Está en la página 1de 18

Suscríbete a DeepL Pro para poder traducir archivos de mayo

Más información disponible en www.DeepL.com/pro.

Rev. l atinoam. Psicopat. F und., São Paulo, v. 13, n. 1, p. 87-101, marzo 2010

Del amor a la amistad en la


psicosis: aportaciones del
psicoanálisis al campo de la
salud mental*.

Nuria Malajovich Muñoz

El trabajo se basa en las elaboraciones de Lacan para examinar


el lugar del amor en la relación que el psicótico establece con el 87
mundo. Las dificultades relacionadas con el amor en la psicosis
requieren un abordaje particular de la transferencia que apunte a la
invención de nuevas formas de vinculación del sujeto con el mundo. El
retorno a los orígenes griegos de la amistad, a través de la philia, nos
ayudará a comprender cómo puede darse la creación y el
sostenimiento de una amistad de transferencia. La búsqueda y la
construcción de una posible solución para la transferencia serán
evidenciadas al discutir su manejo en el colectivo.
Palabras clave: Psicosis, amor, psicoanálisis, salud mental
* Este artículo se deriva de la Tesis de Doctorado en Teoría Psicoanalítica: N. M. Muñoz,
Inventar el amor: un desafío para la clínica de las psicosis, 2005. Universidad Federal
de R io de Janeiro.
R E V I S T A
LAT I N OAM E R I C AN
YPSICOPATOLOGÍAFUN
DAMENTAL

La práctica de la atención con psicosis en el campo de la


salud mental requiere el desafío cotidiano de construir
estrategias e intervenciones que ayuden a los sujetos a
encontrar un vínculo particular con lo social. Se trata, en cada
caso, de inventar una modalidad de respuesta singular para
ofrecerla como producto de un encuentro. Para llevar a cabo
una gestión individual, el
lizadas soluciones sintomáticas, es necesario extraer la lógica
88 que rige su funcionamiento. Independientemente de lo
perturbadores u originales que puedan ser, los síntomas deben
considerarse como respuestas que pretenden hacer frente al
malestar. Se descarta así una práctica normativa o universal, lo
que exige una voluntad de ensayar a diario estrategias de
atención individualizadas.
Frente a la multiplicidad de soluciones para la psicosis, y al
hecho de que la norma y el sentido común no actúan como
elementos ordenadores en esta modalidad clínica, la tarea es
encontrar instrumentos que hagan una mediación eficaz en la
relación del sujeto con el mundo. El tipo de respuesta ofrecida
puede apoyarse en un estilo de presencia (Z enoni, 1993) a ser
adoptado por el equipo técnico, a fin de minimizar los efectos
dis- persivos o totalizadores de la convivencia cotidiana. A
dvertidos sobre los riesgos y fragilidades del lazo social en la
psicosis, debemos fomentar formas de estar en el mundo que
no fuercen al sujeto a una ruptura o a una exclusión. Se trata de
ofrecer al sujeto un lugar que acoja sus manifestaciones y les
proporcione una dirección. La presencia activa de alguien que
Rev. l atinoam. Psicopat. F und., São Paulo, v. 13, n. 1, p. 87-101, marzo 2010
acepta ponerse en el lugar del destinatario y da testimonio de

Rev. l atinoam. Psicopat. F und., São Paulo, v. 13, n. 1, p. 87-101, marzo 2010
SALUD MENTAL

Recibir aquello que le fue dirigido localiza la producción psicótica, y puede dejar al
sujeto más libre para encontrar nuevas formas de vinculación con lo social.
En el plano de la transferencia, el amor es la condición de producción de un
tratamiento, ya sea de la neurosis o de la psicosis (B rousse, 1999). Pero cuando se
trata de psicosis, esta observación no hace que la tarea sea menos compleja, ya
que el amor también suele ser mortificante. En ausencia de regulación previa, la
relación de pareja puede ser la base de un desencadenamiento o de una
desestabilización. La dualidad que suele establecerse entre el sujeto y el otro en la
psicosis deja poco espacio para la entrada de terceros o de cualquier elemento que
ocupe su lugar. En la imposibilidad de encontrar algo que actúe como mediación,
se puede experimentar el amor no como agente, sino como víctima de él. El exceso
del Otro hace que el sujeto no encuentre otro lugar que el de convertirse en su
objeto.
Si hay dificultades para el psicótico en el lado del amor, ¿qué pasa con el
mantenimiento del vínculo transferencial? ¿Cómo puede entonces llevarse a cabo
el tratamiento del sujeto psicótico? Tales preguntas son pertinentes en la medida
en que -por la estructura de inversión propia de la lógica de la psicosis y que se da
principalmente en sus verten- tiones paranoica y paranoide (Z enoni, 2006)- la 89
transferencia se ubica principalmente del lado del Otro y no del lado del sujeto.
Erotomanía y persecución son, pues, riesgos concretos en el horizonte de este tipo
de tratamiento. El sujeto no vive la pasión como agente y puede ser, por tanto,
amado, traicionado u odiado por aquel que acepta ponerse en el lugar del Otro.
Las virtualidades mortales del amor se materializan entonces en tres riesgos: la
destrucción de la pasión, del sujeto o de su objeto.
La maniobra clínica apunta a efectuar un desplazamiento de esta primera
posición en la que uno se ve urgido a ocupar por la transferencia. Como señala L
eguil (2007), es necesario tener en cuenta la transferencia para no perjudicar al
síntoma, aunque esta constatación no basta para resolver las dificultades
derivadas de su gestión. Si el método clínico de la neurosis fracasa cuando se
aplica a la psicosis, la transferencia puede tomar la forma de una erotomanía
mortificante (L acan, 1966). Hay que esquivar la posición del Otro entero, sin
agujero, manteniéndose, a l mismo tiempo, a distancia del lugar del igual, dado el
riesgo de un deslizamiento inadvertido en el lugar no deseado del rival.
É evidente quanto delicado pode tornar-se o apoio ao cotidiano de um
serviço, e quanto as dificuldades decorrentes da convivência podem materializar
um risco persecutorio. Invirtiendo para que el psicótico adquiera un lugar de

Rev. l atinoam. Psicopat. F und., São Paulo, v. 13, n. 1, p. 87-101, marzo 2010
R E V I S T A
LAT I N OAM E R I C AN
YPSICOPATOLOGÍAFUN
DAMENTAL

El papel del sujeto en su tratamiento y la apropiación de su historia y enfermedad


pueden funcionar como un buen antídoto contra el exceso transferencial. Para
ello, es necesario dar voz al sujeto en relación a lo referido en su proyecto
terapéutico, acompañando sus movimientos en el encuentro con el equipo,
evitando utilizar o moldear las intervenciones en un saber previo que lo situaría
como simple objeto de cuidados. También se debe estar atento para que el
ejercicio de la palabra no se torne excesivo o desestabilizador, ya que hablar no
necesariamente apacigua y, por el contrario, puede dejar al sujeto a merced de su
indeterminación.
La distribución en red propuesta por el campo de la salud mental apunta a la
participación de varias instancias comunitarias, ampliando los recursos con los que
el sujeto puede contar para su estabilización. Además, muestra el papel
fundamental que el agujero puede tener en el sostenimiento de este tipo de
vínculo: a partir de los puntos que tejen la red, se construyen agujeros, es decir, la
conexión de los elementos constituye un vacío, formando así pequeñas distancias,
intervalos, espacios que permiten al psicótico permanecer al abrigo del doloroso
lugar de objeto.
Este tipo particular de vínculo promueve la construcción de un saber-hacer
del lado del psicótico que implica el establecimiento de una prudencia estratégica
90 en relación a los puntos que generan conflicto y desorganización (Miller, 2003). La
relación transferencial puede ayudar a desarrollar trucos, formas de lidiar con los
sin- tomos y sus aspectos invalidantes, encontrando la propia manera de estar en
el mundo. Como señala C orin (2003), una posición de retraimiento puede estar
relacionada con el mantenimiento en la forma de vida, es decir, creando una
relación de distancia con el mundo social se puede encontrar una forma eficaz de
mantenerse al margen, pero con los demás.
El vínculo transferencial debe preservar en la psicosis el mantenimiento de
cierta distancia en su estructuración para no invadir al sujeto y minimizar una
posible mortificación. Vaciar al Otro es una tarea que puede ser sostenida por la
construcción -a pesar del fracaso del amor- de una amistad de transferencia. 1La
vuelta a los orígenes aristotélicos de la amistad, a través de la philia, nos ayuda a

1. Según B enveniste (1976 ), la palabra philos, que designaba en primer lugar todo lo que es
"querido", se asimiló al posesivo "mi", teniendo su significado unido en la expresión "mi
querido". La posesión se expresa así de dos formas inmediatas: pertenencia y proximidad.
Philos tiene un carácter jurídico: un objeto se califica de philos por su propiedad.
Rev. l atinoam. Psicopat. F und., São Paulo, v. 13, n. 1, p. 87-101, marzo 2010
SALUD MENTAL

entender cómo puede mantenerse. Es importante señalar que la filosofía clásica


utilizaba dos palabras diferentes para referirse al amor: philia y E ros. Sabemos que
L acan (1960-1961) propuso pensar el Sujeto S upuesto Saber en el neu- rose a
partir de las ideas contenidas en el B anquete de Platón. Nuestra hipótesis es que
la philia aristotélica nos permitirá deducir algunas orientaciones relativas al modo
de transferencia en la psicosis.
El término philia fue caracterizado en A ristóteles (2005) por un cierto
conjunto de comportamientos destinados a establecer un pacto de hospitalidad
entre los miembros de una comunidad. Originalmente, en H omero, este término
se refería a la posibilidad de acoger al extraño (Ortega, 2004), convirtiéndose más
tarde, por esta razón, en la base de las relaciones de toda comunidad. Se inaugura
así un tipo de vínculo definido por una ética que determina el establecimiento de
lazos y compromisos recíprocos.
Para A ristóteles (2005), a diferencia de Platón, la philia se refiere al orden
estrictamente humano. Las dificultades ligadas a su consecución se sitúan y
resuelven dentro de los límites de la ética. Es una condición de determinación
vinculada al bien, entendido aquí no como algo trascendente, sino como un valor
concreto. La amistad es un concepto ético que implica un pacto que supone un
conjunto de acciones encaminadas al bien del otro en cuanto otro. Philia adquiere
91
así el sentido de amistad cívica, un sentimiento de pertenencia que une a los
miembros de una misma comunidad. La amistad se define a partir de la presencia y
la comunidad compartida, basada en la experiencia concreta de una comunidad.
Encontramos indicaciones interesantes sobre la philia en la obra de L acan,
quien la considera, siguiendo a Artistóteles, como un amor privado de lo sexual.
Este es el título del vínculo que unió a Schreber con su esposa (L acan, 1957-1958),
indicando el lugar estratégico que ella ocupó para hacer posible la producción
de las memorias y su publicación en forma de libro. Para Schreber, la filia
matrimonial es uno de los puntos fuertes de su estabilización. A pesar de la
relación fuera de eje con el Otro, el mantenimiento de su relación matrimonial fue
posible al precio de la renuncia a lo sexual. La segunda indicación lacaniana (1970)
muestra que

tario. Tratar bien a alguien es philein, es decir, no significa necesariamente que se le tenga un
gran afecto, sino que se le presten los cuidados necesarios, cumpliendo las acciones positivas
que implica el pacto de hospitalidad. En la misma línea, Milner (1999) muestra que philos se
refiere originalmente a una relación institucional no afectiva.
Rev. l atinoam. Psicopat. F und., São Paulo, v. 13, n. 1, p. 87-101, marzo 2010
R E V I S T A
LAT I N OAM E R I C AN
YPSICOPATOLOGÍAFUN
DAMENTAL

El ejercicio y el valor de soportar la intolerable relación con el Otro, como ser


supremo, sustentan la amistad como philia y señalan el carácter fuera del sexo de
la ética que se deriva de esta orientación.
En este artículo, escribiremos, a p a r t i r de dos situaciones tomadas de la
práctica asistencial en el campo de la salud mental, el curso clínico que posibilitó el
establecimiento de la transferencia como filia, destacando cómo, a partir de una
maniobra específica facilitada por la distribución en red, cada uno de los sujetos
pudo encontrar una distancia necesaria que le permitió efectuar un vínculo
particular con el mundo.

La amistad y la práctica de la buena distancia2

"Actúas en nombre de la persona, no me sigas sofismeando"

Un paciente del PSC , de unos treinta años, sitúa el inicio de sus problemas a
los 14 años, cuando se enamora de una chica de su clase. Empieza a sentir que
92 exhala un mal olor que le lleva a apartarse de las chicas y del colegio y a intentar
suicidarse repetidamente. Hay numerosas automutilaciones, enormes
dificultades para vincularse a actividades terapéuticas, para trabajar o incluso para
asistir a la vida cotidiana en el PSC. Hay constantes quejas de que el mundo, pero
principalmente sus vecinos, técnicos y usuarios le humillan por su olor. Siente que
no es bien visto en su barrio y en el CPS , cree que todo lo malo que sucede se le
atribuye a él.
A la menor acción o interferencia del equipo sale corriendo, para volver, en
una segunda ocasión, todo cortado y ensangrentado: "La gente quiere que vaya al
PSC , pero no entienden que mi caso es muy grave. Ya he intentado suicidarme
varias veces". La comprensión de que en su caso el colectivo podía tener un efecto
muy dispersivo e incluso devastador hizo que el equipo intentara mantenerse cada
vez más al margen de sus proyectos, diciéndole únicamente que era "bienvenido"
y que el CPS estaba a su disposición para ayudarle. Además, el equipo

2. Las situaciones clínicas descritas se refieren al seguimiento de dos casos atendidos en una APS y
en un ambulatorio de la red pública de salud de la ciudad de Rio de Janeiro, respectivamente.

Rev. l atinoam. Psicopat. F und., São Paulo, v. 13, n. 1, p. 87-101, marzo 2010
SALUD MENTAL

se comprometió a reforzar la dirección transferencial que el usuario me había


dirigido, remitiéndole a su asistencia individual, de forma acogedora y atenta, cada
vez que buscaba a alguien con quien hablar de sus problemas.
La oferta de un espacio individual donde poder compartir los efectos y los
destinos que el amor provocó en su vida da lugar a una invención. Ejerce, apoyado
en el dispositivo transferencial, el "amor a los libros", ocasión en la que consigue
donar un poco de su saber a través de la función de la lectura. La lectura de una
historia en la que un amigo salva a otro de la muerte, a pesar de todas las
dificultades que debe atravesar para ello, lo sitúa en el lugar de la transferencia.
Dice: "No tengo amigos". Una crescenta, tras un breve silencio: "Tú eres mi amigo.
Sólo vengo al CPS por consideración hacia ti".
La amistad de transferencia promueve así un soporte mínimo que hace
posible e l lugar "de poder leer un poco a alguien". Restringir los espacios de habla
a consultas individuales fue una estrategia colectiva importante para intentar dar a
su discurso un soporte, un continente. Por otra parte, dirigir el discurso a alguien
en concreto permitió reanudar, aunque sólo fuera ocasionalmente, la convivencia
en el CPS .
93
De los testigos a la confianza

Un hombre de cuarenta años es recibido para atención individual en el ambu-


latorio a petición de la coordinación de la unidad. S sucede durante la universidad,
a partir del noviazgo de una compañera. Comienza a sufrir persecución, vudú,
magia negra. Bandona cualquier actividad, pero sueña con ser cocinero. D no está
dispuesto a s o m e t e r s e a psicoterapia, alegando que no hay secreto posible
para él.
Hablar es, para él, hacer público. Su vida es asaltada, invadida y comentada,
siente que le roban sus pensamientos y los difunden por la radio, el periódico y la
televisión. Una avalancha de peticiones gira en torno a la idea de que yo, como
psicóloga, debo hacer algo para ayudarle, para defenderle públicamente de las
acusaciones de las que se siente objeto. Se anuncia un período difícil: ataques de
rabia, peticiones incesantes y una falta de voluntad para quedarse a la hora del
servicio. La ausencia de respuesta por mi parte es tomada por él como negligencia
o incompetencia. Amenaza constantemente con abandonar la asistencia y pide con
frecuencia que se le remita a otro profesional.

Rev. l atinoam. Psicopat. F und., São Paulo, v. 13, n. 1, p. 87-101, marzo 2010
R E V I S T A
LAT I N OAM E R I C AN
YPSICOPATOLOGÍAFUN
DAMENTAL

Tras mi regreso de vacaciones, se enfadó aún más y se negó a hablarme. Sin


entrar en el motivo de su descontento, dejó entrever, sin embargo, que la
transferencia estaba adquiriendo un tono persecutorio: "A partir de ahora sólo
quiero hablar con usted si hay testigos presentes". Encuentro su solución y le
propongo que participe en un grupo terapéutico en el que trabajaba y que estaba
formado por un equipo multiprofesional. La reconfiguración de la modalidad de
atención ofrecida instituye una maniobra que apacigua la relación, reorientando la
transferencia hacia un dispositivo más colectivo.
Al mismo tiempo, inicia una intensa labor de escritura, no sin quejarse de que
la gente se apropia de sus escritos y concede licencias sobre ellos. Teme que se los
roben como material de guión para una importante cadena de televisión. Entonces
decide confiarme este material, diciendo que soy su único amigo. Son trozos de
papel con fragmentos de líneas escuchadas, pensamientos o incluso breves
acontecimientos meticulosamente numerados. Compila una carpeta y me pide que
organice sus escritos respetando la numeración que había establecido.
Entonces se reanudan las consultas individuales, manteniendo el grupo
terapéutico como mediador y, al mismo tiempo, como protección contra la posible
94 reintensificación de la transferencia. Ahora puede recurrir a consultas
suplementarias cuando se siente demasiado invadido o difamado, o cuando quiere
pedir mi aprobación para una solución determinada. Se dedica (por primera vez en
diez años) a una actividad: fabrica utensilios domésticos. A pesar de las
dificultades, los cismas y la desconfianza, consigue vender algunas piezas. Al cabo
de un tiempo, termina un curso de pastelería. En agradecimiento, regala al equipo
sueños hechos por él.

Amor mortificante

En una de sus lecciones relativas al estudio de la psicosis, L acan (1955-1956)


sitúa que la diferencia entre un neurótico y un psicótico reside en el hecho de que,
para este último, el amor está muerto. El amor promueve una abolición de la su-
vía en la psicosis al admitir una "heterogeneidad radical del Otro" (p. 287). Para
explicar la relación amorosa del sujeto con este Otro absoluto, sin agujero, L acan

Rev. l atinoam. Psicopat. F und., São Paulo, v. 13, n. 1, p. 87-101, marzo 2010
SALUD MENTAL

recurre a la teoría medieval del amor, en particular a la que habla de la relación


extántica con la alteridad. Indica así cómo el amor en la psicosis puede ser
mortificante, exigiendo que el sujeto se ofrezca como objeto, sacrificándose en
nombre del Otro absoluto.
Para circular por el sentido común es necesaria la integración en un
determinado juego significante. Es también a través del significante como se
accede a los aspectos femeninos y masculinos de la sexualidad. En la psicosis, las
desventuras del amor están ligadas a la fragilidad de su estructura significante y a
la escasez de recursos para tratar la diferencia sexual: "La psicosis es una especie
de fracaso en cuanto al cumplimiento de lo que se llama 'amor'" (L acan, 1975, p.
35). Con las últimas teorizaciones lacanianas, podemos inferir que el psicótico
fracasa en adoptar la solución típica, la norma estándar que haría posible el
encuentro entre los sexos. El sujeto se vuelve vulnerable al lenguaje, y puede,
durante el brote, ser habitado por él. La desestabilización en la psicosis provocará
toda una serie de fenómenos imaginarios relativos al ser sexual del sujeto y a la
representación de lo que es para él, según el sexo al que pertenezca, ser hombre o
ser mujer. La renuncia a lo sexual puede ser una solución en la psicosis, el
platonismo se co-crea con la psicosis. 95
A veces se utiliza como una defensa eficaz contra el goce excesivo. De hecho,
muchos psicóticos estabilizados dicen haber renunciado claramente a lo sexual, así
como otros ni siquiera lo consideran como una posibilidad con- creta en sus vidas.
Debemos, sin embargo, destacar que esta no es una regla general, y que existen
testimonios clínicos que muestran sujetos que consiguieron inventar soluciones
para construir un límite o una frontera para lidiar con el extra que acompaña a la
sexualidad en la psicosis. Vieira (2002) relata cómo la falta de un atributo
específico en el cuerpo del amante localiza un agujero que permite al paciente
acceder a su cuerpo. B orie (2002) describe cómo un assemblage, hecho de restos,
pedazos y deyecciones, sirve de marco y pacifica la relación sexual.
El amor muerto es aquel que puede desplegar en su horizonte la muerte del
sujeto. L eguil (1987) señala que debemos utilizar las teorizaciones lacanianas
sobre la alucinación como contrapunto a la clínica psicótica del amor. Porque el
amor puede ser vivido en su exterioridad más radical, como en la alucinación,
interroga la posición del sujeto y debe ser tomado en términos de lo que le es
relativo: como la certeza de que lo que está en juego le concierne. La palabra de
amor, el insulto y la alucinación transmiten una certeza que concierne al sujeto en
su ser, pero, por inversión, esta certeza proviene del Otro y no del sujeto.

Rev. l atinoam. Psicopat. F und., São Paulo, v. 13, n. 1, p. 87-101, marzo 2010
R E V I S T A
LAT I N OAM E R I C AN
YPSICOPATOLOGÍAFUN
DAMENTAL

La alucinación y el amor pueden situar al sujeto en una posición subjetiva,


aunque este lugar a menudo lo infravalore o lo denigre. El amor en la psicosis no
está, pues, desconectado del goce excesivo y mortificante del Otro; al contrario,
puede convocarlo. Este aspecto del amor en la psicosis puede considerarse como
uno de los nombres del efecto sobre el sujeto del goce del Otro. En oposición al
sujeto de la neurosis, cuya aparición entre los significantes es puntual y
evanescente, L acan (1966) propone pensar al sujeto en la psicosis como sujeto de
goce.
A partir de la observación de que no es raro que el prójimo ocupe, para un
sujeto psicótico, el lugar central de su delirio persecutorio, Laurent (1989) propone
pensar que el problema de la transferencia en la psicosis puede ejemplificarse
como estando del lado del prójimo malvado: "La erotomanía de la transferencia es
la articulación entre el amor y el goce malvado que puede situarse (...) del lado del
prójimo" (p. 15). Este comentario se refiere a los problemas relacionados con la
organización cotidiana de un servicio. ¿Cómo hacer frente a la intrusión que puede
suponer la proximidad de la convivencia cotidiana en un dispositivo de tipo C A PS ?
No es infrecuente que los usuarios se retiren de la vida cotidiana del servicio en los
momentos en que el traspaso, por parte de un determinado técnico o becario, se
96 hace demasiado intenso.
El colectivo institucional puede tener un peso excesivo para el sujeto
psicótico que, en ocasiones, puede no soportar la convivencia y la cercanía con
aquel que se ofrece para ser destinatario de sus producciones. Pero lo recíproco
también es cierto. Como hemos mostrado, la atención individual en los
ambulatorios puede verse dificultada por los riesgos de transferencia inherentes a
la psicosis, por lo que es interesante contar con un equipo multiprofesional para,
eventualmente, reconducir la transferencia hacia un dispositivo más colectivo.

De la amistad al conocimiento

El descubrimiento del papel que puede desempeñar la transferencia en un


tratamiento desveló la relación entre amor y conocimiento. L acan (1972-1973)
explicó que en la neu- rosis se ama a quien se supone que posee el saber que nos
completaría. Toda la problemática de la transferencia en la psicosis gira en torno a
esta cuestión ya que, en la medida en que amor y goce se entrelazan allí, ocupar el
lugar del saber en la transferencia puede equivaler a establecerse en la posición
Rev. l atinoam. Psicopat. F und., São Paulo, v. 13, n. 1, p. 87-101, marzo 2010
del Otro burlador. El saber en la psicosis está y debe permanecer, por lo tanto, del
lado del sujeto. Es él quien

Rev. l atinoam. Psicopat. F und., São Paulo, v. 13, n. 1, p. 87-101, marzo 2010
SALUD MENTAL

conoce los embates del Otro, que pueden presentarse, por ejemplo, en forma de
amor, goce desenfrenado o alucinación.
Ser advertido sobre el carácter pasional que el vínculo con el otro puede
tener en la psicosis puede ser útil en el trabajo con la transferencia. Esta
observación es fundamental, ya que no es raro asumir, en la práctica institucional,
conductas disciplinarias basadas en la errónea suposición de que los temas pasivos
son exclusivos o incluso determinantes de un funcionamiento neurótico. El
sujeto es así llamado a subordinarse a la ley, muchas veces encarnándola y
exigiéndole que deje de promulgar su sufrimiento. El psicoanálisis muestra que
llamar a la razón a un sujeto psicótico puede, paradójicamente, forzar una
desconexión y propiciar una desconexión del sujeto con el mundo.
Si el amor en la psicosis apunta al sujeto y lo constriñe, la amistad de
transferencia puede impulsarlo en el camino de la construcción de una invención
de saber que dé cuenta de los embates insensatos del Otro, o en la creación de un
artefacto que actúe como barrera a sus abusos. Es posible que el psicótico se
proponga construir una teoría sobre el amor, pero si el amor en cuestión aquí no
está marcado por la coraza fálica, el vínculo insólito con el saber puede situarlo del
lado de la creación, como invención particular y original del saber. 97
En el libro L a pareja y el amor, los autores del campo freudiano discuten las
posibilidades del amor en la psicosis. Muestran que si, por un lado, la experiencia
del amor a menudo fracasa, puede liberar al sujeto en la dirección del
conocimiento y hacer posible el establecimiento de un vínculo de transferencia.
Miller (2003) propone a este respecto la fórmula siguiente: "Fracaso del amor,
éxito del saber" (p. 274). También aclara que este saber tiene el estatuto de un
saber hacer, y nos corresponde a nosotros ayudar al sujeto a decidir qué caminos
transitar, y con qué pensamientos y problemas no ocuparse, es decir, cómo
mantener cierta distancia del Otro y de sus obstáculos.
Esta perspectiva aporta una nueva luz al lugar de secretario del alienado
señalado por L acan (1955-1956), y muestra que ser el destinatario del testimonio
del psicótico es algo más que desempeñar la función de simple "tomador de
notas". Al aceptar y privilegiar ciertas cosas en detrimento de otras, se adopta una
determinada posición clínica (Laurent, 1997). Es necesario, por tanto, que a través
de una apuesta se reciba y reconozca un determinado signo como producto de un
abordaje. Una orientación colectiva sobre la práctica sirve entonces, al menos,
para no obstaculizar el trabajo individual y espontáneo de la psicosis, ya que las
soluciones estarán siempre de su lado.

Rev. l atinoam. Psicopat. F und., São Paulo, v. 13, n. 1, p. 87-101, marzo 2010
R E V I S T A
LAT I N OAM E R I C AN
YPSICOPATOLOGÍAFUN
DAMENTAL

La Philia puede ayudar al psicótico a encontrar una regulación que contribuya


a la creación de una defensa contra el deseo del Otro, sin tener que recurrir al
padre o a la norma fálica. Como muestra H anna (2000), cuando nos convertimos
en receptores de producciones psicóticas, asumimos la dimensión de lo mejor, lo
que "introduce una diferencia: es decir, no es lo mismo" (p. 132). La Philia, como
solución transferencial en la psicosis, coloca a los responsables de su cuidado del
lado del sujeto frente al Otro, lo que, a su vez, contribuye a l a regulación de este
último. Además, vacía la coloración sexual de la transferencia, permitiendo el
establecimiento de un vínculo tranquilizador para el sujeto que ya ha sufrido, en su
subjetividad, las consecuencias del desencadenamiento psicótico. La invención de
una distancia permite la apropiación de aquello que aparece inicialmente como
proveniente del Otro, limitando y alejando el lugar peligroso de lo absoluto. En
cuanto al dispositivo de la clínica ampliada, su organización potencializa la
circulación del saber inédito de los sujetos, punto en el que la philia encuentra su
función: al promover una distancia entre los sujetos, instaura la posibilidad de un
mundo a compartir.

98 R eferencias

A R IST ÓTE L E S. Ética Nicomaquea. São Paulo: Martin C laret, 2005.


B E NV E NISTE , E . Problèmes de linguistique générale. París: Gallimard, 1976.
B OR IE , J. Une version de la vie sexuelle sans le phallus. En: MILL ER , J-A . (Org.).
L ' amour dans les psychoses. París: Seuil, 2004.
B R OUSSE , M-H. L ' incidence du transfert dans la clinique des psychoses. En: L a
stylistique des psychoses. París: Documents préparatoires de l' IC F, 1999. p. 81-88.
C OR IN, E . À l' ombre de la psychose. Des tracés en creux aux marges de la culture.
C ahiers de Psychologie C linique, n. 21, p. 197-218, 2003.
HA NNA ,
M. S. La transferencia en la psicosis: una cuestión. 2000. 174 p. Tesis
(Doctorado en Teoría Psicoanalítica). Universidade Federal do R io de Janeiro.
L A C A N, J. (1955-1956). El seminario. Libro 3. Las psicosis. R io de Janeiro: Jorge Z ahar,
1985.
. (1957-1958). De una cuestión preliminar a todo tratamiento posible de
las psicosis. En: Escritos. R io de Janeiro: Jorge Z ahar, 1998.

Rev. l atinoam. Psicopat. F und., São Paulo, v. 13, n. 1, p. 87-101, marzo 2010
SALUD MENTAL

. (1960-1961). El Seminario. Libro 8. La transferencia. La transferencia. R io


de Janeiro: Jorge Z ahar, 1992.
. (1964). L e séminaire. L ivre 11. L es quatre concepts fondamentaux de la
psychanalyse. París: Seuil, 1973.
. (1966). La presentación de Memorias de un enfermo nervioso. En: Outros
escritos. R io de Janeiro: Jorge Z ahar, 2003.
. (1967). Petit discours aux psychiatres. B ibliothèque Pas-tout L acan. Disponible
en: <http://www.ecole-lacanienne.net/pastoutlacan60.php>. Consultado el: 11/8/2009.
. (1972-1973). El Seminario. L ivro 20. Más, todavía. R iode Janeiro: Jorge Z ahar,
1985.
. C onférences et entretiens dans des universités nord-américaines. Scilicet,
París, n. 6/7, p. 32-37, 1975.
L E GUIL , F. A propos d' um cas d' anti-érotomanie. En: L ' expérience psychanalytique des
psychoses. Actes de l' EC F , París, p. 52-54, 1987.
. No hay clínica del tabaquismo sin fumador. En: Pertinências da
psicanálise aplicada. R io de Janeiro: Forense Universitária, 2007. 99
L A URE NT , E . Estabilizaciones en las psicosis. B uenos A ires: Manantial, 1989.
. L ' appareil du symtôme et Dernier tout de parole. L a C onversation
d' A rcachon. C as rares: les inclassables de la clinique. París: Seuil, 1997.
MILL ER , J-A . L a conversación d' Arcachon. C as rares: les inclassables de la clinique.
París: Seuil, 1997.
MILL ER , J-A . (Org.) La pareja y el amor. B uenos A ires: Paidós, 2003.
MIL NER , J-C . Lo triple del placer. B uenos A ires: E diciones del C ifrado, 1999.
ORTE GA , F. Genealogías de la amistad. São Paulo: Iluminuras, 2002.
Z E NONI , A . C linique psychanalytique en institution: la psychose. L es F euillets
psychanalytiques du C ourtil, n. 7, p. 77-92, 1993.
. C omment s' orienter dans le transfert. Revista C línicas: Impasses da C línica,
n. 1, 2006. Disponible en: <http://www.clinicaps.com.br clinicaps_revista_0101_
sum.html>. Consultado el: 8/11/2009.
V IE IR A , M.A . Dans le trou du désert. En: MILL ER , J-A (Org.) L ' amour dans les
psychoses. París: Seuil, 2004.

Rev. l atinoam. Psicopat. F und., São Paulo, v. 13, n. 1, p. 87-101, marzo 2010
R E V I S T A
LAT I N OAM E R I C AN
YPSICOPATOLOGÍAFUN
DAMENTAL

Resúmenes

(Del amor a la amistad en la psicosis: contribuciones del psicoanálisis en el campo


de la salud mental)
E l trabajo tiene como eje las elaboraciones de Lacan y examina el lugar del amor
en la relación que el psicótico establece con el mundo. L as dificultades relativas al
amor en la psicosis requieren un enfoque particular de la transferencia, de manera a
inventar nuevas formas de lazo entre el sujeto y el mundo. L a retomada del origen
griego de la amistad, a partir de la philia, nos ayudará a entender cómo se puede crear
y sostener una amistad de transferencia. L a búsqueda y la construcción de una posible
solución para la transferencia seráa demostrada, discutiendo su manejo en el colectivo.
Palabras clave: Psicosis, amor, psicoanálisis, salud mental

(D e l' amour à l' amitié dans la psychose: contributions de la psychanalyse au


domaine de la santé mental)
A partir de las elaboraciones de Lacan, examinamos el papel del amor en la
relación de la psicótica con el mundo. Las dificultades del amor vinculadas a la psicosis
exigen un abordaje particular de la transferencia, de modo de producir nuevas formas
100 de vinculación del sujeto con el mundo. La recuperación del origen griego de la
amistad, a partir de la filia, nos ayudará a comprender de qué manera se crea y se
apoya una amistad de transferencia. La búsqueda y la construcción de una solución
posible para la transferencia serán atestiguadas, al mismo tiempo que se discutirá su
manejo en el colectivo.
Mots clés: Psicosis, amor, psicoanálisis, salud mental

(Del amor a la amistad en la psicosis: aportaciones del psicoanálisis al campo de


la salud mental)
La base de este artículo reside en los desarrollos de L acan para examinar el papel
del amor en la relación que los pacientes psicóticos establecen con el mundo. Las
dificultades relativas al amor en la psicosis exigen un enfoque específico de la
transferencia con el fin de crear nuevas formas de vinculación del sujeto con el mundo.
Remontarse a los orígenes griegos de la amistad, denotada por el término philia, nos
ayudará a comprender cómo se puede desarrollar y mantener una amistad de
transferencia. Se presenta la búsqueda y construcción de una posible solución para la
transferencia y se discute su gestión en la experiencia colectiva.
Palabras clave: Psicosis, amor, psicoanálisis, salud mental

Rev. l atinoam. Psicopat. F und., São Paulo, v. 13, n. 1, p. 87-101, marzo 2010
SALUD MENTAL

C itación/C itación: MUÑOZ , N.M. D o amor à amizade na psicose: contribuições da psica-


nálise ao campo da saúde mental. Revista L atinoamericana de Psicopatologia F undamen-
tal, São Paulo, v. 13, n.1, p. 87-101, mar. 2010.
Redactora/Editora del artículo : Prof. Dra. A na C ristina C osta de F igueiredo
Received/received: 6.4.2009/4.6.2009 Aceptado: 19.12.2009/12.19.2009
C opyright: © 2010 Asociación Universitaria para la Investigación en Psicopatología
Fundamental. Este es un artículo de acceso abierto, que permite su uso, distribución y
reproducción sin restricciones en cualquier medio, siempre que se cite al autor original y la
fuente.
F inanciación: El autor declara que no dispone de ninguna ayuda financiera de la que
informar.
C onflicto de intereses: El autor declara no tener ningún conflicto de intereses.

101
NUR IA MAL AJ OV IC H MUÑOZ
Doctor en Teoría Psicoanalítica por el Instituto de Psicología de la Universidad Federal de
Río de Janeiro - UFR J (Río de Janeiro, Brasil); Profesor Adjunto del Departamento
Interdisciplinar de Río de las Ostras de la Universidad Federal F ighense - UFF (Río de las
Ostras, B r a s i l ).
R ua General Glicério 326/603
22245-120 R io de Janeiro, R J, B rasil
e-mail: nuria@rio.com.br

Rev. l atinoam. Psicopat. F und., São Paulo, v. 13, n. 1, p. 87-101, marzo 2010

También podría gustarte