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Facultad de Agronomía
Escuela de Estudios de Posgrado.
Maestría en Ciencias del Desarrollo Rural
Cursos: Metodología de la Investigación
Maestro: Dr. Werner Ochoa
El acceso a los alimentos: este puede darse de dos maneras, físico y económico,
el primero se refiere a que cuando no tengamos alimentos disponibles, podamos
acceder a ellos sin importar su locación, y el segundo consiste en comprar
aquellos que no nos es posible cultivar o producir por nuestra propia cuenta, por lo
tanto cuando hablamos del derecho a la seguridad alimentaria y nutricional –SAN-
involucra contar con trabajo para todos y de esta manera tener recursos
económicos para adquirir alimentos. (Secretaria de Seguridad Alimentaria y
Nutricional, 2005)
A nivel nacional, sólo 2.9% de las mujeres entre 15 y 49 años tienen un índice de
masa corporal (IMC) menor de 18.5, lo cual indica que tienen bajo peso; mientras
que 31.9% y 20% tienen sobrepeso y obesidad, respectivamente. La prevalencia
de sobrepeso en niños y niñas menores de cinco años es 4.7%, y en menores de
dos años, el sobrepeso aumenta a 7.1% (ENSMI, 2015). En el ámbito de
Centroamérica y República Dominicana, Guatemala tiene la mayor tasa de doble
carga de malnutrición (20.7%), (INCAP, 2015). En esta sección se presentan
varios temas y procesos relacionados con la SAN de Guatemala.
El Hambre y el exceso de comida de alta densidad energética son los dos polos
de inseguridad alimentaria no solo en el municipio de La Democracia sino a nivel
de toda Guatemala, consecuencia del aumento de la riqueza material, pero
también de la pobreza. La crisis económica que se profundizó el país en el último
decenio del siglo pasado y que se traduce en una mayor concentración de la
riqueza y en el incremento de las desigualdades, pone en evidencia la polarización
de la seguridad alimentaria. Además de las zonas rurales que producen para el
autoconsumo y que están canalizando la mayoría de su producción al mercado,
para así obtener remuneración y satisfacer sus propias necesidades (Appendini,
2008), la inseguridad alimentaria avanza hacia regiones urbanas también en
proceso de empobrecimiento por la desigualdad intraurbana (Torres, 2001). Esto
sin mencionar el aumento de las importaciones de alimentos en Guatemala,
aumentando con ello la dependencia alimentaria, la inseguridad y baja
disponibilidad de alimentos para cubrir las necesidades de la población
Guatemalteca (Camberos, 1992).
A nivel nacional hay varios factores clave para un desarrollo exitoso de la agricultura familiar,
como las condiciones agroecológicas y las características territoriales, el entorno
normativo, el acceso a los mercados, el acceso a la tierra y a los recursos naturales, el acceso a la
tecnología y a los servicios de extensión, el acceso a la financiación, las condiciones demográficas,
económicas y socioculturales, o la disponibilidad de educación especializada, investigación básica y
aplicada, entre otros. (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura,
2016)
“Un alto porcentaje de los alimentos que llegan a la mesa de los guatemaltecos
son producidos por agricultores familiares. Por tanto, este sector se vuelve una
pieza clave para la seguridad alimentaria y nutricional y para reducir los índices de
desnutrición crónica” indicó durante la actividad Diego Recalde, Representante de
la FAO en Guatemala. En América Latina y el Caribe, la FAO calcula que entre el
50% y el 80% de los alimentos que son consumidos por las poblaciones urbanas y
rurales son producidos por la agricultura familiar. En Guatemala, seis de cada 10
guatemaltecos viven en áreas rurales, y la mayoría se dedica a labores y
actividades relacionadas con la agricultura. A pesar que este sector de la
población produce los alimentos, paradójicamente son quienes más padecen de
hambre y malnutrición. (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación
y la Agricultura, 2014)
Las políticas de desarrollo rural que han querido impulsar los últimos gobiernos,
han retomado una serie de iniciativas cuyo resultado más concreto ha sido una
propuesta de consenso conocida como Política Nacional de Desarrollo Rural,
PNDRI, la que alcanzó la categoría de acuerdo gubernamental.7 En los
encuentros y posiciones institucionales para su puesta en marcha participaron
alrededor de 30 organizaciones representantes del sector campesino.
Posteriormente ese documento se convirtió en la base del “Programa de
Agricultura Familiar para el Fortalecimiento de la Economía Campesina”, PAFFEC,
del actual gobierno.