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generacional
INTRODUCCIÓN
“Dios está levantando hoy un ejército para traer una poderosa unción
que libere a la iglesia... pero ésta debe tener el conocimiento.”1
Derek Prince, afirma: “Puede haber fuerzas que obran en nuestra vida
que tienen sus orígenes en previas generaciones. Por consiguiente,
podemos ser enfrentados con situaciones recurrentes o patrones de
conducta que no pueden ser explicados sólo en términos de lo que ha
sucedido en nuestra vida o en experiencias personales .El origen de la
causa puede ser desde hace mucho tiempo, aun miles de años”.3 Él
continúa: “Muchos creyentes que deberían estar gozando de bendiciones
están cargados de maldiciones… no comprenden la base sobre la que
pueden ser liberados”.4
Rebecca Brown, explica: “Yo misma solía pensar que los creyentes no
podrían tener un demonio habitando en ellos. Fue hasta que Dios me
llamó a este ministerio”.5 Ella continúa: “Jesús nos limpia de nuestro
pecado… Pero nosotros debemos asumir el poder y la autoridad que
ahora tenemos por medio de Jesucristo y ‘limpiarnos’ de la ‘suciedad’ o
de demonios. Tan pronto como aceptemos a Cristo, los demonios son
intrusos y no tienen derecho a permanecer en nosotros a no ser
que nosotros mismos les demos derecho a hacerlo debido a pecado o
ignorancia”.6 Por otra parte, ella describe a niños que “han heredado
demonios a través de los padres”, añadiendo que ella los aconsejaba a
“pedir al Señor que rompa la línea de herencia y selle a sus hijos de ese
origen de los demonios”.7
Otra oración recomendada para ser recitada por creyentes, lee así:
“Jesús, primero te pido que me perdones por mis pecados y me limpies
de cualquier cosa en mi vida en que haya permitido la presencia de
Satanás y de espíritus malignos… ahora cancelo toda maldición y todo
demonio destinados a destruirme… cancelo toda maldad que se haya
hablado contra mí”.11
En tercer lugar, necesitamos leer todo el pasaje de los textos usados por
los que promueven la doctrina de la maldición generacional. Muchos
eruditos bíblicos que estudian el Antiguo Testamento han notado que el
juicio de Dios cae sólo sobre los miembros de la segunda, tercera, y
cuarta generación “de los que me aborrecen” (Éxodo 20:5;
Deuteronomio 5:9; compare también Deuteronomio 7:10; 32:41).12.
Estos especialistas explican que estas palabras (las que aparecen al final
de los pasajes citados por los proponentes de la maldición generacional)
además identifican a aquellos sobre quienes cae el juicio: la gente que
voluntariamente ha seguido a sus ancestros y sus modelos de conducta
rebelde. Estas palabras de las Escrituras explican que el juicio divino
está reservado para quienes persisten en rebelarse contra Dios al decidir
que perpetuarán los pecados de sus ancestros.
Ezequiel continúa: “Pero si éste engendrare hijo, el cual viere todos los
pecados que su padre hizo, y viéndolos no hiciere según ellos; no
comiere sobre los montes, ni alzare sus ojos a los ídolos de la casa de
Israel; la mujer de su prójimo no violare, ni oprimiere a nadie, la prenda
no retuviere, ni cometiere robos; al hambriento diere de su pan, y
cubriere con vestido al desnudo; apartare su mano del pobre, interés y
usura no recibiere; guardare mis decretos y anduviere en mis
ordenanzas; éste no morirá por la maldad de su padre; de cierto vivirá.
Su padre, por cuanto hizo agravio, despojó violentamente al hermano, e
hizo en medio de su pueblo lo que no es bueno, he aquí que él morirá
por su maldad. Y si dijereis: ¿Por qué el hijo no llevará el pecado de su
padre? Porque el hijo hizo según el derecho y la justicia, guardó todos
mis estatutos y los cumplió, de cierto vivirá. El alma que pecare, esa
morirá [refiriéndose a Deuteronomio 24]; el hijo no llevará el pecado del
padre, ni el padre llevará el pecado del hijo; la justicia del justo será
sobre él, y la impiedad del impío será sobre él” (Ezequiel 18:14–20).
CONCLUSIÓN