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Camila Zamudio

Tema: la Tierra como sistema


“El niño”
El sistema climático es dinámico
El sistema climático aún en períodos estables posee fluctuaciones naturales del
clima. Estas fluctuaciones u “oscilaciones”, como se denominan frecuentemente
(porque oscilan entre dos estados principales), pueden tener un impacto
considerable en el clima, tanto a escala regional como mundial.

El más conocido ejemplo de ello es el fenómeno denominado El Niño-Oscilación


del Sur, ENSO (en inglés). Se trata de un patrón climático que consiste en la
oscilación de los parámetros meteorológicos del Pacífico Ecuatorial y que ocurre
aproximadamente cada 5 años de forma cuasi-periódica. Presenta dos fases
opuestas, una de calentamiento del océano y lluvias en el Pacífico oriental conocido
como el fenómeno de El Niño (la zona roja cerca del Ecuador) y la otra fase de
enfriamiento llamada La Niña (la zona azul cerca del Ecuador).
El origen del nombre “El Niño” se debe al calentamiento de las aguas costeras en el
Norte del Perú y Ecuador que ocurre cerca de las fiestas de Navidad, el cual servía
para señalar el fin de la temporada de pesca. En el mundo occidental este fenómeno
se conoce desde la época de la colonización de América, alrededor del siglo XV.

Los cambios producidos en la atmósfera debido a los eventos ENSO alteran los
patrones de lluvias produciendo inundaciones y sequías extremas en varias partes
del mundo. Por ello, es un interesante ejemplo de cómo pequeños cambios de
temperatura en una región acotada pueden generar una secuencia de cambios tan
fundamentales en el estado del sistema climático en casi todos los continentes.

¿CÓMO ACTÚA EL NIÑO?

Cada cierto tiempo, en períodos que pueden variar de 3 a 7 años, los vientos alisios
que llevan las aguas cálidas hacia el oeste disminuyen drásticamente su
intensidad o incluso llegan a invertirse, soplando de oeste a este. Como
consecuencia de este desajuste, aumenta la temperatura del agua y el ambiente
en las costas de Perú y Ecuador, y por evaporación y condensación, se originan
lluvias torrenciales, inundaciones, fuertes vientos y alteraciones de la fauna y la
flora. Este cambio de patrón climático también afecta al otro extremo del océano
Pacífico, en la zona de Australia y el sudeste asiático, donde sufren sequías, altas
presiones y bajas temperaturas. Cuando se produce, este fenómeno se inicia a
finales de año (el nombre de El Niño con el que los pescadores peruanos lo
bautizaron hace referencia al niño Jesús) y tiene una duración de unos seis meses.
Al menos en su fase cálida, ya que, en ocasiones, el retorno a las condiciones
climáticas habituales conlleva el fenómeno inverso, lo que se conoce como La Niña.
Los vientos alisios se intensifican más de lo normal, las temperaturas bajan en
exceso y aumenta la presión atmosférica.

Aunque la costa sudamericana y el sudeste asiático son las zonas más afectadas, El
Niño está considerado un fenómeno global que altera, aunque sea de manera
indirecta, los patrones climáticos de la mayoría de océanos y continentes. El Niño de
2015-2016 activó huracanes en el Pacífico (el huracán Patricia ha sido el más intenso
jamás observado en el hemisferio occidental) y trajo consigo fuertes sequías a la
zona sur de África y a Centroamérica. Algunos expertos sostienen que este
fenómeno puede tener relación con el cambio climático y la mayoría afirman que
probablemente incrementará su intensidad en los próximos años.

Fuente: https://www.fundacionaquae.org/wiki/el-nino-un-fenomeno-devastador/
https://nuestrofuturocomun.com/las-bases-para-entender-el-cambio-climatico/

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