que los Con- ~.
cílios no pueden considerarse como necesari os, ni con necesidad de precepto
divino ni con necesidad de medio , es decir, para la conservacion de la triple
unidad esencial de la Iglesia: la unidad de la fe, de la caridad y de los Sa-
cramentos; por cuanto en los tres primeros siglos de la I glesia no se celebró
ningun Concilio ecuménico; pero todos convienen asimismo en ponderar su
necesidad moral y su utilidad extraordinaria.
Bulla indict. Cone. Trident. a P aul. III: Animo repetentes majores nostros,
sapientia admirabili et sanctitate praeditos, saepe in summis Christianae rei-
publicae periculis remedium optimum atque opportunissimum, oecumenica
concilia et Episcopormn generale~ conventus ad hibuisse, ipsi quoque animum
ad generale habendum concilium adjecimus. Cone. Vatic. l. e.: "Romani
Pontífices, prout temporum et rerum conditio S\1adebat nunc convocatis oecu-
menicis Conciliis ... ea tenenda definiverant. Cone. Trid. Sess. XXV. Cap.
ult. De R eform. in fin.: Quodsi in his r ecipiendis aliqua difficultas oriatur,
aut aliqua inciderint, quae declara tio nem . . . aut · definitionem postulant,
praeter alia remedia in hoc concilio instituta confidit sancta Synodus, ut vel
evocatis ex ii s praesertim provinciis, m1de difficultas orta fuerit, iis, quos
eidem negotio tractando viderit expedire, vel etiatn concilii generalis celebra-
tione, si necessarium judicaverit vel commodiore quacunque ratione ei vismn
fuerit, provinciarum necessitatibus pro Dei gloria et Ecclesiae necessita.te
consulatur. A medida qu e aumenta el número de Obispos crece tambien la
evidencia de sus demostraciones y decisiones contra el error; la sabiduría y
la experiencia acumulad as en tan gran número de varones eminentes, reuni-
dos de todos los países del orbe católico, comunican tal fuerza á las leyes y
decretos eclesiásticos emanados del Papa, que las decisiones del Concilio
reciben 'por esa circunstancia mayor autoridad y mayor eficacia, si no esen-
cial, intrínseca, á lo ménos extrínseca. Grego rio de Valencia, De fid. § 45.
Muzzarelli, Pro astruenda infallibilitate n. 30.
2. La unanimidad de votos, en las decisiones adoptadas por los Padres
del Concilio, es muy recomendable y realza su autoridad, pero no constituye
una condicion esencial y necesaria para la validez legal de las mismas, ya
que, de lo contrario, no se lograría , en muchos casos, el objeto de estas
Asambleas , que es condenar y dará conocer el error, no pudiéndose por tanto

http://www.obrascatolicas.com
330 PARTE SEGUNDA, LIBRO SEGUNDO. SECCION TERCERA.

restablecer en la Iglesia la paz turbada por sus adversarios, a los cuales


quedan francas las puertas del Concilio. Asi vemos que al de Nicea concur-
rieron sobre veinte Obispos arrümos, algunos de los cuales se negaron a sus-
cribir las Actas ( Héfele, Hist. de los Cone. I. '272. 282 ) ; al primero de Cons-
tantinopla asistieron vcinte Obispos maccc1onianos, que abrmdonaron la Asam-
blea despues de formular una protesta ( H. l. e. II. 8 ) ; y el concilio de Efeso
lanza el anatema contra N estorio á pesar de la enérgica oposicion de Juan y
sus cuarenta y tres Obispos ( H. l. e. II. 166. 173 ). En el ele Calcedonia se
puso en conocimiento de los Obispos ele la oposicion que sus esfuerzos serían
ineficaces, y análogo proceder se ha seguido en los Concílios posteriores
( H. l. e. II. 274. Véase Hilario Paris., De dogmaticis dcfinitionibus et de
unanimitate morali Episcopornm definientium in concilio (donde se hace la
distincion de unanimitas ante, in et post definitionem ). Friburgo, 1871.
Steccanella, Adverstrn novam doctrinam de necessitate unanimi. Romae, 1870.
Zinelli, Della Unanimità. Torino, 1870.
3. No es posible establecer una fórmnla fija y definida que dé á conocer
el carácter dogmático de las dec:isiones de los Concilios, como tampoco existe
un criterio fijo para distinguir ese carácter en las clefiniciones papales. Pue-
den servir de norma las circunstancias tliguientes: a) Es infalible y dogmá-
tica una decision cuando, al exponerla, se condenan como herejes á los defen-
sores de la doctrina contraria. ú) Cuam1o se lanza el anatema contra los que
se opongan á clicha decision. e) Cuando se conmina con la excommunicatio
latae sententiae, aunque esta pena puecle imponerse tambien ·por sostener
una proposicion escandalosa. d) Cuando se declara como dogma de fe una
cloctrina, para que como tal la acepten y crean los fieles. Por el contrario, no
entran en la esfera del dogma las aclaraciones qne se hacen para fundar la
doctrina ó para refutar las proposiciones contrarias. 1VI. Canus, l. e. IV. 5.
Sin embargo, no cleben consiclerarse como simples aclaraciones aquellos ar-
gumentos que, estando tomados ele la Sagrada Escritura y de la Tradicion,
determinan el verdadero significado de la doctrina definida, y pertenecen
igualmente al tesoro c1e la fe; de esta manera explica el Concilio de Trento
( Sess. VI. Cap. G. 8. Sess. XIII. Cap. 1 ) los textos bíblicos que hacen refe-
rencia á la justificacion y á la Eucaristía; pero no forman parte integrante
de la definicion dogmática estos mismos argumentos, cu:mclo sólo se citan
los textos in sonsu accommod:i.to ó á rnanera de argumentatio ad hominem.
Véase Sess. XXI. c. l. Los dernás argumentos, ya sean de carácter teológico,
ya filosófico, no entran en la esfera ele las clefiniciones dogmáticas.
VI. La admision y aprobacion de las decisiones de un Concilio por
parte de la Sede Apo;,;tólica, constituye el criterio más elevado, seguro
y decisiYo para conocer el carúcter ecuménico clel mismo.
Zallinger, Liber subsidiar. n. 108: Confirmatio pontificia sanat defectus, si
qui contigissent in convocatione aut celebratione generalis synodi. Perrone,
l. e. n. 659. La admision y aprobacion de clichas decisiones por la Iglesia
universal no puecle constituir la conditio sine qua non de su carácter ecumé-

http://www.obrascatolicas.com
§ 41. EL CONCILIO GENERAL. 331

nico, toda vez que los partidarios de las doctrinas condenadas, en el mero
hecho de negar su autoridad y rehusar someterse á ella, podrían poner en tela
de juicio la legitimidad de cualquier Concilio.
Oigamos lo que dice Tamburini con especial aplicacion á los galicanos y jansenis-
tas (ap. Steccanella, /.e. p. 23): Quum Jesus Christus inerrantiae donum non definito
quorundam numero, sed toti Ecclesiae eorpori contulerit, ex hoc eonsequitur, eundem
Christum sive majori, sive minori parti veritatem minime promisisse. Quo :fit, ut an-
tequam porfecta totius Ecclesiao consensio habeatur in qualibet fidei doctrina sta-
tuenda, ncc minor pars majorem , nec major minorem ab unitate separandi ullum jus
teneat ... talis enim sentiendi divcrsitas causa est dubitandi , no dcfin ita doctrina e
communi traditionis fonte dcrivctur.
La confirmacion papal no debe entenderse en el sentido de que ella sea el
fundamento de la infalibilidad del Concilio; pero da mayor realce á sus deci-
siones y es como el scllo que legaliza las declarnciones de todo el cuerpo do-
cente de la Iglesia. )fozzarelli, l. e. n. 53: Ego quamvis Romanus respuo
tanquam phrasim únpropi·iam illam, in qua dicitur, quod sumnrns Pontifex tri-
buat infallibilitatem conciliis. Etenim concilia generalia constant ex capite et
membris; eorum decreta sunt decreta totius corporis, non capitis solius, aut
unice membrorum; ideo assero, infallibilitatem in conciliis oecumenicis esse
propriam totius integri corporis , nec P ontificem trilmere infallibilitatem con-
ciliis, nec illis eam tribuere episcopos; quamvis Pontifex falli nequeat aut in
conciliis aut extra concilia, et neceRse sit, quod summus Pontifex accedat
cum suo consensu ad decreta conciliaria de fide, ut pro infallibilibus habean-
tur; ali ter non essent decreta corpo ris integri et vi vi, sed detruncati et mor-
tui. Y Leon II , al confirmar los decretos del sexto Concilio (1\fansi XI. 730):
Quia ( sancta synodus ) definitionem rectae fidei plenissime praedicavit,
quam et apostolica sedes b. Petri Apostoli reverenter suscepit, idcirco et
nos ... concorditer et unanimiter his, qnae definita sunt ab ea, consentit, et
B. Petri anctoritate confirmat (.--;-·(\ 1.v82·r;r.q. -;o;:) (J-1.X1.plo:.i Ils-;po:.i ~2~!1. 1.0 f. ), sicut
super solidam petram, quae Christns est, ab ipso Domino adeptis firmitatem...
Nam et istis sicut et illis ( á los Concílios anteriores) idem Dei Spiritus salu-
tem animarum operatus est. La admision efectiva de un Concilio general por
parte de toda la Iglesia no puede constituir sino un criterio externo, secun-
dario y ca.sual de su legit:Jnidad; el criterio esencial, interno y primario es
la confirmacion de la Sede Apostólica.
VII. Todas las objeciones que se presentan contra la infalibilidad
del Concilio general. fundadas en dichos y sentencias de los Santos Pa-
dres, caen por tierra con sólo obserrnr f1ue, 6 se refieren á Concilios que
no reunen las condiciones legales, 6 versan sobre asuntos de carácter
puramente personal y disciplinar.
I
/ En este sentido deben entenderse las palabras de San Gregorio N acian-
ceno ( Ep. 130), cuando observa " que huye de todas las Asambleas de
Obispos, porque no ha conocido una sola que haya tenido resultado feliz y
satisfactorio.,, Alude á los Sínodos celebrados en su tiempo, en los cuales

1 http://www.obrascatolicas.com
332 PARTE SEGUNDA. LIBRO SEGUNDO. SECCION TERCERA.

casi siempre se hallaban en mayoría los arrianos, como sucediô en los de


Milan, Sirmium, Rimini, Seleucia, etc.; por cuya razon se excusô de asistir
al Concilio proyectado por el Emperador, á pesar de las insinuaciones de
Procopio. V éase Basil. Ep. 52. Por el contrario, le vemos asistir en persona
al concilio de Constantinopla, y bien claramente reconoce la importancia de
estas Asambleas, aludiendo al de Nicea, en su Ep. ad Cledon. I. 4, como lo
hace San Agustin (De bapt. II. 3) cuando dice: Et ipsa concilia, quae per
si11gulas regiones vel provincias fiunt, plenariorum Conciliorum auctoritati,
quae fiunt ex universo orbe christiano, sine ullis ambagibus cedere ipsaque
pleníora saepe priora posteri'oribus emendari, quum aliquo etcperimento rerum
aperitur, quod clausum erat et cognoscitur, quod latebat. En este pasaje se
trata simplemente ( experimento rerum ) de una cuestion de hecho ô de dis-
ciplina, no de un punto dogmático, puesto que precisamente en el escrito
mencionado hace resaltar la autoridad de los Concilias generales ( V éase
Bellarm. l. e. II. 4 ). Otros opinan que San Agustin no se refiere en la expre-
sion Concilia pleniora á los Concilias ecuménicos, puesto que los dos que se
celebraron en su época adolecen de algunos defectos, antes bien, creen que
alude á los Concilios provinciales y nacionales; de este parecer es Perrone,
l. e. n. 691. En su controversia con el arriano Máximo hace abstraccion de la
autoridad del concilio de Nicea á fin de colocarse en el mismo terreno que el
hereje y demostrar el dogma con arg111mentos tomados de la Sagrada Escri-
tura solamente ( II. 14 ) : Nec ego Nicaenum , nec tu debes Ariminense pro-
ferre concilium.

§ 42. EL PAPA Y EL CONCILIO EN SUS .'.IIUTUAS HF:LACIONES.

I. Segun hicimos notar ántes, la iufalibilidad de la cabeza no ex-


clu:ye la de toda la Iglesia [; por cu:ya razon los Obispos de la Iglesia
uniYersal concurren al Concilio general como verdaderos testigos, maes-
tros y jueces de la verdad católica.
•.. ;
Cone. Vatic. l. e. Prooem.: Sacro a.pprobante concilio . . . Sedentibus no-
biscum et judicantibus universis Orbis Episcopis. De aqui proviene la forma
empleada en los antiguos Concílios al suscribir las Actas: Definiens sub-
scripsi ( opf.n~ úr.syp~·.(:1. ). H efele , l. e. I. 18 sig. Hasta su asentimiento al
juicio fallado por el Papa no debe consiclerarse como un simple acto de obe-
diencia y de sumision, sino á la vez como una sentencia que, en su caliclad
de jueces, pronuncian en union con la sentencia del Sumo Pontífice. Por la
misma razon no constituyen el Concilio los teólogos y ernclitos, que en estas
Asambleas sólo tienen voz consultiva, sin derecho para emitir voto. M. Ca-
nus, l. e. V. 5: Non Romanus Pontifex modo, sed etiam Episcopi claves regni
coelestis habent, ergo in causa ficlei ligandi q uoque et absolvendi potestatem.
"Visum est,,, inquiunt, "Spiritui sancto et nobis, nihil ultra vobis imponere
oneris, quam haec necessaria,, etc. Omnes ergo episcopi onus praeceptum-
que imponunt, omnesque simul sententiae synodalis auctores sunt. A la

http://www.obrascatolicas.com
,.~~~~--~· ·::>-~~~!',~~5~~;-~:~~·; :~;~'::>~ ~~~'f~~~~---~;~t ::~~R~~--'.~~·'-_, -~~-:. -~~ . ,
'" , ""·- ,>· ·

§ 42. EL PAPA Y EL CONCILIO. 333

manera que la cabeza y los miembros forman un solo cuerpo, así tambien el
Papa y los Obispos constituyen una sola autoridad en el Concilio; y así como
la infalibilidad personal de los Apóstoles no excluye, en el concilio de J e-
rusalen, el derecho de juzgar y sentenciar como jueces en los demás prepósi-
tos de las Iglesias que al mismo concuITieron, tampoco la autoridad judicial
infalible del Papa excluye la de los Obispos, de la misma manera que la ver-
dad dogmática expresada ya por un Concilio no altera ni modifica la declara-
cion que posteriormente pueda hacerse de la misma doctrina. Por eso no cabe
siquiera admitir la posibilidad de que un Concilio ó un Papa, apartándose
del camino de la verdad, profesen doctrinas opuestas á otros dogmas ya de- ,
clarados, y así vemos que la mayor parte de los Concílios antiguos no hicie-
ron más que repetir las decisiones de Sínodos anteriores, anunciándolas baj o
nuevas formas y acompaüadas de argumentos nuevos, afirmacion que puede
particularmente aplicarse á los concílios de Calcedonia, al tercero de Cons-
tantinopla y á muchos Sínodos provinciales. ( V éase C onc. Tolet. Mansi XI.
pág. 1187 ).
II. Los Obispos reunidos cu Concilio con el Papa ejercen su minis-
terio de jueces en ma teria de fe, bajo tres diversos conceptos:
a) Examinando minuciosamente las decisiones dogmáticas de Con-
cílios anteriores y de la Santa Sede, confirmándolas al propio tiempo
con nuevos argumentos. b) Publicando, despues de un maduro exámen
de las verdades de la fe cuya declaracion se ha anunciado, un juicio
definitivo que pone de manifiesto los sofismas de la herejía. e) Promul-
gando, con su autoridad de jueces, en union con el Romano Pontífice,
el fallo dogmático, procurando mover á los fieles á obedecer y acatar
los decretos clel Concilio y velando por su exacto cumplimiento.
1. Al primer concepto, a, puede aplicarse el ya citado pasaje de San
Leonel Grande, Ep. 120: Ut vere a se ( prodiisse ostenderet Deus ) quod
prius a prima omnium Sede formatum, totius Christiaui orbis judicium rece-
pisset, et in hoc quoque capit.i membra concordent ... Ipsa veritas et clarius
renitescit et fortius r etinetur, dum, qnae fides prius docuerat, haec postea
examinatio confirmarit ... et ad majorem Dei gloriam proficit finis examinis,
quando ad hoc se accipit exerendi fiducia , ut vincatur adversitas, ue, quod
per se probatur reprobum, silentiijuclicio videatur oppressum.
2. Al segundo concepto, l;, se refieren: Tertuliano , De carn. Chr. e. 13:
Fides nominum salus est proprietatum. Augustin. Civ. Dei X. 23: Nobis ad
certam regulam loqui fas est, ne .-erborum licentia etiam de rebus, quae his
significantur, impiam gignat opini onem, cf. De Trin. YII. 4: parta haec vo-
cabula ... adversus insidias vel errares haereticorum. Ambros. De Fid. III. 3:
Ideo Patres Nicaeni verbum dp.r;o0:.v.1; ... posuerunt , quod videreut, adver-
sariis id esse formidini. Auct. fid. prop. 29 ( respecto del dogma de la tran-
sustanciacion ): Subtrahitur notitia voeis ab Ecclesia consecretae ad illius
( dogmatis) tuendam professionem adversus haereses.

http://www.obrascatolicas.com
334 PARTE SEGUNDA. LIBRO SEGUNDO. SECCION TERCE RA.

III. Aunque la autoridad del Papa infalible en materia de fo es la


misma que la de la Iglesia uníYersal, en cierto sentido la autoridad del
Concilio, en union con la Sede Apostólica, alcanza mayor grado de
fnerza que la del Romano Pontífice por sí solo, pero esto debe enten-
derse únicamente en sentido externo. puramente extensiYo y material,
no bajo un concepto interno, intensiYo y formal.
El mismo San Leon el Magno ( Ep. 33), aunque sostiene que no puede po-
nerse siquiera en tela de juicio su propia decision , aplica al fallo del Concilio
el calificativo ile pleni1rn concilium, es decir " pleniore judicnm numero et
pompa eandem suam fülem sententiam<]Ue invariabilem promnlgatam.,, Tho-
massin. Diss. XII. 14 in Couc. Chalced. Bellann. l. e. II. rn: Si accipiatur
Ecclesia cum Papa, tunc major est auctorítas Ecclesiae ex tensive, quam
Papae solius, intensive autem aequalis. l'or cuya razon, en muchos casos, se
hace necesaria la convocacion ele] Concilio por lo s Papas, no con necesidad
absoluta sino inoral, á fin de resolver co ntroversia.s dogmatica.s y principal-
mente con objeto de restablecer la disciplina eclesiástica. Bellarm. De Rom.
Pontif. IV. 7. Orsi, l. e. T. I. 2. 2. l\I. Canus, l. e. Y. in fin.: Juvant patres
concilii ,;nmmi Pontiticis fidem atque cloctrinam. Y aluclienclo al Concilio de
Jerusalen dice: lta enim divina l•rocuratio in Ecclesiam se fundit, nt mem-
bra praeciyrna, tametsi a capite ipsa pendeant, caput tamen tueantur et juvent.
Nam et leges quae communi optimatum conseirnu et rogantur et feruntur,
lihentius populns accipit, quam si a r ege solnm ederentnr. Tamhien el papa
Celestino , como San Leon, dió su con,;enti miento para la celehracion de un
Concilio, por más que ni el ni San Cirilo Al ejanclrino le juzgaban absoluta-
mente indispen sablc para condenar la doctrina de N estorio ; - "digneris
no bis declarare, quid ti Li videatnr, ,, porque los Obispos católicos aceptarian
desde luego su parecer, - y el Pontífice prohibió á sus legados entrar en
discusion acerca de la doctrina católica. Cyrill. ep. ad Coelest. (Coust. 1093).
Cf. Defens. declar. Cler. Gallic. III. 7, 10: Pl ane confitemur, Coelestini sen-
tentiam, ita ut Cyrillns speraverat, valituram fnisse ad novam haeresim com-
primenJam, nisi graves suborti motus resque ea visa esset, quae ad univer-
salem Synodnm deferretur. N estorius, regiae civitatis epise opus, ea auctori-
tate pollebat, ea specie pi etati,; hominnm animis illnserat, eos sibi concilia-
verat episc opos, ea denique gratia apncl Th eodosinm juniorem Imperatorem
et proceres erat, ut facile omnia commoveret. De lo que elejamos sentado se
desprende claramente que los Obi::;pos, á lo ménos cn sn gran mayoría, no
atribnyen antoridacl decisiva à sus resolncion es si no las acompafia la apro-
bacion del Romano Pontífice. M. Canus l. e. D: Non enim numero haec jUtli-
cantur, sed pondere. Pondus autem conciliis dat trnmmi P ontificis et gravitas
et auctoritas; quae si ac1sit, ccntnm patres satis sunt, sin desit, nulli sunt
satis, sint quamlibet plurimi. Kec si maj or pars patrmn verum sentiat, Pon-
tifex repugnabit. Id enirn a<l peculiarem Christi procurationem pertinet, sem:per-
que pertinuit, ne Ecclesia in factiones duas dividatur. Cf. Leo Ep. 106 ad
Anatol.: Tanquam refutari nequeat, quod illicite voluerit multitudo. Nulla

http://www.obrascatolicas.com
§ 43. REPRESENTANTES DE LA l!\FALIBILlDAD. 335
sibimet de multiplicatione congregationis synodalia concilia blandiantur
neque trecentis illis decem atque octo episcopis quantumlibet copiosior nu-
merus sacerdotum vel comparare se audent, vel praeferre.

§ 43. REPRESENTANTES MEDIATOS DE LA I'.'IFALinILIDAD DE LA IGLESIA.

I. La doctrina uniforme de todo el cuerpo docente autoritath-o de la


Ig lesia ( Consensus Ecclesiae dispersae), tiene carácter infalible, de la
misma manera que las ensei'ianzas de los Obispos reunidos en Concilio.
1. Dedúcese este principio de las promesas hechas á la I glesia y de la
nnánime tradicion de l a antigüedacl, que reconocía pr ecisamente la herejía
por la oposicion que aparecia entre sus cloctrinas y las ensenanzas de la
I glesia. Ep. Synod. Cyrill. Al ex. ( Mansi IV. 1076 ) : Est enim haec Catholi-
cae et Apostolicae Eccl esiae fides, in qua universi Occidentis et Orientis
orthodoxi Episcopi consentiunt. Augustin. De h aere::;. c. 88: Cum scire suf-
ficiat, eam contra ista seutire, nec aliquid horum in ±idem quemquam debere
recipere. De baptism. YII. 56 : Nobis tutum est . . . quod in nniversalis
E cclesiae consensione roboratum est. En esto se fundaba para afirmar que
no era necesaria la convocaciou de un Concilio general para condenar la doc-
trina de P elagio. Ad Bonifac. IV. c. ult. Sin embargo, este método de anun-
ciar la feno es inmediato, puesto que necesita la intervencion de la Sede Ro-
mana, que es la única autoridacl que puede dar testimonio de ese Consensus.
2. El citado Consensus puede ser: expreso ó tácito. Al segundo se refieren
estas palabras de San Agustin ( Ep. 55 ) : Ecclesia Dei, inter multam paleam
multaque zizania constituta, multa tolerat, et tamen , quae sunt contra fidem
et bonam vitam, non approbat, nec tacet, nec facit. Cf. l\I. Canus l. e. V. 4.

II. Las decisione.;; de los Concílios provinciales, relatiYos al dogma


y á la moral, que han obtenido la aprobacion formal y solemne de la
Sede Romana , son tarnbien infalibl es, en ig ual grado que las de los
Concilies ecuménicos .
Á esta clase pertenecen los concilios ele Cartago y de l\Iilevo, celebrados
en 416 bajo el pontificado de Inocencio I ( Coust. 889. 896), el segundo con-
cilio de Orange, reunido bajo Bonifacio II el aii.o 528, para condenar la Jo c-
trina de los pelagianos y semipelagianos; cf. Augustin. Serm. CXXXI. 10.
L ib. imperf. e. Julian. III. 103. Prosper. e. Collat. e. 21. l\I. Canus l. e. Y. 4.
Bellann. l. e. II. 5. Thomassin. Dissert. 9 in Cone. Carthag. et :Milev. Bene-
dicto XIV hace n otar que los Concilios provinciales deben ocuparse principal-
mente en la resolucion de asuntos pertenecientes a la disciplina eclesiástica,
p ero no dice que esa sea su única esfera de accion. La práctica admitida desde
Sixto V ( Bullar . Tom. IV. p. 4. p. 39(j), exige que las decisiones de los Con-
cilios provinciales se sometan á la aprobacion, ó resp ectivamente çorreccion,
de la Sede Apostólica. Mas esta sola formalidad no les da carácter de infali-
bles , hasta tanto que el Romano Pontífice las confirme de una manera formal

http://www.obrascatolicas.com
336 PARTE SEGUNDA.. LIBRO SEGUNDO. SECCION TEltCEP.A..

y solerrme. Los Concílios que han obtenido la aprobacion ·pura y simple,


gozan de la misma autoridad que una Asamblea de Obispos reunidos en Con-
cilio por si solos, no siendo, por consecuencia, infalibles.
III. Las decisiones doctrinales de las congregaciones ordinarias y
extraordinarias establecidas por el Romano Pontífice, particularmente
las que procedeu de la Inquisicion y de la congregacion del Indice,
tienen aplicacion á toda la Iglesia, por haberlas establecido ad lwc la
Santa Sede; á diferencia de la autoridad de los Obispos reunidos en
Concilio provincial, cuya jurisdiccion, en ma terias dogmáticas y de
disciplina, sólo se extiende á su respecfrrn província, por cuya razon
sus decisiones sobre el último punto no tienen aplicacion fuerade la
misma, si no han obtenido más que la simple confirrnacion del Romano
Pontífice.
1. Cf. Benedict. XIV. l. e. XIII. 3, 5. Respecto de los decretos expedidos
por estas Congregaciones, tiene aplicacion la misma regla que rige para las
decisiones de los Concilias provinciales; á saber: que en cuestiones relativas
al dogma y á la moral dichas decisiones no tienen carácter de infalibles, sino
mediante la confirmacion explícita, formal y solemne de la Santa Sede; cf.
Cardenas, Crisis theolog. T. I. p. 68. No obstante, áun careciendo de ese re-
quisito, y en atencion sólo á la autoridad episcopal de que provienen, las
de bem os respetuoso acatamiento. Sobre las Congregaciones romanas, parti-
cularmente las del Santo Oficio y del Indice, vease Phillips, l. e. V. § 321
y 324.
2. Como ejemplo de una confirmacion expresa del Romano Pontífice, ~
citaremos la carta de Pio IX, al arzobispo ele Colonia, elel 15 ele Junio
de 1857: Quod quielem decretum nostra auctoritate nostroque jussu vulga-
tum sufficere plane debebat, ut quaestio omnis penitus dirempta censeretur,
et omnes, qui catholico gloriantur nomine clare aperteque intelligerent, sibi
esse omnino obtemperandum et sinceram non posse haberi doctrinam Gun-
therianis libris comprehensam.
3. Particular atencion merecen las siguientes observaciones de Franzelin
(De Tradit. et s. Scriptura p. llG ) , acerca del acatamiento que debe pres-
tarse a estas decisiones: Sancta Sedes A postolica, cui commissa est custodia
depositi ... potest sententias theologicas vel quatenus cum theologicis ne-
ctnntnr praescribere ut sequendas vel proscribere ut non sequendas, non
unice ex intentione, definitiva sententia infallibiliter decidendi veritatem,
sed etiam absque illa ex necessitate et intentione vel simpliciter vel pro de-
terminatis adjunctis prospiciendi securitati cloctrinae catholicae.
Por lo cual hace clistincion entre el assensus fü1ei immediate vel mediate
dívinae y el assensus religiosiis propter auctoritatem universalis providentiae
ecclesiastícae. La Auctoritas in/'alhbilitatis non potest a Pontífice communicari
aliis velut suis ministris et suo nomine agentilms . . . Anctoritas universalis
providentiae ecclesiasticae cum dependentia a S. Pontifice communicabilis est

http://www.obrascatolicas.com
§ 43. RRPRESENTANTES DE LA INFALIBILIDAD. 337

et ab ipso Pontifice communicatur majori vel minori extensione quibusdam


S. Congregationibus. Si bien no puede sostenerse que tales decisiones sean
la expresion de una verdad dogmática, es indudable que ofrecen seguridad in-
falible, por cuya razon seles debe prestar sumision y obediencia de entendi-
miento 1 es decir 1 una obediencia analoga a la que el p enitente presta á Sll
director espiritual. Tal es la teoria que sostiene tamhien Scheeben, l. e. pá-
gina 250, aduciendo al propio tiempo las siguientes razones, para pro bar la
necesidad de prestar obediencia y su mision interna á las indicadas resolucio-
nes: a) Ni en la época de su redaccion ni posteriormente se ha encontrado
en ellas nunca error sustancial ó grave. b) L a pruc1encia, la sabiduria y la
diversic1ac1 de opiniones ele los hombres que compon en estas Congregaciones
sou garantia suficiente de la yeraciclad de sus decretos. e) E stos decretos
expresan aclenüs la tradicion exacta de la Igl esi a romana, sobre los puntos
que abrazan. d ) Las Congregaciones participan del auxilio sobrenatural que
acompaiía i:;ÍPmpre ii lft Sede Apostólica. Rcfiriendo~e lnégo, á imitacion del
citado Franzelin, al Breve pontificio del 21 de Diciembre de 1863, " Tnos
libenter ,, : Scd cum agatur de ilb snb,i ectione , qua ex conscientia ii omnes
Catholici obstringuntnr, gui in conr emplatrices i:;cicntias incumbunt , ut novas
suis scriptis Ecclesiae afferant militares, idcirco ejnsdern Cmwentns viri
agnoscere clcbent, sapientibus Catholicis hau<l satis esse, nt praefata do-
gmata recipi am et venerentur, verum etiam opus esse , tum clecisionibu s,
qnae acl cloctrinam pertinentes a Pomi:ficiis Congrcgationibus proferuntur,
tam iis c1octrinae capitilrn:-: , qnac co mmnni et constanti Catholicornm con-
sensu rerin entur n ~. theologicae veritates et, conclusiones ita cerrae, ut opi-
niones eis<1em doctrinao cftpitilrn ~ ad venrne qnamqnmn haoreticae üici ne-
queant , tnmen aliam mereantnr theologicam censnram.
De Hurter, /.e . I . 442 , son estas observaciones: Assensus exhilrnnd ns .iuriicio vel ma-
gisterii infallihilis infall íbilitate tai1wn sua non ut enfo;, Ye l auctoritatis non infalli-
bilis 11011 deü et e;;;;c 1m,/eq11aq11 e irnlul.1ius et snpra omni a firmus. Vc·rmn propterea
non sequitnr, licrro ficklib us pro / ,,l,i /11 intcri11s dnhitar(' , as sens1'm cohib ere inter-
num / silr ntio ~0Jnn1 insi::.:tcrc olJ sCrjlri oso ... a(1n1itti c1e1Je11t plu;·es asscn.-; 1nnil S]Jecies,
quae in ter a~s<'Iblllll inclubium , supra omnia firmurn, infallibilt·m et (lubitationem
locum ha.liere poss1mt. Uujusmolli [tLlt<'m d eboat. esse as sensus, non potest in ye11ere
facile definiri. ::\isi ergo gravior a uct oritas ejns mo cli judi.cii vim ac robur casset vel
infringat, ex.igitnr a honi s Eccl esiac filiis: {b J no ohlor111aa.l1n· arl ~e rw R e.i11·'"'°,7-t j1uli-
ci11ni ... scrventquo proincle silentium obs0r1uiosum; li) nt inlei·nm,i rxld11eanf. assen-
sum suumqnc illi cnnforment juclicium; r) assmv; us interni fü:rnit<is pcndebit a ma-
jori minorivc docendi authenti a et a majori minorive praosum ptione, q na supponi
potest eons ens us anc:toritatis su111·emn e at<1ue ínfallibili s . ,/ J Quorl si menti fidelis
graves et sol idae. t heolof/Írcie pracscrtim . obw~ rsa1·eJ1 tur ration es in c011trarim11 lici-
tum ei esset formichn·o . <lnbitarl', conditionrrtc rts .wntirc. imo et susl'endcre judicium,
donec innotescat consensns E cclesiae uniY Pn•a lis vl'l R. Pontifieis; hi nc etiam licet
a{l altil's ªl'/1cllw·e !r-i!J1'Mt.I sei. vcl ad conl'ilinm vel ad R. Pontificem. Ceterum
quamvis cju;;modi judieium au ctorit ati" lrnu1l infallibilis non semper'praeb.eat secu-
ritatcm olj€,. fi t'(llil, praebet tamen gcn0rnru m securitatom wlJj eclivani" quaténus om-
nibns tulmn cst ea amplc cti, et 11,f""' non c.;t, neqne absque violationé. debitae sub-
missi onis erga magisterium divinitus con.s tirntum fieri potest, ut ejusrnodi 11011 ad-
mittant ur decreta. Id eo magis a<lmittero licet , quod propter· ornnimodam íideliuru
T OMO II 22

http://www.obrascatolicas.com
838 PARTE SEGUNDA. LIBRO SEGUNDO. SECCION CUARTA.

;:;Ul>jechouem sub magisterii infallibilis auctoritate assensus omnes judiciis et decla-


rationibus m agistcrii fallibilis exhibiti, haóitu ct aequivalenter vel inferpretative sint
con'1itioiwti, quamvis qnamdiu nulla prndens et gravis occurrat ratio dubitandi,
formam prae se ferant ab,;olutam.
Palmieri , 7. e. G3:2: Debetur assensus quidam religiosu s, cum nihil est, quod sus-
pcnsionern assensus prud enter sua deat . .. Nec dicimus es·s e ass ensum metaphysice
certum ; nam 11011 existente certitudinc iufalliJ>ilitati;;, h oe ipso videtur quod non est
impossibilis orror, ide oquc vicletnr, quod oppositum potes t esse verum; qua congni-
tione exist,entc ne<pli t habere lo cum ccrtitudo m etaphys ica. Dicimus itaque, assen-
surn esse moraliter ccrtum : et id<: irco, si m ot iY a apparem:t , sive Yer a·, sive falsà, sed
ex errore inculpabili . <1uac aliter Slia<iea11t, c:urn in his adjunctis voluntas 11011 impru-
d cnter agat suspendendo a;;sensum, 11on diein rns tunc deberi assensum.

SECCION CUARTA.
El dominio del magisterio infa.lible de la Iglesia.
'rourneley, De cenfüris art. 2. }L Canus, /. c. . XII. G. Luµ;o, /.e. I. 13. :-iuarez, /. e. III.
11. .Klcutgen , /. e. T. I. p. U± y ;,;i,.:-.

1. El concilio dei Yatieano, l. e. C. IY. ha defin ido l os limites que abraza


el magist erio infalihle de l a I glesia: E a infallibili t ate pollern ( Romannm
Ponti±icem ), qna divinus H.edemp tor E cclesiam :;nam in dofi nienda doctrina
1/e fide et moribus instinctam eilse volni t. Pero, 0 11 realidad , eae bajo ln accion
del magi sterio odesiúsrico todo aqnello qne J erncristo ha rernlado formaliter ,
ya e.cpliclte ( Suarez di~tinct e), ya i111p1icite ( confose '1, prosentándolo como
norma de lo que debernos c.re er y olJrar ( omnis ac sola veritas a Deo revelata).
H ebr. 11 , 1. Rom. 4 , :20: 10, 10. :i\Iarc. lú , Hi. Cone. Trid. Dejusti f. Sess.
VI. e. 9 y Can. 13. 14. Kilber, l. e. n. (jt), explica la diferencia entre explicite
é implicit e rovelatum , del mo<lo sig uit>nte : Illud (licitnr /"orm aliter revelatnm,
qnod ipsa locntione :;iguifi cat111', i. e. ri siq1úfication"s term iuorwn. Formaliter
explicite revelatum dicitur, qnod ipsi locutionis termini clare et signanter ex-
prinmnt; fonnaliter implicite rcvelatum audi t, qnod fonnalite r idem est cum
explicite revelato, et solum disting nitur ab illo llistinctione rationis ratioci1w11-
tis, sicnt continetur definitio in defini to, partes phy.-ice essC'ntiales in toto,
propositio particnlaris in nniY er~ ali, conclnsio in praemissis. Para explicar
lo q ne se entienc1e 11or implicite r eYelatum es necesario ±igurarse un segundo
tf nnino de comparacion, por ej emplo : J esucristo os h omhre venladero, por
cuya razon consta de c:uerpo y ele alma. fluarez, l. e. III. 3: Oportet, ut dis-
r.ursu-s s1u1wtur solwn ad e:x.plitmulu m et pro ponenclum, quid sub di,·iria reYe-
latione contineatur.
2. Difiere del concepto anterior el conteniclo en las oxpresiones virtttaliter
y merliate tantum revelatum, ,;obre el cual dice K il ber, l. e. n. 80: Virtualder
dicitur revelari aliquicl in ali o, si qui d realiter t antum idem est cmn altero
f'onnalitcr revelato, fo rmaliter an tern disiinetion e i'tttiouis ratioci11atae est di-
stinctum. Los teólogos Snarez, Ya lencia, Molina y Kilber no consideran como
propositiones de :fide, propimnente diehas, aqnellas que se dedncen como

http://www.obrascatolicas.com
§ 44. EL DOGMA CATÓLICO. 339
consecnencias necesarias de premisas que pertenecen al tesoro de la Revela-
cion; pero debe tenerse en cuenta que una l!i.isma verdad puede creerse como
doctrina revelada por Dios, á la vez que camo ~conclusio theologica; tal es,
por ejemplo, el dogma de las dos voluntad$ e.n Jesucristo. l\ías todos los
teólogos convienen en que las verdades que sólo se deducen de nna premisa
revelada y ot.ra cQnocida por medios naturales, no sonde filie divina; porque
" Conclusio séquitnr clebiliorem partem. ,,
M. Cano fl . e. YI. 8ad10) y A. Vega ( Dejustific. IX. 39 ) sostienen , al parecer, la
opinion contraria, pero lo que hay en r calidad, es que no se expresan sobre este par-
ticular con entera claridad, y sólo se proponen designar como objeto de fe lo que
está implicite revel a tum, segnn se desprend e de los cj emplos que citan . .Melchor Cano
da á conocer más cbramente su opíníon cn la obra aludida, XII. 2. pracc. 8. Véase ·•
Suarez,.'l. e. III. 11.
3. Asimismo convienen todos los teólogos en afirmar que b I glesia tiene
autoridacl para proponer como dogma de fe infalible toda verdaü deducida
como consecuencia de premisas pertenecientes al tesoro de la Revelacion
(Cone. Vatican. De eccl. C. IV. doctrinam ... tenenclam ). Muchos teólogos,
como Suarez, opinan que tal verdad clebe creerse fide divina, pero otros,
entre los que figura Molina ( in Summ. V. q. 1. a. 2. Disp. 1 et 2 ) , afinnan
lo contrario. H ay una tercera opinion, á la que nos aclherimos nosotros,
segun la cual tales proposiciones cleben creerse ficle mecliate divina seu eccle-
siastica, por cnamo sn nracidacl se halla garantizacla por el testimonio de la
Iglesia infalible. Lugo , l. e. I. n. 27fJ. Snarez, l. e. II. G.
4. Las verdades ó hechos particulares que se hallan contonidos en una
proposi cion uniYersal, cleben creer;;e fid e divina , si cstán contenidos en ella
eu calidad de tales , es decir: formaliter et in se; mas no cleben creerse fide
divina si sólo se h allan contenidas en ella bajo determinadas condiciones;
como: este pan cs el cuerpo de J esncristo, este nino está justificado por el
bautismo, etc. Cf. Viva in prop. daum. 21 ab Innoc. XI. Lugo, l. e. I. 13. No
obstante su certeza, áun siernlo ele carácter puramente moral, es suficiente y
deben creerse ficlo ecclesiastica, si las propone la Iglesia para que las crea-
mos; por ejemplo, la legitimidad de un Concilio ó de un Papa. Cf. Martin V
" Inter cunctas ,, n. 4. 5. 24 ( Denz. 551 ). Suarez, l. e. X. 5. Lugo, l. e. I. 15.

§ 44. EL DOG~fA CATÓLICO.

I. Objeto de la fe católica y cristiana ( fides divina et catholica) es


todo"<y sólo aquello que Dios h~ revelado y que su Ig-lesia propone á la
creencia de los fieles. Por consig-uiente, cs herética ( sententia haere-
tica) toda doctrina que se opone á una verdad revelada por Dios y que
como tal ha sido declarada por la Iglesia.
1. Llamábanse llóyro.-:-'.1. las ensoiianzas doctrinales de los filósofos ( Cí-
cero QQ. acc. IY. D): y entre nosotros este vocablo expresa las doctrinas ele
la Iglesia. Cone. , -atican. De fiel. cath. e. III. : Fide divina et catholica ea
omnia credenda s1mt, quae in verbo Dei scripto vel tradito continentur, et ab

http://www.obrascatolicas.com

...... .
'. ;. ·~

,."I
..

340 PARTE SEGUNDA. LIBRO SEGUNDO. SECCION CUARTA.

Ecclesia sive solenmi judicio sive orclinario et nniversali magisterio tanquam


divinitus rovelata propon nntur. Snare:>: , l. e. XIX. 2: Duo oecnnnnt in aliqua
propositione, ut credi possit et debcat , scl. testificatio divina et applicatio,
seu ut sufficienter pro ponatnr. Primum est per se et formal e in propositione
ficlei. . . Secunc1nm est qnasi per accidens et tanquam eonclitio necessaria ex
parte nostra. En esto se fo nda la distinr:ion de dor;ma in se y dogma quoad nos.
Todo lo que Dio,.; ha revelado es en si dogma c1e fo : y l o es tambien qnoad
nos, d esde el momento en qne la I gl esia confirma , eon su antori<1ad infalible,
ese carácter de verelac1 ren la ela ( fü1e,; diúna ) , proponiénelola l\ la creencia
ele los fi el es, para qne la twepte11 como fo eató l ica; <l e sncrte que el c1ominio
ele l a fe divina se exriencle mncho mú,; que el elo la fo católica: l'· sta , á su vez,
presupone la exi:-:tenr:·i<t ele l rt Jirimera y pncde mny 11ien c1c sarrnllarse, en su
forma concreta, en el rn1sc: nrso <le b oxposicion dogmi1tica.. Cf. ~uarez, l. e. b .
2. 'foda yez que la I g k s ia propo11c á la crePncia •l e los fieles toda la doc-
trina conteuicla en la ~:kgrn<la E stTitnra, como palaha de Dios ( Cone. Trid.
Sess. IY. ) , infü'Tese '1u e tlic ho ccin temido es por e:>a raznn ele tide catholica;
ele sucrte que todo ac1aello qne el criHtiano considera y reconoce clara y fija-
ment e como c1ocninn 1.iblica , ium sin qne Pxista una t.leclaracion explícita de
la misma Sagrml a Escritura sobre el particnlar , es tamhien , poresa sola cir-
cunstancia, doct rina .le la I,:,:;lesia. Lugo, l. e. Disp . ~~X. St'Ct . :2.

II. N o sólo del1c11 admitirse corno Yerdades de fo aquellos dogmas


que la Iglesia ha declarad o corno tales , de nnn rnmwra e\.traordinaria
y solemne, es dccir. med iante la tondenacion de los erron> co utrarios
bajo la pena de excornm1ion: ún tt's hien . clelwn ;ulmitir;:;e como dogma
de fe todas aqudla,; Ycn1n1les 'tne e;;tún contenidus en las disposiciones
de los Papas y de l os Coneilios, dt) tal ;,uerte, q uc se ,·ca con e"Videncia
su intencion ele propone r nna doctrina dogrnútin1.
Cone. Vatic. l. e. V el'on . R·1g. fid . I. IV. à : E a , inrplit L(me Vasquoz I. II.
Disp . 200. cap. r;, c1n:1e na d it Con cilinm in Cflp Ltil1 1:s, C••l ligit m· ex fine c:u-
jnsquo sessioni,.; antr-qna m Cm1nrnis ponnntm. Cf III. Disp. 207 cap. 3.
Cone. 'l'ric1cnt. S e;;;;;;, ·:-: LII. c,·:p. s in nn.: Qnoniam a1ncm irnn cst 8atis Yeri-
tatem dicere , ni :-; i c1eh.·~·ai 1 l111· et refelhntm· errnl'es. pl acni t s:mctae Synodo
hos Cauones s ut1jn n;,:-«rt> . 'Ir omrn ·s jam 'i!J11íta nd/,r,/;,--a r/r1cfr in a ( por lo que
se expone en los Cap i l11lo~ ' inu·llig-m:t qnnr1ne, r1rnw rtl) illis ha r,l'Cse:': caveri
vitarique c1oh ea11t. Ct'. :-;es,;, \'I. Por 1l on1le se \·e que n o ,;Mo tienen caracter
dogmático y deeisivü .los C:'rn•m1 ·,; si qne tnmbien lc,s 11 ccrctos. Antes expnsi-
mos otras formas hajn ln;, 1·11nle:-: pue•l o presenta r se n11 n deliuiciou dogmática,
como los Símbolos c1o la L , la,; t11•c·1·cln.les 11e los I'apn-:' , l a ap1·1.1 liac ion espe-
cial ele los Concílios prnYÍilciales , etc . Véase pág. 2 ~_ 1ii y sig.

III. F uera de la for ma extraordinaria y soll' mn e de ennmiar sus


<ldini ciones dogmáti ca .~ . e xpone la Ig-lesia :o1n doe-trina por medi o del
rnag isterio ordinario y permauente; de rnollo <p1e toda proposicion

http://www.obrascatolicas.com
§ 44. EL DOGMA CATÓLICO. 341
anunciada por él y aceptada por los fieles, lo mismo que la doctrina
que sirve de fundamento al culto y á la vida orgánica de la Iglesia
Universal debe contarse en el número de los dog·mas católicos.
1. Cone. Yatic. l. e. Pius IX. ad Archiepisc. Monac. 21. Dec. 1863:
Etiamsi ageretur de illa subjectione quae fidei divinae actu est praestanda,
limitanda non esset ad ea, quae expressis oecumenicorum Conciliorum aut
R. Pontificum hujusque Apostolicae Sedis decretis definita s unt, sed ad ea
quoque extenclenda , quae ordinario totius Ecclesiae p er orbem dispersae ma-
gisterio tanquam divinitus revelaht tracluntur ideoque universali et constanti
consensu a catholicis Theologis ad fidem pertiuere retinentur. Veron. l. e.
Complectitur haec regula Ecclesiam docentem in Concilio nniversali expresse
aliquid definientem aut ennntiantem vel ex seusu omnúun tum pastorum tum
fideliwn practice elo']ueutem. Tal es la opinion de Chrismann, Reg. fid. e. 5.
Cf. Vincent. Lirin. Cornmonit.: Quoc1 semper, f1nod nbiqne, quocl ab omnibus
creditum est ... hoc est catholicum. Asi lo da á entender claramente la Igle-
sia en sus c1echraciones contra los herej es, como Arrio, Jlliarcion y Nestorio,
ya que la condenacion r1e sns doctrinas por los Concílios fné , en la mayoria de
los casos, posterior á auáloga;; medidas de represion adaptadas por los Papas
ó por los Obispos que pennanecían fieles. El magisterio ordinario de la Igle-
sia se ejeree princip<Ümente en las prácticas y prescripciones relativas á la
moral y á la liturgia católicas. Sostener lo contrario, como lo hacen algunos
escritores modernos ( Hirscher, Asuntos ecle;;iasticos, 1849, p. 68 y sigs.
Frohschammer, Atheniium, V. 308 ) , equivaldda á afirmar que ántes de los
concílios de Nicea y Efoso no eran objeto de la fe católica los importan-
tisimos misterios que cn ellos se definieron, lo cnal es increible y opuesto
á la ensenanza de los Santos Padres. Así califica San Agnstin de " aperta
pernicies ,, aJ pelagianismo, ántes que fuese formalmente condenaclo. (Ad
Bonifac. I. 11). Tambien la Tradicion , lo mismo que la Sagrada Escritura,
se nos pre~enta en las ensenanzas de la I glesia como palabra de Dios
(Cone. Trident. l. e.), y las doctrinas contenidas en ella tienen asimis-
mo carácter clogm!tti co , cuya evidencia es más palpahle cnanclo se hallan
apoyadas por el tcstimonio nnánime de los Santos Padres. Lugo , l. e.
Disp. XX. 2: Sicut Ecclesia no1is proponit uniYersam Scripturam et omnia in
ea contenta tanquam ohjecta fidei, ita proponit no bis traditiones Ecclesias-
ticas tanquam :mfficientes ad dogmata fidei credenda. Por cuya razon se
observa que los Padres no tanto examinan en los Concilias las en seüanzas de
los escritores ecle;;iitstieos llamados Santos Padres , para que sean reconoci-
das y admitidas como dogmas de fe católica, como para liacer más patente
la oposicion de esos dogmas á la herejia, y para qne, estando asi claramente
definidos y prohados, aparezca en toda su desnudez la esencia de la doctrina
herética.
2. El principal criterio para reconocer un dogma de fe declarado por el
magisterio orclinario de la Iglesia, es el asentimiento unánime de los teólo-
gos. Lo que la ciencia y la investigacion eclesiástica de los teólogos católicos

http://www.obrascatolicas.com
342 PARTE SEGUNDA. LIBRO SEGUNDO. SECCION CUARTA.

declaran, por unanimidad, como verdad dogmática, clebc admitirse como


tal, áun cuando no exista una definicion solemne de la misma por parte de la
Igl esia. Véase pág. 28D y sig.
IV. La infalibilidad del mag·isterio de la Iglesia no se extiende
únicamente á las Yerclades en sí mismas, sino que tamhien se extiende
á los conceptos y à las palahras que ::;irYer1 para expresar, de una ma-
nera propia y aclecuada, la cloctrina revelada.
1. I 'I'im. ô, :20. II Tim. 1, 13. F ormam ( ~o;:o-:0T.tv:r:'') hab o ,,;anorum Ycrb orum
Cone. 'l'ritl. Sess. XIII. cap. J: Quao ronrusio l'onvenfonlc1· et l''"ln'ic a sancta catho-
lica }~ccl esia t rnnssubstantüitio est appcllata. Can. :2: Qnam •11ti1fom convcrsionem
apti ssirnc Catholi ca Ecele.-;i:i tran.--snhstantia tionem appe llat. Cerne. Vatic. Const. I.
cap. 4: Hino saerorum qno,1ue dogmatum is sensus perpetuo c5t ret in endns, quem
semel dcclaravit Sancta mater Ecdesia, nec lrn11uam ab co sensH, a.ltioris intelligen-
tiae spccie et s~ nsu est rccedendnm. Can. il: 8. q. tl. íicri Pº""'-', nt dogma.tibus ab
E cclc,ia propo.sjti.-< aliquarn1o secnnd nm progrcssum s<:icntia c .-< t'n> ns tribucndus sit
alius ab eo quem iutellexit et intc lli g-it Ecclcc;ia, a. s. ·• Anctor F iel. ,, n. 2!J: Doctrina
Synotli ... prorsus omittit ullam montionem facere trmissubstrrntiation is ... quam
velut ttrticulum lidei Trúkntinurn coucilium d1Jfinivi t, ct quae ín .;olemni lidei pro-
fess ione contiuctnr; quatcnns per incon.-rnltam istiusmorli suspieiosamque omissio-
nem notitia subtra.lü tm· tnm artic1tli ad fidcm po rtinnnt i...;, tum etiam voeis ah Eccle-
sia cousoer atao a d illius tnendam profossionem adversus haerosps, tondit.que adeo fi<l
ejus obliYionem irnluceudam, quasi ageret ur rlo qua e,tione rnpre sc holastica: perni-
ciosa, dorogalls cxpositi oni Yeritati;; catholic:a•e circa, dogma tra nssub st a.ntiationis,
fav ens haereti cis.
2. Altamente significativas son estas palabras de Tertuliano: De carn.
Chr. e. 13: Fidos nominum salus est proprietatmn. Angustin. CiY. Dei X. 23:
Nohis ad certam regnlam loqui fas est, ne verbornm liceat ia etiam ele rebus,
quae his significantm-, impiam gignít opinionem. De Trinit. YII. 4: Quicl
restat, nisi ut fateamnr, lnqnendi necessitate parta haec y0cahula, cnm opus
esset copiosa disputatione adversas insúlias vel errares haerelicorurn? Ambros.
De fül. III. 3: Ideo Patres Nicaeni Yerbnm ó;;..or.ú,-•.o;; in tractatu fü1ei posue-
runt , quocl Yitforint , athersariis ic1 esse formidini, ut Ycl uti evaginato ab
ipsis gladio ipsornm ncfandae capnt haerescos arnputarent. Cf. Basil. Ep. ti2
ad Canon. : 7.·n•.po: '\ "':-'r,'1 "':'l.'J"':0"':·ç'l. ( el vo crd1lo d;;..orú,. .rJ; ) "': ·r ,; 0;-:0T"':'.Í.Tõt•J; x'l.t
1

' • ' , _. 1 ,, , • , ' ' ' ,.,.. t , '


S~7'l."'"S'~ 72.) ,Z'."J.'i ':Cd'I 7::i07Cú7':t1)'/ Z 'l'/ f.J'~'l.'i O'J ""'l.":. 'J.'J'70 7'~ S.77'. 'l.'J7Cü OUJ1fJ'J7'.0'1 Z'l..~
_ 1 , , , , ..1..... , 1 ~ .' l
-r:·r,ç '(UT2(0Ç -r:o 'l.7:7.p'l.U,'l.XT'J'I '-'l.f'.TT(•JT'l.. Athan. Dce clecr. N1 c. syn. 11. lD.
Hilarius contr. Constantinm n. 15: Dic prius , nol•) ac1Yersus nova venena
novas medicamentorum comparationes. Th om. I. q. 2U. a. 3: Ad inYoniendum
nova nomina antiquam fü1em signific:antia coegit necessitas disputandi cum
haereticis y IV. Sent. Dist. 13. L a frase atribuida :t San Jerónimo "ex ver-
bis inordinate prolatis nritur haeresis,,, tiene analngía, por su significado,
con esta otra que se encuentra cn su carta á Dámaso (Ep. XV. 3): nescio
quid veneni in syllabis latet. Efectivamente, si la Iglesia pudiera equivo-
carse en la eleccion ele las palabras con que exprcsa un dogma, sería ilusorio
su magisterio infalible , que en la manera de ejercerse dehe acomodarse á la
capae;idad humana.

http://www.obrascatolicas.com
§ 45. EL DOMINIO DE LAS VERDADES DOG}IÁTICAS. 348

§ 45. EL DO:MINIO DE LA S VERDADES DOG:.Ú.TICAS EN SENTIDO l\íEDIATO.

I. Verdades mediatamente dogmáticas son aquellas que, si bien no


han sido reveladas de una mancra formal y positiva, se hallan tan ínti-
mamente relacionadas con la::; doctrina:; de la Hevelacion, que si su
autoriclad docente infalihle no se extendiese al domínio de estas verda-
des, la Iglesia no se hallaría en condiciones, sobre todo en determina-
das circunstancias, de enseiiar la verdacl revelada, de explicarla sufi-
cientemente y de po11erla á cubierto de todo ataque. Por cuya razon
corresponde al magistcrio de la Ig lesia re:;ol Yer estas cuestiones con
autoridacl infalihle, y á los fiele:; incumbe el dcher de acatar y creer sus
decisioncs, de fide ccclesiastica seu mediate cliYina.
1. Cone. Yatie. /. e. IY.: Omnem assertionern veritati illuminatao fidei contrariam
ornnino fabarn esse definimus (Cone. Later. Y. Bnlla, Apo st. regirnin. ) Ecclesia, quae
una cum Apostoli co numero docendi mandatum 'tece1iit fidei dc1ios.itum eustodiendi,
jus eticim et o(fici1!111 divinitus habPt falsi norninis sciPntiam 11roscribcndi, ne quis de-
cipiatur per pliilosophiam et inanem fallaciam \Col. ll. tfi. Quapropter omne8 christia-
11i fideles huju smodi opiniones quac ficlei doctrinae contrariae esse cognoscnutur,
maxime si ah Ecelosia reprobatae fuerint., non solurn proltibentur tanqmim legitimas
scientiae conclusiones d cfond ere, se d l'l'O erroribns potius, qui fallacem veritatis
speciem prae se ferant, hab ero tenentur omnino ... Neque enin1 füki do ctrina , qnam
Deus revelavit , velut philosopl1icurn invcntum propos ita. cst lrnrnanis ingeniis rierfi-
cienda, sed tanquam divinum deprn;itum Christi sponsae tradita , titlclitor custodien-
da et infallibiliter d ecl aranda. Can. 2: S. q. d., disciplinas humanas ea cum libertate
tractandas esse, ut eonun asse rtionc.'s, ctsi <loetrinac reYelatal' adYersentur, tanquarn
verae r etincri ner1uc ttb Ecdesia pro,;cribi possint; a. s. De Ecel. Cap. I V.: Petri suc-
cessoribus Spiritus sanctns promissus ci<t, ut eo a ss ist ente tradit::u n p er Apostolos
revela.tionem sou ftdei depositum sancte custodirent et fidelitcr oxponerent. Pius IX.
ad Arch. :Jlonac. d. 21 Dec. 18fl3: 8api entibus catholicis haud satis esse, nt praefata
Ecolesiae dogmata rccipiant ac venerentnr, vernm etiam opus ess e, ut se suhjiciant
tum decisionibns , guac ttd doctrinam pertinentes a pontiftciis congregationibus pro-
feruntur, tum iis doctrinae cariitibus, <prnc cornmuni et con stanti catholicorum con-
sensu r otinentur ut theologioa e Yeritates ot conolusiones ita ccrtae, ut opinionos
eisclem cloctrinae capitibus adycrsae , quamquarn haoreticao dici n equeant, tarnen
aliam theologicam mcreantnr censuram. Syllab. P. 22. Obligatio, qua catholici mtt-
gistri et seriptorcs omnino a ds tring nntnr, coarctatur in íis tantum, quae ah infalli-
bili Ecolesiao j udicio velu ti fidei dogmata ab omnibus crccl enda proponnntur. Pr. 11.
Ecclesia n on sol um non delrnt in phi losophiam unquam animadveri.ere, verum debot
ipsius philosoplti:w tolorarn errorcs oiquo relinqnere , ut ipsa se conigat. Con estas
declaraciones cstán ele acuordo todos los t e ólogos (S uarez, /. r. disp. V. Soct . 6. 8.
Lugo,/. e. Disp. XX.'!, tal vez cou la única excepcion ele Chrisrnann ( /.e. Set:t. 3. e. 3).

2. La I glesia decide en estas cncstiones segun los principios de la Reve-


lacion y guiada por la luz d e la fe . Es notaria que en la s verdades dogmáti-
cas se hallan encerradas muchas Yerdades racionales, ya explicite, ya tam-
bien implicite y virtualiter. Segun hace notar Hagemann (La razon y la Re-
velacion, 186~!, pág. 63 ), "con los dogm as se ha formado 8Ímultáneamente
una ciencia racional cristiana, que se halla en intima relacion con aqnéllos y
no pnede separarse de ellos sin destruir al propio, tiempo el contenido del

http://www.obrascatolicas.com
. _· j~-~ ; ~-· ~- .. ·~ ·,·.'

344 PARTE SEGUNDA. LIBRO SEGUNDO. SECCION CUARTA.

dogma mismo. ,, Por consiguiente, la Iglesia no solo tiene el derecho si que


tambien el deber de juzgar todas aquellas teorías de la ciencia natural que
estén e.n relacion con los dogmas d e su Credo, ya que de otro modo no po-
: .
dría d ecirse que ha sido establecida para r1ifundir la lnz de la fe ; por la mis-
ma razon la corresponde el derecho de defi nir esas mismas yerdades, d esarro-
llarlas, declucir consecuen cias contenidas ell ellas y determinar las aplicacio-
nes que pnedcn tener en la ciencia y en la Yicla práctica. E stas üeclaraciones
de la Iglesia sirven como de orientacion ~t la inve::;tigacion científi ca ( stella
rectrix Pius IX. l. e.), como de indicador :wticipado de los resultados que ha
de producir el exámen científico de las cuest.iones, mas no de vrincipi o inter-
no dei conocimiento. Id. ad ennrl. d. 11. D ee . 18G2: ~fnsta philosophiae liber-
tas ita, nt nihil in se admitter et, qnod non fnerit ah ipsa suis con1litionibus
acquisitnm aut fu erit ipsi alienmn. Cm1 e. Vatic. De fiel. cath. e. IV.: N ec
sane ipsa ( E cclesia ) Yetat, ne hnjn,;modi disciplinae in suo qnaeqne amhitu
propriis utantur principiis et propria rnethoclo. Acerca clel recon ocimiento de
este derecho en la I glesia, véase Günr her, Banquete de un peregrino, pági-
na 36rJ.

II. Una verdad de la ciencia natural pnede estar en relacion con el


dogma católico, bajo diversos co nceptos : a) Como tésis filosófica ó
históriea qu e el mismo dogma prernpoue . b) Como necesaria conse-
cueneia del mismo , ya en el tl'rreno de la moral, .Yª en el puramente
intelectual.
':', )

1. Todos los d ogmas rel ati rns á la esencia y propiedacles de Dios presn-
pon en un concepto determin ado ele la diYii iiclacl, a,;í como todo ,; ]ns dogmas
relativo ::: al mundo, al homLre y al Salvador, al pecado y á la virtud ·presu-
ponen un concepto d eterminado de b Creacion , lo mi smo que nna moral y una
antropologia bien d efin idas . Pnes bien, estos concnptos fnndarnentales é hi-
potesis so11 corno bs condicione ~ <1ne c1etermin an la existencia cl el d ogma.
De la misma mancra existen ciertos her1ws cnya completa certeza es tambien
inclisp ensabl e para que tengmnos plena certeza d e mia do ctrina clogmática:
tales son, por ejemplo, la seguridad de qne nn Concilio es legitimo represen-
t ante rle la I glesia ó de que el Papa rein am.e es legítimo Yicario de J osncris-
to; la. certeza de qne la Iglesia es ii1falibl e rtl resoh'er los hecho::; ó l os textos
dogmáticos, eomo al decidir acer ca del se11tido cat.oli co o heterodoxo ele un
lil.lro. es d ecír, del hecho d ogmático en el gennino significado de la expre-
síon, etc.
2. Siendo los dogmas d e la Igle ~ia otros ta11 toc; principies de lo s que se
deducen consecuencias d e aplica cion para la vida práctica, y pnesto que la
ciencia, lo mi smo que la fe , exige un co1H:epto d e Dios y del mnrnlo , unifo r-
me y que abrace todos los t errenos del saber y del obrar, siguese que el dog-
ma, en su consccuencia lógica, ha de ext enderse á todos los d omínios de la
ciencia y abrazar la vida social en todas su;; manifestaciones, ya en el E ,;tado,
en la I g lesi a, ó en el individuo. Por donde se ve que, no solo las cuestio nes

http://www.obrascatolicas.com
§ 46. DEF!NICION DEL DOM!NIO DEL MA.G!STERIO INFA.LIBLE. 345
relativas á la moral, sí que tambien todos los ·puntos que hacen relacioná la
disciplina general eclesiástica y al culto caen bajo el domínio del magisterio
infalible.
3. De lo que dejamos expuesto se deduce la relacion que deben guardar
las verdades no reveladas con los dogmas de la fe. La Iglesia condena y re-
chaza toda s las teorías que se oponen á dichos dogmas , ya sea que profesen
doctrinas incompatibles con los hechos históricos y los princípios metafísico-
morales del cristianismo, como lo hacen el panteismo, el materialismo y el
miticismo; ó que sus deducciones y consecuencias lógicas se opongan al dog-
ma ó á lo ménos le alteren, como lo que se llama tricotomia, un concepto
falso de la s ustancia y de la p ersona, etc.
Thom. Lect. 4 in 1 Cor. c.11 : A.d do ctrinam fid ei pertinet aliquid duplicite1·; uno
modo directe. sicur, articuli fidei, qui per se credendi proponuntur, quaeda.m vero
inrlirecle, in quantum ex negatione eorum sequitur alíquid contrarium fi dei. Super
Boeth. Trin. Prooem. Qu. 2. a. 3 : Sicut sacra doctrina fundatur super lumen fidei, ita
philosophia s uper lumon naturale rationis. Unde imposs ioile est, ut ea, quae sunt
philosophiae, sint contraria ii s quao sunt ti.dei ... Si y_uid autem in di ctis philosopho-
rum inven iatur contrarium iidci, hoc non est philosophi a, sed magis philosophiae
ab11 s11s ex; (l~fc c/11 ralionis . Sum. I. qu. 1. a. G: Non pertinet ad oam (scientiam sacrarn)
probare principia aliarum scientiarum, sed solum .i11'1ica1·e ,/e eis. Quidquid enim in
aliis soientii;; reperitur veritati hujus scíentiae repugnans, totum oondernnatur ut
falsum.

§ 46. DEFINICION DEL DOMINIO DEL l\IAGISTERIO INFALIBLE


DE LA IGLESIA.

I. La primera·y necesaria condicion que ha de cumplir, en la prác-


tica, el magisterio de la Iglesia es, que no pueda equivocarse al de-
terminar los límites que comprende el domínio de su autoridad.
Cf. Bannez, l. e. D. 3. Concl. :.2. Frnnzelin, De Trndit. et Script. p. 114.
M. Canus, l. e. IV . 4. El magisterio infalible es la norma de nuestra fe y
aceptamos sns clecisiones , bien sea fide divina et catholica ó ficle eclesiastica,
con esa certeza que engendra en nosotros la prerog:ttÍYa de la infalibilidad.
Precisamente por ser infalible no puedc equivocarse trasp asando los limites
que ha marcado á su círculo de accion el divino Fundaclor ele la Iglesia, es
decir, hacienclo recaer sus clecisiones sobre asuntos á los cuale::: no sé extien-
de el dón de la infalibilidad con que la ha clotaclo el Espíritu Santo.

II. Puesto que el dón de la infa1ibilidad es privilegio exclusivo del


legítimo representante del magisterio de la Iglesia y su legitimidad
presupone, como fundamento, la del Papa J del Concílio, es preciso
que el juicio del magisterio eclesiástico, sobre este particular, produzca
una certeza sobrenatural e infalible, por más que el hecho no pertenez-
ca al tesoro de la Revelacion como los dogmas de la fe.
Suarez, l. e. X. 5: Probabilius de fide tenendum est, hunc hominem ...
communi Ecclesiae consensu receptnm ut Ecclesiae caput, cui amues fideles

http://www.obrascatolicas.com
346 PARTE SEGUNDA. LIBRO SEGUNDO. SECC!ON CUARTA.

debent obedire, vernm summum Pontificem P etri successorem et Jesu Chri-


sti vicarium esse. Lugo, l. e. I. 327: Plus enim Ecclesiae noceret error circa
ipsam r egulam veritatis et fidei quam circft alia obj ecta particularia ... cum
esset error in ipso fü1ei fundamento.
III. El magisterio eclesiástico decide, con autoridad infalible . acerca
de cuestiones dog rnúticas propiamente tales , es clecir, acerca clel sentido
ortodoxo 6 heterodoxo de un texto 6 de un hecho dogmático. Pero el
jnicio sobre nn hecho dog mático 110 se refiere ú la persona ckl escritor
y á su opinion suhjetiYa ( se11sus snbjectivus), sino á su doctrina, tal
como se halla ex.presada en d escrito '. :"ensus olijcctin1s :. El h echo
dogmático tampoco exprcsa cl sentido eu sí mismo ( sensus absolutus,
sicut jacet ), que podría descnhrirse siempre en un escrito. sino el sen-
tido qu e se desprencle de las palahras, del plan y del contexto de toda
la obra ( sensus ah auctore intentus ).
1. Perrono (Praclect. theol. od. Ratisb. II. p. 193) define el hecho dog-
mático : "factmu , a quo doterminatur jus,,, ó tambien " ju ~ in fa cto fnnc1a-
tum,,, de cuya definicion se infiere que el mismo hecho de predicarse nna
doctrina, sea ortodoxa ó h eterodoxa, y sea que se enscile verlmlmente ó iior
escrito, determina en la Iglesia ol derecho de juzgarla. Los primeros que es-
ta1.Jlecieron la distincion entre " rp1estion dn droit,, y "question c1u fait,, fne-
ron los j ansenistas, con el único obj eto de negar á la Iglesia el clerecho de
juzgar h echos de eshi naturnlen y, por consigui ente, de presentar como in-
eficaz la condenacion llevada á eabo por Inocencio X, en 1G53, de las cinco
proposiciones c<acaclas del lihro <le J ansenio titula<lo "Augustinus ,,, con,;ide-
rando ese acto eomo unft cxtralimitacion de sus facultades ( Dn Pl essis, III.
p. II. f. 277. Fleury, T. LXII. p. 144 ) , por suponer que la I glcsia no ha reci-
bido ninguna revelacion tocante a hechos de es;1 especie (Pascal, Lettres
provincial. pass. ). Los partidari0s de H ermes, en nue8tros dias, han sacado
á rélucir los mismo8 argnmentos para defender las erróneas enseiianzas de
su maestro.
2. L a palabra es el moc1io qne tienen los hombres para comunicarse sus
icleas; por consiguiente, la Iglesi a no podria atestiguar y enseilar la verdad
de una rnanera infali ble, ni decidir co11troversias, si no poseyese , eon certeza
infalible, ademús ele la idea ( verbmn mentis ), lti expresion aclecnacla ele la
misma ( verbnm oris ) , cftpaz do reproducir en el ánimo del oyente el p ensa-
mionto que a esa expresion corresponde. Por cuya razon , si es infalible en la
do etrin a, debe serlo tamhien necesariamentc en la expresion de la misma,
toda vez que la palabra y el pensamicnto son in separables; y por lft misma
causa clebe ser tambien infalible en el acto de condenar palabras, frases ó
escritos enteros que consiLlere heterodoxos. D e donde so infiere tambien que
la corresponde ig ualmente el d erecho de examinar y juzgar la doctrina en.ie-
iiada a los fieles por sus órganos, los ObiHpos, sacerdotes, etc., á fin de averi-
guar si se han h echo instrumentos de la herejia. Es evidente que si no fuese

http://www.obrascatolicas.com
§ 46. DEFINICION DEL DOMINIO DEL MAGJSTERIO INFALIBLE. 347
capaz de emitir un j uicio infalible acerca de hechos dogmaticos, existiría
siempre la posibilidad y el peligro de que rechazase una doctrina católica
para aprobar una enseiianza herética , obligando a los fieles á aceptar esta
última. P or lo cual, si bien no ha sido revelado, de una manera directa é in-
medíata, el sentido del t exto do gmátic o , pero lo ha sido de una manera vir-
tual é indirecta., en cuanto que la I glesia ha recibic1o la mision de anunciar
las verdades de la fe qn e se afinnau ó se niegan en lns proposiciones qne son
objet o de su juicio , hab i. éndosela hecho la promesa de q 1ie lc, asistirá siempre
el E spíritu Santo en el ej crcicio c1e su minist erio. Así vemo:> que el concilio
de Trento no solamente hn, clcsarrollado, de una manera p<biti.va , la ensei\.an- .:..·

za católica , sino q ne adcmás la ha definido con perfecta preci:>ion al condenar


las proposicioncs heréticas.
3. El procedimicnto seguido en todo tiempo por la misma Iglesia, es una
palmaria <lemostracion de este der ech o. Ella es la qne, con su criterio infali-
ble, ha declarado auténtica la \'ulgata ( Cone. Trid. Sess. IV ) , y libre de
todo error el Cánon de la l\Iisa (l. e. Ses s. XXII. Cap. 4 ), la. que da a cono-
cer el sen tido de las fuelli-es tracli cionales, de los escritos ele los Santos Pa-
dres y de los SímlJolos de b fe ; así , el concilio t1e Nicea condenó como he-
rética la " Eh),si.:1. ,, de Arrio ( Sozomen. R. E. I. 21 ) , y cl proyecto de un
nuevo Símbolo pre:>cnt:tdo por Euseliio ele Cesárea ( Hé felc , l. e. I. p. 309); el
sínodo de Efeso conclcnó los escrito s heréticos de X cstorio y a probó los de
San Cirilo (Héfel e , l. e, II. p. 2()7 y sig .) ; el concilio provincial de Cartago
condená á Pelagio y á Celestio por las erróneas doctrin as qne habían consig-
nado en sus escritos ( Augnstin. Ep. 176. 197 ) ; el de L ernin, en G49, des-
echó la " i~xri2'J' 1.ç ,, , y el "Tunoç,, ( Dcnz, 219 ); el quinto Concilio general con-
dená los " Tres capítul os ,,, ó sea los escritos de T eodoro de l\Iopsuesta , de
Teodor eto contra San Cirilo Alejandrino y la carta ele I bas al persa 1\faris.
La repugnancia qu e en un principio mostró el papa \Ti gili o, rcconocía por
causa el temor ele qne se pucliese menoscabar la autoridacl dcl Concilio calce-
donense , por cuya razon ai'ladió al Juclicatum: Salva in omnibus reverentia
synodi Chalcedonensi,; ( Hansi IX:. 181 ). El cnarto Concilio 1aterancnse con-
dená el escrito del abad J oaquin contra Pedro Lomb ardo ( Denz . 3r'l9 ) ; el de
Constanza , que en este punto particular obtuvo la confinnaci on clel papa
Martin V, condenó lo s 46 artículos de J. \Vikleff y los 30 de Hus , no sin
disponer que á los sospechoso s se les preguntase : U trum credat, quod illud
S. Concilium ... condemnavit et condemnat, esse fül ei vel bonis moribus
contrarium, hoc ab mtiYersis Chri sti fid elibus esse tcn ern1um pr o conclem-
nato . . . utrum crccütt , J. \Vicliff et ... fui sse haereticos . . . et libros et c1o-
ctrinas eorum fuis se et esse p erversos ( Denz. 562 sq. ). Todo el episcopado
francés se adhirió , el 28 ele l\fayo de 1G54 , á la clecision de Inoc encio contra
el jansenismo, proponiénclole el 20 de Ma.rzo de 1665 una fórmula a la qne
debia adherirse t odo el cler o: ore et corcle , . , qninque propositionum in ejns
( J ansenii ) libro . , . contcntarum condemno ,, , calificando además las evasivas
de Arnauld ( 10 de .Julio de 1G55 ) de "temeraria , scanclalosa , inj uriosa Sum-
mo Pontifici et episcopis Galliae. ,, Como resultado de las constitucioncs de

http://www.obrascatolicas.com
348 PARTE SEGUNDA, LIBRO SEGUNDO. SECCION CUARTA.

Alejandro VII (" Ad sacram,,, 16 Oct. 1656, y " Regiminis Apostolici,, , de


15 Febr. 1665 ), en las que se volvía á condenar las cinco proposiciones "in
sensu ab eodem Cornelio intento ,, , redactó el episcopado francés otras dos
nuevas fórmulas de juramento: "me esse obligatum in conscientia,, y " in
sensu ab auctore intento ... damno ,, (15 Febr. 1665). La bula de Clemente XI.
" Vineam Do mini,,, de 15 ele J ulio ele 1705, confirmó todas las Constitucio-
nes anteriores y la "Pastoralis officii,,, de 1717 sustentó una vez más los
mismos princípios contra los apelantes. Elvenich ( Acta Romana, 1832 ), no
hizo mas que reproclucir las objeciones de los j ansenistas, tantas veces re-
futadas, en favo r de la cloctrina de Hermes.
IV. Lo mismo que en las cuestiones relativas á la moral, es tam-
bien infalible el magisterio ele la Iglesia en el domínio de la disciplina
general eclesiástica, cuya observancia obliga á todos los fieles ; la cual
no puede contener nada contra la fe ó las costumbres, toda vez que
sus prescripciones constituyen una regla vigente en la Ig·lesia uni-
~- 1
versal.
1. El domínio de la moral cristíana se diferencia clel ele la disciplina
eclesiástica, en que la primera tiene por objeto imnecliato y clirecto los actos
morales, miéntras que la segunda persigne, como fin clirecto, el órclen ele la
vida externa ele la I glesia y sólo de una m anera mecliata entran en su círculo
de accion los actos morales. Tanner (De fiel. clisp. p. I. q. 1) ha seiialado con
precision el fundamento de la infalibiliclad en este caso concreto : Ea ipsa
decreta sunt vera decreta fidei, licet in nrn,teria practica. Lugo, l. e. Disp. XX.
n. 109. Suarez, Disp. V. Sect. 8 ). La disciplina eclesiastica abraza principal-
mente los puntos siguientes : a) El culto público y privado. b) Las circuns-
tancias y la situacion del clero ante la sociedad y la ley. e ) El rég imen ecle-
siástico. d) La administracion de los bierres temporales de la Igle sia.
2. Augustin. Ep. 119 ad Joan. c. 1D: Ecclesia D ei, inter mult.am paleam multaque
zizania constituta, m ulta tolerat, et tamen, quae sunt contra fidem et banam vitam,
non approbat nec tacet nec facit. Ep. 54 : Si quid universa per orbem frequ entat
Ecclesia , quin ita faciendum sit dispntare apertissimae insaniae est. "Auct. Fid."
pr. 78. Quasi Ecclesia disciplinam constituere possit non sol um inutilem et onerosio-
rem, quam libertas christiana patiatur, sed et periculosam , noxiam, inducentem in
superstitionem et materialismum ... Ecclesiae ac Spiritni Dei, quo ipsa regitur (pro-
positio) injuriosa, a.d minus erronea. Melch. Canus, /. e. V. 3. Bannez in II. II. q. 1 a.
10 dist. 6 Concl. 3. Asserere , aliquam Ecclesiae consuetudinem universalem esse
malam ... haeresim sapit. Spina, Defensa de la Bula "Auct. Fid.,, III. p. 257: "Puede
modificars e y de hecho se modifica , de diversas maneras, la disciplina , sin que se in-
troduzca la m enor variacion en los dogmas, y nuevas prácticas vienen á ocupar el
lugar de las antiguas ... Aunque éstas, en sí consid eradas 6 como si dijéramos eu
abstracto, pueda decirse que, en cierto modo son más útiles y de car ácter más santo,
no lo son empero consideradas en concreto ó en las críticas circunstancias actuales.,,
Pero únicamente la autoridad eclesiástica imede intrndu cir altera.cion en la antigua
disciplina; de lo cual, sin embargo, no se deduce que todos los preceptos relativos á
la disciplina general sean l os más ade cuados á su objeto; basta que cumplan bien
este objeto. Por el contrario se sigue que no pueden ser perjudiciales ni opuestos
al objeto que tienen. Claro está que de su inobservancia por algunos no puede, en

http://www.obrascatolicas.com
§ 46. DEFINICION DEL DOMINtO DEL MAGISTERIO INFAL!BLE. 349

manera alguna, deducirse que tales preceptos s ean inadecua dos al obj eto. Augustin.
Ep. 98 ad Vincent.: Quibusdam ista non prosunt. Numquid ideo negligencla est me-
dicina, quia nonnull orum insanabilis est pestilentia? ... Sed debes etiam t am multos
attender e, de quorum salut e grrnclemus. No obstante, pu ecle mny bien ocurrir que no
llenen ese obj eto en determi n adas circunstancia s y para determina dos lugar es y
tiempos; en cuy o caso , y supuesta la aprob acion tácit a ó expresa de l a Santa Sede,
cesa l a obli~acion c1 c observarl os. Gre gor. XVI. Bull. d. 15 Aug . 1832: Uni R. Ponti-
fici dispens ationem c.; anonmn esse creditam.
3. Síguese, pnes, que el magisterio eclesiástico no es infalible en aquellos
puntos de disciplina que no oblig an :1 la Iglesia llllÍYersal. :H. Canus V. 5:
Non ego hic omnes E cclesiae leges appr obo, non uniYersas poe1rn s, censuras,
excommunicationcs, suspensiones, irregularitates, int erdicta commendo. Seio
nonnullas ejusmodi leg es esse , in quibus , si non aliucl praeter ea quicquam,
at prndentiam cerre moclnrn qne d esidcres ... Rnnc illur1 breYiter dici potest,
qui Summi P ontificis omnc de re qnacunque jndicium t emere ac sine delectu
defendunt, hos Sctlis Apostolicae anctoritatem labefactarc , 110 11 fov ere, ever-
tere , non firm[tre. N on eg-et Petrns mendacio nostro , nostra adulrition e non
eget. Así como tampoco l1e que la I glesia g oce de antoridad infalible para
establecer princípios generales relativos á la moral ó á la disciplina eclesiás-
tica, se deduce qne sea igualmente infalible para aplica.d os á determinadas
personas , tiempo,.; y circnn stancias de la vid a. Bannez, l. e. Concl. 4. Sua-
rez ; l. e. Disp. Y. Sect. 8 : R oe int elligendum quantum ad s11bstantiam seu
quantum ad h onestat em monun; nam quoad circnmst antias , vel multiplican-
do praecepta , vd rig orem aut nimias poenas , Don est inconveniens aliquando
conunittere alif1uem hmn a unm c1efe.ctum , qni:1 ho c non cst contra E cclesiae
sanctitatem. Innnc. III. De sentent. cxcommunic. e. " A no bis,. 2.: ,Tudicium
E cclcsiae nonnunquam opinionem seq nitur, qnmn et fallere saepe contingit
et falli.
V. La insti tucion de las órdenes reli;.ti osas en el ,.: eno de 1a Iglesia, .f - ~

constituye uno de los pnntos mús importai1tes de la disciplina eclesiás-


tica. La aproha cion de una órden relig iosa }>Or la Ig·lesia, 1mede consi-
derarse bajo dos diferentes aspectos : ó se refi ere à la eseneia de la nlis-
ma, es decir, ;'t la confo rrnidad de las prescripciones r1ue conti ene con la
doctrina del Ernng·elio , ó á la,.: eircunstancias en rpw apnrcce. En cl
primer concepto su aproha cion descansa cn un jnicio e:::peen1afrrn que
decide acerca ele prineipi os que se hallan eu íntirna r d aciou con las cn-
seiianzas dogmáticas y morales de la Ig·lcsia , por rnya r a:wn. es infali-
ble; en el segundo conecpto se f\mcla en nn juicio práetico y ej erce un
acto propio de la pok,.;tad ecle.':l iú stica , al aplicar lo.':l princípios de su
doctrina, segnn las circunstancias, por cuya razon , no es infalible.
Suarez, De stat. r elig. II. 17: Omnino dicendum est, 11 0 11 posse errare Pon-
tificem in approbatione religionis, qu oacl judiciwn de hmiestate talis modi vi-
vendi, ut sit status perfcctionis acquirendae seu religionis; qnidquid sit de
approbatione practica qnoad licentiam et faculta.tem introducendi de novo

http://www.obrascatolicas.com
350 PARTE SEGUNDA. LIBRO SEGUNDO. SECCION CUARTA.

aliquam religionem et quoad judicinm prudentiale, in quo talis concessio


fundatur. De fid. Disp. V. Sect. 8: Intclligendum est quoad suhstantiam ejus-
quidquid sit ele circnmstantiis. Snbstantiam autem voco, quocl religio appro-
bata non solum non sit noxia vel inutilis, sed etiam simpliciter sit via ad per-
fectionem. Greg. de Valentia P. VII. q. G: Institnti approlJatio pertinet ad
definitionem, oppurt.unitatis judicium ad gubernationem. Bollarm. De J\fonach.
e. 4. Tanner, Do fiel. Disp. I. q. 4. club. 7.

VI. La Iglesia es iufalible en los decretos relatiYos ú la canonizacion


de los Santos; por eso, al prcsentarles como modelos dignos de imita-
cion, ordena á sus fieles que crean en sn santidad y les manda celebrar
sus fiestas. Si no fuese infalible a] expedir cstos decretos, no sólo se
causaría gravísimo dano á las costumbres, sino que además sería im-
posiblc la veneraeion de los Santos.
1. La canonizaeion se distingue de la beatifica(:ion, por cnatro caracteres:
11) por la canonizacion se declara santo al canonizado, u) se ohliga á los
fieles á tenerle en ese concepto, e) se les autoriza para honrarle con culto
público, d) la canonizacion es la última y definitivrt <lecision respecto al ca-
nonizado. Por el contrario, la beatificacion no implica mús que: a) un per-
miso para contar al lieatificado cn el rn'unero de los bienaventurados, b) no
está calificado de santo, por cnya razon, e) no se le venera con culto público
en la Iglesia nniversal, de donde resulta que, d i la beatilicacion no es la
decision última y definitiva.
2. Todos los teólogos convicmen cn atribuir à la Iglesia autoridad infalible en la
canonizacion; pero nada hay resuelto ac.erca de la beatifieacion. Bcnedict. De servo-
rum Dei beatif. et canoniz. Patav. 171:3. Cap. ,15: Si non haereticnm, temerarium tamen,
scandalum toh Eccle.,iae afferentem, in Sanctos ii0nriosum, faventom haereticis ne-
gantibus auetoritatem Ecclesiae in eauonizai.ionc 8auetor11m, sapientem haeresim,
utpote viam stementrm infid0libus ad irridendnm fidelcs, assertorem erroneae pro-
positionis et gravissimis poenis obnoxium dicemus emn, qui auderet asscrere, Ponti-
ficern in hac aut illa crmonizationc crra.sse. Thom. Quodlib. IX. a. rn: Quia honor,
quem Sanctis exhi1wmus. quaedam profrssio :lidei esL qua Sanctornm gloriam credi-
mns, pie credendnm cst, quod ncc etiam in his Ecclesiae jnclicium errare potest.
]l.folchor Cano hace notar, que si la lglcsia pudie.se e•1nivocarsc en este particular:
Kon esset valcle absl1rdu1n, 1livm·u1n oniniurn ndtum ali E'n:.1 sia e:cp7orlere ... Nec
10

cliffert, cliabolurn colas an hom incm conclemnatum ... Qui :lidem in his Ecclesiae
detrahunt, eos non hacrdicos quidem, sed tenwrarios, impnclcntes, irreligiosos esse
creclamus. Cf. Doer. Gratiam. Can. 38 causa 11 '1· 3: Si quis hominem, qui sanctus non
est, sanctum esse dixerit, et Dei cum junxerit societat.i, Christum violat.

§ 47. LAS CENSURAS TEOLÓGICAS.

Montagne, De eensuris seu notis theologicis 1in appendic. ad Tournely ). 3'I. Canus,
1. e. XII. 8. Bannez in Summ. II. II. q. 11 a. 2. Suarez, 1. e. XIX. :2. De I,ugo, /.e. XX. 3.
Dechamps, De haeres . .Tansen. Par.17:28. Schrader, De 'l'heolog. Commentatio n. GS sq.
Viva, Thes. damu. proclrom. Patav. 1717. Kleutgen, /.e. I. n. 81.

I. Por censura teológica se entiende el j uicio (qualifica tio), pronun-

http://www.obrascatolicas.com
§ 47. LAS CENSURAS TEOLÓGICAS. 351

ciado por el magisterio eclesiástico ordinario que anatematiza una doc-


trina ó enseiíanza que, de alguna manera, se opone á la fe 6 las cos-
tumbres.
Entre los romanos se llamaba censura, la calificacion desfavorable en vir-
tud de la cual el que la merecia quedaba ipso facto destituido del empleo ó
de la digniclad de que se hallaba investido, ya fnese de senador, juez, etc. En
el Derecho canónico, de la Iglesia católica, la censura puede ser ecleií,ástica
( c. ecclesiastica), entendiénclose por tal todo castigo espiritual impuesto por
la autoridad eclesiástica á las personas, á causa ele algun delito grave, bajo
los nombres de excomunion, suspension ó interdicto; y teológica (e. theolo-
gica ). Inútil es advertir que la simple prohibicion de un libro no debe consi-
derarse como censura.
II. La forma y el g-rado de la censura teológica, difieren de confor-
midad con la forma y el grado en que la doctrina en cuestion se oponga
á lós preceptos dogmáticos y morales; ya sea directa ó indirectamente,
mediata 6 inmediatamente ó ele una manera más ó ménos próxima ó
lejana.
Todas estas formas y grados se hallan especificados en la Bula "1Jnigenitns,, (Denz
1316), en la qu"; se conclenan las proposiciones de Quesnel, calificándolas de "falsas,
captiosas, male sonantes, piarum aurium offensivas, scandalosas, perniciosas, tcmera-
rias, Ecclesiae et ejus praxi injuriosas, neque in Ecclcsiam solam, sed et in potestates
saeculares contumeliosas, scditiosas, impias, blasphcmas, suspcctas de haercsi, ac
lmercsim ipsam sapientes, noc non hacreticis ac hacresibus ac ctiam schismaticis
faventes, erroncas, haeresi proximas, pluries damnatas ac demum haereticas, varias-
que ha!')reses ... et quidem iu oo sensu, in quo haec clamnata fuerunt ... manifeste
innovantes :respective.,, Otros ejemplos nos ofrecon: Cone. Constant. Sess. VIII. XV.
contra Wikleff y Hus (Denz. n. 477 sq.), Pío V contra Bayo (Denz. n. 881), Inoccncio X
contra Jansenio (Dcnz. n. 9GGJ y losjuicios condenatorios expedidos por Alejandro VIII,
Inocencio XI, Pío VI contra el pseudo-sínodo de Pístoya y otros. Aunquc, al deter-
minar el concepto de algunas ospecies particulares do censura, so cliviclen, los parece-
res ele los teólogos, en los puntos esenciales hay nnanimidad completa de opiniones.

III. Distínguense dos órclenes de censuras. El primero comprencle


aquellas proposiciones ó cloctrinas que contraclicen, en grado diferente,
los dogmas relativos á la fe y á las costum bres; el segundo condena
· aq11ellas proposiciones que haccn especial relacion á Dios, á los santos
y á la Iglesia.
A. PllOPOSICIONES QUE CONTRADICEN, E'N' DIFERENTE GRADO,
LOS PRECEPTOS DOG?\L\TICOS Y MORALF.S.

IV. Es herética aquella proposicion que en sí mi,;ma ( objective et


in se), contradice directa é inmediatamente, bajo una forma contraria
ó contradictoria, cualquier proposicion revelada y por tal reconocicla,
propuesta como verdad dogmática, ele una manera formal, por la Ig·le-
sia católica ó por su magisterio orclinario.

http://www.obrascatolicas.com
352 PARTE SEGUNDA. LIBRO SEGUNDO. SECCION CUARTA. '1
1. Tésis próxima á la herejía ( haeresi proxima) es aquella que contradice
una verda.d, cuyp carácter dogmático no ·esta reconocido fuera de toda duda
en la Igl~,sia, pero que está admitido como dogma de fe por la mayor y mej or
parte de los teólogos.
2. Se dice que tie:rie sabor herético ( sapiens haeresin) aquella tésis que
puede facilmente ó sin gran violencia interpretarse en sentido herético, sobre
toa_o.~~ determinadas circunstancias de tiempo y persona. K o dehe confun-
dirse'con ésta la propositio de haeresi snspecta, que ineurre en censura ménos
grave. &. ''Auctor fiel.,, pr. 22. 28. Como ejemplo de propositio de haeresi
suspecta , cita Klen t gen ( l. e. p. 13(1) la tésis de Ba yo, segun la cua.l Dios
abandonó al hom1ll'e :t su propia fiarprnza, á finde que pidiese la venida del
Redentor, qne la Iglesia eondenó como sospechosa, porque podia facilmente
interpretarse c:n el sentido de ([UC el hombre, por sí solo y sin la gracia, puede
sentir deseo de la venida •lel Hedentor.
Cayctano y }[elehor Cano estiu cn un crror al suponer que una propósicion sólo
puede condenarse como lwrética, cnando se sostiene. "animo iwrtinaci et haeretico"
ya que, como es notorio, el jnicio de la I,éd03ia se refiere a] sentido objetivo de la pro-
posicion y no á la opinion c;UIJjc·tiv>"I dcl 8.1llOL

V. Es errónea aquella proposicion que se opone ú una con~ecuencia


e'íidente clel dogma católico y. por tanto, contraclice á éste, si tio inme-
diatamente, á lo ménos cle una manera mecliata. ·
De aquí se (1e<1uce lo qne <111i,?re decir propo~itio errorem sapiens, de errore
suspecta. f.~u sentir (1e S1rnrez (1. e. XI.\.. :2). Lugo y otros teólogos, es erró-
nea aquella tésis, q ne, no cstm1do expresamente definida como tlogma, la
creencia gcnernl de los fi eks la admite como ven1ad comenida en el depósito
de la fe. En conceptn de ::iI. Cano, propositio lrneresi proxima y propositio
erronea son nna mi.sma cosa; sea de e,<to lo l1ue qniera, no cabe duda ele que
toda propositio haeresi. pmxima cs tarnbie11 cnónea. Por cny8 razon hace
notar ~uarez (1. e. n. l'b): Qlrnprnpter ~1,1c1i potest rilius modus 'propositionis
erroneae, ut sit illa, qnae opponirnr yeritati. cert~ie certitm1ine theologica,
rprne nón Gttingit ,e;rrichun certitllc1inis füki ... qnia e~t conclnsio evir1e11ter
illata ex nna de Jic1e et ex altera evi(lente lmnine naturali. Thom. Lect. 4 i.n
I Cor. e. 11: Pertinet aliqnid ad dnctrinam fülei dnpliciier: uno modo directe,
sicut articuli füfoi, <1ni J 181' se crer1emli im 1p01rnntnr ... qnaechm ve1·0 inc1i-
recte, in qnantum ex negatione eormn ,;equirnr aliquicl contrarium fidei: Pue-
de verse un (jemplo e11 Pr. í "A11ctor. ti,1 ... (Denz. 13íO'i.

VI. E'' temerarict aqudla proposicion (1ne sienta una cloctrina sm


tener suficientes rawnes interna;-: ó e\:t\•rrn1s cn que funclarla, principal-
mente si se opone á la au toridacl de los Padres y teólogos.
Snarez (l. e. n. 20): Dnplex gradns c1isti11g11i potcst: r1uaec1am (propositio)
dici potest positive temeraria, qnacdmn priuatfre. La primora impugna, sin
razones suficientes, una enseftanza teológica corriente en la Iglesia: la segun-
da expresa, en gen.eral, una opinion arbitraria é infundaclâ. Hurtatlo, t'in em-

http://www.obrascatolicas.com
.'Ji' .-

. .i

§ 47. LAS CENSURAS TEOLÓGIC~:. 353


·:- - -~ 1

bargo, (ap. Suarez, ~. e.) cree inadmisible semeja,nte .d~ncion~ E~tá :fuera de
duda que toda proposicion temeraria es en todo ti.e~~~ inàoStenible bajo el
punto de vistate?lógreo; cf. Viva, l. e.: Quando PontifeX: aefini\ pr9positio-
nem temerar'íám,' id definit pro quovis tempore futuro, AAde'n.e.quit:h~usmodi
• ' ·· : ' : ·· -- -~- -- - >

propositio veritatem continere, <mm non possit pro qu~vis, e~cum stant.ia c~-
rere fundamento gravi sententia vera. .i:
VII. Mal sonante es aquella proposicion que , si bien es sq~tible
de recibir interpretacion católica, es coutraria al leng-uaje ~l,gico y,
en determmadas circunstancias , puecle admitir un sentido heterodoxo.
~ .

Suarez' (l: ç. n. D) cita en este núm ero la proposicion: "l!t fe justifica,,, que,
siendo en' sí éatólica , despues de la aparicion de Luter o puede interpretarse
en i;entido heterodoxo, especialmente si el que l a propone sostiene doctrinas
sospechosas. En esto se fund a la distincion de propositio male sonans ab ex-
trinsec.o y ab intrínseco. P or el contrario, se llanrn cap cio sa aquella p~·oposi-
cion que usa en sentido herético fras es ó expresion es técnicas y propias dei
· catolicismo; cf. " Auctor. fiel .,, Pr. 17. 61. G3. Idéntica acepcion tiene tam-
bien la propositio simplicium mentium sednctiva.

B. PROPOSICIO:\ES Qt;F; SO:\ COXDEXABL ES, POlt Sl' ESP ECL\L RELA.CIO~
Á DIOS, Á LOS SANTOS Y ,\ LA IGLESIA.

VIII. Bla~fema es toda proposicion que inmediata ó inediatarnente


vulnera el respeto que se debe á Dios y á los santos: si además tiene
carácter herético recihe el nombre de propositio hlasphema haereticalis .
Es impía la proposicion qne pone en tela de juicio el culto que se debe '· ·~
á Dios y á los santos.
IX. Es ofensiva à los oi elos piadosos, toda proposicion que se opone
.a1 respeto debido á los objetos religiosos.
Segun la expresion de Suarez (l. r.): quando aliquid indecens aut indi.
gnum in religione sentimr, como por ej emplo, palabras irrespetuosas acerca
de los misterios de la r eligio11 y del culto: cf. "Auctor. fid.,, P r . 33. 42. 43.
44. G:2. 65. 71.
X. .E'sc.andalosa :,;e llaiua aquella proposicion que puede inducir á
error en materia de ±e: especialmente si Yitupera ó rechaza las prácticas
y usos ele la Ig lesia.
XI. Es cismática la proposicion r1ue rompe ó tiende á romper la su-
bordinacion

eclesiá;;tica.' es decir. la nnion con el centro de autoridad ,
'

sea de la diócesis, de la proYincia ó de toda la Ig·lesia . Si la tésis excita


· á la rebelion se llama sediciosa.
La proposici on cismática puede ser á la vez herética ó simplemente cismá-
tica.; pero 1 como ya hizo notar San Jerónimo ( in Ep. ad Tit. 3 ), rara vez eleja
el cisma de ir acompai'lado ele la herejía.
T OMO II 23

http://www.obrascatolicas.com
354 PARTE SEGUNDA. LIBRO SEGUNDO. SECCION CUARTA.

El sentido de las demas censuras, como las designadas con el nombre de


propositio falsa, injuriosa, detractoria y perniciosa, se deduce fácilmente del
'significado de la misma palabra. Para algunos es propositio falsa aquella que
niega un hecho perteneciente al tesoro de la fe, como la Pr. IV. de Jansenio;
pero A. de Panormo cuenta en este número toda proposicion que tiene analo-
gía con otra explícitamente condenada; y efectivamente vemos que la Consti-
tucion "Auctor. fid.,, condena como falsas muchas proposiciones que no niegan
ningun hecho.
XII. Las censuras pueden aplicarse de diferente manera; los modos
principales son:
a ) Condenar cada proposicion por medio de una ó Yarias censuras;
b) condenar á la Yez varias proposiciones, :-;iu <1ue se declare explícita-
mente á qné proposicion corresponde cada una tle las censuras (damna-
tio in globo ). Tambien puede condenarse una proposicion: e) objetiva-
mente y en sí misma ( sicut jacet ), ó bien d ) segun la intencion del
autor (in sensu ab auctore intento). Adernás la censura puede referirse:
e) á varias proposiciones sacadas de nna obra: f) á un libro entero,
con ó sin especial indicacion de determinadas proposiciones; ,r; ) la cen-
sura puede condenar al autor á la Yez que las proposiciones.
1. Ejemplos de cada uno de estos casos: a) La condenacion de las cinco
proposicion es de J ansenio (31 Mayo de lfüS3); las censuras lanzadas por Ale-
jandro VIII ( 24 Agosto de lfüJO); la Con:.-;titucion "Auctorem Fidei,, ( 28 rle
Agosto de 1794 ); Alejandro VII ( rn6õ-11)6fi) sólo aplica el mínimum de las
censuras mereciclas ( ad minimum scandalosac ). Te11emos ejemplos de una
condenacion in glo/10 li)en las propc•siciones ele \Vikleff y de Hus (Denz. n. 477
sq.), en la Bula de L eon X contra Lutero (l. e. n. G2õ. sq.), de Pio V contra
l'lf. Bayo (l. e. n. 1193 sq. ), de Inocencio XI contra l\Iolinos (l. e. n. 1088),

en la Bula " Unigenitus ,, y el Syllabus de 1864. En estos documentos ponti-
~.' ficios cada proposicion cae bajo una de las censnras que se expresan, siquiera
no se determine explícitamente la relacion entre las proposiciones y su res-
pectivo anatema. Pero es asunto incontrnvertible qne este género de censura
basta para dará conocer que las proposiciones enunciadas han sido condena-
das por la I glesia. Augustin. De he.eres. e. 88: Quid contra ista sentiat Eccle-
sia catholica, superfino quaeritur, cnm propter hoc sufficiat, Ecclesiam contra
ista sentire, nec aliquid honun in fülem quemquam clcbcre rccipere. L a Iglesia
tampoco ha tenido siempre la intencion 1le comlenar todas las doctrinas con-
tenidas en los escritos heréticos que ha anatematizado. Acerca del carácter
dogmático de la damnatio in globo , consú ltese Kilber, De gratia n. 242 sq.
2. Ejemplos del caso r.:) son: Iuocencio XI, dia 2 de l\Iarzo de 1679
( Denz. n. 1082): 0111nes damnatae et pl'ohibitae, sicut jacent. Del caso
d) San Pio V contra Bayo ( Denz. n. Dõ9): "qnamqnam nonnullae ( senten-
tiae) aliquo pacto snstineri posset , in rigore et proprio verborum sensu ab
assertoribns intento etc.; de los casos e y f) la condenacion de las proposi-

http://www.obrascatolicas.com
§ 47. LAS CENSURAS TEOLÓGICAS.

ciones de J ansenio, Lutero, Molinos y análogas; así como tambien los anate-
mas lanzados por los Concilios antiguos contra las obras de los herejes y las
p'rohibiciones de libros expedidas por la Congregacion del Indice ; del caso g)
los anatemas pronunciados contra los antiguos herejes, Arrio, N estorio y .
otros y contra sus escritos.
XIII. La sentencia pronunciada por el mag-isterio supremo de la
Ig·lesia acerca de una proposícion, bajo la forma de censura ó anatema,
es dogmática y, por consecnencia, infalible; de suerte que la tésis con-
denada debe admítirse en el mismo sentido indicado por dicha censura.
1. Cone. Vatic. De fiel. catlL c. 4. Versan tambien sobre esta materia las
ya citaclas cartas ele Pío IX al arzobispo de Munich "Gravissimas,, y "Tuas
libenter.,, Cf. Martin V "Inter Cunctas ,, (Denz. n. 550): utrum creclat etc.
Constit.: Alex. VII. "Regiminis Ap ostolici,, (d. 16 Oct. 1GG5): "propositiones ...
sincero animo rejicio ac damnavi,, y la condenacion del "silentium obsequio-
sum,, por Clemente XI (Denz. n. 1317). De Kilber, De GraÚa n. s;:,1, son,
estas palabras: Conficitur, Bullam "Unigenitus,, non esse fid ei regulam in sen-
S'lt stricto; est tamen judiciurn dogmaticnm, quod servi t ad dirigendos ficleles
in ordine fidei, prout Cardiuales , archiepiscopi et episcopi Parisiis a. 1728
congregati pronuntiarunt de jndiciis Ecclesiae qualificationes tantum re-
spectivas continentibus. Análogas declaraciones hizo Clemente XIII, ad Ep.
Leodiens. d. 23 Jan. 1765; la Sorbona en su Decreto de 15 de Diciembre
.. ·.~
de 172!1. Véase Hergenrüther, El Estado cristiano, p. 810. Ilannez, in II. 9.
11. e. 2: Error est, vel proximum errori, asserere, quod E cclesia in ejusmodi r"·
censnris possit errare. Lugo, l. e. n. 106: Non est dubinm, quando Ecclesia
determinat et declarar., aliquam propositionem esse harreti cam ... De aliis
autem censuris potest esse major difficnltas. Cornmnniter tamen DD. fatentur,
certum esse Ecclesiae judicinm in his censnris statuemlis ... qui a infallibilis
Spiritus sancti assistentia E cclesiae promissa, non Yidetm· limitanda ad ea
solum dogmata, quae tanquam de fide propommtnr et crednntur ab Ecclesia,
sed debet extendi acl ea omni a, quae ficleles ex praecepto Ecclesiae creclere
tenentnr. Por consiguiente, cnando se presenta una opinion teológica bajo el
concepto de probabilior, como la que se refiere á la infusion de la gracia ha-
bitual y de las virtudes, así ca]ificada pol' el concilio de Vienne (D en;;. n. 408),
no :-;e excluye la posibilidad del error ; siquiera, como hace notar Lugo (l. e.
n. 12H ) : posse pie credi, qnod 1licet circa hoc nulla exstet divina promissio,
Deus tamen non permittet ab Ecclesia doctrinam aliquam . . , ut probabilio-
rem proponi , quae re ipo;a faba sit. ... quia .. , daret occasionem magnam
fidelibus aclhaerencli magis et magis doctrinae falsae. :!'\o obsrante, por razo_
nes de pruclencia, y en determinadas circunstancias locales ó ele tiempo,
puecle la Iglesia prohibir que se censure ó se condene una opinion, aunque sea
reconociclamente falsa, como sncedió con los adversarios ele la Concepcion
Inmaculacla de María, ó que se enseüe, sin pronunciar anatema, una proposi-
ciou en sí verdaclera, si cree que tal doctrina puede proclucir cliscordias ó es-
cánclalos entre los fieles, por ej emplo, la tésis: una P ersona de la Santísima

http://www.obrascatolicas.com
. ~

356 PARTE SEGUNDA. LLBRO HEGU NDO . SECClON CUARTA.

Trinidad fné crucificada. Mas n o debe perderse de vista que semejante pro-
hibicion no constituye verdadera censnra.
2. Todo el qne, admit iendo la infalibilidad del magisterio eclesiástico, al
aplicar las censuras, sostiene proposiciones por él condenadas , incurre en el
anatema pronunciarlo contra la doctrina en cuestion. El que niegue la infali-
bilidad de la Iglesia , aplicada ~" este caso particular, sienta una propo,.;icion
errónea y próxima á la herejía. Consúltense Pío IX "Gravissimas inter ,, y
Cone. V atic. l. e. e. 4.
XIV. Para conocer el alc ance de la proposicion condenada y el sen-
tido de la verdad <1ue se define en el hecho mismo de aplicar la censura,
se establece corno norm a el siµ·uient e criterio: por el solo h echo de haber
sido condenada, cn determin ado sentido , una proposiCÍt•n, quedamos
oblig ados á admitir, como <loctrina definida por la Ig-lesia, la té;:;Ü;
opnesta contradietoria ú la misma. En cuyo asun to dehen ten erse n1
cuenta las olisPr vaciones qn e ú continnaeiou exponemos:
(() Sa her si se lta condenado una proposieion el e una manera directa
y absolu ta (propositio ahsolu bl i , ó ,.:i al propio tiempo ,;e ha determina-
do con más prec i:-:'ion ,;u significado teológico ( propositio rnodalis ):
b) saber .si la tésis anatematizada es uniwrsal ó particular; e) ;::i r';-;
nna proposiciou simple ó corn pHesta, y, en el último easo, i'i se ha con-
denado en sentido complexo '. in ,.:e11.-u complexo ) ó eu sentido distribu-
tivo ( in :-;ell::in cli;-;trihutirn ) ; d ) si la ceusm a se aplica á la en:-;eiianza
contenida eu la proposicion. como ta.l. ó alc anza solamente à la expre-
sion de la doctrina.
Aunque el senti<lo de la ce11:;twa clebc irnlaganrn por el método lógico, en
algunos casos 11 0 alcanza éste y e:; indi"'pcnsable emplear el método t eológico,
ya examinarnlo las actas qne s11 recbctaron úntes ó on el acto de la censura ,
y a por la analogfa 1.le la fe ( Cf. YiY. /. e. in Alex. YII. pr. 1. n . li). Ejemplo
d e nna proposi cion [lbS(il uta no;,: ofrecn la prop . II. J ans. : Interiori gratiae in
statn n:üu rac lap san nnn r1trnm resi stitm: de una mo dal la prop . Y.: Semipe-
lagiannm cst dicere, ChriHtnm pn • omnilrns omnino hominilms mortunm esse.
Del caso /J ) Bayo, prop. 10: l n omni lm,,; suis :lctibn ,; peccat0r servit domi-
nanti cnpiditati y tamhien J an ,;enio, prop . l: Ali11mt Dei Jlraecepta l10mini-
bns jm;tii; ... impo,;sibili a snnt. Dcl cas0 e) es qjemplo de una proposicion
compuesta Innoc. XI. pr0p. 31i ( Denz. n. lüf13 ) : P crmissnm est fnrari non
sol um in extrema nocessitat.8, scd etiam in gravi; por el cont.rario la prop. 34
(D enz. 11. 10ól) : Licet procurai"" ahortt1111 ante animationem foc tus , ne puella
deprehensa gravida occidatnr aLlt infamemr; cn el prim or caso se pormite el
r obo en necesidad extrema, pern HO en una necesida<l grande; en el segnnclc.
no se permite el infanticídio, l'ºr ninguna de lns razones indicadas. Ri ~e
anatemati za la expresion, no se derlnc e que se ensene como Yerdacl fa contra-
dictoria ; principio que tiene lugar parti cularmente tratú 11dos8 de la proposi-
cion cap ciosa é injuriosa; cf. pr. Dl "Unigenitns.,.

http://www.obrascatolicas.com
' § 47. DEL CONOCIMIEN TO NATURAL Y SOBRE NATURAL.

LIBRO TERCERO.
357

DEL CONOCIMIENTO NATURAL Y SOBRENATURAL.

YI. Canu~, 1. e. L. IX. Perrone, L oc. t heol. P . II. 3..Fran zclin , De 8criptura et Tradi-
t.ione in fin. D enzinger, 1. r . •rom. I. y II. Kleutgen, Teolog·ia del pasado, IV. 1. sig.
Filosofia dei pasado, •r. I. Hagemann, Razon y revelacion , 18G8.
La doctrina relativa á la esencia y a los limites del conocimiento natural y
sobrenatural y à la relacion del uno para con el otro, se halla subordinada á
la cuestion fundamental teológica relativa al principio, limites y r elacion mu-
tua del ón1en natural y sobrenatnral. Al exponer esta doctrina, hemos des-
envuelto Ia teoría del órden natural y sobrenatural en sí mismo considerado
(in essendo, ontologice ); aquí 11 os corresponde tratar de este órden baj o los
dos conceptos indicados y su mutua rel acion con el l engm1j e, por lo que r es-
pecta à nuestro conocimiento ( in cognoscendo, logice ). Síguese de esto que
dicha cuestion fundamental teológica e;; l a qne determina la importancia, el
genuíno carácter y verdadera solucion de la teoría r1ne vamos á exponer en
este libra torcera.
Dos sou las principales razones que n os mn even á estudiar este asnnto. En
primer lugar, la Iglesia ha publicado, en diferentes ocasiones y por distintos
motivo s, decretos y resolncion es acerca de l o ~ principias qne esta cuestion
abraza. Así, entre otros, merecen particnlar mencion: Gregor. IX. ad magistr.
Paris. d. Non. J nl. 1223 ( Denz. 37n), Artic. Nicol. de Ultricuria a. 1348
(Denz. 457 ) , Prop. Baj . :2:2 ( Denz. 90:2 ) , Prop. 41 " C nigenit. ,. ( Denz. 1256),
Pins IX. Encycl. d . 9. Nov. 184G (Denz. 149G), Decr. S. C. I. d. 11. .Tan. 1855
(Denz. lõüõ ), Piw; IX. ad archiepisc . Colou. rl. lõ . .Jnn. 1857 ( Denz. 1509),
ad episc. Wratislav. d. 30. Mart. 18l> 7 ( Denz. lõ1 3), ad archiepi sc. l\fonac.
d. 11. Dec. 1862 (Denz. 1524) y d. 21. Dec. 18f.i3 ad eund.; pero muy prin ci-
palmente Cone. \-atican. De fid. cathol. Cap. 1- 4. R esulta, pues, clemostra-
do que la mayor parte de los errores teológicos que han surgido en nuestros
dias, provienen de una falsa teoría del conocimiento filosófi co-teol ógico. E ste
tratado comprenderá Ias sigui entes secciones:
Seccion primera: Del conocimienta natural. - R azon.
Seccion segnnda: Del conocimiento sobrenatural. - F e.
Seccion tercera : De la relacion mutua entre la razon y la fe.

SECCION PRIMERA
Del conocirniento natural. - Razon.
La importancia y aun necesidad de esrndiar la tésis objeto de esta primera
seccion se deduce de los hechos sigui entes:

http://www.obrascatolicas.com

1
358 PARTE SEGUNDA. LlBRO TERCERO. SECCION PRIMERA.

1. 0 La filosofia cristiana, lo mismo que la idea y la creacion de la U niver-


sidad, ha tenido orígen en la escuela de los teólogos ( Savigny, Historia del
derecho romano en la Edad Media, III. p. 158).
2. 0 Este hecho no tiene explicacion sino suponiendo que el conocimiento
de la filosofia es, si no absoluta, por lo ménos condicionalmente necesario
para emprender el estudio de la teología.
Thom. Summ. I. q. 1 a. 5 ad 2: Haec scicntia accipere potest aliquid a philosophicis
disciplinis, non quod ex necessitate eis indigeat, sed ad majoi·em mani.festalionem
corum, quae in hac scientia traduntur. Et ideo 11011 accipit ah aliis scientiis tanquam
a superioribus , sed utitur eis t anquam inferioribus et ancillis , sicut arehitectonicae
utuntur subministrantibus, ut c ivilis militari. Et hoc ipsum , quod s ic utitur eis , non
est propter defeetum vel ins ufficientiam fljus, sed propter defcctum inte llectus nostri
qui ex his, quae per naturalem rationem, ex qua procedunt a liae seientiae, co .~no­
scuntur, facilius mauuducitur in ea, quae sunt supra rationem, quae in hac scientia
traduntur. Cf. Opuse. J,XX. q. 2 a. il. l'ero no son estos los únicos argumentos que
predican la importan ~ia dcl asunto en cucstion.
3. Tenemos de ella una r azon muy valiosa eu los numerosos puntos de
contacto entre la filosofia y la teología. Los principales son:
a) El objeto, que es idéntico en ambos: Dios y todo lo que con El se rela-
ciona, cuyo conocimiento constitnye la perfeccion, la plenitncl de la ciencia
filosófica (7tpC:y;·r, ó sea ~zr;),r;y•.Y:r, ?.JJ)-;or;?(-x . Aristotel. Metaphys. VII. Physic.
I . q. I. 19 ). Cone. Vatic. l. e. Cap. II. Can 1. S. q. d. Demn unum et vernm,
Creatorem et Dominum nostrum per ea, q uae facta sunt, naturali humana e
rationis lumine certo cognosci non posse, a. s. Decr. Congr. Indic, pr. 2: Ra-
tiocinatio Dei existentiam, animae spiritnalitaiern, hominis libertatem probare
potest. Pero el objeto de la ciencia racional no es en manera alguna el único
objeto de la fe, sino que ésta purifica, ilustra, vigoriza y completa á la vez el
conocimiento racional, aplicando los medi os que le son característicos y pro-
pios. Cf. Encycl. Pii IX. d. 9. Nov. 1841): nt ... fides rationem ab omnibus erro-
ribus Jiberet, eamqne divinarurn rernm cognitione mirifice illnstret, confirmet
atqne perficiat. Cont:. Vatic. l. e. e. 4.
b) El método. La Teologia es la ciencia de la fe, por consiguiente, en ésta
se encuentra su vercladero prin cipio ele conocimiento ( fides, qua creditnr).
Thom. l. e. q. 1. a, 1 ad 2: DiYersa ratio cognoscibilis diversitatem scientiae
inducit ... Unde nihil prohibet, de eisdem , de quibus philosophicae disci-
plinae tractant, secnndum quod sunt cog;noscibilia lumine natural is rationis,
etiam aliam scientiam tractare , secundnm qnod cognoscnntur lumine super-
naturalis revelationis. Por eso no pnede sostenerse en modo alguno que
Teología y Filosofia sean nua rnisma cosa, toda vez que la cicncia racional
tiene por principio del conocimiento el lumen rationis y la evidencia interna
por sumo criterio, miéntras que la ciencia de la fe tiene por principio del
conocimiento el lmuen fidei . No obstante, la ciencia teológica presupone el
conocimiento de la filosofia ó ciencia racional, por los siguientes rnotiYos:
CJ.) Para dar forma á los conceptos en los cuales el espíritu humano compren-
de y representa la verdad revelada. Civ. cattol. 1858. p. 200: "En aquello:;
conceptos trascendentales y uni versalísimos, que en sentido propio ó por

http://www.obrascatolicas.com
§ 47. DEL CONOCU.UENTO NATURAL. 359
analogia, vau igualmente incluídos en los misterios, como causa, principium,
subsistentia, actio, substantia, libertas, etc ... , la Filosofia acompaiia necesa-
riamente a la Teologia , como auxiliar indispensable; ~) Para la exposicion
sistematica y ordenada de las verdades reveladas en un conjunto orgánico.
y) Para demostrar cientificamente y defender la verdad revelada. Por donde
se ve que la Teologia presupone la existencia de la Filosofia, de la misma
manera que la gracia presupone la naturaleza. Y así como J esucristo es
hombre verdadero, por cuya razon aparece en el cristianismo la humanidad ,
en su legítimo concepto , de la misma manera comprende la Teologia á la Fi-
losofia y en más amplio sentido abraza los principios de toda la ciencia natu-
ral. De aquí proviene el axioma de las escuelas : Theologus , ergo et philo-
sophus. La Filosofia es, pues , praeambula fidei, precursora de la Teologia á
la vez que su auxiliar natural.
4. Dedúcese tambien esto de la esencia y carácter de la T eologia. En su
desenvolvimiento á través del período de los Santos P adres , y del período
escolástico de la Edad Media hasta nuestro s dias, la vemos siempre compe-
netrada de levadura filosófi ca, que constituye , como si dij éramos, la forma
humana de! contenido divino . Así se comprende que se haya adoptado, en
grau parte, la forma y el método ele la filo sofi a aristotélica, ya que, por el
caracter estrictamente cientifico y la severa lógica ele sus escritos que, por
otra parte, abrazan todo el imperio dei saber humano en su tiempo, le daban
un derecho especial á figurará la cabeza ele los que se entregan á la investi-
gacion racional. Este filósofo trasmitió á las escuelas cristianas el resultado
de las investigaciones del mundo antiguo, y aquéllas se impusieron la tarea
de completar el material recibiflo , compenetrarle y vivificar] e con el espíritu
del cristianismo, de suerte que Aristóteles debe á la ciencia escolástica tanto
como ésta le debe á él (R itter). Barthélemy Saint-Hilaire en el Diccionario
de las ciencias filosóficas, s. v. Aristot.: " El es el que ha creado la lógica y
fundado la ciencia del pensamiento, de tal manera que , despues de él, como
lo ha hecho notar K ant , no ha dado un paso h:icia atras ni hácia adelante.,.
Segun hace notar Trenclelenbnrg (P equenos escritos, II. p. 254): "Aristótele·s
es un genio que no conoció limites. No hay asunto, por grande ó pequefto que
sea, que él no escudriftase, ó no profundizase, y no se ha conocido otra inte-
ligencia en la que se haya manifestado tan marcada la tendencia á penetrar
en la inconmen snrable variedad de lo individual á la vez que un espírítn sin-
tetizador, tan poderoso para dominar las icleas generales como la ele Aristó-
teles. ,, V éas e Renan, Averroes y el A verroísmo, 1856. Sch neíd, Aristót eles
en la Escolástica, 1875.
5. Los Santos Padres y los teólogos r econocen unirni memente la importancia de la
Filosofia. Cf. Petav. Dogm. theol. I. 6. Thomass. De Deo I. 8 sq. El mism o Tertuliano
que parece querer desterrar el estu dio de la Filosofia, en esta aplicacion particular
(De praescr. e. 7, D e anim. e. 1), dice sin emb argo (Adv. Marc. I.17) : Prius est, ut eum
probes esse, per quae D eum probari oportet: per opera; tunc deinde per beneficia.
Primo enim quaeritur, an sit; et ita qu alis sit. D e r esurr. carn. c. 12 : Praemisit t ibi
naturam, submissu r us et prophetiam, qu a facilius credas prophetiae discipulus natu -
rae. Lactant. Inst. div. I. 1. Cf. II. 8: Ut neque r eligio ulla sine sapientia s uscipienda

http://www.obrascatolicas.com
,
360 PARTE SEGVNDA. LIBRO TERCERO. SECCION PRBIERA.

si t nec ulla sine religione probanda sapientia. Y Clemente Alejandrino observa


( Strom. I. í ), que la verdadera fil osofia era para los griegos el fun1larn ento de lajusti-
cia, ántes de la venida dcl Seüor, por consiguientc de imprescindibl c n ecesidad, en tan-
to que nosotros la necesitamos como arma utilL.;ima para demostrar racionn,lmente las
verdades de la fo. En sentir de est e profunrlísimo escritor, el con ocimiento de Dios es
obra dei ),ó·;oç crT:spp.~-cczóç, que pornaturaleza ilnmilrn á todos los hombrC'~ (cf. .Jnstin.
Apolog. II. 8). Hó aqui por qué pr ece de la razon á la fe (Strom. I. 7): :iFÇi:J.svoç i;z -:o'l
6CXU!J.~~S!',1 't~'I X.':[G"~ 11, 0sf~/1J·ct ':O'::Í Ô·j v~IJ'e ·:! ~ ),'.:l~S°"('1 ':"Í}I ..('1focr~'1 Z01J.[~ú.) 'I olx.QÍJ:,y 7.?rJ(J•J!J.0Ç

p.a&1,"t·f ç -:oSi r.'Jp[o •J ~{~'1S":)'.'., 206.SuJç 2~ 1'1.r)'~ ';'.:lÇ fJ:.6 ·1 -::. i'.7.l -;:pr>10'.'l.'1 b:[o--::.·;:n .•i
1
Ê;
<~J'.1 i6~·J11.7.o-sv.
Mas no puede., en m odo algnno , afirmarse que b filo sofia se oponga á la fe, siquiera
sea ésta mny superior á la primera. J"ustin. /. e. 10: o·) z i~:' :úi.ó: ?:Í i7-:c -:~ Tií,i-:W',oç
i;t~cí·r:J.n~ i:olí Xpt:;-:oi), :XÀÀ' lht o·~z fo-:-t -::iv-:rj ;;:J.o t ~. :Vare. Ermu. d n leg. spiritual. (ap
Galland. ' rrrI. 8!: ;) :1:(1 "i".'' t~7ZCt>'I -:-T,·.1 ii:f/j:_~'l._·,, r;·>:~ i/,·r_út-;>ç 7:~7-:~ 0!~·, r;.j-..:c-:'l.~ · i 1 ·t~~ ·c1Wv~ç
:1.:x·d 'ftÍat'I -::po·rrys<":~c -:T,ç T:Ínswç. Au;;ustin. De Ordin. II. 9: ..\d di scendnrn dupliciter
rlucimur, anctoritate atque r atione. T emp ore n,ue:to ritas , re autem mtio prior e.c;t. De
morib . .Eccl. e. :2. De ver. relig. e. :2..t: Au etorirns fidem fiagitat et rationi praeparat
hominem. Ratio ad int!'llectum cognitionemquf' perdncit. Qnanq1nun n 8r1ue anctori-
tatem ratio penitus dest>rit, cnm con;.i deratur, cni sit credendum. Cf. Ep. 1:20 a•l Con-
sent. C. Academic. L. ITI. Enehirid. ª'l Laurent. e. :2±. Il<i,;il. cp. :23i'i: i•1 ~~ -:7, -::sp'. Oso'J
r: i ,-:E! T1·r:..T7.".1.! ~J.~'1 Ti 2'1'.1ü'.'l. T, -;::.,i:.l '°: (iJ'1 ;;'7 '. ~=-:~ fh.6:-· -:'l.·~-:·r1 •1 ,-~~ iz -:<i;·, 0·r,:J.'.'J 'J?/''i:1.:X-:CJJ'1 7'J'1Í-
"(Op.!1,r O"Ot?'>' ·:àp Y.':Ú Ôu 1(l't'Ôv i'.'.Xl iy"J.0rJ•1 i'.'.Ú 7.Í'1":'l '.l'J-:oiJ ~3: 'l.ópccro: 1'-:: r~ -:'?jç -:os zOcr:i-o'.J
1

z-: l ~! <J>(" ·,or10'1-:sç ST.~"t'1t;J'J'i'.OiJ. ~'1. I .a ti J0~ofía, (( ~ -l/:r1 -;~·1 ~f.?.c~ -;:~~'. 'l./:r/Ji '. J.Ç i•. y e.~ por 0sa ra-
zon nna e.sen cla preparatoria para ll egar a.1 conocinú cnt.o de J esu cristo «7rpo7:':t!Õs~ :t
:T,ç i·1 X P'nú:J i·,:x;:~'.Ícrõtuç » (Clern. _.\.. "itrom. 1. 5 '· :\Iié11tras qne en su concepto el cris-
tianismo es «07.Ep'fu'i Oõtúpt~'• » (:-ltrom . II. 2). AI condenar y vituperar alg unos P adres ,
corno 'l'ertnliano. San J rró nimo (ln :\Iatth. e. 10 ep. :2'3B arl Ct esiphont.) San Basílio
IAdv. Eunom. I. HI, San Irenco (Ach. Haeres. II. 11 ) y Hermi as (Irrisio phil osophorum
pass.) el proccdimiento filosófico, l o liacell únieamcnte refirién dose 1il abu!:'o que de él
se ha eift para atacar los mist orio s rlc hi, fe , com1m acha11ne ,fo todos los h crejes, pero
muy particnlarmente de los gnósti cro;; y de los arrianos. Pero corno ha ce notar San
Clemente Alejandrino "puesto 11 u e ln fi10sofi a confunde lo Yercladero cnn lo falso, es
preciso t ratar ele sacar de elln, ln, rna yor sn rna drl sn.bidnria posiblo, <:orno se cogcn las
rosas de entre las espiims iStrorn. II. i ·, : porq110 de totl os modo;; es nu r obusto ba-
luart e e.outra los herejes ( I. H) y rne.lio excC"!ente para atraei.· ''los pn.ganos al cristia-
ni smo: ya que merece más confianza la r C'fntacinn qu e >'e funda ('11 el conocirniento
de l a cuestion. ,, }fas entre tod os l o~ s ist emas fil osóficos . no eree •tu e deba darse la
prefcrencia ni ai de Pl aton, ni al dn •.\.ristóieles, ni al estoico , ni ai de Epicuro,
~i), ' ;;'.J~ s'{pr1 -::x~ T.':.1.? ' iz.i7-:·~ 1 '!iü'1 -x'.pijECn'1 -:0·;-:tiJ•1 r.'l.),füç, ~~r.7.~07'.J'/r1 ·1 ;1.s-:i ~ ·j ~s ~o~ç- S;-::~:r-:·/1 -
p:r1ç- r>0ci:a-x o•1't1 , ·~o'J--:o cr.Jp.;:ctv, ~r) ir),~ Z":'.Y~6·1, '+~1\o7oC?~ ':t\I 9·r1p.í (Str o1n. I. 7). ]>recisarnento
por el abuso que"' haeüt de la Filo., oria retir(t San Ag·u stin las alabanzn,;; que en al-
gunos de sns anteriores escritos i 11articnlarmentc De doctr. ehrist. II. 60), había pro-
digarlo á esta ciencia. IRetract. I . 4:1: I .aus 'J L1or1ue ipsa: r1na l'latonom vd Platonicos
seu A cademicos philosophos tn,ntum extuli quantum irnpi os homines nem oportuit,
11011 immerito mihi displicuit, praesertim 'JUOrum contra errores magno~ defendenda
e,;t christiana relíg·io.
Como norma de lo que sobre est e particular opinan los tcúlogos, pucde servir la
teorh cxpuesta por Santo Tomús, taut o en la :-lnma teologica , como en la Suma e•
gent es, c uyos tres primcros libros tratan ele aqncllas cosas ·' qu ae de D eo ratio hu-
mana investigare rotest. En nu estros clías ha tratado esta cuestion Petav.io ( l. e. I. 4):
:Si paulo attcntius intu f' mur, u on decc•rem tantummodo affert theologiac disciplina-
rnm i~tarum , pracsertim philosoph ifw ac tlialecticae conjun ctio, ~e d us nm etiam ac
praesidi um ;;ingulare penitus r1uc neecs.>a2·.iurn .

http://www.obrascatolicas.com
§ 48. CONCEPTO DE LA l<'!LOSOFÍA. 361

6. Las c1eeisiones c1e la Iglesia eonfirman asimismo la c1oetrina que sus-


tentamos: Cone. Vatic. Cap. IV.: Roe quoqne perpetuus Ecelesiae catholicae
co11se11sus tenuit et te11et, c1nplicem esse orclinem cognitio11is, 11011 sol um
principio, sec1 objecto quoque c1istinctum: principio quiclem, quia in altero
naturali ratione, in altero füle divina cognoseimus; objecto autem, quia prae-
ter ea, acl qnae 112.turalis ratio pertingere potest, crecle11da no bis proponu11tur
mysteria i11 Deo abscondita, quae, nisi revelata c1ivi11itus, i11notescere 11011
possunt. Cf. Cap. II. Can. 1. Decr. Congr. Inrlic. d. 11 Jan. 18õõ. pr. 1. 3:
Rationis usus fidem praecedit, et arl (mm hominem ope revelationiB et gratiae
co11dncit. Pius IX. ad archiep. Monac. d. 11 Dcc. 1862: V era et sana philoso-
phia nobilissimnm suum locmn habet, cum ejnsclem philosophiae t>Ít, verita-
tes diligenter inquirere, lrnmanamqne rationem, licet primi hominis culpa
obtenebratam, nnllo tamen modo cxtinctam rccte ac serlulo excolere, illu-
strare, ejusque cognitionis objectnm ac permultas veritates perciperc, bene in-
telligere, promovere, earmnqne plurimas, uti Dei existentiam, 11atnram, attri-
buta, qnae etiam ficles ererle11da proponit, per argumenta ex suis pri11cipiis
petita demonstrarei, vindicare, clefendere, atqne hoc modo viam munire acl
haec dogmata fide rectius tenencla, et ad illa qnoque reconditiora rlogmata,
quae sola ficle percipi prinrnm possnnt, nt illa aliqno modo a ratione intelli-
gantnr.
Dividimos esta seccion en las tres siguiente:-; <1isertaciones:
Disertacion primera: De la verdad y ele la certeza.
Disertacion se.guncla: De los medios c1el conocimiento.
Disertacion tercera: Del origen de las ideas.
Por via de introduccion exponclremos en el párrafo imnediato "el concepto
ele la Filosofia y sn relacion con la Teologia.,,

§ 48. CONCEPTO DE L.\ FILOSOFIA Y SU ltELACION CON LA TEOLOGIA.

I. La filosofia es la ciencia del sér. Pasanelo de lo particular á lo


uniYersal, de las manifestaciones á la esencia, examina ésta cn sus últi-
mos fundamentos y cansas; por cnya razon pnede definirse cliciendo que
es el conocimiento ele las cosas por sus últimas causas. Mas como quiera
que toclo cuanto es.iste St' halla comprendiclo en elos categ:orías de seres:
lo infinito y lo finito, lo diYino y lo humano, pnccle tambicn definirsc
como la ciencia de las cosas diYi1rns y lrnmanas. Es asimismo la ciencia
de lo wrelaclero y ele lo bueno, toda Yez qne cuanto existe, por lo mismo
que existe, posee una de estas nrnlielaeles. Si tenemos en cuenta que en
la última causa ele las cosas se halla á la vez su destino final, diremos
que filosofia es el conol'.imiento del final destino ele las cosas. Este cono-
cimiento es una parte de lo que ,.;e llama sahicluría, es decir, de la sahi-
duría natural, porque se adquiere por la luz natural ele la razon.
1. -\.cerca de la clefinicion de la filosofia, véase Schütz, Katholik, 1877,

http://www.obrascatolicas.com
362 PARTE SEGUNDA. L!BRO TERCERO. SECCION rRB!ERA.

pág. 35 y sig . Ya el libra de la Sabidnria ( 7, 17 ) habla del conocimiento ele


las cosas que existen. Con sn acostumbrada maestria la define Santo Tomás,
Proleg. Metaph.: Illa scientia est maxime universalis, quae circa principia
universalia versatur. Qua e qnidem snnt ens , et ea, quae sequuntnr ens, ut
unum et multa et potentia et actns . Hnjusmodi autem non debent omnino
indeterminate permanere , cum sine his completa cognitio de his, qnae sunt
propria alicui generi vel speciei, haberi non possit. Y en otro lugar establece
la distincion y la verdadera significacion del sér (De ente et essentia; De
Y er. ). La esencia dcl sér qne existe eu si y de nn modo permanente, en opo-
sicion á lo particular y accidental, es lo que constituye su ideal. Por eso Gal-
luppi (Lezi oni di filosofia, 1832 ) define esta disciplina diciendo que "es la
ciencia del pensamiento humano,,, y Schwegler (Historia ele la filosofia grie-
g a, 1859): "la consideracion reflexiva de las cosas.,, Mas no clebemos perder
de vista que no conocemos lo s seres de una ma.n era completa sino en sns
últ imas cansas. Aristotel. Metaph. I. 1 , 2: ,,-;::;?~ -:'l. 7:?&'J7'.I. '.l.b'.l; I. 2: ·}i -:w·1
' .... 1 ' , ú 1 1· . 1 .
T:()W7<v'1 '.l.':l/CJ!'1 X'.X'. 'l.~7'.(•J'I •Ec·Vi·r,-:~x·r,; por cnya razon se c istmg ue e conoc1-
,

~iento ci~nÜfico del pensamiP1~to experimental, cn que e! primero -:·'r,v 'l.\-::.7:1


(-:o Õv:h·•.) ","1wp\ Ç::·. ~ miéntras que el segundo sólo suministra el 8-:•. (l\íetap h. I.
1 ); cf. Thom. De potent. q. 1. a. 4. I. Metaph. Sect. l. Por último , Cicermi
la define ( Qu. Tuscnl. V. 3 ) : Sapientia est r erum clivi narnm et hnmnnarnm
scientia.
Muy particnlar atencion merece la definicion de Santo Tomás ( C. Gent.
I. 1 ) : Sapientes dicuntur, qui res directe ordinant et hene g ubernant ...
Omniuw antem gubernandornm et ordinandorum ad fi nem gnhernationis et
ordinis ex fine sumi necesse est ... Nomen autem simpliciter sapientis illi
reservatur, Cl~jus consideratio circa finem Universi versatU:r, qui est etiam
Universitatis principium. Unde sapientis est, causas altíssimas considerare.
Finis autem ultimus cujnsque rei est, qui intenclitnr a primo auctore vel 1110-
tore ipsius. Prinrns nutem auctor et motor nniversi e8t intellectus. Oportet
ergo nltimum finem universi esse bonum intellectns; hic antem est verit.as.
2. Harto difícil es determina r con precisi on los limites que separan á la
filosofia de las otras ciencias ra cionales, toda vez que ella es la que L1esen-
vuelve lo s princípios en que t odas se apoyan. Aristóteles (l\I etaph. VI. 11
divide la F ilosofia teórica en Matemáticas, :Física y Teologia (Metafísica );
-~ -
mas como quiera que este filó sofo no haya expne::;to como ciencia especial la
de las matemáticas , resulta que sn division coincide en g eneral con la de
Platon, en Dialéctica, :E1 ísica y Etica, que fn é la más admitida eu la Edad
Media, ya que Newton y Descartes con servan todavia el nombre ele philoso-
phia naturalis.
II. Los caractéres que principalmen te dh;tingn en la Filosofia de la
la Teología son:
a.) El principio del conocimiento, que es diferente; b) el objeto del
conocimiento que tamhien lo es: e) la clase y el grado de certeza que

http://www.obrascatolicas.com
§ 48. CONCEPTO DE LA FILOSOFÍA. 363
no son identicos; d) la facultad que es tambien distinta, y por último
e) el fin ó termino que cada una persig·ue.
1. El primero es el más notable de los caractéres. Cf. Thom. Summ. I. q.
1. a. 1. Entendemos por principio algo que es priiis, pero no re, ni ordine ni
tampoco tempore, sino solamente ratione, como son las verdades superiores de
la ciencia que no pueden ser demostradas, sino que se reconocen inmediata-
mente ( (J.pf.':I.~, 'l.p.Z7':1. ). Aristotel. Metaph. IY. 4. Anal. Post. I. 3. Thom.
Summ. r. q. 33. a. 1: Principium rlicitur OlllllC illud' a quo aliquid quocun-
que modo procedit. Franc. Tolet. in Snmm. q. 1. a. 1: Adverte, in aliqua
scientia duo esse, et principia ipsa, qnae ahsque discursu recipiuntur, et
conclusiones ipsas, q nae ex principiis per conclnsionem dedncuntur. Cognitio
conclusionum ex principiis dicitnr scientia; cognitio vero principiorum non
scientia, secl intellectus dicitur. Modo scias, quod in is ta nostra theologia
snnt haec duo: suut enim principia ipsa, et haec sunt articnli ficlei, et quae
continentnr expresse in sacris literis , Conciliis, Pontificnm determinantioni-
bus et Apostolicis tra<litionibns. His omnibns assentimur citra discnrsmn,
sed fide simplici, quia a Deo ;mnt. Horum cognitio dicitur fides, et ipsa
vocat Cajetanus credita et revelata in se seu formalitcr. Ultra haec snnt
couclusiones deri,·atae ex fidei articulis , per consequentias necessarias vel
probabiles vel ex aliic;, quae derinntur ex articulis et principiis. Horum
cognitio dicitur theologia; et ipsa clicuntur seita a Caj etano, vel revelata
virtualiter seu in principiis, quia ex revelatis conseqnnntur. Los principios
de la ciencia racional, por naturaleza, se reconocen como ciertos inmediata-
rnente por la luz ele la razon ( Arist. Eth. Kic. YI. 6: i ,s\-;-;s-:-'.'I.'. vo'.Jv zl'1':1.'. 7{;y1
d.py_wv. Anal. Post. II. 19: w); 'l.v s::.,Is-;-;•,77·/;;i:r,; ;_2z·l,); en t eología mediante e]
testimonio ele Dios que las revela, y por consigniente , no son susceptibles de
otra demostracion. Thom. Summ. I. q. 1. a. 1. Sacra doctrina est scientia,
quia procedit ex principiis notis lmnine superioris scientiae, qnae scl. est
scientia Dei et Beatornrn.
2. El objeto de la t eología ( obj ectum formal e) es Dios, pero no tan sólo
en cuanto que es conocido por las fuerzas naturales de la ra.zon, sino en cuan-
to que se ha r evelado ú si mismo . El objectum materiale le constituyen las
doctrinas que en ella se ensenan. Thom. l. e. q. 1. a. 7: Omnia tractantur in
sacra doctrina suu ratione D ei vel quia sunt ip se Deus vel quia habent ordi-
nem ad Deum ut principium et finem. Thom. in III. Dist. 24. q. 1. a. 1: In
objecto alicujus potentiae contingit tria consiclerare, se!. illud, quod est
formale et illnd qnocl est materiale et illuc1 (1uod est accidentale ...
3. Por lo que rcspecta á la certeza , la filosofia suministra una certeza na-
tural ó puramente humana de los princípios que sustenta , miéntras que la fe
snministra una certeza sobrenatural, divina y, por consecuencia, infalible.
Estos dogmas infalibles constituyen los principios fundamentales de la Teo-
logia, que no deben confundirse con la fe, puesto que no son una misma cosa.
Thom. Opusc. super Boeth. De Trinit. q. 2. a. 2 ad 7: Ht\jus scientiae prin-
cipinm proximum est fides, sed primum est intellectns divinus, cui nos cre-

http://www.obrascatolicas.com
364 PARTE ~EGUNOA. LIBRO TERCERO. SECCION PRDlE RA .

dimu:;;. Lugo, l. c. Disp. I. n. B33 : Communiter sumunt theologi habitnm


theologiae distinctmn ab habitu fülei , quam sententiam supponere videtur s.
Thomas (S nm. I. q. 1. a. 1. :2) ; et probari potest ... <1nia diversnm est obj e-
ctum fo rmale fic1ei et theologiae sal tem ex parte, et dive rsitas illa refundi t
valde diversum modum assemiendi , cum theologicm; assensus non credat
objectnm suum soli Deo, al1co qne nec ,.:mnm a fi nnitate et supra 01nnia sicut
credit tides. n. 343: li abitus rheol ogicus datn r ad credencia , quae inferuntur
ex revelatis et ut concurrens simnl cum lrnbitu fic1ei attingit t otnm irl quo cl
11011 potest per se p eningere haliitus fü1ei. l\las la Teol ogía. no snmi11istra la
certeza de h fe, por cnanto s ns cr1ndnsi one;; ,;e fo ndan no sc'1 lo eu la R evela-
cio11 si que tmnbien eu la aiscn:,üon dialéctica, por cnya razon, segnn hace
notar Lugo (l. r.): Tli eologia rli"tingn irnr inada0r1uatc ab h abitu Jic1ei ut iu-
clndens ab incluso; qnae e11 im concmT llllé a<l assensnm conclusionis theolo-
gicae, i11clmlnnt hahitmn fül ei et :H1dm1t ali(1uic1 alind , por aplicarse el }Jrin-
cipio dado por la R evelacion, me<lianrn el (li scnrso racional , á ciertas doctri-
nas que no han sido inm ec1i atamer.te revel ada s. CI'. ~narez , !. e. Di sp. YI. G.
Por donde se ve qne la certeza que smninistra la T eologia es inferior á la
•tne da la fe, p ero supcrio1· á la qnc se ohtie1in por ln. Filo,;ofía, ya qne d e,;ca11-
sa en princípios revelados y ,;e ]i ;,_lla cn condiciones ,]e sacar con mayor se-
g nriclad las consecne nc- ias qne ,fo sns prin cípios se d erivan. Hehr. 11, 1. I
Joan.:,, 8. Gal. 1. 8 . .Jo an. Chry,,;. in Ep . <tl1 H ('1ll·. H orn. XXI. l: -f, <.~77'.ç
0<.077'1.7'. 1 1.v7o \; '/_'1.,:~~'-7'1.'.. Thom. in UI Di,;t. :!B. q. :2. a. :2. a<1 3 : In his,
0

qnae per fü1e m r rediurns, ratio 1·nluntatt>m incli11ai ~ s, cst ipsa veritas prima
sive D ens, cni crndirnr, qni habct majorem lirmitatem, quam lnmen intelle-
crns h umani, in qn o con:'picinntnr prin cipia , vcl rati11 humana, ,;ecnndnm quam
conclnsiones in princip ia r esolvnntur; ct ideo rides lrnb et majorem certitudi-
nem q111rntwn ad firmitotem orll1ae.1·ir•11ls, •tumn sit cenitm1o scientiae Yel intel-
lectus; qnarnvis in scicntia ct intellectu sit nu~jor evident-ia eorum, quibus
ai:'sentitnr. Cf. Rnmm . I. q. 1. a. J. Sígnese , pnes, qrn3 si es po sible la duda
en materia r elig iosa ó de fe, no se dobe á la n atnraleza de la coc;a misma,
sino á la fl aqneza d e nuestra inteligencia.
4. A.si como h ciencia racional tielle sn fond mnento en la fuerza natural
dei espíritu humano, cnyos limites con,;tituy(m la b::irrern que n o pnede fran -
quear, ::isí el conoc:imien to qne se qbtienc pnr la fe, descan sa en el principio
enérgico de la gracia, que mnen~ al enten1li miem o y á la voluntnd ponién-
doles en condiciones de ej ecntar actos· lle fe . Aran,;ic. II. Can . õ ( Denz. 148).
Cone. Trident. VI. Cap. IJ. 1, Dcnz. U80 )· De la di.forencia que existe entre 1.1.
'rcología y la fe se dednce la qu e ha y r,ntrc el h a1iitns theolngiae y el de la
fe ; por más (1ue tambien el lffimero es ,;ol,re11atnral y, e,;tnndo en intima rela-
cion con la fo , aymla á la razon con su,; leyes <1c con ocimiento, la eleva y
amnenta su rlignidad , it la manera que lo hacen la fac ultad de inc1uccion y
dednccion. Gregor. de Valent. 1. e. Disp. I. q. 1. p. :2: In doctrina fid ei illu-
strnmla ver sari debet theologia; por eso es tambien " hal.Jitns, quo <1uce inpri-
mi,; ac praesidio divinac revelatiouis et adminicn1 o etiam natnralis rationis
eJplicatur, 1011finwdnr et de(enclitur (fr;i11a rides.

http://www.obrascatolicas.com
§ 48. CONCEPTO DE LA FILOSOFi..\. 365
f>. Lo mismo la razon que la fe, la Filosofia que la Teologia tienen por
objeto el conocimiento de Dios, como verdad suma y última causa de todas
las cosas, aunque le persignen de diferente manera. La primera lo hace de
un modo mediato y por abstraccion de las cosas divinas, la segunda inrnedia-
tamente y en si (Cognitio Dei medi ata, indirecta, discmsiva, abstracta - im-
mediata, directa et in se, facialis sen intuitiYa ). Thom. I. q. 1. a. ó: Finis
hujus doctrinae ( theologiae), in quantum e;;t practica, est beatitudo aetema;
pero és ta , á su yez consisto (a. 4 ) en el perfecto conocirniento de Dios.
Infiérese de esto que la ciencia racional es sabiduria, lo mismo que la Teo-
logía, pero ésta lo es eu más alto grado. 'rhom. l. e. a. 6: Sacra doctrina
propriissúne determinat de Deo secundum cp10<1 est altíssima causa; quia non
sol um q nantum ad illud , qund est per creatnras cognoscibile, q uod philosophi
cognov enmt Rom. 1, l fl, sed etiam quantum ac1 id q nod notum est si Li soli
de se ipso et ali is per revelationem commnnicatnm. T!nde sacra doctrina maxi'.-
me dicitnr sapientia.
6. La misnrn Sagrada E::;critura establece y desarrolla e::;ta diferencia
entre la razon y 1:-t fe, la Filo,.;ofia y 'J'eolog ia (I Cor. 2 per tot. Rom. 1, 1U sq_.),
admitida con singular m1iformicbd por los Padres de la Igle;;ia. Así Sau Jn::;-
tino distingue entre el conocimiento de D io~ gne ;;e obtiene Õ•.1. -::1,ç s·100-n,;
E:v.(;0c0:J -::o0 }óvr,:; o-;;o:;'l.: y el Y.':t.7'l. -::·r,'1 -::o0 >.':t.'1-::0: ),r)vo'J ( pero no X':t.71. :J.±20:)
);'160-•.; x':t.\. fhüpl. '.z . Ap~lo~. II. 8. l U. 13. Anúlog a t~ori~ expo11e S. Clem. Ale~.
- . Xlt\-'·-:-;.:..
l . e. I . ')Q· ,..;.,,,_,..... :t....
: --;;. .rr, !.;;. .....
/JJ · ' ,. ·' ; " .'f.1-1
,l.XI, 'l.l.fl ;;..'Y. ,.....- · ·,. f1·' ·'t, /1·-: ~ .:.. X'J.•~ -r·
.. r.~ X'J.
1 ;:- ... :-r·-
..,J'J~ ,..'J.'J
... ; ·
.. J'J
,.

.... i J'="""~f-J-=-
tL=-=-:).,,,..='1
, ............... \ •j'- 0•1Óu'l.-o"'
1 • ... ":- Y.(l.i
1 . ._ J ._ -·1 ..i,"Jt;J7=<tJ- ... "': 'X'l.~
. .. à.-oÕ=:==,
.i.. - ·-: - ·
xu~·c.u-;'"':x
• • • """i' ,· Y.'.1.~ .... .. ,· 0:.>vY.1J'="'
. .. &e-:ry, - '1 · - ·

x~/; - o"í,.~ Ói1J.O;•0 1•-:... ÍJ::-r:;;; ~ ~ . ......~)J='1


• .. ,1.,.. ·(,,1J· =--·-:- r) ~;· 1 -1- ,_!,.~·Jci'"
....... ... ) J . ) :t..x-r
. . . ) . i "i..J - ) c:y-10-c._0-
_j • '"!
..
'l.'
••
·100- ..J . .. ·-: i ' ~ ·-:~

&IX:1. o•.'.J.'fO?Y o\0':t.7zÜ(z. 1e o: decir la::; Sagrad a;.; Escritura;; i . Y Tertuliano pone
en paralelo (Adv. M:arcion. I. õ. De Yel. virg. c. 1G ) b sapieutia operum y la
sapientia scripturanun , la disciplina ó scriptnra y la natura. Tambien 'l'eodo-
reto ( Serm. I. (le tic1. 1 di:-:ti11 .gue la :;;:.i-,•.á, >.'.J-:'-:1. cr;·) íJ;r/i ·,"1t:),•.; eu oposieion
a la -::·riç -;ou o-t•J,-r,20; ·í,p.(:'n 0z•.x'nf1.br,. San Ciril o Alej anr1rino liace distin cion
entre lo que Dios enseila 0-r,;;.i.r,·;p·,'\x&i; y 0•.o:t.7'/.':t.J,•.xt7i; !ln J oan. L. I. 'l'om. IV.
p. 75) equivalente' ú la c1iYisi on 'll1l' hace Snn Greg-nri o de ~f;,;a ( e. Ennom.
I . 63) e11tre doctrina ~.. ;, rJ~l':t.ç 'fl•>'l"r,; y ~'/. /,,-,~'·.-:;;;.w·1 x'/.Qim8;.'l.'I" <'t la que esta-
blece San Epifania ( H acr. LXX \T 3 ) y it la íJHP ha ce Snn Agustin entre
Scriptnrae auctoritas y Yerit atis ratio.
Las dccla racionos de la Jglcsia s ol>n.' est e part icular "" cmr: u entrnu e n la Carta d e
Greg orio IX á la L:niwr sirlad de Parí,: iDenz. Hí! l) . en la. 1'Ji1dclica d e Pío IX d Pl 9 de
Novicrnhre d e l :';Jli, Decr. lkl I nd. d . J 1 Ene ro ) :--;:,;_\ 'Denz. l :JO:SI. Al uc:1 1c:io n d o Pío IX
d el 9 d e DiciemhrP d e 185i ( D enz. Eít J;_\ 1 y la ;; do -; Car ta s >-a cit a d a" , dl'I m irnrn Pio IX
a l arzohi spo d e :lfonioh . Ultim am en te cl 0oneilio de l Yatic: ano ha ,;entado la ~ igniente
d octrina (De fid . cath. e. 2 i: F.ccles ia tc'Het et d oect. Demn rei·nm omnium principium
et finem, naturali humanae rati o ni~ lmn ine e r clrns crr atis certo cog11os ci po;;se: iuvi-
sibilia cnim ipsius, a cr eatnra mund i, pc•r ea quae facta sunt, intell eeta conspi ciuntnr.
Huic divinae reYl'lationi t.ribuendum quidem cst , ut ea, ciuae d e r ebus divinis lnuna-
nae rationi p er se impe1Tia non snnt . in praet<cnti quoqne g eneris hnmani eonditione
ab omnibus exp(' dite firm a eertit ndinP et nullo admixto nnore cognosci possint. Non
hac tamen de causa r evelatio abs olutP necessaria dicnnda est. Cnp. III. Han c vero
fidern . .. Ecclesia catholica profitetur, virtutom esse supernatura!cm, qua Dei adjn-

http://www.obrascatolicas.com
..' :~ ·_,-_i('_>·

366 PARTE SEGUNDA. LIBRO TERCEl{Q. SECCJON PRUIERA.

vante et adspirante gratia, ab eo revelata vera esse credimus, non propter intrinsecam
veritatem naturali rationis lumine perspectam, sed proptcr au ctoritatem ipsius Dei
revelantis. Can. 2. S. q. d. lidem a naturali de D eo et rebus moralibus scientia non
distingui, ac propterea ad fidem divinam non reqniri, ut revelata veritas propter
anctoritatem Dei reve lantis credatur, a. ~. Cap. IV. Hoc quoquc perpetnus Ecclesiae
catholicae consensns clocui t et docet , clnplicem esse ordinem cognitionis , non solum
principio, sed objecto quoc1ne distinctum; principio quid em, quia in altero naturali
ratione, in altero fide divina cog·noscimus; ob,j ecto antem , quia practer ea, ad quae
naturali ratio pertingcre potest, r·i·edemla no bis proponuntnr my ~teria in Deo abscon-
dita, quae nisi rev elata divinitus, innote,;cere 11011 possunt.
7. Segun hicimos ya notar anteriormente, la existencia de la ciencia ra-
cional y su distincion de la fe y de la Teología se halla plenamente justifica-
da por la doctrina católica relativa á los dos órdenes: el natural y el sobre-
natural, a la vez que por el dogma del pecal1o original (Cone. Trident. Sess.
VI. Can. 5), en virtud c1el cual el h•1mbre perdió <lirectamente tan solo aqnello
que constituía suestado sobrenatural ( cf. Baj. pr. 22 acerca de Rom. 2, 14),
y por la doctrina relatin\, á la nece,; idad de lo;; motiyo,; de crediuilidad. Cone.
Vatic. l. e. Cap. 3: Ut fi dei nostrnc ohsequium rationi consentancum esset,
voluit Deus cmn int erni,; Spi1·itus san cti auxíliis externa jungi revelationis
snae argumenta, facta scl. divina , atr1ne imprimis miracula et prophetias,
qnae cnm Dei }Jrovicfontiam et intiuitam scientimn lnculenter commonstrent,
divinae revelationis signa sunt cenissima et omnimn intelligentiae accom-
modata.
III. Como q uiera que la razon, pur ;;er imág-en de la razon divina,
no es por natmaleza contraria ú Dios, y la Hewlaciou, por lo mismo
qne proYieue de Dios, no se opone ú los dictado;; de la rnisma razon,
re:sulta que ésta y la HeYelacio11, la ciencia y la fe, la Filosofia y la
Teolog-ía se cli:;ting-uen entn· ;;i pero no :'e oponen ni se contradicen
mutuamente.
AI estableccr la diferfmcía entre la r awn y b Rcvelaeion, y iw;;;ar, por el eontrnrio
que exista oposicion entre cllas, ~l·1ltam u" n n prineip io <1uc s i1·ve de ba~e , pnra deter-
minar las relaciones do tod as las r,iene.ia.'< ii, .la 1'('.ología, de lct socieclad oi vil para oon
la religiosa, clel E4ado pa.ra <:on la I;;Jr>.,ia. I>or f'o<O La Sorbona cond eno la doe.trina
de Pomponaeio y d e los mo d omos "ristr•télieos (lknan, 1. r. p. 850 y sig. ), segun la cual
una cos a que es venladera cH teoJ,,gi" j•UH!e ser fals a eu filo:; o!'ía. El mismo Lutero
aplaudiú esta medida (Obr. X. p. Hfü6) y cl c1nülto noucilio <lc L etran (Denz. H21) hiz.o
esta cleclaracion: Cum verum vero minime contrn1licat, onnwm a,-sprtionem illnmi-
natae fi dei contrariam omnino faLsa.m esse detininrns. Cf. Cone. Ya tic. De Jicl. cil.th.
Cap. IY. Thom. e. Uent. J. 7: Qnac rntio Hatnrn1it<' l' inclitn. .hahct, verit ati ficlci contra-
ria c,;se non possunt. Eti enim, qnae natnraliter rationi sm1t il1t1ita, verissima esse
con ~tat in tantum, ut nc c ea esse faba p«s:3iLi.le sit cogitare, nPc irl, quod fide tenotur,
eurn tarn 8Viclenter divinitus confinnatum sit, fas cst erud erc esse falsn m . Il!ud idem,
quocl in<lllcitm· in aninrnm discipuli a doc ente-, <h• c tm·i~ ,c;r;i1'11ti arn coutinet, nisi <lo -
ceat ficte, quod d e Deo nefas est dicen;. P1·ineipiorum autem 11aturi1liter notorum
cognitio nobis divinitus r,; t inclita , cum ipso Den s sit auctor nostrao naturae. Ha ec
ergu principia etiam divina sapient ia continct. Qnidquid igitur principiis hujnsmodi
contrarimn e>'t, est <livinae sapientiae c: olltrariurn: non igitur a Deo es;;p pot e>t.

IV. En oposicion al Naturalismo y al Racionafünno, al excesi vo

http://www.obrascatolicas.com
§ 48. CONCEPTO DE LA FILOSOFÍA. 367
Supernaturalismo y Fideismo enseiia la Ig·lesia que la indicada diferen-
cia no supone oposicion, sino que muy al contrario existe perfecta ar-
monía entre la razon y la Revelacion, la ciencia y la fe, la Filosofia y
la Teología. Las razonés en que esta doctrina se funda son:
a) Su orígen comun, que es Dios; b) su fin, que es, en ambas, el
conocimiento de Dios y la bienaventuranza obtenida por medio de dicho
conocimiento; e) la cleterminacion más precisa de la una por la otra;
d) el perfeccionamiento y complemento de una por otra.

1. Entiéndese por l\fonismo aquella doctrina que sólo admite un principio


de conocimiento, bajo cl punto de vista de la lógica, y por consecuencia esta-
blece un solo órden de existencia, en el concepto ontológico. La tendencia de
esta escuela se defin e con más claridad en sus relaciones con la Revelacion,
bajo la forma de N atmalismo, es decir, negacion de todo órden sobrenatural;
véase Bretschneider, Dogmática, 4.ª ed., I. p. 72. El Racionalismo no es otra
cosa que la aplicacion de este principio al conocimiento. E sta escuela presen-
ta diferentes gradaciones que persiguen, como objetivo comun, la negacion
de toda verdad reye]ada.
a) Pritner ,qrado : Racionalismo vulgar, que sienta el principio de que la
Revelacion es objeto adecuado del conocimiento humano. Segun \"Vegschei-
der ( Instituti on. § 11 ) : Ration alismus ea cogitandi lex seu regula ... qua
cum in omnibus rebus ... t um in relms gravissimis, quae ad religionem per-
tinent, examinandis judicandisqne rationis recte adhibitae nt summae animae
facultatis normam strenue sequendam nobis esse censemus. Máxima que pue-
de tambien aplicarse "ad religionis cnjusque opinatae supernatnrali s argu-
mentum examinandum. ,, Segun esta doctrina subsiste, es verdad, la Revela-
cíon como una manifestacion adecuada y legitima , pero tíen e que someterse a
la critica de la r azon , es clecir, al examen dnbitatinnn, porque , segun el Ra-
cionalismo, áun en esta primera etapa, la r azon es el principio positivo (prin-
cipium secundum qnod), qne decide acerca de la verc1ad de la Revelacion; de
suerte que la razon individn al que no ]JOsee más qne nn conocirniento accidental,
se erige en jnez de la R evelacion y de la fe. Mas no pndienclo permanecer en
.·~
este punto de partida , muy luégo ela nn paso más el Racionalismo para ele-
varse· al grado siguiente.
h ) Segundo grado: Cuyo principal representante es K ant , en su obra "La
religion dentro de los lími tes ele la razon pura. ,, El resúmen de su doctrina
es, que la Revelacion no tiene otro cariicter que el ele una ley moral que se
anuncia como eflnvio ele la volnntad clfrina; tampoco se niega la posibiliclad
ele la ReYelacion, antes por el contrario, la fe y la 'J'eología snbsisten con
cierto derecho y legalidad, como disciplinas ó elementos de pedagogia; pero
en realidad sólo se manifiesta en la accion general ele la Providencia divina
y no tiene más importancia que la que deriva ele las icleas morales que anun-
cia bajo la forma de precepto s divi nos, los cnales, a su vez no sou más que
verdades racionales.

http://www.obrascatolicas.com
368 P.\RTE SEGUNDA. J,IBRO TERCERO. SECCION PRDl};RA.

c) Tercer ,grado, en el que figuran á la cabeza de la escuela Hegel, Stran;:s


y otros jefes de sectas particulares. Para ellos la Reli gion cristiana y la Re-
velacion no es más que la fil osofia absoluta ó panteista bajo la forma de re-
presentacion empírica. La idea especulatirn de la unidad de Dios y del espí-
ritn humano se manifiesta cn la representacion ó mito de J esús de Nazareth.
Pero la verdad especulatint no pnecle conciliarse con la ensefianza represen-
tativa ·'de la Iglesia, á.ntes bien la es completamente extrana y opuesta. De
donde se signe que nada justifica la existencia ni d el Cristianismo ni de la
Revelacion . Yéase mi obra: D. F. Strauss, 1876.
c1 ) Cnarto 11 último grado. constituído por todos aquellos que ponen eu duda
la verdacl objetiYa ele toda reli.qion, consi<lerándola tan só lo co1ho una tendeu-
cia del espíritu , que cr ee satisfacer ó satis face una n eces idad ideal por medio
de las fantasfas y sentimientos religiosos, colocá.nclolos ú manera de contra-
peso enfrente elel mundo real: 1le esta ,manera se supone r1ne la Heligion es
para el Ynlgo lo que sou la c: iencia y e! arte para los hom lJres ilusn a<1os. En
este punto de vista se lrn colocado Stranss dnrante cl último período de sn
viela, asi como Henan, Langc y otros.
2. Enfrente de esta escnela y en c1ircc:ta oposic:ion con ella se enc:uentra
el monismo s11pernat11ralistrr eJ:Iremo, cu:--as exageraciones le colocan tamhien
fnera del terreno d e la Ycnla,1. Tmnbien se distinguen en él di,-ersas formas
y gradaeiones.
a ) Primer grado: Sn principal repre~entn,nte fné L amennais, que no reco-
noce más criterio de venlrul qne la razon qe;1er11l, el seu/ido comi111, conside-
rando insnficiente para eo110 ccrla la rnz •)ll im1iYiclual : ele snerte que la razon
general, ó de todo el género hnmano es d único fund amento ele nnestr<i cer-
teza, cloctrina sustentada en sn~ obras: Essai sm hnclifférence en matilire ele
r eligion, 1817, y Défense de r essai, 1821 , qne fneron cornlenadas por Gre-
gorio XYI ol 2>J de Agosto de 1832. Banbin introclnjo en esta c1octri1ia algn-
n as modi.ficaciones, de bs c111r hizo una r-alnrosa defensa eii su obra ,, Filc1soffa
d el Cristianismo, 1836. ,. ;-;o,;riene eu Plh r1ue la razo n 11 0 e,-; capaz d e prohar
ni la existencia de Dios ni la credibili rlatl d e la ReYelac: ion. Cf. Theses. a B.
snbscript. 8 Sept. 1840 ( D enz. ·1488 si;!·s. , parricnlnnn ent e la G: RGtio cum
certitudine authenticitatem revelationi,.; .T rnlaeis per Moy:sen et Chri,.;tianis
peT J. Chr. faetae prolJarc potest.
b ) El 'l'nu1i cionalismo S(' apocleró Ü•• esfa,; teorias dcfo1llli8ndola:; y l1es-
arrollándolas con gran C:O ]>Í a cb 11atos, e11 cny::i tarea lle;;cnellan ele nna ma-
nera especial: ele Bonalel, on sus "Juye;-;tigaciones filosófü:as acerca de los
primeros oh.i etos ele los con ocimientos mo rales,,, P arí.s, 1826; Ballanche,
Obras, 183B, y Bonnetty, "Anales d e filo .~ofia cristiana,., 1831 y :;ig,;. Cf
Decr. Imlic. d. 11 Jan. 186:J. La tésis fom1amental de esta teoría es, que sin
leng naje no posee el hombre ningnna idea : por cuya rnzon el lengnaje e,;;
indispensable para qne se Yeriligue e! descnvolvimiento de las ideas en gt>-
neral, 6 á lo ménos en el ónlen religioso-moral. Mas corno qniera qne el len-
gnaje no pucde desarrollan;e sin nn impulso exterior, sin la ensefiauza, sígne-

http://www.obrascatolicas.com
§ 48. CONCEPTO DE LA FILOSOFÍA. 369

:;e que Dios tuvo que comunicar al hombre el lenguaje y con éste las primeras
ideas que luégo se han trasmitído por tradicion. Además del mencionado
decreto, merece consultarse la impugnacion de esta doctrina por Ubaghs.
Véase Katholik de 18G5, I. p. 210 sig. II. p. 491 sigs.
c) Al tercer grado pertenece la doctrina de los reformadores, especialmente
de Lutero, que sostienen la absoluta incapacidad de la razon para conocer
cosas sobrenaturales ó divinas; afirmando que desde la caida original es

"totalmente ciega,,, de suerte que si se arriesga á emitir un juicio sobre este
particular, tiene por necesidad que caer en el error; porque "todo cuanto
investiga y deduce, e" tan seguramente falso y erróneo como que Dios vive,,
(Obras, XII. p. 398 ). Véase Strauss, T eoria de la fe, I. p. 312. Los autores
y partidarios de la fórmula de concordia se apropiaron esta doctrina, adop-
tada asimismo, annquc con ménos exageracion, por los r eformistas y janse-
nistas ( Pascal, "Gnigenitns ,, pr. 41 48. Denz. J 25G-12G3 ).
d) En el c1w1·to ,qrwlo se mantiene el excepticismo, representado por Mon-
taigne, L a Mothe le V ayer y más particularmente áun por Huet, autor del
"Tratado filosó fico acerca dt> la flaqneza dd espíritu humano,,, lí21, y que
casi siPnta los mismo:> principio" que los antiguos Académicos ó Sofistas, ne-
gando la posihilicbc1 de toda certeza en el conocimicnto, no tan sólo á conse-
cuencia del pecado original', si que tambien á causa de la natural impotencia
del espíritu humano.
3. Las escuelas que sostienen que existe oposicion insoluble entre la
razon y la Revelacion, entre la ciencia y la fe, la Filosofia y la Teologia son:
a) P. Pomponacio y los neoaristotélicos , que con semPj ante doctrina pre-
tendían cubrir con cierta apari encia de razon la negacion de toda verdad
religiosa. Antes habia ya dicho B entus (1277): ea esse nota et vera secunclum
philosophiam, sed non secundum fü1em catholicam (D enz. 398).
b) Con más aparato cientifico han tratado de pro bar esta pretendida con-
trariedad entre la .razon y b R evelacion: Schleiermacher y Jacobi (Cartas
acerca de la doctrina de Spinoza, 1789). Al decir de estos filós ofos, todo es-
fuerzo que hagamos para conocer, por medio de la l'(tZOn, cualqniera de las
verdades divinas conduce necesariamente al fatalismo, al ateísmo ó al pan-
teísmo. Por e;;o la religion y la fe tienen sn raíz en el sentim1ºe11to, que, á su
vez, se distingue de la ciencia, del arte y de la moral.
4. La relacion que existe entre la naturaleza y la gracia, esa misma existe
necesariamente entre la ciencia natural y la fe. Desde un principio se halla
fqndada la naturaleza sobre ln gracia , que cs como sn base y eonllicion de su
existencia, puesto que la perfecciona y b completa. De esta manera se origina
la unidad de dos cosas diferentes, que tiene su último fundam ento en la
unidad del fin a que tienden todas la~ obras de Dios, lo mismo en el imperio
..·,
:,.,,
de la naturaleza que en el de la gracia: la santificacion y bienaventuranza del
género humano. 'l'hom. in 1 Sent. prol. a. 1. Esto justifica plenamente el ana-
tema que contiene la prop. 14 del Syllabns: Philosophia tractanda est lmlla
supernaturalis revelationis habita ratione. P ero esto no sólo tiene aplicacion
TOMO II 24

http://www.obrascatolicas.com
370 PARTE SEGUND A. LIBRO TERCERO. SECCIO N PRIMEltA.

á la Filosofia, sí qnc tambien á todos los elementos que componen el órden


natural, los cuales sólo cumplen su destino cuando, de una manera mediata
y dentro de su r espectivo círculo, se ponen al servi cio clel órden so brenatu-
r al; miéntras que , viceversa, este á Hl vez confirma y det ermina el órden
natural eu todos los terr enos.
5. Acerca del mutuo auxilio que se prestan la razon y la R evelacion , !ta dicho el
• concilio del Vaticano, /. "· e. 4: Neque solum fid cs et ratio dissidorn in ter se nun-
quam possunt, sed opcm quoqne sibi mutu rrn1 ferunt. , cum recta rat.io fidei funda-
menta demonstrat, ojusqne lumine illustrata rerum divinarum ,;cicntiam excolat;
fides vero rationem ab crroril:rns liberet ac tueatnr eamque m ultiplici cog-nitione in-
struat ... fatetur ( Ecdesia 1 eas ( humanas :trks ) qn emadmodum a Deo , sciPntiarmn
Domino , profectae ~ unt , ita, ;;i r ite pertractentur , ad Deum, juYa nte Pjns grn,tia, per-
dncer e.
V. La Filosofia es propedêutica de la Teologia : principio que se de-
muestra:
a) P or tener, m parte, idéntico ohjeto, como sucede en todos los
asuntos que no traspasan los límites ele la razon : 1J ) porque es la cien-
cia que desenvuelve los princípios y l<>yes fun<lamentales sobre quedes-
cansa toda disciplina; e) vorque úun los eonceptos que esencialmente
pertenecen al dominio de la Teologfa no pueclen con ocerse ni clemos-
trarse con absoluta independencia tle los conc eptos análogos de la
Filosofia.
Asi lo reconoció ya San Clemente do AlPjrmdría, que llama á la F ilosofia
TIOOTIW.0s(:z -:o:J "V'/tuv7~xr;:J. Strom. r. õ. Cf. VI. 7. 10. Así como antes de J esu-
1 '
cristo sirvió á los griegos 11e guía para ll ega r a .T esncristo , como la ley a los
judios, d e la misma manera sirYe hoy á los cristi anos de preparacion para
llegar a adquirir nn conocimiento cientifico d e sn fe (i,r;"('.xi;N ?:·hi;;-:scr&ct.~
yvC:>cra0ç ), d e baluarte y coraza para rechazar los ataques de los incrédulos
( Cfp:zyp.oç ' -
' o~xE~oç ' (J p1:yxoç
x:z~
\ 7 v'J- '.Z(-7:SMü'10.;
, ' - ), , SH)1118ra
. . 1a fºe, en s1' mlsma
. , no
haya menester de smnejam e auxilio y se lm:.;te á si misma ( ct.u-:oup·r~) cr-oqilq.
r.poTCct•.Ô~:.ióp.svr;•. ), to<la vez que es la rnisma virtnd y sabiduría <le Dios.

VI. La Filosofia presta auxilio á la Teolog"ia de rnrios modos:


a ) E xpone y rlernuestra las wrclncll's fun clamentales de la Religion
natural , y de la moral; como sou las relati rns á Dios, a] alma, la in-
rnortalidad , la lihertacl y la virtucl : b) clemuestra la necesida<l de la
Hevelacion y los motivos ele credibiliclad ele la misma (motiva credibili-
tatis et credenditatis); e ) establece los principios y conceptos lógicos y
ontológicos, por medio de los cuales la intelig-encia reconoce la doctri-
na revelada; d) sirve de auxiliar á la Tcolog-ía, para exponer, demos-
trar y defender los dogmas bajo una forma sistemática.
Cf. Thes. a. Baut. subscr. y D eu·. Incl. d. 11 Jun. 1855 pr. 2: Ratiocinatio Dei exis-
tcntiam, animae spiritualitatem , hominis libertatem cum certitudine probarc potest.
Fidcs posterior est revelationc, proincleque ad probandam Dei existentiam contra

http://www.obrascatolicas.com
§ 48. CONCEPTO DE LA FILOSOFÍA. 371

atheum , ad probandam animae rationalis spiritua\item ac libertatem contra natura-


lismi ac fatalismi sectatorem allegari convcnienter nequit. 3. Rationis usus fidem
praecedit, et ad eam homiuem ope revelationis et gratiac conducit. Cone. Vatic. De
fid. cath. e. 2 can. l l. e. cap. 4: Ratio quidem, fid e illustrata, cum sedulo, pie et sobr ie
quaerit, aliquam, D eo dante, mysteriorum intelligentiam earnquc fru ctuosissimam
assequit ur, tum ex oorum , quae naturalitor cognoscit, analogia , tum ex ipsorum
mysteriorum nexu inter se et curn fine hominis ultimo. Pins IX. ad Archiep . .i\fonac.
d. 11Dec. 1862: Vera ac sana philosophia nobi lissimum sunm lo cum habot, cum ejus-
dem philosophiao sit, v eritatem diligenter inquirere, human amque r ationem licet
primi hominis culpa obtenebratam, nullo tamen modo <'xstinet.am , r e<'te ac sednlo
excolere, illustrar e , ejusg_ue cogni tionis objectum ac perrnultas v critates percipere,
benc intelligere, promovere uti Dei existentiam, naturam, attributa, quae etiam fide s
credenà.a proponit, per argumenta ex s11is principiis petita dem onstram, vindicara,
defond ere atque hoc modo viam munir e ad haec dogma ta lide rectius tcnenda, et ad
illa etiam r econditiora dogmata., quae sola fide porcipi primum possunt, ut illa aliquo
modo a ratione intellig a.ntnr. Por cs o San Clemente .Alejandrino est abl ece entre la
teodicea natural y la fe la rnisma rel acion que existe entre. las otras disciplinas
('tà: E"(XUl'.ÀtxiX p.Gt0'i1p.Gt"i:Gt ) y clicha te odicea natural. L. e. I. 5. " ;tpr1crlf1.'IJ c:póç 0EocrÉ~EtGtV
jLVt"'C·:X~, 1.po7::t(Osb: ':'.Ç 'J7-;cr7. -:otç- -r·f;'' 7: [ ".r~ ~·., 0i à;:o02~ÇElUÇ"' z:.<p':':o'.J~i·,otç n· I. 2. ~;O'J'Tf,Jf.J-'.l':lcrfct
'tlÇ nicr't<wç :c::oôzti-."'úl ,,. l. 20. "' v'.lVGt~-:,0·1 l'.Gtl cr·;•1spyàv -:1,ç iih,Oouç i-.ai;(Ú,-f1 ~êwç,,.
Augustin. Do Trin XIV. 1: Hui c sci cntiae tribuitu r illud, quo fides salubonima gigni-
tur, nutrítur, tl efenditu r et roboratur.

VII. Aunque la. Filosofia, lo mismo que todas las ciencias naturales,
es una disciplina inclependiente que, como tal, se diferencia de la cien-
cia de la. fc, no obstante indirectamente (ah extrínseco) se perfeccionay
completa por la fe; dE' suerte que no puede permanecer ignorante de
sus principios, sino que mú s bien debf' emplea r todos los meclios de <1ue
dispone para adquirir conocimiento de ellos: y f•sto por las siguientes
razones:
a) Porque, segun el plan de la diYina Providencia, desde un princi-
pio, lo natural está fundado en lo sobrenatural, de tal ma11era que lo
primero depende ele lo segundo; b) porque las enseiiarnms dogmáticas
llevan al terreno filosófico una ::;erie de ideas propias que abren á la
Filosofia nuevos horizontes; e ) porque la luz de la fe impide caer en
error á la razon natural: d ) porque la da mayor fnerza y seguridad
áun en las cuestiones que son de 1:;u propio clominio.
1. Cone. Vatic. l. e. cap. 2. Como quiera que todo el órden natural y, en
particular, el d omínio del conocimiento natural, no es m ás que nna parte del
plan d e la crea cion y de la salvacion establecido p or Dios , es evidente que
aquel que tenga más claro <:Oncepto del eonjunto de ese plan soberano y que
mejor comprenda l o particular en s us relaciones con lo general, sabrá tam-
bien apreciar mejor ambas cosas en toda su significacion importancia. e
Síguese de aquí qu e las ciencias racionales no cumplirán en debida forma su
objeto si no tratan de orientarse en las enseiianzas de la fe.
2. Pius IX. Encycl. 9 Nov. 1846: quasi philosophia, quae tota in naturae veritate
investiganda versatur, ea respuere debeat, quao ... Deus ... h orninibus rnanifestare

http://www.obrascatolicas.com
372 PARTE SEGUNDA. LIBRO TERCERO. SECCION PRIMERA.

est dignatus. Pius IX. Alloc. d. 9 D ec. ls:'ii y particularmente en su citada Carta ai
arzobispo de J\Iunich de 21 d e Dic. de 1863: Quamvis enim n aturales illae disciplinae
suis propriis ratione cognitis principiis nitantur, catholici tamen earnm cultores di-
vinam revelationem vcluti 1·r,clricem s/e!/ arn prae oculis habeant oportet, qua praelu-
cente sibi a syrtibus ct orroribus eaveant. ubi in suis inv estigationibus et commen-
tationibus animadvertant posse se illis abd uci, ut sacpissime accidit, ad ea proforen-
da, quae plus minusvo adversentur infallibili rernm veritati , quae a Deo rcvelatae
fuere. Cf. Syllab pr. 10 - 14. "Por eso estuvo muy oportuno San Clemente Alejandrino
al llamar la fe (1. e. II.1 ) zp!-:"i,p!0•, -:T,r, io-:!:r~-f,1rr1 r,.

3. Es Yerdad •1uc la evidencia interna e,.; la única norma intrínseca de


todo conocimiento filosófi co: pero los dog1Eas de la fe constituyeu una guía
externa de la actiYidad ci entífica que contri lmye á aumentar y en,;:mchar el
circulo de sus pri11cipio,.; y de sns meilio:::. Sígur,.;c de esto que la iuflnencia
de la fe, léjos de rlestrnir la independencia ele la ciencia, la estahlece c;obre
más sólida base y que la ignornncia de lm; verdade1> de la R evclaciou es la
c1ue destruye esa indepenclencia. Y es que este deber de la Filo,,;nfía y del
filósofo tiene su raíz y follllamento eu la esew:ia d e la fe y de la misma c.ien-
cia , y es aclemás legítima consecuencia 11e la 1lnctri11a de la Iglesia y de los
teólogos, relatiya ú la ncce,;iclacl moral d<' la El;,·elacion ( Cone. Yatic. l. e.
eap. 2 ) : Huic diYinae r evelat ioni trilrnernlnm quidem est, ut ea, qnae in
relrns divini,- hmnanaP rn1ioni imp en·ia non ;;nnt, in praesenti qnoqne gene-
ris humani conditi one ah omnilrn s expedito , firma certitucline et nnllo aílmix-
to errore cognosci pos,.;int. Ded ú cese tam hi011 de la ensefianza de la Igle:oia
acerca de la decadcneia <lel horn bre, y mu y particularmente de sn entendi-
miento, por efecto del pe•:ado original, qne sP trac1nce en 'ig11ora11cia, segun
la expresion de San Agitsti11 í De clon. twn.;ey. e. 11. Cf. Alloc. U D ec . 18M).
Por otra parte, de,-con oci<lo este de her, no ,;ola men t e se niega toda rPlaciou
de la Filosofia parn c011 el dognrn y la Igle:-;ia, ,;ino que se desconoce Psa re-
lacion en todas las ciencia,.; racionale,; y eu todo cl domínio del órden natnral,
en el clerecho, en la ;;oc-icdad y eu el :Es tado, re,.;ultaudo de aquí que el órden
natmal es norma y medida tl el sohrenatnrnl. Syllah. pr. 39 - f'>5.

- VIII. Es falsa la tésis que prc•clama la lihertad absoluta de la Filo-


sofia y de la ciencia en g-enernl. De dondí' S<' ii1fiere que la proposicion:
Philosophia est theoloµ'iae ancilla .: ProY. 9. :3 ) no e:s:presa una opinion
particular ele la e:.;cul'la e;::colá;:tica . ni se opone ú la irnlepe)\(lencia y á
la rlig-nidad ele la Teología ó de la,; ciencias racionales , ántes por el
contrario se funda <·n el ol1jpto ;· ]a e,.;cncia mi,;ma de la Filosofia y de
la Teolog·ía.
Ya Aristóteles expresó ei>te pensamiento c.011 relacion á la 'l'eodicea ó Teo-
logia natural ó filo sófica (J\Jeta11h. III. :: ) : ÍJ •1.b "z:; ~:;·1'.Y.CJ)-:'l.-:·r,
. \ 1 \ ' ~ /
Y.'l.\. ·r,-·0•1.r; 1'.-
1 \
0

%l•)77.':'·r. Y.'l.\~ -~, <.:>77:2? 0r./J)~'l..; '.100: 'l:i-:~'.7:2 ;>1 -:'l..; 'l.J.i:z~ ~'::'~7-:·f1 :J.1.; 0~%7.'.'YI; ·í, --:0.J
7ii.r./;.; Z'l.~. 7~ ?.· "1fJrJ·J 7.fi'.-:J.0-:·r. , -:00:0·.; ·.·'l.: ~·1-=. Y.'J. -:· :Y.J.i.-:1: -;, 0Z ":W'I i:p<~7f.J)'J 'l.~7~W'I
1

Y.1.~. 7ryJ :J.'l.).'.77·7. S;:•.7-:·1 -:-r;.J 0'.t•J?~:;8·r, z ~·1:,·. 1


1
•• -:·{;~ fJ~7i.:t.~ -i•J z!:·r. ":O'.'l.:.r:·r Cf. l\Ie ..
·{
1 1

tap h. YI. 1. XI. 'i. El menci o n ~.do axioma no e~ nü s qne la aplicacion (in 1>ensu

http://www.obrascatolicas.com
§ 48. CONCEPTO DE LA FILOSOFÍA. 373

accommodatitio) del pasaje de los Prov. 9, 3. Cf. Thom. Summ. I. 9. 1. a. 5.


Sapientia aedificavit sibi domum, excidit columnas septem, immolavit victimas
suas, miscnit vinum et proposuit mensam suam. Misi~ ancillas suas, ut voca-
rent ad arcem et ad moenia civitatis. Si, pue;;, todas las ciencias c1eben po-
nerse al servicio de la verc1ad eterna, nos conc1ucirán necesariamente, unas
más otras ménos, a Aqnel que, por medio de su ReYelacion, h a anunciado la
verdad eu el más 'pleno y genuino sentido de la palabra. En esto se funda
la expresion de San Clemente de _1.lr;jandria ( Strom. I. 208) : 'A)..),' tiiç -r&
' "' ' () ' r; , .. "' ' ... 1 ' "' ' ...., r•
t..yx·JxA'."'l.'1. r~'J-,l~~":'':t ":i'J'f~':t1.1,s--:1·. -;:p0; :- 1.),fj''jºr.t',.'l.'I --:·1j') 0s'77..fJ~')':J.v 'l.U':'l1)V , ou":'h>
xo:~ :.ç•.),o7o'.;la. '1.tr:·r, ;::),~ 70'.;;.::t.~ x::·(,,,•.·1 7:;•1s::Ns ~: donde aplica á la Filosofia
y
a la Teolo~ia la rela~i~n q;rn exü;tió entre ·-~ga~· y Sara ( I.
1

5 ) : KupLo: -robuv -~
ao9b. -:·r,ç r•.Ào7o:pl.::1.;. Un peni;amiento análogo se desarrolla en estas palabras
de Amphiloch. ad Seleuc. ( ap. (+regor. N az. Carm. 8 ) :
Ka~ .._,ry_:, õ:.x,..'.V'1 --:·'r ·1 70c~':l:1 --:o.J 7:'1s0•J.'Y..7Gc.,
1
" l 1 j 1 •

1\ '.J<uij:;·1 0~7':1.'I Sx 8~00 -:-~ ~~'."'u.Sv·r,v


1 1\
&
/

.iS7.-:0 .:rx'1 s1·1:1.'~


1
-;·f,; xi-:t•J -::~.'~~z:.J;.scü.;.

Joan. Damasc. Dialr,ct. c. 1. Hieronym. Ep. 70. ad 1\Iagn. Philo, De con-


gressu erndit. quacrendae cau0<a. p. 340. Tambien Bacon ele Verulamo ha
hecho suyo el axioma de los escolásticos. Cf. Clemens, D e scholasticorum
sententia, philosophiam esse H1eologiae ancillam. 1806. En realidad de ver-
dad no es más que la consecuencia ineludible de los princípios que dejamos
sentados. Cf. Thom. in I. Sent. prol. a. 1: Ex hoc possumus habere duas
conclusiones: una est, quoc1 ista scicntia (fic1ci) imper:1t omnibm; aliis scientiis
taliquam pri11cipalis: alia est qnod ipsa utitur in ousequium sui omnibus aliis
scientiis quasi vasallis, sicut patet in omnibns :irtibus ordinatis, quarum
finis unins est sub fine alterins .. . Ita cnm fiuis totius philosophiae sit infra
finem theologiae et onlinatus ad ip smn. theologia debet omnibus aliis scien-
tiis imperare. Cf. Summ. I. q. 1. a. ó. E s el mismo pensamiento expresado
por San Cris6stomo, San Agusrin (Civ. Dei VII ) y Dante (Infern. II. 29),
cuando afirman que toda la Creacion y la historia del género humano ti<iinen
su término y complemento en la I glesia cristiana.

DISERT ACION PRIMERA.


La verdad y la certeza.
Thom. De Ver. per tot. Summ. I. q. l fl s•1· I~iberatore, D ella Conosccnza intellet-
tuale. 185i. Balmes, Filosofia fundamental , IV. Sanseverino, Filosofia cristiana, Nap.
180'2. K.leutgen, Filosofia dei pasado, 1860, I.
La verdad es el objeto de todo conocimiento , lo mismo sobrenatural que
natural. Eam ( veritatem ) non sol nm ma.gis quam corpus , sed etiam magis
quam se ipsum appetit animus. Augustin. De mendac. e. 7. Llamase certeza
aqnel estado del espiritn que conoce , con relacion á la verdad, en el que se

http://www.obrascatolicas.com
' 374 PARTE SEGUJSDA. LIBRO TERCERO. SECCION PRIMERA.

funda la posibilidad y la importancia de toda ciencia. La primera constituye


el destino de todo sér en HÍ mismo; la segunda no es más que lm accidente
'
del conocimiento. Pero ambas serán objeto ele particular exámen.

ARTÍCULO PRIMERO.
La verdad y la certeza en general.
§ 49. DE LA VElWAD.

I.
La vordad e,; el objeto del conocimiento: cs la iµ· ual acion del es-
píritu cou el sér . Podemos considerarla bajo tres diferente;; puntos de
vista:
a ) En sí misma, como determinacion ohjcfrrn d<>l s<'.·r (veritas in
esseudo J, y tenemos la w rdad_ metafisica: b · eu ;-;n rcl acion con el co-
nocirniento ( verita~ in cognoscenclo ) , n~rdad lógica ó formal: e) en su
relacion con la l~x1n·e.~ion ó con el leng·uaje t writas m loquenclo ) . y
t en ernos la Yerdacl del lenguaje.
1. 'fhom. I. <t· l ii. a. 1: Yeritas est adaequati1_1 rei et in tellectus. Los an-
tiguos distiIJ gniernn cinco tle tenninacione,; trascend011tales del sér ; todo sér
es algo ( res ) , inclivisi.hle en si ( unum ), clistinto lle todo lo demás ( aliquid,
qna8i ad :i.liud quid ), g11anla relacion cou la fac11ltall :i.petitiva, por consi-
guiente es alg o bueno ( bonmnl , y con la fa cnhad eognoscitiva, por cuya
razon es vcrchd ero ( vermn ) cf. Thom. /. r. Cf. Aristotel. :M:etaphys. YI.
4 . <>U . .j..1.

,;, ~;;....J1.-."
. . ;.~"""'-o' ,1,.. .-;,- ... ,..,1 ,....; ..~ .,.,ü';..
. . . :. -, -:_- _,. '. , .---1· : "'1'1 : ~ . ;f ''1'""
y.:.'JJJ"":'·J. .. ., J..1. , ,'J;;,,": .:.1 .. J .. -: ,.,.IJ':J.jr).".1.J .1 7 • • • 'J. , , -) -J:"J.l:.J .. 't•

Mién tras que la facnltad apetitfra se siente como atraida hácia el objeto, la
facnltad cognoscitiva aspira á equip ararse al objeto; p or cnya razon lo bueno
es determinacion del obj eto , en tanto que lo wrcladero lo es <lel sttjeto que
conoce. Cognitum est in cognoscente per modmn cognoscentis. Thom. l. e;
De donde se intiere c1ue las co~as sólo pueden ll nmarse verc1a,_1eras ele nn modo
secundario ( denominati \·e , á la mau era que una medicina se (1ice qne es sana).
pero la ven1acl resic1e primera y propüuneiite en c·l espíri tu , de suer te que el
obj eto e;; venlac1ero, por la relacion de ignahl ad ( r1daelj_natio) que guarda con
el espíritn. 'l'hom. /. r·.: Dicenc1nm, quod r es aliter compara tnr nd intellectnm
practicmn , alitcr acl ,.;peculatiYum. Int ellectm; pnwlicu,.; eansat res ; unde est
memmratio rerum, quae per ip surn fiunt. Sed inr ellectus sp eculativus , quia
accipit a rcbns, est quoclanunodo motus ab ipsis rchu,;, et. ita res mensurant
ips um. Síguese , 1me;,; , que si bien la verdad reside , para nosotros, primera-
mente en los obj etos, no sem ést os verch dero s sino en cnanto que correspon-
c1en á la idea crcaclora de Dios. Res ergo natnrnlis intel' <1nos intellectus
constitnta, secnndnm adaequationem ad ntrnmqnc vera dicitnr : secundum
adaeqnationem acl in tellectnm divinnm dicitur Yera, in qnantnm implet hoc,
qnod est ordinata per intell ectum divinum. Secumlnm antem adaequationem
ad i11tellectum humannm dicitur r es vera., in quantum nata e;:t ele se formare
veram aestimationem. En esto se fun da la exactitnd de nnestra anterior de-

http://www.obrascatolicas.com
<
.
§ 49. DE LA VERDAD. 375
finicion de la verdad, eu su relacion con la inteligencia divina y con el enten-
dimiento humano; áun en el supuesto de que és te no existiera, subsistiria la
verdad. Sed si uterque intellectus ( tambien la intcligencia divina) intellige-
retur anferri, nullo modo veritatis ratio remaneret; l. e. Anselm. De Ver.
e. 12 : Veritas est rectitudo sola mente perceptibilis.
2. El conocimiento del espíritu divino determina la verdad objetiva ó
trascendental (intellectus divinns mensurat res); la verdad trascendental de-
termina el conocimiento dei espíritu creado, la vcrdad lógica 6 formal (res
mensurat intellect mn humannm ). Veritas est in intellectu, secundum quod
rem apprehendit ut est. Thom. I. q. 16. a. 5. Augustin. Soliloq. II. 5: Ve-
rum mihi videtur esse id, quod est. De ver. relig. c. 36: Eam esse veritatem,
quae ostendit id, qnod est.
3. De donde se infiere que la verdacl se encuentra primera y propiamente
en Dios ; tambien propiamente pero de una manera secundaria en el espiritu
creaclo, impropiamcnte y de un modo secundaria en las cosa:> , en cuanto que
representan cierta. relacion con el entenclimiento ( i ntelligibile ).
II. Dios es la primera verdacl, fundamento y medida de toda verdad,
en cuanto que todo lo que existe tiene cierta semejanza con las ideas
divinas que lleva en sí rni;;nrn la razon alJsoluta, á rnan era de modelos
primifrrns de todo lo que existe.
1. Bajo tre s diferentes conceptos He dice que es Dios la primera verclacl.
Como verita.s in e .~senclo, verclad t.rascenclental, por ser infinito en su esencia,
é infinitamente cog110:scible, y porque ele Él proviene todo sér y todo lo iute-
ligible; como veritas in cognoscendo , verclad formal, por e nau to su Sér es á
la vez su conocimiento , y todo conocimiento, por consecnencia, emana de Él
como ele la raz on absoluta : como veritas in loquenclo, verdacl moral , porque
es el órden moral eterno, la santidacl misma.
2. De aquí proviene el que puecla clecirse que existen muchas verdades,
sienclo asi que no hay más que una. Pero lo primero s6lo tiene aplicacion al
entendimiento creado y lo segundo hace tan sólo relacion á la inteligencia
divina; ya que todas las cosas sou algo verclaclero únicamente con r especto á
la inteligencia di,·ina, en cnanto que rcpresentan cierta semc:janza con ella.
Thom. Summ. I. q. IG. a. G: 8i loqnamur ele veritate, prout existit in intel-
lectu secundum propriam rationem, sic in multis iutellectibus creatis sunt
multae veritates, et in uno et eodem intellectu secundum plnra cognita ...
sicnt ab una facie homines re:>nltant pi ures similitncline iu specnlo, sic ab
un a veritate divina resnltant plnres veritates. Si Ycro loquamur ele veritate,
secunclum quocl est in rebus, sic 01nnes snut vente una prima veritate, cui
unumquoclque assimilatnr secundum suam entitatem. Precisamente por eso
conocemos toda Yerclacl únicam ente por Di os , que es la suma verclad absolu-
ta. Thom. De yer. q. 1. a. 4 ad 5 : Quia per eam (veritatem) judicare non
possumus, nisi secundum quod est similitmlo primae veritatis, icleo secunclum
primam veritatem ele omnibus dicimur juclicare. Cf. Thom. Summ. I. q.
12. a. 11.

http://www.obrascatolicas.com
-~- ~- ., :.

376 PARTE SEGUNDA. LIBRO TERCERO. SECCION PRIMERA.

III. Infiérese de lo dicho que la ,-erdad exi:ste ante todo en las icleas
di,~nas, que realmente son una misma cosa con la esencia divina; en
segundo lugar existe en el sér creado conforme á las ideas diYinas, que
sou sus prototipos; y luég·o en la intelig·encia creada que contempla en
los objetos una imágen de las ideas dh-inas.
Of. Augustin. QQ. div. Qu. 46. Anselm. Dialo g. de vcritate. Thom. I. q. 15.
De spirit. creat. Qu. uni e. a. 10. Lessius, De divinis perfecti onibus Lib. IV.
Leibniz, Nonvea.ux essais sur l'entendem ent hnma.in. IV. eh. 11. Augustin.
l. e.: Ideae in divina intelligentia continentnr .. _ Singulfl igitnr propriis
sunt creata rationibus. Has autem rat.iones ubi arbitramlum est esse nisi in
mente creatoris? Cf. Confess. X. De lib. arb. !. II. De Trinit. L. XII. Civ.
Dei 1. VII. Ansclm. 7. e. XIII: Improprie hujus vol illin::; rei esse ( veritas)
dicitur, qnoniam illa non in ipsi s rebus aut ex ipsis aut per ip,,;as, in quibus
esse dicitnr, haliet sumn esse; sed cum res 1j1sw' secund1w1 i/lmn szmt, qnae
semper praesto est his, qnae sunt , sicut. esse dehent, nrnc dicitnr lrnjus vel
illius veritas. En este sentido puede afir marse qne en Dios existe una ic1ea y
que existen muchas (/.~~'º'· r;V'S'.0<.0~0·. Dionys. Areop. De diYin. nomin. e. 6).
Thom. l. e. a. 2: Idea non nominat diviirnm essentiam, in qnantnm e;;t essen-
tia, sed in quantum est simihtudo vel ratio 1111jus vel ülius rei. 'Cnde secun-
dum quod sunt plures ratione;; intellectae et una essemia, secundum hoc
dicuntur plures ideae. Por consiguiente, só lo e11 el órden moral cabe supo-
ner alejamiento de la iclea divina.
IV. Toda vez que la verdad tiene propia y prirneramente su funda-
mento en la intelig·encia divina, resulta que nada hay vercladero que
no lo sea por Dias; que no existe ningnna venlad sin Dios y c1ue Dios
es la única verdad.
V. Infiérese de todo lo que hemos expnesto:
a ) La iclea que existe en el espíritu creado no es el objeto del conoci-
miento, ::;ino el rn edio del mi:;mo. b) La po:::il1ilidacl de alcanzar un co-
nocimiento vcrdadero se funda en que el pen:::amiento humano es una
imágen ó semejanza del pensamiento divino f1ue se realiza en las cosas,
por cuya razon las leyes de nu estro pensarniento correspondeu á las ca-
tegorías del sér y ú su esencia, lo lógico corrcspom1e it lo ontológico.
e) Por eso precede á todo conocimiento la 1wrcepcion sensible, que
constituye el material para la facultad cognoscitiva de] espíritu. d ) En
eso se funda tambien la posibilidad de conocer á Dios y la manera con
que le conocemos. e) En eso e;;triba asimisrn o la diferencia fundamen-
tal entre conocimiento natural y sobrenatural.
1. K ant (Critica de la razon pura , 2." ed. , 383 ; co11siclera la idea ( ~ ~0oç,
form a, species Cicer. Tuscul. I. 24) como "un concept o necesario ele la raz on,,,
sin que exista en los sentidos ningun objeto que pue<la eqniparúr;;ele. P or
este camino se cae necesariamente en el suhj etivismo y en el id ealismo, toda

http://www.obrascatolicas.com
"" •"""::·,"

§ 49. DB LA VERDAD. 377


vez que, segun eso, es imposible traspasar el círculo de las representaciones
puramente subjetivas para entrar en el imperio de la realidad. Aristóteles
sostiene la tésis contraria (Metaphys. VII. 7) : 0:-rro -;lz.'l'r,; Ôz yí. ;~127r1.~ O'.TW'I
' 'l'"." , - ' ~ .,....... ':'o\ ..... ' ' , ,. ,. ' , ~ ' , , ,
'tO €t.OO~ EY ";'{) 'f'JZ'ft' S!.OO; OE A~"''{W '!O"='" ·r.'i S~V~'.. SX'1.'J"":'O'J %~'. --:·r1'i 7:pW7f1'i O'J"S~'l..V.
. III . 8:. 'I)' '{Jz.·r;
D e A mm. 1 ' 1''1.
' "
0'1-ca. '
-::w; s:r-::•.
' '
7:':1.'1'::'1. ' /'1.?
• • • r,u ' o' ''fJ ' -::·0
h oç s'1 -
yuz.~, O:)J,7. -;o s'[ôoç. Por medio de la idea penetra en el espiritu la esencia
del objeto y aquél la comprende segun su propia naturaleza, es clecir, de una
manera espiritual; de suerte que por el conocimiento, el espiritu llega á ser
en cierto modo un segundo todo (anima quodammodo onmia ). Santo Tomás
explica la teoria aristotélica del modo siguiente (Cf. I. q. í9 a. 3). C. Gent. I.
53: Res exterior intellecta a no bis, in intellectu nostro non existit secundum
propriam naturam; sed oportet, quod species ejus sit in intellectu nostro, per
quam fit intellectus in actu; existens autem in actu, per hujusmodi speciem
sicut per propriam formam , intelligit rem ipsam. Ibid. Thom. C. Gentes I. 2:
Omnis cognitio fit ;;ecunclum similitudinem cogniti in cognoscente. 4. signi-
ficat enim ipsum intelligere apprehensionem ejus, quod intelligitur per intel-
lectum. Por consecuencia, la idea no es id, quod, sino id, quo cognoscimus.
A la manera que aparece en el ojo la imágen del obj eto sensihle, asi tambien,
por la idea, se presenta al espíritu la esencia clel mismo obj eto. El acto del
conocimiento es inmanente, pero de tal sucrte que el entendirniento se apo-
dera clel objeto, sin traspasar los limites ele su propia esfera. Véase Balmes,
Filos. fundam. I. 11. Cou más extension trata el asunto Kleutgen, Filosofia
del pasado, I. 25 sig. De Schiizler, D. Thomas contra LilJerali smum veritatis
cath. assertor. Rom. 1874. p. 122 sq.
Ya Santo Tomás combatiú y refutó con su acostumbraila maestría el error defendido
por Kant. S. I. q. 85 a. 2: Quidam iiosuerunt, quod vires, quae sunt in no bis cognosci-
tivae cognoscunt, ni.ii pl'o!'»ias passiones, puta q uod sensus non sentit, nisi passionem
sui organi. Et sccundum hoc fat ellect us nihi7 intelli!/it, nisi suam /lltssionein , speciem
intelligibilem in se r eceptam: ct secundurn hoc species eJusinodi est ·i psum qno·l. inlelli-
gitm-. Sed haec opinio manifeste apparet falsa ex duo bus. Primo quidcm, quia eadem
sunt, quae intelligimus et de quibus sunt scientiae. Si igitur ea, q11ae intelligimus,
essent sol um' species, quae sunt in anima, sequeretur, quod scientiae omnes non
essent de rebus, quae sunt extra aninrnm, sed solnm rle speei.ebus intelligihilibus, quae
sunt in anima; sicut secundum Platonicos omnes scientiac sunt de ideis, quas pone-
bant esse intellectas in actu. Secundo , quia sequeretur errar anti c1uorum dicentium,
omne quod videtur, esse verum; ct similiter, quod contradictoria essent simul vera
(Hegel). Si cnim potentia non cognoscit, nisi propriam passionem, de ea sol um judi-
cat. Sic autem videtur aliquid, secundurn quod potcntia cognoscitiva affieitur. 8em-
per ergo judiei um potentiae cognoscitive erit de eo, quod judieat, scl. de propria pas-
sione, secundum quod est; et ita omne judicium erit verum. Et ideo dicendum est,
quod species intel/igi?ilis se lwbet ad intdleclum. nt quo inte/7igit intcllectus. Luégo ex-
plana e! mismo asunto diciendo: Cum enirn sit duplcx actio, una, quae manct in
agente (ut videre ct intelligere) et altera, quae transit in rem exteriorem ( ut calefa-
cere et secare); utraque fit secundum aliquam formam. Et sicut. forma secundum
quam provenit actio tendens in rem exteriorem, est similitndo objccti actionis (ut
calor calefacientis est similitudo calefacti), simi liter forma , secundum quam provenit
actio manens in agente, est similitudo objecti. Unde similitudo rei visibilis est
secua.:lmn qnarn vis11s videt; et sirniliturlo 1·ei intellectae, qua e est specieR intelligiliili s, e.çt
Jornw, secunrlwm quani intellectus intelligit. Cf. II. Dist. 3 q. 3 a.1: Ex intellecta et

http://www.obrascatolicas.com
378 PARTE SEGUNDA. LIBRO TERCERO. SECCION PRIMERA.

similitudine rei ( sive specie) efficitur unum completum, quod est intellcctus in actu
intclligens. Es verdad que el entendimiento no conoce el objeto exterior tal como
realmente existe, es decir, en su individuacion concreta (curn principiis individuanti-
bus, quae non sunt de rationc speciei), cuyo c'onocüniento es propio de los sentidos;
pero eonoce la escncia del objeto abstraido de la manifostacion concreta eon que se
presenta: intellectum est in intelligente immaterialiter per rnodum intRllectus, non
autem materialit0r per modum rei materiafr; (l. q. 85 a. l ad 1. q. 84 a. 7). 'l'oda vez
que el entendimicnto reflexiona sobre su prc,pia acti,·idad, es evidente que puede
hacer de la iriea objeto de sn ref!cxion; pero sólo en este concepto y tle un modo se-
cundario es ª'! uMla objeto del conocimiento. Q 85 a. 2: Qnia intellectus s11pra seipsum
refiectitur, secnnd um e andem rcfü·xionem i.mcelligit et suurn intelligere et speciern,
qua intelligit. Et sic species intellccta secunrla1 io est i'1, q110·7 intel/igit111": sed id, quod
intelligitur pl'imo, est ;·e8, cujus spc·cies intclli;.6bilis est similitudo.
2. Oersted :mstenta una teoría análoga cuando dice ( El espiritu en la na-
tnraleza, I. 41): "Si las kyes de nuestra razon no existiesen en la natura-
leza, en vano trataríamos tle irnponérselas; y si, vice versa, las lcyes de la
naturaleza no existiesen en nnestra razon, no seríamos capaces de compren-
derlas.,, Cp. Trendelenlmrg, Investigaeiones lógicas, 30 sig. }Ias la razon,
lo mismo dentro que fuera de nosotros, tiene una fu(mte comnn: la Razon
absoluta y ereadora.
3. Nuestro conocimiento sólo alcanza hasta donde llega nuestra facultad
d(J percibir y discernir. De donde Yiene el decir: Omnis cognitio i11cip'it a sen-
sihns. Aristotel. De anim. III. 4: Ú ·10·)= . . . wT.:s:-- '''."-'l.'J.U.'l.'7:s\r;·1 ~., c:J p:r,ob
( ' , .... , ' . . '., - '·''I
j 1 L. l ' ...... ,· '
un·'Y.pz2 1~ zv721,2·1. s'~'{- ; s; p-x:1.;1.s'1ü'1. III. 8: I;~ '-' 70 ~.; s '~íJ2".r'4 ':O lç a~cr-9·r,7o '~.; 7a vo·r1 "':~
1 1

1.. • • •
zlj':" xai. 0,2~ -:-o;J--:o oC-:-=: !J.·}, :1)7fj~'1Ó 1J.~'1');:: tJ.·r.BSv 'l.'1 iIJ.'l.00 oUBE ~!J'l~O'...
l 1 - 1 j
1..

Contra
la interpretacion empírica :-• sensualista f[Lle dan nlgmw:-; á este pasaje, dice
Santo Tomás: Snmm. I. q. Hei. a. 6: SensitiYa cognitio 11011 est tola causa intel-
lectualis cognitionis ... K on potest dici qnod sensibilis cognitio sit totalis et
perfecta cansa intelleetualis coguitionis, sed magis qnodarnmodo est materia
causa e.
4. Del conocirniento do ht criatura y de las ideas divinas realizadas en
ella se remonta el espírirn pensador al cc,nocimiento de Dios mismo, de su
existencia y llc :m esencia, per viam eatumlitatis, 110gationis et ominentiae.
Thom. Summ. q. 12. a. 12: Cognoscinrns de ipso habitndinem ipsius ad crea-
tnras, quod scl. onmimn est cansa: et differentiam creatnrarnm ab ipso, quod
scl. ipse non est aliqnid eormn qnae ab ipso eausantnr: et quia haec non re-
moventur ab eo propter ejns defectnm, sed qnia snperoxceclit. Rom. l, 19.
Cone. Vatic. l. e.
5. Thom. 1. e. q. 12. a. 13. Plenius per gratiam ipsmn (Denm) cognosci-
nrns, in quantum plnres et excellentiores E:ffectus ejns no bis derno1rntrantur,
et iu quantum ei aliqna attribnimus ex reyolatione diyina, ad quae ratio na-
tnralis 11011 pertinget. V é ase Kleutgen, Teologia clel pasmlo, II. 20 sig.
VI. Lo falso no constituye determinacion de la existencia; por con-
;-;iguiente cuanclo clecimos que las cosas son falsas, empleamos un len-
guaje impropio, con el que sólo se da á entender que son objeto y causa
ele un juicio erróneo.

http://www.obrascatolicas.com
§ 49. DE LA VERDAD. 379

Augustin. Soliloqu. II. 8 : Si verum esse id, quod est, dixerit , falsum esse
nuspiam concludetur. Si por verdad se entiende la adaequatio rei et intelle-
ctus, la falsedad estriba en la inaequalitas. En la inteligencia divina, como
medida que es de toda verdad, no puede existir error, pero si en el entendi-
miento humano que , guiado por las apariencias , forma juicio,; falsos acerca
de la esen cia de las cosas y los mani:fiesta al exterior (por ej emplo, oro falso ).
Thom. De ver. q. 1. a. 10: R es 11011 dicitur fal sa , qnia semper de se facit
falsam apprehensionem , sed quia nat a est facere per ea , quae de ipsa appa-
rent. Summ. I. q. 17. a. 1. P ara Dios no existe ninguna co sa falsa , única-
mente lo es, en cierto modo, el pecado , por sn oposicion con la idea divina.
De aquí el dicho de San J nau , 3, 21 : Qni fa cit vcritat em , y del Salm. 4 , 3:
ut quid quaeritis mendacinm ?

VII. Puesto que lo verda<lero y lo fal so no existen, propiamente


hablando , sino en el juicio , no puede afirmarse que las percepciones de
los sentidos sean fal sas en sí mismas , sino en un concepto impropio, en
cuanto que , por la defectuosa disposicion del órgano ó dcl medi um, el
objeto no presenta al e:;pí ritu una representacion adecuada al juicio
que ha de formar , resultando lo que se llama ilusion de los sentidos .
Augustin. De ,-er. rclig. c. 67: Falsibt;;; oritnr nou rebus ipsis fallentibus ,
quae nihil aliud ostendunt scntieuti qnam speciem suam , quam pro suae pul-
chrit udinis accepernnt gradn, ncque ipsis sensibus fallentilrns, qui pro natu-
ra sni corporis affecti non aliud quam suas affectiones praesidenti animo
nuntiant . Th om. De Anirn. II. Sect. 23: Sensm; circa sensibile proprium
semper est verns. Sum. I. q. 17. a. 2.
VIII. En el sentido propio y g-ennino. la Yerdad y la fal se<lad cor-
respondeu únicamente al juieio.
En cierto sentido la verdad es tambien propia ele la simple percepcion del
obj eto , espiritual ó sensible; pero eu toda propiedad sólo puede consiclerarse
como principio y primer elemento del couocimiento más hien que verdadero
conocimieuto; no existiendo en ella , como tal percepcion , ni verdad ni false-
dad. E! juicio es iwo pio del enrendimi ento , constituyendo la manifestaciou
característica de sn actividad. Dedúcese esto de la. definicion mi sma de la
verdad, considerada como igualacion ( atlaequrdio ) del espíritu con el sér; ya
que toda ignalacion r cquierc dos t érmin os pam la cornparacion que se deter-
mina en el juicio. Thom. Summ. I. q. lG. 2 : Error est in ú1t ellectu componente
et dividente . .. \ ' er um secunc1um t:>UÍ primam rationem est in intellectu. Cum
autem omnis res sit vera secnndnm qnod habet propriam formam naturae
snac, necesse est quocl intellectus, in quantum est cognoscens, sit verus , in
quantum habet similitudin em rei cognitae, quae est fo rma ejus, in quantum
est cognoscens. P ero el conocer esta conformidad no corresponde ni á la
percepcion de los sentidos ui á la simple aprehension. Sed quando iudicat
ita rem se habere , sicut est forma qnam de re apprehendit, tunc primo co-

http://www.obrascatolicas.com
•·1l

PARTE SE GUNDA. LIBRO TERCERO. SECCION PRUIERA.

gnoscit et dicit verum; et hoc facit componendo et dividendo, es decir, afirma


ó niega, por el predicado que atribuye al sujeto, una cualidad del mismo. Of.
Thom. D e ver. q. 14. a. 1: Intellectus nostri duplex est operatio. Una qnae
format simplices rerum quidditates, ut quid est homo ( la verdad ) , Yel quid
est animal; in qua quidem operatione 11011 invenitur verum per se nec fals um,
sicut nec in vocibus incomplexis. Alia operatio intellectus est, secundum
quam cornponit et dividit affirmand o et negando et in hoc jam invenitur ve-
rum et falsum , sicut et in voce cornp lexa, quae est ejus signum.
IX. Fúndase la posibilidad del error tanto en la limitacion de la in-
teligencia humana como en la misma naturaleza de los objetos del co-
nocimiento; pero la causa externa del error es la operacion de la fanta-
sía juntamente con la disposicion intelectual y moral del sujeto, mién-
tras que el último fundamento del errN está en la voluntad , es decir,
en la facultad libre de pensar opuesta á la necesidad clel pensamiento,
ya que únicamente la verclad puede mover el espíritu al asentimiento.
Aristotel. M:etaphys. II. 1: "Qo-füp ·y?xp -;2x -;w·1 ·1:.1x-.splôw·1 ºf'+'·o.-;:1. -.::po:; -.o
r " \ (-J' r 1 '""'
rsyyoç ê'J.~~ 'TO (J-SIJ
t rt -·
pr1p.Ep·'.X'J, OtJ"C'f.1J
'
X~.'~
,....
~·1 1 ç
t '
'!jrz-:-sp:c; 'fUf.'f/~
t _. \ '
O 'JOJÇ it(O.; ':"'X ~
,..,

tpÚO"S~ ?ªv~pw7!J.";''7. 'Ti:i'l'rW'I. Thom. e. Gent . I. 4. Suarez' Metaphys. I. 5.


Disp. IX. Sect. 2. Gratry, Logique. P ar. 1855. p. 64. U lrici , Principio funda-
nwntal de la Filosofia, II. p. 300 sig. Fichte, ReYista de Filosofia, tom. XXV.
p. 290 sig . XXVI. p. 40 sig. Augustin. l. e.: Peccata animas fallunt , dum
verum quaerunt relicta et neglecta veritate. El error es pecado y éste es, á
su vez , error, segun expresa decl aracion de la Sagrada E scritura, como que
es el acto por el que se hace clefeccion de la idea divina. L as principales
fuentes de que procede el error son: a) parcialidad en la eleccion ele método;
b) suposiciones y principias arbitrarias; e) expresiones demasiado genera-
les , vagas y no del todo verdaderas; d) defmiciones os curas é inexactas;
e ) un acto por el que se confunde la representacion de la fantasia con el
concepto. E s tambien digno de atencion que en Fil osofía los más grandes
errores no nacen de combinaciones difíciles y complicadas, como, ele orclina-
rio, sucede en las otras ciencias, sino que van unidos a los princípios ó ele-
mentos mas sencillos; por lo cual precisamente llevan en pos de sí conse-
cuencias tan trascendentales. Apelt , citado por Fichte , l. e. 1858 , p. 30 sig.
Véase Schopenhauer, P arerga, p. 154.

§ 50. DE LA CERTEZA.

I. El espíritu puede hallarse en cuatro diferentes estados con rela-


cion á la verdad:
a ) estado de ignorancia; b) ele duda; e) de opinion; d ) de certeza.
En el primer caso no h a formado j uici o, ni tal vez tenga la más ligera re-
presen tacion de lo que h a de conocerse; en el segundo carece de razones que
milit.en en favor de una ú otra parte del juicio contradictorio ( dubium nega-

http://www.obrascatolicas.com
"' -,» ' .•.

§ 50. DE LA CERTEZA. 381


tivum), ó si las tiene confirman en igual grado ambas partes ( dubium positi-
vum); en el tercero se adhiere a una doctrina fundándose tan sólo en razones
de probabilidad, no sin abrigar temor de que la contraria pueda ser·tambien
verdadera. La cer teza lleva al animo que aspira al conocimiento la tranquili-
dad respecto del objeto del conocimiento que le es adecuado; por consecuen-
cia es un accidente del mismo conocimiento. El Doutor angélico la define:
Determinatio mentis ad unum: porque la verdad mueve el espíritu al asenti-
miento, de tal suerte, que desaparece todo temor de error. Unicamente la
verdad es capaz d e engendrar en el espíritu la verdadera certeza objetiva, ya
que la certeza impropia y puramente subjetiva no puede considerarse como
efecto de la verdad, sino como una disposicion aceidental del sujeto. Santo
Tomás ( De ver. q. 14. a. 1) establece distincion entre assensus y consensus,
el primero corresponde a la inteligenci a solamente' el segundo a la inteli-
gencia juntamente con la voluntad. Voluntas respic:it aliquam praecedentem
potentiam scl. intellectmn, et ideo assentire proprie pertinet ad intellectum,
quia importat absolutam inhaerentiam ei 1 cui assentitur. Sed consentire est
proprie voluntatis, quia consentire est proprie cum alio sentire et sic dicitur
in ordine vel per compamtionem ad aliquid praecedens. Por la fe presta el
hombre el consensus a Dios que se !e exige y, por consiguiente, tiene carac-
ter de bien moral.
II. La certeza es, en primer término, una determinncion del espíritu
que conoce, y en csto se funda sn carácter suhjetivo; pero es á la vez
prodncida y descansa en la wrclad que se encuentra por encima del es-
pírítu, por cuya rnzon e,; tambíen objefrrn.
Sin embargo no debe confnndirse la certeza con la claridad (D escartes,
Medit. III. ); ya que lo que con ocemos con claridad es para nosotros cierto,
pero no viceversa.
III. Seg:un los fundamentos en que descansa la certeza, se di-.;;ide en:
a ) metafisica, fisica ó moral; 1; ) natural ó sobrenatural; e) libre 6
no lihre.
1. La cert eza metafí sica descansa en la necesidad de las mismas leyes
del pensamiento , bien sea media ta ó inmediat amente; la física en las leyes
de la naturaleza : la moral en las leyes del órden moral. La certeza natural
descansa en este tripie órclen de leyes, que la razon conoce ; la sobrenatural,
por el contrario, relativa á la fe en la Revelacion divina, descansa en la ra-
zon y veracidad de Dios; de donde se iufiere que esta certeza es más perfecta
y sublime, porque , tcni nndo su ra.íz y fundamento en Dios, es infalible.
Thom. II. II. q. 4. a. 8: Qnia unumqnodqne judicatur simpliciter quidem
secundum causam suam, :;ecundum tlispositionem autem, quae ex parte sub-
jecti est, judicatnr securnlum quid, inde e:-Jt, quod fides sit simpliciter certior,
se<'l alia sunt certiora secundnm quid, scL qnoad nos. Suarez busca el funda-
mento de esta certeza más perfecta (l. e. VI. 5) en el testimonio de Dios y en
el impulso interior del Espíritu Santo. Cf. Lugo, l. e. I. 8.

http://www.obrascatolicas.com
382 PARTE SEGUNDA. LIBRO TERCERO. SECCION PRIMERA.

2. Dase con frecuencia el nombre de certeza moral á la prohabilidad en


grado más elevado; pero sólo puecle entenderse así en sentido irnpropio, toda
vez que el más alto grado de prob abiliclacl. no entra nunca en la esfera de la
certeza. Puesto que las leyes del órden moral tienen su raíz en la naturaleza
moral del hombre , y esta tiene Hl furnlam ento en Dios , resulta que, en últi-
mo término, la certeija moral se puede rnducir á la metafisica.
3. Por lo que hace á la libertad ó no libertad de nu estra certeza hay que
establecer cierta clistincion. Sin duda cl entendimiento no es libre al prestar
el asentimiento; la voluntaa es la q tie determina su actividad. Thom. I. q.
82. a. 2: V o] untas movet intellectum (et omnes animae vires) quoad actum
exercitii; in tollectu:i movet volnnt atem qno<td actum specificationis. I. II. q. 17.
a. 6; Actus rationi:;; potest ,considerari duplicitor : uno modo quantum ad
excercitimn actus, et sic actus rationis sem per imperari potest, sicut cum indi-
citur alicui, quod attendat et ratione utatnr. Baj o este c:oncepto es tan lilire
el asentimie11to de la razon corn o el de la fe; pero no sucede lo propio con
respecto al o~jeto. La razon no pnede negar su asentimiento a un a verdad que
es en si y por si misma evidente: pero pueclc negarle cnando no existe tal
evidencia. Por eso la certeza de la fe es librn bajo do;; respectos : quoacl
exercitium y quoad specificationem. Thom. l. e.: Si igitur fuerint talia appre-
hensa, quilius naturaliter intellectns :rnsentiat , sicut prima principia, talium
vel dissensns 11011 est in potestrd<' 11ostra, ;: ed in ordine naturae, et ide o pro-
prie loquenc1o, natnrae imp erio suhjacet. Sunt autem quaedam appreh ensa,
quae non adco convincnnt intcllectum, <JUÍ11 possit a8scntire vel dissentire,
vel saltem assensmn vel c1i~se u:>um snspendere propter aliqnam causam, et
in talibus assensus i:el dissenrns úi nostra potestate est et sub imperio cadit.
Por cuya r azon si ha de tener lugar el asentimie1ito en cl objeto ele la fe, se
verifica mediante un acto de la \·olnntad que rnneve al entendimiento ( impe-
rio voluntatis) II. II. q. !J. a. U: Ille , qni cre<lit., habens sufficiens inducti-
vum ad credendum ; inducitnr enim anctoritato divinae cloctrinae miraculis
confirmatac, et, q noel plns est, interiori instinct n Dei invitantis , unde non
leviter credit. Tamen 11011 haber. sufficiens imluct ivum ad scienclum, et ideo
non tollitur ratio meriti. Cf. Suarez, De fid. Disp. III. tlect. 7. n. 5: Obscuri-
tas, quae opponitnr hnic cvidentiae., eHt de ratione f'onnali objecti fidei.
Innoc. XI. prop. dam11. 19. Volumas non potest effic ere, ut assensus ficlei in
se ipsa sit magis firrnus, quam mereatur pomhrn ratio11um ad assensum im-
pellentium ; cf. pr. 20. 21 ( Denz. 1036 ).
IV. La certeza es siempre la rnisma (indiYisibilis) bajo el concepto
negativo, por el que se exclnye la <inda; mas no sucede lo propio con
respecto á los motirns en que se fund a , los cuales produccn diferentes
grados de certeza. Claro está que la certeza no es puramente negativa;
es una cualidad positiva de nuestro objeto de conocimiento.
Suarez, 1. e. : Licet ccrtitudo per privationem explicetur, quam significat infallibi-
litas, nihilominus non consistit fonnaliter in privatioue , sed in positivn pe1fectione,
qu ae potest esse major ct minor juxta execllentiam actns et causarum ejus.

http://www.obrascatolicas.com
§ 51. LA EVIDENCIA. 383

V. De esencia de la certeza es el hacer desaparecer la certeza de la


proposicion contradictoria; no obstante puede subsistir la IJrobabilidad
de una tésis ( s. probabilis) en presencia de la mayor probabilidad de la
tésis contraria ( s. probabilior ). Esto parece justificar la existencia del
llamado probabilismo.
Pero la probabilidad mejor fundada, ni traspasa los límites de lo posible,
ni excluye, por cousecuencia, el temor de errar, la 11osibilidad ele que sea
cierta la proposicion contraria; de suerte que el mas alto grado de probabili-
dacl uo puede co n vertirse en certeza.
VI. La cuestion relafrrn á la certeza, su naturaleza y sus funda-
mentos, es la cuestion capital de toda Filosofia y Teolog·ía. Lo mismo
en el terreno natural que en cl sobrenatural es un efecto producido por
Aquel que es causa de la naturaleza y de la gracia.
1. Y a San Agustin hace cleri var la certeza con que se conoce la verdad,
de la luz qne reside en todos los hombres. De ver. relig. c. 97: Per hanc
enim (lucem menti s ) intelligo nra e$Se, quae dieta sunt, et haec me intelli-
gere per hanc rursus intelligo. Y Santo Tomás (De Yer. q. 8. a. 1 ), hace
notar que los principios que sirven de norma y guia á nuestro conocimiento,
los conocemoH á la luz de la razon que Dios ha implantado en nosotros, á
manera de imágen de su misma verdad eterna. "Et ideo quod aliquid per
certi.tudinem sciatur , est ex lumine rationis cliânitus núbis úiclito. Oigamos lo
que dice Lugo tocante á la certeza de la fe (l. e. I. Sect. 8): Assensus TI.dei
habet certitndinem et infallibilitatem imprimis a suo principio (quo elicitur),
quod cum sit h abitus supernatnralis vel auxilium supplens pro habitu, exigit
concursum Dei ad solos assensus veros.
2. La cuestion: "~de qué manera alcanza la certez a el eHpiritu que co-
noce?,, constituye precisamente el punto de partida de la Filosofia critiana,
lo mismo antigua que moderna. Descartes con su finda, Kant con su cristi-
cismo, y Fichte con su ideali smo, por un lado ; los filósofos ptieuc1o-suprena-
turalistas y sentimentalistas por otro, cada uno desde su respectivo punto de
partida , van en pos de la certeza. Lo propio acontec e en el terreno de la fe,
respecto de la cual todas las sectas protestantes se esfuerzan por llegar á la
certeza, cada una á su manera y guiada por su principio característico ; ya
sea la Biblia, la iluminacion interior ó los libros simbólicos. Bien puede afir-
marse que la cuestion de la certeza es el lazo que nn e todas las cuestiones
filosóficas y teológicas. Véase Balmes , l. e. I. vol.

§ 51. LA EVIDENCIA.

I. Entiéndese por criterio supremo de certeza la norma comun á


todos los domínios del conocimiento (principium per quod), mediante la
cual (principium secundum quod) se excluye todo género de duda y se
pone el sello á la legitimidad de nuestro juicio.

http://www.obrascatolicas.com
384 PARTE SEGUNDA. LIBRO TERCERO. SEC CION PRIMERA.

II. Este sumo criterio no puede existir fuera del espíritu ( autoridad
del género humano, Revelacion ) , toda vez qu e debe ser reconocido por
el mismo; tampoco puede consistir en un instinto ciego, en un senti-
rniento 6 en un movimicnto iiimcdiato del espíritu.
Lo que cae baj o la accion reguladora de la activiclad intelectiva, no pnede
ser, por sn naturaleza, superior á la misma inteli gencia; ántes bien, es pre-
ciso que el mismo espíritn pueda adquirir conciencia ele aqnell o que se reali-
za de nn a manera instintiva.
III. La necesidad de pefüar, tam11oco puede ser último y absoluto
criterio de la Yerdacl, puesto que ella rnisma no es mús (1ue el efecto de
la w rdad manifestada con eYidencia.
T al es la opinion de Kant. rlrici ha demostrado la inconsecuencia de este
enor, valiéndose de sus propins argumentos (Revista íilosüfica, XXV. pá-
gina 250 sig.).
IV. Este supremo criterio de certeza, se rnanifiesta despues que el
espíritu inteligente com prueha lo.-; princípios clel conocirniento que cor-
respondeu à l os diYersos dominioi-: de la Yerdad, torno un acto refl.ejo
que confirma la certeza de nuestro juicio. Es la eYidencia ( E:'1ª?Ysl'l.)~
como propiedad y signo distintivo infalible de la Yerdad, que, manifes-
tándose en el c;;pfritu, obra en el mismo por medio ele la luz que de
ella se desprende.
Thom. Summ. I. q. 106. a. 1: Lumen, secnndnm qnocl pertinet ad int el -
lectnm, nihil alind ec;t, quam rprnedain manif'estatio veritrrtis. q. 85. a. 6. I. II.
q. 84. a. 2. Suarez l\Ietaphys. Disp. IX. Sect. :2.

V. Síg ue,:e, pnes, cp1e la evidencia es, en prinwr término, de carác-


ter ontológico y ohjetiYo, : de un modo secu ndaria e,; psicológica y
subj etirn ; ésta no es rniis que el efoc to de la primcra, que e:,;, en pro-
piedad , la que ilmnina cl cntendirniellto y le m uew al asentimiento.
Descartes y t::pinosa incurren en dohl e error al atribuir á la eYidencia
carácter puramente ::;ubj etivo, estableci1mc10 como criterio de verdad, la cla-
ridad y perspicnidacl de la irlea , toda Yez qne, no pocas veces, poseemos
certeza y aun tenem o,;; evidencia sin que exista esa claridad de la ide a, que,
hajo muchos conceptos, es snbj et i.-a. Ya Sant o T omús expnso la doc:trina
contraria ( ln . III. Dist. q. 2. a. 2 ) : Certitndo, quae ec;t in ;;ciemia et intel-
lectu, est ex ipsa e\'idemia eorn m , qune certa e:>se d i.cuntu r . .. Illa Yideri
c1icuntur, qn ac per se ip sa movent intdlectum nostrmn vel se11snm ad :mi
cognitionem. Anguc1tin. De ver. relig. e. ~J7: Omnia, qnae de hac lnce mentis
dieta snnt, nnlla alia quam eadem lnce manifosta sunt. Per bane enim intel-
ligo, vera esse, quae dieta sunt, et ha.ec me int elligere per ha.nc rnr:rns in-
telligo.

http://www.obrascatolicas.com
§ 51. LA EVIDENCIA. 385

VI. La evidencia, lo mismo que la certeza, se divide en metafisica,


física y moral, inmediata 6 mediata, interna 6 externa.
1. Las leyes supremas del pensamiento llevan, en su mayor parte, el sello
de la evidencia, por cuanto su verdad se patentiza inmediatamente obligando
á la inteligencia a prestar su asentimiento. Y es que son ciertas en y por si
mismas, y no pueden ser demostradas, lo cnal no proviene de la debilidad
del espiritu humano, sino más bien de su dignidad, como que participa de
la razon divina , per naturalem participationem divinae sapientiae. Thom.
S. I. q. 49. a. 3. I. II. q. 63. a. 1. II. q. 10. a. 1. II. II. q. 49. a. 2. Pero es
evidente, de una manera mediata, aquella verdad que no adquiere tal cuali-
dad sino por demostracion. La evidencia interna de una proposicion, en y
por si, se deduce de sumismo contenido, miéntras que la externa se deduce
de la evidente credibilidad de lm; testimonios que la acreditan, de suerte que
es evidentemente digmi, de crédito. Tal evidencia externa se obtiene tambien
por la "deductio ad absurdum.,,
2. La evidencia externa tiene especial aplicacion é importancia en la
cuestion relativa á la doctrina sobre la credibilidad de la Revelacion. Bien
sea que la consideremos como un hecho ( ex parte attestantis) ó segun su
contenido ( objectum materiale) la Revelacion no se nos presenta evidente,
pero tenemos verdadera evidencia de los motivos de su credibilidad ( eviden-
tia motivorum credibilitatis ).
VII. Dedúcese de la exposicion que acahamos de hacer, que todo
conocimiento evirlente es cierto, pero no viceversa, ya que el primero
obliga á la inteligcncia al asentimiento, lo que no sucede con el segun-
do; aquél excluye toda duda, hasta la irracional, éste no.
Pero aun en los casos en que falta la evidencia, particularmente la interna,
existe siempre la evidencia que pueclen engendrar los motivos de credibili-
dad, y la que se funda en lo irracional ó absurdo de la duda. En este caso la
voluntad, apoyada en dichos motivos, mueve á la inteligencia al asentimiento.
V éase Kleutgen, Teologia del pasado, IV. p. 418 sig.

ARTÍCULO SEGUNDO.
'Sistemas heterodoxos en la cuestion relativa á la certeza.
Dos teorias diametralmente opuestas se han ideado para resolver la cues-
tion relativa á la posibilidad de que el espíritu humano adquiera algun cono-
cimiento y certeza de las cosas: el escepticismo, en sus diferentes formas, y
el sistema de la ciencia absoluta. El primero niega hasta la posibilidad de
que el hombre adquiera algun conocimiento; el segundo, muy al contrario,
admite la posibilidad de que el espíritu humano llegue á la posesion de la
ciencia absoluta. Ambos sistemas son falsos, por cuya razon, nosotros sólo
admitimos en el hombre aptitud para adquirir cierto conocimiento, que ni es
.absoluto ni perfecto. Lactant. Instit. div. III. 6: Neque te omnia scire putes,
TOMO II 25

http://www.obrascatolicas.com
386 PARTE SEGUNDA. LIBIW TERCERO. SECCION PRIMERA.

quod est Dei, neque 01nnia nescire, quod est pecudis. Est enim aliquid me-
di um, quod sit hominis, i. e. scientia cum ignoratione conjuncta et tem-
perata.
Examinaremos en primer lugar el escepticismo, tanto el absoluto como el
moderado, segun le han entendido Bautain, Lamennais y el 'l'radicionalismo~
para terminar esta discusion con el exiunen de los princípios fundamentales
del sistema de la ciencia absoluta.

A. EL ESCEPTICIS:MO.

I.
EL ESCEPTICISJ\IO AI3SOLUTO.

§ 52.
I. El escepticisrno es falso por las consecuencias que de él se deii~
prenden, y son: a) iiin cierto conocirniento de la verdad no hay vida
racional; b) sin ésta no se concibe la vida humana; e) ni la Yida mo-
ral ; d) ni la Yida soeial : e) ni la .-ida religio:-:a : /) ni puede existir
la vida bienaventurada.
Objeto adecuado de la razon es la verclad, y s1 se niega la posibilidacl del
conocimiento se destruye tambien la razon. Mas como la vida humana es una
vida racional, no se concibe sino mediante el desarrollo de la razon, q11e
tiene lugar por el conocimiento. De la misma manera la moralidad descansa
en el conocimiento seguro de las leyes morale:i, de tal modo, que sin ese co-
nocimiento no se concilie Ia idea ele moralidad. As1 es que Ia socieclad des-
cansa sobre la base de recíprocos debcres y derechos de los que precisa tener
conocimiento seguro. Es por si mismo evidente que sin un conocimiento
seguro de Dios no puede existir la viela fundada en sentimientos religiosos.
Segun hace notar Platon (Tim. p. 4 7), el conocimiento es el mayor hien que
los dioses han otorgaclo al hombre. Cf. Aristotel. l\fetaphys. XII. 7. Eth.
Nic. I. 1: segun este filósofo, la mision y la bienaventuranza clel hombre es-
tn"b an en 1a " y:;zr,ç
1 - '
EVEP'(EVf
r ' '1.oyo·1.
X'X":':t. ' ,,

II. El escepticismo se contradice á sí propio, por las siguientes ra-


zones:
a) Ó el escéptico tiene certeza de que está en lo justo al negar la
certeza, ó no; en el prirner caso afirma la certeza de la incertidumhn·;
f'Il el segundo eluda de la rnisrna certeza. b) La duela que proYiene del
temor de errar presupone el eonocirniento del error y éste presupone la
verdad; por consecuencia, esta dnda se funda en la certeza de varios
conocimientos. e) Si admite que su eluda tiene razon de ser, reconoce,
á lo mónos, con certeza, la causa de su duela; si no admite tal funda-
mento, su eluda es infundada, y por consecuencia, irracional. d) Segun

http://www.obrascatolicas.com
':"( . :e, :. .: ~ .
-,·

§ 52. EL ESCEPTICISMO ABSOLUTO. 387


eso, el esceptico afirma la certeza de la duda como un becho de la pro-
pia conciencia; y si niega tam bien la última, niega ipso facto la misma
duda. e) La manifestacion que se hace á otros de la <luda, presupone
la posibilidad de la mutua iuteligencia y, por consiguiente, de la razon
como fuente comun de la verdad.
1. Vease Balmes, }'ilosoffa fundam. I. p. 11 sig. El esceptici:;mo no es
más que una manifestacion patológica en la historia de la inteligencia huma-
na, un fenómeno ai slado que, como tal, ha encontrado la mas energ: ca opo-
sicion en el acto mismo de manifest arse , y en mucho:; casos se ha presentado
simplemente como una r eaccion contra el dogmatismo p arcial ó exagerado. El
rasgo característico del escepticismo h eleno fué la complet a absorcion del
sujeto en sí mismo, que dió por r esultado la completa negacion de todo co-
nocimiento seg uro, para 11egar á la imperturbabilidad ( à-:-rJ.paÇLrJ. ) más ab~o­
luta, de que se preciaban Pirro de Elis , 'rimon, Enesidemo y los akatalépti-
cos. Sext. Emp. VII. 158).
2. No fué Descartes, como algunos pretendeu, el primero que llamó la
atencion há.eia la impor tan cia de la propia conciencia en oposicion al escepti-
cismo. Lo que el mencionado filó sofo dice sobre este particular, está literal-
mente copiado de San Agustin y Santo Tomás. Augustin. De Trinit. XV. 21:
Intima scientia est, qua nos vivere scimus, nbi nec illud quidem Academicus
dicere potest: F ortasse dormis et nescis et in somno vides ... Sed qui cer- \.
tus est ele vitae suae scientia, non in ea dici t, seio me vigilare , sed seio me
vívere ; sive ergo dor miat , sire úgilet, úvd. N ec in ea scientia per somnia falli
potest, quia et clonnire et in somni is falli viventis est. N ec illud potest Acade-
micus adversus ill am scientia.m dicere: Furis fortassis et nescis, quia sano-
rum visis simillima sunt etiam visa furentium; secl qui fnri t, vivit ; nec contra
Academicum dicit, seio me non furere , sed seio me vívere. Nunquam ergo
f alli nec nientiri potest, qiú se ú rere dixerít scire. De análoga manera se ex-
presa l. e. II. 26. De ver. relig'. e. 37 y 73. Soliloq. II. 1: R. Tu qui vis te
nosse , seis esse te? A. Seio. R. Unde seis? A. Nescio. R. Cogitare te seis.
" No es posible ex presar con más claridad la fras e cartesiana: Cogito , ergo
sum, segun hace notar Ritter, Historia de la Filosofia, VI. p. 205 sig. Tam-
poco ignoraban esta demo;;tracion los escolásticos, segun vemos en Santo
Tomas, Sum. I. q. 14. a. 2 ad 3: Manifestum est autem , quocl ex eo, quod
( intellectus noster ) cognoscit intelligibile, intelligit ipsum suum intelligere et
per actum cognoscit potentiam intell ectivam q. 75. a. 2. De Ver. q. 1. a. 9. q.
10. a. 12 ad 7 : N ullus potest cogitare se non esse cum assensu; in lwc enim,
quod cogitat, percipit se esse. Pero ninguno expuso con tanta clariclad como
Descartes este hecho primitivo ele la conciencia , sobre todo considerado
como supremo principio del conocimiento y punto de partida del desenvolvi-
miento filosófi co , ya que di cho principio tiene que ser una verdad general .f
necesaria y de ninguna maneta un hecho casual y aislado. En la certeza de
su propia existencia tiene, indudabl emente, el escéptico una certeza positiva,
pero no una firme base que le sirva <le punto ele partida para desenvolver el

http://www.obrascatolicas.com
388 PARTE SEGUNDA. LIBRO TERCERO. SECClON PRIMERA.

conocimiento; no posee certeza sobre lo,; principios de los cuales ha de partir


··. · p:::.r;i ensanchar su conocimiento acerca de la naturaleza de su propio sér, por
nn lado, y d e la realidad y naturaleza de los demás seres por otro. Por eso
los antiguos filó sofos se fijaron ya en el hecho de la propia conciencia en
oposicion al fenómeno patológico del escepticisrno , pero sin considerarla
como té;;is fundamental de la deduccion normal científica. Aristol. Top. I. 1:
f...~ 7";~' ~''Y-?
' 'Y.J:r,.
~... &-·ri ?Z.'i
' X'l..~ í:f(t)':'Y.. ':'Y.. ~J.:r,
1
z. -:-sptiYI, a. \. ·,'Y. º'·' 7.'.J"CW'I E/-40'/'r'J. ":Ti'J
...... ' • ..... •
(Jt. '
f ' , ) ) ' ..... • , - " \

, , ..... ... ' , .... ' ~ ' ..... • y - (J \ ~' , , ) ''


7:f.7":'~'i' O'J O!'.. i":J.? S'I ":'(J.f..; ~7: .7-: ·r,:J/J'l'~x:c..; :J.?~CJ.r.~ S7:~~·r.-rs~'l' '.X. -ro OL~ -r~, a. d-..
1 1•

• '
sY.1x~-:·r1 'I -
7<JJ'I ' - au,·r,'I
(J.PY.,_,,., ' ' XCJ. r'J s'Y.u,·r,•1
• ' s ,.'.'ICJ.\ T:•.-r;·r1'I.' segun es t e fil oso · f o, e1
exigir dernostracion de los primeros princípio s, revela falta de cultura filosó-
fi ca (~'-'Y.o.02:.nb.) . M:etaph. IV. 4. Anal. P ost. I . 3. Thom. C. Gent. III. 154.
Anal. Post. I. Lect. 19: Proprinm est horum principiorum, quod non sol um
necesse sit ea per se vera f's se, sed etiam necesse est videri, quod sint per
se vera. Nullus enim pote st per se opinari contrarium eorum.

II.
EL E SCE PTICI S ~IO COX DI CIOX.\.DO Ó PSIWDO- CRIST IAXO.

En nuestros días se h a presentado esta nueva fase del escepticismo, en el


sistema tradicionalista y en los escritos de L amennais. En los dos párrafos
siguientes nos proponemos ampliar la refmacion que ántes bicimos de estas
teorías ( p. 53 sig. y 186 sig.) .
.-;

§ 53. EL TRAD! CIONALI S~lO.

Lupus, Eximen d PI tradicionalismo y del racio nali ~ mo; 1858. Chastel , D el val or de
la razon humana, 1857.
·-~.. . I. La comunicacion del lenguaje y de la::; ideas por Dios , no es ab-
-; ··
solutamente nece:'iaria ni para el dese1wolvimie11to de las mismas ideas
en g·eneraL ni para el dc:;arrollo del sentimiento moral-religioso en
particular.
··-•, Se opone á este principio la doctriua de! tradicionalismo, sustentada re-
cientemente por la mencionada escuela de B onald, Bonnetty y Ventura.
Segun ellos, esta comunicacion de las ideas por Dios, constituye el tesoro
d e la primitiva tradicion del g énero humano, que sirve de fundamento á
nuestra vida superior ó d el espíritu.
El tradicionalismo aduce como principal argumento de su doctrina la nece-
sidad dei leng uaj e para el c1esenvolvimiento d e las ideas : l 'homme pense sa
parole , avant de par ler sa pen::;ée, es el axioma de Bonald. De este primer
principio deduce la necesidad de u11 a enseftan za directa d el lenguaje por
parte d e Dios al primer hombre, siéndole comunicadas, al mismo tiempo, las
ideas. Trasmitidas és tas por medi o de la palabra, form aron una tradicion
( quoad objectum) que con la fe en ella ( quoad principium) constituye el su-
premo y ultimo fundamento de nuestra certeza en cuestiones religioso-
morales.

http://www.obrascatolicas.com
·1-T;:"·~~:r~~~~ ~v,~~~1q1i'.@'.'·-,y _·"": r-r: .: •.. ;- -·
. - ; '

§ 53. EL TRADICIONALISMO. 389

II. La tésis enunciada se deduce de las siguientes consideraciones:


a ) La idea ( verbum mentis ) es, por su naturaleza, anterior á la pa-
labra ( verbum oris ), que no es otra cosa que su cxpresion exterior y
sensible; por cuya razon sin la primera no se comprende la segunda;
infiérese de esto que la palabra no es absolutamente necesaria para el
desenvolvimiento de la razon y de la vida. b) Rl conocimiento, como
tal, no consiste únicamente en la simple percepcion y formacion de las
ic;leas , sino tambien en el juicio sobre las mismas. e) Por otra parte,
esta hipótesis confunde la sig·nificacion de la palabra con la sig·nifica-
cion de la ensefíanza en general y la mocion por media de la palabra
. con la mocion ó excitacion en general. d ) Tampoco cs la ensefianza
absoluta condicion para que pueda desarrollarsc el espíritu, ya que éste
lleva impresos, por su natnraleza , los principio;; del conocimiento.
e) Aun admitido el principio fundamental del Tradicionalismo, no se
sigue, en manera alg·una, que la fe en la doctrina que nos ha sido tras-
mitida por la Tradicion sea último fundamento de nuestra certeza.
j ) Esta hipótesis presupone además la necesidad absoluta y física de la
Revelacion sobrenatural y se opone à la existencia de un estado natural
de inocencia (status naturae purae ). () ) Por último, segun se ha de-
mostrado anteriormente, la Tradicion universal de la humanidad no
es ni puede ser el fundam ento de nuestra fe , siéndolo únicamente la
Tradicion de la Iglesia católica que, por sn magisterio, nos la propone,
libre de toda mezcla de error, para que la creamos.
1. Pensar no es hablar, y hablar no es, en si mismo, pensar; toda vez que
los sordo-muclos piensan sin palabras. El lcnguaje no es, en primer termino,
otra cosa que el instrumento de que nos servimos p ara comunicar las ideas;
por eso ocurre, con frecuencia, que no somos capaces de expresar por medio
de la palabra, aquello que se halla más profundamente arraigado en el pen-
samiento, y nos vemos precisados á acudir al Simbolo. P ensar en una lengua
no es más que el hábito de usarla como expresion de nuestras ideas. De don-
de viene el dicho de San Agnstin ( De l\fagistr. c. 10) : l\lagis signum (la
palabra) re cognita, quam signo dato ipsa res dicitur. No pensamos porque
hablamos, sino que precisamente porque pensamos , hablamos y comprende-
mos el lenguaje de los demás; por cuya razon la palabra sin el pensamiento
es para nosotros un sonido vano.
2. Ya Platon da á conocer en su Cratylo, las dos opiniones que se habian
emitido en su tiempo, relativas al orígen del lenguaje: la de los que creen
que se ha originado cpúa-e~, como Heráclito, y la de los que , como Demócrito,
suponen que se h a originado &€0-s~. Ambas son igualmente falsas: la primera
porque la palabra, en concreto, no es por necesidad el signo exterior de una
idea; la segunda, porque el lenguaje no es obra del capricho de los hombres.
Por eso es tambien errónea la teoria de la onomatopeya, que explica el ori-

http://www.obrascatolicas.com
390 PARTE SEGUNDA. LIBRO TERCERO. SECCION PRIMERA.

gen del lenguaje por simple imitacion de sonidos, ya que únicamente podría
aplicarse á un corto número de vocablos; y aderná;; existen muchas estirpes
que con idéntico sonido tienen signiticacion diferente. 'rampoco pudo tener
orígen en sonidos inteij eccionales, toda vez que el lenguaje 110 expresa sensa-
ciones, sino conceptos, y no consta solamente de interjecciones, sino de soni-
dos articulados. Precisamente uno de los más importantes descubrimientos
de la moderna ciencia filológica cons iste \'n hab er demostrado que los nom-
bres de los objetos desiguaron primitivamente conceptos abstractos, y que
las estirpes designan alguna cualidad ú oficio. Por donde se ve que el len-
guaje es obra de la razrm, que recoaoc:e , por abstrnccio n, lo general eu lo par-
ticular y constituye la valla infranqu eahlo que separa los seres racionales ele
los irracionales. P ero, en propiedad , el lenguaje, lo mismo que las Matemá-
ticas , la R eligion , la }foral, la .Jieta t'ís ica y la Lógica, existe potencialmente
eu el espiritu humano , rle snerte que no pnede afirmarse, en el genuino sen-
tido de la expresion, que sea iuven cion dei homhre, como tampoco lo ha sido
la religion. Al decir esto no pretendemos negar la relacion intima que existe
entre los diferentes idiomas y los caractéres nacionales de sns respectivos
pneblos. Si preguntamos sobre esto ú la ReYelacion, ,·oremos cómo nos pre-
senta al hombre en un estado de cierto desarrollo intelectual y dotado de
lenguaj e; de donde se inficre que éste es ohra ele la razon humana, que le ha
elaborado bajo la direc:cion de Dios. Véase Kaulen, La confu:;ion de lenguas
en Babel, p. 100.
3. La palabra es el medio mú:> acle('uado para la ensenanza, pero no el
único; por cuanto e! maestro puede tambi en llamar la atencion de su discípu-
lo, por mec1io de la mímica ó por otro signo exterior, hácia ideas que desar-
rolla con ayuda de :::u;; focultades mentaks, sieudo éstas las que , eu toda en-
sefi.anza nos llevan al conocimiento. Angnstin. De magistr. c. 11: VerMs non
uisi 1:erba discimus, immo sonitum strep itumque verborum. N am si ea , quae
signa non sunt , verba e:;se non possunt, quamvis jam auditum ::;it verbum,
nescio tamen ver bum esse , 1lonec quid siguificet sciam. Rebus ergo cognitis,
verborum etiam cogndio perficitur ... Nou enim ea Yerba, quae novimus di:;ci-
nrns, aut quae nou novimus, didicisse nos possumns confiteri, nisi eorum si-
gnificat'ion e percepta, q nae uon auddione \'Oeum emissaru m, sed rerum signifi-
catarum cognitione coutingit. Es includable que el espíritu fini to necesita
alguna exc itacion ó impulso exterior, á fin de pasar ele la potencia al acto;
pero tal excitaeion no proviene exclusivamente de la ensenanza humana;
puede tambien provenir de la naturaleza. Augustin. l. e. e. 10: J am enim ex his
non unum aliquid aut alterum, ;;ed millia rerum animo vocarunt, quae nullo
signo dato per se ij1sa mon:;trentur . Kam ut hominum omittam innumer abilia
spectacula in omnibus theatris sino signo ipsis rebus exhibentium; solem
certe istum lucemqne haec 01nnia perfundentem atque vestientem, lunam et
cetera sidera, terras et maria, quaeque in his innumerahilia gignuntur, nonne
per se ipsa exhibet atq ue ostendü Deus el natura cernentibus?
4. Resulta, pues, que e! desarrollo de la inteligencia humana no depende,

http://www.obrascatolicas.com

. f.
§ 53. EL 'l'RADICIONALISMO. 391
en absoluto, ni de la palabra ni de la enseüanza en general. La enseüanza no
hace más que robustecer y confirmar, de una manera externa, el proceso in-
telectivo, por consiguiente presupone la posibilidad y la facultad del desarro-
llo intelectual; no hace más que presentarle los objetos á fin de que, por ese
medio, la actividad del espíritu pueda formar, con más rapidez, las ideas y
relacionarlas.
Thom. D e Magistr. a. 1: Dicendum est de s cicntiae acquisitione, quoJ prneexistunt
in nobis quaerlam scientiarmn semina, scl. Jll'imae conception r.s inlellectus , quae statim
lumine intellect us agcntis cognoscnntur per species a sensibilibns abstractas, sive
sint complexa, ut dignitates , sin i ncomplexa sicut ratio entis et unius et alia hujus-
modi, quae sta.tim intcllectus apprehendit. Ex istis autem p1·incipiis universalihus
omnia principia .seq mudur , sicut ex quibusdam rationibus scminalibus. Quando ergo
existis universalibus cognitionibus mens redu citur, ut actu cognoscat particularia,
quae prius in potentia et quasi in univcrsali cognoscebantur, tum aliquis dicitur
s cient.iam acquirere. Por eso hay dos caminos para ll cgar á l a venlad: el de la inves-
tigacion propia y el de la crrneiíanza, que es un auxilio que nos viene d e fuera. Thom.
1. e. Augustin. l. e. n. 38. Thom. De Yer . q. 11. a. 1: ln scientiae acquisitione eodem
modo docens alium a.d scientiam ignotorum d cducit inveni cndo sicut si aliquis dedu-
cit se ipsum in cognitionern ignoti. Pro cossus autem ratioui s porvenientis ad cogni -
tionem ignoti in inveniendo est, ut principia communia per s e nota applicet a d d eter-
mina.tas materias et inde procedat in aliquas particulares conclusiones et ex his in
alias. 1.Jnde et sccundum ho c unus alium docere dic itur, q 11wl i sl11m discu>'smn 1·atio-
nü quern in se .fcicit ratione naturnli, a./teri exponit persigna; et si c ratio naturalis dis-
·Cipuli per hujusmodi sibi proposita sicnt per q uaedam instrumenta pervcnit in cogni-
tionem ignotorum ... ln discípulo des cribuntur formae intelligibiles, ex quibus
scientia per doctrinam acccpta constituitur, inmediate quidem ]Jer intellectum agen-
tem (discipuli) sed me·liate per e11m, q11i doc e!. Proponit enim doctor rerum intelligi-
bilium signa, ex quibus intollectns agens accipit ínt entioncs intclligibiles et descri-
bit eas in intelle ctu possibili, uml e ips a verba doctoris audita vcl visa in scripto hoc
modo se habent ad causandum s cientiam in intellectu, sicut res quae sunt extra ani-
mam ... Quod aliquid per certitudinem sciatnr, est ex lumine rationis divinitus inte-
rius indito, qno in n obis loquitur Deus, non autem ab homine cxterius docente, nisi
quatenus conclusiones in principia resolvit nos doccns; eJ.: qno tcirnen nos certitu-lineni
sde11tiae non accipel'emus, nisi i n esset nobis ccrliturlo 1>1'inci1>ior11m, in quae conclusiones
resolvuntnr. Por eso hace notar San Agustin que la palabra del maestro exhorta al
hombre para qne aprenda: porque " de universis quae intelligimus, non loquentem
qui per s onat foris, sed intus ipsi menti prae.•i-lenlem con.rnlinws ve1·italem, ·1Jerbisfor-
ta sse ui. consulamus wlrnonili" (1. e. c. 11). Mas l a enscilam:a, precisamente porque fa-
vorece cl pro ceso intelecti vo, aun en esta hipótesis, nos conduciría al conocimiento
racional, pero no á la fe en la Tradicion, como unico princi1)iO de la certeza.
5. No obstante es grande y noto ria la importancia de la ensenanza, prin-
cipalmente por la palahra, para el desenvolvimiento del espíritu humano, ya
que la palabra es el signo sensible más característico de la idea y por consi-
guiente el medio de ensefianza más eficaz que se conoce. Augustin. Doctr.
christ. II. 3: Verba inter homines obtinuerunt principatum significandi quae-
cunque animo concipiuntur. Augustin. De magistr. c. 1: Quaeram abs te,
utrum aliam ob causam interroges, nisi ut eum, quem interrogas, doceas
quid velis. De suerte, que por la ensenanza, !lega el hombre, con más segu-
ridad y rapidez, al conocimiento de las verdades morales y religiosas, y es
tambien más fácil y seguro el desarrollo de sus facultades intelectuales que

http://www.obrascatolicas.com
392 PARTE SEGUNDA, LIBRO TERCERO. SECCION PRIMERA.

lo seria si estuviese abandonado a sus propias fuerzas, toda vez que el len-
guaj e suministra al espiritu la expresion adecnada ele la idea , de tal manera,
que la riqueza del lenguaj e representa un tes oro análogo de ideas; por cuya
razon aparece mas claro y multiforme el objeto que se ofrece á su conoci-
miento y la excitacion exterior á reflexi on ar neutraliza la natural indolencia y
el predominio de los sentidos. Por eso el estado de un hombre que se criase
en completo aislamiento de toda sociedatl humana es en sí contrario á su na-.
turaleza, toda vez que el hombre esta destinado a vivir en sociedad, en cuyo
seno únicamente se halla en condiciones normales para desarrollarse; fuera
de la sociedad, por el contrario, el desarrollo de su inteligencia tiene que ser
defectuos o, ya por falta de excitacion, ya tambi en, muy particularmente, por-
que son muy pocos los obj etos que se ofrecerían a sn espírita. P ero de todos
modos llegaria a adquirir algun desenvolvimiento determin ado, en cuan to á
su mayor ó menor intensitlad, por el grado de aislamiento en que haya vivi-
do el individuo.
6. Cone. Vatic. 1. e. e. :2: Hui c divinae rcvelationi tribuendum quidem est; ut ea,
quae in rebus divinis human ae r at.ioni per :;;e impervia n on sunt, in pr aesenti quoque
generis humani conditione ah omnihu;; expedite , firma certitu din c et nullo admixto
error e cognosci possint. No n hac tarn i,.n de cau~a r cvelat io absolute n ecessaria di-
cenda est. La posibilidad dei sü1tu s naturae pura o se dPnrnestra en "Unigenitus"'
pr. 21. 2G. 55. 78. 79. Angustin. De lib. arb . III. 20. Retract. I. 9. Thom. in I. Dist. 81 q.
1 a. 2 ad 3. C. Gent. IV. ií2. Do m al. q. 1a. 1. :-i umm. l. q. 6:2 a. 1. Cf. D e R ubeis , De
peccato originali. H erbip. 18Gí. p. 1±0 sq. L a escuela agustiniana niega tal posibili-
dad, fundándos e únicamente en la "dPcentia Cr eatoris,, y on la "potentia ordinata "'
y no en la "exigcnti a creaturae,, y en la "potentia ab.soluta Dei.,,
III. El Tradicionalismo encierra alg-unos elementos de verdad, pero
se eleja llevar de tendencias })arciales al desarrollarlos y deduce de ellos
falsas consecuencias; esos principio;; son:
a) Que el espíritu human o, para desarrollarse, tiene absoluta necesi-
dad de excitacion externa, producida especialmente por los sentidos;
b) que nuestro espíritn llega mas pronto y con rn ayor seguridad á la
posesion de la verdad por medio de la enseilanza; e) que la palabra es
el instrumento más adecuado para la enseilanza: d) que realmente el
primer hombre no lleg6 à la posesion <le las verdades naturales por un
trabajo sucesivo y con sus solas facultades, sino })OI' virtud de la ense-
i'ianza que recibi6 inrnediatame11te de Dios en su Revelacion.

§ 54. LAS DOCTRI~AS DE LAM EN~AIS .

I. Las doctrinas sustentadas por Larnennais , no son otra cosa que


la ineludible consecuencia de los principias tradicionalistas, con los
cuales se confunden en sus elementos esenciales.
Lamennais ( t 1853 ) se propuso defender los clerechos de la fe contra los
ataques clel racionalismo , pero en el calor de la defensa se apartá del verda-
dero camino. Negando ã la razon individual la a>itud para adquirir certeza,

http://www.obrascatolicas.com
§ 54. LAS DOCTRINAS DE LAMENNAIS. 393
creyó que ésta sólo puede encontrarse en la fe, doctrina que expuso en su
Ensayo sobre la indiferencia en materia de religion ( 1823), particularmente
en el Tom. II. Defensa del ensayo. Gerbet, Ensayo acerca de la certeza, 1830.
Ya ántes había sentado Bonald el principio fundamental de esta doctrina, en
sus Investigaciones filosóficas, 1817: "Ia primera verclacl no puede encon-
trarse en la individualiclacl moral ó física clel hombre, por lo que debe bus-
~arse en el hombre social, es clecir, en la sociedad.,, Aclopta igualmente los
princípios del 'l'radicionalismo respecto de la necesidad del lenguaje. Pero
admitida la Tradicion de la humanidad como único criterio de verdad, 110
quedaba más que un paso para reconocer en la autoridad del género humano
la encarnacion de la razon absoluta. De esta manera llegó Lamennais, aunque
por opuesto camino, á sostener la tésis fundamental de la concepcion hege- ":y_

liana: la razon del género humano es la misma razon divina; y así como el
individuo por sí solo uo posee ninguna verdad, tampoco tiene por si solo
ningun derecho. Lamennais llegó al extremo de caer en el panteísmo y en el
socialismo, sosteniendo que el Estado es la manifostacion de la razon abso- :- ··~

luta y la fnente de todo derecho . :j


II. Como complemento de nuestra demostracion sentamos la tésis
de que: tambien la razon individual es principio de conocimiento, 1o
·t
<~.: ~

~•.'~
·;.fli
.·.' .

que se prueba, por las siguientes razones:


a) Esta razon individual es la que tiene que reconocer con certeza el
verdadero sentido de la razon universal ( sensns naturae communis de
Lamennais) para poder distiuguir1e de sus manifestaciones aparentes.
b) Como quiera que este sensus naturae eommunis necesite ser someti-
do á exámen, no puede ser principio exclusivo y único del conocimien-
to. e) La Revelacion cristiana sigue precisamente d camino opuesto,
toda vez que se dirige á la totalidad valiéndose <lel individuo, no al in-
dividuo por medio de la totalidad. Así aunque la wrda<l revelada está
destinada, como fin propio ( finaliter ) , á ser conocida por todos, pero no
todos son, formaliter, loti encargados de propag-arla. d) Toda razon in- . /.)
.-~~

dividual y finitc't puede caer en el crror; pero de esto no se deduce en


manera alguna que no pueda llegar al conocimiento de la verdad.
e) Precisamente el sensus naturae communis no acepta una cosa sino
porque es verdadera y así lo reconocen todos. f ) Si la razon individual
no fuese principio de conocimiento con relacion á la verdad, no lo sería
tampoco la razon del género humano.
1. Lamennais designa la conformidad de todos los pueblos con el nombre
de "sens comrnun,,, el cual no debe, sin embargo, confundirse con el sensus
communis de los escolásticos, órgano central corpóreo de la percepcion sen-
sible, potentia perceptiva et discretiva sensibilium ac sensationum exterio-
rum. Goudin, Philosoph. III. p. 581. Esa conformidades, indudablemente,
un criterio de verdad, pero ni es el único, ni tampoco el criterio supremo; en

http://www.obrascatolicas.com
3!J4 PARTE SEGt:NDA. LIBRO TERCERO. SECCION PRIMERA.

realidad, no hace más que confirmar lo que nuestra razon ha reconocido ya


como verdadero, y se vale para eso del testirnonio de la historia, muy parti-
cularmente en las cuestiones de carácter ético -religioso. Por eso vemos que
lo mismo Santo Tomás que Aristóteles han acudido á ella, aceptàndola como
principio secundario del conocimieuto, que debe ser sometido al crisol de la
prueb a .•'il'l ' ·stote 1. T op. r . :.>o : ~'.'.Z/.sx-:'.xo;
A • ' '7'J ) .l.o-(7[1-0;
- ' o' s; ' ~ ·~
, " sYoo.;<or1 • - .,,. ,
7'JJ.Ao•('.-,o-
" ..... ,... "' ' ..... ~ - ,, - "\ ' ''· ..... ~ 1 ,
p.svo.; ... S'IOO;Y. OS 7'l. r_JQXO'.J'l'":'Y.. T.::J..7~\J ·r1 :o~.; 7:ASV170~Ç ·ri t'O ~Ç croro X:/'.~ t'OU":'O'.Ç
1• .;,

,, - " - .. , " - ,. . . , ' , . . . ,,..


..,, 77/:J..cr'~'Y .,, 70 ~ç 7tASV7':'0'.Ç ·ri 70 ~,; p. 'l.l,'.'.'.Jt''l. i"'WP'·(J.0'.Ç X'Y..'. S'IOOÇO'.Ç.
rJ'h
- om.
C. G:rent.
II. 34: Quod ab onmibus communiter dicitur imposo;ibile est totaliter es8e
falsurn, falsa enirn opinio infirmitas q uaedam intelloctus est. Defectus autem
per accidens est, 11011 pote~t os~e som per et in omnibus. Esa instintiva sumi-
sion al "sens commun,,, que ni siqnier:t tiene conciencia de las razones por
que cree ni de lo que croe, envuolve una contracliccion intrinseca. Y sin em-
bargo, segun Lamennais, debe creer, sin que puec1a exigírsela que rnuestre
sus títulos; ya que el hombre 110 se halla en dispo,;ieion de comprobarlos.
Lamennais, Pensam. divers. p. 488.
2. El Apóstol nos presenta el mi:-nno error sosteniclo unánimemente por
el mundo pagano 1Rom. I. HI) y únicamente la consideracion de las cosas vi-
sibles puede apartar al individuo del error de la idolatria. En contra de la
cloctrina que refutamos estú igudmente el heeho de que Dios no ha encomen-
dado el depósito de la verdad, inmediatamente á la humanidad entera, ántes
bien son indivíduos, naciones aisladas y eorporaciones, como Abraham, Israel,
Moisés, Jesucristo, los Apóstoles y el magisterio de la Iglesia, los que reci-
ben este depósito de la verdad sobrenatural, á fin de contener el desborda-
miento del error y de la corrnpcion, de que había sido causante, la humani-
dad misma, entregándos8 al peeado.
3. Santo Tomás atribuye á la razon individual eierta infalibilidad en
aquellas cuestiones que se dedneen con cntera certeza de los prirneros princí-
pios. S. I. q. 8õ. a. G. De ver. q . .L. a. 12. De snerte que en absoluto sólo Dios
es infalible, pero el hombre lo es de una manera coudieionada y relativa. El
mismo Santo 'l'omás ha demostrado que e::;to no se opono en manera alguna á
la necosidac1 moral de la Revelacion. C. Gent. I. 34. Cf. Summ. I. q. 1. a. l.
4. En su último estadio panteísta cs en d que se ha mostrado Lamennai::>
ele todo punto consecuente con sus princípios. Porque es indudable que el
sens commun no puetle con,;tituir para nosotros una autoridad infalible, sino
cnando es la expresion ele la rawn absol1lta. Pero en osto precisamente está
la más contundente refutacion de] error.
III. Respecto de todas las falsas teorías pseudo-supernaturalistas, es
preciso advertir que los princípios en que se fundan son en sí verdade-
ros, pero sus autores les han dado aplicaciones falsas ó parciales. Así es
verdadero:
a) Que, seg-un el plan de la Divina Providencia, el hombrc no sólo
lrn recibido las verdades de la Religiou y las reglas de la moral por las
ensenanzas de la Ética y de la Teolog-ía natural, sino tambicn de Dios,

http://www.obrascatolicas.com
.·.-·.
__

§ 55. EL SISTEMA DE LA CIENCIA ABSOLUTA. 395


1.

ínmediatamente y de una manera sobrenatural. b) Que, particular-


mente entre los indios, la Filosofia ha tenido principio en las tradicio-
nes religiosas, de las que ha tomado sus princípios fundamentales, y
aun la Filosofia grieg·a se informa, en sus comienzos, eu las tradiciones
rníthicas ó religiosas. e) Que, si hien el hombre, aun en su estado
actual, puede adquirir cierto conocimiento de las verdades fundamen-
tales ético-morales, tal posibilidad no Hega á realizarse nunca en la in-
mensa rnayoría de los hombres, por cuya razon cs moralmente necesa-
ria una Revelacion divina positiva. d ) Que, si bicn puede y debe admi-
tirse la existencia de una « Filosofia perenne , » únicamente la Revela-
cion nos pone en condiciones de eliminar ele ella los muchos errares
que la oscurecen.
1. Sobre las religiones iudias y s us sistemas filo sóficos hablaremos despues. Véase
lo que dice Platon a cerca de las tradiciones antignas en Krat y l. , p. 438. Tim. p. 2248.
Phileb. p. 16. Aristotel. Metaphys. XII. Cp. Pausanias VIII. 2. Cicer. D e Legg. II. 16.
De nat. deor. III. 1. Tns c. I. 12. Apologia, D emostracion cri stiana, t. IV. 16 sig.
2. Refiriéndo se á esta Filosofia perenne dice San Agustin (Contr. Academ. III.
XIX. 42): Qu od autem ad eruclitionem doctrinamque attinet et mores, quibus consu-
litur animae, rtnia non d efuernnt acntissimi et s olerti ssimi viri, qui dicerent di spnta-
tionibus suis Ari st otelem et Platoncm ita sibi concincre, ut imperitis minusqne
attentis dissentire videantur ; multis fJUidem sa eculis multiscp1e contcntionibns, sed
tamen eliquata est, ut opinor, veri ssimae philosophicae disciplina. Y, segnn hicimos
n otar anteriormente, San Clemente de Alcjandría ( Strom. I. 7) d efine la Filosofia di-
ci endo: " bajo el nombre de Filosofia no entende mos ni la estoica , ni la platónica, ni
la aristotélica , ni la ele Epi curo; sino qnc consideramos como verdadera Filosofia
t odo lo que hay rle verclad en sus sistemas, todo lo que han enseiiado inspirándose en
]a justicia y en eJ temor de Dios.,, Catechism. R om. (D e prim. artic. symb. n. G): Ma-
gna et pra ecla ra sunt, quae d E> DPi natura ... ex rerum effectarum investigatione phi-
losophi cognovenmt. Laotancio ha expresado el mismo pensamiento (Instit. div. VII.
7 ) , aiiadiendo: " no hay nadi E> capaz tl e r eunir estas verdades que se hallan despar-
ramadas en los diferentes sist ema s, á no ser uno que estuviesc perfectamente instruí-
do en la verdad, y esto no poclría log rarlo sino aque l que la hu1)iese aprendido del
mismo Dios. ,,

B. EL SISTEMA DE LA CIENCIA ABSOLUTA.


§ 55.
H egel , F en omenolo g ia dei espiritu, 1807 , Obr. T. II. La cienc ia d e la lógica , Obr.
'r. III. Enciclope dia , Obr. T. VI. Ulrici, Principio fundamenta l de la Filosofia, 1845,
I. p. 540 sig. Idem , Sobre el principio y el método de la Filosofia heg eliana , 1841.
Fichte , Revista de Filosofia , T. \!4. 2G. p. LOO sig. 114 .sig. Erdmann , Sobre Sch elling,
1857. Balmes , /. e. I. p. 40 sig .

I. Schelling- puso los cimiento,; del sistema de la ciencia absoluta,


que fué luégo desarrollado por Hegel. Hé aquí los princípios funda-
mentales de esta doctrina:
a) Segun la ciencia absoluta, el conocimiento de todo lo inteligihle,
proviene de t1n solo principio de couocimiento. b) La ciencia misma

http://www.obrascatolicas.com
,_ _,,.- __ ·· ' .
. ,
396 PARTE SEGUNDA. LIBRO TERCERO. SECCION PRl'IJERA.

como tal, no es producto del pensamiento individual human o, sino que


es el sistema de la razon pura, de la pura inteligencia, de la idea pura,
es «la exposicion de Dios, tal como ex iste en su esencia etema. » e) En
este sistema desaparece la diferencia entre sujeto y objeto, pensar y sér ,
órden ideal y real, « que cierra el carnino que conduce à la Filosofia. >;
d) Segun eso el pensamiento absoluto es la esencia de todas las cosas,
las categ·orías del pensamiento constituyen en sí todo lo que hay de real;
Lóg·ica =Metafisica, Panlogirn10, Panteísmo de los conceptos. e ) Los
diversos puntos de vista bajo los cuales se presenta esta idea, senalan los
diferentes domínios de la Filo::oofia. Si se la considera tan sólo en sí misrna
no es otra cosa que la Lógica: en su rdacion con otras cosa8 es Filoso-
fia natural; considerada en sí y por sí misma es Filosofia del alma.
El formalismo a priori de K ant sólo atrib uye á las leyes de nuestro pernia-
miento una importancia ó significacion regulativa y subjetiva; las " cosas en
si mismas,, no estitn ai alcance del pensarniento . .Fichte ( t 1814), Schelling
(t 1864) y H egel ( t 1831) se propu sieron '' dar el difícil paso que hay de la
idea a la realidad.,, l\Iientras que Fi chte trató de proLar que el Yo puro pro-
ducf', necesariamente , el oLjeto esencial de toda expcriencia; <inedando así
cogido en las r edes rl el subjetivismo, Schelling, :tceptando la teoria de la
identidad se propone de mostrar la identidad del snj eto y del obj eto, del pen-
amiento y del sér, de lo ideal y de lo real En oposicion al " concepto inte-
lectual ,, inmediato de Schelling, que hace aparecer lo absoluto, cual sale
Minerva de la ca beza de J úpit er , trató H egel de establecer la ciencia absoluta
sobre más sólida base y de pro bar que, en virtud de una necesidacl interna, la
ciencia humana se dcsenvuelve hasta llegar á, ser absoluta, que esta ciencia, por
su contenido, es la ciencia de Dios que la posee por si mismo, y por Dios se
manifiesta en la ciencia humana, mientras que por su forma es un proceso ab-
soluto, ó sea el concepto que se desenvnelve por el raciocínio y que, al llegar
á su perfeccionamiento, siendo concepto absoluto d el mismo Absoluto, realiza
su compl eta identidad con el objeto de la ciencia. Por este filósofo alcanzó el
sistema en cuestion sn más alto grado d e tlesenvolvimiento á la vez que su
propia condenacion. El tmo absoluto, cuya pluralidad de fo rmas se manifiesta
en la naturaleza y cnya propia existeucia se revela en el espiritu h umano en el
cual despierta á la conciencia de s.í mismo, se convierte en sujeto absoluto.
Y de esta manera viene a ser e! pensamiento humano pensamiento absoluto,
es decir, pensamiento creador. El proceso de la historia del mundo es el pro-
ceso del desenvolvimiento necesario de Dios mismo, del Absoluto que, des-
pues de haberse desarrollado, exteriorizado, libremente de si mismo como na-
turaleza, es decir, en el mundo material , se mira tambien á si mi smo en la
concien cia humana. V ease Strauss, Teoria de la fe, I. p . lõü sig.
II. El sistema de la ciencia absoluta carece de fundamento , por las
siguientes razones: a ) El l10mbre n o puede lleg-ar á la riosesion de un
pensamiento puro , sino solamente de un pensamicnto hum ano, relativo

http://www.obrascatolicas.com
§ 55. EI, SISTEMA DE LA CIENCIA. ABSOLUTA, 397
y condicionado, cuya existencia no se concibe siquiera sin objeto del
mismo pensamiento: pero ni por abstraccion ni por intuicion puede lle-
gar á ser 'pensamiento absoluto, divino y creador. b) En el dominio del
conocimiento humano no existe una Yerdad que encierre en sí todas las
otras, ya que del concepto universal, que sólo comprende en sí lo que
es connm, no puede proceder lo particular, toda Yez que no está conte-
nido en él; más conforme ála realidad es que el concepto universal se
obtiene, por abstraccion, de lo particular. Pero aun cuando estuviese
contenido en él, no podría ser su productor. e) Este sistema pasa por
alto el principio de individuacion; en sentir de Hegel el sér único es el
« Sér malo, » el verdadero Sér está únicamente en el concepto universal.
Pero este sólo tiene existencia ideal. no real, por consig·uiente no existe
como tal concepto. d ) El Sér puro no es mas que el acto de la abstrac-
cion en su más alto grado, pero no es una potencia creadora ( potentia
activa), que lleve en sí rnisma el impulso y el poder de realizar la pro-
duccion individual. e) La teoria de la identidad contradice el hecho iu-
. mediato de la conciencia que proclama un dualismo primitivo, es decir,
e1 sujeto y el objeto, el pensar y el sér.

1. No es posible separar el pensamiento de su obj eto, ya que el pensar sin


objeto, sin contenido, envuelve una contradictio in acljecto, y el querer hacer
abstraccion completa de toda ma teria del pensamiento, es pretender un im-
p osible, el p ensar puro, simple, abstracto, del cual se hubiera desarrollado
toda la concepcion cósmica, es una fic cion sin sentido.
2. Hegel afirma, por un lado, que el pensamiento presupone, de una
manera necesaria, la experiencia, que le suministra la materia; miéntras que
la Filosofia se apodera de ésta para darla forma, segun la misma necesidad.
Pero en tal caso resulta que el producto del pensamiento eleja de ser "un
desarrollo dei pensar que tiene su raíz en si mismo ,, ; sin que, además , se
haya demostrado, en modo alguno, que le produzca ó le engendre por su vir-
tud creadora.
3. Con justicia se ha llamado la atencion en nuestros dias hacia el vacío
que se nota en la Filosofia panteísta cuando trata del principio de individua-
cion: Kant, Fichte y Schopenhauer explican la individuacion como una apa-
riencia subjetiva; dpero donde tiene su raiz esta apariencia? En sentir de
Hegel el proceso natural es un proceso dialéctico objetivo, pero el concepto
designa una cosa comun, no individual; admitido esto , sin embargo, no cabe
explicar lo individual como producto del concepto. Véase Apologia, Demos-
tracion cristiana , II, version Ayuso.
4. Tampoco ha logrado demostrar Hegel que el sér y el pensar, el objeto
y el concepto, el órden lógico y el ontológico sean una misma cosa; cuya
identidad se sostiene, con sujecion al principio sentado ya por Fichte, por-
que para nosotros la cosa solo existe como es en el concepto que de ella te-

http://www.obrascatolicas.com
89!; PARTE SEGUNDA. LIBRO TERCERO. SECCION PRlMERA.

nemos. Pero si fuera de nuestro pensamiento no existiese nada real , no sería


posible afirmar nada de la cosa y su concepto , ni de su identiclad.

III. Existe la ciencia absoluta, pero sólo en y para aquella inteli-


gcncia que es, á la vez, acto puro y que, por coniOig·uiente, en una
idea , es decir, en sí mismo encierra todas las ideas, tod as las esencias
como en su principio. Tal es la inteligencia absoluta, Dios.
1. Schelling y Hegel han creado un ideal de la ciencia, cuya realizacion
e::; superior á las fuerzas de la inteligencia humana. Esta, lo mismo que el co-
nocimiento , su producto , es ]imitada , finita y relativa; por lo cual el " Eritis
sicut D eus, scicntes bonum et mal um ,, no pasa d e ser una tentacion que da
por resultado abrir un abismo eu el que se hunde el mismo conocimiento.
Segun h ace notar, con mucha oportunidad , Ulrici ( Fichte, Revista filo sófica,
t. 24 , p. 131): " Si e! conocimiento imperfecto no se puede ll amar conoci-
miento' como opina Hegel ' tampoco sería racional llamar ser a Ull ser imper-
fecto y condicionado. Unicamente á la razon absoluta, en la cual se confun-
den el ser y el conocimiento, corresponde la ciencia absoluta con esa perfecta
unidad de saber que tiene su raiz y fundamento en El mi~mo, que es idea ab-
soluta y Sér absoluto. P or eso cuanto más se eleva la facultacl de conocer en
la escala de las criaturas tanto más se acerca á esa unidad , que es el objeto
de la ciencia , pero objeto que nun ca pued<) alcanzarse en la tierra. ,,

Thom. I . q. 89 a. 1 : ln omnibus substan t ii s intelle ctu alibus invenitur virt ns inte l-


l ectiva per infiuentiam divini lumini,;. Quod <piidem in primo principi o est nnum et
simplex et quanto rnagis creaturae distans a primo principio, tanto magis divi•lilllJ'
illn(l lumen et diversifiwt11r, sicut. accidit in lineis a eentro egredentibus . .. Quodlib.
a. 3: Quia intellectus divinus est altis~imus, per nnam simJlli cem esse nliam su am omnia
cognosci i,, nec est ibi aliqua pluralitas fo rmarum idealium, nisi secund um diversos
r espect us divinae essentiae a d re;; cognitao: sei! in intellectn crcato multiplicatur sc-
cu ndum r em, quod est nnum secundnrn rem in mente divina, ut non possit omnia por
unnm cognoscere; ita tamen quod , quanto intellectus creatus l'st altíor, tanto p ancio -
'res habet fol'rnas arl plurn coynoscewla et:ficaces . ... Intellectus humanns , qui est ulti-
mus in ordinc substantiarum int ellectnalinm , habet forma s in tantum particulatas,
quod n on potest per unam specicm ni s i unurn quid cognosccre. Et ideo similitudo
speciei existens in intell ectu hum a no 11011 snffic it ad cognoscernla plura singularia; ct
propter hoc intellectni adjun cti su nt semms, quibus singularia accipiat. Cf. I. fl·
55 a. 3.
2. La primera fahiedad de la filosofia de Hegel no consiste tan sólo en la
hipótesis arbitraria que le h ace admitir la iclentidad clel sér y del pensar,
sino en la increible cuanto inaudita u.s-:rl.!':b:·n;; s~;;~ iJ.)J,o ·.+10: , en e uva
1 • ' • J
virtucl
establece identidad absoluta entr e ol pensamiento humano abstracto y el pen-
samiento absoluto, sin parar mien tes en que tal d octrina envuelve una con-
traclictio in adjecto. Su dialéct,ica adolece del mismo error gravisimo y ya
Platon, en su Cratilo, y Aristóteles (Metaph. IV. 3 sq.) juzgaron como se
merece el principio de contr adiccion, puramente negativo, admitido por
H egel. Al sentar la teoría de que no hay nada cierto , seguro y permanente,
que de una misma cosa puede afirmarse lo más opumito y contradictorio, lo

http://www.obrascatolicas.com
§ 56. PREMISAS FUNDAMENTALES. 399
finito -infinito, por ejemplo, nos pone de manifiesto la inconsecuencia más
grosera y una ligereza asombrosa que le lleva á sostener las teorias más con- f
tradi ctorias.
Antes de Platon habíase desenvuelto la doct.rina: panteísta eu dos direccio-
nes distintas: sobre la base d el Universal- Uno ó sér abstracto, y del fieri,
del llegar á sér abstracto que admite la compenetracion indefinida de todas
las contradicciones posibles. De esta segunda etapa se origina la doctrina
sofista, que es su inevitable consecnencia; porque si todo se halla en mutacion
constante , claro está que el hombre es la medida de h verdad, segun lo de-
mostró ya Platon en el Theetetes. Este mismo principio es el que se desen-
vuelve en la historia del panteismo monerno desde Spinosa á Hegel, segnn
el cual todos los seres se mueven dentro de un circulo de incesantes antítesis.
Hé aqui por qué Platon y Aristóteles oponen á los sofo;tas el principio de con-
tradiccion, no sin tratar uno y otro, aunque por diferente camino, de buscar
y mantener en lo perecedero y casual lo general y necesario. Para ellos el
mundo no es ese snpuesto caos, que es todo y nada á la vez; es un Koa-[J-OÇ
eu el cual todo tiene su norma fija; y, eu sn concepto , la Filosofia tiene por
obj eto r econocer en las cosas, por medio de la reflexion, los pensamientos
. .
divmos " TCCl:Y'rO:
' ' ' ' .,,,
y~vwc;xs~v xry;-;a "to s 1.r,oç,,: opomen ose
.. d d e esta manera a. 1a
"fí.),o-yo; -:pi.~·/,", al " rí.'1ti> id. x~-:lu p.s-:ry;~~:D.l.s•.Y ,, de los sofistas. V éase Fichte,
Revista filos. T. XIV. p. 100 sig. En realidad es inútil hacer patentes las
contradicciones lógicas que tanto abundan en el sistema hegeliano, particu-
larmente la que envuelve la identificacion del sér puro con el no sér (Lógica,
§ 86 ); toda vez que, por sistema, no atribuye valor alguno a las leyes de la
lógica formal.

DISERTACION SEGUNDA.
De los medios del conocimiento.
La cnestion relativa á los meclios d el conocimiento de la verdacl pertenece,
propiamente , á la psicologia, cuyo objeto es investigar la existencia, el sér,
la diferencia, el fin y la manera de manifestarse de cada una de las facnlta-
des del alma, por cuya razon constituye el fundamento indispensable de la
teoria del conocimiento ó Noética ; como se ve por los siguientes princípios,
que hemos tomado de la misma.

§ 56. PREMISAS FUXDAMENTALES.

I. El alma humana está unida y corno ligada á órganos corpóreos,


pero no obra por la virtud de estos órganos ni en fuerza de propiedades
corporales. Es, por consigui ente espiritual (anima intellectiva et spiri-
tualis ).
1. Véase T. I. p. 64 sig. La esencia del e ~píritu no tau sólo consiste en
ser inmaterial y simple, cualiclades que tambien correspondeu al alma de las

http://www.obrascatolicas.com
400 PARTE SEGUNDA. L!BRO TERCERO. SECCION PRIMEllA.

bestias, sino en ser espiritual, en no hallarse compuesta de materia, en no


extenderse al propio tiempo que ésta ni depender de ella en cuanto a su acti-
,.-_
vidad y su existencia. Suar. De anim. I. 8. Thom. I. q. 78. a. 1: Est quae-
dam operatio animae , quae in tantum excellit naturam corpoream, quod ne-
qne etiam exercetur per organnm corporale. Et talis est operatio animae ra-
tionalis. Id. De spirit. creat. q. unic. a. 2 : In quantum snpergreditnr esse
materiae corporalis, potens per se snbsistere et operari, anima humana est
substantia spiritualis.
II. El alma humana es, por su csencia, simple y espiritual, pero, á
la vez, posee <liYersas Yirtudes y facultades que parten del alma como
de su raíz y principio.
Las facultades del alma no son realiter una misma cosa con b. esencia de
la misma, ántes por el contrario se ilistingnen de ella, segun lo s Tomistas
realiter y formaliter, segun los escolasticos. Cf. 'l'hom. De anim. a. 12. S. I.
q. 79. a. 1. q. õ4. a. 1. 2. La diferencia de las facultades del alma se deduce
de la diversidad de sus actos. Thom. l. e. a. 2. De anim. a. 12: Cum essentia
animae sit unum principium, non potest esse immediatum principiumomnium
suarum actionum, sed oportet, quod habeat plurm; et diven;as potentias cor-
respondentes diYersitati suarnm actionum. Ninguna sustancia creada es,
como tal, inmediatamente activa, porque, segun observa Santo 'fomas, con
su acostumbrada penetracion ( I. e. 77. a. l ) : Operatio animae non est in ge-
nere substantiae, sed insolo Deo operatio est ejus substantia, unde Dei po-
tentia, quae est operationis principium, est ipsa Dei essentia. Segun la di-
versidad de su naturaleza y aplicaciones, algunas facultades y operaciones
parten só lo del alma, en tanto que otras arrancan del alma y del cuerpo; de
éste como de su snjeto inmediato y de la primera como de su último princi-
pio; Ib. l. e. a. 5: Quaedam operationes snnt animae, quae exercentur sine
organo corporali, ut intelligere et velle. Unde potentiae, qnae sunt harum
operationum principia, sunt in anima sicut in suvjecto. Quaedam vero opera-
tiones sunt animae, quae exercentur per organa corporalia, sicut visio per
oculum et símile est de omnibu s aliis operationibus nutritivae et sensitivae
partis. Et ideo potentiae , quae sunt talimn operationum principia , sunt in
conjuncto sicut in subjecto, et non in anima sola. Omnes potentiae animae,
sive subjectum corum sit anima sola sive compositum, fiuunt ab essentia ani-
mae sicut a princip1:0.
III. El alma racional es en sí y de una manera inmediata (vere,
per se et essentialiter) la forma sustancial del cuerpo, de suerte que la
union del alma y del cuerpo debe considerarse como una unidad física
natural.
Cone. Vienn. ( Denz. 409): Verrentem in dubium, quod substantia animae
rationalis seu intellectivae vere ac per se humani corporis non sit forma,
velut erroneam ac veritati catholicae inimicam fidei ... r eprobamus. Later. V.
{ Denz. 621): vere, per se et essentialiter humani corporis forma existit.

http://www.obrascatolicas.com
§ 56. PREMISAS FUNDAMENTALES. 401

Pius IX. ad -Archiep. Colon. d. 15 J an. 1857. ( Denz. \1509): U t anima eaque
rationalis sit vera per se atque immediata corporis forma. Por la forma sub-
stantialis se convierte en realidad lo que ántes solo existía en potencia;
'rhom. l. e. a. 6: forma substantialis facit esse simpliC'iter, et ejus subjectum
est ens in potenti a tantum; forma autem accidentalis non facit esse símplicí-
ter, sed esse tale aut tantum aut aliquo modo se habens; snbj ectum enim
ejus est ens ín actu. De esta manera el cuerpo existe, vive y obra únicamen-
te por el alma racional, que hace á la materia partícipe de su propia existen-
cia, de tal manera que alma y cuerpo constituyen la unídad que se llama sér
humano. Thom. De spirit. creat. a. 2. I. q. 7G. a. 1. Por lo cual es erronea la
opiníon que atribuye al cuerpo una vida iml ependiente del alma racional y
simultánea con ella, hipótesis conocida con el nombre de Trijotomia , como
aquella otra que solo considera al cuerpo como instrumento del alma. Thom.
I. q. 76. a. 7: Si anima unitur corpori ut form a , impo;;sibile est, quod unia-
tur eí aliquo corpore media11te. Et rat.io est , qnia sic dícitur aliquíd unum,
sicut et ens. Forma autem per se ipsam facit rem esse ín actu, cum per
essentiam suam sit actus, nec dat esse per aliquod medium. Unde unitas rei
compositae ex materia et forma est per ·ipsam formam, quae secundnm se ipsam
unítur materiae nt actus eju,;.
Oigamos de qué manera d osarrolla Nanto Tom ás esta prueba (l. q. 76. a. 1. 3. 4):
a) El alma racional es el prime r acto cl cl cuerpo humano ( a. 4 ). Anima est actus cor-
poris, quia per animam et est corpus et cst organi cum et est _p otentia vita m habens ...
(a. 1). Anima est pr incipium q uo nutrimur, et sentirnus et movemur sec nudum lo cum
et similiter, quo primo intelli g imus ... Hoc ergo pr incipium, quo primo intelligimus,
... est forma corporis. Ti) E! alma racion al constituye la diferencia especifica del con-
oepto h ombre. Sort.it.ur unumquodque s peciem per propriam formam ( l. e.). e ) El
alma s uperior cont.iene en sí las potencias de la inferior y presupone las operaciones
de la mi sma (a. 8) : Anima intellectiva continet in sua virtute, quidquid habet anima
sensitiva brutorum et nutritiva plantarnm. ri) La unidad d el sér humano provieno d e
la unidad de la form a sustan <: ia l (1. c. J : N"ihil est s impliciter nnum, nisi per formam
unam , per quam habet res esse; ab oodem enim ha bet res, quod sit ens et quod sit
una. e ) I,a misma e xperienci a lo demu cstra, puesto que la influencia mutua que ojer-
cen unas sobre otras las diferentes facultades del alma sería inexplicable sin la uni-
dad dei principio animioo, qu e es su raL-. y fund amento (/ . e.): Una operatio anim ae,
cum fu erit intensa, impedit ali am , qnod nullo modo contig cret, nisi principium a ctio-
nnm esset per ess entiam unam. Scoto !ta expuesto la opinion de la escuela francisca-
na, que se aparta d e la doctrina que acabamos d e sentar (in IV. D. XI. q. 3). Cf. Zi-
gliara, Summ. philosoph. R om. 1876. Append. Id. D e mente Con e. Viennen. Rom.1878.
Palmieri, Institut. philos. Rom. 1874. p. 315. Schol.

IV. Todo org·anismo corpóreo se halla dotado de las tres funciones


de alimentarse, crecer y propag-arse, qne constituyen el círculo de las
operaciones de la vida vegetativa (anima vegetativa ). Depende ésta,
interior y ese11cialmente, ele los órganos corpóreos; obra por meclio de
dichos órganos y en virtud de cualidades corporales, no pudiendo tras-
pasar los límites de su propio organismo. En la vida sensitiva, por el
contrario (anima sensitiva) el alma está unida tambien á órganos cor-
póreos, pero no obra tan sólo en virtud de estos órganos y de propie-
TOMO li 26

http://www.obrascatolicas.com
402 PARTE SEGUNDA. LIBRO TERCERO. SECCION PRIMERA.

dades corporales, ni su accion se circunscribe al propio organismo,


ántes bien se extiende á todo lo corpóreo. En la vida espiritual el alma
se halla asimismo unida a los órganos corporales, pero ni obra en vir-
tud de estos órganos y de cualidades corporales, ni su accion se halla
circunscrita á la materia solamente, sino que se extiende á todo el do-
mínio de lo inteligible (anima intellecfrrn).

Cf. Thom. I. q. 78. a. 1. Arist. De anim. II. 2. 3.

V. En armonía con la Yida sensitiva é i11telcctiva, puesto que el


alma no sólo influye sobre su propio org·anismo sino que obra tambien
sobre el mundo exterior, primero por la facultad de conocer y luégo
por la volitiva ó apetitiva, se <listinµ·ucn dos clases de conocimiento:
uno cuyo objeto es corpóreo y sensible y otro cuyo objeto es suprasen-
sible y espiritual ( intelligihik): que respecfrrnmente hacen relacion á
la facultad de conocirniento sensihle y espiritual 1sensus et intellectus),
a la facultad apetitiva y volitiva ! appetitus sensibilis: appetitus ratio-
nalis, voluntas).
VI. Siendo el alma intelectirn la forma esencial del cuerpo, de tal
rnanera que éste no sn bsiste sino en , cem y por la primera, resulta que
la unidad del alma y del cuerpo es esencial, física; de esta union del
alma, como principio que comunica la forma, y de la ma teria, resulta
nn tercei· sér: el homhre. Por eso 110 vive ni se manifiesta en las fun-
ciones vegetativas y sensitivas el rnerpo ó el alma, con independencia
imo de otro, sino el alma eu el cuerpo y éste por aquélla.
VII. Esto nos suministra la :;olucion del problema relativo á la in-
fluencia mutua de alma y cnerpo, entre sí, y nos da á conocer la sig-ni-
ficacion de ideali:>mo y realismo, sujeto y objeto. Es verdad que las
facultades del alma se diferenciau entre sí, pero tarnbien lo es que par-
ten del alma y dcl principio que les cs comun. De esta manera obran
los objetos del mundo corpóreo sobre los sentidos, éstos sobre la fantasía
y ésta, á su vez, sobre el entendirniento. por ser facultades del mismo
y único sér.
Acerca de los sistemas dualistas y ocasionalistas, de la armonía preesta-
blecida y del influxus physicus, véase Apología, Demostracion cristiana 1
T. II. Sobre la indicada relacion mutua dice Santo Tomas, De Ver. q. 26. a.
10: Secundum naturae ordinem propter colligationem virium animae in una
essentia et animae et corporis in uno esse compositi vires superiores et infe-
riores et etiam corpus invicem in ,;e efflunnt, quod in aliquo eorum super-
abundat. Et inde est, quod ex apprehensione animae transmutatur corpus ...
et transmutatio corporis in animam redundat. Por eso el hombre es " animal
rationale ,,.

http://www.obrascatolicas.com
-.·:·· ·. :-

§ 57. J,A PERCEPCION SENSIBLE. 403


r § 57. LA PERCEPCION SENSIBLE.

I. Los sentidos son los órg·anos por medio de los cuales se producen
en el alma las representaciones de los cuerpos y de sus propiedades.
Thom. S. I. q. 78. a. 3: Est sensus quaedam potentia passiva (movida á
obrar por su objeto que existe realmente), quae nata est immutari ab exte-
riori sensibili.
II. La percepcion sensible puede ser exterior é interior ( sensus ex-
ternus, internus ); la primera recibe las impresiones del mundo mate-
rial; la segunda trasmite el conocimiento de los procesos qne ocurren
en el sér individual sensible.
III. Para que pueda tener lugar la representacion sensible, deben
cumplirse las siguientes condiciones: a ) que los órganos de los senti-
dos se hallen en su estado normal; b ) que esté presente, y en igual es-
tado, e1 objeto que produce la representacion; e) que se realice la
union Ó comunicacion del objeto con el órgano en una forma adecuada
á la percepcion sensible.
Si se cnmplen estas condiciones , la percepcion comprende el objeto que
cae bajo la accion de los sentidos y obtiene un conocimiento verdadero del
mismo.
Tambien tiene aplicacion al conocimiento sensible el principio : Cognitio
est, secundum quod cognitum est in cognoscente. Cf. Thom. De Ver. q. 2. a.
5. S. 1. q. 12. a. 2. En esto se funda la necesidad d e unifi car el objeto d ei
conocimiento con el sujeto que conoce. Thom. I. q. 5õ. a. 1. Los escolasticos
admitieron, con la única excepci on de Durando, una imagen para el conoci-
miento del objeto ( species sensibilis, intentionalis) que informa al sujeto
que conoce. I. q. 55. a. 5: Sic cognoscitur unumquodque, sicut forma ej us
est in cognoscente. De Ver. q. 8. a. 11 ad 3: Forma lapidis in anima est
longe alterius naturae quam forma lapidi s in materia: sed in quantum reprae-
sentat eam, sic est principi nm dncens in cognitionem ejns. Cf. Augustin. De
Trinit. XI. 8. Esta species sensibilis es cl principinm quo, y 110 el princi-
pium quocl cognitionis, por cuya razon conocemos, por ella, no solamente
nuestra representacion subj etiva, como pretende el idealismo , si que tambien
las cosas y sus propiedades. Id. De Ver. q. 9. a. 6. S. I. q. 75. a. 2. De suerte
que los sentidos no perciben los objetos sensihles tal como son, materialmen-
te, sino que los perciben de una manera inmaterial. Sensus recipit species
s·ine materia, sed tamen cnm conditionibus materialibus. Id. D e Ver. q. 2. a. 2.
IV. La percepcion sensible es el producto de la accion de] objeto
sobre el órgano de los sentidos, y de la operacion subsiguiente á dicha
accion. Por eso la percepcion sensible no tiene su raíz únicamente en el
alma ó en el órgano corpóreo, sino que parte del alma por rnedio del
órgano.

http://www.obrascatolicas.com
.,
~~r·
!:"
404 PARTE SEGUNDA. LIBHO TERCERO. SECCION PRUIERA..

Augustin. De 'rrinit. XI. 2: Gignitur ergo ex re visibili visio, sed non ex


sola, nisi adsit et videns ... ita nt ex vidente sit sensus oculorum et aspi-
cientis atque intuentis intentio; illa tamen informatio sensns, quae visio di-
citur, a solo imprimitur corpore, quod videtur. Thom. in I. Sent. Di st. 40. q.
1. a. 1: Sentire, quantum ad ipsam r eceptionem speciei sensi bilis, nominat
passionem .. . sed quantum ad actnm consequentem ipsum 8ensnm perfectum
per speciem 11ominat operntionem, quae dicitur motus sensu&. De modo que el
primer agente de la percepcion sensibl e es la actividad, que cs la que propia-
mente r ealiza dicha per ccpcion. Id. De ente et essentia I. 7. Toda vez que
ésta no se efectúa sin la actividad del alma. Id. in IV. de anim. Sect. 24: Ipsum
videre non consistit in hoc, quoc1 est apparere talem formam ú1 oculo, sed con-
sistit in vidente, i. e. i11 habente 1frt-11 tem r'ish:am ; non enim ocnlus est videns
propter ho c, quod est lenis, ;.;ed per hoc, quod est virtutis visi.vae. Por don-
de se ve que la misma percepcion sem-ible prueha la existencia de un princi-
pio inmaterial y simpl e, qne no quiere r<lC0110eer el materialismo.
V. Debe reconocerse que la percepcion sensible no es, en propiedad,
nna imág·en del ohjcto, sino que cs, más lJien , u11a afeccion del sujeto,
pero, por lo mismo, dehe considcrarse corno co11dicion de la misrna per-
cepcion del objeto ;.· de la::; propiedadcs de éste que afectan á los sen-
tidos.
Infiérese d e esto qne la percepcion sensible tien e ante todo carácter subje-
tivo, sin dejar por eso de :-;er ohj('tiYa, en cnanto que el objeto sensible se
le reconoce precisamente porque afecta ú 108 sentido:>, ya que la percepcion
sensible, subjetivamente considerada, no aclquif'ni (·onoci.mieuto d e la misma
percepcion sino d ei ol1jeto que se percibe.
VI. Objeto de los sentidos extern o..; son los cnerpos dotados de ex:-
tension , que eaen bajo el dominio de los sentido,:.
Es principio axi om:1 ti co tle. la;; nscuel a~ : Sensns e,;t si.ngularium, intelle-
ctus est nniversalium: y es qLte el c:oncepto nni-v ersal no cae bajo el domínio
de los fenómenos ,.:ensibles , s iefülo, como es, la extensi.on la primem de todas
las propiedarles sen sibles. L os antignos estahlec:icron ya distincion entre lo
sensible proprium ó sea aqnello qne só lo puede percibir un sentido, lo commune
ó que pueclen percibir vario s ':'entidos , y h perc epcion per aecidens, r elativa
í1 aquello que eu si no pnede percihirse por los sentidos siiw tan sólo por la
r elacion que guarda con d ob.i eto se11si ble , como el ric:mpo, la distan cia ~ etc:.
1-na impresion demasiado Yiolenta del objt:to perturba la percepcion sensible,
siendo éste uno de los punto;; más <'ara cterísticos que di stinguen el conoci-
miento sensible clel e;;piritnal, toda \·ez que en el último cuanto más claro
aparece el objeto rn pjor se desenvnnh-e el eonoc:imiento.
VII. Por lo que respecta á cada uno de los órganos de los sentidos,
bien sea que atendamos á su importau cia ó á s n desarrollo sucesivo, se
dividen en superiores é inferiores.

http://www.obrascatolicas.com
§ 57. LA PERCEPCION SENSIBLE. 405
El tacto ocupa el ínfimo lugar en esta escala, por más que Condillac sos-
tiene lo contrario, y ei> el que predomina en la vida animal; el oido y la vista
ocupan un lugar más elevado. Véase Thom. I. q. 78. a. 3.

VIII. Sentido interno (sensus internus y sensus communis) es aque-


lla facultad del organismo sensible, de la que parte toda sensacion, ó
por la que percibe sus sensaciones y las distingue unas de otras.
Thom. C. Gent. II. 74 : ::lensus communis apprehendit sensata omniurn
sensuum. Icl. De anim. III. Lect. 3: Vi s sentiendi diffonditur in organo quin-
que sensuum ab aliqua una radice commnni , a qna procedit vi,.; sentiendi in
omnia organa , ad quam etiam terminantnr immutatione,.; singulorum organo-
rum , quae p otest consiclerari dupliciter: nno modo prout est principium
lmnm et terminus nnus omnium sensibilium immutationum, alio modo prout
est pri neipium et terminus hnjus vel illins sensns. }~l sentido interno es una
facultad aneja al organismo , por cuanto pertenece al domínio de lo sensible.
A su servicio están los sentidos externos , <·on respecto it lo s cuales desem-
pena el papel ele órg:rn o central , en t anto r1ne él está someticlo al espiritu.
Thom. De sens. et sensat. C. Ul. S. I. q. 88. a. 3. 4. II. q. 1G7. a. 2: Cognitio
sensitiva ordiuatur ad duo; uno enim modo tam in hominibns quam in ani-
malibus ordinatur ad corporis s ustontationem . .. alio modo specialiter in
homine ori.lúuitur ad cognitionem intellectivani. Por donde se ve que es la raíz
de que provienen tollns los d emas sentido>'.
IX. Imag-inacion 6 fantasía ( imag·inatio, }Jhantasia ) es aquella fa-
cultad por la que el alma retiene la pertepcion sensible , una vez reali-
zada, aun despnes que hnn desaparecido los objetos que la motivaron,
los reproduce y los combina.
1. La experiencia prn eba que la fan tasía se extiende á toda percepcion
sensible y que e:-;, por consig niente, nna propi odad comun á todos los anima-
les. Por lo demás las escnelas discnten aún si e:-; un a facnltad distinta del
sensns communis. PL1ede, en propiedad , definirse como el r opaj e en que el
espiritu envnelve sns ideas , y:c que , miéntrns se hall a unido al cuerpo, no
podría pensar despoj ado de la fantasia. Entre los ant ig uos, Ari stóteles
(P oetic. e. 22) y eu nuestros días Schopenhauer ( P arerga II. p . 451) han
hecho resaltar la influencia de esta facnltarl en la vida de l a int eli gen cia.
Ya los antig no s di stinguicron otras d os fac ultad es : la estima tiY a (faculias
aestimativa) y la memoria. Por la primera reconocemos instintivamente lo
bueno y lo malo que hay en 10s objetos sensibles y q ne no puede percibirse al
exterior ( intentiones insensatae ) : así el cordero hnye clel lob o y el pájaro da
a su nido una forma perfectamente adecuacla al obj eto. Thom . De Ver. q. 24.
a. 2; Hoc judicium est eis ex naturali aestimatione, 110 11 ex aliqua collatione,
cnm rationem sui jndicii ignorent. P or la memoria se retiene lo pasado ( fa-
cultas conservativa praeteritorum ). Thom. I. q. 78. a. 4.
X. De los principias que hemos sentado se deduce la falsedad del

http://www.obrascatolicas.com
406 PARTE SEGüNDA. LIBRO TERCERO. SECCION PRIMERA.

idea1isrno que presupone la existencia de un conocirniento inmediato,


no adquirido por la experiencia, y de ciertas ideas innatas, no sin ne-
gar todo valor á la experiencia que trasmite al espíritu el conocimiento
del mundo exterior. Por el contrario el empirismo y el sensualismo
pretenden ignorar que las percepciones sensibles, por sí mismas, no
pueden servir de único fundamento á la ciencia, propiamente dicha,
toda vez que la expericncia sola no es capaz de suministrar conocimien-
to de lo general -:; necesario. En realidad, la verdadera cien cia no pue-
de fundarse más que en la cooperacion del sér real, conocido por la ex-
periencia, con el pensarniento humano y las leyes necesarias de éste.
1. La Filosofia crít.ic.:a dió comienzo á sns investigaciones por la cuestion de
si las cosas g nardan relacion con nnestro pensamiento y qué grado de rela-
cion guardan, demostrando sn incapaciclad para resolYerla. La escnela esco-
lástica sostiene el principio : Onmis eognitio incipit a sensibus; los sentidos
reconocen los objetos indiYidnalment e (hir et nunc); el entendimiento, movi-
do por las percepciones sensible,;, con aynda de Ja fantasía, form a los con-
ceptos generales , por cuyo medio establece uniL1ad eu los diversos elementos
dol fenómeno sensible y comprenclc el objeto Yaliéndose del concepto que le
es propio. Esta teoría se diforenC'ia del criticismo de Kant, en que los con-
ceptos de nuestro entendimiento, con ayuda de la cxpericncia, no t an sólo
ordenan las manifestaciones de la;; cosas en determ inadas relaciones, segun
formas a priori, sino que tambien comprenden y expre,;an la esencia de las
cosas, r ealizando así el conocimiento de dichos fenómenos de un modo más
perfecto y superior que podrían hacerlo los sentidos. De esta manera resulta
que el entendimiento ll cva en sí las idem; Yirtualmcnte (potentia, Ôuvci.11-s~),
pero no de hecho ( actu). Thom. S. I. (1- ri 1. a. 1: Sernrns 11011 ap prehendit
essentias rernm , sed exteriora accidentia tantnm; si militer neque imaginatio,
sed apprehendit solas similitndines corporum. In tellectus autem solus appre-
hendit essentias rermn. Snarez, De anim. IV. 3. Por eso no es ni puede ser
la percepcion sensible orígen total y completo de la ciencia, siendo más bien
materia de la causa (ma teria cansae Thom. I. q. 84. a. 6) : de modo que la
imagen sensible no es mas q ne cansa instrumental y sec1mdaria ( agcns in-
strumental e et secnIHlarium ) , y el entendimiento cansa primaria y principal
(agens principale et primum'!. "E~n lo enal se fnntla el dicho de Ari:-;tóteles
( De ani.m. III. 8 ·): 071.'I 7s 8st•Jo·r,. à.'1iv"/:r, 'l.•J.1. :zÍ.v71.7u.7. ''· Úswos ~'1, relativo á
1, i I 1 1 1 ' '

la significacion y sentido que debe dar,.; e á la re presentacion sensible: en el


objeto de los sentidos r econoce la scnsacion lo sensible ( cnm conditionibm;
individuantibus ); mi éntras que el e,;píritn reconoce en el mismo objeto scnsi-
ble lo espiritual (uniYersale, el hom1Jre, la snstancia, la unidad, el sér). El
mismo entenL1imiento no e,; otra cosa que la luz espiritual, que sirve para co-
nocer lo que hay inteligible en la,; cosas, á la manera que la luz que afecta á
los sentidos, iluminando el objeto, facilita la Yision sensible. Thom . I. q. 7f>.
a. 2 ad ::\: Corpus r eqniritur ad actionem intellectns non sicut organum, quo

http://www.obrascatolicas.com
r· -. ·:= .·-••
·~ -
\ · -. ·.· .,:'.'.' >-'$"

§ 58. LA INTELIGENCIA. 407


talis actio exercetur, sed ratione objecti; phantasma emm comparatur ad in-
tellectum sicut color ad vi sum. Cf. I. q. 84. a. 7.
2. Infiérese de esto que el objeto del conocimiento humano es lo inmate-
rial en lo material y lo inteligible en lo sensible; cual corresponde a la natu-
raleza del alma humana, que si bien es verdadero espíritu , es un espiritu
corporizado , un espíritu unido al organismo sensibl e, a diferencia de los es-
píritus puros, que subsisten sin esa dependencia.
Thom. S. I. q. 85 a. 1: Obj ectu m cognos cibile proportionatur virtuti cognoscitivae.
Est autem tri/llex gr a-Ju.s cognoscitivac virtutis. Quaedam enim cog noscitiva virtus
est act us organi corporalis scl. sensus; P.t ideo objcctum cujuslibet sensitivae poten-
tia e est.fonna, Jil'Out i n mate ria corpo rnli existi/. . .. Quaedam autem virtus cognosci-
tiva est , q uae n eque est a ctu s organi corporalis neqne est aliquo modo corporali ma-
teriae conjuncta, sicut intellectus ange licus ; et huju s virtutis cog noscitivae o~je ctum
est fm·nw sine mate ria .nil,sistens . . . Intellectus vero humanus merlio m oC/.o se habet,
non enim est actus alicuju s organi, sed tamen cst virtus quaedam animae , quae est
forma corporis . . . c t ideo proprium ejus est cogn oscere fornwm in materia qni rlem
co1·po1'aliter i1divir1ualiter exislen tem, non tamen p»ou t e.<f in ta li materia. Q. 84 a. 7:
Intell ect,us humani, qui est conjunctus corpori, pl'op!'ium ol>jectmn cst q uidditas sive
natura in mat eria corporali existens ; et per hujusmodi naturas visibilium rerum
etiam in invisibilium r erum aliq uale m cognitionem ascendit. De ratione autem lrnjus
naturae est, quod in aliquo individuo cxistat, qu od no n e.st absqu.e niateria corpora/i ;
sicut de rationc naturae lapidis est, quod sit in h oc lapide, et de natura equi est, quod
sit in ho c equo, et sic de a liis. U nd e natura lapidis vel cujuscunque materialis
rei cognosci non p otest complete et vere, nisi secundum quod cog nos citur ut in parti-
culari exist ens. P a l' liculare c111 tem apprehenrlinw s per sensum et imaginationem; ct
ideo necesse est ad ho c, quod i n tell echis intelligat ipsum objectum proprium, quod
convel'lat .~e arl pha11tasmat.a, ut spec117etur naturam i.mi 1Je rsalem in particulari existen-
tem. Q. 85 a. 1: Cognoscer e autl'm id, qu od est in ma t eri a individua.li, non prout est
in !ali ,nateria, est abstrahere formam a m ateria imlividuali , quam repracsentant
pha ntasm ata. E t id co ncce:;sc est di cer e , quod intellcctu s no ster intelligit materialia
abstrahendo a phantasmatibns ; et ver 111 aterialia sic comiclcrata in immaterialium
aliq ualem considerationcm devenimus. Esta abstr accion de! concepto general ( ab-
strahere formam a materia indi úcluali seu eonditionibus indi viduantibus seu univer-
sale) corresponde precisam en te ú la inteligcn cia.

§ 58. LA INTELIGEN CIA.

I. La intelig-encia ( intellectus ) es la facultad, propia exc1nsirn-


mente del alma ( facultas anorganica ) , por la que obtiene el conoci-
miento del sér, en cuanto que es verdadero.
El entendimiento conviene con la facnltad sen sible eJ1 que :
a) Ambas facultades si rveu para obte ner el conocimiento ; b) en una y
otra el proceso dcl conocimiento r ealiza ciert a union ( informatio ) del objeto
con el sujeto; e) r;n ambas se re aliza una operacion; con el doble caracter de
activa y pasiva. Thom. De an im. L. 7.
En cambio presentan otras diferencias esenciales , como son:
a) Los senti,lo8 sólo conocen lo particular ( particulare), mi entras que el
entendimiento conoce lo universal ( univer sale ) ; b) los primeros tienen por

http://www.obrascatolicas.com
. . ........
,·: '

408 PARTE SEGUNDA. LIBRO TERCERO. SECCION PRIMERA.

particular objeto lo sensible, el entem1imi ento, por el contrari o, lo snprasen-


sible; e) los sentidos no se conocen á sí mismos ni su propia actividad , la
inteligencia reflexiona sobre s i misrna y sobre sus actos; d) las impresiones
demasiado fnertes p erjndican á los sentidos, en tanto que la intelig encia se
hace más apta para conocer cuánto mayor es el g rad o de luz que la ilumina.
E! fundam ento y la razon de todas estas difenmcias está en que la percep-
cion s en~ible es una facultad corpóreo-anímica y el cntendirniento una facul-
tad espiritual. Thom. C. Gent. ll. (iG. De anim. III. L ect. 4.

II. Siendo todo cuanto existe Yerdall ero y por consiguiente cognos-
cihle, la esencia de las cosas es el verdadero objeto de la intelig·encia
humana ; mas no lo es cn si rnisrna y de una manem absoluta, sino en
,·_, tanto que dura su union con el cuerpo, porque entónces se rnanifiesta
> en lo sernüble (q uiclclitas rei rnaterialis ·,.
Hacer abstraccion es " cognoscere icL quod est in tali rnateria indi,·icluali,
non prout est in materi;i,,, Thom. I. q. Hõ. a. 1: por euyo medi o ohtencmos
la forma pura ó el conc epto ( 'tniclclitas, s\0o;, ;:pt:r:·r, o0-,-b., ":G ":( ·r,'1 s~'11:1:~.
Aristotel. Metaphys. YII. 7 ). La intcligencia. re<:onoce lo inteligible no en si
mismo, sino corporizado sensiblemente ( in materia con cretum ) , pero lo reco-
noce mediar.-te la abstraccion de su existe11 ci:t material ( per abstractionem a
materia ). Thom. I. q. 5 7. a. 2 acl 1. I. q. 8J. a. 7: Intellectus humani, qni est
conjunctus corpori, proprinm objcctum cst quülditas sive ru.dura in materüt
corporali exi stens, et pr.r lrnjusmnclí naturas vi sibilium reru rn etiam in im·i-
sihilium renun aliqualem cognitionern ascendit. Cna inteligcncia libre de
toda traba corpórea rcconoe e de nna manera perfecta las 1rnras int eligenci aH,
pero el humano entendimíem.o n" la.s eon oce sino de un modo incompleto
( Thorn. I. q. 88. a. 12 \ , y aun qne por abstraccion dei ohjcto sensible conoce
tambicn lo espiritual y divino , pero lo h:tcc sólo por analogía; ya que conoce
lo espiritual reflexionando sobre ;; u propia esmi cia y ~t Dios por la contempla-
cion del mundo y clel espiritu creado, como conoce tambien la idea de lo
vcn1adero y de lo bueno mediante la consideracion de su propia actividad en
la esfera ele la volíciou y del conocimiento. Thom. I. q. H8. a. 2. I. q. Hi.
a. 4 : Intellcctus per prirn;; apprehendit ipsum Pns et secundario apprehendit
se intelligere et tertio apprehenclit ,;e appetere; nmle primo est ratio en tis,
secundo ratio veri, tertio ratio bmU:. De sncrte que la, inteligencia 110 conoce
directamente lorJ obj etos individual es, ~i110 de una mauera indirect a , refi exio-
nando sobre su pro pia act.iviclaü ( convertendo se ad phamasrnata j; pero cl
objeto primario y p eculiar de la rnisma e~ el concepto general.

III. La inteligencia llega al co11ocimiento ele lo universal por abs-


traccion, toda vez que, si bien la esencia ele las cosas corpóreas se en-
cuentra en las mü;rr1as cosas, pero no está en ellas tal cual es, sino des-
figurada por las contingencias sensihles propias de las cosas particu-
lares.

http://www.obrascatolicas.com
§ Õ8. LA INTELIGENCIA. 409
1. El resultado de la abstraccion es la esencia misma separada de lo con-
tingente que en re:ilidad la acompafia. Thom. I. q. 86. a. 1: Quod a materia
individuali abstrahitur, est universale. Opus e. 56: G na et e adem natura,
quae singularis erat et individuabatur per materiam in singularibns hominibus,
fit postea universalis per actionem intellectus depurantis ipsam a conditioni-
bus materialibus.
2. El nominalismo sólo atribnye á los conceptos universales un valor pu-
ramente nominal (Universalia post rem); de suerte que niega la existencia de
todo conocimiento verdaderamente racional. El conceptualismo los considera
como simples conceptos subj etivos d e la inteligencia , ya sean innatos , como
quiere Kant, ya adquiridos por reflexion, como pretende L ock e. La primera
hipótesis concluce nec e~ ariamente al idealismo formal, la segunda al empiris-
mo. El falso realismo, de Platon y Guillermo de Champeaux, en lugar de lle-
varnos al conocimiento del mundo real , nos conduce mas 1-iien, por una de-
duccion lógica , ai panteismo , segun le presentan Amalrico ele Bena y David
de Dinanto. En oposiciori á e'lta teoria establecemos la doctrina signiente:
a) Precisa no confundir el concepto universal en si ( univers:.i,lo clirectnm)
y la relacion del mismo á los objetos particulares (nniversale reflexum); en el
primero contempla la inteli goncia únicamente sus momentos esenciales,
miéntras que por la segunda Je considera en cuanto que guarda relacion con
varias cosas particulares, posibles ó r eales ( unum versus alia; Thom. in Lib.
Periherm. Lect. 10. I. q. 86. a,. 2. q. 10. a. 8 ), por más que el concepto gene-
ral no cncierra en si esa relacion. Thom. De ente et essent. e. 4: Si quaeratur,
utrum ista natura possit dici una vel plurcs, nentrum conceclendum est, quia
ntrumque est extra intellectum hnmanitatis, et ntrumqnc potest sibi accidere.
Opnsc. 55: Animal in quantum animal e;;t animal tantum et significat essen-
tiam simplicem ( segun eso no expresa el género ni la especie ). Siguese
de esto:
b) El concepto general, en sn relacion con las cosas particulares, só lo
existe en la int eligencia cn cuanto qne ésta es snsceptible de obrar por abs-
traccion.
e) El concepto general en ;,;í existe en las cosas ( universalia in re ) por lo
que respecta al objeto concebido ( quoad rem conceptam ) pero no respecto de
.nuestra abstraccion ( quoacl conoeptionem rei ). Únicamente existen las cosas
• •--.'I.
particulares, y en ellas existe tambien la esencia, mas no , :,;egnn nosotros la r'
comprenclernos, separada de las contigencias sen,.;ibles ( abstracta ) , sino jun- "
tamente con ellas; así Sócrates no es la hnmanidad, pero la hmnanidad existe
realmente en Só crates. Thom. I. q. 8r>. a. 2 ad 2: Cum dicitnr nniversale ab-
stractum, duo intelliguntur, scl. ipsa natnra rei et abstractio seu universalitas.
Ipsa igitur natura, cui accidit vel intelligi vel abstrahi vel int.entio universa-
litatis non est nisi in sinyularibi~s; sed hoc ipsum , quod est intelligi vel
abstrahi vel intentio universalitatis est in intellectn ... Hnmanitas non est nisi
in hoc vel illo homine, sed quod humanitas apprehendatur sine individuali-
bus conditionibns, qnocl est ipsam abstrahi, ad quod seqnitnr intentio uni-

http://www.obrascatolicas.com
410 PARTE SEGUNDA. LIBRO TERCERO. SECCION PRIMERA.

versalitatis, accidit humanitati secundum quod percipitur ab intellectu, in quo


est similitudo naturae speciei et non individualium principiorum.
IV. La facultad de la abstraccion tiene su raíz en la misrna natura-
leza de la inteligencia. considerada como facultad intelectual que com-
prende las cosas en lo que tienen de suprasensible.
Thom. De spirit. creat. a. 10: Roe ipsum, quod lumen intellectus agenti:-i
non est actus alicujus organi corporei, per quod operetur, sufficit ad hoc,
quod possit separare species intelligibiles a phantasmatibus; a. 11: Ex im-
materíalitate essentiae (del alma) sequitur immaterialitas potentiae. De modo
que el entendimiento lleva en si, potentia, todo conocimiento: en cuanto que,
movido por el objeto sensihle, mediante la imágen prodncida por la fantasia,
engendra el concepto general, que no es otra cosa que la imágen inteligible
del objeto conocido. Por consiguiente nuestros conceptos no se forman segnn
e1 modelo de categoría8 innatas, como pretende Kant, independientemente
de toda experieucia, ante;; bien los determina la realidad, que e8 su causa
materiali8. Pero el fin del concepto mÍ8mo, no consiste únicamente en esque-
matizar los fenómenos, como afirma Locke, sino en com prender la esencia
que sirve de fundamento á esos fenómenos. Kleutgen, l. e. I. p. 114 sig., ha
expuesto con lucidez la diferencia que existe entre la abstraccion, segun la
doctrina tomista, y el empirismo de Locke. Una cosa es no pensar mas que
fenómenos y considerar lo que hay en ellos de comun como la esencia de las
cosas, hecho que únicamente podría tener aplicacion a tal número determina-
do de objetos que se comparan, y otra comprender en los fenómenos la esen-
cia de las mismas cosas en virtud del poder espiritual que nos es innato, de-
duciendo de la comunidacl ele fenómenos conformidad en la esencia. Thom.
De ver. q. 10. a. 6: Scientiam a sensibilibus mens nostra accipit; nihilominus
tamen ipsa anima in se si111ilit11di11es reru111 f'ormat, in quantum per lumen in-
tellectus agentis efficiuntur formae a sensibilibus abstractae intelligibiles
actu, ut intellectu possibili recipi possint. Et sic in lumine intellectus agen-
tis nobis est quodammodo 01nnis c;cientia originaliter indita mediantibus uni-
versalibus conceptionibus , qnae statim lnmine intellectus agentis cogno-
scuntur.
V. Por mas que 1rnestro conocimiPnto en general, parte de la per-
cepcion sensible, ó sca del eonoeimie11to de lo particular, no obstante la
inteligencia pasa de lo mas general a lo que es menos.
Thom. I. q. 85. a. 3: Est dicenclnm, qnod cognitio rnagis communis e:-<t
prior, qnam cognitio minns c:ommnni~. M:as esto no quiere decir que conoz-
camos lo general antes que lo particular, sino que conocemos primeramente
lo mas general que encierra lo particular, es decir, lo que tiene de comun
con otros seres, como esencia, animalitlad, humanidad. La ciencia del len-
guaje ha demostrado el hecho importantí,;imo de que los nombre" que desig-
nan objetos particulares ó concretos, sin excepcion, provienen de ideas ge-
nerales.

http://www.obrascatolicas.com
§ 58. LA INTELIGENCIA. 411

VI. El conocimiento intelectual se realiza por medio de una imágen


inteligible ( species intelligibilis ) , que, ilustrando el entendimiento,
hace que conozca realmente el objeto.
1. El proceso segun el cual se realiza el conocimiento intelectual es aná-
logo al proceso del conocimiento sensible. Cognitio est, secundum q uod
cognitum est in cog noscente; el objeto conocido existe en el sujeto que cono-
ce no real, como es, sino ideal, en su imágen, segun su forma; ya que todo
conocimiento descansa en una asimilacion. Omnis cognitio fit per aliquam
similitudinem. Thom. I. q. 12. a. 3. 1'hom. C. Gent. I. 72: Res exterior in-
tellecta a nobis in intellectu nostro non existit secundum propriam naturam,
sed oportet, quod species ejus sit in intellectu nastro, per quam fit intellectus
in actu. De Ver. q. 2. a. 3 ad 9: similitudo non secundum convenientiam in
natura, sed secundum repraesentationem tantum. Lo propio acontece con el
conocimiento de nosotros mismos. De esa manera se verifica una especie de
asimilacion entre l a id ea y el entendimiento que da por resultado el acto del
conocimiento.
2. Segun la doctrina de las escuelas, el acto del conocimiento se realiza
no tan :;ólo specie impressa, ó sea como resultado de la influencia del obj eto
sobre la inteligencia, sino muy particularmente specie expressa, es decir, por
medio de la imágen inteligible , que el entcndimiento produce por sí mismo y
se halla como fecundada por la species impressa-verbum mentis. Thom. Opusc.
14: Sem per cum actu intelligitur aliquid, verbum formatur. Anselm. Monolog.
e. 35. De esta manera resulta que la species impressa es el principio del acto
del conocimiento , miéntras que la species expressa es su terminacion y com-
plemento.
J<~l acto del conocimiento se llama verbum mentis , con siderado como tér-
mino de la actividad intelectiva. Thom. De ver. q. 4. a. 2: Yerbnm intelle-
ctus nostri ... est id, ad quod operatio intellectus nostri terminatur ... qnod
dicitur conc;eptio intellectus, sive sit conceptio significabilis per vocem in-
complexam, ut accidit, quando intellectus format quidditates r erum, sive per
vocem complexctm, ut accidit, quando intellectus componit et divi<lit. a. 3:
Verbum manifestationem quandam importat. Manifestatio autem per se non
invenitur nisi in intellectu. En su primitivo sentido toda palabra expresa una
cualidad abstracta, siendo en propiedad un vocablo calificativo, por cuya
razon, puede afirrnarse que e! hombre carece de lengnaje , ni más ni ménos
que el bruto, cuando trata de expresar los objetos de los sentidos.
3. Segua hicimos notar anteriormente, la imágen inteligible, la idea, no
es tlirectamente y en si misma el objeto de nuestro conocimiento, sino única-
mente el medio de conocer. Thom. De ment. a. 4 ad 4: Objectum intellectus
est ipsa rei essentia, quamvis essentiam rei cognoscat per ej us similitudinem
sicut per mediuni cognoscendi, non sicut per objectum, in quod primo fertur
ejus y1s10. Opusc. 14: Est t anquam speculwn, in quo res cernitur. Cf. I.
q. 85. a. 2.

http://www.obrascatolicas.com
412 l'AHTE ~EGüt'DA • .LIBRO TERCEHO. ~.Ecc 1 0:; PRIMEHA .

VII. Las escuelas, sig-uiendo el ej emplo de Aristóteles, disting·uen


dos categorías eu la facul tad i n teleetiva: el in tellectus agens (vouç rro•:r,-:~xóç)
y el intellectus passibilis (vouç .. r&r(:•.xóç ). Al primero corresponde hacer
recog·noscible la ese11cia de las cosas , separando lo contingente qne hay
en ellas; al segundo prodncir el acto del conocirniento, con ayuda de la
imágen inteligible.
1. Las cosas no ,;011 cognosc:ibles por la razo11 "ino en cnanto que son 1n-
teligibles; mas no tc11icndo esta cnalidad com0 sere,; pii,rticulares sensibl es,
<1ebe existir en el hombre naa fuerza espiritual inrna nentc capaz de colocarias
;._:--· en ese estado, de cornunicarlas una luz espiri tual, á la manera que la luz sen-
sible hace que el cuerpo que es visible potentia lo sea rambien actu. En ese
! ei;tado únicamente pucden obrar sobre la razon, que, teniendo potentia la fa.-
cultad de conocer, en un principio se rnantiene pasiva hasta que, con ayuda
de la imágen espiritual, Re realiza el conocirnieuto. Este intellectus agens, c::<ta
luz espiritual existe en nnesrra alma como facnltad per modum lurninis par-
./ ticipati , mientras qne en Di os existe per mOllnm solis illuminantis. Thom.
De spir. creat. Quaesr. unic. a. 10.
Thom. Sup. Boct.h. Tk 'rrin. '1· 1. S. I. q. 8;) a. 1 ad ::l: 1'11antasmata , curn sint simili-
tudines individuorrnn et. exist.R nt in organ i ~ co r p0rn is , 11011 habent e und em rnod nm
existendi, quem h ahet inl e ll < ~ <:tu~ humanu s, Pt ideo n0n poss nnt sua virtute imprime-
r e in intellectnm possi bil e m . i-lcd virtute intdlectw; :igentis resultat quaedam si mi-
litudo in intellectu posúbili ex conv e r sione intell cct us ageutis supra phanta.smata,
quae quidem est rcpr:icsenti va 1,1or11111, quorum srrnt plta11 tasrnata, solurn quantum "'l
·,wturnin speciei . Et per l1nn e mudum dicitur abstrahi 'l"'eies intelligibilis a phantas-
matibns, non qnod aliqua eodern numero forma q uae prius fu it in phantasmatibus,
p0stmodum fiat in intcll 0etn l'º""'ibili, ad modum quo ('(1q111s accipitur ab uno loco et
t.ransfertur ad alterum. C11y1i r azon exrone en 0tro lngar, De anim. q. unic. a. 4 ail 1:
Formae imagina ti ou is, in •1uar1tum sunt inclividn'1les, non po;;sunt causare formas
intelligibiles, cum sint uni ver;;a les. }] entendimic11to aetivo se dirige á la imágcn de
la fantasia y, a.Jnmbrimdolit con su luz e5p irit.nal , lwcc que se manifieste realnwnt e
(actu), en el fenómeno sml' ibl e, la esen cia. que es inteh g ible (potentia ). Cf. Arist0t. l le
anim. III. 4. 'l'hom. C. Ucnt. II. 77. D e doncle se si g uc que la imàgen sensi ble , me-
diante la actividad de la inteligencia, obra sobre el entendimiento posible para la
produccion de la im:"tgc 11 int.cli gible (species intnlli g ib ili s). P or donde se ve qu<> la
imágen sensible es cau s>t materialis y el cnten dimie11tu activo es causa formali :i y
efficiens. De Ver. q. lH n. 8 ad <l: I d, qnod in ea (s1we ie intell igibili ) formale est, l"'r
quod est intelligibilis aetn, h nbet, ab hltel/ect11 11.r;ente. 'l'iamvis id, quod in ea 11wle-
dale est., a phantas;1wfif,11s ab,;trahatur. Veanse rná .s cktnlles en Kleutgen, Suplemen-
to s á la Teologia y F]Jo sofia dei pasado , IIl. U:il5, p. U ::-i~·. De Schazler, X nevas inves-
tigaciones, p. ±8±.
2. El intellectns possibilis ( passibilis), así l lamado porque sólo encierrn
en sí la posibilidad dcl conoc imiento, necesita de otro, que es realmente int.c-
ligible y que recibe <lentro de si mismo, para realizar el acto del conoci-
miento que es su natmal complemento. Thom. S. 1. q. 79. a. 2: Omne reci-
pere dicitur pedi quodrlam et moveri. De donde viene el comparar el intel-
lectus possibilis con la tabula rasa. Mas HO se crea que es el mundo exterior
el qne la escribe ó llena, es la misma inteligcncia obrando como intellectus

http://www.obrascatolicas.com
§ 59. MEMORIA, RAZON, ENTENDIMIENTO, CONCIENCIA. 413

agens, por medio de las imágenes de la fantasia que la vienen del mundo ex-
terior, la que suministra la imágen inteligible al intellectus possibilis , que
luégo produce, por sí mismo , el acto del conocimiento. Resulta, pues, que la
ta.bla es la que se escribe á sí misma.
Oigamos de qué manera explica el Doctor Angélico la relacion lllle existe entre
intellectus agens y possibilis (De Ver. 'l· 8 a. 6): Intelligcns non se habet ut agéns vel
ut patiens , nisi per accidens, in quantum scl. ad hoc, quod intclligibile uniatur intel-
l ectui, requiritur actio vel passio ; actio quidem, secundum quod intellectus agens
facit species esse intelligibiles, actu; passio autcm, secundmn quod intellectus possi-
bilis recipit species intellig ibiles, ut sensu s species sensibiles. Sed hoc quod est in-
telligere consequitur ad hanc pa s~ ionem vel a ctionem sicut cffectus ad causam. En
sentir de Suarez !.De anirn. Tract. II. Lib. IV. e. G) no existe diferencia real entre
ambas inteligencias. suponiendo q ue no son otra cosa que operaciones de una sola y
misma facultad, co ntra la opinion d e Alberto Magno, San Buenaventnra y Santo To-
más (C. Gent. H. 8!. S. I. q. W. a.. 7 ) : pero no está en lo justo, ya q ue la diferencia se
manifiesta palpable con súlo considerar que el intell. agens es una fa cnltad activa, en
tanto que el intell. possihilis es m eramente pasiva.

§ 59. l\1El\10RIA, RAZON, ENTEN DIMIENTO, COKC'IENCIA,

I. Entendemo,.; por memoria espiritual la facultad en virtud de la


cual el entendimiento, que es una misma cosa con ella , mantiene en sí
mismo la.'> ideas formadas, Esa facultad se manifiesta ya como espontá-
nea, ya como voluntaria ó libre.
En la identidad del objeto tenemos nna prueba de que la memoria no se
diferencia del entendimiento, siqniera, atendiendo ai rec uerdo sensible, la con-
sideremos como una facultad independiente. 11 hom. l, q, 79 a, 7. El momento
del pasado no pertenece esencialmente ai objeto de la memoria espiritual,
l. e. a. 6 ad 2: Salvatur ratio memoriae quautum ad hoc quod est praeterito-
rum in intellectu, secundum quod intelligit se prins intellexisse, non autem
secundum quod intelligit praeteritum prout est hic et nunc. C. Gent. II. 73.
74, San Agustin no entiende por memoria una facultad esrecial del alma,
ántes bien, de acuerdo con la doctrina tomista , la define (De Yer, q. 10. a. 3):
"habitualem notitiam,,, en oposicion á la "actualis cogitatio,,. La memoria se
acrecienta por la atencion y por la asociacion de ideas; la prirnera tiene por
fundamento la voluntad; la segunda s irve de base á la mnemotecnia.
II. Entendemos por razon ( ratio ) , en oposicion al entendirniento
( intelléctus ), aquella facultad del alma que adquiere los primeros prin-
cípios y juicios fundamentales ( habitus principiorum sirnplicium et
complexorum ); llamándose raciocínio (ratio, intellectus discursivus) en
cuanto que es capaz de deducir nnevos conocimientos, partiendo de
dichos princípios generales. ;\
ThonL I. q. 79. a. 8: Intellectus ( quasi intus legens) veritatem intelligibi-
lem apprehendit et intuetur, ratio vero de uno intellecto ad aliud ad verita-
tem cognoscendam procedit. En sentir de Santo Tomás los conceptos y jui-
cios fundamentales (principia per se nota) son " visa,,. Hallándose la inteli-

http://www.obrascatolicas.com
414 PARTE SEGUNDA. LIBRO Tl!:RCERO. SECCION PRIMERA.

gencia unida al cnerpo, no siempre conoce realmente (actu), ántes bien puede
conocer tambien potentia solamente. P or eso , mediante la influencia de los
objetos sensibles, adquiere en primer término las ideas y los juicios más ge-
nerales, á los cuales refiere las ideas particulares, para en sanchar el círculo
de sns conocimientos, pasando de nn jnicio á otro que arranca de aquellas
ideas y juicíos generales, que sou inmediatamente ciertos.
Thom. I. q. 79 a. 8 : Intelligere est simpliciter v eritatem intelligibilem apprehen-
dere ; rntiocinari antem esl proce'lere d e uno inlelleclo <d aliid ad veritatern intelligi-
bilem cognoscendam ... Patet ergo , quod rati ocinari comparatur ad intelligere sicut
moveri ad quiescere vel acquircre ad habnre. Et quia rnotus semper ab immobili
procedit, et ad aliquid quietum termin atur, inde est, quod ratio cinatio humana se-
cundum viam in qu i~i tionis vd inventionis proeedit a quilm.•1lam simplicíf.er intel/ectis
quae sunt prima principia ; et rurs ns in via judicii resolvendo rcdit ad prima princi-
pia, ad quac inventa examinat ... J<;t sic patet, qu od in homine eadem potentia sit
ratio et intellectus. Tn IH. Dist. 18 a. 1 q. 8.
III. En la conciencia, el espíritu humano con sidera su propia acti-
vidad y por consigni entc su propío sér. De esta numera no se conoce á
si mismo inmediatamente, sino en y mediante sus actos.
1. El conocimi ento human o se eleva de lo sensible á lo suprasensible; por
cuya razon la int.eligen cia solo existe en un principio en potencia, d esarro-
llándose sucesivamente por medio de la excitacion sensíble que la acompaíia.
Por eso no pnede estar siemprc en act.ividad ni conocer,;e á sí misma inme-
diatamente , ya qne si el ama se conociese á si misma inmediatamente, todo
hombre debería r econocer la esencia de SLl propio espiritu, y en tal concepto
nunca podria eqnivocarse. Cf. Thom. C. Gent. III. 46.
2. Respecto de la conciencia, hace Santo 'l.'omás la observacion siguiente
( De ver. q. 17. a. 1 ) : Conscire dicitnr, quasi simul scire, i. e., scientiam ad
actum applicare, de suerte que es nn conocimi ento que posee el espíritu
acerca de su propio acto y estado. En los anti g uos encontramos ya la expre-
sion "redire ad essentiam sn am,,, y $;;'.7•poy-11, circulus cf. Thom. De ver. q.
2. a. 2. El mismo Angélico D oete>r describe el proceso de la propia conciencia,
I. q. 87. a. 3: Est autern alins intellectus , scl. humanus, qui nec est suum in-
telligere (la ínteligencia divin a), ncc sui intellígere est objectum primum ipsa
ejus essentia (los puro s e,.;piritus ), sed aliquid extrins ecnm, scl. natura
materialis r ei. E t ideo id, quod primo cognoscitur ab intellectu humano , e,,;t
hujitsmodi objectum; et secnndario est ipse actus, quo cognoscitur object.um; et
per actum cognoscitur ipse intellectlls, cujus perfectio est ipsum intelligere. I.
87. a. 1: Int ellect m~ lrnmanns se habet ut ens in potentia tantum ... ln se
ipso habet virtutem ut intclligat , non autem ut intelligatur, nisi secundum id
quod fit actu . . . Quia connaturale e;;t intellectui nostro secundum statum
praesentis vitae, quod a.d materialia r espiciat , consequens est, ut sic se
ipsum intelligat intellectus noster, secundum quod fit actu per species a sen-
sibüibus abstractas . .. et eis mediant.ihus intelligit intellectus possihilis. Non
ergo per essentiam snam, sed per actus suos se cognoscit intellectus noster; et
hoc dnpliciter uno quidem modo particnlariter, secumlum quod Socrates vel

http://www.obrascatolicas.com
§ 59. MEMORIA, RAZON, ENTENDIMIENTO, CONCIENCIA. 415
Plato percipit se habere animam intellectivam ex hoc, quod percipit se intel-
ligere. Alio modo in uiúversali, quod naturam humanae mentis ex actu intellectus
consideramus. Y es que el alma se halla siempre presente á si misma, por
cuya razon siempre puede conocerse por sus propios actos. Thom. De ver. q.
10. a. 8: Sufficit sola essent-ia animae, quae menti est praesens; ex ea enim
actus progrediuntur, in quibus actualder ipsa percipitur.
3. No es tan sencillo el conocimiento de nuestra alma con respecto á su
verdadera esencia. Thom. l. e. a. 1: Ad primam cognitionem de mente ha-
bendam sufficit ipsa mentis praesentia, quae est principium actus, ex quo mens
percipit se ipsum et igitur dicitur se cognoscere per suam praesentiam. Sed
ad secundam cognitionem de mente habendam non snfficit ejus praesentia, sed
requiritur diligens et subtilis ínquisitio.
IV. La misma naturaleza del espíritu dernuestra la realidad de la
conciencia , ya que es una sustancia que ni en sns operaciones ni en su
esencia depende ele la materia.
Thom. I. q. 14. a. 2 ad 1: El ojo no se da cuenta de sn vision ni el oido de
su audicion; toda vez que estas operaciones sou aetos que ~je c nta el alma por
medio de los órganos corpóreos; los sentidos no se reconocen á sí mismos; por
el contrario las operaciones del alma son actos inmanentec; á la misma y se
realizan sin necesidad de los órganos corpóreos.

V. Por cuanto el espíritn se balla presente á s1 mismo y se conoce


por su propia virtud, sin necesidacl del raciocinio ó de la induccion, no
es posible q ne 11egue à duelar <le sn propia existencia.
Thom. De ver. q. 10. a. 8: In hoc enim aliquis percipit se animam habere
et vívere et esse, quod percipit se sentire et intelligere ... unde dicit Philo-
sophus (in IX Ethic. c. 9) : Sentimus autem quod sentimus, et intelligimus
quod intelligimus, et quia hoc sentimus, intelligimns , quod sumus. Art. 12
ad 7: Nullus potest cogitare se non esse cum assensu; in hoc enim, quod co-
gitat, percipit se esse; cf. q. 1. a. 9; véase pág. 368.

VI. La propia conciencia es inseparable compaiiera de todas nues-


tras operaciones intelectuales, á lo ménos con el carácter de habitual.
Es habitual aqnel conocimiento que realiza el alma por una facultad inma-
nente á la misma, mas como el alma se balia en todos los momentos presente
á si misma, resulta que siempre es cogno;,;cible. Bonaven t . in III Sent. Dist.
28. dub. 2: Dicendum, quod illa (nunquam sui non meminisse) dupliciter
possunt attribui animae, videlicet actu vel habitu. Si hal1itu, sic vere, quoniam
anima per se ipsam nata est sui meminisse et se intelligere . . . Si autem in-
telligantur in actu, sic non semper sibi attribnuntnr, quia non semper se co-
gitat nec semper super se convertitur. Thom. De ver. q. 8. a. 14 ad 6: Anima
nostra non semper actualiter se intelligit ... quod ideo contingit, quia ...
roens nostra forte intelligit quodammodo per intentionem.

http://www.obrascatolicas.com
416 PARTE SEGUNDA. LIBRO TERCERO. SECCION PRIMEHA.

DISERTACION TERCERA.
Orígen de las ideas.
La ciencia se funda en el conocimiento de la esencia de las cosas, de lo
general en lo particular, de lo permanente y necesario en lo mndable y feno-
ménico. La cnestion relativa al orígen de las ideas se confunde, por consi-
gui ente, con la cuestion relatirn it la posibilidad de la eiencia y á las condi-
ciones que la determinan. Refutada ya la teoría sensualista y la escéptica
(I. 70 sig.), la cuestion puede plantearse bajo cuatro puntos de vista dife-
rentes.
1. El alma contempla siu cesar é inmediatamente á Dim; y, por lo mismo,
conoce toda verdad. - Ontologismo.
2. Dios comunica al alma, sin cec;ar, las idea8 particulares, ya por medios
naturales ó so brenatnrales. - Teosofia, Misticismo.
3. Dios imprimió en el alma, desde un principio y naturalmente, una ó
varias ideas, de las cnales el espíritn deseuvuelve todas las domás. - Siste-
ma de las ideas innatas.
4. El alma no posee, por naturaleza, ninguna idea actu, pero está en po-
sesion de la inteligencia, como facultad activa, y en ella posee la ciencia, ú
sea el conocimiento, en potencia, por medio de la cual recibe del mundo sen-
sible las ideas, por abstraceion. Thom. De mente O. 6. - Sistema aristotéli-
co-tomista.
Las tres primeras teorias son inadmisibles.
Como quiera que los teósofos se eontrmtan con cxponcr su teoria, sin aducir prueba
. alguna, la pasamos por alto, sometíendo únicamente á un brevfl exámen crítico el
sistema ontolúgico y la doctrina de las ídeas innatas.

§ 60. EL 0:\TTOLOGIS2'.IO.

Malebranche, Investigacion de la verdad, 1674. Gioberti, Introducc1011 al estudio de


la Filosofia, 1850. Fabre, Defensa dei ontologismo, Paris, 1860. Ubaghs, De la natnra-
leza de nuestras ideas y del ontologismo eu general, 1854. Em,ayo de ideología onto-
lógica, 1860. .T. Safü-Fiel, Discusiones sobrr el ontologismo, 186G. Liberatore, 1. e. I.
p. 62 sig. KleutgPn, Suplementos, I. 1868.

I. El ontologismo sienta la tésis fundamental sig-uiente: el espíritu


humano contempla inmediata y directamente á Dios, sér universal y
absoluto, en el cual y por el cual únicamente conocernos las demás
cosas, contemplando en él las ideas eternas que se realizan en las cosas
ereadas.
1. Nic. :M:alebranche ( t 1715) es el padre del moderno ontologismo, cuya
teoría expuso en su obra "De la recherche de la vérité, 1674.,, Objeto del co-
nocimiento inmediato del alma es la idea, objeto de la idea lo inteligible, infi-

http://www.obrascatolicas.com
§ 60. .EL ONTOLOGISMO. 417
nito, inmutable - Dios; pero no la verdadera esencia de Dios en si .misma,
sino solamente la contemplacion de su esencia considerada como la plenitud
del sér. Lo que es el espacio para los cuerpos, es Dios para los espiritus, que
todo lo conocen en Dios, porque la esencia de Este constituye la esfera de lo
inteligible para ellos, ya que tambien conocen las cosas sensibles por la idea
que de ellas hay en Dios. Gioberti ( t 1852) establece distincion entre el co-
nocimiento inmediato y directo y el conocimiento mediato y refiejo. El pri-
mero tiene por objeto la idea, Dios; que siendo lo primero bajo el concepto
ontológico, tiene que serlo tambien bajo el punto de vista psicológico y filosó-
fico. En él, como sér infinito y primero conocemos todas las demás cosas. El
conocimiento refiejo presenta á la conciencia el objeto ó comenido de la con-
templacion inmediata, con ayuda del lenguaje que suministra la expresion
para designarle, deducida de la consideracion de la naturaleza. En esto es-
triba la diferencia entre el moderno ontologismo y el de Malebranche. Kleut--
gen, l. e., ha dado á conocer otras modificacion es de este sistema, que se prn~
senta en abierta oposicion con el "psicologismo.,, Defiende, por eso, la reali-
'dad objetiva de nuestras ide as, que el psicologismo só lo considera como
simples modificaciones s ubjetivas (Gioberti, l. e. Tom. I. c. 3). En esto se
funda la tésis segun la cual: "las verdades eternas no tienen realidad alguna
fuera de la esencia divina, por cuya razon únicamente podemos contemplar-
las en la sustancia divina, de la que sólo se diferencian intensivamente.
2. La Congregacion del Indice ha condenado el 18 de Setiembre de 1861
las siguientes proposiciones, sustentadas por los partidarios del ontologismo,
en diferentes obras, no sin declarar explícitamente que no pueden enseíiarse
en todas sus partes.
1. Immediata Dei cognitio, habitualis saltem, intcllectui humano essentialis est,
ita ut sine ea nihil cognoscere possit: siquidem est ipsum lnmen intellectuale.
2. Esse illud, q uod in omnibus et sine quo nihil intelligi mus, est esse divinum.
3. ITniversalia a parte rei considerata a Deo realiter non distinguuntur.
4. Oongenita Dei tanquam entis simpliciter notitia omnem aliam cognitionem
eroinenti modo involvit , ut per eam omne ens, sub quocnnque respect u cognoscibilis
est, implicite cognitum habeamus.
5. Omnes aliae ideae non sunt nisi modificationes ideae, qua De us tanquam ens
simpliciter intelligitur.
6. Res creatae sunt in Deo tan quam pars in toto, sed in toto infinito, simplicís-
simo, quod suas quasi partes absque ulla sui divisione et diminutione extra se ponit.
7. Oreatio sic explicari potest: Deus ipso actu speciali , quo se intclligit et vult
tanquam distinctum a determinata creatura, homine v. g., creaturam producit.

La prímera tésis contiene el principio fundamental de todas las otras;


puesto que refiere al concepto universal primaria lo que tiene aplicacion á
todas las cosas. El concepto del sér no se forma por abstraccion, antes bien
tiene al mismo Dios por objeto; ya que hipostaseando la abstraccion, el sér,
la identifica con Dios.
II. La doctrina ontológica es falsa, lo mismo en Filosofia que en
Teología. Dedúcese esto de las siguientes razon-:s:
· TOJ\10 II 27

http://www.obrascatolicas.com
418 PARTE SEGUNDA. LJBRO TERCERO. SECCION PRBIBRA .

a) Contradice los hechos de nuestra conciencia, que no puede en ma-


nera alguna ignorar esta operacion constante del conocimiento, que es
la condicion de todo nuestro sér inteligible. b) Se opone á la misma
naturaleza del hombrc y a la forma de su conoc imiento que únicam ente
del conocimiento de lo sensible y particular puede elevarse al de lo
universal y espiritual. e) Es contrario á la naturaleza de toda inteli-
gencia creada que no puede conocer á Dios, por procedimientos pura-
mente naturales, tal como es, puesto qu e no hay ic!ea humana ni creada
capaz de representarle. d ) Se opone a la misma naturaleza ele nuestro
conocimiento de Dios, que se halla envuelto eu la oscuridad, como que
no 1e conocemos sino por analogía, no por argum entos aclecuados y
propios. e) Conduce, por iuevitable consecuencia, al pantei::m10 , toda
vez que ensena la identidad del Sér universal abstracto (esse in commu-
Jii ) con Dios. Bajo el punto de Yista teológico se deduce la inconsisten-
cia del ontologismo, rnuy particularmente, clel hecho incontrovertible
de que / ) la conternplacion de Dios, en el sentido propuesto, sólo es
posihle en el estado de gloria sobrenatural. Así es que es ta doctl'ina
empieza por negar la diferencia en trt~ el órden natural y el sobre-
natural.
1. Thom. sup. B oeth. De Trin. q. 2. a. 3: Immediate fe rri non potest in-
tellecms noster secunclum statwn viae úi essentiam divúwm et. alias separatas
essentias, quia immediate potest concipere intellectus quidditatem i·ei sensibi-
lis, non autem alicujus re'Í intelleclualis . .. N atnrae antem sensibiles intelle-
ctae non suffic'ienter exprimunt d1'villa m essen túmi neque etiam alias essentias
separatas, cnm non sit unius _qeneris nahiraliter lor1u endo, ei; quidditas et
omnia hujusmocli nomina frre aequivoce dicnntur ele sensibilibns et de illis
substantiis ... et sic per viam similü m1inis non sufücienter illae o;ubstantiae
innotescunt. Además se opo1ten ~t esta doctrina t ocl os aquello::; ~trgum entos y
hechos que los Santo::i Padre,; y teúlogos presentan para Llemo stn1r el carác-
ter sobrenatural de la visiou de Dios, dedncidos de la sublimidad ele la esen-
cia divina y de su superioridacl sobre todo sér creado , lo mismo que sobre
todo con ocimi ento c.; reado. En e:-to se fonclo el con cilio ele Vienne (Denz. 403)
para condenar la siguieute proposieion: Quod anima non iadiget lnmine
gloriae, ipsam elevante , ad Demn videndum et beate fruendum.
2. La afinidacl de la cloctrina ontologista con la panteista consiste en que
una y otra confunden el sér crear1o con el divino , atribuyernlo á los concep-
tos g eneral es, lo mi smo que al del 8ér, los atributos de la necesidad y de la
inmutabiliclad por suponerlos una misma cosa con Dios. Mas como q uiera que
lo par ticular es lo que es , únicamente porque en él está representada su iclea,
resulta que por esta idea que hace, por ej emplo, que el h ombre sea tal hom-
bre, siendo una misma cosa con la divinidad, el hombre se asimila á Dios.
Admitido el mencionado principio resulta que entre Dios y las demás cosas

http://www.obrascatolicas.com
§. 60. EL ONTOLOGISMO. 419
no existe más que una diferencia gradual, cuantitativa, no esencial, siendo
así que el sér divino y el de la criatura no se hallan siquiera comprendidos
en un mismo género. 'rhom. S. I. q. 3. a. 5. De modo que en tanto que el
panteismo asimila a Dios con el Universo, el ontologismo diviniza el mundo.
III. La falsedad de la doctrina ontologista se deduce de las siguien- ;-.!' .

.tes c011sideraciones:
a) No ~e concibe ni es posible que el homhre, en su estado presente,
se halle en aptitud de contemplar las ideas divinas, en tanto que per-
manece oculta para él la esencia divina. b) Es verdad que lo vemos
todo en Dios como principio de la razon en y fucra de nosotros mismos, j .
pero no como medio de 11uestro conocimiento. e) La primera represen-
·.;_

tacion es la del Sér (forma intellectus), pero del sér aLstracto (esse in
communi ), no del Sér infinito y divino.
1. Segun el partido mas moderado del ontologismo, conocemos únicamen-
te las ideas en Dios, mas no la esencia divina. Pero contra esta opinion hace
notar Santo Tomás (II. II. q. 173. a. 1): Non est possibile, quod aliquis
videat rationes cr eaturarum in ipsa divina essentia' ita quod eam nem videat;
tum qnia ipsa divina essentia est ratio omnium eorum quae fiunt, ratio autem
idealis non addit supra divinam essentiam nisi respectum ad creaturas, tum
etiam quia prius est cognoscere aliquid in se, qnod est cognoscere Deum ut
est obj ectum beatitndinis, quam cognoscere illucl per comparationem ad alte-
rum, quocl est cognoscere Deum secunJum rationes rerum iu ipso existentes.
2. E l mismo Doctor AngéliGo ( I. q. 12. a. 11 ), explica en q ué sentido es
Dios principio ele nuestro Gonocimiento: in quantum per partiC'ipationem sui
.luminis omnia cognoscimus et dijudicamus.
3. Tambien ha demostrado Santo Tomas (I. q. 3. a. 4 ad 1 ) la diferencia
qu e existe entre e! sér, como proclucto rle nuestra ab straccion extrema, y la
esencia divina, que el ontologismo y el panteísmo asimilan al primero: Ali-
quid, cui non fit additio , potest intelligi dupliciter . Uno modo, quod dera-
tione ej us sit, quod non fiat ei additio, sicut de ratioue animalis irrationalis
est., ut sit sine ratione. Alio modo intelligitur aliquicl cui non fit aclclitio, quia
non e:;t de ratione ejus quod silii fiat additio , sicut animal commune est sine
ratione, quia non est ele ratione animalis commnnis , ut habeat rationem, sed
nec de ratione ejus est, ut Gareat ratione. Prúno 1'.gitur modo esse sine addüio-
ne est esse divin wn: secundo modo esse siue rulditione est esse co11wiw1e. O. Gent.
I. 26: Id, quocl commune est vel universal e, sine aclclitione esse ( actu ) non
potest , sed sine adclitione considerafar, non tamen absque receptibilitate acldi-
tioni s .. . Divinum autem E sse est absqne additione non solum co,qitatione, sed
etiam in rerum natura, et non sol um sine adclitíone, sed etimn absque receptibi-
litate addi'tionis. Unde ex hoc ipso, quod additionem non recipit nec recipere
potest, magis concludi potest, quod D eus non est esse commune, sed proprium ...
Icl quod in nobis simplicissimum invenitur ( ens commune ) non tam res com-
pleta, sed rei aliquid est; Deo autem simplicitas attribuitur sicut rei alicui

http://www.obrascatolicas.com
~ ·' ..

420 PARTE SEGUNDA. LIBRO TERCERO. SECCION PRIMERA.

perfecte subsistenti. Cf. De ente et essentia c. 7: Nec oportet, si dicirnus,


Deus est esse tantum, ut in errorem eorum incidamus, qui Deum dixerunt esse
illud universale, quo quaelibet res formaliter est. Roe enim esse, quod Deus
est, hujus conditionis est , ut nulla sibi additfo fieri possit. Unde per ipsam
suam puritatem est esse distinctum ab omni esse ... Esse autem commune,
~-
sicut in intellectu suo non includit aliquam additionem, ita nec includit ali-
qu am praecisionem ad di tionis. Hc\ aqui los con ceptm; por los euales se dife-
rencia el sér, como abstraccion extrema, de la esencia divina, el sér abso-
luto , ó wv:
a) El primero no es otra cosa que la mas completa abstrnccion de las cosas
reales, sin otra determinacion de su contenido que la negacion del no sér.
Por el contrario el Sér divino es lo más determinado que existe, y lo que, por
la perfeccion absoluta de sn esencia, más se dü.;tingue de todos los demás
seres.
b) El primero es el sér en su eoncepto mas universal, aplicable á todo lo
que existe; el Sér divino es un ente único ( ens ::iingulare) que no tiene se-
rnejante.
e) El primero le com prendemos en su :>entido propio (univoce, conceptione
propria); el Sér di,·ino en sentido impropio y solo por analogía ( analogice et
conceptionibus improprii s ).
d) Aqueles, en cuanto á la extension (extensirn ), lo más amplio, bnjo el
c.on cepto de la intensirlad , lo más insignificante; el segundo es todo lo contra-
rio, puesto que enciel'l'a cn sí la plenitnd de toda:> las pr.rfecciones.
e) El primero e;:; un sér ideal, en cuanto que se comprende por abstraccion
de lo particular ; el segundo , muy al contrario, es el mas real de todos los
seres.
Thom. D e ver. q. 1 a. 1 q. 10 a. 11 ad 10: Illud, q uod primo intellectus concipit quasi
notissimum et in quod omncs conccptiones rcso lvit est ens ... Ens, quocl est primum
per communitatem , c11m :iit idem per e,;seutiam rei cuilibet, nullius (r ei) proportionem
excedit, et ideo in cognition e cuj uslibet rei ipsnm cog noseitur. Sed ens, quod est pri-
mum causalitale, exced it improportionaliter omnes alias res, unde p er nullius alterius
cognitionom snffioienter eognosci potest.

IV. Es indudable que nuestros conceptos universales encierran una


verdad inmutable, necesaria y eterna; pero de esto no se sigue. en ma-
nera alguna, que sean realiter y objectii1e una rnisma cosa con el Ser di-
vino, que es el único inmutable, necesario y eterno. Efectivamente :
a) Esos conceptos uniYersale;:; no existen como tales ( in sua formali
ratione ), ni fuera de Dios ni en el rni::imo Dios, ántes bien sólo existen
en las cosas particulares. b) Los con ceptos universales que formamos
por abstraccion de las cosas particulares, no tienen existencia real si los
consideramos anteriores ó independientes del acto creador de Dios,
siendo únicamente posibles, tocla vez que Dios, que es la plenitud del
Sér y de toda perfeccion , puede tener en las cosas creadas cierto reme-
do de su propia esencia, siquiera sea finito y sólo por analogía (analoga).

http://www.obrascatolicas.com
..·.
;_
:·)'/. :,_: ;:-\· ·1:
... ' ,•

e) Síg·uese de esto que las verdades eternas existen eu Dios como eu su


imágen 6 prototipo y .de un modo mas perfecto (eminenter et exempla-
riter ), mas no como son en sí (in sua ratione formali ), y que no se dis-
tinguen del mismo Dios. d) Admitida la mencionada hipótesis segui-
ríase, como inevitable consecuencia, que Dios es finito, ya que la idea
de lo creado env-uelve el concepto de la lirnitacion; el Sér divino, por
el contrario, excluye toda limitacion. De donde se infiere, que la idea
no puecle ser una misma cosa con la esencia ele Dios. e) Agréguese á
esto que en la vision de Dios , el suj eto que contempla no conoce ni por
media de ideas especiales, di stintas unas de otras, ni en una serie de
actos de co nocimiento, sino solamente por la esencia divina. j) Por eso
todas las verdades que existen en las cosas creadas, lo mismo que todo
lo bueno que hay en ellas, sem imúgenes de Dios que han emanado de
Él, pero no son el mismo Dios.
Thom. I. q. 15. a. 4: Ipse ( Deus) essentiam suatn perfecte cognoscit ...
Potest autem cognosci non solum secundum quod in se est, sed secimdwn
quod est participabilis secwulwn aliqnem modum súnüitudinis a creaturis. Una-
quaeque enim creatura habet propriwn speáem, secunrlum qu.od aliquo modo
participot divinae essentiae si1nilitndinem. Sic igitur in quantum Deus cogno-
scit suam esse11üam ut sic imitabilem a tali creatura, cognoscit eam ut propriam
rationem et ideam ln~jus creaturae. Por cuya razon la verdad ideal , ó sea la po-
sibilidad de las cosas, tiene su fundamento eu la esencia de Dios, del que
puede ser imúgen la criatura, pero no la misma esencia divina; porque ésta
tiene existencia real aun en cuanto que puede ser imitada ( essentia ut sic
imitabilis a tali creatura), miéntras que la criatura posibible, imágen de la
esencia divina , só lo tiene un sér ideal en y por la inteligencia divina; de
donde se inficre que la inteligencia divina es fundamento de la verdad en las
cosas creadas, pero no es unri misnw cosa con ella.
V. No es ménos falsa la hipótesis del ontologismo, segun la cual
sólo puede conocerse lo finito previo el conocimiento de lo infinito, por
vía de negacion; efectivamente:
a ) El hombre posee el conocimiento de lo finito eu el conocimiento
de sí mismo . b) La idea de lo infinito, como negacion del límite, pre-
supone la idea de lo finito como negacion de mayor perfeccion.
Todos los Santos Padres y teólogos defienden esta doctrina, al mencionar
la via negatfom:s como uno de los caminos por los que el espiritu humano
llega ai conocimiento de la esencia divina. Thom. in Ep. ad Rom. L. VI.

§ 61. LA HIPÓTESIS DE LA S IDEAS INN'ATAS.

Segnn la hipótesis de las ideas innatas, el alma esta en posesion, desde su


origen, de ciertas ideas que sirven de base para la formacion del conocimien-

http://www.obrascatolicas.com
422 PARTE SEGUNDA. LIBRO TERCERO. SECCION PRIMERA.

to. Platon es el inventor de esta teoría fundada, á su vez, en la doctrina de la


preexistencia del alma y del recuerdo que eu ella se deposita (àwfp-'Ff)Cl'Lç).
'l'ambien Descártes aceptó la teoria de las ideas innatas, ad mitiendo al pro pio
tiempo la existencia de ideas que nos vienen por los sentidos (ideae adventi-
tiae) y de otra segunda clase de ideas que adquirimos por la propia reflexion
(factae). La experiencia no es más que la ocasion externa para el des envolvi-
miento de aquellas ideas que hacen relacion á lo sobrenatural y necesario. En
sentir de Leibnitz y de Virolff la idea del Universo es innata al hombre, aun-
que de una manera inr,ompleta, llegando por progresivo desarrollo á manifes-
tarse en toda su claridad y evidencia. Segun Rosmiui (Nuovo saggio sull'
origine delle iclee, 1830), á lo menos es innata al hornbre la idea del ser inde-
finido y ab;;tracto, que se manifiesta luego rleterminada en los conceptos, de
muy diversas marnwas.

I. La hipótesis de las ideas innatas es insostenihle, por las siguien-


tes razones: a) En todo:; los casos dehe darse la preferencia á la teoria
más sencilla cnando por sí sola basta para dar ex:plicacion de los fenó-
menos; la hipótesis en cuestion. rnny al contrario , se ve precii:ada á re-
currir á las afirmaciones más arbitrarias y absurdas. b) Esta hipótesis
no da explicacion de la nnion 11ue :;e verifica entre el alma y el cuerpo
para constituir la unidad del s1~r, más bien aparece en el1a sin objeto.
e) Se contradice it sí propia, toda vez que primcrarnente aduce la union
de la naturaleza seusiblc con cl alma racional como causa de que esta
no se halle , desde l uégo, eonteni<la en la conciencia de la idea innata,
miéntras que luég·o se pone á eontl'ibu cion la rnisma adiYida<l sensible
para despertar la «adorrnecidax idea. r{ No explica la relacion íntima
que existe entre los es tados corpóreo y espiritual, ni los de la infaneia,
dei sneilo, del delirio, dei dcsma,; 0, etc. e) En el poder del hornbre no
1

está el negar ni olvidar lo qne es innato; y cs notorio con qué facilidad


niega y ohida el contenido de las idea:-i en cuestion. j ) Conduce nece-
sariamente al idealismo y al dualismo, toda yez que, admitida esa hipó-
tesis, el hombre sólo conoce las ideas y no las cosas por rne<lio de las
ideas. g ) E:-i la consecuencia de la teoría platóni ca relativa á la preexis-
tencia de las almas. k ) Se opone á la analogía de la fe, por cuanto úun
el conocirniento sobrenatural no se realiza exclusivamente mediante un
principio interno, sino tambien, al mismo tiempo, por influencia exte-
rior (fides ex anditu). i ) Es inconsecuente y arbitraria, toda vez que
no tiene más ley que la del capricho para designar las ideas que sou
innatas y las que no lo son.
1. lJlrici, Fe y Oiencia, p. 77: "En la actualidad apénas tiene ya parti.darios, si
tiene algunos, la opinion de que nuestr a alma posee id eas inmttas, de tal manera que
por si misma, sin la cooperacion de otro facto r alguno , no súlo tiene conciencia de
ellas sino que hasta adquiere inmediatamente certeza de su verdad; y es que la expe-

http://www.obrascatolicas.com
-~

§ 61. LA HIPÕTESIS DE LAS IDEAS INNATAS. 423


riencia ha demostrado que no sólo hay muchos hombres que no tienen conciencía de
semejantes ideas ni las adquieren nunca, sino que está igualmente probado que, en
aquellos que carecen de los sentidos principalcs, no llega á su completo desarrollo la
propia conciencia ni la facultad cognoscente. (Thom. De Ver. q.10 a. 6: Non pateremur
omnimodam ignorantiam eorum, quorum sensum :i10n habemu s). P ero además de eso
tal hipótesis envuelve en si mi sma una contrad iccion, porque las ideas innatas, como
tales , no podrian ser otra cosa que determinaciones primitivas, puestas dentro de ó
al lado del alma, de tal manera que esta, al tener conciencia d e cllas deb eria por ne-
cesidad considerarlas como determinaciones propias, cual momentos de ella misma y
no como imágenes ó representaciones que la vienen de fuera y no son una misma
cosa con ella; en una palabra, no po dría referirias á otra cosa ... No es posiblc suponer
siquicra la existencia de conceptos ó ideas que no se han formado, sino que desde un
principio se hallan puesta s en la conciencia (págs . 195 y 352).
"A la manera que la semilla es ya planta potentia (Thom. "semi na cognitionum ")'
pero sin embargo, no llega á ser pl anta real y efectiva sino m ediante la a ccion d e la
humeda d, dei aire, d el calor, etc., así tambien cl alma humana es ya en y por si mis-
ma sensacion, scntimiento, conciencia, etc., y cn tal sentido puedc decirsc que desde
un principio exü;ten en ella implícita y poten cialmente las ideas ó conceptos que pro-
ducc y hace pasar ai dominio de la conciencia ; pero el contenid o dei })ensamiento no
adquiere existon cia real, explicita, no llega á ser actu, sino m ediante la c ooperacion
del sór real. )Ias como no 1rnede sustraerse á esta coopcracion, q uc es á la vez opera-
cion, r esulta de aquí una necesidad intelectiva ó del p ensamiento que pod emos llamar
inmediata , porque con dic.iona y d etermina, s in otra mediacion, los primeros actos de
nuestr a actividad espiritual.

2. A las tres citadas hipótesis se opone la siguiente declaracion de Santo


Tomás (De Magistr. a. 1 ): ln quo derogatur ordini universi, qui ordine
et connexione causarwn contexitur, dum prima cansa ex eminentia bonitatis
suae rebus alii::; confert non solum quod sint, sed etiam quod causae sint.
En su calidad de sér inteligente, lleva el hom bre en sí mismo una foerza que
produce el conocimiento. Thom. De mente a. G. Y de la misma naturaleza
humana se deduce, como necesaria consecuencia, la manera y la forma eu que
se efectúa su conocimiento. Opera.tio proportionatur virtuti et essentiae; in-
tellectivum antem hominis est iu sensitivo , et id eo propria operatio ejus est in-
telligere intelb'gibilia in phantasmatibus. De l\Iemor. et R eminiscent. a. 2. El
mismo doctísimo teólogo refuta ya la hip ótesis de las ideas innatas. De men-
te a. G: Quidam posuerunt humanas animas in SC'Ípsis continere rerum noti-
tiam .. . Alii vero dixerunt, quod anima sibi ipsi est scientiae causa. Non
~mim a sensibilibus scientiam accipit, quasi actione sensibilinm aliquo modo
.similitudines rerum ad animam pervenirent, secl ipsa anima ad praesentiam
sensibilium in ge similitudinem sensibiliuin f ormat. Sed haec positio non videtur
totaliter ration'abilis ; nullum enim agens, nisi secundum quod est actu, agit.
U nele si anima format in se omnium rerum similitudines, oportet, quod ipsa
in se actu habeat illas similitudines rerum, et sic redibit in praedictam opi-
nionem, quae ponit, omnium rerum scientiam animae natnraliter insitam esse.
I. q. 84. a. 1: Si aliquis intellectus est, qui per essentiam suam cognoscit
omnia, oportet, quod essentia ejus habeat in se immaterialiter omnia ... Roe
autem est proprium Dei. a. 4: Si anima species intelligibiles secundum suam
naturam apta nata esset recipere per influentiam aliquorum separatorum prin-

http://www.obrascatolicas.com
·..._, ,..
'~I,· .- .-.• •

424 PARTE SEGUNDA. LIBRO TERCERO. SECCION PRIMERA.

cipiorum tantum, et non acciperet ea a sensihus, nem indigeret corpore ad intel-


ligendnm. Unde frustra corpori uniretitr. Quaest. unic. de spirit. cr eat. a. 10:
Non autem potest dici, quod iste intellectus superior faciat intelligibilia actu
imrnediate absque aliqua virtute, quam ab eo anima participat ad hunc effectum
determinatum, ut fiant intelligibilia actu? ... A ctio intellectns agentis est act'io
hujus hmnúiis.
Entre todos los argumentos que se aduceu en pro de la mencionada hipó-
tesis, ninguno tiene tanta fuerza como el siguiente: "Si el espíritu no llevara
ya en sí, en ci erto modo, el conocimiento ele las primeras verdades, no exis-
tiria base algun a sobre la qne pL1diera fnndarse tal conoci miento ... Efectiva-
mente ; la ob::;ervacion presupon e, por necesi chcl, el discernimiento, como la
abstraccion presupone el mi :m10 disc ernimicnto y la combinacion ó el raciocí-
nio ; todo lo cual no podria exis tir sin cierta nocion ele la unidatl, de la plura-
liclad, de la igual da d y ele la éli,;tincion ... : arlemás no se concihe un juicio sin
la nocion drl sér. ,, Pero al cleeir esto no ;-;e ti eu e en cuenta que el conc epto
universal , lo mismo que la idea del ser , se lialla realmente en las cosas y po11
consecuenci a se reconoce en ellas. Si ese concepto , en ve,,, de existir en las
cosas, le llevásernos dentro <l e nosotros , no podríamos ten er conocimiento
obj etivo . 'l'hom . De anim. III. L ect. 4: Obj ectnm intellectu s nostri non est
al iquid extra rcs sensibiles cxi:,;tens , licet intellectus apprchcndat alio modo
quidditates rerum, quam sunt in sensibilibus. N on enim apprehendit eas
cnm conditionilms indi\'iduantibm;, quae eis in rebus sensihilibus adjun-
guntur.

§ 62. LA TEORÍA DEL CO:'.'\OCDIIE!\ TO SE GC'i' SAXTO TmL\.s.

I. Esta teoría se funda en los siguientes 1wincipios:


a) La mision de] entendimiento consiste en conocer la esencia de las co sas
( quidditas) , en oposicion á la que tienen l o~ sentidos de percihir lo particu-
lar, es decir, lo que se halla determinado t individualiza<lo por el tiempo,
lugar, color, figura, etc. En el conc epto universal ( uniYersale ) se halla conte-
nida la esencia ele las cosas.
Thom. I. q. 78 a. 3: ]•f a turas sensibilium qu alit:tt.11111 cognoscerc i1on cst sensus, sed
(~. 87 a. 3. D e scienti a Dei a . 7 ad 8: I!I ud, quod est principium essendi,
intellectu s.
est etiam principium cognoscendi ex part e rei uognitae , quia p er sua principia r es
cognoscibilis est.
b ) Si bien el concepto universal es uno , se refiere ó puede referirse a mu-
chas cosas inclivicluales (Unum habens habitudinem ad multa). R,efierese á
cli cha s cosas individua.les como expresion ó como determinacion más inme-
diata de su esencia. E n el primer caso puede expresar el sér completamente
ó sólo en part e ; si le expresa por completo entó nces se representa en él la
species. Si só lo le expresa en parte, esta parte puede ser ó determinante ó
determinada; la determinante constituye el genus, la deter minada la clifferen-
tia specifica. Pero si el concepto universal no expresa la esencia del sér,

http://www.obrascatolicas.com
§ 62. LA TEORÍA DEL OONOCIMIENTO SEGUN SANTO TOMÁS, 425

siendo sólo una determinacion más inmediata del mismo, puede ésta hallarse
inseparablemente unida al sér (homo est risibilis, por ejemplo ), en cuyo caso
constituye lo que le es propio, attributum, ó só lo le corresponde accidental-
mente, siendo un simple accidente. De aquí se deducen los cinco universalia.
c) ~l concepto univer:;al es, en primer término , una determinacion de en-
tendimiento, la imágen inteligible del objeto en el espíritu que conoce, y coin-
cide con el mismo acto del conocimiento; pero no es objeto (id quod) de
nuestro conocimiento ; sino el medi o (id quo ), por el cual se presenta el objeto
al espíritu. Thom. I. q. 85. a. 2. Species intelligibilis se habet ad intellectum
ut quo intelligit intellectus ... secundario est id , quod intelligitur, sed id
quod intelligitur primo, est res, cujus species intelligiuilis est similitudo.
d ) L a idea es espiritual , porque el acto d e la percepcion se verifica de
conformid::1,d con la naturalez::1, y la forma del sujeto de la misma; pero es á la
v~z idea de algo que no es espiritual; y lo es tam bien del infinito.
e) De tres distintas maneras puede considerarse la esencia ( quiddit.as) de
las cosas : C1.) En los objeto;; individuales; en ellos sólo se manifiesta la ver-
d.a d potencialmente, como algo universal. ~) Como obj eto del conocimiento,
qhe, por abstraccion, separa la verdad de las d eterminaciones accidentales
de las cosas indiYiduales; entonees forma el espiritu conceptos uniYer;;ales
directos, que existen en las cosas segun s u elemento objetivo, mas no :;egun
su elemento subjetivo. y ) Finalm ente, podemos con sioerar la esencia de las
cosas, tal como las ha com prendido el espíritu eu su universalidad y austrac-
cion para aplicarlas á las cosas individuales; bajo este punto de vista son, en
toda propi edad, conceptos universales r efl ejos, qu e, com o tales (form aliter),
sólo existcn en el espiritu, miéntras que en las cosas existen en potencia y
segun su fundamento (potentia et fundamentalit er).
f ) Los concept os uni ver~ales son necesarios y et ernos. ( E ssentiae rerum
sunt aeternae ). Pero esta ncccsidad es ;;ólo ideal , no real. El func1ameJ1to de
dicha necesirlad se halla en la eternirlad de las ideas divinas, como prototipas
que son d e todo lo que existe. Por cuya razon dmnuestran la existencia de
una razon primordial, fundamento de todo ser ideal , ó sea de toda vcrdad.
No se con cibe la existencia de una cosa inteligible ~in un entendimiento pri-
mero y supremo , ni de una verdacl sin un sér primordial verdadero.
1. Acerca de lo Unive rsa le, consúltese Thom. L q. 87 a. 3: Contingentia dupliciter
possunt considerari. Uno modo , sccundum quo d con tinyentia sunt , alio modo , sccun-
dum quod in eis aliqui d necessitatú invenitur. Nihil enirn cst adeo contingens, quin in
se aliquid ncce.•.rnrium habeat. 8icnt hoc ipsnm, qnod est Rocratem currere, in se qui-
dem contingens est, sed habitudo cnrsus ad motum est nccossaria. N ecessarium enim
est , Socr atem moveri , si currit. I . q. 85 a. 2 ad 2: Cum dicitur intellectum in actu,
duo importantnr, sei. ns qua e in1Plli'.,q1:tur et hoc quod e8t ip.rnm intelligi. Et si militer
cum dicitur u niversale abstractum, duo intelliguntur, scl. ipsa nallt1·a rei et al1stractio
seu universalitas. Ips a igitur natura, cui accidit vel intelligi vel abstrahi vel intentio
universalitat is, non est nisi in •ingula1·ibus; sed hoc ipsum quod est intelligi vel ab-
strahi vel intentio universalitatis est in intellectu. Por donde se ve que la universalidad
existe en el espíritu, no en las cosas. Acerca de la distincion entre univers ale directum
y reflexum, véase De Univers. Tract. 1: Notandum est, quod aliud est dicere animal in
quantum animal et animal in quantum universale (es decir, en comparacion con otros

http://www.obrascatolicas.com
426 PARTE SEGUNDA. LIBRO TERCERO. SECCION PRIMERA.

individuos), et similiter homo in quantum homo et homo in quantum species. Quia.


animal in quantum animal est animal tantum, et significat essentiam simplicem,
quae de se non est una nec multa 1wc existe!1s in his sensilibus nec in anima. Et iàeo
dicit Boethius: Universale dum intelligitur, sing11lare dum sentitur, quia una eadem-
que natura quae singularis erat et individuata per materiarn in singularibus homini-
bus postea 1jjicúur uni versa/is pe1· action"m 1:ntcllectus depuranti8 1p8a1n a conditioni-
bus, quae sunt hic et nune. Cf. Do ente et essentia. Opusc. 48.
2. Si no se admite la distincion entre uni versa 1e dircctum y reflexum. necosaria-
mente se cae: ó enol nominalismo y criticismo, qne niega la existencia de lo univer-
sal en las cosas; ó on el platonismo y ontologismo, que afirma qne lo universal exis-
te como tal en sí mismo: ó Pn el panteísmo y en (') falso realismo de la Edad .Media,
que sostiene que lo universal existe a la yez en las cosa-; que no son rnas que aceiden-
tes con relacion á la sustaneia uni ver.sal.

II. La teoría clel conocimiento se funda en el principio fundamen-


tal siguiente:
a) El espíritu humano ocupa nn término meclio entre el espíritu puro y el
sér sensible, tocla vez que se halla unido al cuerpo como su forma esencial.
Por eso la forma de su conocimiento guarcla analogia con la forma de su exis-
tencia, es decir, que sienclo él mismo im espíritu corporizado, eonoce lo inte-
ligible que existe en el objeto individual sensible, mas no en la forma en que
realmente existe en diclio objeto individual sonsible, sino de una manera es-
piritual.
Thom. I. 'l· 85 a. 1: Intellcctus hmnanus medio modo se habet (inter sensum et in-
telleetum angelicum 1; non enim est actns alicujus organi, sed tctmen est qnat~dam
virtus aninw.c quan est fonna c.orporis. }:t ideo ]Jropriui1i ejus est cog1t08CU'efu1·marn,
1

in ma teria q1úde111 1·mporali i11divid11alitu cxisteniem, non tamen prout cst in taZ,: -rnate-
1·ia. Cognoseero vero id, quod est in matm-in. individua!i non pront e.'t in tali rnate-
ria, est al1s/rahere formam a ta/1: 11,ate;·ia i11divid11ali, r1nam repraesentant phantas-
mata. Et icleo necesse est dicere, quod intellectus noster intelligit materialia abstra-
henclo a phantasmn.tibus, ct per materialia sic considerata in imrnaterialium aliqua-
lem cognitionem de\·enimus.

b) Por eso todo conoc:imiento parte de la percepcion sensible ( omnis co-


gnitio incipit a sensibus), que presenta el material cognoscible al entendi-
miento, mediante la imágon de la fantasia (phantasrna ). El mundo sensible
sólo ofrece cosas p;irticnlares, acciclentales y concretas (particulare cum con-
clitionibus individuantibus); por cuya razon t1ólo e8 causa materialis de nues-
tro conocimiento, mas no causa formalis.
Thom. I. 'l· 84 a. G: Sensitiva cognitio non est totu causa intellectnalis cognitionis ...
sed rnagis quodammodo est materia causat>. En esto estriba principalmente la dife-
rencia entre la teoria de Santo Tomás y la del empirismo y sensualismo.

e) Asi como los sentidos presuponen, para obrar, los objetos del mundo
sensible, ele la misma manera el entendimiento presnpone, para ej ercer su
actividad, la existencia de las imágenos de la fantasia (Intellectus movetur a
phantasrnatibus), ya que todo conocimieuto so realiza mediante la conversion
del espiritu a las imágenes de la fantasia (per conversionern ad phantasmata),
lo cual se verifica por interior impulso ante un objeto dado.

http://www.obrascatolicas.com
§ 62. f,A TEORÍA DEL CONOCIMIENTO SEGUN SANTO TOMÁS. 427
Phantasmata se habent ad intellectivam partem animae sicut sensibilia ad sensum.
Thom. de anim. III. Lect. 4 sq.
d) La esencia de las cosas que comprendemos en el concepto universal
existe en los mismos objetos, si bien acompaii.ada de circunstancias determi-
nativas accidentales ( cum circunstantiis individuantibus); separar dicha esen-
cia mediante la abstraccion y despojarla de sus circunstancias accidentales,
con:itituye la mision del intellectus agens, que, de esa manera, eleva á la ca-
tegoria de realmente inteligibl e (actu), lo que únicamente lo es potencialmen-
te (potentia), en el obj eto individual.
Lock e y Condill<Lc ( L a se nsation transformée ) han n egado est<L facultad dei alma,
por la que se el eva sobre lo sensible, y re conoce lo espirit ual en lo sensible. Thom. 1
q. W a. 3: Oportet pon erfl aliqu am v irtut ern ex parte intellectus, quae faciat intelli-
gibilia in actu per abstractionem spcci Prum a conditionihus materialibus. Et haec est
necessitas ponendi intellectmn agen lem. De mente c. G: Verum est, quod scientiam a
sensibilibus meus nostra aecipit: nihilorninus tamen ipsa anima in se similitudines
rernm format, in quantum per lum en intellectus a gentis effi ciuntu r formae, a sensi-
bilibus abstract ae, intelligibiles aetu, ut in inte!lectu possibili r ecipi possint. Si el
concepto universal pudiera subsistir fu era del espíritu, segun afirma cl r ealismo pla-
tónico, no seria entónces necesari o e! intell ectu s agen s. Mas como qniera que éste no
se halla determinado por la imágen de la fantasia, puesto qne sólo se requi ere la pre-
s encia de ésta para obrar inconscientemente, ni t ampoco rocibe do ella cosa algnna
que le complete, resulta 'llle cs pura actividad; es nua lu z espiritua l , "ex quo anima
nostra intellectualis dicitur. ,, Thom. Do Prophet. I.

e) Siguese de esto que la inteligcncia activa es un a luz interior (lumen in-


tellectus), que hace cognoscible al entendi miento pasivo ( intellectus passibi-
li s) la esencia de las cosas cin e se manifiesta en cl concepto universal; de tal
suerte que, mediante la informacion que de aquél r ecibe (species impressa),
realiza el segundo ( sp ecies expressa) el acto del conocimiento.
f) El entendimi ento pasivo es el que en propiedad realiza el acto del co-
nocimiento. T l1om. D e anim. III. L ect. 7: Intellectus possibilis est, quo hic
homo formaliter intelli git ... qui speciem recipit, et actum intclli gendi elicit,
et sic solus intellectus possibilis est, qui est subj ectmn scientiae, sicut sen-
tire egreclitur a potentia sensitiva. Pero no es meramente pasivo; dásele el
nombre de entendimiento pasivo ( possibilis ), intellectus passibilis , porque
es determinado á obrar por lo inteligihle que hay en las cosas, de lo que re-
cibe su compl emento, a la manera que los sentido s lo son por el objeto sen-
sible ( Opusc. 48 sup. Bofüh. ), en tanto que el entendimiento activo sólo
tiene necesidacl clel material snministraclo por la imágen de l a fantasía, para
elevarlo á l::i, esfera de lo inteli g ible.
g) La abstraccion se realiza al mismo t iempo que el conocimiento , por
mas que este presupone ( ab strahenclo intelligimus) como condicion necesa-
ria ( natura prius) la existencia de la primera. Hé aquí por qué el analisis, ó
sea la distincion ent r e la esen cia y las condiciones inclividuales, constituye el
primer acto de nuestro espiritu, y no la síntesis, es decir, la union de un
juicio apriorístico con el objeto de la experiencia; los juicios sintéticos aprio-
rísticos de Kant.

http://www.obrascatolicas.com
·"t . :\:rY
~:{-~

428 PARTE SEGUNDA. LIBRO TERCERO. SECCION PRU!ERA.

h) De esta manera tienen 1rnestras ideas, no solamente valor subjetivo, sí


que tambien objetivo; las leyes y categorias del alma son las determinacio-
nes reales de las mismas cosas, por m:!s que no se presenten como tales
( universa1e) sino solamente en el individuo accidental ( singulare ). De suerte
que al momento lógi co corresponde el ontológico, al órden ideal el real.
1. La razon humana cs una participacion <lc la inteli gcncia divin a que comprende
en si las ideas d e todas las cosas. Thom. I. q. 79 a. 3; q. &1 a. 5. Por eso tiene e! espí-
ritu creado aptitud para recibir en sí mismo, cs deci r , para reconocer la esencia de
todas las cosas (I. q . G> a.1 ), toda vez q LlC ésta,; no son sino copias d e los prototipos di-
vinos . I. q. 104 a. 3: Sicut enim ornnes rationes rerum int elligibiles primo existunt in
Deo et ab eo derivantnr in a!io s intetlectus, ut actu intelligant (en los cspíritus puros
d e una rnan era inmediata, en e! hombre mediante la virtr1s intellectus agentis), sic
etiam d eri vantnr in e.reaturas, nt subsistant. C. Gent. III. 47: Id , quod p er animum
cognitum est, verum e~L in quantum illiu;; rl ivinae veri t'ltis, quam D e us cognoscit,
similitudo 11uaedam cxistit in ipso.
2. De esta manera el hombre , Cllyo enteH illmiento ocup a el ultimo grado en la es-
cala d e las inteligenei i1s , tiene pote ncialme nt.e el conoc:irniento de ln. esencia de las
cosas . Tliorn. D e ::\In.gistr. a. :2: J>racexist unt Í ll no bis q uaedam scientiarnrn semina,
s e!. prirnae conceptiones intelle ctus , qna e st :itim lumin c int ell ect11s agentis cogno-
scuntur per species a sc11sibilih11 s <tbstractas.

i ) La unidad esencial de la naturaleza humana es la que concierta estos


actos de las diferentes facnltacles: percep <.; ion sensilile, fantasia, entendimien-
to. El alma, como principio de que eman::m y al que pertenecen todas estas
facultades, constitnye el centrn interior, \mico é indivisible en el que, po- ·
niendose en contacto, inflnyen unas sobre otras. En el mero hecho de hallar-
se el obj eto presente á una facultad, se halla tambien presente it la otra, toda
vez que no son, en propiedacl, hs facnltades las que obran , sino el hom bre
por medio de sus facultades.
Oigarnos de qué manera describ e San Agttst in este pro ceso d el con ocimiento (De
Trinit. XI. Ll): Cnm irn: ipimu~ a ,;p ecie eot']"Jl'i s et peneninrns nsque a d speciem,
quae fit in contnit11 . cogitantis 'luat.nor ~p ecies re periuntur, qnasi g radatim u atae
altera ex altera; scc1.tnda de prinrn , t ertia d e sccnnd<t, <prn ita de tet'tia. A. speâe qnip-
pe corpol'1:s, quod cernitur, exorit11r ea , qnae iit. in sens11. cer11entis; ct ab hac ea, quae
fit in memoria ( fantasia ) et ab hnc e<t, qnac lit. in aci1J c1J.<Jitantís. Thom. De Ver. q. 10
a. 9: Intelligere proprie loqm·nclo non est inte lle ctns, secl an im ae p er intr/lectu.rn.

k) Del conocimiento del mnndo y de nosotros mismos nos elevamos al co-


nocimiento de Dio:-i por vía d e causalidacl, de neg:wion y ele mninencia. De
suerte que el conocimiento que tenemos de Dios no es innat o ui a priori, sino
a posteriori.
Cf. Thorn. I. q. 2 a. 2; q. 12 a.. 12.
1. Así como nos elevamos al conocimiento de Dios por un proceso analí.-
tico , de la misma manera por el sintético descendemo;; de nuevo a la criatura;
el m1rndo visible es la imágen del iuvisible ( xó~p.oç VOl'trÓç .1, que desde la
eternidad existe en Dios y es una misma cosa con el ( quoad principinm in-
trinsecum determinativum ). Porque Dios se conoce a sí mismo, primemmente
en sí y despues en cnanto que puede Her imitado en sus perfocciones por la
criatura, si bien de una manera finita y limitada. En virtud de este pleno co-

http://www.obrascatolicas.com
~~~~mio~to•q: ~~:~;~~~~~;~ otorn~ (idM' pmt::_ -
pas), que son prototipas de todas las cosas que puede llamar á la existencia.
'~ ' ~1
___;q
'·'
Pero, al creer, no reproduce Dias sus pro pias ideas, segun la doctrina pan-
teísta, sino los prototipas de sus ideas (exemplaria exemplata, no exemplantia).
De aqui proviene la diversidad y órden que hay en las criaturas, cuya armo-
nía es indicio de la unidad y de la naturaleza infinita del principio de que
procedeu. Mas la verdadera semejanza del espiritu creado con Dios se funda
en el conocimiento y la voluntad libre.
Thom. I. q.15 a.1. 2. q. 32 a.1 sq. q. 45. 83. L essiu s, D e perfe ct. div. V. 2: Omnia
possíbilia con tinentur in essentia divina tanquam 01·i,ginali rarlice et quasi exemplm·i
virtnali et radicali; i n sapientia tanquam in exemplari f orrnali , in quo etiam existunt
objective modo perfectissimo; magis enim ibi fulg ent, quam in suis naturis creatis;
in potentia tanquam in causa e.ff'ect rice. Thom. De potent. q. 3 a. 5 : Quidditas, ante-
quam esse habeat, nihil est , nisi fo rte in intellectu crean tis , ub i non est creatura, sed
ci·eatrix essentia. Consideradas como objeto del conocimiento divino, las esencias de
las cosas sou algo sustancial, pero algo imaginado, posible solame nte ; consideradas
como la idea mism a que existe en el espíritu divino sou una misma cosa con Dios;
mas por ser imá,genes de las cosas individuales, puede, con justicia, hacerse una di-
stinctio virtualis y decirse que exist en varias ideas en Dios. I . q. 15 a. 2 ad 1.

m ) L a mi sma razon creada nos revela á Dios como primera razon personal,
puesto que todo lo que uno recibe por trasmision debe haber existido ántes
en otro, en cuanto á su esencia; y toda vez que el entendimiento humano es
imperfecto y só lo conoce potencialmen te , debe existir ántes otro que conozca
d e una manera r eal y perfecta. Dios es, por eso, el principio supremo de
nuestro conocimiento, miéntras que la fuerza propia del espíritu es el princi-
pio próximo é inmediato. De la misma manera conoce el espíritu creado en si,
en su propio sér , en su conocer y querer, cierta analogía de los procesos in-
t ernos que tienen lugar en D;o s, trino y uno.
Thom. Qu. unic. De spirit. creat. a. 10. I. q. 32 a. 1 sqq.

SECCION SEGUNDA.
DEL CONOCIMIENTO SOBRENATURAL.-LA FE.
Los comentadores de Santo Tomá,s, II. II. q. 1 sq. Entre los teólogos antiguos; Lugo,
De virtute fidei divinae. Suarez, De triplice virtute theologica, fide, spe et caritate.
Tanner, De virtutibus t heologicis. Iülber, De virtutibus theolog icis. Entre los moder-
nos, Perrone, De virtutibus theologicis. Denzinger, l. e. II parte. Kleutgen, Teologia
de! pasado, IV. 2.ª ed., 1873. 8chrader, De fide, utrum ea imperari possit. 1867. Schaz-
ler, Nuevas investigaciones, 1868.
Segun la doctrina de la Iglesia ( Cone. V atic. l. e. c. IV), existen dos ór-
denes de conocimiento, que se distinguen no tau sólo en cuanto al principio,
sino tambien en cuanto al objeto; en cuanto al principio, puesto que en el uno
realizamos el conocimiento por virtud de nuestra razon natun.l, y en el otro
mediante la fe divina; en cuanto al objeto, porque además de las verdades

http://www.obrascatolicas.com
430 PARTE SEGUNDA. LIBRO T.E RCERO. SECCION SEGUNDA.

que puede comprender la razon natural se nos proponen , para que los crea-
mos, misterios que se hallan ocultos en Dias y que no podemos conocer sino
con el auxilio de la revelacion divina. E xpondremos , pues , en esta seccion,
la teoría de la fe, en tres disertaciones :
Primera: Concepto y obj eto de la fe .
Segunda: :Motivo de la fe.
Tercera: Produccion y cualidades de la fe.

DISERTACION PRIMERA.
Conce pto y objeto de la fe.

Considerad a la fe, en general , como uno de lo:> caminos por los que llega-
mos al conocimiento, lo mismo de las venh des n aturalos que de las sobrena-
turales, de las divinas que de las humanas, es indi spensabl e examinar ante
todo su concepto.

§ 63. LA FE Y EL OBJE TO DE LA FE EN GENERAL.

I. Entiéndese por fe , en general, a(1uel acto de la intelig-encia en


/ virtud del cual ésta admite , con certeza, una proposicion, mas no
porque conozca su verdacl por intnicion propia, sino por la autoridad
de aquel que da testimouio de ell a.
1. P ara emitir juicio acerca de la Yel'ibd ó falsedad de una proposicion,
prec isa conocer la conformiclacl ó di screp:rncia dal suj eto con el predicado; lo
cual se realiza: ó p or el conoc imiento c1e b , idea del mismo suj eto y del predi-
cado que nos preseii ta, de n11 a l ll<\llETl1 inmei:lia ta ó mecliata, esta eonformidad
ó discrepancia (por ejcmplv: al todo e;; mayor que la part e; P edro es mor tal),
ó por el testimoni o ele otros que rie1H:n eY icl rmcia de tal con for midacl ó cliscre-
p a.ncia, lo cual :-mcede cnandu n o podemo::; a1lquirir por noB otro8 mismos com-
pleta certeza. El primor mecli o es rn,blcce una, evidencia fund ada en un cono-
cimiento inter no, ya q lle no sol amente sab emo;; que la prop osicion es venla-
dera si no qne , adcmils , conocemos el fon ,Jnmento interno en que su ver dacl
se funda. Este conoGimi ento produce la fo , es decir, la certeza que se funda
en motivos externos: tenerno::; seg uridad completa de que la cosa es asi, mas
no sabemos por q ué es así.
2. Augustin. De util. cr od. n. l1: Qu ocl scimus, debemus rationi, quod
creclimm;, auctoritati. El mic;mo Santo P adre acentúa la necesidad ele hacer
la debida separacion entre ci encia y fe ( R etract. I. 14 ) : Proprie quippe cum
loquimur, id sol um scire dieimnr , q uocl mentis firma adhaesione comprehendi-
mus. Cum vero loquimur verbi s cousuemdini aptioribus .. . non clubitamus
dicere scire nos, et quocl percip (mus no stris corpori8 ::Jensibus et quod fide
dignis creclimus t estibus, llwn tamen inter haec et illud quid distet intelligimus.

http://www.obrascatolicas.com
•.· .. - ~---' ·~ l'"}.i

§ 63. LA FE" Y EL OBJETO "!'.>E LA FE EN GENERAL 431


3. Se da el nombre de testigo á todo aquel que da á conocer á otro lo que
sabe, y puede ser testigo ocular ó auricular; el acto en virtud del cual hace
su declaracion es el testimonio y la respetabilidad del que nos mueve al
asentimiento, constituye la autoridad de su deposicion.

II. La certeza del asentimiento que damos por la fe , descansa en la


evidencia de la credibilidad de los testig·os, de la ciencia por medio de
la cual conocen la verdad y de su veracidad, á la que ajustan su deposi-
cion. De aquí proviene que, áun sienclo oscuro el objeto ele la fe, puede
ser evidente la cre<libilidad del testigo. •
Cajetan. in Thom. II. II. q. 1 a. 4 § 4: Est differentia inter videre, aliquid
esse scibile, et videre, aliquid esse credibile. Scibile namque est aliquid ex se,
credibile autem ex testimonio, ac per hoc , si constat,, aliquid esse scibile,
constat, illud esse verum. Si autem constat, aliquid esse credibile, non cón-
stat propterea esse verum, sed testimonia esse tal ia, ut illud sit credibile, ut
quotidiana experientia in judicum ,;ententii s per testes et propriam confessio-
nem manifestar. Ex hoc namque, quod digni fide testes aliquid asserunt et
r eus sponte confitetur, non habetnr certa evidentia, qnocl ita sit; habetur
tametsi evidentia , quod ita esse est credibile et judicahile ahsque alteríus
partis formidine. Con esto queda refutada la proposicion por la que algunos
escritores modernos niegan tocla analogía con la fe, en el germino sentido de
la palabra, á la sentencia de un jncz ó al juicio de un hi8toriador que se fun-
da en la deposicion de testigos. V éase Kleutgen, Supl ementos, III. p. 58 sig.
Suarez, i. h. 1.: N otancla est distinctio illorum verhornm credere et videre
( Nemo enim creder et, nisi vid eret , esse cr eclen dum J; prius dicit obscurita-
:.:.,
t em nnde posterins ut condis tinctum ah illo dicit claritatem et evidentiam,
neque illa duo repugnant, quia versantur circa diversa; nam creditur aliquid
sub ratione veri, videtur autem sub ratione credibilis. Irl. De fiel. D isp. I. 1:
ln communi nsu vox fülei contracta est ad significandam cognitionem obscu-
ram et fundatam in testimonio dicentis. Joan. a. s. 'l 'hom. in II. II. q. 1 p. 2:
Fides accipitur pro assensu intellectus, quo quis credit quod non videt, in-
nitendo auctoritati dicentis. Et sic ficles accepta dividitur in humanam et
divinam.
III. La evidente credibilidad del testig·o produce en el que ejerce el
acto de la fe una certeza moral que, en último término, puede y debe
rcferirse á una ley metafisica.
Esta certeza moral debe entenderse en su sentido propio, no en la signifi-
cacion más amplia. El hombre se halla animado de un impulso innato hácia la
vcrdad, del que no puede desprenclerse; la falacia y la mentira constituyen
siempre la excepcion, de tal su erte que, en muchos casos, un examen cuida-
doso de la cuestion produce, respccto de la credibilidad del testigo, una evi-
dencia equivalente a la certeza de un principio metafísico (como el principio
de causalidad ).

http://www.obrascatolicas.com
.·.•,

432 PARTE SEGUNDA. LIBRO TERCERO. SECCION SEGUNDA.

IV. Por esa razon, la certeza que engendra la fe se diferencia, en


cuanto á su fundamento , de toda otra certeza, mas no en cuauto á su
esencia.
Véase pag. 380. Thom. I. II. q. 67 a. 3: Ex parte subjecti differunt secun-
dum perfectum et imperfectum opinio, fides et scientia. Nam de ratione opi-
nionis est, quod accipiafar unum cum formidine alterius oppositi; unde non
habet firmam adhaesionem. De ratione vero scientiae est , quod habeat firmam
adhaesionem cum visione intellectiva; habet enim certitudinem prúcedentem ex
intellectu principiorum. }'ides autem medio modo se habet; excedit enim opi-
nionem in hoc, quod habet firmam 'inhaesionem, deficit vero a scientia in eo,
quo non habet visionem. Por consiguiente es de t.odo punto infundada la si-
guiente apreciacion de K ant (Crítica de la razon pura, 3.ª ed., pag. 850):
" Opinar es formar un juicio insuficiente tanto subjetiva como objetivamente,
aunque con participacion de la conciencia. Si es suficiente bajo el punto de
vista subjetivo é insuficiente sólo bajo el objetivo, se llama fe. Recibe el
nombre de ciencia el juicio que es suficiente tanto subjetiva como objetiva-
mente. ,, B ernard. De error. Abaelard. ad Innoc. II.: In limine ... stultilo-
giae suae definit fidem aestima.tionem. Tambien Strauss ( Teoría de la fe, I.
164) admite en los hechos evidentes históricos solamente una "gran proba-
bilidad, pero nunca como certeza absoluta.,, San Bernardo ( De consid. V. 3)
explica de esta manera la diferencia entre la ciencia, la fe y la opinion: In-
tellectus rationi innititur, fides auctoritati, opinio sola similituiline se tuetur.
Habent illa duo certam veritatem, sed fides clausam et involutam, intelligen-
tia nudam et manifestam.
V. El objeto de la fe humana puede ser; ó una verdad del dominio
de la razon ó un hecho de la experiencia. Hespecto de la primera tienen
aplicacion los siguientes principios:
a) La autoridacl humana, como tal, no es verdadera fuente de cono-
cimiento, siéndolo únicamente la pro pia intuicion.
Thom. I. q. 1 a. 8 ad 2: J,ocus ab auctorikte, quae fundatur supra ratione
humana, est infirmissimus. Augustin. De Ordin. II. 3: Ad discendum dupli-
citer ducimur, auctoritate ac ratione. Tempore auctoritas , re autem ratio
prior est. Aliud enim est, quod in agendo anteponitur, aliud, quod in appe-
tendo aestimatur. !taque quamquam bonorum auctoritas imperitae multitu-
dini videatur esse salubrior, ratio vero aptior eruditis. Donde tiene su orígen
el axioma: Tantmn valet, quantum probat.
o) Apesar de esto, la autoridad del. mayor número y de los mejores,
ejercida en las de bidas condiciones, puede ser fuente de conocimiento,
aunque secundaria, áun para las verdades del dominio de la razon.
Este principio tiene especial aplicacion á las cuestiones fundamentales de
la metafísica y de la moral; porque esta manifesta.cion universal equivale al
testimonio de la razon humana, en su conjunto considerada. Aristotel. Top. I.

http://www.obrascatolicas.com
"' '-~ - · ';, :':' _\

§ 63. LA FE Y SU OBJETO EN GENERAL. 433


2. Thom. C. Gent. II. 34: Quod ab omnibus communiter dicitur, impossibile
est totaliter esse falsum. Falsa enim opinio infirmitas quaedam intellectus
est, sicut et falsum judicium de sensibili proprio ex infirmitate sensus accidit.
Defectus autem per accidens sunt et praeter naturae intentio11em. Quod autem
est per accidens, non potest esse semper et in omnibus. Sicut de saporibus,
quod ab omni gustu datur, non potest esse falsum ita judicium, quod ab om-
nibus de veritate datur, non potest esse erroneum. Tocante al valor de la
sententia communis theologorum, véase pág. 287. En este caso hay que con-
siderar una circunstancia sobrenatural. Thom. De potent. q. 10 a. 4 ad 14.

e) Tratándose de un grado de cultura inferior, ya sea que en el in::..


dividuo permanezca en tal estado ó que baga nuevos progresos, la au-
toridad constituye un medio de conocimiento que en parte prepara y
dirige la investigacion propia' ó bien' cuando esta no es posible' le su-
ministra noticia de los resultados de la ciencia.
Thom. Sup. Boeth. De Trinit. q. 3 a. 1: Quod aliquid non sit apparens hu-
mano intellectui, potest contingere ex duo bus, scl. ex defectu ipsarum rerum
cognoscibilium et ex defectu intellectus nostri. Augustin. l. e. cf. De utilit. cred.
c. 10 sq. Confess. VI. 5.
VI. Por lo que hace á los hechos de la experiencia, en la mayoría
de los casos, es la autoridad la única fuente de conocimiento.
Tanto las ciencias experimentales como todo el derecho público descansan
en el testimonio de otro, considerado como único medio ele conocimiento , y
reconociclo como necesario complemento de toda nuestra ciencia.

VII. Para que el te::;timonio sea fuente válida del conocimiento,


debe hacerse evidente la credibilidad de la declaracion, mediante un
exámen previo del hecho atestiguado y del mismo testigo. El exámen
del hecho debe abrazar los siguientes extremos relativos a la naturaleza
del mismo:
a) Debe ser posible; b) debe ser perceptible por los sentidos; e) debe
revestir cierta importancia, capaz de llamar la atencion pública.
La credibilidad de los testigos resulta más palpable:
a) Cuando varios hacen la misma declaracion, en los puntos esencia-
les, ó cuando el testigo sobresale por su inteligencia y su caracter;
b) cuando la declaracion se hace públicamente y delante de personas
contrarias al hecho que se atestigua y a quienes interesa, por consi-
guiente, ocultar eJ error; e) cuando el hecho atestiguado se opone á las
inclinaciones, á las opiniones y á los intereses de los testigos.
VIII. Si son hechos pasados lo que constituye el objeto de nuestra
fe, los veremos testificado8 en la tradicion y la historia. Para que la
tradicion sea creible se requiere :
TOMO II 28

http://www.obrascatolicas.com
::
" 434 PARTE SEGUNDA. LIBRO TERCERO. SECCION SEGUNDA.

a) Que tenga orígen en testigos oculares y auriculares; b) que el


testimonio de éstos sea igual en todo tiempo.
IX. La historia conserva los testimonios depositados por testigos
más ó ménos fidedignos en documentos escritos ó monumentales, y la
tradicion que ha tenido orígen en éstos. Por cuya razon la historia y
su redaccion deben fundarse en la crítica.
Sin la crítica no hay base posible para la historia. Su objeto, lo mismo que
al examinar la credibilidad de los testigos en general, consiste en indagar los
hechos, los documentos y condiciones de los que h au tomado parte en ellos,
a fin de poder distinguir y rechazar aquellos hechos cuya realizacion aparezca
imposible, en si ó atendidas las circunstancias de tierupo, lugar ó persona. Res-
pecto de los testimonios distingue Lt critica documentos auténticos, dudosos
y apócrifos; para lo cual se funda. en argumentos internos y externos, ya que
los primeros no son siempre :mficientes para. emitir un jnicio decisivo. Medi os
auxiliares de la. crítica son los mannscri t os antiguos, citas conservadas por
otros autores, t estimonios de los contemporáneos , etc. Véa.se Hergenrõther,
Manual de Historia general ele la Iglesia, 187G, p. •1.

X. La distancia que nos separe del hecho no disminuye nada la im-


portancia y el valor dcl testimonio, toda vez que la scparacion, en
cuanto al lugar y al tiempo, Ho es en sí motivo capaz de menoscabar la
autoridad del testimonio ó desvirtuar su naturaleza.
Contra la teoria de Locke ( Eusa.yo, IY. 16 ) y de Laplace ( Sobre las pro-
babilidades ).
XI. Si el testigo que nos garantiza la verdad de una doctrina ó de
un hecho se halla investido únicamente de autoridad humana, el objeto
á que sirve de garantía corresponde tam bien a la esfera de los conoci-
mientos humanos, por cuya rar.ou la fe que produce se llama asimismo
•, . fe humana. Por el contrario, es divina la fe que descansa en el testimo-
nio de Dios y versa sobre verdades del domínio de la Revelacion divina
( fides divina ).

§ 64. LA FE DIVINA Y SU OBJETO.

I. La fe divina es una virtud sobrenatnral que nos mueve, median-


te la gracia de Dios, á admitir como verdadera la revelacion, no porque
reconozcamos su verdad intrínseca , por la sola luz de la razon natural,
sino fundados en la autoridad de Dios que la ha revelado y que no pue-
de engai'íarse ni engaiiarnos.
1. Cone. Vatican. (Const. I. e. 3 ): Fidem, quae humanae salutis mitium
est, Ecclesia catholica profitetur, virtutem esse supernaturalem, qua, Dei

http://www.obrascatolicas.com
§ 64. LA FE DIVINA Y SU OBJETO. 435
aspirante et adjuvante gratia, ab eo revelata vera esse credimus, non propter
intrinsecam rerum veritatem n lturali rationis lumine perspectam, sed propter
auctoritatem Dei revelantis, qui nec falli nec fallere potest. Cf.. Hebr. 11, 10:
Est autem fides sperandarum substrtntia rerum ( €ÀmÇo;úvwv Ú7tÓcr-racr~ç), ar-
gumentum non apparentium ('"fªYP.'*'lúV EÀsyzoç ou ~Àmop.h@ ). De donde
se infiere que el acto de la fe es un acto del entendimiento. 11, 3: Fide intel-
ligimus, aptata esse saecula verbo Dei. G: Credere enim oportet accedentem
ad Deum quia est, et inquirentibus sé remunerator sit. La fe es una virtud
teológica y sobrenatural, que presupone la gracia como su principio interno
eficiente, juntamente con la cooperacion libre del hombre; eso precisamente
constituye su diferencia de la fe de los demonios (Jacob. 2, 19), que ni es
libre ni sobrenatural, por cuanto He ven obligados al asentimiento de la fe,
por la evidencia de la Revelacion que reconocen de una manera clara y pal-
pable (fide coacta, non voluntaria, naturali, non infusa) cf. Suarez, l. e. VI.
9. La fe es una virtud teológica, porque se halla infundida en el alma como
un hábito permanente y tiene por objeto á Dios mismo ( objectum formale
quod ). Diferénciase, pues, la fe divina de la humana que sólo descansa en la
palabra de los hombres; la sobrenatural de la puramente natural que se en-
cuentra en los demonios; como se distingue la fe cristiana de la del Antiguo
Testamento y la católica que considera la Iglesia como su regula proxima.
El Apóstol designa la fe con el nombre de Ú.-:Ócr":'ct.7~ç, substantia, "quia
sicut substantia est fnndamentum omnium aliorum entium, ita fides est fun-
damentum totius aedificii spiritualis,,, Thom. in III. Dist. 23. q. a. 1: " quia
prima inchoatio rerum sperandarum in no bis est per assensum fidei.,, II. II.
q. 4. a. 1. I Joan. 5, 13. La fe es EÀsyzoç, ó segun la declaracion ele San
Agustin (Enchir. c. 8. De peccat. merit. II. 26), "convictio rerum, quae non
videntur,,. Joan. Chrysostom. i. h. 1.: ":'W'I dplú[Úvwv craq:;scr't'spov 7tspl 't'WV
cxopwrwv
' ,
.-:s.-:) :r1po7op·r,,:u
, , , " ~ , A t' s
":'~ç mcr":'~ç sr.vw. ouvcx't'w•. ~'ingus m. , enn.
XXVII , 1:
Domus Dei credendo fundatur, spe erigitur, diligendo perficitur.
2. La palabra .-:Lcr":'~ç ocurre en la Sagracla Escritura con diferente signi-
ficado: a) para designar la voz ele la conciencia. Rom. 14, 25: Quod non est
ex fide, peccatum est. b) en el sentido de confiamm. J ac. 1, 6: Postulet au-
tem in fide. e) en el de veracidad. Jerem. 7, 28: Periit fides de ore eorum.
Apoc, rn, 11. d) para designar el objeto de la fe. Apoc. 2, 13: Non negasti
fidem meam. En Hebr. 11, l, no se da una definicion explicita de la fe, toda
vez que no se presenta la autoridad divina como fundamento ele la fo, sino
que únicamente hace referencia à la certeza y al mérito del conocimiento que
nace do la fe. En estos pasajes se cita la fe como acto del entendimiento y se
hace resaltar su distincion de la esperanza I Cor. 13, 13. Cf. II Cor. 5, 7. Es,
pues, un acto de obediencia á Dios fundado en su Revelacion (Rom. 1, 5; 2,
8; 16, 26; 10. 16. I Cor. 2, 5; II Cor. 10, 5. Gal. 5, 7. Joan. l, 18; 3, 12; 5, 24.
38; 10, 25 ). Cuyo acto excluye, por consiguiente, la interpretacion privada
(II Petr. l, 19. I Cor. 13, 12. 13; II Cor. 5, 7. Joan. 20, 29).
3. De la misma manera que la Sagrada Escritura, interpretan los Santos Padres la.

http://www.obrascatolicas.com
436 PARTE SEGUNDA. LIBRO TERCERO. SECCION SEGUNDA.

fe como un acto del entendimiento. Basil. De fid. T. II. p. 224: 'lttcr'l:tÇ Ea'l:l crUyY-C('l:IÍ-
6Ecrtç cklltiixpt'l:oç 'l:wv cXY.riucrOév-;:wv sv 7th1po9oplq: -;;T,ç :Ú.T)6sl.C(ç 'l:wv Y.TJpux_OÉv'i:wv. Joan.
Chrysostom. Horn. XXXVI. 5 in Gen. Existe la fe, r)'t;C(y Exslvotç mcr'l:sÓW[J.EY 'l:o!ç !J--/j
~ÀE7to~Évmç, 7:pÓç 'tT1v i~~o'i:tO"'tb;v 'toíJ Zr:~y·ysi),~p-Svou 'tT,'1 ôrci\lo~av 'tSh1aV'tEÇ. Joan. Damas e.
distingue (De fid. IV. 11) entre fides y fiducia; ejercitamos la primera cuando
"ckxoúov'tsÇ 'tW'1 fülwv -ypwpilJv 7'tcr'tE'.ÍO[J.SV 'tjí ÔtOC(cri'.Glt,lq:.,, Augustin. De util. cred. e. 11:
Quod intelligimus debemus rationi, quod credimus auctoritati. De ordin. I. H: Ad
discendum necessario d1qiliciter ducinrnr: auctoritato atq ue ratione. Los Santos Pa-
dres hacen notar este doble carácter de la fe, cua.ndo afirrnan que la certeza del asen-
timiento de la feno descarn;a en la opinion privad8', sino en la autoridad; así Tertu-
liano (De praescr. 8-11. c. 7. l4); y en sentir de San Clemente Alejandrino (Strom.
II. 2) es un asentimiento, no l3t' tX7toosU;swç lcrppw11Éwj. Cf. Strom. V.11. San Arnbrosio
opina que la fe pierde el carácter de tal deslle el momento en que sólo se funda en
argumentos racionales \De o bit. fratr. Satyr. II. 8D): Si ratione convincor, fidem
abnuo. San Hilario (De Triu. III. 2G), se hace eco do! pensarniento expresado por el
Apóstol acerca de la locura de la cruz, y de la seneillcz de la fo, idea que se asirnilan
igualmente San Basilio 1 C. Eunom. l. li) y Sim Efrem \ Serrn. 4 ad v. scrutator. Serm.
7. Serm. 51). San Juan Damasceno 1Dc fid. orthodox. IV. 12) cita numerosos pa'!ajes
de los Padres en confirmacien de esta doctrina. Por lo cual Tertuliano, para demos-
trar la insnficicncia do la razon (De carn. C:hr. e. 5): Creclibile est, quia ineptum est;
certum est, quia impossibile 'est. A la rnanern. do los apologetas modernos se fundan
en los rnisterios que á cada paso nos ofreco la Nat.urale,,a, ouyos hechos admitimos
sin vacilar, y en la necesidad de la fe para la existencia de la vida social, argumenta-
cion que cmplean ya San Ireneo \Adv. haer. J.I. 28), Teófilo (ad Autolyc. I. 8), Arno-
bio (Contr. Gent. II. 8), Orígenes (C. Ccls. I. 101, San Cirilo de .Terusalen (Catech.
mystag. V. 3), y San Agustin (De utilit. cred. e. 12. De fid. rerum, quae non videntur.
c. 1. 2. 2G). Retiérense asimismo á la E,;critura y á la tradicion, corno fundamentos de
la fe. Tertull. De praescr. e. 1±: Adversus regularn nihil scire, munia scire est ... ficles
in regula posita est; principio sustentado tamhien por San Ireneo (Adv. Haer. U. 28) y
San Clemente Alejarnlrino (i':ítrorn. L 20; II. 2; VU. 11 ':. Fund11ndose en Is. 7, 9, sientan
la tésis: Credo, ut intelligam., que es lo mismo q tw afirman San Clemente Alejandrino
(Strom. VII. 11) cuando dice: 7:tcrc:s'Jn: 6s:1D :oç '(';tDcrst.iç: y San Cirilo ele Alejandría
(Caten. iu e. 6 Joan.): tJ.s-:i -:Y.'1 7.~a'':'.\1 T1 ~'vfomç 1 Y.7.l o0 r.pü 't71ç 7:tcr-:swç ... à.pzTj yctp
auvfoswç il T.lcr-:tç. Theodon~t. (De 'J'rin. l. U): Ti-yst-c;C(: 11.Év'tot "rT,Ç -y•,Ü)crswç -fl Tdcr-:tç.
Ambros. (De Abrah. T. 3): Rationcm praevcniat fides. San Agustin expresa la misma
opinion diciendo: l\isi credideritic;, non intelligetis ... Crede, ut intelligas (De lib.
arb. I. 2; Ep. 120 ad Consent. Tract. XXVIl. 7 in Joan. Tract. XXIX. G. tícrm. CXVIII.
1). Y San Anselmo Cant. le trasmitió á las escuelas d<:> la Edad ::\fedia (Proslog. c. 1.
Cur Deus hom. I. 2).

II. La fe teológica puede ser habitual ó actual, sirnplemente divina


6 católica al mismo tiernpo, interior ó exterior, explícita ó implícita;
viva, cuando va acompai'iada de la caridad (viva, formata) 6 muerta
si no la acompai'ia esta Yirtud (mortua, inforrnis).
Todo pecado mortal no mata la fe. Cone. Trident. Sess. VI. Can. 28. J ac.
2, 17. Fides, si non habeat opera, mortua est in se meti psa. I. Cor. 13, 1. Si
linguis hominum loquar et angelorum, charitatem autem non habeam ... , et si
habuero omnem fidem, ita ut montes transferam, charitatem autem non habeam,
nihil sum ... nihil mihi prodest. Augustin. De Trinit. I. 18: Fides esse potest
( sine charitate ), .sed non pro desse. La causa de esto, segun hizo ya notar

http://www.obrascatolicas.com
§ 64. LA FE DIVINA Y SU OBJETO. 437
Suarez (l. e. VII. 2 ) es, que entre todos los pecados, ninguno se opone á la
fe más que el de la herejía; y por otra parte, tampoco depende necesaria-
mente de la gracia habitual como si fuera su efecto, aunque ést:t presupone
la existencia de la fe. Cf. Thom. II. II. q. 6. a. 2. En sentir del mismo Doctor
de las Escuel as (l. e. II. II. q. 4. a. 5) el h ábito de la fe es el que determina
el entendimiento con relacion al obj eto que ha de creerse; por el contrario, el
hábito de la caridad dirige la voluntad á su fin y es el que , por ese meclio,
comunica su forma á la fe. De esta manera ve mos que la fe sub:iiste, como
tal, sin la gracia justificante, es decir, áun despues que se haya perdido ésta
por el pecado. Mas esta forma , que la caridad comunica á la fe, no es su
forma esencial (forma substantialis), ántes bien. por ella se eleva únicamente
á la categoria de virtud evangelica. Thom. ( De virt. q. 2. a. 3 ad 18 ): Ex
hoc, quod alias virtutes trahit ad suum finem , forrnat virtutes.

III. Entre los falsos concepto:5 que se han emitido ar:erca de la esen-
cia de la fe, mereceu particular atencion los siguientes:
a ) Aquel que da el nombre de fe á todo convencimiento de cualquier
' clase que sea; b) aquel que entiende por fe el asentimiento á todo lo
que traspasa los límites de la ex periencia; e) el qu e considera la fe como
un asentimiento inmediato ( fe racional, sentimiento); d ) la hipótesis
del protestantismo antig:uo.
1. Vease Donzingcr, 7. e. p. '! 31 sig. Kleutgen, l. e. p. 222 sig. A la primera categoría
pertenecen Saadia Gaon ( Emunot \Vedeot ed. Für.'>t. 18!5 p. 17 ), :\Iaimonides ( Moreh
Nebochim ed . Buxt. J . p. 33), T,ocke ( Rssay IV. 17) , 'fol a nd (E l cristianismo no es mis-
terioso, Sect. III. c. 4 ), Sem ler (Sobre la libre intorpretacion del Cánon, I . p. 39), y
Hermes (Introduccion á l a filoso fia , párr. 41). Aunque en el u so ordinario se entien de
· á v eces por fe toda conviccion firme, interpretacion que di eron tambien á esta pala-
bra algunos fil ósofos g ri egos y áun escritores ocles iústioos ( An g nst. R etract. I. 14; in
Joan. Tr. LXXI:S:. 1), no obstante ya en los primeros siglos de la I glesia empezó á de-
finirse el empl eo teológico do la misma eu el senti<lo admitido por no sotros que no es
otro qu e el qu o d et ermina el uso comu n do todas ln.s lengnns mo dnrnas. A la segunda
olase , b ), pertern'lcen Staudlin, Ammon (Summa, piLrr. 32), Bretschneid er (Desenvolvi-
miento d ei concept.o teológi co, p. 7), que s ubordinan la fo histori ca á este concepto
general. Günther marca la diferen cia que hay entre contem plaei on, fe y eiencia; la
primera se limita á los fen ómenos, 1ri, segunda com prende oi fundamento del sér por
sus m anifestaciones y la última parte de clicho fundamento para d ar explicacion de
los fenóme nos (Vo r~chnle. T. p. l ii l), de snerte qno comprende tambi en la ciencia a
posteriori en la esfera de la fe. Est;in inclni d os e n la tercem cn,tegoria, c) aquollos
que consideran la fe como una sumision ftrndadrt cn el sentirniento, entrn los que se
cnentan, además de Tie dge, :\:Ien clelssohn, L essing y H crder, .Jacobi (Cartas sobre
Spinosa, obr. IV) y Schleie rmach er . P ero no todos están acordes en la manara de
aplicar el principio; pu es miúntras unos atrib uyen á este sentimiento valor objetivo,
otros l e relegan exclusivamente á la esfera de la snbjetividad , dentro de la ena! hay
que admitir , como inevitable consocuencia dei principio , que todo el mundo pu ede
tener razon y no tenorla, considerándole como expr esion d e la necesida d de la r eli-
gion, como complemento do nues tra ciencia en la esfera d e lo suprasensible y como
medio de dar satisfaccion a l impulso que nos lleva á lo ideal. Representantes d e este
grup o son: Strauss (Teoria de la fe, § 20), Lange (Historia dei materialismo, 2." ed.,
.)
1870, fin 1, Renan (E studios r eligiosos, pró l. ) y F cuerbach (Esencia de la reli gion).

http://www.obrascatolicas.com
438 PARTE SE GUND A. LIBRO TERCERO. SECCION SEGUNDA.

Hegel babía dejado en pié el dualismo entre la fo y la ciencia absoluta, considerando


la primara como categoría del concepto , síq uiera no tuviese razon de ser tal dualismo,
á lo ménos para lo que pued e llamarse la izquicrda de su esc uela. Para Ulrici (l . e.)
se distin guen fe y ciencia en que la primora versa so)lrc conocimientos en los que
ejerce influ encia la di sposicion subj etiYa, lo que no tien e lugar en la segunda. Por fe
racional, en oposicion á l a fe revelada, entienden algunos teólogos mo dernos (Kubn,
Dogmática, 2.ª ed., p. G05 sig:1 cl conven eirniento involuntario que tiene el llombre de
las prim eras verdades fun<lame ntales religiosas y moralcs , de las que debe partir la
filosofia, sin que pu edan J>resentarse en su tavor verd a deras llrnebas. Sobre las deter-
minacion es teosóíicas y p s irndomísticas de la fe, con s últese Denzinger, {. e. p. 45G sig.

2. El punto de partida del protestantismo ortodoxo nos obliga á conside-


rar la cuestion de la fe con más detenirniento, ya que la concepcion mística
de Lutero segun el cual: "Jesncristo lieva en si mismo la fe como el anillo
nupcial sostiene la piedra preciosa ,,, h a servido de pm1to d e partida a la
teosofia, al pseudo-misticismo y á todas las teorías fundadas eu el s ubjetivis-
mo. Apol. III. G8. GH: Illa fide-;, quae j nstificat, non est tantum n otitia his-
toriae, sed est assentire prnmi ssioni Dei, in qua gratis propter Christum
offertur rernissio peccatornm ei justificntio ... Est velle et accipere oblatam
promissionem remissioni.s ... H aec fid 1~ s speciaiis, qua credit unnsquisque
sibi remitti peccata propter Christ.um er,c. F. C. p. G89. El momento capital
que debemos co11sirlerar en cl concepto de la fe es esta fiducia ó (ides promis-
sionum ; que es un ac:to de la voluntad , segnn se col ige de numerosos pasajes
de la Biblia: Hebr. 11, 1. J oa1i. 1, 1:2. Rom. H, 30. Matth. 9; 2:2; 15, 28. I
Joan. 5, 4. En oposicio11 á esta se d. st ingncn la tid es rniracnlornm y la fides
historica, que no son necesarias para la salvacion ; y con la s que no debe
confundirse la fides promissionmn generalis y sobre todo la specialis. Calvin.
Instit. III. 2. A la teoria prote::;tante se op one el sigui.ente principio católico:

IV. Objeto (objectum materiale) de la fe teológica es todo lo que


Dios ha revelado con exclusion de cualquier otro asunto (omne ac sol um
a Deo revelatum - füles (li"rina ) , en lo que van com prendidas la fides
historica y la rniraculorum, eu el sentido protestante.
l. l\fatt h. 28, 20. Docetc eos servare omnia. l\Iarc. lG, 1G. Qui crediderit,
salvus erit. Hehr. 11 , 6. Si11e fidc impo :osibile est placere Deo. Eph. 4, 5. Unus
Deus, una ficles, u1tum baptism a. E11 JHarc. lo, lG se alude á la fi<l es histo-
rica en inmediata relacion con la fides mirnculorum. Esta descansa propia-
mente en la fe que tenemos en el poder, la bondad y la tidelidad de Dios,
segun se halla consi gnado en todos los símbolos y dec:isiones dogmaticas y
en la tradicion de la Iglesia uniYersal.
2. Oi gamos de qué ma11 ora cxpoue Santo Tomits l a distincion entre objectum ma-
teriale y formale y la verdadera signifi cacion del primero (l . e. II. II. q. 1a. 1): Ou-
juslibet cognoscitivi habitus objecturn duo habct, sei. i d, quod rnaterialiter cognosci-
tUJ·, quod es t sicut material c ohjectum, et id per quod cognoscitur, quod est formalis
ratio objecti, sicut in scientia geo rnetriae rnaterialiter scit.a sunt conelus iones, forma-
lis vcro ratio sciendi sunt media dcmonstrationis .. . ln fide si con sidcremu s forma-
lem rationem objocti, nibil aliud est. quam Yeritas prima. :Non enim fides, d e qua lo-

http://www.obrascatolicas.com
§ 64. LA FE DIVINA Y SU OBJETO. 439
quimur, assentit alicui, nisi quia est a Deo revelatum ... Si vero consideremus mate-
rialitcr ea, quibus fides assontit, non sol um est ipse .Deus, sed otiam multa alia, quae
tamen sub assensu fidei non cadunt, nisi secundum quod habent aliquem ordinem ad
Deum; prout scl. per aliquos divinitatis effectus homo adjuvatur ad tendendurn in
divinam fruitionem. Et ideo etiam ex hac parte objectum fidci est quodammodo ve-
ritas prima, in quantum nihil cadit sub fide nisi in ordine ad Deum. Cf. II. q. 1 a. 7.
Considérase, pues, á Dios como objeto, 1mesto que se creen todas las demás cosas
úni camente en relacion con Dios. 1 q. 9 a. 7: Omnia pertractantur sub ratione Dei,
vel quia sunt ipse Deus, vel quia habent ordincm ad Demn ut ad principium et ad
finem. Acerca del objectum materiale fid ei s ienta Suarez los siguiontes princípios
(l. e. II. Sect. 3): a). Las verdades de la fe sou en si veritates simplicos, mas para nos-
otros son veritates complexae. b ) P or eso la fe os una y la distin cion introdúcida por
los protestantes, además de ser inadecuada, sólo puede referirse al objeto (Eph. 4, 5:
Una fides). e) El objeto de la fe no sólo compronde verdades necesarias, sino tam-
bien verda de s accidcntales ó históricas; dcl órden sobrenatural y dei natural. cl) En
los oujetos particulares de la fe im pera un órden determinado, tanto en lo que ataüe
á su csencia como à los testimonios divinos que los confirman.
.
V. La fides promissionum 6 specialis no es objeto de la fe teológ·ica,
por cuanto no hay un solo pasaje de la Sagrada Escritura que la exija
ni es posihle sin un favor especial de Dios.
1. Cone. Trident. Sess. VI. can. 12 - 14. Eccli. õ, 5. Philipp. 2, 12. To-
dos los textos citados por los reformadores prneban únicamente que la fe es
causa de la justificacion, pero no que sea única causa (causa instrumentalis
inadaequata ). Cone. Trident. l. e. Cap. 8: "jnstificari hominem per fidem ...
quia fides es t humanae "alutis initium, fundamentum et radix omnis justifi-
cationis; con mncho menos motivo puede afirmarse que lo sea la fides specia-
-'i
lis. Como condiciones de la justificacion se citan además en la Escritura la
esperanza (Rom. 8, 24), el amor (Luc. 7, 4 7 ) , el temor ( Eccli. 1, 27) y la pe-
nitencia (Act. 3, 19).
3. Acerca de las tres expresiones enunciadas por San Agustin (Tract.
XXIX. 6. in Joan. Serm. CXLIV. 2) : Credere Deum, Credero Deo, Credere
in Deum, hace notar Santo T omás (l. e. II. II. q. 2. a. 2): Per ista tria non
designantur diversi actus fidei, sed unus et idem aetus habens diversam re-
lationem ad fidei objectum. L rt primera designa á Dios como objeto, la se-
gunda como motivo de la fe, mientras que b tercera expresa la influencia de
la voluntad sobre el acto del conocimiento que reconoce en la fe la suma ver-
dad. La frase del símbolo: Credo in unum Deum, in unam S. Ecclesiam, de-
signa simplemente el objeto de la fe.

VI. Respecto del aumento de la fe, sentamos la siguiente doctrina:


a) La sustancia del tesoro de la fe ha permanecido invariable desde
que se anunció la Revelacion cristiana, existiendo siempre la misma y
perfectamente definida en la conciencia de la Iglesia. b) No ha existido
ni existirá jarnás un doctor de la Iglesia que tenga ó haya tenido un
conocimiento más perfecto y más profundo de las verdades de la Reve-
lacfon cristiana que el que tuvieron los Apóstoles. e) De esto no se

http://www.obrascatolicas.com
440 PARTE SEGUNDA. LlBRO TERCERO. SECCION SEGUNDA.

deduce que hayan existido explícitamente en la conciencia de la Igle-


sia todas aquellas verdades que se hallaban contenidas implícitamente
en el tesoro de la Revelacion y que se han definido con más claridad en
el trascurso del tiempo , principalmente con motivo de las herejías, bajo
la direccion del Espíritu Santo.
1. La más alta y ultima R evelacion es la de Jesucristo (Hebr. 1, 1 ); que
fué comunicada en toda su plenitud á los Apóstoles. Joan. 15 , 15. Omnia,
quaecnnque andivi a patre meo, nota feci vobis. lG, 13: Cnm venerit Spiritns
veritatis, docebit vos ornnem veritatem. Eph. 2, 20. Cone. Trident. Sess. IV.
El Concilio d.e Trento, Sess. IV , declara qne toda la verdild de la salvacion
se halla d epositada en la Escritura y en la Tradicion. Sess. VI. Prooern. in
fin. Sess. XIII. init.
2. Todos los teólogos, inrlnso Lugo, /.e. III. 6, sostienen esta doctrina.
A los Apóstoles se hi zo direc' amente la promcsa de que el Espfritu Santo les
enseiiaria todas las cosas "doce bit vos omnia,,. Snarez (l. e. II. 6) admite, no
obstante, la cxistencia de ciertas verdades accidentale s que se manifestaron
posteriormente, como la cekhrncion ele Concílios, etc. Pero los Apóstoles
conocieron ya toda propo:;itio part[cnlaris en la propositi o uui,·ersalis en que
se hallaba contenida aqnélla y que había de tener aplicacion en un momento
dado.
3. Thom. II. II. q. 1. a. 10 acl 1: Diccndnm , quod in doct.rina Christi et
Apostolorum veritas :fidei est s nf:ficienter cxplic:ata. Sed quia perversi homi-
nes Apostolicam doctrinam et vet,eres dodriuas pervertuut , . . . ideo necessa-
ria fuit temporibus procede11tibus explicatio fü1ei contra in surgentes errores.
En un p1·i11cipio pudieron ncp:arse ciertas doctrinas sin incnrrir en la mancha
de la herejía, como el hautüm10 de los herojes, la procesion del Espíritu San-
to, del Padre y del Hijo; asimismo se exprcsaron con el tiempo ciertas doc:-
trinas bajo fórmulas más clctcrminadas . San Atanasio, por ejemplo, justi:ficó
el uso clel vocablo "o;;.orúr•.o;,, ( De Con e. Kic. n. 19. 23), San Gregorio Na-
cianceno clefcnclió con más precis[on la clivinidad clel Espíri tu Santo ( Ornt.
XXXI. 24); cf. Cone. Triclcnt. (Ses;;. XIII. can. 2, acerca de la Transubstan-
ciacion ). San Agustin lo dice expresamen te ( De dono persever. c. 20): Didi-
cimus enim, singulas quasqu(: haereses intnlisse Ecclesiae proprias quaestio-
nes, contra qua,,; diligentius defe ncleretur Scriptura divina, quam si nulla
t alis necessitas cogeret. (Civ. Dei XVI. 20): Multa ad fülem cathoJicam per-
tinentia, dum haereticorum cal lida inquietndine agitantur, ut adversus cos
defendi possint, et considerantur diligentins et intelliguntur clarins et instan-
tius praedicantur, et ab adversar:o mota qnaestio discendi existit occasio.
Siguese, pues, que no puede afirmarse que haya t enido aumento el tesoro de
la fe sino en el sentido de que se han clesarrollado, aclarado ó definido algu-
nas verdades, habiendo recibido otras nua interpretacion más explicita 0 una
aplicacion más universal. Suarez, l. e. II. IJ. Valentia Tom. III. Disp. I. q. 1:
Fortasse latent adhuc in Eccl esia aliquae veritates. De suerte que los teó-
logos niegan que haya tal aumento simpliciter, pero le admiten secundum

http://www.obrascatolicas.com
§ 65. EL MOTIVO DE LA FE DIVINA. 441
quid. Por culpa de los hombres puede ocurrir que algunas verdades sean
mas ó ménos relegadas al olvido, en determinados lugares, dando orígen á
ciertas escuelas como la galicana, la de Febronio y del Josefinismo. Pero
véase tambien sobre esto, Auctor. fid. prop. 1: Sparsam esse generalem obscu-
ritatem super veritates gravioris momenti ... haeretica.

DISERTACION SEGUNDA.
Motivo de la fe.
Asi como Dios es objeto de la fe (obj ectummateriale), de lamisma manera
es tambien motivo de la misma (o bjectum formal e). Ciunplenos, pues, exami-
nar por qué y bajo qué concepto es Dios motivo de la fe.

§ 65. EL MOTIVO DE LA FE DIVINA.

I. Por motivo de la fe divina (ohjectum formale) entendemos la ver-


dad que determina al entendimiento y por la cual éste asiente á una
proposicion. Y corno quiera que el acto de la fe es, primeramente y en
sí mismo, un acto de entendimiento, síguese que este motivo corres-
ponde al mismo entendimiento.
Lugo, l. e. I. 1: Suppono, obj ectum formal e et materiale in praesenti dis-
putatione esse illa, quorum nni assentimur propter alim1; sicnt etiam in acti-
bus voluntat.is objectum formale est illud, propter quod aliud amamus, v. g.
si amas medicinam propter sanitatem, medicina est objectum materiale, sani-
tas est objectum formale, qnia quasi informat et vestit medicinam, quae se-
cundum se non moveret volnntatem. Precisa no confundir el motivo de la fe
con la causa eficiente de la misma. Esta no cs otra cosa que el habitus :fidei,
ó el°donum actuale que le suple, y de] que ( ex quo ) procede el acto mismo,
pero que no constituye el motivo por el que ( propter quod ) creemos. Lugo,
l. e. n. 6.

II. El motiYo de la feno es la supremacía de Dios y su mandato, ni


tarnpoco la luz de la misma fe.
1. Ya Kilber ( l. e. n. 18i"J ) y con más detenimi ento Kleutgen ( Suplem.
cuad. III. p. 62 sig. ) han demostrado , contra la doctrina de Guillermo de
Paris, que el mandato divino ó la supremacía de Dios no es el motivo de la
fe. Thom. II. II. q. 4. a. 4: Illud per se ad fidem pertinet, quoc1 pertinet ad
intellectum. Quod autem pertinet ad voluntatem, non per se pertinet ad
fidem. El mandato divino de la fe no excluye el motivo particular de esta
virtud , como tampoco exclnye el de la esperanza y el de la caridad, antes

http://www.obrascatolicas.com
442 PARTE SEGUNDA. LIBRO TERCERO. SECCION SEGUNDA.

bien le presupone. E s verdad que el Apóstol considera la fe como una obe-


diencia prestada á Dios (II Cor. 10, 5. 6), en cuanto que exige la operacion
ó la influencia de la voluntad sobre el conocimiento, mas no la define así en
cuanto á su esencia y á su forma ( formaliter et intrinsece ).
2. Si el motivo de la fe es una verdad que el entendimiento conoce, no
puede consistir en la misma luz de la fe , en la iluminacion del E spíritu San-
to (Scoto, Cano, Bannez), de lo contrario habria que admitir la posibilidad de
que un nino bautizado creyese un misterio sin h aberle sido ántes propuesto.
Mas la luz de la fe se refier e únicamente á la potencia vigorizándola, del mis-
mo modo que el lumen gloriae, y no se refiere al objeto, ni constituye medio
de conocimiento (medi um ut quod cognitum ).

III. No es motivo de la fe teológica el conocimiento del objeto de la


fe por razones internas.
1. Cone. Trid. Sess. VI. cap. G: Credentes vera esse , quae divinitus reve-
lata et pr omissa sunt. Cone. Vatic. l. e. Precisamente en esto se fundaban los
maniqueos para atacar á los católicos, diciendo que éstos apoyaban su fe en
la autoridad, en tanto que ellos pr ometian á sus partidarios una int uicion
puramente racional ( Augustin. D e util. cred. e. 1 ); error profesado igualmen-
te por Abelardo, segun lo demostró San Bernardo ( Ep. 190 ad Innoc. Pap. ).
Todas las definiciones relativas a la fe, anteriormente citadas y cuantas de-
claraciones encontramos sobre esto en la Sagrada Escritura ( H ebr. 11, 1 , I
Cor. 2 , 4 ) excluyen la intuióon racional del objeto de la fe. A sí Rom. 1,
19 sq. Praedicatio mea non in persuasibilibus humana.e sapientiae verbis, sed
in ostensione virtutis et spiritus , ut fides vestra non sit in sapientia hominum,
sed in virtute Dei. II Tim. 1, 12. Seio, cui credidi. II Cor. 10, 5. in captivi-
tatem redigentes omnem intellectum in obsequium Christi. l\fotth. 11 , 25; 16,
17. J oan. 1 , 18. Thom. in III Sent. Dist. 23. q. 2. a. 2 : Voluntas determinat
intellectum ad aliquid, quod neque per seipswn videtur, neque ad ea, quae per
seipsa videntur, resolvi potest, ex hoc , quod dignum reputat, illi esse adhae-
rendum propter aliquam rationem .. . quia Deus ea dicit. II. II. q. 1. a. 1:
Si consideremus form alem rationem objecti, nihil est aliud quam veritasprima.
Deducese esto : a ) de la libertad que preside al acto de la fe, b) de la mis-
ma naturaleza de las verdades de la fe, que son , en gran par te, misterios,
e ) de la infalibilidad del asentimiento á la fe ( aestimative sup er omnia ),
d) de su caracter de virtud divina , á consecuen cia de la cual, el motivo, lo
mismo que el objeto, debe ser tambien divino. Hilar. De Trin. IX. 52 : Cre-
dendi necessitatem dicti Dominici auctoritas sola praestat. Ambros. in Luc.
VII. 98 : Si D eo non credimus, cui credimus ?
2. De donde se infiere que una cosa son los motivos de credibilidad y otra
los motivos de la fe, cuya identidad sostiene erróneamente H ermes ( véase
Brev. Greg. XVI. de 26 Set. 1835. D enz. 1486); los primeros son la disposi-
cion ó preparacion para el acto de la fe que ejecuta el entendimiento fundado
únicamente en la autorídad de Dios. Pero lo que determina el entendimiento

http://www.obrascatolicas.com
l

§ 65. EL MOTIVO DE LA FE DIVINA. 443

( quoad encutionem et specificationem ) es la voluntad, la cual, a su vez, es


dirigida por la evidencia de los motivos de credibilidad. Por consiguiente,
cuando seamos llam ados á dar razon de la fe que profesamos ( I Petr. 3, lõ),
no lo haremos exponiendo la evidencia de las verdades dogmáticas, sino los
motivos de credibilidad , fundándonos muy particularmente en la autoridad
de Dios. Es verdad que precede á la fe algun conocimiento de su objeto, á
tenor de lo que sucede en todas las investigaciones de la humana inteligencia,
pero no se llega á comprender su verdad por razones internas.

IV. El único motivo de la fe divina es la autoridad de Dios.


1. Joan. 8, 18. Rom. 4, 17. Leo M. Serm. De nativ. VII. 1: Divina est
auctoritas, cui credimus. Despréndese este principio de los textos de la Sa-
grada Escritura, de los Padres que hemos citado, y de la esencia de la fe
divina , que es tal precisamente por el motivo en que se funda.
2. De esto se deduce tambien la falsedad de la doctrina de Hermes que
parte del supuesto de que los motivos de credibilidad que prueban la divini·
dad de la Revelacion constitnyen el motivo de la fe. Efectivamente:
a. Este es uno mismo en todos los fieles, y aquéllos son distintos segun los
indivíduos.
b. Los unos tienen por objeto probar la credibilidad del h echo de la Reve-
lacion divina; el otro ,;e refi ere, al mismo tiempo, al contenido de la misma
Revelacion.
e. Los primeros producen nna certeza humana y moral ; el segundo engen-
dra una certeza divina infalible ( assensus super omnia. Prop. 4. 19. 20. 21
damn. ab Innocent. XI. 1678 ).

V. Si se precisa mús el concepto, el motiYo de la fe es la au toridad


de Dios que se revela ( auctoritas Dei in loquendo ).
1. Por autoridad, en gen eral, entendemos el prestigio y la dignidad que
correspondeu á una persona. L os teólogos distingnen tres clase~ de autoridad:
a) :i,uctoritas in essendo; es la diguidad que lleva consigo una persona , á la
que tributamos r espeto , independientemente de su posicion; u) auctoritas in
praecipiendo; es el prestigio de que está revestida una persona , á la que de-
bemos obediencia por la posicion que ocupa; e) auctoritas in loquendo; es el
prestigio que nos mueve á prestar asentimiento á los dichos de una persona,
por la autoridad que le es propia. Puesto que la fo es un acto del entcndi-
miento y éste no es determinado ;-;ino por la Yerdad, resulta que el genuino
motivo de la fe es la autoridacl de Dio s, que atestigua la verdad de la mü;ma
fe. Por eso observa, con rnucha oportunidad, Kilber (l. e. n . 170 ) : Licet
Deus non haberet auctoritatem in essendo , aut non es set Deus , sed solam
haberet auctoritatem in loquendo , ant esset dumtaxat infallibilis in cogno-
scendo et dicendo, dignus t amen esset assensu firmíssimo.
2. L a cuestion relatirn á las cualidades divinas en que esta auctoritas
Dei in loquendo se funda es objeto de controversia entre los teólogos. Segun

http://www.obrascatolicas.com
PARTE SEGUNDA. J,IBRO TERCERO. SECCION Sl.;GUNDA.

Valencia y Hurtado descansa en la sabiduría divina y, de una manera secun-


daria, en la veracidad de Dios; segun Gonet, la escuela de Salamanca, Billuart
, ··
y otros tomistas eu la veracidad que prnsupone la sabiduria; otros con Suarez
( l. e. III. 6) en la sabiduría juntamente con la veracidad, fnndándose en pa-
sajes como Joan. 3, 18: Quod scimus, loquimur. I Cor. 2, 7. Loquimur Dei
sapientiam. Joan. 8, 26. Qui me misit, verax est. Rom. 3, 4. Est autem Deus
verax. Ripalda y Viva distingnen, además, entre locutio assertoria y decre-
toria; como condicion de esta última exigen in promissoriis la fidelidad, in
comminatoriis la firmeza; y Ripalda presupone para ambas la omnipotencia
divina. Pero estas distinciones ni son necesarias ni tienen fundamento serio
en que apoyarse .
. ; \t
IV. Resulta, pues, que Dios es olJj eto á la vez que motivo de la fe,
,,
. •.=:
aunque bajo diferente concepto. fü; obj eto , en cuanto que Él y todo lo
que respecto de f:I se enseiia forma el co nteuido de la fe; es motivo, en
cuanto que su sabiduría y veracidad com;tituye la razon que nos mueve
á la fe.
§ 66. DE Fil\TICIOl\T l\fiS PRECISA DEL CIIOTIVO DE LA FE.

I. La füwelacion 6 testimonio divino de nna verclad es un elemento


constitutivo del motivo de la fe. de suerte qu e forma parte de las razo-
nes que nos mueven á la fe, al lado de la sabiduría y de la veracidad
divina.
1. La R evelaci on hecha por D ios ú la criatura inteligente, cuando la
anuncia una verd ad, es lo que constituye el testimonio divino, que puede ser
mediato 6 inmediato. En somir de Scoto clehe considerarse el testimonio de
Dios como conditi o sinc qua 11on ; pero 11no;;tra tesi,; tiene en su favo r la opi··
nion unánime de los teólogos. Suarcz, 1. e. III. G sq. Lugo, l. e. I. 2 sq.
2. I 'l'hess. 2 , l3. Cnm [l CCepist is verlmm auclims fülei, accepistis i llud
':,·,,
non ut verbum hominum, secl, ut vere est , ver bum Dei. I J oan 5, 6. Spiritus
'·.· : est, qui testificatur. n. Si testimoni um hominum accipimus, testimonium Dei
majus est. II Petr. 1, rn. lVIatth. :M, 86. La razon de esto se halla en la natn-
raleza del asentimiento á la fo , que :;e realiza en virtud del testimonio fide-
digno, á diferencia clel asenti111iento fond:úlo en el conocimiento racional que
se realiza en virtnd de la intnicion propia. P or eso el testimonio constituye
un motivo neeesario de la fe. Hebr. 1, ] . Thom. II. II. q. a. 1: Si considera-
mus rationem formalem obj ecti, nibil est aliud, qn am veritas prima. Non
enim fides assentit alieui, ni si q uia est a Deo r eveiatum.

II. Si todos los teólogos convienen en afirmar que la autoridad de


Dios forma el motivo adccuado de la fe, atestiguada por diclia autori-
dad (auctoritas Dei loquentis seu revelantis ), no existe la misma con-
forrnidad al definir ó determinar la manera con que adquirimos certeza
de ese motivo de la fe·.

http://www.obrascatolicas.com
§ 66. DEFINICION MÁS PRECISA DEL MOTIVO DE LA FE. 445
1. Hé aquí como resuelve esta cuestion la escuela de Salamanca (De fid. Disp. I
n. 153): Habemus prae manibus, si quae alia in theologia universa, quaestionem scitu
discursioneque dignissirnam; continet enim difficultatem, quam qui perfecte diluerit,
Theologorum profectui intcrnaeque credentium paci satis consultum ibit. Sed hoc
opus, hic labor; rem namque adeo implicatam aggredimur, ut vel gravissimi Theo-
logi aegre ab illius labyrinthis expediantur. La dificultad estriba en que, si s e cono-
ce el motivo de una manera natural , se hace depender lo sobrenatural de lo natural;
siendo así que la fe , como eu general todo lo suprasensible, forma el principio de un
nuevo conocimiento y de una nueva vida. Mas al afirmar que se conoce e! motivo de
un modo sobrenatural, exigimos un nuevo motivo, de donde resulta un regressus in
infinitum. Véase A. Schmid, Revista trimestral austríaca de teologia católica, 1872,
p. 88 sig. 1873, p. 67 sig. 1874, p. 73 sig.

2. Kleutgen (l. e. p. 4'14 ) propone los siguientes ensayos para dar solu-
cion al problema:
a. La 1-'rimera hipótesis supone que la fe en las verdades reveladas se fun-
da en el conocimiento de Dias y de su Rcvelacion adquirido por la razon;
esta opinion apénas tiene partidarios ( Suarez, l. e. III. 6. 12 ).
b. La segunda hipótesis ( Canus, l. e. II. 8 ) establece que el juicio se for-
ma por nn proceso natural, como que el creer es no sólo racional si que tam-
bien obligatorio; pero la creencia en el testimonio que se halla contenido en
la misma fe se origina por el solo impulso de la gracia. Esta doctrina se
opone á la esencia de la fe como acto del entendimiento.
c. La tercera hipótesis enseii.a que el testimonio que proviene de Dios es
tau sólo conditio sine qua non; y la hemos refutado anteriormente.
d. Segun la cuarta hipótesis creemas el motivo de la fe en el sentido pro-
pio; tal es la opinion de Suarez, l. e., Kilber, l. e. n. 209 sq. y otros. Para
eludir el escollo del regressus in infinitum se elice que creemas la Revelacion
por si misma; pero al mismo tiempo cae en el círcnlo vicioso de admitir que
creemas el testimonio de Dios porque es veraz, y creemas que es veraz porque
Él mismo lo atestigua.
e. La quinta hipótesi s sostiene que el motivo de la fe se reconoce mediante
la luz de la gracia, pero por un proceso análogo al que tiene lugar cuando
conocemos por la luz natural. B ajo un punto de vista se considera el testimo-
nio divinv como motivo de credibilidad, bajo el otro se identifica al motivo
de la fe ; de esta manera creemos en la palabra de Dios (Lugo, l. e. I. 7 ).
Pero hay que tener en cuenta que ni la veracidad de Dios ni el testimonio
divino se conocen de una manera inmediata, sino enforma de una deduccion
final.
f. La sexta hipótesis afirma que, aun supuesto un conocimiento mediato de
los principias de la fe, que sólo puede suministrar una intuicion mediata,
Dios es, no ol:istante, última razon que mueve á creer, en cuanto que el cre-
yente, por efecto del pius credulitatis affectus, admite la verdad del motivo
en una forma distinta de la que tiene propiamente en los motivos de credibi-
lidad. Mas siempre sucede que el conocimiento que parte de lo finito es por
lo ménos concausa de esta creencia y que el pius credulitatis affectus tiene
por objeto inmediato el acto mismo de la fe, y no á Dios.

http://www.obrascatolicas.com
446 PARTE SEGUNDA. LIBRO TERCERO. SECCION SEGUNDA.

3. Kleutgen (l. e. p. 531) trata de r esolver estas contradicciones fundán-


dose en la analogfa del conocimiento humano. "Asi como nuestro espiritu
contempla lo suprasensiblo en lo sensible, de la misma manera reconocemos
la obra de Dios en la Iglesia, como en una r epresentacion corpórea. Y así
como, sin la luz de la razon , nunca pod riamos conocer lo e8piritual en lo sen-
sible, así tampaco podriamos conocer, s[n la luz de la gracia, la verdad sobre-
natural en los fenómenos externos; es preciso que csa luz levante la voluntad
y comunique al espíritu fortaleza para comprender y conservar lo compren-
diclo. De la misma manera que el conocimiento espiritual presupone el sensi-
ble, as{ tambien l"' fe presL1pone el pcnsamiento naturnl , s in que tenga en él
su fundamento. Y así. sucede que esta fonn"' dei conocimiento corresponde al
órden sobrenatural en b tierra. l\fi entra,;; que cn la otra vida contemplamos á
Dios tal cual es y nuestro conocimiento proviene directamente de Dios; en el
conocimiento n"'tural sólo conoc emos á Dios de una manera oscurn en el es-
pej o de sus criaturas y nuestro conocer parte de la cri"'tl1ra ; en la fe parte
nnestro conocimiento de b palahrn externa d e Dios, en l"' que, hasta cierto
punto, se halb unido lo increado con lo cre"'do, lo infinito con lo finito.,,
Cf. Cone. Trid. Sess. VI. eap. G.
III. Veamos ahora los últim os fundamentos en que descansa nues-
tra fe:
a ) La fe como tal ( in sua foJ'mali ratioue ) descansa en la autoridad
de Dios, autor ele la Hevdacion. ó) La fo, consid erada como asenti-
miento ordenado por la Yoluntad ( affective ) descansa en la liondacl ob-
jetiva del acto ele la fc, que asiente á la divin a Hevelacion, ya conocida
de una manera suficiente (pius credulitatis affectms ). e) La fe debe re-
ferirse á los motiv os de credibilidad, por cuanto presupone una condi-
cion que existe en el cono1·imiento racional ( dispositive et extrinsece ).
d ) En el sentido mús restringid o y propio no pnede afirmarse que la fe
descanse en la autoridad de la Ig lt>sia . ya que ésta no hace más que
proponer, g·uardar, ~y explicar de un a manera infalible la Revelacion
diúna; pero es induclable que la fe descansa cn ella considerada como
reg la de fe ex.terna (directiYe ), por más qu e no sea su último y supre-
mo fundam ento, ya que si se reconoce á la Ig le,.;ia como regla de fe es
en .-irtud de la autoriclad de Dios, autor ele la Revelacion. Por eso pue-
de existir la fe en sí misma ( mere theologica ) sin ser propuesta por la
Iglesia.
L"' cuestion r elativ"' al último f'u nclmnento ele la fo ( ultimmn rcsolutivum
fid ei) y la que se refiere á la causa eficiente ( caus"' efficiens) son elos cosas
distintas. La última debe buscar,;f., como en tod~ts ln,s virtudes teológicas
sobrcnaturales , en el habitus supernaturalis de la virtud respectiva, ó eu otro
principio divino. cuando no exista ese habito, en union eon la libertad del
individuo.

http://www.obrascatolicas.com
§ 67. GÉNESIS DE LA FE. 447

DISERTACION TERCERA.
De la produccion y cualidades de la fe.
Dos cuestiones tenemos que estudiar previamente al exponer la esencia de
la fe católica.
1. L a produccion ó génesis de la fe .
2. L as cualidades esenciales d e la fe.

§ 67. GÉ:rnsIS DE LA FE.

I. La fe es al mismo tiempo un acto del conocimiento y de la volun-


tad: el primero lo es primaria e inmediatamente; este lo es de una ma-
nera secundaria y mediata ( actus intellectus imperatus a voluntate).
Por eso la produccion de la fe tiene su raiz lo mismo en el conocimiento
que en la voluntad.
Todos los teólogos convienen en afirmar que la fo, como t al, es primeram ente un
acto del entendirni ento. Thorn. II. II. q. 4 a. R: Fides est in intel!ectu sicut in subje-
cto. Qu. disp. d e fid. a. 2 ad 10: Actus fidci essentialiter con sistit in cog nition e, et ibi
est ejus perfectio quantum ad formam seu specicm ... Sed quantum a•l finem perfici-
tur in affectionc , quia ex cbaritate h abet, quod sit meritoria finis. Suarcz, l. e. IV.
Lugo, l. e. VI. 1. P Aro la voluntad es l a que rnuove al eonocirni en to á asentir á la fe.
Cone. Arausic. e. 5: S. q. d., initinm fidei q aemqu e credibili tatis affectum, quo in
eum cre dimus, qui justifi cat irnpium ... non per gratiae d onum . . . sed naturaliter
nobis inesse dicit, a. s. Cone. Trid. Sess. VI. cap. 6: .F iclem ex auditu concipientes,
libere moventur a cl Deum , credentes vera esse , qu ae a Deo revela ta sunt. Prop. 19
damn. ad Inno c. XI. Por cu ya razon San Clemente de Alejandría llama la fe (Strom.
II. 2) "pó), ;1 ~tç l:xo0owç, (V. I. IV. 13) ~ ·JzT,ç ()'.0-;s;o•Jcr !o ~ Àorx-Y; oV(Y.()'.'tCH!scr~ç, Gregor. v.
Naz. (Carm. jamb. XV. v. 15G): i:-:oqJ.oç cruv~pop:r\. San H ilari o ( ln P s. 6& n . 24 ): Res vo-
luntatis internae. Segun haco notar San Agnstin ( Ep. CCXVII. 2() ) , cl que cree , sua
id voluntate facit ot libero arbítrio ; n on quia cr edere vel non credere n on est in arbí-
trio voluntatis humanae , sed praeparatur vo!untas a D omino (D e praed. SS. n. 10).
La misma d octrina enseila la escuola t om ista. Thom. Qu. disp. de fid. a. 1 art. 2. II.
II. q. 1 a. 4 a. 2 a . ~I: Cred ore est actus intelle ctu s assentientis veritati divinae ex im-
perio vo luntatis. C. Gent. III. 40.

II. El juicio teórico y práctico sobre la existencia de la Hevela-


cion, que debe preceder á la fe, es moralmente cierto.
1. Cf. Prop. flamn. ab Innoc. XI. 4. 19. 20. 21. Pius IX. 9. Nov. 1846, ut
certo sibi constet, Deum esse locutum. Y el Concilio trident ino ( Sess. VI.
cap. 9) opone la certeza de la fe á la simple probabilidad. Thom. II. II. q. 1.
a. 4. Cajet. i. h. 1. ln III. Sent. Dist. 24. q. 1. a. 2 sol. 2: Argumenta, quae
cogunt ad fidem , ... probant veritatem annuntiantis fidem. Fundado en una
simple probabilidad no puede el entendimiento asentir á una proposicion con
la certeza que exig e la fe. Pero es suficiente una certeza moral, porque ésta
excluye cualquier argumento y cualquier duda racional, aunque no los anti-
racionales ( imprudens), dejando subsistir en el acto de la fe tanto la liber-

http://www.obrascatolicas.com
448 PARTE SEGUNDA. LlBRO TERCERO. SECCION SEGUNDA.

tas exer citii como la specificationis. La causa p or la que este juicio es cierto
pero no evidente estriba en la limitacion de nuestra focultad cognoscitiva
( Thom. Sup. Boeth. D e Trin. q. 6. a.. 1 a<l 2); por cuya razon esta. certeza es,
como ella , á la vez que racional, lihrc. P or lo mismo, la fe de los demonios
no es tal sino en un sentido impropio. 'l1 hom. De ver. q. 14. a. 9 ad 4: D aemo-
nes non voluntate as:;entiunt his, quae credere dicuntur, sed coacti evidentia
signorum, ex quibus convincitur, verum esse, quod fideles credunt. Anádase
a estoque la fe en el sentido propio , siendo, como es, libre y meritoria , no
puede fund arse en el t estimoni o de la Revelacion que es evidentement e verda-
dero ; porque eu tal caso seria la fe consecuencia d e dos premisas evidentes,
a saber: Dios es omnisciente y veraz, Dios ha re velado esto; en cuyo caso,
siendo indudrible la absoluta in falibilidad del testimonio, el entendimiento se
veria obligado al asentimiento, si no de una manera inmediata y por motivos
interiores, á lo ménos de un modo mediato y por evidencia externa, ya que,
segun es notorio , toda deduccion lógic a t iene fuerza obli gatoria y no eleja
liberta.d de eleccion. En esto consistió precisamente e] error de H ermes, que
al distinguir entre "fe del co noc imiento ., '' fe del corazon,, calificó la primera
de "asentimiento oblig-ado.,, Dogmática , § 286. Cone. Vatic. Const. I. Can.
5. S. 9. d. assensum fidei christianae n1m esse liberum, sed argnmentis hu-
mana.e r ationis necessario produci, a. s. P or otra parte, tratándose del testi-
monio humano, aun t eniendo la mayor evidencia clel hecho, podemos poner
en duda su deposicion , toda vez que nunca resulta evidente que el test.igo no
se haya enganado, lo que no pnecle tener lugar tratandose del t estimonio di-
vino. Indndablemente el obj eto de la R evelacion divina permanece envuelto
para nosotros en cierta oscuridad, por lo mismo qiae contiene misterios in-
comprensibles; y que e11 est:o puecle fundarse la dt1da imprudente; mas esta
incomprensi biliclacl del objeto de la llernlacion sól o puecle ser motivo de la
eluda en cuanto que existe la posibilidad de que duelemos de la realidad 6 de
la veracidad del testimonio, fnn dando nos por eonsiguiente en la no evidencia
~:
del hecho de la Revelacion . Lugo , /. e. II. 1. 2. S uarez, l. e. III. 9. Kleutgen,
l. e. p. 4.30. H9 aqni p or qué sostienen L ugo ( II. 1 ) y Suarez (III. 8 ) la ne-
cesidad de admitir que el h echo d e la R eYelacion no es evidente ni aun á los
que h an r ecibido una Revelacion i11111ediata, en tant o que Cayetauo ( in II. II.
q. 171 a. 5 ) defiende la evidenci(l para los encarg(ldos inmediatamente d.e
anunciar las principales Revelaciones de Dios tL la hurnani dad; pero eutónces
su fe no seria tal fe en el genuíno sentido ; cf. Kilbtir, l. e. n. 114.
2. Simultáneamente con el juicio teórico d e la certeza del hecho de la R e-
velacion d ebe preceder a la fe un juicio practico igualmente cierto. Augustin.
De praeclest. SS. c. 2: Quis enim non videat , prins esse cogitare , quam cre-
dere? Nullus enim credit aliquid , nisi prius cogitaverit, esse cr e<l endum.
Ep. CXX. 3: Credere 11011 possemus, nisi rationales animas haberemns ...
Si r ationabile est , ut ad magna quaecl am, quae capi nondum possunt, fides
praecedat rationem, procul dubio quantulacunque r atio , quae hoc persuadet,
etiam ipsa antecedit fid em. A este juicio puede tam bie11 aplicarse lo expuesto

•.: ·

http://www.obrascatolicas.com
§ 67. GÉNESIS DE LA FE. 449

anteriormente; es moralmente cierto, pero no evidente. Si tuviese esta última


cualidad, no podria decirse que la fe es una virtud cuya práctica ofrece á.
menudo clificultade::>; no sufririamos tentaciones co1;tra la fe, y el entendi-
miento encontraria más fácil el asentimiento que la oposicion á la fe, mejor
dicho, se vcría obligaclo á prestar el primero.

III. Aunque no tenemos evidencia del hecho de la Hevelacion, la


tenemos de los motiYos de su credibilidad ( mofrrn credibilitatis), y del
<leber de creer, de suerte que tambien queda excluída la duela temera-
ria ( dubiurn imprudens ).
Thom. II. II. q. 1. a. 4 ad 3: N 011 enim crederet, nisi rideret, ea esse cre-
denda vel propter evidentiam signo rum vel propter aliq uid hujusmocli. Kil-
ber, l. e. n. 119, hace distincion entre motiva credibilitatis y creclonditatis;
los segundos van inclui dos en los primeros, toda vez que la credibilidad de
la Revelacion divina presupone, como una consecuencia necesaria, el deber
de admitirla: cf. Lugo, l. e. XI. 21. El conocimiento de tal eleber es evidente
y excluye, por consecuencia, la duela temoraria, ele la misma manera que el
deber en que esta el hijo de rospetar á los padres.
IV. Esta certeza no es en todos la misma, ántes bien g·uarda rela-
cion con las necesidaeles y la capacidad ó aptitud del que ha ele lleg·ar á
la posesion ele la fe.
Llammnos absoluta la certeza que descansa en fundamentos que satisfacen
por completo á cualquier inteligencia; y es respectiva ó relativa cuando se
amolda á la comprenc;ion del individuo, como un niüo ó una persona poco
ilustrada . .A medida que se clesarrolla la inteligencia y crecen las necesidades
que emanan ele la instruccion, se desenvuelven tambien en número y peso los
motivos ele crcclihilidacl. Const. Vatic. Const. I. cap. 3. Acercn. ele la fe ele los
hijos de padres protestantes, vóasc Pompignan, Controversia pa(~ífica ( JHi-
gnc, Curs. theol. VI). Perrone, Prael theol. De baptism. e. 4. prop. 2.
V. Todo acto ele la fe sobrenatural teológica requiere un precepto
positivo, directo é inrnecliato í imperium) ele la Yoluntad (pia affectio,
pi us creel nli ta tis affoctus ).
En sentir de Francis<:o }Iarchia, la voluntad so mnestra activa rm el acto de la fe
únicamente impulsando al entendimi<mto à reflexionar sobre los motivos de la fe;
pero tal actividad no se diferenciaria de la que se requiere para todo conocimiento.
Segun parece. Scoto enseiiaba que la voluntad no ejorco más quo una influencia ne-
gativa, quo consiste en no oponor rcsisteucia; Bannez y ~Iastrio ereen necesario este
precepto de la voluntad únicamente para los primoros actos do la fe, mas no para los
posteriores que se practican cnando ya se ha adquirido el hábito de la fe.
Legislo sobre esto el Cone . .Arausic. II. e. 5. Trident. Sess. VI. cap. 6.
Joan. 6, 44. Nemo potest venire ad me, nisi pater meus traxerit eum. Rom. 1,
5. Accepimus gratiam acl obediendum ficlei. Act. 8, 57. Si credis ex toto corde.
Augustin. De praed. SS. e. 5. Tract. XXVI. 2 in Joan.: Credere non potest
TOMO II 29

http://www.obrascatolicas.com
450 PARTE SEGUNDA. LIBRO TERCERO. SEIJC'lON SEGUNDA.

homo, nisi valens. Suarez, l. e. VI. tl. Lugo X. l. 8. La razon de esto estriba
en la no evidencia del asunto y del hecho de la ReYelacion que, debido à eso,
no puede por sí sola mover la inteligencia al asentimiento: y aun si pudiera,
tal asentimiento no equivaldria aun assensns appretiative super omnia, sino que
permanecería dentro de los límites que los motivos detenninantf~S le han tra-
zado. Prop. 1D ah Innocent. damn.: Voluntas nnn potest effic ere, ut as,;ensus
ficlEii in seipso sit magis firmus, quam mercatur pondu;; rationum ad asseusum
impellentium. Mas no se crea que el ado de la fe cs una sumision que depen-
de exclusivamente del imperio de la Yoluntad , p<w cnanto ya se reconoce pre-
viamente el derecho y el deber de la fe, y la volm1tad, al someterse á la auto-
ridacl divina, no hace más que pres tar incondicionacla ohediencia ú Dios. Cone.
Vatic. l. e. e. 3.

VI. El mandato de la voluntad e,;; operado por la gracia; por con-


,;;iguiente, en cuanto á su e,;;encia , e;; sohrenatural ( ,;upcrnaturale
quoad substantiam), toda vez que deliirndo considerarse como la última
é inmediata disposicion para el acto de b fe.. :Sobrepuja, lo mismo que
ésta, las fuerzas de la simple natura.le.za y es rneritoria .
Cone. Y atic. l. e.: Cui guidem testimonio. effic-ax ,;nbsiclinm ex divina acce-
dit virtute. Etenim benignissimus Deus et errantes gratia :-ma excitat atque
adjuvat, nt ad agnitionem veritatis \'enire possint. et eos, qnos <'le tenebris
transtulit in admirabile lmnen samn, iu h nc lnmine, ut perseverent, gratia
sua confirmat, non deserens , nii:ii d eseratnr. Augnstin. ( D e spir. et lit. e. 34):
Snasionibus :ctgit D eus, ut velimns et crec.1anrns ... Ris ergo modis, quando
Deus agit curn anima rationali, nt ei credat 1 neqtw enim credere potest quod-
libet libero ar bitrio, ,;Í nnlla :>it s1wsio vel t'Ocr1fio, <:ui credat ) profecto et
ipsum velle credere Deus opemtur in homine: et in onmibu" mÜ;ericordia ejus
praevenit nos. Confess. Y. 7 ( Pr,1sp. l. Dr vocat. gcnt. II. 26. Thom. II. II.
q. 2. a. D ad 3: Indncitur ·>lle q ui eredit. ) anetorirate divinae doc:trinae mira-
culis confirmatae d quocl plus est, interiori i11sti11cln Dei invitantis. E ste cre-
clnlitatis affeetus sc llama pius, que, en el lenguaj e eclesiástico, designa lo
sobrenatural ó que pertenece á la vida de la gracia: vera pietas . Augustin.
( Ep. lõ:S. n. 1 ) ; Yeracit er pius ( Civ. Dei Y. J 9 ) ; pietas et probitas magna
dona D ei sunt ( l. e. IV. J 3 ) ; ad pietatem 1wrtinct rnramqne jnstitiarn ( De
grat. Chr. e. 2G); quod pertin et ad religi onem et pietatem ( D e praed est.
,_ SS. e. 2 ). Por lo mismo que tienc su rafa en la gracia cs meritorio (de con-
·~--
gruo). Angustin. De Sp. et lit. e. 33. Suarez, l. '·'- YI. 7. Cone. 'l'riclent. 8ess.
\'I. e. 6: Disponm1tm autem ad justitia m , dum excita.ti dfrina gratia et
adjnti, :ficlem ex auditu concipientes, libere moventur acl credemlum. Cone.
Arausic. II. can. 7. Si quis per natnrae Yigorem bonnm aliquod, quod ad salutem
pertinet vitae aeternae, cogitare , ut expedit, aut eligere sine salutari, i. e.
evangelicae praeclicationi consentire posse aftirmat, absque illurninatione
-~

et inspiratione Spiritns sancti, a. s.
Segun hace notar Suarez (l. e. VI. 8) e] jnicio que precede al pius creduli-

http://www.obrascatolicas.com
§ 68. PHOCESO DE LA FE CATÓLICA .. 451
tatis affectus, y por el que se reconoce la bondad y racionabilidad de ln. dis-
posicion para recibir la fe, es en si un acto natural ( naturale quoad substan-
tiam ) , toda vez que descansa en el conocimiento racional de los motivos de
credibilidad; pero se ejecuta bajo una luz especial que proviene de la gracia
y tiene por objeto moyer la voluntad. Otros, por el contrario, opinan que es
sob1·enatural en cuanto á su esencia ( supernaturale quoad substantiam), ya
que la gracia fle requiere no tan sólo pam vencer la dificultad del acto de la
fe, que no es absoluta, y si simplemente moral, sino para que sea proporcio-
nado á la resolucion de la voluntad , que es como el efecto previamente ilumi-
nado , y c1ue pertenece a.1 órden de lo flobrenatural. Lugo, l. e. XI. 1: Ad
omnem volitionem snpernatnralem requiritur cognitio proportio.iata et ejus-
dem ordinis; sicnt etiam ad amarem \·oluntatis non sufficit cognitio materia- ·-!

lis phnnt asiae, sed cognitio intellectnalis et ejusdem ordinis.

~ 68. PROC.:ESO llE LA 1"E CATÓLICA.

I. La esencia del proceso de la fe en los adultos no cristianos y no


católicos está determinada por los momentos siguientes:
a ,1 Se le::; anuncia el Evangelio p0r la predica.cion de la Iglesia. Cone.
Trid. Sess. VI. cap. G: Fidem ex anditu concipientes.
b ) Por media de las facultades 1iat.nralf's de su razon co11oceil con certeza
moral el hccho de la Revelacion qne se hacc visible por sus criterios internos
y externos.
' ~;
e ; Aunque sólo tienen certeza. moral, pero i10 evidencia., clel hecho de la
Revelacion, quedando por consiguiente la posibiliclad ele la duela temera.ria,
no obstante reconocen con evidencia los motivos ele credibiliclad, eu virtucl de
los cuales pueden y deben creer. Cone. V atic. l. e. cap. 3.
d ) Estas inativos de credibilidad confirrnan al mismo tiempo el dogma del
orígen di,-ino de la Iglesia católica, que e:< .. el cuerpo de Cristo,, , y del
Cristianismo. Con<:. Yatic. l. e. ca.p. 3.
.. ·
'-;
e ; Estejuicio acerca de los motirns de eredil1ilidad , por ser el que deter-
mina á la vol nn tad, se halla escbreciclo por la gracia y es, por la misma ra-
l'.On, capaz de mover á la voluntad ú 111) npQner obstáculo alguno al acto de la
.,_,

fe ( actns entitative supernatmalís L


f) Impulsados por la volnntacl, r;jecutan el acto de la fe en Jesucristo y en
su vei-dacl revelada que la Iglesia católicá anuncia rle una manera infalible.
El motivo rle este act0 de fe es la veracidad de Dios que hace la Revelacion,
miéntras que lo;; motivos de credibilidad no son más que condiciones preli-
minares, no la última razon del asemimiento del que cree. Todos los actos
de fe se realizan bajo la influencia de la gratia elevans y son, en cuanto á su
esenc:ia , sobrenaturales.
g ) Luego reciben del magisterio infalible de la Iglesia el depósito de la fe
divina y católica., al mismo tíi:,mpo que la Sagrada Escritura que contiene la
palr.bra de Dios.

http://www.obrascatolicas.com
; r .

452 PA.RTE SEGUNDA . LIBRO TERCERO. SECCION SEGUNDA.

1. Siendo el acto de fe la manifestacion externa del objeto mismo de la fe,


exige, al mismo tiempo que la gracia , el uso de Ia razon por parte del cre-
y~nte. Augustin. Ep. 120: Crrdere non pos scrnus, nisi animas rationales
haberemn s. De praedest. SS. e. 2: Quis enim non videat, prius esse cogitare,
quam cre1lere? Nnllus enim cr eclit. aiiquid , ni si prius cogita verit esse cr e-
dendum. P ero, en la actnal economia de la salvacion, :::e promete la graeia,
al mismo ti cmpo que la predicacion d el Evangelio, á todos los que no oponen
resistencia. Act. Hi, 14. Aperuit Dominns cor Lydiae. I Cor. 3, 6. Angus-
tin. De grat. Chr. e. 13: Sic dicatnr, ut altins et interius eam ( gratiam) Deus
credatur infundere non sol um per cos , qui pl autant et rigan t exterins , sed
etiam per semetipsmn, qui incrementnm suum ministrat occultius.
2. L o qne doj amos sentado ;.;e refine al caso en qu e la Divina Providen-
cia no se salga d e s us caminos ordinarios. Mas no pnede en manera alguua
negarne que Dios es libre para Hevar a sns elegidos á la posesion d r, la fe,
como lo hizo con San Pabl o, sin la predicacion de la I g lesia y sin la enseüanza
d e los motivos ,le credibilidad . .P ero anll en este caso no puede la gracia in-
terior hacer que se reali ce el ascntirni ento á la fe, sin que su objeto se pre-
sente com o crcihle. Suarez , l. e. III. 3: Scqn er etur miim, fülem non pracber e
assemmrn ration ali et int1 jllectunli modo , secl per rnodnm natural is a gentis,
; ·~ .
quod nec dici nec cogitari pot8St: qnomoclo enim intellectus praeheat assen-
sum, nisi· v.i dcat et cogn o"cat ali qnod snfficions motil' lllll assenti encli ?
II. El proceso ó desenvohimiento de la fe actnal es distinto cn aquel
que ha sido liautizado y educado eu d se110 de la Tg·lesia católica:
a ) El bautiz ado reeibe por ,,1 saiito bautismo el h abito ele la fe y ele las
d emá::: Yirtmles , vinie11do ;·, ser de hccl10 micmlno de la Iglesia. Cone. Trid.
S ess. VIL De B aptism. can. 13.
b ) A medida que la eo neie11 <:ia se desarrnlla y mediante la euseii.auza d e
las yerdad e::; dogmáticas ]'Ol' el rnagis terio de la Iglcsia, el hábito ele la fe
sostiene al creyente y, con cl :wxilio cl1: la grncia Detu al, le p one en rtptitucl
d e hacer actos ele fe sobre todo lo 'lue IJios ha re''elado y que la I g lesia nos
propone, entre otras cosas. la di 1·i niclad ele la S:1grada }}.;critura.
e ) De esta manera el católico a1.lnlto cr ee , coH infali ble certeza , sin haber
p asado {mtes por el tamiz ele la clnch , sin eorrer el p eligro de sus pender ó
somcter á prndrn :-;u juicio , ó d e t<·ner qne examinar si. lo que enseüa. la Igle-
sia es realmente la palabru de Di os_( exmnen <lubitativum; dubium positivum ).
d ) Y sin embargo, n o por esc• es ::m fo irracional ni ciega, sino mny al con-
u ario está justificacl>1 ante sn raw n por la evid encia de los mo tivos de credi-
bilidad que prueb au la divinidad d e la I;rlcsi a y el carac ter r e,·elado cle su fe.
e ) Sigucse de aqui qu e 1;uamo uüs crece y se clesarrolla su inteligencia,
con más claridad y solidez comprende la fuerza <lemos tratint d e dich os moti-
vos, segun la capacidad y la,; necesiclades de s u espirit u ( examen confirmat.i-
vum , dubium methoclicum ).
f ) Si se opone a su fe , desarroll acla en esas condi ciones , algo que se pre-
sent.e hajo el aparato ele ciencia , no puede ménos de ser fabo y aparente, y

http://www.obrascatolicas.com

... .
§ 69. CUALIDADES J<:SENCIALES DE LA FE.

tal oposicion probarà á lo sumo la deficiencia de sus conocimientos en uno ú


otro terreno, sin que eu manera alguna pueda la ciencia contra<iecir los dog-
mas de la fe. Por cuya razon en ningun caso está justificada ni permitida la
suspension del asentimiento a la fe.
Oigamos de qué manera de::;cribe San Basílio el desarrollo ele la fe cató-
lica en el individuo (Ep. CCXXIII. 3): À)).' OU'I S'I ;'s 70'J'W 7r,),p-&J X'.l.'J',(i(l'GG(~
, , o ~-.., , Li ~ 1 '' , , - r f'l o
EV XUC~(1)., O":'~ OU0ST:07S
1 l /
ur;,0A·r1 1J2).:,
1
.,j S't'Sp(1)~
-rct..; 1 • 11 1
1
T:SO~ VSO'J
1 1
t ...
~POVti)'I tJ.S"':SIJ.:J. JO'I :;~-rspov.
1
r
1

• "'"'J (\ ' ... , ""'


, o .... r... , .,.~ n - ,, '
A.J,A' ·r1v sx na. 1.00; eAa.~ov s'1vo 1./J.V 7tsp~ 1120:; . . . --:a.u--:·r,v a.u;·1111s ~'j':J..'1 zcr-z. ov sv
Eu..rr.<J-rW· o0 vCl:i !í.).)\a. SE 1)\)\t•)'I u.s-:2)\1.B,.1ov EY r:;~ 'to0 ),Ovou 7UuT:),·ricWcrE~, i}.))1~ -:-êxç
• ' 1 ' • \ ' 1
.... fJ r , , -~ ' ' ' "'\ 1 (fQ ' 1' \
.. crn:2p Y'.1? -:o ~7tspp. a au;ciyop.e:vov
1 .,.. 1
T:apar.1ouz~7a.; p.0 1.. 7:1.f 'l.'J'":W'I 'J.?/.tL~ S't!A~twva.

'us 1ro·1 u€v 2lr:O 'tA'.:1.co:J ··A:1s-:~i. .


. 7'1..'J-:Úv 6€ Sa"r!.v Sv S:xJ-rhl ~ oU x1-;(J. Yi'lo~ x7.-;~-
.
A I '. ,,,... ' ........ \ . ' ., ,.. ;
.... , ,, .... 'Y , .. . '\ ' . • \
sp.e ";f)'J ':J.U":O'I
i'.J':J..A.A0p.:.'IOV' a.AA'Y.. X.1"; ' 'l.'J;·r,7'.'I -r~J.~!.0:.J(-Z'lfJ'I' O:J'7ltJ /, o·r·":º~CJ.'. x~-; '
ÀÓyov ô~;: "C'·f1ç TipoxoTI'lj; ·r1UÇ·f.70ct.i., oU'/.l ÕE iv7l -ro:J 2~ ~~z'l;; 0·1~0~ --:Ov '1::Í'1
úrcrlpzoyw r sysvT,crfJn. Cone. Trident. Ses::;. VII. De Baptism. ca11. 13. S. q. d.,
parvulos , eo quod actnm credendi non habent, ::;m;cepto baptismo inter fideles
computandos non esse; ac propt erea, cum ad annos discretionis pervenerint,
esse rebaptizandos; aut praestare , omitti oornm baptisma, qnam eos non actu
proprio cred entes lmptizari in sola fid e E cclesiae' a, S,; can. 14. s. q, a.' hu-
jusmocli parvulos baptizat0::;, cum adoloverint , interrogamlos esse , an ratum
habere rnli11t, quocl patrini eornm nomine, clurn baptizarentur, pollicíti snnt:
et uhi ~ e nolle responderit , sno esse ar bitrio reliquendos, . , a. s. Cone. Vatic.
l. e. III. can . 6. 8. q. cl., parem esse conr1itionem fidelium atque eorum, qui
acl fül em unice veram nomlum pervencnmt , ita nt catholici justam causam
habere possint , fidem, quam sub E cclcsiae magisterio jam susceperunt,
assensu s usp enso in clu bium vocandi, donec dmnonstrationem scientificam
credibilit atis et veritatis fidei snae absolverint; a. s.

§ 69. CL\LinADES ESENCIALES DE LA FE.

I. El asentímíento á la fe es poi;itiYamente oscuro por su natu-


raleza. ·/
1. La oscurida.d de la fe es natural consecuencia. de no ser evidenie por
sí ; porque si bien el objeto de la. fe es evidentemente creible, pero no es evi-
dentemente verdadero: Hebr. 11, 1. I Cor. 13, 12. Videmus nunc per specu-
lum in a.enigmatc. II Petr. 1, 19. Lu cema lucens in caliginoso loco, donec
dies elncescat. Augustin. Tract XL. 9.: Quid est fides, nisi credere, quod
non vide;;? Los Padres de la Iglesia hacen consistir cn esto precisamente el
gran mérito de la fe; la expreoiÍon de Tertuliano (De carne Christi e, 15):
creclibile, quia ineptmn, no hace mas que confirmar esto mismo de una ma.-
nora retórica. Gregor, Nysscn. ( De anim. et. resurr. Opp. T. III. p. 244):
''l 7''.(;7'.Ç sps'.(l'(-1'.1. -;·r;ç 7C<>'I ::Amt.op.sYwv
t , " - ' - " ), '~aç ywn-Cl'..
ClO''J '
,....
Clem. Alex. (Strom. VII.
17 ) : il'IZ'J Gswcb;; 7:1'.1.:J'.l.0s~ry,us·1·f)
.1 ~ l
(.
-~. -r:l(l'7'.'
~ •
) 70V :
ht'.XO'I
• 1 /
),ó·1ov.
1
Los fiel es son ~

( Strom. Y. 1. ) "~'I 7c;-, àyvw(l'7cr /'VCu77'.xo(. ,, 'fheophil. ad Autolyc. ( I. 11 ):


T~' [J-E'IZ'.,
' Z'.'o. S'.X7Cl(J.S'IOç
' 70' ys/'0'1oç
' mcr7z:ns'.ç; ' . análogas emplean
expres1ones

http://www.obrascatolicas.com

••
·, :,· · .;,· ··
~ .. ··,

PARTE SEGUNDA. LIBRO TRHCJmo. SECIC ION SEGVNDA.

San Basilio ( C. Eunom. II. 24 ) y Ran Efrem ( C. Scrutator. Rerrn. YII. ) r~0n ­
tra los eunomianos.
Dedúcese la misma doctrina dt·l hecho de que la fe d~ja rle exi:,;tir en li;:,
bienaventurados ( I Cor. 13, 12 ). Y por eso tambien la fe, ;;egun 8U genuinn
concepto, es incompatible con la evideneia completa del hecho de la Reveln-
cion divina ( evidentia in attestante ). ]<}; verdad que tal evidencia seria purn-
mente externa, pero suficiente para obligaruos á admitir el contenido de h
misma Revelacion, toda vez que conoceríamos con evide11 eia la veracidad rl c
Dios, y sn testimonio , así como lfl. relacion entre clicho contenido y la pala-
bra divina.
2. .La cuestion de si la evidencia del asunto de la fe 8e opone á la oscuri -
dad que n aturalmente la envncl ve y caracteriza, está en intima relacion con
la que examina si un dogma puede á l::i. vez ser conocido racionalmente y crni-
do. Sobre cuyos puuto:,; ,;entamo ,; la siguien te doctrina:
a ) E l hábito de la fo puede exil:'tir en un solo snj eto, r especto de un a mi,,·
ma proposicion, simul taneamente co11 el acto de la cienci a.
b) El habito d e la ciencia puede exisr.ir en un :-iolo 8L,jeto, r e1>pecto de una
misma proposicion, sinrnltáneamente con el acto llc la fe.
e ) El h á bito d e la fo puede existir en un mismo irnietP simultaneamente
con el hábito de la cienci.a.
Queda eu pié la ci1estio 11 relatiya ;Í s.i el hábito de la fe y de la ciencia
pueden cj ercitarse en itn mismo suj etc. por actos diferentes ó tambi.en por un
mi smo acto unico.
L a mayor parte de los teólogos moderno,; , con Alberto Magno, Alejand rc·
de }fales y San Buenaventura , res ponden afirmativamente, pero ,;ostienen la
tési8 contraria los tomistas, que se fund ~n en los pasajes II. II. q. 1. a. 4; q.
2. a. 10. a. f> ad 3. De fül. q. 14. a 1., por más que el ilustre j efe de esta es-
cuela parece :;ostener en otros, II. ] L r1_. 2, a. 10, opinion diferente. 'l' esti-
moni os que prneban la posibilidad tlc con ocer cientificamente y de creer al
mismo tiempo el mismo objeto, á lo ménos en actos deferentes, son entre
otros, Hebr. 11 , G..Jac. 2, 19. Cow:;. T rid. YI. cnp. (), y aun el sim bolo de
los Apóstoles . Cf. Cone. Yatic. Const. I. cap. 1. 2, en el que se habla exten-
samente de la creencia eu Dios remunerado r, enya exi stencia puede conocer
la r azon. Veamos la rlemost.raciou de esta doctrina:
a ) Ambos actos descansan en mo ti vos dititintos: b) por cuya razon el acto
de la fe debe poseeJ" una certeza muy s uperior á la certeza puramente huma-
na; c) la mayor parte íl.e las verdades r eligiosas las conocemos con evidenci a.
mcdiata, no con evidencia inmediata. d ) No se opone á que uno posea un
conocimiento más perfecto de una cosa que de otra (Lugo, l. e. II. 2 ).
e) El concepto de Dios e,; h única venlad que excluye toda posibilidad d.e
duda y por consiguiente que no entra eI; el do mínio de la fe. í Suarez, 1. e.
III. D). En sentir 1le Lugo (l. e. n . 73. 74 ) no toda e\·idencia sensible ó i11 te-
lectnal exrluye ht posihilidad de l:t fe r e,.;]Jecto de u n mismo obj eto . Y éase sin
embargo , l. e. n. 6 1: Aliqnae sunt cognit:ones eYidentes, cum quibus videtur
r. ·~ .
t:

~
1
,..t>' http://www.obrascatolicas.com

~~,:·;· -~
..._
' "':--

, · ·'·''11~·1::;,~\«''f::;~~~~t~~: :"'1F f
§ 69. CUALIDADES ESENÇIALES DE LA FE. .455

rnpugnare assensus fidei: por ej emplo , la existencia del sol que tengo delante
de los ojos. f) Por último, repugna á la naturaleza de la fe, el que pueda
sufrir menoscabo por causa del conocimiento científico. Thom. II. II. q. 2. a.
10: Quando homo habet volnntatem credendi ea, quae sunt fidei ex sola
auctoritate divina, etiamsi habeat rationem demonstrativam ad aliquid eorum,
puta ad hoc quod est Denm es;;:e, non propter hoc t ollitur vel minuitur meri-
tum fidei.
Síguese, pues, que los dos hábitos, el de la fe y el de la ciencia, pueden
ejercitarse en un mismo acto único que, descansando en los diferentes moti-
vos indicados, es baj o nn concepto libre y os curo, bajo el otro evidente y
necesario; en un sentido es revelado y sobrenatural, en el otro es natural y
puede ser conocido por la razon. Véase Kilber, l. e. n. 282.

II. De la oscuridad en que se halla envuelto el acto de la fe se de-


duce su segunda cualidad: la libertad y la bondad moral, consecuencia
de la primera.

1. Cone. Vatic. Constit. I. Cap. 3. can. 3. El acto de la fe es positiva-


mente libre, no siéndolo tan o<ólo en concepto nega,tivo, ya que la voluntad
no solamente obra como un obstú culo sino que por su mandato mueve la inte-
ligencia al asentimiento. Thom. I. II. q. 17. a. 6: Sunt quaedam apprehensa,
quae non adeo convincunt intellectum, quin possint assentire vel dissentire,
vel saltem assensum vel dissensnm suspemlere propter aliquam causam, et in
talibus assensus vel dissensus in 11nstra potestate est et sub imperio cadit.. Sí-
guese , pues, que el acto de la fe es libre no tan sólo en cuanto que la volun-
tad mueve la inteligencia á examinar los mot.in1s de la misma fe (quoad exe-
cutionem tantum ) , sino tambien despues de verificado ese exámen y aun
respecto del asentimiento ( quoad specificationem ). Lugo, l. e. X. 1. Gr egor.
de Valent. III. 1. 1. p. 4. Por eso hace notar Hngo Victorin. (De Trin. I. 1):
Quia fideles semper habent locnm , unde dubitare possunt, et iufideles, unde
creder e valent, juste et fidelibus pro fide datur praemium et iufidelibus pro
infidelitate supplicium. Thes. 18. Pie. Mirandul. danrn. ab Innoc. VIII.: N' on
est in potestate libera hominis, credere.
2. La fe es un acto moralrüente bueno: es en sí mismo digno de la diviui-
dad y deber del hombre prestar ei1 la fe completa obediencia de entendimien-
to y de voluntad á Dios , aun cuando nos revele misterios, toda vez que " de-
pendemos de El , como de nuestr o Seiior y Creador, en cuanto á tod.o nuestro
sér, y la razon creada está enteramente Hometicb á h verclad increada.,,
(Cone. Vatic. 1. e. cap. 3 ). El acto como tal tiene su raíz en la piadosa fideli-
dad ó piedad sobrenatural de la criatura par a con Dio:>, en virtnd de la cnal se
entrega á Él libremente y por amor, como á su Salvador y Creador (Cone.
Trident. Sess. VI. cap. 6 ). Así como la incredulidad es un h echo moralmente
malo (Joan. 3, 21; 15, 22), de la misma manera la fe guarda estrecha rela-
cion con el amor á la verdad y á la virtud ( Hebr. 11, 7 sq.); el creyente " da
á Dias la gloria,, ( Rom. 4, 20 ) y " se humilla 71 ( Matth. 11 , 2õ. 26 ). Bona-

http://www.obrascatolicas.com
456 PARTE SEGUNDA. LIBRO TERCERO. SECCION SEGUNDA.

ventur. in III Dist. 34 exp . text.: Privatio visionis facit ad laudem credulita-
tis . . . propter humiliationem et captiv8.tionem intellectus ... et qui a talis
credulitas esta mera voluntate , non ab aliqna necessitate . .. Hinc est, quod
Augu stinus ( in Joan. l. e.) dicit, q uod lau s fidei est credere , quod non vides.
Leo M. Serm. LXI X. D e ascen,;. Dom. Serm. 18: Virtui:; fid ei ex iis , quae
vis ui non subj acent , constituta est. Agn'iguesc á esto que, por la fe, hace el
hombre el sacrificio entero de d mi smo al ofrcc er il Dio s su en tenclimiento y
su voluntad, d cjáncl osc conducir por Él 1'micament e en todas las cuestioncs,
ya se refieran al ti empo, ya á la eterniclall., sin qu erer escudrinar las razones
intrín secas de su fe ( Matth. 23, 8 sq. ) ; que , olvidando se de lo visibl e, cree
lo qu e no se ve í H ebr. 11 , 7 sq. ) . remrn ciando rle esta rnanera it todos sus
apetitas sensuales y natural11s por "l a locura <le 18 cruz,, (I Cor. 1, 18 sq. ).
III. E1 acto de la fe e::; sobrenatural y meritorio.
1. El Con cilio triclentino clefini<'i el. can'icter sobrenatural de la fe, ll aman-
clola principio de la :;alvacion humana, rni z y fundamenr.o de la j ustificacion
( Sess. VI. cap. 8 ). La justificacion fundada en la gracia es no sólo condicion
de la bicnaventnram:a, sin o tambien principio de la misma, estando con ella
en la misma relacion qn e la scmilln. con el frnt n maduro ( II Cor. 1 , 21.
'l'hom. I. II. q. 113. a. B). E s verd acl que cn la visi on beatifica no pneclo sub-
sistir la fe , en calidad de tal , puesto qu8 tiene su raíz en un conocimicnto
o;;curo ( I Cor. 13 , 6 sq. ); pero ell:1 es la preparaei on para ese estado ele vi-
sion beatífica , toda vez qn e por cll a rccon ocemo s á Dios y sns obras á la luz
de la misma palabra de Dios y no por inruicion natural, por cnya razon, lo
mismo en la fe que en la vision bie11aventnrada, es Dios el motivo de nuestro
conocimicnto. Y así como en dicha vision participamos clel conocimiento
de Dios con que se couoce it sí mismo . por la luz de ln gloria, así tambien
por la fe t enemos parte en la ci encia rle Dios, siqnicra soa ele una manera
imperfocta y oscnra. Thom. II. II. q. 61. a. 5 : ]'ides cum visione in patria
conYenit in ge11 ere, qnorl e.-;t cogniti o. Por es:t razou preci sameute, entramos
por la fe, juntamente con la e:<peranza y la carida<1 , en el dominio dei órden
sobrenatural y esa es la causa dei carácter sobrcnatnral de la misma fe.
Thom. I. II. q. G2. a. 1: Quia hujuscemodi beatituclo proportionem humanae
naturae excedit , principia naturalia hominis ... non suf/iciunt iul ordinandmn
hominem in beatitudin em praedictam ; nncle oportet, q noel superadd antur homini
divinitus aliqua prin cipia, per quae ita onlii1 etur acl beatitudinem fmpernatura-
lem, sicut per principia nat ural ia ordinatnr ad fin em connatural em; non tamen
ab:-;que adjutorio divino; et hujusmodi principia virtutes rncantur theologicae,
quia habent Deum pro obj ec to , in q nau tum per eas recte ordinanrnr in D eum;
tum quia a solo Deo in no bis infu11<luntnr ; tum q uia sola revelatione hujus-
rnocli virtutes traclnntur. a. 3: Quantum acl intellectnm adtluntur homini
quaedam principia supernaturali a, q nae divino lurnine capi11ntur, et haec
sunt credibilia, ele quibus est fides. Il. II. r1 . G. a. 1: Qui a curn h omo, assen-
tiendo his, q uae sunt ficlei , elevatur supra naturam suam , oportet , quod hoc
insit ei ex supematurali principio interius movente. Comp. theolog. c. 2:

http://www.obrascatolicas.com
·-.-'!-.

§ 69. CUALIDADES ESENCIALES DE LA FE. 457

Fides praelibatio quaedam est illius cognitionis , qnae nos in futuro beatos
facit. 'ral es la causa, por b qu e San Agu stin insiste con t anta frecuencia en
la necesidad de la graci[), , aun en el principio ( De praedest. SS. e. 2. D e Don.
per,;ev. e. 8. 13. C. duas ep. P ehg. II. 8 ), y hasta para alcanzar la predispo-
sicion á la fe , con referencia a II Cor. 3, G. Efoctivamente; si no podemos
pensar nad[I. bne11 0 sin b gracia, tampoco podemos creer sin ella. Cone.
Arausic. can. ti. 7. Cone. Vatic. l. e. III. can C1: R. q. d ... acl sol am fid em vi-
vam , qnae per charitate m oper atur, graiiam neces;;ariam c;;se , a. s. . ..
~~

2. Adern as ele la gratia elevans , que es indi spensable como consecuencia


del carácter sobreuat.nrnl del acto de la fe, se nece;;ita para ej er citarl e de la
gracia medicinal , á cau sa de la diticnltad que encuentra el hombre natural
para realizar el asentimiento á la fe, que es im as;;ensus super omnia. Esa
',,
dificultacl, ;iin embargo , no implica una neee::;idad absoluta , sino solamente
moral ( g ratia me(licinali s seu seeundnm modu m supernatur:üis ) , por cuanto
la fe, en sí misma, como el preeepto de amar á Dios sobre todas las cosas,
no superan las fu er rns de la naturaleza ; la primera por la luz que arroj an los
motivos de credil)i!idarl, el i:;egundo por la c o n~id e r acion ele que Dios es el
bien supremo; de lo contrari o no podrfan exi stir errores r elati\·os á la f'e , ni
involuntarios ui eulpables, ya que, en su mayor parte se r efieren ú los miste-
rioi:;, y, en el primer ea::;o tt lo m(mos, 110 puerlen provonir ele la g r acia habitual,
en el segundo ni aun se presupone la exi,;;tenci a de la g raci a hauitual de la fe.
Thom . II. II. q. i>. a. 3. Lugo, l. e. n-. li .
3. Por ser libre y solJreuatnral el aeto de la fe, cuam1o va un ido al de la
caridad , es meritorio de condig no ; sin ·el ::; eg undo , pero obrado por la gra-
cia, lo es ele congruo. Cone. Trid ent. S es~ . YI. eap. G: Disponuntur ~rntem
ad justitiam , dum exci tati di vina g r atia et adjuti , fül em ex auditu concipien-
tes libere moventur in D enm credentes vera e;:;se , quae divinituo; revelata et
promissa sunt. Aug ustin. E p. 10;) : Nequ e enim nullum est meritum fidei,
qua ille dicebat: Deus propitius esto rn ihi peccatori. De praedest. SS. e. 2:
Quis autem dicat eum , qui jam eoepit ereclcre, ab illo, in qu em crediclit , nihil
mereri ?
IV. El acto de la fe sobrenatural es verdadero é infaliblemente
cierto ( certitudine appretiati Ye sumrna, infallibili, divina ) .
1. Lo primero se dednce del concepto mismo de la fe y se r efiere lo mis-
mo al asunto que al hecho de b Revel::tcion. Num . 23, Hl. Non est Deus
quasi homo, ut mentiatur. Tit. 1 , 2. Spes vita.e a.etern ae , quam promisit, qui
non mentitur, D eus. Augustin. Civ. Dei XXII. 21'): Deus .. ment iri nnn po-
test , y especialmente en ,;u libro De menda.cio. Cone. Trident. Sess. VJ. e. 9:
Curo nullus sciro valeat certitudin e fidei , cui non potest subes se falsum, se
gratiam D ei esse con::;eeutum. En el caso de ig noraneia no eulpabl e , hay
obligacion de admitir como verdatlero lo r{ue erróneamente se cree revelado;
p ero no se practi ca un acto sobrenatur al y verdaclero , sino un acto puramente
natural y falso.
2. La certeza de la fe sobrepuja á toda otra certeza, por cuanto se funda

http://www.obrascatolicas.com
r
458 PARTE SEGUNDA. LIBRO TERCERO. SECCIOl'í SEGUNDA.

en el testimonio de Dios y excluye toda duda. I .T oan. o, H. Testimonium Dei


majus est. I Thess. 2, 23. N on ver hum hominnm, secl .. Dei. Gal. 1 , 8. Licet
Angelus de coelo evangelizet vohio.; praeterquam quod evangeliza,·imus Yohis,
a. s. Clem. Alex. Strnm. I. :20: Xt•)2L~s"C''l. 1• ~).l:r,v,ú, 7.):f,8svJ. ·;f,ç x1.ff -;i[Ú.;, s(
·{,
\ ..,. ' ""' ,...,, i 1 1. 'Li / 1 , " r'( r
xa.~ "':O'J a.'J-;Q'J ~S';S'.A~f{(S'.I O'lop.~70~' %CV. p.s; 1 s112~ ..(Yú)0'2tü,; X~.'. CJ.TCOl')Sl"~SI.. x~;p~ti)7S~~

X'l.~
úslq. Õ'Jvci.p.s~ ... Oso0Lõ1.xn;' ;·à.p ·f;p.s~ç. Augnstin. Confess. VII. 10: :Facilius
dubitnrem vivere me, qnam esse veritatem, qnam andiYi in corile. Seg.rn la
expresion de San .Juan Crisóstomo. la fe comunica mayor certez8. que el tes-
timonio ocular (Horn. XXI. 2 in Ifobr. )· Cone. Yatic. Const. I. cap. 4.
Thom. II. II. q. 4 a. 8: Quia urnmu1uodque jndicatur silnpliciter quidc·n secuudum
causam suam, secundmn dispositionem autem, quae ex parte subjecti c,;t, judicatur
secundum quid, indc e'st, quocl ficles est simplieiter cn·tior ( scientia); se<l ::iliti, imnt
certiora qnoacl nos. Of. in III. Dist. 23 'l· 2. a. 2 sol. B ad B: ln füle cleterminatur int0l-
lectus acl unum ex hoc, qnocl volnntas intelleetui irnpernt. Sed quia vo\untas hoc
modo non cloterrninat ilitPllectnm, ut faciat inspiei, quae creduntnr, sieut inspiciun-
tur principia p<'r se nota vel 'lllat' ín ipsa resolvuntur, secl hoc modo, ut inte11Pctus
firmiter adhaereat, id"o certit.uclo, quac est in scientia r't intl'llectu, est in ipsa evi-
dcntia eorum, q uae certa esse d icu11t11r; certitnclo autcm ficlei est iu firma adhaesione
ad id, quod crPdit.ur. ln his ergo, <1trne per fülem cre<limus, ratio n>luntatem indi-
nans est ipsa voritas prima sive Deus, cni cre<litur, qna•_' habet majorem firmitatem,
quam lumen intellectns humani, in quo conspiciuntur principia, vel ncio humana,
per quam conclnsiones in principia resolvuntnr. 'F:t ideo fides habet majorem certitu-
dinem quan/11m ad .firmitatem adhaesioni.,, qnJm sit certitudo scientiae Yel int<•llectus,
qnamvis in scientia et intellectu ,,il maJ01· eriihntia eo1·1m1, q nibus ac;sentitur. Por eso
aunque el conocimiento natural lleva consigo mayor claridad, es nrncho más sólida
la certeza que engendra la fo cristiana, porque, rlescansando en la Yeracidad ele Dios,
hace que el creyente asienta con mayor firmeza al objeto de la müana. Thom. U . II.
q. 4 a. 8 a<l 3: l'erfectio intellectus et scientiae exeedit cog11itioncm fülei q11a.nlum ad
ma.forem mau(festationem. non tamen quantum arl ma,iorcrn iuhaesionem ... Rcientia
et intel!ectus sunt virtutes intellectnales, innituntur naturali rationis lumini, <1uod
deficit a certitucline et a Verbo Dei. cni innititur fides. La ílaqueza ele nwio;tra facul-
tacl cognoscitiva es la causa de que uo tengamos tambieu rnayor certeza bajo el pri-
mer concepto. Cf. Snarez, l. e. YL 5. Lugo, YI. :1.

3. Por eso la certezl1 que proviene de la fe es superior ú toda certeza fun-


dada en el conocimiento natural. L nc. 21, 23. Lo mismo haj o ej punto ele
vista negativo que bajo el positivo sobrepuja á toda certeza natural, ya sea
física "' moral; hasta sobrepuja la certeza natural metafísica, si no bajo el
concepto negativo ó con exclusion de todo error, ú lo ménm; positivamente,
por ctrnnto la certeza de la fe dec;cansa en un motiyo más alto, en Dios.
4. Así como el amor de Dios, debiendo ser sumo hajo el puntJ de vista
apreciativo, no exige de nosotro", ,.;in embargo, por ser cosa :-mperi·)r á nue8-
tras ftwrzas, q uc le amemo ti, en ena.rito it la sensacion sensible, con mayor
intensidacl que á cualquier criatura, ántes hien, iínicamente exige de nos-
otros que, por amor de Dios, renunciemos, siempre que sea necesario, ú
toda criatura, ele la misma manera la firmeza de la fe no exige ele nosotros
aquella sólida co1wiccion que engendra el conocimiento evidente. sino un
asentimiento de tal naturaleza que csté pronto á renunciar á nn conocimiento
aparentemente cierto ántes que á la verdad de la fe.

http://www.obrascatolicas.com
§ 6D. CUALIDADES ESENCIAI.ES DE LA FE. 459
5. El último y más Hólido fundamento de la certeza de la fe es la gracia,
que ilumina el entendimiento y eleva, fortalece y mueve á la voluntad para
que solicite al entendimiento á realizar el acto de la fe. Bonaventur. in III
Dist. 24. q. 1: Quum habitus fidei mentem illnminet ad assentiendum veri-
tati creditae secundum illustrationem divinae praescientiae ... et fides inni-
tatur cognitioni divinae praescientiae, a qua etiam illmninatur et dirigitur,
fides non potest decipi nec potest errare. Por eso la fe requiere un hábito
sobrenatural ( virtus intellectualis per se infusa), que no puede provenir de
la naturaleza. Matth. 16. 13. K on caro et sangui,; revel:wit tibi, sed Pater
roeus, qui in coelis est. Este hábito se distingue de la gracia actnal ( donum
Dei actnale), por la que se forma la piadosa clisposicion (t la fe y el juicio
'tq_ue mueve la rnlnntad á eBe acto, como la gracia habitual ele la jnsti:ficacion
se clist:ngue ele la gracia actnal en lo:s actos del pecador que la precedeu y
disponen á recibirla. Cone. Trident. Sess. YI. cap. G. El primero realiza la
fe en el sentido pro pio ( füles perfecta, completa), la segunda produce la dis-
posicion, el principio de la misma fe ( fides inchoata ). Augustin. ad Simplic.
I. 2: Inchoationes quaeclam fidei, conceptioniLns símiles. Prop. 2í "U nigen.,,
Fides est prima gratia.
Por esa razon los teólogos distingnen entre fü1es naturalis et acquisita y
füles snpernaturalis et infusa' refiriendose á .Tac. 2' rn' y teniendo además
en cuenta la fe positiva en doctrinas erróneas que, bien sea por error inven-
cible ó culpable, se admiten como verela<les reveladas. As{ como el hombre
cree á otro hombre por motivos puramente natnrales, as{ ta,mbien puede
practicar un acto de fe natural con relacion á Dios; mas este,se diferencia ele
la fe sobrenatural en cuanto al principio eficiente, á la certeza del asenti-
miento, al mérito y á la esencia del acto ,mismo.

V. La creencia expresa y sobrenatural en Dios remuneradores ne-


cesaria para todos y en todo tiempo, con necesidad de medio. La creen-
cia en la Trinidacl y en la Encarnacion es necesaria con necesiclad de
precepto divino, una vez que se haya anunciado suficientemente eJ
Evang·elio.
:!:. Se dice que es explícita la fe, cnando se reconoce una proposicion
como es en sí formaliter, explicite :1, ele tal snerte qne el creyente es capaz
de dar cnenta cletallacla de la misma; pero es implícita ó no expresacla ( im-
plicite), cuanclo se halla contenida en otro dogma. Hay que distinguir entre
necesidacl ele medio (necessitas meclii) y de precepto (necessitas praecepti).
La primera se deduce ele la natnral8za del objeto mismo, sin el cnal no es
posible alcanzar el fin, la salvacion eterna. Por el contrario, la necesidad de
precepto es la consecnencia de un mandato determinado, ele cnya observan-
cia, siempre que sea posible, depende la obtencion clel fin.
La necesiclacl de medio para la tésis primeramente expre,;ada se decluce
del pasaje Hebr. 11, G. Sine :ficle impossibile est placere Deo. Creclere opor-
tet accedentem acl Denm, quia est, et inquirentihns se remnnerator sit. Sin

http://www.obrascatolicas.com
460 PARTE SEGUNDA. LIBRO TERCERO. SECCION SEGGNDA.

conocer á Dios remunerador no podría el hombre aspirar á su posesion. Que


no se trata aqui de un conocimiento de Dios puramente natural é· de una fe
natural, se deduce claramente de la definicion que de ella se da en Hebr. 11,
1. Cone. Trident. Sess. VI. cap. 8: Cum vero dicat ... Apostolus ( Rom. 3),
justificari hominem per fülern et gratis, ea verba in eo sensn irtelligenda
sunt .. , ut scl. pm· fidmn ideo justiíicari tlicamur, quia fides est humanae
salutis initium, fondamentum et nulix 01nnis justificationis, sine ena impos-
sibile cst placere Deo et acl filiorum ejus consortiurn pervenire. Prop. 22.
damn. ab In11ol:. XI. N 011 nisi füles unim; Dei necessaria vicletur r ecessitate
medii, 11011 autcm explicita remuneratoris. 23. ~'i(les late dieta ex testimonio
creaturarum sirnilive motivo ad jnstiíicationcm sufficit. 16. Fides non cense-
tnr cadere sub praeceptum speciale et secundnm se. Prop. l clamn. ah
Alex. VII.: Homo nullo uuqnam vitae :rnae tempore tenetur eliccre actum
fidei, spei et charitatis ex vi prneccptorum divinorum ad eas virtutes perti-
nentium ( Denz. 912. 1039. 1040. 10;33 i. :Por eso debe considerarsE como so-
brenatural la remnneracion divina: y es a.simismo evidente que en la creencia
en un Dios remunerador :;e halla contenido el dogma de la inmortalidad
del alma.
2. Veamos cuál es, en resumcn, la doctrina católica acerca dei Salvador
J esucristo :
a) En el Antiguo Te:.;tame11to no se exigfa la crcencia explícita en sn divi-
nidad, en su humanidad y en 1 a economía de la Redencion, cem uec•esidac1 de
medi o.
b) Es probable que cn el Antigno Testamento no se exigiese la creencia
explícita en J esncristo como mediador entre Dios y los hombrei-; con neccsi-
dad de medio.
e) Es hasta probable que ánn cn cl K nevo Testamento no sea necesaria la
fe explícita en J esucristo, nec•3ssitate mellii, ni, por consiguiente, la fe ex-
presa en la Santísima Triniclacl.
Respeeto de la fe explícita en la EncarnaC'.ion, ,Jistingue Suarez (l. e. Xll. il) dife-
rente,; grados. ~;1 primero es atinei cn que se conoee >t Dios. mediante la fe, como Sal-
vador y justifieador, por lo,; rnedios 'lll•' su divina Providencia ha establecido, aun-
que individualmente no se tenga noticia. de é<st,os. El segundo, aquel cn que ,;e eonoee
un :Mediador y Salvador, pPro no la forma en que se efectúa la .salvacion ni Ir, porsona
del Salvador. En el tercero se clesconoce la manera de efectuarse la salvaci011, pero se
cree 'm Dios Su,lvador; y en e! cuarto se at!mite el mistcrio de ht Redencicn. mani-
festaclo en la Pasion, }Inerte y Resurreccion del Hombre-Dios.

La tésis a tiene en sn fa\·or la ,,:ententia communis. Lugo, l. e. XII. 4.


Kilber, l. e. n. 144. Thom. II. II. q. :2. a. 4 ad 3: Si qui tamen sah·ati fue-
runt, quibus re'\-elatio non fuit facta, non foernnt salvati ab::;que fidc media-
toris, quia, etsi non habueru11t fülem explicitam, habuernnt tame11 fülem im-
plicitmn in divina providentia, credcntes, Deum esse liberatorem hominum
Eecundum modos sibi placitos. Gal. ~;, :23. Prius antern, quam venin·t ±ides,
sub lege cmitodiebamur conclusi in eam fidcm, quae revelanda erat. Los ar-
gumentos y testimonios que parecen militar en contra ele esta doctrina deben

http://www.obrascatolicas.com
·' ·! '... ·,
....,

§ 69. CUALIDADES ESENCIALES DE LA FE. 461


€ntenderse de la fides implicita ó de la fe de algunas almas adornadas de
gracias especiales. Augustin. De natur. et grat. e. 44. Civ. Dei XVIII. 47.
C. Faust. XIX. 14. Thom. l. e. a. 7. Cone. 'frident. Sess. VI. cap. 2: Chri-
stum et ante legem et legis tempore multis sanctis Patribus declaratum et
promissum.
Los mismos argumentos pruehan la segunda proposicion h. 'f

La tésis e ( scntentia probabilior Lugo , l. e.) tiene en su apoyo el pasaje


Hebr . 11, G; y todo cuanto se aduce encontra prueba tan só lo una necessitas
praecepti. Rom. 10, 9. Joan . .3, 18 y Act. 16, 31 pruehan la necesidad de la fe
en J esucristo, no corno obj eto, t-:ino como causa (causa meritoria ) de nuestra
justific3 cion; y lo es tal a,;imismo para el que explicibmente no creemas .que
en Dios r emunerador. Augu stin. De fid. et oper. e. 16. Rom. 3, 26. Gal. 2,
16. Act. 4, 1:2. I Cor. B, 71. La certeza que tenemos de que Dios quiere que
todos los hombres se salven; la posibilidad de cjecutar actos de amor de Dios
me<liante la fe en la r emuneracion: la imposibilidad de pro bar que sea nece-
sari a la fe explícita en el Salvador; la hipótesis muy probahle de que la jus-
tificacion no exija d espues de la venida ele J esucristo mayores deberes que
ántes de dicha venirla, sou otros tarito s argumentos que demuestr an la ver-
dad de nuestra doctrina. Viva in prop. IV. damu. a1> Innoc. XI. Prop. in 4
damn. ab Innoc. IV. l)or lo que hace al cenrnrion Cornelio ( Act. 10 ; cf. Au-
gustin. D e praeel. SS.' e. 7. De haptism. IV. '.21 ! , segun la opinion unánime
de los teólogos, estaba ya j trntifica(lo; Thom. III. q. CíD. a. 4 acl 2: per fidem
Christi et elesiderimn haptismi explicite vel impli cite; pero se le envía San
Pedro, á fin de que median te sn in,;trnccion crea además lo que eleben creer,
necessitate praecepti, los qu e YÍYen en el seno ele la Igl esia y para c1ue reci-
biera el sauto hautismo. Por otra parte la mision ele Ran P edro ai pagano
Cornelio tllYo nna significa cion especial en la economfa c1e la sahacion. El
Cone. 'rrident. Sess. ""VI. G, trata ele] medio ordinar io por el que el hombre se
prepara á la .i nstificacion, mediante la predicacion del I~vang elio; y el hecho
de reforirse al pasaje Hebr. 11 , G demuestra que no alude á la necesidad de
la fo explicita cn J esucristo. La Prop. G4 damn. ab Innoe. XI: Aho;olutiouis
et capax homo, qnantmnvi ,; laboret ignorantia mysteriorum fidei , et etiamsi
per ne.~ligentiam etiam culpabil em net:iciat mysterium SS. Trinitatis et incar-
nationis ( Denz. 1084 ) no se opone en manern alguna á f·sta interpretacion.
Aqui se trata d e la ignoran cia culpable, pero úun cuando C'itm·iese dominado
por ignorancia invencible no puede ser absnelto el penitente , á lo ménos
licite , ya que en la administracion de los Sacramentos <lehe el egirse siempre
lo más seguro ( prop. 1 ejusd. ). Yéanse n ueyos detalles acerca rte esta Contro-
versia en Perrone, l. r·. p. 122 sq.
3. En lo que debe creerse con necesic1a.d de precepto distinguen los teólo-
gos entre Ycrdades d ogmat.i cas teóricas y verdades prácticas ( fides specula-
bilium et operabilinm ). A las primeras pertenece la creencia explicita en el
misterio de la 'rrinidael y ele la Encarnacion; Joan. 17, 3 . .Matth. 16, 16.
Joan. 3, 15. Thoru . II. II. q. 2. a. 7. 8; además de las cuestiones csencial es

http://www.obrascatolicas.com
·,_ ·l'
,"' ··

462 PARTE SEGUNDA. LlBRO TEUCE RO. SECClüN SEGU.liDA.

contenidas en el Símbolo de los Apóst.oles; Thom. l. e. a. 5; cnya creencia


exige la Iglesia desd e los primeros tiempos de :rn constitucion, como condi-
cion para recibir e] bautismo. A las seguncbs pert enece el Decálogo, la doc-
trina relativa á los Sacrame'.ltos que oblig::m á to<lo el mundo y la oracion del
Seiior. El precepto que obliga á tollos 11 0 tan sólo es eclesiásti co; e;; al propio
tiernpo dú:iuo, siérnlonos trasrnitic1o por la Iglesia, encargada de formular el
Símbolo. l\farc. lG, lG. Lugo, l. e. XIII. :2. G.
4. No basta que la fe sobrenatnral sea virtual, es preciso que sea tamhien
actual; la primem abraza todo el tesoro de la fe, miéntras que la segunda se
r efiere únicamente ú ciertas Yer<lades. Prop. I. damn. ab Alex. VII. Prop. lG.
damn. ab Iunoc. XI. ( Denz. 1033 ) : Fidns uoll cern;etur cadere ;mb praece-
ptum speciale et secund11111 se. Considerado como precepto negativo es siem-
pre obligatorio (pro sem per ), tocla yez que nmica puede estar permitido
negar una verdad d ogmática : mas como precepto positivo sólc irnpone el
deber de despertar el acto de la fe con algnna frecuencia en el trascurso de
la vida, especialmente en el momento ([e ammciarse la doctri1ia católica,
cnando surgen tentaciones contra la fe y '' n favor de la herejia ó ele los ape-
titos de la carne y en peligrc• de muerte. l'rop. 11. (lanm. ali Innoc . XI: Satis
est , actum fülei semel invita elicere ( D eJJ~ . 10:34 ).

~ i0. FE Y DGfü.

I. De las consic1eraciones <l1te acabamos clL• 1iacer sobre laH cualida-


de:; que caracterizan la fe teológ·iea, ;;e dednce la falsedad de la hipóte-
sis que admite l~ duela positiva y absoluta corno 111mto de partida de la
investigacion teológ·iea.
l. Hé aqui córno se ex presa sobre esto Hermes ( [ntro,[uccion á la Pilc·sofía , pról.
§ 12 ) : "podemos llevar al terreno de la realiclad esta tl wla. efc ctiva d<' lr.s verdades
J.ogmátiuas mediante l a ti.rme conviccion de q1uJ ning:ulla religion, s ea el <:atolicismo
ú el cristianismo en general, PS verdail errt , por más qun hayamo s nacido c·n su seno;
y de que nosotros obrn.mos confo1:me à lo s d.icta.dos d'' l:t santidad y de IL justicia si
nos dejamos ll evar por las inspiru.cion cs de nurstra razon . único guia que ·Jl Hace dor
d e nuestro ser nos lia daclo para que lrngarno.-; la percgrinaciun de la vida, con el
mandato d o es cuchar la vo;1 que r esrnlmt en nuestro interior y de seguida adonde
quiera qne nos c"mduzca.,, Cf. B.rev. Gregor. XVL :.W ~ept. 18Hri: Qui ( H ermes) au-
daeter a reg-io , quem universa trndit io et san cti Patrcs in exponcnclis ac viudicandis
lidei veritatibus tramite straderE', deflecten.~, •1uin et snperbP contemnens et dam-
nans, tenebrosam acl errorem omnigenum viam moliatnr in dul, io positive trtmquam
ba:-i ornnis theologicac inquisitinnic;, ct in principio, qnocl statuit , rationcm princi-
pem norman a e uni cu 111 rnedimn esse , quo h omo :"'seq11i possit snpernatff:·alium ve-
ritatum cognitionem.
2. Inútil es advertir que aqui :-ie trata de aqnellos que por el bautismo
han sido ya admitidos como creyenteH en e\ seno de la Iglesia católica, sien-
do educados en ella. Como quiera que el protestante, y en mayor grado el
incrédulo, no tengan evidencia d e :-:n error ó de sn incredulidad, ni pueden
t enerla, para ellos tiene que ;;er la duel a el cami11 0 por el que pasan de su

http://www.obrascatolicas.com
§ 70. FE Y DUDA. 463

error al conocimiento verdadero; y entónces el que con sinceridad le busca es


conducido á la posesion de la verdad y de la fe, p or el conocimiento de la di-
vinidac1 de la Iglesia.

II. Bajo el punto de vista teológico es falsa la hipótesis que parte


de !a duda absoluta, por varias razones: a ) Contradice la naturaleza
de J-a fe considerada como assensus appretiative super omuia. b ) Des-
conoce la significacion y la evidencia de los motivos de credibilidad.
e) Se opone al carúcter sobrenatural de la fe, que tiene su raíz en la
gracia. d ) Contradice la disciplina dogmática del bautismo de los niiios,
que es incompatible con la cxistcncia de la dnda absoluta.
1. L os d.atos que antecedeu demuestran la Yerdad de las proposiciones
a y b. La suposicion que parte ele la duda se funda en un concepto erróneo
de los motivos de creclibiliclad clel cristianismo y muy particularmente de la
Iglesia católica, por el que se supone que no engendran certeza, ó á lo me-
nos aquella certeza que excluye, en cnalqnier inteligencia, todo error inven-
cible y toda eluda racional, concepto refutado ya por el Apó stol (Gal. 1, 8; I
Cor. 1, 26. 27 ). El proceso por el que llega el h ombre á poseer certeza de la
fe es semejante a aqnel otro por el que aclquiere certeza ele las primeras ver-
dades n ecesarias, t eoricas y prácticas, del órdon natural. A la Filosofia cor-
responde la adquisicion de esta certeza inmediata, invencible y comuna
todos; ella debe deseiwolver, por medio ele la reflexion, las razones eu que se
funda, perfeccionarla y presentaria con más claridad ante la conciencia, pero
no puede crearla, porque esto se halla fuera ele sus atribucione:;. Tal es tam-
bien el proceso establecido por la divina Providencia respecto de las verda-
des del órdeu sobrenatural. En la Igl esia catolica se presentan de tal rnanera
los motivos de credibilidacl, que cualquier creyente, por escasas que sean sus
facnltades y p01· insig nificante que sea su instruccion , aclqniere por ellos ple-
na certeza de sn divinidad, no siendo posible que exista para él eluda racional
soure este punto. P or lo cual no corresponde á la Teol ogia apologética probar,
valiénd0se de estos motivos de credibilidad , la. certeza de la fe que tienen los
fieles en la Iglesia y en la ReYelacion, pero si debe desarrollarla y presen-
tarla en tO\h su clariclad. Cone. Yatic. l. e. e. 3. can. 6. S. q. d. parem esse
conditionem fidelium atqne eorum, qui ad fid em unice veram nondum perve-
nerunt, ita ut cath olici justam causam hah ere possint, fid em, quam sub
Ecclesiae magisterio jam suscepenmt, as;;emm suspen so in dubimn YOcandi,
donec dcmonstrationem scientificam credibilitatis et veritatis ficlei suae ab-
solverint , a. s. Si la teoria de Hermes tuviese algun fundamento, no sola-
mente los hombres de ciencia, sino taml)iCn los simples fieles, deberían abrir
paso á la eluda, para examinar de nucvo cientificamente lo;.; motivos de su fe,
ya que uno::; y otros saben perfectamente que pueden presentarse objeciones
contra las verdades dogmáticas. l\'Ias como los segundos careceu de aptitud
para llevar á cabo una investigacion científica , no pueden siquiera vencer por
este meclio la duda. Aclemás; admitida esta hipótesis , seria preciso entablar

http://www.obrascatolicas.com
464 PARTE 8EGCNDA. LIBRO 'fEl\CE IW. SECCION SEGUNDA.

una investigacion sobre to!b objecion que se presentara en cual.:i_uier tiempo,


de donde se dcduce el absurdo de que todos aqucllos que carec:m de medios
para realizar tal examen, Yivirían, por 1leber, en perpetua eluda.
2. Agréguese it estoq ue b certeza iufaliblc y diviaa dei ascutimiento á la
fe es obra de la grncia, que la produce, mediante la cooperacio'.1 de la liber-
tad, ya como un estado permanente (per modnm habitu,;) 6 bajo la form a de
excitrtcion é inspirncion del alma 1 per modnm adjutorii, illuminationis et in-
spirationis ). En la economia act ual de la salvacion , á lo ménos en lo,,; casos
ordinarios, obra si ernpre esta gracia Íllterior ai mismo ticmpo que ::;e veri1ica
l a predicacion ext erna del EY arigelio. Pnr euya razon, el asentimiento (t la fe,
habida con:; ider acion ú la c:.e rteza inqtwbr antah!e que eHgcncln,, no e;; una
conviccion proclucida simplemente por los motin1,; de credil.Jilidad, sino riue
p ertenece a la esfera 1le lo sobn:natural. I'rop. 1\1. 20. damn. al, Innoc. XI.
R om. 4, 18. Gal. 1, 8. 'rhom. in III. dist. 2~3. 'l· 2. a. 2. sol. 3.
3. R csp ecto de la proposi cion d , véa,.;e pág. l HO. En cl bautismo reeibe el
catecúmeno ó bautizado la gr,:cia santiti." :rnte y con ella las virtrnles sobrena-
tnrale ~: fe, Psperanza ,. carid nd 1Trirl. Ses s. Y 1. r·;ip. 7. Se ss. YII. can. l :2. 13.
D e Bapti::;m. ), rine ha n de obrar en e! iwliúduo 6 mrdicb. que :-:e d e;-;pÍ<· rta la
conciencia, 1:án coart ar sn lihor tad, partiC'11 lnnn e11te la YÍrtnd <le la fo que,
una vez 1:onocidas las verdad!' s qne la cr.m;; t it11ye11 y los motÍYOS <lo cre<li bili-
dad, p asa ú la cate;;orfo de acto. Cone. 'L'rid. S ess. VI. cap. i. En esto se fon-
dan cl d eber y el cl erer:ho que ti 1·1te la l gle,;ia cat<'·lica d P e•lucar á lo,; niüos,
como r1ue ,,,·,10 1J8j <' e,;a corH.licié'll E'S p crmitirl» el banti,;n10. De':oti, 1. e. II.
§ 28. G4 , donde trat a la cucstio n reh ti\·a ú ln antiqnisima co stnrnlll.'e r ecilii-
d.i en la l gl c,;ia ele ac1min isirar el banti::;rno cu pre,:encia de padri.10,;. I~a cer-
teza de la fo que se a(lquiere b~\jo la i nfluencia <t e la gra ci a, C'\:clnye para
siempre todn eluda, qne no pued•>, por cons igui ente, >tlim en tarne siu caer en
pecado mort al. l'rop. :2U. <1an111. :1b Innoc . X1.

III. Esta dnda al,sohna que se udiendf' en inteJ'és de la cien<'ia es


inadrnisible, ánn hajo el pnuto de vista filosófko, mny particularmente
tratandose de las verdades g-encrales de la r~li g ion y de la moral. Efec-
ti vamente:
a) E sta eluda absoluta no pnede consiclcrarse como postulado de la
ciencia. b) Se contradice á sí rnisma. e:
Es opucsta á los pr::ncipios de
moral.
1. E aclem ration e operat ur natura ac ars. Thom. De Magistr. a. 1. Ann
snponien!lO que fu e:;e posihle la duela absoluta , sería opuesto al concepto y
al objeto d e la cien cia poner cn duda tortas las cosa s: muy al contrario tiene
la mision de prol>ar raci onalrn entc. la certeza de todas aqn ellas Yerdad e ~ que
el hombrc admifo como seguras, inmediatamente y ante toda refiexion , por-
que son por sí mismas eYidentes; de ex poner sns fundamentos y moti vos y
de ÍnYestigar la razon de todo aqnello que aparece como implicitamente cier-
to á la con ciencia pública (examen confinnativum , clubium methodicum ). Por

http://www.obrascatolicas.com
. [. ·;·.
1-

§ 70. FE Y DUDA. 465


eso llama Aristóteles àr.cnÕwcrLa., el hecho de exigir demostracion de todo,
áun de los primeros princípios del pensamiento, Metaph. IV. 4: Ea't~ yiip
., ~ , ' , , , ~ . . . ,. . - ,,~ ,. , ,
(J.7t(J.~OWO'L(J. 'tO p:'l y1.vwcr-xs~\I 'tWW\I OSI. s"l)'tELV <l.7tOow;w xa.t. 'tWlü\I ou ÔE".
, . . . "O'A(J)Ç
~

\ \ ( 1 ' " 1 r':-- lo-


T ) (4_ ~IY rf ~,
p.a·1 ya.p a'.7t<l.\l'tW\I a.OU\1:1.'tO\I a'.7tOOE"Çw $1.\1(1.V El.Ç <l.7tELpov ya.p a.\/ l"a.OLl,01.' wa'tE tJ:flO
'J )1 \ ''

out"wç dva.•. àmib.;w. Thom. C. Gent. III. III. 47. 154. Anal. post. I Lect. 19:
Proprium est horum principiorum, quod non solum necesse sit ea per se vera
esse, sed etiam necesse est videre quo d sint per se vera. Nullu s enim potest
per se opinari contrariam eorum. P or lo que hace á la duda universal de
Descartes , supone Kl eutgen ( Filosofia dei pasado, I. p. 395) que si bien trató
dicho filósofo de dar tod a la amplitud posible á la duda, no sostiene que pueda
dudarse de todo; lo contrario afirma Liberatore, Institutiones phil os. p. 228; cf.
Princip . phil. I . n. 6. 7. 13: rejicientes omni a, et falsa esse fingentes , de qui-
bus possumus aliquo m odo dubitar<.'> . .. Dubitabimus etiam d e r eliquis, quae
antea pro maxinrn certis habuimus, etiam de mathematicis demonstrationi-
bus , etiam de iis principiis, quae hactenus putavimus esse per se nota ...
Facile supponimus, nu li um esse coelum, nulla corpora, neque etiam ipsos
nos habere manus uec pedes, nec denique ullum corpus; non autem ideo nos,
qui talia cogitamui::, nihil esse; repugnat enim , ut putemus, id quod cogitat,
eo ipso tempore, quo cogitat, n on existere. Medit . I. et II. Lo que no cabe
poner en tela de .inicio es que ha dado excesiva amplitud á la dnda. Cf. Gas-
sendi, Disquisition. metaph. adv. R. Cartesii Metaphys. Opp. T. III. p. 357
ss. Brucker, Histor. philos. P eriod. III. P. 2. 1. 1. c. 7. Rixner, Historia d e la
Filosofia, III. y p. 387 de este tomo.
2. Esta contradiccion se destaca mas en la teoria cartesiana , cuando su
autor rehusa el testimonio de todas las demás facultades dei alma, que son
para nosotros fuentes de conocimiento, admitiendo únicamente el de la pro-
pia concifmcia, que nos da á conocer una serie ele hechos y verdades. Por
otra parte yo no puedo demostrar la falsedad de mis anteriores convicciones
sino valiéndome d e las leyes d el pensamiento, y sin embargo ln verdad de
estas mismas leyes es á su vez incierta. Si se pone en tela de juicio la certeza
de nu estra deduccion lógica, fundada en las leyes dei pen samiento 1 no es
posible tampoco aducir e! testim onio d e la propia conciencia para d emostrar
la certeza d e mi existencia. Ya bicimos notar anteriormente la imposibiliclad
de establecer oi edificio cientifico sobre el hecho indiYidual empírico de la
propia conciencia y de mi existencia. D e esta man era se ha encerraílo D es-
cartes, por su método , en un círculo del que no puede salir. H:u;ta la exccp-
cion que pretende hacer en favor de la existencia d e Dios y d el cristiani::nno
no tiene razon íie ser en el método cartesiano, porque si nos equivocamos siem-
pre en las cosas más comunes, el error es mucho más fácil tratándose de la
i e eu Dios y en la religion cristiana. Cf. P. Gassendi, Disquisitiones Anti-
cartesianae, 1643. R ei d, Análisis de la lógica de Aristóteles, con notas,
trad. de J ouffroy c. 6. sect. 2.
3. La certeza sobre las prime ras verdades universales y necesarias, espe-
cialmente del domínio de la religion y de la moral, es propiedad comun de la
TOMO 11 30

http://www.obrascatolicas.com
466 PARTE SEGUNDA. LIBHO TEI\CEHO. SECClON SEGUNDA.

humanidad, puesto que sobre ella descairna toda vida verdaderamente huma-
na. Tambien la ciencia las hace objeto 1le sus investigaciones; pero ni su cer-
teza ni la conviccion que tengamos de ellas dependen, en manera alguna, del
resultado de esas investigaciones. Así vemos que todos los pueblos han con-
siderado la virtml digna de ala banza. han condenado como vituperable el
vicio y como erróneo el ateismo. Rom. 1, HI: :2. 14. Sap. 13, 1 sq. De donde
viene el axioma de los teólogos: X 011 existit ignorantia invincibili:s Dei,
puesto que "Dei cognitio no bis innata dicitnr esNe, in quantum per principia
nobis innata de facili percipere posslmrn::;, Deum esse.,, Thorn. Sup. Boeth.
De Trinit. 1.
rv. Así como la ciencia teológica no puerle partir ele la duela para
lleg-ar á la certeza de la divinidad de la fe. asi tampoco puede, nna vez
admitida la fe, suspender e} asentimiento à la misma ó modificar su
juicio acerca de la divinidad de la fe. en el caso en que surja una difi-
cultad científica sobre ese punto. La doctrina contraria se opone:
rt) al deber y á la necesidad ele la fe: b it la eYiclencia de los moti-
vos de credibilidad; e ) á la esencia de la mi:-;nia fe, q ne se funda en
una luz sobrenatural y cuya especial certeza tiene su raíz en la g-racia.
1. Véase A. Schmid, "Tend011cia;; cientificas, .. p. ];),-, .sig. y "Cieucia y Anturidad,"
1869. El Apóstol rccomienda d clcber de pernrnnecer firnrns en la fe, Gal. 1, tl. Licet
nos aut angelus de coPlo evangcJ izct vobi~ praeterqna1u quod ev::1ngelizavünus vobis,
anathenrn sit. Joan. 3, 18. Qui 11011 e1·edit. .iam judicatus est. I1 I'etr. 2, 21. }Iolius
enin1 erut illis non cognoscero vi:un ju~titút<': {1uan1 po:st agnibone1n retrors111n con-
vel'ti ab co, quocl illís traditnm cst. sancto 1namlato. Hel>r. 13, 4-li: 1n·olapsi ... rur-
sum crucifigentos ülium Dei . .Joan.16, 8. ~1.1 Tim. l, ['i-20. Prof. fid. Trident. Hanc
veram catl10licam fülem ... integram et invinlatam nsqne <lei extrenme vitae spintum
constantissime, Dco adjuvante. rctlnere f't confiteri ... spondeo, voveo et juro.

:2. Segun hicirnos notar antHionnente la certeza del conocimiento de los


motivo:,; ele credibilidad ofreee notable analogfa eon el couoeimiento rle las
verdades fnndamentales de la religion natural y de la ética. La ciencia puede
:.- debe desenvolver ambos :rnnntos de <li 1-ersa mmiera y demo,,;trar sus funda-
mentos, pero no e,; capaz de exponer tale,; razones en contra 1pie puedan mo-
tivar la apostasia rm cuanto á una sola doctrina dogmática ó la negacion de
un solo principio de la religion natural y de la {,tica, como confornrn á los
dictado:-; de la razon ( dubium prudens '· La eYiclelll:ia de los mutiYos (lc cre-
dibilidad prueba ya de antemano que no puecle existir duela alguna acerca del
dogma y ele la moral; si smge algnna ol>jecion que los fieles no hayan podi-
do rebatir hasta la fecha con razonamiento,.; científicos, no prnliaría m:'ts que
la insuficiencia de nuestros couocimiente,.; y del estado presente de la ciencia:
pero nada prneba contra la verdad de ln fe. Thom. C. Gent. I. 7: Demon,.;tra-
tionis vim non habent (las objeciones), sed vel sunt rationes probabiles vel
sophisticae, et ad ea solvem1a locus relinqnitur. Angnstin. Gen. ad lit. I. :21:
Ut neque falsae philosophiae loquacitatl' seclucamur, neqne faJ,;ae religionis
superstitione terreamur.

http://www.obrascatolicas.com
§ (Ü. FE Y DL'DA. õ67

3. El segundo elemento interno del acto de la fe es la gracia que eleva la


.volunta<l y la vigoriza , ilumin ando el entenàimiento para que, movido por la
voluntad , preste sn asentimiento á la Yerdad dogmática.
V. VeamoR la Bolucion que puede <larse á las principales objeciones
que se oponen ú esta doctrina:
a, Es de todo punto inadmisible el paralelo que se establece entre el
creyente católico y el protestante : '1.) porque éste no puede conocer si-
quiera los motivos de credibilidad, en que se apoya su confesion, mién-
tras qu e el Católico, muy al cont rario , tiene en su Ig·lesia una compila-
cion exacta y mi testimonio Yivo y permanente de dichos motivos;
~ ) porque el protestante, de acuerdo con d principio fundam ental de
su prOJJia confesion relatirn á la fülibilidad de la Iglesia, corno regula
proxima fid ei, y ú la necesi<lad del exámen individual, se ve prec isado á
hacer depender c:u fe del resultado de su propia investigacion. b) Se-
gun e:;o cl creyeute católico no puede nunca verse en el caso de «pasar
de la duela metódica á la positiva;; Prop. XX. damn. ab Innoc. XI.
e) La frase: Quod 11011 est ex fid e, peccatum est, tiene tambien aplica-
cion al caso en qne la coneiencia se halle dmninada por un error inven-
cible. Mas, como claramente se deduce de los principios que hemos sen-
tado, .la conciencia del católico, que busca la verdad valiéndose de la
cienci a, no puetle permanecer en el error ,;:in incurrir en culpabilidad.
d ) El niii.o que es bautizado ántes de llegar al uso de la razou recibe
ese Santo Sacramento bajo la condicion de ser más tarde instruído en la
relig-ion católica, de tal suerte qne vea la evidencia de los motivos de
cre<libilidad.
Cono. Vati c. 1. e. c:tp. 3: Ad sulam enim cntl10licam Kcclesiam ea pertincnt omnia,
quae !Ul cvidentem fit1ei chrisLianae r~re<libilitaten1 tam multa et tam mira divinitus
~unt disposita. Quia etiam Eeclesia per 'e ips a , oh s uam nern1ie a dmirabilem propa-
gation ern , esim iam sanctitatem er. ines!Hmstam ia onrnibus honis foecunditatem, ob
cathol icam unitatem invictamqu e . stabilitatern mag11um quoddam et perp etuum est
motivum eredibilitatis et divinae s uae l• >g-ationis testirnonium irrefragabile. Can. 6:
S. q. d., pare m es"l r:ondition em fi d eli u m lttqu e eorum, qui ad fi dem unice veram
n ondurn pcrven erunt, ita nt eatholici ju ..;tam causam habere possint, fi dem, quam
sub E cclesiae magisterio jam suseeperunt , asseusu suspenso , in d ubi um vocandi,
donec dnmonstrationem scicntificam crediliilitatis et veritatis fid ei suae absolverint,
a. s. Y cn est o estriba la principal difererwia: a1 que vive fuera uel seno ele la Iglesia
!e condu ce, de ordinario, la in ve6tigacion ;, la d uda, lle la eual pasa á la v erdad, á la
I glesia, siempre 'JUC sA prnpon ga adq uirir un punto de partida que le haga v er la
fal sedarl d e sn co nfe sion ; por el contrario tu,l investigacion sirve al católico para for-
talecerle mas y nuis nn la fe (ab extrínseco\.

\'l. Dios es última causa de la ,·erdad y de la certeza, lo mismo en


la esfera del conocimiento natural que en la del sobrenatural; en una
y otra como autor que produce y gobierna ambos órdenes; el natural y
el sobrenatural. Y así como en el primero ha, en cierto modo, implantado

http://www.obrascatolicas.com
468 PARTE SEGUNDA. LIBRO TERCERO. SECCION SEGUNDA.

en nosotros, desde qne nacemos, el conocimiento natural de Dios, por


medio de los princípios g-encrales del pensamiento, sirviéndonos de
guía y de motor, con el auxilio natural que nos presta (concursus na-
turalis), de la misma manera en el sobrenatural nos concede la gracia
de la fe, que nos mueve y pone en aptitud de practicar los actos cor-
respondientes, de tal suerte q;1e no nos abandona si nosotros no la
abandonamos ántes (Cone. Trid. Sess. VI. cap. 11. 13 ); porque el Se-
:i'i.or quiere que todos lleg-uen al conocirniento de la verdad (I Tim. 2. 4).
Por donde se vc que, lo mismo en el órden natural que en el sobrenatu-
ral, el homhre cae cn la duda y en la incrednlidad por su propia culpa.
Cone. Vatic. l. e.: Etenim benignissimus Dominus et errantes gratia sua
excitat atque adjuvat, ut ad agniúonem veritatis venire possint; et eos, quos de
t enebris transtulit in admirabile lumen suum, in hoc eodem lmnine, -nt perseve-
rent, gratia sua confirmat, non deserens, râsi deseratur. Thom. sup. Boeth. Z. e.:
Quamvi s non requiratur novi luminis additio ad eognitionem eorum, ad quae
naturalis ra tio se extendit , requiritnr tamen divina operatio; praeter opera-
tionem enim, qua Deus na t ura~ rerum instituit , siugulis formas et v-irtutes
tribmms, q uib1rn possent suas operationes cxercere , operatur etiam in rebus
opera providentiae, omni um rerum virtut es ad actus proprios dirigendo et mo-
vendo. Clem. Alex. Strom. V. 1'I : -:o:J 'IT'.1.-:p~; ríyx xal. 7to•:r1To:J -.(;n aur:;dv-.wv
' . ·- x:i:~' :i:ow:i:xTt•)Ç
i;p.q;u-rwç ' ~ ~' ' ' B.:zvE"C'W. -rr.'J:rca
a.v-r~Nxp.1 ' ' 7tav>rt•>Y.
.cpoç ' l oso f'ia pue d e
L a F'l
conocer las cosas divinas " b~Ct. ":'Õ Sp.t:.J7ov 7:'.X'l'rl ySv2~ àv0pW~h>'J a-~Zpp.1 -roiJ
ÀÓ)"lu ,,. Ju.~tin. Apol. II. 8. Augustin. De l\'fagistr. e. 11: D e universi s autem,
quae intelligimus non loqnentem qui personat foris, sed intus ip si menti
,,/ , praesidcntem consulimus veritatem ... Ille autem qui consulitur, rlocet ...
~-

id est, incommutahilis Dei Yirtus atq1H· sempiterna sapientia, quam qnidem


omnis rationalis anima consulit. Thom. II. II. q. 8. a. 4: Donum intellcct.us
nunquam se su htrahit Sanctis circa ea, quae :mnt n ecessaria ad salut.em.
Q. 1O. a. 2 ad 2: Conternptus 1.:olnntatis (:ausat clissrmsum intellectns, in quo
p erficitur ratio infidelitatis: und e causa infidelitatis est in voluntate, setl ipsa
infidelitas est iu intellectu. Cf. Viva in Th. 20. damn. ab Innoc. XI. El pa-
ralelo entre aquellos protestantc:s que pasan del error á la Iglesia cat6lica y
los católicos que han apostatado de su fo, prueb<t hasta la sadedad que la iu-
Yestigaci.011 sincera, unida á una conducta ejemplar y recto criterio, median-
te el auxilio de la gracia, eonduee á la fe.

VII. A la vez que rechazn.mos incondicionalmente la duda univer-


sal, absoluta y positiva, admiürnos la duda limitada, condicional y me-
tódica, lo mismo en la esfera de la investig-acion filosófica que cn el do-
mínio de la Teología (dubium rnethodicum, examen confirmativurn).
Las diferencias que disting-uen ésta de la primera son:
a) No se extiende á todo gúnero de conocimiento, ni en el órden na-
tural ni mucbo ménos en el sobrenatural; b) no acude á la investiga-

http://www.obrascatolicas.com
\.

469
cion para adquirir la certeza, sino á fin de que tambien la ciencia dé
testimouio de la verdad, principalmente refutando las objeciones.
Aristóteles ( Metaph. II. 1) compara la duda con unas cadena.~ que tienen
aprisionada el alma , y la sujetan todo el tiempo que subsiste aqnélla. Asi no
admite toda clase de duda "&.n:opla.,,, ántes bien quiere xa.}wç (lVIetaph. II. 1)
y "dxó:-wç,, ( De coel. II. 12 ) "&.n:ops~v,,. De un modo análogo nosotros solo
admitimos que pueda existir la dnda metódica acerca del asunto y de las
fuentes del conocimiento natural y sobrenatural que tenemos acarca de Dios,
haciendo abstraccion en el primer caso de la certeza natural adquirida por la
investigacíon propia y en el segundo de la sobrenatural que nos infunde la
fe, j nntamente con el t estimonio de la Iglesi a ; mas no con el fin de llegar á
la certeza, sino para exponerla con mayor claridad y establecerla sobre más
sólidos fundamentos , por metl io de la consideracion científica. Augustin. De
lib. arb. II. 2. Quamquam haec inconcussa fide teneo, tamen, quia cognitione
nondum teneo, ita quaeramus, quasi 01nnia incerta sint. Cf. De Trinit. XV.
12. Contr. Acad . III. 11 - 13.
Por lo que hace á la do ctrina de las esc uelas , basta echar una ojeada sobre las
obras de Santo Tomás y Scoto, para conocer, d es de lu égo, los caracteres de la duela
m etódica, indi cada en el prime1·0 por exprcsiones como : Videtur quod non, y: Sed
dicendum; ó: Ad cujus evidentiam considerandum est ; en el segundo por: Arguitur,
quod non , y: Ponuntur conclusiones.

SECCION TERCERA.
De la relacion mutua entre el conocimiento
natural y el sobrenatural.
LA RAZON Y LA FE.

Vamos á resumir en esta scccion los resultados obtenidos en las dos ante-
riores, deduciendo las consecuencias que de ellos se desprenden necesaria-
mente.
§ 71. LA FE Y EL MISTERIO.

I. La fe cristiana, por lo mismo que descansa en la Revelacion po-


sitiva, no sólo contiene verdades racionales sino tambien supraraciona-
les. Respecto de las primeras puede conocer la razon qite existen ( quod
sint ), mas noel cómo son ( quomodo sint), sobre todo en lo que bace re-
lacion á la esencia de Dios y sus cualidades. Tocante á la segunda hay
que distinguir dos órdenes de verdades reveladas:
a ) Aquellas cuya comprension está al alcance de nuestras facultades,
tanto en su concepto formal como en el propio 6 esencial ( notionibus
propriis ), supuesta la existencia de la Revelacion; tal es la esencia de

http://www.obrascatolicas.com
470 PARTE SEGUNDA. LIBRO TE RC ERO. SECCION TERCEI\,\.

la jerarquía. b) Aquellas, que ni podemos concebir que existan con ne-


cesidad intrínseca, ni podemos comprender en sus conceptos formal ;:
propio, sino solamente de una manera impropia y por analog·ía de lo;;
conceptos humanos; tal es el misterio de la Santísima Trinidad.
II. Síguese, pues, que el misterio es, en su sentido propio, sobre-
natural y superior á la razon, lo mismo en cuanto á su existencia, al
sér (an sit), que en lo que hace relacion á su esencia, al q1ré es
(quid sit). ,.
1. Cone. Vatic, Z. e. cap. 4: Principi o quidem, quia in altero (ordine) ratione, in al-
tero fide divina cognoscimus ... obj eeto autem, quia praeter ea, ad quae naturalis
r atio pertingere potest , credenda no bis proponuntur mysteria in Deo abscondita,
quae, nisi revelata divinit1B, innotescere non possunt. Quocirca Apostolus ... pro-
nuntiat: Loquimur D ei sapientiam in my sterio, quae abscondita est, quam p rae d e-
stinavit D eus ante saecula in gloriam nostrarn, quam n emo principium hujus saeculi
cognovit, n obis autem revelavit Deus per Spiritum suum: Spiritu s enim omnia scru-
tatur, etiam pro funda Dei (I Cor. 2, 7 -9 ). Et ipse Unigenitns confitetur Patri , quia
abscondit haec a sapientibus et prudentibus et revelavit ea parvulis. Can. 1: S. q. d.,
in r evelatione christian a nulla, vera et proprie dieta mysteria contin eri, sed uni versa
fidei dogmata posse per rationem rite excultum e natura libus principiis intelligi et
demonstrari, a. s. Gregor. XVI. Eneycl. 15 Aug . 1832. Piu s IX. ad Archiep. l\fonac·
d. 11Dec.1862. Cone. Vatic. d. 21Dec.1863 cf. CJ. cap. 4: Ratio fide illustrata ... nun-
quam idonea redditnr a-1 ea perspicienda in star veritatum, quae proprium ipsius
objectum constitnunt. Cf. I Cor. 2, 5. 10. 11.. 13. H . .Joan. 1, 18. ::Vfotth. 11, 27. Jo an. 3,
31-34; 7, 29. Rom. 11, 33. I Cor. 1, 18 sq.

2. E sta incomprensibilidad dei misterio no es de la 111isma naturaleza que


la incomprensibilidad de Dios, que afecta igualmente al conocimiento natu-
ral que tenemos de Él, ya que tampoco por el camino de la corn:1ideracion ra-
cional d el mundo conocemos la esencia de Dios, de una manera adecuada
{ conceptionibus propriis ) , sino solamente por analogia. P ero, no obstante,
es ci erto que valiéndonos de estos conceptos análogos le conocemos , siquiera
sea de una manera incompleta , :r ese conocimiento le adquirimos por las solas
fuerzas naturales de nuestra razon ( per viam causalitatis, negationis et. emi-
nentiae); al contrario la creacion no nos ofrece fundam ento alguno para co-
nocer el misterio, ni en su existencia ni en su e1;encia, de suert e que única-
mente por la Revelacion recibimos representaciones análogas á él.
Thom. Sup. Boi:ith. De T rin. Sect.. II. q. 2 a. 3 : De substantiis i llis immate r i a libus
secundum statum viae nullo modo poss u mus scire, qu id est, n on sol u m per viam n a-
turalis cog nitionis, sed nec etiam per viam revel ationis, quia, di ,·inae revelationis
radiu s ad nos pervenit secundum mo dum n ostrum ... per sensibilia. Et sic restat,
quod formae immateria les non sunt nobis notae cognitione q•âd est, sed s olum cogni-
tione an est, sive n aturali ratione sive etiam ex revelatione, quae est per similitudi -
nes a seusi bilibus sumptas . E8t tam en sciendum, quod de nulla r e potest scire an est,
nisi quoquomodo de ea s ci atur quid es t, vel cogniti one perfecta vel co gnitione con-
fusa. Debemo s asimismo di sting uir el milagro propiamente dicho del milagro que
se produce en la creacion y en la naturaleza. El primero es tal milagro ya por el
objeto eu si mismo, ya tam.biE-n por l a lirnitacion d e n uestro conocimiento: por con-
siguiente debe calificarsc de milagro absoluto; el segundo l o es únicamente por efec -
to de la limitacion de nuestra inteligencia, debiendo por tanto califica rse d e relativo,

http://www.obrascatolicas.com
§ 71. J.A. FE Y EL MISTERIO. 4'71 ., ..
·.• :_
puesto que os susceptible de aum ento ú disminucion, segun la medida de la facultatl
intelectiva.
3. Este carácter insondal1le del misterio es natural consecuencia de su
concepto mismo, toda vez que Pxpresa la naturaleza divina y sus cualidades
· fi 111·t as. J nstm.
m · eoh ort. a d C:<en ' t . n . ... R: o'.Jo;z
,, '..Ç''.JO'Zt. O'.J72
" awpwi.w·r;
, n , , • . ..
swo~o:

Gs1CJ: ym:nxz\'1 ,b9pt~itO'.:; O'.JV7.-:Ó·1 . Ki aun los e~píritus superiores ~on ca~aces
de conocer la vida íntima de Dios (-;à r.pocr-óv-:7. Os~' ) . Origen. C. Cels. 17. G2.
Precisamfmte la misma incomprensibilidad de los misterios prueba su orígen
dfrino. De carn. Chr. e. õ. De prn.escr. e. 7. Hilar. De Trin. III. 20: E xtra
rationem hnmanam est verita,; fa cti. I. 18: D eus ... idoneus sibi testis est,
qui nisi p er se cognitus non est. San Juan Crisóstomo (De incomprehensib.
D ei. Hom. 1 - 6) expone detnlladamente la doctrina r elatirn á la incompren-
sibilidad de la esencia divina y dice: ''las verdades sobrenaturales de la fe
no pneden :;er objeto de conoeimiento para la razon humana, y, no demostrán-
do se racionalmente , só lo por la fe podemos conocerla:-;; p.21(0·1 j'àp "C"OU"C"O -:·r,ç
O:v~'.)t.>T.Lv·r,:; :;;uo-st•):; x~Ú -:·(,:; -:i:>·1 -;:;:;:zv 1•J-i-:wv 6'.xo}o·;&í.'l.:; ~nl.v ,, (l. e. II. 6). Las
' 1 • j

pruebas en Kleutgen, l. e. 1." ed. , p. íGí. De Schazler, Nuevas investigacio-


nes, p. 360> sig.
III. Síguese, pues, que el misterio es una wrdad rnya cornprension
sobrepuja no solamente á la razon humana, sí que tambien á la inteli-
gencia natural de todo espíritu creado; que únicamente se nos rnani-
fiesta por la Revelacion y se conserva por la fo, pero nunca puede ser
cornprendido de una manera adecuada por la razon.
I Cor. 2 p or tot. F ulgentius ad 'l'rasim. II. 1: Quoties lrnm anae r ationis infirmita s
fines molitnr aliquat enus sua e pancitatis excedere a tquP coelestis illuminationis
pracgnata conceptu (por tanto r1c5pne s que son objeto de la fe) Conditoris sui et
R edemptoris inqnis itio nem coeper it parturire , solri ilia scmpiternitas Trinitatis re-
p erietur incom prehensibilitatis <ligna miraculo , quae sic <•.uedit omne, qu od cogitarc
aut sapere possumus, sicut superai om11e, quo<l sum u s. Cf. Athan. De decr. Xie. I. n. 12.
Basil. e. Bunom. I. 14. Greg or. Kaz. ürat. XX. 10-12.

IV. El actual órden cósmico, despues <lel q11e la criatura racional


ha de ser elevada al conocirniento y g·oce de Dios , y en el cual la pri-
mcra se pone en condicione::; de poder participar de la vida bienaventu-
rada de su Hacedor (I J oan. :3, 2) es ontológicamente )n ordine essen-
<li ) superior à toda la naturaleza creacla y, por consecuencia, eu el
órden <lel conocimiento :;ohrepuja á las fuerzas de la razon, no pudien-
do ser conocido sino mediante la divina Revelacion, que tarnbien nos
ayuda à conservar por la fo ese conocimiento. Por la misrna razon son
tarnbien sobrenaturales ta11to el camino para llegar al fin, como los
medios y la preparacion para alcanzarle. El primero de todos estos me-
dios es el conocimiento de Dios úi úa, que , considerado bajo el punto
de vista objetivo, guarda proporcion con el conocimiento de Dias in
termino. Hé aquí por qué la criatura racional <lebe conocer á Dios en

http://www.obrascatolicas.com
472 PARTE SEGUNDA. LIBRO TERCE RO. SECC!ON TERCERA.

esta vida de un modo distinto del que podría hacerlo con las solas fuer-
zas de su razon natural, por la fe, así como en la otra le conoce con-
templándole inmediatamente y de una manera sobrenatural, por la vi-
sion beatífica. Por donde se ve que el misterio se halla fundado en la
esencia misma de la Religion cristiana.
1. Thom. De ver. q. 14. a. 2. C. Gent. I. 5: Oportuit mentem evocari in
aliquid a.ztius ( en un fin más alto ) , quam ratio nostra in praesenti possit per-
tingere, ut sic disceret aliqniel desiderare.. . quod totnm statum pracsentis vitae
exccdit ... De rehus nobilis:iimis quantnmcnnque imperfecta cognitio maximam
perfectionem animae confert; et ideo, quamvis ea, quae supra rationem sunt,
ratio humana plene capere nou po.s sit, tamcn mnltum sibi perfectionis acqui-
ritur, saltem ea qualitercunque teneat fide .
2. En el actual destino que Dios se ha dignado senalar al género humano,
el conocimiento ele la:; venlade,.; naturales, comprendidas en la esfera especu-
lativa y práctica, es tambicn un medio para alca11zar el fin sobrenatural; pero
únicamente guarda prop orcian c:on e8te destino aq uel conocimiento que se
adquiere por la fe y lJOr med.io~ sobrenat urales en general. Prop. XIII. damn.
ab Innoc. XI.: Fieles late dieta ex testimonio creat uranun similivc motivo ad
jmltificationem :mffici t. Esto nos c:b la clave para c:omprend cr la tésis de San
Agustin contra los pelagianos: Quod non est ex fü'le, peccatnm est. Serm. 141.
Civ. Dei X. 1. De grat. Chr. e. 21;. De don. perseY. e. 13.
3. Como quicra que en el actual órden cósmico no se halla separada la
R evelacion de aquell as Yerdades que, en si, 1w exceden los alcances de
la razon , ántes bien se han manifestado al mismo tiempo que las verdades
que son en si sohrenaturales, hallándose contenidas en ellas, la l•:scri t ura y
la Tradicion sientan per modum unius la nccesielacl de la Rcvelacion divina,
sin hacer \li::;tincion entre ne cesidad moral y absoluta.
V. El desconocimiento de este carácter fundamental del misterio
por un lado, y el empeno de presentar á la inteligencia finita lo incom-
prensible bajo form a cornprensible dieron orígen, en los primeros tiem-
pos de la Iglesia, á las lierejías de Arrio y de Nestorio, como en los
modernos han producido la alteracion ó mala interpretacion de los mis-
terios del estado original, ele la g-racia, de la Encarnacion y de la Tri-
nidad.

§ 72. DIGNIDAD DE LA FE.

I. La fe se diferencia de toda ciencia natural y es superior á ella


por varias causas:
a) Por su objeto, que es Dio:o y las cosas divinas, expuesto cou mucha
mayor amplitud que pudiera hacerlo la ciencia racional y en una forma
superior á todo conocimiento natural. b) Por su principio, que es el
mismo Dios que revela. e) Por su fin, que ccnsiste en la contemplacion

http://www.obrascatolicas.com
r § 72. DIGNIDAD DE LA .FE.

beatífica de Dios cara á cara. d) Por la naturaleza y el grado de la


certeza, que es sobrenatural, infalible y divina. e) Por su causa eficien-
473

te, que es la gracia habitual y actual.


Thom. I. q. 1. a. 5. G. Los principias que referimos a la fe, respecto del
objeto, del principio y del :fin, tienen tambien inmediata aplicacion á la Teo-
logia, que es la ciencia de la fe. Es verdad que esta no reYiste eu sus ense-
iianzas igual certeza que la fe, pero la prodnce en grado muy superior á toda
ciencia natural, toda vez que lo s principias de que parte son proposiciones .,:.•::::,;
'i'-J~
dogrnática8: y la misma actividad racional, al fuudar cn éstas sus conclusio- . - ··~~
' ~1
·nes, se halla iluminada por la luz de la fe. Thom. Sup. Boeth. D e Trin. q . 2. ~-<-!l
a. 2: Alia ( scientia ) habetur secunrlum modum ipsorum divinorum, ut ipsa
divina secundum se ipsa capiantur, quae quidem perfecta nobiR in statu viae }~ .~

est impossibilis, sed fit no bis in statu viae quaedam illius cognitionis partici-
patio et assimila.tio ad cognitionem divinam in quantum per :fidem nobis infu-
sam inhaeremus ips i primae veritati propter seipsam. Et sicut Deus ex hoc
ipso , quod cognoscit se, cognoscit alia modo suo , i. e., simplici intuitu, non
discurrendo: ita nos ex his, quae fide capimus primfl,e veritati inhaerendo,
venimus in cognitionem aliarnm sccundum modum no,;trum, scl. discurrendo
de principiis ad conclusiones ... Ex qu o patet, quod haec scientia est altior
illa divina, quam philosophi trad iderunt , cum Ax altioribus principiis proce- . _.,,-
dat. Por eso designa Santo Tomús la ciencia sagrach con el simple nombre
de sabiduria, considerandola como reina de toda:-; las otras ciencias. I. q. 1: a.
5. Y por cso tambien están las otras ciencia::; subordinadas á la Teologia
( subordinatae ), aunque no deLe considerárselas como subalternas ( subalter-
nae ), ya que no puede existir subalternatio sino An aqnellas ciencias que tie-
nen el mismo obj eto formal, como la Geometría y la Músi ca con relacion á la
Aritmética. Por el contrario la Teologia que cultivamos en la tierra es suual-
terna de la Teología de los bienavcnturados.

II. Como consecuencia de esta dignidad de la fe y de su evidente


superioridad sobre todos los demás conocimientos, la ciencia que en
ella se ocupa tiene la rnision de dirigir todo conocimiento natural y de
corregirle, en caso de error, en todas aquellas cuestiones que se refie-
ren á un asunto comun á la fe y á la ciencia natural.
1. Pius IX. ad Archiep. ~Ion ac. d. 21 Dec. 1863; 11 D e e. J 862. Syllab. prop. 8: Cum
ratio humana ipsi 1·eligioni aequiparetur, idcirco t h cologícae díscíplinae perinde ac
philosophicae tractand ae sunt. 11. Ecclesia non solum non debet in philosophiam
unquam a nimadvertcr e, v erum etiam dcb et i1isius philosophiae tolerare errores,
eiquc relinqu ere, ut ipsa s e corrigat. 12. Apostolicae Sedis Romanarumque Congre-
gationum decreta liberum scientiae progressum impcdiunt. Cone. Yatic. D e fid . e. 4:
Nec sane ipsa (Ec clesia) vetat, ne hujusmodi di s ciplinae in suo quaequ e ambitu pro-
priis utantur principiis et propria methodo; sed justam h an c libertatem agnoscens,
id sedulo cavet, ne divinae doctrinae repugnando errores in se suscipiant, aut fines
proprios transgressae, ea quae sunt fidei, occupent et perturbent. Can. 2. S. q. d., dis-
ciplinas humanas ea cum libertate tractandas esse, ut earum ass ertiones, etsi
,- :~

http://www.obrascatolicas.com
474 PA.RTE SEGUNDA.. LIHRO TERCERO. SECCION TERCERA..

doetrjnae revelatae adversentur, tamquam verae retír11' t'Í n eqnP ah E c dc-S:a pros cribi
possint, a. s.

2. V éase § 72 de este T. Ya San Clemente Alejandrino sostu\'O explíci-


tamente esta doctrina. ( II. 4 ): KCJ?'.C:1-:2po·1 -:·r,; sT. .7:),p:r,; ·;, T.~T7'.;. Cf. Il. Cor.
1

10 , 4. õ. Col. 2, 8. Eph es. õ, G. L os tei'.>logos ele la Eclad :\Iedia la derienden


con notable uniformidad. D f! acuerclo con sus princípios la impugnaron ya los
gnósticos, como h oy lo hacen los racio11alistas y los te<'.t:ofn-; que considerau
la fe revelada como nn g rado rle conocimiento inferior ai raC"ional. D Pnzin g er,
l. e. p. 558. ;;q. Th om. I. q. 1. a. (~ nd 2. P er ti net ad ca.1n, judicare d e eis
(aliis scientiis ). Pero el mismo Aristót.Ples considera ya la Teoclicea como la
mejor y la mits di g na d e to•la;,; las di ~ei plinas tiln~óricas, :i las que, por eso,
debe servir <l e guia. I\Ietapb. III. 2.: -;, :.1.b.y2p ?.p/.'Y.<v7-Y.7·r, xx~. -;,';' 2[J-(/l'.Xl'.JJ7:Zni,
1 7 " .... ,.... , .... , , - ' .,... .... , 1 .... , t - , ....
Xct.~ ·~ lt)77:2p (JfJ'JAa; O!JQ Cf.',r~::~r:2 ~'I -:~.; ':l)J,CJ..~ 2~'.7't'·rl:J.~Ç (J!.X~tY)V, ·ri "";')') -::.JJJ'J.:,

x~.ú -: 'iy:1.8'J:J "':0~7.0~·1, · -:r;~-:o:; .. ,21.:; Sv2z?. 7.1.l . . }1..


' ' 1

~ 7:.3. LA FALSA LIBERTA.D DE LA CIE.KC:L\.

1. Dos son los puntos de vista bajo los cuales se defiencle la autono-
mía y la libertad de la ciencia racional:
a) Suponiendo que la ciencia, corno tal, o1itiene sns resultados par-
tiendo de los principios que la son peculiares. b; Haciendo que la cien-
cia no tome en cuenta las ensei'íanzas de la fe, las pong·a en tela de jui-
cio, establezca doctrinas opnestas al rlogma, sin tenerlas en cuenta ni
aun para orientarsc en determinada',,: cuestiones 6 para preca wrse de
errores.
1. Con e. Vatic.1. e. cap. 4: N ee sane ipsa \E cc les ia , vetat, n e huju srno ·li discipli-
nae in suo <p 1a oque a mhitu propriis utant11r principi is et propria methoclo .. . j ustam
hanc liberta/cm agno.mm«. Pius IX. nd Archí ep. Mon ac. 11Dec.18G:2: Ipsam (philoso-
phiam) nun11uarn d euc re ae pü$Se :iuctorit:iti se s uhji ccre. Quo<1 esset tol erandum et
fort e admittc11clnm, si haec diee rentur de .i ure tantum, qno d halwt philoso phia sui.<
principiis sen methodo ae s ui s con clus ionihn> uti si c11t et a lia<> seientia<' . ae si ej us
lib ertas eonsisteret in hoc jure utcnrlo, it.ri nt, nihil ia se admittcret, quod non fuerit
ab ipsa sui s conditi1mihus acquisitum aut. fti erit ipsi al icmum. 21 D ec. 18G3: (~uamvis
enirn naturale s illae disciplina e suis propriis r ation e co;::nitis prineipiis nitantur etc.
L a Filosofia, como toda disciplina, e;; ciencia precisamente en cuanto que
parte de principios que le son prüpios y r3ue la distinguen de todas las demá:;. ·
Por cnya rnzon ni deriva sn,;; principí os ele la T eolog ía ó d e la fe ni <:'S subal-
terna de la primera. Thom. I. q. 1 a. 1 : Diven;a rario cogno;;cibili s diYersi-
tatcm scientiarum inducit. Sígnese de esto que tmnpoco c1ehe presentar como
resultado de s ns lucuhrneiones ninguna proposicinn ó concepto qne no puec1a
demostrar:-:e por la raz on ó por la experir:i1 cia.
2. Cone. ·vatic. /. e. cap. 4: Omnem igitur asserti011e.m voritati ülnminatae fidei
contrariam omnino falsam esse definimus (Cone. Lat-Pr. \'. in Du ll. Aposto!. regirn.).
Porro E eclesia , quae nna eum Apostolic o mun ere doemuli manL1'ttum acecpit, fidei
depositum enstodiendi, jus etiam et ofricium clivinitu,; habet falsi nominis sc icntiam

http://www.obrascatolicas.com

... .
§ 73. LA Jo'ALSA LIBERTAD DE LA CIEJS'CIA. 475
proscrih cndi , n e q u is dccipiatur p er philosophiam et in a n em fallaciam . Oan . 2. S. q .
d., dis ciplinas h uman as ea cum lib er ta.te tractan das e;;;;p. u t ea ru m assert iones , eh i
doctrin rie revelat ae ftdv cr sentur, t a n qn mn vera retincri n equ e ab E cc lesia prosc rib i
possint , a . s. Pius IX. l. '": -S ed ha ec j n st a philosophifte libert a s suos limites n oscere
et exper ir i d ebet. Nnmq u a m enim ... ph ilosop hiae Jiccbit, aut aliqui<l contrarium di-
cere iis, 1prne divin a revelatio et Ecc:les ia d ocet , a ut Rliqu id ex iis d em in d ubi nm
vocare. propterea quod 11011 in telligit, aut judicium 110 11 snsciperc, qno d Ecclesiae
auctoritas de aliq)rn phil oso phiae con c:l nsione, quae lrn cusque lib era erat, proferr e
con st it ui t . 21Dec.18G3: Qu anwis en im nat u rales illa c d i.:;ciplinae s11 is propriis r atio-
n e cognitis prin cipü s 1ôtantu r, cat h olici tam en ea rum cultores di vin a m r evel ationem
veluti 1·tclri'.cem stella m prae oculi;; halwant oportet , qn a pr a eluccn t o sibi a R}Ttib11s
et erroribus caveant. uhi i11 >;nis invostigationi bus et eommentationib us anim ad VP r-
tant , po~se se illis a ddu ci .. . ad ea prnfer enda . quae plus rninus ve a ch ersentur in fal-
libili r erurn ve ritati , q n a e a Deo revelata fu er e. Cf. "\ll ocn t . d . 9 .Deo. .lS"l.! : h a n c lre-
v el ationem ) n ob is esse q uas i f acem 1'.n t e11cb1 is, ban e dn cem qnarn soq nn.rnur ad vitam.
Encycl. d. D N ov. 184(): p orind e quasi philosophia, qnae t ota in natu ra v eritate invc-
stigand a ver satur, ea r es pu ere d ebeat , qua e .. D eus .. h ominibus rnanifestare est di-
g n atu s. Syll ab. P rop. 10- 14. D e d on dl' ~ e infi er en la s sig- nientes conelu siones: a ) 'l'ocl a
d octrina contraria á la fe ca t ólica es fa l;.;a. l/ 1L íl I gk, ia t i c> ne Pl cl c>b r r y el d ere nho
de r ech azar t od a proposi cion opuesta á ;ms enselia n7.a .... c'1 L a ciencia r s tá en el d r rwr
de somct er se fi elmen te á esta d ecisio n.

3. Para mejor dilucid ar el punto de que se trata com·iene examinar la


cuestion relatiYa á la pret endida autonomia y libertad de la ciencia baj o tres
puntos de vist a diferentes: a ) R especto de las eiencias pro fa nas en generftl
y de la filo sofia en pflrti cular . b) R especto de 1ft investigacion científica de
aquellas cuestiones que, perteneciendo al órden relig io so y moral , son al mis-
mo t iempo objeto del exámen racio nal y doctrinas dogmáticas. e) Respecto
del j uicio emitido sohre cuestioncs que , si bicu no están inmediatam ente
compr01Hlidas en el tcsoro de la fe , se hallan de tal modo r elacionadas con
las verdades r evelada;; que , sin t ener aptitu d y derecho par<1 resolver sobre
ellas, la I g lesia no pnclria ejercer sn rninisterio cfo cente y j ndicial tocant e a
l as Yenhd es d ogmátirns.

II . La Ig lesia resueh-e rt · sobre todas las euestiones qu e eorrespon-


den al dominio de la moral y de la fe cristiana, con snjecion á los prin-
cipios rnrnlados , h allándose iluminada por la luz de la fe; la ciencia ,
por el C'ontrario emite sus juicios de acuerdo con sus peculiares princi-
pios y g uiada tan sólo por la lm~ natural de la razon . ú) Puesto qn e la
Revelacion cornprende, ya explícita ya implícitamente, mnchas verdades
racionales qne son clel domínio de la ciencia natural, corresponde á la
Iglesia el derecho de fallar inmerliata y directam ente ace rca de estas
verdades. e) Por consig uiente aquellas euesti ones que, si bien no están
inmediata y ex plícitamente com prendidas en el depósito de la fe, se ha-
llan de tal modo relacionadas con las verdades de la Revelacion r1ue ,
sin tener aptitnd y derecho para fallar sobre las mismas , la Iglesia no
podría ejercer su ministerio docente y judicial tocante á las verdades
dog máticas , están necesa1•iamente sometidas al fallo rl e la Iglesia.

http://www.obrascatolicas.com

. '
476 PARTE SEGt;NDA.. LIB!lO TERCERO. SECCI ON TERCERA.

d ) Por lo mismo que la Ig·lesia falla sobre las cuestiones científicas con
sujecion á los princípios dogmaticos, en su calidad de maestra de la fe,
no tiene derecho á fallar sobre puntos puramente científicos que no
guardan relacion alguna con el dogma.
Tho::u. l. e. Diversa ratio cognoscibilis diversitatem scientiarum inducit.
Unde nihil prohibet, de eisdem, de quibus philosophicae doctrinae tractant,
secunclum quod sunt cognoscibilia lumine na tu ralis rationis, etiam aliam
scientiam tractare, secundum quod cognoscun tur lumine divinae r evelationis.

III. Resulta, pues, que la doctrina dogmática ense i'íada por el ma-
g·isterio de la Iglesia , e:; una 11orma exterior y un g uia que conduce á
la ciencia, con más seguridad, al tt'~rmino de su carrera, pero no puede
en modo alguno considerarse como un atentado contra la autonomía y
verdadera lihertad de la razon, ni mucho ménos supone confusion de
los domínios de la fe y de la ciencia racional.
1. Esta consideracion basta para justificar la condenacion del princ1p10
enunciado en la Prop. 11 rlel Syllab.: Philosophia tractanda est nulla super-
naturalis r evelationis habita ratione. Anselm. Cur Deus homo I. 18: Certus
sum, si quid clico , quod S. Scripturae absq ne dubio contradicat , quia falsum
est., nec illud tenere volo , si cog11owro. Cf. De Conconl. grat. et li li. arh. Ill
6. Hugo Victor. De Sacram. I. 3. 30. 11 Cor. 10 , 5: in captivitatem redigen-
tes omnem intellectnm in obseqn inm Christi. II Tim. 3, í. Ephes. 4, 13. 14.
Rorn. 1, 18. I Tim. G, 20. Col. :4, 48. Objétase á esto que la ciencia se basta
para corregir por sí misma sus crrores ; efectivamente debe corregidos par-
tiendo de sus principios. Pero el fallo de la Iglcsia representa una solucion
del asunto dada en más elevado terreno y con meclios muy 1listintos de los
que se hallan al alcance de la ciencia; es una anticipacion del verdadero re-
sul tado científico. Clem. _.\.lex . Strom. II. ,1: ·(, .-:~77'.; et.~7·(,~ ( 77;~ s.-:~7-;}1 :J:r;ç)
xp~,.d,p,ov. Thom. I. q. 1. a.. G ad :2: Quidquicl in ali is scientiis invenitur veri-
tati hujus scicntiae rcpug nan s, te.tum judicatur ut falsum .. . pertinet ad eam
judicare de eis (aliis scient.iis). Sup. Boeth. q. 2. a. 3: Si quid in dictis philo-
sophorum inveniatur con trarium fi.dei, non est philosophiae , secl magis alm-
sus ob defectum rationis.
2. Al par que la moderna filosofia., atri buyérnlose el dictacl o de ci encia universal,
pretende monopolizar toda vei-dad, 110 sin negar sistemúticarnente >'e la Revelaeion y
al cristianismo todo dcrecho á la existenc ia, la Iglesia se coloca enfrente de tan exa-
geradas pretensiones en el punto <le vista de la justa defen sa, de tal suerte quo la
enorme difereneia que a.cusa la actitucl de una y otra, pone d e manifiesto lo absurdo
',' · d e di chas pretensionrs. Porqu <e en tanto que la primera quiere hacer valer sus dere-
chos, sin admitir limitacion ele ning-una clase y proponiéndose como objetivo la total
aniquilacion de la I g lesia , és ta , mny ai contrario , re0onoce el d er echo qu e t ienen la
filo sofia y la razon d e cjercer sn act ividad dentro d e su propia esfera. " La Iglcsia
quiere mantener la concordia con la razon , pero la moderna ciencia, siguiendo e]
ej emplo dei Estado modermo, rechaza dcsdeiiosamentc ;;emejante coneordato. ,.

http://www.obrascatolicas.com
§ 73. LA FALSA J,JBRRTAD DE LA CIRNCJA. 477

IV. La Iglesia se halla en posesion de este derecho de fallar, no


sólo con respecto al representante de la ciencia, al filósofo, si que tam-
bien con respecto á la ciencia misma, á la filosofía. Efectivamente:
a) Si consideramos la ciencia objetivamente y bajo el pun~o de vista
de su contenido, vemos que es Yerdad, aunque no toda la verdad; por
cuya razon no puede existir contrariedad ni oposicion entre la ciencia,
como verdad relativa, y la verdad de la fe. b) Si por el contrario con-
sideramos el concepto de la ciencia subjetivamente, como asunto que
persigne nuestro espíritu al investig·ar la verdad, vemos que, ya en el
domínio del conocimiento natural , se halla expuesta á muchos errores,
efecto de la limitacion de nnestra inteligencia , del influjo perturbador
de la fantasía, de las inclinaciones y repulsiones, así como de la flaque-
za que afecta á nuestro espíritu y á nuestra voluntad, á consecuencia
del pecado. En atencion á lo cual, la inYestigacion científica, en interés
de sí misma , debe buscar eu la fe un punto de apoyo y nn medio de
corregir sus extravíos.
1. Pius IX. d. 11 D ec. 18G2 : Nn u qn nm nnn sol um philowpho, vernm etiam philoso-
phiae licebü , aut aliquid contmrium dicere iis, 'lua e divina revelatio et Ecclesia d o-
cet, aut j udicium 11011 suscipere, q uoil E cclcsi ae anctorit.as d e a/iqua philowphiae con-
clusione, quae hucus q ne libera erat , proferre :!onstituit . .. Assorit (au ctor ) .. . Eccle-
siam deb ere ipsius philosophiae lo fe1·a1'e e1Tores, !'ique relin qu er e, ut ipsa se corri gat ...
E ccles ia ... nau sol um jus, se d officinm pra es ertim h ab et non t olerandi, s ed proscri-
b endi et damn andi omn es orrores, si ita fid ei integrita s et animarum salus postnla-
v erint ... omni philoso pho ... ac etiam philoso phiae officiu m in cumbit, nihil unquam
di cere contra ea , quae Ecc! esia docot et ea r etractare , d e quibus eos Ecclesia m o-
nneri t. Sen tentiam autem , q u ae contrarium docet. nm.ni'.no e1"!'oneam et ips1:.ficle1: Eccle-
fíÍ ae eJusque auctoritali vel maxúne i1~jw ·io sani esse odici:nus et declaramus. Pius IX.
Allo c. 8 Dec. 1851 : Qua (rationel nihil incertins, u tp ote qnae v aria es t pro ingeniorum
v arietate , innumerisq ne falla ciis et praestigiis obnoxia ... Obliti corte s unt, q uam
grave et ace rhum ex culpa prirni p aren t is infticturn sit vulnus hurnana e naturae,
quippe quod et obfosae tenebrae ment i et pron a effecta acl malnm v olunta s . .. Nunc
q uando ex orig in is la h e in universos Aclami poste ro s propa gata extennat um esse
c ons tot rati onis lumen, et ex pristi.no justitiae atque inn ocentiae statu miserrime de-
ciderit hum a nu m g enus , ecq uis satis esse r ationem dncat ad asserendam v eritatern?
ecquis in tantis p eric ulis atqu e in tanta virium infi r mitate ue labat ur et corruat , ne-
cessaria s ibí n eget ad s alntem religionis divinae et grati a n co el estis auxilia ?
2. Condúcese en esto la Iglesia á la manera que el matemático quien, aun
en los cálculos más difíciles , más vastos y más com plicados, expone de ante-
mano á sus alumnos el resultado; a pesar de lo c ual las operaciones matemá-
t icas no resultan inútiles ni superfinas, ni por eso queda coartada la libertad
d el alumno, ántes , por el contrario, es posible que obtenga el mi smo r esul-
tado por distinto procedimiento. ,, Hagemann , l. e. p . 65.
Aun antes que la I glesia emita su fallo puede el teólog o conocer , en mu-
chos casos, la oposicion entre h .s doct.rinas dogmáticas y una proposicion
científica, en cuyo caso esta obligado en conciencia á impugnarlas ó r echa-
zarlas. Aug ustin. Ep. 107> : Quae est enim peior mors animae, nisi libertas

http://www.obrascatolicas.com
478 PARTE SEGC~l:•A. LlBRO TERCEl\O. SEC CION TERCERA.

erroris? Pero aqui tiene tambieu aplicaci on lq, ya citada exhortacion del mis-
mo Santo Doctor (Gen. ad lit. I. 3T; :
ln rnbus obsc uris atque a no'<tris oculi,.; n•1notii<simis si qu a iude s cripta etiam di-
vina leg imus , quae j)O$$int s a lva ficle , <111a irnb u imur, alias atquc alias p arere sen-
t enti a s , in nnlln earnm nos praecipih affirmatione üa pro;jici amus, ut si fo rte dilig eu-
tius discussa vcrit.as eani r ecte labcfa ctavcrit, corr11am11 s , n on pro seHtentia divina-
rmn Scripturarnm, sed pro nostra itn, dimi cant.es, ut eam v eli mu s Scr:ipturannn esse,
quae n ostra est, cum p otius eam , •11iae Seriptura rum e.4 , n ostram esse vell e debea-
mus. Ep. 143: ~i r ati o co nt,ra divinarnm Scripturarum auctoritatem r edditur, qnam-
libet a cuta sit , fallit veri .<imilitudinc , irnm v era esse nem potest. Rursus si manifes-
tissimae ccrtis si m a cr1ue r ationi ve!Ht Script 1uarum sanctan1m objicitnr auctoritas,
n on int elligit, qui ]100 faeit. et 11011 Scri11tnrarmn ilia ru m se11"11m 1 ad q11 em pcnetrare
n on potuit, se<l .-marn. potius objicit v eritati.

§ 14. IXFLUO DE LA FE E:\ LA. CIE.NCIA RACIOXAL.

l. La influencia que ejerce la fe en el progreso de la ciencia racio-


nal reconoce por cauiia la iiuperioridad de sn principio rl e conocimiento,
de su objeto de conocimicnto y dt' su iuquebrantable certeza.
:-- 1. Pius I X. }~n cy cl. d . n X º'. 18,±ü: Etsi enim fülcs s it supra r at ionem, nulla tamen
~. .-
v era rliss cnsio nnllurn<itW <li ssi11i um inw r ip>a > inv cni r i un<l'•am potcst , curn ambae
ab uno eodemqne il11mut:tbil is ael.ürrmc1l'rn v eritn,tis fonte, Dco optimo maximo,
oriantnr at <1He ita sibí mntnalll op<'m frnmt . nt reda r :uio fi d ei \·critatem <lemon-
stret , tueatur, defemlat: tides vero ra.t i on cm ah omnib11,.; enorib11s lih cr et, eamque
tlivinanun rerm n cognitione rn irifi cl.' [!1,,s/1 ·et .. <
:<!ii.fii'iiUI a tqn •? [Hi :fieiat . Syllah. prop.
11. Ap ostolica r. Serl .i,.; Rornan:1,rum13 11e Cnng re g at ion nm de creta liberum ~c:ient i ae
pro grc .,;sum impcdiuut ...
•) La ciem: ia y la fe . la Fi l o~ofi a y b Teologia , son Plementos que entrau
en la fonuacion del gran plan del r niverso, en el que lo natural rlebe servir
it lo sobrenatural, y esto . por el contrario, deue real zar y perfeccionar lo na-
tnral, a fin de alean7.ar cl füi último. deniro de la annonía que reina e11 tollas
las obras de Dio s. T oda yez que la gracia no des truye la naturnleza, antes
bien la presupone y completa, n·sulta que la Henilacion divina aparece, en
la hü;toria , como el complemento de las manifcs tacioneH de Dios en la natn-
raleza y en la inteligencia humaiia , la lu"' de la fe como la exaltacion de la
luz do la razon y la misrna fo com o el má .~ f-irme s o,ton <1e l<t ci eu cia racional.
Syllab. pr. G. Christi fides humanae refragatnr r ationi , divinaque r evelatio
non sol um nihil prndest , vernm etiam nocet homini,; perfecr.i oni.

II. De cinco man eras distintas promueYe Li fe el progreso íle las


ciencias racionale,; :
a ) Imprime una direccion ideal al e,;fuerzo dd individuo y mueve al
espíritu á la consideracion de lo impert>cedero y suprasensible. ó ) Hace
á la razon humana exenta de errores, restahleciéndola, de este modo,
en sn primitivo estado de pureza, sobre cuya hase puede edificarse la
vcrdadera ciencia. e ) La ilumina , exponiéndola resultado,; y problemas,

http://www.obrascatolicas.com
§ 74. INFJ,UJO DE LA FE EN LA CIENCIA RACIONÁL. 479

ya inruediatamente por medio de las verdades de la religion natural y


de la ética, ya mediatamente por medio de todas aquellas verdades que
se hallan contenidas iniplicite en los miste~:ios; de suerte que, así auxi-
liada, la ciencia racional puede cumplir su mision con más seg·uridad y
con menos pérdida de tiempo, partiendo de sus princípios y con sus
propios medios. d) Comunica nuevas fuerzas á la razon para <1ne,
guiada por el conocimiento ele las verdades rewlaclas, marche, con paso
más seguro y con ménos riesgo de caer en el error, por el camino de la
investigacion científica. e) Perfecciona la razon, poniéndola en estado
de alcanzar un conocimiento má,; profundo, más claro y más nniYersal
de Dios y del mundo r1ue pudiera hacerlo abandonado á sus propias
fnerzas, toda vez que los misterios, á causa de la relacion íntima que
existe entre el órden sobrenatural y el natural, arrojan mucha luz so-
bre las cuestiones del último órden.
1. Ya Platon considera apto para consagrarse al e;tudio de la Filosofia únicamen-
te á aqui;! que ha tratado de emancíparse de las trabas de la vida sensible (Rep. X.
p. 611), y de librarse de las cadenas de lo perecedero prrra elevarse á la reg'ion de lo
eterno y duradero. (Symp. p. 210 ). San Agustin, parodiando estos pensamientos de
Platon los aplica á la Religion cristiana , como la más verfe cta de todas las filosofias
(De ver. relig. c. 3): Si euim Plato viveret , et potius, si qui8 ejns discipulus eum inter-
rogaret, cum sibi ab illo persuaderetur, non corporis oculis , sed pura mente verita-
t em videri , cui quaecunque anima inhai;sisset, eum beatum fieri atque perfectum; ad
quarn percipiendam nihil rnagis impedirc quam vitam libidinibus deditam ... quam-
obrem sanandam esse animam ad intuenclam muta,hilem rerum formam ac eodem
mod o sem per se habentem ac undiquc .-;ui similem pulchritudinem etc.

:2. El pórtico de la Iglesia es, al mismo tiempo el limite d e la razon hu-


mana. El espíritu puede echar desde este punto una ojeada sobre todos los
dominios de lo sobrenatural, no sin abarcar al mismo t.iempo, desde tan ele-
Yada posicion , y con penetrante mirada, todo el imperio de la razon humana.
-~ugu stin. En. in Ps. YIII. G: Hillc apparet, nec ipsam scientiam habere
haereticos, quam contempta fide pollicentur, qnia tam utilem et necessarium
gradum ejns ignorant. Por lo cual recomienda el quinto Concilio lateranense
( " Apostol. Regiminis ., ·1 á los profesore.3 de Filosofia " omni studio hujusmodi
philosophorum argumenta ( in quibus ::e certa tide cleYiare no:>cuntur ) , cum
omnia solnbilia existant, pro viribns excludere atque r esolvere ,,. En este
sentido cs como hablamos de una filosofia cristiana y de ciencia, Estado y
clerecho cristianos, sin dar á enteuder por eso rpie la Filosofia deje ele ser
una ciencia racional para deriYar sus princípios de 10:3 dogmas religiosos,
ántes bien únicamente la damo s e;;e nombre porque no ha llegado á adquirir
toda su importancia y su desarrollo actual sino bajo la poderosa influencia vi-
vificadora del cristianismo, que la eleva y dirige, y porque só lo conserva su
alto rango en el concierto ele las disciplinas humanas miéntras se mantiene
fiel á los princípios cri:-itianos, que son los únicos Yerdaderos.

http://www.obrascatolicas.com
\ ··:;-·'"

480 P.\RTE SEGUND A. LIBRO TERCERO. SECCION TERCERA.

" Hállase eolocada Ia Iglesia sobre una eminencia , cual guia precursor·ó luminoRo
faro que nos mues tra la direccion y el término de la carrera , dejando :\ nuestro par-
ticular criterio el tralmjo. de hallar el cammo que, á través de abismos y precipícios,
ha de conducirnos al fin. Nos de.ia-en plena. libertad, pero no consiente qne troquemos
la verdadera libertad por el oal'richo y la l icencia y 'l ue tomemos el camino dei error
por la sernla que conclnce a la verclacl. La razon es libre para seguir ;m camíno. pero
á su lado marcha la Tglesía, como un gufa invisiblP: ella nos ex horta á no desmayar
ántes de tiempo, a no tomar la prirnera estacion cprn nos plazcit como el término del
viaje, ni las prirneras colinas como la cumbre gue constitnyc l'l finde lA. jonrndA.."
Hagemaun, /,e. p. 4il.
3. Si la religion ha meneste r d e la ciencia , rniéntras vi\"imo s en este muu-
do ( Thom. q. 1. a. 1 \ , co11 má:-; razon necesita la c ienc ia d e la rcligion , 1;in
c uyo a u xilio degenr·ra e n r e 1i11g naute p1;simi smo. Por lo c nal la r e ligion clebe
compenetrar y determinar todas las r,sferas de la viela , l o mismo el Estado
que la sociedad en gener a l, el der.echo que las costumbres . Ha s ta esa ten-
dencia, que se observa en nnestro s dhs, de fo11dar I g les ia;; na ciouales, de-
muestra bien a las claras que la vida popular no puede adquirir todo sn vigor
y lozanfa , si no viveu en Jlerfoetn concordia loc: tres grandes podrres: Reli-
gion, Ciencia y Estado. Por lo demás la expcricmcia ha demostrndo tambicn
que seran vanos cnantos ensayos se lrngan para establec c r esa annonía sobre
otras bases que la,; que el mi.-rn o Dios se ha dignado tra;mrnos. Thom. IL II.
q. 10. a. l ad 1: Habere fidem n on es t. ;11 natura lnmrnna: sed in natura lrn-
mana est , ut mens non r epugnet imeri01·i instinctni et e xtc riori v eritatis prae-
dicationi. Unde inlidelitas :-;ecundum !toe est contra naturmn l111ina11lWt.

§ 75. LA RAZON AL SERVICIO DE LA FE.

I. De todo lo que elejamo:: expuesto dedúce:-ie, como verclad incontro-


vertible, que la Hevelacion cristiana contiene misterios propiamente
clichos, que no pneden ser com prendidos ni demostrados por la razon.
1. Cone. ·vatic. /. r.: Ratio qu .i dem, ill11strata, cum seclulo, pie et !'<obric quaerit,
aliquam , Deo dante , '!ily st en'1>1·11 "1 i11l e/11:qP1;//am eam<1ue fru etuo,issimam assequitnr
ex eorum . q uae nat11raliter int C\lligi t an:tlogia, tum e myli'tC\riorurn ip;orurn nexn
inter se et cum homin is fin e ultimo; nunq11<t'm tamen idonea r edditnr ::ul ea perspi-
cienda instar veritatmn , quae proprium ipsius objc<:tum corn;tituunt. Divina enim
rnysteria ;,;irnpte natura intellectum creatnm sic cxcctlunt, nt. etiam rc,·elatione tra-
Uita et fidc suscepta ipsius tnmcn fide i velaminc contecta et quadam q uasi caligine
obvolnta maneant, quamdin in hac rnortali vita pcrcgTinamur a Domino; per fidem
enim ambulamus et non per speciem. II Cor. 5, 7. Can. 1: S. q. d., in revelatione divi-
na nulla vere et proprie dict:i rnysteria contineri, sed uuiversit fidei dogma ta posse
per rationern rite excultam e uaturalibus principiis intelligi et demonstrari, a. s.
Syllab. prop. fl. Omnia indiscriminatim dogmA.ta religionis christianae suut objectum
n aturalis scientiae et philosophiae ; et humana ratio , historice tauturn exc.:ulta, potest
ex suis naturalibus viribus et. principiis a<l veram de omnibus etiam reconditio.ribus
dogmatibus scientiam pen•enire, modo haec dogmata ipsi rationi tanquam objectum
proposita fuerint. Prop. 8. Quum ratio humana ips i religioni aequiparetur, idcireo
theologicae diseip!inae perindo a.e philosophieae tractandae sunt. Gregor. XVI.
Encyel. 15 Ang. 1832. Pins IX . Alloc. !) Dec. 18:H: Hiue ex vaua ipsorum opinione
theologieao disciplinae perinde a.e philosophicae tractandao snnt; cum tamen illae

http://www.obrascatolicas.com


§ 75. LA RAZON AL SERVICIO DE LA FE. 481
fidei dogmatibus innitantur ... istae vero humana explicentur atque illustrentur ra-
tione ... demonstrandum illis est, quantae sit arrogantiae, pervestigare mysteria,
qnae rcvelare nobis dignatus est clementissimus Deus, eademque assequi complecti-
que audere humanae mentis imbecillitate et angustiis , cum,longissime ea vires exce-
dant nostri intellectus, qui ex Apost.oli ejusdem dicto captivandus est in obscquium
fidei. Pius IX. Brev. ad Archiepisc. Colon. 15 Jan. 1857; ad Archiepisc. Monac. 11
Dec. 1862: 'l'olerare nunquam possumus, ut omnia temere permisceantur, atque ratio
illas etiam res, quae ad fidem pertinent, occupet atque perturbet, cum certissimi
omnibusque notissimi sint fines, nltro quos nunquam ratio suo jure est progressa.
vel progredi potest . . . Et sane , cum haec dogma.ta sint supra naturam , idcirco natu-
ra.li ratione ac naturalibus principiis attingi non possunt. Nunquam siquidem ratio
suis naturalibus principiis ad hujusmodi dogmata scienter tractanda effici potest
idonea ... Cf. Prop. 96. Raim. Lull. damn. a. Greg. IX. Omnes articuli fidei ... pos-
sunt probari et probantur per rationes necessarias demonstrativas evidcnter. Prop.
97. Fides est necessaria hominibus rusticis, insciis, ministralibus et non habentibus
intellectum eleva.tum, qui nesciunt cognoscere per rationem.

2. Síguese, pues, que los misterios no pueden ser demostrados a priori


y que ni aun es posible su demostracion científica con las luces que suminis-
tra la fe. Thom. I. q. 32. a. 1: Trinitate posita, congruunt hujusmodi rationes,
non tamen ita, quod per hujusmodi rationes sufficienter probetur mysterium.
Segun el no existen rationes demonstrativas en favor de los misterios (II. II.
q. 1. a. 5 ad 2), pudiendo aducirse únicamente persuasiones quasdam ó verisi-
militudines (O. Gent. I. 8 ). Augustin. l. e. IX. 1 : Quod ad istam quaestionem
attinet, credamus. Hilarius (l. e. I. 19): Si qua vero nos de natura Dei et na-
tivitate tractantes comparationum exempla asseremus, nemo ea existimet,
absolntae ?:n se rationis perfectionern continere. Ambrosius (De fid. I. 56): Prae-
monuit (Deus), ut divinitatem substantiae crederes et verum filium de vero
patre cognosceres, de qualitate autem rei requirere non deberes, quia quale
aut quantum sit scire non possis. El inmoderado empeüo de buscar esos ar-
gumentos demostrativos, tiene, en sentir del Doctor angélico (I. q. 32. a. 1),
dos inconvenientes: Primo, quantum ad dignitatern ipsiiis fidei ... Secundo,
quantum ad idilitatem trahendi alios ad fi,dern. Cum enim aliquis ad probandam
fidem inducit rationes, quae non sunt cogentes, cedit in irrisionem fidelium.
Credunt enim, quod hujusmodi rationibus innitamur et propter eas cre-
damus.
3. Fundándose en esto califica San Clemente Alejandrino el misterio de u;:Ep'fur,ç
Oiwpio:, que recibimos por la fe , en oposicion á la 9uatx'fj svvot!X que nos viene de la Fi-
losofia (8trom. II. 2; I. 9). San Ignacio (ad Ephes. c.19) habla de 'tpb: p.ua't'fjpto: xpo:uyijç;
y el àntor de la carta a Diogneto (n. 7) sienta la doctrina de la 6v.,,ú1 btlvoto:, àvOpwr.[-
YWY olxovop.[o: p.ua't'tJp!wv en oposicion á la p.syci),1J xo:l iitppcta'toç E:woto: (n. 8). En sen-

tir de San Justino (Dial. n. 43. 68. 76 ) la cruz es un p.ua·n'1p!ov. San Ireneo sos-
tiene la incomprensibilidad de los misterios en oposicion al fal so gnosticismo (Adv.
Haer. II. 28), haciendo es pecial relacion á los mis terios que nos ofrece la N atura-
leza: Dicimus ei, quia prolationem istam ( del hijo ele! Padre ) sive generationem
sive nuncupationem sive adapertionem aut quolibet quis nomin e vocaverit genera-
tionem cjus inenarabilem existentem, nemo novit ... nequo Angeli neque príncipes
neque potestates, nisi solus qui generavit Pater et qui natus est Filius. Dionys. Alex.
(De generat. divin . Verb. n. 11: :1.:xl ·;àp tl p.+, <r'Jv!rii.i', à)).' Ú7'ovow º(E •;otiv 'tMt ~o:6ú'tepo•;
TOMO li rll

http://www.obrascatolicas.com
.\ ' • .
·~··· 1 •\:

482 PA RTE SEGUNDA. LIBRO TERCERO. SECCION TERCERA.

eyxeratJai -:orç P'Í!J.~<rtv, OOY. lõl1:' ":CXU'l:<X p.õ-;pwv X<Xt xpí~wv l.oytap.Cf>. Hilarius ( De 'l'rin. r.
12 ) : Haec omnia ( del rnisterio de Ja Santisima Trinidad ) ultra intell igentiae huma-
nae metiens sensum ... (I. la) non succumbant rursus naturalibus m enti um sensibus,
quia infinitae aeternitatis operatio infinitam metiendi exigat operationem. (X. 69):
non enim se in coelestem scientiam humanae mentis sensus extendit: scientia infide
est. Ambros. (in Luc. JV. 71 ): Quam ( Trinidad ) licet ·me11s non queat humana plenae
rationis investigatione comp,.ehende1·e, fidei tamen plenitudo complectetur. 8egun la
expresion de San Jerónimo (in Eph. 3, 8) el misterio permanece siempre " natura sua
investig abilen; y San Agustin quisiera "sununae ineffabilitas Trinitatis aliqua, si pus-
sumus, ratione demonstrare (Trinit. XV. 27. 4. 6. 23). Combateu ex1n·esarnente todo
ensayo para llegar á la comprension del misterio rnuchos Santos Padres , como San
Crisóstomo y San Basilio (De incompreh . Dei H om. V. e. Eunom.), San Gregorio de
Nyssa (LL. XII. e. Euno.m.), San Gre gorio Nacianceno contra Eunomio (Orat. I .-Y.)
y m ny particularmente San Efrem (Serm. de iis , q ui filii natur. scrutantur Tom. III.
gr. p. 424): ToCi"t:ll ÚTCsp~'.Xl~Ei 7:cX'J"C'.X voi:h ":E A.'.X:. Àóyo•1. Denzinger, l. e. II. p. 83 sig.

4. Por esa razon el principal argumento teológico es el que se funda en


la autoridad. Clem. Alex. ( Strom. \ TII. W ) : fip.:: ~.; ... E:x TLLcr-T::w.; r.sL&óp.::0cx
' ""' - ,, , ' _, ~ .... ... , ' 1 ".'.' , - -
Cf1t0 0Z'.X":"'~Y..W; . . . E/.º'rSV ª·f"'ZY1'i xup 1.. 0'.J (J'/Y. "':S "':CJ)'J ;:po ~r'i'tWY,
":'"0~ 0 1.Q'l.'SX'l.A'.'1.:, "rO"I

ôd TZ T00 su'J.yys)).o'.J Y.'J.~ ÕL~ -;(;iv :J.'J.X'J.plt.iv hocr--roÀ<üV. Augustin. (Trin. I. 1):
Primwm secundum uuctoi·itatem Scripturarwn, utrum ita se fides h abeat, de-
monstrandum est. '1.'hom. I. q. 1. a. 8: Argumentari ex auctoritate est maxime
proprium hujus doctrinae, eo quod principia hujus doctrinae per revel atio-
nern h abentur. O, Gent. I. 9. I. q. 32. a. 1. I. q. 99. ;i,. 1. I. q. 101. a. l.
II. De aquí no se intiere en manera alg nna que deba excluirse por
completo el uso de la razon en todas las cuestiones qne pertenecen al
tesoro de la Revelacion 6 al misterio.
Á semejante exclusion se opone la misma Sagratla Escritura: Col. 1, 9. in omni sa-
pieutia, in intellect u spiritwdí (sv TCCÍo-1;. o-09l~ xal au~fost "''WfW"t:tA.f1). I Cor. 1, f>. in
omni scientia (..-:iar 1 rv ~) a st ). Rom . lf,, 14. replcti om ni scientia (TCE..-:hipwp.hm 'rrCÍaT)ç
yvw~wç) . Eph. 1, 17. det vobis (Deus , spiritum sapientiae et rcvelationis. Este cono-

cimiento se opone á lfL falsa ynosis que sostenían los herejes (Col.1, D; 2, 2; 2, 20- 23.
P hil. 3, 10. Eph. 3, 18. 19; 5, 5. Col. B, 10. II Petr. 1 , 2. B; 2, 20); por donde se ve qu e no
se trata sólo d e una gracía especial. En sentir de Barnabas (Ep. n. 1) la "(Vt;JatÇ e:; h ija
de la TCt<r"t:tÇ j y segu n hace notar B ermas (I Vis. B. e. 8) detrás de la rc[a'ttÇ viene
siempre la z..-:to-'t·r,p:r1• ]'ara San Clemente Alejaudrino la gnosis es creyente, l a fe es
"ma"C-f, ,, (Strorn. II. '1), no habiendo TClo-"CtÇ sin yvw atç ni tampoco g-nósis Rin pístis
(Y. l ); y a q u e la gnósis no es otra cosa que la fe desarrollad8. y r azuaada, -cwv X'.X"t:õ-
1tEtyóv~<J)V ..rvWa!ç (VIL 10), i 1 ~·vWa!C;- Ô-1 i;cÓÔE!~!Ç 'tWv Or:i ~fcr-:€WÇ" 7:~ps!lr1~J.p.évoJ-v tayupà xcxt
~É~'.UOÇ' o~i 'tf.Ç 'l:'Jp~xz.:;;ç 0~'37.az.-:x),~ :lÇ i-::o:z.oGo·J:J.S\ff. -:f1 ;:t7-rs ~. ("\"'é ase R cYista triinestral
teol ógica de Tubinga, 1878, cuad. :.l.° y H."). San A g nstin (Ep. 120 ad Consent.) prueha
la pos ibilidad y util idad del <lesen,·olvimieuto racional y científico de la fo , siq11ier a
no llegue nunca á s uministrar intdigencia completa dei misteri0. P ero no cabe dudar
qne mediant e el conocimiento así adquiri do "fides .<Ji,qnitur, nutritur, rlefenditm·, robo -
rntu.r, qua scientia non pollcnt fidel es plurimi, quamvis polleant ipsa fide plurirnum.
Aliud est enim scire tantummodo, quid homo credere debeat proptcr adi piscendam
vitam beatam; aliud :i,uten! seire, quemad modum hoc ips nm et 1iiis opituletur et con-
~ra irnpios d.efendatur.,, (Trin. XVI. .l. cf. Serm. CCXL. 1): Qui novit, quomodo ista
defondat, doctior est, non fide lior. H ahct fidem, habet fa cult atem d ef<' ndemli fidem ...
I: le aute m, qni novit d efend1~re , titnbantibu;; ncc:essarin s est , non er edentihu s. De

http://www.obrascatolicas.com

...
§ 75. LA HAZON AL SEBVICIO DE LA FE. 483
verb. Dom. CIV. 3 : Tibi forte sufficiebat simplex fides, illi non sufficit. Numquid
deserendus est? Numquid de domo projiciendus est? Thom. IL II. q. 6 a. 1 ad 1: Di-
cendum, quod per scientiam gignitur fides et nutritnr per modum extàioris persua-
aionis , quae fit ab a.liqua scientia; sed principa.lis et propria causa fidei est id, quod
interius monet ad assentiendum. El mismo Tertuliano aprueba la investigacion cien-
tifica (Praescr. c. 14): Manente forma ejus in suo ordine, quantumlibet quaeras et tra-
ctes et omnem libidinem curiositatis effundas. Hilarius (l. e. XII. 20): Fidem non nu-
dam et inopem rationis Apostolus reliquít. Petrus Chrysol. (8erm. 16G): Habet quídem
simplicitas innocentiae suae gratíam, habet fi.dei suae fructum; scientiae praemium
habere non potest . Thom. Prol. ad II. Sent. q_. 1 a. 3 sol. 3: Ratio manuducta per fidem
crescít in hoc, ut ípsa credibilia plenius comprehendat; et tunc ípsa quodammodo
íntelligit, unde dicitur. Js. 7, 9: Nísi crediderítis, non íntelligetís. C. Ge11t. I. 8: Hu-
mana ratio, ad cognoscendam fideí veritatem, quae sol um videntibus divinam sub-
stantíam potest esse notissima, ita se hab et, quod ad eam potest aliquas veras simíli-
tudines colligere, quae tamen 11011 sufficiunt ad hoc, quod praedicta veritas quasi
demonstrative vel per se intellecta comprehendatur. Utíle tamen·est, ut in hujusmodi
rationibus quantumcunque debilibus se mens humana exerceat, dummodo desit com-
prehendendi vel demonstrandi pmesu::ntio ; q_uia de rebus altissimis etíam parva et
debili consideratione aliquid posse perspicere, jucundissimum est. I. q. 1. a. 8: Cum
gratia nou dcstruat naturam, sed perficíat, naturalis ratio serviat fidei, sicut et natu-
ralís inclinatio volunt.atis subsequitur charitati. Cf. Bonavent. in I. Sent. Prooem. q. 2.
III. Los puntos concretos de la fe en que puede ejercitarse la ra-
zon son:
a ) Presentar argumentos eu favor del hecho de la Revelacion á fin
de adquirir evidencia de su credibilidad. b) Exponer y demostrar, con
más claridad y precision, mediante las luces que la misrna fe suminis-
tra, aquellas verdades reYeladas que la razon es capaz de reconocer y
probar, valiéndose de sus propios princípios y medios de arg·urn entacion.
e) De esta manera la razon, ilustrada y robustecida por la fe, se hallará
en aptitud de adquirir alguna inteligencia aun de aquellas verdades
que sobrepujan su facultad comprensiva.
S. C. Indic. d. 11. Jan. 185f>. Rationis usus fidem praecedit, et ad eam ho-
minem ope revelationis et gratiae perducit.. Augustin. De praed. SS. c. 2:
N emo enim credit aliquid, nisi prius cogitet, esse credendum. Ep. 120:
Absit n amque, ut ideo credamus, ne rationem accipiamus sive quaeramus,
curo etiam credere non possimus, nisi rationales animas haberemus. Ut ergo
in qui'busdam rebus ad doctrinam salutarem pertinentibus, quas ratione non-
dum percipere valemus, sed aliquando valebimus, fides praecedat rationeru,
qua cor mundetur, ut magnae rationis capiat et perferat lucem , hoc utique ra-
tionis est ... Si igitur rat.ionabile est, ut ad magna quaedam, quae capi non-
dum possunt, fides praecedat rationem, procul dnbio quanf'ulacwnque ratio,
quae hoc p enmadet, etiam ipsa antecedit fidem.

IV . De cuatro maneras diferentes puede ejercitarse la razon al ex-


poner científicamente las verdades sobrenaturales de la fe:
a) Por cuanto la Revelacion se dirige á la razon humana y se ha
dado para ella, es claro que la incumbe exponer los conceptos más

http://www.obrascatolicas.com
PÀRTE SEGUNDÀ. LIBRO TERCERO. SECCION TERCEKA .

adecuados para que el espíritu finito pueda formarse alguna idea del
misterio, siguiendo en esto las ensefianzas de la misma Revelacion.
b) Ilustrada por la luz de la fe tiene la mision de exponer la relacion
interna y orgánica de los dogmas entre sí y muy particularmente la
que ofrecen con el último fin del hombre. e) Mediante la comparacion
de unos dog·mas con otros delie deducir, de las verdades contenidas ex-
presamente en la fe, aquellos dogmas que sólo se han revelado de una
manera virtual é implícita, 6 tambien, por la comparacion de verdades
naturales con proposiciones dogmáticas, dedncir consecuencias teológi-
cas con sujecion á los princípios de la lógica. d) Esta triple operacion
abre á la razon el camino para cumplir la parte más importante de su
mision, que es la defensa apologética de la fe, ya bajo el punto de vista
negativo, rebatiendo las objeciones de la in credulidad 6 de la herejía,
ya tambien de un modo positivo , haciendo ver las analogfas que exis-
ten entre el órden sobrenatural y e] natural.
l. Annque la rnzon fin ita no es capaz de com prender los misterios, es
decir, no puede tener conocimiento claro y preciso del sujeto y predicado
para deducir de él la conveuiencia ó discrepancia de los mismos, no obstante
:: ...
posee alguna idea de los mismos, siquiera sea oscura, confusa y no de todo
pnnto adecuada. Cone. Trident. Sess. XIII. cap. 1: Christus .. sacramenta-
lit.er praesens sua substantia nobis adest, ea existendi ratione, quam etsi
verbis exprimere vix possumus, possibilem tamen esse Deo cogitatione per fidem
i'llustrata asseqni possumus. Augu stin. De consens. Evang. II. 66: Ne pute-
mu;;, quasi consecratis sonis ita muniri Yeritatem, tanquam Deus no bis quem-
admodum ipsam rem, sic verba, qnae propter illam dicenda sunt, commen-
det. De 'l'rin. VIII. 5: Credimus Dominum J esum Christum natum de vir-
gine, quae Maria vocabatur; quid sit virgo, quid sit nasci , et quid sit nomen
proprium , non credimus, sed prorsus novimus. De suerte que la fe presu-
pon e ciertos conocimientos que debemos poseer para la debida inteligencia
de los dogmas , ya que el conocimiento de éstos es indispensable al hombre.
De Trin. l. e. 13: Intellectum vero 11alde ama; quia et ipsae Scriptnrae sanctae,
quae magnarum rerum ante intelligentiam suadent fidem, nisi eas recte intelli-
gns , utiles tibi esse non possunt. Asi vemos que la Sagrada Escritura (Thom.
I. q. 1. a. 9) se vale de imágenes sensibles para representar lo espiritual,
pero advierte que no debemm; apegamos á lo sensible, sino valernos de ello
para elevamos á lo espiritual.
:.!. Asi como el úrden deriva sn importancia del fin, de la misma manera
debemos reconocer ante todo la fínalidad en el desenvolvimiento sistemático
de lns verdades r eveladas , "ex mysteriorum nexu inter se et cum fine hominis
ultimo,, Cone. Vatic. l. e. cap. IV. Por eso vemo8 que Santo Tomás (III. q. 1.
a. 1 i parte de la finalidad para dem ostrar la importancia y la conveniencia
de la Encarnacion del Verbo. Esta misma finalidad nos da la clave para la
i11t C'1igencia de cada uno de los dogma::l como partes integrantes del órden

http://www.obrascatolicas.com
§ 75. LA RAZON AL SBRVICIO DE LA J,' E.

sobrenatural. Es indudable que la exposicion de esta armonía interna de las


enseftanzas de la fe, ya entre si, ya con las doctrinas conocidas naturalmente
por la razon, la descripcion de la magni:ficencia de Dios en las obras de la
gracia, la descripcion del Kosmos sobrenatural, constituyeu uno de los fines
más importantes, más eficaces y más útiles de la Apologia.
3. Verdadero objeto de la Teologia especulativa, en oposicion á la Teolo-
gia positiva de los antiguos, es la demostracion de los dogmas, mediante su
aplicacion á las verdades conocidas por las facultades naturales á fin de fo-
mentar, de esta manera, el progreso en el conocimiento de las verdades de la
fe. Ysambert. T. I. Disp. II. a. 1: Ipsmn cognoscibile per discursum ex
revelatis a Deo, sumpt.um praecise et formaliter, est adaequatum o~jectum
materiale nostrae Theologiae ; seu: Divina revelatio ut applicata aliquibus
propositionibus per discursum cognoscendis est adaequatum formale obje-
cturu nostrae theologiae. Ita communiter omnes. De donde se infiere que la
ciencia teológica y la fe tienen un mismo objeto que es principio de investi-
gacion para la primera aunque presupone el asentimiento al mismo (Thom. I.
q. L a. 8). Mas su objeto abraza t ambien las conclusiones que se deducen de
los principios dogmáticos, admitidas con asentimiento teológico. El motivo
de este último es la propia intuicion, miéntras que el asentí miento dogmáti-
co se funda en la autoridad de Dios; por consigui ente e! primero es necesario
y libre el segundo; aquél proviene inmediatamente de la gracia, éste de una
manera media ta. Lugo ( l. e. I. 3): Dicendum, t.heologiam distingui inadae-
quate ab habitu fidei, ut includens ab incluso; quae enim concurrunt ad
assensum conclusionis theologicae, includunt habitum fidei et addunt aliquid
aliud. V éase Tom. I. p. 10 sig.
Los protestantes antiguos son los únicos que han negado la validez de la
prueba negativa en favor de la posibilidad del milagro ( ]'ormul. Concord.
VIII. 96) , miéntras que los P adres y teólogos católicos han hecho valer en
todo tiempo el argumento contrario. Así San Clemente Alej. (Strom. I. 1):
'')) ''' r - '')'0 ') ) >'<:'•
...,~ ,oOTJCfWJ. ·rl E ' :r,v~x·r, ou ÔU\/Cl.'tW'tEfCX.\I 7:0~E ~ ' '1\1 a. ;rl E~'.J.\I' (J. ' '
"') r r
CWU\/Cl.'tO\I 7tCX.fE-
' 1 ' - \ ' ! \ ~ , \ :-0. '\ ' \
XOUv(J. ';''fjV X(;('t' Cl.U":"l)Ç G0<f~<T'nlCf1 \I E'í.~'/_Eyf,vW X·'.1.\ 0'.C1.Xf0UO(J.E\l'f1 't'(;(Ç ÔOASpetç XCX.'t'IX
-
n 1ç a' ) ll, ' ~ .. ' , , -
1.:n1 •1s~a.:: e:TI~JOUJ..a.;" Q:')~v1u;.:: o~xe:~oç
• , 11 , r- ·
"
.tr --:ct. 1. X?'.~'n•-1o~vxo:;
sr.r
T 1 \ 1
' s~v~'.
-r ~
':'O!J.... au.;rsJ~W'lo<;.
\
.... -

An selm. (Ep. II. 41): Illis (impiis) rationabiliter ostendendum est, quam irra-
tionabiliter nos contemnant. Thom. C. Gent. I. !J. I. q. 1. a. 8. II. II. q. 2. a. 10
ad 2. Sacamos igualmente la prueba positiva de "similitudinibuil congruis,,
( Petr. Lomb. I Dist. II. 3); no son estas "rationes demonstrativae ,,, sino
"persuasiones,, ( Thom. II. II. q. 1. a. 5 ad 2), es decir, razones de congruen-
cia "positione facta,, (Id. I. q. 32. a. l) '' verisimilitudines,, (C . Gent. I. 8. 9J.
:8jemp1os de semejantes pruebas deducidas "ex analogia eonnn, quae (ratio)
natuturaliter cognoscit ~ , nos ofrecen las especulaciones de 10:-1 Santos Padres
acerca de los misterios de la Santísima Trinidad y de la Encarnacion, funda-
das ya en la analogia del doble proccso del conocer y del querer en el espí-
ritu creado, ya en la union del alma y del cuerpo en el hombre para formar
un solo sér. Cf. Augustin. Ci'" D ei XI. 26. •rrin. XII. XV . Arnbros. De dign.

http://www.obrascatolicas.com
486 PARTE SEGUNDA. LlBRO TERCERO. SECCION TERCERA.

cond. human. c. 2. Anselm. Monolog. c. 33. Thom. 1. q. 27. a. 1 sq. De la úl-


tima clase Symb. Athan. Hilar. Trin. X. 70. Leo M. Ep. XI. Augustin. Oiv.
Dei X. 29. Enchir. c. 39. Ep. 137 ad V olusian.
Santo Tomás expone la triple mision que desempena la razon humana, de! modo
siguiente (Supra Boeth. init.): Tripliciter in sacra doctrina philosophia uti possumus.
Primv ad demonstrandum ea, quae sunt p1·aemnbula jidâ, quae necessaria sunt in
fidei scientia, et ea quae naturalibus rationibus de Deo probantur, ut Deum esse,
Deum esse unm;: ot hujusmodi vel de TJeo vel de creaturi,· in philosophia probaL.,
quae fides supponit. Secundo ad notificandurn per aliquas similitudines ea, quae sunt
fidei, sicut Augustinus in libr:is de Trinitatc utitur mult:is sim:ilitudinibus ad mani-
festandam Trinitatern. Tei·tio ad resistendum his, quae contra íidem dicuntur, sive
ostendendo esse falsa, sive ostenden:lo non esse necessaria. 'l'amen utentes philoso-
phia in sacra Scriptura possunt dupliciter errare. Uno modo utendo his, quae sunt con-
tra fidern, quae non sunt philosophiae, sed potius error vel almsus ejus. Alio rnodo ut
ea, qu:1e sunt fidei, includantu1', sub rnetis philosophiae, ut si nihil aliquis credere
velit nisi quod per philosophiam habere potest, cum e converso philosophia sit ad
metas fidei redigenda secundum illud Apostoh (I Cor. 10): in captivitatem redigentes
omncm intellecturn in obsequiurn Christi.

V. La Teología especulativa debe tener siempre ante los ojos los


siguientes priacipios, en cualquier asunto que estudie, lo mismo que en
todos los misterios de la fe:
a) Que nuestros conceptos de Dias y de las cosas divinas nunca pue-
den tener aplicacion adecuada, puesto que siempre los formamos por
analogia. b) Que los prineipios y premisas de la especulacion teológica
descansan en la fe y sólo pueden conocerse á la luz de la misma fe.
e) Que en todos los gradas del conocimiento especulativo y para toda in-
teligencia creada es el misterio una cosa incomprensible y superior á
los alcances de la razon.
1. Llamamos propios aquellos conceptoc; que reeibimos del objeto mismo,
é impropios aquellos que formamos mediante el conocimiento de otro objeto.
Por <manto no conocemos á Dios sino por sus obras y éstas no representan la
esencia infinita de Dios tal cual es, sino de una manera imperfecta y finita,
resulta que las perfecciones que referimos á Dios, buscándolas en la creacion,
no le convienen sino de un modo imperfecto y por analogia, por el contrario
convienen en toda propiedad (univoce) á las criaturas. Thom. De Ver. q. II.
a. 11. I. q. 13. a. 5: Neque enim in his, quae analogice dicuntur, est una
ratio, sicut in univocis ( cruv<.1WÚflltlÇ Aristot. Oategor. I. 1 ), nec totaliter di-
versa, sicut in aequivocis (óp.<.tlYÚflwç), sed nomen, quod sic multipliciter dici-
tur, significat diversas proportiones ad aliquid unum.
2. En esto se funda el dicho de Santo 'romás (I. q. 32. a. 1 ad 2): Trini-
tate posita, congruunt hujusmodi argumenta. No hay especulacion, por avan-
zada y profunda que sea, que establezca una nueva ciencia 6 descubra un
saber completamente nuevo; no hará más que asentar un "intellectum ex
füle,,, un conocimiento basado en el fundamento de la fe, único cimiento
verdaderamente sólido del ~aher humano. Henric. G:.mdav. Summ. I. a. 13.

http://www.obrascatolicas.com

li
§ 75. LA RAZON AL SERVICIO DE LA FE. 4B7 '

q. 7: Cum aedificium surgit, fundamentum non dimi~it. Et sic intellectus hujus


vitae nunquam :lidem evacuat, sed semper in suo fundamento habet, quia
propter debilitatem nostri intellectus in vita ista sine fidei temperamento taro
ardua capere non possumm;.
3. Las verdades de la fe no pueden, en modo alguno, confundirse con las
verdades racionales ( veritates juxta rationem), bien sean accidentales y con-
tingentes ( veritates praeter rationem), ó bien necesarias y eternas ( veritates
supra rationem ). Aquéllas no pueden conocerse por razones internas, toda
vez que se fundan en la enseiíanza libre de Dios. Augustin. De ver. relig.
e. 25: Temporalium rerum :lides sive praeteritarum sive futurarum magis
c:redendo, quam intelligendo valet. De Trin. IV. 1G: Numquid, quia verissi-
me dispntant et documentis certissimis persuadent, aeternis rationibus omnia
temporalia fieri, propterea potuerunt in ipsis rationibus perspicere, vel ex
ipsis colligere, quot sint animalium genera, quae sernina singulorum in exor-
diis, qui modus in incrementis, q ui numeri per conceptus, per ortus, pe:r
aetates , per occasus, qui rnotus in appetendis, quae secundum naturam sunt,
fugiendisque contrariis ! N onne ista omnia non per illam incommntabilem sa-
pientiam, sed per locorum ac temporum historiam quaesierunt et ah illis ex-
perta atque conscripta crediderunt? ... Alioquin non ejusdem generis prae-
terita, quae potuerunt, historiei inquirerent, sed potius et futura praenosce-
rent. Esto acontece con todos los hechos divinos del órden natural; pero
nunca podremos comprender los del órden sobrenatural, aun despues que i>e
han realizado. Eso no quiere decir que no seamos capaces ele comprender la
conveniencia de los hechos divinos relativos á la salvacion; toda vez que
" esta conveniencia se ajusta igualmente á reglas y razones, pero lo que
verifica la eleccion de lo conveniente para darlo existencia real es la libre vo-
luntad de Dios, no una necesidad geométrica.,, Leibnitz, Discurso acerca de
la conformidad de la razon con la fe, p. 480, ed. Erdmann. De esta manera
demuestra Santo Tomás la conveniencia de la Encarnacion, pero anade (III.
q. 1 a. 3): Ea, quae ex sola Dei voluntate proveniunt supra omne debitum
creaturae nobis innotescere non possunt, nisi quatenus in S. Scriptura tra-
duntur. Tocante á las verdades necesarias y eternas las aplicamos el princi-
pio anteriormente sentado : dada la imperfeccion de nuestros conceptos es
absolutamente imposible conocerlas por razones internas; segun la expresion
del Doctor angélico (C. Gent. I. 8): "dumrnodo desit comprehendendi vel
demonstrandi praesumptio,,; la doctrina contraria supone un desconocimiento
completo de la dignidad de la fe, "quae est de rebus, quae rationem huma-
nam e:ll:cedunt,,, y además el "scrntator majestatis,, se trasforma, segun
dicha. doctrina, en "fabricator haeresum,, (Bernard. ep. 191 ), aparte de la
insuficiencia manifiesta de la pretendida prueba. Thom. I. q. 32 a. 1. Algunos
teólogos han sostenido la posibilidad de adquirir, por medios sobrenaturales,
una comprension más clara y elevada del misterio en esta vida mortal, hipó-
t esis impugnada por Santo Tomás (I. q. 32 a. 1) y Vazquez (Disp. CXXXV. 1 ).

http://www.obrascatolicas.com
-· ·.,·

PARTE SEGUNDA. LIBRO TERCERO. SECCION TERCERA.

VI. Para refutar opiniones erróneas ténganse presentes los hechos


siguientes:
a) La ciencia ieÓlóg·ica demuestra que el misterio es posible y que no
tienen valor alguno las objeciones que se oponen á esta t&lis; pero fun-
da su demostraciou en el hecho de la Revelacion y en la naturaleza de
Dios, que no puede contradecirse; no se funda en la inteligencia que
tengamos de la esencia íntima del misterio mismo. b) Cuando los San-
tos Padres y teólogos hablan de un ~ intellectus ex fide » y de « rationi-
bus necessariis» tocante al misterio, dan únicamente á entender, que
los princípios en que su demostracion se funda e::;tán tomados de la Re-
velacion, explic.ando esa necesidad en el sentido de una simple conve-
niencia.
1. El principio nuiversal que sienta que Dio ~, autor de la gracia, no
puede contradecirse como autor de la naturaleza, nos demuestra palpable-
mente que el misterio no se opone á la rar.on, hecho que no se deduce de la
proposicion especial en que se halla enunciado el misterio mismo. Si la razon,
por :< Í sola, pudiese comprender la absoluta inconsistencia de todas las obje-
ciones que se le oponen, tendría necesariamente una idea adecuada de la
esencia y de las cualidades d e Dios. Por <londe se ve qne una cosa es demos-
trar la posibilidad d el misterio , y otra proliar que los razonamientos que se
aducen en contra no tienen valor alguno ni fuerza demostrativa; ya que el
demostrar la inconsistencia ele las contrapruehas no equivale á probar la
posibilidad y la conveniencia dcl hecho por el conocimiento que se tiene <lel
mismo. Suarez, Metaphys. XXX. 14. Véase Tom. I. p. 150 ,;ig.
2. San Agustin y San Anselmo sostienen explicitamente nuestra doetrina. Del pri-
mem son estas palabras ( Ep. 120 :1: Si .iam fidclis ration cm pos c<it, ut, quod credit
intelligat , capacitas ejus intuenda est. et secundmn eam ratione reddita sum at lidei
suac , quantum potest, intelligentiam ... ; dum tamen, gno usqu e ad plenitndinem
cognitionis perfectionemqne perveniat, ab iti1w1·e fidei no n i-ecedat ... J am ergo, si
fi.deles sunnis, ad fid ei viam pervenimus , quam si n on dimiserimus, non solum ad
tantam rerum incorporearnm et incommutabilium, quanta in hac vita capi non ah
omnibus potcst , verum ctiam ad summitatem contemplationis, quam dicit Apostolus
facie ad fac iem sine dubitatione perveniernus. El segundo dice (Prolog. e. 1): Non
t ento, Domine, penetrare altitudinem tuam, quia nullatnnus comparo illi intelle-
ctum meurn . sed desidero aliquatows inte/ligere veritatem tuam. Neqne enim quaero
intellige1·e ut crcdam, sed crndo ut ·i.ntelliqam; nam et h oc cre do , quia, nisi credidcro ,
n on intelligam. Cf. e. 17. De Trínit. e. 2: Christianus ... del>ct ... scmper candem
fi.d em indnbitanter tenendo, aman d o et seeundnm iliam viYendo, humilitcr, quautum
p otest, qua e1·cre rationem , quomodo sit . Monolo g. e. :14. Cur Deus hom. I. 1. l<~p. 2. 2? ad
Fnlc. Estos pasajes nos dan la CX]>licaci011 de ciertas cxpresiones, como (_T rin. e. 4):
"neccssariis rationibus ,. , y (:Monol. prool'm.): " rationi s necessitas", puesto que en
las obras cit ~i <las, presu ponc sicmpre la. creencia cn los dogmas l1e la fo, y en otro
lu gar ha ee e~ta declamcion ( Cur Deus horn. e. 2): Quidqui d homo indo scirc vel di-
cere poss it, a ltiores tantae r ei adhuc latere rationes . Amper e ( Hist. lit. de Fra nc ia,
III. l'· 36(;): "No tien c por objeto poner los rn isterios ai alcance d e 1:1 inteligencia lrn-
mana, sino lrncer todo lo posible para demostra r estos 1Uistcrios d e tal manera que el
espiritu quede satisfecho despues de haherl os a1lmitido co n antdacion. No es posihle

http://www.obrascatolicas.com


§ 75. LA RAZON AL SERVICIO DE LA FR. 4.89
elevarse á ma.yor altura filosófica., sin haber rebasado los limites de la má..i severa..
ortodoxia.. " Tambien Ricardo de San Víctor habla unas veces de "argumentis neces-
sariis" (Trinit. 1. 4) y otras de "probabilibus" (III. 28).

VII. Dios ha dispuesto, en sus soberanos consej'o~, que lo natural


esté fundado en lo sobrenatural, pero téngase en cuenta:
a) que no lo está intrinsece et per se, sino extrinsece et ex ordinatio-
ne; ó) por eso la naturaleza racional lleva en sí una potentia obedientia-
lis para lo sobrenatural, mas no una potentia physica ni activa ni pas-
siva; e) á lo sumo es propio de la naturaleza un desiderium inefficax,
por cuanto halla en la Revelacion su complemento sobrenatural, que
no puede exigir, sin embargo, como deóitum.
El acto por el que el hombre es elevado al fin sobrenatural de la contem-
placion de Dios constituye indudablemente un perfeccionamiento de su natu-
raleza; ya que ésta es elevada sobre la esfera de su propia actividad y de su
condicion, " supra conditionem naturae ad participationem divini boni ...
quod est ipse,,. Thom. (I. II. q. 110 a. 1). Mas no posee, para alcanzar este
fin, ni potencia activa ni pasiva como condicion de su propia naturaleza, sino
· tan sólo "potentia obedientialis,,, puesto que obedece á la operacion divina
que la lleva fuera de la esfera que propiamente la corresponde. Thom. De
Ver. q. 8 a. 4 ad 13. I. II. q. 110 a. 4. Véase Tom. I. p. 93 sig. Esta potentia
ohedientialis tiene su raíz en la semejanza con Dias, "quia est in specie na-
tura.e intellectualis. ,, Por lo mismo no es capaz el hombre de aspirar á este
fin por sí solo, ni tampoco reclamarle como un debitum naturae, de tal suerte
que su imperfeccion positiva fuese consecuencia de no poseerle; muy al con-
trario, sin la Revelacion no puede siquiera sospechar su existencia (I Cor. 2,
6. 7. 17. Joan. Chrysostom. i. h. l. Thom. I. q. 1 a. 1 in II. Dist. 33. q. 2 a. 2.
De mal. q. 9 a. 5 ad 3 ). Bona.ventura (De incarn. Disp. III. 3) : "Las cosas
que pertenecen al órden sobrenatural, non fiunt secundum exigentiam creatu-
rae, sed secundum exigentiam dispositionis aeternae.,, Augustin. (Genes. ad
lit. IX. 17): Habet ergo Deus in se ipsa absconditas quorundam factorum
causas, quas rehus creatis non inseruit, easque implet, non illo opere provi-
dentiae quo naturas suhstituit, ut sint, sed eo, quo eas administrat ut vo-
luerit, quas, ut voluit, condidit. Ibi est _qratia, per quam salvi fiunt peccatores.
Es verdad que mediante la Revelacion puede la razon humana conocer la
conveniencia y armonía interna de las obras de Dios en el órden de la gracia,
pero nunca puede comprenderlas completamente, ni en su relacion con la
criatura elevada al órden de la gracia, ni mucho ménos en relacion con el
Creador Trino y Uno, cuyo couocimiento es indispensable para tener un con-
cepto adecuado de sus obras, lo mismo en el órden de la naturaleza que en el
de la gracia.
VIII. La fortaleza de la fe que, en sentir de los Santos Padres y
teólogos, se adquiere mediante la actividad de la razon iluminada por
la misma fe, no se refiere á ésta como tal, puesto que descansa eu la

http://www.obrascatolicas.com
; .. .
···. ,, ,·,
~/" ... ;

490 PARTJ<: SEGlll!ilDA, LIBRO TERCERO. SECCION TERCER.~.

autoridad de Dios y no se adquiere sino mediante la operacion de la


gracia; ántes bien dicha fortaleza viene de fuera ( ab extrínseco) , cual
una ensenanza que nos lleva á la fe, justificándola ante la razon, bien
sea positiva 6 negativamente, aunque no en su esencia, por cuyo medio
queda refutada la incredulidad., disipada la duda y demostrada la ar-
monía entre la Revelacion y la ra:wn.
1. Ya San Clemente Al ejandrino expuso este pensamiento (Strom. I. 20): i; SÀÀT)vtxij
ou ouV<X'tW'tEp<Xv '-ot<t 'tT,'1 &.HiOst'.1.~ :1.. 't. À.; palabras que dan la explicacion de
'f'<Àa<rncpl<X
s u axioma (Strom. I. 11): 7.EtOi;.1 ~ ~E~'.1.iwi;eç -;r,ç 7'117-rEwç. }~n análogo 8entido se expre-
sa San Agustin (Serro. CCXL.1): Qui novit, quo modo ista defendat, do ctior est, non
fidelior. Habet fidem, habet facmltatcm d efondendi fidem ... Ille autem, qui defendit
fidem, titubantibus n ecessarins est, non credentibu8. Cf. 'l'hom. II. II. q. 6 a. 1ad1. I.
q. la. 5: Haec scientia accipere potest a liqniil a philosophicis disciplinis, non quod
ex necessitate eis indig et , sed ad majorem manifeslation em eorum, quae in hae scien-
tia traduntur .. . Ho c ipsum, quod utitur eis, nun est p1·opte1· defecturn vel ins-uJ.ficien-
tiam ejus , sed propter defectwn inteltectus nostri, qui ex his, quae per naturalem ra-
tionem . .. cogn oscuntur, facilius rnanuducitu 1· ad ca, quae sunt supra rationem. Bo-
naventura in I. Sent. prooem. q. 2: Modns rationativus valct. àd fidei promotionem
tripliciter secundum tria genera hominum. Quidam enim sunt fidei aclversarii. Qui-
dam sunt in fide pe1:fecti. Quidam sunt in fide infirmi. Modus inquisitionis valet
primo ad confundendos ad·versarios. Unde Aug ustinus: advcrsu~ g·arrulos rationato-
res, elatiores magis quam capaciores, rationibus catholicis et similitudinibus est
utendum. Secundo valet adfo-vendurn inffrrnos; sicut cnim Deus caritatem infirmorum
fovet per beneficia t emporalia, sic lidem infirmornm fovet per argumenta probabilia . .
Si enim infirmi viderent rationes ad lidei probabilit atem deficer e , et ad oppositum
a.bundare, nullus persistcr et. Tertio valet ad delectand1t1n pe1:fecto.~. Miro enim modo
anima delectatnr intelligendo, quod pcrfecta !ide credit.. Unde Bernardus: Nihil li-
bentius intclligimus, 11uam quod jam lide c1·edimus.
2. Puesto que la investigacion científica no afecta a la fe como es en si, ta.mpoco
es capaz de mermar el m érito de la misma fe. Thorn. II. II. q. 2 a. 10: Cum homo
habet promptam voluntatem ad cr edendum, diligit veritat,em creditam ct super ea
excogitat et amplectitur, si quas rationes ad hoc invenire potest; quantum ad hoc,
ratio humana non excludit merit111n fidei, secl eNt sign 1on major is rne»iti ... Rationes,
quac adducuntur ad a.uetorit~item fid ei non sunt d emonstl'ationes, quae in vi sionem
intelligibilem intellectum humanum r educore possunt,, et ideo non deHinunt esse non
apparentia, sed remo ·~ent impcdimentafidei, ostendendo , non esse impossibil e , quod
in fide prop0nitur. Unde per tales rationes non minuitur m eritum ficlei n ec ratio fi dei.

IX. Este es el momento de poder apreciar y juzgar e) axioma d.e las


escuelas: Philo::;ophia est Theolog·iac ancilla. Desde lUégo le considera-
mos como una consecuencia de este otro principio: «Toda verdad con-
duce á Dios. » Segun el cual todos los resultados ele la verdadera cien-
cia no hacen más que confirmar las doctrinas de la fe, tanto más cuan-
to mayorcs progresos haga y siempre que, valiéndosc de sus fuentes de
conocimiento, no se salga de su propia esfera.
La idea de la verdad conduce al espíritu necesariamente à un prirner sér
que es fuente de toda verdad; así como la idea de lo bueno despierta la de un
·· .. i
primer ser q ue es origen del bien y la idea del ,.,er nos lleva a] ser ilimitado,

http://www.obrascatolicas.com
§ 76: LA TEOLOGÍA COMO CIENCIA DE LA FE. 491
infinito, absoluto, á Dios. Plat. De Rep. VII: 35: rt.U't'O 't'O &.A"fl6k VI. 5, 17:
, - ( - - \ ' , ' - ' - _, , ' , ' i 'fl
EV 't'ti> opct.'t'Cp cpwç XOC\ 't'OV 't'OU't'OU xup~ov 't'EXOUa-oc, EV 't'ti> VQ"fj't'lp OCU't'"fl xup~oc !l1>."f1'JE~OCY

xocl vouv 'ltoc2wrxop.ilv·fl. Así puede, con toda verdad, afirmarse que todo pro-
greso científico constituye tambien un progreso en la apologia del Cristia-
nismo y que el espíritu humano, en el mero hecho de ponerse al servicio de
la ciencia, 88 pone tambien al servicio de la verdad cristiana.

§ 76. LA TEOLOGÍA cmrn CIE:NCIA DE LA FE.


PROGRESOS DE LA TEOLOGÍA.

I. En la Teología, principalmente en la especulativa, se verifica la


union de la fe con la razon, para llegar á un conocimiento más perfec-
to y más profundo de las verdades. Es, por eso, obra de Dios y del
· bom bre, de la fe y de la ciencia, de la luz de la gracia y de la luz de
la razon.
1. Véase tomo I. pág. 8 sigs. Decr. Indic. d. 11. Jun. 1855. pr. 4: Me-
thodus, qua usi sunt D. Thomas, D. Bonaventura et alii post ipsos Schola-
stici non ad naturalismum ducit. Pr. 3: Rationis usus fidem praecedit, et ad
eam hominem ope revelationis et gratiae conducit. Segun Melchor Cano es
muy antigua en las escuelas la division de la Teologia en positiva, polémica
y especulativa (l. e. VIII. 2). Lá primera tiene por objeto formular los dog-
mas con sujecion a las fuentes de la Revelacion; la segunda defenderlos con-
tra los errores y la incredulidad; la tercera ilustrarlos y confirmarlos por
medio de las ciencias humanas, con el auxilio de la fe. Teniendo en cuenta
que la segunda division se halla íntimamente relacionada con las otras dos,
sólo quedó subsistente la division en Teologia positiva y especulativa ó esco-
lástica. Greg. de Valent. T. I. Disp. I. q. 1. p. 1: Positiva theologia dicitur,
quatenus occupatur potissimum in explicando ipso Scripturae sacrae, sensu,
ad enmque elicienclum tum aliis adminiculis tum praecipue auctoritate SS.
Patrum utitur. Quo ipso quasi principia firma aliarum conclusionum theo1o-
gicarum ponit, et ideo positiva videtur dieta, quia videlicet ponit et statuit
ex Scriptura principia Theologiae firma. Scholastica vero theologia vocatur",
prout explicat ac confirmat ac defendit uberius et accuratins fidei sententiam,
subtiliter iis etiam rebns animadversis, quae vel ex fide consequentes sunt
vel fidei repugnant, et quarum perspicientia veluti clarissimum quoddam
lumen juvat, ut tenebrae, quas haeretici suis fallacibus argumentis veritati
fidei nituntur offundere, facillime despici atque dispelli possint. Duplessis
d'Argentrée (Loc. theol. c. 7) Theologia scholastica ... disciplina, quae de
rebus divinis et supernaturalibus disputat, ut ex veritatibus a Deo revelatis
rectas cum de ipso Deo tum de creaturis consecutiones eliciat, quibus fidei
mysteria explanei, suadeat, confirmet ac tueatur. Cf. Pallavicini, Stor. del Cone.
di Trento XII. 10. De esta manera la ratio theologica, en oposicion a la ratio
mere naturalis, forma de la Teologia especulativa un conjunto organizado,
que tiene 8U raíz en la fe, como en su principio supremo.

http://www.obrascatolicas.com
492 P.4.RTE SEGUNDA. LIBRO TERCERO. SECCION TERCERA.

2. Los antiguos dividieron esta ciencia en: Teología de Dios (Theologia


Dei ), de los bienaventurados ('l'heologia comprehensorum) y de los viadores
( theologia viatorum ). La primera sobrepuja todos los demas conocimientos
teoló gicos por su extension y su evidencia; las dos últimas hacen genere una
misma cosa , pero se diferencian speC'ie , toda vez que ambas sostienen idénti-
co8 princípios y conclusi ones, por más que la Teologia de los vi adores lo
baga con suj ecion a los procedimientos científi cos y sin evidencia, siendo,
por consigui ente, subalterna de la Teología de los bienaventurados. Pero es,
al mismo tiempo, una imagen, siquiera sea imperfeeta, de l::i. Teología. de
Dios. Prop. 2 Bent. (Denz. 395): Quod ad hoc , quod homo habeat certitudi-
nem conclusionis, oportet, quod sit fundatus super prin cipia per se nota.
II. Así como en la fo se distingue el hábito, el asentimiento y la
certeza, de la misma manera tiene tambien la Teolog'Ía su há.bito, su
asentimiento y su certeza }Jarticulares, que se diferencian de los de la fe
y de la ciencia natural.
Santo Tomás rlefine el hábito ( I. II. q. 49 a. 2): Dispositio, secundwn
quam bene vel male disponitur dispositum aut secundmn se aut ad aliud;
cf. Aristotel. Metaphys. V. 24. Ethic. VI. 3: ·r1 p.b ãp:t. Em!T-;},p:ri b-úv gç,.ç
à:"TtoOE~xnx·r; . Lugo, siguiendo el ejernplo de las escuelas ( l. e. I. 13) distingue
entre habitus theologiae acquisitus é infusus; el último de los cuales es so-
brenatural por su principio, la fe, por su obj oto , que es Dios, por su motivo,
que es la Revelacion, y por su fin, que es el conocimiento sobrenatural de
Dios. Lugo, l. e. I. 13: H abitus theologicus datur ad credend a ea, quae in-
feruntur ex revelatis et ut concurrens simul cum habitu fidei attingat per se
totum id, quod non potest pertingere per se habitus fülei. Aunque la certeza
que suministra el asentimiento teológieo no es infalible, sin embargo, por
tener orígen en el hábito sobrenatural, es tambien de esta naturaleza, aunque
sostenga lo contrario Suarez (l. e. VI. 4. III. 11 ). Constituyen su objeto aque-
llas conclusiones que, sin ser eu si mismas revel adas, se dedueen de las ver-
dades de la Revelacion mediante el discurso racional, por lo cual no se co-
nocen solamente por el testimonio de la Revelacion. De donde se infiere que
el fundamento dei asentimiento t eológico es diferente del de la fe, como es
tambien diferente su certe7.a. Cf. Lugo, l. e. 'l'anner, Theolog. scholast. T. I .
Disp. L q. 3 dub. 2.
l'or cuanto los dogmas de la fe, que constituyen las dos premisas, ó á lo
ménos una, de la conclusio theologica, llevan consigo una certeza muy supe-
rior á la que corresponde a las vercladeR conocidas por medios puramente na-
turales, resulta que la ciencia teológica participa de las ventajas de la fe en
tanto mayor grado cuanto más inmediata y evidente es la relacion que existe
entre la concl usion y las premisas de la fo.
De esto se sigue, como inevitable consecuencia, qu e así como el hereje no
puerle practicar verdadero8 actos de fe, tampo co puede existir en él aseuti-
miento teológico, y si só lo un asentimiento puramente natural ex habitu
acquisito. Lugo, l. e. I. 13. Greg. de Valent. 1. e. Disp. I. q. 3 dub. 1.

http://www.obrascatolicas.com
§ 76. LA TEOLOGÍA COMO CIENCIA DR LA FE. 493
III. En cierto sentido puede excluirse la Teología del número de
las ciencias; en cuanto que sus principios ni se conocen a priori ni son
evidentes; pero esta inevidencia no es efecto de su imperfeccion, sino,
muy al contrario, signo de perfeccion altísima.
V ease Tomo I. p. 11 sigs. Si nos aterremos á la definicion aristotélica, la
Teología no es ciencia. Anal. Post. I. 30: 'li p.E:v E7:~1rr-f1 r"f'1 xa~ÓÀotJ xal o~'
iivayxalwv. Pero este carácter es propio únicamente de las Matemáticas y de
la Metafísica; en tanto que todas las demas ciencias, como las históricas y
las naturales, dejarian de ser tales ciencias, si le tuviesen. E sa inevidencia
desaparece tambien en la Teologia de Dios y de los bienaventurados, por ser
tan sólo consecuencia de la imperfeccion de la inteligencia creada y no ha-
llarse fundada en manera alguna en la naturaleza de la verdad misma. Greg. j - ·~

de Valent. Disp. I. q. 1. p. 3 : Theologia est secundum quid scientiaimperfec-


ta scl. secundum definitionem Aristotelicam; est tamen simpliciter praestan-
tior habitus intellectualis, quam sint alii naturales habitus intellectus tum
propter summam certitudinem diviuae revelationis, tum etiam propter rerum
nobilitatem, de quibus tractat. Praestantia habitus non solum nec potissimum
ex evidentia affirmari debet, sed praecipue ex certitudine. Ideo enim vel maxi-
me evidentia pertinet ad dignitatem habitus, quia est conjuncta cum certitu-
dine. Nam secundum certitudinem convenit cognitioui, ut non possit esse
falsa, quae est maxima cognitionis perfectio. Thom. I. q. 1 a. 5 ad 1: Dubi-
tatio , quae accidit in aliquibus circa articulos fidei, non est propter incerti-
tudinem rei, sed propter infirmitatem intellectus humani. Cf. M. Canus,
l. e. XII. 1. La unidad de la Teologia, considerada como ciencia, se funda
en la unidad de la ratio formalis ó del objectum fonnale sub quo, á la vez
que del objectum formale quod, es decir, Dios. Thom. I. q. 1 a. 3.
IV. El fundamento divino sobre el que descansa, la certeza que
ofrece, el objeto en que se ocupa y el fin que persigne son otras tan-
tas pruebas que atestiguan la dignidad de la Teología y su preemi-
nencia indisputable sobre todas las demás ciencias.
San Ambrosio llamó ya la atenci on hácia el carácter universal de la Teología (in
Luc. prooem.): Qui in Scripturis divinis etiam illa, quae miranda illi (philosophi) pu-
tant, quaerit, inven iet. Tri{t sunt enim , quae philosophi mundi istius prnecellentis-
sima putaverunt, triplicem scl. esse sapientiam quod aut natm·alis sit a ut m01·alis aut
;.~
r<itionali..... Omnem, quem mundana sibi sapientia vindicat principatum, sapientia
vere possidet spiritalis. Angustin. Ep. CXXXV. 5 ad Volusian. Hic physica, quoniam '
omnes omnium naturarum causae in Deo creatore sunt. Ilhe ethica, quoniam vita
bona et honesta non aliunde formatur, quam cum ea, quae diligenda sunt, quemadmo-
dum diligenda sunt, diliguntur, hoc est Deus et proximus. Hic logica, quoniam veritas .'
't, •

lumenque rationalis non nisi Deus est. Hic etia m laudabilis reipublicae salus; neque
enim conditur et custoditur optime civitas nisi fund am ento et vinculo fidei firmaeque
concordiae, cum bonum commune diligitur, quod summum et verissimürn Deus est,
atque in illo invicem se diligunt sincerissime homines, cum propter illum se diligunt
cui, quo animo diligunt, occultare non possunt. En esto se fundan otros escritores,
con Santo Tomás (I . q. 1 a. 5) para llamarla , con referencia á ciertas palabras de la
S;i,grada :Escritu ra (I Cor. 12, 8) la ciencia. por antonomasia (Fr. Tolet. in I. q. 1 a. 6);

http://www.obrascatolicas.com
., '.; '
~· ~·

PARTE SEGUISDA. LIBRO TERCERO. SECC!OIS TERCERA.

efectivamente ella tione por objeto la causa suprema y e! fin últ.irno de todas lasco-
sas, Dios, dirige todas las dernás ciencias á este objeto, y corrige para eUo sus extra.-
vias. Bonaventur. Breviloqu. prol.: 'l'heologia substernens sibi philosophicam cogni-
tionem et ass nmens de naturis rerum quantum sibi opus est ad fabricandum specu-
lum per quod fiat r epraesentatio divinorum, quasi scalam erigit quo.e in sui infi:mo
tangit teri·am et in suo ac11min1i langit coe/um. I'ensamiento que desarrolla con mas
a.mplitud en sus dos obras "Itinerarinm mentis ad Deum" y "De reductione artium
ad theologiam n·

V. Siendo la ciencia de la fe obra del entendirniento humano guia-


do por las luces de la Revelacion divina en que se apoya, es susceptible
de perfeccion y desenvolvimiento progresivo. Efectivamente, existe
progreso en la Teología y ::;e manifiesta bajo dos formas: l .º En sentido
negativo, corrigiendo ideas y conceptos erróneos, principalmente aque-
llos que: u) se han tomado de otras ciencias, bajo la forma de dog-
mas; ~) 6 los que se han expuesto en las escuelas como pruebas teoló-
gicas. 2.º En sentido positivo: a) dando mayor amplitud al asunto;
~) elaborando y desarrollando sin cesar sus teorías y sus conceptos.

1. El desenvolvimiento del tesoro doctrinal de la Iglesia da por resultado


el progreso de la Teología. Ambas se encuentran en una r clacion d e mutua
reciprocidad. La ciencia presta su concurso á la Iglesia para el desenvolvi-
miento de la fe, en calidad de auxiliar y causa instrumental sobre la base
del depositum fidei invariable ( M. Canus, l. e. e. 8 ). En esto estriba la digni-
dad de un doctor de la Iglesia y la importancia de la uniformidad de los teó-
logos en la ensenanza de una doctrina; y de aqui se deduce, por otra parte,
el carácter herético de la Prop. 1 " Auct. Fid. ,, : Postremis hisce saeculis
sparsam esse generalem obscurationem super veritates gravioris momenti,
spect::mtes ad religionem et quae sunt basis fidei et moralis doctrinae J esu
Christi. M. Canus, l. e. VIL 3. A medida que crece el tesoro doctrina1 de la
Iglesia, adquiere tambien mayor amplitud el campo de la Teologia, ya en
cuant.o ai desarrollo de la doctrina ó respecto de la certeza, toda vez que el
depósito de la fe encierra un tesoro inagotable de ideas, algunas de las cuales
serán definidas en lo por venir, bajo la direccion de la Iglesia.
2. De aqui se deduce tambicn en qué sentido debe entenderse la existen-
cia de doctrina·s erróneas en Teologia. Como quiera que ésta saca sue; conclu-
siones de lati proposiciones dogmáticas y el cuerpo de teólogos influye , de
una manera merliata, en el magisterio mismo de la Iglcsia, resulta que la to-
talidad de clicho cuerpo nunca puede errar en una tésis dogmática ni aun en
cuestiones puramente teológicas. El trabajo comun de las diferentes escuelas
de Teologia puede muy bien conducir al esclarecimiento de errares profesados
por alguua escuela especial y á hacer más patente su relacion con el dogma,
como sucedió en el de la Inmaculada Concepcion, en el de la infalihilidad
pontificia y otros. El progreso de la ciencia teológica da principalmBnte por
resultado el corregir aquellos errores que pudieran toroarse de otras ciencias,
como la generatio aequivoca , 'De natura coelorum, etc.; ó int erpretaciones de

http://www.obrascatolicas.com
§ 76. PROGRRSOS Dl~ LA TEOLOGfA.

la Sagrada Escritura y de los Santos Padres que, á consecuencia de ulterio-


res investigaciones, resultan inadmisibles.
3. Los Santos Padres y los teólogos admiten el progreso positivo en la
Teología. Augustin. Civ. Dei XVI. 2. De don. persev. e. 20. De ver. relig. e. 8.
Los herejes han sido, de un modo indirecto, los principales promovedores da
este progreso. Vinc. Lirin. l. e. e. 27: Intelligatur industrius, quod obscurius
intelligebatur ... Eadem tamen, quae didicisti doce, et quum dicas nove,
non dicas nova. e. 28: Crescat et multum vehementerque proficiat tam singu-
lorum quam omnium, tam unius hominis quam Ecclesiae, aetatum ac saecu-
lorum gradibus intelligentia, scientia, sapientia; sed in suo dumtaxat genere,
in eodem scl. dogmate, eodem sensu eademque sententia... Sequatur (dogma)
has decet profectuum leges, ut anuis scl. consolidetur, dilatetur tempore, su-
blimetur aetate, incorruptum tamen illibatumque permaneat. Cf. Cone. Vatic.
l. e. cap. 4 in fin.
El concilio de Viena (Denz. 411) reconoce este progreso de la Teología al tratar de
la cuestion relativa á la eficacia del bautismo: Quia quantum ad effectum baptismi
in parvulos reperiuntur doctores quidam theologi opiniones contrarias habuisse,
quibusdam ex ipsis dicentibus, per virtutem baptismi parvulis quidem culpam re-
mitti, Dei gratiam non conferri, aliis e contra asserentibus, quod et culpa eisdem in
baptismo remittitur et virtutes et informans gratia infunditur ... Nos ... opinionem
secundam ... tanquam probabiliorem et dictis sanctorum et doctorum modernorum
magis consonam ... duximus eligendam.

VI. Lo primero que determina el progreso de la Teología es el


crecimiento del tesoro de la fe; en segundo lugar pueden contribuir á
ese progreso los adelantos de las ciencias profanas, bajo dos formas di-
ferentes:
l .º De un modo directo: ri.) A causa de la relacion y de la influen-
cia recíproca de todas las ciencias entre si; ~) por la utilidad que de-
riva la ciencia de la fe de todo resultado seguro que obtengan las cien-
cias profanas, como la del lenguaje, la historia y las ciencias naturales.
2.º De un modo indirecto: ri.) A causa de la necesidad en que está de
refutar incesantemente los errares que surgen con el progreso de las
ciencias; ~) por el exámen constante que hace de los princípios funda-
mentales y demostraciones de dichas ciencias, operacion que no puede
ménos de influir en el desenvolvimiento de la que verifica el exámen.
Snarez (l. e. II. G): Dicendum est specialiter de Ecdesia Christi, successu
temporum crevisse in sapientia rerum divinarum acquisita, mediante fide, ut
experimento constat ... advenientibus aliis ( illustrioribus doctoribus ). El
, Espíritu Santo que sin cesar vela por el bien de la Iglesia, es el que, en
tiempo oportuno, la envía estos maestros, como San Atanasio, San Agustin,
Santo Tomás y tantos otros. Totum pendet ex ordine divinae providentiae,
adjuncta sollicitudine pastorum Ecclesiae. Id. l. e.
VII. Por eso, aunque no conviene seguir incondicionalmente un

http://www.obrascatolicas.com
!96 PARTE 'SEGUNDA. LIBRO TERCERO. SECCJON TERCERA.

sistema 6 método determinado de la ciencia teológica, ya la Patrística


6 Escolástica, etc. , el 'interés de la misma ciencia reclama que no se
rompa completamente con los princípios y doctrinas fundamentales de
las escuelas teológicas del pasado, ya que semejante ruptura no podría
ocasionar sino gravísimos danos al benéfico y fecundo desenvolvimiento
de la Teologia.
Syllab. p. 13. Ya Melchor Cano (l. e. prooem.) expuso las ventajas que ofrecen las
e.ntiguas y modernas cscuelas en sus relaciones mutuas, no sin r eprobar las altera-
ciones que ha sufrido la Escolástica ( l. e. VIII. 1). Y Gregorio IX sefiala el peligro
rle que surjan nuevos errores al empezar una nueva era, d. Non. Jul. 1223 ad ma-
gistros theologiae Parisicn. (Denz. 379): Praescntium vobis auctoritate mandamus et
di stricte praecipimus, 11uatenus . . . sino fermento mundanae scientiae doceatis theo-
logicam puritatem, non adulterantes verbum Dei philosophorumfigmentis ..• Sed con-
tenta terminis a Pat1'ibus constitutis, mentes auditorum vestrorum fructu coelcstis
eloquii saginctis, ut íoliis verborum semotis límpidas aquas et puras, tendentes ad
hoc princÍJJaliter, ut vel fidem adstruant vel mores informent, hauriant de fontibus
Salvatoris, quibus r efecti interna crassitudinc dclectentur. Por eso tiene aplicacion
en todos los tiempos la exhortacion que dirige Orígen es á Gregorio de Neocesárea
( 1. 87 ed. Mign.): 'A)).' E"(W 't'!\ mi<l\I 'tTjÇ EÚ<pulaç Ôuvrip.Et crou E~ouÀ6p.71v xa'tcx;'p~crcxa6cxl
at 'tEÀtxwç p.h tlç Xpta'ttotvtap.óv , 'ltot71-;txwç 01: lltà wõ 't' &v 71u~rif1.T1v -r.:apaÀcx~Eív <rE xal
'f'Àocro<p[aç 'EÀÀ-f1vwv 'tà o[ovEt Elç Xpta'ttavtap.óv àuvrip.EY!X yevia6at €yx.ú:x.Àtcx p.a6T,p.nct i\ rrpo-
,. 'ltcxtÔEÚp.a-;ct, xal 'tci: tX'ITÓ "(EWfJ-E'tp(aç X<lt tXa'tpovop.l!XÇ zpr1aq.1.a' EaOfJ-EYct EtÇ •71v 'tWY ispwv "(PCl'fWY
ôtT,"(Ti'1tY, 'i·/ limp 'fªªl <flÀoa67wv mi:Tosç rropl ·(SWi!E'tplaç Y.:t! 11ouatY.'1íÇ, ypap.p.a'ttX'íç 'tE i<.ctl
· ··1

p71'toplxTjç Xctl àa'tpovop.(ciç, WÇ auvEpiOwv <ptÀoao'?(~, 'toõ6' T1fJ-ElÇ' E~'ltWfJ.EV xal 1tEpl aU'tTjÇ 'flÀO-
<ro<plcxç 1tpóç Xpta'ttavtap.Óv. Hé aqui e! retrato que hace San Gregorio Nacianceno dei
verdadero teólogo (Orat. XXX. 17): ÜÚ'toç iXpta'toç ~p.rv 6EÓÀoyoç, oux oç Evps 'to 7tilv,
ouô! yàp ôéxE'tCXt 'tO T.:iÍ\I ó ôfop.oç' iúÀ' oç ª" êÍÀÀou 'f!X'1'tcxa-O{l 7tÀEoY, X!Xl 'ltÀEfo\I E\/ ECIU'tlj'.I
llU\>a"(CX"(~ 'tÔ 't'l'iÇ àÀT,(JE(aç C\<OCXÀ!J.CX f. àT.0'1l<.tC!<rp.a 'íJ (; 'tt l<.!Xt OYOfJ-CÍaop.EY .
. ,

FIN :OEL TOMO SEGU I\DO .

.........;..

http://www.obrascatolicas.com
ÍNDICJ(,

8 ~>t-i. La inteligencia. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . JOI


s ,Y1. :Yiemoria, razon. ent cnfümiento , conciencia. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . n:;

liO. El ontol ogismo.......... . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ......... ±lfj


"'" 6 l. La hipótesis de las ideas innatas.... . . . . . . . . . . . . . . .
f,;
~ ......... .J2l
62. L<t teoria de! conocimíento segun Santo 'l'u1nà..... ............... 4:.H
"
\;

DEJ, l ' ONOCBIJENTO S OBRENATURAL. LA fo'E.

§ 1):). La fe y e! objeto de la fe en general... . . . . . . . ..... ... . .. 4;jO


§ 64. La fe divina y su obj eto........ . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . -1'34

MOTIVO DE LA FE.

§ 65. El moti\'O de la fe divina............................... . ... -tH


§ 6(). Dellnici on más precisa del motivo de la fo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4,u

DE J,A PJ\ODUCCION Y C CALlD AIJES DJo: LA f'e .

§ 1.i 7. Génesis d,; la fe . .... . ......... .


lfo. Proceso ele la fe <·at6lica ......... .... ... .. . . . . . . . . . ... .. . .. . ... . .
"1
~

; ~1. Cuali<lade"' esenciales de la fe . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15:;


"'
~

"'§ 70.
~

71.
.Fe y duda. ......... . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
L a fe y el mi:<terio. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
-lC2
11;:1
§ 72. Dig nirlatl de la fe. ............. .. .. . ...... . .... .. ..... .......... J72
§ 7'3 . L a taba libertad de la ciencia. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . t 7.)
§ 71. Inf!ujo ele la fe en la ciencia racionai. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . fi,'i
La razon a l servi cio de la fe. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
"'
:-- 75.
<.:. ~ r: L a Teol ogia como ciencia de la fe. Progreso,; Je la Teologí a. .... .. .
hO
b'll
"'

http://www.obrascatolicas.com
Íl\D ! C'E .

l' :i:..::iaas.

EL ~1.u:t ~TJ.:Hl ú JNFAJ, rnu; V l~ 1,,\ SE llE .~PO S T \Í L l< 'A.

;:; ;J:-<. El Papa r omano es autor d e las d eeisiones infalibles en m arcl·ia


de fe ............. ... . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 'J .;()
(::\ i3U. De la i nfa libilirLu1 del r om m10 P ontífice dernostrnda por la Sagrada
Escritura ......... . .. .. . . : . . . . . . . . • . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . :108
!:j 40. L n. infalibiiidacl del rum.an o l 'omífiee, de mostr ~ul a p or el test imoni o
th: los San tos Pa tlrc~s, p or la c:ondnct.a <1e los Papas y po r el proce -
d er d e la Iglcsia .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . •;07

§ 4 1. E 1 Concilio g eneral. ... .. . . . .. . .... .. . ... . .. . . .. .. . . .. . .. . ... .. .


§ 42. El lJapa y el Con cilio en sus u1 n tnas relaciones . . ..... .. .. ... .. . . .
§ .J,; :. R epresentan tes m ediat os d e la i11falil 1ilidad de la I gloc, i:.t . ... .. . . .. .

E J. IJ0)11N l0 DEL ~IA G ISTEHIO I N FA LIBLE DE LA JCLE;< I A.

§ 4-t. E l llogma católico . . .... .. . .. ..... .. . ..... . . .. . . .. .. .. . . . . . . .. .


§ El tlominio de las v erdad es tlogmàt.icas en sentido rn e.Jiato . . ... . . . .
4 :) .
§ 4.G. Definicion del domín io del magi~terio in fa lible de la I glosia . . .. . .. .
~ 4 7. L a~ cen s ura~ teológicas .. .. . . .. . ... . . . . . . . .. . . .. . . . .. . . . ... . . .. .
..\. P r oposiciones 11ue f'.IJntradi ccn los prece ptos dogmá rit;o::; y lllo rale:; ..
I&. P r oposicione:; que so n con d:.;naliles por sn especial r olacio11 ,;, ])ios,
~ ) ~o
á lo"' Sautos y :í, la I g lesia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . . . ' },_ ;)

l>EL CONOC lMl bl\T U :> ATU l(A L Y SOB!tEN ,\ Tl7HA L .

Del conocimiento natural. Hazo n.. .. . .. . ......... .. ... . . . ..... ... T'17
~ ~)'i . Co n cepto de la Filo.'rnfia y su r elac: ion con la 'l'eologí.R.. . .... .. .. . .

.J. A \" E IW A D ) L A CEllTEZ.-1.

§ .!!). D e la verdad. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ::l7 4


§ 51). D e la cer teza ...... . .. .. . ... .. . . . .. .. . . . . . . . . . .. . . .. .. . . ... : . . . . ').'i0
§ 51 . La evic1en .. ia .... . .. . . .. .. . . ... .. .... . . . . .. .. . .. . . . . .. . . .. . . ... . ~{)J3

SI S T};~L \ >i JJETER ODO:\ U::i EiS LA cn ;snol'i lt El. ATl\".I .\ L A t.' El:TE Z A.

"
~ 52. E l esccptieismo absolu to .. ... . ... . . . .......... .. .. .. ... . . .. ... . .
53. El tradicionalismo .•......... . ... . . .......... . . . . . . ... ...... ....
""
§"' 54. L as <l octrinas do L am enn ais ... . ..... ... . . .. . . .. .. . .. . . .... .. . .. .
" 55.
l' El sist ema de la ciencia al >sol nt:1. . . . . ... ..... . ... . . . . .. . .. .. . ... .

l>E J. .' :S ~ iEPl U:-< 1\1·. I. t U:\ t H_' L\ ll E !\ T ü.

§ 5G. J'rcrnisa ·: fund a men tale.s . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ::i'•!J


§ 57. l.a per ,:q ;cion ';ensi lile . .. . . .. .. ... . . .. ... . . . .. .. . . .. . . ... .. . ... . .111!)

http://www.obrascatolicas.com
498

EL PRIMADO lJE LA IGI,EHA.

§ 14. De la colacion del primado á Pedro .. _ . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . lf)7


§ 15. En qüé consiste el primado concedido al ap.óstol San l'edrn. . . . . . . . 1G8
§ 16. El primado de Pedro segnn los Santos Padre:"..................... lí4

EL l'RDIAIJO DEL PAPA HO~!ANO C'O~lü SlCESOR lrn PEDRO.

""\'i 17. Perpetuidad del primado en la Iglesia ........... . ... . ........... .


~
\'i 18. Elo bispo <1e Roma es el sucesor de Pedrn ............... . ....... .
l' 19. Pruehas tradicionales ..............•....... . . ...................
""
ESENCIA DEL PHDJAIJO DEL PAPA IWMANO: si; DIPOH'l'ANCJA.

§ 20. La potestad suprema dei Papa romano............................ l~lí

DE LA HEGLA DE FE.

§ 21. X ecesidad y carácter de la regla de fo imnediata..... . . . . . . . . . . . . . :.!OH


§ '..P Demostracion de la regia de fe católica deducida de ht naturaleza del
magisterio de la Iglesi:i, ............ , . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . :2 li>
\'i 23. Demostracion de la regla de fo c~üólica declucicla de la esencia de la
"" Iglesia, llé la fe y, en general. del plan divino de la 1,;alvacio11.... :.!Jí
\'i 2-i.
Demostrncion de la regia de ±e católica, deducicla de la historia de la
"" Iglesia...................................................... :Ul
§ 23. La regia de fo eu d prnkstauiisn1u,..... . ... . ...... . ............ :2:2\;

llE LA SAORA DA E~CH.ITCIL\.

"'
~ :.fü. Existencia de la :-:>agrada E.~critnra .......... . ................... .
§ 27. Inspiracion de la Sagrada Escritura .......... . ... . ..•............
28. Cánon de la Sagrarla Es('ritura. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ...... .
""
\'i
§ 'W. La explicacion de la Sagrada Escritura ............... . .......... .
§ 30. Autenticidad de la V nlgrlta ..................................... .
§ fll. La lectnra de la Sagradn Bíblia, prineipalmente eu lengua vulgar ..

DE LA 'l'ILH>ICION.

s '32.Concepto y usencia de la 'rradicion ................. .' ............ 2(iH


s tl3.Existencia de la 'l'radicion....................................... 2í2
§ 1H. Criterios qm' ensefia11 (t cono1·er la verdadera 'l'radiciou. . . . . . . . . . . 280
§ nã. Fuentes y testimonios de la Trailicion. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2H2

p~; LOS llEPHESEN'l'A:\TES I>EL >IAGl:>TElt!O DE LA JULESIA.

§ ôt:i. De las deuisiones dogrm<ticas de b Jglesia en geneml.. . . . . . . . . . . . . :2r:~1


§ 3í. llefinicio11 m 'is pre:,isa de la infalihili•lad de las de('isiones llel nm-
gisterio edesiástico........................................... :2!1J

http://www.obrascatolicas.com

También podría gustarte