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El mundo vive desde los diferentes enfoques sexuales una serie de cambios

sociales y antropológicos que han tocado estructuras muy profundas del ser humano y de
la familia. Vivimos en una sociedad en la que muchos (por no decir todos) hablan
de sexo y sexualidad: redes sociales, escuelas, gobiernos, medios de comunicación,
empresas, etc. Así mismo son muchas las personas que hablan del hombre, de su origen,
su presencia, su fin: antropólogos, psicólogos, sociólogos, teólogos, filósofos, y muchos
expertos más; pero muchas veces son “ideas” o “teorías” demasiado discrepantes entre sí,
toda esta diversidad de enfoques lo que nos provoca es Incertidumbre, desconcierto,
subjetivismo, dudas y sobre todo preguntarnos ¿quién tiene la razón?

Ante esta situación son muchos los personajes y las instituciones que han querido
ser luz, orientadores y guías en un mundo sexualizado y desvirtuado en muchos de los “fines
trascendentales” y por ende antropológicos del ser humano y de su existir.

En este contexto y de modo particular habrá que respondernos con honestidad a los
siguientes cuestionamientos:

1.- ¿Sé hablar de sexo con mi pareja, mi familia y mis amigos teniendo claro TODO lo que
implica hablar de ello?

2.- ¿Sé tomar en cuenta que no sólo es sexo o sexualidad, sino que es hablar del hombre,
de su origen, de su destino, de su trascendencia, y sobre todo de ¡Dios! y de su Plan divino
en mi vida?

Las respuestas a estas preguntas desde hace algunas décadas, nos las dan el estudio
de la Teología del cuerpo y del Amor. Entendiendo la Teología del cuerpo como un medio
que nos presenta la Iglesia para tener un encuentro real y profundo con nosotros mismos,
con nuestros semejantes, con nuestra vocación y con Dios nuestro creador. Y de manera
muy objetiva y minuciosa, revisar como es mi relación con Dios, conmigo mismo, cómo es
la relación que sostengo con los demás, con mi ser familiar, con mi ser sexuado y con mi
trascendencia. Es conocer ¿Qué dice la Teología de mi corporalidad? Y ¿Cómo puede eso
iluminar mi presencia en este mundo?
Estudiar la teología del cuerpo es analizar de un modo profundo lo que el hombre
“ES” en su ser integral Cuerpo, Alma y Espíritu, es tomar como objeto de estudio el cuerpo y
todo lo que implica desde el punto de vista teológico.

El Amor humano en el plan divino es otro de los títulos que el Papa Juan Pablo II le
dio a las 129 de 135 catequesis publicadas de la Teología del Cuerpo y del Amor, que se
celebraron entre septiembre de 1979 y noviembre de 1984, en el marco a la Asamblea
ordinaria del Sínodo de Obispos sobre la Familia a celebrarse en 1980, donde se examinó el
tema del ministerio de la iglesia respecto a la familia, de esto se pronunció el último Concilio
Ecuménico (Gaudium et espes 52) recordando que la familia es el fundamento de la sociedad
y que siendo a la vez una IGLESIA DOMÉSTICA contribuye a la existencia y desarrollo de toda
la iglesia.

En efecto en la familia nacen nuevos ciudadanos de la sociedad humana, quienes


por la gracia del Espíritu Santo quedan constituidos en el bautismo de hijos de Dios quienes
perpetuaran a través del tiempo el Pueblo de Dios.

De ahí que la profundidad de estas catequesis es “ir al principio”, a la raíz, como hizo Cristo
cuando le preguntaron sobre el Matrimonio (Mateo 19, 3). en este pasaje de las Sagradas
escrituras Jesús es provocado por los fariseos sobre la indisolubilidad del Matrimonio
preguntándole que, si es lícito repudiar a la mujer por cualquier causa…
El respondió ¿No habéis leído que al principio el Creador los hizo varón y mujer? Y dijo… por
eso dejará el hombre al padre y a la madre y se unirá a su mujer, y serán los dos una sola
carne. De manera que ya no son dos sino una sola carne. Por tanto, lo que Dios unió no lo
separe el hombre., El libro del Génesis 2,24 pone de relieve que el hombre y la mujer han
sido creados para el matrimonio, varón y mujer en el misterio de la creación son un Don
recíproco.

En la lectura de las Catequesis del Papa Juan Pablo II se hace referencia constantemente al
libro del Génesis que nos habla de la creación, del origen, de cómo fuimos creados…
contemplando y reconstruyendo el plan original de Dios, queriendo esclarecer la oscuridad
que hay entre el hombre “inocente”, el “histórico” y por ende también el “contemporáneo”,
en donde rescatamos la urgencia de retomar el plan de Dios, de volver a esa Inocencia
Original que nos lleva a vivir una vida libre, abundante, plena y llena de gozo, este
“principio” que no ha perdido validez, que sigue tan vigente en nuestros días y que hoy
en día ante la fuertes crisis familiares que enfrenta la sociedad, nos da la luz para una
comprensión más clara del amor humano en el plan divino.
Ese es el objetivo principal del estudio de la Teología del cuerpo y del Amor, iluminar el
principio del plan de Dios, acompañar nuestro momento histórico y abrir las puertas del
futuro que construiremos viviendo la “antropología adecuada” de la teología del cuerpo.

Claramente nos dice la Antropología Teológica Católica que fuimos creados con un profundo
amor, “Creo Dios al hombre a imagen suya, a imagen de Dios lo ceo y los creo varón y mujer”,
a esto San Juan Pablo II nos recuerda constantemente que Dios es amor, y la vocación
fundamental del hombre y la mujer es amar, y que el hombre es un ser social que necesita
de una compañera para este plan divino, Eva fue creada para Adán y Adán para Eva, La
mujer y el hombre son creados con un don recíproco de entrega, de unidad, de
perfeccionamiento, de ayuda mutua en pocas palabras de amor y santidad.

Es así como estas catequesis tienen el potencial de renovar el matrimonio, la familia y la vida
entera de la iglesia y del mundo, ya que nos plantea una visión renovada de la sexualidad
humana y del matrimonio, una visión del hombre y la mujer como imagen de Dios.

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