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Trazos del destino en el parque

capitulo 1. El encuentro en el parque

"Me pregunto por qué a las personas en situaciones extrañas les invade una sensación de
motivación, un deseo de superarse y cambiar sus rutinas. Y justo en esa fría mañana, a las
cinco en punto, me dispuse a romper con mi monotonía.

La idea más sencilla que se me ocurrió para cambiar algo en mi rutina fue salir a correr todas
las mañanas. En mi primer día, decidí correr durante media hora. Comencé a correr, pero
pronto me di cuenta de que mi estado físico no era tan bueno como pensaba. Miré mi celular
para ver el tiempo que llevaba.

"Solo parsaron diez minutos", me dije sorprendido.

Aunque mi motivación inicial se debilitó un poco, decidí no rendirme. Quería desafiar mis
límites y descubrir hasta dónde podía llegar. Continué corriendo, atravesando calles conocidas
y recordando mi rutina diaria.

El paisaje fue cambiando gradualmente. Los árboles se alzaban a ambos lados de la calle, sus
ramas extendiéndose como abrazos protectores. El aire estaba lleno de un aroma fresco y
revitalizante.

Finalmente, divisé a lo lejos un pequeño parque. Sus puertas de hierro me invitaban a entrar .
Aceleré el paso y llegué al parque. Era un lugar tranquilo y pequeño, con un único banco para
sentarse. Me senté en ese banco, recuperando el aliento.
El parque estaba rodeado de árboles . Los pájaros cantaban suavemente y una brisa suave
acariciaba mi rostro. Me sentí en paz.

Mientras tomaba mi merecido descanso me puse a pensar en que hay personas


increíblemente resistentes que logran correr durante mucho tiempo que incluso llegan a
correr durante horas y yo aquí descansando de aver corrido diez minutos sí que me empecé a
sentir inútil, mientras me iba perdiendo en mis pensamientos pensando si seguiría corriendo
por las mañanas cuando una persona también había entrado al parque lo que me hizo volver
a la realidad y preguntarme quien vendría a este parque a estas horas y con este frío aunque
viéndome a mismo las personas que me llegaran a ver cómo me verían estando aquí sentado
descansando no sería raro ver a un chico sentado de madrugada en un parque vacío, cuando
todas estas cosas pasaban por mi cabeza de pronto la persona que estaba viendo se había
puesto delante mío eso me tomo por sorpresa, pero viendo bien esta persona era una chica
que parecía tener mi misma edad.

"Hola, ¿puedo sentarme a tu lado?", preguntó amablemente.

"Claro", respondí.

"Gracias", dijo la chica, mientras se acomodaba en el banco junto a mí.

Me pregunto si podía sentarse? Es un parque público no creo que alguien tenga derecho a
negar un asiento libre en especial en este parque que era bastante pequeño y solo tenía una
banca aunque lo bueno que es bastante grande como para tres personas.

Pero volviendo al tema de la chica, porque me hablo aunque haya sido por educación o
porque era el único aqui hablar con un extraño me parece algo peligroso y si yo hubiera sido
alguien malo"mmm"

dejándome con esa duda decidí intentar hablarle.


"Vaya frío que hace hoy, ¿verdad?... ja, ja, ja", comenté tímidamente.

"¿Eh?", respondió ella, confundida. " Sí, hace bastante frío",

Aaahh!! En serio no puedo creer que dije eso, no tenía otro tema mejor del que hablarle que
patético me siento, de la vergüenza no quería quedarme así que solo me fui, pero pensar que
sería un poco raro que me saliera corriendo justo en el momento en el que ella se sentó gire
en su dirección y me despedí, ella me miro un tanto sorprendida, pero me respondio

"hasta luego"

Salí corriendo de la verguenza que sentí, porque me despedí? Habre sido muy atrevido?
Mientras me dirigía a mi casa esas preguntas estuvieron en mi cabeza, aunque llegue cansado
no me desagradaba esta sensacion de aver hecho algo de ejercicio aunque solo hayan sido
diez min.

"No se siente tan mal estar a estas horas despierto"

Me pregunto si mañana más podré levantarme a la misma hora y salir a correr.

"Si me la llego a encontrar le preguntaré su nombre".

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