Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Terapia Breve Orientada A La Solucion Con Adolescentes Dificiles - Matthew D Selekman
Terapia Breve Orientada A La Solucion Con Adolescentes Dificiles - Matthew D Selekman
Terapia breve
orientada a la solucién,
con adolescentes dificiles
MATTHEW D. SELEKMAN
87
rios que escucho con mayor frecuencia son los siguientes: el adoles-
cente es «resistente»; la familia es «excesivamente apegada» o «de-
sapegada» o «caética»; el padre «se niega a asistir a las sesiones»;
«para resolver el problema serán necesarias» soluciones drasticas y
complejas; el adolescente «necesitara una terapia de largo plazo»;
y por último, «No sé qué hacer con esta familia».
_ En este capitulo presento mi versién ampliada del modelo de tera-
pia breve orientada hacia la solucién. Por razones de brevedad ex-
pondré rdpidamente siete útiles supuestos tedricos, algunas de las
principales tareas terapéuticas y mis motivos fundamentales para
ampliar el modelo, con el fin de facilitar el trabajo con adolescentes di-
ficiles. Luego presentaré el caso de un joven delincuente de 16 aúos.
El cambio es inevitable A i
El cambio es un proceso continuo. Las familias que tratamos están
en un estado constante de flujo evolutivo. Si usted espera que se
produzea el cambio en sus clientes adolescentes, su expectauv'a F
influirá sobre los comportamientos de sus clientes. Una de las pri- .
meras cosas que hago en la entrevista inicial con un adolescente es
tratar de transmitirle a la familia la idea de que lo que está en dis- .
cusién no es si el cambio se producird, sino cudndo habrá
de produ- &
cirse. Gingerich y sus colegas (1987) han demostrado que existe una
relacidn directa entre el hecho de que el terapeuta entable con sus
clientes una «conversacién sobre el cambio» y los resultados positi-
vos del tratamiento. Esto se pone de manifiesto en el seguimiento.
Los terapeutas que practican la «concersacién sobreel cambio» usan
un lenguaje de presuposiciones, que da por sentadas ciertas cosas
positivas; y dedican la mayor parte de la sesion a indagar en los
clientes lo que funciona positivamente, a amplificar la excepcién y
hasta a hacerles imaginar soluciones hipotéticas.
89
Los clientes tienen la fortalezq
y los recursos necesarios Par
a cambiar
Muiltiples perspectivas
Hay muchas maneras de ver una situacién, y ninguna es mas «co-
rrecta» que las demás. Para cada acontecimiento que se produce en
el mundo hay por lo menos dos o més explicaciones. Bateson (1980)
se refirió a esta forma de descripcién como «comparacién doble o
multiple» (p. 97). Para la realidad no hay explicaciones definitivas.
Como miembros del nuevo sistema de observacién terapeuta-fami-
liz, basaremos nuestras interpretaciones del problema familiar que
nos ocupa en nuestros propios mapas teéricos y en nuestras expe-
riencias personales en el mundo (Efran y Lukens, 1988; Maturana y
Varela, 1987; Varela, 1979; Von Foerster, 1981). En la escena tera-
péutica, las interpretaciones de la dificultad famimilar que el tera-
peuta elabora deben ser percibidas como ajustadas al sistema de
creencias de la familia o por lo menos como aceptables para ese sis-
sac
Tareas de observación
Las tareas de observacion (De Shazer, 1988; O’Hanlon y Weiner-Da-
vis, 1989) son particularmente útiles con padres sobreprotectores y
sumamente reactivos. Se puede instruir a los padres para que du-
rante una semana observen atentamente el comportamiento de sus
hijos adolescentes con el objetivo de detectar pautas o alentar todo
signo de progreso, a fin de que puedan ayudar mejor al terapeuta en
su intento de comprender ese comportamiento. El mero acto de ha-
cer que los padres se distancien de sus hijos adolescentes y estudien
su comportamiento puede producir una diferencia o cambio. Asimis-
mo, cambiardn también las percepciones originales de los padres -
acerca de sus hijos. Yo uso esta tarea con familias para ayudarles a
ampliar sus pautas de comportamiento de excepcién y para incitar-
las a llevar registro de los cambios. :
Ejemplo de caso
Randy, un joven de 16 afios con discapacidad de aprendizaje,
pasó un mes en un centro de detención juvenil, luego de lo cual el
tribunal le ordenó un afio de terapia de familia. Se le impuso el cum-
limiento de tareas comunitarias por los delitos de hurto en tiendas,
robo de bicicletas, posesión de marihuana y vagancia. En el hogar
Randy violaba frecuentemente las reglas establecidas por su madre
y no colaboraba con ninguna tarea de la casa. Los padres de Randy
se habian divorciado debido al alcoholismo del padre y su comporta-
miento violento. La madre, Mary, trabajaba como mecánica para
una compania de equipamiento para la construcción. Desde los pri-
meros aíos de la escuela primaria Randy habia sido ubicado en pro-'
gramas especiales para alumnos con discapacidad de aprendizaje.
Habia estado dos veces en tratamiento ambulatorio por problemas
de conducta.
Cuando leí el formulario de admisión me encontré con una buena
noticia: el gestor del caso, que había intervenido en el tema de la
probation, era un funcionario que yo estimaba especialmente. Bill
—asf se lamaba- tenia una licenciatura en psicologia y además ha-
bia hecho un afio de formacién en terapia familiar. Lo que más me
gustaba de Bill era su sensibilidad y su dedicacién para ayudar a los
adolescentes problemáticos a revertir las cosas. Crefa firmemente
en la eficacia de la terapia para los delincuentes y en la convenien-
cia de colaborar estrechamente con los terapeutas asignados & sus
casos.
La primere ista
En la ta estuvieron presentes Randy y su madre,
. : mado antes de la sesión para avisarme que
97
estaba demorado en ios tribunales y
no
Como en otros casos en los
riormente, Bill me dio carta
\ siera y para determinar con la fami
qui i
li a la frecuenciai -
siones. Ambos concordamos
vencion con el personal doce K% st
do con Bill,
.Después de entrar en contacto amigable con cada uno de los
miembros de la familia respecto de sus virtudes e intereses, inicié
la entrevista explorando qué cambios previos al tratamiento (Wei-
ner-Davis y otros, 1987) se habian producido después de la libera-
ción de Randy del centro de detencidn juvenil, lo que habia sucedido
dos semanas antes de nuestra sesién inicial. Como estoy convenci-
do de que todos los clientes tienen las virtudes y los recursos nece-
sarios para el cambio, confiaba en que la familia ya habria dado
algunos pasos importantes para mejorar su situacién problemaética.
En el comienzo de la entrevista Randy se habia referido al centro
de detencién juvenil llaméndolo el «juvi». A continuacién reproduz-
co una transcripcién de la primera entrevista entre Mary (M),
Randy (R) y yo (T):
T; Desde que Randy salié del juvi ;qué cosas han notado ustedes
que estdn mejor?
M: ;Todo ha sido estupendo! Ha estado yendo al colegio y obedece
mis instrucciones.Ya no fuma marihuana. Es como si fuera otra
persona. '
T: jFantástico! ;Cémo consiguió usted que él haga tantas cosas ex-
celentes? . é .
[Aquí inicio las congratulaciones, para hacer resaltar estas ex-
cepciones. Las p ' que empiezan con «;Cémo? son adecua-
es se congratulen por los muchos
das p m h 2 . n
: 101
quedaba sentado mientras un muchacho olpeab la c ê
otro contrala pared. Se quedaban mir golpeaba la cabeza d
iEso es increíble! ando, no hacian nada.
Cuando
A estaba
A en el «juvi», , una vez entré en una S ¢
kg
tipo empezó a2 hablar de mi madre. iXo no permito que nadie ha-
ble
e mal
s de mi madre! Me tiré un | golpe
golpe y yo 1 1o mandé é al suelo de
Yo creo que cuando uno tiene una pelea grande te hacen esos tests
para entrar en tu cabeza te das cuenta? Ese tipo raro, el doctor,
me dijo que probablemente yo estariade vuelta en el «juvi» tres se-
manas después de haber salido.
T; iNo me digas! ;Hay algo más que yo pueda contarles a esos mu-
chachos que se estdn buscando ir al quvi»?
[Yo habia tomado nota mentalmente de la prediccién del psi-
cólogo de que Randy terminaria de nuevo en el «juvir. Pensé que
más tarde podria usar ese dato para establecer una ruptura.
También decidi seguir con los servicios de Randy como experto
asesor.]
R: Bueno, escuchar a la madre de uno tiene sus ventajas.
T: ;Por ejemplo cudles?
R: Y.. si uno le presta atencién a su madre, casi seguro que no ter-
mina en un lugar como ese. También a veces te hace buenos re-
galos si te comportas bien. Hay que hacer la tarea en la escuela.
Y ntes hice la tarea.
'
Referencias bibliograficas
Anderson, H.; Goolishian, H.; Pullian, G. y Winderman, L. 1986. The Gal-
— veston Family Institute: Some personal and historical perspectives, en
D. Efron (comp.), Journeys: Expansion of the strategic-systemic thera-
s. Nueva York, Brunner/Mazel, pp. 97-125.
107
Bateson, G. 1980. Mind and nature: A necessary unity. Nueva York, Ba-
llantine.
Beavers, W. R. y Hampson, B. 1990. Successful families. Nueva York, Nor‘-
ton.
Berg, I. K. y Gallagher, D. 1991. Solution-focused brief therapy with ado-
lescent substance abusers, en T. C. Todd y M. D. Selekman (comps.), Fa-
mily therapy approaches with adolescent substance abusers. Needham
Heights, Massachusetts, Allyn & Bacon.
Coppersmith, E. I. 1985, Families and multiple helpers: A systemic pers-
pective, en D. Campbell y R. Draper (comps.), Applications of systemic
family therapy: A Milan approach. Londres, Grune & Stratton.
De Shazer, S. 1982. Some conceptual distinctions are more useful than ot-
hers. Family Process, nº 21, pp. 71-84.
De Shazer, S. 1984. The death of resistance. Family Process, nº 23,
pp. 79-
93.
De Shazer, S. 1985. Keys to solution in brief therapy. Nueva York,
Norton.
De Shazer, S. 1988. Clues: Investigating solutions in brief therapy. Nueva
York, Norton.
De Shazer, S. 1991. Putting difference to work. Nueva York, Norton.
De Shazer, S.; Berg, I K ; Lipchik, E.; Nunnally, D.; Molnar, A., Gingerich,
W y Weiner-Davis, M. 1986, Brief therapy: Focused solution develop-
ment. Family Process, n 25, pp. 207-222. '
Efran, J. y Lukens, M. 1988. The world according to Humberto Maturana.
Family Therapy Networker, mayo-junio, pp. 23-28 y 72-75.
Erickson, M. H. 1954. Pseudo-orientation in time as a hypnotic procedure.
Journal of Clinical and Experimental Hypnosis, nº 2, pp.161-283.
Erickson, M. H. 1964. The confusion technique in hypnosis. American
Journal of Clinical Hypnosis, nº 6, pp. 183-207.
Erickson, M. H. y Rossi, E. 1983. Healing in hypnosis. Nueva York, Irvington.
Erickson, M. H.; Rossi, E. y Rossi, L. 1976, Hypnotic realities. Nueva
York,
Irvington.
Fisch, R.; Weakland, J. y Segal, L. 1982. The tactics of change. San
Fran-
cisco, Jossey-Ross.
Gingerich, W. y De Shazer, S. 1991. The BRIEFER project: Using expert
systems as theory construction tools. Family Process, nº 30, pp. 241-249.
Gingerich, W. y De Shazer, S. y Weiner-Davis, M. 1987. Constructing chan-
ge: Aresearch view of interviewing, en E. Lipchik (comp.), Interviewing.
Rockville, Maryland, Aspen.
Goolishian, H. y Anderson, H. 1981. Including non-blood related persons in
family therapy, enA. S. Gurman (comp.), Questions and answers on the
practice of family therapy. Nueva York, Brunner/Mazel. S
Gordon, D. y Meyer-Anderson, M. 1981. Phoenix: Therapeutic patterns of
Milton H. Erickson. Cupertino, California, Meta.
Hentoff, N. 1958. Notas de la tapa del disco Something Else! The music of
Coleman. Contemporary 7551.
E. 1988, Interviewing with a constructive ear. Dulwich Center
tter, invierno pp 3-7. :
ipchik, E. y De Shazer, S. 1986. The purposeful inte rview. Journal of Stra-
9. À
* tegic a.nã Systemic Therapies, vol. 5, nº 1, pp. 88-9
Maturana, H. y Varela, F. 1987. The tree of knowledge: The biological roots
ary.
to human understanding. Boston, New Science Libr
Milton H. Erick-
O'Hanlon, W. H. 1987. Taproots: Underlying principles of
son’s therapy and hypnosis. Nueva York, Norton.
O'Hanlon, W. H. y Weiner-Davis, M. 1989. In search of solutions: A new di-
rection in psychotherapy. Nueva York, Norton. .
Rosen, S. 1982. My voice will go with you: The teaching tales of Milton H.
Erickson. Nueva York, Norton.
Selekman, M. D. 1989. Taming chemical monsters: Cybernetic-systemic
therapy with adolescent substance abusers. Journal of Strategic and
Systemic Therapies, vol. 8, nº 3, pp. 5-10.
Selekman, M. D. 1991. The solution-oriented parenting group: A treatment
alternative that works. Journal of Strategic and Systemic Therapies,
vol. 10. nº 1, pp. 36-49.
Selekman, M. D. (en prensa). Pathways to solutions: Brief therapy with dif-
ficult adolescents. Nueva York, Guilford Press.
Selekman, M. D. y Todd, T. C. 1991. Crucial issues in the treatment of ado-
lescent substance abusers and their families, en T. C. Todd y M. D. Se-
lekman (comps), Family therapy approaches with adolescent substance
abusers. Needhan Heights, Massachusetts, Allyn & Bacon, pp.1-20.
Todd, T. C. y Selekman, M.D. 1991. Beyond structural-strategia family the-
rapy: Integranting other brief systemic therapies, en T.C. Todd y M. D.
Selekman (comps.), family tfierapy approaches with adolescents subs-
% 7t;l'm.sers. Needhan Heights, Massachusetts, Allyn & Bacon, pp.