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Texto Clave: (Hch 8:36) Y yendo por el camino, llegaron a cierta agua,
y dijo el eunuco: Aquí hay agua; ¿qué impide que yo sea bautizado?
1. Definición.
El bautismo es una ordenanza instituida por el Señor Jesucristo y consiste en
la inmersión del creyente en agua, administrada bajo la autorización de una
iglesia cristiana local. Mediante este acto el nuevo creyente es aceptado
formalmente como miembro de dicha iglesia.
4. El bautismo no salva.
No existe pasaje bíblico que diga: “para ser salvo es necesario ser salvo”, el
bautismo del Nuevo Testamento era sólo para los creyentes en Cristo, quienes
ya eran salvos, el cristiano es bautizado, no por ser salvo, sino porque ya es
salvo (Mat 28:19; Mar 1:19; Falta…
Conclusión:
El único requisito bíblico para que una persona sea bautizada es creer en el
Señor Jesucristo.
El bautismo es un acto en el cual un cristiano es sumergido en agua para
simbolizar el fin de un modo de vida, y el comienzo de algo nuevo.
El bautismo es un paso de suma importancia en la vida de cada creyente en
Cristo. Al bautizarnos, estamos dando testimonio público de nuestra decisión
personal de seguir a Jesús por el resto de nuestra vida y de vivir para él en
obediencia a sus mandatos.
Ser bautizados no nos libera de las tentaciones, pero podemos, como el
escritor de Hebreos declara, vencer en la tentación como Jesús lo
hizo: "Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de
nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra
semejanza, pero sin pecado. Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de
la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno
socorro." Hebreos 4:15-16.
Una persona puede ser bautizada desde el mismo momento en el que se
arrepiente de sus pecados ante el Señor, tal como vemos que hacían los
primeros cristianos.
Por eso, podemos decir que el bautismo es un símbolo exterior y público de
una experiencia interior muy profunda que transforma todo nuestro ser. El
bautismo no es opcional, es algo que Jesús dijo que debíamos hacer como
creyentes en él.
Al sumergirnos en las aguas expresamos nuestra unión con Jesús en su
muerte. Al subir de las aguas y levantarnos, simbolizamos la victoria de la
resurrección y la nueva vida con Jesús.
Al bautizarnos, declaramos que Jesús es nuestro Señor, que él es quien reina
en nuestras vidas y que estamos unidos a él por toda la eternidad.
Por lo tanto, el bautismo simboliza el morir a nuestros propios deseos,
declarando la victoria sobre nuestros pecados conseguida a través de la
muerte de Jesús. Nuestra nueva vida reflejará a Cristo.
Todos ustedes son hijos de Dios mediante la fe en Cristo Jesús, porque todos
los que han sido bautizados en Cristo se han revestido de Cristo.
(Gálatas 3:26-27)