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“Amaranta y el duendecillo, una amistad de ensueño”

Llegando el tan esperado 15 de mayo, Amaranta por fin se mudaría a su nuevo hogar en
la calle bella vista sur junto con sus padres, la primera noche que pasó de tanta emoción
no podía dormir por lo que le dieron la una, las tres y las cinco de la mañana y no podía
conciliar el sueño hasta que de pronto, ni cuenta se dio de a qué hora quedó
profundamente dormida, en su sueño apareció un pequeño duende llamado Yuyim , era
tan alegre y divertido que Amaranta no quería despertar de su fascinante sueño, cuando
por fin su madre fue a levantarla para el desayuno se llevó una gran sorpresa su cuarto
estaba reluciente y perfectamente ordenado como si nunca hubiera habido una mudanza
por acomodar, sorprendida agradeció a su madre por el excelente trabajo que había
realizado mientras dormía plenamente, su madre asombrada y un poco confundida por el
comentario de Amaranta contestó que ella no lo había hecho , creyendo entonces que la
niña lo había realizado e inventando la excusa para llamar su atención y recibir un
premio, dejando de lado el tema, llegada la tarde su padre regreso del trabajo y en
compañía de su madre decidieron ir por la despensa de la semana , encomendándole
portarse bien en el tiempo que estuvieran ausentes, Amaranta muy obediente subió a su
cuarto a jugar cuando de pronto escuchó pasos en la habitación de enfrente donde
quedaría el estudio, al abrir la puerta vaya sorpresa que se encontró en una de las equinas
intentando abrir una caja se encontraba el pequeño duende de sus sueños, Yuyim,
Amaranta asombrada no sabía si lo que sus ojos veían era real o simplemente se trataba de
un sueño más así que decidió acercarse sigilosamente a la pequeña criatura y tomarla con
su mano, Yuyim al sentir que alguien lo tomaba del diminuto suéter que traía volteó
inmediatamente y sin decir una sola palabra miró fijamente los ojos de Amaranta y ella se
cruzó con la suya tan, profunda que después de unos segundos lo soltó de un chispazo,
Yuyim cayó dentro de la caja y Amaranta enseguida trató de abrirla para sacarlo y
observar si no lo había lastimado, Yuyim sin un zapato y con el gorro sobre su cara soltó
una carcajada y Amaranta se sintió aliviada al escuchar esto, una vez que logró sacarlo y
acomodar su ropa Yuyim le preguntó con tono muy amable ¿Te ha gustado el regalo que
te hice? Amaranta un tanto desconcertada por la pregunta y por el diminuto ser
respondió algo confundida ya que no sabía a qué se refería así que el duendecillo le
explicó de que trataba, esto refrescó la memoria de la niña y agradeció por haber
ordenado su cuarto de tal manera que estaba radiante, sin saber cómo interactuar el uno
con el otro guardaron silencio por un rato mientras un sin fin de ideas pasaba por su
mente hasta que Yuyim sonrió y propuso a Amaranta que fueran a su mundo a jugar un
poco, Amaranta dudosa si debía o no confiar en el pequeño duende tardo uno minutos
pero al fin tomó una decisión y acepto entusiasmada diciendo esto ayudó a Yuyim mover
una caja y apareció una diminuta puerta atrás del escritorio, al verla se desilusionó un
poco ya que era ella tan grande que pensó que no podría ir con el duende al lugar
prometido, pero mientras pensaba esto observó que Yuyim se comportaba algo misterioso
y después de una sencilla frase sacó de su bolsillo un pequeño frasco de color púrpura y
se lo dio para que lo bebiera de un solo sorbo así que sin más que decir lo bebió
rápidamente, hizo unos gestos por el sabor y de prono comenzó a reducir su tamaño hasta
quedar a la par de su nuevo amigo, junto con el duende entró por la puerta
encandilándola unos rayos de sol al cubrirse por un momento logró ver lo hermoso que
era el paisaje que se encontraba frente a ella, un bosque inmenso que parecía no tener
fin , árboles enormes que parecían abrazarte con sus ramas, un lago, flores de múltiples
colores, una cascada refrescante a simple vista y una aldea completa hecha con chozas de
hongos de varios colores y tamaños, maravillada y atónita de todo lo que podían captar
sus ojos se dejó guiar por Yuyim hasta llegar a la choza mayor donde se encontraban
otros duendes, unos más sabios y viejos y otros un tanto inexpertos, jóvenes, niños e
incluso mascotas, les presentó a mi nueva amiga Amaranta dijo Yuyim dejando un
silencio rotundo de todos, estará con nosotros un tiempo y espero la traten de la mejor
manera posible es una excelente persona, dicho esto todos comenzaron a interrogar a la
pequeña con un sin fin de preguntas, hasta que cayó la tarde, decidieron entonces ir al
bosque a cortar unas cuantas vayas para una tarta de frutos y Amaranta se sentía tan
plena y feliz que decidió quedarse con Yuyim por mucho tiempo más; sin siquiera
acordarse de sus padres y durmió tan profundamente que no sintió siquiera que durante
la noche sus nuevos amigos habían construido y acomodado un nuevo cuarto para ella
similar al que tenía en su nueva casa, a la mañana siguiente despertó y de un gran saltó
bajo a comer la deliciosa tarta que espero durante la noche con ansias, una vez que
observó su nuevo cuarto quedó impactada de lo lindo que le parecía y se sintió como en
casa extrañando aún menos a sus padres, y así pasaron las horas, las tardes y los días y se
sentía feliz de estar en ese lugar ahora tenía trabajos pequeños que hacer, todas las tardes
iba a los distintos bosques que se encontraban ahí, aprendió a nadar y a escalar montañas,
aprendió nuevos oficios y a cocinar también, era realmente feliz hasta que una día
Amaranta sentada bajo un árbol de bellotas con los rayos del atardecer iluminando su
cara, sintiendo la suave brisa que la cascada le dejaba, vio pasar a una familia felizmente
caminando y tomando un helado de frambuesa, recordó entonces que sus padres estaría
algo preocupados por ella pero al poco tiempo llego Yuyim con nuevos juegos y se olvidó
de ello totalmente volvieron a pasar varias tardes cuando volvió a sentir que extrañaba a
su padres ahora un poco más pero de nuevo rápidamente encontró algo nuevo que hacer
junto con su amigos y olvidó el tema por completo varios días más hasta que una noche
comenzó tener una fuerte ansiedad quería que su mamá estuviera cerca y que la cuidara
pero eso no sucedió y comenzó a extrañarlos más y más; sus abrazos, sus sonrisas, la
comida especial que preparaba su mamá y los lugares a los que asistía con ellos, así que
una tarde del 20 de abril cumpliendo casi 15 años la pequeña joven que había llegado de
tan solo 10 decidió citar a su buen amigo Yuyim que seguía siendo el más alegre de todos
los duendecillos a dar un paseo por el bosque, le contó de su ansiedad y sobre lo que
sentía, él quién tenía tantos años de conocerla comenzó a entristecerse porque sabía que
lentamente se acercaba el día en que no tendría otra opción más que regresar a Amaranta
a su hogar, pasaron dos y tres noches más y Amaranta no aguantó más recorrió todos los
lugares posibles y sin cansarse siquiera puedo conciliar el sueño lo que le recordó la
emoción que tenía cuando llegó a su nueva casa aquella tarde del 15 de mayo, una vez
más le contó lo sucedido a su amigo ya que sentía que nada de lo que hacía antes la ponía
feliz ahora, así que por fin tomó una decisión después de tanto tiempo y citó a su gran
amigo en su pequeña pero acogedora choza, le contó una vez más su sentir, se disculpó, se
abrazaron, lloraron y no quedó más remedio que despedirse, pasaron por todas las chozas
de los duendecillos con quienes había tenido una amistad todo este tiempo y tristemente
se dirigieron a aquella diminuta puerta donde una vez más la habían encandilado los
rayos del sol en su atardecer , se despidieron y rodaron unas cuantas lágrimas por sus
mejillas ya que sabían que cruzando la puerta no podría volver jamás, un abrazó bastó y
sus manos entrelazadas se fueron separando poco a poco hasta que cruzando la puerta
ésta desapareció dejando como recuerdo final la cara de su buen amigo con una sonrisa
de melancolía. Amaranta al sentirse en casa con ese aroma tan peculiar a madera sintió
que sus padres estaría muy sorprendidos al verla tan grande y después de tanto tiempo
pero cuando bajó la mirada y vio que traía los mismos zapatos y el mismo vestido del día
en que conoció a su mejor amigo Yuyim, corrió al espejo y al verse dio un salto que hizo
que tropezara con la caja donde el pequeño duendecillo había perdido su zapato aquella
vez y vio que los años no habían dejado una huella en ella que seguía igual que antes de
irse de tan solo 10 años, al escuchar la puerta abrirse corrió lo más rápido que pudo y dio
el abrazo más fuerte y cálido que nunca antes había dado a sus padres, estos sorprendidos
por la actitud de Amaranta pero a la vez conmovidos regresaron a la niña el mismo
abrazo con tanto fervor que Amaranta comenzó a llorar y les contó toda la historia de su
vida al lado de Yuyim sus padres incrédulos de lo que les contaba simplemente ponían
atención y sacaban sonrisas y carcajadas con las ocurrencias de la niña una vez que
terminó de contarles habían transcurrido varias horas y la noche estaba por llegar así que
cansada de su largo viaje Amaranta se recostó en el sofá y su padre la llevo hasta su
cuarto que seguía hermosamente acomodado, esa noche trató de soñar con su amigo el
duendecillo pero no puedo ni esa noche ni otras más hasta que sorprendida encontró una
mañana camino a la escuela el zapato del pequeño duendecillo al lado de su tocador con
una nota para ella conmovida por esto derramó un par de lágrimas y corrió felizmente a
la escuela, siempre recordará lo feliz que fue durante su estancia con Yuyim pero está
segura que no volvería a dejar a sus padres por nada del mundo otra vez.

BBM

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