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El BDSM es un acrónico y un término paraguas que significa: Mucha gente considera el BDSM deshumanizante, enfermo y
muchas otras palabras que arrastramos de las épocas más
B: Bondage. Restringir la movilidad de alguien (sea nosotres u intensas de “patologización y psiquiatrización” de la sexuali-
otre), ya sea con cuerdas, esposas, grilletes, nuestras manos o dad humana.
pañuelos de seda. Quienes tenemos estas prácticas sabemos que es una forma
hermosa de explorar, sentir, jugar y tener contacto con otres.
D/S: De intercambio de Poder o Dominación/Sumisión, en
donde una de las personas tiene “autoridad, control o poder” Las personas pueden tener relaciones sexuales sin conversa-
sobre la otra persona, dentro de una escena1 y de forma con- ción, negociación o cualquier conexión emocional. Pero en el
sensuada. BDSM, una de las cosas que más intentamos recalcar es la
necesidad del consentimiento, la comunicación clara y activa
S/M: Por último tenemos el sadomasoquismo, que implica dar y el cuidado.
o recibir experiencias corporales de distinta índole. Ya sea
nalgueadas, cera de velas, cosquillas, azotes, ¡entre miles de
posibilidades!
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“Escena” es el término que usamos para referirnos al marco en el que sucede una
actividad/intercambio BDSM.
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Un poco de historia:
De Sade y Sacher-Masoch
Es importante que entendamos la genealogía de las prácticas
sadomasoquistas para poder desentramar cómo es que llega-
mos a la actualidad.
Hay representaciones de las prácticas sadomasoquistas en el
arte griego. El antiguo Kama Sutra (300 A.C.) muestra
nalgueadas eróticas así como tips y trucos para aprender a
morder eróticamente a tu amante, y las referencias europeas
en el arte datan del siglo XV. Pero el BDSM floreció durante el
siglo XVIII, cuando algunos burdeles europeos comenzaron a
especializarse en restricciones, flagelación y otros “castigos”
que las mujeres cis “dominantes”2 aplicaban a hombres cis
“sumisos” voluntariamente.
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Entre les más conocides se encuentra Theresa Berkley, una dominatriz del siglo
XIX que se especializaba en la flagelación erótica e inventó el Caballo Berkley, o
“Chavalet” como ella lo llamaba: un tipo de caballete para nalgueadas.
http://en.wikipedia.org/wiki/Theresa_Berkley
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Primero y principal, casi ninguna de las prácticas que Sade
relata en sus obras literarias son consensuales. Mientras que
la primer regla del BDSM es consensuar las prácticas. Otra En 19054, Sigmund Freud acuñó la palabra Sado-
cuestión que sigue causando estragos es que Sade pasó más masoquismo y concluyó que la misma derivaba de un desa-
de 34 años de su vida privado de libertad, en parte por los rrollo psicológico aberrante producido durante la infancia. Su
crímenes que había cometido sobre otres de forma no con- trabajo asentó las bases para lo que luego iba a ser conside-
sensuada. Aunque hayan pasado siglos desde su publicación, rado como la mirada “médica aceptada”, marcando la pers-
el hombre sigue evocando la misma respuesta en la visión pectiva que se tendría con respecto al tema.
social de las prácticas fetichistas, a las cuales se les sigue Es importante señalar que todas las observaciones fueron
mirando de forma patologizadora y criminalizante. llevadas a cabo fueron hechas sobre sujetxs psiquiatrizadxs y
privadxs de su libertad.
En 1870, Leopold Von Sacher-Masoch, publicó la
novela “La Venus de las Pieles”, sobre la sumisión sexual Recién durante el siglo XX pudimos empezar a ver
masculina. En nuestros días, su celebridad se debe ante todo un cambio con respecto a cómo se representaban muchas de
al escándalo que acompañó la publicación de algunas de sus estas prácticas, en parte debido a la globalización e industria-
novelas (ésta mencionada, en particular), y a ser el apellido lización. Peter Tupper5, autor de A lover’s Pinch: A cultural
Masoch el inspirador de la palabra masoquismo, cuya utiliza- history of sadomasochism, en su disertación sobre los oríge-
ción para definir ciertos comportamientos sexuales aparece nes del sadomasoquismo en la cultura occidental nota 3
por primera vez en Psicopatía sexual (1886), de Krafft-Ebing, grandes períodos que va a llamar: El Fetichismo europeo
quien le otorgó este nombre a la causa de las peculiares (desde 1928), el Fetichismo americano (desde 1934) y el Gay
aficiones de sus personajes. éste último título forence fue Leather (desde 1950).
referencia para médiques y jueces. Ebing introduce en él
términos como sadismo, masoquismo, homosexualidad, etc. Lamentablemente, este es un laaargo tema que
Es importante aclarar que Krafft-Ebing consideraba que la vamos a tener que seguir en otro artículo. Ahora, volvemos:
procreación era el objetivo del deseo sexual y que cualquier
forma de sexo recreacional era una perversión3.
3
“With opportunity for the natural satisfaction of the sexual instinct, every expres-
sion of it that does not correspond with the purpose of nature-i.e., propaga-
tion,-must be regarded as perverse.” Psychopathia Sexualis, 7th ed. translation, pg
4
En el libro Tres ensayos sobre teoría sexual, 1905.
56, 12th ed. translation, pg 79.
5
http://petertupper.com/biography/
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Otra forma de jugar
Hoy en día tenemos más información disponible acerca
del BDSM y las prácticas fetichistas y hemos podido llevar a
cabo múltiples redadas contra la patologización de nuestros
placeres, los cuales han llevado a una “aceptación” más
general por parte de las comunidades occidentales. No sin
habernos hecho derramar sangre, sudor y lágrimas, ha sido
realmente enorme el esfuerzo llevado a cabo (que todavía no
termina) por parte de activistas LGTB y heterosexuales en pos
de liberar nuestras posibilidades eróticas y relacionales.
En los estudios psicológicos y sociales llevados a cabo en la
última década, la gran mayoría ha revelado que no hay dife-
rencias sustanciales entre las personas que practican BDSM y
las que no. Más allá de que no queramos tener prácticas
“vainilla” o consideradas “convencionales”6.
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Nunca abusivo
Tomemos por ejemplo los deportes. Cuando les juga-
dores de fútbol hacen jugadas brillantes, les compañeres de
equipo a menudo les dan una palmada en el trasero, les gol-
pean o golpean sus cascos. Les destinataries aceptan ese
“abuso” con gratitud, como un signo de aprecio y afecto. O
consideremos una caminata por una montaña. Te quemás
con el sol, las espinas lastiman tus piernas. Y para cuando
alcanzás la cima, estás doloride y agotade. Sin embargo, te
sentís eufórique (o eso me dijeron porque ni en pedo te subo
una montaña, prefiero que me nalgueen).
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Los medios se han encargado de distorsionar las prácticas
BDSM, entre ellas representando casi siempre su componente
más relacionado con el dolor (cuando el dolor es una posibili-
dad más dentro del encuadre BDSM, no una constante, ni una
regla). En realidad, la idea de “BDSM=dolor” es un gran mito.
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Después tenemos a les Switches (Switch
en inglés, que significa cambio), que son
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¿Qué es la intimidad?
Una de las cosas más interesantes del BDSM es que
requiere que conozcas y seas conocide mucho más por la
persona con la que vas a jugar, requiere una comunicación
activa, lo más clara posible, requiere negociar, compartir y
expresar cómo nos sentimos. Sin embargo, en nuestra visión
del “sexo” (como situación genital en donde nos encontramos,
nos hacemos acabar tocándonos y no nos vemos nunca más)
el mismo puede existir sin “intimidad”, sin límites y sin comu-
nicación. Que eso suceda en el BDSM es bastante difícil (no
imposible, y no es que no pueda pasar). Muches practicantes
de BDSM concuerdan con que las discusiones previas a una
escena son íntimas, eróticas y que mejoran tanto las relacio-
nes como las escenas mismas. Muchísimas veces, también,
mejorando otros aspectos de sus relaciones.
Las habilidades requeridas para practicar BDSM inclu-
yen confianza, comunicación clara, autoaceptación y acepta-
ción de la otra persona. Esas mismas habilidades mejoran
nuestros vínculos y nuestras prácticas eróticas/sensua-
les/sexuales, sin importar cómo juguemos.
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