Está en la página 1de 11

Tema 3: Edafología.

3.1 La edafofauna.

3.2 El humus.

3.3 Perfil del suelo y tipos.

3.4 Formación y degradación del suelo.

3.5 Erosión.

3.6 Erosión en el mundo.

3.7 Erosión en España.

3.8 Efectos de la erosión acelerada.

3.9 Lucha contra la erosión en las obras.

El suelo nace y evoluciona a partir de un material inerte (roca) y una materia orgánica que se
ven afectadas por el clima y la vegetación. Esta evolución que se llama edafogénesis con
momentos de juventud y de madurez. Tanto la roca como la materia orgánica se van
transformando, originando el suelo. Esta transformación hace que aparezca en el suelo una
serie de estratos denominados horizontes que constituyen el perfil del suelo.

Hay dos tipos de horizontes:

• Genéticos → Son los que describimos con la vista y el tacto en el campo.


• Diagnóstico → Se definen además de por la vista y el tacto, por los datos del laboratorio.

Su importancia radica en que en él tienen lugar los acontecimientos que permiten la existencia
de las plantas, únicos seres capaces de formar materia orgánica para comenzar los ciclos
biológicos.

El suelo es la zona de interacción entre la litosfera y la biosfera; la capa intermedia entre la


atmósfera y la roca madre.

Es una delgada capa que cubre gran parte de la superficie terrestre. Su espesor puede variar
desde algunos centímetros a más de dos metros.

Es el resultado de la interacción entre la geosfera, la atmósfera, la hidrosfera y la biosfera.

Es el lugar de encuentro entre los procesos biológicos y los geológicos.

Es el lugar donde se cierran los ciclos de los nutrientes esenciales para los seres vivos, donde
los productores de los ecosistemas terrestres encuentran los nutrientes que necesitan o el
lugar donde nacen las plantas necesarias para el proceso de alimentación de todas las
cadenas tróficas.

Por otro lado, también es el lugar donde se produce la descomposición de los cadáveres y los
restos de los seres vivos, de cuya degradación viven millones de organismos.

Es el lugar de coexistencia de “la vida y la muerte”.

Edafofauna → Conjunto de organismos existentes en el suelo, exceptuando los animales que


viven sobre él, las raíces y los tallos subterráneos de las plantas.

El suelo es un sistema abierto. No existe un equilibrio estable.

Se mantiene un dinamismo permanente alimentado por el flujo de materia orgánica que se va


depositando en su superficie.

Edafología → Ciencia que se encarga del estudio de los suelos, considerándolos parte
integrante y fundamental de los ecosistemas.

El humus es el conjunto de cantidades variables de materia orgánica amorfa. Es de color


negruzco y resulta de la descomposición de materia orgánica de origen vegetal por medio de
los microorganismos del suelo.

Tiene una parte soluble y otra que no lo es.

Es la base de la fertilidad de los suelos y el sostén de la vida microbiana.

Se puede decir que tiene una cuádruple influencia en el suelo:

Es la materia orgánica que da a la tierra la estructura mullida que le permite una buena
circulación del agua, el aire y las propias raíces de las plantas.

Es la clave en la capacidad de retención de agua y humedad del suelo.

Aporta nutrientes minerales lentamente.

Aumenta la capacidad de cambio de iones en el suelo, favoreciendo de esta manera la


nutrición de las plantas.

1. La materia orgánica se deposita en la superficie del suelo.


2. Los microorganismos comienzan a descomponer esta materia orgánica.
3. La materia orgánica es transformada en humus fresco o joven (evolución rápida).
4. El humus joven empieza a transformarse en humus activo (reacciones y formación de
ácidos).
5. Este humus activo pasa a formar parte del humus estable (evolución lenta).
6. Los microbios van atacando este humus estable y los van destruyendo a razón de 1 0
2% anual.
7. El humus estable es transformado en un proceso que se denomina mineralización:
• Amonificación. Transformación del nitrógeno orgánico en amoniacal.
• Nitrificación. Transformación del nitrógeno amoniacal en nitritos y posteriormente
en nitratos.
8. El humus queda descompuesto en elementos asimilables por las raíces de las plantas.
Este equilibrio dinámico y de regulación de estos elementos del suelo permite que se puedan
mantener unas interrelaciones que le permiten tener estabilidad ante variaciones naturales de
este “ecosistema”.

Además, actúa como aislante térmico y de humedad, favoreciendo condiciones más estables
en el suelo.

El peligro llega cuando se producen cambios bruscos y persistentes.

El suelo, muchas veces es despreciado y pasa casi desapercibido, es una pieza fundamental
dentro del equilibrio del planeta, por ello es importante otorgarle el valor que se merece. Es el
primer escalón necesario para la vida terrestre.

La estructura de un suelo es la proporción que presentan las partículas sólidas que lo forman,
estas pueden ser:

• Materiales finos (arcillas y limos) de gran abundancia en relación a su volumen. Estos


materiales proporcionan al suelo una serie de propiedades específicas:
o Cohesión.
o Adherencia.
o Absorción de agua.
o Retención de agua.
• Materiales medios, formados por tamaños arena.
• Materiales gruesos, entre los que se encuentran fragmentos de roca madre, aún sin
degradar, de tamaño variable.

Los componentes sólidos no quedan sueltos y dispersos, sino más o menos aglutinados,
creando unas divisiones verticales denominadas horizontes del suelo.

La evolución natural del suelo produce una estructura vertical “estratificada” a la que se conoce
como perfil. Las capas que se observan se llaman horizontes y su diferenciación se debe tanto
a su dinámica interna como al transporte vertical.

Los suelos bien desarrollados presentan una serie de capas horizontales que se denominan
horizontes o niveles. Estos horizontes presentan diferentes caracteres de composición,
textura…

El conjunto ordenado de todos estos horizontes constituye el perfil del suelo.

Clásicamente se distinguen tres horizontes fundamentales:

• Horizonte A.
• Horizonte B.
• Horizonte C.

Aunque podemos identificar un horizonte 0 y la roca madre (horizonte R).


Se nombran mediante una letra mayúscula, los más importantes son O, H, A, E, B, C y R, los
puede acompañar una letra minúscula que nos indica el proceso por el cual se ha formado ese
horizonte.

También pueden llevar números (uno o dos) que nos indica una frecuencia dentro del perfil del
suelo.

Hay horizontes de transición, llevando dos letras.

Si estas dos letras están separadas por una barra, los horizontes se distinguen perfectamente.

También le puede acompañar un número delante de la letra.

O: horizonte orgánico de un suelo mineral, suele tener una materia orgánica superior

al 34%, normalmente está compuesto de hojarasca.

H: horizonte orgánico de un suelo mineral, tiene más de un 20% de materia orgánica y

está saturado de agua casi todo el año. Es superficial.

A: horizonte superficial de un suelo mineral que tiene cierta acumulación de materia

orgánica, menor del 20%.

E: horizonte subsuperficial que ha perdido materiales, eluviación, debido a esto es de

color blanco, generalmente hay limo y arena y ha perdido arcilla.

B: horizonte subsuperficial de un suelo mineral encontrado debajo de un horizonte A

o E.

C: horizonte subsuperficial de un suelo mineral, se encuentra debajo del B. Sus

propiedades recuerdan a la roca madre en la que se formó.

R: roca madre (material inerte) que con el tiempo va formando suelo.

Ah: Horizonte A con una gran acumulación de humus (materia orgánica transformada).

Ap: Horizonte labrado. Ej: suelos cultivados.

Bt: Horizonte B con arcilla iluviada (ganancia de materiales).

Bs: Horizonte B rico en sesquióxidos, rico en óxidos de hierro y aluminio.

Bw: Horizonte B de alteración mineral, hay muchas reacciones.

Bg: Horizonte B moteado, debido a que ahí se dan muchas reacciones de oxidación y
reducción.

Cr: Horizonte C de reducción.

Ck: Horizonte C con acumulación de carbonato cálcico.

Ckm: Tiene carbonato cálcico cementado. Endurecido.


Cy: Horizonte C con acumulación de yeso.

Cz o Az: Horizonte con acumulación de sales.

Suministra los minerales al suelo. Hay rocas que son coherentes y no coherentes:

- Las coherentes son cuarcita y granito, formando suelo con mayor dificultad porque

tiene minerales más estables. Son más difíciles de transformar (feldespatos, cuarzo)

Forma partículas gruesas.

- Las no coherentes son las rocas arcillosas. Rocas que tienen minerales poco estables

que se transforman con facilidad y suministran al suelo partículas muy pequeñas que

facilitan la formación del suelo. Forma partículas finas.

Rocas diferentes sometidas a climas iguales dan suelos iguales, pero rocas iguales

sometidas a climas diferentes dan suelos diferentes.

A medida que llueve aumenta el nivel de arcilla aumentando también la temperatura

A mayor temperatura, menor materia orgánica. A mayor precipitación mayor materia orgánica.

El clima influye sobre las propiedades a mayor precipitación mayor capacidad de

intercambio iónico pero que a partir de 700 L al año disminuye porque aumenta la

cantidad de protones.

A mayor precipitación, mayor pH y menor grado de saturación por base.

En Extremadura hay abundancia de suelos Bw (horizonte cámbrico) en suelos que

están sobre granito, Bt (iluviación de arcilla) en suelos de pizarra y también cálcico

debajo del Bt.

En Extremadura los suelos tienen muy poca materia orgánica. Los minerales de arcilla

son de tipo 2-1 (escectitas). La tendencia de pH en el suelo es hacia la neutralidad, hay

rocas que son ácidas y el pH intenta subir debido al clima, pero sigue siendo ácido.

Extremadura es ligeramente ondulado, no supera la altitud de 600 metros en la mayoría de


zonas.

La topografía influye en el transporte de materiales. En relieves convexos el agua circula hacia


la zona más baja arrastrando suelo y en el relieve cóncavo lo depositan.

El relieve va a influir sobre el clima debido a los rayos solares, mientras más perpendiculares
sean los rayos al relieve mayor calor.
Son fuentes de materia orgánica, hay alteración de la materia orgánica para transformarla en
mineral y esto es provocado por los microorganismos del suelo y la fauna.

A medida que pasa el tiempo el suelo va evolucionando. Evoluciona más rápidamente mientras
menos rocas coherentes tenga y más lentamente mientras más sean las rocas coherentes.
También mientras más húmedo y cálido sea el clima y menos rápidamente mientras más cálido
y seco sea el clima. La evolución del suelo es muy rápida al principio porque es muy fácil que
se forme horizonte A o incluso C, lo difícil es el B. De 1 mm al año hasta 0,001 mm al año.

Los procesos formadores son bastantes complejos y variados debido a leyes de la litosfera,
hidrosfera, atmósfera y biosfera.

Los factores formadores son el clima, el relieve, la roca, el tiempo y los organismos.

Por otra parte, el suelo nace y evoluciona a partir de las rocas y de la materia orgánica.

El primer proceso de la formación del suelo es la fragmentación de la roca y de la vegetación.


Una vez ocurrido, estos minerales sufren una alteración química transformándose los minerales
de la roca en otros minerales, transformándose la materia orgánica en humus y en geles e
iones en disolución.

Estos materiales junto con los gases y el agua en la atmósfera son los constituyentes del suelo.
Estos constituyentes van a sufrir un proceso de mezcla y diferenciación que si evolucionan en
el mismo sitio formando suelo y si son transportados formarán sedimentos y, como
consecuencia, suelo.

Los procesos más importantes son la meteorización física (proceso por el que se fragmenta), la
meteorización química (proceso por el que se alternan minerales y materia orgánica) y la
translocación de sustancia (movimiento de las sustancias en el suelo).

Consiste en la desintegración o fragmentación de la roca en partículas de un tamaño menor sin


que esto implique una alteración química de la misma. Se produce meteorización física por
cambios de presión, cambio de temperatura, por la acción del hielo, por la cristalización de
sales, por la acción de las raíces de las plantas y por el fuego.

-La roca → Debajo del suelo está comprimida y está soportando una gran presión, cuando
esta roca aflora de la superficie ya no está sometida a esa gran presión y por lo tanto se
expande y se rotula.

-Cambios de temperatura → Debido a que las rocas cuando hace calor soportan altas
temperaturas en su superficie, pero dentro de ellas no tanto y esto crea un gradiente de
temperatura que hace que la roca se fracture. También puede ser que la roca contiene
diferentes minerales y unos se calientan más que otros.

-Acción del hielo → El agua puede penetrar en las grietas de las rocas y si baja la
temperatura por debajo de 0º esa agua se puede congelar, al congelarse aumenta de volumen
y presiona sobre la roca y la acaba rompiendo.

-El agua saturada → Ocupa un menor espacio que el agua cristalizada, esta agua se evapora
dejando las sales en la roca ejerciendo una presión.
-Acción de la raíz de las plantas.

-El fuego produce cambios de temperatura.

Es todo aquello que produce transformación o disolución de los minerales. El mayor agente
meteorizante es el agua. Esa meteorización es mayor mientras más ácidos lleve disueltos el
agua, también cuanto más alta sea la temperatura porque más solubles son los ácidos.
Disolución, hidrólisis, hidratación, oxidación formación de complejos y carbonatación.

-La disolución → Consiste en la solución de los minerales. Un ejemplo es la disolución del


yeso con el agua.

-Hidrólisis → Es una reacción química entre una molécula de agua y otra molécula, en la cual
la molécula de agua se divide y sus átomos pasan a formar parte de otra especie química.

- Oxidación → Algunos elementos que forman parte de los minerales, por ejemplo, Fe2+ y
Mg2+ al estar expuestos al aire se pueden oxidar, al oxidarse esos elementos salen de la red
cristalina y se transforma en otro compuesto.

- Formación de complejo → Hay minerales que tienen Fe, Mg y Al y estos pueden reaccionar
con la materia orgánica saliendo del mineral y produciendo una transformación.

- Carbonatación → Es una reacción química en la que el hidróxido de calcio reacciona con el


dióxido de carbono y forma carbonato cálcico insoluble.

El suelo se inicia a partir de la roca que forma la superficie llamada roca madre. Por la
meteorización física y química esa roca es disgregada, y los fragmentos se desmenuzan
liberando minerales y elementos químicos. Los huecos que quedan entre los fragmentos y los
minerales se rellenan con agua y aire.

La capa de roca disgregada empieza a ser colonizada por los seres vivos. En primer lugar,
líquenes y las plantas más primitivas (musgos), que aportan la primera materia orgánica y,
poco a poco, se van incorporando microorganismos, plantas mayores y algunos invertebrados
(lombrices, larvas, insectos, etc.) que mezclan los componentes del suelo y lo airean.

Los restos de todos estos animales y plantas sirven de alimento a microorganismos (bacterias
y hongos) que los descomponen en sustancias más sencillas, formando una capa de materia
orgánica llamada humus o mantillo. Este mantillo, además de proporcionar nutrientes a plantas
y animales, retiene el agua y actúa como aislante, evitando las variaciones bruscas de
temperatura.

Con el paso del tiempo, cuando el suelo se encuentra ya formado (Fase IV) puede llegar a
sustentar una cobertura gruesa de vegetación reciclando sus recursos de forma efectiva.

Los componentes primarios del suelo son:

1. Compuestos inorgánicos, no disueltos, producidos por la meteorización y la descomposición


de las rocas superficiales.
2. Los nutrientes solubles utilizados por las plantas.

3. Distintos tipos de materia orgánica, viva o muerta.

4. Gases y agua requeridos por las plantas y por los organismos subterráneos.

La naturaleza física del suelo está determinada por la proporción de partículas de varios
tamaños. Las grandes partículas del suelo, como la arena y la grava, son en su mayor parte
químicamente inactivas; pero las pequeñas partículas inorgánicas, componentes principales de
las arcillas finas, sirven también como depósitos de los que las raíces de las plantas extraen
nutrientes.

El tamaño y la naturaleza de estas partículas inorgánicas diminutas determinan en gran medida


la capacidad de un suelo para almacenar agua, vital para todos los procesos de crecimiento de
las plantas.

La parte orgánica del suelo está formada por restos vegetales y restos animales, junto a
cantidades variables de humus. La fracción orgánica representa entre el 2 y el 5 % del suelo
superficial en las regiones húmedas, pero puede ser menos del 0.5 % en suelos áridos o más
del 95 % en suelos de turba.

El componente líquido de los suelos, denominado solución del suelo, es sobre todo agua con
varias sustancias minerales en disolución, cantidades grandes de oxígeno y dióxido de carbono
disueltos. La solución del suelo es muy compleja y tiene importancia primordial al ser el medio
por los que los nutrientes absorbidos por las raíces de las plantas.

Cuando la solución del suelo carece de los elementos requeridos para el crecimiento de las
plantas, el suelo es estéril. Los principales gases contenidos en el suelo son el oxígeno, el
nitrógeno y el dióxido de carbono. El nitrógeno es importante para el metabolismo de las
plantas porque su presencia es necesaria para el crecimiento de varias bacterias y de otros
organismos responsables de la descomposición de la materia orgánica. La presencia de
oxígeno también es vital para el crecimiento de las plantas ya que su absorción por las raíces
es necesaria para sus procesos metabólicos.

Por erosión del suelo se entiende normalmente la eliminación de las capas superficiales o poco
profundas del suelo. La erosión puede ser natural o antrópica:

• La erosión natural es la que realiza el agua (erosión hídrica) o el viento (erosión eólica).
Este tipo de erosión interviene en el modelado del paisaje y generalmente se compensa
con las tasas naturales de formación del suelo.
• La erosión antrópica o erosión acelerada tiene su origen en el uso inadecuado de los
recursos naturales por el hombre, lo que acelera los procesos naturales e impiden que se
compensen con las tasas naturales de formación de suelo.

La degradación del suelo es un proceso por medio del cual se produce una pérdida de calidad
y cantidad de suelo.

Esta puede deberse a varias causas:

- Erosión.

- Salinización.

- Contaminación.

- Drenaje.
- Acidificación.

- Pérdida de la estructura del suelo.

- Combinación de ellos.

La degradación del suelo también está ligada a procesos desarrollados a mayor escala, como
la desertización.

El proceso de degradación más importante es la pérdida de suelo por acción del agua, el viento
y los movimientos masivos o, más localmente, la acción de los vehículos y el pisoteo de
humanos y animales por la acción de los procesos erosivos.

La pérdida de las capas u horizontes superiores, que contienen materia orgánica y nutrientes, y
el adelgazamiento de los perfiles del suelo reduce su riqueza biológica y capacidad para ser la
base del desarrollo de la vida en las zonas terrestres.

La deforestación es la causa principal de la pérdida de protección del suelo y actúa como un


detonador del comienzo de los diferentes procesos erosivos.

La salinización es una concentración anormalmente elevada de sales, siendo otro problema


importante. Está asociada a la irrigación y conduce a la muerte de las plantas y a la pérdida de
estructura del suelo La contaminación del suelo puede generar también problemas de
degradación. Esta puede deberse a residuos químicos, a subproductos de procesos
industriales, o al exceso de abonos químicos o plaguicidas en la agricultura.

La pérdida de materia orgánica por estos motivos conduce a que el suelo pierda su valor como
soporte para el desarrollo de la vida en los ecosistemas.

De una forma natural, la erosión o desgaste y fragmentación de los materiales de la superficie


terrestre por acción del agua, el viento, etc. También conduce a una degradación del suelo.

La erosión de la capa superficial del suelo representa una amenaza grave para toda la
superficie europea, especialmente en las zonas mediterráneas, el mar Negro y la península de
los Balcanes.

Los países del sur de Europa, entre ellos España, llevan décadas perdiendo una media de una
tonelada de suelo por hectárea y año.

Los períodos largos de sequía, característicos de España, aumentan la vulnerabilidad del suelo
a la erosión.

En España, el 53 % del territorio sufre pérdidas importantes de suelo, especialmente en las


zonas más inestables: aquellas en las que se dan unas condiciones naturales más propicias a
la erosión.

El clima es más propicio a la erosión (áreas áridas y semiáridas, con vegetación rara,
expuestas a lluvias ocasionales y torrenciales, inundaciones, y donde el viento actúa de forma
importante). Regiones como Murcia, Andalucía, Aragón, Comunidad Valenciana y zonas de
Extremadura y Castilla-La Mancha, Pero la acción del hombre, eliminando las cubiertas
naturales que protegen el suelo y haciendo usos abusivos de los mismos, hacen que las
comunidades con mayores pérdidas actualmente sean aquellas que están teniendo un fuerte
desarrollo turístico y urbanístico, como Cataluña, Andalucía y Cantabria.

Para luchar contra la erosión, el Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino,
siguiendo la Directiva de la Unión Europea para la protección del suelo, realiza, cada diez años,
el Inventario Nacional de Suelos, en el que se identifica el estado de los mismos, para proceder
a continuación a tomar las medidas necesarias para su protección.

Desertificación → Es la degradación persistente de los ecosistemas de las tierras secas, en las


que se ha perdido la vegetación debido a variaciones climáticas y la actividad del hombre.

Las zonas susceptibles de sufrir desertificación son las áreas áridas, semiáridas y subhúmedas
secas, es decir, aquellas zonas en las que la evapotranspiración potencial es muy superior a
las precipitaciones. Así, más de dos terceras partes del territorio español pertenecen a las
categorías de áreas áridas, semiáridas y subhúmedas secas.

En el mapa de aridez de España se observa que toda la mitad sur, a excepción de las cadenas
montañosas más elevadas, más la meseta norte, la cuenca del Ebro y la costa catalana entran
dentro de las categorías de tierras áridas, semiáridas y subhúmedas secas. Por lo tanto, estas
áreas son susceptibles de desarrollar el fenómeno de la desertificación.

La desertificación es el resultado de múltiples factores, tanto naturales como antrópicos. Entre


estos últimos destacan:

- Grandes pérdidas de la cubierta forestal a causa de repetidos incendios de bosques.

- Condiciones de crisis en la agricultura tradicional, con el consiguiente abandono de tierras y


deterioro del suelo y de las estructuras de conservación del agua.

- Ocasional explotación insostenible de los recursos hídricos, incluidos la contaminación


química, la salinización y el agotamiento de los acuíferos.

- Concentración excesiva de la actividad económica en las zonas costeras como resultado del
crecimiento urbano, las actividades industriales, el turismo y la agricultura de regadío.

La restauración de terrenos degradados en España empezó a plantearse en España desde la


segunda mitad del siglo XIX, centrándose en tareas de repoblación forestal. Se estima en 5
millones de hectáreas la superficie repoblada en los últimos 150 años. No obstante, el impulso
definitivo vino con la ratificación de la Convención de Naciones Unidas de Lucha contra la
Desertificación (CLD), que se concretó en España en la puesta en marcha del Proyecto de
Lucha contra la Desertificación en el Mediterráneo, Proyecto LUCDEME, actualmente vigente.
Sus objetivos son:

- Determinar las zonas con riesgo de desertificación y analizar los factores implicados en este
proceso.

- Aplicar sistemas y técnicas para luchar contra la desertificación.

- Formar técnicos en la lucha contra la desertificación y realizar campañas de concienciación


ciudadana.

Bioingeniería → Según la Asociación Española de Ingeniería del Paisaje es una disciplina


específica de la ingeniería en la que las plantas vivas y partes de plantas se emplean como
material de construcción vivo de tal forma que al desarrollarse en relación con el suelo y la roca
contribuyen de manera esencial a asegurarlo de manera duradera y a evitar toda forma de
erosión.

Las obras de bioingeniería son sistemas vivos, basados en la sucesión natural, con bajo
impacto ambiental. Los ámbitos en los que puede trabajar la bioingeniería son muy diversos:
- Recuperación de los terrenos afectados por el fuego después de un incendio.

- Estabilización de taludes y laderas controlando la erosión.

- Restauración de espacios degradados como canteras, vertederos, escombreras.

¿Qué factores deberíamos estudiar para diseñar de forma correcta una restauración de un
talud?

Para el diseño de las actuaciones se realizará un estudio en el cual se analizarán los siguientes
factores:

- Topográficos: localización, orientación, exposición, pendiente y longitud de ladera.

- Edafológicos: capa de suelo enrraizable, textura y estructura, reacciones del suelo (valor del
pH), contenido de nutrientes, contenido en materia orgánica, contenido de carbonatos,
permeabilidad del suelo y capacidad de retención de agua, pedregosidad y erosionabilidad y
estado de conservación del suelo superficial.

- Geotécnicos: presencia de procesos activos naturales (erosión, desprendimientos,


deslizamientos, etc.), altura del talud y superficie, inclinación del talud, cohesión del suelo y
peligro de corrimientos y de desprendimientos de parte del suelo.

- Climatológicos: altitud, pluviometría media y distribución, precipitaciones máximas y


temperaturas medias, máximas y mínimas.

- Hidrológicos: nivel de la capa freática y presencia de cursos de agua.

- Paisajísticos: análisis del entorno.

También podría gustarte