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Ensayo la ballena

La ballena es una película que nos narra una tragedia contenida en


cuatro paredes donde el escalofrío es una sensación constante. La
soledad se empapa y la tristeza es esa bruma que nos acompaña
de manera casi asfixiante durante toda la producción. Solo la
mirada prístina de Brendan Fraser, embutido en infinitas capas de
grasa protésica, aporta ese punto de ternura absoluta en medio de
tanta desolación emocional.
Estamos ante un retrato audiovisual de visión casi obligada sobre
el abandono. También, de cómo nuestras decisiones, sumadas a la
conducta de nuestro entorno, nos pueden conducir a situaciones
dramáticas. Es un filme en el que los personajes secundarios son
tan relevantes como la figura principal para comprender el lienzo de
una historia que puede estar aconteciendo en miles de solitarios
hogares.
También de Sufrir depresión es como convertirnos en criaturas que
cargan inmensas toneladas de tristeza navegando en océanos
solitarios. Es tal el dolor que, finalmente, uno ya no se siente nada,
solo ganas de huir, de dejarse hundir hacia las profundidades.
Descubrimos a su exmujer, que lucha con el alcoholismo. Estas
variopintas figuras orbitan como satélites alrededor de Charlie,
demostrándonos que todos lidian con sus afiladas oscuridades.
Pero entre todo ese caleidoscopio de presencias que entran en esa
casa sombría, destaca la de Ellie. Su hija es una adolescente
cargada de ira y desprecio hacia su padre por haberla abandonado
La presente película es el reflejo más descarnado de los problemas
mentales, la sexualidad, el desamor, la intolerancia religiosa y los
errores de la paternidad. Sin embargo, algo que nos trae como
reflejo es nuestra incapacidad para preocuparnos realmente por los
demás

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