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PIEDRAS EN EL AIRE

Se enfriaban las miradas, las piedras. tú


pensaba que mentía, sin embargo,
búscate repentinamente reponer el idioma
que habló por estulta una vez cualquier
estrella.

Era tú primer dolor,


Un dolor sin edades.

Luego, intentaste subyugar a los jerarcas


del destino, y no te diste cuenta que eras
pes sin espina, camino por dónde los
transeúntes se extraviaban todos.

LAS UÑAS DEL TUNEL

Mujer, no me ame con faltas ortográficas.


No me bese con errores.
No me dé abrazos mal calculado.
1
No me lleve a la cama de los infinitos
aguijones.

El cristal de mis ganas en tus manos se


volvió más cobarde.
Desde entonces, la noche como piedra
está cayendo en mi guarida.
Porque pienso tanto, ya ni soy parte del
círculo.

Si intento palparte, se me gotean las


manos.

En la cifra perdida de las miradas, describe


a estilo sepulcral mi temor.
Después quiere hablar de temas por los
cuales se reproduce de un pronto la
sangre invisible.

Porque quiere que la roca de los años sirva


de espejo, de fuego en la pausa que al
2
recordarlo, señala efusivo destino tan
dormido.

LAS UÑAS DEL TUNEL ll

Mujer, cargas en tu cuerpo el Linde del


poema.
Con tus ojos se escriben cada una de sus
letras.

En los labios posa milenariamente el


inspirado veo, que hace posible la religión
del tacto. Creo que puede con mi ruego
establecer una enseñanza, la enseñanza
tras la cual fallecen los dioses del futuro.

Mujer, emerge desde tu pecho, el eterno


engendro de una esperanza que nadie
nombra. Y por ti, los pensamientos de la
lluvia son aviones en su vuelo más incierto.

3
Se puede con tu cabello diferir los brazos
de la muerte.

Desde que el alba empieza a diluir aquella


ancestral pena, tú cambia el rumbo de las
cosas. Yo entonces procuro hallar lo que
tiene como motivo la existencia del hombre
que está ebrio.

Por qué el color de tu piel adivina la


velocidad con que llegan a la mar las aguas
de los ríos?

Por qué eres poema?


Por qué eres danza?
Mujer,
Por qué me tulló al verte?
Por qué? Madre

Con tus brazos de continente, retuviste la


estulta calma que corría hacia el puerto.
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Les diste una lección a los hombres de
bohocos, y con tus pestañas escondidas
entre los corazones de las piedras, pudo
ser el camino del mendigo más memorable.

Ahora el calendario de esta impertérrita


vertiente que nos cita, empuja el carruaje.

Pero madre, tu solo crees en la forma en


como nos mira la luna.

En que los ríos tendrán otro tipo de


afluente, y otras direcciones.

Tu no mira que el sol ya atravesó otro


mundo, ni que las rosas ahora palidecen.

Ay madre, la tarde con su vicio se dirige


hacia nosotros, esperemos como antes la
próxima invitación a una de las fiestas que
celebrará demiurgo.
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PERDIENDO ADREDE

Cuando estoy contigo, adivino el deseo de


las aguas marinas, inicia la cruel venganza
del futuro. Así como las cosas misteriosas
de un dios, procuro guardarte en mis
manos.

Quizás en jeroglífico quedará escrita esta


historia. Adónde como un vulgar
delincuente te apunto con un arma, porque
eros ancló en tus labios y en tus ojos de
diamantes tan azules, la ruta que conduce
a una pasión de eternidades oníricas.

Ya de paso, el óleo que circunvala por la


infancia atrevida de un cuerpo, también
predice una ausencia, también aguarda un
fin.

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Y cuando queda en la ruina, cree en la
sombra únicamente.

Y cuando retarda hasta la muerte,


específica el otoño.

Pero siempre escribo tu historia adónde


nunca nadie Lee.

GOLPEA EN SILENCIO

En mi ridícula espera, me laten los


espermas de un busto lo que pienso.
Cálculo que resultó ser hijo del silencio.

Hambre tan primitiva, que resume la


muerte en dislate.

Que alcoholiza el último soporte de la vida.

7
Que tacha el Atlántico de mujer, con
premoniciones que remite a través de una
dirección trans.

A OTRO CIELO

A estas horas no hay horas, padre.

A la dirección del preludio gira todo.


Si estoy aquí, es solo como herencia que a
veces se incuba en la solapa.

Padre,
Los cristales del tiempo, son más pequeños
en las manos del sur.

Nada cabe en la existencia perdida que


engendro.
Del tracto de la sangre a la palabra ebria,
se llama cárcel.

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RÚTICO

Al hacer tu despedida, dejara un recuerdo


en el desierto.

Una adyacente fusión de dilemas.

Ancestral suposición que juega con más de


ti y cada vez menos de mí.

Desde los cielos, campa el amor, lacera,


quema las palabras el sonido más reciente.

Es un fuego imperial, en el que te sostiene.

EL AMOR NO FUE A LA ESCUELA

Otra vez la tarde se rebela,


Otra vez dejamos que las miradas se nos
volvieran cobarde, otra vez dejamos que
se roben tu yo y el mío.
9
Ni siquiera pudimos intentar creer que las
olas de un mar espurio estaban por llegar,
para marcharse de pronto con fuerza de
destino.
Para qué te reinvento en el culto del
mañana, para qué me muerdo la inocencia,
si tú será tornado en un país sin reloj.
Se apropió la eternidad de los caminos que
hiso tu mirada infinita, y tú no permite otro
vuelo, porque no sabe la profecía que
encuentro en cada hebra de tus cabellos.
Y tú no permite otro vuelo, y yo en el banco
de las creencias, envenado horas,
Sucumbiendo quien sabe en qué
tenebrosa caverna de la realidad,
exprimiendo mi miedo. Tan víc…

DUDAS DEL SEPULCRO

La noche se está abriendo, ahora está la


culpa tendida en la pasión.
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Para sustituirte grita el alba, y salta caliente
una ficción de entre las dudas del
sepulcro.

Pero este cansancio resucita desde muy


dentro del vacío, y tan lentamente y tan
infantil, tú hace presa la tarde.

OBREROS

Qué precio le pusiste a la noche, a la noche


de los pensamientos de perros.

Con qué luna partiste el último tramo de


esta fiesta para los de espíritus que, a
ningunas partes van.

Para los de espitus que,


Eligen el canto en que empalman el olor de
las rosas.

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EL CIELO

Desde la esquina de la furia erótica, el cielo


no es más que tu biografía.

Recíprocamente la luna, ha impregnado


algunas danzas.

La filosofía de tu mirada, padrina la


ceremonia de un tiempo.

Por accidente, el deseo a fe llega, y el


deseo a canela.

DIABLOS

Diablos!.
Cuando uno no es uno, la rabia circula,
sacrificando en la prospectiva del espacio,
al único canto que sostiene el espectro de
las cosas que transluce lo eterno.
12
Diablos!
El eslabón no empata el tramo de los
ruegos. se enajena y sigue observando los
rieles de la suprema estancia.

Desde el preludio de esta guerra, corre el


único soldado, para detenerse en el lugar
adónde morirá culpado de herejía.

Diablos!
No sirve la gana, tampoco en el
campamento habrá quien hable el idioma
de las similitudes.
Diablos!, Oh! Diablos!

EN PUNTO AGIL

Virgen olor a distancia.


La imaginación santísima de un verso.

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En post de una mujer, no se definen los
dioses.

Cuando el vicio corta, una feroz serenata


con paciencia cubre el cosmos de los
recuerdos, porque deliro, con la vida
colocada en un sueño, cerca del sol y a
horilla de los años.

SOY EL ÚNICO EN LA FILA

Cabalgando en la prolongación del hechizo.


He quedado atrapado entre la batalla
efímera, que da cómo respuesta la
metáfora.

Con promesa descendiendo cabalmente,


desde la réplica del destino.

Está que corta el día.

14
Primero dando vuelta en su actuación
salvaje, luego introduce la muerte como
forma de aventura.
Es la única protección que permite.

POR SI LA TARDE...

Por si la tarde se reduce a tal punto, la


rebeldía de tus ojos.

Por si la tarde se ausenta, la frontera de tu


mundo secreto.

Por si la tarde envejece, tus labios


impondrá la ley de todas leyes.

FIGURAS

Me colocaste entre paréntesis la lira del


sueño, cuando como un aguijón incoercible
hincó los pétalos en qué me desaparezco
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EN UNA CANALETA

Escribiste el amor en una canaleta, cuando


a veces una sábana de fuego era la
pregunta religiosa de un ser inocente.

Te enseñoreaste de un nacimiento incierto,


te convertiste en una pregunta, para hacer
que suene la lejanía igual que una
trompeta.

Viste de qué forma te esperó la noche?,


celosa por darte un abrazo de siglo.

Qué lástima!.
las hormigas entienden con exactitud el
idioma de tus lágrimas.

16
La primera vez que tuviste el firmamento
posibles en los ojos, enloqueciste el mar.

FURGE EXCENTRICO

Yuxta conmistión poietica en carnupeta


espúria.
Permuta interin de nódulo, su concia de la
nómina inédita.

Oblicua positura iscastica, la congruencia


del logos furris, se radicula un guión bufido.

Omnicia toda arnes orpeculo, sobre un giro


de ondas angarias.
Genitiva estigmatizando onomanacia
súbitamente sinopsis al yerto.

Furge excéntrico desde un pultaceo


hidrólisis.

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Insumisa conjuncion, ordinaria absicion
estrudular.

Osmio que excurciona por extremaunción.

Especimen de enante, en ayencion a qué el


Averno es una proccion decinencial.

con antípoda asientota los paniculos, berbi


gracias, tácito premueve una magnitud
proteico de la ignición intrínseca.

ANTICIOS DEL CUERPO

Es súbito el final, y dansaste en los eternos


anticios del cuerpo.

Impreciso, incubaste en la perfidia del


horario, cuando contaste tus pleromas.

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Conseviste la estación inmutable del
Averno, sin intersticios.

Los postulados de Venus ardiendo en


llamas de otro mundo.

Y beatifica el alma la efingie de la noche,


en analogía mágica.

En homilía desnuda hace que huiga todo,


idem, el olor prenacido navajeando en tu
nombre.

En esta mendigada oblicuidad, cautiva el


hijo de las tendrás, la fé erótica del sol, las
horas podridas sobre la estatua del castigo.

DIGITOS EN PRISIONES

Etimología dúra en gemación, mengua en


el preludio de la región, la danza.
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Ínfula de dígitos en priviones.

Destilan emaciación, gestadando


impetratoriamente la invisibilidades.

No obstante estamíneo estarcido sobre el


epitafio neptúnico, lacio furris.

Directrices contiguas en oposición, acre


restringido serpenteando sin fácula.

Un congeries de diluvio eccoprótico.

Cáustica dispersión que llega a la matriz,


con estribillo de ignición consuetudinaria
anagrama.

AUN QUE TU NO LO QUIERA

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Aunque tú no lo quiera, te zambulle entre
los pensamientos milagrosos del sol, en los
indecisos mapas del océano.

En la isla de la fantasía, ha dejado prófuga


mi ansia, y los cimientos del oleaje parodia
con la tempestad del sueño.

Aunque tú no lo quiera,
Por culpabilidad del silencio, el ritual de la
frontera del coraje corta en dos mi lengua.

Desnudaste la música, el agua, y el poema.


Y engendraste el aroma de las rosas,
Con tus labios en función de estatutos.

Cuerpo de los cuerpos, girando en la punta


invisible de todos los días.

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El patrón de mi alma, evoca como nunca la
edad de tu estrella, envuelto en la
postrimería del ensueño.

Con tu nombre y tu recuerdo, negócea de


forma sempiterna la trayectoria del alba.

FORCEJEO

En el intervalo de solo un segundo, quedó


encerrada la eternidad.

Y pude intentar este ébrio desafío.


Definir la ruta para que luchen las almas,
horas infinitas dentro del vino.

En este tuerto modelaje, me dirijo Hacia el


oráculo, y cuando alguna aves se enreda
en los ojos de la magia embravecida, la
historia endereza el báculo.

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LAGUNA DE LAS COSAS

Se detiene entre la laguna de las cosas


sempiternas, la sombra intermitente de
tantos vuelos. Ahora que rehace con
certidumbre los caminos proféticos, brinda
el néctar del castigo. Ahora el fruto
simbióticamente también interrumpe el
duende de tus ganas. Y el duende de la
mía, se inventa una cruz en cada duda.
Luego emerge compelida por el rumor de
la noche, la creencia en los espurios
centellas que nada opaca.

EN UNOS OJOS

En este día dibujado de payaso, los rieles


del atlas se rompieron.
Y apear del dolor, de una furia huérfana,
vigilamos un sol que ya no brilla.

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La pervivencia en cápsula, la garantía del
Edén, en unos ojos que avisan el alba.

En este día dibujado de payaso, se están


muriendo las horas de biografía rabiosa.

CADA MINUTO

Cada minuto eyacula desde un banco, al


oírse el sonido ebrio de la lluvia.

Las monjas de este ajedrez, saludan


exótico a la aurora, tan risueñas.

Y así queman un futuro de cosas sin


nombre.
Y así encadenan la saliva, para convertirla
en sal, en templo de cualquier prófugo.
Y así se imperialista la cruz de un sueño.

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EN LOS ESTABLOS

Traslación de instantes misteriosos, hacia


la rivalidad oscura del discurso en éxtasis.
La esencialidad milagrosa de un territorio
se declara en expiación.
Encuadernada, cada afán se vuelve un
dislate, cada piedra se traga el futuro de
quién intenta dirigir esta procesión sombría.

LA CULPA DEL OTOÑO

Guárdame en la fecha de tu odio.


No fue posible vomitar el deseo.

La historia se derritió igual que la será,


decidiendo nuevas eternidades.

Pero después que el alma oye una canción,


En tipología lloran los recuerdos.

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La sangre santa cae en la ventana de las
dudas, y La culpa del otoño continúa
fláccida, nadando entre palabras azules.

EL FILO DEL OTOÑO

Al final, la noche tuerce el trance que nos


convierte en ídolo. Procurando canjear el
filo del otoño en el tan alto parque que
atesoran los dioses más pequeños.

Al final, culequea la rutina igual que el cielo,


y tú orilla mis palabras, pero la marea la
embate como quiera.

Para que el imperio de tus ojos no estropeé


la balaustra. Me quedo impávido, aunque
intento despegarme esta muerte, al final,
vuelve la espera.

NUDOS PRENACIDOS
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Una inmutación de nudos renacidos se
impone. De forma cobarde el estupor impio
de las olas de un mar que no soñé,
también.

Y horas asesinas torciendo la longitud de


un poema.

Pero en concreta jaculatoria ha colindado la


voz su afán, igual que una mariposa desde
un círculo repitiendo el mismo vuelo.
LINEAS MUERTAS

Escribí sólo las líneas muertas del poema,


sus letras falsas, En el tiempo enfermo.

Escribí sólo las líneas invisibles del verso.


Sólo las inservibles, Sólo las estrofas de
nadie.

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TU AUSENCIA

La fotografía de tu ausencia, baila con mis


ganas entre la nostálgica confluencia de
una brisa de invierno, sólo para desatar
fieras, sólo para intentar que ríme, el
recuerdo que de instante en instante, se
enreda entre eternas alambradas de
corrientes infernales.

La religión de tu ausencia, de tanto


apretarme la vida, ha falsificado mi existir,
me ha convertido en mantel que divide en
dos al mundo.

Cuando busco el testimonio perdido del


jazmín, tú me deja abandonado en la ruta
del silencio, y si trato de reencontrarte,
tuerce el propósito de cada luna llena.

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El insumo de los atardeceres alcohólicos,
hace nudo con la balada en la que me
transportó a otra cobardía, ya que soy el
paso hereditario de la soledad.

El universo de tu ausencia, tiene estrellas


que se accidentan con las palabras y su
drama.

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