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Comparación sobre la incidencia del Cáncer de tiroides, como consecuencia del accidente nuclear de

Chernóbil.

¿Cómo varía según el rango de edad (0-4; 5-9; 10-14; 15-18) y género (femenino y masculino) la tasa de
incidencia del cáncer de tiroides, como consecuencia del accidente de Chernóbil, en menores de 18 años de
edad de diferentes ubicaciones geográficas (Federación Rusa, Bielorrusia y Ucrania) entre los años 1986 y
2015?

Sección N° 1: Introducción y compromiso personal


El accidente nuclear de Chernóbil es considerado como un suceso nivel 7 en la Escala Internacional de Sucesos
Nucleares, evidenciando una de las peores catástrofes ambientales causadas por el hombre. Esta se produjo en
el año 1986 en donde debido a una falla por manipulación humana, se provocó la explosión de un reactor en
una planta de energía nuclear, liberando una gran cantidad de material radiactivo en el ambiente, el cual, no
solo traería devastadoras consecuencias ambientales, sino también afectaría en gran medida la salud de la
población. Los productos radiactivos liberados, lograron un impacto de carácter inmediato especialmente en
Ucrania y Bielorrusia. Actualmente, el nivel de radiactividad presente, sigue siendo tan elevado, que según
National Geographic (2019), los científicos estiman que el área que rodea la antigua central, seguirá siendo
inhabitable hasta incluso, dentro de 20.000 años más. En cuanto a las consecuencias, el problema de salud más
notable, fue el cáncer de tiroides, ya que la población hacía consumo de gran variedad de alimentos
contaminados, especialmente de leche con yodo radiactivo. Como consecuencia inmediata de la ingesta, según
la OMS (2005), se registraron un total de 5.000 casos de cáncer de tiroides, provocando que este mismo
organismo, considere posible que la exposición a altas dosis de radiación, como las que se diseminaron en el
accidente de Chernóbil, aumenten un 3%-4% la incidencia normal del cáncer en las zonas afectadas.

El presente tema de investigación, surgió debido a un interés relacionado con diferentes accidentes o desastres
ambientales. Desde que era muy pequeña siempre existió en mí, aquella necesidad de saber sobre los
misteriosos accidentes causados por el ser humano en la Tierra. Mientras que los años pasaban, ese interés
seguía siendo constante; asimismo, dicho interés creció acompañado de mi fascinación por la biología y la
medicina. Hace poco tiempo, no sabía si es que el anterior tema de investigación era de mi agrado en un 100%,
lo que me generaba molestia, ya que no tenía motivación personal para realizar la investigación. Aquella
sensación fue completamente superada, cuando en una clase de Biología, la profesora nos presentó el accidente
de Chernóbil junto a algunos otros accidentes nucleares, relacionando la exposición a la energía nuclear, con
enfermedades dentro de la rama de la genética. Nos explicó sobre cómo la exposición a fuertes cargas de
radiación, puede ser capaces de producir distintas alteraciones y/o modificaciones en las moléculas de ADN
de un individuo. Igualmente, nos enseñó que se puede presentar una alteración en la secuencia de bases
nitrogenadas, lo que provoca cambios y/o pérdidas en las mismas. Considero que aquella clase fue la señal
perfecta para replantear mi tema de investigación, ya que, el reconocer el acontecimiento de Chernóbil y
aprender mucho más sobre sus consecuencias en el organismo humano, me motivó a seguir indagando de
manera personal. Por esta razón, la presente investigación realizará un estudio de comparación sobre la tasa de
incidencia del cáncer de tiroides, de acuerdo a las variables propuestas, como resultado de la alta exposición a
radiación nuclear en los años propuestos.

Sección N° 2: Exploración
2.1. Pregunta de investigación
¿Cómo varía según el rango de edad (0-4; 5-9; 10-14; 15-18) y género (femenino y masculino) la tasa de
incidencia del Cáncer de tiroides, como consecuencia del accidente de Chernóbil, en menores de 18 años de
edad de diferentes ubicaciones geográficas (Federación Rusa, Bielorrusia y Ucrania) entre los años 1986 y
2015?

La previa pregunta de investigación planteada, posibilitó la clasificación de variables, en donde la variable


independiente corresponde al género (femenino y masculino) y al rango de edad, a partir del cual se seleccionó
un rango de 0-18 años, debido a que, según informes, este rango, representa la población más afectada por la
radiación. Asimismo, también se considera al accidente nuclear de Chernóbil como variable independiente,
pues este acontecimiento se utilizará como causa e influencia en los hechos. Con respecto a la variable
dependiente, se encuentra la tasa de incidencia del cáncer de tiroides por 100.000 menores de 18 años de edad,
incluyendo ambos géneros, con el propósito de medir la gravedad de las consecuencias. Finalmente, en cuanto
a la variable controlada, esta es igual a los países propuestos (Federación Rusa, Bielorrusia y Ucrania) y al
periodo de años de estudio, del 1986-2015.

2.2. Marco Teórico


Radiación ionizante (nuclear)
Según hace mención la OMS (2016), la radiación nuclear es energía liberada por átomos en forma de ondas
electromagnéticas, partículas o neutrones. La radiactividad es la desintegración de los átomos, y la energía
emitida por aquellos, es la radiación ionizante. Este tipo de radiación es transportada por diferentes tipos de
rayos y partículas emitidos por material genético. Esta incluye rayos X y gamas, al igual que partículas alfa y
beta. Aquellos elementos tienen la capacidad de realizar un proceso denominado como “ionización”, en donde
son capaces de desplazar electrones de moléculas, dado a que poseen una gran cantidad de energía. Por otro
lado, y según el Instituto Nacional del Cáncer (2019), la radiación ionizante, contiene la suficiente energía para
afectar el ADN de un organismo. Esto es debido a que incluye diversas formas de radiación de alta energía,
por lo que a medida que aumenta el uso de las radiaciones ionizantes, también incrementan los posibles peligros
contra la salud. Cuando las dosis de radiación recibidas, superan los límites en determinados niveles, puede
haber graves efectos en la salud como, por ejemplo; el síndrome de irradiación aguda. No obstante, y según la
OMS (2016), las dosis bajas de radiación, también pueden aumentar el riesgo en la salud, pero a largo plazo,
permitiendo el desarrollo de diferentes enfermedades, tales como el cáncer.
La unidad científica de medición para la dosis de radiación del organismo entero es el milisievert (mSv). Según
el Comité Científico de las Naciones Unidas para el Estudio de los Efectos de las Radiaciones Atómicas,
UNSCEAR (2021), la exposición media a radiación anual es de 2,4 mSv, variando entre 1 a 10 mSv, por lo
que se espera que una persona, en toda su vida, acumule de 100 a 700 mSv. Sin embargo, en Chernóbil,
trabajadores llegaron a exponerse a radiaciones de más de 500 mSv, mientras que las personas evacuadas,
contaban con dosis medias de 33 mSv, evidenciado el alto nivel de exposición al que la población fue
arriesgada.

Dosis de mSv aceptadas para el ser humano y dosis recibidas por víctimas de accidente nuclear.

Dosis anual de mSv Dosis media recibida por la Dosis recibidas por los trabajadores
aceptada. población en menos de un año. en menos de un año.

1 mSv - 10 mSv 30 mSv - 33 mSv 120 mSv - 500 mSv

El accidente de Chernóbil
El 25 y 26 de abril del año 1986, es la fecha en donde se registró el peor accidente en la industria de energía
nuclear. Según National Geographic (2019), el accidente fue provocado gracias al reactor RBMK Nº4 de la
estación de energía nuclear V.I. Lenin. El día 25 de abril, se había programado el mantenimiento de rutina en
aquel reactor. Sin embargo, los trabajadores realizaron una prueba para comprobar si es que el reactor podría
enfriarse en caso la central perdiera el suministro eléctrico. Como consecuencia de aquella prueba, los
trabajadores infringieron los protocolos de seguridad y aumentaron la potencia dentro de la central, provocando
que el combustible de uranio del reactor se recalentara, generando una reacción en cadena de explosiones e
incendios. Finalmente, el núcleo del reactor se expuso y dispersó grandes cantidades de material radiactivo
(Cs, Pu, Sr y I) hacia la atmósfera, contaminando un área de 142.000 kilómetros cuadrados, afectando
gravemente al norte de Ucrania, el sur de Bielorrusia y Briansk (región rusa). El material radioactivo, logró
liberarse en forma de nube, contaminando diversas superficies del medio ambiente, incluyendo la piel y ropa
de la población, lo cual generó una gran exposición externa a la radiación. Según la OMS (2005) y El Mundo
(2011), la exposición interna, se dio mayormente por la inhalación del aire, el consumo de agua y alimentos
contaminados con diferentes materiales radioactivos y por la incorporación de la variante isotópica radiactiva
del yodo, en la glándula tiroides de la población.

El cáncer de tiroides
De acuerdo a la Asociación Americana de Cáncer (2019), el cáncer de la glándula tiroides se origina debido a
un crecimiento descontrolado de las células en la tiroides, las cuales logran sobrepasar las células normales.
Como consecuencia, las células cancerígenas se propagan a otras partes del cuerpo, logrando una metástasis
en el organismo. El cáncer se desarrolla inicialmente en la glándula tiroides, la cual se encuentra en la parte
delantera del cuello y tiene la función de producir hormonas que controlan el peso, ritmo cardíaco, presión
arterial y la temperatura corporal del cuerpo humano. Según Mayo Clinic (2020) el cáncer de la glándula
tiroides, puede que no cause ningún síntoma al inicio, sin embargo, a medida que el tiempo pasa, los pacientes
pueden presentar; dolor en el cuello y garganta, dificultad para tragar, cambios en la voz e hinchazón en los
ganglios linfáticos. El cáncer se desarrolla debido a ciertas mutaciones genéticas en las células de la tiroides.
Aquellas mutaciones, permiten que las células se multipliquen y crezcan rápidamente. A diferencia de las
células normales, las células anómalas pierden la capacidad de morir, por lo que se llegan a acumular, causando
la presencia de un tumor en el organismo.

En relación al accidente de Chernóbil, la Asociación Americana de Tiroides (2019) señala que la glándula
tiroides requiere de yodo para cumplir la función de producir las hormonas que regulen la energía y el
metabolismo. Asimismo, explica que la tiroides es incapaz de distinguir entre el yodo regular y el yodo
radioactivo, por lo que la glándula lo absorbe de la misma manera en que absorbe el yodo estable que se
encuentra en el torrente sanguíneo. Los accidentes nucleares liberan yodo radioactivo a la atmósfera, como
consecuencia, las células tiroideas de la población expuesta, captan elevados niveles de radiactividad,
posibilitando, la producción de un cáncer a corto o largo plazo. En Chernóbil, una de las enfermedades más
resaltantes, fue el cáncer de tiroides. La población hacía consumo de comida y leche contaminada, lo que la
expuso a la radiación ionizante a causa del isótopo 131 del yodo, de 50 Gy. Lamentablemente, las autoridades
no retiraron estos alimentos de la cadena alimenticia de inmediato y la población, al contar con un déficit de
yodo en su dieta, terminaron absorbiendo gran cantidad de la variante isotópica, afectando su salud.

Ubicaciones geográficas (Federación Rusa, Bielorrusia y Ucrania)


Se toma en consideración aquellas ubicaciones geográficas debido a que el accidente ocurrió a una distancia
de 18 km al noreste de Chernóbil y a 3 km de la ciudad de Pripyat, ubicándose en una zona justo en la frontera
entre Bielorrusia y Ucrania. En cuanto a las declaraciones del accidente, tanto el gobierno soviético como las
autoridades de la ciudad de Chernóbil, no se pronunciaron rápidamente ante los acontecimientos, por lo que la
población no supo sobre el impacto del accidente, hasta tiempo después. Incluso, se ocultó el nivel de gravedad,
a fin de no crear pánico, ni perder relaciones internacionales con otros países. Al gobierno le tomó 3 días
establecer medidas con respecto al accidente, en donde recién, estipularon órdenes de evacuación.

En cuanto a los efectos de la radiación, y de acuerdo a El Mundo (2006), la doctora Elisabeth Cardis, directora
del grupo de radiaciones de la IARC, indica que la mayor parte de fallecidos a causa de cáncer, se darán en
Ucrania, Bielorrusia y Rusia. Esto debido a que son considerados como los territorios más afectados por la
contaminación nuclear. Asimismo, se presenta una predicción la cual sostiene que ⅔ de tumores a causa del
cáncer de tiroides, tendrán lugar en el país que albergaba la central, es decir, Ucrania.

2.3. Hipótesis (H0 y H1)


Hipótesis nula (H0): La tasa de incidencia de cáncer de tiroides será mayor en el rango de 15 a 18 años de
edad en cuanto a la población femenina. En la población masculina, la tasa de incidencia será mayor entre el
rango de 0 a 4 años de edad. Asimismo, se registrará una mayor tasa de incidencia de cáncer de tiroides en la
población femenina que en la masculina.

Hipótesis alternativa (H1): La tasa de incidencia de cáncer de tiroides será menor en el rango de 15 a 18 años
de edad en cuanto a la población femenina. En la población masculina, la tasa de incidencia será menor entre
el rango de 0 a 4 años de edad. Asimismo, se registrará una mayor tasa de incidencia de cáncer de tiroides en
la población masculina que en la femenina.

2.4. Metodología
2.4.1. Recolección de datos
1. Seleccionar tres países que se hayan visto como los más afectados luego del accidente de
Chernóbil, con el objetivo de realizar un análisis y estudio más concreto de la tasa de incidencia
del cáncer de tiroides, considerando diferentes rangos de edad y género de la población estudiada
(menores de 18 años de edad).
2. Recolectar datos provenientes de la OMS y de la UNSCEAR sobre la tasa de incidencia del cáncer
de tiroides en niños de los 0 a 18 años de edad, durante el periodo comprendido entre 1986-2015,
con el propósito de realizar un análisis comparativo entre la tasa de incidencia en diferentes rangos
de edad y género.
3. Transferir los datos al programa Excel versión 2019, para realizar el análisis de los mismos.

2.4.2. Selección de datos


Como se evidencia en la Tabla 1 (Sección Nº3), se recolectó información de la UNSCEAR, considerando los
3 países (Bielorrusia, Ucrania y la Federación Rusa) más expuestos a la radiación nuclear como consecuencia
del accidente de Chernóbil. Asimismo, se seleccionaron rangos de edad (0-4; 5-9; 10-14; 15-18) y género
(femenino y masculino) en la población estudiada, con la finalidad de ampliar el espacio muestral para
determinar con mayor precisión la incidencia de la tasa de cáncer de tiroides dentro de los años establecidos
(1986-2015).

2.5. Seguridad y ética en el manejo de los datos


Se emplearon datos de fuentes primarias como la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Comité
Científico de las Naciones Unidas (UNSCEAR). Igualmente, se recurrió a fuentes secundarias las cuales
basaban su información en bases de datos verídicas y confiables como las que se mencionaron anteriormente.
Los datos obtenidos están expuestos a nivel mundial para su uso en contextos académicos debido a que son
productos de registros internacionales sobre acontecimientos históricos y enfermedades. Es por ello, que, con
base en los mismos, es posible realizar una investigación la cual incluya la manipulación de los datos para
lograr mejoras. En todo momento se verificó la confiabilidad de la fuente y autor y se preservó la integridad
académica.
Sección N° 3: Análisis
3.1. Datos Brutos

Tabla 1: Tasas de incidencia de cáncer de tiroides en 1986-2015 entre la población expuesta (menores
de 18 años) en Bielorrusia, Ucrania y la Federación Rusa y promedio en cuanto a género y edades.

.
Fuente: Elaboración propia

3.2. Procesamiento de datos


3.2.1. Medias, SD, Gráficas de Barras y barras de error
Por medio del programa Excel 2019, se logró calcular los promedios de la tasa de incidencia del cáncer
de tiroides de acuerdo al género y rango de edad por cada país propuesto, esto con la finalidad de poder
realizar comparaciones y evidenciar variaciones en los datos. Posteriormente, se realizó una marca de
clase en cuanto al rango de edades, y se promedió en base a esta, la incidencia de cáncer de tiroides en
ambos géneros para obtener información concreta sobre las incidencias a partir de un género en
específico. Después, se halló la desviación estándar en relación a las diferentes variables, indicando la
dispersión de los datos obtenidos. Finalmente, en base a la Tabla 2, se realizó una gráfica de barras
(Gráfico 1), incluyendo barras de error que permiten efectuar una comparación entre los resultados
sobre ambos géneros.

Tabla 2: Promedio de la incidencia del cáncer de tiroides en los 3 países seleccionados, por género y
rango de edad, en el periodo de 1986-2015.

Fuente: Elaboración propia


Tabla 3: Desviación estándar en relación al rango de edad y la incidencia promediada de ambos
géneros en cuanto a la tasa de cáncer de tiroides.

Fuente: Elaboración propia

3.2.2. Coeficientes de Correlación y coeficiente de determinación.


Se realizó un análisis de correlación hallando los coeficientes de Pearson (R) y determinación (R^2),
lo que posibilitó hallar la fuerza de relación entre el rango de edad (marca de clase) con la incidencia
de cáncer de tiroides. Se hizo uso del programa Excel 2019 y de la siguiente fórmula:

Tabla 4: Coeficientes de correlación y determinación.

Fuente: Elaboración propia

3.2.3. Prueba de T
Hipótesis nula (H0): No hay diferencia estadísticamente significativa entre la incidencia de cáncer de
tiroides en la población masculina y femenina.
Hipótesis alternativa (H1): Hay diferencia estadísticamente significativa entre la incidencia de cáncer
de tiroides en la población masculina y femenina.

Tabla 5: Prueba T para dos muestras suponiendo varianzas iguales.


Variable 1: Incidencia de cáncer de tiroides en la población masculina.
Variable 2: Incidencia de cáncer de tiroides en la población femenina.

Fuente: Elaboración propia


3.2.4. Gráficos
En el gráfico se hizo uso de las barras de error, líneas de ajustes y se calculó el coeficiente de
determinación, permitiendo observar la dispersión de datos junto a la fuerza de correlación en cuanto
a las variables. Por otro lado, se presentan series (1, 2, 3 y 4) con base en los rangos de edades con el
propósito de facilitar el procesamiento de datos. La primera serie equivale al rango entre 1-4 años; la
segunda al rango de 5-9 años; la tercera al rango de 10-14; y finalmente la serie 4 equivale al rango de
15-18 años.

Gráfico 1: Relación entre el rango de edad y el promedio de la incidencia entre ambos géneros,
incluyendo barras de error, líneas de ajuste y el coeficiente de determinación en un periodo de 30 años.

Fuente: Elaboración propia

3.3. Interpretación de los datos


Se utilizó el programa de Excel (2019) que favoreció a hallar los coeficientes de correlación y determinación,
la ecuación de la recta en ambos casos (femenino y masculino), los promedios y la prueba T. En la tabla 1 se
expresan datos sobre las tasas de incidencia de cáncer de tiroides entre la población expuesta. En esta, los
resultados (promedio) de cada género, dejan en clara evidencia que el género femenino tiene una mayor
prevalencia en la incidencia de casos de cáncer que el género masculino, donde el rango de edad menor, es de
0-4 años de edad y el mayor es de 15-18. Asimismo, se puede establecer que, en cuanto a la población femenina
de los países de Bielorrusia, la Federación Rusa y Ucrania, el rango de edad más afectado por el accidente
nuclear, fue el de 15-18 años de edad, mientras que el rango de edad menos afectado fue el de 0-4 años. Por
otro lado, y en el caso de la población masculina de estos mismos países, sucede todo lo contrario que en la
población femenina. Se logra observar que, en este caso, el rango de edad más afectado fue el de los infantes
más pequeños, en donde se registran niños entre los 0-4 años de edad, mientras que el rango de edad menos
afectado fue el de 5-9 años.

En cuanto a la segunda tabla (Tabla 2), esta demuestra el promedio de la incidencia del cáncer de tiroides en
los 3 países estudiados, en donde se reitera, nuevamente, que el género con mayor incidencia de cáncer de
tiroides, es el femenino. Asimismo, se calcularon los promedios sumando ambos géneros, permitiendo ver la
tasa de incidencia por cada intervalo de edad. En base a estos promedios, se puede establecer que la edad que
reporta una mayor incidencia de cáncer, es el intervalo entre los 15-18 años de edad, registrando un promedio
en cuanto a ambos géneros de 35.48 de incidencia. Por otro lado, la edad que registra una menor incidencia es
en el intervalo entre los 0-4 años, registrando un promedio de 27.40 de incidencia.

En la tabla 3 se muestra la desviación estándar en relación al rango de edad y la incidencia de cáncer


promediada de ambos géneros. En esta, se puede evidenciar que los datos están dispersos entre sí. Esto, debido
a la diferencia de la tasa de incidencia registrada en ambos géneros, en donde el género femenino registra una
mayor tasa de incidencia de cáncer de tiroides que la tasa masculina, es por ello, que la desviación estándar es
de un valor de 5.498 a tres cifras significativas. No obstante, la Tabla 4 muestra los coeficientes de correlación
y determinación, manifestando que hay una fuerte correlación entre las dos variables estudiadas, ya que esta
es de un valor de 0.75 y 0.57, demostrando una mayor proximidad al valor 1. Aquello, indica una relación
positiva y directamente proporcional sobre las variables examinadas.

La prueba T (Tabla 5), se empleó para determinar si es que había una diferencia estadísticamente significativa
entre la incidencia del cáncer de tiroides en la población masculina y en la femenina. Observando la Tabla 5,
se detalla que el valor de P(T<=t) dos colas es equivalente a 9.24809E-05 (0.0000924809086643035). Este
valor, permite rechazar la hipótesis nula (H0) de la prueba T, debido a que el valor obtenido es menor a 0.05,
por lo tanto, se rechaza la hipótesis nula (H0), aceptando la hipótesis alternativa (H1), significando que las
diferencias entre las variables (muestras) 1 y 2, son estadísticamente significativas.

Finalmente, se podría afirmar que todos los datos, se correlacionan con el Gráfico 1, el cual muestra la relación
entre el rango de edad y el promedio de la incidencia entre ambos géneros, incluyendo barras de error, líneas
de ajuste y el coeficiente de determinación en un periodo de 30 años. Se logra observar en la gráfica de barras,
como el género femenino muestra valores significativamente mayores en comparación al género masculino.
Asimismo, el coeficiente de determinación (R^2) arrojó un valor de 0.53, significando una alta correlación
entre las variables estudiadas. Por otro lado, en cuanto al coeficiente de determinación (R^2) del género
masculino, este manifiesta una menor correlación, arrojando un valor de 0.29. En cuanto a los intervalos de
edades, en el Gráfico 1, se logra observar nuevamente que, en el caso de la población femenina, el rango de
edad más afectado fue entre los 15-18 años, teniendo una proximidad al valor 60.00 (58.93). Mientras, en el
caso de la población masculina, sucedió todo lo contrario, ya que el rango más afectado por el accidente nuclear
fue el de 0-4 años de edad.

Sección N° 4: Evaluación
4.1. Conclusión y contexto científico
En respuesta a la pregunta de indagación, se puede afirmar, según los resultados obtenidos que la tasa de
incidencia de cáncer de tiroides es mayor en el rango de 15 a 18 años de edad en cuanto a la población femenina.
Mientras que, en el caso de la población masculina, la tasa de incidencia es mayor entre el rango de 0 a 4 años
de edad. Asimismo, se registró una mayor tasa de incidencia de cáncer de tiroides en la población femenina
que en la masculina. Las previas afirmaciones, permiten rechazar la hipótesis alternativa (H 1), aceptando la
hipótesis nula (H0) como viable. Esto, ya que la tasa de incidencia de cáncer de tiroides es menor en el rango
de 0 a 4 años de edad en cuanto a la población femenina, mientras que, en la población masculina, es menor
entre el rango de 5 a 9 años de edad.

La razón de que haya una mayor incidencia en el género femenino se debe a las alteraciones hormonales que
presentan las mujeres a lo largo de su vida (pubertad, embarazo, puerperio y menopausia). Según MediGraphic
(2010), la enfermedad tiroidea (incluyendo el cáncer), es más frecuente en la mujer que en el hombre debido
a que las mujeres manifiestan variaciones hormonales en las concentraciones de estrógenos, logrando que estas
variaciones hagan al organismo femenino, más susceptible a modificaciones en su respuesta inmunológica.
Además, puede que esta también sea la razón del porqué el rango mayor de edad estudiado (15 a 18 años),
haya sido el que presentaba mayor incidencia de cáncer, pues, la función tiroidea incrementa su funcionamiento
en etapas como la pubertad y la llegada del primer ciclo menstrual (menarquia).

En cuanto a la población masculina, la anterior razón también puede dar respuesta de porqué en este caso, la
población más afectada no fueron los adolescentes varones, sino, los infantes más pequeños (0 a 4 años). Según
L.A. Ilyin y O.A. Pavlovskij (1987), una razón del porqué este rango de edad pudo ser el más afectado, es la
ingesta de leche contaminada por la variante isotópica del yodo (yodo 131) en la población infantil, puesto
que, en un principio, este fue el peligro fundamental. Asimismo, a esto se le puede sumar el hecho de que los
niños, durante ese periodo de edad, no presentan cambios hormonales, sino una inmadurez en su sistema
inmunitario, permitiendo que las dosis de radiación adquiridas, provoquen peores consecuencias en sus
organismos a tan temprana edad.
4.2. Limitaciones y mejoras. Fortalezas

Limitaciones Mejoras Fortalezas

Los datos analizados equivalen a Se podría hacer un mismo análisis Los datos analizados brindan
una suma de la incidencia del con datos de fechas exactas, variables en cuanto a género e
cáncer de tiroides desde el año intercalando los años más cercanos intervalos de edad, siendo posible
1986 hasta el año 2015, por lo que al accidente, con los más lejanos, realizar un estudio para determinar
no son considerados como datos posibilitando una certidumbre de qué población infantil fue la más
individuales respecto a cada año. relación más drástica entre ambas afectada.
incidencias.

La muestra de países es escasa, ya Se podría ampliar la cantidad de El informe presentado por la


que el informe de la UNSCEAR países, incluyendo al territorio UNSCEAR no solo brinda la tasa de
incluye únicamente a los 3 países europeo. Esto con el propósito de incidencia, sino también,
más afectados por el desastre lograr una comparación en cuanto proporciona el número de casos
nuclear (Ucrania, Federación Rusa a la tasa de incidencia de la registrados por intervalos de edades,
y Bielorrusia). enfermedad, brindando mayores lo cual permite un análisis más
expectativas sobre la escala de preciso y certero.
gravedad por continente.

No se encuentra información Se podría adquirir una base de Los datos analizados, al ser tan
concisa ni segura sobre la tasa de datos que contenga información próximos al accidente (año 1986),
incidencia del cáncer de tiroides sobre las personas que han sido presentan una mayor correlatividad
recientemente (desde el año 2016 afectadas por el accidente nuclear y exactitud en cuanto a la relación
a la actualidad); lo que no permite que demuestren un desarrollo de del accidente con el desarrollo de
realizar una comparación entre las cáncer de tiroides desde el 2016 al cáncer de tiroides. Si fueran más
cifras de la tasa de incidencia 2021. Sería ideal encontrar una lejanos, intervendrían otros factores,
cercanas a la fecha del accidente y fuente que actualice las cifras tanto ambientales como genéticos,
la actualidad. anualmente. alterando las reales cifras del
padecimiento de esta enfermedad.

4.3. Extensiones a la investigación


Convendría realizar una profunda investigación sobre las consecuencias de la leche contaminada por material
radioactivo en diferentes países, ampliando así, el campo de estudio de esta investigación. Se sabe que la leche
radiactiva afectó mayormente a países como Ucrania, Bielorrusia y la Federación Rusa, en donde la población
infantil, fue la más vulnerable, ya que su comercio no fue detenido rápidamente; lo que ocasionó que las
personas siguieran haciendo consumo de este producto alimenticio. Esto provocó que la tiroides de la población
absorbiera el material radiactivo (variante isotópica), haciendo que las personas, en especial los infantes,
comiencen a desarrollar cáncer de tiroides, a largo o corto plazo. Sería conveniente, ampliar esta investigación,
tomando en cuenta países más lejanos al lugar del accidente, los cuales también tuvieron consecuencias
negativas a causa del consumo de este producto y así evaluar la tasa de incidencia del cáncer de tiroides dentro
de un campo de países más extenso. Podemos tomar como ejemplo, el caso de México, país que sufrió el daño
colateral del desastre de Chernóbil. Según MSN Noticias (2021), el gobierno mexicano adquirió en Irlanda del
Norte, leche en polvo para su redistribución en México a través de la Compañía Nacional de Subsistencias
Populares (CONASUPO). Lamentablemente, la nación europea también sufrió efectos de la nube radiactiva
surgida en Chernóbil, pese a estar a tres mil kilómetros del epicentro del accidente nuclear. Se cree que, a
través de la lluvia, el material nuclear llegó al ganado, y a pesar de pasar por un proceso de manufacturación
(para deshidratar la leche), la letalidad de las partículas resistió. La leche se comercializó sin saber que tenía
rastros de Yodo-131, Cesio-137 y Cobalto-60, partículas radioactivas altamente contaminantes y peligrosas.
En una entrevista al almirante, jefe de Estado Mayor de la Tercera Zona Naval, Manuel Rodríguez Gordillo,
por EXCELSIOR (2019), quién fue el primero que identificó la anomalía en la leche, expuso lo siguiente:
“Tenía 10 veces más estroncio y cesio radioactivo, que puede producir daños genéticos, cáncer y una serie de
enfermedades”. Se estima que 47 mil toneladas de este producto llegaron a México, lo cual provocó un
incremento de cáncer infantil hasta 300%, entre 1987 y 1997.
Bibliografía
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