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Eloísa, Sarita y otras chicas de cartón.

Autores y copyleft en la era del libro


digital
Irina Bajini
(Università degli Studi di Milano)
Eloísa Cartonera, Argentina 2003
• A principios del nuevo milenio, a raíz de la dramática crisis económica que explotó en la
Argentina, miles de ciudadanos que antes tenían trabajos estables se volvieron “cartoneros”,
siendo obligados a rebuscar todas las noches el material reciclable en las calles de sus ciudades. A
la vez, el precio del papel subió el 300% y muchas pequeñas e independientes editoriales tuvieron
que cerrar la producción.
• En este panorama avasallador nace en 2003 Eloísa Cartonera, una editorial autogestionaria de la
capital argentina sin ánimo de lucro, fundada por Javier Barilaro, Washington Cucurto y Hernán
Bravo Varela ,que tuvo por primera vez la idea de comprar la materia prima directamente a los
cartoneros para encuadernar libros hechos a base de páginas fotocopiadas (más bien,
ciclostiladas o mimeoagrafados) de poesía y cuentos.
• Sus objectivos principales:
• la difusión de obras de autores consagrados, redescubiertos y noveles con un especial empeño en
fomentar el rescate cultural de “los condenados de la tierra”, es decir lumpen y niños y
adolescentes en alto riesgo social;
• 2) la praxis de concienciación política a través de la organización de talleres literarios y la defensa
de los mismos cartoneros y otras tipologías de trabajadores informales;
• 3) la experimentación con nuevas formas de actividad sostenible dentro de una economía de libre
mercado;
• 4) el cooperativismo.
Video Eloisa
Las otras chicas de cartón
• Con el paso del tiempo, Eloísa Cartonera ha ido sirviendo como
modelo de organización, producción y diseminación de libros en
América Latina; bajo el principio del copyleft, todas las editoriales
cartoneras de América Latina (en Perú, Bolivia, Chile, Paraguay, Brasil,
México, Uruguay…) que venden sus libros a un precio irrisorio que
solo cubre los gastos materiales, logran publicar no solo a autores
desconocidos sino también a contemporáneos de renombre, tal como
Cesar Aira, Tomás Eloy Martínez, Santiago Roncagliolo, Martín Adán,
Juan Incardona, José Emilio Pacheco, Pedro Lemebel o Luisa
Valenzuela.
Cartoneras en el mundo
• Argentina
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• Estados Unidos
• Alemania
• Finlandia
• Francia
• España

• También en penales: Ediciones Me muero muerta (U31 de Ezeiza), Canita Cartonera-Poesía carcelaria de máxima seguridad (norte de Chile), Aida
cartonera (España, Segovia).
Primeras reflexiones

• En el mercado capitalista todo gira alrededor del dinero, pero las


redes cartoneras están mostrando la debilidad de una lógica según la
cual todo el valor se reduce al valor de intercambio.
• Las cartoneras son la demostración que se puede alterar el circuito, la
lógica de producción y hasta la distribución de libros.
• Hasta puede cambiar la relación del escritor latinoamericano
profesional con el mercado y las editoriales cartoneras, es decir con la
negación-supervivencia-transformación del antiguo compromiso del
artista con su tiempo y su entorno.
Un proyecto híbrido y en evolución
• Virus cartonero:
• “Hacemos notar también que esta falta de homogeneidad lógica, esa capacidad de mutación –
muchas veces tomadas como si fueran negativas – propia de los virus, aparece en la propia
definición de Sarita Cartonera (Pperú):
• “Yo soy Sarita Cartonera, la santa de a pie, la ilusión más allá de la desilusión, las ganas de hacer
algo cuando todos dicen “ya no hay nada que hacer”, la música a todo volumen, la combi asesina,
el policía coimeando en la esquina” (…) Nos sentimos más cómodos en las fronteras no definidas,
las de enriquecimientos mutuos (...) No creemos en dogmatismos. Eso nos permite cambiar de
rumbo cuando nos da la gana y sin culpa.
• La auto-definición juega con los términos a partir de los cuales se describe: lía, mezcla los polos
negativos y positivos (comienza con “santa”, pasa por la palabra “asesina” y finaliza con “el policía
coimeando en la esquina”, dejando explícito así, el carácter mutante y no encasillable de su
identidad.
• En el manifiesto de Yerba Mala encontramos: “Operamos en el intersticio ignorado, allí donde se
han inventado muros y sólo hay espacios abiertos. Asumimos la otredad entera como nuestro
ombligo mismo y debemos reconocer que la risa nos invade, en acto sincero e ingenuo, cuando se
insinúa siquiera una separación tajante entre luz y oscuridad, mujer y hombre o vida y muerte”.
Un modelo «culto»: Editorial La Vigía
Astromántica cartonera
LaTina Cartonera

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