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ENERGÍA SOLAR

TEMA 4. EL ACUMULADOR

ÍNDICE
4.1 Introducción ...........................................................................................................................0
4.2. Acumuladores de plomo-ácido..............................................................................................2
4.3. Acumuladores de níquel-cadmio ...........................................................................................8
4.4. Asociación de baterías...........................................................................................................9
4.5. Referencias bibliográficas....................................................................................................12

4.1 Introducción

Las instalaciones de energía solar fotovoltaica generan electricidad


cuando sus paneles fotovoltaicos reciben la radiación solar. Si no
reciben radiación solar, no generan electricidad. Entonces, ¿qué
ocurre en esos momentos? ¿qué ocurre por la noche? ¿y qué ocurre
en períodos o días del año en los que la energía producida en un
momento determinado no es suficiente para responder a las
necesidades?

Existen muchos momentos en los que la energía que genera una


instalación fotovoltaica no coincide con la demanda que recibe. Esto
puede ocurrir por defecto (no genera suficiente energía) o por
exceso (genera más energía de la que se va a consumir). Por ese
motivo, en algunas instalaciones se diseñan soluciones de
acumulación de energía cuyo mecanismo es muy simple: cuando se
produce un exceso de energía, esta se almacena, y, cuando existe
una necesidad de energía que el generador fotovoltaico no puede
satisfacer, esta se toma del acumulador del sistema.

Los acumuladores que se pueden utilizar hoy en día son muy variados
y dependen del tipo de instalación que diseñemos. Existen, por
ejemplo, acumuladores de agua (instalaciones de bombeo), de
energía cinética, de energía potencial, de energía magnética, de
hidrógeno o de aire comprimido. Sin embargo, la solución más
habitual en las instalaciones fotovoltaicas es el almacenamiento
electroquímico a partir de baterías.

Como se ha comentado, el acumulador más utilizado en aplicaciones


fotovoltaicas es el electroquímico, salvo en el caso de las instalaciones
de bombeo en las que lo que se acumula durante las horas de sol es
agua en un depósito elevado. Normalmente, los usuarios y

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diseñadores de la instalación esperan que este elemento sea capaz


de aceptar la máxima intensidad que suministra el generador
fotovoltaico, tenga un rendimiento elevado y una larga vida útil,
presente bajos parámetros de autodescarga, su instalación y
transporte sean sencillos y su mantenimiento sea mínimo (o, si es
posible, nulo).

Hay muchas opciones de baterías en el mercado, hoy en día, que


satisfagan estos requerimientos (en mayor o menor medida); sin
embargo, son dos las más utilizadas: las baterías de plomo-ácido y las
baterías de níquel-cadmio (Ni-Cd), que tienen unas cualidades
superiores, pero su coste es elevado.

Figura 1. Esquema básico de las diferentes configuraciones de una instalación fotovoltaica en


función de si utilizan acumulador o no. Fuente: Zúñiga, 2017.

Los objetivos de este tema son:


• Introducir el concepto de acumulador de energía en sistemas
fotovoltaicos.
• Conocer las principales características de un acumulador.
• Ser capaz de configurar, de forma básica, un acumulador.

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4.2. Acumuladores de plomo-ácido

Una batería de plomo-ácido se construye, fundamentalmente, por


una placa de dióxido de plomo, que actúa como ánodo; otra de plomo,
que actúa como cátodo; y ácido sulfúrico diluido en agua, que actúa
como electrolito. Su esquema básico se muestra en la Figura 2.

Figura2. Esquema constructivo de un acumulador de plomo-ácido. Fuente: Zúñiga, 2017.

Lo más común es que las baterías que se emplean en este tipo de


instalaciones estén configuradas de dos maneras:

• Conjunto monobloque.
• Agrupación de vasos independientes de 2 V.

En cualquiera de los dos casos, la función que realizan es la misma.


Un conjunto monobloque de 12 V (como los utilizados en los coches
de combustión tradicional) está formado internamente por seis vasos
de 2 V cada uno.

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Según la construcción de la batería y el tipo de electrolito, se pueden


clasificar en cuatro tipos: baterías de electrolito líquido, de gel,
de tecnología AGM (absortion glass mat) y sin plomo. En el siguiente
vídeo, Clasificación de baterías en función de su construcción y
electrolito, se explican cada una de ellas en detalle.

Proceso de carga-descarga

El proceso que desarrolla un acumulador es el de carga-descarga.


Cuando la batería se carga, se está transformando la
energía eléctrica que recibe en energía química que se almacena en
su interior. El sulfato de plomo, en las placas positivas de la batería, se
transforma en peróxido y, en las negativas, en plomo esponjoso, lo
que hace aumentar la densidad del electrolito y la tensión. Cuando la
batería se descarga, se produce el proceso inverso: la
energía química se convierte en energía eléctrica. En este proceso se
crea, en ambas placas, sulfato de plomo, lo que hace que disminuya la
densidad del electrolito y la tensión. Los procesos químicos que se
llevan a cabo en su interior se describen en la Figura 3.

Figura 3. Proceso químico desarrollado en las baterías de plomo-ácido. Fuente: Zúñiga, 2017.

La caída de tensión en la batería es, por tanto, un parámetro clave


para analizar el estado de la carga-descarga de la batería. Al
aumentar la densidad del electrolito cuando se carga la batería,
aumenta la resistencia que ejerce al paso de la corriente y eso, a su
vez, aumenta la carga. Dado que la densidad del electrolito es un

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parámetro conocido (1.30 g/cm3 cuando está 100 % cargada y 1,10


g/cm3 cuando está 100% descargada), su medida es un reflejo fiel del
nivel de carga-descarga.

En el proceso de carga-descarga de una batería se puede producir un


fenómeno conocido como gaseo o gasificación, que puede tener
efectos positivos o negativos. Este efecto se produce porque, cuando
se está terminando de cargar la batería, los materiales activos
disponibles para producir la reacción química comienzan a escasear
(es decir, hay poco plomo y poco ácido sulfúrico disponible). Debido a
esto, la corriente que atraviesa la batería puede hacer que el agua que
forma el electrolito se descomponga en O2 y H2 y estos se liberen en
forma de gas.

Figura 4. Cómo medir en una batería la caída de tensión. Fuente: Zúñiga, 2017.

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Figura 5. Cómo medir en una batería la densidad del electrolito. Fuente: Zúñiga, 2017.

Un gaseo controlado dentro de la batería es beneficioso, porque el


movimiento de las burbujas en su interior favorece la
homogeneización del electrolito y esto evita que se produzca una
estratificación. Por su parte, la estratificación de la batería es un
efecto pernicioso que ocurre cuando, por efecto de la decantación, la
densidad de la batería va aumentando a medida que el líquido se
encuentra ubicado en sentido descendente en ella, lo que provoca
la corrosión de la parte inferior de las placas.

Por otro lado, inicialmente, el efecto negativo de la gasificación es la


pérdida de agua en el electrolito que, además, provoca la corrosión de
la placa positiva de la batería. Esta pérdida de agua constante
requiere que, de forma periódica, se lleve a cabo una reposición del
agua de la batería como parte de su mantenimiento. En caso de no
realizar este mantenimiento, se puede reducir la capacidad de la
batería e incluso dañarla.

También, si el gaseo se mantiene en el tiempo y se hace más intenso,


es posible que se produzca una pérdida de materia activa en las

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placas debido al impacto de las burbujas sobre ellas. Este material


arrancado por las burbujas se irá depositando en el fondo del
acumulador pudiendo generar un cortocircuito y, con él, la propia
destrucción del acumulador.

Otra situación que no es deseable en las baterías es la


de mantenerlas descargadas completamente durante largos períodos
de tiempo (descarga profunda) debido a que esto acelera el proceso
de sulfatación. En este proceso se produce sulfato de plomo, que
cristaliza sobre los terminales y las placas haciendo que el acumulador
pierda (de forma irreversible, en la mayor parte de los casos)
capacidad.

Teniendo en cuenta todo lo anterior, es evidente que es necesario


realizar un correcto y periódico mantenimiento de los acumuladores.

Ubicación de los acumuladores en la instalación

La ubicación de los acumuladores también es un aspecto importante


para tener en cuenta en la instalación. Siempre que sea posible se
colocarán cerca del generador fotovoltaico y se
utilizarán pletinas y terminales de conexión con secciones suficientes
para evitar las pérdidas por caída de la línea y, en caso de terminales
muy pequeños, los puntos calientes.

Por su parte, el recinto debe estar ventilado para evitar la acumulación


de O2 y H2, que se producen en el proceso de gasificación. Por ese
mismo motivo, estará prohibido fumar en las inmediaciones de esta
instalación. Es importante, también, no colocar los acumuladores
directamente en el suelo, sino disponerlos sobre bancadas y, si son
muchos, agruparlos en conjuntos que faciliten su manipulación y
mantenimiento. Las bancadas, en ocasiones, se diseñan con una
cubeta inferior que permite recoger el electrolito en caso de que se
golpee un vaso y se rompa, porque puede producir quemaduras a las
personas o deterioro de otros elementos cercanos.

Parámetros característicos

Los parámetros que definen un acumulador son:

• Capacidad nominal (Cx): representa la cantidad de corriente


eléctrica que es posible obtener de un acumulador en una carga
completa en un tiempo determinado. Se mide en amperios por
hora (Ah) si se calcula para un tiempo determinado. La notación
que se utiliza es una C (mayúscula) seguida de un número que

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define el número de horas de descarga para que la batería


aporte el 100 % de su capacidad nominal (por ejemplo, C10 100
Ah significa que la capacidad del acumulador es de 100 Ah si se
descarga en 10 horas). En aplicaciones fotovoltaicas, las
baterías suelen ser definidas para tiempos largos (C100).

• Profundidad de descarga (PD): es la relación entre la capacidad


que tiene una batería y el total que se ha empleado en la batería
(por ejemplo, si una batería tiene 100 Ah y se ha descargado 50
Ah, el PD es del 50 %).

Figura 6. Ejemplo de gráfico representativo de la descarga de baterías en función del tiempo.


Fuente: Enerton, s.f.

• Nivel de carga (NC): se refiere a la cantidad de energía que


acumula una batería en un instante determinado. En función de
ese parámetro, las baterías de plomo-ácido se clasifican en:
o Descarga superficial: son acumuladores en los que,
normalmente, solo se producen descargas del 15-20 % y,
puntualmente, llevan hasta el 40-50 %. Estas son típicas
de las instalaciones solares fotovoltaicas puras.
o Descarga profunda: se refiere a los acumuladores que,
habitualmente, se descargan hasta el 80 % de su
capacidad. Son típicas de las instalaciones mixtas (que

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apoyan la generación fotovoltaica con un equipo


generador auxiliar de apoyo).

• Ciclos de carga/descarga: define la vida de un acumulador y


depende de la profundidad de las descargas a las que se
somete el acumulador. Cuando las descargas son profundas de
forma continuada, el número de ciclos posibles a lo largo de la
vida de una batería es menor.

• Profundidad de una descarga diaria: es el porcentaje de


descarga de una batería en un día.

• Autodescarga: se refiere a un proceso en el cual las baterías


tienden a descargarse solas, aunque no se estén usando. Se
puede considerar un consumo interno adicional propio de la
batería. Este parámetro influye en el rendimiento del acumulador
y depende de la temperatura ambiente.

• Efectos de la temperatura: la temperatura ambiente afecta


mucho a las baterías. La temperatura idea de una batería es 20
± 5 ᵒC. Temperaturas por debajo de la ideal reducen la densidad
del electrolito y, por tanto, la capacidad de la batería. Cuando
están por encima, acortan su vida útil.

¿Son todas las baterías de 12 V iguales? ¿Puedo utilizar la batería de


12 V de mi vehículo en mi instalación solar fotovoltaica? A esta
pregunta se responde en el siguiente vídeo, ¿Puedo usar la batería de
mi coche en mi instalación fotovoltaica?

4.3. Acumuladores de níquel-cadmio

Las baterías de níquel-cadmio están construidas por una placa


positiva de hidróxido de níquel y una placa negativa de óxido o
hidróxido de cadmio; el electrolito que utiliza es una disolución acuosa
al 20 % de hidróxido de potasio y actúa como mero conductor (por lo
que apenas se deteriora, como ocurre con el de las baterías plomo-
ácido). Cuando la batería se carga, el oxígeno pasa de la placa
negativa a la positiva. Cuando la batería se descarga, el oxígeno pasa
de la placa positiva a la negativa, generando óxido de cadmio.

El electrolito de estas baterías no es peligroso. Además, en ellas no se


produce el proceso de sulfatación ni el de gasificación. Esto es una
ventaja, porque no emite gases corrosivos durante su operación, por
lo que no es necesario ubicarlas en zonas ventiladas especiales.

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Los vasos en estas baterías son de 1.2 V; aunque pueden llegar a 1.3
V cuando la batería está en plena carga o en vacío. La PD suele ser
de 85-90 % sin sufrir ningún deterioro ni envejecer. Su vida útil es
mayor que las de plomo-ácido.

La temperatura ambiental le afecta, pero no tan significativamente


como a las baterías de plomo-ácido. No se deteriora con el hielo ni
cuando tiene falta de agua; se recuperan después del deshielo o
echando agua, respectivamente. Esto hace que el mantenimiento de
estas baterías sea mucho menor (pudiendo espaciarse hasta 10
años).

Las desventajas de estas baterías son:

• Cuando se trabaja con regímenes de descarga lenta, su


capacidad puede ser menor que las de plomo-ácido.

• En ellas se puede producir el efecto memoria, que las puede


inutilizar en poco tiempo. Este efecto se caracteriza por la
reducción de capacidad debido a los procesos de carga cuando
previamente no ha sido 100 % descargada.

• Tienen mayor autodescarga.

• El cadmio es muy contaminante.

• Tienen un elevado precio.

4.4. Asociación de baterías

De igual modo que ocurría con los paneles fotovoltaicos, si nuestra


instalación requiere el uso de un acumulador de mayor capacidad
(medida en amperios/hora) y/o tensiones que las que ofrece un único
bloque, será necesario asociarlas. Para ello, debemos utilizar
acumuladores que tengan características eléctricas iguales (en estos
casos, es mejor que el fabricante y el modelo sean el mismo) y, salvo
sustitución por avería, es importante no mezclar en una misma
instalación batería nuevas y viejas. Los tres tipos de asociaciones que
son posibles de realizar y sus características se detallan a
continuación:

• Conexión en serie: cuando se necesite tener una tensión


superior a la que proporciona una única batería, será necesario
conectar dos o más baterías en serie.

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• Conexión en paralelo: cuando se necesite disponer de una


capacidad superior a la de un único acumulador, se deberán
conectar dos o más baterías en paralelo mediante cargas
cruzadas para facilitar la descarga homogénea de los
acumuladores y evitar el envejecimiento prematuro de la que se
encuentre más cerca de la carga. La recomendación, en este
caso, es que no se conecten en paralelo más de dos
acumuladores, porque si uno se cortocircuita, el resto de los
acumuladores también se cortocircuitará y provocará que se
descarguen completamente, lo que a su vez puede ocasionar un
deterioro irreversible en todos. Cuando se desea obtener
capacidades elevadas, es habitual que se opte por configurar en
serie vasos de 2 V que estén diseñados para la capacidad que
necesite la instalación.
• Conexión mixta: cuando se requiera aumentar la tensión y la
capacidad a la vez, se optará por este tipo de conexión. Para
aumentar la tensión, se colocarán los acumuladores en serie. La
rama que forman estos acumuladores se denomina rama del
sistema de acumulación. Si, a la vez, se desea aumentar la
capacidad, se asocian en paralelo varias ramas del sistema de
acumulación. Las conexiones finales de todo el conjunto de
acumuladores se realizarán, también, de forma cruzada.

Figura 7. Asociación de acumuladores. Conexión en serie. Zúñiga, 2017.

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Figura 8. Asociación de acumuladores. Conexión en paralelo. Zúñiga, 2017.

Figura 9. Asociación de acumuladores. Conexión mixta. Zúñiga, 2017.

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4.5. Referencias bibliográficas

Enerton. (s.f.). Batería Ultracell UCG275-12 275Ah 12V. Recuperado


en 12 de septiembre de 2022
de https://www.enerton.com.ar/producto/bateria-ultracell-ucg275-12-
275ah-12v/

Zúñiga, H. C. (2017). TEMA 1: EL SOL. en forma de ondas


electromagnéticas (es un conglomerado de.
Docplayer. https://docplayer.es/52395258-Tema-1-el-sol-en-forma-de-
ondas-electromagneticas-es-un-conglomerado-de.html

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