El Nilo es el mayor río de África, que fluye en dirección norte a través de
diez países (Burundi, Ruanda, Tanzania, Uganda, Kenia, República Democrática del Congo, Sudán del Sur, Sudán, Egipto y Etiopía) hasta desaguar en el extremo sureste del Mediterráneo, formando el gran delta del Nilo, sobre el que están situadas las ciudades de El Cairo y Alejandría. Tiene una longitud de 6650 km, el segundo río más largo del mundo tras el Amazonas. La parte del norte del río fluye casi completamente por el desierto, entre Sudán y Egipto, una zona cuya civilización ha dependido del río desde hace milenios. La mayor parte de la población de Egipto y todas sus ciudades (a excepción de las del delta del Nilo y los oasis) se encuentran a lo largo del valle del Nilo (al norte de Asuán), y la mayoría de los lugares de interés cultural e histórico se hallan en las riberas del río. La desembocadura del río conforma el delta del Nilo, a orillas del Mediterráneo en Egipto. El Nilo fue un elemento fundamental para el florecimiento de la civilización del Antiguo Egipto. La mayor parte de sus ciudades se encontraban en el valle del Nilo y en su Delta, al norte de Asuán. El Nilo fue vital para la cultura egipcia desde la Edad de Piedra. El cambio del clima y la desertización desecaron las tierras de caza y pastoreo del África septentrional para conformar el desierto del Sáhara, en torno al 8000 a. C.; entonces, muchos habitantes migraron y se asentaron junto al Nilo, en donde desarrollaron una economía agrícola y una sociedad centralizada. Hay dos grandes ramales o fuentes del Nilo que constituyen el Alto Nilo y que se unen en Jartum: el Nilo Blanco, que nace al este de África; y el Nilo Azul, que surge en Etiopía. Cauce del Río Nilo El curso de Nilo en Sudán atraviesa seis grupos de cataratas desde Sabaloka (al norte de Jartum) hasta Asuán. Los cambios en el fluir del curso que se observan entre la 3º y 4º catarata, se llaman comúnmente «la gran curva de Nilo» que rodea el Desierto de Bayuda. En el norte de El Cairo el río se divide en varios ramales que llegan hasta el Mediterráneo.
EL NILO EN EL ANTIGUO EGIPTO
El Nilo, cuando se desbordaba cada año, hacía que sus riberas fuesen sumamente fértiles. Fue gracias a eso que los egipcios fueron capaces de cultivar trigo, cebada y lino, además de aportar el río abundante pescado y papiro. Todo esto posibilitaba obtener alimento suficiente para toda la población y otros importantes recursos, con lo que se evitaban en general posibles hambrunas, muy frecuentes en el Próximo Oriente debido a la irregularidad de las cosechas. También, el agua del Nilo atrajo al búfalo de agua y, después de que los persas lo introdujesen en el siglo VII a. C., al camello. Estos animales podían ser matados a fin de consumir su carne, podían ser capturados, domesticados, usados para arar e incluso para viajar en el caso de los camellos. El Nilo era también una vía eficiente y cómoda de transporte de mercancías y personas: se utilizaba como vía fluvial para transporte comercial o recreativo. Gracias a la obtención de lino y trigo posibilitada por el Nilo y sus crecidas, Egipto tuvo una buena relación diplomática con otros países, con lo que el río contribuía a Cataratas del Río Nilo la estabilidad económica y política del país. Además, proporcionaba los recursos necesarios como el alimento o el dinero para poseer un ejército. La leyenda decía que el faraón era el responsable de las inundaciones del Nilo, y que a cambio del agua y las cosechas los campesinos debían cultivar el suelo fértil enviando después una parte de sus recursos al propio faraón, que se encargaba de usarlos en bien de la sociedad. El Nilo era también una fuente espiritual, y se creó un dios dedicado a la bondad de la inundación anual, el dios Hapy, que junto al Faraón controlaba la crecida. Además, se consideró al río como una calzada de la vida hasta la muerte.
Planificación Del Proyecto de Campaña Virtual Del Procedimiento para Viajes y Aislamiento de Personas Con Retorno Humanitario A Las Diferentes Regiones Del País