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¿Quién fue el Escudero?
- ¿Has comido, Lázaro? - No señor. Me topé con usted esta mañana, muy
temprano – le respondió. - Pues, aunque era temprano, yo ya había
almorzado. Y, cuando como algo por la mañana, no vuelvo a tomar nada
hasta la noche. Así que, pasa el día como puedas, que después cenaremos.
Cuando Lázaro escucho eso casi se desmaya. Lázaro se sacó unos panes
que le habían quedado y el escudero lo llamó. Había tres y el escudero
comenzó a comerse uno. Lázaro se comió el primero de prisa para que el
escudero no le quitara el otro. Estuvieron hablando hasta por la noche,
cuando el escudero le dijo que le enseñaría a hacer la cama sin embargo,
la cama era delgada y de mala calidad.
(interior de la casa del escudero, Lazarillo y el escudero)
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A la mañana siguiente, el escudero se levantó muy tranquilo y salió de
casa diciendo:
- Lázaro, te dejo a cargo de la casa mientras me voy a escuchar misa. Haz
la cama y ve a llenar la vasija de agua al río. Cierra bien la puerta de casa,
no sea que nos vayan a robar- En ese momento Lázaro se da cuenta que
su amo era pobre, a pesar de que aparentaba ser rico.
Lázaro comenzó a pedir pan por las casas que parecían más grandes y,
antes de que dieran las cuatro, ya había conseguido algo para comer.
Cuando Lazarillo llegó a casa el escudero ya estaba ahí él le dijo: - Pues, te
esperé a comer, pero como no venías, comí yo. Más tarde llegó la hora de
cenar, Lazarillo sacó los trozos que había escondido y, empezó a comer, el
escudero lo miró con hambre, al final Lazarillo no tuvo de otra que
invitarle, desde entonces el escudero llegaba muy contento a casa pues ya
sabía que el llegar, tendría en casa su plato de comida, una de esas noches
el escudero le cuenta Lázaro que su tierra natal era de "Castilla la Vieja" y
que en ese lugar tenía tierras y un palomar.
(Lazarillo pidiendo limosna)
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Un día un hombre y una viejecita llegaron pidiendo cuentas del alquiler de
dos meses. El hombre reclamaba la deuda de la casa y la viejecita, el
alquiler de la cama. El escudero dijo que iría a la plaza para buscar cambio
pero que volvieran más tarde. Cabe decir que el escudero nunca volvió.
Lázaro no se sentía seguro en la casa sin su amo, así que les contó a las
vecinas lo que pasó y durmió allí. En la mañana llegaron unos alguaciles
preguntando sobre el escudero, Lázaro les conto la verdad y de cómo el
escudero tenía bienes en “Castilla la Vieja”. De esa manera lo dejaron
tranquilo.
Y así, como acabo de contar, fue como el tercer amo de Lázaro, pobre
pero honrado, lo abandono y huyó de él.
(La casa del escudero, hombre en el siglo XVI, monja en el siglo XVI dibujo
y Lazarillo)