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El desarrollo tecnológico y las tendencias a la descorporización de soportes y artefactos

llevan a que nuestros intercambios “se basen (…) en la introyección de los dispositivos
técnicos en alguna o varias partes del cuerpo”. En el ámbito musical, encontramos ya
desarrollados una serie de instrumentos, más que prótesis, con aplicaciones cotidianas. No
obstante, este sueño de un algoritmo bio-implantando y extremadamente inteligente que
pueda recomendar la lista de música perfecta en cualquier momento del día, de acuerdo con
los gustos, actividades, estado de ánimo y una serie de otros parámetros de un oyente
particular, no es válido aún, salvo en la ciencia ficción… aunque tal vez lo sea en un futuro
próximo: el oyente spotificado. Raymond Kurzweil, citado por Oliveros— se atreven a especular
sobre este momento histórico futuro, afirmando que la tecnología controlará el desarrollo
biológico del ser humano y que la inteligencia artificial de los poshumanos se expandirá por todo
el universo.

Y ello se debe a que observamos y participamos en la hibridación entre humanos y


computadores: la fusión entre tecnología e inteligencia humana que nos conducirá, como se
conoce en los círculos científicos, a la singularidad tecnológica, acontecimiento histórico que se
predice ocurrirá a fines del siglo XXI y al cual el futuro de la música no es ajeno. En el momento en
que las máquinas se establezcan plenamente y tengan todas las sutilezas de las reacciones
emocionales, no existirá una distinción clara entre estas y los seres humanos (Kurzweil, citado en
Baard 2003). La tendencia actual de la evolución tecnológica, propone caminos futuros, en los que
emerge el ser poshumano con su música (mezcla de humano y máquina), abriendo nuevos
interrogantes que señalan límites y fronteras que cruzar en torno a la estética de la música.

Al respecto es válido plantear las preguntas que realiza Ontiveros: ¿cuál será el lugar de la
tecnología en el ámbito musical al finalizar el siglo XXI? ¿Quién creará e interpretará esta música?
¿Quién la escuchará? ¿Qué papel tendrá el cuerpo en la creación, interpretación y percepción
musical? ¿Cómo funcionará la música y en qué tipo de sociedad?

muchos expertos afirmen que no se puede teorizar ni predecir algo acerca de la singularidad
tecnológica, ya que los cambios que presenciará la humanidad son inimaginables. No obstante,
algunos autores —entre ellos Raymond Kurzweil, citado por Oliveros— se atreven a especular
sobre este momento histórico futuro, afirmando que la tecnología controlará el desarrollo
biológico del ser humano y que la inteligencia artificial de los poshumanos se expandirá por todo
el universo.

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