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Introducción al Socorrismo:

Anatomía y fisiología
Módulo 6
Sistema Endócrino

El sistema endócrino es el conjunto de las glándulas endócrinas o glándulas de secreción interna.


Las glándulas endócrinas son órganos de origen epitelial especializados en la secreción, que carecen
de conductos excretores. Sus secreciones, denominadas hormonas, difunden hacia la sangre y
viajan por el torrente circulatorio. Las hormonas son mensajeros químicos que producen efectos
específicos en uno o varios tipos celulares u órganos a los que se llama células u órganos “blanco”.
Los blancos de una hormona son aquellas estructuras que poseen un receptor específico para la
misma.

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Las glándulas endócrinas son: la hipófisis o pituitaria, la tiroides, las paratiroides, las glándulas
adrenales o suprarrenales, una porción del páncreas y las glándulas sexuales (ovarios y
testículos).

Además de las glándulas endócrinas propiamente dichas, se incluyen dentro del sistema endócrino
diversas células con la capacidad de liberar señales químicas que, ya sea a través del líquido
intersticial o de la sangre, llegan hasta otras células blanco donde inducen una respuesta.
Podría hablarse entonces de la existencia de un sistema endócrino difuso, formado por todas las
células o tejidos corporales que, sin formar parte de una glándula endócrina, secretan mensajeros
químicos hacia el medio interno.

Algunos componentes del sistema endócrino difuso son:


 Aparato digestivo: secreta un gran número de señales que controlan las funciones digestivas,

como la colecistoquinina o el péptido VIP.


 Corazón: sintetiza el factor natriurético atrial, que controla la presión arterial.

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 Riñón: produce eritropoyetina, que estimula la eritropoyesis, y renina, implicada en el control de

la presión arterial. - Endotelio: secreta prostaglandinas y muchas otras señales.


 Leucocitos: producen citoquinas, que modulan la respuesta inmune.

 Tejido adiposo: libera leptina, hormona que interviene en el control del apetito. También ciertas

neuronas pueden emitir señales químicas que se transportan por sangre. A las hormonas liberadas
por células nerviosas se las denomina neurohormonas o secreciones neuroendócrinas.

Las hormonas que difunden por el líquido intersticial y ejercen efectos sobre células vecinas reciben
el nombre de secreciones parácrinas. En algunos casos, la célula endócrina es el blanco de su propia
hormona. A este tipo de señalización se la denomina autócrina.

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Glándula hipófisis y eje hipotálamo-hipofisario

La glándula hipófisis o pituitaria tiene el tamaño de un guisante y se halla ubicada en el


cráneo, apoyada sobre la silla turca del hueso esfenoides.

La hipófisis está formada por dos lóbulos:


• Lóbulo anterior o adenohipófisis (adeno: glándula). Éste comprende las porciones tuberal,
distal e intermedia.
• Lóbulo posterior o neurohipófisis.

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El hipotálamo y la hipófisis mantienen una estrecha conexión funcional; las funciones de la
hipófisis dependen directamente del hipotálamo y ambos forman una unidad fisiológica: el eje
hipotálamohipofisario.

La relación funcional entre la hipófisis y el hipotálamo tiene dos aspectos:

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1) La secreción de las hormonas sintetizadas en la adenohipófisis está bajo el control de

factores liberadores o inhibidores producidos en el hipotálamo. Estos factores hipotalámicos


son sintetizados en neuronas del hipotálamo y llegan hasta las células glandulares del lóbulo
anterior mediante la circulación (comunicación neuroendócrina). La comunicación
neuroendócrina existente entre el hipotálamo y la adenohipófisis depende del sistema porta
hipofisario.
Un sistema porta es una red capilar interpuesta entre dos venas o dos arterias, a diferencia de
los capilares comunes, que se interponen entre una arteria y una vena. Los capilares que
drenan la sangre del hipotálamo reciben las neurosecreciones y luego se unen formando
venas. Estas venas se capilarizan nuevamente al llegar al lóbulo anterior.
La segunda red capilar (sistema porta) permite la difusión de los factores hipotalámicos hacia
el espacio intersticial y desde allí hacia las células glandulares de la hipófisis anterior, a las
cuales controlan. Esta conexión corta y directa entre el hipotálamo y la hipófisis favorece una
respuesta rápida, impidiendo que la escasa cantidad de neurohormonas se diluya en la
circulación general.
La neurohipófisis libera dos hormonas, la oxitocina y la hormona antidiurética (ADH). Estas
hormonas son sintetizadas en los cuerpos de neuronas ubicadas en núcleos del hipotálamo
(núcleos supraóptico y paraventricular). Una vez sintetizadas descienden por los axones de dichas
neuronas, a través del infundíbulo. Los terminales axónicos se encuentran en el lóbulo posterior y
desde allí las hormonas son liberadas a la circulación.

Hormonas de la hipófisis
El lóbulo anterior de la hipófisis secreta hormonas tróficas, que actúan estimulando el
desarrollo y la función de otros órganos. El lóbulo posterior secreta oxitocina y vasopresina,
también llamada hormona antidiurética (HAD).

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Hormonas tróficas Órganos blanco y Efectos

Somatotrofina Es la hormona del crecimiento. Estimula la captación de aminoácidos por


(STH) las células, promoviendo la síntesis de proteínas.
Estimula la secreción de somatomedinas (factores de crecimiento) en el
hígado. Éstas promueven el crecimiento de distintos órganos y
especialmente del cartílago, determinando el aumento en longitud de los
huesos. En el tejido adiposo estimula la lipólisis. La liberación de ácidos
grasos para la producción de energía produce un ahorro de proteínas,
que se destinan al crecimiento.

Prolactina Promueve el crecimiento y desarrollo de las glándulas mamarias durante


el embarazo. Fomenta la lactancia después del parto.

Adrenocorticotrofina Estimula la secreción de glucorticoides y aldosterona en la corteza de la


(ACTH) glándula suprarrenal.

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Tirotrofina (TSH) Estimula el crecimiento de la glándula tiroides y la secreción de hormonas
tiroideas.

Gonadotrofina: Estimula la gametogénesis, tanto en el varón como en la mujer. Regula el


Hormona Foliculo- ciclo menstrual.
estimulante (FSH)

Gonadotrofina: Estimula la producción de hormonas sexuales, tanto en el varón como en


Hormona la mujer. Regula el ciclo menstrual.
Luteinizante (LH)

Lóbulo posterior de la hipófisis

Glándulas tiroides y paratiroides

La glándula tiroides es bilobulada y está ubicada por delante de la tráquea.

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Las glándulas paratiroides son cuatro pequeñas glándulas (dos superiores y dos inferiores)
situadas en la cara posterior de la tiroides.

La glándula tiroides está situada en la base de la garganta, justo debajo de la nuez, donde se
puede palpar fácilmente durante un examen físico. Es una glándula bastante grande
compuesta de dos lóbulos unidos por una masa central o istmo. La glándula tiroides produce
dos hormonas, una llamada hormona tiroidea y la otra calcitocina. Internamente, la glándula
tiroides está compuesta de estructuras huecas denominadas folículos, que almacenan un
material coloidal pegajoso. La hormona tiroidea se origina a partir de este material.

La hormona tiroidea, a menudo conocida como la hormona metabólica principal del


organismo, son realmente dos hormonas activas que contienen yodina: tiroxina, o T4, y
triyodotironina, o T3. La tiroxina es la hormona principal segregada por los folículos tiroideos.
La hormona tiroidea controla el ritmo al que “se quema” o se oxida la glucosa y se convierte en
calor corporal y energía química.

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Dado que todas las células corporales dependen de un suministro continuo de energía química
para realizar sus actividades, cada célula corporal es un objetivo. Asimismo, la hormona
tiroidea resulta importante para un crecimiento y desarrollo normales del tejido,
especialmente en los sistemas reproductivo y nervioso.

Sin yodina no se pueden crear las hormonas funcionales. La fuente de yodina es nuestra dieta,
la carencia de esta produce bocio, una ampliación de la glándula. La hiposecreción de tiroxina
puede indicar problemas distintos a la deficiencia de yodina, tales como la falta de
estimulación por parte de la TSH. Si esto ocurre en la temprana infancia, el resultado es el
cretinismo.

El cretinismo da como resultado el enanismo en el que las proporciones corporales de los


adultos tienen el aspecto de las de un niño. Juntos la cabeza y el tronco miden
aproximadamente una vez y media la longitud de la pierna en lugar de tener
aproximadamente la misma longitud, como en los adultos normales. Las personas con
cretinismo que no se someten a tratamiento suelen tener un retraso mental.

Su pelo es escaso y su piel seca. Si se descubre pronto, la sustitución de la hormona evitará el


retraso mental y otros signos y síntomas de deficiencia. El hipotiroidismo que se da en los
adultos tiene como resultado el mixedema, que se caracteriza por flojera mental y física
(aunque no se produce retraso mental). Otros síntomas son la hinchazón de la cara, fatiga,
bajo tono muscular, baja temperatura corporal (la persona siempre está fría), obesidad y piel
seca. Para tratar esta enfermedad se prescribe tiroxina oral. El hipertiroidismo normalmente es
el resultado de un tumor que se encuentra en la glándula tiroides.

La superproducción extrema de tiroxina da como resultado un alto ritmo metabólico basal,


intolerancia al calor, pulso rápido, pérdida de peso, comportamiento nervioso y agitado, y una

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incapacidad general para relajarse. La enfermedad de Graves es una forma de hipertiroidismo.
Además de los síntomas que se han mencionado con anterioridad, la glándula tiroides se
agranda y los ojos pueden llegar a sobresalir por la parte anterior (una enfermedad llamada
exoftalmos).

El segundo producto hormonal importante de la glándula tiroides, la calcitolina, disminuye los


niveles de calcio en sangre haciendo que el calcio se deposite en los huesos. Actúa de forma
antagónica a la hormona paratiroidea, la hormona producida por las glándulas paratiroides.
Mientras que la tiroxina se crea y almacena en folículos antes de liberarse en la sangre, la
calcitonina es producida por las llamadas células parafoliculares, que se encuentran en el
tejido conectivo entre los folículos. Se libera directamente a la sangre como respuesta al
aumento del nivel de calcio en sangre.

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Las glándulas paratiroides son pequeñas masas de tejido glandular que se encuentran a
menudo en la superficie posterior de la glándula tiroides. Normalmente existen dos glándulas
paratiroides en cada lóbulo tiroideo, esto es, un total de cuatro paratiroides.
Las paratiroides segregan hormona paratiroidea (PTH) o parathormona, que es el más
importante regulador de la homeostasis de iones de calcio de la sangre. Cuando los niveles de
calcio en sangre caen por debajo de un nivel determinado, las paratiroides liberan PTH que
estimula las células de destrucción de huesos (osteoclastas) para descomponer la matriz ósea y
liberar calcio a la sangre. Por tanto, PTH es una hormona hipercalcémica (esto es, actúa para
aumentar los niveles de calcio en sangre), mientras que la calcitonina es hipocalcémica.
Aunque el esqueleto es el mayor blanco de la PTH, también estimula los riñones y el intestino
para absorber más calcio

Glándulas suprarrenales

También llamadas adrenales, son dos glándulas ubicadas en los polos superiores de los
riñones. Cada una posee una corteza y una médula, que tienen diferente origen embrionario y
diferente función. La corteza está formada por tejido epitelial, en tanto la médula es de origen
nervioso. Las secreciones de la médula adrenal son neurohormonas.

La corteza suprarrenal produce tres grupos principales de hormonas esteroides, denominadas


de forma colectiva corticosteroides: mineralocorticoides, glucocorticoides y hormonas
sexuales.
La capa celular de la corteza suprarrenal más exterior produce los mineralocorticoides, en
especial la aldosterona. Como sugiere su nombre, los mineralocorticoides resultan
importantes a la hora de regular el contenido mineral (o la sal) de la sangre, en especial las
concentraciones de iones de sodio y potasio. Su objetivo son los túbulos del riñón que
reabsorben de forma selectiva los minerales o permiten expulsarlos del cuerpo en la orina La

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renina, una enzima producida por los riñones cuando se reduce la presión de la sangre,
también provoca la liberación de aldosterona al desencadenar una serie de reacciones que
forman angiotensina II, un potente estimulador de liberación de aldosterona. Una hormona
liberada por el corazón, el péptido natriurético auricular (ANP), evita la liberación de
aldosterona, siendo su objetivo reducir el volumen y la presión de la sangre.
La capa cortical media produce principalmente glucocorticoides, entre los que se encuentran
la cortisona y el cortisol. Los glucocorticoides promueven un metabolismo celular normal y
ayudan al organismo a resistir a los estresantes de largo tiempo, principalmente aumentando
los niveles de glucosa en sangre.
Cuando los niveles en sangre de los glucocorticoides son elevados, las grasas e incluso las
proteínas se descomponen a causa de la acción de las células corporales y se convierten en
glucosa, la cual se libera a la sangre.
Por este motivo, se dice que los glucocorticoides son hormonas hiperglucémicas. Asimismo, los
glucocorticoides parecen controlar los efectos más desagradables de la inflamación
reduciendo el edema y el dolor mediante la inhibición de algunas moléculas causantes del
dolor denominadas prostaglandinas.
Tanto en los varones como en las mujeres la cortezasuprarrenal produce las hormonas
sexuales a lo largo de la vida en cantidades relativamente pequeñas. Aunque la mayor parte
de las hormonas sexuales que han sido producidas por la capa más interior de la corteza son
andrógenos (hormonas sexuales masculinas), también se forman algunos estrógenos
(hormonas sexuales femeninas).

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La médula suprarrenal, al igual que ocurre con la hipófisis posterior, se desarrolla a partir de
un nudo de tejido conectivo. Cuando la médula está estimulada por las neuronas del sistema
nervioso simpático, sus células liberan dos hormonas similares, adrenalina, también llamada
epinefrina, y noradrenalina (norepinefrina), al torrente sanguíneo.
De forma colectiva estas hormonas se denominan catecolaminas. Cuando estás o (te sientes)
amenazado de forma física o emocional, el sistema nervioso genera la respuesta “de lucha o
huida” para ayudarnos a manejar la situación. Uno de los órganos que estimula es la médula
suprarrenal, la cual bombea sus hormonas al torrente sanguíneo para mejorar y prolongar los
efectos de los neurotransmisores del sistema nervioso.

Básicamente, las catecolaminas aumentan el pulso del corazón, la presión sanguínea y los
niveles de glucosa en sangre, y dilatan los pequeños pasillos de los pulmones. Estos sucesos
dan como resultado más oxígeno y glucosa en la sangre y una circulación más rápida de ésta a
los órganos corporales (sobre todo al cerebro, los músculos y el corazón). Por tanto, el cerebro

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está más capacitado para tratar con un estresante de corta duración, ya sea el trabajo,
comenzar el proceso inflamatorio, o alertarte para que se piense más claramente.

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Páncreas

El páncreas es una glándula mixta. El páncreas exócrino secreta enzimas digestivas que,
mediante los conductos pancreáticos, se vuelcan en el intestino delgado.

El páncreas endócrino está conformado por grupos de células endócrinas distribuidos entre el
tejido exócrino de la glándula. Las agrupaciones de células endócrinas se conocen como islotes
de Langerhans. En los islotes de Langerhans, distintos tipos celulares (alfa, beta, delta y F) se
especializan en la síntesis de diferentes hormonas, como se detalla a continuación.

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Aunque hay más de un millón de islotes, separados por las células exocrinas, cada uno de estos
pequeños grupos de células crea enérgicamente sus hormonas y trabaja como un órgano
dentro de un órgano. Dos hormonas importantes producidas por las células islotes son la
insulina y el glucagón.
Las células islote actúan como sensores de combustible, segregando insulina y glucagón
apropiadamente durante los estados de alimento y ayuno. Los altos niveles de glucosa en
sangre estimulan la liberación de insulina desde las células beta de los islotes.

La insulina actúa en casi todas las células corporales y aumenta su capacidad de transportar
glucosa por sus membranas de plasma. Una vez se ha introducido en las células, la glucosa se
oxidiza para obtener energía o se convierte en glucógeno o grasa para almacenar. La insulina
también acelera estas actividades. Debido a que la insulina elimina la glucosa de la sangre, se
dice que su efecto es hipoglucémico. Cuando caen los niveles en sangre de glucosa finaliza el
estímulo para la liberación de insulina. La insulina resulta totalmente necesaria para que las
células corporales utilicen la glucosa. Sin ella, la glucosa no puede entrar en las células para ser
utilizada.

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El glucagón actúa como un antagonista de insulina, esto es, ayuda a regular los niveles de
glucosa en sangre, pero de una forma contraria a la de la insulina. La liberación de los islotes
mediante las células alfa se estimula a través de bajos niveles de glucosa en sangre.

Su acción es hiperglucémica. Su órgano diana primario es el hígado, al que estimula para


descomponer el glucógeno almacenado en glucosa y liberar la glucosa a la sangre.

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Regulación del sistema endócrino

La secreción hormonal es regulada de forma que las concentraciones de hormonas en sangre


sean las apropiadas para desencadenar la respuesta necesaria. Las glándulas endócrinas son
reguladas directamente por estímulos nerviosos procedentes de los nervios autónomos.
También son importantes los estímulos bioquímicos, como en el caso de la secreción de
insulina, que es disparada por un aumento de la glucemia. El hipotálamo y la hipófisis regulan
la secreción en otras glándulas endócrinas. Tomemos por ejemplo el control en la secreción
de hormonas tiroideas.

El hipotálamo secreta un factor liberador (TRH) que estimula a las células de las adenohipófisis
especializadas en la síntesis de TSH. La TSH estimula a la glándula tiroides para que sintetice y
secrete las hormonas tiroideas, T3 y T4. Pero cuando el nivel en sangre de T3 y T4 es el
adecuado, la estimulación por parte del eje hipotálamo-hipofisario debe cesar. De lo contrario,
se producirían síntomas por hiperfunción de la glándula.

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La hipófisis y, en menor medida, el hipotálamo, detectan el nivel elevado de T3 y T4 en sangre.
Ante esta señal, el hipotálamo disminuye la síntesis del factor liberador y la hipófisis frena la
secreción de TSH. Así se logra mantener una concentración adecuada de T3 y T4. Este
mecanismo de control recibe el nombre de retroalimentación negativa: el efecto (nivel de T3 y
T4) suprime la causa (factor liberador y TSH). Cuando los niveles de T3 y T4 descienden más
allá de lo conveniente, el hipotálamo y la hipófisis reanudan sus secreciones y el ciclo se
reinicia.

Un tipo de regulación diferente se produce en el caso de la oxitocina. Durante el embarazo, la


prolactina y otras hormonas estimulan el desarrollo de la mama, preparándola para la
producción de leche. Sin embargo, la leche no baja hasta que se coloca el bebé al pecho y éste
comienza a succionar. La eyección de la leche depende de la contracción del músculo liso de la
glándula, estimulado por la oxitocina. La secreción de oxitocina es la respuesta de un reflejo
nervioso disparado por el estímulo de la succión.
En este ejemplo se observa la integración de los controles nerviosos y endócrino, y además un
tipo de retroalimentación positiva. Cuanto más se estimula el pezón, mayor es la secreción de
oxitocina y mayor la cantidad de leche secretada.

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Por eso, las mujeres pueden amamantar por largos períodos, mientras mantengan la
frecuencia de la lactancia. Si, en cambio, dejan de amamantar o disminuyen la frecuencia, el
estímulo es cada vez menor y la secreción de leche empieza a disminuir hasta que cesa.

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