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Perla

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Para otros usos de este término, véase Perla (desambiguación).

Perla

Varias perlas

General
Categoría Mineral

Fórmula química CaCO3

Propiedades físicas

Color blanco, rosa, amarillo, arcoíris, azul, rojo.

Raya Blanco

Exfoliación Ninguna

Dureza 2.5 — 4.5

Densidad 2.60 — 2.85

Índice de refracción Ninguno

Fluorescencia Débil, no se puede evaluar.

[editar datos en Wikidata]

Collar de perlas

Una perla es un objeto duro y brillante producido dentro del tejido blando


(específicamente en el manto) de un molusco con cáscara vivo u otro animal como
un conulariida. Al igual que la concha de un molusco, una perla está compuesta de
carbonato de calcio (principalmente aragonita o una mezcla del mismo con calcita)
en forma cristalina diminuta que se ha depositado en capas concéntricas.
La perla ideal es perfectamente redonda y lisa, sin embargo pueden aparecer
otras formas conocidas como la perla barroca. La calidad de las perlas naturales
es muy valorada, son catalogadas como piedras preciosas y como objetos de
belleza a través del tiempo. Debido a esto, la perla se ha convertido en una
metáfora de algo raro, fino, admirable y valioso.
Las perlas naturales se forman cuando un cuerpo extraño se introduce al interior
del cuerpo del molusco, que reacciona cubriendo lentamente la partícula con una
mezcla de cristales de carbonato de calcio (CaCO3) y
una proteína llamada conchiolina, formando la sustancia conocida como nácar,
que es la sustancia que recubre la cavidad paleal del animal (las paredes
interiores de las valvas). Al cabo de un período variable la partícula termina
cubierta por una o más capas de nácar, formando una perla, y tardan
aproximadamente 10 años en crearse.
Las perlas son de tamaño, color y forma variables. El valor de la perla se
determina en función de criterios varios pero puede decirse que se centran en tres:
una forma deseable (por ejemplo, las esferas perfectas o las "lágrimas"), la rareza
de su color (casi toda la gama entre el blanco y el negro) y naturalmente la talla.
Aunque las características estéticas y de tamaño son fundamentales en la
valoración de una perla, el precio final depende en gran medida de las tendencias
de la moda del momento.
El brillo de la perla proviene de la reflexión luminosa en la superficie cristalina,
mientras que la iridiscencia proviene de la refracción y difracción luminosas en las
múltiples capas de nácar translúcido que forman una perla cualquiera. Las perlas
han sido apreciadas por bastantes pueblos desde la antigüedad debido a su
rareza, belleza y extraordinario valor.

Propiedades físicas[editar]

Estructura de las capas de nácar, en las que las placas de aragonito están separadas por biopolímeros,
como quitina, lustrina y proteínas similares a la seda.

Imagen de microscopía electrónica de una superficie fracturada de nácar.

El brillo único de las perlas depende de la reflexión, refracción y difracción de la


luz de las capas translúcidas. Cuanto más finas y numerosas sean las capas de la
perla, más fino será el brillo. La iridiscencia que presentan las perlas se debe a la
superposición de capas sucesivas, que descompone la luz que incide sobre la
superficie. Además, las perlas (sobre todo las cultivadas de agua dulce) pueden
teñirse de amarillo, verde, azul, marrón, rosa, morado o negro. Las perlas más
valiosas tienen un brillo metálico muy reflectante.
Como las perlas están compuestas principalmente de carbonato cálcico, pueden
disolverse en vinagre. El carbonato cálcico es sensible incluso a una solución
ácida débil porque los cristales reaccionan con el ácido acético del vinagre y
forman acetato cálcico y dióxido de carbono.

Historia[editar]

La Infanta Isabel Clara Eugenia adornada con perlas (Alfonso Sánchez Coello, 1531/1532

Se ignora cuál fue el primer pueblo que extrajo las perlas de las ostras, para luego
usarlas como decoración. Pero, debido a que las perlas tienen lustre y brillo casi
inmediatamente salidas de la ostra que las produjo, es muy posible que se hayan
utilizado como adorno desde épocas prehistóricas.
Lo que sí puede decirse es que la fabricación de joyas a base de perlas era una
actividad bastante extendida y favorecida entre los pueblos antiguos. Sin embargo,
debido a su extrema rareza, las perlas eran una de las gemas más valiosas
conocidas por los pueblos del mundo antiguo, reservadas para la nobleza y
personajes extremadamente acaudalados.
Parece que la costumbre de adornarse con perlas tuvo origen en la India y otros
puntos de Asia, desde donde los fenicios la propagaron por Europa. Los griegos
llamaron a la perla margarites, pero no parece que se generalizara su uso hasta
después de la guerra de los persas y de las conquistas de Alejandro.
En Asia Menor se extendió su empleo después de la conquista de Lidia por Ciro.
En los Proverbios se habla repetidas veces de las perlas, 12 lo cual indica que
los hebreos las conocían. Durante la dominación de los Ptolomeos en Egipto, el
uso de las perlas adquirió proporciones extraordinarias, y más tarde los grandes
señores de las cortes de Europa se servían de las perlas no solo para adorno,
empleadas en collares, brazaletes, pendientes, sortijas, etc., sino
para bordados de vestidos o simplemente como guarnición de estos. 3
Actualmente las perlas no tienen tanto valor monetario como en épocas pasadas,
principalmente debido a que la mayoría de ellas son cultivadas, lo que las ha
devaluado por aumento en la oferta.
De ahí que numerosas parábolas4 y dichos que nos han llegado al presente
referentes al proverbial valor de las perlas no tengan la misma resonancia y valor
semántico hoy en día.
La perla Peregrina[editar]
Artículo principal: Perla Peregrina
La perla Peregrina es una perla de tamaño y forma inusual, considerada una de
las gemas más valiosas y legendarias de la historia de Europa. Descubierta en
aguas del archipiélago de las Perlas en Panamá en el siglo XVI, pasó a manos del
rey Felipe II de España, formando parte de las joyas de la Corona de España.
En 1969 la Peregrina sale a subasta, y Richard Burton la adquiere por la simbólica
cantidad de 37 000 dólares, como regalo a su amada Elizabeth Taylor. Liz Taylor
fue su propietaria hasta su muerte en 2011, si bien se dice que un caniche de la
actriz mordisqueó la perla y le causó algunas muescas.

Origen de una perla natural[editar]

María Estuardo, reina de Escocia, con una collar de perlas negras.

Antes, las perlas naturales se encontraban en muchas partes del mundo. En la


actualidad, la pesca de perlas naturales se limita sobre todo a los mares
de Bahrein. Australia también cuenta con una de las últimas flotas de barcos de
buceo de perlas que quedan en el mundo. Los buceadores australianos se
dedican a la pesca de ostras perlíferas para la industria de las perlas cultivadas.
Las capturas de ostras perlíferas son similares a las de los días de las perlas
naturales. Por lo tanto, en las aguas australianas del océano Índico se sigue
encontrando un número significativo de perlas naturales procedentes de ostras
silvestres. Para verificar positivamente las perlas naturales que se encuentran hoy
en día es necesario realizar un examen con rayos X.

Tipos de perlas[editar]

Perlas de Tahití

Perlas cultivadas[editar]

Núcleos de la isla de las perlas Mikimoto, Toba, Japón.

Las perlas cultivadas son la respuesta de la concha a un implante de tejido. Un


pequeño trozo de tejido del manto (llamado injerto) de una concha donante se
trasplanta a una concha receptora, lo que provoca la formación de una bolsa de
perlas en el que el tejido precipita carbonato cálcico. Existen varios métodos para
producir perlas cultivadas: utilizar conchas de agua dulce o salada, trasplantar el
injerto en el manto o en la gónada y añadir una perla esférica como núcleo. La
mayoría de las perlas cultivadas en agua salada se cultivan con cuentas. Los
nombres comerciales de las perlas cultivadas son Akoya (阿古屋), blanca o dorada
del mar del Sur y negra de Tahití. La mayoría de las perlas cultivadas sin abalorios
se cultivan en conchas de agua dulce en China, y se conocen como perlas
cultivadas de agua dulce.
Las perlas cultivadas pueden distinguirse de las naturales mediante un examen
radiográfico.5 Las perlas cultivadas nucleadas suelen ser "preformadas", ya que
tienden a seguir la forma del núcleo de la perla de concha implantada. Una vez
insertada la perla en la ostra, ésta segrega algunas capas de nácar alrededor de la
perla; la perla cultivada resultante puede recolectarse en un plazo de doce a
dieciocho meses.
Cuando se radiografía una perla cultivada con núcleo de perla, se observa una
estructura diferente a la de una perla natural (véase el diagrama). Una perla
cultivada con núcleo de perlas muestra un centro sólido sin anillos concéntricos de
crecimiento, mientras que una perla natural muestra una serie de anillos
concéntricos de crecimiento. Una perla cultivada sin cuentas (ya sea de agua
dulce o salada) puede mostrar anillos de crecimiento, pero también una compleja
cavidad central, testigo de la primera precipitación del joven saco perlífero. 5
Del Mar del Sur o australiana[editar]
Se trata de un tipo de perla cultivada en las aguas saladas del norte de Australia,
en Indonesia y Filipinas. Tiene una gama de color que va desde el blanco al negro.
Se destacan por su iridiscencia plateada y dorada. Alcanza tamaños entre los 9 y
los 28 mm. Su forma puede ser perfectamente redonda hasta adoptar una
forma asimétrica y un brillo del medio al alto. Son las mejores en su especie. El
precio varía dependiendo de su brillo. El tiempo de cultivo de esta perla es de tres
a nueve años.
Perla de Tahití[editar]
Son cultivadas en aguas templadas en agua salada de la Polinesia Francesa, por
la ostra Pinctada margaritifera. Pueden ser de distintos colores: gris, verde,
naranja, dorada, azul y negra. Las perlas negras son únicas, de brillo intenso y
alcanzan los 13 mm. El tiempo de cultivo de la perla de Tahití es de dos a tres
años.
Desde el desarrollo de la tecnología de cultivo de perlas, las ostras negras
de Pinctada margaritifera que se encuentran en Tahití y en muchas otras islas del
Pacífico, incluidas las Islas Cook y Fiyi, se utilizan ampliamente para producir
perlas cultivadas. La rareza de la perla cultivada negra es ahora una cuestión
"comparativa". La perla cultivada negra es rara en comparación con las perlas
cultivadas de agua dulce chinas y las perlas cultivadas Akoya japonesas y chinas,
y es más valiosa que estas perlas. Sin embargo, es más abundante que la perla
de los mares del Sur, que es más valiosa que la perla cultivada negra. Esto se
debe sencillamente a que la ostra perlera negra Pinctada margaritifera es mucho
más abundante que la escurridiza, rara y más grande ostra perlera de los Mares
del Sur Pinctada maxima, que no puede encontrarse en lagunas, sino que hay que
bucear para encontrarla en un número raro de hábitats oceánicos profundos o
cultivarla en criaderos.
Las perlas negras naturales son raras, y las perlas negras tienen un color de
cuerpo que puede evaluarse como plateado, azul plateado, dorado, marrón-negro,
verde-negro o negro.6

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