En el año 1957, fue publicada una obra tan intrigante como
curiosa, titulada “La herrería artística del Buenos Aires
antiguo”. Este libro fue escrito por Vicente Nadal Mora, profesor de dibujo de origen español, recibido en la antigua academia nacional de bellas artes de Buenos Aires, con la idea de caracterizar la evolución de la herrería y el arte decorativo en el antiguo Buenos Aires desde su primera fundación con Pedro de Mendoza en el año 1536, hasta los finales del siglo 19. Esta no es la única gran obra publicada por este prolífico dibujante español, también escribió libros como “El azulejo en el rio de la plata en el siglo 19”, “La arquitectura tradicional de Buenos Aires entre los años 1536 y 1870”, “El arte ornamental americano autóctono”, y demás títulos relacionados al arte colonial y postcolonial en América Latina. Nadal Mora nos relata que junto a Pedro de Mendoza arribaron a Buenos Aires 4 herreros, 2 de origen portugués, 1 de origen español, y 1 de origen inglés. En aquel entonces las tareas de herrería estaban relacionadas únicamente a cuestiones de seguridad civil tales como la fabricación de grilletes, cadenas, cerraduras, rejas, y demás artilugios para calabozos y centros de detención tales como el Cabildo en aquel entonces. Fue con el correr de los años que la herrería comenzó a tomar una forma decorativa, dejando de lado su única función relacionada con la seguridad. De esta manera, los diseños dejaron de tener una estructura meramente vertical con un solo motivo en su centro, para comenzar a desarrollar diversas formas y variaciones en su interior. La llegada de inmigrantes italianos, franceses y alemanes en el siglo 18, junto con el arribo de ciertas corrientes góticas, ayudó a generar una nueva ola de variados diseños que se plasmaban en rejas, cancelas, verjas, barandas, aljibes y faroles de todo el antiguo Buenos Aires, dotando a la ciudad de decoraciones y diseños completamente diferentes con respecto a las demás ciudades de América Latina. A lo largo de todo el libro podemos apreciar ejemplos de la herrería decorativa que encontraba Nadal Mora en las calles de Buenos Aires y que posteriormente ilustraba en sus cuadernos para dejarnos constancia hasta hoy en día de una cara maravillosa del antiguo Buenos Aires que ha sido tristemente olvidada. Sin dudas, es el claro ejemplo de una obra curiosa, intrigante y perdida, que nos invita a redimensionar lo maravilloso de una ciudad por la cual caminamos a diario sin tomar conciencia de su apasionante y escondida historia.