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ALUMNO:

DIANA SARAI HERNANDEZ LIRA

DOCENTE:

GABRIELA MONTER JUÁREZ

GRUPO:

ENF 71

MATERIA:

MATERNO INFANTIL

CARRERA:

ENFERMERÍA
El bebe es un mamífero
Introducción
Esta obra explica cómo, para dar a luz a sus bebés mediante el proceso del parto,
las hembras de los mamíferos tienen que segregar determinadas hormonas que
son producidas por algunas de las estructuras más primitivas del cerebro,
comunes a todos los mamíferos. Son las mismas hormonas que intervienen en el
parto de los seres humanos.
Para mi, resume perfectamente y desde la seguridad de un experto, la información
básica sobre este proceso que necesitamos urgentemente saber antes de lanzarnos
a buscar ese hijo. Y digo urgentemente conscientemente de lo que implica la
palabra. Antes de tener un hijo creo que necesitamos de verdad estar informados,
formados y preparados para lo que va a suceder. Para elegir libremente el tipo de
parto, el acogimiento al recién nacido, el seguimiento, la lactancia materna o
artificial, vamos a tener que saber lo que estamos decidiendo.
El hospital del futuro
Primer paso sería la familiarización por parte de la madre con el entorno, realizar
actividades agradables en dicho lugar, como por ejemplo las que se hacían en la
maternidad de Phithiviers, donde había reuniones en las que se cantaba al bebé
con el acompañamiento de un piano. El canto es una herramienta utilizada
durante el embarazo en todas las sociedades desde la antigüedad.
Traer un hijo al mundo es la decisión más importante que vamos a tomar en la
vida y de lo que hagamos puede depender su salud y su felicidad. Ni más ni
menos. Sabiendo lo que supone el nacimiento biológica, fisiológica, hormonal y
emocionalmente, podemos afrontar mejor las decisiones y entregar nuestra
confianza a los profesionales que nos hagan sentir que la merecen y nos lo
demuestren.
El acompañamiento por parte de la comadrona ha de ser en un segundo plano e
intervenir únicamente si es necesario (si la madre lo requiere puede hacer
partícipe a una doula, figura que puede acompañarla física y espiritualmente
durante el embarazo, parto y puerperio). Hay que recordar que hasta la
intromisión de Luis XIV, las mujeres eran las únicas que intervenían en los partos.
Este rey, deseoso de ver lo que sucedía a través del ojo de la cerradura (tampoco
podía degradarse a semejante acontecimiento con su presencia) fue el
precursor, ya que a partir de él se puso de moda entre los demás gerifaltes.

Raíces profundas
El amor, si, esa emoción excelsa nace con el niño y la hace nacer, porque el amor,
además de una emoción, es un proceso biológico que desencadena la oxitocina y
que va siempre acompañado de ella. Una de ellas sería la influencia en los
animales para construir sus nidos y en la agresividad defensiva de las hembras
lactantes, las cuales no duermen con un sueño profundo por si es necesario
atender a su bebé. Se puede extraer como dato de esta información que en las
sociedades occidentales, donde predominan las mujeres con pocos hijos así como
escasos meses de lactancia, hay escasez de prolactina con la consecuente
influencia en el comportamiento colectivo.
En otro planeta
De tal manera, en estas sociedades donde prevalecen otras prioridades (entre las
que no se encuentran la prioritaria atención al bebé), la hormona del amor tendrá
una mayor estimulación erótica y predominará un distanciamiento respecto a las
leyes de la naturaleza. Esto provocará la falta de equilibrio en la balanza, al haber
una mayor presencia del cerebro masculino.
El no separar al bebé de su madre durante la primera hora con el consiguiente
hallazgo del pecho materno por parte de éste, influye en el comienzo de la
lactancia y en el primordial consumo del primigenio calostro; compuesto de
gérmenes amigos, anticuerpos locales específicos y sustancias anti-infecciosas y
nutritivas que tienen como consecuencia a largo plazo una gran influencia en la
formación de la flora intestinal. Igualmente, habrá un rápido refuerzo de la
mucosa del intestino cuanto más calostro tome el bebé.
Lo antiguo y lo nuevo
Hoy sabemos que la hormona oxitocina desencadena respuestas psicológicas y
físicas asociadas al amor e interviene, en las mujeres, en el orgasmo, la lactancia
y el parto. El bebé, como mamífero, tiene unas necesidades indiscutiblemente
ligadas a esta condición, tanto en su nacimiento como en su crianza. Y respetar
estas necesidades naturales debería ser la base de las actuaciones médicas y
sociales que rodean su llegada al mundo.
El proceso del parto como proceso cerebral consta de una parte activa y otra
primitiva (común en los mamíferos), en la que el cerebro antiguo segrega
hormonas en las contracciones uterinas de igual forma que durante las relaciones
sexuales. En el caso de producirse algún tipo de inhibición bloqueante, ésta
tendría como origen el neocórtex (cerebro racional).
Lactancia y estructuras familiares.
Otro dato muy a tener en cuenta es que la flora intestinal representa el ochenta
por ciento de nuestro sistema inmunológico, y que su formación se produce en
los primeros minutos después del parto, siendo los gérmenes de la madre
los primeros contaminantes si el nacimiento es vaginal. Nacer en penumbra, sin
interrupciones ni intervenciones innecesarias, con silencio y sin prisa, es, en
opinión de Odent, imprescindible condición para que el parto pueda evolucionar
normalmente y evita la mayoría de las complicaciones.
El respetar, asimismo, la necesidad de estar en su hábitat, que es el cuerpo de la
madre, y ser alimentado desde el primer momento por ella, es otra de las
circunstancias que solamente en casos críticos deberían sufrir interferencias.
Pues, como bien dice el título de la obra, “El bebé es un mamífero”. Y por eso
considero este libro una lectura indispensable antes del embarazo, para saber lo
que va a pasarnos a nosotros y a nuestro hijo.
Fotos y videos
Fotos y videos que muestran escenas de nacimiento. Hubo un momento en que
sentimos la necesidad de cambiar las imágenes que surgían en las mentes al oír
las palabras parto y nacimiento. Nuestra necesidad actual es la privacidad, la
importancia de la penumbra y aprender a eliminar los observadores y los distintos
métodos de observación.
Calostro y civilización
La lactancia materna se tratará aquí como metonimia, pretexto o parte del todo de
un conjunto de prácticas más amplio que se arracima en torno a ella, o del que
podemos considerarla como núcleo central, a saber: la gestación, el parto y la
exterogestación (a través de la lactancia materna), y finalmente la crianza,
practicados de otro modo. Así, se reclama lo proteico de la lactancia materna a la
luz de cuántos campos y temas nos permite explorar, y través de cuántos campos
y temas se permite explorar. En este sentido, no se niega el ineludible carácter
ensayístico, experimental y propositivo del presente trabajo, que pretende
comenzar a (des) enmarcar una reflexión necesariamente interdisciplinar sobre
un campo olvidado por ciertas disciplinas y (acaso ilegítimamente) monopolizado
por otras
Conclusión
El bebé, como mamífero, tiene unas necesidades indiscutiblemente ligadas a esta
condición, tanto en su nacimiento como en su crianza. Y respetar estas
necesidades naturales debería ser la base de las actuaciones médicas y sociales
que rodean su llegada al mundo.
El respetar, asimismo, la necesidad de estar en su hábitat, que es el cuerpo de la
madre, y ser alimentado desde el primer momento por ella, es otra de las
circunstancias que solamente en casos críticos deberían sufrir interferencias.

Pues, como bien dice el título de la obra, “El bebé es un mamífero”. Y por eso
considero este libro una lectura indispensable antes del embarazo, para saber lo
que va a pasarnos a nosotros y a nuestro hijo.

Referencias
Dr. Michel Odent. Él bebe es un mamífero. OBESTARE.pga (7-148

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