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3.1.- El consenso social-liberal y la tesis del fin de las ideologías: El Estado de Bienestar (liberal,
democrático y social)
3.4.- La resistencia a la desaparición del Estado del Bienestar: de John Rawls en la tercera vía.
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Unidad Temática 3: EL LIBERALISMO DEL BIENESTAR
3.1.- El consenso social-liberal y la tesis del fin de las ideologías: El Estado de Bienestar (liberal,
democrático y social)
El Estado de Bienestar en cada país (o sistema de países) es producto de una serie de factores
interrelacionados:
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redistributivo. Estado social = garantía de derechos sociales, estado redistributivo para hacer
posible una igualdad mínima de origen y oportunidades.
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3.1.2. El liberalismo inglés
En Reino Unido, en la primera mitad del siglo XX(siguiendo el pensamiento utilitarista y
radical-democrático de Bentham, James Mill, Stuart Mill o Harriot Taylor Mill), existe una
adaptación de los principios liberales a la nueva realidad de las sociedades industriales y
las democracias de masas ya las exigencias de democratización política, y, además, una
renovación de las tesis económicas liberales.
A diferencia del liberalismo continental, que teme a las masas, una parte del
liberalismo británico se plantea renovar el liberalismo en un mundo de masas y
democrático. Defenderá la necesidad de formas diversas y activas de
intervencionismo estatal, manteniendo las premisas e instituciones liberales
antiguas; pero adaptándolas a la nueva realidad democrática, burocrática y social.
Para el nuevo liberalismo inglés, el mercado era un buen mecanismo de producción de
recursos, pero, con el desarrollo industrial y la multiplicación de sociedades capitalistas
en todo el mundo, había mostrado sus limitaciones como mecanismo de producción de
todos los bienes en todos los países y para todas las personas, y también como
mecanismo de promoción meritocrática de las personas más capaces y, por tanto, no
garantizaba suficientemente la sociedad liberal, donde todas las personas fueron
mínimamente iguales para desarrollar su proyecto de vida de forma libre y la sociedad
pudiera desarrollar todo su potencial económico.
Las tesis keynesianas serán aplicadas por primera vez en los EEUU delNew Deal y
en el Reino Unido del período de guerra. Tras la IIGM y la experiencia
anglosajona, las fuerzas socialdemócratas y conservadoras occidentales del
continente asumen los presupuestos teóricos de Keynes (economía liberal de
mercado con intervención del estado y política social).
Desde el primer momento, el “consenso” social-liberal, tendrá la oposición del
librecambismo económico austríaco (Von Mises, Hayek). La idea central de la escuela
librecambista austríaca es que la planificación desarrolla una burocracia coercitiva, no es
practicable en términos de racionalidad económica e impide la innovación productiva, y
los tres motivos llevan al fracaso más radical. Nace en los años 30. Quedaron como ideas
marginales, en los años 50 y 60 del siglo XX. Pero tendrá una importancia considerable
después de la crisis del estado del bienestar en los años 70 del siglo XX, alimentando las
concepciones neoliberales que dominan el mundo desde 1980.
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Cuestiona el modelo delaissez faire(autorregulación del mercado, sin intervención de los
poderes públicos) del liberalismo clásico. Propone una política económica con
intervención del estado en la economía en sectores productivos estratégicos para evitar
las crisis como la Gran Recesión (1873-1896) y la Gran Depresión de 1929.
Cree que la redistribución social de la riqueza sirve de estímulo de la demanda, puesto
que aumenta el número de personas con capacidad de consumir, y que una demanda
fuerte evita las crisis económicas. Propone una política fiscal basada en impuestos
progresivos (redistributivos).
Defiende las inversiones públicas, sin preocuparse por el equilibrio presupuestario inmediato
(principio de la ortodoxia económica liberal clásica) y por el déficit, entendiendo que así se
favorecía el empleo y el consumo, y se conseguía a medio plazo l equilibrio presupuestario y
la reducción del déficit.
Considera que la teoría marxista de las crisis capitalistas no era cierta: las crisis no se
producen por sobreproducción, sino por falta de dinero en circulación y caída del
consumo: las crisis serían por la falta de demanda y no por el exceso del oferta. Por
tanto, los gobiernos deben favorecer la circulación monetaria para aumentar la riqueza
general y la actividad económica; porque así aumenta la demanda.
Las tesis de Keynes serán aplicadas por primera vez por elNew Dealde Roosevelt
(presidente de Estados Unidos de 1933 a 1945: desde mediados de la década de 1930
impulsa políticas keynesianas). Keynes trabajará para el gobierno de Roosevelt, lo que
contribuirá a que sus tesis sean incorporadas a los sectores social-liberales ingleses
(informes Beveridge) y, finalmente, a que sean asumidas, en la práctica, por los partidos
socialdemócratas.
De hecho, las ideas de los liberales Beveridge y Keynes no serán aplicadas por partidos
liberales, sino por el Partido Laborista británico y por los partidos socialdemócratas después
de la IIGM.
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bancos con dificultades, garantizar préstamos e inversiones privadas, y recuperar el valor
real del dólar (devaluación).
Políticas para recuperar el valor adquisitivo de los productos agrícolas y reactivar la
producción industrial, aumentando salarios y reduciendo la jornada laboral. Medidas
activas de lucha contra el paro.
Políticas sociales. Planes extensivos de protección social: ayudas contra el
desempleo, ayudas contra la pobreza...
Regulación laboral: protección de los sindicatos, salario mínimo, límite de horas semanales,
impuestos progresivos. Ley de la Seguridad Social de 1935 que sienta las bases de un sistema
público de pensiones, de ayuda en momentos de desempleo, y de atención a los menores ya
las personas discapacitadas.
Pero no creará un sistema nacional de salud pública y universal (el último intento de
aproximarse a él, de forma muy compleja e incompleta, es Obamacare).
El sistema debía ser universal (absolutamente generalizado), uniforme (igual para todas
las personas independientemente del territorio y clase social de nacimiento) y mantenido
con recursos públicos (presupuesto).
Dos años después hubo unsegundoinforme Beveridge de 1944 (Full Employment in en
Free Society)define el desempleo como el peor mal social y la causa de otros problemas
sociales (enfermedades, subalimentación) y propone políticas sociales activas contra el
paro (obras públicas, intervención del estado en la economía, ayudas a la reactivación
productiva industrial , etc.).
Las políticas propuestas en ambos informes serán asumidas por el gobierno laborista a partir
de 1945. Gran Bretaña, gobernada por el Partido Laborista, crea en 1945 el primer sistema
universal de ayudas familiares, ayudas por desempleo, por jubilación, por enfermedad; regula
las vacaciones y la semana laboral, y en 1946, crea el Servicio Nacional de Salud (National
Health Service) que será un modelo de eficacia y provisión de servicios sanitarios durante
décadas.
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3.1.5. La extensión del keynesanismo
Para Marshall, los derechos sociales no hacían desaparecer las desigualdades sociales y
el pacto industrial no acababa con la lucha de clases.
Por el contrario, la existencia de desigualdades y la lucha de clases eran dos elementos que
eran esenciales para la dinamización y la transformación permanente de la sociedad, en la
medida en que permitían el nacimiento de nuevas iniciativas y obligaban a las existentes a
renovarlas se. Si bien, las desigualdades y la lucha de clases no debían ser exageradas.
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3.1.6. El consenso social-liberal sobre el EB
Pacto social o pacto industrial. Estos cuatro factores (pensamiento, economía, política y
dimensión internacional) hicieron posible el pacto social entre capital y trabajo. El capital
renunciaba a extremar su capacidad de explotación y aceptaba la intervención estatal.
Las organizaciones obreras renunciaban a la revolución y se decantaban por la
negociación permanente. El fomento estatal de la demanda evitaba las crisis cíclicas del
capital y la inestabilidad social y política. Los trabajadores se aseguraban el pleno
empleo, una participación creciente en los beneficios económicos y prestaciones sociales.
Y todo esto generaba unpacto social y político. Un consenso implícito, que no estará
exento de tensión, sobre las bases políticas, sociales y económicas del nuevo estado
liberal-democrático de orientación social (estado democrático, social y de derecho) y esto
generará posiciones distintas entre las fuerzas políticas socialdemócratas, social liberales
y socialconservadoras respecto al EB.
Es importante entender que el EB no es producto de una elaboración intelectual o de
pensamiento, como prácticamente todas las realidades políticas de la historia; sino de la
acción política y social práctica en una coyuntura histórica determinada.
El EB trata de garantizar la supervivencia del capitalismo fortaleciendo la demanda y la
paz social, e intenta reforzar las democracias liberal-democráticas ampliando el
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sistema de derechos de ciudadanía, mediante unos derechos sociales desvinculados del
empleo y el trabajo concreto, estableciendo mecanismos de redistribución de la renta y
garantizando una mínima igualdad de oportunidades que pacifique el conflicto social y haga
aumentar el grueso de las clases medias estabilizadoras .
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pleno empleo, mejoría de las condiciones de vida y de los servicios públicos se alarga
hasta la mitad de la década de 1970 y da lugar a los llamados30 gloriosos.En estos años,
se asienta, definitivamente, un “consenso” amplio en torno a la idea de que el estado
debía intervenir para conseguir el crecimiento económico en un sistema capitalista y
para la producción pública del bienestar necesario en la población, que garantizara la
paz social y asegurara una demanda sostenida.
El «consenso» es una suerte de acuerdo entre la tradición liberal de igualdad civil, libertad y
respeto al mercado, y la tradición socialdemócrata de persecución de la igualdad social. Y se
vio reforzado por el crecimiento económico y la desaparición de los enfrentamientos sociales
extremados.
Políticamente, esta nueva realidad reforzó a los pensadores reformistas, en contra de las
concepciones liberales clásicas y contra el marxismo clásico, cada vez más encorsetado,
más decimonónico o más preocupado por la legitimación de los sistemas
autodenominados comunistas.
Los socialistas y la izquierda, por lo general, aceptan que un estado excesivo puede
limitar la libertad, los conservadores asumen la necesidad de políticas de igualdad y de
reforma social, y los liberales entienden el papel creciente del estado. En este contexto,
en los años 60 del siglo XX, aparecen reflexiones que hablan de que se vive una época de
fin de las ideologías, ya que no existe un conflicto radical entre las diferentes posiciones
ideológicas.
La idea es que, en los países con EB, la radicalidad de los conflictos políticos había
desaparecido y que las grandes ideologías antes enfrentadas y contradictorias estaban
condenadas a converger y desaparecer.
Una década después la tesis del fin de las ideologías será radicalmente borrada del
debate político, cuando se cuestione el consenso sobre el EB sobre bases marxistas
(derrotadas), librecambistas, neoconservadoras, libertaristas (individualistas radicales
antiestatalistas que exaltan los intercambios en el mercado ).
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Losmodelos anglosajón y nórdicoson más eficientes en lo que se refiere a garantizar elevadas tasas de
ocupación.
Contrariamente a lo que presuponían las tesis del final de las ideologías de finales de la
década de 1950, las décadas de 1960, 1970 y 1980 serán de un fuerte enfrentamiento
ideológico y de una recomposición de las posiciones de derecha y de izquierda desde
paradigmas y principios relativamente nuevos. Se da, además, el hecho de que muchas
de estas "nuevas" ideologías tienen sus orígenes en la década de 1920 y 1030, y se
caracterizan por impulsar miradas críticas de las sociedades del Bienestar (o la
opulencia).
La crisis económica que se inicia en 1973 (paro masivo e inflación) debilitó las teorías
keynesianas y dio alas a la crítica neomarxista y, sobre todo, a la libre cambista
(neoliberal), libertarista y neoconservadora.
Las políticas de demanda (inversiones públicas para que la población tuviera trabajo
y recursos para consumir y dinamizar la economía) que fueron la base keynesiana
para hacer frente al paro y al crecimiento de la inflación son ineficaces desde 1973.
En ese momento, con sociedades opulentas y sectores públicos más fuertes que en
1929 o 1945, las inversiones públicas no logran reducir el paro, aumentan aún más la
inflación y generan déficit público sin reactivar la economía.
Ante la crisis de 1973y el fin del ciclo de prosperidad económica iniciado después del
IIGM.La izquierda marxistaentenderá que:
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recupera la tasa de beneficio del capitalismo dominante. Es decir, todas las crisis
capitalistas se solucionan con transferencias de los más pobres a los más ricos.
El Estado de Bienestar desmoviliza a los trabajadores, los acomoda y los hace poco
combativos; pero no cambia las relaciones de producción. Contribuye a eliminar el
horizonte revolucionario y la capacidad de lucha y autoorganización de los trabajadores.
Estas izquierdas serán derrotadas en los años 70 y 80 del siglo XX. El golpe de estado de
Chile en 1973 y la imposición violenta de las políticas neoliberales durante la dictadura
chilena fue el inicio de la aplicación de políticas neoliberales y del fin de los intentos
neomarxistas de cambio social profundo en el segundo mundo occidental; mientras que,
en el primer mundo occidental, las derrotas de los postulados socialdemócratas
keynesianos y el impulso de las tesis neoliberales.
Las nuevas derechas que alcanzan una posición hegemónica en la década de 1980
insistirán en que el problema del EB es la ineficacia del gasto público y el
intervencionismo estatal. Es necesario conseguir que el estado haga menos cosas y
que haya más iniciativa privada y personal.
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llamadosChicago boys,que defienden la expansión del mercado y la mercantilización de las
relaciones individuales y, en consecuencia, la reducción de las funciones sociales y
económicas del estado, como forma de progreso económico y buen funcionamiento de la
sociedad.
Esta escuela consideraba que la gran crisis del capitalismo de 1929 (y todas las crisis
del capitalismo, por extensión) se debió a la falta de creencia social en el libre
mercado ya su insuficiente desarrollo en el mundo avanzado. Había que cambiar
esta realidad, para hacerlo el Estado debía ponerse al servicio del desarrollo y la
popularización del libre mercado, del capitalismo popular, del individualismo
competitivo y del debilitamiento de los “tropiezos” públicos o comunitarios en el
mercado y de la iniciativa individual. Políticas de Thatcher y Reagan en la década de
1980 y dominantes en el mundo occidental a partir de 1990.
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Los neoliberales afirmarán que la competencia política alimenta promesas, a menudo
contradictorias. Los gobiernos no tienen suficiente autoridad para miedo a perder votos, lo
que crea desconfianza en el Estado y aumenta la sensación de que no se toman las decisiones
correctas: círculo vicioso. El crecimiento del gasto público aumenta de forma considerable e
injustificada. La competencia electoral había generado una extensión de los derechos sociales
(afirmar derechos tiene pocos costes políticos) sin aumentar los impuestos (subir impuestos
tiene unos costes políticos elevados).
Por último, el crecimiento de la intervención estatal ha dado poder a los burócratas sobre
los políticos.
Los conflictos, desde los años setenta, pese a las tesis neoliberales, conducen a
fenómenos diversos ya menudo contradictorios:
Y también ataques directos al EB, al papel del Estado y la administración, y al significado y valor
de los servicios públicos.
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Pero también a que buena parte de los ciudadanos a menudo apoyan la
existencia de servicios públicos o privados (mantenidos con fondos públicos) de
Bienestar y piden su incremento; pero, paradójicamente, afirman haber perdido
la confianza en el Estado y consideran excesivos los impuestos.
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La nueva derecha será, además, "revolucionaria"; es decir, quiere tomar la iniciativa y
cambiar las cosas.
Dejará atrás el conservadurismo tradicionalista y de orden, resistente a los cambios.
Por eso pondrá en lugar central la ortodoxia económica (control del déficit,
desregulación, liberalización, retirada del estado de la economía, etc.), que se convertirá
en un pensamiento único (sólo hay una única solución) por ausencia de alternativa.
Progresivamente, el valor monetario de las cosas, incluidas las personas, será la mayor
medida de muchos fenómenos sociales vitales, cambiando cualquier otro criterio de
valoración de la sociedad y de los bienes colectivos.
En la década de 1990, tras la caída del muro de Berlín, parte de la derecha, influida
por la tesis del fin de la historia, asumirá concepciones "apocalípticas" (fin de la
historia y victoria de una idea final para todo el mundo) y "utópicas" (una sociedad
libre de conflictos esenciales), y creerá posible una extensión mecánica global de la
democracia y la forma de vida americanas, a la vez que intervendrá militarmente en
países con valor estratégico por razones geopolíticas (Serbia o Afganistán) o por sus
reservas de combustibles fósiles (Irak o Libia).
En paralelo a predominio de las tesis neoliberales o librecambistas, existen fenómenos
sociales complejos como:
Cambios demográficos enelciclode vida: aumentar los años de vida, el ciclo de vida
pasivo y disminuye el activo. Rotura hacia 2030. Afectan a las políticas de salud y
pensiones. Nuevas pandemias en Occidente.
Cambios sociales: Sociedad postmoderna, pérdida de valor de la clase trabajadora y
de la clase media tradicional: dualismo de sectores cualificados (exigencias de
calidad y políticas personalizadas) y no calificados (necesidad de políticas que no les
abocan a la marginalidad). Fragmentación de sujetos. Terceras y cuartas
revoluciones industriales.
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Cambioseconómicos:globalización, dominio y modificación del capital financiero.
Robotización.
Cambiospolíticos:crisis de legitimación de los gobiernos, pérdida de valor del estado-nación,
lucha por la hegemonía internacional, fragmentación del poder, aparición de lógicas de poder
económico autónomo del poder político.
La escuela se creó en época de entreguerras. Con la llegada del nazismo al poder, los
miembros de la Escuela se refugiarán en Estados Unidos, aunque muchos regresan a
Alemania (República Federal) después del IIGM.
Los creadores de esta escuela eran intelectuales marxistas contrarios, por lo general, a la
militancia en partidos obreros (comunistas o socialdemócratas).
Los pensadores de esta escuela empezaron a reflexionar sobre el hecho de que la
revolución socialista no hubiera tenido lugar en un país industrial avanzado (Inglaterra o
Alemania) como preveía el marxismo y hubiera tenido lugar en un país agrario y
desarrollado (Rusia).
Esto les llevó a criticar y revisar el marxismo decimonónico ya desarrollar nuevas
teorías, a menudo calificadas de neomarxistas e incluso de posmarxistas.
La teoría crítica parte de la consideración de que el marxismo realmente existente se
limitaba a reproducir tópicos, esquemas y frases hechas de los pensadores marxistas, y
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especialmente de Marx y Engels, de forma acrítica, como si fueran «mantras»,
letanías o invocaciones mágicas o religiosas.
Y entendían que el contexto económico, político y social de los años 20 del siglo XX era
muy diferente al planteado por Marx en sus análisis centrales (centrados en la Inglaterra
de mediados del siglo XIX) y por eso era necesario reinterpretar la teoría original
marxista.
Y, además, recordaban que "Marx no se llamaba marxista" y defendía una relación
dialéctica entre "teoría" y "práctica", por lo que la teoría crítica subrayará que el
conocimiento se constituye en contacto con la realidad y analizándola , y no
mediante la reproducción acrítica de conceptos del pasado.
En este sentido, la teoría crítica defenderá radicalmente que no existe una separación entre el
sujeto y la realidad,y la realidad en la que se actúa o se analiza. No existe separación entre
quien investiga o actúa y el aspecto o hecho estudiado o el mundo en el que se desarrolla la
acción.
De acuerdo con esto, todo tipo de conocimiento dependerá siempre de las prácticas de la
época y de la experiencia de quien tiene conocimiento.
No hay análisis absolutamente "objetivo". No existe, por tanto, una teoría pura y al
margen de las épocas y las personas, que pueda sostenerse a lo largo de la historia sin
cambios.
No hay nada intemporal, ni en el pensamiento, ni en el marxismo. Todo es producto de la
historia y todo está sometido a los cambios de la historia.
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construirían a través de la cultura y la educación todos los principios y comportamientos
humanos.
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3.3.- El surgimiento de nuevos planteamientos ideológicos: pacifismo, ecologismo y
feminismo.
Antes, pero de la crisis de 1973 y del cuestionamiento del EB desde posiciones, sobre
todo, neoconservadoras y neoliberales tiene lugar, a partir de la segunda mitad de la
década de 1960 de nuevos planteamientos ideológicos, a menudo llamados
postmateriales. En términos históricos, de forma convencional, se sitúa en 1968 el punto
de inflexión de estos movimientos.
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10 de mayo: 2ª noche de barricadas en París, cientos de heridos 11 de
14 de mayo: parte de las principales fábricas francesas inician una huelga permanente,
manifestaciones masivas y confraternización obrera y estudiantil. Sensación de vacío de poder
en las instituciones. Miedo a la toma del poder por los «revolucionarios»
27 de mayo: acuerdos por los que los trabajadores ganarían un 12% más 28 de
mayo: rechazo de los acuerdos por los trabajadores. Temor a un golpe de estado
A lo largo de junio: los trabajadores vuelven al trabajo por acuerdos y por la acción de la policía
En mayo francés de 1968 (y los movimientos juveniles de finales de los 60 y 70) cambiará
muchas cosas; pero sobre todo es una rebelión (no una revolución) contra la sociedad de
la posguerra, preocupada por la supervivencia y la seguridad material; socialmente muy
jerárquica y bastante rígida en las relaciones sociales. Muy conservadora en las
costumbres sexuales y sociales. Es una rebelión que hace evidente, de repente, el cambio
en la cultura política de la gente más joven y el avance de los valores postmaterialistas y
desarrollará discursos “contraculturales” (contra la cultura dominante hasta el momento)
en todos los ámbitos sociales.
Los síntomas de los cambios en los sistemas de valores eran múltiples durante toda la década
de los 60. Aunque los cambios más intensos inicialmente no estaban en Europa, sino en EEUU.
De hecho, el pacto constituyente americano WASP (white, anglosajón y protestante: hombre
blanco, anglosajón y protestante) será cuestionado por parte de la población blanca no
anglosajona y por los que no tenían la religión protestante; pero
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sobre todo por la población negra y por el movimiento feminista y los movimientos de defensa de
las minorías sexuales.
Coincidiendo con Kennedy en la presidencia, la sociedad americana inicia una intensa lucha
política y social por los derechos civiles, por la expansión de las políticas de igualdad y por los
derechos de «minorías» y sectores tradicionalmente marginados.
Los ciudadanos negros protagonizan la multitudinaria marcha sobre Washington; las mujeres
reclaman derechos impulsando el movimiento feminista; los jóvenes protestan por la
intervención bélica en Vietnam, gays (y lesbianas) comienzan a organizarse.
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científica). Hacía una valoración positiva (a menudo acrítica) de todo lo que fuera
«nuevo», «rebelde» y «rompedor» en el arte, la cultura, la forma de vestir, la forma de
vivir, la reivindicación de visiones mitificadas de las filosofías orientales, de la
antipsiquiatría, la consideración de la sociedad como «sistema» opresor de la
individualidad natural. Y la valoración de las formas de vida «alternativas», de las
medicinas «alternativas», el cuestionamiento de la medicina «oficial» y de todos los
saberes «convencionales» y...
Con el tiempo, buena parte de la rebelión contracultural quedó reducida a nuevas formas
de marketing y nuevas formas de convencionalismos sociales.
Sin embargo, en el caso de EEUU, hay que tener en cuenta que la lógica de los movimientos
por los derechos civiles de la población negra y los movimientos contraculturas y de
afirmación identitaria de la población blanca tienen dinámicas diferentes y no necesariamente
convergentes.
Pacifismo
El pacifismo contemporáneo occidental tiene orígenes diversos. Por un lado, la
defensa de lalucha pacíficacomo forma de acción política transformadora (Gandhi y
ML King); por otra, lalucha contra todo tipo de violencia,la guerra y el militarismo;
en tercer lugar, lalucha contra la guerra de Vietnam; y, finalmente, el
antiamericanismodominante en buena parte de la izquierda radical europea y en
parte de la derecha.
Ambos componentes primeros tienen una lógica en esencia pacifista. Ambos segundos
son más coyunturales y no necesariamente pacifistas.
El pacifismo contemporáneo defiende la extensión de la democracia y los derechos civiles
y sociales, asumiendo el principio de que las democracias no hacen guerras entre ellas,
buscando la discusión y el debate como forma de llegar a acuerdos y de convivencia
pacífica. Propugnando la resistencia pacífica como forma de actuación política.
En Occidente, los tres momentos más importantes del movimiento pacifista fueron
la resistencia y la lucha contra la guerra de Vietnam a principios de los 70, la lucha
contra el despliegue nuclear en Europa en los 80 y la oposición a la II guerra del
Golfo a principios de la década de 2000.
Por lo general, más que movimientos pacifistas fueron movimientos contrarios a las
políticas belicistas de los respectivos gobiernos americanos.
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Sin embargo, el pacifismo ha impregnado gran parte de las actitudes ciudadanas de
Occidente.
Ecologismo
Aunque desde el movimiento romántico del siglo XIX existen tendencias de
pensamiento que se oponen al industrialismo y reivindican la armonía del mundo
agrario y natural, o que en sectores del movimiento obrero (sobre todo anarquista)
de principios del siglo XX, hay "naturistas" que defienden una vida "natural" y no
agresiva con la naturaleza.
El nuevo movimiento ecologista que nace en los años 70 del siglo XX cuestionará el
capitalismo y el productivismo marxista desde nuevas posiciones, que quieren, en
términos generales, reordenar y reestructurar la forma de vida y hacer sostenible la vida
en el planeta, subrayando que les humanos desequilibramos el sistema natural integral
de la Tierra, e incluso definiendo la Tierra como un único organismo holístico. En 1972, el
informe Meadows es publicado por el Massachusetts Institute of Technology (MIT), que
cuestiona radicalmente la idea de crecimiento infinito de la economía y la población en
un planeta con recursos y espacio finitos. También cabe destacar la publicación, por la
Universidad de Harvard, en 1971, del libro de Nicholas Georgescu RoegenThe Entropy
Law and the Economic Process(La ley de la entropía y el proceso económico).
Sin embargo, el ecologismo, el movimiento ecologista y los partidos verdes no han sido
capaces de estructurar un proyecto de gobernanza, organización de la sociedad,
economía y vida colectiva sostenible y ambiental que puede ser generalizado,
socialmente asumido y alcanzable .
En ocasiones, las propuestas del gobierno ambiental se han movido entre la necesidad
de un "gobierno de expertos o científicos" de tintes bastante autoritarios (Club Roma); en
otros, han promovido posiciones "ecosocialistas" sin un sujeto político definido y con la
voluntad de construir una nueva sociedad racionalmente organizada en términos
ecológicos y redistributivos.
En la práctica, la mayoría de posiciones ambientales han optado por cambiar las políticas
públicas para hacerlas sostenibles (con éxito irregular). Mientras que los estados se han
visto obligados a hacer frente a una emergencia climática ya un empobrecimiento
ecológico que sigue aumentando.
Los movimientos ecologistas influirán superficialmente en el discurso sobre la sociedad y
la política cuanto más avanzados sean los países y cuanto más postindustrial sea su
economía y más desarrollado su estado de bienestar y el nivel de cohesión e igualdad
social.
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El avance del ecologismo ha dado paso a políticas públicas "ecológicas" a menudo
"cosméticas"; porque hoy por hoy la huella ecológica de los países más avanzados (sobre
todo EEUU) sigue siendo enorme y crecer cada año.
En las periferias de los países con mayor renta per cápita, los avances “ecologistas” son
menores. En los países emergentes prácticamente inexistentes. Y, en los países más pobres,
los impactos negativos son crecientes, agravados por la conversión de todas las sociedades
del mundo en sociedades predominantemente y en crecimiento urbanos.
Feminismo
Como en el caso del pacifismo y del ecologismo, no puede hablarse de un único feminismo,
sino de muchos feminismos.
Los orígenes contemporáneos del movimiento feminista hay que buscarlo en el primer
liberalismo y, sobre todo, sufragismo anglosajón de finales del XIX y principios del XX.
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Al género masculino le correspondía el espacio público y una posición superior y de dominio sobre
las mujeres.
En esencia, la diferencia entre mujeres y hombres era una construcción social que debía ser
demolida para conseguir la igualdad entre mujeres y hombres y la plena igualdad.
Las posiciones de Beauvoir tendrán una gran influencia en los movimientos feministas de los
años 60 y 70 del pasado siglo.
La lucha debe centrarse en remover todas las desigualdades que marginan a las mujeres y,
por tanto, es necesario conseguir los mismos derechos, condiciones de trabajo, poder,
participación, decisión, etc., que los hombres en todos los ámbitos públicos y privados .
A partir de los años 80 del siglo XX, y de forma paralela a dos fenómenos
convergentes:
1)la multiplicación de las identidades políticas y la fragmentación de los sujetos
políticas de los años 70 y 80, y
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2)la caída del Muro de Berlín, del socialismo real y de las grandes ideologías
omnicomprensivas
Los feminismos de las décadas anteriores serán asimilados a la vez en sus objetivos
genéricos y cuestionados en sus fundamentos teóricos por nuevas visiones
feministas: los feminismos multiculturalistas y los feminismos posmodernos o
antiesencialistas.
El feminismo multiculturalista nace en los años 80/90 del s. XX. En debate/
competencia con los feminismos anteriores y con el posmoderno y los
feminismos del s. XXI. Autoras: Young, Lugones, Spelman, Bessis.
La identidad y diferencia entre géneros sólo pueden ser útiles a las mujeres concretas si
se tienen en cuenta otros aspectos de la diferencia: etnicidad, clase, lengua, sexualidad,
etc. Pone el acento en la igualdad, pero teniendo en cuenta otras cuestiones, además del
género.
El feminismo multiculturalista critica al imperialismo cultural occidental y pone en
cuestión que el sujeto feminista sea universal, afirmando que el sujeto de las
feministas occidentales no son realmente las mujeres en general, sino SÓLO las
mujeres blancas occidentales de clase media con estudios superiores.
El feminismo no multiculturalista destacará el peligro de entender la identidad cultural
de forma esencialista, necesariamente positiva e inmutable. Las culturas son permeables
y cambian continuamente.
El feminismo posmoderno o antiesencialista nace en los años 80/90 del s. XX. En
debate/competencia con los feminismos anteriores y con el multiculturalista y los
feminismos del s. XXI. Autoras: Butler, Mouffe, Nicholson, Hekman, Phillips.
Revisa las concepciones de la identidad femenina y todas las identidades. Butler afirma
que todas las identidades son prisiones, construcciones represivas, también la de
“género” o “mujer” y cuestiona radicalmente el uso de categorías de valor universal.
Nicholson niega sistemáticamente la lógica de la diferencia y la existencia de un
sujeto «mujer» sin fisuras, idéntico en todas partes y sin contradicciones.
Butler, Mouffe o Hekman afirman que el feminismo no puede avanzar con la creencia de que
existe una identidad femenina transhistórica y transcultural, y, por tanto, hay que entender
(Phillips) que existen múltiples aproximaciones a la identidad de género y que no hay una
identidad única y verdadera.
Con el tiempo, a finales de la década de 1990 y durante las primeras décadas del siglo XXI
aparecerán nuevas tesis feministas que cuestionan los postulados intelectuales de los
feminismos de la segunda mitad del siglo XX: posfeminismos (Hoft-Sommers, Pollitt,
Strossen, Jones), postgenerismo (Haraway), transgenerismo, Teoría Queer (de Laureteis,
Butler), etc.
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3.3.3. La reivindicación de las políticas de identidad
La lucha por los derechos civiles y la igualdad de las minorías (étnicas, religiosas,
sexuales, lingüísticas, nacionales, etc.) se multiplicarán también a partir de los años 60
del siglo pasado, dando lugar a procesos largos de afirmación de nuevos sujetos
políticos ( afroamericanos, indios, latinos, etc., en EEUU y progresivamente en el resto de
América); minorías étnicas, nacionales y lingüísticas en Europa.
Y, en paralelo, movimientos por el reconocimiento social y de defensa de los derechos de los
gays, lesbianas, transexuales, personas con minusvalías físicas o psíquicas, minorías
lingüísticas dentro de los estados, etc.); desarrollando nuevas formas de pensamiento para
hacer "inclusivas" las sociedades de los estados-nación existentes: multiculturalismo,
revisiones de las concepciones del nacionalismo, liberalismo lingüístico en favor del derecho
de las minorías, etc.
La revisión de las tesis liberales en la posguerra de la IIGM está en la base teórica más
sólida del EB. A finales de la década de 1940, Marshall teorizó sobre la ciudadanía social
como culminación de una larga lucha en la conquista de la igualdad mínima de
oportunidades que tuvo una primera victoria con la consolidación del estado liberal
(estado de derecho) , una segunda con la transformación del estado liberal en
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estado liberal-democrático (estado democrático) y con la ciudadanía social, en estado social,
democrático y de derecho.
La libertad y la igualdad son principios en conflicto, según Berlin. Por tanto, el estado
liberal, social y democrático, y las políticas sociales contra las desigualdades (libertad
positiva), siempre tendrían el límite de la libertad individual (libertad negativa) y la
necesidad de preservar el estado liberal.
3.4.1. Rawls
Para Rawls, el principio de libertad debe garantizar sobre todo la capacidad de ser
libres y tener autonomía para actuar en la sociedad.
29
La libertad no debe entenderse únicamente como el derecho a la diferencia ya la no
interferencia, sino como derecho a tener capacidades y opciones reales de afirmar la propia
diferencia. Es decir, la libertad como acción y participación política.
Esto conduce a repensar el contrato social original que dio lugar al estado
contemporáneo. Este contrato se realizó entre personas que se reconocían como
sujetos iguales en derechos y que no ponían en cuestión que tenían una realidad
social desigual.
El liberalismo social y las democracias liberales eran los sistemas políticos más
adecuados para garantizar que la redistribución sea justa y equitativa. Los sistemas
comunistas, al eliminar la libertad individual, impedían los proyectos de vida
personales y, por tanto, la equidad.
Rawls escribe, fundamentalmente, en los años 70, 80 y 90 del siglo pasado, cuando
el EB comienza a ser cuestionado por la nueva izquierda y la nueva derecha. Sus
tesis servirán de contención, en buena medida académica y teórica, al avance de las
izquierdas no obreristas y al neoliberalismo; sin embargo, no habrá una contención
suficiente.
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Históricamente, el términotercera víahabía sido utilizado por algunos grupos de derecha
cristiana y populista para distinguirse de la izquierda revolucionaria y de liberalismo
capitalista. Después de la IIGM, la socialdemocracia la había usado ocasionalmente para
hablar de un camino intermedio entre el capitalismo y el comunismo. Con el New Labour
y la victoria laborista en Gran Bretaña (1997), el términotercera víapasó a significar
políticas socialdemócratas compatibles con muchos de los cambios introducidos por el
neoliberalismo, importancia de la iniciativa privada y del mercado, voluntad de renovar la
socialdemocracia para hacerla viable en un mundo en el que el miedo al comunismo ha
desaparecido, un mundo dominado por la globalización, la apertura comercial, los
tratados de libre comercio, la crisis del Estado de Bienestar, los límites al poder de los
estado-nación, el agotamiento de las fórmulas de la socialdemocracia tradicional y auge
del individualismo y de la economía de libre mercado.
Sus trabajos tienen mucha revisión crítica de las tesis de Marx y de Weber.
Critica el marxismo y considera que su teoría económica nunca ha tenido en cuenta la
capacidad del capitalismo para innovar, para cambiar, crecer y ampliar mercados y
productividad. Y considera que los mercados son unos buenos generadores de
información calificada sobre las preferencias de compradores y vendedores, y, por tanto,
unos proveedores esenciales de muchos bienes y servicios de la sociedad.
Por eso la URSS, lejos de superar a EEUU como se especulaba en los años 60 del siglo
XX, fue más ineficaz y fracasó dramáticamente.
Giddens considera que el mundo, y especialmente el mundo Occidental, es
profundamente diferente después de la caída del comunismo en la Unión Soviética y en
los países de Europa Oriental (1989-1991), con la crisis del Estado de Bienestar y el
agotamiento de las políticas socialdemócratas clásicas en los países de Europa Occidental
(1973-1981), y por el impacto exitoso del gobierno librecambista de Thatcher y del
thatcherismo en Reino Unido (1979-1997).
Por eso es necesaria una Tercera Vía. No entre liberalismo capitalista o obrerismo
revolucionario, ni entre capitalismo y comunismo; sino entre socialdemocracia
tradicional y neoliberalismo; es decir, una suerte de socioliberalismo.
Es necesario, por tanto, renovar la socialdemocracia y cambiar las bases del EB, ya que el
Estado de Bienestar, gestionado a la manera clásica, crea muchos problemas y no soluciona
los problemas de forma adecuada.
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la economía keynesiana de demanda, los mercados y los intercambios mercantiles
ordenan mejor muchos sectores sociales y económicos, debe pasarse del Estado de
Bienestar (que trata de proteger a los ciudadanos durante toda su vida de manera
homogénea) a una Sociedad del Bienestar que permite a las personas organizar su
sistema de bienestar de forma personal, y, además, la socialdemocracia tradicional
tenía una débil conciencia ecológica y feminista, y esto debe ser superado.
Aunque los defensores de la Tercera Vía hablan de centro radical, Giddens la define
como un proyecto de centro-izquierda distante y crítico con el capitalismo
descontrolado que defienden los libertaristas y los librecambistas neoliberales, de las
tesis aún reminiscentes del marxismo-leninismo y, como hemos dicho, de la
socialdemocracia keynesiana: un sistema de competencia regulada y amplias
libertades individuales.
Para la izquierda socialdemócrata keynesiana y las izquierdas no socialdemócratas,
la Tercera Vía era una forma de neoliberalismo. Para la derecha neoliberal, una
forma más de socialismo. Para el liberalismo político una forma moderada de
socialdemocracia o una forma de liberalismo social avanzado.
El momento álgido de la Tercera Vía será en los últimos años del siglo XX y los primeros
del XXI, la crisis de la Gran Depresión iniciada en 2007 ha debilitado profundamente las
tesis de la Tercera Vía. Aunque no ha sido superada por otra construcción teórica.
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