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Jake era un chaval que se había criado en los bajos fondos de Monzú.

Su padre murió unos meses después de que él naciera, y cada vez que le preguntaba a su
madre el motivo de la muerte, ella le decía con resignación que era mejor que no lo supiera.

Iba a un instituto público, y aunque casi todas las clases le aborrecían, había una clase que le
resultaba interesante. La clase del profesor Dunninham le resultaba realmente interesante. Se
suponía que era profesor de filosofía, pero realmente les enseñaba a vivir, a luchar por sus
derechos, etc... Jake, disfrutaba con sus clases, estaba interesado en la teoría comunista y
anarquista, era un gran defensor de los derechos de las clases sociales más bajas, y aunque era
tan joven, formulaba y argumentaba sus ideas de una manera muy madura. Con el profesor
creó un vínculo especial, se podría decir que le tenía aprecio, algo que en Jake era demasiado
insual. Pero sin motivo aparente y de un día para el otro, el profesor Duninham desapareció sin
dejar rastro alguno.

Por otra parte, Jake vivía en un barrio donde la mafia, los trapicheos y demás “negocios” de
este tipo eran habituales. El barrio lo controlaba un hombre llamado Igor Drakovic. Él era el
responsable del tráfico de drogas de toda la ciudad, pero focalizaba sus acciones sobretodo en
el barrio de Jake. Igor hacía lo que quería cuando quería y como quería, la policía estaba
totalmente corrompida por él, así que operaba con total libertad por el barrio. Un día, Igor
apareció en casa de Jake, decía que quería hablar con su madre. Esas visitas se estaban
convirtiendo en algo habitual en las últimas semanas, pero esta vez gritaban más de lo
habitual. Al ver que los gritos ascendian aun más Jake entró en la habitación donde se estaba
produciendo la discusión y vió a Igor apuntando con una pistola a su madre. A partir de ahí
solo recuerda la cabeza de su madre sangrando y a él corriendo mucho y escapando de Igor.

Igor controlaba el barrio, así que Jake se vió obligado a vivir en la calle, sin madre ni padre, y
comiendo gracias a pequeños hurtos. Estuvo viviendo dos semanas así, hasta que un día, en un
callejón se le aparecieron el profesor Duninham y otro hombre. El profesor estaba mucho más
pálido y demacrado, hacía ya dos años que se fue del instituto, pero Jake aun recordaba su
cara. El otro hombre, que se presentó como Marcus Horne y el profesor le contaron los
secretos de la noche, la verdad sobre los vampíros y le ofrecieron la posibilidad de recibir el
abrazo. Marcus le abrazó, le hizo de sire y le presentó a varios vampiros que en su forma
humana habían sido grandes intelectuales y pensadores, entre ellos el profesor Duninham.
Todos pertenecían al clan Brujah, y algunos eran anarquistas, se reunían y hablaban sobre la
manera de cambiar el mundo de los vampíros. Algo que ellos llamaban utopía.

Le presentarpn ante el príncipe de la ciudad, y él le aprobó. Los siguientes años fueron


tranquilos, charlaba con su sire y el grupo de pensadores, había creado un metódo para cazar,
que consistía en usar su celeridad para colarse en casas ajenas y matar a sus víctimas mientras
dormian, sin embargo, si le descubrían, usaba su potencia para que nadie de los que le había
visto pudiera contarlo.

Pasado un tiempo, decidió que gente como Igor no merecía vivir, ni tan siquiera cómo
humano, así que le siguió la pista. Pero cuando estaba seguro de que le cogería, cuando ya
había elaborado su plan, hubo algo que hizo que todos sus esfuerzos no sirvieran para nada.
Ese algo fue, por lo que le habían contado, una guerra civil. No sabía quien la había organizado,
de hecho no sabía ni quien estaba luchando ni porque en esa guerra civil, pero el hecho es que
la ciudad de Monzú el la que él vivía quedo totalmente destrozada. Marcus le montó en un
autobus diciendole que le llevarían a otra ciudad porque Monzú era demasiado peligrosa...

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