Está en la página 1de 3

ESCUELA SUPERIOR POLITÉCNICA DE

CHIMBORAZO.
FACULTAD RECURSOS NATURALES.
CARRERA TURISMO

SOSTENIBILIDAD AMBIENTAL

➢ Nombre: Juan Villarroel


➢ Nivel: Primero.
➢ Fecha de entrega: 2022/10/28
Tema.
Investigación sobre la Tragedia del Bien Común.

¿Qué es?
La tragedia de los comunes es una teoría publicada en 1968 por Garret Hardin que trata
de demostrarnos cómo todos los bienes comunes (todo aquello que no tiene dueño y que,
por tanto, pertenece a toda la humanidad) siempre se ven perjudicados por el sobreuso
que hacemos de ellos; esta teoría es la base del cambio climático que estamos viviendo
en la actualidad.
La tragedia de los comunes se refiere a la situación en la que un bien común es
sobreexplotado hasta el agotamiento. Para entenderlo, hay que empezar por definir qué
son los comunes: se trata de cualquier recurso al que todas las personas tienen acceso
abierto, gratuito y sin restricciones. Ahora bien, la tragedia de los comunes describe
aquello que ocurre cuando varios individuos, que actúan de forma independiente y por
interés personal, destruyen un recurso común. Esto sucede incluso si a largo plazo no le
beneficia a ninguno. Al perseguir por separado sus propios intereses y buscar maximizar
el uso personal del recurso común, los individuos producen un resultado perjudicial para
todos: el agotamiento del bien (Hardin 1968).

¿Cómo se postula?
Garrett Hardin postulaba en su ensayo un escenario en el cual un gran número de
individuos, motivados por su interés personal, partiendo de conductas independientes y
racionales terminaban agotando y destruyendo un recurso compartido de uso público,
generando una situación desastrosa para la sociedad en su conjunto, llevándola a su
extinción. Él resaltaba la idea de que ninguna de las personas que contribuyeron al
agotamiento del recurso compartido deseaba tal resultado, evidenciado de esa manera el
problema de la falta de regulación eficiente de los bienes de uso común sujetos al
aprovechamiento masivo y sin restricciones. En ese entender podemos definir a la
tragedia de los comunes como una situación donde existe ausencia de incentivos para
evitar la sobreexplotación y el agotamiento de un recurso de propiedad común, ya que, si
un recurso no le pertenece a nadie, ninguna persona toma en cuenta los efectos del uso
del recurso sobre los demás.

Ejemplo:
Los Parques Nacionales son un claro ejemplo de la vigencia de la tragedia de los bienes
comunes. En la actualidad están abiertos a todo el mundo sin restricción alguna, sin
embargo, los parques son limitados en extensión: solamente hay un parque nacional
Yosemite, mientras que la población parece crecer sin límite. Los mismos atractivos que
los visitantes buscan de los parques se desgastan de manera constante. Es evidente que
debemos dejar de considerarlos como bienes comunes o dejarán de tener valor como tales.

¿Qué soluciones se plantean?


Una posible solución que se encuentra es que no podemos dejar todo en manos de la
fuerza coercitiva de la ley, debemos siempre partir de la lógica de que el hombre es un
maximizador de su utilidad y que por ende siempre va a tender a la realización de
actividades que le generen el mayor beneficio, orientar su visión hacia otro tipo de
actividades resulta una buena alternativa, así como también la adopción de regulaciones
eficientes que contemplen este aspecto tan relevante que la ciencia económica nos brinda.
La elección adecuada de los mecanismos existentes para hacer frente al problema de la
tragedia de los comunes es la clave para afrontar eficazmente el problema eligiendo cada
método, ya sea de manera individual o conjunta atendiendo a las características del bien
común cuya sobreexplotación de pretender combatir.

Otra solución que se plantea consiste en aumentar las leyes estatutarias con leyes
administrativas. El resultado es la ley administrativa, que despierta reservas, y con razón,
¿pues Quis custodiet ipsos custodos? (¿Quién vigilará a los vigilantes?). A esto añade el
autor John Adams que deberíamos tener “un gobierno de leyes, no de hombres”. Al tratar
de evaluar la moralidad de los actos en el sistema global, los administradores públicos
están muy expuestos a la corrupción, generando un gobierno de hombres, no de leyes.
En el caso de los Parques Nacionales se plantea sólo una alternativa: venderlos como
propiedad privada o conservar su carácter público, pero restringiendo el derecho de
entrada. La admisión podría basarse en la riqueza, mediante un sistema de subasta
pública; o en el mérito, de acuerdo con ciertas pautas previamente establecidas; o en el
sorteo, o por solicitudes cronológicas, lo cual implicaría colas interminables. Éstas, creo,
son las posibilidades razonables. Todas estas condiciones son objetables, pero debemos
elegir entre la destrucción o la conservación de esos bienes comunes que llamamos
nuestros Parques Nacionales.

Si lo asumimos como un problema real, ¿cuál sería tu solución?


Personalmente creo que, si algo se quiere conservar o proteger, se puede realizar de
manera paulatina, como una socialización, un plan de trabajo gradual, una ejecución en
etapas hasta la finalización del proyecto. En este momento se puede realizar otra
socialización acerca de las leyes que desde ese momento rigen en el nuevo espacio de
conservación. Para lo cual se aplicará leyes de control que permita cumplir con los
objetivos iniciales de conservación. Pienso que el hombre como especie entiende los pro
y los contras de la conservación y es mejor inmiscuirlo en la conservación antes que de
manera brusca intentar apartarlo de un lugar que considero su hogar.

Bibliografía:
Zubiaurr, L. (s.f.). Comentarios al artículo de la “Tragedia de los Comunes” de Garret
Hardin. Recuperado de http://www.derecho.uba.ar/academica/posgrados/2017-ensayo-
sobre-la-tragedia-de-los-comunes.pdf
Hardin, G. (s.f.). La tragedia de los bienes comunes. Recuperado de
https://nocionescomunes.files.wordpress.com/2013/02/2804.pdf

También podría gustarte