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Nuestro Código Civil en la actualidad, no contiene disposición expresa que enumere los
elementos constitutivos del contrato.
Por lo tanto, se puede determinar con claridad que los únicos elementos esenciales de
los contratos en general, son el objeto y el consentimiento. Cada contrato en particular,
podrá tener otros elementos, aparte de los ya mencionados, que les son también
esenciales, pero que no tendrán mayor significación alguna para las otras clases
contractuales.
El objeto como elemento esencial del vínculo contractual resulta inobjetable, porque no
hay contrato -no puede haber- sin objeto. Los sujetos se relacionan contractualmente a
través de una determinada prestación o de prestaciones recíprocas. El contenido
económico o patrimonial de tales prestaciones es lo que denominamos objeto. Es bueno
recordar, el objeto de los contratos no son las prestaciones sino el contenido de ellas. Si
el contrato resuelve necesidades humanas requiere para ello de un contenido
patrimonial, por eso se explica la definición de contrato, crea, regula y extingue
relaciones jurídicas patrimonial. Se trata de los bienes en general porque solo estos
tienen significación económica. Repetimos: si no hay objeto no hay contrato, de allí que
cuando el objeto perece, el contrato se extingue, pues le falta uno de los elementos
indispensables para su subsistencia.
El consentimiento, según la mejor doctrina debe entenderse como voluntad coincidente
o voluntad concertada, más que como voluntad bilateral. Definitivamente no es
resultado de la voluntad unilateral, por requerirse acuerdo; este acuerdo determina el
consentimiento, es decir, sin acuerdo no hay consentimiento y con el solo
consentimiento el contrato está ya celebrado. En consecuencia, cualquiera fuese el tipo
de contrato que las partes celebren, el consentimiento es indispensable. Por el
consentimiento se reconoce al consensualismo como corriente doctrinaria en materia
contractual opuesta al formalismo; y por la corriente consensualista, se aprecia la
naturaleza consensual del contrato.
ELEMENTOS REALES
OBJETO Y CAUSA
Objeto
El Objeto no es más que los bienes o servicios que son contemplados en el intercambio
que ocurre en todo contrato.
El objeto inmediato del contrato puede ser la obligación motivo por el cual se crea el
Contrato.
Por lo general esta obligación tiene por objeto hacer algo o dar algo, debido a que son
cosas o servicios los que se hacen o se dan, son estas cosas o servicios los que
comúnmente conocemos como el objeto del contrato, aunque también podemos
encontrar lo contrario como el dejar de hacer algo o el no dar algo.
Los requisitos que deberá reunir un objeto de contrato son:
El objeto ha de ser real o posible; es decir que cuando se celebre el contrato
exista o pueda llegar a existir.
El objeto ha de ser sea lícito; es decir no contrario a la ley.
El objeto ha de ser determinado; es decir que no pueda confundirse con otros
de su especie.
Causa
La causa no es más que el motivo o fin del contrato, es el hecho que explica y justifica
la creación de las obligaciones y derechos de las partes.
En ciertos contratos, como los de compraventa, la causa es la promesa de ambas Partes
de dar una cosa a cambio de la otra.
ELEMENTOS PERSONALES
CAPACIDAD Y CONSENTIMIENTO DE LOS CONTRATANTES
Capacidad
Es necesario que cada parte que entre en un acuerdo, tenga los derechos sobre dichos
acuerdos pactados.
Es decir, cada parte participante debe ser legalmente válida para reclamar los derechos
que se pacten y para cumplir con las obligaciones establecidas en el Contrato.
Estos derechos son comúnmente conocidos como Capacidad, la cual puede clasificarse
en Capacidad de Goce y Capacidad de Ejercicio.
Capacidad de Goce: la Capacidad de Goce es básicamente el derecho de propiedad
sobre algo.
Capacidad de Ejercicio: La Capacidad de Ejercicio es básicamente el derecho que se
tiene para realizar todos o ciertos actos jurídicos.
Por ejemplo, un menor de edad puede tener la Capacidad de Goce de una residencia de
la cual es propietario ya que la ha heredado, pero no tener la Capacidad de Ejercicio ya
que por ser menor de edad no podrá contraer un Contrato de Compra Venta de Vivienda
o un Contrato de Arrendamiento de la residencia hasta que cumpla con su mayoría de
edad, la falta de capacidad de ejercicio en algunos casos puede hacer que el contrato
pierda su validez legal.
Por lo tanto, al momento de redactar un Contrato es importante que las partes tengan la
Capacidad Jurídica para celebrar dicho contrato con todos los derechos y obligaciones
que en dicho contrato se acuerden.
Es fundamental entonces que en el Contrato se cumpla con el elemento de Capacidad.
Consentimiento
El Consentimiento es otro de los elementos del contrato de tipo fundamental, este
elemento no es más que una manifestación libre, voluntaria y consiente en la que el
titular revela o expresa de forma indiscutible su voluntad de aceptar un acuerdo.
El Consentimiento puede ser anulado o no valedero cuando es producto de la
intimidación, el fraude, la violencia, o la equivocación.
Por intimidación – Ya que produce una coacción en el ánimo del contratante
intimidado. Hay intimidación cuando se inspira temor racional y fundado de
sufrir un mal inminente en personas o bienes.
Por dolo (Fraude) – Cuando con palabras o maquinaciones se incita a celebrar el
contrato que sin ellas no se hubiese hecho. Una de las partes actúa con ánimo de
engañar a la otra.
Por violencia – Ya que representa la ausencia absoluta de voluntad.
Por equivocación – Ya que el error supone una discrepancia entre la voluntad
interna (Consentimiento) y la voluntad declarada.
ELEMENTOS FORMALES
Forma
Es cuando se exige una determinada forma de celebrar el contrato (escrita, firma ante un
notario, ante testigos, etc.), aunque esta forma pueda variar según el tipo de contrato.
La forma la encontramos en el contrato como parte natural del mismo, ya que las partes
han de procurarse un medio que posibilite que la otra parte y el resto de la sociedad
conozcan las voluntades pactadas.
En la práctica entendemos por forma cuando es la ley aplicable de cada país exige a las
Partes que su declaración de voluntad (contrato) se realice de una manera en específico.
Por ejemplo, algunas regulaciones requieren que el Contrato de Trabajo sea apostillado
ante el Ministerio de Trabajo, digamos por ejemplo que tenemos un documento firmado
(contrato de trabajo) por las Partes con todos los elementos personales y reales, pero sin
el apostillado del Ministerio de Trabajo pues dicho documento no será un contrato y no
tendrá validez ante la ley ya que carece de la Forma exigida de estar apostillado ante el
Ministerio de Trabajo.
1. Acuerdo de voluntades
Esta libertad supone la facultad reconocida legalmente a las partes para, de común
acuerdo, determinar los términos del contrato que han convenido celebrar. En realidad,
considera MESSINEO que la libertad de configuración interna se refiere sólo a los
contratos, típicos en los cuales la finalidad digna de tutela jurídica está garantizada por
el hecho de ser tales contratos obra del legislador, ya que, tratándose de contratos
atípicos, en los que no existe esta garantía, quedará sin explicación que no se haya
puesto a la libertad de configuración interna el límite de la citada finalidad.
Si bien es cierto que en los contratos atípicos no existe el control legislativo, debe
tenerse presente que todo contrato está sujeto a la limitación establecida por la ley y las
buenas costumbres.
El Art. 168 del Código Civil establece que el acto jurídico debe ser interpretado de
acuerdo a lo que se haya expresado en él y según el principio de la buena fe.
VIDAL, basándose en dicho artículo dice que el Código ha definido una posición en el
sentido de que la relación entre la voluntad y su manifestación se rigen por lo declarado,
Sin que la referencia al principio de la buena fe atenúe el criterio objetivista.
En el área contractual, el artículo 1361 del Código civil dispone que los contratos son
obligatorios en cuanto se halla expresado en ellos. Se presume que la declaración
expresada en el contrato responde a la voluntad común de las partes y quien niegue esta
coincidencia debe probarla.
Según ARIAS SCHREIHER, el Código Civil ha adoptado una fórmula distinta a las
clásicas que consiste en que si bien su punto de partida está en la teoría de la
declaración, puede llegar mediante demostración contraria, a la de la voluntad y la
figura, en realidad se invierte”.
2. Pluralidad de sujetos
Presupone la existencia de dos o más partes cuyos intereses son distintos. La relación
obligacional creada por el contrato presupone la existencia de dos o más partes por ello
se afirma que el contrato es un acto jurídico bilateral o plurilateral cuyos intereses son
distintos.
La ley señala que los mayores de 18 años de edad, puedan contratar por si mismos,
mientras que los menores y los incapaces deberán hacerlo a través de sus representantes
legales. En el primer caso serán los padres o tutores del menor, y en el segundo caso
deberá intervenir en su representación un curador.
Por otro lado el Art. 44, establece que son relativamente incapaces.
Por otro lado, la contratación es posible entre ellos, cuando los esposos hayan
establecido un régimen de separación de bienes o tengan bienes propios.
Otras limitaciones las encontramos en el Art. 440 del C.C. que prohíbe a los padres
enajenar o gravar los bienes de los hijos, salvo autorización judicial. Similares
limitaciones contiene el Código con relación al ejercicio de la tutela y curatela (Arts.
572 al 575).
El concepto de parte no es tan fácil de explicar. Algunos la consideran a la del sujeto del
acto, ante la tendencia moderna de prescindir de los sujetos y referirse, más bien, a lo
que se denomina “centro de interés”. En tal sentido, la parte es el “centro” en el cual
recaen los intereses que se buscan satisfacer mediante la celebración del contrato.
Es así que el Art. 1351 en cuanto se refiere a que el contrato resulta del acuerdo de dos o
más partes, debiendo entenderse, que cada una de esas partes está constituida por una o
más personas,
3. Consecuencia Jurídica
Los contratos son acuerdos de voluntades cuyo objeto es crear, modificar, regular o
extinguir actos jurídicos de naturaleza patrimonial