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1 Juan 1:1-10 1 Juan 1 – Comunión con Dios

A. El propósito de la carta: llevarte a tener comunión con Dios.


1. (1-2) Juan inicia con el centro de la comunión: Jesucristo.

:1 Lo que era desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos
contemplado, y palparon nuestras manos tocante al Verbo de vida- -

A. Lo que era desde el principio: El principio al que se refiere Juan no es el principio de este mundo o el principio de la
creación. Es el principio de Génesis 1:1 y Jua_1:1, el principio que había antes de que nada, cuando lo único que
existente era Dios.

i. El principio de Génesis 1:1 es sencillo: En el principio creó Dios los cielos y la tierra. El principio de Juan 1 :1 es
profundo: En el principio era la palabra y la palabra estaba con Dios y la palabra era Dios. Juan nos lleva a este tiempo
en la eternidad del pasado para encontrarnos con Aquel quien era desde el principio.

ii. De quien quiera o lo que fuera que haya escrito Juan, se refiere a que es eterno – por lo tanto, se refiere a Dios, ya
que Él existe desde antes que nada y es la fuente y base de la existencia de todas las cosas.

B. Lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado, y palparon nuestras manos:
Esto indica que este ser eterno – quien era desde el principio – vino a la tierra, y Juan (entre otros) había experimentado
personalmente a Aquel que era eterno.

i. “No pronunciamos nada por rumores, nada por tradición, nada por conjeturas, hemos tenido completa certeza de todo
lo que escribimos y predicamos.” (Clarke) La idea de quien Juan habla haya sido escuchado audiblemente, visto
físicamente, estudiado con intención (lo hemos contemplado,) y tangiblemente tocado (palparon nuestras manos)
tendría enormes implicaciones para sus lectores.

ii. Las implicaciones eran enormes, porque Juan dijo que este Dios eterno se hizo accesible al hombre de la manera más
elemental, una manera con la que todos se pudieran relacionar. Aquel eterno que puede ser conocido y se ha revelado
a sí mismo a nosotros.

iii. Las implicaciones eran enormes, porque prueban que las palabras de Juan tienen peso de evidencia testimonial. Él no
habló de un mito ni contó un ingenioso cuento. Él cuidadosamente estudió a Aquel que es eterno, y sabía de quién
estaba hablando.

iv. Eran enormes, porque desenmascara engañosas enseñanzas que se estaban infiltrando en las iglesias conocidas
como Gnosticismo. Parte de la enseñanza del Gnosticismo era que, aunque Jesús era Dios, no era realmente un hombre
físico, sino algo así como un pseudo-fantasma físico – Pero Juan dice, “¡Yo lo escuché! ¡Yo lo vi! ¡Yo lo estudié! ¡Yo lo
toqué!”

C. El Verbo de vida: Juan identificó a este Ser que existía eternamente. Quien estaba físicamente presente con Juan y
con otros (nótese como habla en plural, no en singular) como el Verbo de vida – el mismo Logos al que se refirió en
Jua_1:1.

i. La idea de Logos – del Verbo – era importante para Juan y para el mundo griego y judío de su tiempo. Para el judío, se
usaba la expresión Palabra para referirse a Dios, porque sabían que Dios se revelaba a Sí mismo en Su palabra. Para el
griego, durante siglos, sus filósofos habían hablado del Logos – la base de la inteligencia y organización en el universo,
la Razón Esencial que controla todas las cosas.

ii. Es como si Juan dijera a todo el mundo, “Este Logos del que han estado hablando y escribiendo por siglos – bueno, le
hemos escuchado, visto, estudiado y tocado. Permítanos hablarles de Él.”

:2 …porque la vida fue manifestada, y la hemos visto, y testificamos, y os anunciamos la vida eterna, la cual estaba
con el Padre, y se nos manifestó
d. La vida fue manifestada: Esta vida fue manifestada, es decir, fue realmente física. Juan testificó solemnemente como
testigo (la hemos visto y testificamos) que este era el caso. Este no era un cuento de hadas, un cuento de “había una
vez.” Esto era real y Juan nos lo explica como un testigo.

e. La vida eterna, la cual estaba con el Padre: Al llamar a Jesús la vida eterna, Juan no solo estaba recordando las
palabras de Jesús en Jua_5:26; Jua_6:48; Jua_11:25 y 14:6, sino que también repitió la idea expresada en sus primeras
palabras: Que Jesús es eterno, y por lo tanto es Dios.

i. Podemos afirmar que las personas son eternas y que la Palabra de Dios es eterna, pero decimos esto entendiendo
que nos referimos a eterno en un sentido futuro – nunca perecerán, siendo inmortales (Isaías 40:8, Jua_5:29) Sin
embargo, las personas no son eternas en tiempo pasado; decir que algo es eterno en tiempo pasado, es decir lo mismo
de Dios o a la Palabra de Dios.

ii. La existencia eterna de Jesús es declarada también en Miq_5:2 Pero tú, Belén Efrata, pequeña para estar entre las
familias de Judá, de ti me saldrá el que será Señor en Israel; y sus salidas son desde el principio, desde los días de la
eternidad. La palabra eternidad aquí literalmente significa “más allá del punto de desaparición.”

f. La cual estaba con el Padre: Esto se refiere a la relación eterna entre el Padre y el Hijo. Existía una eterna relación de
amor y compañerismo entre el Padre y el Hijo. Jesús se refirió a esto en Jua_17:24 : “Porque me has amado desde antes
de la fundación del mundo.”

i. Esta relación eterna está descrita claramente en las Escrituras, pero también podríamos entenderla con simple lógica.
Si Dios es amor (1Jn_4:8) y Dios es eterno (Miq_5:2,) entendemos que un amor en aislamiento no tiene sentido. El
amor necesita un objeto, y así como hubo un tiempo en que nada había sido creado, también existió un tiempo en el
que el único amor en el universo era entre los miembros de la Trinidad, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.

g. Estaba con el Padre: La palabra con indica que este ser, el cual es eterno, y es la vida eterna misma, es distinto al
Padre. Juan edifica el entendimiento de la Trinidad en el Nuevo Testamento – que existe un Dios en tres Personas,
iguales en una y, asimismo distintas.

i. La Biblia une los nombres del Padre, Hijo y Espíritu Santo de una manera que es inimaginable para otras personas.
Leemos, Id y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolas en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu
Santo (Mat_28:19) Nunca diríamos, Id y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolas en el nombre del Padre, y
del Hijo y de Miguel el Arcángel.”

ii. Leemos, La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros,
(2ª Corintios 13:14) Pero nunca diríamos, “La gracia del Señor Jesucristo, el amor del Apóstol Pablo, y la comunión del
Espíritu Santo sean con todos vosotros.”

iii. Leemos, Elegidos según la presciencia de Dios Padre en santificación del Espíritu, para obedecer y ser rociados con
la sangre de Jesucristo, (1Pe_1:2) Nunca diríamos “Elegidos según la presciencia de Dios Padre en santificación del
Espíritu Santo, para obedecer y ser rociados con la sangre del Apóstol Pedro.”

2. (3) Una invitación a relacionarnos. :3 Lo que hemos visto y oído, eso os anunciamos, para que
también vosotros tengáis comunión con nosotros; y nuestra comunión verdaderamente es con el Padre, y con su Hijo
Jesucristo.

A. Para que también vosotros tengáis comunión con nosotros; y nuestra comunión verdaderamente es con el Padre, y
con su Hijo Jesucristo: El propósito de esta declaración de Juan con relación a quien es eternamente existente,
físicamente presente, Palabra de Vida quien es Dios, y sin embargo distinto al Padre, es atraer a sus lectores a una
relación tanto con el pueblo de Dios como con Dios mismo.
i. Puedes disfrutar de esta relación aun cuando no entiendas todos los aspectos de la Trinidad. Por ejemplo: Usas tus
ojos, aunque no conozcas al detalle cómo funcionan. Del mismo modo puedes conocer a Dios y creer en Él como se ha
revelado, aunque no entiendas todo sobre su persona o naturaleza.
b. Comunión: La idea de la comunión es una de las ideas más importantes en esta carta de Juan. Es la antigua palabra
griega koinonia que habla de compartir, de una comunión, de una conexión y vida en común. Habla de una relación con
otra persona que está viva, que respira, que comparte, que es amorosa.

i. “Esta es una de las grandes declaraciones del Nuevo Testamento, y se puede libremente, que su grandeza es creada
por la riqueza de la palabra, la cual es empático, viz., comunión.” (Morgan)

ii. “La palabra griega koinonia se deriva de la palabra koinos, que literalmente significa común, en el sentido de ser
compartido por todos.” (Morgan) El uso de la palabra en Hch_2:44, es muy l: Todos los que habían creído estaban
juntos, y tenían en común todas las cosas. La palabra común es la antigua palabra griega koinonia.

iii. “Aquellos que tienen comunión unos con otros, son quienes comparten los mismos recursos y están unidos por las
mismas responsabilidades. La idea es casi abrumadora cuando se aplica a la relación que los creyentes tienen con el
Padre y con Su Hijo Jesucristo… El Padre, Su Hijo Jesucristo y todos los creyentes tienen todo en común. Todos los
recursos de cada uno en esta maravillosa relación están a la disposición de los otros. Tal es la gracia de nuestro Dios y
de Su Hijo.” (Morgan)

c. Comunión… con el Padre y con Su Hijo Jesucristo: Esta sencilla y audaz declaración significa que uno puede tener
una relación con Dios. Esta idea sorprendería a muchos de los lectores de Juan, y debería sorprendernos a nosotros
también. La mentalidad griega reconocía altamente la idea de la comunión, pero era restringida a los hombres. – la
idea de una relación íntima con Dios era revolucionaria.

i. Jesús inició ese tipo de revolución entre los judíos cuando invitó a los hombres a dirigirse a Dios como Padre
(Mat_6:9). Realmente podemos tener una relación viva con Dios el Padre y con Jesucristo. Él puede ser no sólo nuestro
Salvador sino también nuestro más cercano amigo.

ii. *Siendo honestos, para mucha gente esto no es atractivo. A veces es porque ellos no saben quién es Dios y una
invitación “a tener una relación personal con Dios” es tan llamativo como decirle a un adolescente de 2º de secundaria
que “puede tener una relación personal con el director.” Pero cuando conocemos la grandeza, bondad y gloria de Dios,
queremos tener una relación con Él.

iii. **Otras personas evitan tener una relación con Dios porque se sienten distantes de Él. Quieren una relación, pero
creen que están tan descalificados, tan distantes. Ellos necesitan saber lo que Dios ha hecho para que este tipo de
relación sea posible.

d. Comunión… con el Padre y con Su Hijo Jesucristo: El tipo de relación que Juan describió solo es posible porque Jesús
es quien Juan dice que es en 1Jn_1:1-2. Si alguien te invitara a tener “una relación personal” con Napoleón o con
Alejandro el Grande o Abraham Lincoln – o aun Moisés o el Apóstol Pablo – pensaríamos que es una tontería. Nadie
puede tener una auténtica relación “espiritual” con alguien que está muerto, pero con el Dios eterno que se hizo
hombre, podemos tenerla.

i. La palabra comunión no solo tiene la idea de una relación, sino de compartir una vida común.

Cuando tenemos comunión con Jesús, llegamos a ser más como Él.

ii. Los discípulos NO tuvieron una comunión cercana con Jesús cuando Él caminó con ellos. Como Jesús dijo a Felipe
durante los últimos días de Su ministerio ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe?
(Jua_14:9) Su comunión verdadera no era creada por una cercanía material con un Jesús material, sino por la obra del
Espíritu Santo después de la obra consumada por Jesús en la cruz. Por lo tanto, nosotros podemos llegar a tener la
misma relación con Dios que los apóstoles tuvieron.

e. Nuestra comunión es con el Padre, y con Su Hijo Jesucristo: Tenemos el potencial de tener una relación de vida
compartida con el Padre y Su Hijo Jesucristo. Es como si el Padre y el Hijo estuviesen de acuerdo en admitirnos en su
relación de amor y comunión.
i. Esta idea de una vida compartida es esencial. Esto no significa que cuando Jesús viene a nuestra vida nos ayuda a
hacer mejor lo que solíamos hacer antes. Nosotros NO añadimos a Jesús a nuestra vida. Entramos a una relación de
vida compartida con Jesús. Compartimos nuestra vida con Él, y Él comparte la suya con nosotros.

f. Para que también vosotros tengáis comunión con nosotros: Podríamos pensar que es curioso que Juan primero
considera la relación con el pueblo de Dios; pero generalmente es así como la gente llega a experimentar una relación
con Dios; encuentran a Dios por primera vez a través de la relación que tienen con el pueblo de Dios.

i. “Cuando la relación es tan hermosa, deseas que otros también puedan tener esa relación contigo; y cuando
realmente tu relación es con el Padre y con su Hijo Jesucristo, anhelas fervientemente que toda la hermandad
cristiana comparta esta bendición contigo.” (Spurgeon)

g. Con el Padre y con Su Hijo Jesucristo: Aquí Juan finalmente nombra a este ser – eterno, presente físicamente,
Palabra de Vida, Dios, pero distinto del Padre – Dios el Hijo, que se llama Jesús, y es el Cristo (Mesías.)

3. (4) El resultado de la comunión.

: 4 Estas cosas os escribimos, para que vuestro gozo sea cumplido.

a. Que vuestro gozo sea cumplido: El resultado de la comunión es llenura de gozo.


Este gozo es un sentir permanente de optimismo y felicidad basados en Dios, contrario a la alegría, que es un sentir de
optimismo y felicidad basados en las circunstancias.

i. Juan repitió una idea que Jesús presentó a Sus discípulos la noche antes de Su crucifixión. Él quería una llenura de
gozo para ellos – aun sabiendo que la cruz estaba frente a ellos.
• Estas cosas os he hablado, para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea cumplido. Jua_15:11
• Hasta ahora nada habéis pedido en mi nombre; pedid y recibiréis, para que vuestro gozo sea cumplido. Jua_16:24
• Pero ahora voy a ti, y hablo esto en el mundo, para que tengan mi gozo cumplido en sí mismos. Jua_17:13
b. Para que vuestro gozo sea cumplido: La llenura de gozo es absolutamente posible para el cristiano, pero de ninguna
manera es certero. Juan escribió con el deseo de que los creyentes tuvieran llenura de gozo – puesto que, si fuese
inevitable o muy fácil de obtener, no habría escrito esto.

i. El gozo del cristiano es importante, y atacado. Circunstancias externas, humor, emociones, o pecado pueden llevarse
nuestro gozo. Sin embargo, el gozo del cristiano no se encuentra en las cosas de este mundo, por más buenas que
parezcan. Cuando Juan habló de estas cosas, se refirió a esta relación y comunión y amor que podemos compartir con
Dios el Padre y con Su Hijo Jesucristo.
ii. Demasiados cristianos están pasivos en cuanto a la pérdida de su gozo. Deben darse cuenta que es una gran pérdida
y hacer lo necesario para acercarse a Dios y reclamar esa llenura de gozo. “El gozo del cristiano debe ser buscado, si
alguno de ustedes ha perdido el gozo del Señor, yo oro para que no crean que es una pérdida pequeña.” (Spurgeon)

4. Observaciones en esta primera parte del libro, la cual es una larga oración en el manuscrito original.
a. Juan inició con el principio - el Dios eterno que es antes de todas las cosas.
b. Nos dijo que este Dios se manifestó físicamente y que él y otros podían ser testigos de esto.
c. Nos dijo que este Dios es la Palabra de Vida, el Logo.
d. Nos dijo que este Dios es distinto de la persona de Dios Padre.
e. Nos dijo que podemos tener comunión con este Dios, y que generalmente somos introducidos a esta comunión con
Dios a través de una comunión con el pueblo de Dios.
f. Nos dijo que este Dios eterno, la Palabra de Vida, quien estaba físicamente presente con ellos y presente para tener
comunión, es Dios el Hijo, cuyo nombre es Jesucristo.
g. Nos dijo que una comunión con Jesucristo nos lleva a una vida llena de gozo.
h. Podríamos decir que en estos cuatro versículos Juan nos dijo suficiente para tener con qué vivir toda nuestra vida
cristiana. No es de extrañar que un comentador escribió, “Observa el tono de asombro en el lenguaje del Apóstol. Le
faltan palabras. Le cuesta expresarse, añadiendo definición tras definición.” (Expositor´s)
B. El mensaje de Dios por medio de Juan: lidiar con el pecado y mantener la comunión.

1. (5) El pecado y la naturaleza de Dios.

Este es el mensaje que hemos oído de Él, y os anunciamos: Dios es luz, y no hay ningunas tinieblas en él.

a. Este es el mensaje: Esta es una palabra de autoridad. Juan no está inventando esto; estas no son sus opiniones o ideas
personales en cuanto a Dios. Este es un mensaje de Dios sobre Sí mismo, (que hemos oído de él), que ahora Juan lo
declara (y os anunciamos.)

i. Lo que Juan nos dirá sobre Dios es lo que Dios nos ha dicho sobre sí mismo. No podemos confiar en nuestras propias
ideas y opiniones acerca de Dios a menos que estén genuinamente fundamentadas en lo que Dios ha dicho de sí mismo.

b. Dios es luz, y no hay ningunas tinieblas en él: Debemos comenzar a entender a Dios aquí. Juan declara el hecho de
que Dios es luz, y en la luz, por definición, no hay tinieblas; porque para que haya tinieblas debe haber una ausencia de
luz.

i. Una buena definición de Dios es: “Dios es el único espíritu eterno, infinito, que no cambia; el ser perfecto en quién
comienzan y continúan y terminan todas las cosas.” Otra manera de decir que Dios es perfecto, es decir que Dios es luz.

ii. “La LUZ es la más pura, la más sutil, la más útil y la más difusiva de las creaciones de Dios; y es, por lo tanto, un
emblema apropiado para la pureza, perfección y bondad de la naturaleza Divina.” (Clarke)

iii. En el sol hay manchas, grandes tramos de obscuridad en su disco radiante, pero en Dios hay una perfecta pureza, sin
mancha.” (Maclaren)

c. Dios es luz, y no hay ningunas tinieblass en él: Por lo tanto, si existe algún problema en nuestra comunión con Dios,
es nuestra culpa. No es culpa de Dios ya que no hay ningún pecado ni obscuridad en Él.

i. Cualquier intento de comunión con Dios que pretende o insinúa que Dios pueda estar equivocado y que tal vez
debamos perdonarlo, es blasfemia y contradice directamente lo que Juan dice aquí.

2. (6) La impecabilidad de Dios y nuestra relación con Él.

Si decimos que tenemos comunión con él, y andamos en tinieblas, mentimos, y no practicamos la verdad.

a. Si decimos que tenemos comunión con él: Juan primero trata con una demanda falsa a la comunión. Basado en esto,
podemos entender que es posible que algunos pretendan tener una relación con Dios que en realidad no tienen.
Podemos, también, decir que algunos piensan que tienen una relación con Dios que en realidad no tienen.

i. Muchos cristianos no están conscientes de su condición. Ellos saben que son salvos, han experimentado una
conversión y se han arrepentido en algún momento de sus vidas, sin embargo, no viven una verdadera comunión con
Dios.

b. Y andamos en tinieblas: Juan habla de andar en tinieblas, indicando una forma de vida. Esto no habla de un desliz
ocasional, sino de un estilo de vida en la oscuridad.

c. Mentimos y no practicamos la verdad: No hay ningunas tinieblas en Dios (1Jn_1:5) Por lo tanto si alguno afirma tener
comunión con Dios, (una comunión de relación común, de interés y generosidad) y camina en tinieblas, no es verdad lo
que profesa.

i. El tema aquí es comunión, no salvación. El cristiano que temporalmente anda en tinieblas sigue siendo salvo, pero no
tiene comunión con Dios.

ii. Si Juan dijo, “eso es mentira,” quiere decir que él pensaba en términos de que las cosas fueran verdades o mentiras.
Juan es muy sencillo para nuestra era tan sofisticada, que no quiere ver las cosas negras o blancas, sino todo en un tono
leve de gris.
iii. En el 2004, el gobernador del estado de Nueva Jersey se vio envuelto en un escándalo. A pesar de que era un hombre
casado y tenía hijos, estaba teniendo relaciones sexuales con otro hombre. En una conferencia de prensa él lo admitió y
empezó diciendo: “Mi verdad es que soy un americano gay.” Esas fueron palabras muy bien escogidas, Mi verdad. De la
manera que el mundo piensa estos días, yo tengo mi verdad y tú tienes tu verdad. Pero Jesús dijo, “Yo soy la verdad,” y
la Biblia claramente nos habla de una verdad que es más grande de lo que cualquier individuo sienta al respecto.

3. (7) La bendición de caminar en la luz.

Pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos
limpia de todo pecado.

a. Pero si andamos en la luz: Esto significa caminar una vida de obediencia sin albergar conscientemente algún pecado
ni resistir la convicción del Espíritu Santo en algún punto en particular.

i. El mensaje de Juan aquí significa que es posibleandar en la luz. Sabemos que en este lado de la eternidad la perfección
no es posible. Sin embargo, podemos andar en la luz.

ii. La vida cristiana se describe como caminar, lo cual implica actividad. La vida cristiana se alimenta de contemplación,
pero se manifiesta en acción. “Caminar” implica acción, continuidad y progreso. Dios está activo y caminando y si tienes
comunión con Él, estarás también activo y caminando.

b. Como él está en luz: Ya que Dios es luz (1Jn_1:5), cuando caminamos en la luz, caminamos dónde Él está. Estamos
naturalmente con Él en comunión.

c. Tenemos comunión unos con otros: Hubiéramos esperado que Juan dijera, “Tenemos comunión con Dios.” Lo cual es
cierto, pero sabiendo que caminando con Dios estamos en la luz, Juan quiere dejar claro que como compañeros
cristianos que caminan en la luz disfrutáramos de estar en comunión unos con otros.

i. Esto nos lleva a una idea importante: si no tenemos comunión unos con otros, entonces uno o ninguno están andando
en la luz. Dos cristianos que están en una real comunión con Dios, naturalmente tendrán también una verdadera
comunión el uno con el otro.

d. La sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado: Conforme andamos en la luz, también disfrutamos la
constante limpieza de Jesús. Este es otro ejemplo de que Juan no se refiere a la perfección al decir andar en la luz, de
otra manera no habría pecado que limpiar en este sentido de continuidad.

i. Necesitamos una limpieza continua porque la Biblia dice que continuamente pecamos y somos destituidos de la gloria
de Dios (Rom_3:23). Aunque los cristianos han sido limpiados en un sentido general, nuestros “pies” necesitan ser
limpiados (Jua_13:10)

ii. La forma del verbo que Juan usa en nos limpia de todo pecado está en tiempo presente, no en futuro. Podemos hacer
más que esperar que algún día seremos limpiados. Por lo que Jesús hizo en la cruz por mí, yo puedo ser limpiado hoy.

iii. Observemos que en el versículo no hay ni un rastro de emociones, sentimientos ni logros que cooperen con la sangre
para quitar el pecado. Cristo tomó los pecados de su pueblo y fue castigado por esos pecados como si él hubiera sido el
pecador; entonces, el pecado nos es quitado, pero de ninguna manera, nivel o forma el pecado es quitado por
emociones, sentimientos, experiencias o logros.” (Spurgeon)

e. La sangre de Jesucristo: Esta limpieza continua es nuestra por la sangre deJesucristo. No se refiere a las gotas de
sangre real o Su sangre literalmente, sino a su muerte en nuestro lugar y a la ira de Dios que soportó por nosotros – la
sangre de Jesucristo pagó por el castigo de todos nuestros pecados –presentes, pasados y futuros.

i. La obra de Jesús en la cruz no solamente trata con la culpa del pecado que puede llevarnos al infierno. También trata
con la mancha del pecado que estorba nuestra continua relación con Dios. Necesitamos venir a Dios con frecuencia con
una sencilla petición, “límpiame con la sangre de Jesús.” No porque no hayamos sido limpios antes, sino porque
necesitamos ser limpiados continuamente para disfrutar de esta comunión.
ii. “´La sangre´ es más específica de lo que sería ´la muerte´ porque ´la sangre´ denota sacrificio, siempre es ´la sangre´ la
que es derramada.” (Lenski)

iii. “Observemos, no hay nada aquí que mencione ritos o ceremonias. No empieza diciendo ´y las aguas del bautismo,
junto con la sangre de Jesucristo Su Hijo, nos limpian, ´ ni una palabra de que tengan que ser rociados en la infancia o
sumergir a los creyentes – no se menciona nada, es la sangre, solamente la sangre, nisiquiera una gota de agua
bautismal. Nada se menciona aquí de sacramentos, lo que algunos llaman ´la santa Eucaristía´ - no menciona nada de
comer el pan ni beber el vino – es la sangre, solamente la sangre.” (Spurgeon)

iv. ¿El caminar en la luz quita mis pecados? En absoluto. Soy tan pecador tanto en la luz como en la oscuridad, si es que
fuera posible caminar en la luz sin haber sido lavado en la sangre. Bueno, pero tenemos comunión con Dios y ¿qué no el
tener comunión con Dios quita el pecado? Amado, no me mal entiendas – ningún hombre puede tener comunión con
Dios a menos que el pecado haya sido quitado, pero su comunión con Dios y su caminar en la luz no quita el pecado – de
ninguna manera. Todo el proceso de limpiar el pecado se encuentra aquí, y la sangre de Jesucristo Su Hijo nos limpia de
todo pecado. ´” (Spurgeon)

f. De todo pecado: Podemos ser limpios por la sangre de Jesús de todopecado. El pecado que heredamos de Adán, el
pecado que cometimos de niños, los pecados mientras crecíamos. Pecados contra nuestro padre, nuestra madre,
hermana y hermano. Pecados contra nuestras esposas, esposos, o hijos. Pecados contra nuestros jefes o empleados,
contra nuestros amigos o enemigos. Mentir, robar, engañar, cometer adulterio, profanar, recurrir a las drogas, alcohol,
promiscuidad, o asesinato. Pecados que me persiguen cada día y pecados que ni siquiera me enteré que cometí – todo
pecado puede ser limpiado por la sangre de Jesucristo.

i. El pecado estorba en nuestra comunión con Dios, y la sangre de Jesús, recibida por fe como pago por nuestro pecado,
soluciona el problema del pecado y abre el camino a la comunión con Dios.

• No puedes llegar a una comunión con Dios a través de una especulación filosófica.

• No puedes llegar a una comunión con Dios a través de una educación intelectual.

• No puedes llegar a una comunión con Dios a través de drogas o entretenimiento.

• No puedes llegar a una comunión con Dios a través de una investigación científica.

• Tu únicamente llegas a una comunión con Dios lidiando con tu pecado a través de la sangre de Jesús.

ii. Pudiéramos decir que el único pecado que no puede ser limpiado por la sangrede Jesús es el de rechazar
continuamente esa sangre como pago por nuestro pecado.

4. (8-10) La presencia del pecado, la confesión del pecado, la limpieza del pecado.

Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros. Si
confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad. Si
decimos que no hemos pecado, le hacemos a él mentiroso, y su palabra no está en nosotros.

a. Si decimos que no tenemos pecado: Juan ha introducido las ideas de caminar en la luz y de ser limpiado del pecado,
pero ni por un momento pensó que un creyente puediese llegar a ser perfecto y sin pecado.

i. Si pensamos esto de nosotros, nos engañamos a nosotros mismos, y si decimos esto de nosotros, mentimos - la
verdad no está en nosotros.

ii. “Nuestro corazón engañoso revela una sagacidad casi satánica en auto-engaño… si tú dices que no tienes pecado, has
alcanzado un horrendo éxito, has extinguido tus propios ojos y has pervertido tu propia razón.” (Spurgeon)

iii. Existen muy pocas personas hoy en día que piensan que no tienen pecado y son perfectas, sin embargo, no muchos
realmente piensan en sí mismos como pecadores. Muchos dirán, “cometo equivocaciones” o “no soy perfecto” o “soy
humano” pero generalmente hablan así para excusarse o defenderse. Esto es diferente a reconocer y admitir “soy
pecador.”

iv. Decir que no tenemos pecado nos pone en un lugar peligroso, porque la gracia y la misericordia de Dios se ofrece a
los pecadores. No a aquellos que “cometen equivocaciones” o que “son humanos” o que dicen: “nadie es perfecto,” sino
a pecadores. Tenemos que reconocer la victoria y el perdón que viene cuando decimos “soy un pecador – muy pecador –
pero tengo un Salvador que me limpia de todo pecado.”

b. Si confesamos nuestros pecados: Aunque el pecado está presente, no necesita permanecer como un obstáculo para
nuestra relación con Dios – podemos ser totalmente limpios (de toda maldad) conforme confesamos nuestros pecados.

i. Confesar significa “decir lo mismo que.” Cuando confesamos nuestro pecado, estamos dispuestos a decir (y creer) lo
mismo que Dios dice sobre nuestro pecado. La historia de Jesús acerca del hombre religioso y el pecador quienes oraban
delante de Dios lo ilustra; El fariseo presumía de lo justo que era mientras que el pecador sólo decía Dios sé propicio a
mí, pecador. (Lucas 28.10-14) Aquel que confesó su pecado era el que estaba de acuerdo con Dios sobre lo malo que
era.

ii. Confesar es un verbo en el tiempo presente; lo cual significa que debemos continuamente confesar nuestro pecado –
en lugar de referirnos a “una-vez-es-suficiente” confesión de pecado al momento de convertirnos.

iii. No es necesario ir a un confesionario para declarar nuestros pecados. Cuando somos bautizados, estamos confesando
nuestro pecado al decir que necesitamos ser limpiados y nacer de nuevo. Cuando recibimos comunión, confesamos
nuestro pecado al decir que necesitamos la obra de Jesús en la cruz para ser purificados. Pero, por supuesto,
necesitamos confesar nuestro pecado de la manera más directa: admitiéndole a Dios que lo que hemos hecho es
pecado, y pidiendo su perdón divino, basado en lo que Jesús hizo en la cruz por nosotros.

iv. Nuestros pecados no son perdonados porque los confesemos, si éste fuera el caso – si el perdón del pecado pudiera
llegar sólo cuando hubiese confesión - entonces todos seríamos condenados, ya que sería imposible que pudiésemos
confesar cada pecado que hemos cometido. Somos perdonados porque nuestro castigo fue puesto sobre Jesús, somos
limpiados por su Sangre.

v. Sin embargo, la confesión sigue siendo vital para una comunión con Dios, y en este contexto es en el que Juan habla.
Conforme Dios nos redarguye del pecado que está estorbando nuestra comunión con Él, debemos confesar, recibir
perdón y ser limpiados para que nuestra comunión con Dios continúe sin estorbo.

vi. La confesión debe de ser personal; si decimos, “Dios, si hemos cometido algún error, perdónanos,” eso no es
confesión porque no es convincente (al decir “si hemos cometido”), no es personal (al decir “si hemos), no es específica
(al decir “si hemos cometido algún”) y no es honesta (al decir “error”).

c. Él es fiel y justo para perdonarnos: Por la obra de Jesús, la justicia de Dios es nuestra amiga – asegurándonos de que
seremos perdonados porque Jesús pagó la culpa de nuestro pecado. Dios está siendo fiel y justo para perdonarnos a la
luz de Jesús.

i. “El texto simplemente significa esto: Trata a Dios con sinceridad y Él te tratará con sinceridad. No tengas pretensiones
delante de Dios, desnuda tu alma, déjale verla tal cual es, y entonces él será fiel y justo para perdonar tus pecados y
limpiarte de toda maldad.” (Spurgeon)

ii. La promesa de 1Jn_1:9 no debe dirigirnos hacia el pecado diciendo, “Hey, voy a pecar porque Dios me perdonará.”
Debe guiarnos lejos del pecado, sabiendo que Dios es fiel y justo para perdonar nuestros pecados porque la ira que
merecíamos fue derramada sobre el pecado. Cada pecado lleva su propia medida de ira, entonces hay un sentido en el
que cada pecado que cometemos aumenta la agonía de Jesús en la cruz.

iii. No hay mejor evidencia de que una persona está fuera de la comunión con Dios que cuando comete o piensa cometer
pecado pensando, “Después pido perdón.” Como Dios es luz y en Él no hay ninguna oscuridad, podemos estar seguros
que la persona que comete pecado pensando de esta manera no tiene comunión con Dios.
d. Si decimos que no tenemos pecado: Si negamos la presencia de pecado, nos estamos engañando a nosotros mismos
y estamos negando la palabra de Dios. Sin embargo, aunque el pecado siempre está presente, también lo está el
remedio – por lo tanto, el pecado nunca necesita ser un estorbo para nuestra comunión con Dios.

i. La idea de que su palabra no está en nosotros está relacionada con la idea de que Jesús es la Palabra de Vida (1Jn_1:1)
si nos rehusamos a ver el pecado en nosotros, mostramos que Jesús no está en nosotros.

ii. “Ningún hombre fue echado fuera del reino de Dios por su maldad confesada; pero muchos lo son por su supuesta
bondad.” (Trapp)

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