Churchill borrachín, caprichoso, popular con el pueblo
pero muy impopular con sus iguales. Un hombre corajudo en medio de un mundo de políticos cobardes y pusilánimes que, si bien buscaban una salida negociada al conflicto con Alemania, les pudo al final más el argumento de Churchill de “No se puede negociar con el tigre teniendo la cabeza en su boca”.
Aquí se abre una duda natural que está presente a la hora de abordar la
vida de los grandes personajes históricos en el cine: ¿qué tan acertada es la visión que muestran en la pantalla los actores? Sobre Churchill se han escrito tomos enteros, sobre su vida, sus obras y demás. Sin embargo, no deja de despertar dudas ese punto de vista del autor del libro, el director y por supuesto el actor que protagoniza la cinta.