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Guía Técnica para el cuidado de la Salud Mental de la Población Afectada, Familias y

Comunidad, en el contexto del COVID-19

Violencia familiar y depresión


En la pandemia por COVID-19, se presentaron malestares emocionales o emociones negativas
como respuesta a una situación amenazante y de incertidumbre, lo cual es un riesgo para la
salud mental de todas las personas.

Tenemos
Violencia contra la mujer y salud mental
En el contexto de aislamiento social: Las mujeres y niñas se encuentran más expuestas a sufrir
violencia ya sea física, sexual, psicológica o económica. Muchas sobrevivientes se ven
obligadas a convivir con sus agresores. Esta situación genera sufrimiento, inseguridad, entre
otras emociones.

La violencia contra la mujer y la sobrecarga de las tareas domésticas y de cuidados, afectan la


salud mental de las mujeres

La permanencia de roles de género tradicionales genera sobrecarga de labores domésticas y


de cuidado en las mujeres, lo que conlleva a una mayor presencia de estrés y riesgo de
malestares emocionales.

La discriminación contra la mujer es una realidad dolorosa en nuestro país que se expresa en
hechos de violencia y desigualdad. En el contexto de la pandemia por COVID-19, esta situación
se profundiza.

Aspectos generales para la atención de la salud mental

Mujeres: Se encuentran en especial riesgo por el incremento de la violencia de género y la


sobrecarga de labores domésticas, durante el aislamiento social.

Adultos mayores: Son altamente vulnerables y durante la pandemia podrían experimentar


sentimientos de soledad y aumentar los cuadros de depresión.

Niños: Están en riesgo de sufrir maltrato infantil, cambios de conducta y ansiedad.

Personas con discapacidad: Se encuentran en riesgo de abandono social y con barreras para
acceder a los servicios de salud.

Migrantes: Población afectada por la discriminación y la xenofobia.

Comunidades indígenas, afrodescendientes y amazónicas: Podrían sufrir discriminación y


enfrentar barreras para acceder a los servicios de salud.

Comunidad LGTBIQ+: Población estigmatizada que, con frecuencia, enfrenta discriminación en


los servicios de salud.

Personas en situación de pobreza: Se encuentran en una situación vulnerable y pueden


enfrentar barreras para acceder los servicios de salud.
Las mujeres son las más afectadas por la discriminación de género. Si a esto se suma otros
factores de riesgo como la discapacidad, pobreza, condición migrante, entre otros aspectos, se
incrementa su grado de vulnerabilidad.

El síndrome de maltrato puede ocurrir como consecuencia de la violencia contra la mujer.


Implica daños o sufrimiento físico, sexual, psicológico y/o económico ocasionado, muchas
veces, por la pareja, expareja u otra persona.

La mitad de los padres, madres o cuidadores en el Perú sufre de ansiedad, depresión o estrés
debido a la pandemia

Esta situación influye directamente en el bienestar emocional de las niñas, niños y


adolescentes a su cargo

Lima, 14 de junio del 2021.- “En el contexto de la pandemia


por  Covid-19  los desafíos que deben enfrentar los padres, madres
y otros cuidadores son muy grandes. La preocupación por la
situación económica, el estrés a nivel social, familiar, el
aislamiento, la enfermedad o duelo por un ser querido y el haber
perdido sus redes de apoyo los coloca en un estado muy
vulnerable que impacta en el desarrollo de sus hijos e
hijas”, sostuvo la Representante de UNICEF, Ana de Mendoza al
incidir en el cuidado de la salud mental en las familias.

De acuerdo con un estudio realizado entre el Ministerio de Salud


y UNICEF a fines del 2020, 6 de cada 10 niñas y niños menores de
18 meses presentaba problemas emocionales o de conducta:
llantos prolongados, dificultad para calmarse, se enojan
fácilmente, no quieren relacionarse con personas desconocidas
ni estar en lugares nuevos. Entre los que tienen un año y medio
hasta los 5 años, el estudio mostró que presentan algún problema
emocional, de conducta o de atención.

Maria Elena Ugaz, Oficial de Desarrollo Infantil Temprano de


UNICEF afirma que “esta situación ha deteriorado el vínculo de
apego entre las niñas y niños con sus padres, algo tan
fundamental porque esta interacción genera un ambiente de
confianza, seguridad y favorece un buen desarrollo. Cuando los
padres, madres o cuidadores están bien emocionalmente, sus
hijos e hijas sienten esa seguridad y también les transmiten esa
tranquilidad. Es una capacidad recíproca la de reconocer el estado
emocional y resolverlo en los momentos de estrés. Gracias a estas
experiencias los niños aprenden a regular y expresar sus propias
emociones”.

Sin embargo, debido a la pandemia y a todo lo que ésta ha


ocasionado en los hogares, algunos indicadores de desarrollo
infantil se han reducido. De acuerdo con la ENDES del 2020, la
interacción y el apego entre la madre y sus bebés de 9 a 12
meses se redujo de 46% en el 2019 a 41% en el 2020. Y entre los
niños de 2 a 6 años, se ha reducido el porcentaje de aquellos que
pueden manejar sus emociones y comportamientos en
situaciones de frustración, de un 35.9% a 32.7%. El maltrato físico
y verbal de los padres y madres hacia niños de 1 a 5 años se
mantiene. El 34.4% de ellos corrigen con palmadas o golpes.

Una explicación a esta situación la brinda el estudio de UNICEF y


el MINSA donde se afirma que en el contexto de la pandemia solo
13.9% de padres, madres o cuidadores pudo conservar su empleo
y sus ingresos. Al momento de realizar el estudio, a fines del
2020, 3 de cada 10 cuidadores entrevistados presentaban riesgo
de depresión, el 26.4% reportó algún síntoma depresivo y uno de
cada 5 tenía baja resiliencia. Ugaz, señala: “al incrementarse los
niveles de estrés, el riesgo de los niños de
experimentar  negligencia, así como abuso físico, emocional,
sexual y doméstico, se incrementa”.

Frente a esta situación, UNICEF propone estrategias para que los


cuidadores fortalezcan sus habilidades parentales y prácticas de
autocuidado. Entre ellas, aprender a regular sus emociones,
reconocer las emociones que experimentan los niños y niñas,
aplicar prácticas de crianza y disciplina positiva, responder
adecuadamente al comportamiento de sus hijos e hijas y reforzar
su propio bienestar. Estos cuidados redundarán en una buena
salud mental de todos los miembros de la familia, en especial de
los niños y niñas que siguen lidiando con los efectos y
consecuencias de la pandemia.

Referencia bibliográfica
Ministerio de Salud (2020) Guía Técnica para el cuidado de la Salud Mental de la Población
Afectada, Familias y Comunidad, en el contexto del COVID-19, Recuperado de:
http://bvs.minsa.gob.pe/local/MINSA/5002.pdf

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