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LA AHIJADA SUMISA

Parte 1

Amy era una jovencita de belleza indescriptible, delgada y alta para su edad,
sobresalía de sus compañeras con su cabello rubio dorado y sus grandes ojos
verdes que hacían su rostro aún más bello y sensual, educada en una familia
religiosa al norte de Cataluña, siempre fue consentida como hija única, su
temperamento siempre fue muy fogoso y destilaba sexualidad despertando los
pensamientos más censurables a los amigos de la familia, pero en especial a su
padrino Jaume, hombre maduro de gran rudeza y que había quedado viudo
desde hacía algunos años, muy querido de la familia, que depositaban en él una
confianza a toda prueba, Amy siempre esperaba ansiosa sus visitas pues le
llevaba regalos y la sacaba a pasear, pero sobre todo le encantaban sus platicas
muy adultas y la mirada de deseo que despertaban su coqueteo innato y que la
hacían más irresistible y que también fue el objeto de sus múltiples sueños
eróticos.

Desde muy pequeña se despertó en ella un masoquismo innato y tendencia a la


sumisión sexual. Una vez, siendo aún muy pequeña, su padre la castigó por
haberse portado mal, la subió en sus piernas y le empezó a azotar sus
pequeñas nalguitas hasta hacerlas poner rojas, al principio le dolió muchísimo,
pero a medida que recibía más nalgadas empezó a sentir un placer extraño que
le hizo desear que siguiera, esta fue la única vez que su padre la castigó, pero
desde entonces muchas veces en la cama recordaba esos golpes y le llevaban a
masturbarse imaginando que diferentes hombres mayores y rudos la azotaban,
llegando a convertirse en una obsesión.

También, en la escuela, en uno de los juegos clásicos con sus compañeritas,


perdió, teniendo que obedecer algún castigo que le fuera impuesto, esa vez le
dijeron que tenía que entrar de escondidas y a gatas en el aseo de los niños y
que una vez adentro le dirían cual era el castigo, a Amy le pareció excitante,
cuando entró se dio cuenta de que el piso estaba bastante sucio y con un fuerte
olor a orines, esto hizo reír a sus compañeritas pero a Amy la excitó e incluso
simuló resbalar para apoyar su boca en aquel piso lleno de meados, aquello le
supo acido pero le gustó y disimuló su gusto con un gesto de repulsión haciendo
reír más a sus compañeras, después le dijeron que tenía que hincarse delante
de uno de los retretes y besar la orilla, esto al principio le dio mucho asco pero
una vez en esa posición y al oler el fuerte olor que despedía le causó un gran
placer que disimuló ante sus amigas haciendo muecas de disgusto mientras sus
amigas reían, pero muy al interior disfrutó y le ocasionó que mojara sus
pequeñas bragas. Desde entonces tuvo ese otro fetiche ante lo sucio, soñaba
que la hacían realizar cosas sucias como caminar sobre excremento de perros o
mojarse los pies con orines en baños públicos, muchas veces, cuando pasaba
por algún parque y veía algún vago, ella imaginaba después, que este la forzaba
en un lugar despoblado y sucio y le hacía lamer sus pies llenos de fango.
Antes de iniciar su educación secundaria, ese verano Jaume llegó a casa de sus
padres para invitar a Emy a su pequeña finca 

La joven siempre había disfrutado las cortas estancias en la finca que se


encontraba en un pequeño pueblo de las cercanías y disfrutaba jugando con los
perros y los borricos que tenía el padrino, por lo que se puso feliz cuando los
padres accedieron de muy buena gana a la invitación de Jaume, pues su
confianza en él era infinita, además, le hacía ilusión estar a solas con su padrino
que ejercía una extraña atracción en ella y que había sido el personaje de
muchos de sus sueños eróticos, y esta vez se proponía seducirlo e inclusive
estaba decidida a perder su virginidad con él.

Después de empacar algunas cosas, Amy partió con su padrino hacia la finca en
un viaje que la iba a cambiar para siempre.

La finca era muy pequeña, una casa de dos niveles con dos estancias en la
parte superior que compartían un baño.

 Tenía un corral y un cobertizo en donde estaban dos borricos, también tenía


dos perros grandes tipo Mastín que cuidaban la finca.

Cuando llegaron, Jaume le mostró su habitación y tomándola cariñosamente de


la cintura le dijo que había varias fundas para cubrirse si le daba frio y que su
habitación estaba contigua a la suya y si así lo deseaba y tenía frío, podía
meterse a la cama con él. Amy lo miró y no pudo menos que sonrojarse al
advertir la mirada lujuriosa de su padrino.

--Gracias padrino, me encantaría que me abrazaras antes de dormir como


hacías cuando era una chiquilla.

--Bien Amy, por ahora cenaremos, que es algo tarde y nos meteremos a la
cama que tengo algo de sueño y tú debes descansar.

Amy subió a darse una ducha mientras Jaume preparaba la cena, cuando bajó,
lo dejó boquiabierto, llevaba una camisa que le llegaba un palmo abajo del
pubis notándose que era lo único que llevaba encima.

--Con tanto calor me apeteció ponerme únicamente esto encima, espero que no
te moleste padrino. –Amy se dirigió a Jaume con una sonrisa encantadora y
sentándose en sus piernas le abrazó cariñosamente.

--Caray Amy, estas hecha una mujercita guapísima, supongo que tendrás
muchos enamorados.

--Si, padrino, pero la verdad, se me hacen muy sosos los chicos de mi edad, me
atraen mucho más los hombres maduros…como tú. —le dijo Amy soltando una
carcajada y besándolo casi en la boca.
Jaume se dio cuenta que su ahijada estaba próxima a caer, pero no quería ser
demasiado obvio en sus intenciones.

Durante la cena Amy no dejaba de observar las miradas lascivas que le dirigía
su padrino, procurando abrir un poco la camisa dejando entrever sus pequeños
pero maravillosos senos adolescentes.

Jaume no aguantaba las ganas de tener ese cuerpo núbil en sus brazos lo antes
posible, pero nunca se imaginó lo fácil que esto le sería.

Al terminar de cenar y degustar unas copas de vino, Amy le dio las buenas
noches a su padrino dándole un abrazo y restregando su excitante y juvenil
cuerpo en el cuerpo robusto y sudoroso y le besó casi rosando sus labios, cosa
que excitó de sobremanera a Jaume.

Esa noche Amy no podía conciliar el sueño, se sentía inquieta y atraída hacia su
padrino, no aguantó más, y levantándose se dirigió al dormitorio de Jaume,
todo estaba oscuro y la única iluminación era la luz de la luna que penetraba
por la ventana del pasillo, encontró la puerta abierta y sigilosamente se acercó
a su cama, Jaume, lejos de estar dormido se dio cuenta que sus deseos se
hacían realidad, fingió estar dormido cuando Emy levanto ligeramente la colcha
y se acurrucó a su lado, se percató de que este estaba  completamente desnudo
y del fuerte olor a macho que despedía, que lejos de molestarle le causó un
deseo muy profundo de abrazar ese cuerpo fuerte y maduro de hombre de
campo. Jaume se volteó hacia su cara que quedó a escasos centímetros de la
suya.

--Dime mi nena, ¿no puedes dormir?, ¿Quieres que te tome en mis brazos? Le
dijo ardiendo en deseos.

--Si, si padrino, por favor abrázame que tengo frio.

Jaume tomo a la pequeña entre sus brazos mientras ella colocaba su cabeza en
su pecho, mientras sus manitas bajaban hasta encontrar el mástil enhiesto del
padrino.

--¿Siempre duermes desnudo? Le preguntó.

--Si querida, es más cómodo, hazlo tú también y podremos abrazarnos mejor.

Emy no dilató en quitarse el camisón y quedar completamente desnuda junto al


viejo pero fornido cuerpo del padrino y sintió como su verga se pegaba en su
pubis.

El cuerpo de Emy ya asomaba los rasgos de la pubertad, sus pechos, aunque


pequeños era bellísimos y en su pubis asomaba una pelusa negruzca que
contrastaba con la blancura de su piel y el dorado de su cabello.
En ese momento aprovechó Jaume para besarla en los labios y Emy le
correspondió ardorosamente.

--Hazme tu mujer Padrino, te deseo muchísimo. —le dijo Amy.

--Dime mi nena, ¿eres virgen?

--Si, pero quiero que seas mi primer hombre.

--Espera querida, yo lo deseo igual que tú, pero debemos tomar precauciones,
mañana tomaras unas pastillas para no quedar embarazada.

--Es que no voy a aguantar, te deseo intensamente, por favor fóllame ahora.

--Te voy a quitar ese ardor sin riesgos querida, ten confianza.

Y diciendo esto comenzó a besarla por todo el cuerpo hasta llegar a su sexo que
estaba completamente encharcado e inundado de pasión, Jaume era un experto
en estos menesteres y su lengua empezó a darle ese placer que tanto buscaba
la chiquilla, pronto encontró el punto de placer y esta no tardó mucho en tener
su primer orgasmo, tomó la cabeza de Jaume entre sus manos y la empujó
hacia ella como si quisiera metérsela completamente en su vagina, Jaume por
otro lado empezó a levantarla de su cadera y bajo su lengua hasta llegar a su
también virginal ojete, metió su lengua saboreando aquel orificio mientras Emy
se retorcía de placer.

--¿Qué haces padrino?, siento riquísimo, pero está sucio…

Jaume no cesó en sus embestidas hasta que la joven tuvo su segundo orgasmo.
El subió la cara hasta la suya y la besó apasionadamente, Emy sintió el fuerte
olor y sabor de su propio sexo y le hizo sentir todavía con más deseos de tener
a ese hombre dentro de ella y que  penetrara en sus entrañas.

--Déjame corresponderte de la misma forma padrino—le dijo Emy tomando su


cara amorosamente con sus manos y mirándole morbosamente.

--¿Quieres darme placer con tu boquita?, ¿ya has mamado alguna vez el sexo
masculino?

--No, pero lo he visto en algunos videos porno con mis amigas y me hace
mucha ilusión hacerlo contigo, quiero que me enseñes a ser muy buena
mamadora de vergas, ja, ja.

Jaume no cabía en sí mismo de la fortuna de ese momento y tomando la


cabecita de su ahijada la guio lentamente hasta su mástil que estaba a punto de
explotar.
Amy tomó delicadamente aquella verga ya humedecida de los fluidos pre
seminales, pasó sus dedos alrededor del glande todavía cubierto por el gran
prepucio esparciéndolo por todo el derredor y lo lamió amorosamente mientras
bajaba aquel pellejo que escondía el gigantesco hongo, lo observó embelesada y
pasó su lengua lamiendo la crema acumulada en los pliegues, producto de los
restos de semen impregnados de orina y los días sin asear, el olor fue más
intenso al descubrir el glande escondido cuyo sabor era extraño y fuerte, cosa
que le dio mucho morbo, entonces lo metió completamente en su pequeña boca
succionándolo como si le fuera la vida en ello, Amy estaba fuera de si lamiendo
y chupando.

--Amy, si sigues así te voy a llenar la boca de mi leche querida. —Le dijo
Jaume.

--Si, si padrino lléname la boca, que quiero tomarme toda tu leche por favor...

Diciendo esto, la pequeña sintió los estertores del viejo mientras le echaba una
cantidad enorme de semen espeso producto de varios días de ayuno sexual y
que ella tragó con fruición.

Después de esto, los dos quedaron abrazados hasta quedarse dormidos, no sin
antes decirle al oído que esperaba con ansias el día siguiente para sentirlo
dentro por primera vez. Él sonrió y asintió con un beso.

Cuando despertó Amy se percató de que su padrino no estaba en la cama, se


puso su camisón y bajó a la cocina en donde Jaume estaba preparando un
suculento desayuno.

--Hola padrino—le dijo Amy echándose a sus brazos y besándole


apasionadamente.

--Estoy desfalleciendo de hambre—le dijo Amy.

--Bien querida, tomamos algo y me iré al pueblo a hacer algunas compras,


dentro de ellas, las pastillas que te dije—Jaume le guiñó el ojo maliciosamente.

--Es lo más importante, padrino, ja, ja. —

--En lo que regreso puedes dar un paseo por los alrededores con los perros y si
quieres montar un burro, ya sabes en donde se encuentran, aunque en esta
temporada la burra anda en brama y el macho está un poco arisco—

--¿no quieres que te acompañe al pueblo?

--Creo que será mejor que vaya solo, este es un pueblo chico y si me ven
contigo comprando los anticonceptivos seguro que dará de que hablar—
Cuando salió Jaume, salió a ver a los perros que la saludaron efusivamente
dando brincos y lamiéndole por todos lados, enseguida se encamino al corral en
donde estaban los dos burros que también se acercaron a Amy cariñosamente,
Amy se quedó embelesada viendo la verga del burro que estaba ligeramente
erecta y le produjo que sus deseos sexuales volvieran a la vida, se sentó debajo
de un árbol observando al borrico y pensando si la verga del burro tendría el
mismo sabor que de un hombre y empezó a acariciar su ya húmedo sexo, iba
únicamente con su camisón así que le fue fácil masturbarse soñando despierta
con el cuerpo del padrino y la verga que la llenó de placer la noche anterior,
tuvo un orgasmo inmediato y se quedó dormida. Empezó a soñar que su
padrino la llevaba hacia el corral amarrada de un collar de perro, él iba descalzo
y le ordenaba que limpiara sus pies sucios de haber pisado el lodo y después la
obligaba a hincarse debajo del burro para hacerle mamar la inmensa verga que
apenas cabía en su boca. El sueño hizo que volviera a tener otro orgasmo
despertando al sentir la lengua de uno de los perros lamiendo su juvenil
chochito, ella le dejó, imaginando que era la lengua de su padrino, cuando oyó
los pitidos del auto de Jaume que anunciaban su llegada, salió a su encuentro
rápidamente y lo recibió efusivamente con un abrazo y un beso muy pasional.

--Me alegra que estés aquí padrino, no sabes cuánto te deseo—

Jaume la abrazó y le dio las pastillas que tenía que tomar y le dijo que también
había comprado algo para él.

Después de comer Jaume se descamisó y salió a cortar un poco de leña pues le


dijo a  Amy que en la noche estaba pronosticada lluvia y frio, así que pondría la
chimenea.

Amy le veía a través de la ventana admirada como, aquel hombre pese a su


edad tenía un cuerpo muy fornido y con el ejercicio sudaba copiosamente lo que
hizo que la joven deseara intensamente abrazar ese cuerpo y embarrarse de su
sudor.

Salió sigilosamente de la casa completamente en pelotas y se acercó a Jaume


sin que este se percatara, lo abrazó por la espalda y Jaume sintió como la
juvenil carne desnuda se pegaba a su cuerpo y como su lengua empezaba a
lamer su espalda empapada de sudor, el dejó caer el hacha y se dejó hacer
mientras ella se hincaba y bajaba sus pantalones, como no usaba ropa interior
quedó completamente desnudo mientras la niña separaba con sus pequeñas
manos las nalgas sudadas de su hombre, y lamía fervorosamente el ojete
peludo y apestoso de su amante, a una señal de la joven Jaume se inclinó para
dejar más expuesto el culo a los lengüeteos de la chica, que trataba de meter lo
más que podía su lengua en el asqueroso agujero y sentir ese sabor acre que
despertaba sus más sucios instintos, entonces, él se dio la vuelta hacia la
chiquilla besándola pasionalmente, ella siguió besándole el pecho y lamiendo su
sudor para seguir con las sucias y sudadas axilas que despedían un olor
fuertísimo que acrecentaron sus deseos juveniles, Jaume le alzó y le dijo:
--Eres una putilla guarra querida, dime ¿Te gusta lamer mi cuerpo sucio de
sudor?

--Lo adoro padrino ya no aguanto más, quiero que me folles ya por favor…

Jaume la levantó y cargándola la llevó a la habitación.

La depositó en la cama, se inclinó y separó un poco las rodillas de modo que su


verga que sostenía con una mano llegase a la altura del clítoris turgente y
congestionado de Amy.

La cabeza de su verga, con los redondeados bordes mojados de licor seminal, la


acariciaba en un movimiento de balanceo, y con ese largo beso de ese glande
desnudo e hipertenso sobre ese clítoris joven, gozó y gozó…

Amy gruñía de placer, de su clítoris descendía un calor que llegaba hasta el


fondo de su vientre húmedo y se deslizaba sobre sus muslos.

--¡Padrino!, ¡padrino!, ¡métela toda!, ¡Fóllame! ¡Rómpeme por dentro!

Ella gimió, se retorció, todo su vientre acompañaba con un ritmo lento el


movimiento de esa gran verga que se restregaba sobre su sexo entreabierto, ya
empapado de rocío ante la proximidad del placer.

¡Ah! —gimió

Y con un grito sordo y profundo, tensando todo su ser, se arqueó, balanceo su


vientre y disfrutó. ¡Estaba inundada! Todo su sexo, todavía virgen lloraba de
alegría, estaba excitada hasta lo más profundo de su ser. La verga de Jaume
continuaba masturbándola, pero dominándose a sí mismo esperó con el sexo a
medio camino de la vulva mojada, entre los grandes labios abiertos. Esperó el
ultimo estertor de placer que había hecho explotar en la muchacha y empezó a
hundirse en ella, primero lentamente, con la potencia implacable de un carnero.
Sentía debajo de él el cuerpo apenas formado y ardiente de su presa. Sentía
alrededor de la cabeza de su miembro la humedad caliente de ese pequeño
sexo que acababa de disfrutar, y se hundió, esta vez con brutalidad. Con su
fuerte pecho ahogó el grito de la niña y atravesó la vagina con su miembro,
reventando de un solo golpe la fina membrana de virgen hasta llegar a la carne
magullada y sangrante.

Emitió un aullido animal y masculló palabras obscenas:

--¡Puerca! ¡Puta!, ¡Toma más! ¡ten!

Descargando con un último empujón, hundió más su pene y luego se desplomó.


La pequeña gemía de dolor y de placer, saciado, Jaume todavía jadeaba. Se
quedó sobre ella, todavía estaba adentro, se quedó quieto oprimiéndola.

--Querida…querida, mi pequeña, ¿Te he hecho daño?

Se retiro lentamente y se puso de rodillas antes de recuperarse y ponerse de


pie.

Sintiendo su carne un poco dolorida, pero con restos de placer, Amy puso sus
manos instintivamente entre sus muslos, estaba empapada, manchada de un
líquido espeso, de sangre y esperma mezclados con el licor de su placer, en el
fondo de ese dolor que todavía sentía y en el fondo de su angustia, se sentía
loca e infinitamente feliz—¡Soy mujer!—gritaba una voz dentro de ella--¡Tengo
un amante!—y levantándose ágilmente a pesar de la embriaguez que la
nublaba, se abrazó a Jaume, lo abrazó ardientemente durante mucho tiempo,
sumergiendo su lengua joven en la boca seca de su seductor que ponía sus
manos sobre las nalgas frescas de la muchacha.

Amy estaba magnifica, su cuerpo adolescente en plena floración brillaba con


una gracia infantil en la plenitud torneada del cuerpo de mujer que empezaba a
aparecer. La vista de la belleza de Amy despertó en Jaume los pensamientos
más perversos que había estado ocultando, se arrodilló encima de ese cuerpo
inmóvil y de cara a la chiquilla se sentó prácticamente sobre sus senos, con la
verga en la mano todavía chorreando de esperma y sangre contemplaba el
encantador cuadro que ofrecía el rostro de Amy apoyado sobre la almohada con
los ojos casi cerrados y una sonrisa sensual en los labios. Ella miraba como, la
gran verga de su amante se aproximaba a su cara, Jaume un poco inclinado
hacia adelante empezó a acariciar el rostro de la joven con el grueso hocico de
su falo.

--¿Eres mía querida? -

--Si padrino, soy toda tuya, puedes hacer lo que quieras conmigo—

La respuesta inmediata de la joven acrecentó los deseos impuros que se


gestaban en la mente perversa de Jaume.

--Me gustaría entregarte a una horda de hombres y ver cómo te toman por
todos lados—

Amy abrió los ojos desmesuradamente y agarrando a Jaume por la cabeza lo


acercó a sus labios para besarlo apasionadamente-

--Si, sí, me gustaría que me hicieran toda clase de porquerías y que me


azotaran hasta que les ordenaras parar. Desde hoy mi amado padrino, mi
cuerpo te pertenece a ti o a los que te plazca entregarme para tu placer que
también será el mío—
--Mientras estemos aquí, no seré más tu padrino sino tu Amo—

--¿y yo? ¿Qué seré? ¿Cómo me llamarás?

--Tú serás mi puta, mi perra.

--Me encanta Amo, Ahora por favor hazme tuya por el culo, quiero que todos
mis agujeros de puta sean tuyos—

Amy dio media vuelta, se tumbó boca abajo con las piernas ligeramente
separadas. ¡Que bonita era! Esas nalgas adolescentes, firmes y llenas, esos
riñones hundidos en una curva con unos adorables hoyuelos, esos largos
muslos… ¡Maravillas esculturales que la mano de Jaume manoseaba y
acariciaba! Se detuvo sobre las tensas nalgas, introdujo con habilidad el dedo
en la hendidura y rozó el pequeño agujero del ojete, mientras su lengua y sus
labios libaban el cuello, detrás de las orejas, y los hombros frágiles. Amy sentía
escalofríos, sentía como se le ponía la carne de gallina. ¡Era fantástico!, tenía
ganas de reír y chillar. Y ese dedo que coqueteaba y halagaba tan bien al
pequeño agujero de la raja de sus nalgas le producía una sensación exquisita,
era como si su pequeña cadera tuviera sed, mientras sin darse cuenta,
instintivamente ofrecía su trasero invitando a otras penetraciones.

--¿Te gusta?

--¡Si! ¡Si! —murmuró ella

--¿Quieres sentir mi verga dentro de tu culo?

Ella asintió con la cabeza y le dijo:

--Quiero que me la metas en el culo, pero antes pégame, pégame en las nalgas
por favor.

--Espera unos segundos mi querida putilla, vuelvo en seguida.

Jaume se dirigió a donde estaban sus pantalones y sacó el cinturón de su lugar.


Se acercó a la joven y, con un dedo experto, le unto con sus propios efluvios la
parte próxima al ano, dando un pequeño masaje.

Entonces se puso en posición frente la espalda de la chiquilla y tomando el cinto


empezó a dar azotes en las juveniles nalgas.

--¡Mas fuerte, Amo, más fuerte, ¡hasta que se ponga rojo mi culo! -Le gritó
suplicando.

Jaume endureció los golpes procurando no pasarse, mientras Amy se retorcía de


dolor y placer.
--¡Dime que porquerías me harás hacer! Le suplicó Amy, mientras Jaume tenía
los ojos inyectados de lujuria.

--¡Te voy a entregar a los peores hombres para que gocen de todas las formas
posibles con tu cuerpo!

--¡Dime que cosas quieres que les haga, ¿quieres que me beba su semen? ¿Sus
orines?

--Si, ¡Si! Y más cosas por más asquerosas que sean.

Entonces se puso en posición frente a la espalda de la chiquilla y empezó a


separar las nalgas con la mano, abriendo de esta forma los pétalos frágiles de
su ojete. Dirigió la punta de su verga hacia la pequeña boca del agujero, antes
de dar un pequeño empujón que lo hizo poner en posición de penetración. Con
sus dedos siguió apartando el pequeño valle, ¡Pero deseaba todavía más!

--Ayúdame a abrirte más con las manos—ordeno a Amy.

Ella obedeció. Apartó con sus manos las nalgas y el pequeño agujero apareció
completamente abierto, distendido. Jaume entró con un pequeño empujón,
gracias a la gran cantidad de liquido seminal pudo meter hasta la mitad el gran
falo completamente erecto.

¡Ábrete todavía más! -Gritó Jaume

Emy separó todavía mas las nalgas, esta vez Jaume logró meter la enorme
verga casi en su totalidad, Jaume estaba fuera de sí, y esta vez empujo con
fuerza y la totalidad del falo desapareció dentro del pequeño agujero.

--¡Me has hecho daño!¡Me duele! -Gimió Amy,

--No te va a doler más, ya verás, ¡Hay que sufrir antes de disfrutar, es una ley
de la naturaleza!

--¡Te doy por el culo!, ¡Te doy por el culo! Empezó a vociferar Jaume

--¡Dilo tú también putita!

A pesar del dolor casi insoportable Amy obedeció y gritó esas palabras obscenas
que la embriagaban

--¡Me estas dando por el culo! ¡Párteme el culo, cabrón!

--¡Te estoy dando por el culo! ¡Soy tu dueño!

--¡Si! ¡eres mi dueño! ¡Mi Amo! -Gimió Amy.


Jaume empujó con todas sus fuerzas, su vientre chocaba con las hermosas
nalgas de la chiquilla. Había llegado al colmo de la exaltación, ahora sentía
como su falo había quedado completamente apresado en ese ano ya agrandado
y sin fondo para siempre.

Amy sintió como su amo llegaba a la explosión. La verga que tenia adentro se
endureció todavía mas en lo mas profundo de su cuerpo y siguió perforando
mas de prisa, y de pronto se sintió inundada, sacudida por una especie de
diarrea exquisita, sacudida por espasmos mientras Jaume rugía como bestia y le
mordía el hombro. Ella rugió también y se derrumbó todavía empalada por el
sable de su amante.

Yacían uno sobre otro.

Amy sollozando le dijo a Jaume.

--Me has hecho daño, pero me has hecho gozar intensamente, ¡Me gustaría que
me hicieses cosas todavía más asquerosas cosas terribles e innombrables! —

Se inclinó y puso en su boca el gran falo apaciguado, cubierto de esperma y


algunos restos marrones. Y con avidez chupó instintivamente el miembro
adorado, con un arte consumado como si lo hubiera estado haciendo durante
toda su vida, besó los testículos y bajó un poco más hasta llegar al ojete
queriendo… ¡no sabía lo que quería!

Ambos quedaron exhaustos y Amy se recostó en el pecho de su amante.

--Dime querido Amo ¿hablabas en serio acerca de entregarme a otros hombres?

--¿acaso no te gustaría?

--Si, me encantaría…

Jaume la besó y le dijo

-A mí también…pero no solamente a hombres querida…

Esto último lo dijo Jaume con una sonrisa maliciosa que hizo estremecer a su
amada.

Amy presintió un porvenir lleno de placeres inauditos llenos de morbosidad ¡Se


sentía inmensamente feliz!

 Amy se despertó con una gran  alegría, por fin era mujer y su adorado padrino
se había convertido en el amante que siempre había anhelado. Jaume se
encontraba a su lado, dormido y completamente desnudo sin nada que lo
cubriera, el olor a sexo inundaba la habitación, ella se deslizó sigilosamente
hacia abajo hasta estar a la altura de la verga que tanto placer le había dado, la
observó meticulosamente acercando su bello y juvenil rostro lo más que podía
sin despertar a su amado, aspiró el intenso olor a marisco que despedía y que
exacerbaban sus deseos sexuales, acercó su boca y lamió ligeramente su punta
saboreando los restos de esperma de la reciente eyaculación, no resistió más y
la tomó en su boca, Jaume despertó al sentir como la tierna boca de la niña
amante atrapaba su miembro todavía dormido, empezó a reaccionar con la
mamada y la dejó hacer, Amy se había convertido en una experta mamadora
rápidamente, con el miembro completamente metido empezó a jugar moviendo
su lengua alrededor del glande, ocasionalmente, la sacaba completamente para
lamer los testículos que guardaban el esperma que pronto la alimentarían, y
volvía a meterse la gruesa verga en su boquita de niña, ofreciendo un lúbrico
espectáculo a los ojos del perverso padrino, el cual no tardó mucho en inundarla
con su esperma, tomó su cabeza amorosamente y la atrajo hacia su boca, el
aliento de la niña tenía el olor de su simiente y metió la lengua lujuriosamente
en su paladar para saborear los restos de semen que habían inundado su boca.

--Espera, le dijo, no aguanto las ganas de mear—

Estas palabras despertaron un pensamiento morboso en la mente de la


jovencita, Jaume se paró rápidamente y se dirigió al baño, parándose frente al
inodoro, Amy, que lo había seguido, se hincó a su lado con su rostro a la altura
del dardo semi erecto que empezó a lanzar un gran chorro de orina, la niña
estaba embelesada observando la gran meada, Jaume se dio cuenta de la
mirada de admiración y deseo de su pequeña amante y se contuvo
momentáneamente, cosa que aprovechó la nena para metérsela en la boca con
glotonería, Jaume no aguantó más y terminó de mear en su boca, la jovencita
se tragó todo y se quedó un rato con la verga en la boca. Jaume la levantó y le
besó saboreando el sabor semi amargo que tenía.

--Eres una gran guarra, --le dijo--¿Te gustó beber mis meados? —

--Si, me encanta todo lo que sale de ti, la próxima me lo haces completo en mi


boca, estoy hambrienta de tu verga padrino...perdón … mi adorado Amo—

--Bueno, ya tendrás muchas oportunidades, por lo pronto nos alimentaremos y


después te llevaré al pueblo de compras—

--Mejor nos podríamos quedar en la cama—le dijo Amy con una mirada pícara.

--Las compras que haremos te van a gustar, te lo aseguro—le respondió Jaume


con una sonrisa lujuriosa.

--Mmm…me pica la curiosidad Amo—

--Ahora puedes ponerte ese vestidito tan sexi que tienes, pero no te pongas
bragas, que no las vas a necesitar—
--Mmmm…esto se pone cada vez más interesante…Dime de una vez que iremos
a comprar—Le dijo la chiquilla traviesamente.

--Es una sorpresa, ya lo verás—

Después de desayunar, Amy corrió a vestirse, la belleza y juventud de la


chiquilla no dejaban de impresionar a Jaume que se sentía el ser más
afortunado y que alimentaban sus pensamientos más lujuriosos, bajó las
escaleras luciendo un vestido muy corto y casi transparente que dejaba
entrever su desnudez, Jaume la miró lascivamente mientras le metía la mano
para asegurarse que no llevaba bragas, le dijo que irían a un pueblo cercano y
le preguntó con ironía:

--¿Has estado alguna vez en una sex shop?

Amy volteó a verlo con una sonrisa

--No, nunca, pero me muero de ganas de estar en uno, pero… ¿tú crees que me
dejen entrar? —

--Ja, ja, claro, conmigo no habrá problema, sobre todo que, al que vamos, lo
atiende un conocido mío y es un poco clandestino—

El poblado no estaba muy lejano, Jaume se dirigió hacia la periferia en un barrio


en donde proliferaban los bares y puticlubs. Pararon frente a un local en donde
estaba un anuncio poco visible que decía sex shop. El local no era muy grande y
estaba atendido por un hombre de mal aspecto con barba de varios días que lo
hacían ver más desaseado, era moreno un poco gordo y rondaba los cuarenta
años, tenía pinta de moro, después supo Amy que era de Uruguay, pero sus
ascendentes eran moros.

Juan, que así se llamaba, estaba como petrificado viendo a la hermosa


jovencita. Jaume abrazó a Amy y se la presentó como su puta esclava, a la niña
le encantó que le dijera que era su puta y empezó a coquetearle, más que todo,
para agradar a su padrino. Empezaron a recorrer los escaparates, Jaume tomó
un fuete de esos que tenían varias correas y le preguntó con la voz un poco en
alto para que el hombre que atendía los escuchara:

--¿Qué te parece este? ¿Crees que es el adecuado para tu castigo cuando te


portes mal?

Amy se sonrojó, pero entró en el juego y le dijo.

--Como usted diga amo, ya sabe que soy su esclava—

--Bien tomaremos este—


La pareja siguió recorriendo el local y después agarró un collar de cuero y una
correa.

--¡Mira puta! Voy a llevar esto para que te lo pongas cuando salgas conmigo—

Después agarró unas bolas chinas  y un dildo  negro enorme—

--Creo que esto te irá muy bien, ¿sabes cómo usarlos? —

Amy negó con la cabeza, entonces Jaume se dirigió a Juan y le dijo:

--Mi esclava quiere saber cómo se usan estas cosas, ¿Puedes mostrarle por
favor? —

El tipo no lo podía creer, se quedó con la boca abierta.

--Bueno, ¿Qué pasa? ¿No tienes un lugar en donde los pueda probar?

--Si, Si…ahí atrás hay un cuarto en donde puede pasar—murmuró con los ojos
desorbitados.

--Bueno, pues que esperas, llévate a mi puta y enséñale su uso, yo mientras


aquí espero y te cuido el negocio—Y haciéndole un gesto le indicó a la chiquilla
que se fuera por donde le indicaba el tipo.

Amy no cabía en su sorpresa por la ocurrencia de Jaume, pero estaba


completamente excitada, la entusiasmaba la idea de ser usada por ese tipo
asqueroso. Juan, que estaba sudando de la emoción, abrió una pequeña puerta
y le indicó a Amy que pasaran, Jaume pudo ver un pequeño cuartucho con
algunas cajas y una especie de catre que probablemente sirviera para que el
moreno echara alguna siesta.

--Entra con él Puta, no te preocupes por el tiempo que te tome, y pórtate bien
que es amigo mío y me da muy buenos precios, yo estaré aquí esperando y
viendo qué más podemos comprar. —

La joven miro a Jaume y con una sonrisa le guiño el ojo y cerró la puerta tras
ellos.

Jaume se quedó esperando e imaginando que tan lejos podría llegar su ahijada,
no cabía en su curiosidad y empezó a imaginar diferentes situaciones, esto, le
causaba una excitación muy morbosa, ya le contaría Amy con lujo de detalles
que pasó en aquel cuarto.

Pasaron como treinta minutos y Jaume ya se empezaba a desesperar cuando se


abrió la pequeña puerta y salió el encargado bañado en sudor, detrás salió Amy
más radiante que nunca.
--Puede llevarse todo Don Jaume, no es nada, es un obsequio de la casa y
cuando usted quiera le puedo mostrar todo lo que está en la tienda—

--¿Te gustaron los juguetes querida? -

--Mmmm …me encantaron, justo lo que necesitaba—

--Pues muchas gracias y ya volveremos—Le dijo al dependiente.

Cuando subieron al auto, Amy abrazó a su amante efusivamente y le dijo que el


sex shop había estado de maravilla y que estaba desesperada por probar los
juguetes con él, Jaume se sonrió y le dijo que no aguantaba las ganas de que le
contara que pasó en el cuartillo ese y soltó una carcajada.

Al llegar a casa subieron rápidamente al dormitorio, Amy estaba excitadísima,


se puso en pelotas y empezó a desnudar a Jaume, se arrojaron a la cama
abrazándose con pasión y deseo.

--Quiero que estrenes el fuete conmigo, quiero sentir como azotas mis nalgas—
Le dijo a su amante casi suplicándole.

Este no la hizo esperar, le ordenó que se pusiera en cuatro patas encima de la


cama y le empezó a azotar, mientras la  joven, completamente extasiada le
gritaba que quería más, cuando ya tenía las nalgas rojas, se volteó sudando y le
susurró al oído:

--Me encantó que me entregaras al tipo asqueroso del sex-shop, me hubiera


gustado que vieras todo lo que me hizo, pero yo estaba imaginando que estabas
ahí, viéndome hacer todo tipo de marranadas y eso me satisfacía.

--A mí también me gustó entregarte, sabia que no me defraudarías, y yo


también estaba imaginando estar ahí, me calenté muchísimo imaginándote con
ese cuerpecito de niña revolcándose con el tío asqueroso—Contestó Jaume

--¿Quieres que te cuente lo que me hizo el desgraciado ese del sex shop? —

--Si, y con lujo de detalles …-le contestó Jaume.

Amy sonrió maliciosamente y comenzó:

--Cuando  entramos al cuarto, aquella bestia estaba resoplando de ansiedad,


tenía los ojos sanguinolentos de lujuria, yo me quite el vestido y quedé en
pelotas, el tipo no creía lo que veía, ja, ja, entonces empecé a desnudarlo,¡ el
tío sí que apestaba ¡, yo creo que no se había bañado en un mes, pero esto me
excitó más, no te había dicho, pero la suciedad despierta un morbo muy
especial en mí, me dijo que era uruguayo descendiente de moros y que por eso
era tan negro, cuando le bajé el pantalón vi que no llevaba ropa interior y vaya
que apestaba, tenía una verga enorme y larga con un gran pellejo que la cubría,
me dieron ganas de chuparla pero me aguanté y le dije que quería que me
probara las bolas chinas primero que nada. El tipo torpemente me dijo que si y
que me pusiera en cuatro patas encima del catre, lo hice y él se hincó detrás,
me dijo que tenía que lubricarme primero y empezó a lamerme el culo, ¡no
sabes que bien lamia el condenado!, me metió la lengua hasta adentro y me
hizo tener un orgasmo casi de inmediato, entonces empezó a meterme las bolas
una por una hasta llegar a meter cuatro de las ocho que había, yo estaba
temblando de placer, le dije que se acostara y que siguiera metiendo las bolas 
mientras yo me acomodaba encima de él haciendo un sesenta y nueve. Nunca
lo había hecho, pero me encantó, se me hizo muy morboso sentir como me
metía las bolas mientras me lamia el coño que ya lo tenía completamente
encharcado y yo mientras tanto tenía debajo de mi cara aquella verga olorosa
que me hacía agua la boca, empecé a bajarle el pellejo para descubrir su cabeza
y ¡Que sorpresa! Estaba completamente negra a excepción de una crema
amarillenta y apestosa que la cubría parcialmente, yo me abalancé y empecé a
chuparla, tenía un sabor fuerte y raro que me hacía sentir más puta, se la dejé
limpita y empecé a sentir como se convulsionaba y me lanzó un gran cantidad
de esperma en la boca que apenas pude tragar, sentía la boca toda pegajosa
pero me gustó y me provocó un segundo orgasmo y caí encima de él, entonces
me preguntó que si quería probar el dildo y se me ocurrió una cochinada, le dije
que el dildo era para metértelo a ti, y que quería probarla con él, al principio
pareció no gustarle la idea pero accedió, entonces le dije que era su turno de
ponerse en cuatro patas y me puse detrás, tomé el dildo enorme que escogiste
y le dije que si quería que lo lubricara, me dijo que si, entonces le abrí las
nalgas, ¡No te imaginas!, tenía el ojete bien peludo y estaba todo sudado y
apestoso con restos de mierda, ¡era asqueroso!, pero me dio mucho morbo y
entonces…no lo vas a creer ¡Empecer a lamerlo!, si querido, le lamí el culo todo
mierdoso y ¡Me gustó!, me sentí sucia, asquerosa, luego le metí casi todo el
dildo, pero le entró tan fácilmente, que creo que ya le habían metido otro
alguna vez. El pobre hombre quedó tendido sin moverse, le saque el dildo y…--
Amy le miró a los ojos y con una sonrisa perversa le dijo:

--¡Lo lamí todo! ¡Lo chupe como si fuera un chupachups! —

--¡Eres realmente una marrana!, ¡es lo más asqueroso que he oído! —ja, ja.

Jaume tomó a la chiquilla de la cara y la beso largamente metiéndole la lengua


lo más que podía en su juvenil boca.

--¿No te sabe rarito? —le pregunto Amy con sorna y riendo.

--¡Puta!, ¡Puta y más puta!, eso es lo que eres querida—

Tomando el fuete por segunda vez comenzó a azotarla, esta vez con más
ímpetu hasta hacerla casi sangrar, después agarró el dildo y sin ningún reparo
lo metió completamente en el culo de la muchacha,
--¡Méteme la verga, cabrón! —vociferó con los ojos llorosos. --méteme tu verga
mientras tengo el dildo en el culo, ¡quiero sentirme empalada por los dos lados!

Jaume la tomó y hundió su falo en la juvenil vagina sedienta de verga.

Quedaron un rato uno sobre el otro y Amy, todavía no satisfecha musitó en su


oído.

--Quiero sacarme el falo y metértelo en el culo como se lo hice al moro—

Jaume se separó y se puso a cuatro patas, no necesitó decirle nada para que la
muchacha entendiera que lo estaba esperando. Se sacó el falo del culo y se
arrodillo detrás de su amante, le separó las nalgas y metió el rostro entre ellas
lamiendo el ano de su amado metiendo la lengua como si lo estuviera
sodomizando con ella, saboreó largamente los sabores que emanaba y luego
metió el falo lo más profundo que pudo. Jaume gozó por primera vez con la
enculada.

Se recostaron exhaustos, Amy se apoyó sobre el pecho de su amante, sentía

que había empezado a vivir libre para dar rienda suelta a todos aquellos deseos
escondidos. Jaume parecía haber leído su pensamiento y acariciando su sedosa
cabellera le preguntó:

--Dime querida, ¿Cuáles fueron tus primeros pensamientos eróticos? —

Amy le empezó a relatar de sus experiencias de muy pequeña y que habían sido
especialmente importantes en el descubrimiento de su sexualidad y de sus
vicios, la vez que recibió la azotaina de su padre que la marcó para siempre en
el placer de la flagelación y después, su experiencia en el colegio, cuando le
hicieron entrar a gatas en el cuarto de aseo de los niños y en el cual sintió por
primera vez el deseo de hacer  las cosas más asquerosas y que le habían
ocasionado numerosos sueños de sexo con hombres sucios, que la azotaban y
que la obligaban a mamar vergas de indigentes.

--Y ¿nunca has imaginado follar con animales? —Preguntó Jaume.

Amy le miró maliciosamente y le dijo:

--Sí, el día que me dejaste sola… estaba cerca del establo y vi al burro
terriblemente excitado con la verga bien parada buscando a su burra y me
masturbé imaginando que se la estaba mamando y que me bañaba con su lefa-

Jaume se excitó con los relatos de la pequeña y pensó que tendría que
aprovechar esos deseos para cumplir todas sus perversidades.
--En los días que te quedan conmigo te voy a satisfacer todos esos deseos hasta
hoy prohibidos—

--¿De verdad padrino?, ¿Todos esos deseos? Pero quiero que estés conmigo
cuando me entregues a otros hombres, quiero que estés insultándome y
diciendo todas las porquerías que deba hacer y que además si lo deseas, que
participes, aunque sea azotándome mientras ves como gozan a tu puta los
seres más detestables o aun animales si te apetece--

--Y más querida…y más…

Después de la experiencia en el sex shop, Amy estaba sedienta por probar


nuevas perversiones que saciaran sus más bajos deseos lúbricos, se acercó
deseosa, abrazando a su amante padrino cuando estaba recostado en su cama
y empezó a besarle la oreja muy sensualmente, metiendo ligeramente la lengua
para excitarlo y voluptuosamente le susurró al oído:

--¿Cuándo me enseñaras otras perversiones mi Amo?, estoy ávida de que me


enseñes cosas nuevas, pon tu dedo en mi coño para que constates que mojada
estoy pensando cositas malas y perversas--.

Jaume la miró sonriendo, y con mirada malvada, le dijo que se pusiera el mismo
vestido del sex shop y sin nada abajo.

-- voy a llevarte a un sitio especial—Le dijo, acariciando con los dedos la vulva
completamente anegada de sus jugos de amor.

--¿A dónde quieres que vaya contigo querido Padrino? ¿Conozco esos sitios?
¿Acaso son esos lugares en donde violan a las jovencitas que se portan mal? –le
preguntó poniendo la carita inocente que tanto excitaba a Jaume.

--No tanto, aunque no dudo, por lo caliente que estas, que te gustaría ser
violada hasta por perros—

Amy sonrió y le dijo lujuriosamente:

--¿Perros grandes que me den por el culo?

Jaume se rio de la ocurrencia de su ahijada y le preguntó:

--¿Has estado en un cine de películas porno? —

--Tú sabes que no permiten entrar a jovencitas inocentes y menores como yo—
Le dijo pícaramente.

--¿Te gustaría ir conmigo? —Le preguntó Jaume


--Me encantaría, me fascina el porno, me pone muy excitada, me da más morbo
verlo en cine que en internet, pero, sobre todo, me excita ir contigo y que me
metas mano mientras vemos la película, y, ¿Qué vamos a ver? ¿Pelis de orgias?
¿de bestialismo? ¿De SM? —

--Eso es lo de menos querida, lo que importa es lo que puedes experimentar en


esos cines—le dijo con la sonrisa malévola que le caracterizaba cuando le
invadían pensamientos perversos.

Amy se sintió satisfecha con lo que le dijo su padrino, aunque sentía mucha
curiosidad por lo que dijo de experimentar.

Salieron rumbo a un poblado cerca de la costa y aparcaron en una zona de


bares con anuncios de sexo. Había un cine que exhibía películas XXX.

La sala era pequeña, sucia y decadente como la mayoría de los cines XXX en la
actualidad, estaba obscura, pero se distinguían sin problemas los asientos,
había no más de cuatro o cinco hombres sentados de manera dispersa, eran el
tipo de individuos que frecuentan estos cines en la actualidad, maduros y viejos
jubilados, excepto un jovenzuelo que estaba en una esquina bebiendo un pomo.

Jaume la llevó hasta unos lugares casi en medio de la sala, Amy estaba
emocionada, para ella era una nueva experiencia, se sentía adulta y le resultaba
morboso, se sentía sucia en esos lugares.

 La película era de un negro enorme que le estaba metiendo la verga a una
rubia muy menudita, la pequeña estaba fascinada y no quitaba la vista de la
película.

--¿Te ponen caliente las películas de negros con grandes vergas? —Le preguntó
Jaume

Amy le sonrió y le dijo al oído que siempre había ansiado sentir una verga de
esas en el culo y se rio, tomándole de la cara y dándole un beso mientras su
mano bajaba hasta sentir su pene ya en erección a través de su pantalón.

. --Mmm…parece que te excita imaginar a tu niña mamando una verga negra—

--Abre la bragueta y arrodíllate delante de mí—Le ordenó Jaume

 Ella volteó hacia todos lados y le dijo al oído.

--¿No te preocupa que nos vean?, parece que el viejo que está sentado unas
filas atrás no nos quita la vista de encima —

--No me importa en absoluto, al contrario, de eso se trata, me excita que vean


semejante bomboncito mamándole la verga a su Amo--
 Amy no esperó más, se hincó, desabrochó su bragueta y le sacó la verga que
ya estaba en completa erección y sin mayores preámbulos se la metió en la
boca golosamente.

Jaume se volteó buscando al hombre que había dicho su ahijada que los estaba
observando, entonces, con la mano, le hizo una seña para que se acercara,  el
hombre se levantó de inmediato y se sentó a su lado, en el lugar que había
estado sentada Amy, el tipo era medio gordo rondando los cincuenta, el olor a
alcohol y suciedad llegaron hasta el olfato de la nena que alzó la vista sin soltar
la verga de su amante, se la sacó de la boca un instante y le lanzó un beso
provocativamente.

Jaume acercó su cara al hombre y le preguntó susurrándole en el oído si le


apetecía una mamada de su puta.

El hombre movió la cara en señal de aprobación jadeando como animal en


brama.

Jaume tomó la cara de la niña y le dijo:

-Aquí el amigo también quiere una mamada, sigue con él y trátalo bien,
demuéstrale lo puta que eres.

Amy estaba ya muy excitada, el hecho de que su amante le viera mamando la


verga de otro hombre le excitaba, siempre había tenido deseos de ser
observada, y ahora se sentía sucia y deseada, dócilmente, se pasó al frente de
aquel hombre y haciendo la misma operación que había hecho a su padrino, se
metió su hedionda verga en la boca y se la mamó con tal pasión como si de su
amante se tratara.

En ese inter, Jaume les hizo una señal a los demás hombres que ya se habían
percatado de lo que estaba pasando, para que se acercaran, en unos instantes,
todos estaban rodeando a la pareja, mientras tanto, la lujuriosa jovencita ponía
todo su empeño en satisfacer al hombre que le había designado su amante,
haciendo los sonidos clásicos del chupeteo, lo que excitaba todavía más a los
espectadores que en ese momento hacían caso omiso a la película. Amy sintió
los estertores del gordo anunciando la inminente eyaculación y se metió lo más
profundo que pudo aquella polla anónima preparándose para tragar todo lo que
descargara en su hambrienta boca.

La chica recibió el esperma, que estaba espeso, aunque poco abundante, y


mantuvo un rato la verga en su boca, saboreando aquella lefa y mirando de
reojo a su Amo esperando su aprobación.

Jaume la tomó del brazo y la levantó mientras el gordo hacia lo mismo


subiéndose la bragueta. La joven se percató de que los demás espectadores
estaban rodeándolos y se sintió un poco abochornada, aunque pudo más el
morbo que la vergüenza de ser observada, despertando los deseos libidinosos
de aquellos tipos.

Jaume se levantó y tomándola de la mano caminaron hacia el lugar señalado de


los servicios, seguidos por los tres hombres que los habían estado rodeando.

Amy estaba nerviosa pero emocionada, se estaba haciendo realidad una de sus
fantasías, y el escenario no podía ser mejor, un cine de barrio, decadente y
apestoso, y unos individuos groseros, feos y malolientes tras ella, como buitres
tras su presa. Se sentía la actriz estrella de una peli porno.

El cuarto del servicio era asqueroso, el piso estaba encharcado de orines y


aquello olía fatal, Jaume pensó que tal vez le recordara a Amy su historia de la
niñez en el aseo de los niños que, según contaba, la excitaba mucho.

--¿Te excita este lugar, preciosa? ¿Esta tan sucio como el que recuerdas de tu
cole? —

Por toda respuesta Amy le estrecho la mano y le dijo:

--¡Mucho más asqueroso! Ja, ja, ¡No puede estar mejor!

--Entraron seguidos de los tres tipos, el aseo tenía una pared con cuatro
urinales y dos casetas para los retretes, Amy se percató que una de las casetas
estaba ocupada, seguramente por alguno de los espectadores que no se había
dado cuenta de todo lo que había pasado en la sala.

Jaume se dirigió  su ahijada y con voz fuerte le dijo:

--Bien putita, ahora te vas a poner en pelotas para que no ensucies tu vestidito

Amy, fingiendo, con cara de niña buena, le respondió:

--Pero…me da vergüenza que me vean en pelotas—

Jaume se sacó el cinturón y le atizó con él en sus nalguitas.

--¡No, por favor, no me pegue, haré lo que me ordene! —fingió.

 Amy aprovechó para hacerlo de una manera muy sexi, como si estuviera
haciendo un strip tease, cosa que dejó sin aliento a los tipos que ya se habían
sacado sus vergas y empezaban a masturbarse suavemente, cuando la niña
quedó completamente en pelotas, aquellos infelices quedaron boquiabiertos al
ver aquel cuerpo perfecto de la jovencita, era como alguna de las modelos que
veían en las revistas pero mejor aún, y no salían de su estupor de la suerte que
tenían esa tarde, además, se veía que la niña era algo así como una
ninfomaníaca, pues tenía una cara de vicio como nunca habían visto en sus
desgraciadas vidas, y estaba ahí, esperando sumisamente para hacer lo que
quisieran.

--Ahora ¡híncate, perra! —le gritó Jaume.

--Pero…pero…el suelo está muy sucio, lleno de orines—

--Por eso te ordené que te quitaras el vestido, ¡PUTA! —

Amy se hincó poniendo una cara fingida de asco. En el fondo, ella gozaba
sintiéndose sucia, incluso al hincarse puso a propósito sus manitas sobre los
meados.

--Bueno, ¿Que esperan?, acerquen sus vergas para que la niña escoja quien va
primero a probar su boquita—Les dijo Jaume riendo, mientras él también se
sacaba su miembro erecto del pantalón.

--A ver puta, ¡Demuéstrales a mis amigos lo buena mamadora que eres! -

--¡Vamos pequeña puta!, ¿cuál de estas vergas quieres chupar primero? —Le
dijo Jaume tomándola de la cara y escupiéndole el rostro.

A la joven, esto la tomó por sorpresa, no se imaginaba este acto denigrante,


pero la excitó todavía más de lo que estaba, y tomando el escupitajo con los
dedos los lamió lujuriosamente y chupó hasta dejarlos limpios, al mismo
tiempo, volteaba a ver a sus espectadores y les movía la boca eróticamente
para mostrar el placer que le causaba.

--Ya ven que cochina es la niña, es una golfa y una puta asquerosa—les dijo a
los hombres que estaban como hipnotizados viendo lo sumisa que era la
jovencita.

--¿Cuál verga quieres chupar primero? —le preguntó con malicia.

--Quiero empezar por la más sucia—Le dijo a su padrino.

--¡Eres una cerda! Ja, ja, ¡vamos cabroncetes!, acerquen sus vergas para que
escoja esta puta a quien satisface primero—Les dijo Jaume a los tipos que
seguían estupefactos viendo la sumisión de esa niña bellísima.

Todos se acercaron a la cara de la nena que los esperaba con ansias. Amy se
regodeaba inspeccionando cada cipote detenidamente, subiendo el prepucio y
viendo la cantidad de suciedad que se escondía al descubrir el glande de los
penes no circuncidados y sin ningún aseo. Lo olfateaba detenidamente e incluso
tomaba parte de pasta acumulada en los pliegues y lo probaba ligeramente,
todo esto mostrando una cara de placer y gusto. Cuando todos pasaron la
revisión, Amy le fue señalando el orden a su padrino y este los acomodó a su
alrededor.

 Comenzó con un viejo gordo que era el más asqueroso, se hincó delante de él y
le quitó los pantalones y los calzones que estaban bastante sucios y con
manchas de orina y de marrón, los tomó con ambas manos y los llevó a su nariz
olfateándolos profundamente e incluso pasando la lengua por las partes más
sucias, aventó la ropa a un lado y levantándose lentamente, empezó a lamer la
barriga que estaba toda sudada, chupando suavemente sus pezones haciendo
que se retorciera de placer, fue bajando lentamente, siempre lamiendo, hasta
llegar a su verga completamente erecta mientras agarraba sus nalgas con
ambas manos y se las separaba, Él separó las piernas para facilitar el acceso. El
olor a mierda invadió el pequeño cuarto cuando dejó el ojete abierto y a la vista
de los espectadores, con los dedos de una mano empezó a jugar con su ano,
mientras, su boca había llegado a la meta esperada, tomó la verga que estaba
goteando de líquido pre seminal, le subió el prepucio completamente y
descubrió el glande que estaba lleno de una pasta amarillenta y que despedía
un olor fuertísimo y la lengüeteó todo alrededor buscando todos los resquicios
hasta dejarla limpia, mientras tanto, el dedo que tenía en el culo ya se había
introducido totalmente en el mierdoso agujero, lo sacó y lo olió aspirando
lujuriosamente y se lo llevó a la boca mirando de reojo a su padrino mientras lo
chupaba voluptuosamente.

 Los demás hombres no decían una palabra, estaban extasiados viendo a la


caliente niña hacer las cosas más perversas y sucias que habían visto jamás,
después, sacó el dedo de su boca dándole los últimos lengüeteos mostrándoles
lo reluciente que había quedado, para inmediatamente, tomar la verga a punto
de estallar y engullirla casi completamente, pues era demasiada larga y gorda
para poder introducirla en su totalidad, en su pequeña boquita adolescente.

 Aquel desgraciado jadeaba y sudaba a chorros, agarrándola de su cabeza como


si la estuviera follando en la boca, Amy sintió ahogarse, pero resistió hasta que
sintió como se convulsionaba y le soltaba sendos borbotones de lefa que
inundaron su cavidad bucal. Cuando sintió que el tipo había terminado, volteó la
vista hacia su amado, se despegó de la verga que tenía atrapada en su boca y
la abrió frente a Jaume para mostrarle la cantidad de esperma que aquel
hombre le había depositado, para después, cerrarla, y haciendo un gesto de
placer, tragó aquella sustancia como si se tratara del mejor manjar, se acercó
gateando hacia Jaume y abrió la boca lascivamente para mostrarle que no
quedaba ningún resto, luego volteó para mostrarlo a sus espectadores como lo
hacen en los videos porno.

El siguiente era un hombre de unos cuarenta años, con tipo de obrero, rudo y
bastante fornido, la tez curtida por el sol y con una barba espesa que le daba un
aspecto feroz, ya se había quitado toda su ropa mostrando un cipote enorme y
completamente erguido, tenía vellos por todo el cuerpo dándole un aspecto más
imponente.
 Amy se acercó a él gateando sobre el suelo sucio y acercó su rostro angelical a
los pies sucios y renegridos de mugre del monstruoso individuo, y sumisamente,
los empezó a lamer como si se tratara de una gatita, aquel tipo grosero dejó
entrever una sonrisa burda y la levantó como si se tratara de un saco de
plumas, la chica le tomó la cara barbuda y le empezó a lamer lascivamente los
pómulos para después llegar a su boca, el bruto aplastó su linda cabecita contra
sus labios metiendo toda la lengua aguardientosa en su boca que ella acogió
con placer, haciendo lo mismo con su lengua. Después, la nena empezó a besar
y lengüetear sus pechos vellosos y fuertes, siguiendo por sus axilas llenas de
sudor, el sabor acido se impregnó en su boca, pero ella siguió bajando y ya
hincada, lamió aquel falo gigantesco no dejando ningún resquicio que su lengua
no probara, levantó su verga y metió en su boca uno a uno sus enormes
testículos, que ya estaban bien cargados de simiente y de vez en vez su lengua
juguetona llegaba al ano del bruto para su deleite.

El tipo no aguantó más y tomó groseramente a la chiquilla insertando su falo


erecto en la boca sedienta de la niña hasta depositar una buena dosis de
esperma.

Amy siguió el mismo ritual que con el hombre anterior para mostrar a su Amo la
cantidad de esperma que había depositado en su boca y lo mucho que le
gustaba ingerirlo.

Antes de que le tocara el turno al ultimo de los espectadores, se abrió la puerta


de la cabina ocupada y dejó ver al tipo que estaba sentado en el retrete
cagando y gozando del espectáculo que estaba presenciando.

--¡Vaya, vaya!, ¡pero miren de lo que se está perdiendo este hombre!, --


Exclamó Jaume riendo, acompañado de la risa de los demás.

--A ver putita, quiero que vayas y le des su premio al señor por estar tan
calladito observando—

La chiquilla se quedó viendo a Jaume, dudando de la orden que le había dado.

--¿Qué no oíste cerda?, ve hasta el señor ¡Y mámasela! —le gritó Jaume.

El tipo del retrete se estaba levantando, pero Jaume se dirigió a él diciéndole:

--Quédese en donde está, no se levante, que la gatita irá gateando para recibir
la lechita que le va a dar, ja, ja. —

Amy, increíblemente, puso cara de satisfacción ante las ideas salvajes de su


Amo, y lejos de resistirse ante la orden perversa de su padrino, empezó a
gatear hasta situarse frente al tipo del retrete, y sin asquearse del olor a mierda
que despedía, acercó su rostro al abdomen del hombre, apoyó los brazos en las
piernas largas y peludas del sujeto y se metió dulcemente en la boca la verga
totalmente empinada que tenía enfrente, el hombre, que ya estaba a punto de
correrse viendo el espectáculo que había brindado la joven, no tardó mucho en
descargar su semen copiosamente en la boca de la chica que degustó
largamente antes de ingerirlo ruidosamente.

Cuando terminó e iba a retirarse, Jaume le gritó:

--Espera, puta, que ese hombre esta esperando que le limpien el culo—

Esta vez Amy le miró como pidiéndole que le cambiara la orden, pero entonces
Jaume se acercó con el cinturón en sus manos y le azotó las nalgas tan
fuertemente que la hizo gritar. La chica volteó hacia él, esta vez con mirada
sumisa y le dijo:

--Si, mi Amo, lo que usted ordene—

El tipo se levantó del retrete y se volteó agachándose ligeramente y separando


las nalgas con ambas manos, Amy tomó un pedazo de papel sanitario y limpió
ligeramente el culo mierdoso, y cuando iba a retirarse, oyó el grito de Jaume—

--¡Termina de limpiarlo bien!¡ Ahora con la lengua!

Amy tal vez estaba esperando esa orden perversa, porque no dudó en separar
ella misma las nalgas y acercando su precioso rostro sacó la lengua y empezó a
lamer el ojete todavía sucio.

--¡Mete bien la lengua, marrana! ¡Déjalo tan limpio por fuera como por dentro!
—le ordeno Jaume soltando una carcajada.

El desgraciado gemía de placer mientras la lengua de la nena le sodomizaba.

Al terminar, regresó gateando hacia su padrino que le indicó que faltaba uno de
los espectadores y que esperaba su turno.

 Era un adolescente con tipo de malviviente que tendría a lo mucho veinte años
y que tal vez, por su juventud, y después del último espectáculo no aguantó
más y cuando se acercaba para ponerse frente a la chica sumisa, eyaculó
copiosamente en el suelo, mezclando su semen con los meados allí
almacenados, todos los demás se rieron burlonamente al ver el fallo y la
inexperiencia del jovenzuelo, mientras, este se ruborizaba con ojos llorosos,
entonces, sucedió algo inusitado, la nena se levantó y tomándolo de la cabeza
lo besó dulcemente en los labios para enseguida bajarle completamente los
pantalones y quitárselos, luego, poniéndose a cuatro patas, le quitó los zapatos
y empezó a lamerle los pies que estaban renegridos de suciedad y empezó a
chupar uno a uno todos sus dedos buscando con la lengua la mugre almacenada
entre ellos, después, con la cara encima de donde había caído aquel cúmulo de
esperma bien espeso, se inclinó hasta poner su boca a centímetros del suelo en
donde estaban todos los grumos flotando sobre los meados y empezó a
lamerlos suavemente saboreando cada centímetro, volteando de vez en cuando
para mirar a su padrino el cual, con cara lujuriosa  se masturbaba
frenéticamente.

Jaume no aguantó más, y quitándose la ropa, se hincó detrás de la joven y sin


más preámbulos le encajó en el culo su pene que estaba en completo estado de
erección y a punto de estallar.

Amy estaba frenética y le empezó a gritar a su amante:

--¡Métela toda!, ¡Párteme el culo!, ¡Insúltame!, ¡Pégame!, ¡Dime que soy una
puta! —

Al ver esta escena voluptuosa, el joven había recuperado sus fuerzas, e


hincándose frente a la niña, le tomó su cara y le metió la verga en su boca
abierta que clamaba por mamarla. El espectáculo no podía ser más obsceno y
aberrante.

Sus dos amantes descargaron su semen casi al unísono para satisfacción de la


chiquilla, quien ya había tenido a su vez varios orgasmos.

 Cuando ambos hombres se separaron, la chica cayó sobre el piso ensuciando


todo su cuerpo. Jaume la tomó en sus brazos, y despidiendo a los sujetos, la
vistió y salieron hacia el auto. Amy estaba a punto de desmayarse, había sido
demasiado para la joven, ya en el auto, abrazó a Jaume y le dijo:

--Gracias, padrino, nunca había gozado tanto en mi vida, nunca me había


sentido más marrana y más puta, tuve como diez orgasmos, estoy agotada,
pero por mí estoy dispuesta a más, quiero que hagas más cosas, cada vez más
sucias y depravadas, mientras más asquerosas sean gozare más --

Jaume se le quedó mirando unos instantes, veía la luz de la lujuria en los ojos
de la niña, eso le despertó aún más, los deseos de verla completamente
pervertida, deseaba que la poseyeran y que le hicieran las cosas más
asquerosas que podía imaginar.

--¿En verdad quieres hacer cosas más depravadas?

--Si, quiero hacer las marranadas que me órdenes y que goces viéndome como
me degrado—

--Te voy a llevar a un lugar que conozco, espero que no me decepciones—

--Llévame a donde quieras, eres mi Amo y yo soy tu esclava, si quieres


entrégame a un grupo de salvajes, o a una jauría, me da igual, quiero hacer las
cosas más viles—
Esa tarde, cuando llegaron a casa, tanto Amy como Jaume estaban
prácticamente extenuados, La chica se acostó después de tomar una ducha y se
quedó totalmente dormida al lado de su amante.

Jaume la abrazó y mientras dormía a su lado y admiraba su belleza, empezó a


cavilar las perversidades le haría hacer a su pequeña ahijada al día siguiente.

Como todos los días, Amy despertaba con esa lozanía que la hacia tan bella y
deseada, y abrazando sensualmente a Jaume y siguiendo el ritual mañanero,
tomó su verga aun flácida y la empezó a chupar como solo ella sabia hacerlo,
hasta sentir su semen llenar su boca y tragarlo golosamente después de
saborearlo un rato.

--Y ahora mi Amo… ¿me vas a decir que cosa se te ocurre que hagamos hoy por
la tarde? —

--Va a ser una sorpresa, por lo pronto, quiero que te peines con una trenza
como las chicas que van a la escuela, y después te vistas con un uniforme de tu
colegio que una vez dejaste en mi casa—

--¿Quieres que me vea como una niñita? —Pregunto Amy con una sonrisa
pícara. ¿Y acaso quieres venderme a algunos degenerados que quieran
pervertirme?

--Exactamente, ja, ja, --Rio Jaume diciéndole que le había leído el pensamiento.

--Mmmm…esto se ve muy interesante y me da mucho morbo—Me encanta la


idea.

Esa tarde, Amy se vistió tal como imaginaba Jaume, como salida de la novela
“Lolita” de Nabokov, y quien, al verla, despertó sus deseos más perversos de
verla mancillada y cometiendo toda clase de atrocidades.

Amy dio la vuelta sobre si misma como hacen las chicas y le dijo:

--¿Qué tal me veo Padrino? ¿Te parezco una nenita buena? —Le dijo Amy con
cara de chica traviesa.

--Estas para comerte—

--¿Crees que pagarán mucho por violar a esta chica precoz y libidinosa? —

--A los que voy a ofrecerte no creo que tengan mucho dinero, pero eso es lo
que menos me importa, mientras menos puedan pagar mas morboso será. ¿No
estás de acuerdo? —
--Ja, ja, claro, se me hace más perverso y sucio—Respondió la joven con cara
lujuriosa.

Salieron al poblado del día anterior y llegaron a una zona de tolerancia en donde
pululaban las putas y los malvivientes de todos tipos, especialmente
inmigrantes africanos y sudamericanos, pero también algunos lugareños de la
mas baja ralea y costumbres que se dedicaban a vender marihuana y otras
cosas.

Amy estaba admirada de lo que veía, y le preguntó a su padrino si no era


peligroso estar en esos lugares y con esa gente, pero el la calmó y le dijo que
no se preocupara, que lo conocían y lo respetaban.

Jaume dio la vuelta en una calle más tranquila y se detuvo frente a tres
individuos que parecían rufianes y que estaban al otro lado de la calle, no
tendrían más de cincuenta años, sucios y con barba de varios días, lo que les
daba un aspecto todavía más repugnante y feroz.

Estaban fumando y bebiendo cervezas en la calle y Jaume les saludó a lo lejos,


parecía que lo conocían de antes, y uno de ellos le devolvió el saludo, Jaume le
dijo a su ahijada por lo bajo.

--Espérame aquí, voy a decirles que eres una sobrina mía y si tienen unos euros
te quedarías con ellos unas horas y luego volvería por ti—

--¿Y quieres que me haga la chica inocente? —

--Claro, ya comprendiste el juego, y después me vas a contar todas las


marranadas que te hicieron hacer—

--Mmmm…me emociona—Le dijo Amy poniendo cara de traviesa.

Jaume se adelantó, cruzó la calle, y saludó a uno de ellos, un hombre maduro


bastante moreno, grande y gordo con un aspecto de vicioso.

--Hola Renato, como estas—Le saludo Jaume.

--Que tal Jaume, me alegra verte, ¿Qué te trae por estos rumbos? -

Jaume tomándolo por el hombro lo separó del grupo y le dijo en voz queda.

--Mira hermano, necesito unos cincuenta euros o lo que tengas, tengo que
pagar una deuda de juego y tu sabes que esos no esperan—

--Caray, Jaume, me pides mucho, y, ¿qué me vas a dejar en garantía?

Jaume le paso el brazo y le señaló hacia donde estaba Amy y le dijo.


--¿Ves a esa chica que esta enfrente?, pues es una hija de mi hermana que vive
en Madrid, la dejó unas semanas conmigo para que la ponga a estudiar pues es
muy rebelde y andaba siempre jugando con amiguitos que la estaba llevando
por malos pasos.

--O sea, toda una golfilla ja, ja—Le dijo Renato volteando a ver al otro lado de
la calle donde se encontraba Amy.

--Pero Jaume, si parece una chica y además ¡esta preciosa! —Le dijo el hombre
con cara sádica.

¿Te gusta?, Pues es mi garantía, y como no tengo dinero para pagarte de


inmediato, puedes hacer con ella lo que quieras por dos o tres horas, yo pasaré
por ella en un rato más, ¿Qué dices?

--Yo, encantado, pero, dime, ¿Ella está de acuerdo? —

--Claro, así como la ves con esa cara angelical, hay una putilla por dentro,
además, la tengo ya bien domesticada, y mira, si no te obedece…

Jaume sacó de una bolsa el fuete con cinco correas, que había comprado en el
sex shop y le dijo dándoselo.

--Como te decía, si no obedece tus ordenes le das duro con esto en las nalgas y
ya veras que mansita se pone y obedece en todo sin reparos—

--ja, ja…se ve que ya la conoces bien, eres un cabrón Jaume, ya verás como la
voy a poner de obediente, ja, ja. Pero como ves, estoy con unos amigos y no se
van a poner muy contentos si los dejo aquí en la calle, acá abajo esta mi
covacha y ahí atenderemos los tres a tu sobrina hasta que regreses—

Los otros dos malvivientes que ya se habían acercado asintieron


maliciosamente.

Jaume le hizo una señal a Amy, y la chica cruzó la calle acercándose


tímidamente, pero por dentro se estaba divirtiendo mucho y, además, todo esto
la había puesto muy caliente y sus hormonas adolescentes estaban muy
alborotadas.

--Dígame usted Tío—Le dijo hablando y poniendo carita inocente.

--Mira jovencita, aquí el señor Renato, que es amigo mío, te va a cuidar un rato
junto con sus amigos mientras hago algunos menesteres, quiero que te portes
bien y sobre todo que le obedezcas en todo lo que te diga, te guste o no te
guste, y si no obedeces ya le he dado la fusta para que te atice en las nalgas.
--No se preocupe tío, me portaré bien y les obedeceré en todo y haré lo que
quieran para que estén contentos—y volteando hacia Renato se puso en
puntillas, pues era un tipo bastante alto, y abrazándolo, le dio un beso en la
mejilla diciéndole:

--Me llamo Amy, muchas gracias por cuidarme mientras regresa mi tío Jaume,
me portaré bien y haré lo que ustedes digan—

--Pues eres muy, jovencita, ya hasta pareces una mujercita con esos pechitos
tan hermosos que tienes, ¿verdad muchachos que parece una jovencita ? —
Preguntó Renato a sus compinches quienes asintieron riendo maliciosamente y
mirándola lujuriosamente.

--No te preocupes Jaume, puedes irte sin cuidado que la cuidaremos muy bien—

Jaume se despidió diciéndoles que en unas dos horas estaría de regreso, y


volvió a recordar a Amy que se portara bien, a lo que ella asintió guiñándole el
ojo sin que se percataran los hombres que ya se frotaban las manos del
bomboncito que se iban a comer.

Jaume atravesó la calle mientras los tres hombres y Amy bajaban unos
escalones y entraban por una puerta a nivel de sótano, justo atrás de donde
habían estado.

Cuando Jaume se aseguró que ya no estaban a la vista, entró en un bar en el


que podía ver por una ventana la covacha en la que habían entrado Amy y los
tres malvivientes y se sentó a tomar unas cervezas y esperar sin quitar la vista
del lugar en que habían entrado. Mientras, se masturbaba mentalmente
imaginando todas las perversidades que le estarían haciendo a su ahijada.

Cuando entraron en la pocilga, Amy casi se tuvo que tapar la nariz del olor tan
desagradable que había, no había ventana alguna y en el cuarto únicamente
estaba tirado un colchón todo raído, con basura todo alrededor, y en una
esquina, estaba un retrete todo sucio, había algunos almohadones y sillones
viejos en donde se sentaron los tres hombres y Amy se quedó de pie mirándolos
coquetamente y esperando las ordenes de aquellos malvivientes.

--¿Te gustan los juegos, chiquilla? —Preguntó Renato.

--Si, me encantan, ¿Vamos a jugar a algo? —Preguntó la nena con cara de


inocencia.

--Acá tengo unas barajas, es un juego muy entretenido, el que saque la carta
mayor gana y puede ordenar lo que quiera al que escoja, ¿Qué te parece? —
--Si, me gusta, empecemos—dijo la chiquilla sentándose en cuclillas en medio
de los tres granujas.

Renato sacó las cartas y las repartió, obviamente, era un tahúr consumado y
hacia trampa para que únicamente ganara él o alguno de sus amigos.

--¡Caray, que suerte tienes Blas, tú ganas, ¿Qué ordenas? —Blas era un tipo
flaco con una barba larga y tuerto.

--Ordeno que todos nos pongamos en pelotas, ja, ja—

Amy, actuando, puso cara de asombro y les dijo con una vocecita.

--Pero…es que me da mucha vergüenza—

--Mira chica, tu aceptaste jugar, ahora hay que obedecer, no lo había dicho pero
el que no obedece recibe unos fuetazos, además no tienes por qué tener
vergüenza puesto que todos nos desnudaremos—Le dijo Renato, agarrando la
fusta que había dejado Jaume y mirándola amenazadoramente.

Amy, fingiendo temor empezó a quitarse la ropa, mientras todos los hombres
hacían lo mismo.

A medida que iba quedando desnuda, todos quedaron pasmados viendo que
tenía el cuerpo de una jovencita y, además, increíblemente bella, todos se
apresuraron en quedar en pelotas mostrando sus horribles cuerpos llenos de
mugre y contaminando todavía más los olores de aquel cuarto, Amy vio aquel
espectáculo y empezó a sentir que su pepita se humedecía de deseo al observar
las vergas erectas de aquellos malvivientes.

Todos quedaron desnudos formando un circulo de aproximadamente dos metros


de diámetro, la nena miraba descaradamente las vergas de los hombres con
cara de asombro, lo que hizo que los tipos se rieran de forma ordinaria y uno de
ellos agarrando su polla groseramente, le preguntó:

--¿Te gusta lo que ves, nenita? ¿No habías visto cosas como esta? —

Todos se rieron y Amy les dijo tímidamente:

--Solo había visto la de un amiguito, pero no estaba tan grandota como estas—

--Acércate nena para que las veas bien—

Amy se acercó a uno de ellos hincándose para verlo más de cerca y acercó su
carita hasta casi rozarlo con su rostro olisqueándolo por todos lados.

--¡Agárralo putita, para que sientas que dura está! —dijo uno.
--¡Pélalo como plátano para que veas que cabezota guarda el pellejo que tiene,
ja, ja! —dijo otro vulgarmente.

Amy, fingiendo inocencia, tomó aquella sucia verga con su manita y con todo
cuidado acercó la nariz para olfatearlo, mientras todos observaban con lujuria
como Amy empezó a subirle el prepucio suavemente, dejando al descubierto un
glande casi negro y con una gruesa capa de una especie de mantequilla en los
pliegues, el olor fuertísimo a marisco inundó el cuarto. La verga estaba a
reventar sintiendo la manita y aquel rostro virginal a escasos centímetros del
enorme cipote y empezó a fluir por el meato una gota de líquido pre seminal
que la tenia hipnotizada, quien sacó ligeramente la lengua mojándola con él y
volteándose hacia los demás, les dijo haciendo un gesto:

--Mmm…sabe rarito, pero me gusta—

El tipo estaba haciendo grandes esfuerzos para no agarrarle la cabeza y


encajarle su miembro próximo a explotar en aquella boca adolescente. Todos le
gritaron que pasara a verles la verga, y ella, moviéndose con las rodillas sin
levantarse, pasó con cada uno de ellos haciendo la misma inspección.

--¡Bueno, ya basta, que vamos a seguir el juego! —dijo Renato que la hacía de
jefe.

--¿Te está gustando el juego? —Le pregunto a Amy con malicia.

--Si, mucho, quiero seguir jugando por favor—

--Muy bien pero ahora no te hagas la remolona si pierdes, ¡Tienes que


obedecer! o… ¡Caña!

Amy sonrió y les dijo que iba a obedecer cualquier cosa que le ordenaran si
perdía, todos se rieron sabiendo que iba a perder. Renato repartió las cartas y
le tocó ganar a otro de sus compinches quien dijo—

--Ahora, le ordeno, que agarre mi verga y la chupe hasta sacarle la leche y,


además, se la tiene que tragar toda, y si tira algo tendrá que lamerla a donde
caiga. —

Todos aplaudieron, incluso Amy, y entonces, les preguntó fingiéndose inocente.

--¿Y que todas esas pichas tienen leche? —

---Claro putita, que inocente eres, todas esas pichas que dices, se llaman
vergas y tienen leche que alimentan a las chicas como tú, pero debes chupar
con mucho cuidado sin hacer daño con tus dientes, de lo contario en lugar de
recibir leche recibirás un tortazo, ja, ja. —
--¡Lo haré con mucho cuidado, lo prometo, pero no me peguen! —

Diciendo esto se hincó delante del ganador, le agarró la verga que estaba en
completa erección, y levantándole todo el prepucio, sacó su lengua y empezó a
lamer el glande con especial atención a los pliegues en donde se acumulaba
gran cantidad de esmegma que tomó con la lengua y la mostró orgullosa a
todos antes de tragarla sensualmente. Todos estaban boquiabiertos tras la
demostración voluptuosa de la nena.

--Mmm… ¡Me encanta la mantequilla! —exclamó Amy

--¡Vaya que es marrana! —exclamó uno, provocando risotadas a todos.

Luego empezó a meterse lentamente la verga en su boquita mamándola como


una experta (que ya lo era).

--¡Miren, nació mamadora! —Dijo uno de ellos provocando la risa burda de los
demás, y haciendo que Amy sonriera con la verga totalmente dentro de su
boca.

La chica siguió mamando hasta que el tipo empezó con estertores y soltó una
gran cantidad de esperma en la garganta de la joven que tuvo que tragar
rápidamente para no ahogarse, estuvo chupando otro rato hasta dejarla seca y
luego se volteó hacia los demás abriendo la boca y sacando la lengua
orgullosamente para mostrar que se había tragado todo y les dijo:

---Mmm, tenía mucha leche, me gustó mucho la leche de hombre--

Los tipos aplaudieron, y Amy se levantó haciendo una caravana y dando gracias
por los aplausos, y luego les dijo:

--Y, ¿no quieren que sigamos jugando? —

--Por lo visto te gustó el jueguito, claro que seguiremos—Dijo Renato.

Lejos de estar agotados aquellos rufianes querían más. Y vino el siguiente


sorteo que lo ganó Renato quien le dijo:

--Ahora, esta jovencita va a recibir mi verga en su coñito—

--Vamos a ver Amy, ¿Nunca te la han metido en tu cuquita? —

Amy pensó un rato y le dijo:

--No señor, bueno casi, una vez un niño me metió una zanahoria y me sacó
sangre y me asusté—
--¡Ah! entonces ya te rompieron el himen ¿verdad jovencita? —

--No sé, Don Renato, pero me imagino que sí. —

--Bueno, entonces no hay problema que te estrenemos el coñito, claro, si no


quieres, pasamos a otra cosa—

--¡NO, Por favor, sigamos el juego, métanme la picha por donde quieran, verán
que no lloraré—

Amy corrió hacia el viejo colchón y se acostó doblando las rodillas mostrando su
coño inflamado de deseo y chorreando de sus jugos.

Todos rieron, y Renato con cara de facineroso se adelantó hincándose a sus pies
agarrándose la verga y mostrándosela a la nena quien puso cara de asombro y
le dijo:

--Huy, está muy grandota, ¿crees que me quepa en mi chumino? —

-- un poco de salivita hace milagros preciosa. —Le dijo el tipo, y acercando su


cara a la vulva adolescente, empezó a besarla y meter la lengua haciendo
retorcerse da placer a la chiquilla que agarró su cabeza y la empujó hacia ella
como si quisiera meterla en su coño hambriento.

--Si, si… ¡Chúpala bien!, ¡Cómeme! ¡Méteme el dedo en mi culito! —le decía
cerrando los ojos.

La chica estaba al borde del paroxismo mientras el infeliz trataba de meter su


lengua lo más profundo.

--Miren, la putita ya esta preparada y bien calentorra ja, ja. —Gritaba uno de
los hombres mientras se masturbaba viendo la calentura de Amy.

--¿Ya quieres que te la meta, chiquilla? —Le dijo Renato

--Si, métame la verga y dígame puta, me gusta que me digan puta y otras
groserías—

--Saliste bien degenerada, ¡PUTA! —

--Si, si, rómpame el coño, métamela toda por favor. –

Renato se acostó bocarriba con su tremendo pitón apuntando al techo, Amy se


asustó del tamaño de aquel cipote que era mucho más grande que el de su
padrino.

--¡Pero está enorme señor, no va a entrar en mi chuminito! —


--No te preocupes preciosa, la meteré con mucho cuidado, pero ensalívala bien
para que resbale—

La joven no espero dos veces y se lanzó con su boquita a lamer ese falo que
tanto le gustaba.

--Ya, ya, no te emociones tanto que me vas a sacar la leche antes de tiempo,
ya está bien lubricada, ahora te vas a montar sobre mi como si fuera tu
caballito—

Amy se monto a horcajadas directamente arriba de aquel príapo gigantesco y


fue bajando lentamente hasta meterse casi totalmente aquella estaca.

--Uff, ya no cabe más señor, ¡está muy grandota! —

--¡Aguanta pequeña verás que rico vas a sentir cuando la tengas toda adentro!
—Exclamó el hombre.

Siguió metiéndose el falo lentamente hasta quedar completamente empalada.


Los otros secuaces aplaudieron cuando vieron a Amy con cara de placer sentada
completamente sobre la cadera de Renato. Ante la admiración de todos, la nena
empezó a cabalgar sobre su caballo humano como poseída por la lujuria,
entonces se echó sobre el quedando con el culo completamente expuesto, cosa
que aprovechó Blas quien acercándose por detrás empezó a lamer aquel culo
tierno que se le ofrecía.

--Mmm, ¡Que rico! ¡Sigue, sigue, mete más tu lengua! —Vociferó la joven.

--Mejor metemos otra cosa más grande, je, je. —Rio Blas, quien ya estaba
preparado con su verga también bastante grande apuntando hacia el estrecho
orificio.

--¡No!, Por favor, no por ahí, ¡me va a lastimar! —gritó suplicando.

--En donde cabe la lengua, cabe la verga ja, ja. —Rio el hombre empezando a
meter su verga en el culo de la jovencita.

En un momento, Amy tenia dos enormes vergas dentro de su cuerpecito, y,


para su asombro, estaba disfrutando como nunca, se sentía llena a rebosar, era
un sentimiento único, morboso.

--¡Dios, como estoy gozando!, Quiero más! —Gritaba de placer.

El otro malviviente no quería quedarse atrás, faltaba un orificio de llenar para


que estuviera llena por todos lados. Se colocó encima de su cabeza, de frente a
sus compinches y fue bajando hasta colocarse directamente encima de la boca
de la chica quien tomó aquella verga que se le ofrecía y la llevó lujuriosamente
a su boca. En ese momento Amy estaba siendo follada por sus tres agujeros.

Sacando un momento la verga que ocupaba su cavidad bucal les gritó:

--¡Quiero la leche de los tres, quiero que me llenen de leche mi coño, mi culo y
mi boca al mismo tiempo! —

No les faltó mucho para que los tres eyacularan casi al unísono llenando la
fantasía erótica de ella.

Los cuatro quedaron momentáneamente inmóviles, reposando, Renato le


preguntó:

--Dime preciosa, ¿Quieres seguir jugando? —

--Siiii, sigamos –

--¿Te gustan los perros? —

--Me encantan los perros, los borricos y todos los animales—Dijo Amy
entusiasmada.

--Pues va a venir un amigo mio con su perro para que juegues con el—

--¡Gracias, señor, me encanta la idea! —Dijo dándole un beso.

Mientras tanto, en la acera de enfrente se encontraba Jaume, nervioso contando


los minutos para que saliera Amy o ir por ella, en eso estaba, cuando vio que se
acercaba a la covacha de Renato un mulato bastante alto y atlético llevando con
una correa a un perro negro enorme, no distinguió si era un Mastín, pero lo
parecía. El mulato bajo los escalones dirigiéndose a la covacha y toco
brevemente a su puerta, enseguida se abrió y desaparecieron en ella.

Jaume se inquietó, pensando que el granuja de Renato iba a hacer alguna


perversidad de las que acostumbraba, pero lejos de preocuparse siguió
masturbándose mentalmente imaginando a su querida ahijada haciendo toda
clase de actos depravados.

Esperó casi una hora, y cuando se estaba levantando para ir a la covacha a ver
que sucedía, vio que salía Amy acompañada de Renato. Se apresuro a cruzar la
calle disculpándose por llegar tarde.

Amy en cuanto lo vio corrió a abrazarlo y darle un beso fraternal. Jaume se


percató de inmediato del tufo a sexo, meados y zoológico que despedía la
pequeña.
--¿Cómo se portó mi sobrina, Renato?

--Excelente, querido amigo, es una chiquilla muy obediente, estuvo jugando


todo el tiempo con nosotros—Le dijo el vago con una sonrisa sarcástica.

--¿Verdad preciosa? -Le preguntó a Amy.

--Si, me enseñaron unos juegos muy divertidos tío—Contestó la chiquilla


dándole la mano a Jaume.

--Pues te agradezco que la hayas cuidado y en cuanto pueda te devuelvo los


cincuenta euros que me prestaste—

--No, no te preocupes, no me devuelvas nada, además cuando necesites más


trae a tu sobrinita y la cuidaré con gusto, ja, ja. —Le dijo Renato
maliciosamente.

Jaume y su ahijada subieron al auto para regresar a la finca y Jaume le dijo:

--No sabes cuanto deseo que estemos en casa y que me cuentes todas las cosas
que hiciste con esos malvivientes para después follarte por todos lados mi
preciosa putita—

--Primero necesito una ducha padrino, pues apesto a porqueriza, ja, ja. —

--¡Vaya que sí! –le respondió riendo Jaume.

Después de darse una ducha, Amy salió del baño más hermosa que nunca,
Jaume la esperaba desnudo tumbado en la cama. Amy se acostó a su lado,
tenia una luz especial de satisfacción en su mirada y le susurró al oído si quería
que le relatara lo que pasó en la covacha de Renato.

--Lo estoy esperando con ansias—Le respondió besándola con pasión.

Amy le relató detalladamente todo lo que le hicieron, mientras Jaume se


excitaba ocasionándole una gran erección. Le dijo como se sintió
completamente empalada cuando recibió las tres vergas al mismo tiempo y
después como los cuatro quedaron tendidos exhaustos.

Se quedó pensativa por un momento observando a su amante.

--¿Qué pasa?, ¿eso fue todo? —Preguntó Jaume con cara de duda, sabiendo que
habías más.

Amy lo miró con cara de niña traviesa y le dijo.

--¿De verdad quieres que te cuente todo? —Le dijo la joven con cara de pícara.
Jaume asintió con la cabeza diciéndole:

--Quiero que me digas todo, absolutamente todo. -

--¿Me prometes que después de que te diga todo me besaras sin asco? —Le
preguntó la jovencita sonriendo, sabiendo que esto le fascinaría a su amante.

--Prometido—Le dijo Jaume levantando la mano en ademán de promesa y


sonriendo maliciosamente.

Amy se acurrucó en su pecho, y con voz queda continuó.

--Estábamos acostados reposando de la orgía, y Renato me preguntó si me


gustaban los perros…le dije que me encantaban, y me dijo que llegaría un
amigo suyo con un perro para que jugara conmigo, yo me hice la inocente y le
dije que sí, que hacía mucha ilusión, yo ya sabia en mi interior a que clase de
juegos se refería y me empecé a excitar solo de pensarlo, no pasó mucho
tiempo y llegó un mulato bien alto con un perro enorme, como estábamos todos
en pelotas me avergoncé un poco, pero él, en seguida se desnudó también y me
acercó al perro, me dijo que “Sultán” ( Así se llamaba el perro), quería
conocerme y jugar conmigo, que era muy juguetón y le gustaban las jovencitas
como yo.

El perro inmediatamente metió el hocico entre mis piernas y empezó a lamer mi


chochito que estaba escurriendo la leche de Renato, todos se empezaron a reír
viendo como trataba de quitármelo de encima, entonces, Nelson, que así se
llamaba el mulato, me dijo que si quería jugar con él, yo le dije que sí, me dijo
que jugarían a que yo era su perrita y me indicó que me arrodillara y pusiera las
manos en el suelo como si fuera perra, yo ya estaba chorreando de excitación y
lo hice. Nelson tomó al perro y lo acercó a mi cara, me dijo que necesitaba que
lo emocionara para que continuara el juego. --¿Qué tengo que hacer para
emocionarlo?, le pregunté, haciéndome la inocente, entonces hizo que el perro
se echara boca arriba y me dijo que le agarrara su pito, me agaché y lo agarré
con todo cuidado y vi como en su punta había una gota de un líquido espeso
como moco de color amarillo verdoso y le pregunté que era, él me dijo que me
acercara, le subiera la piel y lo lamiera, que las perritas así lo hacían y les
gustaba. Yo empecé a subir la piel de su pito, y acercando mi boca le lamí
aquella gota, al principio sentí un poco de asco, pero pudo más mi morbo y me
lo tragué, entonces, el perro empezó a excitarse sacando una punta enorme y
roja que estaba escondida dentro de su piel, estaba como petrificada viendo
aquel cipote rojo, casi morado y lleno de venas echando chisguetes de un
líquido transparente y denso.

Entonces el mulato levantó al perro y me dijo que ya estaba bien empitonado,


le agarró la verga y la sacó entre sus patas traseras, y la colocó frente a mi
cara, diciéndome que lo chupara para que estuviera listo para volverme su
perrita, yo me acerqué y metí en mi boquita todo lo que pude aquel pitón y
empecé a mamarlo como a un hombre, pero estaba muy grande y me llegó
hasta la campanilla haciéndome tener arcadas, entonces el mulato alzándole la
cola, me dijo que le lamiera el ojete, yo me saqué la verga de la boca y lamí con
asco el culo del animal.

--¿Lamiste el culo del perro? —Le preguntó asombrado Jaume.

--¡Si! Y hasta le metí un poco la lengua, ¡sabía bien amargo! —Le dijo Amy y
continuó con su relato.

Entonces, Nelson dijo que ya estaba listo, y colocándole unos calcetines en las
patas delanteras para que no me lastimara, lo montó en mi espalda y dirigió su
verga que no cesaba de disparar chorros de liquido lubricante a mi coño que ya
estaba completamente inundado por la calentura que tenía.

¡No te imaginas el deseo que tenía de tener esa verga dentro de mí!

El perro, creo que estaba bien adiestrado en estos menesteres, pues no tardé
en sentir como me estaba penetrando hasta el fondo de mis entrañas haciendo
que me doliera y soltara un grito. Después ya me acostumbré y me empecé a
excitar más y a menearme incitándole a que me penetrara más.

Todos guardaban silencio viendo como gozaba con aquel acto de apareamiento
bestial.

Entonces, el mulato hizo algo que no me esperaba, se puso detrás del perro, y
con la verga bien parada, empezó a metérsela por el culo, yo creo que el animal
estaba acostumbrado, y era medio puto, pues lejos de inquietarse, empezó a
moverse con más intensidad. Yo estaba en el clímax de la lujuria y entonces el
mulato empezó a gritar--¡ME CORRO! ¡ME CORRO! Y sacando su verga del culo
del animal, corrió a pararse frente a mi cara, luego se hincó y me puso la verga
frente a mi boca…no lo vas a creer, ¡estaba llena de mierda!, pero a mi no me
importó, estaba tan excitada que no lo pensé y me la metí en la boca hasta
dentro recibiendo un chorro interminable de esperma que tragué golosamente y
después chupé y chupé hasta dejarla completamente limpia.

--¡Pero que dices!, ¿mamaste una verga toda embarrada de mierda de perro? -

Le preguntó Jaume haciendo cara de asco.

Amy siguió visiblemente emocionada:

Créeme que al principio me sabía horrible, pero después, hasta quería más.
Luego, Nelson desmontó al perro, que a su vez ya había descargado su semen
en mi vulva y me indicó que me acostara boca arriba, el se arrodilló frente a mi
rostro y descargó una gran meada y bañó mi cara mientras yo abría la boca
para tratar de beber algo del liquido ambarino, luego, sucedió algo que no me
esperaba, llamó al perro y le dio a oler mi cara llena de sus orines, y el perro
alzó la pata y comenzó a mearme en el mismo lugar que lo había hecho su amo,
y el desgraciado mulato me alzó la cara para que abriera la boca y tragara los
meados del perro tal como hice con los suyos.

¡Mírame, querido!, bebí meados de perro y me gustó. Nunca me había sentido


tan sucia y perversa, gocé como nunca.

¡Increíble! —exclamó Jaume excitado.

--Eres la chica más degenerada y perversa que he conocido, pero tal vez por
eso me vuelves loco de deseo—Le dijo Jaume besándola, mientras ella,
tomando su verga completamente erguida de deseo y a punto de estallar y
montándolo a horcajadas la insertó en su vulva sedienta de deseo.

Esa noche hicieron el amor dos veces. Cuando reposaban, Jaume le dijo:

--Este es nuestro ultimo fin de semana, quiero prepararte algo especial…

Amy lo miró con cara lujuriosa, le sonrió y lo besó, no hizo falta que le
preguntara nada más.

…continuará.

Después de aquella tarde en la pocilga de Renato, Amy no dejaba de pensar en


la verga del perro perforándola, lejos de pensar que se estaba haciendo adicta
cada vez más a los actos perversos y degenerados, lo único que le venía a la
mente era tener una verga de perro, esta vez en su culo, ¿Qué se sentiría tener
a un perro y estar culo con culo como había visto que quedaban los perros
apareándose?, o, ¿Tal vez una verga de burro?, no, eso sería físicamente
imposible, pensaba, pero en su mente calenturienta, se imaginaba
mamándosela a un burro o a un caballo, ¡tenía que probar eso antes de irse a
su casa!.

 Mientras soñaba despierta con todas esas imágenes lúbricas con ella como
protagonista, entrecerraba los ojos y empezaba a masturbarse estando
completamente desnuda en la cama esperando que se apareciera su adorado
padrino de un momento a otro.

La imagen no podía ser más lujuriosa y tentadora cuando Jaume entró en el


dormitorio.

--Siento interrumpirte ricura, me imagino que has de pensar en los angelitos—


Le dijo sarcásticamente.

--Si, padrino, pero este angelito tenía la forma de un burro—Le contestó riendo,
y lo atrajo hacia la cama tendiéndole sus manos, era muy claro que tenía sus
juveniles hormonas alborotadas.
--Dime padrino, ¿Qué es lo que te calentó más de lo que te conté ayer? —Le
preguntó con cara de zorra.

Jaume se la quedó mirando mientras ella acariciaba su verga que empezaba a


empinarse.

--Cuando te estaba follando el perro, me excitó mucho imaginar a mi


encantadora ahijada apareándose con un animal—

--¿Y cuál otra cosa? —le dijo metiendo su manita en el pantalón y acariciando
su miembro ya húmedo y completamente erguido.

--Cuando mamaste la verga del mulato saliendo del culo del perro—

--¿Te imaginaste a tu niñita lamiendo una verga llena de mierda de perro? —

Jaume no aguantó más y agarrándola de la cabeza la bajó hasta meterle la


verga completamente en la boca.

--Eres una perversa Amy, ¡una puta perra degenerada! —gritó Jaume mientras
lanzaba una copiosa corrida en la boca de la pequeña. La mantuvo así, con la
boca llena de su polla ya satisfecha mientras le decía:

--Hoy hablé con Don Nemesio, es el viejo que tiene una finca cerca de aquí, él y
su mujer son unos pervertidos, a su mujer le encanta ser follada por burros y
caballos, tan es así que tiene el coño tan grande como una vaca, ja, ja, y él lo
disfruta mucho, el hombre es casi un anciano con más de setenta años y es
como 20 años mayor que su mujer, pero el disfruta viéndola follar con los
animales mientras se masturba, una vez los invité a la finca para que su mujer
follara con el burro y el me pidió que trajera a una puta para que follara con el
negro que trabaja para ellos y que les cuida a los animales y que también es
parte esencial de las orgias bestiales pues es el que la hace de mamporrero. Así
que conseguí una puta vieja del muelle para follara con el negro y la pasaron
muy bien.  Les conté que mi burra estaba en brama y el burro necesitaba que lo
ayudaran a aliviarse y se entusiasmó mucho, me dijo que vendrían mañana,
que su mujer se pondría muy contenta y que me acordara de la puta para el
negro, le dije que todo estaría preparado.

¡Qué te parece querida? —

Amy sacando ruidosamente la verga de su boca, se le quedó viendo con cara de


felicidad.

--¡Padrino!, ¡te acordaste de que me hacía mucha ilusión follar con negros! —Lo
abrazó y le besó con largamente con su boca que conservaba el sabor y olor de
semen.
-- me parece muy excitante idea, me da mucho morbo que crean que soy una
puta que hace de todo, pero a ver, cuéntame más del negro que trabaja con
ellos, ¿Es de esos grandotes y sucios? —

--Eres muy viciosa, querida, ya sabía que te iba a hacer mucha ilusión, con
relación al negro, ya lo verás mañana, pero te anticipo que es enorme, es algo
viejo pero muy fuerte, y tiene una verga que hasta la puta vieja que conseguí
aquella vez se asustó, ja, ja.

--Y, ¿Les vas a decir que soy la puta más asquerosa que contrataste? —

--Claro, no les voy a decir que eres mi ahijada, ja, ja. —

--Diles que soy muy viciosa y que no le hago ascos a nada—Le dijo Amy con
sonrisa cómplice.

Al día siguiente llegó la pareja de viejos acompañados como siempre del negro
que fueron recibidos por Jaume quien los llevó de inmediato al establo en donde
estaba la pareja de burros.

--¡Que preciosidad de animales tenéis Jaume!, nos la vamos a pasar muy bien,
¿Y en donde está la puta para Xenón?, ya viene muy caliente el pobre hombre,
je, je. No ha visto hembra alguna desde hace varias semanas—

--Voy por ella, no se vaya a sorprender por su juventud, es una putilla jovencita
pero muy viciosa y no pone peros a nada que se le ordene, y si se pone necia le
dan unos fuetazos—

--Justamente viene llegando Don Nemesio, ¡Amy!, acércate puta, que te quiero
presentar a nuestros vecinos, Don Nemesio y su mujer Doña Mercedes y su
trabajador Xenón, vas a ser su esclava sexual este día, ¿De acuerdo? —

--Si señor, lo que usted ordene—respondió Amy sumisamente mientras


observaba a la pareja y sin poder reprimir su sorpresa por el aspecto que
ofrecían, la pareja era realmente aterradora, él tenía una cara de vicio que lo
hacía ver más viejo y perverso, y su mujer que era de mediana edad, tenía una
cara muy bonita pero estaba un poco pasada de peso y sucia, visiblemente más
joven que él, respecto al negro era un hombre rudo ya entrado en años, muy
alto y fornido con cara de pocos amigos.

--Pero Jaume, ¡si es una belleza esta puta!, te ha de haber costado una fortuna
convencerla que viniera, supongo que ya le habrás explicado todo lo que
hacemos acá, ja, ja, Xenón estará muy contento de comerse este pastelito—
Dijo Don Nemesio viendo al negro que en ese momento estaba montando un
banquillo debajo del burro que estaba ya amarrado.
Los tres invitados y Jaume se desnudaron y Amy no se quedó atrás dejando
estupefactos al viejo Nemesio y su mujer al ver el cuerpo escultural y
adolescente de la chica.

El negro Xenón ya había dejado todo listo para el acoplamiento bestial,


entonces Nemesio se dirigió a Amy:

--Mira pequeña, ya Xenón ha terminado su faena, ahora le toca recibir su


premio, así que dale una mamada y después dale las nalgas, que ya está como
macho cabrío—Dijo el viejo con ojos lujuriosos y empezando a masturbarse.

Amy se dirigió hacia el negro, y al llegar frente a él, empezó a besar el torso
desnudo lleno de sudor, langüeteando como si fuera una gatita las secreciones
olorosas del negro, se hincó  tomando la gran verga y trató de metérsela en la
boca sin lograrlo, así que se conformó con pelársela y meterse una parte del
enorme glande cubierto de la mantequilla a la que tanto se había aficionado la
pequeña. El negro cerró los ojos y tomó a la chica por la cabeza tratando de
meter más su estaca en la pequeña boca, pero sin suerte, así que le dijo que se
pusiera en cuatro para follarla, Jaume, previendo que no la fuera a lastimar le
untó un poco de grasa en su pequeña almeja, Xenón ya no aguantaba, así que
la invistió de un golpe haciéndola gritar mientras Nemesio y su mujer aplaudían
y le gritaban improperios.

No estuvieron mucho tiempo antes de que el negro emitiera un sonido que


parecía un rugido y descargó su semen en la vulva de la pequeña. Entonces
Nemesio le ordenó que ya era suficiente y que preparara al burro, pues su
mujer ya estaba muy caliente. El negro tomó del brazo a Amy que todavía
temblaba de la tremenda follada que le había dado y le indicó que le ayudara, el
burro ya estaba excitado pues le habían amarrado junto a la burra en brama y
ya estaba bastante empitonado, lanzando chisguetes de líquido pre seminal que
parecía que se estaba meando de la cantidad que soltaba, entonces Nemesio
llevándola junto al asno le hizo que se hincara y le ordenó que le esparciera el
líquido gelatinoso en toda la verga para que se metiera bien en el coño de su
mujer, Amy pego su boquita al meato del animal y empezó a esparcir con la
lengua el líquido que servía como lubricante todo alrededor de aquel hongo
enorme y aprovechó la oportunidad para mamar la verga del animal todo lo que
podía y hacer realidad una de sus fantasías eróticas, desafortunadamente para
Amy no le dieron tiempo para que el burro descargara su esperma en la boca
hambrienta de la pequeña, pues Xenón la retiró para que Mercedes se colocara
recostada en la tarima debajo del burro, ella  alzó las piernas dejando ver un
coño enorme, parecía imposible que la verga del animal cupiera en el coño de
esa mujer, sin embargo, Xenón sabía hacer su tarea y empezó a metérselo
mientras ella jadeaba de placer pidiendo que la metiera más, casi 40
centímetros logró meterla y el negro cuidó que no la metiera más, mientras, el
animal empezó con un movimiento compulsorio de apareamiento, entonces
Nemesio se acercó con su verga en la mano masturbándose y le dijo a la niña
que se hincara frente a Mercedes y que le lamiera el coño mientras estaba
apareándola el asno, Amy toda excitada se hincó, y a gatas, se colocó justo
debajo del apareamiento animal y empezó a lamer la verga que entraba y salía
del coño de Mercedes con gran cantidad de jugos. Estuvieron así un gran rato,
Amy ya tenía dolor en la boca, pero seguía lamiendo hasta que el burro acelero
sus movimientos y lanzo una cantidad enorme de esperma en el coño de
Mercedes que no pudo retener y Amy se lanzó a sorber desesperadamente todo
el esperma que desbordaba.

 Entonces, Nemesio se acercó con una jarra y le hizo la señal al negro que
separara al burro, al hacerlo salió una gran cantidad de un esperma denso,
amarillento y oloroso que fue depositado en la jarra. Amy, al salir la verga de la
vagina de Mercedes, se lanzó y empezó a chupar la verga del animal que
todavía lanzaba algunos chorros de semen y después de recoger el esperma que
pudo, pegó su boca al coño dilatadísimo de la mujer y empezó a beber todo el
semen remanente.

Mercedes permanecía casi inconsciente tumbada en la tarima, Nemecio se sentó


en una banca a masturbarse y entonces Xenón, sabiendo lo que tenía hacer,
levanto a Amy y la llevó frente a Nemesio indicándole que se pusiera a gatas
mientras el viejo se recostaba y alzaba las piernas mostrando su culo a la
pequeña, Mercedes volvió la cara y le gritó a Amy:

--¡Que esperas puta!, ¡lámele el ojete para que se le pare ¡--

Amy, sumisamente acercó su cara al culo sucio del viejo y sin ninguna señal de
asco pegó su boca al ojete y empezó a meter su lengua lo más que podía
mientras el viejo gritaba:

--¡Métela más, puta! ¡Saca toda la mierda con la lengua! —

Amy seguía metiendo la lengua con un movimiento de mete y saca mientras el


viejo se convulsionaba, luego tomó a la niña de la cabeza y bajando las piernas
le mostró la pequeña verga completamente erguida, Amy la tomó
cuidadosamente y empezó a mamarla con lujuria hasta sentir una pequeña
cantidad de esperma que depositaba en su boca y que tragó golosamente. La
chica se irguió y le mostró a Nemesio su lengua con las gotas de semen para
después tragarlas sensualmente.

--Eres una marrana, pequeña puta, ahora le toca a Xenón darte por el culo, que
es lo que más le gusta je, je, ¿Verdad Xenón? —dijo dirigiéndose al negro el
cual ya había tomado a la joven por el culo haciéndola ponerse en cuatro patas
apoyando sus codos en la tierra.

El negro no perdió el tiempo y enfiló la gran verga hacia el pequeño agujero de


Amy mientras Nemesio sostenía su cabeza y gritaba obscenidades, entonces
Mercedes se acercó con la jarra de esperma y le dijo que untaría el ojete de la
pequeña para lubricarla, tomó con su mano el esperma oloroso del burro y lo
untó en el culo de la pequeña para después llevar su mano hasta la boca de
Amy ordenándole que la limpiara, la niña empezó a lamer sin chistar, es más,
con visible gusto empezó a chupar dedo tras dedo hasta dejar su mano sin
rastros del semen bestial, todo esto sirvió como un afrodisíaco para la joven,
quien empezó a gritar que quería la verga negra en su culo.

--¡Ya, por favor, métemela toda en el culo!¡Reviéntame! —

El negro increíblemente logró meter toda la verga dentro del culo de la pequeña
mientras Mercedes y Nemesio miraban lujuriosamente aquel acoplamiento
desproporcionado. Xenón aceleró su acometida mientras la jovencita en estado
de éxtasis gritaba:

--¡Más!¡Más! ¡Échame tu leche cabrón!¡Méate dentro de mí! —

El negro empezó a convulsionarse próximo a su eyaculación mientras Amy tenía


orgasmo tras orgasmo. Nemesio se puso en pie y empezó a mear sobre la
joven, quien, al sentir el chorro caliente, levantó la cara y abrió la boca para
beber algo de los orines que la bañaban. Xenón descargó una eyaculación
impresionante llenando los intestinos de la niña.

 Amy se sintió rebosada de semen y felicidad. Cuando el negro sacó la verga del
culo de la pequeña, este quedó tan dilatado que cabría una botella dentro,
Mercedes al ver el culo de la joven exclamó:

--¡Miren todos ja, ja, tiene el culo que cabría mi brazo entero!, ahora, no te
atrevas a levantarte, te ves muy bien así en cuatro patas como la perra que
eres, tan bien, que se antoja darle unos azotes a esas nalguitas tan apetitosa
ja, ja, ¿no te parece querido que se merece unos cuantos azotes esta pequeña
puta? —Le dijo Mercedes a Nemesio

Nemesio asintió y se apresuró a sacar un fuete que traía preparado, se acercó a


la jovencita que seguía en cuatro y acaricio sus nalgas con lascivia, en seguida
descargó dos fuetazos que hicieron que Amy pegara un grito y Mercedes con los
ojos encendidos empezó a gritar “¡Dale más duro!”, Amy después de la primera
impresión también les empezó a gritar:

--¡Si, azótenme más! —

Mercedes le quitó la fusta a su marido y le empezó a azotar con más fuerza


mientras la chiquilla chillaba y gritaba “¡Mas, péguenme más!, ¡insúltenme!,
¡Hagan que beba meados! Haré todo lo que quieran”. Mercedes entonces metió
la empuñadura del fuete en el ojete distendido de la pequeña, que entró con
suma facilidad, Nemesio le sacó la fusta del culo diciéndole:

--¡No te atrevas a levantarte todavía putita, hay que aprovechar ese agujero,
¡Xenón!¡Trae al perro!, que esta perra lo que necesita es otro macho que la
encule ja, ja. —
Amy quedó en cuatro mientras el negro iba a su vehículo y sacaba un perro que
habían traído exprofeso, era un perro enorme casi un gran danés. Cuando lo vio
Amy, no pudo contener un grito de susto.

--Ahora te vas a sentir como toda una perra, ja, ja—Le dijo Mercedes.

Xenón se acercó con el enorme perro agarrado de una correa, el can se  acercó
a olisquear el coño de la joven que estaba inundado de secreciones sexuales
que lo excitaban y empezó a empitonarse. El negro le colocó unos calcetines
gruesos en las patas y lo acercó a la cara de la chicuela.

--Ahora te toca excitar al perro con la lengua—Le dijo.

Xenón jaló al perro y le saco la verga entre las patas traseras dejándolo justo
abajo del ojete del animal y lo acercó a la boca de la niña que también se había
calentado ante la vista del enorme pito que aventaba chorros de líquido baboso
y ambarino.

--¡Chúpala puta! —Le gritó el negro.

Amy abrió la boca y recibió la verga canina, tratando de metérsela lo más que
podía hasta que le dieron arcadas provocando las risotadas de Mercedes y
Nemesio. Estuvo chupando la verga y recibiendo los chisguetes del líquido pre
seminal por un rato, mientras tanto, Mercedes se acostó debajo de la chica en
posición de 69 con su boca debajo del coño de Amy y empezó a lamerlo
excitando todavía más a la pequeña. Entonces a una orden de Nemesio, el
negro separó al perro de la boca de la pequeña Amy y  lo llevó a la parte de
atrás de su cuerpo, el perro, que estaba entrenado en estos menesteres,
inmediatamente se montó en la joven tratando de aparearla, Xenón con mucha
experiencia agarró el cipote de la bestia y lo metió en el culo de la chica, no sin
trabajo, pues el ojete de la niña era muy estrecho para las dimensiones de la
verga del animal, pero fue entrando poco a poco, gracias a la destreza del negro
y a las labores de la lengua de Mercedes, mientras, Amy gemía de dolor y
placer hasta que el perro logró penetrar completamente. Nemesio gritaba como
poseído: ¡Que le meta la bola! ¡Xenón haz que le meta la bola en el culo!, El
negro le dio un empujón al perro que quedó completamente pegado a la
chicuela quien gemía de dolor y placer. Entonces cuando ya estaban
completamente apareados el can  se dio la vuelta quedando culo con culo. La
visión de aquel coito bestial hizo que, tanto Nemesio como Jaume, se
masturbaran frenéticamente.

Quedaron un rato así pegados mujer y bestia. El dolor había desaparecido


quedando únicamente un placer morboso para la joven quien pedía que le
hicieran toda clase de porquerías. El negro se puso frente a la niña y le empezó
a mear en la boca, mientras ella la abría para poder beber todo lo que podía.
Para terminar, Amy quedó tendida boca arriba, casi desvanecida, y Nemesio, en
un último acto de depravación, llevó al perro para que la meara en la cara
mientras ella abría la boca.

 Cuando se retiraron, Jaume cargó a su pequeña ahijada hasta su cuarto pues


apenas podía ponerse en pie.

--¿Te encuentras bien querida?—Le pregunto acariciando su cabello todavía


húmedo.

--¡Estoy feliz!, te quiero mucho padrino, has hecho realidad todos mis deseos
más morbosos y mucho más de los que imaginaba—

Al día siguiente Jaume llevó a su ahijada con sus padres, quienes al verla
rebozando de felicidad se deshicieron en agradecimientos hacia él.

Amy se despidió con un abrazo y un beso pidiéndole que la llevara con él en las
siguientes vacaciones.

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