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La Pobreza

La pobreza es una situación o una condición social y económica de la


población que no le permite satisfacer sus necesidades básicas, ya sean estas
físicas o psíquicas.
  La alimentación, el acceso a una vivienda, la salud o la educación se
consideran las principales necesidades básicas en todo ser humano. Sin estas
necesidades cubiertas se considera que un ser humano no ha alcanzado un nivel
mínimo en cuanto a calidad de vida. La falta de un empleo o unos ingresos
insuficientes están muy relacionados con la falta de cobertura de las necesidades
básicas, por lo que se consideran indicadores de pobreza.
La pobreza va más allá de la falta de ingresos y recursos para garantizar
unos medios de vida sostenibles. Entre sus manifestaciones se incluyen el hambre
y la malnutrición, el acceso limitado a la educación y a otros servicios básicos, la
discriminación y la exclusión sociales y la falta de participación en la adopción de
decisiones.
Se debe tener en cuenta que pobreza no equivale a pobreza extrema, y
que este último es un tipo que hace referencia al estado más grave que puede
darse de este fenómeno, donde los afectados no pueden cubrir sus necesidades
básicas para vivir (agua potable, saneamiento, techo, entre otros. La Organización
Mundial de la Salud (OMS) define el término de forma contundente: se trata de la
«enfermedad más mortal del planeta». Desde el punto de vista de la OMS, la gran
mayoría de muertes se relacionan con condiciones de pobreza y marginación.

Las últimas estadísticas de la pobreza publicadas por el Grupo Banco Mundial


señalan el cumplimiento del primer Objetivo de Desarrollo del Milenio (ODM),
aunque sigue habiendo un largo camino por recorrer. Estos son los datos actuales:

 El porcentaje de pobreza en el mundo es del 9,6%. Esto significa que


sobreviven con menos de 1,6 € al día.
 El índice de pobreza sigue alcanzando el 35,2% en África subsahariana,
donde se concentra el mayor número de niños pobres del mundo.
 Los países más desiguales de América Latina son: Honduras, Colombia,
Brasil, Guatemala, Panamá y Chile.

Estos datos chocan con la clasificación actual de los países más


desarrollados del mundo, con Noruega, Australia y Suiza a la cabeza. Esta lista se
elabora en base a parámetros como el PIB, el nivel de industrialización, el ingreso
per cápita, la natalidad, la esperanza de vida, etc. La pobreza y desigualdad son
dos conceptos cuyo origen reside en el subdesarrollo del país o zona donde se
genera. Son tres los elementos que se tienen en cuenta a la hora de calificar de
pobre a una comunidad o grupo de personas:

 Educación
 Alimentación
 Salud

La inaccesibilidad a uno, varios o todos los elementos mencionados


anteriormente es la principal causa de la pobreza mundial. Ello lleva a la aparición
de problemas a varios niveles, entre ellos la desnutrición infantil, así como la
expansión de epidemias y enfermedades, especialmente en las áreas rurales. En
todo el mundo, los índices de pobreza en las áreas rurales son del 17,2 %; más
del triple de los mismos índices para las áreas urbanas. El índice de desarrollo
humano para Guatemala, que mide los avances en salud, educación y acceso a
recursos económicos, muestra un deterioro de las condiciones de vida de las
personas es principalmente en su dimensión económica. Esto también se refleja
en otro tipo de mediciones. Entendiendo la pobreza como un fenómeno
multidimensional de privaciones en las capacidades humanas, el índice de
pobreza multidimensional revela que el 67% de la población guatemalteca sufre
carencias que vulneran su bienestar.

Los niveles de pobreza y desigualdad en el país evidencian que el modelo de


desarrollo adoptado no ha sido efectivo para promover el bienestar de la mayoría
de la población. Durante los últimos años, la economía del país ha crecido de
manera moderada y sostenida, a pesar de lo cual la pobreza ha aumentado. Esto
permite decir que el modelo ha dado prioridad a la dimensión económica del
desarrollo, propiciando concentración de la riqueza en unos pocos, al mismo
tiempo que ha debilitado al Estado en su rol de promotor del bienestar de toda la
población. En este sentido, para generar cambios sustantivos es indispensable
adoptar un nuevo paradigma de desarrollo.

El 49.8% de los niños menores de cinco años sufren de desnutrición


crónica, la tasa más alta del continente. La incidencia de pobreza en el país es
de 90.6%, es decir que este porcentaje de personas sufre algún tipo de
privación; el 62.4% vive en pobreza media; el 29.6% en pobreza extrema, y el
3.6% en pobreza severa (INDH, PNUD 2011).  Los departamentos que reportan
el mayor porcentaje de pobreza medida por ingreso, es decir las personas que
viven con US$2 al día para cubrir sus necesidades básicas son: Alta Verapaz
(78.24%), Sololá (77.47%), Totonicapán (73.29%); Quiché (71.85%) y
Suchitepéquez (70.65%) (ENCOVI 2011). La pandemia por el nuevo coronavirus
podría aumentar la pobreza extrema en Guatemala del 19.8 al 21.4 por ciento, lo
que equivale a 300 mil personas más.
Indicadores de la pobreza multidimensional
E-grafía

https://www.un.org/sustainabledevelopment/es/poverty/

http://desarrollohumano.org.gt/estadisticas/estadisticas-pobreza-y
desigualdad/indice-de-pobreza-multidimensional-segun-nivel-de-privaciones-por-
departamento/

http://desarrollohumano.org.gt/blogs/guatemala-3-millones-de-personas-viven-en-
pobreza-extrema/

Conclusión

Para lograr que la población más excluida y marginada mejore sus


condiciones de vida, es necesario definir una estrategia clara, y a largo plazo, para
la lucha contra la pobreza. En la dimensión económica, deben propiciarse las
condiciones para generar más y mejores oportunidades de empleo que permitan a
las personas tener un nivel de vida digno. De manera paralela, es importante
evaluar los logros alcanzados en tema de la política social; es necesaria la
implementación de mejoras inmediatas en la prestación de los servicios públicos
de salud y educación, apuntando no solo a mejorar su cobertura, sino también su
calidad y pertinencia cultural. Debido a la precariedad en la que vive una buena
parte de la población, es importante implementar estrategias de intervención
focalizadas que brinden oportunidades a las nuevas generaciones para superar su
condición de pobreza. El crecimiento económico debe ser inclusivo con el fin de
crear empleos sostenibles y promover la igualdad. La crisis del COVID-19 pone en
riesgo décadas de progreso en la lucha contra la pobreza. 

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