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1° ENCUENTRO DE FORMACIÓN DE GRUPO BICENTENARIO 2023

Plan
Argentina
Productiva
2030 economía y desarrollo
productivo nacional

con
Daniel Schteingart

Jueves 4 de mayo | 19hs


Auditorio de la Universidad de Lomas de Zamora
Uruguay 775, CABA.
Introducción
Como militantes políticos tenemos el deber de formarnos permanentemente para desarrollar
mejor nuestras tareas y así colaborar con la transformación y crecimiento de nuestra Patria.
Por eso, desde Grupo Bicentenario planteamos realizar a lo largo de todo el año encuentros
de formación política sobre aquellos temas y discusiones fundamentales para nuestro país y
que nos permitan, con conocimiento de causa, fortalecer nuestra línea como organización y
que sirvan de fundamento para nuevas ideas y proyectos.
En la primer formación del año, tendremos un encuentro con Daniel Schteingart, quien coor-
dinó el equipo de trabajo del Plan Argentina Productiva 2030 en el Ministerio de Desarrollo
Productivo. Este documento propone en 11 misiones las distintas vías que se encuentran hoy
para potenciar el aparato productivo argentino y resolver los desafíos sociales, tecnológicos,
ambientales y económicos que nos afectan.
Desde el equipo de formación, armamos un breve resumen del documento. De todas mane-
ras, los invitamos a leerlo completo aquí > https://www.argentina.gob.ar/sites/default/files/-
documento_resumen_de_misiones_1.pdf

Argentina productiva 2030


Plan para el Desarrollo Productivo, Industrial y Tecnológico
El Plan para el Desarrollo Productivo, Industrial y Tecnológico busca mejorar el bienestar social y
reducir la pobreza, la informalidad y las desigualdades. Para ello, se necesita un crecimiento eco-
nómico que genere empleos registrados. Por cada 1% de crecimiento en el PBI, el empleo asala-
riado registrado privado aumenta en 0,75%, mientras que la cantidad de empresas crece en
0,5%. Además, por cada 1% de crecimiento en el PBI per cápita, la pobreza disminuye en aproxi-
madamente 0,7 puntos. Para que este crecimiento sea sostenible en términos macroeconómicos
y ambientales, es necesario transformar la estructura productiva y tecnológica del país.
Propone como metas generales a 2030 la reducción de la pobreza a la mitad, la disminución de
la indigencia en un 70%, la baja del desempleo al 5%, la creación de más de 3,5 millones de
puestos de trabajo registrados en el sector privado y de más de 100.000 nuevas empresas, la
disminución de las tres grandes desigualdades que tiene el país (las territoriales, las de ingresos
y las de género) y también la reducción del impacto ambiental de las actividades productivas.
La razón para abordar la planificación productiva en este momento se debe a que el inicio del
gobierno se vio interrumpido por la pandemia de COVID-19, lo que obligó a enfocarse en la
emergencia. Ahora que la pandemia está controlada y la economía ha recuperado lo perdido
en 2020, es el momento adecuado para planificar el futuro productivo a largo plazo. Un plan
productivo permite planificar nuevas actividades y empleos, diseñar una hoja de ruta realis-
ta para generar certidumbre en los actores productivos y delinear incentivos para transfor-
mar la matriz productiva.
La transformación de la estructura productiva y tecnológica requiere formalizar y capacitar a
los trabajadores, adoptar tecnologías más eficientes y amigables con el medio ambiente,
mejorar los sectores productivos y promover nuevas actividades, aumentar la competitivi-
dad a través de la innovación y la exportación, y reducir las desigualdades en el tejido pro-
ductivo, incluyendo las brechas de productividad, género y territoriales. Todo esto es nece-
sario para garantizar un crecimiento económico sostenible a largo plazo.

Objetivos y metodología del Plan


Entre los objetivos generales del Plan están:
• Reducir la pobreza y la indigencia
• Crear más empleos formales
• Incrementar la productividad
• Disminuir la desigualdad de ingresos y territoriales.
• Reducir la informalidad y el desempleo en jóvenes.
• Aumentar la participación femenina en el empleo formal.
• Disminuir el impacto ambiental de las actividades productivas.
Estos objetivos se buscan alcanzar para el período 2022-2030.
La metodología del plan se basa en el enfoque de "Misiones" productivas, popularizado por la
economista Mariana Mazzucato, que busca abordar grandes desafíos económicos, tecnológicos,
sociales y ambientales a través de políticas orientadas por misiones que involucren oportunida-
des para el desarrollo del aparato productivo nacional (también llamado “misiones productivas”).
El plan se basa en la metodología de "Misiones" productivas, que busca resolver desafíos económi-
cos, tecnológicos, sociales y ambientales a través de la definición de 11 misiones productivas: 10
misiones industrializantes y una misión de desarrollo exportador. Cada misión tiene un objetivo
general, proyectos estratégicos, diagnóstico actualizado y metas cuantitativas a 2030. Las misiones
industrializantes tienen metas específicas en variables como empleo, balanza comercial, innovación
tecnológica, género e impacto ambiental. La misión de desarrollo exportador trabaja en el desafío del
incremento de las exportaciones argentinas de manera integrada con las misiones industrializantes.
• Misión 1: Duplicación de exportaciones
• Misión 2: Transición ambiental justa
• Misión 3: Seguridad sanitaria
• Misión 4: Movilidad del futuro
• Misión 5: Industrias para defensa y seguridad
• Misión 6: Alimentos del siglo XXI
• Misión 7: Digitalización
• Misión 8: Minería
• Misión 9: Sectores industriales tradicionales
• Misión 10: Encadenamientos en base al sector primario
• Misión 11: Turismo sostenible
El proceso de elaboración, implementación y monitoreo del plan fue participativo e involucró a acto-
res del mundo productivo, académico, especialistas, funcionarios de organismos, de la sociedad civil
y de las provincias en más de 300 encuentros. El equipo de trabajo fue interdisciplinario y contó con
profesionales provenientes de diversas disciplinas.
En términos generales, para reducir la pobreza, el desempleo, la informalidad laboral, y la
desigualdad, es necesario generar puestos de trabajo de calidad respaldados por un creci-
miento sostenido. Dicho crecimiento va de la mano de divisas para financiar el incremento de
importaciones que conlleva todo proceso de crecimiento. Para lograr este crecimiento es nece-
sario transformar la estructura productiva.
El cambio estructural consiste en la incorporación del conocimiento a las actividades productivas y
del incremento de la productividad a lo largo y a lo ancho del tejido productivo, el cual permite forta-
lecer la competitividad de la economía y, de esta manera, las exportaciones y los proveedores locales.
Ahora bien, vale tener en cuenta que la transformación de la estructura productiva no solo
debe apuntar al desarrollo exportador, sino que requiere también la sustitución eficiente de
algunas importaciones.
Sustituir eficientemente importaciones no solo permite ahorrar divisas (y moderar la eleva-
da propensión a importar cuando la economía crece) y generar puestos de trabajo, sino que
también es en muchos casos necesaria para que las empresas aprendan a producir mejor y
ganen cierta escala para luego salir a exportar.
Argentina se encuentra ante un período bisagra de su historia. Como se ha visto a lo largo de
este documento, existe un gran potencial para poder dejar atrás el estancamiento económico
de largo plazo y volver a iniciar un sendero de crecimiento económico que sea macroeconómica
y ambientalmente sostenible, socialmente inclusivo, y conducente al desarrollo.
El mundo del porvenir, caracterizado por la transición energética, nos ofrecerá oportunidades
variadas para destrabar de una vez la restricción externa al desarrollo, ampliando así las posibi-
lidades de generar un tejido productivo más denso, sofisticado, integrado y con menores bre-
chas territoriales, de ingresos y de género. La transformación de la matriz productiva es un
medio fundamental para tal fin. En las 11 misiones del Plan Argentina Productiva 2030 se anali-
zaron las principales problemáticas y oportunidades para alcanzar el desarrollo productivo,
industrial y tecnológico del país.
Para ello se procuró responder a interrogantes tales como: ¿cómo logramos duplicar nuestras
exportaciones? ¿Qué oportunidades concretas para el desarrollo productivo nos ofrece la tran-
sición hacia la sostenibilidad ambiental? ¿Cómo logramos incrementar las capacidades produc-
tivas ligadas a las industrias de la salud, para así incrementar la seguridad sanitaria de nuestro
país? ¿Cómo encaramos la transición hacia la sostenibilidad de nuestra industria automotriz?
¿Cómo aprovechamos del mejor modo posible el poder de la compra pública para traccionar
industrias de la Defensa y la Seguridad de alto contenido tecnológico? ¿Qué desafíos y qué
oportunidades para el desarrollo productivo podemos materializar si logramos adaptar nues-
tra producción de alimentos a desafíos del siglo XXI tales como el cambio climático, la sosteni-
bilidad ambiental y la alimentación saludable? ¿Cómo profundizamos la digitalización y las
capacidades productivas asociadas a ella? ¿De qué modo podemos desplegar nuestro poten-
cial minero con un estricto cuidado del ambiente? ¿Cómo logramos modernizar aquellos secto-
res industriales más tradicionales? ¿Cómo logramos incrementar los encadenamientos produc-
tivos en torno a los recursos naturales, que serán una palanca del desarrollo en la próxima
década? ¿Cómo maximizamos el enorme potencial turístico de nuestro país?
Para abordar tales interrogantes se estudiaron en profundidad diversos complejos producti-
vos, incluyendo revisión de la bibliografía y de las políticas existentes a nivel internacional y
nacional, uso de bases de datos novedosas y más de 300 encuentros y validaciones con refe-
rentes del sector privado, academia, ONG y del sector público. El resultado de ello son las más
de 500 líneas de acción propuestas para los próximos años, que consideramos necesarias para
poder materializar las más de 200 metas específicas contenidas en el Plan y, lo que es más
relevante aún, las grandes metas generales de Argentina Productiva 2030, que como vimos
incluyen la creación de empleo formal privado y la disminución de la pobreza, la indigencia, la
desocupación, las grandes brechas (de ingresos, territoriales y de género) y la reducción del
impacto ambiental de las actividades productivas.
En definitiva, a pesar de las dificultades que Argentina ha tenido para encarar un modelo de
desarrollo sostenido en el tiempo, estamos seguros de que hay razones para el optimismo. No
solo tenemos la oportunidad para desarrollarnos, sino también propuestas concretas para
lograrlo.

Podemos y debemos ser un gran país.

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