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“me pego un tiro con una palabra que alguna vez me fue tan transparente”

O como ¿en el olvido? o eso que pasa cuando ahora no estás, trato de encontrarte, de
escucharte, de que no sea real lo real.
El “silencio” redefinido como “no verte”, el “no verte” cómo no ver lo que mostras, el
“mostrar” cómo eso que trate de ver y que se yo cuantas cosas que suenen lindo a la
lectura.
Pero, al fin y al cabo, sabía que me iba a doler, y que no sabía, aunque ¿me(te)(nos)
dejé(aste)(amos) querer(te)(nos)?
Ayer (u hoy) vino a mi mente una palabra “privilegio” (-sust. “Don o ventaja excepcional y
exclusiva de que disfruta una persona”) y así como a veces hago silencio para buscar palabras,
o hablo rápido para decir cosas que no son las que pienso, la encontré (tarde) adecuada para
describirnos.
El privilegio de encontrarte, de saberte presente, única, presente.
El privilegio de compartir(nos) de experimentar(nos) de que seas, signifiques y nombres y
proyectes.
El privilegio de saberme querido…por quién uno quiere ser querido.
Esa era la palabra que no me salía y llega (tarde) ahora. Y no, no podemos jugar a recrear
mañanas que ya pasaron, despertares que ya fueron noches, pero esa es la palabra, ni “grande”
ni “chico”, ni “dicha” ni ningún “ito”, la palabra es privilegio.
Bueno, vamos a lo otro.
Yo creo que (creo y arriesgo) que nos debemos el conocernos, pensé hoy también sobre usar o
no la palabra “conquista” pero busqué y viene de la familia etimológica de “querer” y del latín
“conquerire” ‘buscar por todas partes, hacer una búsqueda’ así que la elijo, debemos
conocernos, conquerirnos a fín de hallarnos, porque creo que, como esas tormentas de verano,
nos aparecimos, llovimos, soplamos con nuestros vientos, secamos y alejamos.
Creo que podemos construirnos, creo que en los “hoy” y en los “mañanas” podemos
encontrarnos, sostenernos y acompañarnos, ya sin cupones de perdones a futuros,
soltando(nos), chocando(nos) y construyendo(nos) como castillo de naipes o como pirámides o
como la casa de la costa.
Creo, porque hay miles de frases hechas con “certezas” pero no, me niego a usarlas ahora que
quiero contar como estoy y como quiero estar, ya sin frases políticamente correctas.
Creo que escribimos algún título, pero no el relato, que nos dejamos llevar por nuestras
verborragias, que corrimos, tropezamos, caímos, y en vez de levantarnos y seguir, levantamos y
volvimos atrás (pero adelante)
1 palabra por día para llenar páginas del cuaderno que no compramos.
¿Querés?

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