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enumera en las páginas 102 y 103 no Civil española, Recuérdalo tú y recuér-


incluya ningún libro de investigación dalo a otros (1979), en esta ocasión
concreta que aplique esas supuestas recupera la voz silenciada del popu-
teorías postsociales para ver cómo la lacho a partir de una ingente canti-
mediación discursiva «reconceptuali- dad de documentos y testimonios de
za» la realidad. la época. De este modo, el hispanista
no rompe con su trayectoria y estilo,
Juan Sisinio Pérez Garzón pues como en otros tantos estudios
Universidad de Castilla-La Mancha –Hablan los trabajadores (1970)–, en
La maldita Guerra de España analiza
el devenir cotidiano del pueblo espa-
Fraser, Ronald, La maldita Guerra ñol en combinación con una coyun-
de España. Historia social de la tura convulsa, representada en este
Guerra de la Independencia, 1808- caso por la Guerra de la Independen-
1814, Barcelona, Crítica, 2006, cia. En definitiva, estos desconocidos
932 págs. son los verdaderos protagonistas de
su obra, gentes anónimas, cuya parti-
El bicentenario de la Guerra de la In- cipación en la contienda es rescatada
dependencia prevé un debate histo- del olvido gracias a una minuciosa la-
riográfico prolífico. Pero Ronald Fra- bor de investigación e interpretación
ser, tras doce años de investigación, inteligente, a mi modo de ver.
se adelanta al aniversario publicando A diferencia de numerosos es-
una obra en la que trata de recons- tudiosos de la Guerra del Francés,
truir la historia social de la contienda cuyos trabajos resultan anodinos y
desde abajo, a partir del recuerdo de monótonos, Fraser, en un acto de re-
las experiencias individuales de las beldía moderada a la vez que necesa-
clases trabajadoras. Este enfoque de ria, cuestiona determinados plantea-
análisis, tradicional en Fraser, disipa mientos de acusada aceptación entre
de inmediato el inicial desconcierto los historiadores, adoptando una
ante la temática tratada, bastante ale- postura relativamente arriesgada, que
jada cronológicamente de su campo tiene como esencia, aunque no única,
de investigación. dilucidar las aspiraciones reales y los
La producción historiográfica del motivos que llevaron al pueblo llano
hispanista se ha centrado básicamen- a sublevarse contra la invasión gala,
te en estudios del siglo XX, período y las consecuencias que ello tuvo en
del que se ha consagrado como uno sus trayectorias personales.
de los mayores especialistas. Sin em- Entre las aportaciones más so-
bargo, a semejanza de su libro, ya bresalientes de la obra, el rechazo de
clásico en la materia sobre la Guerra muchos de los mitos que se crearon

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en torno a la contienda no resulta en pueblos se opusieran abiertamente a


modo alguno baladí. Así pues, con- unirse a la rebelión; hostilidad que
trariamente a las formulaciones tra- destierra otro mito, puesto que desde
dicionales, Fraser cuestiona el origen este nuevo enfoque, el levantamiento
popular y espontáneo de los primeros tampoco fue tan unánime como se ha
alzamientos, afirmando que fueron asegurado históricamente.
inducidos por agrupaciones fernan- En todo caso, pese a estos pun-
distas que utilizaron hábilmente la tuales conatos de sedición social que
deplorable situación económica y la la guerra hizo emerger, la amenaza
incertidumbre política en defensa de exterior representada por los ejérci-
sus intereses; actitud que el hispanis- tos franceses y por la dinastía de los
ta equipara, matizaciones aparte, a la Bonaparte favoreció en última instan-
protagonizada por un amplio sector cia las pretensiones personalistas de
de trabajadores empobrecidos que, al las altas jerarquías españolas. La ac-
igual que sus ricos patronos, utiliza- tiva participación de buena parte de
ron la guerra como elemento de pre- las capas sociales más humildes en
sión para lograr, en su caso, la mejo- las guerrillas ejemplifica dicho cola-
ra de sus salarios. En este sentido, el boracionismo, destacado protagonis-
conflicto bélico, en su vertiente más mo que, como señala reiteradamente
social, propició un ambiente enrare- el hispanista, no supone la exclusión
cido que además de poner en eviden- de otros segmentos sociales (caso de
cia el marcado sentimiento antise- los intelectuales), inversamente a lo
ñorial de la población, hizo emerger señalado en numerosas ocasiones.
toda una serie de reivindicaciones, de Como no podía ser de otra forma,
carácter socio-laboral básicamente, Fraser dedica gran atención al estu-
consecuencia del agravamiento de las dio de la guerrilla, entendida como
desigualdades ya existentes pero que la principal respuesta popular frente
la contienda agudizó. a la invasión, analizando su origen,
Ante tales circunstancias no re- su estrategia de acción, así como la
sulta extraño por tanto que, a excep- procedencia social de sus miembros,
ción de determinadas zonas donde entre otros muchos aspectos, desta-
fueron las clases trabajadoras las que cando uno que por su trascendencia
tomaron la iniciativa para sublevar- y escaso seguimiento a lo largo de la
se (caso de Cataluña o Galicia), en historia resulta ineludible mencionar.
términos generales, la mayor parte Nos referimos al estudio que hace de
de los españoles se mostraron indi- la mujer como parte activa y desta-
ferentes ante la invasión, al menos cada de la lucha contra los franceses
en los primeros momentos, de ahí y, por tanto, como miembro de la
que iniciada la insurrección, muchos guerrilla, pero también como bastión

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esencial de oposición desde la reta- explica que parte del clero se negase a
guardia; de ahí que su supeditación predicar desde los púlpitos una gue-
temática resulte injustificable para el rra religiosa. Al igual que gran parte
autor. del pueblo llano, el clero, aunque no
Los problemas de la guerrilla o del en su totalidad, se mostró insensible
ejército invisible, como lo denomina y cauteloso ante los acontecimientos
Fraser, no cesaron a lo largo del con- que se estaban desarrollando, de ahí
flicto. En términos generales, la gue- que pese a los constantes llamamien-
rrilla obtuvo gran simpatía popular, tos emitidos por las diferentes juntas
sin embargo, los excesos cometidos para que cedieran todo aquello que
contra quienes teóricamente eran sus no fuera imprescindible en sus actos
aliados exacerbaron los ánimos de un litúrgicos, su contribución económi-
pueblo doblemente sometido, tanto ca a la causa patriótica fuera escasa,
por sus enemigos como, paradójica- actitud que, siendo condescendiente,
mente, por sus partidarios. En conse- podemos definir como paradójica, ya
cuencia, y en contra de lo pensado, las que, al menos en términos teóricos,
voces discrepantes de los españoles una de las razones que se esgrimía
fueron cada vez más destacadas; sen- como detonante del conflicto era la
timiento antiguerrillero que facilitó protección del catolicismo. En todo
sobremanera la capacidad ofensiva de caso, esta no fue más que una de las
la contrainsurgencia francesa, cues- numerosas paradojas propias de la
tión que Ronald Fraser, perseverando Guerra de la Independencia.
en su labor de acabar con las leyendas Otro de los temas que se analiza
creadas en torno a la guerra, critica detenidamente en La maldita Guerra
al considerar que la historiografía de España es la creación de las jun-
tradicional la ha infravalorado –la tas provinciales y locales, organismos
contrainsurgencia– erróneamente. cuya escasa sintonía con el pueblo
En segundo término, el autor pa- fue sintomática prácticamente desde
sa a cuestionar la uniformidad del pa- el momento de su formación. Pese
triotismo así como la rápida adhesión a haberse constituido como efecto
de la Iglesia contra la Francia revo- seguido de los disturbios y con el
lucionaria y atea. Para el hispanista, propósito de cubrir el vacío de po-
ambas tesis no son más que falseda- der existente, las juntas no lograron
des heredadas con fines meramente levantar demasiado fervor popular.
políticos. Y es que al igual que el pue- Por el contrario, el alejamiento entre
blo, la Iglesia tampoco adoptó una éstas y el pueblo fue cada vez mayor,
postura colectiva y nacional, especial- irritación popular claramente mate-
mente en los primeros momentos de rializada a través de la convocatoria
la contienda, escisión ideológica que de movilizaciones que clamaban su

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restitución por gobiernos populares, cantidad de fuentes documentales,


tal y como sucedió en Valencia o Ali- sin duda, uno de los más destacados
cante. Huelga decir que el éxito de la logros de la obra. El segundo, la pers-
Junta Suprema, causante de muchos pectiva social desde la que se ha en-
de los males de las anteriores, no fue focado el estudio y a partir de la cual
mucho mayor, puesto que tuvo que ha narrado la historia de la guerra,
hacer también frente a numerosas empleando la voz de quienes, a pesar
adversidades, entre ellas, las finan- de su innegable protagonismo, han
cieras, fatalidades que explicaban los sido abocados repetidamente al os-
exiguos resultados logrados en mate- curantismo histórico; hablamos pues
ria bélica por ésta y su definitiva sus- del pueblo llano, de los obreros, de
titución en 1810. sus mujeres y de todos aquellos cuyas
Aunque Fraser toma como pun- anónimas vidas cimentaron la histo-
to central de estudio los dos prime- ria social de la España que luchó con-
ros años de la contienda, por ser sin tra el invasor francés, pero no sólo
duda los más terribles, el hispanista contra él, al menos en los momentos
hace un seguimiento sistemático de iniciales del levantamiento.
la guerra, si bien la dedicación que
ofrece a los últimos años de ésta no Antonio J. Piqueres Díez
es tan profunda. Dicho contraste, o Universidad de Alicante
trato desigual, pero en ningún caso
marginal, responde a la primacía que
para el Ronald Fraser tiene el prota- Quiroga Fernández de Soto,
gonismo del pueblo en coyunturas Alejandro, Haciendo españoles.
históricas desfavorables y los consi- La nacionalización de las ma-
guientes cambios de la estructura e sas en la dictadura de Primo de
idiosincrasia social. Y es que no he- Rivera (1923-1930), Madrid,
mos de olvidar que fue en los prime- Centro de Estudios Políticos
ros años del conflicto cuando el va- y Constitucionales, 2008, 384
cío de poder facilitó el nacimiento de págs.
nuevos ideales, en lo que al sistema
de poder se refiere. El libro del profesor Quiroga examina
En resumen, nos encontramos los discursos y el programa de adoc-
ante un trabajo modélico, cuya lec- trinamiento nacionalista elaborados
tura, a pesar de su densidad, resulta en España durante la Dictadura de
atractiva y en modo alguno insulsa Primo de Rivera, prestando atención
y repetitiva, a la par que alejada de a las ideas, símbolos y mitos adscri-
tópicos, desmitificación para la cual tos a una nueva religión política se-
el autor ha hecho uso de una ingente cularizada que se fue difundiendo a

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