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Febrero

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2023 | Del corazón del pastor
Dr. Charles Stanley <no-reply@intouch.org> Ayer, 11 59 a. m.
Para: marcosleonh@hotmail.com <marcosleonh@hotmail.com>
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Apreciado(a) Marcos:
En una ocasión, durante un viaje fotográ co por la
naturaleza, habíamos recorrido un sendero durante
unas tres horas cuando sospeché que estábamos
perdidos. El guía me aseguró que estábamos en el
camino correcto, pero mi ince idumbre no
desapareció. Saqué mi brújula para comprobarlo, se
la enseñé al guía y nalmente me dio la razón: de
alguna manera nos habíamos desviado.
Cuando llegamos a nuestro destino, la luz se iba
desvaneciendo a medida que se acercaba el
atardecer. Me sentí decepcionado por tal vez
haberme perdido algunas fotos magní cas.
Quizá alguna vez usted se haya preguntado si iba
por el camino correcto. Si tener el guía adecuado era
tan impo ante para un viaje fotográ co, imagínese
cuánto más lo es en la vida cotidiana.
Este es un mundo complejo, lleno de obstáculos e
ideas engañosas en el camino. Incluso sus propios
deseos, sueños y planes pueden hacer que se desvíe
del rumbo de Dios. Cuánto mejor es con ar y seguir
a su Salvador, que murió para rescatarle del pecado y
darle vida abundante (Jn 10.10).
¿Está hoy en el camino que el Señor ha preparado
para usted, o ha decidido dirigirse usted mismo?
Uno de mis pasajes favoritos sobre la guía divina es
el Salmo 32.8, 9. Contiene una promesa y una
adve encia: “Te haré entender, y te enseñaré el
camino en que debes andar; sobre ti jaré mis ojos.
No seáis como el caballo, o como el mulo, sin
entendimiento, que han de ser sujetados con
cabestro y con freno, porque si no, no se acercan a
ti”.
A veces puede parecerle que el camino que tiene por
delante es inexplorado; al n y al cabo, no había
vivido antes. Tiene su propia vocación y está hecho a
imagen y semejanza de Dios, como todos sus hijos.
Sin embargo, no es usted la primera persona que
camina con el Señor. Y aunque el mundo ha
cambiado, la condición humana no lo ha hecho.
Muchos creyentes eles le han precedido, y hay
mucho que aprender de sus ejemplos (He 12.1, 2).
Siempre me ha reconfo ado saber que el Señor no
se apa a de nosotros en este viaje, y que nos da la
compañía de sus santos mientras avanzamos.
Mientras usted y yo estemos en la Tierra, Él estará
con nosotros para guiarnos elmente, llevándonos
de la mano en medio de cada circunstancia. Y
después, nos recibirá a cada uno de nosotros con los
brazos abie os en su gloria (Sal 73.23, 24).
Para apreciar la bendición que esto signi ca, veamos
cómo Él guiará su vida con amor, si lo sigue.
Dios vela cuidadosamente por usted.
“Oh Jehová, tú me has examinado y conocido. Tú has
conocido mi sentarme y mi levantarme; has
entendido desde lejos mis pensamientos. Has
escudriñado mi andar y mi reposo, y todos mis
caminos te son conocidos” (Sal 139.1-3).
Dios le conoce mejor de lo que usted mismo se
conoce, lo que signi ca que Él está más capacitado
que usted para guiar su vida. Él comprende todas sus
debilidades, está familiarizado con cada faceta de su
personalidad, y tiene todas estas cosas en cuenta
cuando dirige sus pasos.
El Señor siempre elige el mejor camino para usted.
Lo sabemos en nuestra mente, pero a veces miramos
a nuestro alrededor y dudamos de que el camino por
el que vamos pueda ser el mejor. El sufrimiento, la
enfermedad, la pérdida, los problemas, la injusticia y
las di cultades no nos parecen buenos. Es entonces
cuando debemos recordar las palabras del salmista:
“Bueno me es haber sido humillado, para que
aprenda tus estatutos” (Sal 119.71). Incluso en
tiempos difíciles, el plan de Dios sigue siendo bueno.
Él no le ha fallado.
El Señor escoge experiencias para nosotros que
cumplen su propósito eterno de hacernos más como
Cristo. La pregunta no es si el camino de Dios es el
correcto, sino si con ará en Él en medio de los valles
oscuros, los pasajes peligrosos y el terreno áspero.
Sea cual sea su situación en la vida, el Señor está a
su lado, guiándole y fo aleciéndole para que avance
en ella.
Dios provee todo lo que necesitará mientras lo
sigue.
“Como todas las cosas que pe enecen a la vida y a
la piedad nos han sido dadas por su divino poder,
mediante el conocimiento de aquel que nos llamó
por su gloria y excelencia” (2 P 1.3).
El Señor le da fuerzas cuando está cansado,
esperanza cuando está desanimado, consuelo en la
soledad y sabiduría cuando le falta entendimiento.
Ningún otro guía puede hacer todo esto, y no
encontrará nada de ello en otro camino que no sea el
de Dios. La gracia de Dios es su ciente para toda
necesidad y situación.
Dios le guía con su Palabra.
“Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi
camino” (Sal 119.105).
Tal vez la razón por la que no sentimos la guía del
Señor es porque no la estamos buscando. O tal vez la
estemos buscando en el lugar equivocado. La mejor
manera de reconocer su dirección es por medio de la
lectura constante de su Palabra. Ahí es donde
encontrará la voz de Dios, así como las historias
ejemplares de los santos que le han precedido.
Cuanto más se familiarice con la Biblia, mejor podrá
percibir la dirección de Dios.
El Señor está dispuesto y es capaz de guiarle por el
mejor camino si usted presta atención a sus
indicaciones y va a donde Él le guíe, pero un espíritu
obstinado solo le di cultará el viaje. La clave para
seguir a su Señor es desarrollar un espíritu humilde y
que pueda aprender, que esté dispuesto a someterse
a Él en cada etapa del viaje.
Recuerde, solo Dios conoce el camino. Y Él nunca,
nunca le llevará por mal camino.
Con amor fraternal,
Charles F. Stanley
P.D. Un nuevo año ofrece una nueva opo unidad
para decidir crecer en el conocimiento y
comprensión del Señor. El objetivo de Ministerios En
Contacto es ayudar a los creyentes a crecer
rmemente en su fe. Si nos contacta, podemos
ayudarle a encontrar recursos para apoyarle mientras
descubre la grandeza de su asombroso Dios y
Salvador.
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