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Universidad Central de Venezuela.

Facultad de Ciencias Económicas y Sociales.

Escuela de Antropología.

Teoría y Métodos II

ETNOGRAFÍA EN EL CIRCUITO JUDICIAL PENAL

DE GUARENAS

Profesora: Yara Altez

Alumnos:

Acosta, María Gabriela

Míguez, Santiago

Pacheco, Luis Fernando


Torres, Juan Carlos

Ciudad Universitaria de Caracas, 25 de Febrero de 2015

ÍNDICE

Introducción...........................................................................................................
Descripción de la escena etnográfica....................................................................
Personajes claves...................................................................................................
Experiencias y otras observaciones de la práctica etnográfica del Circuito
Judicial Penal........................................................................................................
Reflexiones finales................................................................................................
Referencias Bibliográficas.....................................................................................
INTRODUCCIÓN

El Circuito Judicial Penal de Guarenas extensión Barlovento, fue inaugurado el 20 de


diciembre de 2004, con el fin de desarrollar, ampliar y agilizar los procesos de justicia
en el estado Miranda. La entidad funciona en la Zona Industrial Cloris, de Guarenas
Municipio Plaza. La puesta en marcha del Circuito en Guarenas, sirvió para el
descongestionamiento, en su momento, del Circuito Judicial de Los Teques. En
Venezuela, los tribunales penales están agrupados en “Circuitos Judiciales Penales”, que
funcionan en cada región del país, denominadas “Circunscripciones judiciales”. En la
circunscripción judicial del estado Miranda, funciona el Circuito Judicial Penal, el cual
cubre siete municipios de la región (Zamora, Ambrosio Plaza, Acevedo, Brión, Buroz,
Páez y Pedro Gual.). El Circuito Judicial Penal, conforme al artículo No.504 del Código
Orgánico Procesal Penal, es unas organizaciones jurisdiccionales y administrativas
integradas por los jueces penales que tienen competencia en todo el territorio del estado
o en uno o más municipios del mismo. Cada circuito está conformado por una Corte de
Apelaciones, la cual estará conformada a su vez por, al menos, una sala de tres jueces y
un Tribunal de primera instancia integrado por jueces que ejercerán las funciones de
control, de juicio, de ejecución y sentencia.

Iniciamos nuestro trabajo de campo a las afueras de la institución el jueves 08 de enero


a las 3 de la tarde. Estuvimos cuatro semanas asistiendo periódicamente y cada semana
visitamos el lugar al menos cuatro veces (incluso los fines de semana). En un principio
tan sólo observamos el recinto y sus alrededores, para de esta manera tener una
perspectiva de la realidad que allí se desarrolla. Posteriormente fuimos aproximándonos
a los visitantes y trabajadores de la zona y nos compenetramos un poco más con el sitio
y su red de significaciones. Al inicio de nuestro trabajo nos costaba un poco el
acercamiento con los familiares, una de las principales razones era que,
emocionalmente, muchos se veían muy perturbados y era un poco lerdo preguntar algo
en situaciones tan llenas de tristeza y desolación. Gracias a la observación, aprendimos
a encontrarr el momento propicio para relacionarnos con los familiares, y fue así como
abordamos a la Señora Mary Carmen Martínez y Ámbar Torres, madre y abuela de dos
detenidos, respectivamente, que recientemente habían cumplido la mayoría de edad.
Estas personas se mostraron muy abiertas con nuestras preguntas y sus respuestas
estaban llenas de mucha emotividad y rechazo al sistema judicial. Posteriormente
abordamos a los vendedores de la zona, trabajadores de fábricas, vecinos, policías y
fiscales. La mayoría de las veces que acudimos al sitio fue en horas de la tarde, casi
siempre 3pm, sin embargo, en dos oportunidades, también se concurrió a las 7am. En la
visita matinal, se evidenciaron dinámicas muy distintas a la de la tarde, ya que se
organizaba por orden de llegada una fila de personas que iban a presentarse ante el
tribunal. La mayoría de los familiares empiezan a llegar al sitio a las 8:30 am, la gran
mayoría trae consigo el alimento y bebidas que serán consumidas en la larga jornada de
espera.

Al inicio de nuestro estudio fuimos víctimas de múltiples rechazos por parte de las
personas del lugar, quizá a esto se le sumaba el hecho de nuestra inexperiencia en el
área y al ambiente hostil que muchas veces allí se vive. A medida que la investigación
se desarrollaba, las personas notaron nuestra asiduidad y paulatinamente se fueron
sintiendo más cómodos a la presencia del grupo de investigación y se interesaban en
nosotros mucho más, éramos tomados en cuenta. Las personas nos colaboraban con
respuestas muy sinceras e incluso muchas veces llenas de jocosidad. Realizar este
trabajo nos ha permitido vislumbrar lo que significa la realidad del otro, el tratar de
comprender las reglas de juego que conforman su visión de mundo.
Godelier, (2008) afirma. ”Cualquier antropólogo, a menos que sea un poco obtuso o
demasiado narcisista, debe saber que su trabajo exige un descentramiento permanente
en relación consigo mismo. Si no, no es antropólogo; es, en el mejor de los casos,
periodista.” (). Evidenciamos, de esta manera, lo imperante que es para el antropólogo
el descentramiento permanente en relación consigo mismo. Ese distanciamiento de uno
mismo es uno de los requisitos indispensables en el trabajo de campo. De alguna
manera significa dejar el capuchón de preconcepciones y estar allí como receptor de la
realidad sin intentar procesarla por nuestro tamiz de creencias. Es el rol más preciado
del antropólogo, ser una suerte de traductor e intérprete de realidades.
DESCRIPCIÓN DE LA ESCENA ETNOGRÁFICA

El Circuito Judicial Penal de Guarenas (al cual nos referiremos a partir de ahora con sus
siglas CJPG) es una extensión de la institución homóloga de Barlovento. Se encuentra
ubicado en el sector Cloris, del Municipio Plaza, de la ciudad de Guarenas, Edo.
Miranda. En sus proximidades hay tres urbanizaciones: Los Girasoles, Ciudad Casarapa
y la más inmediata de todas: Terrazas del Este. Al sitio lo circundan fábricas, casas
rurales, una obra inconclusa de la Universidad del Talento Deportivo, una cauchera, un
local de comida y una caseta. Dicha institución, en la acera que le es adyacente, yace un
árbol muy grande (creemos que es un Samán), el cual permite que las personas se
sienten en sus raíces y puedan franquear las tardes de larga espera y sol inclemente a su
sombra. El sitio está muy sucio: botellas vacías y demás desperdicios forman parte del
panorama. Cerca del lugar hay una calle muy particular donde venden comida rápida en
kioscos, conocida comúnmente como “calle del hambre”. Los locales de esa calle
trabajan en su mayoría después de las 6 de la tarde, sin embargo hay unos pocos donde
venden, además de la comida rápida, hortalizas y frutas, por lo cual su apertura a los
clientes es mucho más temprana.

El CJPG tiene un estacionamiento en la parte posterior noreste de la edificación, donde


se resguardan los automóviles de quienes allí laboran. Se observaron muchas
camionetas ostentosas y ninguno de los automóviles estaba en mal estado pues en su
mayoría eran de modelos recientes en el mercado. El estacionamiento noroeste es el
sitio en el cual los policías concluyen el traslado con los reclusos, es allí donde son
recibidos por los alguaciles y demás personal encargado en su procesamiento judicial.
Gran parte del edificio se encuentra rodeado de rejas, y la mayoría de las personas
deben esperar fuera del lugar. Son pocos los que suben las escaleras que dan a la entrada
principal donde está siempre un guardia justo al lado de la recepcionista. Ellos,
recepcionista y guardia, son quienes se encargan de indicar el status legal de ciertas
personas y asesorar en casos muy específicos sobre cualquier duda a los familiares.
En la parte Sur del edificio existen fábricas y vendedores de comercio informal. Hay un
complejo donde se puede evidenciar que gracias a dicha institución, se conjugó una
suerte de comercio circundante, en otras palabras, el CJPG creó necesidades entre los
empleados y quienes lo visitan continuamente, y como consecuencia, personas
emprendedoras captaron dicha insuficiencia y le dieron respuesta. Muy cerca de la
institución, hay un gran local de dos pisos donde se encuentra una cauchera, tres locales
de comida y un centro de copiado rudimentario. Cercano al lugar, diágonal al circuito,
está establecido el puesto de trabajo de la señora Luz Marina, quien vende suculentas
empanadas en el sitio desde las 7am a 12 del mediodía. Además del puesto de teléfonos,
venta de golosinas, agua y refresco del señor Henri.
Durante la semana, hay una gran afluencia de personas a las afueras del recinto y dentro
del mismo. Las personas llegan en horas muy tempranas, antes de las 7 de la mañana, y
permanecen allí de 10 a 12 horas a la espera de alguna novedad en cuanto el proceso
legal de su familiar. Al frente del lugar hay una gran afluencia de vehículos de
transporte público de las urbanizaciones cercanas, así como vehículos particulares de los
residentes e incluso taxis. El ambiente es muy afanado, los familiares que están a la
espera del confinado, muchas veces son una especie de montaña rusa de sentimientos.
Hay escenas de ira, resentimiento, resignación y melancolía que se dinamizan a lo largo
del día. También existe la ansiedad y muchas otras veces sale a relucir la jocosidad en el
ambiente. Además de los familiares directos de los detenidos, conocidos y amigos de
los reclusos. Los familiares suelen tener tertulias constantes sobre diversísimos temas,
sin embargo, siempre hay una temática principal que ocupa los diálogos de cada actor:
el problema jurídico y penal. Muchas otras veces también se conversa acerca de la
situación política del país y sus temas derivados: escasez, inseguridad, las colas en los
supermercados, etc.
PERSONAJES CLAVE

En la escena existe gran variedad de personalidades que ejercen funciones diferentes y


poseen visiones muy particulares respecto al Circuito Judicial Penal y los hechos que
allí se desarrollan. Por lo cual hemos querido dividir a los personajes en tres bloques
diferentes: Funcionarios del CJPG, Familiares de los acusados de cometer delitos, y
Trabajadores de los alrededores.

Funcionarios del Circuito Judicial Penal:

Dra. Jackeline Román


50 años de edad, piel trigueña, de contextura robusta y alrededor de 1.60 mts. Abogada,
Doctora en Ciencias Jurídicas. Ejerce como Defensora Pública en el CJPG. Fue nuestra
primera informante, se expresa de forma muy ansiosa. Sumida en muchos prejuicios,
suele criticar a los familiares de los reclusos por sus actitudes al momento de ver a sus
allegados llegar al recinto jurídico. Sin embargo, es una persona bastante jovial y
animosa, fue muy accesible para nosotros y nos dio información bastante muy sobre las
dinámicas del lugar.

Carlos Hans
31 años de edad, de piel morena, contextura delgada. Mide aproximadamente 1.75
metros. Abogado, especializado en criminalística. Ejerce como Defensor Público en el
CJPG, muy serio, amable y de argumentos muy concretos. Todas las palabras que decía
iban encaminadas a hacerse entender a la perfección y de forma muy sencilla. Tenía una
percepción libre de prejuicios con respecto a los enjuiciados y sus familiares. Mencionó
que el trabajo de un Defensor Público no es sencillo, que debe estar acompañado de
mucha responsabilidad y ética.

Joel López
45 años de edad, de piel negra, robusto y cercano al metro noventa de altura. Muy serio,
pero también muy dado hacia nosotros. Guardia de la entrada vehicular del CJPG. Un
hombre bastante melancólico ante la situación de los familiares de los presos que asisten
al Circuito a declarar o a ser juzgados. Con muchos prejuicios en lo que concierne a la
actitud de los familiares ante la llegada de los privados de libertad, la cual muchas veces
resulta conmovedora, ya que las emociones de los familiares se desbordan y muchas
veces las malas palabras resonan por el lugar. Sin embargo, el señor López es también
muy crítico frente su comportamiento, debido a intentos de los familiares para traspasar
sustancias y armas a los presos. Lleva 12 años de servicio dentro del Circuito.

Carlos Contreras
36 años de edad, de piel trigueña robusto y de 1,70m de estatura. Más animado que Joel,
es el segundo guardia de la puerta principal del estacionamiento, lleva nueve años de
servicio. Su criterio acerca de los familiares es muy parecido al de Joel, pero a
diferencia de éste, siente cierto desprecio hacia los familiares. Entiende su dolor, pero le
molestan mucho sus actitudes pues considera que incentivan el desorden fuera del
CJPG. Así como son proclives a realizar acciones que puedan alterar el orden dentro del
recinto.

Familiares de los Presos

Maricarmen Martínez
33 años de edad, estatura mediana, morena, fue la primera persona con la cual tuvimos
contacto. Se notaba algo cansada para su edad, lo que nos hizo pensar que tal vez era
mayor de lo que nos dijo. Tenía el cabello recogido, se expresaba con un lenguaje
coloquial que denotaba mucho resentimiento, frustración, molestia y ansiedad con
respecto al CJPG y a los funcionarios del mismo.

Ámbar Torres
50 años, piel trigueña, contextura robusta y de altura 1,65m. Su manera de hablar era de
mucho carácter, demostraba disgusto e ira. Mencionó con mucha impotencia su deseo
de destruir el lugar.

Trabajadores de los Alrededores

Luz Marina Seijas


Señora encargada de la producción y venta de empanadas en los alrededores del
circuito, alrededor de 40 años, morena, delgada, con el cabello corto y un mechón de
color rosa. Muy trabajadora, muy respetuosa, maneja el lenguaje de forma muy
suspicaz, lo que nos hizo ver que era una colaboradora muy astuta. Era muy atenta con
todos sus clientes y nos informó que muchas veces quienes allí comen, se desahogan
con ella. Es una persona que sabe escuchar a los demás e intenta comprenderlos. Se
mostró muy entusiasmada con nuestro trabajo y el hecho de que ella formase parte.

Henry Monfils
Señor de alta estatura, aproximadamente 1,87m, de origen haitiano y con marcado
acento francés, sus 52 años de edad eran muy disimulados, se notaba más joven. Tiene
20 años en Venezuela y considera el país como su hogar.
Es muy atento con su puesto de trabajo y sus clientes, se notaba caritativo y generoso,
reconocido por él mismo y por sus comerciantes vecinos como alguien totalmente
loable y honesto. Siempre que nos veía cerca del lugar, nos saludaba muy efusivamente,
al parecer le generamos mucha empatía.

José Villamizar
55 años de edad y 18 años de empleado como Guardia de Seguridad en una fábrica
textil al frente del CJPG. Su personalidad es muy tranquila. Ve con alegría que ese
Circuito fuese construido allí, puesto que le ha brindado mucha más seguridad al lugar,
y a sus trabajadores. En cuanto a sus impresiones sobre las dinámicas del lugar, expresa
con suma naturalidad todo lo que ocurre. Desde un ajuste de cuentas hasta un altercado
entre guardias y familiares de convictos.

Oscar Valero
Chofer del transporte público que transita diariamente por el CJPG, su autobús trabaja
en la ruta Terrazas del Este-Samán. Él es de un carisma agradable, sonriente, con una
manera de expresarse muy coloquial y precavida al mismo tiempo, tal vez por la
presencia femenina a la hora de la entrevista.

Carlos Romero
Otro chofer, perteneciente también de la línea de transporte Terrazas del Este-Samán. Es
conocido por sus amistades cercanas como “Pollo Ronco”, señor moreno de
aproximadamente unos 51 años de edad, algo fornido y acelerado a la hora de
expresarse, utilizaba términos muy coloquiales y groseros en oportunidades cuando
hablaba.
CONOCIENDO LAS REALIDADES, ENTREVISTAS A FAMILIARES,
FUNCIONARIOS Y TRABAJADORES DE LOS ALREDEDORES DEL
CIRCUITO JUDICIAL PENAL DE GUARENAS

En nuestra labor etnográfica hemos utilizado el recurso de las entrevistas, para


aproximarnos a los actores que conforman nuestra investigación y poder recolectar la
información necesaria para nuestro estudio. A continuación, las entrevistas realizadas en
las inmediaciones del CJPG:

Nombre del investigador/a:

Santiago Míguez

Nombre del entrevistado/a:

Luz Marina Seijas

Edad del entrevistado/a:

40 años

Lugar de la entrevista:

Sector Industrial Cloris, puesto de empanadas ubicado al frente del Circuito Judicial
Penal

Fecha de realización:

14 de enero de 2015

Horario: desde 11am hasta las 11:25am

Después de terminar de hablar con Mari Carmen cruzamos la calle y nos


encontramos en la acera que mira hacia la entrada del Circuito Judicial Penal, la parte
Sur del lugar, para decidir quién sería nuestro próximo entrevistado. Después de un par
de minutos mirando alrededor, se propuso hablar con la señora que hace las empanadas,
la cual está situada al principio de la cuadra, rodeada de gente, bajo unos kioscos de
latón artesanales, los cuales conforman su zona de trabajo.
Al acercaros, no nos imaginábamos la cantidad de información y recuerdos que
guardaba Luz Marina, y que esos recuerdos habían sido concebidos bajo ese techito de
latón al calor de una empanada y una malta, y de la compañía y comprensión de Luz
Marina. Sin trepidar, empezamos a acercarnos. El integrante encargado de llevar a cabo
la tertulia era yo. Con cortesía interrumpí sus labores, solicitándole el permiso de ser
entrevistada para un trabajo de investigación universitario, se encontraba sentada
preparando empanadas y hablando con una de sus compañeras de trabajo. Luz Marina
aceptó encantada.
Nos invitó a sentarnos en su mesa donde se sientan todos sus clientes y amigos. No
pude evitar el fijarme en su ánimo ante la entrevista. Y observé en ese instante que le
gusta mucho hablar y que esta entrevista sería bastante amena y productiva. Sin demorar
mucho comenzamos:
Santiago Míguez: ¿Cuánto tiempo ha estado trabajando en este puesto de empanadas
frente al Circuito Judicial Penal?
Luz Marina: Llevo más de doce años trabajando en este lugar, y llevo menos tiempo
que la comadre de las chucherías (la señora del puesto aledaño). A diferencia de ella yo
empecé a trabajar aquí cuando el Circuito Judicial Penal llevaba unos meses de haber
iniciado funciones.
SM: Sé que es una pregunta bastante amplia, pero ¿Cuáles han sido los eventos más
significativos que ha vivido trabajando aquí, lo que más le haya marcado?
LM: ¡Aquí he visto y vivido de todo! –Hablando en un tono de voz muy jocoso-
sucesos muy impactantes y que te tocan en la humanidad. Personas que vienen a
desahogarse conmigo, cosa que es de esperarse, vienen a comer y estallan, eran
personas -en su mayoría mujeres- que venían con sus hijos que a visitar o a defender a
un integrante de su grupo familiar que antes les había maltratado física e inclusive
sexualmente. Venían llorando, tristes y molestas por haber sido maltratadas y por haber
sido alejadas de su pareja. O el caso de las madres que le llevaban un hijo de diez años a
la cárcel, y lo único que podía hacer era desesperarse, esos son casos muy fuertes, a esas
mujeres les dan ataques de nervios, se lanzan al suelo, gritan, pierden los estribos mijo.
Dios los guarde de estar en esa situación un día. También me ocurre que empiezo a
hablar con un niñito que come su empanada y me dice que está esperando para ver a su
papi, todo emperifolladito y alegre y horas después lo veo llorando porque no pudo
reencontrarse con su papá porque el juicio se retrasó.
Y eso no es todo, yo también he vivido cosas fuertes muy de cerca, fíjate que antes
mi puesto de empanadas estaba allá (señala al portón de la fábrica que se ubica al frente
del Circuito Judicial Penal) y tuve que quitarlo porque una vez casi me matan… Yo
estaba cerrando, eran cerca de las doce del mediodía, y resulta que había un muchacho
que lo estaban buscando unos malandros, el chamo se dio cuenta y empezó a correr,
cuando iba pasando por mi puesto yo me moví y quedé en la acera. Él no me vio y
chocó conmigo, quedamos los dos golpeados en el suelo, los malandros lo alcanzaron y
le dispararon en la cabeza, el disparo me movió los cabellos, hasta me dejó medio sorda
el disparo. Fueron muchos nervios, pensé que me podrían haber matado en aquella
ocasión.
En este momento Luz Marina toma las riendas de la conversación y quiere saber más
de nosotros:
LM: ¿Qué estudian ustedes que quieren saber todo esto eh?
SM: Bueno, nosotros estudiamos Antropología, es una disciplina que busca analizar los
hechos culturales, entendiendo a la cultura como todo aquello que es creado por el ser
humano, las formas particulares en que crean sus ideas, la forma de hacer las cosas, las
maneras en que se organizan políticamente, en que administran sus recursos, en que la
cultura castiga a sus integrantes. Esto a través de reconstruir las formas de vida de cada
sociedad particular, analizando su cotidianidad y entendiendo como juegan todas estas
creaciones en su forma de ver el mundo y su vivir diario.
LM: Qué interesante, ¿quieren saber algo más?
SM: Claro, ¿ha tenido conocidos que hayan estado involucrados directamente por haber
cometido un delito, o por un familiar que lo haya realizado, que viniera a pedirle ayuda?
LM: Sí, en muchas ocasiones. Me han llegado vecinos, amigos y conocidos de gente
mía, lo que pasa es que a mí no me gusta involucrarme en esos rollos, porque luego una
da un consejo u opinión y las cosas le salen mal a esa gente, por eso yo sigo
amablemente la conversación y los termino mareando diciéndoles absolutamente nada.
Casi siempre vienen y me piden opinión por escoger el abogado, si es mejor público o
privado, y si tienen alguno especial que recomendarme, como te dije yo prefiero decir
nada que dar un juicio desde mi opinión. Por eso les termino diciendo que ambos son
muy buenos y que no tengo ninguna recomendación particular, les afirmo que ellos
velan por hacer su trabajo y siempre te puedes encontrar con defensores que te traten
mal o bien.
Lo que sí es interesante, es que a mí me han llegado abogados privados diciéndome
que los recomiende con mis clientes, y que si lo hago me dan el 15% de lo que ganen
del juicio. Esos defensores privados en la mayoría de las ocasiones se aprovechan de la
gente y les dejan el pelero, prefiero que ellos busquen sus propios clientes y no
ayudarlos, ya que los familiares se pueden enfurecer, y ante la desaparición del abogado
pueden pagarla conmigo
SM: Qué increíble, oiga, y a pesar de que este es un espacio tan tenso, donde se pueden
dar situaciones tan complejas como las que antes nos describió sobre un ajuste de
cuentas que la colocó al borde de la muerte, de todos estos oportunismos de los
abogados, de presenciar la tristeza de las familias y estar expuesta a todas estas
situaciones ¿por qué sigue trabajando aquí?
LM: Bueno, es una respuesta bastante sencilla, este lugar es muy rentable, me entra
mucho dinero y además soy mi propia jefa, yo manejo mi horario como quiero y
controlo la entrada de dinero que me llega por las empanadas, empiezo a trabajar a las 7
y me voy de aquí a las doce, lo que gano en ese tiempo de lunes a viernes me da para
vivir. Además, como me voy a las doce al igual que el resto de mis compañeros
comerciantes, lo que pasa aquí no me afecta tanto, me marcho cuando la mayoría de la
gente empieza a retirarse, lo que significa que nos vamos antes de que esto se empiece a
poner muy solo. Lo que más me gusta de este lugar es que tengo la libertad de irme a mi
casa a compartir con mi hija de 10 años, así puedo ayudarla en sus tareas, he podido
verla crecer, y la he acompañado. Por eso me quedo aquí.
Después de esta conversación nos despedimos de Luz Marina, agradeciéndole su tiempo
y su disposición a conversar con nosotros durante media hora. Posteriormente, se
continuó trabajando en las inmediaciones el recinto, y el grupo decidió de realizar otra
entrevista. Antes de disponernos de realizar el acercamiento con los demás, debemos
primero observar muy bien cómo se encuentra el estado de ánimo de las personas y
destacar si hay un momento de tensión o no. En esta oportunidad, todo marchaba bien,
Juan Carlos Torres se animó a realizar la entrevista y tomó la iniciativa.

Nombre del investigador/a:

Juan Carlos Torres


Nombre del entrevistado/a:

Henry Monfils

Edad del entrevistado/a:

Alrededor de 50 años

Lugar de la entrevista:

Sector Industrial Cloris, tres negocios comerciales ubicados al lado del Circuito Judicial
Penal

Fecha de realización:

14 de enero de 2015

Horario: desde 11:25 am hasta 11:50 am

Breve descripción del escenario o lugar de la entrevista:

Al entrevistar a la señora Luz Marina, notamos que al lado se encontraba un señor


que se veía fornido y alquilaba teléfonos, por lo que vimos de su apariencia, supusimos
que era aquel señor que nos mencionó la doctora Jacqueline que nos podía servir de
informante clave para ubicarnos y tener una idea de cómo se manejaban las cosas en un
día común y corriente allá en el circuito judicial penal de Guarenas, ya que este señor,
tiene en su poder el de ser un oyente discreto de la opinión personal de cualquier
persona que se acerque a realizar una llamada con los celulares que él pone a servicio de
los transeúntes. Se decidió que quién debía hacer la aproximación era Yo. Cuando
empecé a caminar hacia su puesto de trabajo noté que tenía una mirada fuerte y
penetrante, en un principio pensé que no iba a aceptar nuestra entrevista.

Entonces, procedí a presentarme y presentar a mis compañeros, expliqué nuestra


razón de ser en el CJPG y a pregunté si podíamos entrevistarlo. De pronto cambió la
mirada penetrante por una de amabilidad y sonrisa y nos dijo que nos pusiéramos detrás
del puesto de trabajo con él para comenzar nuestra entrevista. Nos dijo que de cierta
manera se sentía identificado con nosotros porque tenía una hija, cursante de la carrera
de Derecho en la santa maría que también fue al Rodeo a hacer un trabajo para la
universidad. De esa forma comenzó la entrevista:
Juan Carlos Torres: ¿Cuánto tiempo ha estado trabajando en las inmediaciones del
CJPG?

Henri Monfils: aproximadamente 10 años, como la mayoría de los comerciantes de


acá, aunque siempre he trabajado y me he valido por mí mismo desde que llegué a este
país

JC: ¿De qué país es usted?

HM: Llegué de Haití hace 40 años más o menos, llegué sin saber el idioma, sólo
sabiendo inglés y francés. Lo que hice fue comprar libros de español y aprender por mi
cuenta y bueno, cuando mis hijos comenzaron el colegio, aproveché y aprendía con
ellos.

JC: ¿De todo el tiempo que usted tiene trabajando acá, ha sufrido alguna mala
experiencia o ha vivido alguna eventualidad que le haya afectado de alguna manera?

HM: No, experiencias malas no he vivido, sólo una vez que mataron a un chamo que
salió del circuito. La señora de las empanadas fue la que más sufrió con esa experiencia,
ya que ella fue la que estuvo al lado de la persona que dispararon, yo estaba viéndolo
todo, pero a distancia. De resto no me he sucedido nada así, además yo siempre trato de
llevar mi trabajo y mi persona de una manera confiable y honorable, para que la gente
me reconozca como tal y llevarme bien con las personas. Además, así también evito
algún problema que pueda surgir.

JC: ¿Con esa mala experiencia vivida no ha pensado en mudarse de lugar de trabajo o
no se siente inseguro acá?

HM: No, es que yo, personalmente, no he vivido malas experiencias acá en el circuito
mientras trabajo. Sólo aquel suceso y ya. Además acá ya tengo un puesto seguro y estoy
seguro de que tendré clientes. Inseguro, pues bueno, la zona no es muy segura, pero de
cierta manera me siento seguro ya que hay una afluencia de policías y guardias
nacionales notables, y un ladrón no te va a robar, si le estás vendiendo café a un policía.
Pero bueno, como están las cosas en el país en este momento, puede estar un guardia en
la calle de al frente y te pueden venir a robar y el guardia nunca se enteró.

JC: Usted vende refrescos, agua y galletas de soda, eso es lo que permiten los guardias
para entregar a los reclusos ¿Por qué será eso? Y ¿alguna vez ha venido alguna persona
a pedirle como apoyo por la situación que vive con algún familiar o conocido dentro del
circuito?

HM: Bueno, el agua y el refresco, me imagino que es lo que dejan pasar porque es una
bebida transparente, en caso de que los familiares le quieran colocar alguna sustancia o
cosa a la bebida. Las galletas de soda, porque tiene que ser un alimento que este sellado.
Por qué solo galletas de soda lo que dejan pasar? no tengo idea. Me ha tocado ver y
atender a familiares muy preocupados o que no les alcanza para el café, entonces yo, de
cierta manera los atiendo de una manera algo diferente, por la situación y si les falta
para el café hasta se los brindo o les digo que lo dejen así. También me ha tocado que
liberan reclusos y me piden direcciones o dinero para el pasaje de la camionetica, yo
tranquilamente se los doy de manera cordial y amablemente, porque bueno, hay que
saber cómo manejarse en ciertos espacios para no ganarse enemigos, por así decirlo.

JC: ¿Y alguna vez se ha acercado algún familiar a pedirle que lo ayude a colocarle algo
a alguna bebida de las que vende o ha intentado corromperlo de alguna manera?

HM: No, de ninguna manera, y el que lo haga, no es bienvenido en mi puesto. Como te


decía, yo siempre me he tratado de comportar y presentar de una manera muy honesta y
seria en mi área de trabajo, creo que eso ha influido en que la gente no venga a pedirme
ese tipo de cosas.

Después de estas preguntas, procedimos a despedirnos de él y a agradecerle por su


tiempo, frente a lo cual él también se despidió con gusto y dijo Que podíamos acudir
con él de nuevo y nos aconsejó, pues ha escuchado de los maltratos en las cárceles
venezolanas, Así que nos dijo que vayamos por un buen camino, puesto a que no hay
nada peor que caer preso y en especial en este país, en este continente.

La tarde siguiente el grupo se dio cita en el Circuito Judicial Penal, el día auguraba
mucho movimiento. Había muchos carros particulares aparcados a las afueras de la
institución y una cantidad de familiares que doblaba la del día anterior. Unas 30
personas, distribuidas en pequeños grupos, esperaban afuera del recinto. Es destacable
el hecho de que siempre en el sitio la cantidad de damas es mucho mayor a la de
caballeros.
Ese día, el grupo decidió que se procedería a entrevistar a un familiar. Estábamos un
poco cohibidos, ya que los familiares son quienes más se ven afectados emocionalmente
y muchas veces se encuentran indispuestos ante cualquier estimulo externo, sus rostros
muchas veces son la expresión más fuerte. Nos armamos de valor y nos aproximamos a
un grupo de personas donde estaban 2 mujeres, una niña y un hombre. Gabriela Acosta
tomó la iniciativa y se presento ante el grupo. Una de las mujeres con más temple, tomó
el liderazgo para entablar la conversación con ella.

Nombre del investigador/a:

Gabriela Acosta

Nombre del entrevistado/a:

Maricarmen Martínez

Edad del entrevistado/a:

33 años

Lugar de la entrevista:

Las afueras del Circuito Judicial Penal

Fecha de realización:

15 de enero de 2015

Horario: desde 10:20 am hasta las 10:50 am

Me presenté diciendo que era estudiante de Antropología de la Universidad Central de


Venezuela, que estábamos realizando un trabajo y agradecíamos la amabilidad de
conversar brevemente con nosotros respecto a la situación que vivía en dicho lugar. Se
mostraron un poco tímidas al momento del abordaje y las conversaciones enérgicas que
había estado escuchando cambiaron drásticamente con mi presencia. La persona a la
que me dirigí en un principio sonreía tímidamente y me decía que había alguien que
podría explicarme mejor todo esto. Segundos después llegó MariCarmen.
Gabriela Acosta: Buenas tardes, somos estudiantes de Antropología de la Universidad
Central de Venezuela y estamos realizando un trabajo. ¿Sería tan amable en
colaborarnos? Nos gustaría saber su percepción del lugar y la situación que aquí se
presenta.

Mari Carmen: Buenas tardes. Aquí donde estoy tengo 8 meses en el lugar esperando
respuesta de mi hijo. Me le sembraron una droga, recién cumplido los 18 años de edad.
Por andar donde no debía en casa de su primo con la novia. Este lugar no sirve. Nos
tratan como animales, a los familiares y a nuestros hijos presos.

GA: Comprendo su situación, ¿por qué dice que el lugar no sirve?

MC: Chama, aquí los familiares nos la pasamos casi todo er día y esa gente allá adentro
no tiene conciencia y les da iguar. A nuestros hijos allá adentro los maltratan, no les dan
casi comida. Sólo pueden comer galleta de soda y refresco, nosotras se lo compramos y
se lo pasamos con los guardias. Esto es un suplicio.

GA: ¿Desde hace cuánto no habla con su hijo, tiene permitido verlo?, ¿Qué actividades
hace para distraer su mente del aislamiento?

MC: Yo hablo con mis hijos una vez por semana, a veces me dejan verlo. Mi hijo es un
muchacho bueno, es víctima de la justicia. Él se la pasa escribiendo y haciendo pulseras
para distraerse, a veces le llevo libros o cuadernos para que dibuje. Allá adentro hay
mucha mardad y él me dice que necesita que su mente se libere aunque su cuerpo este
encerrado. Yo intento ayudarlo con eso y con la comida. Apoyarlo lo más que pueda,
porque soy su madre.

GA: ¿Se han quejado con los funcionarios del lugar acerca de los malos tratos?

Una vez intentamos hacer una huerga y no sirvió pa´ nah. Aquí lo que reina es la
injusticia.
Mientras conversábamos llega una Sra. de fuerte presencia. Robusta y algo molesta
por la situación.

Le pregunto su nombre, me responde que es Ámbar Torres y manifiesta querer


expresarse de todo lo que ese sitio le genera.

Ámbar Torres: Este lugar es un sitio de la justicia disfrazado. Aquí lo que reina es la
injusticia. Mi nieto tiene 8 meses en la cárcel por algo que él no hizo. Es un muchacho,
lo encarcelaron al cumplir la mayoría de edad. Él no debe estar en este sitio.

MG: Sra. Ámbar, ¿en qué se basa usted para hablar así de la institución?

AT: De los 8 meses que tiene mi nieto detenido, sólo debió haber estado 2 meses. Lo
demás ha sido por negligencia de los fiscales, que no tienen ética y cada vez que el
juicio se prolonga, prefieren diferir y dejar eso así. No son profesionales, no tienen
escrúpulos. A veces me provoca prender este circuito en llamas, a ver si así nos toman
en cuenta y se hace justicia.

La Sra. Ámbar se notaba muy molesta, sus expresiones fueron muy francas y fuertes.
Después de escucharlas un buen rato, decidimos seguir buscando personas para
entrevistar. Su testimonio fue muy conmovedor y a la vez algo pavoroso.

Esa semana habíamos decidido emplearla para hacer la mayor cantidad de entrevistas
posibles. Quisimos entrevistar a los negocios próximos al Circuito Judicial Penal. Luis
Fernando Pacheco, se postulo para iniciar el encuentro.

Recordé los tres locales comerciales que se hayan en el sector industrial Cloris, a unos
400 metros del CJPG, al ser un lugar donde seguramente se desarrollan dinámicas
interesantes, y donde el impacto del CJPG se haría notar con facilidad, decidí probar
suerte y realizar entrevistas en alguno de los tres locales (aunque espero podamos
conseguir opiniones e ideas más delante de los trabajadores de cada comercio) El
primero comercio es una cauchera, el segundo establecimiento es un negocio de víveres
y el tercero un restaurant, todos los locales son alquilados al mismo arrendatario, quien
atiende personalmente un pequeño espacio ocupado por fotocopiadoras, en la parte
trasera de los tres locales.
Nombre del investigador/a:

Luis Pacheco Beens

Nombre del entrevistado/a:

Andrés López

Nombre del investigador/a:

Luis Pacheco Beens

Nombre del entrevistado/a:

Edad del entrevistado/a:

25 años

Lugar de la entrevista:

Sector Industrial Cloris, tres negocios comerciales ubicados al lado del Circuito Judicial
Penal

Fecha de realización:

26 de enero de 2015

Horario: desde 3pm hasta 3:20pm

Luis Pacheco Beens: ¿Cómo ha influido el Circuito Judicial en su negocio?


¿Tranquilo? ¿Aumento de la delincuencia?
Andrés: Normal, de verdad que todo se ha mantenido igual, tranquilo.
LPB: ¿Y el movimiento de clientes? ¿Es frecuente la realización de copias?
A: Claro, tiene su movimiento.
LPB: ¿Cuánto tiempo tiene el negocio?
A: Bastante, esto es de mis padres, todos los negocios, aquí llevan 15 años.
LPB: ¿Los tres locales? Es decir, ¿lo alquilan?
A: Sí, sí, exacto.
LPB: ¿Igual el negocio de las copias?
A: Esto lo pusimos desde que comenzó el Circuito.
LPB: ¿Le ha resultado entonces?
A: Si vale.
LPB: ¿Y antes del Circuito? ¿Qué tal?
A: Normal, era más solo, lo que pasa es que no te puedo hablar bien, porque mis padres
no se encuentran, que son los dueños de todo esto.
LPB: Chévere, tranquilo. Entonces se puede decir que el Circuito le ha influido
positivamente
A: Si, normal.

A medida que acudimos al sitio, nos percatamos de lo importantes que son los vínculos
humanos en situaciones tan adversas. Muchas veces las personas que hacen vida en el
Circuito Judicial Penal, sean familiares de los privados de libertad, vigilantes o
Defensores Públicos. Así como también los trabajadores de los kioscos cercanos o
vigilantes de las fábricas, nos muestran que los valores que nos articulan como personas
y de cierta manera nos sensibilizan, tal es el caso de la empatía. Son herramientas
fundamentales para enfrentar las condiciones más hostiles. El simple hecho de acercarse
a los demás e interesarse en su realidad, representa un puente entre lo que parece y lo
que es, es una acción que da acceso a las profundidades del universo de esa persona y
permiten comprender mejor lo acaecido en el sitio. Gran parte de las personas que asiste
a la institución tienen mucho que decir, muchas vivencias que podrían ser relatadas. Sin
embargo, son pocos los interesados en este tipo de realidades y cada vez menos los que
se acercan y son capaces de escuchar lo que el otro quiere expresar, sin juzgar, sin hacer
malas caras. Simplemente escuchar atentamente y tratar de comprender su posición.
Característica que en un antropólogo, se hace imprescindible.

Este tipo de vivencia fue presenciada en el Circuito Judicial Penal, a continuación


relataremos una de ellas:
Responsable de la elaboración de este informe: Ma.Gabriela Acosta

Lugar de la observación: Circuito Judicial Penal, Guarenas.

Escena observada: Muchos de los días que asistimos al circuito fuimos testigos de
diversas situaciones y en ocasiones llegamos a escuchar conversaciones enteras entre
familiares. Algunos, nos preguntaban si nuestro familiar sería liberado. Una de esas
tantas veces, estaba con Luis Pacheco a las 7 am y una señora pensó que éramos
realmente familiares de las personas detenidas y empezó a desahogarse conmigo. Me
comentaba el tiempo que tenía esperando y que la esperanza se le estaba acabando. Que
el día anterior estuvo doce horas en el lugar y que posiblemente de nuevo se repetiría la
historia.

Fecha: 23 de Enero de 2015

Hora de inicio: 7am

Hora de culminación: 7:30am

Instrumento audiovisual empleado (si lo hubo): No

-Actores sociales presentes en la escena:

Familiares de los detenidos. Señora Fátima

-Descripción de la participación del investigador en la escena:

Sentada en el árbol donde muchos reposan, me encontraba realizando las observaciones


de costumbre con mi compañero de trabajo. Cuando la señora que estaba a mi lado
empezó a desahogarse. Se sentía muy mal y me comentaba lo que sentía acerca de la
situación.

-Descripción de la escena observada:

Eran las 7am de la mañana y estaban empezando a llegar los familiares al recinto.

-Transcripción de diálogos y/o comentarios captados en la escena:


Fátima Flores: El calor aquí es terrible. Y eso que es de mañanita.

Gabriela Acosta: Si, esta zona es una playa sin mar.

FF: Y uno siempre tiene que calarse este pocote de horas, nos tratan como un perol. No
es fácil estar aquí y a ellos ni les importa. Es muy triste seguir viniendo y saber que la
libertad de tu hijo está muy lejos. No sé cuándo lo volveré a ver. Uno está aquí por sus
familiares, el amor que uno siente por ellos es más grande que el trabajo que uno pase
aquí. Dios todo lo puede y mi amor de madre también.

GA: Mucha fuerza. Ya verá que todo va a salir bien.

Comentarios del investigador sobre lo observado:

El lugar es muy difícil para alguien que pasa allí la tarde, las personas siempre buscan la
manera de drenar sus emociones. En esta oportunidad la Sra. me buscó conversación
para poder soltar todo lo que sentía. Yo intenté comprenderla y escuchar con atención
lo que me decía.
REFLEXIONES FINALES

El Circuito Judicial Penal de Guarenas no es un sitio desconocido para la gran de los


investigadores que realizamos este trabajo, ya que, a excepción de Luis Fernando
Pacheco que reside en Guatire y Santiago Miguez que habita en la Avenida
Intercomunal Guarenas-Guatire, Juan Carlos Torres y Gabriela Acosta viven en
urbanizaciones muy cercanas al Circuito, Terrazas del Este y Ciudad Casarapa,
respectivamente. Dicha institución puede ser observada siempre que se usa el transporte
público para entrar o salir de los conjuntos residenciales cercanos. Es una parada previa
al destino un día cualquiera de diligencias, o simplemente un punto de la Ciudad al cual
se le atribuyen gran cantidad de opiniones negativas.

Es necesario aclarar que ha sido una experiencia muy interesante, pues por primera vez
nos bajamos del medio de transporte a “hacer vida” o bien pararnos ante la situación del
recinto y sus alrededores. Nos hemos detenido a conocerlo, ya no sólo a fisgonear a
través de la ventana de un vehículo. Fuimos a realizar un trabajo etnográfico para la
profesión en la cual nos formamos, la de antropólogos.

La primera vez que estuvimos desenvolviéndonos frente al Circuito Judicial Penal con
el fin de realizar la aproximación etnográfica fue el 08 de enero de 2015, pudiendo
observar las emociones de las personas que allí hacen vida: familiares de los retenidos,
trabajadores del Circuito y de los alrededores. Tuvimos muchos sentimientos
encontrados, y cada día de trabajo nos deteníamos a conversar sobre lo visto, sentido y
comprendido. Internamente se llevaba a cabo el ejercicio de ponerse en el lugar de las
personas, siendo esto facilitado por las conversaciones que se desarrollaban, lo que nos
permitía hacer un leve esbozo de la cotidianidad de tener a un ser querido, y muchas
veces sostén de hogar, en un lugar como aquel.

Cada personaje era distinto, por lo tanto, ponerse en los zapatos de aquellos, y extraer de
sus palabras y emociones los elementos que conforman su realidad, determinando sus
reglas de juego, y además, comprenderlas, no fue tarea fácil. Sin embargo, un
antropólogo siempre deberá transmutarse en dichas situaciones y vislumbrar la realidad
diversa que existe y de la cual muchas veces no nos percatamos por el hecho de obviar
un lugar como éste y la vida social que implica.
Estando en el Circuito, pudimos percatarnos de lo influyentes que son los prejuicios
morales en aquellas personas que se ubican en un estrato socio-económico
relativamente acomodado. Al inicio de la carrera nos enteramos que los prejuicios
morales son elementos muy distantes de la labor antropológica, y poco a poco,
individualmente y en discusiones, tertulias, y conversaciones de cafetín con nuestros
compañeros de clase, hemos logrado, a alturas de tercer semestre, alejarnos de buena
cantidad de aquellas convicciones enseñadas en el hogar y en el seno de nuestra
sociedad.

Un sitio carcelario es un lugar donde el común de los ciudadanos tiene la idea de que
ingresa gente que no vale la pena y que merece estar allí. Cada quien, se configura para
manejar la situación desde una perspectiva determinada, muchas veces, no suele
corresponder a la de un familiar que tiene a un ser querido privado de libertad

Esto pudo ser evidenciado en las conversaciones con los habitantes de Terrazas del Este
y los trabajadores del Circuito Judicial Penal. Ven en muchas circunstancias, a los
familiares de los presos como personas de baja moral, de conductas indebidas y en
muchos casos veían a esos allegados como cómplices de los actos delictivos de los
presos. Observamos entonces, que no se desarrolla un sentido de empatía con aquellas
mujeres que corren detrás de un autobús de la cárcel para ver por un instante a su hijo
después de meses de retraso de juicio, o para darle algún alimento que bien sabe le hace
falta. En algunos casos, son acusados sin razón, introduciendo a la familia en una
dinámica que altera por completo el desarrollo normal del grupo familiar, la estabilidad
económica y emocional de cada individuo.

Tampoco, entra en la lógica de muchos abogados o policías, las condiciones en que los
familiares de los presos esperan fuera del circuito, con una temperatura mayor a 27° C,
sin un lugar más que un árbol, o un kiosco de latón que pudiera proporcionar sombra, o
bien un refugio en caso de lluvias. Exento además de sitios adecuados donde sentarse
durante las largas horas de espera de la llegada de los reclusos a juicio, que puede
comprender desde las ocho de la mañana hasta las cinco de la tarde. Además de la carga
emocional que conlleva el hecho de tener un familiar en esa situación, las condiciones
materiales del lugar no alivian ni un poco la pesada diligencia. El sitio parece estar
modelado entorno a la forma de pensar de muchos funcionarios o de los habitantes de
las adyacencias, un lugar con unas condiciones de permanencia ínfimas para familiares
de privados de libertad, que por tan solo estar categorizados así son de “valores
escasos”.

El lugar sin embargo, tiene espacios donde los familiares pueden tener un respiro, bien
sea desahogándose con una vendedora de empanadas que les de su tiempo para ser
escuchados o con un señor que les proporcione chucherías o botellones de agua a un
precio módico. O, la suerte de contar con un defensor que haga valer los derechos de sus
hijos pero también los deberes que se le exigen cumplir dentro de las normas de
regulación social.

Estando en el circuito, el último día del trabajo de campo, el 26 de enero de 2015, ante
una situación muy particular al final de la tarde, recordamos un pasaje de Malinowski,
cuando afirmaba que:

“…es necesario insistir en que siempre que ocurre algo dramático o importante hay que
investigarlo en el mismo momento en que sucede, porque entonces los indígenas no
pueden dejar de comentar lo que pasa, están demasiado excitados para mostrarse
reticentes y demasiado interesados para que su imaginación se prive de suministrar toda
clase de detalles. (p. 25)

Esto viene a colación ya que en ese último día que nos acercamos al circuito, al final de
la jornada, cerca de las cuatro de la tarde, salía un camión de la Guardia Nacional
Bolivariana con reos en la parte posterior. Lo que sucedió después llamó poderosamente
nuestra atención. Ya sabíamos que las madres trataban de pasarle alimentos y bebidas a
sus hijos convictos cuando salían del circuito en autobús rumbo hacia el sitio en donde
estuviesen retenidos, y que estas se molestaban si no les permitían pasarles alimentos.
Pero lo que sucedió aquella tarde, y la reacción de las madres y acompañantes nos
impactó. Una vez que salió el autobús del recinto, las madres se apresuraron a acercarse
con panes, paquetes de galletas, y botellones de agua y refrescos de color claro (solo
permiten acercar a los presos alimentos empacados y botellas con bebidas no
alcohólicas y de color claro, con el fin de evitar cualquier traspaso de sustancias ilícitas)
acción, que los guardias que se habían bajado del camión no podían permitir.

Sin embargo después de unos minutos de forcejeo los guardias recibieron una orden del
conductor del camión, dejaron de hacer resistencia con las señoras e ingresaron a la
parte posterior del camión donde se hallaban los presos, mientras que las mujeres
lograron dar los alimentos y las bebidas a sus familiares. Nos pareció una escena
normal, hasta que el camión empezó a avanzar sin dirigirse hacia la autopista o por las
arterias viales por donde fácilmente podrían llegar hasta las cárceles del Rodeo I, II y III
o a cualquier jurisdicción policial. En cambio, el camión se dirigió a la zona de fábricas.

Esto levantó nuestras sospechas. Al recordar el pasaje de Malinowski nos aproximamos


a algunos familiares a indagar. Sin embargo, al acercarnos a una familia notamos
pesadez y desanimo en sus rostros y en sus gestos, lo cual nos afirmaba que no tenían
ganas de hablar en este momento. Intentamos con otra familia, nos acercamos al portón
de la fábrica donde había dos señoras y un muchacho de unos 25 años
aproximadamente. Cuando preguntamos a una de las damas si nos permitiría hacerle
unas preguntas, la mujer comenzó a sollozar. Y en ese mismo instante la impresión que
invadió nuestros rostros se encontró con los ademanes y las señas que nos hacía el
muchacho solicitando que nos marcháramos.

Procedimos a caminar hacia nuestra base de operaciones, consternados, e impactados


por lo que había pasado, el ánimo de la señora que comenzó a llorar ante nuestra
presencia era general, Los hombres estaban molestos y las mujeres angustiadas, no
pudimos averiguar el por qué, ni a dónde fueron los presos, solo podemos mantener una
intriga que encontrara respuesta en nuestras próximas visitas al Circuito Judicial Penal.
Sabemos que eran presos que habían ido a declarar o a su juicio, y que por alguna razón
u otra se les había retrasado la fecha de declaración o juicio y estaban siendo llevados
nuevamente a su retén a esperar la hora de hablar o de recibir el dictamen de la ley. Que
ese autobús que llevaba a los presos no tomó la ruta que siempre toman los vehículos
que transportan a los detenidos, y que esta conjunción de hechos había colocado en ese
ánimo a las personas.

Se puede decir, que la entrada del Circuito Judicial Penal es un ambiente donde reina la
preocupación, la melancolía, la desesperanza pero, y aunque suene contradictorio,
también reina la esperanza. Y pensamos que está última es la más evidente, porque de lo
contrario las afueras del lugar estarían desoladas. Sin embargo durante todos los días
que fuimos no hubo ni uno sólo donde no encontráramos a ningún familiar. Incluso un
domingo el lugar estaba lleno de familiares.

Las situaciones vividas en el sitio son muy contundentes a nivel emocional. A algunos
los sorprendió que los familiares siempre estuvieran allí incondicionalmente por su
pariente detenido. Otros de cierta manera lo comprendíamos, hacíamos una
comparación casi vaga y nula, por ejemplo: alguna vez nuestros padres nos llegaron a
esperar en el colegio cuando nos metíamos en un problema, y cuando salíamos,
notábamos su cara de molestia, preocupación, pero también angustia y felicidad. Algo
muy similar a lo observado en el circuito judicial, claro está que todos esos sentimientos
se encuentran elevados al cuadrado y hasta al cubo. Muchos pasan más de 8 horas en las
afueras del lugar para esperar respuesta sobre el estatus penitenciario de esa persona que
tanto quieren.

Aunque parezca paradójico, en el lugar hubo momentos de risas entre las personas que
esperaban. Muy a pesar del ambiente de desidia, tal vez sea por ese refrán cotidiano que
nos dice: “La mejor medicina es la risa”. También existe un rayo de esperanza en el
recinto. Donde muchos familiares sueñan con la libertad del ser querido, algunos tan
solo sueñan que realmente se haga justicia frente a los acontecimientos que a ellos
envuelven.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Malinowski, B (1973) Los Argonautas del Pacífico Occidental: Un estudio sobre


comercio y aventura entre los indígenas de los archipiélagos de la Nueva Guinea
melanésica. Editorial Península. Barcelona.

Abélès, M., Godelier, M., Phillipe, E., Losonczy, Ottino, P., et al. (2008) De la
Etnografía a la Antropología reflexiva. Ediciones del sol. Buenos aires.

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