Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
La democracia consumida.
Hacia 1945 Karl Polanyi escribía “La gran transformación”, libro en el cual
explica el surgimiento de la sociedad de mercado, caracterizada, esencialmente,
por la separación artificial de la esfera económica de resto de la sociedad y la
constitución de un modelo de sociedad alrededor del mercado y que se
constituye como la base sobre la cual se organiza y funciona la economía de
mercado (Polanyi, 2011, p. 106).
El objetivo es la implementación del librecambismo y la autorregulación del
mercado a través de sus propias leyes. Sin embargo, existe una corriente de
resistencia cuyo origen es la esfera social y que se opone a la implementación de
las leyes del mercado. A esta contradicción Polanyi la ha llamado el doble
movimiento. Esta contradicción, lejos de ser perjudicial para el mercado,
Polanyi la encuentra como una dinámica estabilizadora (2011, p. 32).
La sociedad de mercado de Polanyi podría ayudarnos a explicar la manera en la
que hoy, con la plena vigencia del neoliberalismo impulsado en los años 90, se
constituyen los conflictos políticos y económicos que azotan a los países que han
implementado las políticas del consenso de Washington.
En América Latina encontramos que, pese a los impulsos por afianzar la
democracia y los procesos participativos, siempre bajo el marco de la
democracia representativa, estamos frente a una crisis que supera la
representación y se constituye como una crisis democrática. En casi todos los
países de la región existe hoy una crisis de representatividad. Baja participación
electoral, desprestigio de los partidos políticos y líderes políticos, desconfianza
en las instituciones y antipatía hacia la política en general es moneda corriente
en el continente (INSERTAR CITA). Al tiempo, se constituyen grupos políticos,
no en el sentido electoral sino social, que abogan por la mejoras sociales y
políticas. Piden mayor participación política, reducción en la corrupción,
critican las reformas laborales introducidas por el neoliberalismo, defienden la
tierra como propiedad colectiva, como sucede en con las Zonas de Reserva
Campesina o los resguardos indígenas en Colombia, del avance de reformas
tendientes a la explotación de los recursos naturales; surgen movimientos en
defensa del medio ambiente, etc. Es el doble movimiento de Polanyi.
Sin duda la contradicción entre el avance neoliberal y la defensa social de los
derechos es explícita para muchos. Sin embargo, para llegar al origen de esos
conflictos hay que voltear la mirada. Los conflictos sociales que acabo de
describir encuentran su origen en la contradicción sustancial entre el mercado,
como esfera consensual y transaccional entre individuos, y el campo de lo
político como “dimensión antagónica constitutiva de las sociedades humanas.
Como espacio de poder, conflicto y antagonismo” (INSERTAR CITA DE
CHANTAL).
En el caso del mercado, la teoría neoliberal espera que sea el centro público por
excelencia, en donde individuos atomizados y egoístas encuentren, por consenso
y negociación, la solución a sus conflictos y la satisfacción de sus intereses
(CITA). En el caso de lo Político, dice Chantal Mouffe, se parte de un
antagonismo esencial e inherente a la sociedad humana en donde los conflictos
no son superados sino, más bien, en donde los conflictos se mantienen de
manera permanente y lo que cambia es la manera en que dichos conflictos se
relacionan (Mouffe, p. 21). En otras palabras, se considera y reconoce la
divergencia y la pluralidad.
Si bien desde la visión de Mouffe lo Político podría contener lo económico, pues
la economía es parte constitutiva de las sociedades humanas, desde el mercado
sí se excluye la posibilidad de incluir lo Político, pues el conflicto eterno no tiene
cabida dentro del mercado y, en cambio, se aspira a la unanimidad.
A cambio del espacio Político, la sociedad contemporánea latinoaméricana
cuenta con los mecanismos, más técnicos que conceptuales, de la democracia
representativa de corte liberal. Aquella que Atilio Borón ha llamado un “casarón
vacío” (2003, p. 31) por estar en manos de una élite “miope e inoperante que
profundiza aún más la crisis de representación y confianza en la región
(América Latina)”. Esta afirmación tan osada de Borón se debe a los múltiples
casos de protesta social derivados de la aplicación de las políticas neoliberales y
el beneplácito de las clases gobernantes, aún frente al despojo y sufrimiento de
miles de americanos.
Las reformas neoliberales no solamente han llevado al colapso a la política
democrática, sino que, además, la han fomentado. Borón cree que la política
debe ser emancipada de los mercados (2003, p. 37) pues no está llevando a una
desciudadanización económica y social y a una ciudadanía política vaciada de
cualquier contenido sustantivo, fetichizada y meramente formal (p. 34).
Si bien Borón señala con razón los efectos del mercado sobre la sociedad y la
política, se queda corto. Recordemos que Polanyi nos menciona la división
artificial que se ha hecho entro sociedad y economía. La respuesta, entonces, no
es separar, nuevamente, mercado y política sino, más bien, integrarlas en la
misma esfera para recuperar la preeminencia de la sociedad en su conjunto y
no, como hasta ahora, la subordinación del conjunto de la sociedad a la
economía y el mercado. Incluso el mismo Borón reconoce el que la democracia
se ha limitado a un mero procedimiento organizativo del poder (2003, p. 93).
En este sentido es que debemos preguntarnos ¿cómo se relacionan la crisis de la
democracia en América Latina con el conflicto entre lo político y el mercado? Si
queremos comprender cómo se constituyen los conflictos sociales, por qué la
democracia es tan débil y, más aún, cómo encontrar una pronta solución.