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– Pensamiento: es la capacidad que tenemos de transformar la información que nos llega para
organizarla en ideas, conceptos y representaciones de la realidad, proporcionando a ésta un
sentido a través de la emoción. Nos permite aprender razonando, haciendo deducciones y
concibiendo teorías para tomar decisiones y resolver nuestros problemas cotidianos.
– Lenguaje: es un conjunto de sonidos articulados que nos permite comunicarnos con los
demás; y también con nosotros mismos mediante pensamientos, lo que nos permite planificar y
regular nuestra conducta.
-La memoria
Es la memoria a corto plazo que permite almacenar y manipular la información para realizar
tareas complejas. En el entorno laboral, la memoria operativa es importante para el
razonamiento, el lenguaje, la lectura y las habilidades matemáticas
1. Organízate
Aunque en nuestro trabajos debemos adaptarnos a los cambios que puedan surgir, es muy
importante tener en claro las actividades que debemos hacer. Como dicta uno de los Los 7
Hábitos de la Gente Altamente Efectiva, hay que «empezar con un fin en mente», por lo que
puedes organizarte y preparar desde la noche anterior una lista con tareas y/o objetivos del día
siguiente y así podrás levantarte teniendo claro lo que debes hacer.
Para establecer este orden hay distintas técnicas más establecidas como bullet journals y
el método Strikethru, pero incluso comenzar con lápiz y papel puede ser útil. La idea es que la
técnica sea cómoda para ti para que tengas continuidad y constancia.
En tu lista de actividades, es mejor que te enfoques en realizar una tarea a la vez. Si bien
el multitasking puede ser muy práctico para algunos momentos, es importante saber cómo
priorizar y tomar decisiones sobre nuestras tareas y tiempo para evitar caer en estrés y/o
ansiedad.
Algunas personas son más productivas en la mañana, otras por la tarde y otras por la noche.
Lo ideal es que identifiques cuál es el momento donde mejor te enfocas para en que guardes
las tareas más difíciles para ese momento.
4. Ve de lo complejo a lo sencillo
Comienza tu lista desde las tareas más difíciles a las más fáciles, esta es la mejor manera de
evitar de que caigas en la procrastinación, es decir, que las pospongas por hacer actividades
recreativas o menos importantes.
El ser humano tiene una atención limitada, y aún más con todos los dispositivos o estímulos
que tenemos a nuestro alrededor, lo cual puede ser un mal hábito. Una buena táctica para
controlarnos es la de hacer una lista de todos los elementos que pueden representar una
distracción para ti, por ejemplo, el teléfono móvil, las redes sociales, los juegos, muchos
elementos en el espacio de trabajo; y así como estas hay muchas formas para romper los
malos hábitos.
Muchas veces cuando tenemos tareas muy largas o complejas, sentimos que son abrumadoras
y tendemos a retrasarlas. Para combatir esa improductividad, lo ideal sería dividir una gran
tarea en varias pequeñas, para así poder avanzar gradualmente y retomar la concentración en
las horas de trabajo.
Para la división del tiempo, puedes utilizar la técnica Pomodoro, que consiste en dividir las
actividades en cuartos de hora (25 min). Luego de cada pomodoro, tomar un breve descanso
entre 3 y 5 min. Luego de la primera hora, es decir cuatro pomodoros, tomar un descanso más
largo de entre 15 - 30 minutos.
A pesar de que tengamos que ejecutar distintas tareas en la jornada laboral o en los estudios,
podemos crear una rutina. Tender la cama, trabajar, estudiar, recrearse; todo es posible si te
organizas en base a tu objetivo personal.
Comienza tu día con una de estas 120 frases de superación personal y con tu rutina
establecida, te aseguro que será mucho más fácil hacerle seguimiento a los objetivos
personales que te plantees y, por ende, lograrlos.
Muchas veces nos ocupamos tanto en hacer nuestras actividades del día a día, que no nos
damos cuenta de las pequeñas victorias o los logros que tenemos. Mide los avances en tus
objetivos y date pequeñas recompensas cuando cumplas algún objetivo diario, como por
ejemplo, unos minutos más de relajación, poner a reproducir tu lista de reproducción favorita,
un trozo de tu postre favorito, etc.
«Lo que no se define no se puede medir. Lo que no se mide, no se puede mejorar. Lo que no
se mejora, se degrada siempre». - William Thomson Kelvin
9. Aprende a desconectar
Todas las actividades que llevas a cabo en tu vida se conectan y afectan las unas a las otras,
por lo que si estás buscando mejorar la productividad en tu vida también deberías observar los
hábitos que tienes para convertirlos en ayuda. Descansar lo suficiente, mantener una
alimentación balanceada, practicar alguna actividad física son algunos de los hábitos
saludables que deberías fomentar y que contribuyen con tu productividad.
Como lo hemos hablado a lo largo del artículo, el cómo ser más productivo no es pregunta con
una sola respuesta. La productividad requiere un equilibrio y apoyo entre la vida personal y
profesional de cada quien, porque una parte se ve influenciada por la otra.
La productividad más que una acción aislada, es un estilo de vida. Necesita de objetivos
planteados para poder tener un propósito y así poder desarrollar los hábitos que puedan darle
soporte de la mejor manera a largo plazo. Es un proceso que requiere tiempo, disciplina y
fuerza de voluntad, entender que procrastinar no nos va a llevar a un resultado positivo porque
no nos suma ni nos hace sentir bien después.
Es clave entender que al final del día todo se hace por ir construyendo algo más grande y
mejor, y que este proceso puede adaptarse a cada quien para que sea más cómodo. Desde
una lista de tareas en papel, o un tracker de hábitos, lo más difícil es el inicio. Una vez que se
tengan los hábitos correctos, queda es sembrarlos y fortalecerlos para desarrollar una vida
productiva.
CUADRO COMPARATIVO