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I CIEN AÑOS DE
DERECHO CIVIL
Conferencias en homenaje a la
Universidad Nacional Autónoma de México
por su Centenario
Copyright O 201 1
El Derecho Civil Integral, A.C.
Derechos reservados
VI1
VI11 CONTENIDO
Presentación
X PRESENTACION
Así como la Universidad Nacional establecida por Justo Sierra hace 100
años fue una instancia emblemática para el trance hacia el siglo XX, la Uni-
versidad Nacional Autónoma de México de nuestros días simboliza un presen-
te comprometido con pretensiones de un futuro próspero para el siglo XXI.
Por el Colegio de Profesores de Derecho Civil,
Mtra. MARÍAELENAORTAG A R C ~ A
Tesorera
Lic. ARACELIMIRAMÓNPARRA
Coordinación
Dra. RAQUEL
SANDRA CONTRERAS
LÓPEZ
Coordinación
Como lo señala Diego Gracia,' durante la vida humana hay dos momentos
en los que especialmente se presentan cuestionarnientos éticos y jurídicos
capitales debido a la imprecisión científica o, mejor dicho, al inacabado co-
nocimiento científico en torno a ellos, me refiero al inicio y al final de la
vida humana. Ningún otro momento en la vida presenta tal complejidad que
estos dos.
La vida humana tiene comienzo y tiene fin y, por tanto, es una clase de
la que se entra y se sale. La entrada es el comienzo de la vida y la salida su
final, la muerte. La claridad que existe en el centro de este círculo imaginario
se va perdiendo poco a poco según se acerca uno a la periferia. Ahí las cosas
son más oscuras, los límites resultan más borrosos, hasta el punto de que en
ciertos momentos puede dudarse si se está dentro o fuera del círculo, es de-
cir, de la clase. De hecho, la muerte ha tenido que redefinirse no hace más de
treinta años. En los confines las evidencias se atenúan y las dudas aumentan.
Si en algún punto es necesario extremar cuidado es sin duda el de los confi-
nes de la vida, porque ahí se concentran la mayor parte de los problemas
morales. Esto obedece a una profunda lógica que hunde sus raíces en la par-
ticular condición de la realidad humana.
De este modo, el presente trabajo tiene como objetivo hacer un estudio
jurídico de la personalidad, principalmente en lo relativo al principio y fin
de la misma, a partir de analizar algunos tópicos particulares en el antiguo
Derecho romano para después contrastarlos con los postulados doctrinaies
y legales contemporáneos, y posteriormente hacer un análisis de los mismos
a la luz de los nuevos escenarios científicos y legislativos. Para cumplir con
este objetivo y con el propósito de evidenciar la necesidad de repensar la
protección jurídica del ser humano al inicio y ai final de su vida y, en espe-
' GRACIA,Diego, Ética de los confines de la vida, El Búho, Colombia, 2004, colección
Ética y Vida, núm. 3, pp. 289 y 291.
BARBERO, Domenico, Sistema del derecho privado, t. 1, trad. Santiago Sentir Mclendo,
Ediciones Jurídicas Europa-America, Buenos Aires, 1967, pp. 190-191.
JUSTINIANO, Instituciones, trad. Francisco Pérez de Anaya y Melquiades Pérez Rivas,
Omeba, Argentina, 1964. Recuérdese que el Corpus Iuris Civile está compuesto por: las Insti-
tuciones, el Digesto, las Novelas y el Código. Cuando en este trabajo se haga referncia a algu-
na de dichas partes solamente aparecerá la letra inicial correspondiente.
Cfr.I.1,3.D.1,5,3.
La personalidad jurídica requería, además de ser ciudadano romano libre, ser sui iuris
y no alieni iuris. Sólo el paterfamilias era sui iuris, es decir, independiente de alguna patria
potestad. Los demás miembros de la domus estaban sometidos a su poder y participaban de la
vida jurídica romana sólo a través del paterfamil~as.Los romanos alieni iuris podían realizar
actos jurídicos, pero su capacidad respectiva no era más que un reflejo de la capacidad del
paterfamilias bajo cuyo régimen se encontraban; por tanto, lo que adquirían, lo adquirían
para él. La mayoría de los ciudadanos libres son, al mismo tiempo, alieni iuris y en el derecho
privado no gozan de plena capacidad de obrar. FLORIS MARGADANT S., Guiiiermo, El derecho
privado romano, 8"ed., Esfinge, México, 1978, pp. 132-133.
"...Sonhijos e hijas de familia, los que están en ajena potestad. Porque el que nace de
mí y de mi mujer, está en mi potestad; también el que nace de mi hijo y de su mujer, esto es,
mi nieto y mi nieta, están igualmente en mi potestad; y lo mismo mi biznieto y mi biznieta, y
sucesivamente los demás".D. 1, 6, 4.
' Cfr. 1. 1, 3, 5. "... los esclavos están bajo la potestad de los señores...': D. 1, 6, 1 5 1.
KUNKEL, Wolfgang, Derecho privado romano, trad. L. Prieto Castro, Labor, España,
1937, PP. 103-104.
GAYO,Instituciones, trads. Manuel Abellán Velasco, Juan Antonio Arias Bonet, Juan
Iglesias-Redondo y Jaime Roset Esteve, Civitas, Madrid, 1985.
'O Cfr. G. 159-162.
'' KUNKEL, Wolfgang, op. cit., p. 88.
l2 Ibidem, p. 125.
l3
"LOShombre y las mujeres desde la pubertad hasta los veinticinco años cumplidos reci-
ben curadores, porque aunque sean púberos, todavía por su edad no pueden defender sus inte-
reses" 1. 1,23. 'Xparece que promete auxilio a los menores de veinticinco años; porque después
de este tiempo es sabido que se completa el vigor viril': "Y por esto hoy se gobiernan hasta esa
edad los adolescentes con el auxilio de curadores; y antes no deberá confiárseles la administra-
ción de sus bienes, aunque manejen bien su hacienda". D. 4,4, 1 § 2 y § 3. También C. 5,31, 1.
l4
D'ORS,Derecho privado romano, loa ed., Eunsa, Pamplona, 2004, p. 378.
l 5 "LOSpupilos y las pupilas, cuando entran a la pubertad, salen de la tutela. Mas los anti-
guos graduaban la pubertad en los valores, no sólo por la edad, sino aún por el desarrollo del
cuerpo.. . por una santa constitución que hemos promulgado, se establece que la pubertad en
los varones debe principiar a los catorce años cumplidos; dejando sin alteración la regla esta-
blecida por la antigüedad, de que las hembras pueden ser reputadas núbiles después de cum-
plidos los doce años': 1. 1, 1,22.
Cfr. D. 26, 5, 9; D. 26, 5, 25; D. 26, 6, 1.
'' Cfr. D. 26,8, 9 0 1-6.
l 8 "La autoridad del tutor en ciertos actos es necesaria a los pupilos, y en otros no.. . Se ha
establecido que pueden sin la autorización del tutor mejorar su condición, aunque necesitan
de aquélla para hacerla peor...''. 1. 1, 1, 21. "Le está permitido al pupilo hacer cuanto mejore
su condición, incluso sin el consentimiento del tutor''. D. 2, 14, 28. También D. 45, 1, 141 9 2;
D. 44, 7,43; D. 45, 1, 101; C. 6, 30, 12.
l9 Cfj: D. 26,5, 12 O 2.
20 KUNKEL, Wolfgang, op. cit., p. 127.
'' "LOSfuriososy los pródigos, aunque sean mayores de veinticinco años, se hallaban por
la ley de las Doce Tablas bajo la curatela de sus agnados. Mas comúnmente en Roma el pre-
fecto de la ciudad o el pretor, y en las provincias los presidentes, les dan curadores en vista de
la averiguación practicada". 1. 1, 1,23,3. También C. 5,70, 1.
U En tiempos de Adriano, cuando en gran parte la legislación ya se había concentrado en
manos del Emperador, éste ya no quería que otras fuentes del derecho funcionaran con inde-
pendencia a su lado. Por eso encargó a Salvio Juliano que hiciera una codificación de las dis-
posiciones más acertadas de los edictos anuales. El resultado fue el Edicto de Adriano o Edicto
Perpetuum. La fecha es incierta, pero probablemente lo ratificó entre 134 y 138 d. C. FLORIS
MARGADANT S., Guillermo, op. cit., p. 71. También véase D'ORS,op. cit., pp. 75-78.
23 Para los romanos era de suma importancia la protección de quien está por nacer o con-
ceptus, por elio se establecio a) el curator ventris, que tiene por oficio vidar que el suministro
necesario para el mantenimiento de la madre y; b) el curator bonorum, que tiene por oficio ad-
ministrar el patrimonio del nasciturus. Véase ALVARADO CHACÓN, loaq& ~afaei,"La persona
en el Derecho romano y su influencia en el sistema jurídico de América Latina",Revista Anuario
del Instituto de Derecho Comparado, núm. 25, 2002. Cfr.D. 37, 9, 1 S 17. Al respecto, Mirta N.
Keegan y Andrés E. Guiilén en el XIV Congreso Latinoamericano de Derecho Romano llevado
a cabo en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires en sevtiembre de 2004
sostienen que sin necesidad de acudir a fuentes de Derecho romano cristiano, sino solamente a
juristas paganos de épocas anteriores, es evidente la constante preocupación de los romanos de
proteger a¡ concebido no sólo en cuanto a su patrimonio, sino también en su vida. Así, por
ejemplo, el padre del rey Polidecto, que muere no teniendo hijos que lo sucedan, asume el cargo;
pero cuando se entera de que su nuera está embarazada aclara que sólo reina como tutor, pues si
su futuro nieto nace vivo él será el verdadero rey a quien habría que nombrarle un curador.
Cfr. Guillén, Andrés E. y Keegan, Mirta N., Protección al concebido y los problemas modernos
provenientes de la fecundación extracorpórea, en http:llwww.edictum.com.arlmiWeb4/Ponencias/
Prof. %20Mirta%2OKeegan%2Oy%20 Andres%LOGuillen.docConsultada el 18 de marm de 2011.
24 D'ORS,op. cit., p. 386.
25
El término "personalidad jurídica" no existía como tal en el Derecho romano, aquí so-
lamente se utiliza con fines explicativos.
'6
FLORISMARGADANT S., Guillermo, op. cit., pp. 133-134.
27 Ibidem, p. 136.
28
"LOSque están en el útero, se reputan en casi todo el derecho civil que son como naci-
dos...". D. 1, 5, 26.
l9 Un amplio y muy bien documentado estudio relativo al nasciturus puede verse en:
o fuga goza del ius postliminii, es decir, del derecho a recuperar todos sus derechos, con
efectos retroactivos, que había perdido por encontrarse cautivo. Véase FLORISMARGADANT
S., Guillermo, op. cit., p. 125; e IGLESIAS-ROBLEDO, Juan, Diccionario de definiciones y reglas
de derecho romano, 2" ed., Ariel, España, 2005, p. 85. Conforme al principio: "...la calamidad
de la madre no debe perjudicar al que está en el vientre: el que nace de mujer prisionera, y lo
fue estando embarazada, tiene el ius postliminii. D. 1, 5, 2 infine. También D. 1, 4, 26; D. 49,
15, 19.
'' Cfr. D. 47, 11,4; D. 48,8,8. Desde la época del emperador Septimio Severo, por aplica-
ción analógica de la Lex Cornelia del año 8 1 a.c. que sancionaba el homicidio por envenena-
miento con la pena capital, aplicó la norma a la figura del aborto castigando este delito con
las penas de confiscación y destierro y, en el caso de producirse el fallecimiento de la madre,
con la pena de muerte. GUILLÉN,Andrés E. y KEEGAN, Mirta N., op. cit.
3. NATURALEZA, D E F I N I C I ~ NY CARACTER~STICAS
DE LA PERSONALIDAD JURÍDICA
DOM~NGUEZ MART~NEZ, Jorge Alfredo, Derecho civil. Parte general, personas, cosas, ne-
gocio jurídico e invalidez, 4" ed., Porrúa, México, 1994, p. 135. El exhaustivo estudio que ha
hecho ese autor ha servido como guía para el desarrollo de este apartado.
39 FERRARA, Franceso, Teoría de las personas jurídicas, vol. 4, Jurídica Universitaria, Mé-
xico, 2002, colección Grandes Maestros de Derecho Civil, pp. 130-132.
40 El sujeto es un prius del ordenamiento jurídico. No porque existe el ordenamiento
jurídico vienen a existir los sujetos, sino porque existen esos sujetos viene a existir y existe
el ordenamiento jurídico. En este sentido, la personalidad jurídica no es más que una califica-
ción formal, necesaria o libre (necesaria para el hombre, libre para los demás casos), por efec-
to de la cual un ente se considerará sujeto de derecho. De este modo, se fundamenta la nega-
tiva de que sea el ordenamiento jurídico el árbitro de atribuir o negar la personalidad jurídica
al hombre. La personalidad jurídica del hombre no puede ser menos que reconocida. Cfr.
BARBERO, Domenico, op. cit., pp. 191-193.
41 D~Ez-PICAZO, Luis y Gullón, Antonio, Sistema de derecho civil, vol. 1, 2a ed., Tecnos,
Madrid, 1978, p. 259.
42 Véase DE LUCAS, Javier, Introducción a la teoría del derecho, 3" ed., Tirant lo blanch,
Valencia, 1997, pp. 198-201. PÉREZNIETO CASTRO, Leonel, Introducción al estudio del derecho,
Oxford, México, 2005, pp. 167-169.
*' DOM~NGUEZ MART~NEZ, JorgeAlfredo, op. cit., pp. 129 y SS.
Artículo 22 CCDF. "La capacidad jurídica de las personas físicas se adquiere por el
nacimiento y se pierde por la muerte...".
DR © Universidad Nacional Autónoma de México,
Instituto de Investigaciones Jurídicas
Este libro forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM
www.juridicas.unam.mx
http://biblio.juridicas.unam.mx
." PACHECO ESCOBEDO, Alberto, La persona en el derecho civil mexicano, Panorama edi-
torial, México, 1985, p. 30.
1"' respecto véanse: MOORE,K. y PERSAUD, T., Before we are born. Essentials ofEmbryo-
logy and birth defects, Philadelphia, Saunders, 2003; LÓPEZ MORATALLA, N. y IRABURU ELI-
ZALDE, M., LOSqutnce primeros días de una vida humana, Pamplona, EUNSA, 2004 y SADLER
T., Langman, Embriología médica, Buenos Aires, Médica Panamericana, 2004.
47 CASTÁN TOBENAS, José, Derecho civil español, común y foral, t. 1, vol. 2, l l a ed., Reus,
Madrid, 1971, pp. 100 y cs.
" En este mismo orden de ideas, Galindo Garfias considera que el Derecho objetivo no
jurídica. El Derecho conserva a su favor los derechos que eventualmente adquirirá si se cum-
ple la condición suspensiva establecida por la ley. Cfr. Galindo Garfias, Ignacio, Derecho civil.
Primer curso, partegeneral, personas y familia, 2" ed., Porrúa, México, 1976, pp. 310-312.
49 MAZEAUD, Henri y LEÓN,y MAZEAUD, Jean, Lecciones de derecho civil. Primera parte,
vol. 11, trad. Luis Alcalá-Zarnora y Castillo, Ediciones Jurídicas Europa-América, Buenos Ai-
res, 1959, p. 9.
Artículo 29 CCE. "El nacimiento determina la personalidad; pero el concebido se tiene
por nacido para todos los efectos que le sean favorables, siempre que nazca con las condicio-
nes que expresa el artículo siguiente':
También hay quien acepta dicha premisa pero bajo el esquema de la ficción jurídica. A
propósito véase MALDONADO Y FERNÁNDEZ DEL TORCO, José, op. cit., pp. 214-217.
52 Un estudio de derecho comparado en cuanto al status jurídico del nasciturus puede
le tiene por nacido están limitados por la ley, de este modo, puede ser: here-
dero ya sea en sucesión legítima54o te~tamentaria,~~ l e g a t a r i ~ ,acreedor
~~
alimentari~,~' donatario5*y, antes de las reformas al código citado publica-
das en la Gaceta Oficial del Distrito Federal (GODF) el 25 de mayo de 2000,
también podía ser re cono cid^.^^
Según Rojina Villegas60para ser heredero, legatario o donatario se nece-
sita personalidad jurídica, ya que por tales calidades se adquieren derechos
patrimoniales; en consecuencia, el concebido sí tiene personalidad jurídica
antes de nacer la cual está sujeta a condición resolutoria negativa de que no
nazca viable, es decir, que no viva veinticuatro horas o no sea presentado vivo
ante el Juez del Registro Civil como lo establece el artículo 337 del CCDF.
Recuérdese que la condición es el acontecimiento futuro de realización
contingente del cual depende la existencia y resolución de la obligación (ar-
tículos 1938 y 1955 CCDF). Es resolutoria cuando permite que la obligación
nazca como si fuera pura y simple siendo eficaz desde el primer momento,
tendrá derecho a percibir íntegra la porción que le correspondería como heredero legítimo si
no hubiere testamento, a menos que el testador hubiere dispuesto expresamente otra cosa':
55 Artículo 1313 CCDF. "Todos los habitantes del Distrito Federal de cualquier edad que
sean, tienen capacidad para heredar, y no pueden ser privados de ella de un modo absoluto;
pero con relación a ciertas personas y a determinados bienes, pueden perderla por alguna de
las causas siguientes: 1. Falta de personalidad (...)". Artículo 1314 CCDF. "Son incapaces de
adquirir por testamento o por intestado, a causa de falta de personalidad, los que no estén
concebidos al tiempo de la muerte del autor de la herencia, o los concebidos cuando no sean
viables, conforme a lo dispuesto en el artículo 337".
56 Artículo 1391 CCDF. "Cuando no haya disposiciones especiales, los legatarios se regi-
yan estado concebidos al tiempo en que aquélla se hizo y sean viables conforme a lo dispuesto
en el artículo 337".
59 Artículo 364 CCDF (Derogado). "Puede reconocerse al hijo que no haya nacido y al
que ha muerto si ha dejado descendencia". Cabe decir que dicho artículo está vigente en el
Código Civil Federal.
Cfr. ROJINAVILLEGAS, Rafael, op. cit., pp. 160-162.
.
INICIO Y FIN DE LA PERSONALIDAD JUR~DICA Sánchez Barroso , 13
zzani, el derecho está llamado a reconocer el cuerpo biológico humano como fuente intrínse-
camente normativa incluyendo, entre otros, los que sólo son perceptibles por microscopio en
virtud de la común naturaleza humana. Agrega que cada cuerpo es una alteridad jurídica
fuerte que exige ser reconocida, tanto cuando no se es aún capaz de reivindicar como cuando
no se es ya capaz de reinvindicar sus propios derechos. Cfr.PALAZZANI, Laura, "Bioética y
derechos humanos': en BALLESTEROS, Jesús y FERNÁNDEZ, Encarnación (coords.), Biotecnolo-
gía y posthumanismo, Garrigues Cátedra y Thomson-Aranzadi, Navarra, 2007, p. 400, The
Global Law Collection. Sebag sostiene que un sistema jurídico coherente debe comenzar por
otorgar al concebido el primero de sus derechos: el derecho a la vida. SEBAG,Louis, Personnes
physiques et des personnes morales avant leur naissance, Librairie du Recueil Sirey, París, 1938.
p. 39.En CRUZP o ~ c eLisandro,
, op. cit. p. 33. Véase también GUILLÉN, Andrés E. y KEEGAN,
Mirta N., op. cit. Infine.
64 Artículo 1.2 "Para los efectos de esta Convención, persona es todo ser humano". Artí-
culo 4.1 "Toda persona tiene derecho a que se respete su vida. Este derecho estará protegido
por la ley y, en general, a partir del momento de la concepción. Nadie puede ser privado de la
vida arbitrariamente".
65 En este punto conviene aludir la iniciativa de reforma constitucional aprobada en lo
general por el Senado de la República el 8 de marzo de 2011. Dicha iniciativa pretende, entre
otras cosas, proteger y reconocer los derechos humanos incluidos tanto en la Constitución
como en los tratados internacionales en los que México haya sido parte. De este modo, aun-
que el derecho a la vida desde la concepción no está contemplado por la Carta Magna, el Es-
tado Mexicano está obligado a protegerlo y reconocerlo en virtud del reformado texto del ar-
tículo 1 constitucional y de la Convención Americana sobre Derechos Humanos ratificada
por México, aun la declaración interpretativa hecha en 1982, ratificada en 2002 . Finalmente,
conviene aclarar que la iniciativa todavía tiene que aprobarse por las legislaturas locales. Véase
Gaceta Parlamentaria, año XIV, núm. 3162,anexo IV, 15 de diciembre de 2010. También véa-
se http://www.oas.org/juridico/spanish/firmas/b-32.html Consultada el 1 1 de marzo de 201 1.
DR © Universidad Nacional Autónoma de México,
Instituto de Investigaciones Jurídicas
Este libro forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM
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que sucediera, una vez que aparecían ciertos síntomas no había otra elección
más que morir de la mejor manera posible. Pero con la aparición de las me-
didas de soporte vital tiene cabida un espectacular intento de reanimación
que se caracteriza muchas veces por la instrumentalización del cuerpo y por
el abandono del ser humano cuando la medicina ha fracasado.
La posibilidad de mantener con vida a una persona ha aumentado, in-
dudablemente, el cuestionamiento moral de los conocimientos médicos y su
aplicación en pacientes concretos, y también ha provocado una revolución
conceptual en la medicina, en el derecho y en la bioética.
En este sentido, antes de ser posible la sustitución mecánica o artificial
de las funciones vitales, una persona se consideraba muerta cuando su orga-
nismo no podía continuar espontáneamente con dichas funciones, el criterio
para establecer la muerte era la parada cardiorrespiratoria. Sin embargo, en
la actualidad el cese de las funciones vitales no siempre es definitorio de
muerte por lo que es necesario establecer nuevas reglas científicas y jurídicas
que digan cuándo una persona está muerta, de este modo aparece el criterio
de muerte cerebral o muerte en~efálica.~~
Al respecto, conviene precisar cuatro ideas fundamentales: i) el primer
criterio permite establecer con bastante exactitud el momento de la muerte,
lo que no sucede con el segundo pues la muerte ocurre en un periodo de
tiempo ya que es un proceso biológico de degradación estructural que por
su complejidad no es posible establecer con exactitud el momento o instante
de la muerte;67ii) la búsqueda de precisión sintáctica puede ir seguida de una
imprecisión semántica, pues el término anglosajón brain death ha sido tradu-
cido literalmente como muerte cerebral; sin embargo, la traducción correcta
es muerte encefálica pues el cerebro solamente es una parte del encéfalo, los
hemisferios cerebrale~;~~ iii) tanto la muerte cardiorrespiratoria como la
muerte encefálica no son dos formas de muerte, sino dos modos o crite-
rios de llegar al diagnóstico de la muerte clínica;69y iv) clínicamente el crite-
rio de muerte encefálica solamente se utiliza cuando la persona está bajo un
control asistido de sus funciones cardiovasculares, es decir, cuando está en
una unidad de cuidados intensivos (UCI) y conectado a un respirador."
Bajo esta perspectiva, la Ley General de Salud (LGS) en su artículo 343
contempla ambos criterios7' y, por ende, permite platear dos situaciones
clínicas:
En primer lugar, la persona que muere sin haberse sometido a medidas de
soporte vitar2 tal es el caso, por ejemplo, del paciente que muere a conse-
cuencia de una enfermedad crónica73como la diabetes o la hipertensión sin
positivos de muerte toda vez que éstos son más tardíos y, si se espera su aparición para diag-
nosticar la muerte, se crearían una serie de problemas de orden higiénico y epidemiológico.
ECHEVERRÍA, Carlos et al., op. cit., p. 97.
70 TRUEBA GUTIÉRREZ, Juan Luis, "La muerte clínica: un diagnóstico y un testimonio", op.
cit., pp. 57-70. Y TRUEBA GUTIÉRREZ, Juan Luis, Cerebro y persona. RefZexiones sobre la sufi-
ciencia constituciona~,op. cit.
71 Artículo 343 LGS. "Para efectos de este Título, la pérdida de la vida ocurre cuando se
74 La enfermedad aguda
- el que surge de modo repentino y el tiempo su duración
es corto y limitado; además, termina por resolución. La crisis de esta enfermedad conlleva a
lo que se denomina "situaciones críticas" cuyo manejo es abordado por la "medicina crítica" o
"medicina intensiva" cuya característica básica es el uso masivo de las llamadas medidas, tkc-
nicas o tratamientos de soporte vital. La distinción entre enfermedades crónicas y enfermeda-
des agudas tiene como propósito facilitar el análisis del tema. Establecer tal diferencia en la
práctica es difícil ya que, por un lado, enfermedades crónicas pueden obligar a ingresar a un
paciente en la UCI y; por otro, la atención de los pacientes con enfermedades agudas no se
limita exclusivamente a curar o mantener con vida.
75 Multi-Society Task Force on PVS, "Medical aspects of the persistent vegetative staten,
The New England Journal of Medicine, vol. 331, núm. 20, november 1994.
76 Véase DE LA CAL,M. A. et al., "Rercomendaciones de la 6° Conferencia de Consenso
5. CONCLUSIONES
" La pérdida irreversible de las funciones corticales superiores, la conciencia y las funcio-
nes cognitivas son necesarias y suficientes para diagnosticar la muerte. Véase VEATCH,Robert
M., "The definition of death: ethical, philosophical and policy confusion", Annals of the New
York Academy Sciences, vol. 315, november, 1978. YOUNGNER, S. J. y BARTLETT, E. T., "Human
death and high technology: the failure of the whole-brain formulations", Annals of Interna1
Medicine, vol. 99, núm. 2, august, 1983, pp. 252-258. CRANFORD, R. E. y SMITH,D. R., ''con-
sciousness: the most critica1 moral (constitutional) standard for human personhood Ameri-
can Journal of Law and Medicine, vol. 13, 1987. WIKLER, D. y WEISBARD, A. J., "Appropriate
confusion over 'brain death'", JAMA, vol. 261, núm. 20, november, 1989, p. 2246. TRUOG,
Robert D. y FLACKER, J. C., "Rethinking brain death", Critica1 Care Medicine, vol. 20, núm 12,
december, 1992, pp. 1705-1713.WIKLER, Daniel, "Not dead, not dying? Ethical categories and
the persistent vegetative state': The Hustings Center Report, 1998, pp. 41-47. GREEN, Michael, B.
y WIKLER, Daniel, "Brain death and personal identity", Philosophy and public affairs, vol. 9,
núm. 2,1980, pp. 105-133.
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1. NOTA PREVIA
Dentro del ciclo de conferencias Cien Años del Derecho Civil en México
1910-2010,en homenaje a nuestra Universidad en su centenario, organizado
por el señor Presidente del Colegio de Profesores de Derecho Civil de nues-
tra querida Facultad de Derecho, Don Jorge Alfredo Domínguez Martínez,
Doctor en Derecho, y de quien tuve el honor y distinción de ser convidado a
participar, con la ponencia citada en el título de este trabajo, el pasado 28 de
octubre de 2010, a las 10:OO horas en el Auditorio dedicado a la memoria del
insigne e imprescindible maestro Don Eduardo García Maynez. Trabajo que
ahora se presenta en esta versión para la imprenta.
En ese evento se hizo un muy merecido reconocimiento a la trayectoria
docente y profesional del Dr. Iván Lagunes Pérez, de quien hace algunos aye-
res tuve el privilegio de ser su discípulo (Civil 11), y de quien aprendí, que un
solo libro no basta para conocer todas las respuestas que demanda el enten-
dimiento de las instituciones jurídicas civiles, ni para resolver los problemas
que nos plantea la práctica profesional.
2. A MANERA DE COMIENZO
Si el derecho real de propiedad se encuentra regulado por el Código Ci-
vil (local o federal), vale la pena recordar como punto de partida, lo qué es
un código, para lo cual acudiremos a las ideas contenidas en el Nuevo Dic-
cionario Juridico Mexicano (UNAM-Porrúa), que nos permiten saber que el
término: codificar, tiene como supuestos, primero: el reducir a unidad orgá-
nica una determinada rama del derecho, bajo un plan, un sistema y un mé-
todo, y segundo: que todo esto, se lleve a cabo, bajo ciertos presupuestos fi-
losóficos e ideológicos que orienten todo el trabajo.
No perdamos de vista que estamos aquí para hablar de la evolución del
derecho real de propiedad, es decir, de su desarrollo continuado desde 1910
hasta 2010, a través su regulación en los distintos códigos civiles que han
regido para el Distrito Federal, a saber: 1870, 1884, 1928 y 2000, pero, antici-
pando una conclusión, diremos que no existe en opinión del suscrito tal
evolución, es decir, avance, progreso, ya que en realidad, estamos en presen-
cia de su involución, es decir, su detención, su retroceso en su evolución po-
lítica, cultural y económica, consecuencia de los presupuestos filosóficos, si
es que los hubiera, y de la ideología estatal imperante, que estima que con la
finalidad de cumplir con su deber de brindar la seguridad, razón de ser del
Estado, puede llegar éste al extremo autoritario de vulnerar otras garantías
individuales, como es el derecho de propiedad, concretamente con las leyes
de extinción de dominio, relacionadas con temas de delincuencia organizada
y otros delitos de alta peligrosidad e impacto social, donde el particular ve
cuestionado y eventualmente extinguido su derecho de propiedad, como
consecuencia de causas penales en las que no es parte, ni existe todavía sen-
tencia firme, por el simple hecho de no haber cumplido con funciones pro-
pias de la policía, como es el haber investigado con quien contrataba, o ha-
ber impedido que los bienes materia de esos contratos, fueran utilizados en
la comisión de esos delitos, o bien, por no haber denunciado a los presuntos
delincuentes. Volveremos sobre este punto.
Antes de abordar el tema específico, se considera de importancia recor-
dar algunas de las enseñanzas del maestro Miguel Villoro T ~ r a n z o : ~
a) Toda norma debe ser moral y positivamente válida, y lo más impor-
tante, ser acatada efectivamente por el destinatario.
b) El Derecho es ciencia, es filosofía, es arte y es técnica, consideraciones
que recíprocamente se implican y nos permiten distinguir con claridad que
la función práctica del jurista se realiza en dos vertientes: la estrategia razo-
nada y la táctica eficiente.
Para entrar en materia es útil recuperar lo siguiente: El derecho de pro-
piedad se ha definido por nuestros tratadistas, a partir del concepto de dere-
cho real, para expresar que es el poder jurídico ejercido por una persona en
forma directa e inmediata sobre una cosa, que le permite su aprovechamien-
MART~NEZ DOM~NGUEZ, Jorge Alfredo, Derecho Civil. Parte General, Cosas, Negocio
Jurídico e Invalidez, Porrúa, México, 1990, p. 323.
BELTRÁN QUIBRERA, JoaquínM., Prontuario Elemental de Derecho Romano y sus Fuen-
tes, Porrúa, México, 2006, p. 1 14.
BONFANTE, Pietro, Instituciones de Derecho Romano, Tribunal Superior de Justicia del
Distrito Federal, México, 2007, p. 9.
Clásica Francesa, ya que el Código Civil de 1870, pasó con algunas variantes
relativas al tema de las sucesiones, al Código de 1884, y éste, con alguna lige-
ra modificación de estilo al Código de 1928, y éste a su vez, se transformó en
el Código de 2000, por tanto, en esencia legislativa, el derecho de propiedad
en México siempre ha sido regulado del mismo modo, es decir, con la mis-
ma influencia doctrinaria que sirvió de base al Código Napoleón de 1804,
pero veamos ahora algunos de sus antecedentes doctrinarios.
Marcel Plani01,~siguiendo a Charles Aubry y a Charles Rau, nos dice
que la propiedad es el derecho en virtud del cual, una cosa se halla sometida
de modo perpetuo y exclusivo, a la acción y voluntad de una persona.
Por su parte, D. Manuel Mateos A l a r ~ ó njurista
,~ de finales del siglo XIX,
en una obra de 6 volúmenes, accesible desde el año 2004, gracias al esfuerzo
editorial de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, nos enseña que nues-
tro primer Código Civil de 1870, se debe a la autoría intelectual de D. Justo
Sierra, quien recibió la encomienda en 1858 del Presidente Benito Pablo Juá-
rez García. Proyecto que mereció la aprobación del Emperador Maximiliano
de Habsburgo y que por razones políticas, se omite citar en los textos.
El proyecto de Código Civil de 1870, fue elaborado a partir del Código
Civil Español y del Derecho Romano, sin omitir el Código Napoleón, que
como sabemos inspiró a su vez al Español, ordenamiento éste, que D. Justo
Sierra estimó que contenía fórmulas más claras, exactas, concisas y expresi-
vas, derivadas de la intervención intelectual de Florencio García Goyena.
Con base en los códigos de 1870 y 1884, D. Manuel Mateos Alarcón,
sostiene que el derecho de propiedad, a diferencia de otros derechos reales,
es absoluto y exclusivo, en tanto que el propietario reasume todas las facul-
tades que otorgan esta clase de derechos patrimoniales, y por lo mismo,
puede destinar la cosa a todos los usos posibles. Dice además, "que no se
debe herir la santidad de este derecho" con la interpretación absurda de su
abuso o uso inmoderado, pues eso, simplemente no es derecho. Sostiene que
la propiedad es inviolable y constituye uno de los derechos naturales del
hombre, ya que sin propiedad y el debido respeto a ella, la sociedad no pue-
de existir.
La inviolabilidad de la propiedad constituye un derecho sagrado, defen-
dido y garantizado por la Constitución de 1857 en su artículo 27 y regulado
PLANIOL, Marcel y RIPERT, George, Tratado Teórico Práctico de Derecho Civil, Tomo 3,
Tribunal Superior de Justiciadel Distrito Federal y UNAM, México, 2002, p. 199. NOTA:Esta
obra tiene como antecedente el Tratado Elemental de Derecho Civil de 1899.
MATEOS ALARCÓN, Manuel, Lecciones de Derecho Civil. Estudios Sobre el Código Civil
del Distrito Federal, Tomo 11, SCJN,México, 2004, pp. XVI y XVII.
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por el Código Civil, por eso la propiedad privada no puede ser ocupada sin
el consentimiento del propietario, sino por causa de utilidad pública y previa
indemnización.
No omitió D. Manuel Mateos Alarcón, determinar la filiación de nuestro
derecho de propiedad al pensamiento de la Revolución Francesa y a la De-
claración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano del 2 de octubre de
1789, donde es reconocido como un derecho natural, inviolable y sagrado
del hombre.
Nos recuerda el maestro Mateos Alarcón que el derecho de propiedad es
una verdadera abstracción, y por tanto, una cosa inmaterial, y sin embargo,
se le enumera entre los bienes corporales, lo cual no debe alarmarnos, ya
que Aubry y Rau, decían que el derecho de propiedad se encuentra material-
mente representado por la cosa, por lo tanto, es válido considerarlo como un
bien corporal. Esta anomalía jurídica se origina en el Derecho Romano y es
el resultado de un hábito inveterado en el lenguaje, porque la propiedad se
identifica de tal manera con el objeto, que son inseparables, hasta el grado
que se les confunde diciendo: mi casa, mi carruaje, etc., locuciones que ha-
cen conocer perfectamente el derecho de propiedad, aunque no lo nombren.
Lo anterior, coincide con el vigente diccionario de la Lengua Española, don-
de propiedad significa tanto la facultad o derecho como la cosa misma, so-
bre la que se ejerce esa facultad.
Por su parte, nuestro más alto tribunal, expresó su criterio respecto del
derecho de propiedad en su Quinta Época, debiendo tener presente que lo
hizo con base en el Código Civil de 1884, pues no fue sino hasta 1932 en que
entró en vigor el ordenamiento que lo sustituyó, señalando con base en la
Constitución de 1917, entre otros, que el dominio eminente corresponde al
Estado; que es a la Nación quien corresponde este derecho y por lo mismo,
es quien puede transmitirlo; que en todo caso, el interés de los particulares
queda subordinado al interés colectivo; que por lo mismo el Estado, vía
Congreso de la Unión, puede imponer a la propiedad privada, las modalida-
des que dicte el interés público; que los artículos 14, 16 y 27 garantizan al
ciudadano el derecho de pr~piedad.~
Encontramos pues en 1910, por un lado, un derecho de propiedad, ins-
pirado civilmente en los principios de la Revolución francesa y desde luego,
en el Código Civil de 1804, conocido como Código Napoleón, que trascen-
dieron a nuestro Código Civil de 1884, vigente en 1910; y por el otro ido,
encontramos sometido este derecho a la orientación social que los rmlu-
a la realidad, pero, ese es un tema, sobre el que habremos de razonar por se-
parado. Esa teoría progresista de la propiedad de la que hablaron los redac-
tores del Código de 1928, al parecer sólo fue un buen deseo, como general-
mente se acostumbra legislar: la norma por un lado y la realidad por otro.
Sin el estímulo a la propiedad privada, el hombre pierde todo interés en
aplicar su esfuerzo y talento en la superación constante que le corresponde,
en razón de su naturaleza humana. Proteger y garantizar este derecho es res-
ponsabilidad de todo Estado que se ostente como democrático. "La propie-
dad es la prolongación de la persona individual en el mundo materiai'?l2
Hasta aquí los datos que se aportan sobre el derecho de propiedad en
nuestros diversos códigos civiles, para la elaboración del balance, como di-
cen los contadores, por el período comprendido entre 1910 y 2010. El resul-
tado del mismo, lo dejo a la consideración, interpretación y reflexión de los
lectores. iEs deficitario? 2% ha cumplido la anunciada "función social" de la
propiedad? iEfectivamente evolucionó?
Pasaremos ahora a una breve noticia sobre la Ley de Extinción de Do-
minio del Distrito Federal, para agregar algo más a ese balance, a propósito
de nuestro tema.
En primer lugar debemos apuntar que existe una regulación federal en
este tema, como ley reglamentaria del reformado artículo 22 Constitucional,
y que coloquialmente se le dice: "ley del decomiso exprés", misma que es
consecuencia de la firma que hizo México en el año 2000 de la Convención
de Palermo o Convención de la ONU contra la delincuencia organizada
transnacional, aprobada por el Senado de la República y publicada en el Dia-
rio Ojcial del 11 de abril de 2003, y cuyo objetivo según se aprecia de su
iniciativa, es mejorar la eficacia en el combate a la delincuencia.
La Ley del Distrito Federal, publicada en la Gaceta del GDF el 8 de di-
ciembre de 2008 (la Federal fue publicada el 29 de mayo de 2009) fue decla-
rada por el legislador local, como una ley de orden público, interés social y
de observancia general (para que no le faltaran adjetivos y jerarquías), y se
integra por 60 artículos, 12 de los cuales fueron modificados en julio de
2010, para incluir entre otras cosas, el delito de encubrimiento por favoreci-
miento o receptación, a los que se refieren los artículos 320 y 243 del Código
Penal para el Distrito Federal, cuya lectura y entendimiento resulta por de-
más importante en nuestro tema patrimonial, ya que las personas de buena
fe, quedzn expuestas a ser procesadas bajo las reglas aplicables a la delin-
cuencia organizada, aún cuando no hayan participado en la comisión de los
delitos que merecen esa etiqueta, tal como se desprende de lo siguiente:
IV. Aquellos que estén intitulados a nombre de terceros, pero existan suficien-
tes elementos para determinar que son producto de delitos patrimoniales o de
delincuencia organizada, y el acusado por estos delitos se comporte como dueño.
es decir, debemos romper por vía de declaración, bajo protesta de decir ver-
dad, que no estamos en esa presunción legal de ilicitud, ya que el dinero y
bienes a los que se refiera esos actos jurídicos, son de procedencia lícita. Es
decir, que no somos delincuentes.
Los notarios por su lado, deben informar al ministerio público su cono-
cimiento sobre esos actos presuntamente constitutivos de los delitos, en bus-
ca de las medidas cautelares y de la protección de los derechos de terceros de
buena fe que intervengan en esos actos.
Por estimar de mayor ilustración los textos normativos, se ha procedido
a su cita, para inferir de ahí los supuestos que el legislador ha considerado
suficientes para actualizar la sanción prevista y en consecuencia, ajustar pru-
dentemente nuestra actuación en el ejercicio profesional, en cuanto a temas
patrimoniales se refiere y específicamente, en nuestro caso, al derecho de
propiedad regulado por el Código Civil, pero que como hemos visto, deberá
tomar en cuenta la legislación penal y leyes especiales, que no sólo la pueden
limitar, sino extinguir sin contraprestación alguna, con el agravante de un
posible proceso penal, con lo cual se demuestra la necesidad de no perder de
vista el orden jurídico en su conjunto, ya que así evitaremos el recordatorio
judicial de que la ignorancia de la ley no excusa su cumplimiento (artículo 21
del código civil). A los abogados nos acompaña presunción legal de ser co-
nocedores o peritos en Derecho y actualmente, la informática ha venido en
nuestro auxilio para cumplir eficientemente nuestra función en la sociedad.
No han faltado las opiniones en contra de la Ley de Extinción de Domi-
nio, provenientes de los mismos juzgadores, quienes al inaugurar estos pro-
cedimientos de extinción, han alertado sobre la posibilidad de que los incul-
pados recuperen los bienes al lograr sentencias absolutorias en sus procesos
penales, o bien, reclamen del Estado la indemnización correspondiente, ha-
bida cuenta que éste ya dispuso de ellos y por tanto, la restitución se torna
imposible.
Para el universitario, D. Sergio García Ramírez, al comentar la reforma
del artículo 22 Constitucional, mismo que sirvió para engendrar la ley fede-
ral, con la capacidad de síntesis y claridad que lo caracterizan, preguntaba si
esta ley, es producto de la democracia o del autoritarismo, al vulnerar el
principio de inocencia que consagra el artículo 20 de la Carta Magna. La
respuesta es obvia: autoritarismo.
En esta ley de extinción de dominio, no se habla de restricción a las fa-
cultades que derivan del derecho de propiedad, se trata de su extinción, pero
qué pasa frente a la sentencia penal absolutoria, simplemente el afectado de-
berá demandar la restitución de sus bienes, al fin que la impartición de justi-
cia es pronta, expedita y gratuita, según dice la misma Constitución, pero
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l 3 Párrafo del Discurso Preliminar sobre ei proyecto de Código Civil Francbs presentado
el 20 de enero de 1801, y pronunciado por Jean Éttiene Marie Portalis, citado por DOM~N-
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7
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1890 zs89 m
-
ART 827 -La pro ART 729 L a propie ART 1 6 L o s habitantes del Distri- dem
dad es el derecho de g~ dad es el derecho de gozar t o Federal tienen obligación de ejer-
y disponer de una c y disponer de una cosa cer sus actividades y de usar y dispo-
sin mas limitaciones sin más limitaciones que ner de sus bienes en forma que no
las que fijan las leyes I a i que fiian las leyes perjudique d la colectividad, bajo las
sanciones establecidas en este código
ART 828 L a pro pie- ART 730 - La propieddd
y en las leyes relativas
dad es inviolable, no )ue- es inviolable, no puede
de ser ocupadd sino por ser ocupada sino por cau- ART 830 -El propietario de una
causa de utilidad púb lica sa de utilidad publica y cosa puede gozar y disponer de ella
y previa indemnizaciór1 previa indemnización con las limitaciones y modalidades
que fijen las leyes
ART 829 -El propi eta- ART 7 3 1 - El propietd~
rio de u n terreno es (lue- rio de un terreno es due- Aar 831 -La propiedad n o puede
ño de su superficie y d e lo ño de su superficie y de lo ser ocupada contra la voluntad de su
que está debajo de E>lla que está debajo de ella dueño, sino por causa de utilidad pú-
Por lo mismo podrá u sa r- Por lo mismo p o d r j usar blica y mediante iridemnización
lo y hacer en él todas las lo y hacer en él todas las
obras, plantaciones o ex- ART 839 -En u n predio no pueden
obras, plantaciones o ex^
hacerse excavaciones o construccio-
cavaciones que q u im, cavaciones que quiera,
nes que hagan perder e l sostén nece-
salvas las restrccion e s salvas las restricciones
sario al suelo de la propiedad vecina,
establecidas en el tí1 U lo establecidas en e l título
a inienos que se hagan las obras de
de las servidumbres . Y de las servidumbres, y
consolidación indispensables para evi-
con sujeción a lo dispiJes- con sujeción a lo dispues-
tar todo daño a estP predio
t o en la legislacidn e<,pe- t o en la legislación espe-
cial de minas y en los, re- cial de minas y en los r e ~ ART 840 -No es licito ejercitar el
glamentos de policía glarnentos de policía derecho de propiedad de manera que
su ejercicio rio dé otro resultado que
causar perjuicios a u n tercero, sin uti-
1 lidad para el propietario
GUEZ Jorge Alfredo, ¡Pobre Código Civil para el Distrito Federal!, Porrúa, México,
MART~NEZ,
2010, p. 53.
Día con día, la propiedad intelectual está ganando una mayor presencia en el
mundo, no solamente en el aspecto económico, tecnológico y cultural, sino
también jurídico y en la medida que nos demos cuenta de ello, nos dará una
ventaja sustancial no solamente a nivel individual, sino también social con
respecto a los demás y entendamos por los demás a este mundo cada vez
más globalizado, en el que la gran mayoría de los seres humanos tenemos
acceso a una cantidad considerable de información, gracias a medios como
internet, en donde las fronteras han dejado de ser el límite para la protección
de derechos intelectuales; por ende, debemos tomar consciencia del lugar en
el que nos encontramos situados y, a partir de ahí, adoptar las medidas nece-
sarias, a efecto de dar una protección a la creatividad humana más acorde
con la realidad.
En virtud de lo anterior y con motivo del Ciclo de Conferencias en Home-
naje a la Universidad en su Centenario denominado: Cien años de Derecho
Civil en México 1910-010, resulta sumamente importante contar con un pano-
rama general de la propiedad intelectual, independientemente de que única-
mente me aboque a la evolución del Derecho de Autor durante los últimos
cien años y el papel que ha desempeñado el Derecho Civil dentro del mismo.
' JALIFE DAHER, Mauricio, Uso y valor de la Propiedad Intelectual, México, Gasca Sicco,
2004, p. 4.
En este sentido,
Por derecho intelectual se entiende el conjunto de normas que regulan las pre-
rrogativas y beneficios que las leyes reconocen y establecen en favor de los auto-
res y de sus causahabientes por la creación de obras artísticas, científicas, indus-
triales y comerciales.
En la medida que las obras apuntan a la satisfacción de sentimientos estéti-
cos o tienen que ver con el campo del conocimiento y de la cultura en general,
las reglas que las protegen integran la propiedad intelectual en un sentido es-
tricto o derechos de autor. Atañen al campo de los derechos de autor las cues-
tiones, reglas, conceptos y principios implicados con los problemas de los crea-
dores intelectuales en su acepción más amplia.
En cambio, si la actividad del intelecto humano se aplica a la búsqueda de
soluciones concretas de problemas específicos en el campo de la industria y del
comercio, o a la selección de medios diferenciadores de establecimientos, mer-
cancías y servicios, entonces los actos son objeto de la propiedad industrial.'
Posteriormente,
RANGELMEDINA,
David, Derecho Intelectual, México, McGraw-Hill, 1998, p. 1.
SERRANOMIGALL~N,
Fernando, Marco Jurídico del Derecho de Autor en México, Méxi-
CO, 2008, PP.32-33.
Ibidem, p. 35.
Idem.
El Código Civil de 1928, por su parte, reguló en su Libro 11, Título VIII,
la materia autoral. Entre sus disposiciones fundamentales destacaron:
M 50 años de derecho exclusivo para los autores de libros científicos
(Art. 1181);
M 30 años para autores de obras literarias, cartas g e ~ g r ~ c ya dibujos
s
(Art. 1183);
20 años para los autores de obras dramáticas y musicales (Art. 1185);
bb Protección de 3 días para las noticias (Art. 1184).
H Se introdujo la protección de las reservas de derechos.
M Se mantuvo la diferencia entre propiedad industrial e intelectual, al
modo que hizo el Código Civil de 1884.
nar a la fase personal del contenido de derecho moral y a la segunda, como de-
recho patrimonial (artículo l l).
Más adelante, también entre las reglas generales a que se destina el título 11,
dedica el Capítulo 11 rotulándolo de un modo expreso: De los derechos morales.
Con lo cual, nuestro texto legislativo sobre la materia utiliza una terminología
que ya venía siendo común en las leyes de otros países.15
l5Idern.
l6DE LA PARRA TRUJILLO, Eduardo, "Comentarios a las Reformas a la Ley Federal del
Derecho de Autor: Revista de Derecho Privado, nueva época, núm. 8, año 111, mayo-agosto de
2004, p. 99.
l7 Ibidern, p. 106.
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Son dos las principales teorías que explican al hecho jurídico en sentido es-
tricto y al acto jurídico como especies del hecho jurídico en sentido amplio
como género, y en el concepto de que en el contenido de éste quedan com-
prendidos todos los acontecimientos que producen consecuencias jurídicas,
sea que se realicen sin o con intervención y participación protagónica, en su
caso, de la voluntad. Dichas teorías se conocen como la teoría francesa y la
teoría alemana.
El propósito del presente trabajo es recordar las semejanzas y las diferen-
cias que existen entre estas dos teorías apuntadas, así como dejar constancia
de la posición al respecto de nuestro Código Civil. Para una mayor objetivi-
dad en relación con lo anterior, empecemos por recordar que la primera de
ellas, esto es, la teoría francesa, es también llamada tradicional y que tuvo su
auge en los tratadistas franceses de Derecho Civil del siglo XIX que comenta-
ron el Código Napoleón. La segunda por su parte, es producto de la pandec-
tística alemana de la segunda mitad de ese siglo y cristaliza legislativamente
en el Código Civil Alemán de 1900.
De la comparación que se haga de ambas teorías, surge que tienen en co-
mún, porque además no puede ser de otra manera, que las dos parten del
concepto de hecho jurídico en sentido amplio, como aquel acontecimiento
de la naturaleza o del hombre que produce consecuencias jurídicas y que las
producen precisamente por realizarse el supuesto previsto en la norma jurí-
dica. Lo anterior puede ilustrase con algunos ejemplos. Como tales está que
si la norma jurídica establece que el comprador debe pagar el precio, la reali-
zación del supuesto normativo es que alguien compre, y la consecuencia es
el nacimiento de la obligación por parte del comprador de pagar el precio.
Igualmente, si la norma establece que el patrón debe pagar un salario doble
al trabajador si éste labora horas extras, la realización del supuesto normati-
vo es que alguien sea patrón y su trabajador trabaje efectivamente horas ex-
tras, y la consecuencia es el nacimiento de la obligación del patrón de pagar
el doble salario. Si la norma establece que el que cometa homicidio debe ir a
prisión, su supuesto se realiza si alguien priva de la vida a otro y la conse-
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.
HECHO, ACTO Y NEGOCIO JURfDICO Domínguez García Villalobos 49
1. CAP~TULO
PRIMERO
ANTECEDENTES TÉCNICO-JURÍDICOS
DEL ACTO JUR~DICO
Inicia este estudio y conocimiento del hecho jurídico a partir del Código
alemán.
1.2. SISTEMATIZACI~N
DEL HECHO JUR~DICO
EN SENTIDO AMPLIO, TANTO EN LA DOCTRINA
FRANCESA COMO EN LA ALEMANA
' BONNECASE,Juilen, Elementos de Derecho Civil, trad. Lic. José M. Cajica Jr. Tomo 11.
Derecho de las Obligaciones de los Contratos y del Crédito, Cárdenas Editor Distribuidor,
tercera reimpresión. México, DF, 2002, p. 223.
GUTIÉRREZY GONZALEZ,Ernesto, Derecho de las Obligaciones, decima octava edi-
ción adicionada y puesta al día por Raque1 Sandra Contreras López, Porrúa, 2010, Aparta-
do 79, p. 109.
' Ibidem, Apartado 86, p. 112.
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El autor en ~ o m e n t o señala
,~ que los actos lícitos se distinguen según
que el efecto jurídico sea consecuencia de una manifestación de voluntad
directamente encaminada a producirlo o que no lo sea. De ahí, agrega, sólo
los primeros se consideran negocios jurídicos, porque tienen de común la nota
esencial de ser queridos por su autor para conseguir un cierto efecto, el cual
si se verifica es consecuencia inmediata de la voluntad. Por lo contrario,
agrega el autor en cita,6 el resto de los actos lícitos, no son susceptibles de idén-
tico estudio porque su efecto jurídico no va necesariamente adherido a la vo-
luntad de sus autores y muchas veces es independiente de ella.
STOLFI,Giuseppe, Teoría del Negocio Jurídico,trad. laime Santos Briz, Revista de Dere-
cho Privado, Madrid, España, 1959, p. 2.
Idem.
Ibidem, p. 3.
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2. CAPÍTULO
SEGUNDO
ESTRUCTURA DEL ACTO JURfDICO
EN EL SISTEMA MEXICANO
2.3. ESTRUCTURA
DEL ACTO JURÍDICOCONFORME
A LA TEORÍA FRANCESA DEL HECHO JURÍDICO
EN SENTIDO AMPLIO, Y LA TESIS DE LA INEXISTENCIA
Y NULIDADES DE JULIÁN BONNECASE
'O ORTOLAN, M . Explicación Histórica de las Instituciones del Emperador Justiniano, trads.
Francisco Pérez de h a y a y Melquíades Pérez Rivas, Hijos de Leocadio López, Madrid, Espa-
ña, 1912, p. 50. De la Generalización del Derecho Romano.
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La palabra cosa (res) aun en derecho, es una palabra flexible, que se acomoda
de un modo admirable á las necesidades y á los caprichos interminados del len-
guaje. Ahora tratamos de su verdadero sentido legal, de su idea jurídica.
Y para otro gran conocedor del Derecho romano Eugkne Petit," la pala-
bra cosa es:
...todo objeto material exterior al hombre se le llama cosa en el lenguaje vulgar,
pero jurídicamente se comprenden en esta idea unas veces entes inmateriales,
como son los derechos, y otras se excluye del concepto aquello que no puede ser
objeto del derecho. Por esto se ha afirmado que son las cosas en el lenguaje juri-
dico los objetos de un derecho patrimonial, y ya Ulpiano decía (D. 50, 16, fr. 23):
Rei appellatione et causae et jura continentur.
4. Requisitos que debe cubrir la cosa para poder ser objeto de un acto
jurídico
La prestación o conducta de dar consistirá en el ámbito del Derecho, en
dar cosa, la cual deberá cubrir una serie de requisitos para poder ser física y
jurídicamente objeto de un acto jurídico.
La cosa para poder ser objeto de un acto jurídico, ya sea éste un acto bi-
lateral o unilateral, y en específico, en el supuesto de un acto jurídico bilate-
ral, ya sea un convenio en sentido amplio o en su especie contrato, o bien, en
un sentido restringido, deberá cubrir una serie de requisitos, conforme al
Código civil del Distrito Federal y el Federal, en su artículo 1825, en el que
se dispone que la cosa para poder ser objeto de un contrato, deberá:
a) Existir en la naturaleza.
b) Estar determinada o ser determinable.
c) Estar dentro del comercio.
l1
PETIT,Eugene, Tratado Elemental de Derecho Romano, trad. D. José Ferrández Gonzá-
lez, Editorial "Saturnino Calleja': Madrid, España, 1924, p. 239.
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De los tres requisitos que deberá tener la cosa para poder ser objeto de
un acto jurídico, tanto en el ámbito físico como jurídico, en ocasiones se
pueden dar aparentes excepcione~,'~ como el supuesto de las cosas futuras,
las cuales pueden ser objeto de un contrato o de un acto jurídico en general,
cuando se cumplan los extremos siguientes:
a') Estar identificado en la naturaleza y que necesariamente, debe llegar
a existir, o
b') El que razonablemente, puede llegar a existir tomando en cuenta, los
avances de la ciencia y la tecnología.
su artículo 1827, que la conducta positiva o negativa, para poder ser objeto
de un contrato, y en consecuencia, de todo acto jurídico, debe ser posible y
lícita. Sin embargo, el legislador en la norma en comento, incluyó supuestos
que pertenecen a dos hipótesis diferentes. La posibilidad, se refiere a un ele-
mento de existencia del acto jurídico, en cambio, la licitud, es un requisito
de validez del mismo.
De tal manera, un hecho o una abstención son posibles cuando van de
acuerdo con las leyes de la naturaleza o el orden público, en particular con
aquellas normas jurídicas de carácter dispositivo y las buenas costumbres.
Debe entenderse como orden público, tanto a las normas prohibitivas, como
a las dispositivas, y de forma excepcional, a las de carácter permisivo, cuan-
do su violación implique la conducta ilícita de una de las partes en el conve-
nio, en perjuicio de la otra.
Una vez que el acto existe, por haberse reunidos los elementos de exis-
tencia antes mencionados, la o las voluntades, así como el objeto, requie-
ren cumplir con una serie de requisitos, a efectos de que ese acto que ya
existe tenga plena validez y en consecuencia, surta la plenitud de sus efec-
tos jurídicos, lo anterior, conforme al artículo 1795 de los Códigos civiles
de 2000.
Es así, que en la Ley se ha establecido que no basta la creación de un
acto, sino se requiere además, que la voluntad o voluntades que en él intervi-
nieron, sean de personas conscientes del acto que realizaron, esto es, que se
trate de personas capaces, tanto de goce como de ejercicio.
Sin embargo, no basta que las personas sean capaces, se requiere, ade-
más, que externen su voluntad de manera libre, es decir, esté libre de vicios
de la voluntad o voluntades.
Se necesita también, para que el acto valga, que la voluntad o voluntades
que intervinieron en la celebración del acto, persigan un objeto y les guié un
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motivo o fin que sea lícito, que no contrarié el orden público o las buenas
costumbres.
Y finalmente, se necesita que la voluntad o voluntades, que además, de
cumplir con los anteriores requisitos, se exterioricen en la forma o manera
en como la Ley lo determina para que el acto valga como tal.
2.3.3. REQUISITOS DE EFICACIA DEL ACTO JURÍDICO
l 3 GUTIÉRREZ Y GONZÁLEZ, Ernesto, Derecho de las Obligaciones, op. cit., Apartados 137
al 145, pp. 147-157.
l4 Ibidem, Apartado 137, pp. 149-150.
3. CAP~TULO
TERCERO
LA SISTEMATIZACIÓNDE LOS ELEMENTOS DE EXISTENCIA
Y REQUISITOS DE VALIDEZ DEL ACTO JURÍDICO, EN LA
DOCTRINA Y DERECHO POSITIVO MEXICANO Y SU ES-
TRECHA RELACION CON LA TEORÍA DE LA INEXISTENCIA
Y LAS NULIDADES15
'' El presente Capítulo Tercero como el Cuarto de este documento, son parte de la Tesis
que presentó la autora de la presente Ponencia, en el Examen de Oposición para la materia de
Acto Jurídico y personas, en la Licenciatura de Derecho de la Universidad Nacional Autóno-
ma de México, siendo declarada vencedora en dicha Oposición, en el mes de febrero de 2010.
A los Capítulos en comento, sólo se le han hecho ciertas adecuaciones, verbigracia: Lo relati-
vo al Código civil francés actual, así como, a cambios en la parte de conclusiones para incluir
en las mismas, las conclusiones relativas a los Capítulos Primero y Segundo de esta Ponencia
y otras cuestiones de estilo, pero es igual en su esencia.
'" GUTIÉRREZ Y GONZÁLEZ, Ernesto, Derecho de las Obligactones, op. cit., Apartado 79,
p. 109.
'- LUTZESCO, Georges, Teoría y Práctica de las Nulidades, trad. de Manuel Romero Sán-
chez y Julio López de la Cerda, Colección de Obras de Derecho, Porrúa, 1945, p. 20, El autor
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trito Federal, en sus artículos 1794 y 1795, respectivamente, que fue funda-
mental para que el legislador mexicano de 1928, distinguiera en el Título
Sexto, del Libro Cuarto, titulado de las Obligaciones, entre inexistencia y
nulidad.
Asimismo, adoptó a semejanza del artículo 7 del Código civil suizo, la
forma de sistematizar al acto jurídico a partir de la Teoría General del Con-
trato, ello, a partir del principio analógico contenido en el artículo 1859, en
el que se dispone que, la normatividad relativa al contrato se aplicará al resto
de los convenios y actos jurídicos en 10 que no se oponga a su naturaleza o
norma expresa en contrario, logrando con lo anterior, dar total y absoluta
sistematización de la materia del acto jurídico a diferencia del Código civil
de los franceses de 1804, más conocido como Código Napoleón, que no re-
gula al acto jurídico en lo general, pero que al decir de Bonnecase,18logra su
sistematización de las más precisas, la que deberá descubrir el intérprete de
la ley.
Y por supuesto, el legislador de 1928, tomó del Código civil alemán, a la
declaración unilateral de voluntad, como fuente obligacional a diferencia de
los Códigos civiles de 1870 y 1884, en los que no se le contemplaba.
en comento, considera respecto a la relación entre el acto jurídico y la Teoría de las nulidades,
que "Y por ello nunca podríamos insistir demasiado sobre la interdependencia que existe en-
tre la teoría del acto jurídico y la teoría de las nulidades, por una parte; y entre el aspecto
teórico y el práctico de las mismas, por la otra':
l 8 BONNECASE, Julien,Elementos de Derecho Civil, op. cit., Apartado 179-1, pp. 222-226.
3.2. REQUISITOS
DE VALIDEZ DEL ACTO JURÍDICO-CONTRATO
4. CAP~TULO
CUARTO
LOS ELEMENTOS DE EXISTENCIA,
NATURALES Y ACCIDENTALES, EN LA DOCTRINA
Y DERECHO POSITIVO DE ITALIA Y ESPANA
En el ámbito del Derecho positivo y doctrinario europeo ha predominado
la Teoría alemana del hecho jurídico, en donde el negocio jurídico es su hilo
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O' El autor en mención, hace notar que la doctrina y legislación española no se apresuró a
aceptar el término de negocio jurídico, en especial por su tradición histórica, que también, deri-
vaba del Código de los franceses de 1804, y en particular, porque no era necesaria la inclusión
del término, pero sin embargo, el uso del término se fue extendiendo y en la actualidad el
mismo está muy arraigado tanto en la doctrina como en la legislación, aún en disposiciones
ajenas al Derecho civil, como la relativa al Derecho tributario. Ibidem, pp. 19 y 21.
"
STOLFI,Giuseppe, Teoría del Negocio Jurídico, Op. cit., Introducción, p. X V I I I .
2L Ibidem, p. 15.
23 Idem.
24 Zbidem, p. 18.
Los elementos naturales son las consecuencias del acto que tienen lugar
por disposición de la Ley en vista del silencio de los interesados; por tanto,
no es necesaria la voluntad de estos para que tengan lugar, pero es indispen-
sable para modificarlos o excluirlos.
25 Ibidem, p. 19.
nifestar su voluntad, esto es, son aquellos que en el caso concreto se agregan
a los requisitos y que no alteran la naturaleza del acto, por tanto, es necesaria
la manifestación de voluntad para insertarlos en el contenido del negocio, en
cuyo caso adquieren la misma importancia que los elementos e~enciales.~~
De lo anterior resulta que, los llamados elementos naturales y accidenta-
les del negocio jurídico, vienen a equivaler a las cláusulas naturales y acci-
dentales de los contratos o de los convenios en general, pero no equivalen a
los requisitos de validez o de eficacia del acto jurídico de la doctrina y Dere-
cho positivo mexicano, ya que, los primeros, esto es los requisitos de validez
están inmersos en los elementos o requisitos esenciales del negocio jurídico,
lo que en forma definitiva hace una diferencia, en el tratamiento que se les
da en el Derecho Positivo mexicano.
4.4.NULIDADES
E INEFICACIAS DE LOS NEGOCIOS JUR~DICOS
POR CARENCIA DE VOLUNTAD O POR VICIOS DE LA MISMA
26 Ibidem, p. 16.
I7 Ibidem, p. 77.
Idem.
I9 Idem.
4.5. SUPUESTOS
DE NEGOCIOS JURÍDICOS
IRREGULARES O INEFICACES
5. CONCLUSIONES
PRIMERA. Son dos las doctrinas que han estudiado al hecho jurídico en
sentido amplio, la francesa y la italiana.
SEGUNDA. La Teoría de los hechos jurídicos francesa es irreductible con
la alemana, por el tratamiento que una y otra, le da al acto jurídico, por con-
siguiente, en aras de una sistematización de la materia del hecho jurídico en
sentido amplio, pero en particular del acto jurídico, o bien, se sigue la tesis
francesa -como ocurre en el sistema jurídico mexicano, en la mayoría de
los Códigos civiles del país, a excepción, de Quintana Roo, y Coahuila-, o
se sigue la tesis alemana, pero no se debe técnicamente hablando, referirse
de manera indistinta entre acto jurídico y negocio jurídico.
TERCERA. El Código civil de 1928, y consecuentemente, los del año 2000,
sistematizan la materia del acto jurídico, a semejanza del sistema civil suizo,
a partir del contrato, con base al principio analógico contenido en el artícu-
lo 1859.
CUARTA. Si bien, el Código civil de 1870, primer Código civil de la Re-
pública mexicana y en consecuencia, el Código civil de1884, estuvieron ins-
pirados en el Código civil francés de 1804 a través del Proyecto de Código
civil de los españoles, conocido como Código civil de García Goyena, y por
lo tanto siguieron la sistematización del hecho jurídico en sentido amplio,
con dos amplias especies, el acto jurídico y el hecho jurídico en sentido es-
tricto, apegándose al artículo 1108 del Código civil napoleón, en lo relativo a
la estructura del acto jurídico contrato, no sucedió así con el Código civil de
1928 en el que se siguió la sistematización propuesta por Julián Bonnecase
que distinguía entre inexistencias y nulidades, sin subsumir los efectos de la
primera con la nulidad absoluta, como lo hacía la tesis clásica de las nulida-
des e ineficacias, lo que propició que el legislador mexicano de 1928, distin-
guiera entre elementos de existencia y requisitos de validez, lo que no hace
ni el propio Código civil francés actual.
QUINTA. NECESIDAD TÉCNICO- JUR~DICADE HACER DISTINCIÓN EN-
TRE INEXISTENCIAS Y NULIDADES. En cuanto a la necesidad de la distin-
ción entre conductas inexistentes como actos, y los actos nulos, el autor Ro-
jina vil lega^,^^ considera que ésta es necesaria, pues se traduce en diversas
consecuencias, de significado teórico y también, práctico.
1. CAP~TULO
PRIMERO
LA TEORÍA DE LAS NULIDADES, SU MARCO
DOCTRINAL Y DE DERECHO POSITIVO
Sólo se consideró como posibles ineficacias del acto jurídico a las nulidades
en que podía incurrir y distinguiendo la nulidad absoluta y la relativa, sin
hacer mención a la inexistencia.
La llamada Teoría francesa de las nulidades, a través de uno de sus más
importantes expositores, Marcelo Planiol, considera, por un lado, los elemen-
tos de existencia del acto jurídico y por el otro, a los requisitos de validez del
mismo. Y es así, como establece la diferencia entre la inexistencia y la nulidad.
1.1.1. CARACTER~STICASFUNDAMENTALES DE
LAINEXISTENCIA, NULIDAD ABSOLUTA O DE PLENO
DERECHO Y LA NULIDAD RELATIVA O ANULABILIDAD,
EN LA TESIS FRANCESA O CLÁSICA DE LAS NULIDADES'
a) Inexistencia
Se considera así aquella conducta humana que es inexistente como acto
jurídico para el Derecho, cuando le falta un elemento esencial, en ausencia del
b) Nulidad
En el acto nulo, se dan los elementos de existencia pero de modo imper-
fecto; por este motivo, no producirá efecto legal alguno o los producirá de
manera provisional, pues los mismos serán destruidos de manera retroacti-
va, cuando se determine la nulidad del acto por la autoridad judicial. La tesis
clásica, subclasifica los actos nulos en: nulos absolutos o de pleno derecho, y
en nulos relativos o anulables.
a') La nulidad absoluta o de pleno derecho. Se origina con el nacimiento
del acto, cuando el mismo va en contra de una norma que integra el orden
público. El acto nulo absoluto en esta tesis, es asimilado al inexistente, y por
ello, se sostiene que no produce efecto legal alguno.
b') La nulidad relativa o anulabilidad. Al igual que la absoluta, el acio
nace viciado desde el nacimiento, pero produce plenamente sus efectos, mis-
mos que se anularán una vez que el juez declare la nulidad, Sólo puede ser
invocada por las personas en cuyo favor la establece la ley y es susceptible de
convalidarse por confirmación o por prescripción.
GUTIÉRREZ Y GONZÁLEZ, Ernesto, Derecho de las Obligaciones, op. cit., Apartados 112
al 115, pp. 130-132; y también, cfr. el trabajo recepcional para obtener el grado de Doctor en
Derecho que presentó Guillermo Mauricio Navarro Chavarría, en el Posgrado de Derecho de
la Universidad Nacional Autónoma de México, titulada Análisis Integral para la regulación
moderna de la inexistencia y las nulidades totales y parciales. Su aplicación en los Código Civi-
les, en México, DF, 2004, pp. 53-63.
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' BONNECASE,Julien, Elementos de Derecho Civil, trad. de José M. Cajica Jr., Tomo 11,
Derecho de las Obligaciones de los Contratos y del Crédito, Cárdenas Editor Distribuidor,
México, DE 2002, Apartado 250, p. 280.
Ibidem, Apartado 250, p. 281.
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vos a los que dicha figura se ha hecho acreedora. Para Bonnecase, por ejem-
plo, la inexistencia es la verdad de los siglos, con lo que pretende poner de
relieve su realidad e importancia. Los Mazeaud en cambio, la califican como
inútil y falsa, para negarle hasta un mínimo de verdad.
La coexistencia de esos dos criterios ha contribuido a proyectar una oscu-
ridad que no han disipado ni los redactores del Código Civil, ni la doctrina.
En suma, la teoría de la inexistencia, en los negocios jurídicos, se ha sus-
tentado en el principio de que ésta significa la nada jurídica, esto es, que el
acto afectado de inexistencia es la nada y por ello no produce efecto legal
alguno, pues de la nada sólo y precisamente puede surgir nada.
Quienes defienden y hacen valer a la inexistencia, coinciden en afirmar
que si bien hay producción de efectos, éstos no provienen de un acto, pero sí
como hecho jurídico.
Aquellos que no aceptan la teoría de la inexistencia dicen que el llamado
acto jurídico inexistente, sí produce ciertos efectos. Ejemplo del que compró
un bien que ya no existía y pagó un anticipo; no por ser inexistente, el acto
por falta de objeto, no habrá efectos; por supuesto que los habrá, toda vez
que tiene derecho a que se le devuelva su dinero, entonces sí hay efectos.
Por su parte el artículo 2224 del Código Civil de 1928 y que se reprodujo
en el Código Civil para el Distrito Federal, dispone que el acto jurídico
inexistente, por falta de consentimiento o de objeto que pueda ser materia
de él, no producirá efecto legal-,alguno como tal; no es susceptible de valer
por confirmación ni por prescripción, y su inexistencia, puede invocarse por
todo interesado.
De este precepto encontramos las siguientes características de la inexis-
tencia:
Es inconjrmable, la inexistencia es la nada, la supuesta confirmación se-
ría de la nada y nada resultaría.
Es imprescriptible, por lo tanto ni el transcurso del tiempo, así fuere por
demás prolongado, puede crear algo que no existe.
Puede oponerse por cualquier interesado, cualquiera que sea tiene dere-
cho a prevalerse de la inexistencia de un acto jurídico.
Para que tenga lugar la inexistencia no se requiere de la intervención ju-
dicial; cuando la hubiere el Juez se limitará a declararla, es decir a resolver la
duda de que el acto es o no inexistente.
Casos concretos de inexistencia: actos simulados; actos celebrados por
un sujeto afectado de sus facultades mentales; adquisición de un inmueble
por un extranjero en tierra y aguas ubicadas en la porción del territorio na-
cional comprendida hasta 100 km a lo largo de las fronteras y 50 km a lo
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1.4.4. NULIDAD
RELATIVA
2. CONCLUSIONES
BONNECASE, Julien, Elementos de Derecho Civil, trad. de José M. Cajica Jr., Tomo 11.
Derecho de las Obligaciones de los Contratos y del Crédito. Cárdenas Editor
Distribuidor. México. D.F. 2002.
GUTIÉRREZ Y GONZÁLEZ, Ernesto, Derecho de las Obligaciones, décima séptima edi-
ción adicionada y puesta al día por Raque1 S. Contreras López, Porrúa, 2008.
ROJINA VILLEGAS, Rafael, Derecho Civil Mexicano, Tomo Segundo, Derecho de Fami-
lia, 9a ed., Concordancia con la legislación vigente por Adriana Rojina García,
Porrúa, 1998.
l. PRESENTACIONCONJUNTA
3. CONCEPTO DE AUTONOMÍA
DE LA VOLUNTAD
las zonas en las que los particulares tienen vedado campear pues si lo hacen,
al actuar en tales sitios lesionan el orden público.
En tales condiciones, los particulares pueden y suelen desplazarse en ese
campo en el que tienen libertad de acción tanto para decidir el otorgamiento
O no de un acto, como para en su caso, pactar el contenido del mismo, sin
más límites que lo impuesto por el orden público, el que en ocasiones le im-
pone lo primero y le circunscribe su radio de acción en lo segundo. Así, hay
un campo correspondiente a la autonomía de la voluntad, en el que bajo
cualquier circunstancia los particulares proyectan su actividad con esa auto-
rregulación en un mundo en que todos debemos velar por nosotros mismos
y cuidarnos de no ser víctimas de abuso, lo que nos hace mantenernos aler-
tas en nuestra actuación diaria, pero a propósito de lo cual, el orden legal da
por bueno aquello a lo que nos hemos obligado o que aquello a lo que haya-
mos renunciado; pero además, hay otro campo que delimita al primero y
que es ocupado por el orden público, en el que no cabe esa autorregulación
sino que habrá que estar a lo que la ley establece al respecto, sin posibilidad
de discusión alguna pues la ley no da oportunidad a esa autorregulación, y
lo aplicable para el supuesto de que se trata se tiene por pactado en los tér-
minos legales y no admite modificación por la voluntad de los particulares.
Son varias los preceptos que en los primeros veintiún artículos del códi-
go correspondientes a sus disposiciones preliminares y en que se desarrolla
le teoría de la ley, que ponen de manifiesto la supremacía y la prevalencia de
su fuerza obligatoria, no obstante la realización de acciones de particulares
que pudieran eventualmente hacer dudar de ella.
En primer lugar debemos estar a lo indicado en su artículo 90 conforme
al cual, "la ley sólo queda abrogada o derogada por otra posterior que así lo
declare expresamente, o que contenga disposiciones total o parcialmente in-
compatibles con la ley anterior", de manera tal que es a la ley y únicamente a
la ley a la que le corresponde dejar- sin efecto lo dispuesto en la propia ley,
sin la posibilidad de que otro acto, sea oficial o particular, le haga perder la
fuerza obligatoria general que la caracteriza, pero independientemente de
que en determinadas condiciones, por tratarse de intereses de alguien en lo
personal, y sin que ello signifique la derogación en sí de lo previsto en la ley,
un sujeto renuncie a los derechos que ésta le permita hacerlo, siempre y
cuando no se lesione el orden público con tal renuncia.
De lo dicho se desprende que la ley sólo pierde fuerza obligatoria por
que otra ley posterior se la desconozca. Congruente con lo anterior, "contra
la observancia de la ley no puede alegarse desuso, costumbre o práctica en
contrario" (artículo 10); es decir, ningún acto u omisión de particulares pue-
de hacer perder vigencia a la ley, cuya fuerza obligatoria se verá inalterada a
pesar de falta de positividad, de hábitos que inclusive se consideren conduc-
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que establece la ley; igualmente es de apuntarse que según el artículo 830, "el
propietario de una cosa puede gozarla y disponer de ella con las limitaciones
y modalidades que fijen las leyes"; en tanto que el artículo 2964 ordena que
"el deudor responde del cumplimiento de sus obligaciones con todos sus
bienes, con excepción de aquellos que, conforme a la ley, son inalienables o
no ernbargables".
En tales condiciones, quien llega a la mayoría de edad, lo mismo puede
contraer matrimonio que otorgar cualquier acto jurídico o celebrar cualquier
contrato con la sola eventual limitación legal, lo que se confirma en cuanto a
la libre posibilidad de disposición para el caso de que el objeto materia del
acto o del contrato de que se trate son de su propiedad, amén de que en todo
caso, cualquier bien de su propiedad será garantía para sus acreedores, salvo
aquello que la ley excluya de esa susceptibilidad. Más aún, la plenitud obser-
vada en todas las manifestaciones indicadas es irrestricta, aún contra el que-
rer del directamente afectado, sea unilateral o convencional, pues si por
ejemplo, se obligare contractualmente a no disponer, su compromiso sim-
plemente se tendría por no asumido y podría en todo caso revocarlo o bien,
si en iguales términos pretendiere excluir bienes de esa garantía general que
todos tenemos ante nuestros acreedores, tal exclusión se quedaría en mera
pretensión frustrada por inoponible.
Así pues, el orden público que campea en los principios de legalidad es
claro y contundente; la inderogabilidad de la ley es evidente y su proceden-
cia opera aún contra el querer de cualquier sujeto, así sea de Derecho Públi-
co, pues sólo la ley misma puede dejarlo sin efecto. Inclusive, congruente con
lo anterior, el objeto del contrato puede ser o la cosa que el obligado debe
dar o el hecho que el obligado de hacer o no hacer (artículo1824), más no
hay un objeto que sea la cosa que el obligado "deba no dar'', precisamente
porque las obligaciones son de dar (artículos 201 y siguientes) y de hacer o
no hacer, (artículos 2027 y 2028), pero no de "no dar''.
Como fuere, según hemos visto, los derechos que el orden público con-
fiere no son renunciables, aún cuando se quisiere lo contrario, pues cual-
quier manifestación de renuncia no afectaría en sentido alguno. Si alguien
declina un derecho que el orden público le otorga, para efectos de ley es
como si no lo hubiere hecho. No prosperará demandársele como si el dere-
cho no hubiere existido ni oponérsele su declinación.
establece que "sólo pueden renunciarse los derechos privados que no afecten
directamente al interés público, cuando la renuncia no perjudique derechos
de tercero", lo que relacionado con la parte inicial del precepto, y dando por
descartado cualquier cuestionamiento a la obligatoriedad de la ley sin ex-
cepción alguna, trae consigo por su parte considerar que renunciar no es
derogar; es simplemente, optar por dejar de tener o por perder el derecho
que se tiene.
Inclusive, la propia ley contiene algunos supuestos en los que puede te-
ner lugar esa renuncia. Simplemente recordemos que en todos las previsio-
nes de cláusulas naturales hay una renuncia de por medio. Así por ejemplo,
tengamos presente que el deudor puede ceder sus bienes a los acreedores en
pago de sus deudas; y esta cesión, salvo pacto en contrario sólo libera a aquél
de la responsabilidad por el importe líquido de los bienes cedidos (artículo
2062); por regla general, el pago debe hacerse en el domicilio del deudor,
salvo que las partes convinieren otra cosa.. ." (artículo 2082); los contratantes
pueden aumentar o disminuir convencionalmente los efectos de la evicción y
aún convenir que ésta no se preste en ningún caso (artículo 2121); los con-
tratantes pagarán por mitad los gastos de escritura y registro, salvo convenio
en contrario (artículo 2263); y los frutos del animal alquilado pertenecen al
dueño, salvo convenio en contrario (artículo 2471).
En efecto, tanto las cláusulas que se refieren a la esencia de los contratos
como las correspondientes a su naturaleza ordinaria, se tienen por puestas
aunque no se expresen (artículo 1836),pero el sentido de estas últimas pue-
de modificarse por la voluntad de las partes, lo que bajo cualquier circuns-
tancia significa una renuncia, pues, en el primero supuesto de los apuntados
en el párrafo que precede, puede ser que haga renunciar a los acreedores de
cantidades que no sean líquidas; en el segundo una de las partes renunciará
a los efectos definidos de la evicción; en el tercero, por renuncia, una de las
partes pagará más y por el último supuesto, puede ser que el dueño del ani-
mal alquilado renuncie a lo que le pertenece, pero en todo caso, al permitir
la ley tales renuncias, considera que sus respectivos objetos son derechos
privados, los cuales, al tenor de coindicado por el artículo 60 congruente-
mente son renunciables.
Por su parte, las cláusulas que se refieren a la esencia del contrato se tie-
nen igualmente por puestas, mas no existe la posibilidad legal de su modifi-
cación convencional, pues ello traería como consecuencia la nulidad por lo
menos de lo pactado si no es que del contrato mismo, dado que ese conteni-
1 do corresponde a una materia inmodificable por la voluntad de los particu-
lares al no hacer el artículo 1835 salvedad alguna en contra, como sí lo hace
respecto de las cláusulas naturales, al referirse éstas a derechos de carácter
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rios de la ley. Ahora resulta que cuanto ordenamiento se elabora e inicia vi-
gencia, sus disposiciones son "de orden público e interés social".
Constancia de esa evolución pausada, que trae consigo la permanencia
de los principios cristalizados en ley y denota la buena calidad de lo otrora
legislado, así como la seriedad y madurez de las disposiciones de lo civil, es
que en el código de 84 se señaló a la propiedad como "el derecho de gozar y
disponer de una cosa, sin más limitaciones que las que fijan las leyes" (artí-
culo 729). "El mayor de edad -estableció el artículo 597 de dicho ordena-
miento- dispone libremente de su persona y de sus bienes" tal como lo seña-
lan los artículos 24 y 647 del código actual, pero estos agrega que sin más
limitaciones que las establecidas en la ley, en tanto que el anterior obligaba a
las mujeres entre los 21 y los 30 años a permanecer al lado de sus padres,
con las salvedades indicadas en el propio precepto; restricciones que subsis-
tieron en la Ley sobre relaciones Familiares (artículo 479), pero que se exclu-
yeron del Código Civil.
En el mismo orden de ideas, tengamos en cuenta que el artículo 1310
del código de 84 es antecedente directo y modelo del 1839 del actual, pues
uno y otro aluden tal cual a las cláusulas esenciales y naturales de los contra-
tos y con igual tratamiento y salvedades. Por cierto, el artículo 6O vigente re-
conoce su origen en los artículos 6 y 15 del ordenamiento de anterior, en
tanto que el artículo 8O de código actual proviene de 70 del ordenamiento
que le precedió.
.
CONTRATOS TRASLATIVOS DE DOMINIO Montero Serrano 95
1. LA FAMILIA
102 CIEN ANOS DE DERECHO CIVIL EN MBXICO. Homenaje a la UNAM por su Centenario
104 CIEN ANOS DE DERECHO CIVIL EN MÉXICO. Homenaje a la UNAM por su Centenario
Hoy en día, la mujer no sólo exige igualdad ante la ley, también reclama
que los trabajos del hogar, incluyendo la crianza y el cuidado de los hijos
sean compartidos, coincidimos con -Montero Duhalt- Los tradicionales
roles femenino y masculino van a ser, en poco tiempo, cosa del pasado.'
2. PRINCIPALES CAMBIOS
EN LA CONFORMACIÓNDE LA FAMILIA
ZANNONI,
Eduardo, Derecho Civil Derecho de Familia, Astrea, Buenos Aires, 1993, T. 2,
p. 274.
106 CIEN ANOS DE DERECHO CIVIL EN MBXICO Homenaje a la UNAM por su Centenario
MART~NEZ,
DOM~NGUEZ Jorge Alfredo, Derecho Civil. Familia, Porrúa, México, 2008,
p. 475.
4. PRINCIPALES CAMBIOS
EN RELACIÓNAL MATRIMONIO
Esta institución ha sido objeto de una infinidad de reformas, sin embar-
go, las que tuvieron lugar a finales de 2009 son de tal magnitud, que bien
podemos afirmar que con ellas hasta se deformó la esencia de esta institu-
ción. Sin el propósito de hacer alusión a todos los cambios, sólo haré men-
ción de algunos que he considerado más significativos.
El primer cambio importante en esta institución lo dio el presidente Be-
nito Juárez con Ley de Matrimonio Civil de 1859, con su entrada en vigor se
desconoce el carácter sacramental del matrimonio, para convertirlo en un
acto de carácter civil.
108 CIEN ANOS DE DERECHO CIVIL EN MeXlCO Homenaje a la UNAM por su Centenario
110 CIEN ANOS DE DERECHO CIVIL EN MÉXICO Homenaje a la UNAM por su Centenario
4.5. REFORMAS
DEL AÑO 2004
por un médico titulado, que asegurara bajo protesta de decir verdad que los
pretendientes no padecían sífilis, tuberculosis, ni enfermedad alguna crónica
e incurable, que sea además contagiosa o hereditaria. Esta fracción fue dero-
gada, según la exposición de motivos porque la mayoría de las enfermedades
que pueden detectarse a través de dichos certificados, como la tuberculosis y
la sífilis ya son curables y por ello ya no representan el peligro para la salud
pública que tenían antiguamente. Lo cual es un grave error, porque al elimi-
narse el certificado médico, ninguno de los pretendientes podrá conocer con
certeza el estado de salud del otro contrayente, quedando sujeto sólo a la
confianza y buena fe del el otro pretendiente. El legislador ignoró que en
múltiples ocasiones los pretendientes apenas y se conocen, y si bien es cierto
que enfermedades como la tuberculosis y la sífilis ya son curables, no por
ello dejan de ser agresivas. Los contrayentes bien pueden estar enfermos,
quizá ni siquiera ellos mismos estén enterados de su padecimiento. El legis-
lador no considera que han aparecido actualmente enfermedades muy gra-
ves y que son fácilmente detectables como el VIH SIDA, y el Virus del Papi-
loma Humano.
Las anteriores reformas pudieran justificarse en la simplificación admi-
nistrativa, pero al hacer dispensables impedimentos como la impotencia in-
curable para la cópula, padecer alguna enfermedad crónica, incurable, con-
tagiosa y hereditaria, eliminarse como requisitos los certificados médicos y
los testigos; también se erosiona la seriedad de la institución, porque se pone
al alcance de cualquier persona, convirtiéndose en una institución barata,
frívola y superficial.
112 CIEN ANOS DE DERECHO CIVIL EN MBXICO. Homenaje a la UNAM por su Centenario
Por lo que se refiere a la adopción, toda vez que dicha reforma no hace
ninguna distinción respecto a los requisitos que se exigen a las personas para
ser adoptantes, cuando se trata de una pareja constituida por personas del
mismo sexo, también se abre la posibilidad para que parejas homosexua-
les, ya sean cónyuges, concubinas o concubinos, puedan adoptar, deforman-
do también esta institución. Recordemos que la adopción atribuye al adop-
tado el carácter de hijo de los adoptantes y a estos el carácter de padres, pero
si los solicitantes son una pareja homosexual, entonces el adoptado tendrá
dos padres y ninguna madre, o bien, dos madres y ningún padre, con lo cual
no quedaría integrado a una familia normal, es decir, con una figura mater-
na y paterna, cuando es bien sabido que por naturaleza una persona siempre
tiene un padre y una madre. Además, en forma natural sería imposible que
una pareja homosexual pudiera procrear hijos, por lo tanto, para bien o para
mal se afecta a un tercero, al adoptado, quien nada tiene que ver con la vo-
luntad de la pareja homosexual que solicita su adopción, lo peor del caso es
que éste ni siquiera puede defenderse, porque es menor de edad o mayor
incapacitado.
Finalmente, en otros aspectos relacionados con los derechos y obligacio-
nes del matrimonio, en el último siglo se han generado infinidad de cambios
legislativos tendientes a lograr la igualdad ante la ley del hombre y de la mu-
jer. Sólo recordemos que en los códigos de 1870 y 1884, cuando una mujer
contraía nupcias quedaba sujeta a un régimen especial, que la colocaba en
una situación de desventaja con respecto al varón, la unión conyugal le im-
ponía a la mujer como obligaciones, entre otras, vivir con el marido, seguirlo
a donde éste se estableciera, obedecerlo en todo lo relativo al hogar, a la ad-
ministración de los bienes y a la educación de los hijos. La mujer casada por
ley quedaba destinada para dedicarse a las labores del hogar, a la crianza y al
cuidado de los hijos, para poder realizar alguna actividad fuera del hogar
tenía que pedir autorización al marido, éste podía negársela, también queda-
ba impedida para comparecer en juicio, ya sea por sí o por procurador, el
marido era el administrador de los bienes conyugales y quien legalmente la
representaba, no podía adquirir bienes a título oneroso, vender sus bienes ni
obligarse.
Después de múltiples reformas que se inician con la Ley sobre Relacio-
nes Familiares de 1917, ha ido cambiando paulatinamente, la situación de la
mujer casada. Este ordenamiento comenzó por atribuirle a ambos cónyuges
en el matrimonio la misma autoridad y consideraciones, también le permi-
tió a la mujer administrar sus bienes y comparecer en juicio en asuntos de su
interés personal, sin tener que pedir autorización al marido, aunque seguía
exigiendo licencia de éste para dedicarse a alguna actividad distinta al hogar.
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114 CIEN ANOS DE DERECHO CIVIL EN MBXICO. Homenaje a la UNAM por su Centenario
5. E V O L U C I ~ N
DEL DIVORCIO
En los últimos cien años esta institución ha experimentado infinidad de
modificaciones, la doctrina reconoce dos tipos o sistemas de divorcio; el di-
vorcio separación y el divorcio vincular, el primero es aquel que se limita
únicamente a la separación de cuerpos sin disolver el vínculo que subsiste
como impedimento para contraer matrimonio. El segundo tipo o sistema es
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116 CIEN AROS DE DERECHO CIVIL EN MÉXICO Homenaje a la UNAM por su Centenario
118 CIEN ANOS DE DERECHO CIVIL EN MBXICO. Homenaje a la UNAM por su Centenario
120 CIEN ANOS DE DERECHO CIVIL EN MEXICO Homenaje a la UNAM por su Centenario
6 . CONCLUSIONES
1. NOTA INTRODUCTORIA
2. PERSPECTIVA sOCIOL~GICA
122 CIEN ANOS DE DERECHO CIVIL EN MEXICO Homenaje a la UNAM por su Centenario
3. PERSPECTIVA JUDEO-CRISTIANA
Por otra parte, vemos que la filosofía Judaica ha sido utilizada para
transformar el antiguo matriarcado a partir de la afirmación que el Creador
engendró al hombre (Adán) del cual nació la mujer (Eva) en situación de in-
ferioridad ab-initio; sin embargo, podemos constatar que -derivado de la
misma doctrina- hace dos mil años, en las riberas del lago Galilea, un jo-
ven judío llamado Jesús, reconocido como gentil y compasivo, ya denuncia-
ba a las clases gobernantes de su tiempo por explotar y oprimir al pueblo de
Palestina. Además, rechazaba la posición subordinada y aislada que su cul-
tura hebrea le asignaba a las mujeres; relacionándose libremente con ellas, lo
que en sí constituía una forma de herejía en su época.
Ese tal Jesús proclamó la igualdad espiritual de todos, afrenta que pagó
con su vida; surgiendo así el Cristiani~mo.~
4. PERSPECTIVA JURÍDICA
Cfr. EISLER, Riane, El cáliz y la espada. La mujer como fuerza en la Historia, México,
Pax, 1997, p. 136.
KELLY,Joan,"La relación social entre los sexos: implicaciones metodológicas de la his-
toria de las mujeres': en NAVARRO, M. y STIMPSON, C. R. (comps.), Un nuevo saber. Los estu-
dios de la mujer, Vol. 11: Sexualidad, género y roles sexuales, México, Fondo de Cultura Eco-
nómica, México, 1999, pp. 15 y 18.
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126 CIEN ANOS DE DERECHO CIVIL EN MEXICO Homenaje a la UNAM por su Centenario
al padre por todo lo cual se ha creído conveniente establecer que los bienes del
hijo sean administrados de acuerdo con los ascendientes que ejerzan la patria
potestad, quienes en cualquier caso disfrutarán como remuneración por sus
trabajos, la mitad del usufructo de dichos bienes, mitad que será divisible entre
ambos ascendientes.
En mismo año, la máxima legislación mexicana de 1917 concedió al
hombre y a la mujer los mismos derechos, aunque sólo en materia de garan-
tías individuales; ya que tuvieron que pasar más de treinta años, para que
por medio de las reformas a los artículos 34 y 35 constitucionales, se le otor-
garan derechos políticos a la mujer, es decir, el derecho a ejercer el voto.
El artículo lo ordenaba: "En los Estados Unidos Mexicanos todo indivi-
duo gozará de las garantías que otorga esta Constitución, las cuales no po-
drán restringirse ni suspenderse, sino en los casos y con las condiciones que
ella misma establece".
Es decir, este precepto jurídico entrañaba de manera absoluta e innega-
ble la garantía individual y derecho absoluto de "igualdad que se considera
debe existir entre todos los seres humanos; el cual posteriormente fue com-
pletado con la prohibición de la esclavitud y de discriminación por cualquier
motivo, como el de género.
128 CIEN ANOS DE DERECHO CIVIL EN MBXICO. Homenaje a la UNAM por su Centenario
a la mujer al indicar que serían mexicanos por nacimiento aquellos que na-
cieran fuera de la República de padre mexicano o de madre mexicana y pa-
dre desconocido. Asimismo, refiere la importancia en el tema de la mujer a
la reforma del artículo 40 constitucional el cual consagra la igualdad del
hombre y la mujer ante la ley.lo
El logro antes aludido, se puede constatar con la lectura del segundo pá-
rrafo del artículo 40 constitucional, el cual establece que el varón y la mujer
son iguales ante la ley; es decir que los hombres y las mujeres tienen los mis-
mos derechos y obligaciones que establecen y ordenan las leyes; garantizan-
do los derechos indistintamente para ambos. De esta forma, queda implícita
la prohibición de cualquier clase de discriminación o segregación por moti-
vo del sexo o género de las personas.
Como corolario de lo anterior cabe apuntar cual es la distinción entre
género y sexo, como lo registran Marysa Navarro y Catherine R. Stimpson,
en cuanto a que sexo es una condición biológica y género es un conjunto de
normas y comportamientos sociales y psicológicos."
ART. 1679.-No podrá ser albacea el que no tenga la libre disposición de sus
bienes. La mujer casada, mayor de edad, podrá serlo sin la autorización de su
esposo.
poco a poco, a través del desempeño de labores remuneradas, han ido lo-
grando un reacomodo en la vida social del País.16
La autora en cita refiere que la mujer también enfrenta el problema refe-
rente al sistema de promoción laboral, el cual esta basado en el supuesto de
una continuidad ininterrumpida de servicios; siendo que la mayor parte
de las mujeres no pueden cumplir con ese requisito por razones del parto y
crianza de los hijos.
Los logros y problemas antes citados, entre muchos otros, reflejan que
respecto al mejoramiento de la situación jurídica de la mujer en México, se
han establecido reformas aisladas y de corto alcance; mostrando éstas, la ur-
gente necesidad de realizar una reestructuración de nuestra normatividad,
en forma tal que se salvaguarden la dignidad fundamental de las mujeres, a
través de normas jurídicas que orienten valores que se dirijan a una nueva
distribución de recursos.
Cabe aquí señalar el índice de las actividades productivas no pagadas a
las mujeres o mal pagadas indicadas por el reporte del Estado Mundial de las
Mujeres de 1985 de las Naciones Unidas, en cuanto a que las mujeres consti-
tuyen la mitad de la población, realizan dos tercios del trabajo mundial en
términos de horas, y ganan un décimo de lo que perciben los hombres y son
dueñas de un centésimo de las propiedades que poseen los hombres."
Estas cifras claramente indican que deben rechazarse todas las soluciones
que atenúan la disparidad a corto plazo y a la larga refuerzan los prejuicios
en lo que concierne a las mujeres, por lo que es necesario luchar por la instau-
ración de nuevos modelos normativos que permitan avanzar hacia un futuro
basado en la promoción de valores solidarios; dado que la supervivencia de
nuestra especie ha llegado a ser más dependiente -ya no de la concepción
de nuestra evolución y diferencias sexuales- sino de nuestra evolución cul-
tural y del sostenimiento de principios de justicia e igualdad con cimentación
en los fuertes lazos de solidaridad vinculantes de una sociedad avanzada.
erative and the United Nations, New Internationalist Publications, 42 Hythe Bridge Street, Ox-
ford, 0 x 1 2Ee united. Kingdom, p. 1 . La traducción fue examinada por la articulista.
Matrimonio
Sara Arellano Palafox
1. ANTECEDENTES
' ROJINA VILLEGAS, Rafael, Derecho Civil Mexicano, Derecho de Familia, T. 11, 9a ed., Po-
rrúa, México, 1998, pp. 195-196.
136 CIEN AROS DE DERECHO CIVIL EN MBXICO. Homenaje a la UNAM por su Centenario
3. NATURALEZA JURÍDICA
4. EFECTOS
Los efectos que produce la celebración del matrimonio son de tres tipos:
1 . Entre consortes
Integrados por el conjunto de derechos y deberes irrenunciables, per-
manentes, recíprocos, de contenido ético-jurídico: fidelidad, cohabitación
y asistencia.
2. En relación a los hijos
bb Para atribuirles la calidad de hijos habidos en matrimonio.
bb Para legitimar habidos fuera del matrimonio mediante el subsecuente
enlace de los padres.
5. REGÍMENES PATRIMONIALES
El régimen matrimonial es una institución jurídica, complemento inelu-
dible del matrimonio, susceptible de revestir diversas formas, ya sea que
éstas hayan sido organizadas por la misma ley, o bien que se deriven de la
voluntad de las partes dentro de los límites establecidos por la ley, cuyas
normas tienen como objeto fijar la condición jurídica de los bienes de los
esposos, tanto en sus relaciones entra sí, como respecto a terceros; esto, en
principio, de una manera inmutable, ya sea durante el matrimonio o en la
época de su dis~lución.~
6. SOCIEDAD CONYUGAL
tración de los bienes, la cual deberá recaer en ambos cónyuges, salvo pacto en
contrario.
7. NATURALEZA JURfDICA
8. EFECTOS
La sociedad conyugal nace al celebrarse el matrimonio o durante éste,
pero dicha sociedad se constituye a través de las capitulaciones matrimo-
niales, las cuales deberán constar con ciertas formalidades exigidas por la
ley como, por ejemplo, que sean otorgadas en escritura pública, etc. (art. 185
CCDF).
En las capitulaciones matrimoniales se estipularán, entre otras cosas:
Lista detallada de los bienes muebles e inmuebles que cada cónyuge
va a aportar a la sociedad.
bb Nota pormenorizada de deudas que pudiera tener alguno de los cón-
yuges antes de celebrar el matrimonio y aclarar si la sociedad conyu-
gal responderá por éstas.
M La declaración de ambos cónyuges de que si los bienes que adquieran
en lo futuro, ya se por donación, herencia, etc., formarán parte de la
sociedad conyugal.
bb La forma en que se va a administrar la sociedad y también quién la
administrará.
M La forma de disolución de la sociedad.
9. SEPARACIONDE BIENES
Es el régimen patrimonial del matrimonio por virtud del cual los cón-
yuges conservan la propiedad y administración de los bienes que respecti-
vamente les pertenecen, así como los frutos y accesorios de dichos bienes y
los sueldos, salarios, emolumentos y ganancias que cada uno reciba por
servicios personales en su oficio, empleo, profesión, industria o comercio
(arts. 212 y 213).
Este régimen surge en virtud de capitulaciones anteriores al matrimo-
nio o durante éste por convenio de los cónyuges o por sentencia judicial
(art. 207 CCDF).
10. EFECTOS
La separación de bienes puede ser absoluta o esto quiere decir
que aquellos bienes que no estén comprendidos en las capitulaciones que
constituyan la separación de bienes formaran parte del patrimonio de la so-
ciedad conyugal que deberán constituir los cónyuges.
Cuando se establece en las capitulaciones el régimen de separación de
bienes, éstas tienen que contener una lista detallada de los bienes de cada
pretendiente al celebrar el matrimonio, así como las deudas que cada uno
tenga también; más que nada se busca brindar una seguridad a cada esposo
sobre la situación de su cónyuge.
Las capitulaciones en donde se establezca la separación de bienes se
pueden hacer, ya sea antes del matrimonio o durante el matrimonio.
Cada cónyuge es propietario de sus bienes y puede actuar con total inde-
pendencia, administrándolos y disponiendo de ellos con total libertad. La
única obligación es contribuir a los gastos comunes del matrimonio en pro-
porción a su poder adquisitivo.
La forma de terminar la separación de bienes será por:
M La muerte del cónyuge que propuso este sistema patrimonial en el
matrimonio.
M Por convenio.
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142 CIEN ANOS DE DERECHO CIVIL EN MÉXICO Homenaje a la UNAM por su Centenario
2. CONCEPTO DE FILIACI~N
144 CIEN ANOS DE DERECHO CIVIL EN MÉXICO. Homenaje a la UNAM por su Centenario
Idem.
LÓPEZDEL CARRIL, Julio, Derecho de Familia, Abeledo-Perrot, Argentina, 1984, p. 417.
CICU,Antonio, La Filiación, trad. por Faustino Girnénez Arnau y José Santacruz Tejei-
ro, Revista de Derecho Privado, España, 1930, p. 16.
Cfr. LÓPEZFAUGIER, Irene, La Prueba Científica de la Filiación, Porrúa, 2005, p. 93.
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FILIACION POR NATURALEZA, POR REPRODUCCI6N ASISTIDA Y POR ADOPCI6N López Faugier 145
146 CIEN ANOS DE DERECHO CIVIL EN MEXICO Homenaje a la UNAM por su Centenario
3. TIPOS DE FILIACION
La clasificación de la filiación en cuatro especies atiende a que en oca-
siones la filiación biológica es diferente a la filiación legal, pues la primera
deriva del hecho natural de la procreación, mientras la segunda se despren-
de del vínculo jurídico que liga a quienes ante la ley son padres y madres e
hijos e hijas.9
FILIACI6N POR NATURALEZA, POR REPRODUCCI6N ASISTIDA Y POR A D O P C I ~ N López Faugier 147
FILIACION POR NATURALEZA, POR REPRODUCCI6N ASISTIDA Y POR ADOPCION López Faugier 149
" Cfr. IGLESIAS, Juan,Derecho Romano. Instituciones de Derecho Privado, ga ed., Ariel,
España, 1987, p. 552.
150 CIEN ANOS DE DERECHO CIVIL EN MBxICO. Homena~ea la UNAM por su Centenario
origen, desde el Código Civil de Oaxaca de 1827 hasta el Código Civil para
el Distrito Federal en Materia Común y para toda la República en Materia
Federal de 1928.
En todas estas leyes, es patente la diferencia que se hizo de los hijos, a
quienes en principio diferenció como legítimos e ilegítimos, clasificando a
estos últimos en categorías francamente infamantes, al precisar aun más en
detalle el origen de su nacimiento, como por ejemplo: hijos naturales, aque-
llos habidos de concubina; hijos espurios o adulterinos, los habidos entre
personas de las cuales, una por lo menos estuviera casada; hijos incestuosos,
los nacidos de parientes en grado que estuviera prohibido el matrimonio;12
hijos sacrílegos, los procreados por persona o personas ligadas por voto de
castidad; e hijos mánceres, los habidos de prostituta.13
Fueron dos los motivos de esta infamante clasificación que a lo largo de
las legislaciones civiles prevaleció, el primero, castigar a los infractores de la
institución matrimonial con la condena y estigmatización de sus descendien-
tes, y en segundo lugar, el conferirles a los descendientes derechos hereditarios
en diferentes proporciones, de acuerdo a la categoría a la cual pertenecían.
Con la modificación al Código Civil para el Distrito Federal en Materia
Común y para toda la República en Materia Federal realizada por la Asam-
blea Legislativa del Distrito Federal, publicada en el año 2000,14se suprimie-
ron casi todo tipo de clasificaciones de los descendientes por razón de su
origen. De hecho, el artículo 338 Bis de dicho ordenamiento jurídico dispo-
ne a la letra:
La ley no establece distinción alguna entre los derechos derivados de la filia-
ción, cualquiera que sea su origen.
Es importante leer con detenimiento este precepto normativo, pues en
realidad determina la igualdad de los derechos derivados de la filiación, no
la igualdad de los descendientes ante la ley, la cual propiamente no existe, ya
que todavía en la actualidad la ley sustantiva civil del Distrito Federal, emite
ciertos calificativos de los hijos en razón a su origen en diversos presupues-
tos jurídicos, como por ejemplo en los artículos 58 referente a los descen-
ral carecía de facultades para modificar la legislación civil que en 1928 fue emitida por el eje-
cutivo federal, y al haber vulnerado el proceso legislativo e invadido competencias, el actual
Código Civil para el Distrito Federal, si bien está vigente es inconstitucional.
FILIACI6N POR NATURALEZA, POR REPRODUCCI6N ASISTIDA Y POR ADOPCI6N López Faugier 151
l5 Artículos 324 del Código Civil Federal y del Código Civil para el Distrito Federal.
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152 CIEN ANOS DE DERECHO CIVIL EN MÉXICO. HonIenaje a la UNAM por su Centenario
l6 La adopción simple no extingue los derechos y deberes resultantes del parentesco na-
tural, excepto la patria potestad, la cual es transferida al adoptante, salvo el supuesto de que
éste último se encuentre casado con alguno de los progenitores del adoptado, en cuyo caso
'
ejercerán ambos la patria potestad.
" Código Civil para el Distrito Federal (Artículo 410-A); Ley para la Familia del Estado
de Hidalgo (Artículo 205); Código Familiar del Estado de Zacatecas (Artículo 355); Código
Familiar para el Estado Libre y Soberano de Morelos (Artículos 367 y 368); Código Familiar
para el Estado de Michoacán de Ocampo (artículos 382 y 383); Código Familiar para el Esta-
do de San Luis Potosí ( m . art).
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FILIACION POR NATURALEZA, POR REPRODUCCI~NASISTIDA Y POR ADOPCI6N López Faugier 153
Este tipo de fdiación deriva del uso de las técnicas de la medicina genética,
utilizadas por personas infecundas, para salvar obstáculos orgánicos o funcio-
nales, que impiden tener descendencia, mediante la cópula o coito normal.
Los métodos de reproducción asistida están perfectamente determina-
dos en el ámbito de la medicina, no así en el campo del Derecho, en el que
ninguna legislación determina cuáles son dichas técnicas para tener descen-
dencia fuera del proceso natural.
Por ello, es preciso citar y delimitar conforme a la doctrina médica que
los métodos de reproducción asistida son básicamente cuatro: La insemina-
ción artificial, la fecundación extrauterina o in vitro, la donación y la mater-
nidad gestante.l8
154 CIEN ANOS DE DERECHO CIVIL EN MÉXICO. Homenaje a la LJNAM por su Centenario
Argentina, 1978, pp. 43, 461 y 490; SOTOLA MADRID,Miguel Angel, Biogenética, Filiación y
Delito, Astrea, Argentina, 1990, pp. 243 y 244; LOYARTE, Dolores y ROTONDA,Adriana E.,
Procreación Humana Artificial: Un Desafio Bioético, Depalma, Argentina, 1995, p. 357; Gu-
TIÉRREZ Y GONZÁLEZ, Ernesto, Derecho Sucesorio. Inter Vivos y Mortis Causa, 4" ed., Porrúa,
México, pp. 270,272,276,284 y 287.
l9 Cfr. ZANNONI, Eduardo, Inseminación artificial ..., op. cit., p. 44.
" Cfr. GÓMEZDE LA TORREVARGAS,Maricruz, La Fecundación In Vitro y la Filiación,
Editorial Jurídicade Chile, Chile, 1993, pp. 13, 16 y 17.
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FILIACION POR NATURALEZA, POR REPRODUCCI6N ASISTIDA Y POR ADOPCI6N López Faugier 155
156 CIEN ANOS DE DERECHO CIVIL EN MBXICO Homenaje a la UNAM por su Centenario
c) Maternidad Gestante
La que esto escribe, he acuñado el término maternidad gestante para de-
signar al método de reproducción asistida, mediante el cual se implanta en
el útero de una mujer, un embrión para su desarrollo, debiendo ella llevarlo
en su seno durante toda la duración del embarazo hasta el parto.22
La maternidad gestante puede presentarse en dos casos, el primero de
ellos se actualiza cuando la cónyuge, concubina o la mujer en una pareja, sin
ser estéril está imposibilitada biológicamente para sobrellevar el embarazo,
requiriendo la fecundación in vitro en una madre gestante, a quien se im-
planta el embrión obtenido con los componentes genéticos de esa pareja en
su útero, para que ella lleve a cabo el embarazo y dé a luz un descendiente en
beneficio de sus progenitores biológicos, esto es, de las personas que aporta-
ron el óvulo y el semen, es decir, el embrión i m p l a n t a d ~ . ~ ~
El segundo caso, se denomina inseminación artificial en madre gestante,
y tiene lugar, cuando la madre gestante es inseminada con el esperma del
varón de la pareja, sobrelleva el embarazo y da a luz a un descendiente en
beneficio de la misma. En este caso, la mujer inseminada es genéticamente
la madre del nacido, pues es ella quien aporta el óvulo, en virtud de la esteri-
lidad de la mujer cuya pretensión es ser la madre legal.
En realidad, este segundo supuesto no puede ser considerado una ma-
ternidad por sustitución, porque la madre gestante coincide con la madre
genética. En cambio, en el primer caso, sí existe una disociación voluntaria
entre la madre biológica y la gestante, que es lo característico en la hipótesis
de la maternidad gestante.
La determinación de la filiación, y particularmente, la imputación de la
maternidad, constituye también un problema en el caso de la maternidad
gestante, ya que debe precisarse si se privilegiara el lazo biológico o el víncu-
lo de la gestación.
Cfr. LLÓPEZFAUGIER,
2' Irene, op. cit., pp. 179-181.
Cfr. Ibidem, pp. 285 y 286.
22
4. REFLEXIONES FINALES
24 Cfr.RIVERA,
JulioCésar, Instituciones de Derecho Civil, T. 1, Abeledo-Perrot, Argentina,
1992, p. 360.
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158 CIEN ANOS DE DERECHO CIVIL EN MBXICO. Homenaje a la UNAM por su Centenario
hoy en día, la opción para acreditar con certeza los vínculos filiales contro-
vertidos son las pruebas provenientes de la medicina genética.
Cabe señalar, que la prueba científica de la filiación es compleja, y se
compone de diversos métodos, como son: la prueba hematológica clásica; la
prueba de maduración fetal; la prueba antropológica o heredobiológica; el
método de Kühne o prueba morfológica de la columna vertebral; la prueba
de compatibilidad inmunogenética; el sistema HLA (el cual forma a su vez
parte de aquella); la prueba del ADN o de la identificación de personas a
través del ácido desoxirribonucleico.
Respecto de todas estas pruebas, es importante señalar que el primer
problema persistente en las mismas, es la limitación de su empleo, pues cada
uno de estos métodos contribuye en distinta proporción con la ciencia jurí-
dica en el conocimiento del vínculo filial controvertido.
El segundo problema que se presenta, es la determinación de la eficacia
de cada prueba, para lo cual es importante considerar ¿Si se trata o no de un
método conclusivo?,esto es, si es concluyente o es refutable.
Asimismo, interesa saber ¿Cuál es su contribución a la exclusión e inclu-
sión del vínculo filial?, es decir, ¿Qué porcentaje hay de que el sujeto impu-
tado no pueda ser el padre o la madre? y ¿Qué porcentaje hay de que sí pue-
da ser el padre o la madre?
De igual forma, para determinar la eficacia de cada medio de prueba
científico de la filiación, se deberá tomar en cuenta la fiabilidad de los labo-
ratorios donde se practiquen, lo cual está estrechamente vinculado a ciertos
aspectos como son: la conservación de las muestras del material genético; la
cadena de custodia de las muestras para que no se mezclen o se pierdan;
la calidad de los sueros y reactivos que se deben utilizar para su práctica; y la
calificación técnica y experiencia del perito que la practique.
De las pruebas científicas de la filiación que ya he mencionado con ante-
lación, no se consideran conclusivas, y por ende, se exige sean reforzadas con
otros medios de prueba conclusivos, las siguientes: la prueba hematológica
clásica; la prueba de maduración fetal; la prueba antropológica o heredobio-
lógica; el método de Kühne o prueba morfológica de la columna vertebral.
Por su parte, cabe decir que se consideran métodos conclusivos para
acreditar los vínculos filiales controvertidos, las siguientes: la prueba de com-
patibilidad inmunogenética; el sistema HLA (el cual forma a su vez parte de
aquella); y la prueba del ADN o de la identificación de personas a través del
ácido desoxirribonucleico. Todas estas tienen porcentajes de exclusión e in-
clusión del 98% al 100%, lo cual constituye un aspecto muy importante para
valorar las pruebas biológicas, ya que si de ellas se deduce una probabilidad
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FILIACI6N POR NATURALEZA, POR REPRODUCCI6N ASISTIDA Y POR ADOPCI6N López Faugier 159
del 95% al 97.9% son refutables, mientras que si aportan una probabilidad del
98% al 100% son contundentes.
162 CIEN ANOS DE DERECHO CIVIL EN MÉXICO. Homenaje a la UNAM por su Centenario
En los subsecuentes artículos señala que solamente por ausencia del pri-
mero entrará en ejercicio el siguiente en el orden establecido y que a quién
tiene al hijo bajo su patria potestad, incumbe la obligación de educarle con-
venientemente facultándolo para corregir y castigar a sus hijos templada y
mesuradamente.
En el Capítulo 11 "De los efectos de la patria potestad respecto de los
bienes del hijo'', ordena la administración de los bienes de los hijos por parte
de los padres, clasificando dichos bienes en cinco clases:
164 CIEN ANOS DE DERECHO CIVIL EN MBXICO. Homenaje a la UNAM por su Centenario
Este Código regula la patria potestad, dentro del libro primero, De las
personas; título octavo, De la patria potestad; capítulo 1, De los efectos de la
patria potestad respecto de las personas de los hijos (artículos 363 a 373);
capítulo 11, De los efectos de la patria potestad respecto de los bienes del hijo
(artículos 374 a 387); capítulo 111, De los modos de acabarse y suspenderse
la patria potestad (artículos 388 a 402), y presenta escasas variantes respecto
del Código de 1870, como se muestra a continuación.
El artículo 392 se transcribe en el 365, señalando exactamente igual el
orden y personas que la ejercerán ("ART. 366.-La patria potestad se ejerce:
1. Por el padre; 11. Por la madre; 111. Por el abuelo paterno; IV. Por el abuelo
materno V. Por la abuela paterna; VI. Por la abuela materna").
Por lo que se refiere a los bienes de los hijos, los divide en seis clases
(el Código Civil de 1870 los dividía en cinco clases), pues agrega como una
segunda clase los bienes que proceden de herencia o legado del padre (ar-
tículo 375, fracción 11). Se reducen a tres las causales para suspender la
patria potestad (el Código Civil de 1870 consideraba cuatro causas de sus-
pensión), pues excluye el caso del hijo pródigo administrador de bienes
(artículo 391).
Tratándose de los consultores que el padre fallecido haya designado en
su testamento, cuyo dictamen deben oír la madre y las abuelas, según sea el
caso, implica una muestra de lo que consideraban la incapacidad femenina.
Se comenta la causal de pérdida de la patria potestad, fundada en que la
madre o la abuela viuda vivan en mancebía, argumentando que tal situa-
ción no estaba considerada en nuestras leyes como delito, aunque era una
escandalosa inmoralidad. Subsiste la causal de pérdida de patria potestad,
consistente en que la madre o abuela pasen a segundas nupcias, con lo que
se coloca a la mujer en desventaja respecto de su cónyuge, argumentando
que el padre que vuelve a casarse queda dueño de sí mismo y de sus nego-
cios, no teniendo necesidad de nadie para realizar el bien de sus hijos; cosa
distinta sucede con la madre que pasa a segundas nupcias, ya que cesa de
pertenecerse.
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166 CIEN ANOS DE DERECHO CIVIL EN MÉXICO. Homenaje a la UNAM por su Centenario
Este código regula la patria potestad dentro del libro primero, De las
personas; título octavo, De la patria potestad,3 9 con tres capítulos: capítulo
1. De los efectos de la patria potestad respecto de la persona de los hijos (ar-
tículos del 41 1 al 424); capítulo 11. De los efectos de la patria potestad res-
pecto de los bienes del hijo (artículos del 425 al 442), y capítulo 111. De los
modos de acabarse y suspenderse la patria potestad (artículo del 443 al 448).
Comentaremos el texto original del Código Civil de 1928, en la parte
correspondiente al título octavo, denominado De la patria potestad.
168 CIEN AROS DE DERECHO CIVIL EN MÉXICO. Homenaje a la UNAM por su Centenario
Código Civil para el Distrito Federal, con las modificaciones que en la mis-
ma fecha se incluyen.
Por lo que hace al Código Civil Federal, con aplicación en toda la Repú-
blica, resulta de las reformas hechas al entonces Código Civil para el Distrito
Federal en Materia Común y para toda la República en Materia Federal, por
decreto publicado en el Diario Oficial de la Federación de 29 de mayo de
2000.
Por lo anterior, debemos considerar que del original Código Civil de
1928 han derivado dos códigos, uno de aplicación local, el Código Civil para
el Distrito Federal, y otro de aplicación en toda la República, el Código Civil
Federal.
1. Primera reforma, 1954
La reforma al artículo 426, entre otros artículos del Código Civil, se hizo
en concordancia con las modificaciones que se llevaran a cabo en los artícu-
los 34 y 115 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos
(publicado en el Diario Oficial de la Federación del 17 de octubre de 1953),
relacionadas con el disfrute de los derechos políticos reconocidos a la mujer
mexicana.
Originalmente, el artículo 426 del Código Civil de 1928, establecía que
en ejercicio de patria potestad, el administrador de los bienes del hijo sería
el varón. Y con la reforma (publicada en el Diario Oficial de la Federación el
9 de enero de 1954), el administrador de los bienes será el que de mutuo
acuerdo nombre la pareja, con lo que se logra un tratamiento igualitario.
2. Segunda reforma, 1970
Esta reforma se hace como una consecuencia de la que se hiciera a la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en su artículo 34, en
la que se reduce la edad para adquirir la condición de ciudadano a los die-
ciocho años (publicada en el Diario Oficial de la Federación del 22 de di-
ciembre de 1969).
3. Tercera reforma, 1974
Con esta reforma que se hace al Código Civil de 1928, se pone término a
la discriminación existente, pues propone la igualdad entre los sexos, por lo
que con tal fin se reforman y adicionan diversos numerales. Por lo que se
refiere al artículo 418, se pone término a la preferencia a favor de los abuelos
paternos para el ejercicio de la patria potestad a falta de padres, y confiere al
juez la potestad de decidir, en vista de las circunstancias, sobre el orden en
que habrá de preferirse a los parientes a que aluden las fracciones 11 y 111 del
artículo 414.
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172 CIEN ANOS DE DERECHO CIVIL EN MÉXICO. Homenale a la UNAM por su Centenario
De la tutela designada
a la tutela voluntaria
Eduardo Garcia Villegas
1. INTRODUCCI~N.
CAPACIDAD, INCAPACIDAD E INTERDICCIÓN
Días atrás, revisando los anaqueles de una de las bibliotecas jurídicas más
importantes del país encontré dos libros editados en el Perú cuyos títulos
llamaron a tal grado mi atención que no pude evitar solicitarlos para consulta,
uno se llama "La tutela preventiva de los derecho^",^ y el otro "La tutela cau-
telar. Su configuración como derecho fundamentar3 Si bien en aquella na-
ción andina esta figura jurídica tiene connotaciones concernientes a la pro-
tección de los derechos fundamentales, y el tema de la presente charla es
hacer referencia a una figura señera de nuestra legislación civil, nos parece
apropiado sostener que no solo la tutela, sino también, y más específicarnen-
te, la tutela voluntaria, son verdaderos derechos fundamental ligados con la
autonomía y la dignidad de las personas.
El vocablo "tutela" proviene del latín, y a su vez, deriva del verbo tueor
que significa preservar, sostener, defender o socorrer. Por tanto, la tutela da
idea de protección derivada de una incapacidad. Llanamente, la incapacidad
es la ausencia de capacidad. Similarmente a la capacidad, la incapacidad de
goce es la ineptitud del sujeto de ser titular de derechos y obligaciones, aun-
que este supuesto es más bien falaz porque implicaría una negación de la
'"El tutor debe cuidar no sólo de los bienes sino también de la educación del pupilo?
ZELAVILLEGAS, Aldo, La tutela preventiva de los derechos, Palestra, Lima, 2008.
PRIORIPOSADA,Giovanni, La tutela cautelar. Su configuración como derecho funda-
mental Ara Editores, Lima, 2006.
174 CIEN ANOS DE DERECHO CIVIL EN MeXICO Homenaje a la UNAM por su Centenario
RENDÓNUGALDE,
" Carlos, La Tutela, Porrúa, México, 2001,273 pp.
RENDÓNUGALDE,
l2 Carlos, op. cit., p. 27.
l3 LAGUNES PÉREZ,Iván, "Tutela': en Enciclopedia Jurídica Mexicana, Tomo VI, Porrúa,
UNAM, México, 2004, p. 896.
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l4 Otras obligaciones contenidas detalladamente en la ley a las que debe ceiíirse el tutor
son las siguientes: prestar caución o garantía para asegurar su manejo; destinar los recursos
del incapaz a la curación de sus enfermedades o a su rehabilitación; determinar la cantidad
que vaya a invertirse en gastos de administración; invertir el dinero sobrante después de cu-
biertas las cargas y atenciones de la tutela; admitir las donaciones simples, los legados y las
herencias que se dejen al incapacitado; representar al incapacitado en juicio y fuera de él, con
excepción del matrimonio, reconocimiento de hijos, testamento y otros estrictamente perso-
nales; solicitar oportunamente las autorizaciones judiciales para todo lo que legalmente no
pueda hacer sin ellas; rendir cuentas detalladas de la administración, anualmente y en cual-
quier tiempo, a petición del curador, del consejo local de tutelas, del ministerio público y de
los propios incapaces; rendir cuenta general de la tutela, al término de ésta, o cuando deba
darse por terminado su encargo, aunque aquella subsista; pagar los réditos legales en caso de
no invertir los recursos de los incapaces; presentar un informe sobre el desarrollo de la perso-
na y, tratándose de mayores incapaces, un certificado de dos médicos psiquiatras, y entregar
los bienes al pupilo que deje de serlo o a sus nuevos representantes durante el mes siguiente a
la terminación de la tutela.
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180 CIEN ANOS DE DERECHO CIVIL EN MBXICO. Homenaje a la UNAM por su Centenario
su Gaceta, Tomo XXX, octubre de 2009, p. 1656. Aislada. Civil. Número de tesis: XV.40.13 C.
l6 Formar y remitir a los jueces de lo familiar una lista de las personas de la localidad que,
por su aptitud legal y moral, puedan desempeñar la tutela, para que de entre ellas se nombren
a los tutores y curadores, en los casos que estos nombramientos correspondan al juez; velar
porque los tutores cumplan sus deberes, especialmente en lo que se refiere a la educación y
asistencia; dando aviso al juez de lo familiar de las faltas u omisiones que notase; avisar al juez
de lo familiar cuando tenga conocimiento de que los bienes de un incapacitado están en peli-
gro, a fin de que dicte las medidas correspondientes; investigar y poner en conocimiento del
juez de lo familiar cuáles incapacitados carecen de tutor, con el objeto de que se hagan los
respectivos nombramientos; cuidar con especialidad de que los tutores cumplan la obligación
que les impone la fracción 11 del artículo 537 CC (referente a destinar, de preferencia, los re-
cursos del incapacitado a la curación de sus enfermedades y a su rehabilitación, derivadas de
éstas o del consumo no terapéutico de sustancias ilícitas a que hace referencia la Ley General
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de Salud, y las lícitas no destinadas a ese fin, que produzcan efectos psicotrópicos);vigilar el .
registro de tutelas, a fin de que sea llevado en debida forma.
182 CIEN AROS DE DERECHO CIVIL EN MÉXICO. Homena~ea la UNAM por su Centenario
l7 Art. 2 MCA. People who lack capacity (Personas que carecen de capacidad). 1) For the
tación de una persona, sobre cualquiera de los siguientes asuntos: (a) con-
sentir el matrimonio o la sociedad civil, (b) consentir tener relaciones sexua-
les, (c) consentir una sentencia de divorcio que fuese otorgada sobre la base
de dos años de separación, (d) consentir una sentencia de disolución que
fuese realizada con relación a una sociedad civil sobre la base de dos años de
separación. (e) consentir que se dé en adopción un niño por medio de una
agencia de adopción, (f) consentir la realización de una orden de adopción,
(g) eximir de responsabilidades de patria potestad en asuntos que no estén
relacionados con el patrimonio de los hijos, (h) dar un consentimiento bajo
la Ley de Fertilización y Embriología Humana de 1990, (i) dar tratamiento
médico a un paciente por trastornos mentales, y (j) consentir que se le pro-
porcione tratamiento médico a un paciente por trastornos mentales, si al
momento en que se propone tratar al mismo, su tratamiento se regula por el
capítulo 4 de la Ley de Salud Mental.18Concomitantemente, nada en la MCA
permite que se tome una decisión en nombre de la persona sobre la votación
en una elección para cualquier función pública o en un referéndum.19
purposes of this Act, a person lacks capacity in relation to a matter ifat the material time he is
unable to make a decisionfor himselfin relation to the matter because of an impairment o$ or a
disturbance in thefinctioning o$ the mind or brain. (Para los fines de esta Ley, una persona
carece de capacidad si en un plazo determinado es incapaz de tomar una decisión para sí
mismo debido a un deterioro o una perturbación en el funcionamiento de las facultades
mentales o cerebrales).
Arts. 27-28 MCA.
l9 Art. 29 MCA.
184 CIEN ANOS DE DERECHO CIVIL EN MeXICO. Homenaje a la UNAM por su Centenario
3.3. ESPAÑA
.
En abril de 1997 emergió el "Convenio para la Protección de los Derechos
Humanos y la Dignidad del Ser Humano" con respecto a las aplicaciones de ,
Así, se añadió un segundo párrafo al artículo 223 del Código Civil en los si-
guientes términos:
C..)
Asimismo, cualquier persona con la capacidad de obrar suficiente, en previ-
sión de ser incapacitada judicialmente en el futuro, podrá en documento públi-
co notarial adoptar cualquier disposición relativa a su propia persona o bienes,
incluida la designación de tutor. Los documentos públicos a los que se refiere el
presente artículo se comunicarán de oficio por el notario autorizante al Registro
Civil, para su indicación en la inscripción de nacimiento del interesado. En los
procedimientos de incapacitación, el juez recabará certificación del Registro Ci-
vil y, en su caso, del registro de actos de última voluntad, a efectos de compro-
bar la existencia de las disposiciones a las que se refiere este artículo.20
Como se ha visto, las clases de tutela vigentes hasta mayo de 2007 (testa-
mentaria, legítima, dativa), restringían la autonomía de una persona para
autorregular situaciones de pérdida de capacidad, a fin de hacerprevalecer
su propia voluntad siendo ella quien decidiese sobre el futuro de su patrimo-
nio ante la eventualidad de devenir incapaz.
Fernando Cárdenas, en su documentado y actualizado estudio sobre la
representación derivada de las disposiciones para la propia incapacidad?'
advierte que en la práctica esta situación ha ocasionado muchos pr,blemas,
en los siguientes términos:
bb Inmoviliza el patrimonio económico del incapaz, ya que por disposi-
ción de la ley, el mismo debe ser conservado ante la imposibilidad de
su titular para decidir sobre sus bienes. Esto ha ocasionado que los
186 CIEN ANOS DE DERECHO CIVIL EN MBXICO. Homenaje a la UNAM por su Centenario
l 2 "Decreto por el que se reforma y adiciona el Código Civil para el Distrito Federal; se
bb Debido a diferentes factores externos a los que está expuesto el ser humano
en su vida es propenso a sufrir algún accidente que lo pueda privar de sus
facultades físicas, mentales; de adquirir alguna enfermedad degenerativa o
simplemente por el inevitable paso del tiempo, puede llegar a perder algunas
facultades que le impidan comunicarse, gobernarse o comunicarse.
bb Nuestra legislación actual contempla que si una persona llegara a incapaci-
tarse por accidente o enfermedad, aún contando con los recursos económi-
cos suficientes para atender dicha eventualidad, es sometida, quiera o no, a
un "régimen de protección" que la obliga a vivir asistida por un tutor desig-
nado por el juez o, en el mejor de los casos, entre familiares que predetermi-
na el Código Civil del Distrito Federal, sin tomar en cuenta sus preferencias,
intereses y afectos.
bb Antes, cualquier persona podía contar con los integrantes de su familia para
que le ayudaran atender cualquier problema, pero ahora por diversas cir-
cunstancias sociales no es posible seguir con esta tradición.
bb La tutela voluntaria va de la mano con la creencia de que cualquier persona
merece vivir dignamente; el prever circunstancias futuras es directamente
proporcional con el ideal de que la gente pueda prolongar su vida haciéndo-
lo de la mejor manera y sobre todo, decidiendo por si mismo su futuro.
bb La Tutela voluntaria debe establecerse para adaptarla a estos tiempos nuevos
en los que la familia ya no es la única depositaria de la confianza de sus inte-
grantes.
» Las referencias históricas son muy escasas por lo innovador del tema. Sin
embargo, en 1927 se documentó el caso de una persona de nacionalidad
rusa, quien al cumplir su mayoría de edad nombró para sí tutor en docu-
mento privado. La razón de esta autodesignación se basó en que dicha per-
sona padecía una enfermedad hereditaria degenerativa. Curiosamente dicha
autodesignación le fue aprobada por el Tribunal de tutelas.
relevo del cargo del tutor designado, desempeñará la tutela quien o quienes
sean sustitutos.
ART.469 Quáter.-En la escritura pública donde se haga constar la designa-
ción, se podrán contener expresamente las facultades u obligaciones a las que
deberá sujetarse la administración del tutor, dentro de las cuales serán mínimo
las siguientes:
1. Que el tutor tome decisiones convenientes sobre el tratamiento médico y
el cuidado de la salud del tutelado, y
11. Establecer que el tutor tendrá derecho a una retribución en los términos
de este código.
El Juez de lo Familiar, a petición del tutor o del curador, y en caso de no
existir éstos, los sustitutos nombrados por el juez tomando en cuenta la opinión
del Consejo de Tutelas, podrá modificar las reglas establecidas si las circunstan-
cias o condiciones originalmente tomadas en cuenta por la persona capaz en su
designación, han variado al grado que perjudiquen la persona o patrimonio del
tutelado.
ART.469 Quintus.-El tutor cautelar que se excuse de ejercer la tutela, per-
derá todo derecho a lo que le hubiere dejado por testamento el incapaz.
Como se puede apreciar, el artículo 469 Ter. dispone que el notario de-
berá agregar un certificado médico expedido por perito en materia de psi-
quiatría en los que se haga constar que el otorgante se encuentra en pleno
goce de sus facultades mentales y en plena capacidad de autogobernarse. No
obstante, encontramos en este precepto una contraposición con lo dispuesto
por el artículo 102, fracción XX, inciso a) de la Ley del Notariado para el
Distrito Federal, referente a que, como regla, el notario hará constar bajo su
fe su conocimiento, en caso de tenerlo o que se aseguró de la identidad de los
otorgantes, y que a su juicio tienen capacidad. Preocupa, asimismo, que el
requisito del certificado médico expedido por el perito en materia de psi-
quiatría pueda extenderse a otros actos celebrados bajo la fe del notario pú-
blico. Finalmente, queda la interrogante sobre los aspectos organizacionales
y operativos que regirán a los peritos en materia de psiquiatría, en sus inte-
racciones con los notarios.
Por su parte, el artículo 469 Quáter, en su fracción 1, obliga al tutor a
tomar "decisiones convenientes" sobre el tratamiento médico y el cuidado d'e-
la salud del tutelado. Independientemente de la subjetividad implícita en la
expresión "decisiones convenientes", debe recordarse el respeto constitucio-
nal a la objeción de conciencia, aspecto de toral importancia que debe to-
marse en cuenta en esta obligación que el Código Civil impone a los tutores,
para el caso de que éstos decidan abstenerse de tomar las decisiones respec-
tivas, delegando éstas, en su caso, a otro tutor.
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al Juez la remoción del cargo del tutor, cuando éste no desempeñe adecuada-
mente su cargo. El Estado, en los casos de tutela autodesignada, sujetará su ac-
tuación a través de sus órganos competentes en los términos previstos en la ley.
>' GONZÁLEZ,
CÁRDENAS Fernando Antonio, op. cit., pp. 151-158.
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ART.520.-La tutela es un cargo de interés público del que nadie puede exi-
mirse, sino por causa justificada. Puede ser autodesignada, legítima, testamen-
taria o dativa.
ART. 520 bis.-Toda persona mayor de edad, capaz, puede designar tanto al
tutor o tutores que deberán encargarse de su persona y, en su caso, gozara del ejer-
cicio de los poderes que se le otorguen, como el curador en previsión de encon-
trarse en los supuestos del artículo 519 fracción 11. La designación del tutor o cu-
rador debe hacerse en escritura pública ante notario, o ante juez competente, que
contenga expresamente todas las reglas a las cuales deberá sujetarse el tutor y es
revocable en cualquier momento mediante la misma formalidad. El tutor autode-
signado, ejercitara su función acreditando la existencia de la escritura pública en
la que conste su designación y deberá presentar el certificado de dos facultativos,
en el que certifiquen, que a esa fecha el otorgante está en estado de incapacidad.
ART.279.-Toda persona capaz puede designar tutor para el caso de que ca-
yere en estado de incapacidad, interdicción e inhabilitación.
194 CIEN ANOS DE DERECHO CIVIL EN MÉXICO Homenaje a la UNAM por su Centenario
rador en previsión de encontrarse en los supuestos del artículo 409, fracción 11.
La designación del tutor o curador debe hacerse en escritura pública ante Nota-
rio que contenga expresamente todas las reglas a las cuales deberá sujetarse el
tutor y es revocable en cualquier momento mediante la misma formalidad.
ART.440.-Ha lugar la tutela legítima:
(...)
111. Cuando no haya tutor autodesignado.
1
De tal importancia es la labor del tutor que estamos convencidos de que
este cargo debe recaer en personas capaces y honorables, que gocen de la
cabal confianza del eventual pupilo. Como es sabido, el término "tutor" tiene
también connotaciones académicas al hacer referencia a quien tiene a su
cargo la importante misión de educar y orientar al discípulo. Bajo esta ver-
tiente, existen "decálogos" que sirven para orientar la rectitud de su desem-
peño, y aunque se trata de principios aplicables al ámbito educativo, pueden
extrapolarse al ámbito de la tutela civil por tratarse de valores universales.
Así, un buen tutor debe ser:
Comprensivo, no ingenuo.
M Flexible, no rígido. Firme, no voluble.
w Confiable.
bb Hábil y asertivo para educar, formar e informar.
bb Eficaz y eficiente.
Con motivo de los cien años de enseñanza del Derecho Civil de la Facultad
he realizado un estudio de los testamentos que se encuentran en los diversos
ordenamientos como son el Código Civil Español, el Código de Napoleón;
en México los códigos de 1884, 1928 y actualmente el 2000 para el Distrito
Federal. Siguiendo los siguientes:
1. ANTECEDENTES
El Código Civil Español define el testamento como el "acto por el cual
una persona dispone para después de su muerte de todos los bienes o de
parte de ellos", asimismo el Código de Napoleón indica que es "un acto jurí-
dico solemne, cuyo fin es dar a conocer la voluntad de su autor, para des-
pués de su muerte, tanto desde el punto de vista extrapatrimonial como del
económico".
LOS TESTAMENTOS A CIEN ANOS DE ENSEÑANZA DEL DERECHO CIVIL. Galicia Garcia 197
Si son varios los copropietarios del inmueble, todos podrán otorgar ese
testamento en el mismo instrumento.
Incluso si alguno de ellos está casado bajo el régimen de sociedad con-
yugal, su cónyuge también podrá otorgarlo en el mismo instrumento.
Los testadores que hagan su testamento en un solo instrumento podrán
designarse como legatarios recíprocos podrán nombrar a un mismo legatario.
Este testamento impone una regla especial en materia de alimentos su-
cesorio~;conforme a la regla general los herederos son los responsables de
las pensiones alimenticias, pero en este testamento la ley, les impone a los
beneficiarios la obligación de cumplir a los acreedores alimentarios en la
proporción en relación con el caudal hereditario.
Este testamento nunca requiere de testigos instrumentales; sin embargo,
en caso de que el testador no sepa o no pueda firmar, se debe ajustar a la re-
gla general establecida por el artículo 1834 del Código Civil donde se esta-
blece que quien no sepa firmar estampará su huella digital y otra persona
firmara a su ruego, pero aclaremos que no se trata de un testigo instrumental
en todo caso habrá responsabilidad del notario que autorizó el testamento.
3. TESTAMENTO OLÓGRAFO
LOS TESTAMENTOS A CIEN ANOS DE ENSEÑANZA DEL DERECHO CIVIL Galicia García 199
crado y con la nota en la cubierta a que se refiere el artículo 1555 será de-
vuelto al testador.
El artículo 1554 dispone que el depósito en el archivo general de nota-
rias se haga personalmente por el testador quien si no es conocido por el
encargado de la oficina debe presentar dos testigos que lo identifiquen.
El sobre que contenga el testamento original el testador de su puño y le-
tra pondrá la siguiente nota "Dentro de este sobre contiene mi testamento':
A continuación se expresara el lugar y la fecha en que se hace el depósito la
nota será firmada por el testador y por el encargado de la oficina en caso de
que intervengan testigos de identificación, también firmaran.
3.3. NÚMERO
DE TESTIGOS INSTRUMENTALES
4. TESTAMENTOS ESPECIALES
5. CONCLUSIONES
LOS TESTAMENTOS A CIEN ANOS DE ENSENANZA DEL DERECHO CIVIL. Galicia Garcia 201
Distrito Federal fue modificado por la Gaceta Oficial del Distrito Federal el
25 de mayo del 2000.
Legislación
Código Civil del Distrito Federal y Territorios Federales 1884, 1928.
Código Civil del Distrito Federal 2000.
Entendemos por Herencia, según el artículo 1281 del Código Civil para el
Distrito Federal, la sucesión en todos los bienes del difunto y en todos sus
derechos y obligaciones que no se extinguen con la muerte.
La regla general es que todos los derechos y obligaciones de las personas
no se extinguen con su muerte salvo que la ley disponga lo contrario. Dentro
de los derechos que se extinguen con la muerte se pueden citar los siguientes:
a) El usufructo, el derecho de uso y el derecho de habitación.
b) Aquellos que derivan de relaciones personalísimas, tales como el pa-
rentesco, el matrimonio y la patria potestad.
c) Los que provienen de relaciones intuitu personae (mandato, presta-
ción de servicios profesionales).
d) Los derechos políticos, como el derecho a votar y el ser votado.
Atendiendo a la voluntad de su autor, existen tres especies de sucesiones,
la testamentaria, la legítima y la mixta.
La testamentaria, tiene lugar cuando una persona elabora un testamento
y se regirá entonces conforme a la voluntad del testador, al respecto, el artí-
culo 1283 del Código Civil establece:
El Testador puede disponer del todo o de parte de sus bienes. La parte de que
no disponga quedará regida por los preceptos de la sucesión legítima.
204 CIEN ANOS DE DERECHO CIVIL EN MBXICO Homenaje a la UNAM por su Centenario
El testador debe dejar alimentos a las personas que se mencionan en las fraccio-
nes siguientes:
1. A los descendientes menores de dieciocho años respecto de los cuales ten-
ga obligación legal de proporcionar alimentos al momento de la muerte;
11. A los descendientes que estén imposibilitados de trabajar cualquiera que
sea su edad, cuando exista la obligación a que se refiere la fracción anterior;
111. Al cónyuge supérstite cuando esté impedido de trabajar y no tenga bie-
nes suficientes. Salvo otra disposición expresa del testador, este derecho subsis-
tirá en tanto no contraiga matrimonio y viva honestamente.
IV. A los ascendientes.
V. A la persona con quien el testador vivió como si fuera su cónyuge durante
los cinco años que precedieron inmediatamente a su muerte o con quien tuvo
hijos, siempre que ambos hayan permanecido libres de matrimonio durante el
concubinato y que el superviviente esté impedido de trabaja y no tenga bienes
suficientes. Este derecho sólo subsistirá mientras la persona de que se trate no
contraiga nupcias y observe buena conducta. Si fueren varias las personas con
quien el testador vivió como si fueran su cónyuge, ninguna de ellas tendrá dere-
cho a alimentos;
VI. A los hermanos y demás parientes colaterales dentro del cuarto grado, si
están incapacitados o mientras que no cumplan dieciocho años, si no tiene bie-
nes para subvenir a sus necesidades.
206 CIEN ANOS DE DERECHO CIVIL EN MeXICO. Homenaje a la UNAM por su Centenario
CAP~TULO IV
De la legítima
Tan antigua como grave y difícil es la cuestión relativa al derecho que los hom-
bres tienen de disponer de sus bienes por testamento; sosteniéndose por unos
que ese derecho debe ser limitado, y defendiéndose por otros que debe ser ab-
soluto. Pero la mayor parte de los legisladores se ha inclinado siempre al primer
extremo, variando sólo en los límites y en el modo y condiciones . Y así parece
en efecto que es más natural, más justo y más conveniente. Es más natural; por-
que lo es sin duda presumir que los sentimientos del corazón deben manifestar-
se, procurando el bien de los objetos a quienes se consagran.
¿Y qué medio más apropósito que proporcionar los elementos de la riqueza
o cuando menos la comodidad? De otro modo el amor y la amistad quedarían
privados de la satisfacción que producen no sólo la realidad de un beneficio
concedido, sino el pensamiento de concederlo. Interprete, pues, la ley de esos
sentimientos, supone muy naturalmente que el nombre no puede querer el fru-
to de sus afanes aproveche a un desconocido, sino que sirva para beneficiar a
las personas que la naturaleza ha unido con él por medio de lazos sagrados.
Es justo limitar el expresado derecho; porque la ley debe cuidar de la suerte
de todos los ciudadanos, y de la armonía y bienestar de las familias. En efecto:
si no hubiera limitación alguna a la libertad de testar, se daría mil veces el es-
candaloso espectáculo de que al paso que los hijos de un individuo gemían en
la miseria un extraño disfrutaba de la fortuna que había adquirido no por moti-
vos de justicia o equidad, sino por causas tal vez dignas de castigo.
Y es por último conveniente la referida limitación, porque la sociedad está
interesada en evitar los pleitos y los abusos que sin duda serían necesaria conse-
cuencia de la libertad absoluta, pues los hijos no verían nunca con ojo sereno a
un extraño disfrutando los bienes de su familia.
Ahora bien: las razones alegadas obran con igual eficacia respecto de la li-
bertad que se puede llamar relativa: esto es, de la facultad que algunos preten-
den dejara a un padre para excluir sin expresión de causa a un hijo de la suce-
sión hereditaria. Se dice que de este modo al respeto del hijo será más profundo,
no teniendo la seguridad de obtener los bienes, sea cual fuere su conducta.
La Comisión cree que este raciocinio es de todo punto falso. Puede ser que
un hijo trate mal a su padre estando seguro de heredarle; pero además de que si
el hecho es grave, puede ser desheredado el hijo ingrato, el argumento produci-
ría el más funesto resultado. Suprimido el derecho hereditario, el hijo tendría
más respeto, más amor; ¿pero serían sinceros esos sentimientos? Por poco que
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dividiéndose los bienes entre todos los hijos, la deducción que debe hacerse des-
pués a la cuota de los naturales aumenta siempre en una tercia parte e haber de
los legítimos. En el ejemplo puesto, el hijo natural tendría dos y los nueve legíti-
mos se repartirían el tercio deducido. Estas observaciones son aplicables a los
demás casos de concurrencia, ya con los padres, ya con los demás ascendientes.
Se advertirá que los hijos espurios tienen parte alícuota concurriendo con
naturales o ascendientes, y sólo alimentos cuando concurran con hijos legíti-
mos; porque en este caso es tan sagrado el derecho de los últimos, que no es
posible menoscabar su cuota sin ofender la moral.
Respecto de los ascendientes, se procuró combinar sus intereses con el de los
hijos, atendiendo ya a la clase a que estos pertenezcan, y ya al grado en que
aquellos se encuentren. Así cuando hay hijos legítimos, los ascendientes, de cual-
quier grado que sean, sólo tendrán alimentos; porque la ley debe otorgar a aque-
llos la mayor protección, y porque no es probable que estos se consideren perju-
dicados, tratándose de individuos de su propia familia, con quienes a caso ha
vivido y a quienes por lo común profesan el amor más tierno. Más cuando concu-
rren con hijos naturales o espurios cesan en gran parte esas consideraciones,
porque la unión no es tan íntima: por lo mismo se ha distinguido la concurren-
cia de los padres de la de los otros ascendientes, estableciéndose reglas equitati-
vas que no lastiman los derechos de la sangre y combinan los intereses. El prin-
cipio de la comisión fue dar parte en la herencia a todos los individuos que
forman la familia, teniendo en consideración no sólo los sentimientos naturales
del hombre, sino sus deberes sociales, la cualidad de los vínculos domésticos, la
edad de las personas, el respeto debido al matrimonio y el interés público.
Algunas de las reglas a las que se sometía esta llamada legítima eran las
siguientes:
Consistía en principio en cuatro quintas partes de los bienes del de cujus,
en otras palabras las personas sólo podían disponer libremente de una quin-
ta parte d e sus bienes.
Recordemos que en ese ordenamiento se distinguía entre hijos legítimos,
hijos naturales e hijos espurios, de ahí que si el testador sólo dejaba descen-
dientes legítimos, a ellos correspondía una legítima equivalente a cuatro
quintas partes del haber hereditario. Si sólo dejaba hijos naturales, la legítima
equivalía a dos tercios y al cincuenta por ciento si sólo dejaba hijos espurios.
Si concurrían hijos legítimos con espurios, los cuatro quintos corres-
pondían únicamente a los primeros y los segundos sólo tendrían derecho a
percibir alimentos.
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1. ANTECEDENTES
Los orígenes del notariado latino son germánico-romanos. Puede decir-
se que comienzan con Justiniano en el siglo VI,quien en la denominada "Re-
glamentación Justinianea del documento tabeliónico", en las novelas XLIV y
LXXIII regula la actividad notarial del tabellio, personaje, perito en la escri-
tura y conocedor de las leyes, al que recurrían los ciudadanos, pues el docu-
mento redactado por él proporcionaba seguridad jurídica.
, En el año 887 el Emperador de Oriente, León VI, El Filósofo, en la Cons-
titución CXV "Libro del Prefecto" reglamenta la actividad del notario y las
cualidades morales e intelectuales de los aspirantes a notario.
El siglo XIII es sin duda trascendente para el derecho notarial, pues entre
los juristas glosadores de la universidad de Boloña destacaron los catedráti-
cos Rolandino Passaggeri, Salatiel y Raniero de Perugia, quienes por primera
vez imparten la cátedra sobre el arte notarial y en sus tratados y formularios
hacen hincapié en la importancia de la sistematización de los conocimientos
notariales.
En España, en el mismo siglo XIII,el Rey Alfonso X, El Sabio, realiza una
gran tarea de recopilación y legislación, primero con el Fuero Real (1255),
después con el Espéculo y finalmente con las Siete Partidas (1270-1280). De-
dica la 111a la fe pública y a la actividad del escribano.
Más tarde, en 1512 Maximiliano 1 de Austria, dicta en la ciudad de Co-
lonia la Constitución Imperial sobre el Notariado. En Francia, año de 1803,
aparece la Ley del 25 Ventoso del año XI, obra legislativa realizada por Napo-
león Bonaparte y considerada origen del notariado moderno. Por último, la
Ley Española de 1862 es de gran importancia para América Latina, toda vez
que varios países la toman como ejemplo para sus legislaciones.
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2. MÉXICO COLONIAL
Durante toda la Colonia estuvieron vigentes las leyes españolas que re-
gían en Castilla, tales como: El Fuero Real, las Siete Partidas, la Recopilación
de Leyes, la Novísima Recopilación y las Leyes de Indias. Estas últimas no
eran sino decretos y cédulas reales dictados en forma especial para regular
la vida jurídica de la Nueva España y de las colonias de América. En aquél
entonces a los notarios se les denominaba escribanos públicos en sus fun-
ciones notariales; escribanos de diligencias, cuando hacían las veces de se-
cretario del juzgado o actuarios del juzgado, quienes daban fe de las actua-
ciones del juez de audiencias y diligencias y escribanos del Oficio de
Hipotecas; también había otros escribanos con funciones de fedatarios en
campos más limitados por ejemplo, los escribanos de entradas y salidas de
las cárceles.
3. MÉXICO INDEPENDIENTE
El siglo xrx fue sin duda de mucha turbulencia política y social para
México y, por consiguiente, también para el notariado mexicano. La primera
manifestación clara de esa casi continua agitación surge en 1810 con el mo-
vimiento de Independencia y su consumación en 1821 con el establecimien-
to del Primer Imperio. En menos de cincuenta años tuvieron vigencia cuatro
constituciones: la de Cádiz en 1812 y después las de 1824, 1836 y 1857; esta-
llaron guerras fraticidas entre centralistas y federales, liberales y conservado-
res; se dieron dos intervenciones extranjeras: una norteamericana y otra
francesa; el territorio nacional quedó segregado en poco más de la mitad de
su superficie por la guerra contra Estados Unidos; se instauró un Segundo
Imperio; hubo cuatro virreyes y más de cincuenta presidentes. A pesar de
todos esos acontecimientos, los ciudadanos se sentían seguros de sus propie-
dades gracias a los notarios.
Declarada la Independencia, se establece el primer Imperio Mexicano.
Continúan aplicándose la legislación positiva española, las Leyes de Indias y
demás decretos, provisiones, cédulas reales, etcétera, promulgados durante
la Colonia. Así lo dispuso el Reglamento Provisional Político del Imperio
Mexicano de 18 de diciembre de 1822.
En cuanto al régimen político de la República Mexicana, éste fluctuó en-
tre el federalismo y el centralismo. Cuando el federalismo era el sistema es-
tablecido, la legislación notarial fue estatal; cuando el régimen fue centralis-
ta, las disposiciones notariales fueron' generales, de aplicación en todo el
territorio nacional.
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'Vid., SALA, Juan,El litigante instruido o el derecho puesto al alcance de todos, M6xic0,
impreso por Luis Mendiola, 1843, p. 266.
216 CIEN ANOS DE DERECHO CIVIL EN MBXICO. Homena~ea la UNAM por su Centenario
4. LEYES DE REFORMA
l
El 25 de junio de 1856, siendo presidente sustituto de la República Igna-
1
cio Comonfort, se dictó la Ley de Desamortización de los Bienes Eclesiásti-
I cos. A partir de este ordenamiento, existieron varias disposiciones que
obligaban a los notarios a la vigilancia y cumplimiento de esta 'ley y de las de
nacionalización.
I
El 5 de febrero fue aprobada la Constitución de 1857 que estableció el
I sistema federal como organización política.
I
5. ÉPOCA DE LA REGENCIA
Maximiliano fue proclamado Emperador de México el 10 de abril de
1864 en el castillo de Miramar. Durante su imperio, el 30 de diciembre de 1865
se publicó en El Diario del Imperio la Ley Orgánica del Notariado y del Oficio
de Escribano aprobada el 21 de diciembre de 1865. Por emanar de un gobier-
no centralista esta ley estuvo vigente en toda la República hasta el 27 de
mayo de 1867. Es la primera ley orgánica de notarios, toda vez que anterior-
mente su actividad se regulaba por leyes de la administración de justicia.
También por primera vez en la legislación mexicana, este ordenamiento asu-
me el nombre de notario y distingue su actividad con la de los secretarios y
actuarios de juzgado, a los que denomina escribanos.
Apenas dos años de expedida la ley de Maximiliano, Benito Juárez pro-
mulgó el 29 de noviembre de 1867, la Ley Orgánica de Notarios y Actuarios
del Distrito Federal. Al igual que la del Imperio terminó con la venta de no-
tarías; separó la actuación del notario y la del secretario de juzgado; sustitu-
yó el signo por el sello de autorizar (Art. 21).
6. MEXICO ACTUAL
En el siglo xx se promulgó y tuvo vigencia la Ley de 19 de diciembre de
1901, por la que se crea el Archivo General de Notarías; se instituyen los no-
tarios adscritos; se exige el uso del protocolo previamente encuadernado y se
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218 CIEN ANOS DE DERECHO CIVIL EN MBXICO. Homenaje a la UNAM por su Centenario
Más tarde, el 3 1 de diciembre de 1945, entró en vigor una nueva Ley del
Notariado para el Distrito Federal, en que se establece el examen de oposi-
ción como medio de acceso al notariado.
El examen de oposición ha dado magníficos resultados en el Distrito Fe-
deral, pues la preparación y el nivel académico, técnico y cultural del gremio
ha ido en aumento cada vez más; su integridad moral es reconocida tanto
por autoridades administrativas como por ciudadanos. En algunos estados
de la República Mexicana, todavía existe el derecho del ejecutivo local, de
nombrar discrecionalmente a los notarios. En ocasiones se hace uso de ese
derecho como premio político y no con base en una preparación técnica y
científica del candidato, con el cuidado de ponderar las buenas costumbres
inherentes al desempeño de la función notarial. Por fortuna ya son mayoría
los estados que aceptan como medio de ingreso al notariado el examen de
oposición. Con este sistema de acceso al notariado, se asegura la continui-
dad, permanencia y adecuación al mundo moderno.
Ley del Notariado para el Distrito Federal de 1980. Esta ley ha sufrido
varias modificaciones, entre las que destacan:
lo El establecimiento del protocolo abierto;
20 Regula al notario como licenciado en derecho y no como funcionario
público;
30 Se creó el "Libro de Registro de Cotejos" para simplificar la realiza-
ción de actas de cotejos.
.
EVOLUCION DEL NOTARIADO MEXICANO Pérez Fernández del Castillo 219
mismo protocolo se pueden también asentar las actas y escrituras en que in-
tervengan las dependencias y entidades de la administración pública federal,
cuando actúen para el fomento de la vivienda o con motivo de programas
para la regularización de la propiedad inmueble".
El 6 de enero de 1994 se modificaron varios de sus artículos, destacando
entre ellos el 42 donde se establece que el protocolo ordinario será abierto,
esto es, se formará por folios numerados y sellados que se encuadernarán en
libros integrados por doscientos folios. También se creo el "Libro de Registro
de Cotejos" para simplificar este tipo de actas.
Y así llegamos a la actual Ley del Notariado para el Distrito Federal de 30
de diciembre de 1999. Publicada en la Gaceta Oficial del Distrito Federal el
28 de marzo de 2000 y entrada en vigor a los 60 días naturales a partir de su
publicación. Entre sus modificaciones más importantes, amplió la actividad
del notario en la tramitación de las sucesiones intestamentarias y algunos
otros actos de jurisdicción voluntaria.