10:18 Cerré un día los ojos frente al sol tenue de la mañana para encontrarme y me encontré con que el sol iluminó mi cabeza, convirtiendo en luz oro mi presencia. Me llevó a un espacio infinito de nubosidad color violeta, donde paso a paso vi mis pies pisando agua cristalina en un rio de aguas vertientes calmas y sin ruido.
Allí no estaba yo, estaba lo que fui en mi niñez, en mi adolescencia y lo que fui después, no había ahora nubosidad, si no un espejo frente a mi mostrándome un cristal anaranjado brillante irradiando destellos de su color, el viento se hizo presente y alzo mi mano para tomarlo, lo vi en mi mano y se disolvió en millones de moléculas que me cubrieron por completo y fue allí donde cerré los ojos y comencé a ver.
Vi que todo esta basado en la palabra necesidad y el universo sopló una brisa que decía "la necesidad te empequeñece, la necesidad te entristece, la necesidad te nubla y se pierden allí los verdaderos significados de las cosas".
Vi que la necesidad de la niñez siempre es la cercanía, la mirada, atención y amor de los padres, necesitarlos allí, en cualquier momento de esa etapa y no encontrarlos te empequeñece hasta guardar en tu propio corazón a un niño interior que necesitó y no tuvo de una u otra manera. La necesidad tenía forma de un bebé en posición fetal que subía y subía sin saber a donde iba a parar.
Vino una brisa de color anaranjado y envolvió a la necesidad y la llevó a su adolescencia para verse convertida en sentimientos de colores que marcaban formas de corazón, se escuchaban risas y sonidos musicales que daban cuenta de una etapa de matices tan diversos que no se pueden enumerar, porque allí está el espacio de muestra de las posibilidades que tomarás o dejarás y que marcarán los primeros caminos que elegirás. Es una etapa que marcará y para muchos ya marcó.
Hasta ahí vi de forma general el significado de etapas que yo misma ya viví y comencé a ver mis propios caminos, vi precisamente aquellos marcados por la necesidad y hasta donde me llevaron…comprendí el llanto vivido y la alegría que lo complementó después, entendí la rabia que iba acompañada del miedo y a la culpa que se agarraba de la pena, miré a la tristeza que llevaba una cola larga de frustración y a la frustración llamando despacito a la pena para que la fuera a ver, porque allí entre todos esos sentimientos unos con otros formaban un circulo de necesidad….y cuando todo eso me envolvió salí del circulo… y lo resignifiqué.
Una luz violeta protectora me envolvió para que pudiera ver mejor y vi… Que necesitar a los padres nos hace permanecer siempre pequeñitos y nuestra necesidad se traspasa a ellos para que luego ellos nos necesiten formando un circulo de necesidad. Oí a una brisa pasar que me dijo "los padres llevan a sus hijos presentes en el alma y si los hijos vienen de los padres ya están conectados, necesitarlos no es necesario, solo basta con cerrar los ojos, mirarlos a los ojos y una luz de energía infinita los conectará formando un lazo de fuerza y protección estén donde estén, en el infinito o en cualquier lugar"
Esa luz formó un destello y pude ver como a partir de haber resignificado la necesidad que traemos desde que nacemos, representada primero en la necesidad hacia nuestros padres hizo crecer todo aquello y que fue transmutando hasta que ahora puedo abrir los ojos y mirar, pensar, reflexionar para encontrar todo aquello que se debe resignificar para sanar.
Resignificar… re significar el significado que le dimos a las cosas, identificando si se lo dimos porque así nos dijeron, porque así aprendimos…o porque así nosotros lo vimos dentro de nosotros mismos, abre una puerta hacia la sanación…y la sanación verdadera no va con un parche, la sanación tiene forma de espejo…y hay que mirarla sin miedo, porque tener miedo también empequeñece… mirarla sin miedo es mirar y ver que ahí está en ti y solo está esperando que la tomes como al cristal anaranjado, te mostrará lo que realmente eres y cuando abras los ojos… verás que puedes ser, porque encontrarás la forma de resignificarte a ti mismo.