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Paradigma de la complejidad
Introducción
Por fin, hay el miedo del pasado, del presente y del futuro, generador de las
angustias cotidianas, sombra y amenaza constantes. El grupo pone en
común tres o cuatro esqueletos del pasado de cada cual, lo que permite de
la instauración de una benévola aristocracia de sentimientos, a través,
naturalmente, de la lisonjera práctica del elogio mutuo. Pero el armario de
los esqueletos con defectos óseos, ese, continúa bien cerrado, y la llave la
guarda uno mismo y su copartícipe, si el patrimonio orzamentario es común
a dos. En cuanto al presente, el miedo está al alcance de la mano, al
alcance del grupo, porque nada de aquello va a durar, porque el grupo
segrega de su contradicción el veneno que lo destruirá. En el futuro.
Mañana. Hasta el próximo grupo.
O hasta que cada una de las diez o doce personas descubra que es en sí
misma donde está el mal y tal vez también el remedio. Y que el grupo es, a
fin de cuentas, un poco de agua turbia donde va a diluirse y desaparecer,
como frágil terrón de azúcar, la roca amarga y vertiginosamente lúcida (y por
eso es capaz de alguna alegría perfecta) que es lo mejor de esa grandeza a
la que suele llamarse condición humana. (Saramago, 1997).
Ahora pensemos… ¿Cuáles son los elementos presentes en este grupo? ¿Qué
observamos? ¿Qué podemos decir sobre el mismo? Responder estos interrogantes
requiere tener en claro dónde nos situamos para realizar esta lectura, es decir, en qué
paradigma nos posicionamos. Por lo tanto, empecemos por definir qué entendemos por
paradigma.
Paradigma
El término paradigma fue acuñado por Thomas Kuhn, en 1962. Este término reúne un
conjunto de operaciones conceptuales que ligan la teoría con los hechos. Kuhn
describe cómo se produce el desarrollo de la ciencia. Plantea diversos estadios: uno
preparadigmático, en el cual diversas escuelas se encuentran en pugna; un estadio
paradigmático, cuando una escuela triunfa sobre las demás y es hegemónica por
consenso en un campo de investigación; un tercer estadio, cuando se comienza a
poner en duda si los marcos conceptuales existentes son suficientes para continuar con
la producción de conocimientos que expliquen la realidad. Es aquí cuando se produce
el momento de crisis del paradigma y la apertura conceptual a diversos campos.
Paradigma de la simplicidad
Paradigma de la complejidad
Edgar Morín (1990) propone una serie de nociones para pensar la complejidad. Entre
estas nociones encontramos la de orden y desorden del universo, que, si bien se
presentan como contradictorias, ambas son necesarias para organizar el universo. “La
aceptación de la complejidad es la aceptación de una contradicción” (Morín, 1990, p.
95).
Se hace necesario, además, la búsqueda de definición del término sujeto. Término que
en la ciencia clásica no es trabajado.
Ser sujeto no quiere decir ser consciente, no quiere tampoco decir tener
afectividad, sentimientos, aunque la subjetividad humana se desarrolla,
evidentemente, con afectividad, con sentimientos. Ser sujeto es ponerse en
el centro de su propio mundo, ocupar el lugar del “yo”. Es evidente que cada
uno de nosotros puede decir “yo”; todo el mundo puede decir “yo”, pero cada
uno de nosotros no puede decir “yo” más que por sí mismo (...)
El hecho de poder decir “yo”, de ser sujeto, es ocupar un sitio, una posición
en la cual uno se pone en el centro de su mundo para poder tratarlo y
tratarse a sí mismo. (Morín, 1990, pp. 96-97)
Tal es el caso de cada uno de los sujetos que integran el grupo descrito por Saramago.
Morín (1990) plantea que ser sujeto es ser autónomo y dependiente. Esto es, se
depende de una cultura que nos atraviesa y se es autónomo en cuanto se elige y se
reflexiona sobre las diferentes opciones que la cultura nos brinda, pero se depende de
un lenguaje, de una educación. Somos seres con autonomía, pero esta autonomía se
alimenta de dependencia. Como lo muestra esta frase del texto de Saramago
presentado con anterioridad: “Pero el armario de los esqueletos con defectos óseos,
ese, continúa bien cerrado, y la llave la guarda uno mismo y su copartícipe, si el
patrimonio orzamentario es común a dos” (Saramago, 1997). Allí se puede observar la
autonomía y la dependencia.
Otras de las nociones trabajadas por Morín son: complejidad y completud. Morín (1990)
expresa que el sentido de complejidad nos lleva a comprender que la realidad no es
unidimensional sino multidimensional y que, si bien la búsqueda de la complejidad
aspira a la completud, sabemos que jamás podremos escapar a la incertidumbre, ni
tener un saber acabado, como le ocurre a cada integrante del grupo. Esta búsqueda de
la complejidad requiere contar con ciertos instrumentos, de los cuales, el principal es la
razón; pero no una razón como algo divino sino como condición de ser crítico y
autocrítico.
Así como el paradigma de la simplicidad no nos permitía realizar una completa lectura
del texto debemos decir que, por el contrario, el paradigma de la complejidad nos
proporciona los elementos para analizar esta situación de grupo.
Para concluir su construcción sobre la complejidad, Edgar Morín (1990), propone tres
principios:
Recursividad.
Separa lo que está ligado:
disyunción. Aceptación de las
contradicciones.
Unifica lo diverso: reducción.
Pensamiento complejo: -
Distinción. - Conjunción. -
Implicación.
• ¿Qué lectura realizamos de esta situación grupal, según el paradigma en el cual nos
posicionamos?
Fuente: Picasso, P. (1912). Nature morte à la chaise cannée collage óleo. París, Musée National Picasso.
Figura1: Naturaleza muerta con silla de rejilla. Obra de arte de Pablo Picasso.
El lienzo contiene un trozo de tela encerada que imita la rejilla de una silla,
pegada al lienzo, mientras que, paradójicamente, la propia tela encerada se
convierte en una imitación. (…) En este conjunto de objetos entremezclados
distinguimos una pipa, un periódico (…) una copa, una raja de limón y un
cuchillo. Todo ello halla espacio y lugar en una silla o en una mesita,
representadas por el óvalo mismo del cuadro. La cuerda, que Picasso usa
como marco, simboliza metafóricamente el borde de la mesa. Los colores
dominantes son los acostumbrados marrones y grises, sólo interrumpidos
por el amarillo naturalista del limón. (Olmos, s.f.,
https://www.slobidka.com/pablo-picasso/125-picasso-naturaleza-muerta-con-
silla-de-rejilla.html)
La obra ´Naturaleza muerta con silla de rejilla´ de Picasso anuncia, según los críticos, el
final del estilo que se conoce como cubismo analítico y los primeros pasos en la etapa
sintética.
¿Qué podemos pensar sobre esta obra, en relación con lo que trabajamos? Como se
mencionó, los principios del paradigma de la simplicidad son la disyunción y la
reducción. El primero busca separar lo que está unido y el segundo busca aunar lo que
es diverso. Lo complejo supera esta simplicidad, propone el diálogo entre orden,
desorden, organización para explicar en cada nivel, los fenómenos físicos, biológicos y
humanos. Quizás la primera impresión al observar esta obra es la confusión. Ahora, con
más detalle, la propuesta es que la observen y encuentren los principios que la
gobiernan.
Referencias
Picasso, P. (1912). Nature morte à la chaise cannée collage óleo. París, Musée
National Picasso. Recuperado de https://www.slobidka.com/pablo-picasso/125-picasso-
naturaleza-muerta-con-silla-de-rejilla.html.
Sáenz, L. (29 de marzo de 2015). Thomas Kuhn: "La estructura de las revoluciones
científicas". Recuperado de https://www.milenio.com/opinion/liebano-saenz/lecturas-
esenciales/thomas-kuhn-la-estructura-de-las-revoluciones-cientificas.