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"Pero eso era en 1920: toda Italia se estremecía con la fiebre revolucionaria y muy rápido la cosa

cambió de carácter. Los obreros pensaron que había llegado el momento de apoderarse definitiva-
mente de los medios de producción. Se prepararon armados para la defensa, transformando muchas
fábricas en verdaderas fortalezas y comenzaron a organizar la producción por su propia cuenta. Los
patronos fueron apartados o declarados en estado de arresto. Era la abolición de hecho del derecho
de propiedad y el gobierno dejaba hacer porque se sentía impotente para oponerse.
El movimiento se extendia y tendía a englobar a las otras categorías: aquí y allá los campesinos
ocupaban la tierra. Era la revolución que comenzaba y que se desarrollaba de una forma, diría yo,
casi ideal."
E. Malatesta. Publicado en L 'Umanitá Nuova. 28 de junio de 1922.

“¿Se podía esperar, del presente enfrentamiento, una victoria decisiva del proletariado revoluciona-
rio, se podía dar por sentado la caída de los Ebert-Scheidemann (2) y la instauración de la dictadura
socialista? Ciertamente no, si no se tiene en cuenta todos los elementos que determinan la respuesta.
Basta con poner el dedo en la llaga sobre la situación actual de la revolución; la falta de madurez
política de la masa de soldados que continúan tolerando los abusos de sus oficiales y son utlizados
con fines contrarrevolucionarios, sólo esto prueba que la posibilidad de una victoria duradera de la
revolución no era posible (…).
Los campos, de donde ha partido un elevado porcentaje de la masa de soldados, continúan estando
poco más o menos al margen de la revolución. Incluso Berlín está poco más o menos aislado del
resto del Reich. En algunas provincias -en Renania, en la costa del mar del Norte, en Brunswick,
Sajonia, Wurtemberg-, los focos revolucionarios están en cuerpo y alma al lado del proletariado ber-
linés. Pero lo que falla es la coordinación del movimiento, la acción común que diese a los impulsos
y a las luchas de la clase obrera berlinesa una mayor eficacia.”

Rosa Luxemburgo. Artículo publicado en el periódico espartaquista Rate Fahne. 14 de


enero de 1919.

“Por otra parte, el racismo del siglo xx está muy lejos de limitarse a los nazis. En el período que si -
guió al término de la Primera Guerra Mundial -una época que vio el auge del Ku-Klux-Klan, con
más de dos millones de afiliados- se practicó en EE.UU. una política de esterilización de "varieda-
des biológicas humanas socialmente inadecuadas" y se puso en marcha una política de restricciones
a la emigración para "mantener pura la sangre de América", favoreciendo la entrada de individuos
de raza nórdica y dificultando la de gentes de los pueblos mediterráneos, de eslavos, judíos y otras
"razas inferiores".
(...) Tan sólo en el estado de Virginia se ha esterilizado a más de 7.500 personas entre 1924 y 1980:
débiles mentales, pero también prostitutas, madres solteras, delincuentes menores de edad y niños
con problemas de conducta.”

Josep Fontana. Introducción al estudio de la Historia. 1999.

“El Principio Nórdico se funda en las tradiciones nórdicas, en el pensamiento nórdico y en la


cooperación constructiva, en contraste con el liberalismo de raíz judía y con el marxismo, que
ponen en práctica sus objetivos destructivos por medio del odio y de la lucha de clases, fines en sí
mismos.
El primero se alía con la Divinidad; el segundo con el Diablo.
El poder espiritual del Principio Nórdico es, por ello, más fuerte y más profundo que la visión del
mundo marxista-materialista, que amenaza con destruir nuestra raza y nuestra civilización […].
La Unión Nacional invita a todos los pueblos de raza nórdica y de aspecto nórdico de cualquier
país […] a unirse en un Movimiento Mundial Nórdico para dar vida a la paz y a la cooperación del
mundo, y para llevar adelante la lucha por la salvación y el progreso de nuestra civilización.”

Vidkun Quisling. El Principio Nórdico, 1937. (Vidkun Quisling. Fundador del Partido
fascista noruego Unión Nacional.)

"Cuando llegaron al poder dictadores como Primo de Rivera, Pilsudski, Rydz Smigly,
Metaxas, Calinescu, Antonescu, Stojadinovic y Salazar, mostraron temor a la movilización de
masas, pues su toma del poder era, en cierto modo, una acción defensiva contra la politización
incontrolada. Mas todos ellos se dieron cuenta muy pronto de que las bayonetas y los decretos no
bastaban como instrumentos exclusivos de gobierno en países que habían pasado por la experiencia,
breve pero a veces intensa, de un proceso de politización, aunque lo hicieron como un medio de
moldear y manipular la opinión pública. Sus instrumentos fueron partidos políticos [...] A diferencia
del fascismo y el nazismo, esos partidos no se utilizaron para la toma del poder, sino que se
concibiieron como medios de conservarlo. […] Eran... dictadores fundamentalmente conservadores
que desconfiaban de la extrema derecha radical tanto como de la democracia de masas, pero que no
podían o no deseaban apoyarse en dictaduras pura y simplemente militares.”

Shlomo Ben Ami. Las dictaduras de los años veinte. En Europa en crisis, 1919-1939.

“El fascismo parece ser una especie de respuesta a la crisis estructural y coyuntural que
azota a las sociedades capitalistas europeas en el periodo de entreguerras. El fascismo se presenta,
por tanto, como un arma de combate, que se pretende absoluta, en la lucha contra las clases
explotadas. El fascismo propone los principios de una estrategia política: liquidación total y
definitiva del movimiento obrero mediante la destrucción del bolchevismo, instauración de un
Estado totalitario conservando un orden jerárquico inexorable que aplaste definitivamente a las
masas, con intenciones de expansión imperialista declaradas y justificadas. El fascismo propone una
solución radical frente al comunismo, y significó una nueva y aterradora realidad para las clases
explotadas.”

R. Bourderon, Fascismo. Ideología y práctica.


“¿En qué consiste el fenómeno totalitario? Este fenómeno, como todos los fenómenos
sociales, se presta a múltiples definiciones, según el aspecto que el observador retenga. Creo que los
cinco elementos principales son los siguientes:

1º El fenómeno totalitario consiste en un régimen que otorga a un partido el monopolio de la


actividad política.
2º El partido que monopoliza la actividad pública está armado de una ideología que le confiere una
autoridad absoluta y que, en consecuencia, se transforma en la verdad oficial del Estado.
3º Para difundir esta verdad oficial, el Estado se reserva para sí un doble monopolio, el monopolio
de la fuerza y el de los medios de persuasión. El conjunto de los medios de comunicación, radio,
televisión, prensa, está dirigido, dominado, por el Estado y los que lo representan.
4º La mayor parte de las actividades económicas y profesionales están sometidas al Estado (...).
5º Estando toda actividad dominada por el Estado y sometida a la ideología, cualquier fallo
cometido en una actividad económica o profesional es simultáneamente un error ideológico (...).

Se puede considerar como esencial, en la definición del totalitarismo, bien el monopolio de


un partido, bien la estatalización de la vida económica o bien el terror ideológico. El fenómeno es
perfecto cuando todos esos elementos se juntan y se cumplen plenamente.”

Raymon Aron. Democracia y totalitarismo. 1965.


“Siendo antiindividualista, el sistema de vida fascista pone de relieve la importancia del
Estado y reconoce al individuo sólo en la medida en que sus intereses coinciden con los del Estado.
Se opone al liberalismo clásico que surgió como reacción al absolutismo y agotó su función
histórica cuando el Estado se convirtió en la expresión de la conciencia y la voluntad del pueblo. El
liberalismo negó al Estado en nombre del individuo; el fascismo reafirma los derechos del Estado
como la expresión de la verdadera esencia de lo individual. La concepción fascista del Estado lo
abarca todo; fuera de él no pueden existir, y menos aún valer, valores humanos y espirituales.
Entendido de esta manera, el fascismo es totalitarismo, y el Estado fascista, como síntesis y unidad
que incluye todos los valores, interpreta, desarrolla y otorga poder adicional a la vida entera de un
pueblo (...).
El fascismo, en suma, no es sólo un legislador y fundador de instituciones, sino un educador
y un promotor de la vida espiritual. No intenta meramente remodelar las formas de vida, sino
también su contenido, su carácter y su fe. Para lograr ese propósito impone la disciplina y hace uso
de su autoridad, impregnando la mente y rigiendo con imperio indiscutible (...).”

Benito Mussolini. La doctrina del fascismo, 1932.

El fascismo se afirma a través de:


- Una concepción mística de la política y de la vida en general, fundada en la fe en el activismo
irracional (otorga una gran importancia a la acción directa para resolverlo todo) y en el menosprecio
del individuo ordinario, al cual se oponía la exaltación de la colectividad nacional y de las
personalidades fuera de lo común (elites y superhombres), de ahí el mito esencial en el fascismo, el
del jefe (o caudillo).
- Un régimen político de masas (en el seno de una movilización permanente de las masas y de una
relación directa entre el jefe y la masa, sin intermediarios), fundado en el sistema de partido único y
en la milicia del partido, llevada a cabo mediante métodos policíacos y por el control de todas las
fuentes de información y de propaganda.
- Un revolucionarismo verbal surtido de un conservadurismo de fondo (...).
- La tentativa de crear una nueva clase dirigente, expresión del partido y, sobre todo, a través de él,
de la pequeña y mediana burguesía.
- La creación e importancia de un potente aparato militar.

Un régimen económico privado, pero caracterizado por la tendencia a la expansión de la iniciativa


pública y por el paso del liderazgo económico de los capitalistas y de los jefes de empresa a los
altos funcionarios del Estado, así como por la asunción por parte del Estado, del papel de mediador
en los conflictos sociales (corporativismo) y por una orientación autárquica.”

Renzo de Felice. Comprender el fascismo. 1975.

“No fue sino después de la guerra cuando las dictaduras irrumpieron e Europa; dictaduras que
diferían en sus orígenes y en los propósitos reales o jactanciosos, pero tenían en común la necesidad
de imponer el despotismo más absoluto [ ... ].
Un cierto desencanto respecto a las viejas instituciones parlamentarias hizo el resto [...]. Cuando
los dictadores apelan a las pasiones populares, es casi siempre a las pasiones más peligrosas a las
que ellos recurren, aunque sólo sea porque se encuentran obligados a despertar los sentimientos de
guerra, de nacionalismo furioso. En efecto, las dictaduras no pueden permanecer y prosperar más
que en una atmósfera de guerra.
Se puede decir que esta excitación de las pasiones nacionalistas entre las masas constituye la
característica común y esencial de las dictaduras de posguerra, Stalin incluido”.

Conde de Sforza. Dictadores y dictaduras tras la guerra. 1931


"Sólo un territorio suficientemente amplio puede garantizar a un pueblo la libertad de su vida (…)
Hacía siglos que Rusia se había mantenido gracias al núcleo germánico de sus esferas superiores
(…). En su lugar se ha puesto el judío; pero así como es imposible que el pueblo ruso sacuda por sí
solo el yugo israelita no es menos imposible que los judíos logren sostener, a la larga, bajo su poder,
el gigantesco organismo ruso (…). El coloso del este está maduro para el derrumbamiento. Y el fin
de la dominación judaica en Rusia será al mismo tiempo el fin de Rusia como estado. Estamos
predestinados a ser testigos de una catástrofe que constituirá la prueba más formidable para la
verdad de nuestra teoría racista."
A. Hitler, Mi lucha, 1924.
"Profundamente convencido de que la preservación de la sangre alemana es la condición primera de
la supervivencia del pueblo alemán y animado de la irreductible voluntad de asegurar
definitivamente el porvenir de la nación alemana, el Reichstag ha adoptado por unanimidad y
promulga la siguiente ley:

Artículo 1:
7. Quedan prohibidos los matrimonios entre judíos y súbditos de sangre alemana o asimiladas. Los
matrimonios concertados a pesar de esta prohibición son nulos de todo derecho, incluso si, para
burlar la ley, hubiesen sido contraídos en el extranjero.
2. Sólo el Procurador puede invocar una causa de nulidad.
Artículo 2: Quedan asimismo prohibidas las relaciones extraconyugales entre judíos y súbditos de
sangre alemana o asimilada.
Artículo 3: Queda prohibido que los judíos contraten como empleadas de hogar a mujeres de sangre
alemana o asimilada, de menos de 45 años.

Artículo 4:
7. Queda prohibido que los judíos enarbolen o engalanen con los colores nacionales.
2. En cambio, pueden engalanar con los colore: judíos. El ejercicio de este derecho queda
garantizada por el Estado.

Articulo 5:
7. Quien contravenga las disposiciones del artículo 1, puede ser sometido a reclusión.
2. El hombre que contravenga las disposiciones del artículo 2, puede ser sometido a prisión o
reclusión.
3. Quien contravenga las disposiciones de los artículos 3 y 4 puede ser sometido a multa o a una
pena de prisión de hasta 1 año.
Artículo 6: El Ministerio del Interior del Reich de acuerdo con el Representante del Führer, dictará
las prescripciones legales y administrativas necesarias para la aplicación y publicación de la
presente ley.

Artículo 7: La presente ley entrará en vigor el día siguiente de su promulgación, excepto el artículo
3, cuya vigencia será a partir del 1 de enero de 1936.

Nuremberg, 15 de septiembre de 1935.


El Führer y Canciller del Reich.

Antes de la comida.
"¡Fürher, mi Fürher, concedido a mí por el Señor,
¡Protégeme y resguárdame mientras viva¡
Tú has salvado o Alemania de la más profunda aflicción.
Hoy te doy gracias por mi pan cotidiano.
Estate mucho tiempo ¡unto a mí, no me desampares
¡Fürher, mi Fürher, mi fe y mi luz!
¡Heil, mein Fürher!

Después de la comida.

Gracias a ti por esta generosa comida


¡Protector de la juventud y de los ancianos. Sé que tienes desvelos, pero no inquietudes.
Estoy contigo día y noche,
descansa tu cabeza en mi regazo.
¡Ten, mi Furher, la seguridad de que eres grande¡
¡Heil, mein Furher!.”

Plegaria de los niños de Colonia antes y después de las comidas.

"El fin supremo del Estado racista debe ser el asegurar la conservación de los representantes de la
raza primitiva, creadora de la civilización que hace la belleza y el valor de una humanidad superior.
El Estado racista habrá cumplido su papel supremo de formador y educador cuando haya grabado
en el corazón de lo juventud que le ha sido confiada el espíritu y el sentimiento de la raza. Es
preciso que ni un solo muchacho o muchacha pueda dejar la escuela sin estar plenamente instruido
de la pureza de la sangre y de la necesidad absoluta de mantenerla pura (...)
El Reich alemán, como Estado, tiene que abarcar a todos los alemanes e imponerse la misión, no
sólo de cohesionar y de conservar las reservas más preciadas de los elementos raciales originarios
de este pueblo, sino también lo de conducirlos, lenta y firmemente, a una posición predominante
(...)
La existencia de tipos humanos inferiores ha sido siempre una condición previa esencial para la
formación de civilizaciones superiores (...).
La política exterior del Estado racista tiene que asegurar a la raza que abarca ese Estado los
medios de subsistencia, estableciendo una relación natural, vital y sana, entre el aumento de su
población y la extensión y la calidad del suelo que habita (...)
Sólo un territorio suficientemente amplio puede garantizar a un pueblo lo libertad de su vida (...)."

Adolf Hitler. Mi lucha, 1925.

“Mientras se me permita elegir, sólo viviré en un país en el que haya libertades políticas, tolerancia
e igualdad de todos los ciudadanos ante la ley. La libertad política implica la libertad de expresar las
propias opiniones políticas verbalmente y por escrito; la tolerancia implica el respeto por todas y
cada una de las creencias individuales.
Estas condiciones no existen en Alemania, hoy. Quienes más han hecho por la causa de la
comprensión internacional, entre quienes se encuentran muchos artistas, sufren, en ella,
persecución.
Todo organismo social puede desequilibrarse psicológicamente, tal como ocurre con los
individuos, en especial en tiempos difíciles. Las naciones, por lo común, sobreviven a esas
enfermedades. Tengo la esperanza de que bien pronto la normalidad vuelva a imponerse en
Alemania y de que en el futuro sus grandes hombres, como Kant y Goethe, no sean recordados de
cuando en cuando, sino que los principios que ellos defendieron y enseñaron se tomen en cuenta en
la vida pública y penetren en la conciencia general.”

A. Einstein. Mis ideas y opiniones. Marzo de 1933.

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