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5.3.

En terror de las Checas GPU


De la tregua al “gran giro” Desde inicios de 1923 a finales de
1927, el enfrentamiento entre el régimen y la sociedad
conoció una pausa. Las luchas por la sucesión de Lenin,
muerto el 24 de enero de 1924 monopolizaron gran parte de
la actividad política de los dirigentes bolcheviques. El
campesinado intentó reanudar los vínculos del cambio,
negociar los frutos de su trabajo y vivir. Al descuidar la
industria estatal el sector de los bienes de consumo, el
artesanado rural conoció un desarrollo notable, se
espaciaron las carestías y las hambrunas y los campesinos
volvieron a poder comer para saciar el hambre. Pero para
estos, las causas de descontento seguían siendo
numerosas: Los precios eran demasiado bajos, los
productos manufacturados eran caros y los impuestos
elevados. Además se quejaban de los constantes abusos de
poder del régimen soviético. Por otro lado, el grupo obrero seguía siendo sometido a una estrecha
vigilancia ya que se consideraba sospechoso de mantener vínculos con el mundo hostil de los
campos. Los paros en el trabajo y las huelgas, bastante poco numerosas en este año de fuerte
desempleo y de relativa mejora del nivel de vida para aquellos que tenían un trabajo, eran
cuidadosamente analizados y los agitadores detenidos. La GPU era el único juez dentro del régimen y
su colegio especial podía pronunciar penas de deportación y de destierro en residencias vigiladas
(hasta tres años), de campos de concentración o incluso la pena de muerte. Según Nikolay Krylenko
(presidente del tribunal revolucionario) “Las condiciones de vida de las personas deportadas y
asignadas a residencias en agujeros perdidos en Siberia, sin el menor peculio, son espantosas. Se
envía tanto a jóvenes de 18-19 años como a ancianos de 70 años, sobretodo miembros del clero y
ancianas que pertenecen a clases sociales peligrosas”. Según el informe de actividad de la GPU para
el año 1924, la policía política había: Detenido a 11.453 bandidos, de los que 1.858 fueron ejecutados.
Prendido a 926 extranjeros (de los que 357 habrían sido expulsados) y a 1.542 espías. Evitado una
sublevación de guardias blancos en Crimea (132 personas ejecutadas). Procedido a 81 operaciones
contra grupos anarquistas que se habrían solventado con 266 arrestos. Liquidado 14 organizaciones
mencheviques (540 arrestos) 6 organizaciones de socialistas revolucionarios de derechas (152
arrestos), 7 organizaciones revolucionarias de izquierda (52 arrestos), 117 organizaciones “diversas de
intelectuales” (1.360 arrestos), 24 organizaciones monárquicas (1.245 arrestos, 85 organizaciones
clericales y sectarias (1.765 arrestos, 675 grupos kulaks (1.148 arrestos). Expulsado, en dos grandes
operaciones, en febrero y julio de 1924, alrededor de 4.500 ladrones, reincidentes y comerciantes de
Moscú y Leningrado. Reducido a “vigilancia individual” a 18.000 personas socialmente peligrosas.
Supervisado 15.501 empresas y administraciones diversas. Todo esto tenía como objetivo demostrar
que la policía política no bajaba la guardia frente a amenazas exteriores y merecía, por lo tanto, los
fondos que les eran asignados. A pesar de unos recortes presupuestarios, el activismo de la GPU no
podía más que verse estimulado por el endurecimiento de la legislación penal. La ley no solo
sancionaba las intenciones directas, sino también las intenciones indirectas. Se consideraba como
socialmente peligrosa a toda persona que hubiera acometido un acto peligroso contra la sociedad, o
cuyas relaciones con un medio criminal o cuyas actividad pasada representaran un peligro. Las
personas designadas según estos criterios podían ser condenadas, incluso en el caso de que no
existiera ninguna culpabilidad. Todas estas disposiciones , codificadas en 1926, y entre las que
figuraba el famoso artículo 58 del código penal, con sus 14 párrafo que definían los crímenes
contrarrevolucionarios, reforzaban el fundamento legal del terror. En 1922, el gobierno propuso a la
GPU instalar un vasto campo de concentración en el archipiélago de las Solovky que abrigaba uno de
los mayores monasterios de la iglesia ortodoxa rusa. Después de haber expulsado a los monjes, la
GPU organizó en el archipiélago un conjunto de campos de concentración. A finales de 1923 se
contaba ya con 4.000 detenidos, en 1927 con 15.000 y a finales de 1928 con unos 38.000. Una de las
especificidades de este campo era su autogestión. Aparte del director y de algunos responsables ,
todos los puestos del campo de concentración estaban ocupados por detenidos. En su aplastante
mayoría, eran antiguos colaboradores de la policía política condenados por abusos particularmente
graves. Esto era sinónimo de la arbitrariedad más total. Bajo la NEP, la administración de la GPU
distinguía tres categorías de detenidos. La primera reunía a los políticos, es decir, exclusivamente a
los miembros de los antiguos partidos menchevique, socialista revolucionario y anarquista. Vivian en
comunidad y estaban liberados de cualquier trabajo forzado. Este status privilegiado fue suprimido a
finales de los años veinte. La segunda categoría reagrupaba a los “contrarrevolucionarios” miembros
de los demás partidos políticos, el clero, antiguos oficiales del ejército zarista y sus funcionarios y
cosacos participantes de las revueltas de Kronstadt o de Tambov. La tercera categoría reagrupaba a
los delincuentes de derecho común condenados por la GPU( Bandidos, falsificadores de monedas) y a
los antiguos chekistas condenados por diversos crímenes y delitos por su institución. Estos estaban
sometidos a la arbitrariedad más absoluta, al hambre, al frío extremo en invierno, a los mosquitos en
verano. Una de las torturas más frecuentes consistía en atar a los prisioneros en los bosques. Hasta
1925, los detenidos fueron ocupados de manera bastante poco productiva en diversos trabajos en el
interior de los campos de concentración. A partir de 1926, la administración decidió suscribrir
contratos de producción con algunos organismos del estado y explotar el trabajo forzado, que se
había convertido en una fuente de beneficio y ya no constituía, según la ideología de los primeros
campos de “1919-1920” una fuente de “reeducación” Fueron creados nuevos campos de
concentración en 1926-1927 cerca de la desembocadura de Pechora, en Kem y en otros lugares de un
litoral inhóspito, pero cuyas inmediaciones eran ricas en bosques. Se encargo a los detenidos que
ejecutaran un programa preciso de producción principalmente la tala de bosques, lo que generó un
rápido crecimiento del número de detenidos. Durante los años tranquilos de la NEP, de 1923 y 1927,
los episodios más masivos y sangrientos de la represión tuvieron lugar en las repúblicas periféricas de
Rusia, en Trascaucasia y en Asia central. Estos países habían resistido ferozmente en su mayoría la
conquista rusa del siglo XIX. Continuaron oponiendo una fuerte resistencia a la sovietización. En la
primera mitad de los años veinte, el Daguestán , Georgia y Chechenia se vieron particularmente
afectados por la represión. El Daguestán resistió a la penetración soviética hasta finales de 1921. Bajo
la dirección del jeque Uzun Hadji la lucha adoptó el carácter de guerra santa contra el invasor ruso.
Duró más de un año, pero ciertas regiones no fueron pacificadas más que en 1924-1925 y al precio de
bombardeos masivos y de matanzas de civiles. Después de tres años de independencia bajo un
gobierno menchevique, Georgia fue ocupada por el ejército rojo en febrero de 1921. El esquelético
partido bolchevique local, que en tres años de poder había podido reclutar apenas 10.000 personas, se
enfrentaba a un segmento intelectual y nobiliario de cerca de 100.000 personas muy antibolcheviques.
A pesar del terror ejercido por la todopoderosa cheka de Georgia, ampliamente independiente de
Moscú y dirigida por un joven dirigente policial, Lavrenti Beria, los dirigentes mencheviques en el exilio
llegaron a finales de 1922 a organizar con todos los partidos antibolcheviques un comité para la
independencia de Georgia, que preparó una sublevación en la pequeña ciudad de Chiatura. Enfrentada
con fuerzas superiores dotadas de artillería y de aviación, la insurrección fue aplastada en una
semana. Sergov Ordzhonikidze, (primer secretario del comité del partido bolchevique de Trascaucasia)
y Lavrenti Beria se valieron del pretexto de esta sublevación para acabar de una vez por todas con el
menchevismo y la nobleza georgiana. Según datos recientemente publicados, 12.578 personas fueron
fusiladas del 29 de agosto al 5 de septiembre de 1924. El régimen lanzó una vasta operación de
“pacificación” de Chechenia. Del 27 de agosto al 15 de septiembre de 1925, más de 10.000 hombres
de las tropas regulares del ejército rojo, bajo la dirección del general Uborevich, apoyadas por
unidades especiales de la GPU, procedieron a un intento de desarme de los guerrilleros chechenos
que controlaban el país. Decenas de millares de armas fueron aprehendidas y cerca de 10.000
“bandidos” detenidos. En enero de 1927, la GPU recibió la orden de acelerar la elaboración de fichas
de los “elementos socialmente peligrosos en el campo” En un año el número de personas fichadas
pasó de 30.000 a 72.000 aproximadamente. En septiembre de 1927, la GPU lanzó, en varias
provincias, numerosas campañas de arrestos de kulaks. A posteriori, estas operaciones aparecen
como ejercicios preparatorios para las grandes redadas de kulaks durante de “deskulakización” del
invierno de 1929- 1930. En 1926 – 1927, la GPU se mostró igualmente activa en la persecución de los
opositores comunistas, etiquetados como “zinovietistas” o “trotskistas”. Se exilió a varios centenares
de ellos a ciudades alejadas del país donde su suerte siguió siendo muy precaria, al no atreverse nadie
a ofrecerles trabajo. En 1927, la persecución de los opositores “trostskistas”, algunos millares en el
país, movilizó durante meses a una parte de los servicios de la GPU. Todos fueron fichados,
centenares de trotskystas activos fueron arrestados y después exiliados por simple medida
administrativa. En noviembre, todos los principales dirigentes de la oposición, Trotsky, Zinoviev,
Kamenev, Radek, Rakovsky fueron excluidos del partidos y detenidos. Los que se negaron a realizar su
autocrítica pública fueron exiliados como fue el caso de Trotsky. Se había iniciado una nueva etapa,
bajo la responsabilidad del nuevo hombre fuerte del partido: Stalin El enemigo principal seguía siendo,
como diez años antes, la inmensa mayoría campesina, a la que se veía como una clase hostil. Si bien
la agricultura se había rehecho “el enemigo campesino” era más débil y el estado más fuerte a finales
de los años veinte que al inicio de la década. La crisis de las cosechas de finales de 1927 proporcionó
a Stalin el pretexto que había buscado. El mes de noviembre se vio caracterizado por una caída
espectacular de las entregas de productos agrícolas a los organismos de cosecha del estado, que
adquirió proporciones catastróficas en diciembre. El descontento general del campesinado frente al
régimen, explicaban esta crisis que Stalin calificó inmediatamente de “huelga de kulaks” El grupo
“stalinista” tomó esto como un pretexto para recurrir nuevamente a las requisas y a toda una serie de
medidas represivas ya experimentadas en el tiempo de comunismo de guerra. Stalin se dirigió en
persona a Siberia. Otros dirigentes, tales como Andreyev, Mikoyan, Postyshev o Kossior, se dirigieron
hacia las grandes regiones produtoras de cereales. Destacamentos de militantes comunistas fueron
enviados a los campos para depurar a las autoridades locales, a los que se les juzgaba complaciente
de los kulaks, y para descubrir los excedentes ocultos, si era necesario con la ayuda de los
campesinos pobres, a los que se les prometía la cuarta parte de los cereales encontrados en las
casas de los “ricos”. La crisis de las cosechas de invierno de 1927 – 1928 desempeñó un papel crucial
en el giro que tomaron los acontecimientos. Stalin tomó una serie de medidas para colectivizar la
agricultura y poder controlar así la producción agrícola sin tener que pasar por las leyes de mercado,
desembarazándose de una vez por todas de los kulaks “liquidándolos como clase” Todas estas
medidas rompieron completamente la tregua que desde de 1922 – 1923 se había establecido a
regañadientes entre el régimen y el campesinado. En 1928, el régimen quebró igualmente la tregua
que había concluido con los spetzy, esos “especialistas burgueses” surgidos en el antiguo régimen
que seguían ocupando la mayoría de los puestos de directivos tanto en las empresas como en las
administraciones. En abril de ese mismo año se anunció el descubrimiento de una empresa de
sabotaje industrial en la región de Shajty que mantenía relaciones con medios financieros
accidentales. Algunas semanas más tarde, cincuenta y tres acusados, en su mayoría ingenieros y
dirigentes de la empresa comparecieron en un proceso político público. Once de los acusados fueron
condenados a muerte y cinco ejecutados. Millares de ingenieros y de técnicos condenados purgaron
su pena en las obras y en las empresas. Por otro lado, numerosos profesores y estudiantes de origen
“socialmente extraños” fueron excluidos de la enseñanza superior con ocasión de una de las
numerosas campañas de purga de las universidades y de promoción de una nueva “inteligencia roja y
proletaria”. El endurecimiento de la represión y las dificultades económicas de los últimos años de la
NEP, marcadas por un paro creciente y por un ascenso de la delincuencia, tuvieron como resultado un
crecimiento espectacular del número de condenas penales: 578.000 en 1926, 709.000 en 1927,
909.000 en 1928 y 1.1178 en 1929. Para intentar contener este flujo que congestionaba una de las
prisiones que no contaban en 1928 con más de cincuenta mil plazas, el gobierno adoptó dos
decisiones importantes: a) Reemplazar las reclusiones de corta duración por trabajos correctivos
efectuados sin numeración en empresas, en obras públicas y en las explotaciones forestales. b)
Transferir a todos los detenidos de las prisiones condenados a penas superiores a tres años a
campos de trabajo que tendrían como finalidad la “revalorización de las riquezas naturales”. Los
dirigentes de la GPU, en particular Menzhinsky y su adjunto Yagoda, apoyados por Stalin pusieron en
funcionamiento un plan ambicioso de colonización de una región de Siberia. En este terreno germinó
la idea de “deskulakización”, es decir, la deportación en masa de todos los supuestos campesinos
acomodados, que no podían según se consideraba en los medios oficiales, más que oponerse
violentamente a la colectivización. La oposición, dirigida fundamentalmente por Rykov y Bujanin,
quienes consideraban que la colectivización solo podía desembocar en el caos fue aplastada
mediante una campaña de prensa que los acusó de una “colaboración con elementos capitalistas” y
colusión con los “trotskystas” Los resultados agrícolas de 1928-1929 fueron catastróficos. La
campaña de cosecha aportó menos cereales que la anterior, creando un clima de tensión extrema en
los campos. La GPU censó más de 1.300 disturbios y “manifestaciones en masa” durante las cuales
millares de campesinos fueron detenidos. En 1929, más de 3.200 funcionarios soviéticos fueron
víctimas de actos terroristas. En febrero, las cartillas de racionamiento que habían desaparecido
desde inicios de la NEP hicieron su reaparición. En junio el gobierno anunció el inicio de una nueva
fase, al de la “colectivización en masa” Este proponía la colectivización gradual de los hogares. Para
este fin las autoridades movilizaron a decenas de millares de comunistas, de obreros, y de
estudiantes, enviados a las aldeas y dirigidos por los responsables locales del partido y por los
agentes de la GPU. El 31 de octubre de 1929 “Pradva” apeló a la “colectivización total” sin ningún tipo
de movimiento. Una semana más tarde, con ocasión del duodécimo aniversario de la revolución,
Stalin, publicó su famoso artículo “El gran giro”. La NEP había pasado a la historia.

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