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La crisis de representación y legitimidad dentro de las democracias

contemporáneas se podría deber a un conflicto esencial entre la esfera política y


la esfera económica, las cuales han sido artificialmente separadas, basados en la
ideología neoliberal; que enfrenta a una ciudadanía movilizada y politizada con
una ciudadanía-consumista anclada al mercado. Estas dos esferas no están
diferenciadas y un solo individuo podría pertenecer a las dos esferas de manera
simultánea. Revelando la contradicción inherente a la separación artificial de las
esferas política y económica.
¿Hay una ciudadanía económica y una ciudadanía política? ¿entran en conflicto
estos dos tipos de ciudadanía? De existir estos dos tipos de ciudadanía ¿qué
relación tienen con la crisis de legitimidad y representación que hoy vive
américa latina? ¿cuáles son las características de esas ciudadanías y cuáles son
sus prioridades?
¿cómo ha afectado la división de la esfera económica y política a la crisis de
representatividad en América Latina? ¿Qué papel juega la división de la esfera
política y la esfera económica en la crisis de representación y legitimidad en
América Latina? ¿cómo se configuran estas dos esferas? ¿son estas ciudadanías
mutuamente incluyentes o excluyentes? ¿hay una relación de subordinación
entre las dos esferas? ¿cómo se mueve el ciudadano promedio entre una y otra
esfera? ¿Se puede explicar la crisis de representación como una consecuencia de
la subordinación de la esfera política a la esfera económica? ¿Es el mercado el
principal configurador socio-político en las democracias latinoamericanas?
¿cómo se relacionan cada una de las esferas con la democracia y cuál cree que
debe ser su rol en la sociedad? Debido a la separación de política y economía
¿podemos hablar de una doble ciudadanía?
Parte de los conflictos sociales de América Latina se pueden explicar por el
antagonismo entre la esfera económica y el campo político.
¿Es la crisis de representatividad en América Latina el resultado del conflicto
entre la esfera económica y el campo político por el ordenamiento social,
político y económico en la región? ¿Qué papel juega la democracia en el
conflicto entre la esfera económica y el campo político? ¿cuál de los dos es
hegemónico?¿son estos dos campos el resultado de dos visiones ideológicas de
sociedad?¿cuál es la ideología detrás de cada uno de los campos?¿cuáles son las
características de esas dos ciudadanías? ¿es posible hablar de una ciudadanía
para cada uno de los campos? CAMBIAR LA ESFERA ECONÓMICA POR EL
CAMPO DEL MERCADO. ¿Qué latinoamericanos gozan de la ciudadanía de
mercado y cuáles son sus características?
General:
- Explicar cómo la separación artificial de las esferas política y económica
ha influido en la crisis de representación en América Latina y en la perdida de
legitimidad de los regímenes democráticos.
Específicos:
- Identificar las características económicas, sociales o políticas de la
ciudadanía política y la ciudadanía económica
- Determinar la influencia en la crisis de legitimidad y representación en
las democracias de América Latina.
-

- Demostrar que la crisis de legitimidad de la democracia liberal


representativa se produce por la subordinación del campo político a la esfera del
mercado y la preeminencia del sujeto económico (homus economicus) sobre el
sujeto político (zoon politikón) en la participación política.

La esfera política y la esfera económica suelen chocar constantemente.


Problema:
El problema que quiero estudiar se enmarca en la injerencia económica y del
mercado en la participación de la ciudadanía en la democracia. Para ello, quiero
usar la teoría de Chantal Mouffe en donde divide en dos esferas a la política: por
un lado, la esfera política y que hace referencia a la estructura más formal de la
política y la democracia y, por el otro, al campo de lo político, en donde se
encuentran los diversos actores que hacen presencia en una sociedad y en donde
el conflicto se dirime a través de acuerdos entre los grupos de interés
contrapuestos, de manera que este campo es mucho más orgánico que el
primero.
En esa división emerge el mercado, el cual ha subordinado la política formal y
ha desplazado al campo de lo político como espacio público de dialogo y
confrontación política. Que el mercado se constituya como el centro de lo
público es ampliamente contradictorio con la naturaleza conflictiva de la
actividad humana, pues el mercado, como Mouffe lo deja claro, es un espacio
consensual que no permite ningún tipo de oposición y cuyo único vehículo para
dirimir conflictos es el mercado mismo a través de las leyes de éste, es decir, por
medio de la transacción individual y no por medio de la colectiva, como sucede
en el campo político.
En este sentido, y teniendo en cuenta a Polanyi, cuando nos habla de la
preeminencia del mercado en la sociedad liberal, cuya constitución se hizo
alrededor del mercado y dio espacio para la aparición de la sociedad de
mercado, el mercado sería el rector de la sociedad y la política solamente un
instrumento mediante el cual el proyecto hegemónico del mercado seria
instaurado.
En este contexto, la crisis de la democracia (o de representación) que se vive en
América Latina sería resultado directo del entre el campo del mercado y su
avance hegemónico y las estructuras colectivas que se hayan enmarcadas dentro
de lo político y cuyo eje principal no es el mercado sino el bienestar de la
comunidad. Asimismo, creo que la democracia formal funciona como un
elemento legitimador de los avances neoliberales, por lo cual, la crisis es
permanente. Si seguimos a Polanyi, nos damos cuenta que las élites económicas
no son amigas de la democracia, pues esta va en contravía de los intereses
capitalistas, y, por tanto, se le restringe significativamente para mantener a la
población lo suficientemente calmada, pero a la vez alejada de la toma de
decisiones real, cuyo marco de sentido es, precisamente, la imposición del
mercado como figura central de la sociedad en su conjunto.
Por tanto, mi investigación está orientada a reubicar el campo de debate de la
crisis de la democracia latinoamericana a un conflicto directo entre el mercado
neoliberal y lo político, escenario en el cual la democracia representativa sería
un instrumento legitimador para el proyecto neoliberal, pero no un catalizador
del descontento popular, razón por la cual los diferentes grupos de intereses,
enclavados en la sociedad, buscarían salidas alternas a la democracia, como por
ejemplo, las marchas o protestas constantes en el subcontinente.

Pregunta general y específicas:


América Latina vive una crisis democrática que parece permanente. Los
resultados de las elecciones normalmente dejan amplios márgenes de
abstencionismo y sus procedimientos están llenos de corrupción y clientelismo.
Los ciudadanos del común normalmente no se sienten bien representados en los
congresos nacionales y hay poca credibilidad en las instituciones, políticos y la
democracia en general. Aunque ésta última se sigue asumiendo como la mejor
posibilidad de gobierno. La protesta social está a la orden del día y los choques
entre el gobierno y la empresa privada, por un lado, y la ciudadanía y grupos y
movimientos sociales, por otro, es generalizado en todo el subcontinente. Frente
a este panorama, parece ser que la democracia no es lo suficientemente fuerte y
no logra absorber los conflictos que se generan en la sociedad, razón por la cual
se mantienen en un estado agónico.
Desde la década de los 90`2 con la apertura neoliberal y la posterior
privatización de las empresas y servicios públicos, los modelos de desarrollo
extractivistas y la inserción en el mercado mundial de manera reprimarizada ha
generado una fuerte agitación entre la ciudadanía, el Estado y las empresas
privadas. El beneficio, dicen los defensores del mercado, se verá solamente a
largo plazo, la privatización es el camino para la prosperidad y el interés
individual es el motor de la economía y la sociedad. Por el otro lado, diversos
grupos de diferentes orígenes coinciden en la crítica acérrima hacia el modelo
neoliberal, el cual conciben como un monstruo devorador al servicio de los
intereses de unos pocos perjudicando a la mayoría de la población. Reclaman
representación y participación, pero las herramientas disponibles son limitadas.
Estos dos grupos, antagónicos entre sí, y diversos en su propio seno, parecen
estar asistiendo no solo a un conflicto por la redistribución de los recursos o la
representación en la democracia liberal, sino que, más bien, parecen dos
bloques ideológicos abiertamente antagónicos y con horizontes morales
divergentes. Siendo así, la democracia parece ser insuficiente para absorber
dichos conflictos por lo cual se libran en otros espacios, como la calle o los
medios de comunicación.

¿cómo se relaciona la crisis de la democracia en América Latina con el


conflicto entre el campo económico y el campo político por el ordenamiento
social, político y económico en la región?
¿En la división entre el mercado y lo político es posible hablar de dos
ciudadanías: una política y otra económica? ¿Qué caracteriza a cada una y
cuáles serían las consecuencias de esta división?
¿cómo subordina el mercado al campo de lo político?
¿cuáles son los puntos teóricos y prácticos clave que entran en conflicto entre el
mercado y lo político?
¿cómo concibe la democracia y la libertad cada uno de estos dos campos?
¿Cuál es el papel de la racionalidad instrumental y las emociones?

La democracia consumida.
Hacia 1945 Karl Polanyi escribía “La gran transformación”, libro en el cual
explica el surgimiento de la sociedad de mercado, caracterizada, esencialmente,
por la separación artificial de la esfera económica de resto de la sociedad y la
constitución de un modelo de sociedad alrededor del mercado y que se
constituye como la base sobre la cual se organiza y funciona la economía de
mercado (Polanyi, 2011, p. 106).
El objetivo es la implementación del librecambismo y la autorregulación del
mercado a través de sus propias leyes. Sin embargo, existe una corriente de
resistencia cuyo origen es la esfera social y que se opone a la implementación de
las leyes del mercado. A esta contradicción Polanyi la ha llamado el doble
movimiento. Esta contradicción, lejos de ser perjudicial para el mercado,
Polanyi la encuentra como una dinámica estabilizadora (2011, p. 32).
La sociedad de mercado de Polanyi podría ayudarnos a explicar la manera en la
que hoy, con la plena vigencia del neoliberalismo impulsado en los años 90, se
constituyen los conflictos políticos y económicos que azotan a los países que han
implementado las políticas del consenso de Washington.
En América Latina encontramos que, pese a los impulsos por afianzar la
democracia y los procesos participativos, siempre bajo el marco de la
democracia representativa, estamos frente a una crisis que supera la
representación y se constituye como una crisis democrática. En casi todos los
países de la región existe hoy una crisis de representatividad. Baja participación
electoral, desprestigio de los partidos políticos y líderes políticos, desconfianza
en las instituciones y antipatía hacia la política en general es moneda corriente
en el continente (INSERTAR CITA). Al tiempo, se constituyen grupos políticos,
no en el sentido electoral sino social, que abogan por la mejoras sociales y
políticas. Piden mayor participación política, reducción en la corrupción,
critican las reformas laborales introducidas por el neoliberalismo, defienden la
tierra como propiedad colectiva, como sucede en con las Zonas de Reserva
Campesina o los resguardos indígenas en Colombia, del avance de reformas
tendientes a la explotación de los recursos naturales; surgen movimientos en
defensa del medio ambiente, etc. Es el doble movimiento de Polanyi.
Sin duda la contradicción entre el avance neoliberal y la defensa social de los
derechos es explícita para muchos. Sin embargo, para llegar al origen de esos
conflictos hay que voltear la mirada. Los conflictos sociales que acabo de
describir encuentran su origen en la contradicción sustancial entre el mercado,
como esfera consensual y transaccional entre individuos, y el campo de lo
político como “dimensión antagónica constitutiva de las sociedades humanas.
Como espacio de poder, conflicto y antagonismo” (INSERTAR CITA DE
CHANTAL).
En el caso del mercado, la teoría neoliberal espera que sea el centro público por
excelencia, en donde individuos atomizados y egoístas encuentren, por consenso
y negociación, la solución a sus conflictos y la satisfacción de sus intereses
(CITA). En el caso de lo Político, dice Chantal Mouffe, se parte de un
antagonismo esencial e inherente a la sociedad humana en donde los conflictos
no son superados sino, más bien, en donde los conflictos se mantienen de
manera permanente y lo que cambia es la manera en que dichos conflictos se
relacionan (Mouffe, p. 21). En otras palabras, se considera y reconoce la
divergencia y la pluralidad.
Si bien desde la visión de Mouffe lo Político podría contener lo económico, pues
la economía es parte constitutiva de las sociedades humanas, desde el mercado
sí se excluye la posibilidad de incluir lo Político, pues el conflicto eterno no tiene
cabida dentro del mercado y, en cambio, se aspira a la unanimidad.
A cambio del espacio Político, la sociedad contemporánea latinoaméricana
cuenta con los mecanismos, más técnicos que conceptuales, de la democracia
representativa de corte liberal. Aquella que Atilio Borón ha llamado un “casarón
vacío” (2003, p. 31) por estar en manos de una élite “miope e inoperante que
profundiza aún más la crisis de representación y confianza en la región
(América Latina)”. Esta afirmación tan osada de Borón se debe a los múltiples
casos de protesta social derivados de la aplicación de las políticas neoliberales y
el beneplácito de las clases gobernantes, aún frente al despojo y sufrimiento de
miles de americanos.
Las reformas neoliberales no solamente han llevado al colapso a la política
democrática, sino que, además, la han fomentado. Borón cree que la política
debe ser emancipada de los mercados (2003, p. 37) pues no está llevando a una
desciudadanización económica y social y a una ciudadanía política vaciada de
cualquier contenido sustantivo, fetichizada y meramente formal (p. 34).
Si bien Borón señala con razón los efectos del mercado sobre la sociedad y la
política, se queda corto. Recordemos que Polanyi nos menciona la división
artificial que se ha hecho entro sociedad y economía. La respuesta, entonces, no
es separar, nuevamente, mercado y política sino, más bien, integrarlas en la
misma esfera para recuperar la preeminencia de la sociedad en su conjunto y
no, como hasta ahora, la subordinación del conjunto de la sociedad a la
economía y el mercado. Incluso el mismo Borón reconoce el que la democracia
se ha limitado a un mero procedimiento organizativo del poder (2003, p. 93).
En este sentido es que debemos preguntarnos ¿cómo se relacionan la crisis de la
democracia en América Latina con el conflicto entre lo político y el mercado? Si
queremos comprender cómo se constituyen los conflictos sociales, por qué la
democracia es tan débil y, más aún, cómo encontrar una pronta solución.

¿De qué manera se relaciona la crisis de la democracia en América Latina con el


conflicto entre el mercado y el campo político en la sociedad de mercado?
¿Cuáles son las características de la crisis de la democracia representativa
en América Latina?
¿cuáles son los elementos alrededor de los cuáles se constituye el
conflicto entre el mercado y lo político?
¿cuál es el rol que desempeña la democracia y la política electoral en el
conflicto entre el mercado y lo político?
¿cómo se ve afectada la política electoral y la democracia representativa
frente al conflicto entre la economía de mercado y la dimensión de lo político?
Hoy en América Latina se presentan una serie de conflictos que, aunque no son
nuevos, sí tienen una nueva dimensión: la sociedad de mercado (Polanyi, 2011).
La sociedad de mercado es, para Polanyi, la base sobre la cual se organiza y
funciona la economía de mercado, que se derivada de los preceptos liberales de
la autorregulación económica. El mercado se erige como el centro de la
sociedad, alrededor del cual se constituyen y configuran las demás esferas
sociales, culturales y políticas. Es decir que el mercado subordina las demás
esferas sociales y, de esta manera, se constituye la sociedad de mercado, en
palabras de Polanyi: “el control del sistema económico por parte del mercado es
fundamentalmente importante para la organización total de la sociedad: ello
significa nada menos que la administración de la sociedad como adjunto del
mercado” (2011, p. 106).
Si bien Polanyi escribió sobre la sociedad liberal del siglo XIX, muchas de sus
afirmaciones y análisis pueden ser recuperados para comprender las dinámicas
que se desarrollan en el mundo neoliberal. Al igual que en el liberalismo
decimonónico, el neoliberalismo pretende la búsqueda y consolidación de un
mercado que se controla, regula y dirige solamente por los precios que en él se
determinen y cuyo orden de producción y distribución están encomendados a
este mismo mecanismo autorregulado (Polanyi, 2011, p. 118).
Para consolidar la sociedad de mercado se necesita de la separación de la
sociedad en una esfera política y en una esfera económica. De esa manera la
economía gana la independencia suficiente para establecer sus propias reglas de
juego y, acto seguido, subordinar las demás esferas sociales a su mandato pues
“una economía de mercado solo puede existir en una sociedad de mercado”
(2013, p. 121).

Hacia la década del 90 América Latina entro en un proceso de liberalización


económica conocida como la “apertura neoliberal”. Esta apertura se ha
caracterizado por la tendencia a la privatización de las empresas públicas,
recortes en la inversión pública y los cambios en materia laboral, entre otros,
que facilitan la iniciativa privada y cuyo objetivo es abrir al mercado los
productos y servicios que antes estaban bajo el tutelaje del Estado.
Actualmente asistimos a uno oleada de privatizaciones en el sector público,
acompañada de lo que se ha denominado crisis de representación, y que detalla,
de manera procedimental, el abstencionismo electoral, la desconfianza a los
gobiernos democráticamente elegidos, la baja legitimidad de dichos gobiernos y
la desconfianza en las instituciones del Estado. Vemos también como los
recortes del gasto público aumentan, bajo la excusa de mantener el equilibrio
fiscal, en otras palabras, se ve la inversión social como un gasto ineficiente que
debe ser eliminado, acabando así los procesos de solidaridad social en pos de la
mercantilización de los servicios públicos (salud, educación, vivienda y
seguridad social) y la subsecuente inserción al mercado global. (Borón, 2003, p.
30).
Como consecuencia, en toda la región crece la protesta social al tiempo que
buena parte de la población se desmoviliza y despolitiza pues encuentran que su
voz no es escuchada, deslegitimando a los partidos y entrando en lo que se ha
llamado “la crisis de representación”. La filósofa Chantal Mouffe encuentra que
dicho proceso de despolitización nace del “consenso” del mercado que excluye el
antagonismo constitutivo de las sociedades humanas y lo reemplaza por un
espacio en el cual los conflictos se eliminan por la vía del consenso ya
mencionado. Este nuevo espacio es el mercado.

¿De qué manera se relaciona la crisis de la democracia en América Latina con el


conflicto ideológico entre el mercado y el campo político en la sociedad de
mercado?
¿Cuáles son las características de la crisis de la democracia representativa
en América Latina?
¿cuáles son las principales alternativas que se presentan frente a la
democracia representativa y la sociedad de mercado?
¿cuáles son los elementos alrededor de los cuáles se constituye el
conflicto entre el mercado y lo político?
¿Es posible hablar de una subordinación entre el mercado y la política?
De ser así ¿cómo se jerarquiza dicha dinámica?
¿cuál es el rol que desempeña la democracia y la política electoral
en el conflicto entre el mercado y lo político? Ó ¿cómo se ve afectada la política
electoral y la democracia representativa frente al conflicto entre la economía de
mercado y la dimensión de lo político?
Además de un conflicto ideológico entre el mercado y lo político ¿hay una
dimensión moral en ese conflicto?

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